Archivo mensual: noviembre 2024
Alonso de Santa Cruz
Alonso de Santa Cruz
Islario general de todas las islas del mundo
Retrato de Alonso de Santa Cruz, por Eulogia Merle
La desembocadura del Río de la Plata y la Banda Oriental del mismo río en el Islario General de todas las islas del mundo.
Alonso de Santa Cruz (Sevilla, 1505 – Madrid, 1567) fue un cosmógrafo e historiador español del Renacimiento.
Biografía
Hijo de un acomodado hombre de negocios sevillano, aficionado a la cosmología, con él y en contacto con la Casa de Contratación debió de realizar su primera formación. En 1526 participó como veedor designado por los armadores en la expedición de Sebastián Caboto, que se proponía alcanzar las Islas de las Especias viajando hacia el oeste. Él mismo había aportado una pequeña cantidad del capital necesario para la expedición, en la que su padre fue el mayor de los inversores después del rey. La expedición concluyó en Río de la Plata, donde Caboto abandonó la expedición. Tras cinco años «de muchas guerras y hambres y demasiados trabajos», según declaraba el propio Santa Cruz en un borrador del prólogo de su Islario general, abandonaron el río para regresar a España desde Veracruz, pasando por Bahamas «que fuimos los primeros que vinieron a pasar la dicha canal [de las Bahamas] para venir a España».1
De regreso a Sevilla, según la misma relación autobiográfica, se dio al estudio de la astrología y la cosmografía. El Consejo de Indias reunió en 1533 al piloto mayor y otros miembros para examinar las cartas e instrumentos náuticos presentados por Santa Cruz.2 En 1535 comenzó su carrera como cosmógrafo en la Casa de la Contratación de Sevilla, con el cargo de «Cosmógrafo de hacer cartas y fabricar instrumentos para la navegación» y sólo un año después fue nombrado por la Corona «nuestro cosmógrafo» con la misión de examinar junto a Sebastián Caboto las cartas e instrumentos náuticos.3 Santa Cruz le enseñó al rey cosmografía y navegación.4 También en 1535 había inventado y ofrecido para su examen instrumentos y cartas náuticas y un instrumento para medir la longitud por las distancias de la Luna y los planetas. Un año más tarde inventó otro instrumento para calcular la longitud mediante la desviación de la brújula, confeccionando una carta de marear con indicaciones de desviación, lo que demuestra su insatisfacción con los sistemas de proyección cilíndricos, si bien se desconocen, al haberse perdido, las soluciones adoptadas.
En 1539 se mudó junto a la Corte de Valladolid a Toledo, donde permaneció seis años, realizó un mapamundi, un mapa de Gibraltar y posiblemente otro de Toledo e inició su libro Astronómico Real.4 En 1545 se trasladó a Lisboa para recoger información cartográfica. En 1551 se instaló en Sevilla y se dedicó a completar sus proyectos literarios y cartográficos.4 En 1554 fue llamado a Valladolid, donde estaba la corte del regente príncipe Felipe para participar en una junta de cosmógrafos y astrólogos para examinar ciertos instrumentos de metal que había propuesto el alemán Pedro Apiano para determinar las longitudes; fruto de esa junta sería la redacción del Libro de las Longitúdines y manera que hasta ahora se ha tenido de navegar, dirigido al ya rey Felipe II, primer estudio sistemático del problema de la longitud.5
Alonso de Santa Cruz falleció en 1567. Entre los papeles que dejó se encontraba el borrador de un detallado atlas de la península ibérica, que hoy se denomina el Atlas del Escorial.4
Obras
Como cartógrafo, geógrafo y cosmógrafo, diseñó y fabricó instrumentos para fijar la longitud y trazó, a petición de la Junta de Pilotos, una carta de marear; en 1540 realizó diversos planisferios con proyecciones diferentes; en 1542 un mapamundi del que únicamente se conserva un ejemplar en la Biblioteca Real de Estocolmo, además de concluir una primera redacción del Islario general de todas las islas del mundo como parte de una proyectada Geografía Universal que había de unirse a la Historia Universal; en 1550, según declaraba él mismo en carta al emperador, confeccionó mapas de diversas naciones. En 1555 escribió el Libro de las longitudines o longitudes y una Geografía del Perú, que con un conjunto de astrolabios y cuadrantes presentó al príncipe Carlos. Finalmente, en 1566 emitió un dictamen sobre la Demarcación de las islas Molucas. Consta además, sin que pueda determinarse la fecha, la ejecución de un plano de la ciudad de México.
Con el Atlas incorporado al Islario general, el mapamundi de Estocolmo, firmado como «archicosmographum» del César Carlos y no publicado hasta 1892, es el mejor testimonio de las innovaciones cartográficas de Santa Cruz.
Además, como historiador, en 1546 redactó una Historia Universal; continuó la obra de Hernando del Pulgar escribiendo la crónica de los últimos años del reinado de los Reyes Católicos, comenzando en 1490, obra poco elaborada y escasamente original, y la más personal Crónica del Emperador Carlos V que escribe entre 1550 y 1552; en los mismos años recopila materiales para el libro Árboles de los linajes. Realiza la traducción del De origine ac rebus gestis regum Hispaniae del catalán Francesc Tarafa, publicada en Barcelona en 1562, y un año después redacta una dura Censura de los Anales de la Corona de Aragón de Jerónimo Zurita. Otras obras que quedaron sin publicar, y de las que no es posible fijar fecha, son El libro de los blasones, De la caballería del Toisón, Nobiliario general y Lo que sucedió en Sevilla en tiempos de las comunidades.
De otras materias, escribió un Abecedario virtuoso, destinado a la educación del príncipe Carlos, el Astronómico Imperial de 1550, manuscrito conservado en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca, una respuesta a las Consultas de Carlos V sobre el impuesto de alcabalas y un Memorial sobre instrucciones a los descubridores que presentó a Felipe II en 1556, donde defendía que las expediciones se hiciesen por cuenta de la Corona y que los capitanes tomen nota cuidadosa de los datos de localización, condiciones de la tierra y otras circunstancias, además de traducir y glosar algunos textos de Aristóteles.6
- Libro de las longitúdines y manera que hasta agora se ha tenido en el arte de navegar, con sus demostraciones y ejemplos, dirigido al muy alto y muy poderoso Señor Don Philipe II de este nombre rey de España, manuscrito guardado en la Biblioteca Nacional, editado parcialmente por Antonio Blázquez y Delgado Aguilera, Sevilla: Publicaciones del Centro Oficial de Estudios Americanistas, 1921.
- Crónica del Emperador Carlos V, edición de Antonio Blázquez y Ricardo Beltrán y Róspide, Madrid: Real Academia de la Historia, 1920-1925, 5 vols: vol. I, vol. II, vol. III, vol. IV y vol. V.
- Islario general de todas las islas del mundo, manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, del que se conocen copias parciales. Como las restantes obras de Santa Cruz quedó sin publicar y a comienzos del siglo XVII se lo atribuyó a sí mismo Andrés García de Céspedes, alterando la dedicatoria para ofrecérselo a Felipe III.7 Mariano Cuesta Domingo, El Islario de Santa Cruz, Madrid, Real Sociedad Geográfica, 2003.
Plasmó la primera carta de carácter magnético en 1533.8
Islario general de todas las islas del mundo. – S. XVI 360 h.; 28 x 21 cm.
Precedido de una “Breve introducción de la Sphera”, decorada con dibujos astronómicos a pluma. En la portada figura como autor Andrés García de Céspedes, cosmógrafo y cronista, que usurpó la obra de su antecesor, primitivamente dedicada a Felipe II, y la dedica a Felipe III. El nombre de Alonso de Santa Cruz ha sido raspado. Portada policromada a la aguada, con escudo real sobre cortinajes, sostenidos por ángeles.
El Islario está compuesto por ciento once mapas que representan las islas y penínsulas de todo el mundo conocido y describe los nuevos descubrimientos hasta mediados del siglo XVI, época en que fue realizado. Esta obra muestra el gran conocimiento del autor en el campo de la cartografía. Santa Cruz, cosmógrafo de la escuela sevillana, fue una de las figuras más representativas de la Casa de Contratación.
El inventario de sus mapas realizado a su muerte reseña 47 cartas.
Título
Atlas General de Todas las Islas del Mundo.
Otro título
Islario general de todas las islas del mundo
Resumen
Islario general de todas las islas del mundo es la obra maestra del cosmógrafo sevillano Alonso de Santa Cruz (1505–67). El atlas se inició durante el reinado del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de España Carlos V y finalizó en el de su hijo el rey Felipe II, a quien estaba dedicado. Consta de 111 mapas que representan todas las islas y penínsulas del mundo y muestran todos los descubrimientos realizados por los exploradores europeos desde 1400 hasta mediados del siglo XVI. En ocasiones los mapas se denominan tablas y/o cartas. El atlas comienza con una carta de Santa Cruz al rey, en la que justifica su trabajo y explica diferentes conceptos geográficos. Precede a los mapas la “Breve introducción de la Sphera” en la que Santa Cruz hace una descripción cosmográfica, ilustrada por 14 figuras astronómicas. Los mapas están organizados en cuatro partes: la primera trata del Atlántico Norte; el segundo, con el Mediterráneo y áreas adyacentes; el tercero, con África y el Océano Índico; y el cuarto con el Nuevo Mundo. Los mapas incluyen escalas en latitud y algunas en longitud y cuerpos de agua con escalas variadas y orientados con rosa de los vientos. El general de Islario es el atlas más antiguo en el que se usa papel, en lugar del pergamino que antes se usaba más comúnmente para tales cartas. El diseño de los mapas es más funcional, con menos atención a la estética y más al detalle geográfico que en los mapas y atlas portolanos de la Baja Edad Media. Los estudiosos han determinado, a partir de las fechas que aparecen en los textos descriptivos de las islas, que los mapas se realizaron a partir de la cuarta década del siglo XVI, hacia 1539, y que todo el atlas se completó hacia 1560. Es muy probable que el general Islario fuera parte de una Geografía Universal que Santa Cruz nunca terminó. Santa Cruz fue una de las figuras clave de la Casa de Contratación de Sevilla. Una de sus primeras obras fue un conjunto de cartas esféricas del Nuevo Mundo. Creó varias otras obras sobre cosmografía y geografía, como el Libro de longitudes; y sobre temas históricos, entre ellos Crónica de los Reyes Católicos (Crónica de los Reyes Católicos) y Crónica de Carlos V (Crónica de Carlos V). Tras la muerte de Santa Cruz, su sucesor, Andrés García de Céspedes, intentó atribuirse el mérito de esta obra. En la portada se ha borrado el nombre de Alonso de Santa Cruz, se inserta el nombre de García de Céspedes como si fuera el autor, y la obra está dedicada al rey Felipe III. En el propio manuscrito se han superpuesto textos apócrifos a los originales, con el objetivo de disimular la autoría real y la fecha de creación.
Carta plana de Alonso de Santa Cruz
Ver 717 imágenes en secuencia.
De: General Atlas of All the Islands in the World.
Ciudad subterránea de Nushabad
Ciudad subterránea de Nushabad
Otros nombres: Ouee o Ouyi
Una ciudad subterránea de 1,500 años de antigüedad y 3 pisos donde los antiguos persas se refugiaban en tiempos de guerra.
Se encuentra en la metrópoli del mismo nombre, a 10 km al norte de la provincia central de Kahshán., en la pequeña ciudad de Nushabad, Irán también deletreado Noosh Abad, se encuentra una ciudad subterránea en expansión. A pesar de su impresionante escala, el antiguo refugio enterrado era completamente desconocido hasta hace una década, cuando un residente inconsciente tropezó con un túnel mientras cavaba una zanja de alcantarillado en su casa.
Lo que se descubrió fue una extensa ciudad subterránea de 1.500 años de antigüedad, ubicada entre 3 y 18 metros 10 a 60 pies de profundidad. La red laberíntica estaba compuesta por tres pisos de túneles, cámaras, conductos de aire, escaleras, canales y trampas explosivas. Se considera una maravilla de la arquitectura y la ingeniería antiguas.
La ciudad subterránea de Nushabad en Kashan, provincia de Isfahán, tiene tres niveles. El primer nivel está construido a una profundidad de tres metros y el tercer nivel está a una profundidad de 16 metros. Todos los espacios están creados por excavaciones delicadas y sutiles en el subsuelo e incluyen pasillos con una altura de 180 cm y en algunas partes a 90 cm con diferentes anchos y habitaciones con diferentes tamaños se pueden ver en ambos lados. El final de cada corredor conduce a otro. Los niveles de esta ciudad están unidos por canales verticales y horizontales. Además de estos canales, hay grandes rocas idénticas a las de los molinos. Al resguardarse en los niveles inferiores, la apertura del canal se cerraba con estas rocas.
La construcción de esta ciudad subterránea hecha por el hombre, llamada Ouee o Ouyi, se remonta al Imperio Sasánida o Neo-Persa que gobernó desde 224 hasta 651. Los habitantes cavarían cámaras subterráneas como escondites para mujeres, niños y ancianos en caso de un ataque de invasores extranjeros.
A lo largo de los años, las cámaras individuales se fusionaron y se construyeron conductos de aire, tuberías de agua, espacios de almacenamiento y baños, creando una ciudad subterránea sostenible que se utilizó como refugio en tiempos de guerra. Cada familia tenía su propia habitación de algún tipo, con un túnel que corre a lo largo de estas habitaciones, similar al pasillo de un hotel.
Nushabad esconde miles de secretos bajo tierra
De aguas frescas
La ciudad fue fundada por el rey Ouyi en el período de los sasánidas, cuando errando por el desierto iraní encontró un manantial de agua, al beber de él quedó tan complacido por las aguas que del lugar manaban que ordenó construir su capital en ese sitio, bautizándose como Anoush Abad, que quiere decir “lugar de aguas deliciosas y frescas”.
El lugar posee un manantial subterráneo de aguas frescas
La ciudad se edificó en ese sitio, y empezó a florecer bastante, pues las personas de toda la región acudían al lugar a beber agua, a refugiarse del verano y a descansar. Entonces el rey ordenó construir una ciudadela subterránea en el nacimiento del manantial para que las personas se refugiaran también del calor del desierto, y así nace la verdadera grandeza de Shabad.
Bajo el suelo
La ciudadela que se construyó pronto se modificó para que además sirviera como refugio, y les dio bastantes resultados, pues un milenio después los mongoles invadieron la región sólo para encontrar la ciudad vacía, toda la gente se había refugiado en los túneles. Sin embargo, con la invención de la pólvora el refugio dejó de ser efectivo y el lugar quedó abandonado.
La ciudad arroja cada vez vestigios más y más antiguos
En el laberinto extremadamente bien conservado de Shabad se han encontrado vasijas y vestigios que cada vez le dan una mayor edad a la ciudad. Inicialmente se había datado del siglo VII después de Cristo, pero entre más hondo llegamos, más vieja se vuelve esta fascinante ciudadela.
Pese a que muchas estructuras de la ciudad desaparecieron debido a las inundaciones y el paso del tiempo, se han descubierto algunas vasijas de loza con una antigüedad de 1800 años (época sasánida), las cuales se utilizaban en la época Safávida también
Aparte de la puerta principal, la altura de todos los recintos de la ciudad subterránea alcanza los 170 a 180 cm de altura (lo que mide un ser humano normal). Sobre las paredes y en breves intervalos se encuentran todavía algunas marcas de antiguas lámparas. La luz de estos espacios fue posible gracias a las linternas de aceite de terracota. El primer piso estaba hecho de caminos y corredores para desviar a los posibles invasores. El segundo y tercer piso era el lugar para refugiarse y vivir en tiempos de peligro y donde se guardaban los suministros de alimentos.
En algunas paredes se encuentran bajas plataformas en las que se sentaba la gente.
La ciudad, de aproximadamente 4 km2 de superficie, fue descubierta accidentalmente hace 12 años.
Civilizaciones prehistóricas
Sin embargo, si dejamos de lado la teoría de las guerras y las temperaturas extremas, como la razón por la que se construyó la antigua ciudad, una más polémica sugiere que en la antigüedad la gente buscó refugio después de que las explosiones “nucleares” desvainaran la región.
Debido al hecho de que esta no es la única ciudad subterránea en existencia, muchos autores y seguidores de la antigua teoría de los astronautas han presumido que la gente antigua construyó numerosas ciudades subterráneas con el fin de escapar de la ‘guerra nuclear’ que los seres, malinterpretados como dioses, trajeron la raza humana.
Hay teorías que sugieren que en Mohenjo-Daro, en el oeste de Pakistán, la evidencia de una explosión nuclear que ocurrió hace miles de años fue encontrada por expertos, que ha llevado a muchos autores e investigadores a proponer que las civilizaciones prehistóricas existían en La tierra antes de la historia escrita y poseían tecnologías más avanzadas de lo que jamás podríamos imaginar.
La antigua ciudad de Mohenjo-Daro fue destruida, y los altos niveles de radiación fueron supuestamente encontrados entre sus ruinas.
Esta ciudad quedó destruida, y en su interior se encontraron altos niveles de radiación. Las rocas se derritieron con cerca de 1500 grados. En sus calles se encontraron 44 cuerpos que se cree murieron por un evento violento.
“En su libro ‘Enigmas de la Historia Antigua’, [Alexander] Gorbovsky explica que el último esqueleto encontrado en el antiguo asentamiento de Mohenjo-Daro contenía un nivel de radiación 50 veces mayor que el que debía registrar”, reporta Ancient Origins.
Esta es la razón por la cual muchos autores argumentan que las ciudades antiguas que vemos en todo el mundo son el resultado de las culturas antiguas que escaparon de acontecimientos extremadamente violentos que azotaron nuestro planeta hace miles de años.
Desastre del lago Nyos
Desastre del lago Nyos
El 21 de agosto de 1986, una erupción límnica en el lago Nyos, en el noroeste de Camerún, mató a 1.746 personas y 3.500 cabezas de ganado.[1]
El lago Nyos como apareció ocho días después de la erupción
Fecha: 21 de agosto de 1986
Ubicación: Camerún
Tipo: erupción límnica
Fallecidos: 1.746
La erupción provocó la liberación repentina de entre 100.000 y 300.000 toneladas (1,6 millones de toneladas, según algunas fuentes [¿quién?]) de dióxido de carbono (CO2).[2][3] La nube de gas se elevó inicialmente a casi 100 kilómetros por hora (62 mph; 28 m/s) y luego, siendo más pesada que el aire, descendió sobre las aldeas cercanas, desplazando todo el aire y asfixiando a personas y ganado en 25 kilómetros (16 millas) del lago.[4][5]
Desde entonces se ha instalado en el lago un sistema de desgasificación con el objetivo de reducir la concentración de CO2 en las aguas y, por tanto, el riesgo de nuevas erupciones. Junto con el desastre del lago Monoun dos años antes, es una de las dos únicas erupciones límnicas registradas en la historia.[6]
Erupción y liberación de gases.
Se desconoce qué provocó la catastrófica desgasificación.[7][8][9] La mayoría de los geólogos sospechan que se trata de un deslizamiento de tierra, pero algunos creen que pudo haber ocurrido una pequeña erupción volcánica en el lecho del lago.[10][11] Una tercera posibilidad es que el agua de lluvia fría que cayó a un lado del lago provocó el vuelco. Otros, todavía[¿quién ] creen que hubo un pequeño terremoto, pero como los testigos no informaron haber sentido ningún temblor la mañana del desastre, esta hipótesis es poco probable. [cita necesaria] El evento resultó en que el agua profunda sobresaturada se mezclara rápidamente con las capas superiores del lago, donde la presión reducida permitió que el CO2 almacenado efervesciera fuera de la solución.[12]
Se cree que se liberaron alrededor de 1,2 kilómetros cúbicos (4,2 × 1010 pies cúbicos) de gas.[13] Las aguas normalmente azules del lago se volvieron de un rojo intenso después de la desgasificación, debido al agua rica en hierro de las profundidades que sube a la superficie y es oxidada por el aire. El nivel del lago bajó aproximadamente un metro y los árboles cercanos al lago fueron derribados.[cita necesaria]
Los científicos concluyeron a partir de la evidencia que se formó una columna de agua y espuma de 100 m (330 pies) en la superficie del lago, generando una ola de al menos 25 metros (82 pies) que barrió la orilla por un lado.[14]
Como el dióxido de carbono tiene 1,5 veces la densidad del aire, la nube se pegó al suelo y descendió por los valles, donde había varios pueblos. La masa tenía unos 50 metros (160 pies) de espesor y viajaba hacia abajo a entre 20 y 50 kilómetros por hora (12 a 31 mph; 5,6 a 13,9 m/s). Durante aproximadamente 23 kilómetros (14 millas), la nube de gas estuvo lo suficientemente concentrada como para asfixiar a muchas personas mientras dormían en las aldeas de Nyos, Kam, Cha y Subum.[4] Alrededor de 4.000 habitantes huyeron de la zona y muchos de ellos desarrollaron problemas respiratorios, lesiones y parálisis como resultado de la nube de gas.[15]
Es posible que se liberaran otros gases volcánicos junto con el CO2, ya que algunos supervivientes informaron de un olor a pólvora o huevos podridos, lo que indica que el dióxido de azufre y el sulfuro de hidrógeno estaban presentes en concentraciones superiores a sus umbrales de olor. Sin embargo, el CO2 fue el único gas detectado en muestras de agua del lago, lo que sugiere que fue el gas predominante liberado y, como tal, la causa principal del incidente.[15]
Efectos sobre los supervivientes
Ganado asfixiado por el dióxido de carbono del lago Nyos
Los periodistas de la zona describieron la escena como “parecida a las secuelas de una bomba de neutrones“.[16] Un sobreviviente, Joseph Nkwain de Subum, se describió a sí mismo cuando despertó después de que los gases golpearon:[4] [17]
No podía hablar. Quedé inconsciente. No podía abrir la boca porque entonces olí algo terrible… Escuché a mi hija roncar de una manera terrible, muy anormal… Al cruzar a la cama de mi hija… Me desplomé y caí. Estuve ahí hasta las nueve de la mañana (del viernes, del día siguiente)… hasta que un amigo mío vino y tocó a mi puerta… Me sorprendí al ver que mis pantalones estaban rojos, tenían algunas manchas como la miel. Vi algo… de almidón en mi cuerpo. Mis brazos tenían algunas heridas… No sabía muy bien cómo me salieron estas heridas… Abrí la puerta… Quería hablar, no me salía el aliento… Mi hija ya estaba muerta… Me metí en la cama de mi hija pensando que todavía dormía. Dormí hasta las 4.30 de la tarde… del viernes (el mismo día). (Entonces) logré ir a las casas de mis vecinos. Estaban todos muertos… Decidí irme… (porque) la mayor parte de mi familia estaba en Wum… Conseguí mi motocicleta… Un amigo cuyo padre había muerto se fue conmigo (para) Wum… Mientras cabalgaba… a través de Nyos no vi ninguna señal de ningún ser vivo… (Cuando llegué a Wum), no podía caminar, ni siquiera hablar… mi cuerpo estaba completamente débil.
Tras la erupción, muchos supervivientes fueron tratados en el hospital principal de Yaundé, la capital del país. Se creía que muchas de las víctimas habían sido envenenadas con gases a base de azufre. El envenenamiento por estos gases provocaría ardores en los ojos y la nariz, tos y signos de asfixia similares a los de un estrangulamiento.[9]
Las entrevistas con los supervivientes y los estudios patológicos indicaron que las víctimas perdieron rápidamente el conocimiento y que la muerte fue causada por asfixia con CO2.[18] A niveles no letales, el CO 2 puede producir alucinaciones sensoriales, de modo que muchas personas expuestas al CO 2 informan el olor de compuestos sulfúricos cuando no hay ninguno presente.[18] Las lesiones cutáneas encontradas en los sobrevivientes representan llagas por presión y, en algunos casos, exposición a una fuente de calor, pero no hay evidencia de quemaduras químicas o quemaduras repentinas por exposición a gases calientes.[18]
Desgasificación
La magnitud del desastre llevó a muchos estudios sobre cómo se podría prevenir una recurrencia.[19] Varios investigadores propusieron la instalación de columnas desgasificadoras desde balsas en medio del lago.[20][21] El principio es ventilar lentamente el CO 2 levantando agua muy saturada desde el fondo del lago a través de una tubería, inicialmente usando una bomba, pero solo hasta que la liberación de gas dentro de la tubería levante naturalmente la columna de agua efervescente, haciendo que el proceso sea autosostenible.[22]
A partir de 1995, se llevaron a cabo con éxito estudios de viabilidad y en 2001 se instaló el primer tubo de desgasificación permanente en el lago Nyos. En 2011 se instalaron dos tuberías adicionales.[22][23] En 2019 se determinó que la desgasificación había alcanzado un nivel esencialmente estado estacionario y que una sola de las tuberías instaladas sería capaz de autosostener el proceso de desgasificación en el futuro, manteniendo indefinidamente el CO 2 en un nivel seguro, sin necesidad de energía externa.[24]
Se sospecha un peligro similar en el lago Kivu
Tras el desastre del lago Nyos, los científicos investigaron otros lagos africanos para ver si podría ocurrir un fenómeno similar en otros lugares. En 2005, también se descubrió que el lago Kivu en la República Democrática del Congo, 2.000 veces más grande que el lago Nyos, estaba sobresaturado, y los geólogos encontraron evidencia de que los eventos de desgasificación alrededor del lago ocurrían aproximadamente cada mil años.[25]
Sin embargo, un estudio realizado en 2018 y publicado en 2020 encontró fallas en el estudio de 2005, incluido un posible sesgo en la conversión de las concentraciones a presiones parciales, una sobreestimación de las concentraciones o un problema de calibración de los sensores a alta presión. El estudio de 2020 encontró que cuando se tuvieron en cuenta estos errores, el riesgo de una erupción de gas en el lago Kivu no parecía aumentar con el tiempo.[26]
El desastre fue tan grave que el presidente del país apeló a la ayuda internacional.
La investigación
Pasaron varias semanas de investigaciones científicas para descubrir qué había ocurrido en la zona.
Se llamó a expertos de todo el mundo para que ayudaran a desvelar el misterio. Uno de ellos fue el médico británico Peter Baxter, quien llegó a la zona unas dos semanas después del desastre.
“Todavía había cuerpos de personas y animales muertos esparcidos en las colinas de la zona. Cuando llegamos al pueblo de Nyos, que era un grupo de pequeñas chozas de barro, todo estaba en silencio y no había señales de vida”, le cuenta el doctor Baxter al programa “Witness” de la BBC.
“Y cuando nos acercamos al lago, el lago Nyos, al que se llegaba escalando una pequeña colina, vimos que sus aguas estaban muy calmadas, inalteradas, pero había peces y vegetación muertos en la superficie en los márgenes del lago”.
“La única vida que pudimos ver en el agua eran ranas, que son muy resistentes a las alteraciones y parecían estar prosperando en estas aguas”, agrega Peter Baxter.
George Kling, profesor de la Universidad de Michigan, también fue invitado a ayudar en la investigación.
“Cuando llegamos al lago Nyos había una atmósfera escalofriante, toda la gente y todos los animales de la zona estaban muertos”, cuenta.
“Había silencio, pero todos los edificios estaban de pie y no parecía que hubiera habido un huracán o una inundación o algo por el estilo”.
No se sabe porqué cientos de personas murieron con el gas tóxico pero otros cientos que también fueron expuestas lograron sobrevivir.
Al parecer el dióxido de carbono se había estado formando en la profundidad del lago durante varios años.
Los científicos afirman que es el mismo efecto que se produce al agitar una botella de champaña y después sacarle el corcho.
Tal como explica George Kling: “Debido a que el lago estaba estratificado, o sea es muy profundo y las capas superiores no se mezclan con las capas inferiores, el gas que se formó en las capas inferiores esencialmente estaba atrapado. Eso provocó que el gas se acumulara con el paso del tiempo en una cantidad enorme y con tremenda presión”.
Testimonios del horror
Ifrain Che estaba en su choza de barro en un acantilado sobre el lago Nyos, en las volcánicas tierras altas del noroeste de Camerún. La luna iluminaba el agua, más allá las colinas y los valles. Alrededor de las 9 de la noche, Ifrain, un granjero que vivía con sus cuatro hijos, escuchó un temblor que parecía como el de un deslizamiento de rocas. Luego, una extraña niebla blanca se elevó desde el lago. Ifrain les dijo a sus hijos que parecía como que iba a comenzar a llover y se fue a la cama, sintiéndose un poco mal.
Más abajo, cerca de la orilla del lago, Halima Suley, una ganadera, y sus cuatro hijos se habían retirado para pasar la noche. Ella también sintió el retumbar; sonaba, recordaría más tarde, como “el grito de muchas voces”. De repente, un fuerte viento rugía a través del pequeño conglomerado de chozas con techos de paja de su familia, y rápidamente ella se desmayó, “como una muerta”, dijo. Con las primeras luces del día, Ifrain se dirigió colina abajo. El Nyos, normalmente de un azul cristalino, se había vuelto de un rojo opaco. Cuando llegó al único arroyo del lago, una cascada que caía desde un punto bajo en la orilla, encontró que este, contrariamente a lo normal, estaba seco. En ese momento notó el brutal silencio; aún el usual coro matutino de los pájaros y de los insectos estaba ausente. Ifrain estaba tan asustado que sus rodillas temblaban, y corrió a lo largo del lago. Luego escuchó llantos. Era Suley, quien, en un frenesí de miedo y dolor, se había arrancado las vestiduras. “¡Ifraín!”, gritó. “¡Ven aquí! ¿Por qué está mi familia tirada en este lugar? ¿Por qué no se mueven?”
Ifrain intentó mirar hacia otro lado: diseminados a su alrededor estaban los cuerpos de los hijos de Suley, los de 31 otros miembros de su familia y los cadáveres de sus 400 cabezas de vacas. Suley intentaba despertar a su fallecido padre. “Ese día no había moscas sobre los muertos”, dijo Ifrain. Las moscas también habían muerto.
Bajó corriendo la colina, hacia la villa que lleva el nombre del lago. Allí, casi todos los mil ochocientos residentes estaban muertos, incluyendo a sus padres, hermanos, tíos y tías. “Yo lloraba, y lloraba, y lloraba”, dijo. Era el 21 de agosto de 1986; el fin del mundo, o así al menos lo creyó Ifrain.
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