Archivo diario: 18 abril, 2025
Terremoto de Valdivia de 1960
Terremoto de Valdivia de 1960
Coordenadas: 38°08′35″S 73°24′25″O
Terremoto de Valdivia de 1960
9.51 en potencia de Magnitud de Momento (MW)
9.5 en escala de Richter (ML)
Parámetros
Fecha y hora: 22 de mayo de 1960, 15:11:43 UTC-43
Tipo: Falla inversa interplacas (Nazca contra las placas de Chiloé y Sudamericana)
Profundidad: 35 km23
Duración: 14 min aprox.
Consecuencias
Zonas afectadas
Terremoto: Zona central y sur de Chile (actuales regiones de Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén)
Solo tsunami: Isla de Pascua, Chile, Hawái y California, Estados Unidos, Japón, Filipinas, Nueva Zelanda, Baja California y Estado de Guerrero, México
Réplicas: 4 (min>6.5 y max<7.0 en la Península de Taitao)
Víctimas: Entre 16554 y 20005 muertos
El megaterremoto de Valdivia de 1960, conocido también como el gran terremoto de Chile, fue un sismo ocurrido a las 15:11:43, hora local (UTC-4), del domingo 22 de mayo de 1960.36 Su epicentro se localizó en las cercanías de Traiguén,3 provincia de Malleco (actual Región de La Araucanía, Chile), y tuvo una magnitud de 9,5 MW,1 siendo el más potente registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad.17
El sismo fue percibido a nivel planetario y produjo una serie de maremotos —cuyo alcance se extendió a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico, incluyendo Hawái y las costas de Japón— y la erupción del volcán Puyehue, que cubrió de cenizas el lago homónimo. Se estima que esta catástrofe natural costó la vida de entre 16554 y 20005 personas, y dejó damnificados a más de 2 millones.
Junto con el evento principal, entre el 21 de mayo y el 6 de junio se produjo una serie de movimientos telúricos de importancia que afectó a gran parte del centro y sur de Chile.
Conte
xto sismológico
Ubicación del cinturón de fuego del Pacífico, la zona más sísmica del mundo.
Chile se ubica a lo largo de una zona de alta sismicidad conocida como el «Cinturón de fuego del Pacífico». Esto es producto del choque tectónico entre la placa de Nazca y las placas Sudamericana y de Chiloé. Al mismo tiempo ocurre la subducción de la primera bajo ambas placas continentales. La energía que se produce debido a la tensión entre estas placas se puede acumular para manifestarse en grandes movimientos telúricos. Estas características geológicas hacen que Chile sea catalogado como el país sísmicamente más activo del mundo,8 registrando más de un centenar de terremotos sobre magnitud 7 y una decena de grandes maremotos.910
Pese a la frecuencia de terremotos en Chile, estudios actuales indican que terremotos similares al de 1575, denominados «gigantes», tienen un patrón de ocurrencia cercano a los 300 años y han provocado cambios drásticos en la estructura de la Tierra.11
Ubicación de la subducción entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana.
Esquema mostrando la subducción de una placa oceánica por debajo de una placa continental.
Preludio: terremoto en Concepción
21 de mayo de 1960
A las 6:02 del sábado 21 de mayo, un terremoto sacudió gran parte del sur de Chile. Se registraron doce epicentros en la costa de la península de Arauco, actual Región del Biobío. El movimiento tuvo una magnitud entre 8,1 y 8,3 Mw,1213 y la intensidad máxima fue X en la escala de Mercalli, siendo percibido en gran parte del país, desde el Norte Chico hasta la zona de Llanquihue.
Produjo graves daños en diversos edificios y obras viales, afectando principalmente las ciudades de Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán, Cañete, Los Ángeles y Angol. Más de un centenar de personas falleció producto del sismo. En Concepción, un tercio de los edificios presentaron derrumbes,14 mientras que en la vecina Talcahuano la cifra superó el 60 %. Las comunicaciones telefónicas desde Santiago al sur quedaron inmediatamente interrumpidas y las primeras noticias en la capital se obtuvieron por informes del periodista Enrique Folch, quien había captado señales de radioaficionados desde la zona del sismo.
El presidente Jorge Alessandri suspendió inmediatamente las ceremonias en honor al Día de las Glorias Navales que se festejaba el mismo 21 de mayo; sin embargo, el tradicional mensaje presidencial a la nación desde el Congreso Nacional se realizó de igual forma.15 En su discurso, Alessandri llamó a apoyar a los habitantes de la provincia de Concepción, la más afectada, y solicitó ayuda a las zonas no afectadas del país y a la comunidad internacional para dicha tarea.15
22 de mayo de 1960
A las 6:33 del domingo 22 de mayo, un segundo terremoto sacudió la zona y derrumbó las construcciones ya deterioradas por el sismo del día anterior; esta vez no hubo muertos, puesto que gran parte de la población había evacuado sus hogares por miedo a derrumbes.
A las 14:55, un tercer terremoto azotó las ciudades afectadas. Los cortes en tendidos eléctricos produjeron diversos incendios y también hubo ruptura de cañerías de agua potable. Pese a que muchas edificaciones estaban destruidas en su interior, sus fachadas se mantenían prácticamente intactas.
Cataclismo en Valdivia
Mapa del epicentro del terremoto del 22 de mayo de 1960 según la USGS.
Vista de una calle en el centro de Valdivia tras el maremoto del 22 de mayo de 1960.
A las 15:11:43, hora local (UTC-4), del domingo 22 de mayo de 1960, comenzó a producirse una ruptura tectónica de proporciones nunca antes registradas en la historia de la humanidad. El epicentro de este gran sismo comenzó en la zona cercana a Traiguén (provincia de Malleco, actual Región de la Araucanía) y poco a poco se expandió hacia el sur en una sucesión de rupturas epicentrales a todo lo largo de la costa meridional de Chile. El masivo evento fracturó toda la zona de subducción entre las penínsulas de Arauco y de Taitao, en una extensión de más de 1000 km de norte a sur.
El cataclismo alcanzó una magnitud de 9,5 MW1 y tuvo una duración superior a los 10 minutos. Estudios posteriores sostienen que, en realidad, se trató de una sucesión de 37 o más terremotos cuyos epicentros se extendieron a lo largo de 1350 km. En suma, el cataclismo devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, es decir, más de 400 000 km². La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores.
El terremoto era como un gigantesco cíclope que con un enorme mazo iba aplastando todo con furiosa ira. Un solo golpe y abajo la torre del cuartel de Bombas… Impuestos Internos, el Centro Español, la Catedral, la Iglesia Evangélica y tantos otros. De pronto el gigante enloqueció y empezó a repartir mazazos a diestra y siniestra, dejando brutalmente herida a toda la ciudad.
Hernán Olave describiendo el terremoto en el libro Horas de tragedia16
El terremoto alcanzó una intensidad de entre X y XII grados en la escala sismológica de Mercalli en Valdivia. Gran parte de sus edificaciones se derrumbaron inmediatamente, mientras el río Calle-Calle inundaba las calles del centro urbano. Situaciones similares ocurrieron en otras ciudades de la región, arrasando con aquellos edificios que aún se mantenían en pie tras el sismo del día anterior.
El eje terrestre se movió 3 cm, mientras las placas de Nazca y de Chiloé se acercaron bruscamente cerca de 40 metros, cuando normalmente lo hacen entre 8 y 9 cm anuales. Dicha energía equivale a aproximadamente el 22,2 % de la energía liberada por todos los movimientos sísmicos entre enero de 1906 y diciembre de 2005 (100 años exactos).17
Maremoto en el Pacífico
Hilo después del maremoto que afectó el archipiélago de Hawái.
Recorrido del maremoto desde Valdivia a lo largo del océano Pacífico.
Algunos minutos luego del sismo principal, todas las localidades costeras entre Concepción y Chiloé fueron arrasadas por un tsunami. Producto de la potencia del movimiento sísmico, el maremoto fue devastador en casi toda su extensión. En el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar se elevó sobre 4 m antes de comenzar a retraerse rápidamente (cerca de las 16:10), arrastrando barcos ubicados en la bahía —principalmente los navíos Santiago, San Carlos y Canelos—. A las 16:20, una ola de 8 m de altura azotó la costa a más de 150 km/h, ocasionando la muerte de cientos de habitantes de diversas localidades. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando ruinas de pueblos costeros para impactar nuevamente con una ola superior a 10 m de altura. Varios navíos resultaron completamente destruidos, salvo el Canelos, que encalló tras ser arrastrado por más de 1,5 km tierra adentro.
Posteriormente, la onda expansiva comenzó a recorrer el océano Pacífico. En Isla de Pascua (Rapa Nui), el tsunami generó olas superiores a los 10 m de altura, destruyendo el ahu Tongariki e ingresando más de un kilómetro hasta la base del Rano Raraku.19 Quince horas después del evento en Valdivia al archipiélago de Hawái, a más de 10 000 km de distancia del epicentro; la ciudad de Hilo fue la más afectada, contabilizando la muerte de 61 personas producto de olas que alcanzaron los 10 m de altura, mientras en el resto del archipiélago el aumento de las aguas llegó a los 4 metros.20
Fuera de Chile, el país más afectado por el maremoto fue Japón, donde 139 personas perdieron la vida producto de olas superiores a los 6 m,20 especialmente en la región de Sanriku, al noroeste de la isla de Honshu. 21 personas murieron en las Filipinas y 2 en California, producto de olas entre 1,5 y 2 m. Similares eventos se registraron en Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas, aunque de menor magnitud. En Hong Kong, se registró un aumento en el nivel del mar de 0,3 m producto del sismo en Valdivia.21 Las olas más grandes se registraron en las islas Pitcairn (12,2 m) y la península rusa de Kamchatka (7 m), aunque la baja población en ambas regiones evitó mayores daños.20
El «Riñihuazo»
Cuando la pavorosa pesadilla del terremoto haya pasado, se escribirá la epopeya del Riñihue: lo que hizo el hombre, ayudado por la máquina y por la técnica, para impedir la destrucción de una zona de cien mil habitantes, por la acción de las aguas de un lago, que quedaron aprisionadas y que quisieron recuperar su libertad con furia y fuerza homicida y devastadora.
Luis Hernández Parker22
Dos días después del terremoto, el volcán Puyehue, a 200 km del epicentro, hizo erupción.
Mientras la noticia del terremoto más fuerte registrado en la historia recorría el mundo y reporteros internacionales, políticos y militares se dirigían a las ciudades afectadas, una posible catástrofe aún mayor era analizada por organismos gubernamentales. Debido al terremoto, diversos cerros se habían derrumbado bloqueando el desagüe del lago Riñihue (39°46′43″S 72°27′03″O). El Riñihue es el último de los Siete Lagos, una serie de lagos interconectados, y desagua por el río San Pedro que recorre diversas localidades hasta llegar a Valdivia antes de desembocar en el Pacífico.
Antecedentes del tipo de desastre que se podía producir, ya se conocían; ya que está descrito que en el terremoto del 16 de diciembre de 1575, en el que la «fuerza del sismo fue tan grande, que un derrumbe cerró el desaguadero del lago Riñihue, dique que cedió en abril del año siguiente, inundando en forma desastrosa una extensa región».23
Al bloquearse el río San Pedro, el nivel de las aguas comenzó a crecer rápidamente. Cada metro que subía el nivel del lago correspondía a 20 millones de m³ por lo que cuando el lago se rebasase al superar el tercer y último tapón de 24 m de altura, tendría más de 4800 millones de metros cúbicos que bajarían por el río San Pedro con un caudal de más de 3000 m³/s (durante sus crecidas, el San Pedro no superaba los 400 m³/s) destruyendo todos los pueblos en su ribera en menos de 5 horas. Dicho caudal podría haber aumentado a cifras incalculables en caso de que el tapón formado hubiese colapsado.
Para evitar la destrucción definitiva de Valdivia y Corral, diversos batallones del Ejército de Chile y cientos de obreros y constructores de la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y el Ministerio de Obras Públicas (MOP) participaron en la tarea de controlar el vaciado del lago de tal forma que su cauce no arrasara lo que quedaba de aquellas ciudades. Para esto, se intentó con 27 topadoras, trabajar para bajar el nivel del tapón de 24 a 15 m y permitir que el lago comenzara a vaciar lentamente 3000 millones de m³, mientras otros detenían el flujo de los ríos que conectan el Riñihue con los lagos Panguipulli, Calafquén, Neltume y Pirihueico. Sin embargo la maquinaria, a pesar de ser cotidianamente utilizada en movimiento de tierras, no tuvo mayor avance debido a que las orugas se pegaban en el barro haciendo imposible la movilidad. De esta forma, la única posibilidad de eliminar el tapón, quedó en manos de cientos de obreros llegados de distintos rincones del país, los verdaderos héroes, que armados con una simple pala, consiguieron lo que la maquinaria no pudo. El 23 de mayo, tras agotadoras horas de trabajo, el lago comenzó lentamente a vaciarse desvaneciendo el potencial peligro para los 100 000 habitantes que vivían en la zona afectada. Los trabajos, liderados por el ingeniero Raúl Sáez, acabaron solamente dos meses después del inicio de las maniobras.
Todos estos eventos son conocidos como la «hazaña» o «epopeya del Riñihue», producto de la gravedad de la situación y la forma en que se desarrolló la respuesta por parte de los integrantes de los organismos del Estado chileno, las empresas privadas y públicas, el Ejército y miles de voluntarios que colaboraron directa e indirectamente en la faena.24 Todos estos hechos quedaron registrados en un documental llamado La Respuesta (Hazaña del Riñihue) realizado por el historiador chileno-español Leopoldo Castedo, en el cual se narra la respuesta para desactivar el potencial destructivo de la naturaleza.2526
Víctimas y daños
Vapor hundido Carlos Haverbeck y Canelos – Chile, otoño de 1960.
Un barco fue arrojado por la ola del tsunami en una casa – Corral, otoño de 1960.
Gran parte del sur de Chile fue destruido por los dos terremotos y el maremoto; el periódico La Cruz del Sur informaba el 28 de mayo de 1960 la existencia preliminar de 962 muertos, 1410 desaparecidos y 160 heridos de diversa consideración.5
Ñuble a Cautín
Chillán, la ciudad más austral que mantenía contacto con Santiago tras el terremoto, tuvo el 20 % de sus edificios dañados gravemente. Talcahuano quedó con el 65 % de sus viviendas destruidas y el 20 % de las que se mantenían estaban inhabitables, mientras la vecina ciudad de Concepción contaba con más de 125 muertos y 2000 hogares arrasados.[cita requerida] El puente sobre el río Biobío se derrumbó en tres secciones, mientras la usina de la Siderúrgica Huachipato estuvo a punto de quedar inutilizable, después de que la mezcla de hierro comenzara a enfriarse tras el corte de la energía eléctrica. El agua inundó las minas subterráneas de carbón de la península de Arauco. Los Ángeles fue destruida en un 60 % y Angol en alrededor del 82 %, quedando 6000 personas en dicha ciudad sin hogar.[cita requerida] El lago Villarrica se desbordó, mientras un alud de tierra sepultó a los 300 habitantes de la comunidad mapuche de Peihueco.[cita requerida]
Valdivia
Valdivia y sus alrededores fueron las zonas más afectadas con el desastre natural de 1960. El 40 % de los hogares fue destruido por el movimiento telúrico, dejando a más de 20 000 personas damnificadas.[cita requerida] El río Calle-Calle se desbordó, inundando gran parte del centro de la ciudad, lo que obligó a la evacuación de los barrios de Collico, Las Ánimas e Isla Teja. Los principales edificios, como el del Cuerpo de Bomberos y el Hospital, quedaron inutilizables. El cercano puerto de Corral sufrió el azote del maremoto que arrastró a gran parte de su población, dejando centenares de muertos y desaparecidos. La bahía en que desemboca el río Valdivia recibió a diversos barcos arrastrados por las olas: el Carlos Haverbeck y Canelos, los vapores Prat y Santiago, los remolcadores Pacífico y Chanchorro y el buque de dragado Covadonga, muchos de los cuales se hundieron principalmente. El Canelos varó en un sector del río Valdivia, mientras que el Santiago recaló en las cercanías de Niebla y la Covadonga, sobre una escuela en las cercanías del río Cutipay.[cita requerida]
Pueblos costeros
Al igual que en Corral, en toda la costa el maremoto provocó más daños que el terremoto mismo. En la zona de Cautín, los pueblos de Toltén —el cual fue trasladado a un nuevo emplazamiento—, Puerto Saavedra y Queule fueron prácticamente borrados del mapa. En Puerto Saavedra, su población de 2500 habitantes alcanzó a huir a tierras altas antes de presenciar como las olas arrastraban las casas mar adentro —a excepción de una—; lo mismo ocurrió con los otros dos pueblos que fueron completamente asolados.[cita requerida] Situaciones semejantes ocurrieron en poblados de la costa de Valdivia (como Los Morros, San Carlos, Amargos, Camino Amargos, Corral Bajo, La Aguada, San Juan, Ensenada, Niebla, Mehuín y Los Molinos) y la costa de la provincia de Osorno (Bahía Mansa, Pucatrihue, Maicolpué y Choroy Traiguén).
Osorno
En el sector cordillerano del lago Rupanco más un centenar de personas desaparecieron o murieron producto del terremoto, luego de que el desprendimiento de más de 100 millones de metros cúlbicos de tierra al lago provocó una ola de hasta 10 metros de alto que golpeó a las localidad de Gaviotas y sus alrededores. Una de las pérdidas más significativas fue el Hotel Termas de Rupanco, que fue arrasado por completo por un alud.27
Llanquihue y Chiloé
Puerto Montt fue una de las comunas más devastadas por el terremoto. Si bien la cantidad de fallecidos no superó la centena —en ese tiempo la población urbana bordeaba los 36 000 habitantes—, el 70 % de las viviendas de la ciudad quedó en estado irreparable o inhabitable.282930 El puerto, la costanera, la estación de ferrocarriles, Angelmó, el barrio Chorrillos-Miraflores y Población Modelo fueron algunos de los sectores más afectados,31 mientras que en Población Modelo —debido al deslizamiento de laderas— se registró el mayor número de víctimas.30 El aeropuerto El Tepual —cuya pista había sido terminada recientemente por lo que fue abierto para atender la catástrofe— cumplió un rol crítico (junto con la base aérea de Chamiza) para el establecimiento de un puente aéreo de ayuda internacional con el cual se auxilió a los miles de afectados en la zona, ya que era el único aeropuerto que se encontraba en la zona afectada al sur de Concepción.2930 La gran destrucción causada en la comuna y provincia fue el ímpetu con el cual la ciudad empezaría después a expandirse hacia sus terrazas, gracias a la creación de nuevas poblaciones que abastecerían la alta demanda de viviendas que provocó el terremoto.31
En Chiloé, gran parte de los pueblos costeros también sufrieron el embate de las aguas, con cifras aproximadas de 800 muertos,5 destruyéndose además la mayor parte de los palafitos en lugares como Chonchi o Dalcahue; los pequeños poblados de la costa occidental quedaron aislados y Rahue fue completamente arrasado y destruido por completo.
Impacto posterior
Consecuencias: Creación de nuevos organismos
El impacto del terremoto de Valdivia, tanto en Chile como en otros países, llevó a varios gobiernos a la creación de nuevos organismos públicos orientados a prevenir y controlar el daño derivado de eventos sísmicos de gran magnitud.
En Chile, el Plan Nacional de Emergencias creado para enfrentar la catástrofe de Valdivia se mantuvo años posteriores y en 1974 se convirtió oficialmente en la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, la cual tiene como objetivo planificar, coordinar y ejecutar las acciones destinadas a prevenir o solucionar los problemas derivados de catástrofes naturales y otras emergencias.
El tsunami que arrasó con varias localidades a lo largo del Pacífico impulsó a las Naciones Unidas a solicitar la creación de un sistema de alertas global que avisara de la ocurrencia de fenómenos similares. Así, en 1965 nació el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (Pacific Tsunami Warning Center o PTWC, en inglés), localizado en Honolulu, Hawái.20
Investigación sobre sacrificios humanos
Tras el gran sismo, y durante el periodo de las fuertes réplicas y maremotos, en la localidad de Collileufú, en la costa cercana a Puerto Saavedra, zona de la Araucanía —en el corazón de la zona indígena mapuche—, se realizó el sacrificio humano de un niño de seis años, con el objetivo de calmar a la naturaleza. El menor, llamado José Luis Painecur Painecur, fue arrojado al mar desde un precipicio. Una machi o chamán del pueblo mapuche llamada Juana Namuncura Añén, planteó a la comunidad esta forma de calmar al mar tras el tsunami y se procedió a la ceremonia. El cuerpo del niño nunca fue encontrado.32
Tras investigar por dos años y procesar a los acusados, la justicia decidió no sentenciarlos dada la situación sin precedentes, dictaminando que los involucrados habían «actuado sin libre voluntad, impulsados por una fuerza física irresistible, de usanza ancestral», en conformidad con el artículo 10, inciso 9 del Código Penal chileno que establecía: «Quedan exentos de responsabilidad penal el que obra violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable».32 Durante el proceso, los inculpados recibieron golpizas y requirieron la protección de la policía.
Terremoto Valdivia.
Pero el terremoto no solo remeció el suelo bajo nuestros pies, sino que también conmocionó a la comunidad científica internacional, así como también a la sociedad, refundando las denominadas Ciencias de la Tierra.
“El terremoto de 1960 de Valdivia ocurrió en un momento crucial en el desarrollo de las geociencias”, señala Raúl Madariaga. “Fue una ocasión impactante, una experiencia de vida. Quedamos marcados por eso”, complementa Francisco Hervé. Ambos investigadores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
La primera mitad del siglo XX se caracterizó por un período de búsqueda y experimentación para saber cómo funcionaba el interior de la corteza terrestre. La Teoría de la Deriva Continental -la idea de que las masas continentales se desplazaban sobre el manto de la Tierra-, formulada por el alemán Alfred Wegener en 1912, había encontrado muchos críticos. Y la tectónica de placas, que explicaba la estructura de la litósfera y una diversidad de sucesos geológicos -como los procesos volcánicos o la formación de cadenas montañosas-, era una idea que aún no encontraba consenso en la comunidad científica.
“Hasta ese momento, la gente pensaba que los terremotos eran un fenómeno superficial, en el que estaban involucradas masas de lava a poca profundidad”, dice Madariaga. “Fue muy llamativo porque el evento de Valdivia generó un movimiento profundo en las geociencias”, complementa Hervé.
Ambos investigadores hablan desde la experiencia. En esos convulsionados años sesenta, Hervé y Madariaga eran jóvenes estudiantes de Geología e Ingeniería en la Universidad de Chile, formados académicamente bajo la hipótesis del geosinclinal, teoría desarrollada a fines del siglo XIX y que intentaba explicar la formación de las montañas. La idea, formulada por los geólogos estadounidenses James Hall y James Dwight, planteaba que la corteza era fija y que sufría procesos de enfriamiento y contracción de la corteza, lo cual era un argumento muy convincente para explicar la formación de las cordilleras y océanos.
Sin embargo, el terremoto de Valdivia de 1960 y el terremoto de Alaska de 1964 vinieron a reafirmar lo que se sospechaba hace años: que la corteza terrestre no se movía por contracción como proponían Hall y Dwight, sino por procesos de desplazamiento de las placas continentales y oceánicas. En otras palabras: que el suelo bajo nuestros pies no era fijo, sino que se desplaza continuamente a lo largo de millones y millones de años, establecen.
“Su impacto aún se siente”: cómo el terremoto de Valdivia cambió la ciencia
“El terremoto de Valdivia fue el evento sísmico más grande de la historia, por lo que la idea de que haya quedado energía acumulada era bastante cuestionable”, dice el investigador. Gran parte de esa idea, añade, se fundaba en la poca instrumentación que existía en la década del sesenta, pero de todas maneras generaba inquietud y curiosidad en la comunidad científica.
Delgado, junto a un grupo de académicos del Departamento de Geofísica U. Chile, publicaron un paper titulado “Inversión total conjunta del terremoto de Chiloé de 2016 Mw 7.62″ en el Geophysical Journal International.
El trabajo se centró casi exclusivamente en el análisis de fuentes de información e instrumentación moderna (GPS, cGPS, InSAR y datos de mareógrafos) para ver su relación con los datos del terremoto de Chiloé. “Este trabajo vino a refinar trabajos previos y gracias a él definimos que la idea que relacionaba a Chiloé con Valdivia no era correcta”, señala el estudio.
La investigación concluye que la hipótesis de estudios previos de que el terremoto de Chiloé liberó energía acumulada antes del terremoto de Valdivia no está respaldada por el conjunto de datos geodésicos, sismológicos y de tsunamis. Por lo tanto, el terremoto de Chiloé probablemente liberó toda la tensión acumulada en el área de ruptura desde el terremoto de 1960″.
Red de monitoreo inexistente
El científico alemán Alfred Wegener ya había planteado la idea del desplazamiento en su polémica obra “El origen de los continentes y océanos” (1915), en la cual describía, por ejemplo, las similitudes geológicas de las costas atlánticas de Sudamérica y África, la cual lo llevó a concluir que ambos continentes habían estado unidos en algún momento del pasado y que se habían separado con el correr del tiempo.
La teoría fue resistida e incluso desacreditada, por ser considerada imposible desde el punto de vista físico, pero tuvieron que pasar cerca de 50 años para que se convirtiera en consenso científico.
Imagen correspondiente al sismo.
Delgado explica que en la década del sesenta, “la red de monitoreo sísmica era prácticamente nula y no había sistema alerta de tsunamis, por lo que el acceso a información sobre el terremoto fue casi inexistente”, dice.
De ahí que el trabajo de George Plafker, geólogo norteamericano, fuera tan importante. En 1964, el científico estadounidense había estudiado el terremoto de Alaska con mucho interés y en 1968 visitó la zona sur de Chile donde, con huincha de medir en mano, se propuso tomar registro de las alteraciones verticales en las líneas de costa a raíz del terremoto de Valdivia.
Visitó los humedales de la zona de la desembocadura del Calle Calle y las islas del sur de Chiloé y gracias a ese trabajo, pudo describir una falla de 1.000 km de largo y 60 km de ancho, que corría de norte a sur a través de la costa chilena, con un desplazamiento de 40 km.
“La visita de Plafker a fines de la década del 60 fue clave, porque examinó la zona de subducción y gracias a él se pudo confirmar que la Placa de Nazca se introducía bajo Chile”, dice Madariaga.
En base a observaciones y mediciones minuciosas, el norteamericano ofreció una interpretación que cambiaría el curso de la geología: Plafker planteó que la falla era una “zona de convergencia”, donde la placa oceánica se introducía (subductaba) bajo la placa continental. Fue gracias a estos trabajos, en Chile y Alaska, entre muchos otros, que fue posible confirmar aspectos de la teoría de la tectónica de placas, dar sustento a la teoría de la deriva continental y reivindicar, de paso, el trabajo de Wegener más de 50 años después.
Toda una generación de científicos se volcó hacia el estudio de la Tierra. En 1968, en la conferencia de la American Geophysical Union (AGU), se presentaron artículos fundamentales que confirmaban la teoría de la tectónica de placas.
Posteriormente, una serie de investigaciones permitieron caracterizar a las rocas metamórficas, que se supone están relacionadas con eventos sísmicos. “Hay una historia geológica que se puede recopilar a partir de la información que nos entregan esas rocas, porque se forman en las profundidades, en la zona donde interactúan las placas”, señala Hervé, quien tomaría ese ámbito como campo de investigación.
Durante los años sesenta, el director de tesis doctoral de Madariaga, Keiiti Aki, desarrolló un método para calcular el momento sísmico y a partir de ahí comenzaron a entender cómo se producían estos eventos y la energía que liberaban.
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