Este Mundo, a veces insólito

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Catástrofes

Catástrofes

Relación de catástrofes, de todo tipo, generalmente grandes, tanto naturales, como debido a la acción humana, originadas por un fallo o un mal uso de materiales o técnicas, por parte de las personas encargadas del uso o mantenimiento de algún tipo de Central, Industria, Tecnologías, etc.

Algunas han sido derivadas de un incidente natural catastrófico, que ha mostrado la falta de planificación, previsión, etc., de los entes humanos responsables.

A veces claramente producto de negligencia. Con o sin víctimas humanas directas. Algunas con una fecha concreta del incidente, otras con un tiempo variable del mismo. Por regla general los efectos, ya sean puntuales o extensos, han tenido una gran duración en el tiempo.

Algunas son muy locales, y no han tenido una repercusión mundial; pero se exponen por resultar un ejemplo tipo de incidencia concreta. Como es natural se hace hincapié con las ocurridas en España.

Las causadas por enfermedades o pandemias, como pestes o similares, solo se indican puntualmente, por su relevancia histórica.

No se tienen en cuenta las originadas, o derivadas, por guerras o por actos terroristas. Excepto casos muy puntuales.

Por supuesto que han originado severos problemas medioambientales, sanitarios, etc.

Los tipos y casos originados por la negligencia humana son innumerables. Para una clasificación de los desastres naturales, visitar la página: https://es.wikipedia.org/wiki/Desastre_natural.

Como siempre no se es exhaustivo, ya que la lista sería interminable, y solo se relatan las que, a mi parecer, por sus características, son más significativas, aunque no hayan tenido un gran impacto mundial.

Loa datos se han extraído de la WWW.

Nombre Tipo Zona Fecha
Islas de plásticos y basura Residuos en el mar Océanos Siglo XX…
Agujero en la capa de ozono Naturaleza Antártida Siglo XX…
Zona muerta Erupción volcánica Océanos Siglo XX…
Cementerio electrónico Desechos de la industria electrónica China – Guiyu Siglo XX…
Destrucción Amazonía Ecuatoriana Varios Ecuador Siglo XX…
Erupción minóica – Santorini Erupción volcánica Grecia – Santorini 1628 a.C.
Erupción del Vesubio en el 79 Erupción volcánica Italia – Vesubio 24/10/0079
Terremoto de Antioquía Terremoto Turquía 13/12/0115
Erupción de Hatepe Erupción volcánica Nueva Zelanda 00/00/0180
Terremoto de Antioquía en el 526 Terremoto – Tsunami Turquía 20/04/0526
Plaga de Justiniano Epidemia de peste Imperio bizantino y sasánida 00/00/0541
Peste negra PLaga Europa 1347 a 1353
Evento de Qingyang Lluvia meteoritos China – Qingyang 00/03/1490
Terremoto de Valparaiso Terremoto – Tsunami Chile – Valparaiso 08/07/1730
Terremoto de Lisboa Terremoto Península Ibérica 01/11/1755
Terremoto de Kangding-Luding Terremoto China – Sichuan 01/06/1786
Erupción del monte Tambora Erupción volcánica Indonesia – Sumbawa 05/04/1815
SS. Sultana Naufragio – Incendio EE.UU. – Mississippi 27/04/1865
Erupción del Krakatoa Erupción volcánica Indonesia – Ktakatoa 20/05/1883
Inundaciones Río Amarillo Inundación río China 28/12/1887
Huracán de Galveston Huracán EE.UU. 27/98/1900
Erupción del Monte Pelée Volcán Francia – Martinica 23/04/1902
Barco General Slocum Naufragio EE.UU. – New York 15/06/1904
Terremoto de Kangra Terremoto India – Punjab 04/04/1905
Terremoto de San FRancisco Terremoto e incendio EE.UU. – San Francisco 18/04/1906
Bólido de Tunguska Meteoroide Rusia – Tunguska 30/06/1908
Terremoto de Mesina 1908 Terremoto – Tsunami Italia – Sicilia 28/12/1908
Titanic Naufragio Océano Atlántico 14/04/1912
Tifón chino de 1912 Tifón China – Zhejiang 25/08/1912
Lusitania Crucero torpedeado Irlanda 07/05/1915
Explosión de Halifax Choque de barcos Canadá – Halifax 06/12/1917
Gripe española Epidemia Mundo 05/02/1918
Terremoto de Haiyuan Terremoto China – Haiyuan 16/12/1920
Tornados en los tres estados Tornados EE.UU. 17/03/1925
Dust Bowl – El Cuenco del polvo Sequía y polvo EE.UU. 05/05/1932
Wilhem Gustloff Crucero torpedeado Mar Báltico 30/01/1945
Smog en Londres Niebla contaminada Inglaterra – Londres 05/12/1952
Tsunami bahía Lituya Megatsunami Alaska 09/07/1958
Intoxicación en Mequinez Cadena alimentaria Marruecos – Mequinez 01/09/1959
Catástrofe de Aberfan Industria minera Inglaterra –  Gales 21/10/1966
Enfermedad de Yusho Cadena alimentaria Japón – Kitakyushu 05/05/1968
Tormenta de nieve en Irán Tormenta de nieve Irán 03/02/1972
Desastre del Urquiola Petrolero España – La Coruña 12/05/1976
Desastre aéreo en Tenerife Aviones España – Tenerife 27/03/1977
Accidente de Three Mile Island  Central nuclear EE.UU. – Harrisburg 28/03/1979
Derrame molino de uranio en Church Rock Mina de uranio EE.UU. – Nuevo México 16/07/1979
Sete Quedas do Guaíra Desastre ecológico Brasil – Paraguay 27/10/1982
Castillo de Bellver Petrolero Sud-África – Ciudad del Cabo 06/08/1983
Desastre de Bhopal Industria química India – Bhopal 02/12/1984
Tragedia de Armero Volcán y Lahares Colombia – Tolima 13/11/1985
Desastre del lago Nyos Erupción límnica Camerún 21/08/1986
Exxon Valdez Petrolero EE.UU. – Alaska 24/03/1989
Desastre de Phillips Industria química EE.UU. – Pasadena 23/10/1989
Desastre de Portmán Industria minera España – Murcia 1957/1990
Desastre de Aznalcóllar Industria minera España – Sevilla 25/04/1998
Derrame de cianuro en Baia Mare Minería aurífera Rumanía – Baia Mare 30/01/2000
Desastre del Prestige Petrolero hundido por temporal España – Costas Atlántico Norte Este 13/11/2002
Ola de calor en Europa 2003 Ola de calor Europa 05/07/2003
Desastre de Kingston Fossil Plant Lodo de carbón EE.UU. – Tennesse 22/12/2008
Vertido petróleo Golfo de México PLataforma petrolífera Golfo de México 22/04/2010
Incendios forestales rusos 2010 Indendios/Ola de calor Rusia 28/07/2010
Accidente del Costa Concordia Crucero Italia 13/01/2012
Colapso edificio Rana Plaza Derrumbe edificio Bangladés – Savar 24/04/1913
Crisis del agua en Flint Gestión de agua EE.UU. – Michigan 25/04/2014
Explosiones Puerto de Beirut Explosión almacén de nitrato de amonio Líbano – Beirut 04/08/2020

Castillo de Bellver (petrolero)

Castillo de Bellver (petrolero)

Coordenadas: 33°31′S 17°06′E

Historial

Astillero: Astillero de Puerto Real, Navantia, Puerto RealEspaña

Tipo: superpetrolero

Operador: Elcano

Asignado: 1978

Baja: 6 de agosto de 1983

Destino: Hundido tras incendiarse

Características generales

Desplazamiento: 271 000 t en peso muerto

Eslora: 334 m

Manga: 55 m

Puntal: 27 m

El Castillo de Bellver fue un superpetrolero propiedad de la empresa estatal española Elcano, construido en los astilleros de Puerto Real (CádizEspaña), en 1978. El 6 de agosto de 1983 sufrió un incendio a 70 km de Ciudad del Cabo, en la Bahía de Saldanha, Sudáfrica, cuando transportaba 252.000 toneladas de crudo, partiéndose en dos y provocando uno de los mayores derrames de petróleo.1​ La corrosión del casco provocó el 25 de junio de 1994 un nuevo derrame desde los tanques del petrolero hundido.2

El superpetrolero español Castillo de Bellver

El Castillo de Bellver era el más grande —en tamaño y capacidad— de los cinco petroleros que poseía la empresa estatal española Elcano del Instituto Nacional de Industria (INI). Tenía un peso muerto de 271 000 t. El superpetrolero tenía una eslora total de 334 m, una manga de 55 m y un puntal de 27 m.

Fue construido en 1978 en los astilleros de Puerto Real, en Cádiz, con un coste de 2700 millones de pesetas.

El petróleo que transportaba cuando ocurrío su incendio y posterior hundimiento era propiedad de la empresa nacional española ENPETROL (Empresa Nacional de Petróleos).3​ La empresa estatal española Elcano sufrió la pérdida de otros dos buques en el Atlántico: el Castillo de Montjuic (granelero) en 1963 y el Elcano (petrolero) en 1972.4

El petrolero “Castillo de Bellver”, en toda su eslora visto por la banda de estribor

Derrame de petróleo en Sudáfrica

El Castillo de Bellver había cargado crudo el 20 de julio de 1983 en dos puertos de los Emiratos Árabes (137 500 t en Jebeldhana y 112 500 t en Zirju Island) y hacía el camino de vuelta por la ruta de El Cabo hacia Cartagena (España) para hacer la entrega del crudo a la empresa propietaria, Enpetrol, prevista para el 21 de agosto.5

El 6 de agosto de 1983 el petrolero Castillo de Bellver, con una carga de 252.000 toneladas de petróleo crudo ligero (tipo Murban y Upper Zakum), se incendió a unos 70 km al noroeste de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).4

El incendio provocó la deriva del barco partiéndose, partió en dos y provocando el derrame de petróleo. La sección de popa -con unas 100 000 t de petróleo en los tanques- se hundió en aguas profundas, a unas 24 mni de la costa. La sección de proa fue remolcada lejos de la costa provocando su hundimiento con cargas explosivas controladas. Según la ITOF (The International Tanker Owners Pollution Federation Limited – Federación internacional de propietarios de petroleros contaminantes) aproximadamente 50 000 o 60 000 t se quemaron en el incendio. Inicialmente la marea negra se acercaba hacia la costa, pero un cambio de viento dirigió la mancha hacia alta mar -dirección noroeste- penetrando en la corriente de Benguela.6

En el incendio, fallecieron tres de sus tripulantes7

El paso del tiempo provocó la corrosión del casco del petrolero hundido en el fondo del mar lo que provocó un nuevo escape en el buque el 25 junio de 1994. El petrolero aún contenía unas 100 000 t de crudo en sus tanques.8

Cuantía del derrame

La cifra del derrame, ya que se hundió con toda la carga, se considera en 252.000 toneladas. Según la ITOF a pesar del enorme derrame de petróleo (252 000 t totales) y considerando que se hundió la popa del barco con 100 000 t y se quemaron unas de 50 000 a 60 000 t todavía quedarían unas 100 000 t de vertido directo además de las 100 000 t supuestamente contenidas y no vertidas, en los depósitos de popa.6

La corrosión del petrolero, provocó un nuevo escape en el buque el 25 de junio de 19942

Lluvia negra

Es reseñable la “lluvia negra” -gotitas de petróleo en el aire- que cayeron durante las primeras 24 horas después del incidente en los cultivos de trigo y tierras de pastoreo de ovejas en dirección este desde donde se produjo el accidente. El impacto tanto en los caladeros ricos y las poblaciones de peces de la zona también se consideró insignificante.6

Los petroleros «Castillo de Tamarit» y «Castillo de Salvatierra», en fase de construcción y armamento a flote

En enero de 1977 la Empresa Nacional Elcano recibió instrucciones del Instituto Nacional de Industria (INI), para hacerse cargo del cuarto petrolero de la serie de 270.000 TPM, cuyo contrato había sido rescindido por sus armadores originales, una sociedad formada por Ybarra y Marítima del Norte. El precio se fijó en 2.700 millones de pesetas y el buque se encontraba a flote e inacabado en la factoría de Astilleros Españoles, Puerto Real, Cádiz, por lo que se reactivaron los trabajos para su armamento final. Entonces entró de nuevo en el dique seco donde permaneció hasta pasado el verano, fase en la que, entre otros trabajos, le fue instalada la hélice, la pala del timón y también fue pintado su nombre en amuras y el espejo de popa. Inscrito en la matrícula naval de Cádiz, fue puesto de nuevo a flote para obras de remate hasta la celebración el 14 de diciembre siguiente de las pruebas de mar y entrega oficial.

El 28 de enero de 1978 entró en servicio bautizado con el nombre de “Castillo de Bellver” y fletado en time chárter a Enpetrol. Su primer viaje lo hizo a la terminal de Fateh Dubai, bajo el mando del capitán Luis M. Escondrillas Damborenea y el jefe de máquinas Antonio Sos Valenciano, ambos veteranos y experimentados oficiales de la flota de Elcano.

Con algunas variaciones en el diseño de la superestructura, las características del nuevo buque eran análogas a las de sus predecesores «Castillo de Salvatierra» y «Castillo de Tamarit». Clasificado por el Lloyd’s Register of Shipping con la máxima anotación +100A1, cumplía con todos los reglamentos en el momento de su entrega y las recomendaciones IMCO para petroleros. Eran buques de una sola cubierta sin castillo, dos mamparos longitudinales y superestructura de seis cubiertas de alojamiento y puente de mando. La chimenea, exenta, alcanzaba aproximadamente la misma altura del palo de señales, situado sobre el techo del puente.

Los tres buques disponían de alojamiento para 45 tripulantes en camarotes individuales con baño incorporado, así como un camarote y sala anexa para el armador y dos camarotes dobles para alumnos en prácticas, equipados con tomas de radio y televisión. Todos los espacios públicos y privados estaban dotados de aire acondicionado; salones y espacios de descanso ofrecían un amplio estándar de habilitación, incluyendo biblioteca, gimnasio, cine y enfermería-hospital. A popa disponía de un piscina y a proa, a la banda de estribor de la cubierta principal, una zona señalizada para helipuerto.

Siete meses después de su entrega, en agosto de 1978 se produjo un incidente de importancia cuando el buque se encontraba descargando en la terminal de Escombreras. Una sobrepresión en un tanque al lastrar provocó grietas en la cubierta cuando todavía quedaban por descargar unas 30.000 toneladas de crudo. Entonces hubo suerte y no se produjeron víctimas, aunque el petrolero permaneció varios meses fuera de servicio mientras reparaba amarrado en la factoría de AESA en Cádiz.

Cinco años después, a mediados de 1983 se produjo la pérdida total del buque a consecuencia de un grave accidente que acaparó un gran interés informativo y tuvo una amplia repercusión en los medios profesionales. En el siguiente enlace, el lector encontrará más detalles:  El infierno del petrolero “Castillo de Bellver”, 35 años después.

De 138.320 toneladas brutas, 104.430 toneladas netas y 271.488 toneladas de peso muerto, medía 334 m de eslora total –315 m de eslora entre perpendiculares–, 55 m de manga, 27 m de puntal y 20,42 m de calado máximo. Disponía de una capacidad de carga de 315.268 metros cúbicos en 20 tanques y estaba propulsado por dos turbinas de vapor General Electric MST-14 –fabricadas, bajo licencia, en los talleres de AESA en Bilbao–, que tomaban vapor de dos calderas Combustion Engineering V2M8-7  –fabricadas, bajo licencia, en la Fábrica San Carlos, Cádiz–, diseño de automación de la firma italiana Termokimik y desarrollaba una potencia de 36.000 caballos sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 15,7 nudos. Como equipo novedoso, el generador de emergencia estaba accionado por una turbina de gas Kongsberg. Código IMO 7386477.

 

 

 

 

 

 

Cubierta principal a la altura del manifold, donde comenzó el incendio que acabó con su existencia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vista de la cubierta principal desde proa

 

 

Terremoto de Mesina de 1908

Terremoto de Mesina de 1908

Un terremoto se produjo el 28 de diciembre de 1908 en Sicilia y Calabria, en el sur de Italia, con una magnitud de momento de 7,1 y una intensidad máxima de Mercalli de XI (extrema). El epicentro se produjo en el estrecho de Messina, que separa Sicilia del continente italiano. Las ciudades de Messina y Reggio Calabria quedaron casi completamente destruidas y murieron entre 75.000 y 82.000 personas. Fue el terremoto más destructivo que jamás haya azotado Europa.[cita necesaria]

Hora UTC: 1908-12-28 04:20:27

 Evento ISC: 16958009

USGS- ANSS: Comcat

Fecha local: 28 de diciembre de 1908

Hora local: 5:20:27 am

Duración: 37 seg

Magnitud: 7,1 Mw[1]

Profundidad: 5 a 6 millas (8 a 10 km)

Epicentro: 38,15°N 15,68°E Estrecho de Mesina

Falla: Posiblemente una falla normal ciega subyacente al Estrecho de Messina; o según los hallazgos de 2019, la falla Messina-Taormina que corre frente a la costa de Sicilia a lo largo de todo el Estrecho[2]

Tipo: deslizamiento por inmersión

Zonas afectadas: Sicilia y Calabria, Reino de Italia

Daño total: Olas de tsunami, incendios, deslizamientos de tierra; Messina y Reggio Calabria casi destruidas

Máx. intensidad: XI ( Extremo ) [3]

Tsunami: Hasta 12 m (39 pies)

Derrumbes:

Réplicas: 293

Damnificados: 75.000–82.000[3]

Causa del terremoto

Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, el terremoto fue causado por una gran falla normal ciega, de ángulo bajo y con inclinación SE, que se encuentra principalmente en alta mar en el Estrecho de Messina, entre placas.[4] Su proyección superior cruza la superficie de la Tierra en el lado occidental, siciliano, del Estrecho.[5] En 2019, investigadores de Birkbeck, Universidad de Londres, descubrieron la falla activa responsable del terremoto. El estudio, dirigido por Marco Meschis, identificó la falla como la falla Messina-Taormina previamente cartografiada pero poco estudiada, que se encuentra frente a la costa de Sicilia y corre a lo largo del Estrecho de Messina. El equipo utilizó datos de 1907-1908 para examinar el patrón de levantamientos y hundimientos observados en el área de Messina y Calabria, que tenían un gran parecido con los resultantes de otros terremotos poderosos desencadenados por fallas normales. Después de comparar la dirección y el tamaño de los movimientos en fallas conocidas con los movimientos superficiales observados en Messina y Calabria, los investigadores identificaron la probable falla activa que causó el catastrófico terremoto, así como la dirección y el tamaño de los movimientos.[2]

Italia se encuentra a lo largo de la zona límite de la placa continental africana, y esta placa empuja contra el fondo del mar debajo de Europa a un ritmo de 25 milímetros (1 pulgada) por año. Esto provoca un desplazamiento vertical, que puede provocar terremotos.[6] El terremoto fue registrado por 110 estaciones sismográficas en todo el mundo.[7] y fue uno de los primeros en ser grabado por instrumentos.

El Estrecho de Messina forma parte del accidente tectónico regional conocido como Arco de Calabria, un área de levantamiento diferencial derivado de la dinámica de las unidades tectónicas del Jónico y del Tirreno del Sur, dos de los bloques de microplacas de la litosfera reconocidos en la porción italiana altamente fragmentada de el contacto África-Eurasia.[8] Algunos de los terremotos más fuertes de los últimos siglos ocurrieron en el Arco de Calabria, como los terremotos de Calabria de 1783 y 1905, así como el más catastrófico terremoto de Messina de 1908.[8]

Los registros indican que se produjo una actividad sísmica considerable en las zonas alrededor del Estrecho de Messina varios meses antes del 28 de diciembre; aumentó en intensidad a partir del 1 de noviembre. El 10 de diciembre, un terremoto de magnitud 4 provocó daños en algunos edificios en Novara di Sicilia y Montalbano Elicona, ambos en la provincia de Messina.[9]

Un total de 293 réplicas tuvieron lugar entre el 28 de diciembre de 1908 y el 11 de marzo de 1909.[10]

En 2008 se propuso que el tsunami concurrente no fue generado por el terremoto, sino por un gran deslizamiento de tierra submarino que provocó. La fuente probable del tsunami se encontraba frente a Giardini Naxos (40 km al sur de Messina), en la costa siciliana, donde un gran deslizamiento de tierra submarino con una escarpa en la cabecera era visible en un mapa batimétrico del fondo marino del Jónico.[11]

Terremoto

Sismograma del terremoto de Messina

El puerto de Messina en c.1900, antes del terremoto y el tsunami.

El lunes 28 de diciembre de 1908, a las 5:20:27[12] se produjo un terremoto de 7,1 en la escala de magnitud de momento.[13] Su epicentro estuvo en el Estrecho de Messina, que separa la concurrida ciudad portuaria de Messina en Sicilia y Reggio Calabria en el continente italiano. Su epicentro preciso se ha localizado en la zona norte del Mar Jónico, cerca de la sección más estrecha del Estrecho, la ubicación de Messina.[11] Tenía una profundidad de alrededor de 9 km (5,5 millas).[1]

El terremoto casi arrasó Messina. Al menos el 91% de las estructuras de Messina quedaron destruidas o dañadas irreparablemente y 75.000 personas murieron en la ciudad y los suburbios.[14] [15] Reggio Calabria y otras localidades de Calabria también sufrieron graves daños, con unas 25.000 personas muertas.[14] El centro histórico de Reggio fue casi completamente erradicado. El número de víctimas se basa en los datos del censo de 1901 y 1911. Fue el terremoto más destructivo que jamás haya azotado Europa.[16] [cita completa necesaria] [17] El suelo tembló durante 37 segundos,[7] y el daño fue generalizado, con la destrucción sentida en un área de 4.300 km 2 (1.700 millas cuadradas).[10]

En Calabria, el suelo tembló violentamente desde Scilla hasta el sur de Reggio[10], provocando deslizamientos de tierra adentro en la zona de Reggio y a lo largo del acantilado desde Scilla hasta Bagnara. En la comuna calabresa de Palmi, en la costa del Tirreno, se produjo una devastación casi total que dejó 600 muertos. También se produjeron daños a lo largo de la costa oriental de Sicilia, pero fuera de Messina, no fue tan afectada como Calabria. El área mesoseismal estaba confinada cerca de la costa a lo largo de un cinturón de 1 a 4 km de ancho que sacudió y destruyó Mesina y las aldeas circundantes.[cita necesaria] Catania, la ciudad más grande del este de Sicilia, no sufrió daños notables.[10]

Un joven médico que escapó con vida relató más tarde que “el profundo silencio fue roto por un ruido extraordinario, como el estallido de mil bombas, seguido de una lluvia torrencial”. Luego escuchó un “silbido siniestro” que comparó con “mil hierros al rojo vivo silbando en el agua”.[18] Otros sobrevivientes informaron que hubo tres movimientos separados y diferentes durante el sismo principal de 37 segundos: el primero sacudió hacia adelante y hacia atrás, el segundo empujó violentamente hacia arriba, y el tercero se movió en un movimiento circular. La mayoría de los relatos coinciden en que fue el segundo movimiento ascendente el que provocó la destrucción generalizada en Messina; el ruido que lo acompañaba se describió como “exactamente parecido al que hace un tren rápido en un túnel”.[19]

El elevado número de muertos se debió al hecho de que la mayoría de las personas dormían y fueron asesinadas directamente o enterradas vivas en sus camas, mientras sus casas se derrumbaban encima de ellos.[20] Miles de personas quedaron atrapadas bajo los escombros y sufrieron horribles heridas de las cuales muchos morirían.[21] Una semana antes del terremoto, en toda la comuna de Messina se contabilizaban 160.000 habitantes.[22] El 28 de diciembre, Mesina estaba aún más concurrida de lo habitual, debido al número de visitantes que pernoctaban en las zonas periféricas que habían llegado a la ciudad para ver una representación de la ópera Aida de Giuseppe Verdi, que se había representado la noche anterior en el teatro Vittorio Emanuele II.[23][24]

Tsunami

El devastado paseo marítimo de Reggio Calabria

Unos diez minutos después del terremoto, el mar a ambos lados del Estrecho se retiró repentinamente cuando un tsunami de 12 metros (39 pies) arrasó y tres olas golpearon las costas cercanas. Su impacto más fuerte se produjo a lo largo de la costa de Calabria e inundó Reggio Calabria cuando el mar se había retirado 70 metros de la orilla. Todo el paseo marítimo de Reggio quedó destruido y las personas que allí se habían reunido murieron. La cercana Villa San Giovanni también resultó gravemente afectada. A lo largo de la costa entre Lazzaro y Pellaro fueron arrasadas casas y un puente ferroviario.[25]

En Messina, el tsunami también causó más devastación y muertes; Muchos de los supervivientes del terremoto habían huido a la relativa seguridad del paseo marítimo para escapar de sus casas que se derrumbaban.[26] La segunda y tercera olas del tsunami, que llegaron en rápida sucesión y más altas que la primera,[25] atravesaron el puerto, destrozaron los barcos atracados en el muelle y rompieron partes el malecón. Después de arrasar el puerto y tres calles de la ciudad, más allá del puerto, las olas arrastraron a personas, barcos anclados en el puerto, barcos de pesca y transbordadores, y causaron daños adicionales a los edificios de la zona que habían quedado en pie después del terremoto.[27]

Los barcos que aún estaban amarrados a sus amarres chocaron entre sí pero no sufrieron daños importantes. Posteriormente, el puerto de Messina se llenó de restos flotantes y cadáveres de personas y animales ahogados.[28] Las ciudades y pueblos a lo largo de la costa oriental de Sicilia fueron asaltados por altas olas que causaron muertes y daños a barcos y propiedades. Dos horas más tarde, el tsunami azotó Malta, invadiendo el puerto de Marsamxett y dañando propiedades en Msida.[29] Unas 2.000 personas murieron a causa del tsunami en Messina, en la costa oriental de Sicilia, y en Reggio Calabria y sus alrededores costeros.[14]

Escala de destrucción

Los cuerpos de las víctimas yacen fuera de la Palazzata, gravemente dañada y parcialmente destruida, en Corso Vittorio Emanuele, frente al puerto de Messina.

Messina perdió casi la mitad de su población y todo el centro histórico de la ciudad quedó devastado, incluida su catedral normanda, que había resistido terremotos anteriores como el severo de 1783; sólo quedaron en pie los muros perimetrales y los ábsides.[23]

La costa de Messina quedó irrevocablemente alterada ya que grandes secciones de la costa se habían hundido varios metros en el mar.[20] Casas, iglesias, palacios y monumentos, cuarteles militares: edificios comerciales, municipales y públicos se habían derrumbado por completo o sufrieron graves daños. Muchas estructuras eran cascarones agrietados, sin techo, sin ventanas y en pie precariamente.[23][página necesaria] El internado Maurolico en Corso Cavour fue pulverizado, enterrando a los estudiantes. Un total de 348 trabajadores ferroviarios murieron cuando las dos estaciones se derrumbaron.

El consulado estadounidense frente al puerto quedó reducido a un montón de escombros:[30] el consulado británico sufrió pocos daños exteriores con su bandera aún ondeando, pero el interior quedó completamente destrozado.[31] El cónsul estadounidense Arthur S. Cheney y su esposa Laura murieron.[32] El cónsul francés y sus hijos también perdieron la vida, aunque su esposa escapó.[27] Ethel Ogston, esposa del vicecónsul británico, murió instantáneamente después de ser golpeada por la caída de un balcón mientras intentaba escapar por las calles con su marido, Alfred, y su hija, quienes sobrevivieron.[33] El ex vicecónsul estadounidense y corresponsal de Associated Press en Messina , Joseph Pierce, y su familia murieron aplastados cuando su casa dañada en Via Porta Real Basso, cerca del puerto, fue derribada por la fuerza de las olas creadas por el tsunami.[34]

Entre los italianos que murieron se encuentran el escultor Gregorio Zappalà, el fiscal jefe (Procuratore Generale) de Messina Crescenzo Grillo, Giacomo Macrì, ex rector de la Universidad de Messina, los políticos Nicola Petrina, Nicolò Fulci y Giovanni Noè; así como patriotas locales de la unificación italiana, miembros de la nobleza, académicos y literatos. El historiador socialista Gaetano Salvemini sobrevivió pero perdió a su esposa, cinco hijos y su hermana. El questore (jefe de policía) Paolo Caruso murió en su oficina, asesinado por una viga caída.[35] El sacerdote anglicano y pionero del fútbol Charles Bousfield Huleatt junto con su familia y otros jugadores del Messina Football Club murieron. El compositor Riccardo Casalaina y su esposa murieron juntos en su cama. El tenor Angelo Gamba, que había actuado en el escenario de Aida la noche anterior al terremoto, también perdió la vida junto con su mujer y sus dos hijos en el derrumbe del Hotel Europa.[36] La soprano húngara Paola Koraleck (que cantó el papel de Aida) estaba despierta cuando se produjo el terremoto. Saltó desde una ventana del dañado Hotel Trinacria y se rompió ambos brazos en la caída.[37]

El terremoto destruyó la sección comercial del Corso Vittorio Emanuele de Messina que bordeaba el paseo marítimo y que incluía la elegante “Palazzata”. Se trataba de una larga secuencia de grandes edificios que daban al puerto en forma de hoz.[38] La “Palazzata” fue construida originalmente en estilo barroco en el siglo XVII y fue principalmente obra de Simone Gullí. La mayoría de los edificios barrocos fueron destruidos en el terremoto de 1783 y fueron reconstruidos en estilo neoclásico a principios del siglo XIX. Fue la imponente “Palazzata” neoclásica, con algunos edificios barrocos supervivientes, la que fue destruida casi por completo en 1908. El temblor fue especialmente intenso en la zona del puerto, provocando el desplazamiento permanente de los adoquines de piedra en una “ola” como patrón”.[10] Los daños fueron mayores en el antiguo centro histórico y en las secciones bajas y niveladas del centro y norte de la ciudad debido al suelo arenoso blando; fue menos severo en la parte montañosa occidental ya que las estructuras se construyeron en un terreno más firme, como el Fuerte Gonzaga, que resultó ileso y permanece hasta la fecha.[39] El área entre la Plaza de la Catedral y el Hospital Cívico del siglo XVI frente al Torrente Portalegni fue arrasada; La adyacente Via Porta Imperiale resultó especialmente afectada por ambos lados. La zona de Torrente Bocetta también sufrió graves daños.[22]

La Real Cittadella del siglo XVII, que custodiaba el puerto, quedó parcialmente destruida. En las calles se abrieron enormes grietas y fisuras que, junto con los montículos de escombros y la mampostería que caía, obstaculizaron a los supervivientes que habían huido de sus casas arrasadas en busca de seguridad.[40] Dos de las vías principales, Via Garibaldi y Corso Cavour, quedaron intransitables por los montículos de escombros y escombros de 5 metros (16 pies) de altura.[10][41] Las familias se habían separado y un aguacero torrencial que había comenzado sólo minutos antes del terremoto aumentó la confusión, impidiendo la visibilidad junto con la oscuridad y las espesas nubes de polvo.[40] Los grandes tanques de gas en el extremo norte de la ciudad explotaron, sepultando a los supervivientes vivos y a los ya muertos.[40] Se produjeron incendios provocados por tuberías de gas rotas, lo que aumentó el caos y la destrucción. El suelo continuó temblando con repetidas réplicas que provocaron que las estructuras restantes se derrumbaran sobre las ruinas de los edificios demolidos, matando e hiriendo a los rescatistas y a los que habían sobrevivido al terremoto principal.[42]

Los supervivientes describieron haber visto cuerpos horriblemente desfigurados y personas heridas gravemente mutiladas que gritaban pidiendo ayuda. El zapatero Francesco Missiani y su familia se encontraron con dos niñas moribundas que habían sufrido terribles heridas en la cabeza y el pecho. En las calles aparecieron procesiones de supervivientes desnudos que portaban imágenes de santos.[43] La gente buscaba con las manos desnudas entre los escombros a sus seres queridos atrapados. Los rescatistas en el lugar lograron salvar a algunas personas que se aferraban precariamente a los pisos superiores abiertos, ventanas y balcones tambaleantes utilizando cuerdas para ponerlos a salvo.[44] Escenas similares de destrucción se reprodujeron en Reggio Calabria. Su centro histórico fue erradicado y el monumental Castillo Aragonés, uno de los pocos edificios que sobrevivió al terremoto de 1783, resultó gravemente dañado. Con excepción de una mansión, todas las estructuras de su calle principal, Corso Garibaldi, fueron destruidas, incluida la Catedral, los edificios municipales y los palacios. En Reggio sólo quedaron en pie unas 50 casas.[39][45]

Los hospitales civiles y militares de Messina y el hospital cívico de Reggio Calabria estaban en ruinas y casi todos los médicos y enfermeras habían muerto. Los heridos en las dos ciudades no tuvieron asistencia médica ni medicamentos hasta que llegó ayuda exterior y se instalaron tiendas de campaña en los hospitales.[46] Se cortaron líneas telegráficas y se destrozaron las líneas ferroviarias, lo que hizo imposible la comunicación. La mayoría de los funcionarios de Messina murieron o resultaron gravemente heridos, junto con casi toda la fuerza policial[47] y los soldados de la guarnición que perecieron cuando sus respectivos cuarteles se derrumbaron.[48] ​​Muchos oficiales de la guarnición sobrevivieron y su alojamiento fue más sustancial.[49] Los prisioneros que habían escapado de la muerte cuando cayó la prisión comenzaron a saquear propiedades e incluso a robar a los cadáveres sus joyas.[50] En Reggio se estima que 1.800 presos murieron cuando la prisión fue destruida.[51] Los campesinos de las aldeas rurales cercanas se unieron a los saqueadores. Pronto se enviaron tropas a Messina y el general Feira Di Cossatto declaró la ley marcial.[35]

Via Santa Maria delle Trombe, típica calle residencial de la populosa zona cercana a Via Monasteri, unos años antes del terremoto que destruyó las casas y destruyó la iglesia homónima.

Los equipos de rescate buscaron entre las ruinas durante semanas y familias enteras seguían siendo rescatadas con vida días después del terremoto, pero miles de personas permanecieron enterradas bajo los escombros y sus cuerpos nunca se recuperaron.[23] Los edificios en Messina no habían sido construidos para resistir terremotos, ya que se construyeron con piedras pequeñas y mortero aplicado descuidadamente con pesados ​​techos de tejas, cornisas ornamentales, vigas transversales sin soporte y cimientos vulnerables sobre suelo blando. Muchos tenían cuatro o cinco pisos.[52] Las zonas más pobladas de la ciudad se concentraban en y alrededor de Via dei Monasteri (hoy Via XXIV Maggio), Via Casa Pia y Via Porta Imperiale; todos los cuales estaban ubicados en el centro histórico de la ciudad.[53] Además de los edificios mal construidos, la destrucción generalizada en Messina y Reggio Calabria se debió a que el movimiento telúrico se había producido tan cerca de la superficie.[1]

Los esfuerzos de ayuda

Escombros bloqueando Vía Cardines. En ese momento era una de las calles principales de Messina.

La noticia del desastre fue comunicada al Primer Ministro Giovanni Giolitti por torpederos italianos que partieron de Messina a Nicotera, donde las líneas telegráficas todavía estaban en funcionamiento, pero no se logró hasta la medianoche del final del día. Las líneas ferroviarias de la zona quedaron destruidas, a menudo junto con las estaciones de ferrocarril.[15] El Papa Pío X llenó el Palacio Apostólico de refugiados.[54]

La marina y el ejército italianos respondieron y comenzaron a buscar, tratar a los heridos, proporcionar comida y agua y evacuar a los refugiados (como lo hacían todos los barcos). Giolitti impuso la ley marcial bajo la dirección del general Francesco Mazza y todos los saqueadores debían ser fusilados, que se extendió a los supervivientes que buscaban comida y buscaban entre los escombros a familiares atrapados. El rey Víctor Manuel III y la reina Elena llegaron dos días después del terremoto para ayudar a las víctimas y supervivientes.[15]

Respuesta internacional

Marineros rusos del acorazado “Slava” excavando entre los escombros para los supervivientes en Via Idria, cerca del hospital cívico en ruinas

El desastre fue noticia en todo el mundo y se lanzaron esfuerzos de ayuda internacional. Con la ayuda de la Cruz Roja y marineros de las flotas rusa y británica, se aceleró la búsqueda y limpieza. Se ordenó a los acorazados rusos Tsesarevich y Slava y a los cruceros Admiral Makarov y Bogatyr, al acorazado británico Exmouth y a los cruceros Euryalus, Minerva y Sutlej que prestaran ayuda; El SS Afonwen estaba en el puerto de Messina durante el terremoto (anclado a 45 brazas (80 m) de agua, pero sólo había 30 brazas (55 m) cuando navegaba lleno de refugiados). Los acorazados franceses Justice y Vérité y tres destructores de torpederos recibieron la orden de dirigirse a Messina. Dos acorazados de la Gran Flota Blanca de la Marina de los EE. UU., USS Connecticut y USS Illinois, junto con los buques de suministro USS  Celtic y USS  Culgoa también prestaron socorro. Los buques de suministro estadounidenses, incluido el USS Yankton, reforzado con personal médico adicional y suministros de la flota de acorazados, entregaron suministros para ayudar a los refugiados y permanecieron en la estación brindando asistencia médica.[55] Los barcos de otras naciones también respondieron.[15]

Conmemoración

Posteriormente, el rey de Italia otorgó una medalla conmemorativa por la asistencia en el terremoto de 1908, acuñada en oro, plata y bronce.[56][57]

Varias calles de Messina llevan el nombre de marineros rusos, incluido Largo dei Marinai Russi.[58] En 2012, se instaló en la ciudad un monumento a los marineros rusos, diseñado por Pietro Kufferle en 1911, y se inauguró un busto del emperador Nicolás II en Taormina;[59] En 2013 se instaló un busto del almirante Fyodor Ushakov[60]

Secuelas

Reconstrucción

Iglesia de la Santissima Annunziata dei Catalani, construida en el siglo XII, una de las pocas estructuras que sobrevivió al terremoto

Cuando comenzó la reconstrucción de Messina en 1909, las autoridades exigieron una arquitectura capaz de resistir terremotos de magnitud variable. Inicialmente, se adoptó un plan para demoler las estructuras restantes de Messina y transferir la ciudad y su puerto a otra parte de Sicilia, pero las fuertes protestas de los Messinesi llevaron a descartar esta sugerencia.[22]

Algunas estructuras sobrevivieron al terremoto: incluyeron la iglesia medieval con cúpula de la Santissima Annunziata dei Catalani, la iglesia gótica de Santa Maria Alemanna, la iglesia bizantina de San Tommaso Apostolo il Vecchio, el faro de San Ranieri, el Forte del Santissimo Salvatore y el Palazzo Calapaj del siglo XVIII. d’Alcontres, la Fuente de Neptuno de Giovanni Montorsoli[61] y la hilandería de Barbera (luego convertida en museo para albergar los tesoros artísticos rescatados de las ruinas). La Real Cittadella, el castillo Mategriffon, el teatro Vittorio Emanuele y los Monti di Pieta permanecieron en pie, pero sufrieron daños considerables. La iglesia de Ringo [it] del siglo XVI en el barrio de pescadores del mismo nombre a lo largo de la riviera norte de Messina resistió el impacto y sobrevive hasta la fecha. En el antiguo barrio de Tirone sobrevivieron la “Scalinata Santa Barbara”, grandes secciones del Muro Carlo V y varias casas de los siglos XVIII y XIX; Además, varias casas en Via Fata Morgana y Via Giordano Bruno permanecieron en pie y hoy están en uso. Aunque algunas de las viviendas (conocidas como le mignini en dialecto local) ubicadas en el barrio pobre de Aviñón también se mantuvieron relativamente intactas, desde entonces han sido demolidas.[62] En Reggio Calabria, el Palazzo Nesci fue una de las pocas estructuras del siglo XIX que resistió el terremoto.[cita necesaria]

Sección de casas del siglo XVIII existentes en el casco antiguo de Tirone que resistieron el terremoto

La nueva ciudad de Messina fue construida sobre los escombros de la ciudad vieja siguiendo el plan de un diseño moderno de una “ciudad regularmente cortada como un tablero de ajedrez” con edificios de tamaño y altura uniformes tal como lo presentó en 1911 el arquitecto Luigi Borzì  [it] (1853-1919). Esto requirió la demolición de edificios que eran rescatables pero que no se ajustaban al nuevo plan urbano. Estos incluían la Palazzata, la iglesia barroca de San Gregorio situada sobre Via Monasteri y la Chiesa delle Anime del Purgatorio del siglo XVIII ubicada en Via Cardines y Largo Purgatorio. Esta última iglesia sufrió graves daños, principalmente en la sección absidal, y fue reparable. Fue demolido para ampliar la Via Garibaldi en dirección sur.[62]

La Chiesa delle Anime del Purgatorio, muy dañada pero recuperable, vista desde Via Garilbaldi. Posteriormente fue demolido para adaptarse al nuevo trazado urbano.

Reubicación

A raíz del terremoto, muchos de los residentes sin hogar de Messina y Calabria fueron reubicados en varias partes de Sicilia y otras regiones de la Italia continental. Otros, incluida la mayoría de los supervivientes del empobrecido barrio de Aviñón en Messina, recurrieron a la emigración a Estados Unidos. En 1909, el carguero Florida que transportaba a 850 emigrantes de Nápoles chocó en medio de la niebla con el RMS Republic. Tres personas a bordo del Florida murieron en la colisión. Los pasajeros entraron en pánico y el capitán tuvo que disparar al aire para calmarlos. El barco finalmente fue rescatado y llegó a Nueva York.[63]

Efectos en la sociedad

Supervivientes del terremoto de Messina, alrededor de 1909

El desastre afectó a la economía local y Messina se enfrentó a una despoblación temporal después de que tantos supervivientes sin hogar buscaran refugio en otros lugares, en particular Catania y Palermo, donde un gran número encontró trabajo como artesanos. Se ha estimado que sólo quedaron 19.000 y sólo 2.000 en el antiguo centro de la ciudad.[22] Sin embargo, pronto hubo una gran afluencia de inmigrantes, en su mayoría de localidades cercanas de Sicilia y Calabria, que eran necesarios como trabajadores necesarios para la reconstrucción. Según el censo de 1911, la población de Messina había aumentado a 127.000 habitantes. Entre ellos se encontraban muchos mesineses que habían regresado a su ciudad natal. Los hombres superaron notablemente en número a las mujeres, lo que resultó en una disminución de los matrimonios.[22]

Todavía en 2021, las familias todavía vivían en barracas de madera en las zonas conocidas como Baraccopoli, construidas en 1909 para proporcionar alojamiento temporal a los supervivientes sin hogar.[64]

Debido a su escasez de edificios históricos debido al catastrófico terremoto de 1908, así como al bombardeo aliado de 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, Messina ha sido llamada “la ciudad sin memoria”.[65]

Galería

Bersaglieri cavando en las ruinas después del terremoto de Messina, diciembre de 1908

La iglesia destruida de San Rocco en Palmi, Calabria

Las ruinas de la iglesia de San Juan de Malta. La Prefectura de Messina fue construida en su sitio

¿Qué cuentan las crónicas históricas sobre el terremoto de Messina de 1908?

Después del terremoto que asoló Messina el 28 de diciembre, los sicilianos y calabreses fueron rescatados inmediatamente por barcos rusos y británicos que se encontraban en Siracusa y Augusta, mientras que la ayuda italiana llegó la mañana del 29 de diciembre. El retraso se debió a que los vapores partieron de Nápoles ya última hora de la tarde, inmediatamente después de que llegara al Gobierno la verdadera noticia de la catástrofe.

Los periódicos escribieron:

“A estas alturas no hay duda de que, si la ayuda hubiera llegado a Reggio, tantas víctimas no habrían tenido que lamentar”.

 «Se ha establecido que Reggio estuvo casi completamente abandonado durante dos días. El primero en acudir a su rescate el día 28 llegó a pie a Lazzaro, junto con el general Mazzitelli y unos pocos cientos de soldados. […]. Este equipo tuvo un comportamiento admirable y brindó ayuda a los miles de heridos que yacían en la estación. […] Tan pronto como llegaron fueron rodeados por una multitud de personas hambrientas y el pan que traían literalmente les fue arrebatado de las manos. Así que tuvieron que pasar hambre hasta el día 30 cuando comenzó la llegada de los barcos”.

El futuro Premio Nobel de Literatura Salvatore Quasimodo se trasladó a Messina tres días después del terremoto y posteriormente recordó la experiencia en el poema Al Padre:

“Donde en el agua púrpura
era Messina, entre hilos rotos
y escombros vas por las vías
y comercia con tu gorra de gallo
isleño. El terremoto hierve
Hace dos días que es diciembre de huracanes
y mar envenenado”.

(Salvatore Quasimodo, Al padre)

Desastre de Portmán

Desastre de Portmán

España – Murcia

Historia olvidada de la mayor catástrofe ambiental del Mediterráneo

Los ecosistemas no tienen voz, pero sí tienen derecho a ser preservados: la degradación de la bahía de Portmán, en el litoral murciano, es considerada como una de las mayores catástrofes ecológicas de Europa.

Una de las playas más bonitas del Mediterráneo transformada en un vertedero de residuos químicos. Se estima que unos 60 millones de toneladas de residuos químicos minerales fueron arrojadas al mar entre 1957 y 1990. Hablamos de Portmán, una localidad costera en el municipio de La Unión, en la Región de Murcia. Donde antes había mar, ahora no hay más que un ecosistema roto, desolado y a la espera de ser regenerado. Fue el escenario de la primera campaña de Greenpeace contra la degradación del litoral español y fue el símbolo de una nueva conciencia ambiental: el mar no es un vertedero.

Las encadenadas Zoa y María Teresa: 38 años del desastre ecológico de la bahía de Portmán

Antes del desastre: La Concha del Mediterráneo

Los romanos llegaron a la bahía en el siglo I d.C. y la bautizaron como «Portus Magnus» en honor al uso que le dieron a su majestuosa playa como puerto. Pronto se divisó su potencial al estar enclavada entre las minas de hierro y el mar Mediterráneo. Llegaron ramales de la Vía Augusta, se produjeron los primeros asentamientos y se conectó con Roma a través de rutas marítimas. Fue ocupada y renombrada por los musulmanes, reconquistada por los cristianos y tuvo una agitada vida en la Edad Moderna a consecuencia de la amenaza berberisca que llegaba por mar y por el uso que se le dio a la bahía para el estacionamiento de buques.

En el siglo XIX, la industrialización aumentó la demanda de minerales, lo cual, unido a la pérdida de las colonias y a la llegada de inmigrantes de otras regiones de España, desencadenó el desarrollo de La Unión como polo minero y como municipio independiente de Cartagena. Tras una I Guerra Mundial en la que las empresas explotaron la mina de manera monopolística, hubo una crisis en el sector que provocó la destrucción de puestos de trabajo. La situación no mejoró en las décadas de 1930 y 1940.

Año 1957: La basura, al mar

Esta fue la filosofía seguida por la empresa que explotó las minas durante la segunda mitad del siglo XX. El origen del ocaso del ecosistema llegó en 1945 con la reanudación de la minería a cielo abierto y en 1957 con la creación del lavadero Roberto. La principal protagonista durante este periodo fue la empresa Peñarroya. Esta empresa reactivó un sector en decadencia y creó nuevos puestos de trabajo en una localidad que había tenido problemas económicos durante décadas. Sin embargo, Peñarroya no tuvo en cuenta criterios ambientales y optó por arrojar los residuos del lavadero de flotación directamente al mar. Las instituciones públicas le denegaron los permisos para realizar los vertidos por su alta toxicidad y por los perjuicios que se generarían en el sector pesquero hasta en dos ocasiones, pero Peñarroya consiguió influir en el regulador para que cambiara de opinión y estableció el lavadero de flotación más grande de Europa.

Entre 1957 y 1990, Peñarroya vertió 7.000 toneladas diarias de residuos compuestos por una mezcla de tierra, zinc, cadmio, restos reactivos y plomo. Las consecuencias fueron escalofriantes: el lodo fue ganándole terreno al mar paulatinamente en un ecosistema en el que las arenas de Portmán se tiñeron de negro.

Según los propios habitantes de Portmán, cada mes había que desplazar la tubería que depositaba los estériles porque ya se habían comido el mar y se tuvieron que establecer subsidios para los pescadores. El Ayuntamiento de La Unión intentó frenar los vertidos en las décadas de 1960 y 1970 para no comprometer el valor turístico de la zona, pero las autoridades nacionales se negaron, pues la explotación minera generaba buena parte de la producción de plata y de hierro de España. Greenpeace realizó una campaña en Portmán para bloquear el dragado de vertidos en 1986, teniendo que hacer frente a la oposición de unos vecinos que no querían perder sus puestos de trabajo.

Finalmente, debido a la pérdida de rentabilidad del negocio y a la presión social, Peñarroya vendió sus derechos de explotación y propiedades a Portmán Golf. En 1990 se interrumpieron los vertidos. En total, el lodo ganó 12 kilómetros al mar y 14 metros de profundidad a través de las 60 millones de toneladas de estériles arrojadas desde el lavadero Roberto. Donde antaño encontrábamos un ecosistema con riqueza biológica, ahora la oscuridad de los restos químicos y minerales nos muestran la huella de una actividad económica sin escrúpulos ambientales.

Bahía de Portmán

En el transcurso del tiempo tuvo numerosas modificaciones, constituyendo, una de las más importantes, la de emplear el agua del mar en todo el proceso de tratamiento del mineral, para lo que se instaló una estación de bombeo en la misma playa. En el año 1966 se amplía la capacidad del lavadero y, por tanto, en el plano negativo, los vertidos al mar, que no cesarían hasta 1990, habiéndose producido para entonces, uno de los mayores desastres ecológicos de la costa mediterránea.

Antiguo lavadero Roberto

Los elementos principales con los que contaba el lavadero Roberto en su primera etapa eran la tolva de descarga de los vagones de mineral, la trituración secundaria (ya que venía triturado de la cantera a menos de 200 mm) mediante un sistema de molinos, cribas, cintas hasta un tamaño menor de 17 mm. De ahí pasaba al edificio del lavadero mediante dos cintas transportadoras de 200 m de longitud que descargaban en una gran tolva. A continuación, mediante una batería de molinos de barras y después molinos de bolas, en contacto con el agua de mar, se llevaba a cabo la molienda hasta un tamaño de diámetro menor de 180 μm (González-Ciudad, 2014).

Llegados a este punto, el material pasaba a flotación, donde la pulpa del mineral seguía tres tratamientos (preconcentración, remolienda y diferenciación). Para ello hacían uso de cianuros, xantatos, sulfatos de cobre y otros reactivos que son los que actualmente hacen que la bahía sea una gran balsa de materiales reactivos, ya que parte de ellos están a la intemperie y varias reacciones están sucediendo (Oyarzun et al., 2013).

Una vez que los minerales recuperables se habían separado, junto con los restos de sustancias utilizadas en el proceso de flotación diferencial (600 kg/día de cianuro sódico; ácido sulfúrico, xantatos, sulfato de cobre, etc.) eran vertidos al mar a través de dos tuberías de más de 2 km de longitud, que recorrían todo el perfil de la bahía original atravesando el Monte de Punta Galera (figura 1). El vertido fue autorizado por la Administración con fecha de 18 de febrero de 1959. La concesión estaba condicionada a que no afectara las características fundamentales y naturales de la bahía, e incluía la obligación de dragarla para recuperar los calados naturales que se viesen afectados (Baños Páez, 2012). En más de treinta años se han vertido al mar 60 millones de toneladas de estériles de minería lo que ha provocado la colmatación y el aterramiento de 75 hectáreas de la bahía de Portmán (figura 2), además de sepultar buena parte de la plataforma marina frente a las costas de la bahía (Pérez-Espinosa, 2014).

Los vertidos modificaron profundamente la dinámica litoral, debido al finísimo material en suspensión, que interfería con la dinámica normal del plancton y de los peces (César et al., 2009; Martínez Gómez et al., 2012).

Materiales de la bahía

Los materiales que constituyen hoy día los suelos de la bahía de Portmán están formados por: contaminación primaria por ser una zona de vertido directo de estériles de lavadero de flotación mineral y drenajes de ramblas con pH ácidos y alta carga metálica soluble, contaminación secundaria (aportes de sedimentos mineros por la acción de la dinámica litoral) y contaminación terciaria (escorrentías y aguas de otras ramblas y ramblizos que desembocan en la bahía y aportan materiales de atenuación natural) (Martínez Sánchez y Pérez Sirvent, 2013). Concretamente, los materiales más representativos son aquéllos que tienen su origen en la actividad del lavadero Roberto (González-Ciudad, 2014).

Situación actual: miedo al olvido mientras la historia se repite

En la actualidad, la bahía de Portmán sigue siendo un ecosistema roto. El impacto ha sido biológico y ambiental, pero también personal. Si bien la empresa Peñarroya generó puestos de trabajo y soportó la economía de un gran número de familias en el corto plazo, en el largo plazo ha generado un perjuicio socioeconómico y una deuda ambiental sin precedentes. Muchas familias que anteriormente vivían del sector y trabajaban en el lavadero ahora luchan por la regeneración de la bahía y por la reactivación económica de un territorio con pocas alternativas laborales.

Acción de Greenpeace en la bahía de Portmán en 1986. Foto: Greenpeace.

Durante las últimas décadas, los vecinos de Portmán y las organizaciones ambientales han ejercido presión a los distintos gobiernos autonómicos y nacionales. El movimiento se ha organizado a través de plataformas que recogen la voz de un mensaje común: regenerar la bahía. Sin embargo, lo cierto es que han pasado 30 años de inacción, planes no implementados y proyectos frenados por cambios de gobierno y por la dificultad técnica de la situación. La catástrofe ya no forma parte de la agenda mediática nacional, no por su gravedad, sino porque su estado deplorable se ha normalizado. Pese a todo, los vecinos siguen exigiendo la recuperación del patrimonio natural a través de nuevos planes a largo plazo.

Lo que está claro es que la explotación económica de los recursos naturales del territorio no tuvo en cuenta consideraciones ambientales y provocó un desastre ecológico sin precedentes que aún no ha sido solucionado. La regeneración de Portmán debería ser una prioridad y un referente nacional en la toma de decisiones en materia de sostenibilidad. Desafortunadamente, no parece haber sido un referente ni siquiera en la propia Región de Murcia, puesto que la historia se está repitiendo a muy pocos kilómetros, en el Mar Menor.

“Lo que se permitió en aquellos tiempos ahora es impensable. Para poder sacar un tanto por ciento pequeño del material se desperdiciaba más del 90% del mineral que se extraía de la sierra. La consecuencia fue un desastre […] La riqueza salió y en Portmán quedó la pobreza. Lo que está debajo de esa arena negra sigue siendo material tóxico”, denuncia Daniel Portero, presidente de la Liga de vecinos de Portmán, Murcia.

En los años 70 el Ayuntamiento de La Unión denunció a los tribunales franquistas el desastre medioambiental que se estaba produciendo. Sin embargo, la dictadura defendió que “se trataba de una instalación del máximo interés para la economía de la nación” y que era nulo el valor turístico de la bahía de Portmán. El pueblo quedó condenado a ser una zona de sacrificio.

El desastre de Portmán sigue envenenando a sus habitantes

Cuando se observa el puerto colmatado, toda la zona llena por los sedimentos es patente; no sólo por su color, rojo y ocre, sino porque no crece prácticamente nada en su superficie. La cantidad de restos nocivos para cualquier ser vivo es tal que pocas especies pueden soportarlo. El impacto ambiental fue tan fuerte que este terreno es empleado por diversas entidades como campo de estudio para la biorremediación (recuperación de zonas contaminadas mediante plantas y microorganismos). Las universidades como la de Murcia, la de Barcelona o la Complutense llevan a cabo en esta tierra un sinfín de experimentos con la intención de determinar cuán peligrosa es su presencia y como solucionarlo, no sólo por la bahía de Portmán, sino por otros desastres existentes en el mundo.

“Peligrosos para la salud”

Un reciente estudio de la Universidad Complutense, sin embargo, ha puesto de manifiesto lo que en sí parece más que obvio: los restos de la bahía de Portmán son peligrosos para la salud. Eso sí, este trabajo ha conseguido identificar y cuantificar los restos de la bahía, señalando de forma concreta cual es el verdadero peligro al que se exponen los habitantes de la zona y la fauna que lo habita. Según el estudio, la bahía de Portmán es actualmente uno de los puntos más contaminantes que existe en la península. La presencia de cadmio, plomo y arsénico está muy por encima de los niveles admitidos como normales. Especialmente este último resulta peligroso por su conocido efecto cancerígeno.

Los metales pesados son agentes muy persistentes y difíciles de tratar. Además, son letales para los seres vivos. Muy pocas especies son capaces de asimilar y “deshacerse” de estos “venenos” sin sufrir daños. Entre ellos algunas plantas y bacterias. Pero volviendo a las tierras contaminantes, tal y como indica el estudio, el problema proviene, en gran medida, de la lluvia. Cuando llueve, el agua arrastra parte de las sales contaminantes, haciéndolas aflorar de nuevo. Finalmente, estas acumulaciones pueden ser arrastradas hasta el mar u otras fuentes de agua. Como decíamos, los metales pesados son letales, así que su presencia en los afloramientos es materia de extrema preocupación.

Los metales pesados son agentes muy persistentes y difíciles de tratar. Además, son letales para los seres vivos. En la zona viven más de 20.000 personas. El análisis realizado por la Complutense muestra que los niveles de exposición diaria, especialmente en los niños, son mucho más altos de lo que deberían ser. Aunque es un análisis de riesgos, que muestran el peligro potencial, y no un análisis que muestre una afección directa, los investigadores han dejado claro a las autoridades que deberían ponerse medidas inmediatas para prevenir un problema sanitario muy grave.

Desde los años 90 ya no hay actividad minera en Portmán pero los residuos acumulados continúan allí. Ahora, muestras de estos han llegado hasta el Sincrotrón ALBA, en Cerdanyola del Vallès, para ser analizados. La historia empieza a bordo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, desde donde el Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona tomó muestras de los sedimentos y residuos mineros que hay bajo el mar. “Hasta ahora se han hecho estudios básicamente de la parte emergida de los residuos de Portmán” comenta Marc Cerdà, estudiante de doctorado del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y miembro del grupo de investigación. “Nosotros extraemos material perforando el fondo marino con tubos de hasta 4m y obtenemos muestras de sedimentos en columnas“. El análisis de estos sedimentos confirma que contienen arsénico proveniente de los minerales de la mina, como la arsenopirita, y que se encuentra en diferentes estados de oxidación. Es decir, que este arsénico ha experimentado transformaciones químicas como la oxidación, que pueden afectar a su movilización y liberación por disolución en la columna de agua. Los investigadores se preguntaron en qué grado se daban estos procesos, ya que “hasta ahora no se sabía casi nada de esto” explica Josep Roqué, profesor del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la UB. “A nosotros nos interesa caracterizar estos residuos mineros acuradamente para reconstruir los procesos geoquímicos de alteración de los minerales portadores de arsénico y a partir de ahí, definir la disponibilidad en el ecosistema marino de este elemento tóxico” añade.

Bajo la luz del sincrotrón

Para conocer exactamente los procesos geoquímicos que tienen lugar en los residuos de Portmán, muestras de estos sedimentos fueron primero caracterizados de forma no destructiva en el laboratorio CORELAB de la UB. Después, han sido analizadas en el Sincrotrón ALBA, en la línea de luz CLAESS. Su técnica es la espectroscopia de rayos X, es decir, se ilumina con luz de sincrotrón la muestra y, detectando la energía que emite y absorbe, se puede deducir qué elementos químicos la forman y en qué estado de oxidación se encuentran.

Las muestras de los sedimentos, que contienen arsénico, han sido preparadas bajo un protocolo especialmente diseñado con los científicos de CLAESS, quienes apoyan a los investigadores de los centros de investigación que vienen a usar el sincrotrón. El análisis en condiciones controladas de los sedimentos permite estudiarlos tal y como se encuentran en la bahía y por tanto, obtener unos resultados fieles. “CLAESS permite tomar medidas en condiciones controladas, sin exponer las muestras a la atmósfera para evitar el riesgo de oxidación. Si justamente queremos saber el estado de oxidación de los elementos in situ no nos podemos permitir alterarlos durante su análisis “, explica Carlo Marini, científico de la línea. Además, CLAESS también permite detectar los elementos químicos en las muestras aunque su concentración sea muy baja. “Es la primera vez que analizamos un problema así con estas herramientas tan potentes y estamos obteniendo información inédita que no se conocía de Portmán“, remarcan.

A la izquierda, testigos de los sedimentos extraídos de bajo el agua desde el buque oceanográfico. Derecha: colocación de los soportes -diseñados específicamente e impresos en tecnología 3D en el mismo ALBA – con las muestras en la línea de luz CLAESS para ser analizadas con la luz de sincrotrón. En la fotografía, Carlo Marini, científico del sincrotrón; el catedrático Miquel Canals Artigas y Andrea Baza, estudiante de doctorado de la UB.

Los investigadores esperan encontrar por primera vez pistas valiosas para conocer la distribución, movilidad y disponibilidad del arsénico en el ecosistema marino y, por tanto, para evaluar sus efectos potenciales sobre el medio natural y la biodiversidad de la costa litoral en Murcia. Según Miquel Canals, jefe del Grupo de Investigación, “Portmán es un caso de estudio excepcional sobre el que aún tenemos más preguntas que respuestas a pesar de haber avanzado muchísimo en el conocimiento de su estabilidad, estructura y composición; todos ellos aspectos cruciales para planificar las tareas de remediación y, hasta donde se pueda, de rehabilitación de la bahía”.

Este proyecto se ha llevado a cabo conjuntamente desde los Departamentos de Dinámica de la Tierra y del Océano y de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UB. El equipo de trabajo del proyecto ha sido formado por Josep Roqué Rosell, Miquel Canals Artigas, Anna Sánchez Vidal, Jaime Frigola Ferrer, David Amblàs Novellas, Marc Cerdà Domènech y Andrea Baza Varas; con la colaboración del Museu de Ciències Naturals de Barcelona a través de su conservador Marc Campeny y no menos importante, la colaboración también del profesor Joan Carles Melgarejo, del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la UB.

Caracterización de materiales

Aunque tras el cese de los vertidos se ha podido alcanzar un cierto estado de equilibrio (Martínez Sánchez y Pérez Sirvent, 2008), los sedimentos están sometidos a la dinámica marina, especialmente los más próximos a la línea de mar, y a los efectos de las lluvias, escorrentías y otros vertidos. Esto implica una heterogeneidad muy alta en los sedimentos. La granulometría define el origen del sedimento; la textura fina corresponde a estériles sin lavar y la textura gruesa a estéril lavado depositado por la acción del agua del mar, lo que ha llevado consigo una granoselección, dando como resultado un enriquecimiento en partículas gruesas.

Proyecto de recuperación de la bahía de Portmán

Según consta en la página web del Ministerio de Agricultura, Agua y Medio Ambiente (http://www.magrama.gob.es), en el proyecto definitivo se pretende un retranqueo de 250 m respecto a la línea de playa actual y un dragado, secado y transporte a la corta minera San José de 185.000 m3 de estériles. El secado del material dragado se realizará en unos recintos de 40 Ha construidos sobre la plataforma de la bahía. Se creará un frente de playa con arenas negras y aportación de 150.000 m3 de arena de cantera para conseguir un diámetro medio de 50 mm. Se instalará una cinta transportadora carenada de la bahía a la corta San José de 2.700 m de longitud. La corta está siendo acondicionada mediante estabilización y saneo de taludes, impermeabilización del vaso (con 550.000 m3 de material arcilloso), y con mejora de accesos. Se construirá una balsa de lixiviados drenados y se procederá al sellado y restauración ambiental del vertedero.

Consideraciones finales

En su situación preoperacional, es un punto singular de contaminación por EPTs en el Mediterráneo. Hasta ahora se han tomado medidas muy interesantes de consenso en la recuperación ambiental de la bahía. Se podría decir que a partir de un problema contaminante, en el que las soluciones planteadas sólo contemplaban el traslado de los sedimentos con un coste de recuperación inasequible, se ha obtenido una solución ecoeficiente que incorpora la valorización de residuos calizos y un tratamiento in situ que cumple con los requisitos exigidos en el principio de máxima precaución ambiental. A partir de ahora puede ser un ejemplo en la solución de problemas contaminantes.

El Centro Experimental en Suelos Contaminados de Portmán, en el que se han desarrollado la mayoría de estas experiencias, ha sido un laboratorio de investigación y un centro de encuentro, intercambio y difusión del conocimiento, que puede ser la base en la organización de programas de formación y foros de debate. Será el centro de control y seguimiento de la ejecución de las obras y monitorización del proyecto de recuperación de la bahía de Portmán. Puede constituirse en un futuro como referente en el Mediterráneo, de investigación, análisis y desarrollo de tecnologías innovadoras de recuperación de suelos y aguas.

Sería conveniente extrapolar los resultados obtenidos de las experiencias desarrolladas en el proyecto piloto y aplicar medidas similares para la recuperación de la Sierra Minera.

Terremoto de Kangra de 1905

Terremoto de Kangra de 1905

El terremoto de Kangra de 1905 ocurrió en el valle de Kangra y la región de Kangra de la provincia de Punjab (hoy Himachal Pradesh) en India el 4 de abril de 1905. El terremoto midió 7,8 en la escala de magnitud de onda superficial y mató a más de 20.000 personas. Aparte de esto, la mayoría de los edificios en las ciudades de Kangra, Mcleodganj y Dharamshala fueron destruidos.[7] [8] [9]

Terremoto de Kangra de 1905

Hora UTC: 1905-04-04 00:50:00

Evento ISC: 16957848

USGS- ANSS: Comcat

Fecha local: 4 de abril de 1905

Hora local: Temprano en la mañana

Magnitud: 7,8 ms [1]

Epicentro: 33,0°N 76,0°E [2]

Falla: Empuje principal del Himalaya

Zonas afectadas: India colonial

Máx. Intensidad: IX (Destructivo) [3] X (Extremo) [4] [5]

Damnificados: >20.000 [2] [1] [6]

Fondo

El epicentro calculado del terremoto se encuentra dentro de la zona de empujes a lo largo del frente del Himalaya formada por la continua colisión de la placa india con la placa euroasiática.[10] El subempuje del subcontinente indio debajo del Tíbet a lo largo de un límite convergente de 2.500 km de largo conocido como el Empuje Principal del Himalaya ha resultado en el levantamiento de la Placa Euroasiática predominante, creando así una larga cadena montañosa paralela a la zona convergente.[11]

Características del terremoto

El terremoto de magnitud 7,8-7,9 sacudió el Himalaya occidental en el estado de Himachal Pradesh a una profundidad estimada de 6 km a lo largo de una falla de empuje muy poco profunda, probablemente en el destacamento principal del empuje del Himalaya. El área de ruptura se calcula en 280 km × 80 km.[12] La ruptura no llegó a la superficie, por lo que se considera un terremoto de empuje ciego.[12] Un estudio más reciente en 2005 estimó la zona de ruptura en 110 km × 55 km sin salir a la superficie.[13]

Daño

El terremoto alcanzó su intensidad Rossi-Forel máxima de X en Kangra. A unos 150 kilómetros de esta zona hacia el sureste se registró una zona de mayor intensidad hasta alcanzar VIII. Esta intensidad inusualmente alta lejos del terremoto en la llanura indogangética incluyó las ciudades de Dehradun y Saharanpur. Se sintió VII en localidades como Kasauli, Bilaspur, Chamba y Lahore.[14]

Se informó que el terremoto derribó hasta 100.000 edificios. Se estima que murieron al menos 20.000 personas y también se perdieron 53.000 animales domésticos. También hubo daños importantes a la red de acueductos de las laderas que alimentaban de agua a la zona afectada. El coste total de recuperación de los efectos del terremoto se calculó en 2,9 millones (1905) de rupias.[1]

Kangra

Kangra (del hindi: काँगड़ा) es una ciudad y un consejo municipal del Kangra en el estado de Himachal Pradesh al sur del Himalaya. Es el lugar donde se encuentran los templos Masrur, conocidos como Pirámides Himalayan. La palabra Kangra es la unión de las palabras Kaann («oreja») y gaddha (crea/molde).

Historia

Históricamente conocida como Nagarkot2​ o Trigarta, la ciudad de Kangra fue fundada por Katoch Kshatriya Rajputs de Chandervanshi. Los rajás Katoch tuvieron residencia en Kangra, construyeron fuertes templos en lavish.

Otro nombre antiguo de la ciudad es Bhimagar, presuntamente fundada por Raja Bhim, hermano más joven del emperador Kurú Yudhishthira de Indraprastha (hoy Delhi).3

El templo de Deví Vajreshwari fue uno de los más viejos y ricos de la India del norte, y fue destruido junto con el fuerte y la ciudad por el terremoto de Kangra el 4 de abril de 1905, muriendo 1335 personas.2

Área debajo de Kangra Bhawan después del terremoto

Derrame del molino de uranio de Church Rock

Derrame del molino de uranio de Church Rock

El Derrame del Molino de Uranio de Church Rock ocurrió en Nuevo México, Estados Unidos, en 1979 cuando la piscina de desechos de relaves del molino de uranio de la United Nuclear Corporation en Church Rock rompió su dique. Sobre 1.000 toneladas de desechos radiactivos del molino y millones de litros de aguas residuales de la mina se escaparon hacia el Río Puerco, y estos contaminantes viajaron 80 millas (129 km) corriente abajo hasta el Condado de Navajo, Arizona. Los residentes locales usaban el agua del río para irrigación y para el ganado y no se dieron cuenta inmediatamente del peligro causado por esta contaminación.

En términos de la cantidad de radiación liberada, el accidente fue comparable en magnitud al accidente de Three Mile Island ocurrido ese mismo año. Ha sido caracterizado como el accidente radiactivo más grande en la historia de Estados Unidos, pero el gobernador rechazó la solicitud de la Nación Navajo de que el sitio fuera declarado un área de desastre federal. El evento recibió menos atención de la prensa de lo que lo pasó con Three Mile Island, probablemente debido a que ocurrió en un área rural ligeramente poblada; algunos investigadores han sugerido que hubo aspectos de clase y raciales involucrados, dado que el evento afectó principalmente a nativos americanos pobres.

El sitio de la ‘United Nuclear Corporation’ cerca de Church Rock en el Condado de McKinley, Nuevo México.

En 2003 el capítulo de Churchrock de la ‘Nación Navajo’ inició el proyecto de monitoreo de uranio de Church Rock para evaluar los impactos ambientales de las minas de uranio abandonadas; este encontró significativa radiación tanto de fuentes naturales como de actividades mineras en el área.1

El derrame

El 16 de julio de 1979, la piscina de desechos de relaves del molino de uranio de Church Rock perteneciente a la United Nuclear Corporation rompió su dique, y 1.100 toneladas de desechos radiactivos del molino y aproximadamente 350.000 m³ de aguas residuales de la mina se derramaron en el Puerco River.23​ El agua contaminada del derrame de Church Rock viajó 80 millas (129 km) río abajo, a través de Gallup, New Mexico y llegó tan lejos como el Condado Navajo, Arizona. La inundación hizo retroceder las alcantarillas, afectó a los acuíferos cercanos y dejó pozas de agua estancada contaminadas a los costados del río.345

El Cuerpo de Ingenieros del Ejército concluyó en su informe al gobernador Roth de Nuevo México, que la causa principal de la falla fue un asentamiento diferencial de los cimientos bajo la pared del dique, con la resultante formación de grietas por las cuales fluidos ácidos de los relaves penetraron el terraplén. Desviaciones desde los diseños aprobados para la construcción de la muralla del dique, más variaciones críticas de la operación aprobada de las piscinas de relaves, contribuyeron a la falla de la muralla del dique.6

Se observaron grietas en la muralla del dique por primera vez en diciembre de 1977, estas fueron selladas con bentonita en febrero de 1978. Grietas adicionales se observaron en octubre de 1978. Ni el propietario de las instalaciones, ni el ingeniero inspector del estado fueron notificados formalmente de estos episodio de agrietamiento previo a la falla del dique.6

Fuga de radiación

En términos de cantidad de radiación liberada, el accidente fue más grande en magnitud que el accidente de Three Mile Island de ese mismo año.3​ Se informó como el accidente radiactivo más grande en la historia de Estados Unidos.4​ Poco después de la fuga, los niveles de radiación aguas abajo del dique eran 7.000 veces más alto que los niveles permitidos en el agua potable.7​ En total, 46 curies de elementos transuránicos y metales pesados fueron botados.8​ La Nación Navajo le pidió al gobernador que solicitara asistencia para desastres al gobierno de Estados Unidos y que declara el sitio como área de desastre, pero el gobernador rehusó. Esto limitó la ayuda para superar el desastre entregado a la Nación Navajo.3

Aunque en el momento del accidente se tomaron pasos para notificar a la población de acuerdo a un plan de contingencia del estado,3​ los residentes locales no se dieron cuenta inmediatamente del peligro de toxicidad. Ellos estaban acostumbrados a usar las riberas del río para recreación y recolección de hierbas naturales, y los niños a menudo vadeaban el río. Los residentes que habían cruzado el río vadeándolo tuvieron que ir al hospital quejándose de pies quemados, allí fueron diagnosticados con insolación. Se encontró ganado agonizante.4​ Previo al accidente, los residentes locales usaban el agua del río para irrigación y el ganado. En 1981, los gobiernos estatal y federal finalizaron el abastecimiento con camiones aljibes. Los granjeros no tuvieron otra opción que volver a usar el agua del río.9

Estudios desde la década de 1950 han mostrado que algunos tipos de cáncer tienen en los Navajo una tasa significativamente más alta que para el promedio nacional, esto se ha asociado generalmente a la contaminación de las minas de uranio y la exposición de los trabajadores.10​ No existen estudios epidemiológicos realizados en Church Rock.311

En su artículo publicado en American Journal of Public Health en 2007, Doug Brugge, Jamie L. deLemos y Cat Bui propusieron que la carencia de estudios revisados por pares acerca de los efectos del accidente en la salud, cuando se compara con eventos bien estudiados como el accidente de Three Mile Island, puede estar relacionada con factores tales como el haber ocurrido en una etapa inicial del ciclo nuclear (minería, molienda y procesado) que es dependiente de una gran fuerza laboral, y que sucedió en comunidades de bajos ingresos, rurales y de nativos americanos, más que en las cercanas áreas altamente pobladas.3

Mapa del año 2003 de la EPA que muestra los esfuerzos de reparación en el sitio de la United Nuclear Corporation. El derrame de 1979 resultó de una brecha en la Célula Sur del dique.2

Limpieza

La limpieza fue llevada a cabo de acuerdo a los criterios estatales y federales.2​ Fueron recuperados aproximadamente 560 3 de materiales de desechos (estimados en sólo el 1% del total).3​ Pero, de acuerdo a Paul Robinson, muy poco del derrame líquido fue sacado por medio de bombas desde el abastecimiento de agua.4​ El sitio del molino de uranio se clausuró en 1982, en un evento relacionado con la declinación del mercado del uranio.

En 1983 el sitio fue ingresado en la Lista Nacional de Prioridades del Superfondo de la Agencia de Protección Ambiental para investigaciones y esfuerzos de limpieza, ya que se reconoció que radioisótopos y elementos químicos estaban contaminando el agua subterránea local.2​ En 1994, la EPA extendió sus esfuerzos con un estudio de todas las minas de uranio conocidas en el territorio de la Nación Navajo.1213

En 2003, el capítulo de Churchrock de la Nación Navajo inició el Proyecto de Monitoreo de Uranio de Church Rock para el evaluar el impacto ambiental de las minas de uranio abandonadas, y desarrollar las capacidades para realizar investigaciones con implicaciones políticas basadas en la comunidad.1​ Su informe de mayo de 2007 encontró significativa radiación residual en el área, tanto de fuentes naturales como provenientes de la actividad minera.1

En 2008, el Congreso de Estados Unidos autorizó un plan de cinco años para la limpieza de los sitios contaminados con uranio al interior de la reservación navajo.14​ El sitio de la organización sin fines de lucro de Groundswell Educational Films está almacenando Webivideos en línea del esfuerzo de limpieza.

Historia

Alrededor de 4.000 Navajo trabajaron en la explotación de uranio en Nuevo México (EEUU) antes de 1971. Aproximadamente 1.500 han muerto desde entonces y 1.191 han sido compensados bajo el régimen de RECA, mientras que entre 1.000 y 1.500 Navajo siguen realizando trámites para obtener la compensación del Estado.

“El sueldo era suficiente para mí en ese tiempo” dice William López, un hombre navajo ya mayor que hace 40 años trabajó en la compañía Rare Metals Corporation Mill en Tuba City. Él fue contratado por primera vez en 1959 cuando había muy pocos trabajos en la reserva. “Gané un poco más dinero con la compañía que en otros trabajos que yo podía conseguir en esa localidad”.

Cerca de ocho años, López y su cuñado, George Brown, chancaron uranio, separándolo en grados diferentes, y luego mezclando y lixiviando el uranio para convertirlo a líquido. Hasta que la planta cerró en 1966, los hombres trabajaban cada día envueltos en una nube de polvo de uranio, regresaban a sus familias cada tarde con uranio bajo sus uñas y en las plantas de sus zapatos.

Con el descubrimiento del uranio cerca de Grants, Nuevo México, en 1950, la reserva de los navajos tenía 4 molinos y más de 1,000 minas. Pero al inicio de los 90s, cuando el precio de uranio bajó a sólo $7 dólares por libra, el boom había terminado y muchas de las compañías salieron, dejando la reserva llena de minas y molinos que eran radioactivos y tóxicos. De los montones de residuos secos, el viento esparció el polvo por los hogares y hogans (casas de los Navajo), mientras que en época de lluvia, los arroyos, mayormente secos, se llenaban de torrenciales aguas de contenido tóxico.

Varias décadas después que el molino “Tuba City” fuera cerrado, López, Brown y otros supieron que habían estado expuestos al uranio radioactivo y a sustancias químicas tóxicas, y con ello al riesgo de contraer enfermedades como el cáncer al pulmón, fibrosis pulmonar, y tal vez a enfermedades de los riñones y linfoma. “Debería haber una sanción porque las personas no fueron informadas de estas consecuencias” dice Brown, que sigue siendo molesto con el gobierno de los EE.UU. “Tú les entregas todos esos años a ellos y luego ellos te abandonan”.

Sin embargo, cuando la Nación Navajo tomó la decisión de estar mejor sin la explotación de uranio, la industria está ansiosa de emplear nuevas tecnologías para extraer uranio del subsuelo de la reserva, utilizando agua y químicos, frente a la antigua opción de extraerlo mediante minas abiertas y túneles. Y mientras el Estado de Nuevo México evita los temas de soberaneidad tribal, el Gobierno Federal está a punto de aprobar toda una nueva generación de minas de uranio en la reserva de los navajo.

Historias trasmitidas de generación en generación advierten que ciertas substancias es mejor no tocarlas y dejarlas donde están. Para los navajos, el uranio es una de estas substancias. En abril pasado, el concejo del pueblo navajo proscribió las minas y la extracción de uranio en la reserva. En la resolución, que se aprobó por 63 votos a favor contra 19, reconocieron que el uranio ha dañado la salud de las personas, el medio ambiente, y la economía del pueblo Navajo – y también reconfirmaron el derecho soberano de la etnia de controlar sus propios recursos naturales.

El presidente Joe Shirley Jr.- quien frecuentemente usa la palabra “genocidio” cuando habla sobre el legado de las minas de uranio en la reserva- firmó esa resolución, y luego, emitió una orden ejecutiva que prohíbe entablar negociaciones con las compañías que proponen la extracción de uranio en sus tierras.

“Todo este tiempo que la Nación Navajo ha tenido que tratar el asunto del uranio», señala el Presidente Shirley, “han sido de sacrificio”. A su vez, George Hardeen, director de comunicaciones del presidente y vicepresidente del pueblo Navajo dice: “El mayor daño es la pérdida de vidas, conocimientos, sabidurías, canciones y ceremonias. Había curanderos que también trabajaban en las minas, pero ahora están muertos. Esto significa una pérdida cultural, no sólo una pérdida para las familias individuales”

Según Eric Jantz, abogado del staff del “New Mexico Environmental Law Center”, las nuevas propuestas de extracción de uranio amenazan al navajo en la parte oriental de su territorio y su agua para consumo doméstico. Además dice: “Nosotros estamos en la cúspide de un nuevo boom del uranio”. Él cree que la compañía Hydro resources Inc. es sólo la primera de muchas compañías que quieren explotar el uranio en el área, y que el caso elevado al UDS Nuclear Regulatory Comisión se ha convertido en un caso piloto al que otras compañías observan con detenimiento, haciéndose preguntas como: ¿Hasta donde podrán pelotear a los Navajo? y ¿Qué estándares tendrán que aplicar en la explotación?

Activistas más por necesidad que por voluntad como Mitchell y Rita Capitan fundaron la asociación “Eastern Navajo Dine against Uranium Mining (Navajos del Este contra las minas de uranio)” desde su casa en Crownpoint. Rita dijo en otoño del año pasado: “En 1994, cuando escuchamos sobre la nueva actividad minera, inmediatamente empezamos la discusión en nuestros hogares. Luego decidimos organizar una asamblea comunal para conocer lo que otras personas pensaban sobre esto.” Los Capitans también tomaron contacto con Chris Shuey del “Southwest Research and Information council” (Consejo del Sudoeste de Investigación e Información.)

Shuey dice: “Nosotros hemos gastado más de 2 millones de dólares luchando contra las consecuencias de la extracción de uranio. Nos afecta moralmente que tengamos que emplear tanto tiempo en estas gestiones, a sabiendas que todo este trabajo tan rigoroso debería haber realizado la Comisión del Gobierno Federal para el beneficio de la población.”

Shuey y los Capitans han sostenido durante bastante tiempo que las minas contaminarán el agua potable de la comunidad y la de los pozos municipales. Ellos se preocupan porque las grietas en la estructura subterránea de piedra puedan provocar la filtración de las sustancias químicas en el acuífero y que las compañías no estarían en las condiciones de limpiar el agua de las sustancias químicas y de recuperar su estado original.

En el sureste de Texas, los residentes dicen que las plantas de procesamiento Kingsville Dome y Rosita ISL , manejadas por la compañía Uranium Resources INC., ya han contaminado el agua de los pozos privados. Ellos han demandado a la compañía, pero por falta de datos sobre la calidad del agua del subsuelo o de los pozos de antes de la construcción de las plantas, la compañía ha negado que la contaminación sea resultado de sus operaciones.

Luego, en verano pasado, la Geological Survey de los Estados Unidos publicó un reporte de un estudio encomendado por la US Nuclear Regulatory Commission (NRC). Los activistas dicen que el reporte, que analiza un proyecto piloto de recuperación de aguas subterráneas en el ámbito de la planta procesadora de uranio de la mina Ruth In-Situ Leach Uranium Mine, apoya su posición de que la recuperación del agua subterránea probablemente no sea posible.

Pero a menos de un mes después de que el reporte fuera publicado, un juez de NRC tomó una decisión contra los activistas, descartando las razones de contaminación que ellos plantearon.

Los activistas sufrieron otro revés en mayo cuando la comisión indicó que la contaminación radioactiva que existe en Church Rock por la presencia anterior de unas minas de uranio, es oficialmente considerado “radiación de fondo” – y por lo tanto ésta no será tomada en cuenta como parte de los límites en radioactividad en los que la compañía HRI tiene que mantener los niveles para que sus operaciones sean calificadas como seguras.

Shuey expresa su incredulidad sobre esta decisión: “no sólo se dejará de limpiar los sitios contaminados existentes, tomando en cuenta estándares seguros, sino que también los proyectos nuevos seguirán contaminándolos. La decisión de autorizar la explotación minera significa que los Navajo serán tratados por el gobierno de los Estados Unidos, interesado en la extracción del uranio, como una “población sin importancia”.

Para los Navajo los riesgos no se limitan a la calidad del agua subterránea. Está en riesgo también su capacidad de determinar lo que sucede en los límites de su reserva. George Hardeen dice: “La definición más simplista de soberanía es que ésta es el derecho que tienen las personas indígenas de hacer sus leyes y vivir con sus leyes.” El Presidente Shirley de los Navajo ha trabajado ya un año y medio- desde que la etnia pasó la resolución de prohibir la minería de uranio en su reserva- viajando por el país y el mundo, buscando apoyo para la prohibición del uranio. “Todos dicen que lo harán y respetarán la soberanía y la ley. Hasta ahora nadie se ha puesto en su contra, pero la campaña va a resultar muy costosa.

Mientras que Shirley ha recibido apoyo de líderes de sindicatos internacionales y de activistas mundiales y un premio en Oslo, Noruega, el Gobernador Bill Richardson ha guardado silencio sobre el tema…

Referente a la soberanidad de los pueblos nativos, Brancard (Director de la Gerencia de Minería en el Departamento de Energía, Minería y Recursos Naturales del estado de Nueva México) dice: “En general, el Estado reconoce el derecho de la Nación Navajo de controlar los recursos de su tierra, pero no hemos tomado una posición pública sobre este tema. El problema en cuestión es el de definir hasta donde llega la jurisdicción tribal la tribu y hasta donde pueden oponerse a la explotación.”

Si bien es cierto que las cuatro minas existentes están situadas fuera de los límites de la reserva de los Navajo y una se encuentra en terreno privado, hay otra, que aún estando en territorio del Pueblo Navajo, tiene derechos privados sobre los minerales que extrae. Este problema de jurisdicción hace que el asunto sea más complicado. Mientras que el Pueblo Navajo insiste que tiene control sobro todo dentro de los límites exteriores de la reserva, el estado y el gobierno federal al parecer no comparten esta visión.”

Hardeen dice “El otro aspecto que nadie quiere reconocer es el dinero al que la nación Navajo renuncia al no permitir la minería de uranio en sus tierras. El reconoce que existen necesidades no satisfechas en la reserva y que los Navajo necesitan dinero. El Pueblo Navajo tiene planes para abrir su primer casino y … planea construir una planta de energía eléctrica alimentada con carbón entre Shiprock y Farmington. Pero por la herencia negativa del uranio, el Navajo ha decidido no permitir la explotación de este recurso.”

Como los precios del uranio continúan subiendo -una libra del metal está sobre $54 en el mercado de los minerales-, la minería de uranio está en aumento en Colorado y Texas. En Wyoming se está planeando instalar más minas de uranio. Una compañía de Canadá está explorando minas en Utah, y el año pasado la compañía US Bureau of Land Management realizó denuncios mineros en Arizona Strip, la tierra que se encuentra ubicada entre el Gran Cañón y Vermillion Cliffs National Monument. Entonces uno se pregunta: ¿Qué se estará tramando para Nueva México?

En agosto, la compañía canadiense Strathmore Minerals Corporation anunció haber adquirido 51 nuevos denuncios cerca de Church Rock and Crownpoint, y dos minas compradas a Kerr McGee, planificando su reapertura en la Reserva de los Navajos en el Contado McKinley cerca de Church Rock. Según Dave McIntyre, vocero de la “US Nuclear Regulatory Comisión” de los EEUU, ellos han mantenido “conversaciones” con una de las compañías que tiene interés en abrir una mina cerca de la planta de HRI (cerca de la Reserva de los Navajo).

Por su parte, William López no entiende como este nuevo desarrollo minero busca extenderse hacia la Reserva cuando los residentes locales se oponen y los líderes del pueblo Navajo han dicho que no van a permitirlo. “No respetan nuestros recursos, se ignoran las decisiones de la comunidad y la resolución de prohibir la extracción de uranio.” Y agrega, con dificultades de articular lo que piensa podría suceder, “Creo que las compañías de uranio están encontrando otras maneras para conseguir beneficios para ellos – un negocio raro en los ojos de los residentes locales de los Navajo.”

Nota: En la minería tradicional de uranio, el mineral es extraído del suelo, enviado a un molino, donde es procesado en un polvo fino llamado “Yellowcake”. Del molino, el polvo es transportado a una planta de conversión que produce UF6 (hexafluoruro de uranio) para el uso en plantas de energía nuclear.

Intoxicación en Mequinez

Intoxicación en Mequinez

Hay 11.000 paralíticos en Marruecos a consecuencia de la adulteración de aceite en 1959 | Edición impresa | EL PAÍS

Una mañana de septiembre de 1959, un tejedor de alfombras de la ciudad de Mequinez, en el centro de Marruecos, despertó con la terrible sorpresa de ver que no podía mover ni brazos ni piernas. A la caída de la tarde del mismo día, su mujer quedaba también postrada para siempre. Unos días antes habían sentido unos extraños dolores musculares en las extremidades y en la espalda, que, no obstante, habían desaparecido. Este primer caso daría la señal de alarma de lo que en pocos días iba a convertirse en una auténtica tragedia nacional. Esa misma mañana, decenas de familias de la ciudad de Mequinez, y luego de Rabat, quedaban paralíticas, víctimas de una enfermedad desconocida y extraña.

Los hechos, vistos retrospectivamente, ocurrieron así: en el mes de septiembre de 1959, Marruecos, como todos los países musulmanes, se disponía a celebrar las festividades del Mulud An Nabi o aniversario del nacimiento del profeta Mohamed.A la ciudad de Mequinez había acudido ese año tal cantidad de visitantes que no había aceite suficiente para safisfacer la demanda. Unos comerciantes sin escrúpulos no encontraron nada mejor, para hacer negocio redondo, que mezclar unos excedentes de aceite de motor de avión que habían sido subastados públicamente en la entonces base militar norteamericana de Nouasseur, cercana a Casablanca.

Para hacer más aceptable el aceite adulterado le llamaron Le Cerf, y le colocaron etiquetas con ese nombre, que, pronunciado en árabe, es fonéticamente muy parecido al aceite francés de mayor calidad vendido entonces en Marruecos, Lessieur.

Al principio se pensó que podía tratarse de una epidemia de pollomielitis, pero la hipótesis fue descartada rápidamente por los especialistas. Luego, pensando que podía ser una enfermedad contagiosa, para evitar la promiscuidad de las grandes concentraciones, el Gobierno suspendió la fiesta del Mulud. Las autoridades marroquíes, que andaban por su tercer año de independencia, se veían totalmente desbordadas e impotentes.

En septiembre de 1959, Marruecos sólo disponía de novecientos médicos para una población de once millones de habitantes. El 23 de septiembre de ese año, el ministro marroquí de Salud, Yussef Bel Abbes, proclamó oficialmente el estado de desastre nacional e hizo un angustiado llamamiento a la Cruz Roja Internacional, a la Organización Mundial de la Salud, a la Unicef y a las Naciones Unidas.

Más de quince países acudieron inmediatamente en ayuda de Marruecos. Cuando los orígenes de la extraña parálisis pudieron ser determinados se habían registrado ya en todo Marruecos 10.932 casos, de los cuales seiscientos eran sin solución, y 8.000, según los especialistas, podrían alcanzar una rehabilitación parcial tras un prolongado tratamiento, aunque quedarían minusválidos para toda la vida.

Una paciente de un médico francés del instituto Pasteur contaría un incidente que dio la clave del enigma. En el curso del interrogatorio a que fue sometida por el médico para establecer su hoja clínica, la mujer dijo que lo único que le había llamado la atención era que el aceite de cocinar le pareció un día más oscuro que de costumbre. Para estar más segura, había hecho con él unos buñuelos, que dio a probar primero a su perro. Como los efectos no fueron inmediatos, la mujer siguió preparando los alimentos de su familia con el aceite en cuestión. A la semana todos ellos, incluido el perro, quedaron paralíticos.

Con esta revelación se ordenó el análisis inmediato del aceite Le Cerf y se encontró que contenía nada menos que tri-orto-cresil-fosfato, un veneno que afecta directamente a los sistemas nerviosos central y periférico.

El Gobierno marroquí advirtió a la población contra el peligro de consumir ese aceite, y se dispuso a censar las existencias en el mercado para su retirada. Un millón de litros, suficiente para dejar paralíticos a los once millones de marroquíes, fueron incautados.

Viendo que nadie compraba ya el aceite en Mequinez, Rabat o las grandes ciudades, se apresuraron a quitarle las etiquetas y enviarlo para su venta a las aldeas más remotas del país, adonde todavía no había llegado la noticia de la tragedia. El resultado fue que empezaron a aparecer nuevos casos de parálisis.

Este comercio criminal sólo terminó cuando el Parlamento marroquí, a propuestas del rey Mohamed V, votó una ley de emergencia, con carácter retroactivo, que sancionaba con la pena de muerte la fabricación o distribución consciente de aceite adulterado, delito que quedaba tipificado como «crimen contra la salud de la nación».

Veintisiete comerciantes fueron detenidos en virtud de esa ley. El 27 de abril de 1960, después de una exhaustiva investigación, cinco comerciantes fueron condenados a la pena de muerte y tres a cadena perpetua por la corte suprema de Rabat en uno de los juicios más espectaculares de toda la historia de Marruecos.

El Gobierno marroquí votó con carácter de urgencia un presupuesto especial de doscientos millones de francos para indemnizar a los damnificados, que recibieron a razón de 10.000 francos, unas 2.000 pesetas, los jefes de familia, más mil francos (doscientas pesetas) por mujer y cada hijo.

Veintitrés años después aún se pueden ver en las calles de Mequinez y Casablanca algunos de aquellos paralíticos, el 50% de los cuales fueron niños y adolescentes.​

Quizás no tenga nada que ver con la colza, pero en este caso la causa oficial fue el *triortocresilfosfato*, un aditivo para lubricantes industriales como por ejemplo los que se usan en motores de avión. Lo interesante es que se trata de un compuesto organofosforado, como los que consideraba como causantes del síndrome de la colza el doctor Muro. Quizás ya se habrá dicho por aquí, pero los organofosforados son una categoría muy amplia de compuestos tóxicos y cabroncetes, entre los que se encuentran los plaguicidas y sus hermanas mayores, las armas químicas. El TOCP es uno más de esa especial familia. Desde mi ignorancia, son los síntomas descritos (parálisis muscular) similares a los del síndrome toxico de 1981?

Sobre la teoría de los tomates y el pesticida, hay algún indicio de que parte del genero toxico pudiera haberse exportado al extranjero

En un principio, dado el rápido avance de los nuevos casos diarios, los expertos de la OMS consideraron que, en efecto, se trataba de un virus, aunque no tenían ni idea de cuál. Esta teoría se confirmaba, además, por la aparición de fiebre, si no en todos, en gran parte de los pacientes. Pero, tras semana y media de investigación, la propagación de la enfermedad llevó a los investigadores a considerar que se trataba de un “desarrollo tóxico” y no necesariamente infeccioso. Lo que les llevó a confirmar esta teoría es que solo las clases más bajas, socioeconómicamente hablando, eran las afectadas, a pesar de que tenían contacto directo y constante con las clases medias o altas. Del mismo modo, ninguno de los judíos que en ese momento vivían en Mequínez había contraído la enfermedad, así como ningún europeo, con la excepción de un hombre que se había convertido al Islam.

Gracias a estos datos, los investigadores llegaron a la conclusión de que el problema estaba en algún tipo de alimento, con un fuerte legado cultural y que provocaba que solo determinados individuos hubieran sido afectados. Los doctores empezaron a buscar el ‘veneno’ analizando el trigo (que en algunas ocasiones contenía arsénico, pero no el suficiente como para producir estos rápidos efectos en la salud). Finalmente encontraron el culpable: aceite de oliva contaminado con lubricante de motores de aviación, en concreto con organofosfatos, obtenido como excedente militar de la base aérea estadounidense de Nouaceur, a 270 kilómetros de distancia. Al igual que el caso español, el desmedido ánimo de lucro llevó a determinados ’empresarios’ (criminales en realidad) a aumentar la cantidad de producto disponible para su venta, sin importar las consecuencias en la salud que podrían tener.

PS General Slocum

PS General Slocum

Historial

Tipo: vapor de ruedas y desastre marítimo

Asignado: 1891

Destino: Quemado y hundido el 15 de junio de 1904.

Reflotado, convertido en la barcaza Maryland y hundido el 4 de diciembre de 1911 en una tormenta

Características generales

Desplazamiento: 1.284 toneladas

Eslora: 76 metros

Manga: 11,4 metros

Calado: 3,7 metros

El PS General Slocum1​ fue un vapor de ruedas de pasajeros construido en Brooklyn, New York, en 1891. Durante su vida útil, sufrió varios accidentes como encallamientos y colisiones.

El 15 de junio de 1904, el General Slocum se incendió y se hundió en el East River en la ciudad de Nueva York.1​ En el momento del accidente, realizaba un trayecto fletado para llevar a los miembros de la Iglesia Luterana Evangélica Alemana de San Marcos (Germano-estadounidenses de Little Germany, Manhattan) a un picnic de la iglesia. Se calcula que murieron 1.021 de las 1.342 personas que iban a bordo.2​ El desastre del General Slocum fue el más mortífero de la zona de Nueva York hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001. Es el peor desastre marítimo de la historia de la ciudad y del siglo XX hasta que el Titanic lo superó unos años después y es el segundo peor desastre marítimo en las vías navegables de Estados Unidos, tras la explosión y hundimiento del buque de vapor Sultana.3​ Los acontecimientos que rodearon el incendio del General Slocum se han tratado en varios libros, obras de teatro y películas.

En el punto 4 del mapa, es aproximadamente donde ocurrió la tragedia.

Hace 120 años, un vapor de ruedas que llevaba más de 1300 miembros de la escuela dominical de una Iglesia Luterana de Nueva York, en su mayoría niños, se incendió y naufragó en medio del East River. La sucesión de errores del capitán y las nulas medidas de seguridad del buque. Un desastre que mantuvo el triste récord de cantidad de víctimas en territorio estadounidense hasta el atentado contra las Torres Gemelas

El día primaveral se perfilaba como un escenario ideal para la fiesta que todos esperaban, el picnic anual de la Iglesia Luterana de San Marcos del Lower East Side, que ese miércoles 15 de junio de 1904 tenía como atractivo adicional un paseo por el East River hasta Long Island a bordo del vapor de ruedas General Slocum. Por eso, desde temprano a la mañana, 1358 integrantes de la comunidad alemana de Nueva York – en su mayoría maestros, madres y alumnos de la escuela dominical – abordaron el barco llenos de expectativas, sin imaginar que poco después se convertirían en protagonistas de la peor tragedia de la historia de la navegación mundial antes del hundimiento del Titanic.

La Iglesia había hecho el esfuerzo de pagar 350 dólares – una suma alta para la época – por el alquiler en exclusiva del General Slocum y así darles una alegría a los chicos, que recorrían y observaban embelesados los tres pisos del vapor de madera, que estaba al mando del capitán William Van Schaick y contaba con una tripulación de 29 hombres. Cuando zarpó, a las 9 de la mañana, el barco estaba atestado de niños, vigilados por padres y maestros.

El General Slocum a punto de hundirse entre las llamas

Según la reconstrucción de los hechos, el barco llevaba una hora de navegación cuando uno de los chicos corrió hasta donde estaba el capitán y le dijo que había un incendio. Creyendo que se trataba de una broma infantil, Van Schaick le respondió de mal modo.

La tripulación demoró diez minutos fatales en darse cuenta de que realmente había fuego en una cabina de lámparas llena de trapos aceitosos y viruta. Ya era tarde, porque el fuego comenzaba a propagarse de manera voraz por la estructura de madera del vapor. A partir de ese momento, un cúmulo de errores del capitán, sumado a una serie de fallas de seguridad del barco potenciaron la tragedia.

El capitán Van Schaik cometió un error tras otro al mando del General Slocum

El incendio y el pánico

-¡Hay fuego! – le dijo el chico de 12 años al capitán.

-¡No molestes! ¡Metete en tus cosas! – le respondió Van Schaick haciendo un gesto para que se alejara.

Eran las diez de la mañana y de haberle prestado atención al niño, el capitán del General Slocum podría haber minimizado las consecuencias del desastre. Solo reaccionó cuando un miembro de la tripulación le dijo, diez minutos más tarde, que había fuego en la cabina de lámparas y que se estaba propagando.

Pero Von Schaick volvió a equivocarse: en lugar de llevar el vapor hacia tierra en el punto más cercano para facilitar la evacuación y permitir que los bomberos atacaran las llamas, decidió seguir adelante a toda máquina hacia una pequeña isla que estaba más lejos en el East River.

El rescate de los sobrevivientes

Más tarde les dijo a los investigadores que no quería correr el riesgo de propagar el fuego al muelle y al resto de la ciudad, pero la estrategia resultó mortal para los pasajeros, porque al avanzar a toda máquina con viento en contra las llamas se avivaron hasta propagarse por casi todo el barco.

Muertes por fuego y agua

Los pasajeros aterrorizados por las llamas y sin indicaciones precisas por parte de la tripulación reaccionaron de manera desesperada. Además, todo estaba fallando: las mangueras contra incendio estaban podridas y no servían, los botes salvavidas estaban en malas condiciones y tan fuertemente atados que era imposible soltarlos, y los salvavidas se hundían.

Algunos pasajeros se tiraron al agua y trataron de ganar la costa, pero casi nadie lo logró porque muchos fueron arrastrados por la rápida corriente del río. La mayoría de los que iban a bordo eran mujeres y niños que, como la mayoría de los estadounidenses de la época, no sabían nadar.

Cadáveres a la vera del río Hudson

Las crónicas de la época relatan que hubo madres que les pusieron salvavidas a sus hijos y los bajaron al agua, para verlos hundirse como piedras. Luego se comprobó que no estaban llenos de corcho, sino de un material no flotante que los hacía pesados y les impedía flotar. Otros niños murieron pisoteados por quienes corrían de un lado a otro, presos del pánico, y más personas perdieron la vida cuando el incendio derrumbó algunas de las cubiertas y el fuego las consumió.

Mientras tanto, la desesperada carrera que el capitán le impuso al barco en llamas tuvo el peor de los finales al encallar contra las rocas de la costa de North Brother Island. La investigación demostró que entre cien y quinientas personas murieron cuando la sección sobrecargada de estribor de la cubierta de huracanes se derrumbó, arrojándolos a aguas profundas, mientras que otros perdieron la vida al ser golpeados por la rueda de remos que aún giraba. Solo los que atinaron a lanzarse por la parte de proa tuvieron más suerte, porque cayeron en aguas poco profundas y menos correntosas, lo que les permitió a muchos salvar sus vidas.

El intento de apagar las llamas

El General Slocum permaneció varado en North Brother Island durante aproximadamente 90 minutos antes de liberarse y desplazarse un kilómetro y medio hacia el este, donde se hundió definitivamente frente a la costa del Bronx en Hunts Point.

Saldo de una tragedia

La investigación realizada por las autoridades navales determinó que murieron ahogadas o quemadas 1021 personas, todos pasajeros salvo dos miembros de la tripulación. Se contabilizaron 180 heridos y solo 251 personas salieron ilesas de la catástrofe, casi todas ellas rescatadas por dos remolcadores que acudieron con rapidez al lugar del desastre. En cuando al capitán Von Schaick, abandonó el General Slocum antes que muchos de los pasajeros. Salvó su vida saltando a uno de los remolcadores junto con varios de los tripulantes.

Los últimos instantes del General Slocum

La ciudad y el país entero quedaron conmocionados por el tremendo saldo en vidas que dejó el hundimiento del vapor. Al día siguiente, The New York Times relató que “hombres cargando camillas con víctimas de la calamidad empezaron a llegar a la estación Avenida Alexander. Al principio se tenía la esperanza de que ese lugar sería lo suficientemente grande para albergar a los muertos, pero no fue así porque su capacidad fue rápidamente colmada y muchos cadáveres debieron ser trasladados a otros lugares”.

Las víctimas fueron enterradas en cementerios alrededor de Nueva York: 58 en el Cementerio de los Evergreens y 46 en el Cementerio Green-Wood, ambos en Brooklyn. La mayor parte recibió sepultura en el Cementerio Luterano en Middle Village, donde durante años se realizaron homenajes en su memoria y los demás muertos en la tragedia.

Una impunidad casi total

Después de la investigación, Von Schaick y otras siete personas fueron acusados por un gran jurado federal. Además del capitán, debieron sentarse en los tribunales el presidente, el secretario, el tesorero, el comodoro y dos inspectores de la compañía propietaria del vapor, la Knickerbocker Steamship Company.

El capitán perdió la vista de un ojo a causa del incendio. Los informes indican que el Capitán Van Schaick abandonó al General Slocum tan pronto como se asentó, saltando a un remolcador cercano, junto con varios tripulantes. Fue hospitalizado en el Hospital Líbano.

Los pasajeros, testigos y personal de emergencia cometieron muchos actos de heroísmo. El personal y los pacientes del hospital en North Brother Island participaron en los esfuerzos de rescate, formando cadenas humanas y sacando a las víctimas del agua.

El informe sobre de la comisión investigadora sobre el capitán y la tripulación del General Slocum fue lapidario. “Las pruebas presentadas ante la Comisión establecen el hecho de que el capitán no hizo ningún intento de combatir el fuego, examinar su estado o controlar, asegurar, dirigir o ayudar a los pasajeros de ninguna manera. … Un hecho esencial de la negligencia es el fracaso total del capitán para combatir el fuego o ayudar a los pasajeros. En menor grado, los pilotos, de la misma manera, después de varar el bote, y mientras todavía había muchos pasajeros a bordo, no cumplieron con su deber de asistir y rescatar a dichos pasajeros. Muy poca asistencia o control ejercido por cualquiera de los oficiales o tripulantes en nombre de los pasajeros”, señaló.

El funeral de los muertos en la tragedia

Luego de un juicio polémico, el único condenado fue Von Schaick, que fue declarado culpable de negligencia criminal por no mantener en condiciones los elementos contra incendios del vapor. En cambio, el jurado no pudo llegar a un veredicto sobre los otros dos cargos de homicidio involuntario. Recibió una pena de 10 años de prisión, pero solo pasó tres años y medio en la cárcel de Sing Sing antes de ser beneficiado con la libertad condicional.

La Knickerbocker Steamship Company la sacó barata, pagando una multa relativamente pequeña a pesar de la evidencia que demostraba que había falsificado los registros de inspección del vapor.

A medida que pasaron los días se fueron sumando los muertos

Memoria de una catástrofe

Los restos hundidos del General Slocum fueron rescatados y convertidos en una barcaza de 625 toneladas llamada Maryland, que se hundió en el río Sur en 1909 y, luego de ser reflotada y reparada, volvió a naufragar en el Océano Atlántico frente a la costa sureste de Nueva Jersey durante una tormenta el 4 de diciembre de 1911. Allí quedó para siempre.

Con el correr de los años, la tragedia del General Slocum dio lugar a novelas, libros de investigación periodística, temas musicales y películas documentales y de ficción.

Las víctimas también tienen un monumento: La Fuente en Memoria del Slocum, en Tompkins Square Park, donada en 1906 por la Sociedad de la Simpatía de las Damas Alemanas. Está hecha de mármol rosa de Tennessee, tiene a dos niños que miran hacia el mar y su inscripción dice: “Son los niños más puros de la Tierra, jóvenes y hermosos”

Es una fuente para beber que todavía calma la sed de los sedientos, con su agua fría que brota de un surtidor con la forma de la cabeza de un león.

Fuente de la imagen, BBC World Service

Pie de foto, Titular de la portada del diario The World: Lista de muertos de Slocum puede llegar a 1.000.

Fuente de la imagen, BBC World Service

Pie de foto, Escena en el funeral por la tragedia del General Slocum. Imagen: New York Public Library

El Informe de la Guardia Costera de 1904 estimó las siguientes cifras de víctimas de un total de 1388 personas involucradas en el desastre:

Estado Pasajeros Tripulación
Total a bordo 1,358 30
  Adultos 613
  Niños 745
Muerto 955 2
  Muerto identificado 893 0
  Muertos desaparecidos y no identificados 62 0
Herido 175 5
Ileso 228 23

Derrame de lodo de cenizas volantes de carbón de Kingston Fossil Plant

Derrame de lodo de cenizas volantes de carbón de Kingston Fossil Plant

Coordenadas : 35°54′53″N 84°30′44″O

Fotografía aérea del sitio tomada el día después del evento

Fecha: 22 de diciembre de 2008

Ubicación: Kingston Fossil Plant , Kingston , condado de Roane , Tennessee , Estados Unidos

Tipo: Derrame de ceniza de carbón

Causa: Brecha de dique en estanque de almacenamiento de cenizas de carbón

Resultado: 1,1 mil millones de galones estadounidenses (4,2 millones de m 3) liberado

Damnificados

  • No se reportaron lesiones o muertes por el derrame inicial.[1]
  • ~40 muertes y más de 250 enfermedades relacionadas con la limpieza.[2]

El derrame de lechada de cenizas volantes de carbón de Kingston Fossil Plant fue un desastre ambiental e industrial que ocurrió el lunes 22 de diciembre de 2008, cuando un dique se rompió de cenizas de carbón en un estanque en Tennessee Valley Authority de Kingston Fossil Plant en el condado de Roane, Tennessee , liberando 1.100 millones de galones estadounidenses (4,2 millones de metros cúbicos) de de carbón de cenizas volantes lodo . La central eléctrica a carbón , ubicada al otro lado del río Clinch desde la ciudad de Kingston , utilizó una serie de estanques para almacenar y deshidratar las cenizas volantes, un subproducto de la combustión del carbón . El derrame liberó una mezcla de cenizas volantes y agua, que atravesó el río Emory y su ensenada Swan Pond, hacia la orilla opuesta, cubriendo hasta 300 acres (1,2 km2).2) de la tierra circundante. El derrame dañó varias casas y fluyó hacia las vías fluviales cercanas, incluidos el río Emory y el río Clinch, ambos afluentes del río Tennessee . Fue el derrame industrial más grande en la historia de los Estados Unidos.[2] [3]

El derrame inicial, que resultó en daños a la propiedad por valor de millones de dólares y dejó muchas propiedades inhabitables, le costó a TVA más de $ 1 mil millones para limpiar, y se declaró completo en 2015.[4] TVA fue declarada responsable del derrame en agosto de 2012 por el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito Este de Tennessee .[5] El derrame inicial no resultó en lesiones ni muertes, pero varios de los empleados de una empresa de ingeniería contratada por TVA para limpiar el derrame desarrollaron enfermedades, como cáncer de cerebro , cáncer de pulmón y leucemia , como resultado de la exposición a las cenizas de carbón tóxicas. , y para el décimo aniversario del derrame, más de 30 habían muerto.[6] En noviembre de 2018, un jurado federal dictaminó que el contratista no informó adecuadamente a los trabajadores sobre los peligros de la exposición a las cenizas de carbón y no les proporcionó el equipo de protección personal necesario.[2]

Antecedentes

Diseño original del área de disposición de cenizas.

Kingston Fossil Plant está ubicada en una península en el cruce del río Emory (al norte) y el río Clinch (al sur y al este), un poco más de 4 millas (6,4 km) río arriba desde la desembocadura de este último a lo largo del río Tennessee. La presa Watts Bar , ubicada a lo largo del Tennessee 38 millas (61 km) aguas abajo de la desembocadura del Clinch, incauta un embalse (lago Watts Bar ) que se extiende por un tramo de 72 millas (116 km) del Tennessee (hasta la presa Fort Loudoun ) , las 23 millas (37 km) más bajas de Clinch (hasta la presa de Melton Hill ) y las 12 millas (19 km) más bajas de Emory. La planta, originalmente conocida como Kingston Steam Plant, comenzó a operar en 1954, principalmente para proporcionar electricidad a las instalaciones de energía atómica en las cercanías de Oak Ridge .[7] La planta contiene nueve unidades con una capacidad de generación combinada de 1.398 megavatios y quema alrededor de 14.000 toneladas (14.000.000 kg) de carbón todos los días.[8] Cuando se completó, era la central eléctrica de carbón más grande del mundo.[3]

El área de eliminación del estanque de cenizas de la planta está ubicada inmediatamente al norte de la planta a lo largo de la orilla del río Emory, y se subdividió en tres secciones separadas, el estanque de cenizas principal, el estanque de amortiguación y el estanque de drenaje, cada uno para los diferentes pasos del proceso de eliminación.[9] Todo el estanque de cenizas fue incautado por un dique que se elevó 60 pies (18 m) sobre el nivel de invierno y 741 pies (226 m) sobre el nivel del mar.[10] Las cenizas volantes son las partículas finas producidas por la combustión del carbón, que se recolectan en lugar de permitir que escapen a la atmósfera.[11] Una vez que esto se completa con el método de eliminación húmeda, se mezcla con agua y se bombea a un estanque de retención, conocido como estanque principal de cenizas en la planta de Kingston, donde las cenizas se asentaron gradualmente en el fondo.[12] Una vez que se asentó el material particulado, el agua se bombeó al estanque de amortiguamiento, donde se asentaron los sólidos restantes,[9] y la ceniza fue dragada y trasladada a celdas de secado en el área de 84 acres (0.34 km 2 ) estanque de deshidratación sobre el suelo sin revestimiento, también conocido como estanque de contención de residuos sólidos, donde se produjo el derrame.[13] En el momento del derrame, las celdas de dragado contenían una suspensión acuosa de ceniza volante generada por la quema de carbón finamente molido en la central eléctrica.[14]

Según los informes, TVA conocía los peligros de usar estanques de almacenamiento húmedo para cenizas de carbón desde un derrame de 1969 en Virginia en el que las cenizas de carbón se filtraron en el río Clinch y mataron a una gran cantidad de peces.[15] También se confirmó que los funcionarios de TVA conocían la toxicidad de las cenizas de carbón desde 1981.[2] En la década de 1980, los ingenieros de TVA expresaron su preocupación por la estabilidad de los estanques de cenizas.[10] La empresa de servicios públicos encontró repetidamente fugas en los diques y filtraciones en el suelo en muchos de sus estanques de cenizas, incluidos los de Kingston.[15] Sin embargo, TVA continuó haciendo pequeñas reparaciones en lugar de cambiar a sistemas de almacenamiento en seco en un esfuerzo por reducir costos.[15] En el momento del desastre, TVA estaba utilizando almacenamiento húmedo en seis de sus 11 centrales eléctricas de carbón.[10]

Según los informes, se habían estado produciendo fugas en los estanques de cenizas de Kingston desde principios de la década de 1980, y los residentes locales dijeron que el derrame no fue un hecho único. Se había observado que el estanque de la década de 1960 tenía fugas y se reparaba casi todos los años desde 2001.[12] Las dos peores fugas ocurrieron en 2003 y 2006 en las que TVA suspendió todos los depósitos de ceniza en los estanques para permitir que las celdas de dragado se sequen y estabilicen.[16] [10] Un informe de inspección de octubre de 2008 había identificado una pequeña fuga en la pared defectuosa, pero el informe aún no estaba completo en el momento del derrame.[17]

Evento

Brecha de dique y derrame

Una casa colapsada inundada por el derrame.

El derrame comenzó en algún momento entre la medianoche y la 1 am, hora estándar del este , el 22 de diciembre de 2008, cuando se rompió el dique que rodeaba el estanque de drenaje de contención de cenizas.[15] La brecha ocurrió en la esquina noroeste del estanque de deshidratación, con vista al aliviadero de Swan Pond Creek.[9] El derrame consistió en una gran ola inicial que duró aproximadamente un minuto, seguida de una serie de olas consecutivas más pequeñas de ruptura y deslizamiento que ocurrieron durante un período de aproximadamente una hora.[18]

TVA y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) estimaron inicialmente que el derrame liberó 1,7 millones de yardas cúbicas (1,3 millones de m³) de lodo, que es de color gris.[19] [20] Después de una inspección aérea , la estimación oficial se triplicó con creces a 5,4 millones de yardas cúbicas (4 millones de m³) el 25 de diciembre de 2008.[19] [21]

Efectos

El derrame cubrió la tierra circundante con hasta seis pies (1,8 m) de lodo.[22] Aunque la tierra que rodea la planta de energía es en gran parte rural en lugar de residencial, el derrame provocó una ola de flujo de lodo [23] de agua y ceniza que cubrió 12 viviendas,[24] empujando una completamente fuera de sus cimientos, dejando tres inhabitables,[21] y causó algunos daños a 42 propiedades residenciales.[25] También arrasó un camino,[12] rompió una línea de gas importante,[23] obstruyó una vía férrea, impidiendo que un tren que transportaba carbón llegara a la planta,[26] árboles caídos, rotura de una cañería de agua,[27] y líneas eléctricas destruidas. Aunque 22 residencias fueron evacuadas,[17] no se informó que nadie resultara herido o necesitara hospitalización.[24] Sin embargo, la investigación muestra que el evento tuvo efectos negativos significativos en la salud mental de las personas afectadas y en el área.[28] Fue el derrame industrial más grande en la historia de los Estados Unidos, más de tres veces el tamaño del derrame de lodo del condado de Martin de 2000, que derramó 306 millones de galones estadounidenses (1,160,000 m 3 ) de residuos de carbón líquido.[29] Los 1.100 millones de galones estadounidenses (4.200.000 m 3) de lodos fueron suficientes para llenar 1.660 piscinas olímpicas ,[29] y el volumen liberado fue unas 100 veces mayor que el derrame de petróleo del Exxon Valdez de 1989 [2] [30] y aproximadamente 10 veces mayor que el volumen liberado en el derrame de petróleo de Deepwater Horizon de 2010, el derrame de petróleo más grande de la historia.[3]

Al día siguiente, el portavoz de TVA, Gil Francis Jr., declaró que, en el momento del derrame, el área contenía alrededor de 2,6 millones de yardas cúbicas (2,2 millones de m³) de ceniza, y que dos tercios de eso se habían liberado.[22] que más tarde se encontraría para cubrir un área de 300 acres (1,2 km 2).[10] The New York Times señaló que la cantidad derramada era mayor que la cantidad declarada que había en el estanque antes del derrame, una discrepancia que la TVA no pudo explicar.[21] El derrame no afectó los estanques de retención y apaciguamiento adyacentes; los otros dos permanecieron intactos, mientras que solo el muro de contención de los 84 acres (0,34 km 2) se afectó el área de contención de residuos sólidos.[31]

La confluencia de los ríos Clinch y Emory, con la Kingston Fossil Plant a lo lejos, cinco días después del derrame. La espuma blanca que flota en el agua está formada por cenosferas , que son un componente de la ceniza.

Se informó que el derrame mató y enterró a varios ciervos y al menos un perro , y expulsó peces del río Emory a la orilla del río hasta 40 pies (12 m) de la orilla.[2] Los efectos de la contaminación en los ríos mataron a una gran cantidad de peces y otras formas de vida marina.[32] [33] Se informó de un gran número de peces muertos hasta el río Tennessee y otros afluentes del área después del derrame.[34] [35]

Causa

La firma de ingeniería AECOM fue contratada por TVA para investigar la causa del derrame. Un informe publicado en junio de 2009 identificó la causa principal del derrame como resultado del deslizamiento de una capa inestable de ceniza fina de carbón húmedo debajo del estanque.[36] El informe también identificó otros factores, incluidos los muros de contención en terrazas sobre la ceniza húmeda, que estrecharon el área para almacenar la ceniza y, a su vez, aumentaron la presión ejercida sobre el dique por las chimeneas ascendentes.[36] Kingston Fossil Plant recibió un total de 6,48 pulgadas (16,46 cm) de lluvia entre el 1 y el 22 de diciembre, más 1,16 pulgadas (2,95 cm) el 29 y 30 de noviembre.[37] TVA identificó esta lluvia combinada con temperaturas de 12 ° F (−11 ° C) como factores que contribuyeron a la falla del terraplén de tierra.[38]

Respuesta

Respuesta de TVA y funcionarios gubernamentales

Lamentamos profundamente que fallara un muro de retención para la contención de cenizas en nuestra planta de fósiles de Kingston, lo que resultó en un deslizamiento de cenizas y daños en las casas cercanas.

—Declaración de TVA publicada el día después del derrame.[29]

El día después del derrame, TVA emitió un comunicado reconociendo el derrame y disculpándose por los daños causados ​​a las casas cercanas.[29] El portavoz de TVA, Gil Francis Jr., dijo que TVA estaba “tomando medidas para estabilizar la segunda vuelta de este incidente”. Los residentes y los grupos ambientalistas expresaron su preocupación de que la suspensión de cenizas volantes podría volverse más peligrosa una vez que se seque.[39] El 1 de enero de 2009, la TVA difundió una hoja informativa que indica que la ceniza “no es peligrosa”.[40]

El gobernador de Tennessee, Phil Bredesen, recorrió el lugar del derrame el 31 de diciembre de 2008.[41] El del Senado de EE. UU. Comité de Obras Públicas y Medio Ambiente , que supervisa la TVA, celebró una audiencia el 8 de enero para examinar el desastre. La activista ambiental Erin Brockovich visitó el sitio el 8 de enero de 2009 y habló con los residentes afectados por el derrame.[42] [43]

Calidad del agua y esfuerzos para detener el derrame

Una pared de ceniza de 7,6 m (25 pies) aproximadamente a 1,6 km (1 milla) del estanque de retención

Inmediatamente después del derrame, la EPA y el Departamento de Medio Ambiente y Conservación de Tennessee (TDEC) comenzaron a evaluar la calidad del agua del área afectada por el derrame. [17] Aunque los residentes temían la contaminación del agua, las primeras pruebas de agua seis millas (10 km) aguas arriba del flujo de cenizas mostraron que el suministro público de agua cumplía con los estándares de agua potable.[17] Una prueba del agua del río cerca del derrame mostró niveles elevados de plomo y talio , y niveles “apenas detectables” de mercurio y arsénico .[21] El 1 de enero de 2009, los primeros resultados de las pruebas independientes, realizadas en los laboratorios de Química y Toxicología Ambiental de la Universidad Estatal de los Apalaches , mostraron niveles significativamente elevados de metales tóxicos, incluidos arsénico, cobre , bario , cadmio , cromo , plomo, mercurio, níquel , y talio en muestras de purines y agua de río.[44]

El día después del derrame, la Agencia de Manejo de Emergencias de Tennessee (TEMA) indicó que se construirían barreras para evitar que las cenizas llegaran al río Tennessee .[17] A primeras horas del 24 de diciembre de 2008, un sobrevuelo de The New York Times notó que se estaban realizando trabajos de reparación en el ferrocarril cercano, que había sido obstruido cuando 78.000 yardas cúbicas (60.000 m 3) de pistas cubiertas de lodos.[20] [17] En la tarde de ese día, se estaban utilizando camiones volquete para depositar rocas en el río Clinch para evitar una mayor contaminación río abajo.  [35] La TVA también ralentizó el caudal del río, con el mismo fin.[12] El lodo que se eliminó de Swan Pond Road se devolvió a uno de los estanques de contención intactos de la planta.[45] Para el 30 de diciembre de 2008, la TVA había anunciado que estaba solicitando la asistencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército para dragar el río Emory lleno de cenizas para restaurar la navegación.[46] El 1 de enero de 2009, la TVA anunció que, en lugar de intentar eliminar todo el lodo, rociarían semillas, paja y mantillo encima de gran parte para evitar la dispersión del polvo y la erosión.[29] [47]

En respuesta a intentos independientes de tomar muestras de la calidad del agua y tomar fotografías, la TVA detuvo ilegalmente, durante aproximadamente una hora, a dos miembros de la organización ambientalista United Mountain Defense, con sede en Knoxville, que atravesaban terrenos públicos en el área del derrame, y advirtió a otras tres personas que cualquier intento de ingresar a la vía fluvial pública daría lugar a un enjuiciamiento.[48] El 26 de diciembre de 2008, TDEC declaró que estaba satisfecho con la calidad del agua después del derrame pero que continuaría examinando y tratando los posibles efectos crónicos en la salud.[39]

Problemas de cenizas de carbón

El derrame reavivó de inmediato el debate sobre la regulación de las cenizas de carbón.[35] En respuesta a un video que mostraba peces muertos en el río Clinch, que había recibido escorrentía del derrame, el vocero de TVA, Gil Francis Jr., declaró que “en términos de toxicidad, hasta que llegue un análisis, no se puede llamar tóxico”. Continuó diciendo que “tiene algunos metales pesados ​​dentro, pero no es tóxico ni nada”.[17] Chandra Taylor, abogada del Southern Environmental Law Center , calificó esta declaración de irresponsable y afirmó que las cenizas volantes de carbón contienen cantidades concentradas de mercurio, arsénico y benceno . Agregó: “Estas cosas ocurren naturalmente, pero se concentran en el proceso de combustión y el residuo es más tóxico de lo que comienza”.[29] Sin embargo, debido a la presión ejercida en el año 2000 por las empresas de servicios públicos , la industria del carbón y los funcionarios de la administración Clinton no regula estrictamente las cenizas volantes como desechos peligrosos . , la EPA[49] [35]

Lisa Evans, abogada del grupo ecologista Earthjustice , se pronunció en contra del gobierno, acusándolo de regulaciones laxas sobre el tema. También culpó a las industrias de energía eléctrica y carbón por salvaguardas ineficaces, citando otros casos similares, y afirmó que el tema de la disposición adecuada de las cenizas de carbón no es un problema extremadamente complicado y que las empresas de servicios públicos saben cómo resolverlo.[50] Thomas J. FitzGerald, director del grupo ambientalista Consejo de Recursos de Kentucky y experto en desechos de carbón, informó que las cenizas deberían haberse enterrado en revestidos vertederos para evitar que las toxinas se filtren al suelo y las aguas subterráneas, como se recomienda en un informe de la EPA de 2006, y afirmó que le resultaba difícil creer que el estado de Tennessee hubiera aprobado los sitios de eliminación de cenizas en la planta como un sitio de eliminación permanente.[17] El gobernador Phil Bredesen reconoció que TDEC, que regula la eliminación del carbón, puede haber confiado demasiado en las propias inspecciones y estudios de ingeniería de TVA sobre los estanques de cenizas y las celdas de dragado, y prometió que habría una investigación exhaustiva sobre la causa del derrame a fin de prevenir desastres similares.[10]

Los grupos ambientalistas y los residentes locales también expresaron su preocupación porque no se emitieron advertencias a los residentes que viven en el área sobre los peligros potenciales del sitio después del derrame.[35] El 27 de diciembre de 2008, TVA emitió una lista de precauciones para los residentes, pero no proporcionó información sobre los niveles específicos de materiales tóxicos en las cenizas, aunque varios activistas ambientales informaron que creían que TVA sabía sobre el contenido de las cenizas, debido a el hecho de que lo habían probado antes del derrame.[51] La TVA publicó un inventario de los subproductos de la planta el 29 de diciembre de 2008; incluía arsénico, plomo, bario, cromo y manganeso .[52] Debido a que el estanque contenía cenizas de carbón de varios tipos diferentes durante décadas, se creía que el área del derrame podría haber contenido parches aislados de mayor toxicidad.[51]

En su en el Senado audiencia de confirmación el 14 de enero de 2009, Lisa P. Jackson presidente electo Barack Obama para dirigir la EPA bajo su administración, declaró su intención de revisar de inmediato los sitios de eliminación de cenizas de carbón en todo el país. , entonces elegida por el.[53] También el 14 de enero de 2009, Nick J. Rahall , representante de los EE. UU. de Virginia Occidental y presidente del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos , presentó un proyecto de ley para regular los sitios de eliminación de cenizas de carbón en los Estados Unidos.[54] Ese año, TVA se comprometió a cambiar todas las instalaciones de almacenamiento de cenizas en sus plantas de carbón a métodos de subproductos secos, lo que reduciría las posibilidades de otro derrame.[55] Esto se completó en 2022 a un costo de $ 2 mil millones.[56] [57] En el momento del derrame, cinco plantas operadas por TVA usaban este método, mientras que Kingston y otras cinco usaban un proceso húmedo con estanques.[55]

Desarrollo normativo

Luego del derrame de la Planta de Fósiles de Kingston, la EPA comenzó a desarrollar regulaciones que se aplicarían a todos los estanques de cenizas en los EE. UU.

La EPA publicó una regulación de residuos de combustión de carbón (CCR) en 2015. La agencia continuó clasificando las cenizas de carbón como no peligrosas, evitando así los estrictos requisitos de permisos bajo el Subtítulo C de la Ley de Conservación y Recuperación de Recursos (RCRA) , pero con nuevas restricciones:

  1. Los estanques de cenizas existentes que están contaminando las aguas subterráneas deben dejar de recibir CCR y cerrarse o reacondicionarse con un revestimiento.
  2. Los estanques de cenizas y los vertederos existentes deben cumplir con las restricciones estructurales y de ubicación, cuando corresponda, o cerrar.
  3. Un estanque que ya no recibe CCR aún está sujeto a todas las reglamentaciones, a menos que esté deshidratado y cubierto para 2018.
  4. Los nuevos estanques y vertederos deben incluir un revestimiento de geomembrana sobre una capa de suelo compactado.[58]

Algunas de las disposiciones de la regulación CCR de 2015 fueron impugnadas en un litigio, y la Corte de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia de los Estados Unidos devolvió ciertas partes de la regulación a la EPA para su posterior elaboración de normas.[59]

La EPA publicó una regulación final de la RCRA el 28 de agosto de 2020, que requiere que todos los estanques de cenizas sin revestimiento se actualicen con revestimientos o cierren antes del 11 de abril de 2021. Algunas instalaciones pueden solicitar obtener tiempo adicional, hasta 2028, para encontrar alternativas para el manejo de los desechos de cenizas. antes de cerrar sus embalses superficiales.[60] [61] La EPA publicó su regla “CCR Parte B” el 12 de noviembre de 2020, que permite que ciertas instalaciones usen un revestimiento alternativo, con base en una demostración de que la salud humana y el medio ambiente no se verán afectados. Estas instalaciones debían presentar sus datos de demostración antes del 30 de noviembre de 2021.[62]

Limpieza

La EPA primero estimó que el derrame tardaría de cuatro a seis semanas en limpiarse; sin embargo, Chandra Taylor, la abogada del Centro de Derecho Ambiental del Sur, dijo que la limpieza podría llevar meses y posiblemente años.[29] A partir de junio de 2009, seis meses después del derrame, solo se había limpiado el 3% del derrame y se estimó que su limpieza costó entre $ 675 y $ 975 millones, según TVA.[63] TVA contrató a Jacobs Engineering, con sede en California, para limpiar el derrame.[64] La limpieza se llevó a cabo bajo las pautas establecidas por la Ley Integral de Responsabilidad, Compensación y Respuesta Ambiental (CERCLA).[65] Sin embargo, los trabajadores no recibieron el equipo de protección personal necesario para evitar la exposición a los productos químicos peligrosos contenidos en las cenizas de carbón.[2] El 11 de mayo de 2009, TVA y la EPA anunciaron una orden y un acuerdo que documenta la relación entre TVA y la EPA en la gestión de la limpieza del derrame de cenizas de Kingston, asegurando aún más que TVA cumpliría con todos los requisitos ambientales federales y estatales en la restauración de los áreas.[66]

Durante la primera fase de la limpieza, conocida como la fase de tiempo crítico, se eliminaron más de 3,5 millones de yardas cúbicas en el plazo de un año desde el derrame. Esta fase permitió acelerar la remoción de cenizas del río en un 75% sobre las expectativas originales. Durante esta fase, la ceniza se transportó de manera segura a una instalación de recolección de lixiviados  permanente, revestida y en el condado de Perry, Alabama, llamada vertedero Arrowhead. El río Emory se reabrió a fines de la primavera de 2010. La fase de tiempo crítico eliminó el 90% de las cenizas ubicadas en el río Emory.[67] La siguiente fase, que comenzó en agosto de 2010, eliminó las cenizas restantes de Swan Pond Embayment of Watts Bar Reservoir.[65] Alrededor de 500.000 yardas cúbicas de material, que se mezcló con los restos de material filtrado de las operaciones de producción de energía atómica en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge durante la Guerra Fría, quedaron en los ríos. La fase final de la limpieza consistió en evaluaciones sobre los efectos en la salud y el medio ambiente de dejar estas cenizas en las vías fluviales. La limpieza se completó en 2015 y costó aproximadamente $ 1,134 mil millones.[65] En enero de 2017, la EPA anunció que los ecosistemas afectados por el derrame habían regresado a las condiciones previas al derrame.[68]

Durante la limpieza, TVA construyó un nuevo dique protector alrededor del estanque, cubrió el estanque de cenizas con una capa de arcilla a prueba de terremotos de 2 pies (0,61 m) y replantó las áreas dañadas por el derrame.[69] También compraron 180 propiedades y 960 acres de propietarios afectados por el derrame y construyeron un parque en el antiguo sitio de viviendas dañadas por el derrame.[70] También realizaron pagos en lugar de impuestos por más de $43 millones a los gobiernos locales para compensar la pérdida de ingresos por impuestos sobre las ventas y la propiedad.[69] Poco después de que se completó la limpieza, TVA comenzó a vender parte de la tierra que había adquirido alrededor del derrame.[69]

Acciones legales

El 23 de diciembre de 2008, el grupo ecologista Greenpeace solicitó una investigación criminal sobre el incidente, centrándose en si la TVA podría haber evitado el derrame.[71] [72] El 30 de diciembre de 2008, un grupo de terratenientes presentó una demanda contra TVA por $165 millones en la corte estatal de Tennessee.[73] También el 30 de diciembre de 2008, la Alianza del Sur para la Energía Limpia anunció su intención de demandar a la TVA en virtud de la Ley Federal de Agua Limpia (CWA) y la RCRA.[73] El 4 de febrero de 2009, la EPA y el TDEC emitieron una carta a TVA en la que la EPA notificaba a TVA que consideraban que el escape era una descarga no permitida de un contaminante en violación de la CWA.[74]

El 23 de agosto de 2012, el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito Este de Tennessee , que representa a más de 800 demandantes, declaró a TVA responsable del derrame. El juez Thomas A. Varlan emitió una opinión en la que afirmaba que “TVA es responsable del fracaso final de North Dike que se derivó, en parte, de la conducta negligente y no discrecional de TVA”.[75] El fallo finalmente encontró que TVA no construyó los estanques de retención de acuerdo con el plan inicial y no capacitó a sus empleados sobre cómo inspeccionar adecuadamente los diques que rodean los estanques de cenizas, lo que en última instancia provocó que no se mantuvieran las instalaciones para evitar una ruptura del diques.[76]

Algunos críticos de la respuesta de la EPA afirman que la elección de cómo lidiar con las cenizas de carbón derramadas fue un acto de racismo ambiental .[77] [78] [79] La población del condado de Roane es más del 94% blanca , y la EPA envió las cenizas de carbón tóxico 300 millas al sur a Uniontown, Alabama , que tiene una población que es más del 90% afroamericana . Robert D. Bullard , un defensor de las víctimas del racismo ambiental, afirmó que la respuesta de la EPA fue priorizar la salud de los estadounidenses de raza caucásica sobre la salud de los afroamericanos.[80] En 2018, la EPA desestimó una queja de los residentes de Uniontown que acusaba que el vertedero violaba la Ley de Derechos Civiles de 1964 .[81]

Varios trabajadores sufrieron efectos en la salud en los años posteriores al derrame en el sitio de limpieza.[82] Ya en 2012, los trabajadores comenzaron a reportar enfermedades que creían que eran causadas por la limpieza,[2] y para el décimo aniversario del evento, cientos de trabajadores se habían enfermado y más de 30 habían muerto.[6] En 2013, 50 trabajadores y sus familias presentaron una demanda contra el contratista Jacobs Engineering.[2] Fueron representados por el abogado de Knoxville, James K. Scott. [2] Esta demanda fue desestimada por el juez Thomas A. Varlan, presidente del tribunal de distrito de EE. UU. para el distrito este de Tennessee al año siguiente.[64] Este fallo fue revocado por la Corte de Apelaciones del Sexto Circuito de EE. UU. luego de que se descubriera evidencia de que Jacobs Engineering había engañado a los trabajadores sobre los peligros de las cenizas de carbón.[64] Un jurado federal falló a favor de los trabajadores que buscaban compensación en noviembre de 2018. El fallo sostuvo que Jacobs Engineering no había mantenido a los trabajadores a salvo de los peligros ambientales y los había engañado sobre los peligros de las cenizas de carbón, principalmente al afirmar que el equipo de protección adicional, como máscaras y ropa protectora, era innecesario.[83]

A pesar del fallo, Jacobs Engineering ha sostenido que actuó correctamente. Tom Bock, el principal oficial de seguridad de Jacobs en el sitio, afirmó que muchas de las acusaciones sobre el esfuerzo de limpieza y la seguridad de los trabajadores eran falsas o contenían información errónea. Un abogado de Jacobs Engineering también afirmó que la empresa no había sido declarada responsable de las enfermedades contraídas por los trabajadores.[2] TVA también ha negado haber actuado mal en el caso, pero en septiembre de 2019, se informó que un miembro de la junta de TVA le dijo a un comité del Senado de EE. UU. que no permitiría que un miembro de su familia limpiara las cenizas de carbón sin una máscara antipolvo.[84]

En una fase dos del juicio, los trabajadores de limpieza de Kingston podrán reclamar daños y perjuicios.[2] En abril de 2020, 52 trabajadores rechazaron un acuerdo de $10 millones ofrecido por Jacobs Engineering.[85]

El otro lado oscuro del carbón: su ceniza puede envenenar el agua y a las personas

Los trabajadores que limpiaron el vertido de un tanque de almacenamiento de ceniza de carbón en Tennessee en 2008 todavía sufren las consecuencias, a veces mortales. Estados Unidos alberga 1.400 depósitos de ceniza. (feb 2019)

Más de 200 trabajadores de limpieza y sus familiares han demandado al principal contratista de TVA, Jacobs Engineering, por negarse a proporcionarles equipo de protección y por provocar su debilitamiento y, en algunos casos, enfermedades mortales. El pasado noviembre, ganaron la primera fase del juicio: un juzgado federal les dio la razón, determinando que Jacobs no les había protegido y que la exposición a cenizas de carbón podría haber sido la causa de sus enfermedades.

Aunque el mundo está más centrado en las emisiones de dióxido de carbono del carbón, que son uno de los principales impulsores del cambio climático, el vertido de Kingston y sus consecuencias ponen de relevancia un problema mucho más inmediato: qué hacer con los millones de toneladas de cenizas de carbón acumuladas en 1.400 vertederos sin revestimiento y tanques de almacenamiento por todo Estados Unidos. La mayor parte de dichos depósitos se encuentran cerca de lagos o ríos, o sobre acuíferos de agua dulce que suministran agua potable a las comunidades cercanas.

La central de Kingston de la TVA, construida en 1955, fue la central eléctrica de carbón más grande del mundo durante más de una década y todavía quema 14.000 toneladas de carbón pulverizado a diario. Aproximadamente el 10 por ciento del carbón, la parte no combustible, se convierte en cenizas de carbón que se acumulan en los filtros de las chimeneas, y en escoria y cenizas más gruesas que expulsan las calderas de la central. La ceniza es una mezcla de arcillas, cuarzo y otros minerales, que el calor del fuego convierte en diminutas cuentas vidriosas.

También concentra decenas de metales pesados presentes de forma natural, entre ellos agentes cancerígenos y toxinas como arsénico, cadmio, plomo, vanadio y cromo, así como radón y uranio radiactivos. Estos metales son los mayores riesgos sanitarios de las cenizas de carbón. Aunque no se produjera un vertido catastrófico, pueden filtrarse y contaminar el agua subterránea. Fijadas a las finas partículas de ceniza, pueden viajar por el aire y adherirse a la piel y las fosas nasales.

Algunas partículas de cenizas de carbón son tan finas —de menos de 2,5 micrones de diámetro, una treintava parte de la anchura de un pelo humano— que pueden introducirse en los pulmones y convertirse en un riesgo sanitario, incluso sin elementos tóxicos. Las PM 2.5, el nombre de estas partículas, también se encuentran en el esmog, el humo y los gases del tubo de escape de los vehículos y son una causa conocida de diversas enfermedades respiratorias y cardiovasculares y una importante causa de mortalidad global.

¿Tan seguras como la arena?

Las centrales sostienen que las cenizas de carbón son tan seguras como la arena (que es principalmente óxido de silicio y es mucho más gruesa que la ceniza) y que sus concentraciones de toxinas no son mucho mayores que los niveles basales en el suelo.

«En el jardín, podrías tener entre 20 y 50 partes por millón (ppm) de arsénico, según dónde vivas», afirma John Kammeyer, el vicepresidente de proyectos civiles de la TVA que estaba a cargo de las labores de ingeniería de la limpieza. «No te comes la tierra del jardín porque contiene arsénico. Los estándares del agua potable son unas 10 ppm. En las cenizas de carbón de Kingston son de unos 70 ppm, pero no hay pruebas de que se filtraran al agua potable. El laboratorio nacional de Oak Ridge, la EPA y Vanderbilt analizaron aves y peces para comprobar si existía algún tipo de impacto. Concluyeron que no habíamos causado daños».

Impacto duradero del derrame de cenizas de carbón de la planta de fósiles de Kingston

13/02/2020

El derrame de cenizas de carbón de Kingston Fossil Plant ocurrió hace más de una década, en diciembre de 2008. Pero el impacto severo y duradero del derrame, todavía afecta a los residentes de las áreas circundantes en la actualidad. Fue el derrame de cenizas de carbón más grande de la historia en los Estados Unidos, marcando un desastre ambiental monumental que resultó en la contaminación de un lago con galones de lodo tóxico. Muchos pueblos de los alrededores usaron el lago para obtener agua, y el derrame también causó daños a decenas de hogares.

Una nueva demanda

Solo el año pasado, el condado de Roane, Tennessee, y dos ciudades vecinas presentaron una demanda contra Tennessee Valley Authority (TVA) y Jacobs Engineering, su principal contratista. La demanda se presentó por ocultar hechos peligrosos relacionados con la limpieza del gran derrame de cenizas de carbón. Jacobs Engineering y la Autoridad del Valle de Tennessee están acusadas de encubrir importantes riesgos para la salud y otros problemas causados por el derrame.

Ocultar la amenaza del derrame

Las demandas presentadas contra Jacobs Engineering y TVA los acusan de tomar numerosas medidas para ocultar al público la amenaza real y el impacto del derrame. Estas acciones incluyeron:

  • Destruir evidencia, incluidas muestras de prueba de amenaza de exposición, resultados de prueba y fotografías; reducir artificialmente los resultados de los monitores que estaban destinados a advertir sobre niveles de amenaza de exposición altos
  • Ocultar registros que enumeraban los ingredientes de las cenizas de carbón, incluidos los isótopos radiactivos y las toxinas peligrosas
  • Encubrir la amenaza que representan las cenizas volantes, que contienen sustancias cancerígenas de clase A
  • Mentir al público, a los contribuyentes e incluso a la propia junta directiva de TVA sobre el nivel de toxicidad del carbón desde el momento del derrame hasta el presente.

Buscando justicia

Los contribuyentes de TVA ya han pagado más de $1.3 mil millones por la limpieza. La demanda del condado de Roane espera proteger a los contribuyentes de pagar tarifas de energía más altas, ayudar financieramente a los más de 400 residentes que se enfermaron debido al derrame y buscar justicia para los más de 40 trabajadores del desastre que murieron.

El juez principal de distrito de EE. UU., ordenó a Jacobs Engineering que negociara un acuerdo. Jacobs Engineering apeló el fallo, pero la apelación de la empresa fue rechazada. Debido a que se aprobó el fallo, cualquier trabajador que pueda probar que la negligencia de Jacobs Engineering causó su enfermedad ahora podrá reclamar daños y perjuicios contra la empresa.

Terremoto de Antioquía 526

Terremoto de Antioquía 526

El terremoto de Antioquía de 526 azotó Siria y, en particular, la ciudad de Antioquía en el Imperio Bizantino. Ocurrió a finales de mayo de 526, probablemente entre el 20 y el 29 de mayo, a media mañana, y mató a aproximadamente 250.000 personas.[3] Esto fue en el séptimo año del reinado del emperador bizantino Justino I y ocurrió bajo el cónsulado de Olybrius.[4] En Antioquía, el terremoto fue seguido por un incendio que destruyó la mayoría de los edificios que quedaron en pie después del terremoto. Se estima que la intensidad máxima en Antioquía estuvo entre VIII (grave) y IX (violenta) en la escala de intensidad de Mercalli.

Fecha local: Probablemente entre el 20 y el 29 de mayo de 526

Hora local: Media mañana

Magnitud: 7,0 ms[ 1]

Epicentro: 36,23°N 36,12°E[2]

Zonas afectadas: Imperio Bizantino (hoy Turquía)

Máx. intensidad: VIII (Severo) IX ( Violento )

Damnificados: 250.000–300.000+

Entorno tectónico

El sitio de Antioquía se encuentra cerca de la compleja unión triple entre el extremo norte de la Transformada del Mar Muerto, el límite principalmente transformante entre la Placa Africana y la Placa Arábiga, el extremo suroeste de la Falla de Anatolia Oriental, el límite principalmente transformante entre la Placa Anatolia Placa y la Placa Arábiga, y el extremo noreste del Arco de Chipre, el límite entre las Placas de Anatolia y Africana. La ciudad se encuentra en la cuenca de Antakya, parte de la cuenca de Amik, llena desde el Plioceno hasta sedimentos aluviales recientes. La zona se ha visto afectada por muchos grandes terremotos durante los últimos 2.000 años.[5]

Terremoto

La magnitud estimada del terremoto es 7,0 en la escala de magnitud de ondas superficiales.[1] Le siguieron 18 meses de réplicas.[3] Las estimaciones de intensidad en la escala de Mercalli son: VIII–IX para Antioquía;[1] [3] VII tanto para Dafne, un suburbio de Antioquía, como para la ciudad portuaria de Seleucia Pieria.

Daño

Mapa de Antioquía en el siglo VI.

El terremoto causó graves daños a muchos de los edificios de Antioquía, incluida la gran iglesia octogonal Domus Aurea de Constantino el Grande, construida en una isla en el río Orontes. Se dice que sólo sobrevivieron las casas construidas cerca de la montaña. Sin embargo, la mayor parte de los daños se debieron a los incendios que se prolongaron durante muchos días inmediatamente después del terremoto, agravados por el viento.[3] El incendio fue descrito como tan intenso que hubo literalmente una lluvia de fuego, dejando la ciudad de Antioquía completamente desolada.[4]

La Gran Iglesia fue destruida por el incendio siete días después del terremoto.[3] Entre las muchas víctimas se encontraba Eufrasio, el patriarca de Antioquía, quien murió después de caer en un caldero de brea utilizado por los fabricantes de odres, y solo su cabeza quedó sin quemar.[6]

En el puerto de Seleucia Pieria se ha estimado un levantamiento de 0,7 a 0,8 m, y la posterior sedimentación del puerto lo dejó inutilizable.[7]

Las estimaciones del número de muertos por este terremoto varían entre 250.000 y 300.000, siendo 250.000 el número más comúnmente reportado.[3] Se ha sugerido que el elevado número de víctimas fue el resultado de que había un gran número de visitantes en la ciudad desde el campo circundante, allí para celebrar el Día de la Ascensión.[8]

Los efectos del terremoto se vieron exacerbados aún más por la consiguiente anarquía que fue resultado del colapso del gobierno local y de los servicios necesarios. Muchos de los supervivientes reunieron a sus familias y pertenencias y huyeron de las ruinas de la ciudad; sin embargo, muchas de estas personas fueron atacadas por otras víctimas o habitantes que vivían fuera de la ciudad quienes les robaron y asesinaron para quitarles sus pertenencias.[4]

Secuelas

La Crónica contemporánea de John Malalas, natural de Antioquía, es la principal fuente primaria que describe el impacto del terremoto. Después de que los incendios disminuyeron, los que quedaron emprendieron un frenético esfuerzo de rescate para liberar a los atrapados entre los escombros. Muchos quedaron atrapados bajo los escombros porque muchos edificios de la ciudad se derrumbaron debido al terremoto. Sin embargo, muchos de los que fueron rescatados murieron poco después a causa de sus heridas. Se informó que muchos habitantes permanecieron enterrados bajo los escombros hasta por 30 días, pero pudieron sobrevivir. Incluso hubo informes de bebés que nacieron entre los escombros y sobrevivieron junto con sus madres.[4] Otro milagro reportado fue que al tercer día después del terremoto la Santa Cruz apareció en las nubes sobre el distrito norte de la ciudad, lo que llevó a quienes la vieron a llorar y orar durante una hora.[4]

En Constantinopla, el emperador Justino I supuestamente reaccionó a la noticia del terremoto quitándose la diadema y la clámide carmesí. Entró a la iglesia sin estos símbolos de su rango y lamentó públicamente la destrucción de Antioquía. Dispuso el envío de embajadores a la ciudad con dinero suficiente para el socorro inmediato y para iniciar la reconstrucción de Antioquía.[8] La reconstrucción de la Gran Iglesia y de muchos otros edificios fue supervisada por Efraín, el come Orientis, cuyos esfuerzos lo llevaron a reemplazar a Eufrasio como Patriarca Calcedonia de Antioquía.[9][10] Muchos de los edificios construidos después del terremoto fueron destruidos por otro gran terremoto en noviembre de 528, aunque hubo muchas menos víctimas.[3]

En el octavo año y noveno mes de su reinado, Justino I nombró coemperador a su sobrino Justiniano I.[4] Justiniano inmediatamente hizo esfuerzos considerables para aumentar la ayuda enviada a Antioquía para su reconstrucción, con énfasis específico en la reconstrucción de los lugares sagrados cristianos. Construyó una Iglesia de María, madre de Jesús frente al edificio conocido como la basílica de Rufino. En la misma zona se erigió otra iglesia, la Iglesia de los Santos Cosme y Damián.[4] La esposa de Justiniano, Teodora, también ayudó en la reconstrucción de la ciudad. Encargó la construcción de una iglesia en honor al arcángel Miguel. Además, dispuso la construcción de la basílica de Anatolio, con columnas enviadas desde Constantinopla.[4]

Justiniano I también financió esfuerzos para reparar los servicios civiles de la ciudad. Bajo su dirección se reparó el hospicio, además de los baños y las cisternas, lo que permitió el regreso de los habitantes a Antioquía. Además, Justiniano I también persiguió y procesó a individuos que se habían amotinado, robado y asesinado a inocentes durante el caos que siguió al terremoto y al colapso del gobierno local. Muchos de los culpables fueron condenados a muerte, mientras que otros fueron severamente castigados. Los castigos ignoraron las lealtades faccionales de los individuos.[4]

Noticias de diversos escritores

Un artículo científico publicado en 2005 en la revista Annals of Geophysics recopila la información disponible en la actualidad acerca de este terremoto:5

  • Juan Malalas (escritor antioquiano, 491-578): Una gran catástrofe ocurrió en Antioquía. Los ciudadanos quedaron sepultados bajo los escombros. Solo sobrevivieron las casas situadas cerca de la montaña. El resto de los edificios quedaron completamente destruidos. El incendio tras el terremoto destruyó la Gran Iglesia (como era llamada la antigua iglesia octogonal de Antioquía) y las casas que habían quedado en pie. Debido a las fiestas, hubo 250.000 muertes. Las réplicas duraron 18 meses. Se cayeron algunas construcciones en Selucea y Dafne.
  • Juan de Éfeso (507-586): En Antioquía, el desastre fue en la séptima hora, fuego de la tierra y del cielo. Fueron destruidas las casas, las iglesias y las murallas de la ciudad. Después del terremoto hubo un incendio. La Gran Iglesia se quemó tras 7 días de incendio y quedó completamente destruida. Hubo 255.000 víctimas.
  • Procopio de Cesarea (historiador bizantino del siglo VI): Un fuerte terremoto ocurrió en Antioquía, donde la mayoría de las bellas construcciones cayeron al suelo. Hubo 300.000 muertos.
  • Evagrio Escolástico (historiador sirio, 536-594): En Antioquía sucedió un terremoto, seguido de un incendio.
  • Crónicas de Edesa (actual Sanli Urfa): Un gran terremoto arruinó Antioquía.
  • Zacarías de Mitilene: Un grave terremoto en Antioquía. Las casas se cayeron sobre sus habitantes.
  • Giovanni Lido: El terremoto destruyó Antioquía y Selucea. En cambio no hubo daños en el desierto entre la montaña y la ciudad donde corre el río de Orontes.
  • Marcellinus Comes: Un fuerte terremoto destruyó Antioquía. Tras el terremoto, un incendio fue avivado por el viento.
  • Juan de Nikiú (obispo copto del siglo VII): Un terremoto y un incendio destruyeron Antioquía. Las casas quedaron completamente destruidas, así como una casa ubicada en la colina cercana. Muchas iglesias quedaron destruidas o partidas en dos partes desde el fondo hasta la parte superior. La Gran Iglesia fue destruida. Las víctimas fueron 250.000. Los pueblos de Dafne [?] y Selucea [?], a 30 km de Antioquía, fueron destruidos.
  • Teófanes (siglo I a. C.): Una gran parte de Antioquia fue destruida por el terremoto. Los ciudadanos sobrevivientes murieron por el incendio.
  • Crónica de 819: Un grave terremoto. Antioquía fue destruida. Las víctimas fueron 255.000.
  • Georgius Mónachus: En Antioquía hubo un terremoto y un incendio. Muchas bajas.
  • Leo Grammáticus (escritor bizantino del siglo X): La mayor parte de Antioquía fue destruida por el terremoto y el incendio.
  • Georgius Kedrenus (siglo XI): Hubo un terremoto, seguido por un incendio de seis días. Hay muchos miles de víctimas.
  • Mijaíl Glikás (escritor bizantino del siglo XII): El terremoto produjo una gran apertura. El incendio mató a los sobrevivientes.
  • Crónica de 1234: En Antioquía ocurrieron un terremoto y un incendio, destruyendo todas las casas e iglesias.
  • Gregorio Bar Hebreus (obispo sirio, 1226-1286): Un terremoto ocurrió en Antioquía. Hubo 255.000 víctimas. Las réplicas se sintieron durante un año y seis meses. Catálogo paramétrico [?].
  • Plassard y Kogoj (1981): El 29 de mayo de 526, Antioquía (en el Líbano) fue destruida por quinta vez, con un gran número de víctimas. Intensidad de 5° (en la escala de Mercalli). Según Miguel el Sirio (patriarca sirio, m. 1199).
  • Poirier y Taher (1980): del 20 al 29 de mayo del 526, a mediodía, un terremoto muy fuerte en Antioquia. I0 = IX-X (MMS). Compilaciones sismológicas.
  • Emanuela Güidoboni et al. (1994): 20 a 29 de mayo del 526, a mediodía, en Antioquía sucedió un desastroso terremoto con licuefacción, I = X, causando un gran incendio y 250.000 muertos (según Malalas). La mayor parte de la ciudad se derrumbó, y muchos miles de personas fueron muertos (según la Crónica de Zacarías de Mitilene). La ciudad de Dafneh fue golpeada por un violento terremoto, que redujo toda la ciudad en ruinas y perecieron 300.000 en Antioquía (según Procopio de Cesarea).
  • August Heinrich Sieberg (geólogo alemán, 1875-1945), en 1932: En 526, Antioquía fue destruida por un fuerte terremoto seguido de un incendio. 250.000 muertes. Hubo daños en Seleucea.

Destrucción de la Amazonía Ecuatoriana

Destrucción de la Amazonía Ecuatoriana

Grandes zonas de selva amazónica, en los diversos países en los que se ubica, está siendo destruida sistemáticamente por diversas causas. Aquí nos centramos principalmente en la relativa al Ecuador.

Las diversas causas de su destrucción son:

Explotación minera.

Extracción de hidrocarburos.

Deforestación para la expansión agrícola y ganadera.

Extracción de recursos madereros.

La Amazonía ecuatoriana ha perdido más de 623 mil hectáreas en dos décadas | INFORME

Antonio José Paz Cardona en 2 noviembre 2022

  • Entre el 2001 y el 2020 la región amazónica de Ecuador ha perdido, por hora, el equivalente a cinco canchas de fútbol.
  • El 77 % de la deforestación de la Amazonía se ha concentrado en cuatro provincias. La más afectada es Morona Santiago y le siguen Sucumbíos, Orellana y Zamora Chinchipe.

La Amazonía ecuatoriana representa el 1.6 % de todo el bioma amazónico, pero casi la mitad de la superficie total del país. Entre 2001 y 2020, el país tuvo una tasa de deforestación de 623 510 hectáreas, de acuerdo con datos analizados por Mapbiomas Amazonía, que en Ecuador es representado por la Fundación EcoCiencia. Esta pérdida se dio a un ritmo de cinco canchas de fútbol por hora, lo que representa aproximadamente 31 000 hectáreas en promedio por año.

EcoCiencia destaca que, a nivel regional, estas cifras ubican a Ecuador en el quinto puesto en términos de extensión total deforestada, después de Brasil, Bolivia, Perú y Colombia. Además, el país se quedó sin una extensión de bosques mayor a la que perdieron Venezuela y Surinam, países con una mayor proporción de Amazonía.

“Ecuador no siempre destaca como un país deforestador porque de por sí es un país pequeño, por lo que normalmente sus cifras no llaman la atención si se comparan con naciones mucho más extensas como Brasil y Bolivia. Pero a nosotros en Ecuador sí nos llama la atención porque, en términos proporcionales, somos uno de los países que pierden sus bosques a mayor velocidad”, asegura María Olga Borja, coordinadora técnica de Mapbiomas para Ecuador en Fundación EcoCiencia.

Las principales causas que impulsan la deforestación en esta nación sudamericana son la expansión de la frontera agrícola y ganadera, el desarrollo de infraestructura, la explotación minera y de hidrocarburos y la extracción de recursos madereros.

Solo diez cantones concentran el 50 % del total de la deforestación de la región amazónica del país entre 2001 y 2020: Orellana (8.17 %), Lago Agrio (7.35 %), Pastaza (5.90 %), Shushufindi (5.06 %), Loreto (4.38 %), Taisha (4.05 %), Morona (3.81 %), Tena (3.74 %), La Joya de los Sacha (3.54 %) y Gualaquiza (3.54 %).

Troncos de balsa extraídos ilegalmente fueron retenidos por la Dirección zonal de Sucumbíos del Ministerio de Ambiente y las Fuerzas Armadas en el interior de la Reserva Biológica Limoncocha a mediados de julio 2020. Foto: MAE Sucumbíos.

Fuertes presiones durante décadas

Uno de los datos más preocupantes es que solo dos de las seis provincias amazónicas ecuatorianas concentraron el 46 % (287 000 hectáreas) de toda la deforestación detectada entre 2001 y 2020. En Morona Santiago se perdieron más de 158 000 hectáreas de bosque (25 %) y en Sucumbíos cerca de 129 000 hectáreas (21 %). En ambas provincias hay una amplia presencia de actividades extractivas como la minería y los hidrocarburos.

El informe destaca que, por ejemplo, la minería multiplicó 24 veces su superficie en la Amazonía en solo dos décadas, alcanzando 4068 hectáreas. Para María Olga Borja, hay actividades que muchas veces no figuran entre las grandes deforestadoras, pero que sí generan impactos muy grandes y considerables, “una de las que hemos mapeado es la minería. En nuestro estudio hemos visto en los últimos años un despegue de las actividades mineras en la región, las cuales están alcanzando unos valores que nunca habíamos visto en años pasados”.

Borja asegura que la minería no se concentra en una sola zona sino que “está bastante distribuida”. Según dice, ya es muy conocido que en el sur, cerca a la frontera con Perú, hay proyectos a gran escala promovidos desde el gobierno, porque ahí se encuentran algunos de los yacimientos más grandes del Ecuador. Sin embargo, están viendo cómo crece la minería de oro de aluvión a pequeña escala que está afectando los ríos y los bosques ribereños.

“Hemos visto un aumento sobre todo en el norte, en la provincia de Sucumbíos, en frontera con Colombia. Es quizás una de las zonas donde más ha habido un despegue de la minería. En este momento no me atrevo a decir si es legal o ilegal porque no contamos con suficiente información para corroborar el estado de la actividad, pero lo que sí puedo decir es que se nota, a través de las imágenes satelitales, que es una actividad extremadamente depredadora que va devastando zonas de ríos muy amplias”, dice Borja y añade que han observado, con el monitoreo constante durante años, que los lugares donde se realizó minería no vuelven a recuperar su estado natural previo.

El análisis hecho por Mapbiomas y Fundación EcoCiencia no solo se limitó al período 2001-2020, también hizo una revisión de la situación de los bosques amazónicos ecuatorianos que se remonta a 1985.

De acuerdo con los datos analizados, los cambios acelerados de transformación de la Amazonía ecuatoriana se deben principalmente al factor humano, en el que se evidencia un aumento del uso agropecuario en 38.57 % (496 000 hectáreas) respecto a su extensión en 1985. Por otro lado, la infraestructura petrolera, hidroeléctrica y vial aumentó en 155 % respecto a su extensión en 1985 (25 700 hectáreas).

“En el periodo comprendido entre 1985 y 2020 se perdieron 379 000 hectáreas de bosque, que equivale aproximadamente al tamaño de la provincia de Bolívar”, se lee en el reporte, donde también se resalta que, en este caso, la cifra corresponde a deforestación neta, es decir, se excluyen las áreas deforestadas en donde se aprecia una posterior reforestación o regeneración del bosque natural en ese periodo.

“A mediados de la década de los noventa se pudo evidenciar mayor deforestación y cambios de uso de suelo. En los años 2000 fue bastante constante en el Ecuador y en los últimos años hemos visto una ligera estabilidad”, comenta Rodrigo Torres, coordinador del Sistema de Información Geográfica (SIG) de la Fundación EcoCiencia. Sin embargo, destaca que próximamente publicarán datos para 2021 y lo más probable es que se aprecie un aumento en la deforestación. “Queremos ver cómo la pandemia afectó a las áreas amazónicas. En el caso de Ecuador, por ejemplo, muchos empleos en ciudades se perdieron y la gente regresó a campo, y si la gente regresa a campo lo más probable es que haya cambios de uso de suelo”, añade.

Áreas protegidas y territorios indígenas como escudos

El análisis de Mapbiomas y EcoCiencia revela que, al 2020, en los territorios indígenas —que representan el 62 % de la cuenca amazónica ecuatoriana y conservan el 71.5 % de los bosques en esta región— se perdieron 124 000 hectáreas de cobertura vegetal natural (1.66 %) en 36 años.

Por su parte, en las áreas naturales protegidas —que representan el 35 % de la cuenca amazónica ecuatoriana y conservan el 38.4 % de los bosques de esta región— se perdieron 13 800 hectáreas de cobertura vegetal natural, lo que representa una pérdida neta de 0.31 % en ese mismo periodo.

El cambio en la cobertura de las áreas protegidas se dio por la expansión agropecuaria que creció en 28 000 hectáreas; la expansión de la infraestructura que se multiplicó 5.4 veces, llegando a las casi 1000 hectáreas al 2020, y la minería que alcanzó las 305 hectáreas para ese mismo año. En el caso de los territorios indígenas, la actividad agropecuaria rondó las 130 000 hectáreas, la infraestructura reportó más de 5000 hectáreas y la minería afectó 1736 hectáreas.

A pesar de las amenazas, las áreas protegidas y los territorios indígenas mostraron una menor afectación por deforestación que otras zonas. Por ejemplo, los bosques amazónicos ecuatorianos que no cuentan con ningún tipo de protección, o que no pertenecen a pueblos indígenas, representan apenas el 21 % de la cuenca amazónica del país, pero en ellos se concentró el 54 % (339 000 hectáreas) de la deforestación de las últimas dos décadas.

En medio de esta situación, María Olga Borja destaca el caso de la provincia de Pastaza que es principalmente forestal y, aunque tiene cierto grado de transformación, “hemos visto una alta proporción de recuperación del bosque, incluso en las zonas transformadas. Entonces el saldo, en muchos casos y dependiendo de la época que uno analice en Pastaza, puede ser positivo, es decir, podemos hablar de una ganancia de cobertura forestal. Muchas de esas ganancias han sido en territorios indígenas”.

Aunque existen casos de esperanza, como el de la provincia de Pastaza, la situación de toda la Amazonía ecuatoriana es preocupante. Borja señala que en los primeros años de las últimas dos décadas se registraron unas tasas mayores de deforestación y luego vino una época de oscilación: en algunos años se veían cifras más altas y en otros años se observaban cifras más bajas. No había una tendencia muy clara y marcada.

“Sin embargo, en los últimos años, estamos empezando a ver un despunte de la deforestación en las zonas amazónicas de Ecuador. Viene a ser un cambio en el patrón de lo que habíamos visto en los últimos años que era esta tendencia como oscilatoria. Esto es algo que ya se dio en Colombia y Perú”, dice y añade que “es triste porque Ecuador es un país que tiene muchísima inversión para la lucha contra la deforestación”.

Impactos Ambientales

La Amazonía ecuatoriana es única en la Tierra. Los biólogos la describen como un paraíso ecológico, donde se pueden encontrar más de 4000 tipos de plantas en una sola hectárea. Las naciones indígenas la reconocen como una tierra abundante que proporciona alimentos saludables, agua limpia, una gran cantidad de medicinas y plantas curativas y un espacio seguro que llaman hogar. La Amazonía ecuatoriana también es vista por corporaciones, gobiernos e invasores como «tierra de nadie», un área fértil, libre para explotar petróleo, madera, minerales, agua, animales, peces, tierras agrícolas y aceite de palma.

Esta combinación de diversidad, riqueza y amenazas industriales constantes hace de la Amazonía ecuatoriana un «punto crítico» de conservación, un área de importancia primordial para la protección de su patrimonio cultural y biológico. En esta sección, damos una idea de las consecuencias ecológicas del auge petrolero de la Amazonía ecuatoriana y cómo transformó esta área en uno de los frentes de deforestación más activos del Amazonas y una fuente perpetua de contaminantes que amenazan la vida.

Amazonian Oil

Después de 50 años en la región, el legado de la industria petrolera en la Amazonía ecuatoriana es ahora mundialmente conocido, principalmente debido a la batalla legal entre el gigante petrolero Chevron/Texaco y unas 30,000 personas de la zona más afectada por derrames y desechos. Si bien algunas prácticas han cambiado y los discursos han sido «enverdecidos», la huella tóxica de la industria todavía es omnipresente en el área.

D2 tuberías principales atraviesan desde los Andes amazónicos hasta el Océano pacífico, abarcando más de 500 kilómetros de terreno irregular, cruzando 94 fallas sísmicas en el camino.

Cientos de pequeñas tuberías conectan más de 3430 pozos petroleros nuevos y viejos.

Más de 1169 derrames petroleros fueron reportados oficialmente en Ecuador entre 2005 y 2015, de los cuales el 81% (952) ocurrieron en la región amazónica.

La cantidad de petróleo que ha sido “oficialmente” derramado en ésta región supera los 350000 barriles entre los años 2005 a 2015, el equivalente a más de 4000 galones (15000 litros) por día. De este petróleo derramado, dos tercios nunca han sido limpiados.

Entre los años 1972 y 1993, más de 30 millones de galones (110 mil millones de litros) de crudo y desechos tóxicos se descargaron en la tierra y las vías fluviales de la Amazonía ecuatoriana, aproximadamente 140 veces la cantidad derramada por BP en el Golfo de México en 2010.

Todavía existen 1785 piscinas y 704 pozos abiertos de desechos tóxicos registrados en la región.

Deforestacion

La industria petrolera ha penetrado la Amazonía ecuatoriana con carreteras para oleoductos, pozos petroleros y acceso a áreas vírgenes. El área ahora está entrecruzada por más de 9500 kilómetros
– o el equivalente a 1,5 veces el radio de la Tierra.

Entre 1990 y 2015, Ecuador perdió 475000 hectáreas de selva amazónica primaria, un promedio de 83 campos de fútbol despejados todos los días.

Los bloques de petróleo ahora cubren más del 68% de la Amazonía ecuatoriana, un área del tamaño de Irlanda.

El Amazonas es una gran reserva de carbono que, cuando se deforesta, conduce a emisiones masivas de gases de efecto invernadero (GEI).

Health

La extracción de petróleo en esta remota región ha dejado un legado de contaminación, específicamente metales pesados e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), amenazando la vida misma de las poblaciones que viven alrededor y aguas abajo de las operaciones petroleras. La deforestación que esto conlleva, también conduce a problemas de salud a través de la liberación de mercurio.

Nunca antes en la historia la Amazonía había estado tan amenazada. La expansión de la agricultura, la ganadería, las concesiones mineras y un dramático aumento de hidroeléctricas, son sólo algunas de las presiones que tienen en riesgo a la selva más grande del mundo. Estas son las principales actividades que tienen en peligro la integridad de los ecosistemas, las especies, las comunidades y la enorme variedad de bienes y servicios del Amazonas:

  1. CONCESIONES MINERAS

La gran riqueza de minerales y de hidrocarburos del Amazonas, es a su vez uno de sus grandes amenazas. El 15 % del bioma amazónico tiene concesiones mineras y contratos para la extracción de petróleo y gas, y las áreas protegidas no son la excepción: más de 800 concesiones mineras se han otorgado en estas zonas y alrededor de 6. 800 solicitudes están pendientes para su aprobación. De acuerdo con el informe, después de analizar 439 áreas protegidas, se encontró que más de la mitad se solapa parcial o totalmente con concesiones mineras, y los contratos en estas zonas podrían afectar 24 millones de hectáreas.

Sumado a esto, más del 37 % de los territorios indígenas están en riesgo por cerca de 500 contratos mineros para la explotación minerales e hidrocarburos. La gran mayoría se encuentra en Brasil, pero existe la posibilidad de que se expandan a otros países. Esto sin contar con que la minería del oro en la Amazonia aumenta la deforestación, y el uso del mercurio utilizado en su procesamiento contamina el agua, los peces, el aire y afecta las comunidades.

  1. AUMENTO DE REPRESAS HIDROELÉCTRICAS

En la Amazonia hay 154 represas para la producción de energía hidroeléctrica y se planea la construcción de otras 277 en los próximos años. Si todos esos proyectos salen adelante, solo quedarían sin represar los ríos Juruá, el Trombetas y el Içá-Putumayo, generando grandes impactos en la ecología, la economía y el clima del subcontinente.

El aumento de las represas en la Amazonia amenaza el flujo natural de sus ríos, altera los ciclos naturales y pone en grave riesgo especies como los delfines y peces migratorios. El suministro de agua para las comunidades locales y el transporte de alimentos, también se ven afectados por cuenta de la producción de energía en la selva amazónica.

Sumado a esto, los sitios seleccionados para las represas y los embalses a menudo se superponen con áreas protegidas y territorios indígenas, lo que genera enormes transformaciones para los ecosistemas y las comunidades. Se ha demostrado además que la deforestación en varias zonas, está impulsada por la construcción de las represas. El área que está en riesgo de sufrir el impacto de la deforestación se encuentra a una distancia de entre 40 y 100 kilómetros de las hidroeléctricas.

  1. CONSTRUCCIÓN DE CARRETERAS

Las carreteras, las vías férreas y las nuevas rutas de transporte fluvial están transformando la Amazonia. Actualmente decenas de miles de kilómetros de carreteras atraviesan sus bosques; y la construcción de nuevas rutas seguirá aumentando, en particular de este a oeste, en las vías vinculadas a los mercados de exportación en el Oriente asiático. La Carretera Interoceánica que une a Perú y Brasil, por ejemplo, atraviesa las zonas relativamente bien conservadas de Madre de Dios en Perú y Acre en Brasil.

En este momento más de 20 proyectos de construcción de carreteras gigantes ejercen presión sobre la Amazonia, lo que puede generar un rápido aumento de la pérdida de bosques.

  1. EXPANSIÓN DE LA AGRICULTURA INTENSIVA

La actividad que ha generado mayores pérdidas de hábitat natural en la Amazonia en las últimas décadas es la agricultura. Las exportaciones de soja y carne a países como China han desatado graves transformaciones en el uso del suelo de sus bosques. Pese a ser relativamente nuevos, los cultivos de palma de aceite también han afectado la Amazonia, y se prevé que su crecimiento se de más rápido en la región que cualquier otro producto.

Los pastos y la ganadería, para la producción de carne y leche, son la causa principal de la deforestación en muchas áreas y en algunos países, como Brasil, donde se registra la mayor cantidad de ganado comercial del mundo.

  1. DEFORESTACIÓN

Si no se adelantan políticas y estrategias para reducir la deforestación en el bioma amazónico, para el 2030 la Amazonia puede perder el 27%, (alrededor de 85,4 millones de hectáreas de bosques). Desde el año 2000 hasta 2013 la Amazonia perdió el 4,7 % de sus bosques, pasando de tener 575 millones de hectáreas a 548 millones de hectáreas. La expansión de pastos y cultivos, cuya extensión aumentó en 22,9 millones de hectáreas en el mismo período, es la principal causa de la deforestación en la región. Brasil tiene los índices más altos de pérdida de bosque y recientemente se han identificado seis nuevos frentes de deforestación en la Amazonia Andina y el Escudo Guayanés.

  1. CAMBIOS EN LA LEGISLACIÓN ENTORNO A LAS ÁREAS PROTEGIDAS

Los constantes cambios en la legislación de los países amazónicos, generados con el fin de permitir nuevas y mayores actividades productivas en áreas protegidas, son una de las principales amenazas que advierte el informe de WWF. La reducción del área de estos espacios, o en el peor de los casos, la eliminación de su estado de protección, son un enemigo silencioso que cada vez genera mayores impactos en la Amazonia. Actualmente la cobertura de las áreas protegidas del bioma amazónico es superior al 50 %. Sin embargo, muchas de estas áreas están en riesgo debido a la debilidad legislativa para su conservación.

La Amazonía se ha deteriorado en ocho años, muestra análisis inédito realizado en nueve países

Garimpo de Peixoto. Foto: Lalo de Almeida.

La deforestación, los incendios y la minería ilegal han aumentado en los últimos ocho años, lo que indica el avance de la devastación en la región y una tendencia que no muestra signos de revertirse, según el nuevo Atlas de Raisg.

El avance de las actividades extractivas, los proyectos de infraestructura, así como los incendios, la deforestación y la pérdida de carbono indican que la Amazonía está mucho más amenazada que hace ocho años. El nuevo Atlas Amazonía Bajo Presión de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg) fue lanzado el 8 de diciembre y toma una radiografía de las principales amenazas al bosque tropical más grande del mundo y el avance de su deterioro. La buena noticia es que los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas siguen siendo un escudo contra la devastación.

Según el Atlas, 7% del territorio amazónico está bajo presión “muy alta” y 26%, “alta”.

Las áreas de mayor presión se ubican en las regiones periféricas del bioma, en áreas montañosas y piamontesas ubicadas en la Amazonía Occidental, especialmente en Ecuador, en el norte de Venezuela y en el sur de la Amazonía brasilera. La información generada en este Atlas puede facilitar su manejo a través de políticas públicas integrales que tomen en cuenta la conectividad ambiental y climática de todo el territorio, conectividad que trasciende las fronteras de los países que la contienen.

“Uno de los principales hallazgos de este estudio es que las áreas con mayor presión en la Panamazonía se localizan en las periferias de las mismas, entre estas destaca el territorio amazónico del Ecuador, dentro del cual en un mismo territorio se ha encontrado que actúan de modo sinérgico y acumulativo, varias presiones sobre un mismo espacio” indica María Olga Borja, especialista en deforestación de EcoCiencia.

El petróleo entra a la Amazonía a través del Río Napo en Ecuador.

Esta es la primera vez, desde 2012, que la Raisg ha decidido reunir todos sus grupos técnicos para trabajar en un retrato completo de la situación de la Amazonía. El Atlas ahora se actualiza tras el trabajo de 10 grupos técnicos que han generado 23 mapas que muestran la situación en toda la región, aparte de decenas de gráficos y cuadros informativos que facilitan la comprensión de la complejidad socioambiental de la región, sus conflictos, presiones, amenazas, así como su importancia para Suramérica y el planeta.

Mapa síntesis de las presiones en la Amazonía. Elaborado por Fundación Gaia Amazonas para RAISG, 2020 (Atlas Amazonía Bajo Presión 2020).

La actividad agropecuaria es responsable del 84% de la deforestación  Amazónica. Campos de palma aceitera en Yurimaguas, Perú. Foto: Álvaro del Campo / The Field Museum.

“Este es un esfuerzo que viene madurando desde hace algunos años ya, y si bien con periodicidad casi anual sacamos productos o mapas nuevos sobre algunos temas, este compendio y análisis de información a nivel de toda la Panamazonía para lograr una visión integral de ese importantísimo bioma, es algo que nos ha exigido bastante en el último año para poder presentar al público este producto”, comenta Carmen Josse, Directora de Fundación EcoCiencia.