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Códigos famosos

En esta relación, mayoritariamente, se incluyen Escrituras y/o Códigos famosos (generalmente sin descifrar), en cualquier formato y soporte, y de cualquier época. Unos son escrituras, generalmente antiguas, otros son códigos que pueden tener origen desconocido o no. Algunos se han descifrado sólo en parte, o su descifrado ofrece dudas. Otros ya están descifrados, pero se incluyen debido a su fama.

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    Cilindro de Ciro

    Cilindro de Ciro

    El Cilindro de Ciro es un antiguo cilindro de arcilla, actualmente roto en varios pedazos, en el que está escrita una inscripción real aqueménida en escritura cuneiforme acadia en nombre del rey persa Ciro el Grande.[2 ] [3] Data del siglo VI a. C. y fue descubierto en las ruinas de la antigua ciudad mesopotámica de Babilonia (actualmente en el moderno Irak) en 1879.[2 ] Actualmente se encuentra en posesión del Museo Británico. Fue creado y utilizado como depósito de cimentación tras la conquista persa de Babilonia en el 539 a. C., cuando el Imperio neobabilónico fue invadido por Ciro e incorporado a su Imperio persa.

    El Cilindro de Ciro, anverso y reverso, y transcripción

    Material: Barro cocido

    Tamaño: 21,9 centímetros (8,6 pulgadas) x 10 centímetros (3,9 pulgadas) (máximo) x (extremo A) 7,8 centímetros (3,1 pulgadas) x (extremo B) 7,9 centímetros (3,1 pulgadas)[1]

    Escritura: Escritura cuneiforme acadia

    Creado: Aproximadamente 539–538 a. C.

    Periodo/cultura: Imperio aqueménida [1]

    Descubierto: Babilonia, Bagdad Vilayet del Iraq otomano, por Hormuzd Rassam en marzo de 1879[1]

    Ubicación actual: Sala 52,[1] Museo Británico (Londres)

    Identificación: BM 90920 [1]

    Registro: 1880,0617.1941[1]

    El texto del Cilindro alaba a Ciro, expone su genealogía y lo retrata como un rey de una línea de reyes. El rey babilónico Nabonido, que fue derrotado y depuesto por Ciro, es denunciado como un opresor impío del pueblo de Babilonia y sus orígenes de baja cuna se contrastan implícitamente con la herencia real de Ciro. El victorioso Ciro es retratado como habiendo sido elegido por el dios principal babilónico Marduk para restaurar la paz y el orden en los babilonios. El texto afirma que Ciro fue recibido por el pueblo de Babilonia como su nuevo gobernante y entró en la ciudad en paz. Apela a Marduk para proteger y ayudar a Ciro y a su hijo Cambises. Ensalza a Ciro como un benefactor de los ciudadanos de Babilonia que mejoró sus vidas, repatrió a las personas desplazadas y restauró templos y santuarios de culto en toda Mesopotamia y en otras partes de la región. Concluye con una descripción de cómo Ciro reparó la muralla de la ciudad de Babilonia y encontró una inscripción similar colocada allí por un rey anterior.[3]

    El texto del Cilindro ha sido visto tradicionalmente por los eruditos bíblicos como evidencia corroborativa de la política de Ciro de repatriación del pueblo judío luego de su cautiverio babilónico [4] (un acto que el Libro de Esdras atribuye a Ciro[5]), ya que el texto se refiere a la restauración de santuarios de culto y la repatriación de pueblos deportados. 6] Esta interpretación ha sido cuestionada, ya que el texto solo identifica santuarios mesopotámicos y no menciona a los judíos, Jerusalén o Judea.[7] No obstante, se ha visto como una señal del enfoque relativamente ilustrado de Ciro hacia la diversidad cultural y religiosa. El ex director del Museo Británico, Neil MacGregor, dijo que el cilindro fue “el primer intento que conocemos sobre cómo dirigir una sociedad, un estado con diferentes nacionalidades y creencias, un nuevo tipo de arte de gobernar”.[8]

    En tiempos modernos, el Cilindro fue adoptado como símbolo nacional de Irán por la dinastía gobernante Pahlavi, que lo exhibió en Teherán en 1971 para conmemorar los 2500 años del Imperio persa.[9] La princesa Ashraf Pahlavi le presentó al Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, una réplica del Cilindro. La princesa afirmó que “la herencia de Ciro fue la herencia de la comprensión humana, la tolerancia, el coraje, la compasión y, sobre todo, la libertad humana”.[10] Su hermano, Shah Mohammad Reza Pahlavi, promovió el Cilindro como la “primera carta de derechos humanos”, aunque esta interpretación ha sido descrita por varios historiadores como “bastante anacrónica” y controvertida.[11] [12] [13] [14]

    Descubrimiento

    Hormuzd Rassam en Mosul alrededor de 1854. El Cilindro de Ciro fue descubierto durante las excavaciones de Rassam en Babilonia en febrero-marzo de 1879.

    El arqueólogo asiriobritánico Hormuzd Rassam descubrió el Cilindro de Ciro en marzo de 1879 durante un largo programa de excavaciones en Mesopotamia llevadas a cabo para el Museo Británico.[15] Había sido colocado como depósito de cimentación en los cimientos de Ésagila, el templo principal de la ciudad.[3] La expedición de Rassam siguió a una excavación anterior realizada en 1850 por el arqueólogo británico Austen Henry Layard, quien excavó tres montículos en la misma zona pero encontró poco de importancia.[16] En 1877, Layard se convirtió en embajador de Gran Bretaña en el Imperio Otomano, que gobernaba Mesopotamia en ese momento. Ayudó a Rassam, que había sido su asistente en la excavación de 1850, a obtener un firman (decreto) del sultán otomano Abdul Hamid II para continuar las excavaciones anteriores. El firman sólo era válido durante un año, pero en 1878 se emitió un segundo firman, con términos mucho más liberales. Se concedió por dos años (hasta el 15 de octubre de 1880) con la promesa de una extensión hasta 1882 si era necesario.[17] El decreto del sultán autorizó a Rassam a “embalar y enviar a Inglaterra cualquier antigüedad que encontrara… siempre que no hubiera duplicados”. Se ordenó a un representante del sultán que estuviera presente en la excavación para examinar los objetos a medida que se descubrieran.[18]

    Una vez obtenido el permiso, Rassam inició una excavación a gran escala en Babilonia y otros sitios en nombre de los fideicomisarios del Museo Británico.[16] Realizó las excavaciones en cuatro fases distintas. Entre cada fase, regresó a Inglaterra para traer sus hallazgos y recaudar más fondos para continuar el trabajo. El Cilindro de Ciro fue encontrado en la segunda de sus cuatro expediciones a Mesopotamia, que comenzó con su salida de Londres el 8 de octubre de 1878. Llegó a su ciudad natal de Mosul el 16 de noviembre y viajó por el Tigris hasta Bagdad, a donde llegó el 30 de enero de 1879. Durante febrero y marzo, supervisó las excavaciones en varios sitios babilónicos, incluida la propia Babilonia.[17]

    Mapa del sitio de Babilonia en 1829. Los excavadores de Hormuzd Rassam encontraron el Cilindro de Ciro en el montículo de Tell Amran-ibn-Ali (marcado con una “E” en el centro del mapa) bajo el cual se encontraba el templo en ruinas de Esagila.

    Pronto descubrió una serie de edificios importantes, incluido el templo de Ésagila, un santuario importante para el dios principal babilónico Marduk, aunque su identidad no se confirmó por completo hasta la excavación del arqueólogo alemán Robert Koldewey en 1900.[19] Los excavadores encontraron una gran cantidad de documentos comerciales escritos en tablillas de arcilla enterradas en los cimientos del templo donde descubrieron el Cilindro de Ciro.[16] Rassam dio relatos contradictorios sobre dónde se hicieron sus descubrimientos. Escribió en sus memorias, Asshur and the land of Nimrod, que el Cilindro había sido encontrado en un montículo en el extremo sur de Babilonia cerca del pueblo de Jumjuma o Jimjima.[20] [21] Sin embargo, en una carta enviada el 20 de noviembre de 1879 a Samuel Birch, el Conservador de Antigüedades Orientales del Museo Británico, escribió: “El Cilindro de Ciro fue encontrado en Omran [Tell Amran-ibn-Ali] con alrededor de seiscientas piezas de terracotas inscritas antes de que yo saliera de Bagdad”.[22] Salió de Bagdad el 2 de abril, regresó a Mosul y partió de allí el 2 de mayo para un viaje a Londres que duró hasta el 19 de junio.[17]

    El descubrimiento fue anunciado al público por Sir Henry Rawlinson, presidente de la Royal Asiatic Society, en una reunión de la Sociedad el 17 de noviembre de 1879.[23] Lo describió como “uno de los registros históricos más interesantes en el carácter cuneiforme que se ha sacado a la luz hasta ahora”, aunque erróneamente lo describió como procedente de la antigua ciudad de Borsippa en lugar de Babilonia.[24] Las “Notas sobre un cilindro de arcilla recién descubierto de Ciro el Grande” de Rawlinson se publicaron en la revista de la sociedad al año siguiente, incluida la primera traducción parcial del texto.[25]

    Descripción

    El Cilindro de Ciro es un cilindro de arcilla cocida en forma de barril que mide 22,5 centímetros (8,9 pulgadas) por 10 centímetros (3,9 pulgadas) en su diámetro máximo.[1] Fue creado en varias etapas alrededor de un núcleo de arcilla en forma de cono dentro del cual hay grandes inclusiones de piedra gris. Se construyó con capas adicionales de arcilla para darle una forma cilíndrica antes de agregar una fina capa superficial de arcilla a la capa exterior, en la que está inscrito el texto. Fue excavado en varios fragmentos, habiéndose roto aparentemente en la antigüedad.[1] Hoy existe en dos fragmentos principales, conocidos como “A” y “B”, que se reunieron en 1972.[1]

    El cuerpo principal del Cilindro, descubierto por Rassam en 1879, es el fragmento “A”. Fue restaurado en 1961, cuando se volvió a cocer y se le añadió yeso.[1] El fragmento más pequeño, “B”, es una sección que mide 8,6 centímetros (3,4 pulgadas) por 5,6 centímetros (2,2 pulgadas). Este último fragmento fue adquirido por JB Nies[22] de la Universidad de Yale a un comerciante de antigüedades.[26] Nies publicó el texto en 1920.[27] El fragmento aparentemente se desprendió del cuerpo principal del Cilindro durante las excavaciones originales en 1879 y fue retirado de las excavaciones o recuperado de uno de los vertederos de desechos de Rassam. No se confirmó que formaba parte del Cilindro hasta que Paul-Richard Berger, de la Universidad de Münster, lo identificó definitivamente en 1970.[28] La Universidad de Yale prestó el fragmento al Museo Británico temporalmente (pero, en la práctica, indefinidamente) a cambio de “una tablilla cuneiforme adecuada” de la colección del Museo Británico.[1]

    Aunque el Cilindro es claramente posterior a la conquista de Babilonia por parte de Ciro el Grande en el año 539 a. C., la fecha de su creación no está clara. Se dice comúnmente que data de la primera parte del reinado de Ciro sobre Babilonia, algún tiempo después del 539 a. C. El Museo Británico sitúa la fecha de origen del Cilindro entre el 539 y el 530 a. C.[4]

    Cilindro de ciro

    La inscripción que se conserva en el Cilindro de Ciro consta de 45 líneas de texto escritas en escritura cuneiforme acadia. Las primeras 35 líneas están en el fragmento “A” y el resto en el fragmento “B”.[28] Varias líneas al principio y al final del texto están demasiado dañadas como para que sean legibles más de unas pocas palabras.

    El texto está escrito en un estilo extremadamente formal y puede dividirse en seis partes distintas:

    Extracto del Cilindro de Ciro (líneas 15-21), que proporciona la genealogía de Ciro y un relato de su captura de Babilonia en el año 539 a. C. ( EA Wallis Budge, 1884).

    • Versos 1–19: una introducción que vilipendia a Nabonido, el anterior rey de Babilonia, y asocia a Ciro con el dios Marduk;
    • Versos 20-22: detallan los títulos reales y la genealogía de Ciro, y su entrada pacífica a Babilonia;
    • Versos 22–34: un elogio de la política de Ciro de restaurar Babilonia;
    • Versos 34-35: una oración a Marduk en nombre de Ciro y su hijo Cambises;
    • Versos 36-37: una declaración de que Ciro ha permitido al pueblo vivir en paz y ha aumentado las ofrendas hechas a los dioses;
    • Líneas 38–45: detalles de las actividades de construcción ordenadas por Ciro en Babilonia.[29]

    Imagen de detalle de muestra que muestra la escritura cuneiforme.

    El comienzo del texto está parcialmente interrumpido; el contenido que sobrevivió reprende el carácter del depuesto rey babilónico Nabonido. Enumera sus presuntos crímenes, acusándolo de la profanación de los templos de los dioses y la imposición de trabajos forzados a la población. Según la proclamación, como resultado de estas ofensas, el dios Marduk abandonó Babilonia y buscó un rey más justo. Marduk llamó a Ciro para que entrara en Babilonia y se convirtiera en su nuevo gobernante.[30]

    En la mente de Nabonido, el temor reverencial a Marduk, rey de los dioses, llegó a su fin. Cada día hacía más mal a su ciudad;… a su [pueblo…… … los arruinó a todos con un yugo sin alivio… [Marduk] inspeccionó y examinó todos los países, buscando al rey recto de su elección. Tomó la mano de Ciro, rey de la ciudad de Anshan, y lo llamó por su nombre, proclamándolo en voz alta como rey sobre todo.[30]

    A mitad del texto, el escritor pasa a una narración en primera persona en la voz de Ciro, dirigiéndose directamente al lector. Se da una lista de sus títulos (en un estilo mesopotámico más que persa): “Yo soy Ciro, rey del mundo, gran rey, rey poderoso, rey de Babilonia, rey de Sumer y Akkad, rey de los cuatro puntos cardinales [de la tierra], hijo de Cambises, gran rey, rey de Anshan, descendiente de Teispes, gran rey, rey de Anshan, la semilla perpetua de la realeza, cuyo reinado Bel [Marduk] y Nebo aman, y con cuya realeza, para su alegría, se preocupan”.[30] Describe las acciones piadosas que realizó después de su conquista: restableció la paz en Babilonia y las otras ciudades sagradas para Marduk, liberando a sus habitantes de su “yugo”, y “trajo alivio a sus viviendas ruinosas (poniendo así) fin a sus (principales) quejas”.[31] Reparó los templos en ruinas en las ciudades que conquistó, restauró sus cultos y devolvió sus imágenes sagradas, así como a sus antiguos habitantes que Nabonido había llevado a Babilonia.[31] Cerca del final de la inscripción, Ciro destaca su restauración de la muralla de la ciudad de Babilonia, diciendo: “Vi dentro de ella una inscripción de Asurbanipal, un rey que me precedió”.[30] El resto falta, pero presumiblemente describe la rededicación de Ciro de la puerta mencionada.[32]

    Una transcripción parcial de FH Weissbach en 1911 fue suplantada por una transcripción mucho más completa después de la identificación del fragmento “B”;[33] ésta ahora está disponible en alemán y en inglés. [ 4] [31] [35] Varias ediciones del texto completo del Cilindro de Ciro están disponibles en línea, incorporando fragmentos “A” y “B”.

    En Internet y otros medios se ha difundido una traducción falsa del texto, que afirma, entre otras cosas, la abolición de la esclavitud y el derecho a la autodeterminación, un salario mínimo y asilo.[36] Además de hacer afirmaciones que no se encuentran en el cilindro real, se refiere a la divinidad zoroástrica Ahura Mazda en lugar del dios mesopotámico Marduk.[37] La ​​traducción falsa ha circulado ampliamente; aludiendo a su afirmación de que Ciro supuestamente ha declarado que “Cada país decidirá por sí mismo si quiere o no mi liderazgo”.[36] La ganadora del Premio Nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi en su discurso de aceptación describió a Ciro como “el mismo emperador que proclamó en la cima del poder hace 2.500 años que… no reinaría sobre el pueblo si este no lo deseaba”.[36] [38] [39]

    Fragmentos asociados

    El Museo Británico anunció en enero de 2010 que dos fragmentos de arcilla con inscripciones, que habían estado en la colección del museo desde 1881, habían sido identificados como parte de una tablilla cuneiforme que tenía inscrito el mismo texto que el Cilindro de Ciro. Los fragmentos provenían del pequeño yacimiento de Dailem cerca de Babilonia y la identificación fue realizada por el profesor Wilfred Lambert, ex miembro de la Universidad de Birmingham, e Irving Finkel, curador a cargo del Departamento de Oriente Medio del museo.[40] [41]

    Relación con una inscripción en hueso chino

    En 1983 aparecieron en China dos huesos fosilizados de caballo con inscripciones en signos cuneiformes que el profesor Oliver Gurney de Oxford identificó posteriormente como procedentes del Cilindro de Ciro. El descubrimiento de estos objetos suscitó un gran debate sobre posibles conexiones entre la antigua Mesopotamia y China, aunque muchos investigadores dudaron de su autenticidad desde el principio y ahora se consideran generalmente falsificaciones.

    La historia del supuesto artefacto se remonta a casi un siglo.[42] El registro más antiguo se remonta a un médico chino llamado Xue Shenwei, a quien en algún momento antes de 1928 se le mostró una foto de un frotamiento de uno de los huesos por un comerciante de antigüedades llamado Zhang Yi’an.[43] Aunque no pudo ver los huesos en ese momento, Xue Shenwei adquirió más tarde uno de ellos de otro comerciante de antigüedades llamado Wang Dongting en 1935 y luego el segundo a través de una conexión personal llamada Ke Yanling alrededor de 1940. Si bien Xue no reconoció la escritura en los huesos, adivinó su antigüedad y enterró los huesos para su custodia durante la Revolución Cultural. Luego, en 1983, Xue presentó los huesos al Museo del Palacio en Beijing, donde Liu Jiuan y Wang Nanfang de la Administración Estatal de Patrimonio Cultural emprendieron su estudio. 43] Estos funcionarios identificaron la escritura como cuneiforme y pidieron a los asiriólogos Chi Yang y Wu Yuhong que trabajaran en las inscripciones. La identificación del texto fuente se realizó lentamente hasta 1985, cuando Wu Yuhong, junto con la asirióloga de Oxford Stephanie Dalley y Oliver Gurney, reconocieron que el texto de un hueso provenía del Cilindro de Ciro. Un año después, Wu Yuhong presentó sus hallazgos en el 33.° Encuentro Asiriológico y los publicó en un artículo de revista.[44]

    Después de eso, la segunda inscripción en hueso permaneció sin descifrar hasta 2010, cuando Irving Finkel trabajó en ella. En ese mismo año, el Museo Británico celebró una conferencia dedicada a los artefactos. Basándose en los graves errores textuales en la inscripción, incluida la omisión de una gran cantidad de signos del Cilindro de Ciro, Wu Yuhong argumentó que las inscripciones probablemente fueron copiadas del cilindro mientras se encontraba en el Museo Británico o de una publicación moderna temprana basada en él. Sin embargo, reconoció la remota posibilidad de que se haya copiado en la Antigüedad tardía.[43] Irving Finkel cuestionó esta conclusión basándose en la relativa oscuridad del Cilindro de Ciro hasta las últimas décadas y la discordancia en la paleografía entre las inscripciones en hueso y las copias manuales encontradas en las primeras ediciones de la década de 1880.

    Finalmente, una vez finalizado el taller, Irving Finkel se enteró de una edición de 1884 del Cilindro de Ciro de EA Wallis Budge. Esta publicación utilizaba una tipografía peculiar y presentaba una copia manuscrita solo para una sección de todo el cilindro. Sin embargo, la tipografía de esa edición coincidía con la paleografía de las inscripciones en los huesos y el extracto del cilindro publicado en el libro también coincidía con la del hueso. Esto convenció a Finkel de que las inscripciones en los huesos eran falsificaciones de la época moderna temprana y esa ha sido la opinión mayoritaria desde entonces.

    Interpretaciones

    Tradición y propaganda mesopotámica y persa

    Según el Museo Británico, el Cilindro de Ciro refleja una larga tradición en Mesopotamia, donde, desde el tercer milenio a. C., los reyes comenzaban sus reinados con declaraciones de reformas.[4] La declaración de Ciro subraya su legitimidad como rey y es una manifestación evidente de su respeto por las tradiciones religiosas y políticas de Babilonia. El Museo Británico y los estudiosos de la época lo describen como un instrumento de propaganda de la antigua Mesopotamia.[45] [46]

    El texto es una inscripción de un edificio real, un género que no tenía equivalente en la literatura persa antigua . Ilustra cómo Ciro se apropió de las tradiciones y símbolos locales para legitimar su conquista y control de Babilonia.[32] [47] Muchos elementos del texto fueron extraídos de temas mesopotámicos de larga data sobre legitimación del gobierno en Babilonia: el rey anterior es reprendido y se proclama que ha sido abandonado por los dioses por su maldad; el nuevo rey ha obtenido poder a través de la voluntad divina de los dioses; el nuevo rey corrige los errores de su predecesor, ocupándose del bienestar del pueblo; los santuarios de los dioses son reconstruidos o restaurados, se hacen ofrendas a los dioses o se incrementan y se buscan las bendiciones de los dioses; y se realizan reparaciones en toda la ciudad, a la manera de los reyes legítimos anteriores.[3]

    El texto del Cilindro enfatiza tanto la continuidad como la discontinuidad. Afirma la virtud de Ciro como rey temeroso de Dios de tipo tradicional mesopotámico. Por otra parte, desacredita constantemente a Nabonido, vilipendiando las acciones del rey depuesto e incluso su ascendencia y retratándolo como un impío destructor de su propio pueblo. Como señalan Fowler y Hekster, esto “crea un problema para un monarca que elige reforzar su pretensión de legitimidad apropiándose del ‘capital simbólico’ de sus predecesores”.[48] La reprimenda del Cilindro a Nabonido también desacredita la autoridad real babilónica por asociación. Tal vez sea por esta razón que los gobernantes aqueménidas hicieron un mayor uso de la iconografía y la tradición real asiria que de la babilónica en sus declaraciones; el Cilindro se refiere al rey asirio Asurbanipal como “mi predecesor”, en lugar de a cualquier gobernante nativo babilónico.[48]

    El propio Cilindro forma parte de una tradición mesopotámica continua de depositar una amplia variedad de objetos simbólicos, entre los que se incluyen sacrificios de animales, tablillas de piedra, conos de terracota, cilindros y figuras. Los reyes recién coronados de Babilonia hacían declaraciones públicas de su propia rectitud al comenzar sus reinados, a menudo en forma de declaraciones que se depositaban en los cimientos de los edificios públicos.[49] Algunas contenían mensajes, mientras que otras no, y tenían varios propósitos: elaboración del valor de un edificio, conmemoración del gobernante o constructor y la santificación mágica del edificio, mediante la invocación de la protección divina.

    No se pretendía que el cilindro volviera a verse después de su entierro, pero el texto inscrito en él se habría utilizado para fines públicos. Se conservaron copias de archivo de inscripciones importantes y es posible que el texto del cilindro también haya sido copiado.[50] En enero de 2010, el Museo Británico anunció que se habían encontrado dos tablillas cuneiformes en su colección con el mismo texto inscrito que el del Cilindro de Ciro,[51] lo que, según el museo, “muestra que el texto del Cilindro era probablemente una proclama que se distribuyó ampliamente por todo el Imperio persa”.[52]

    Similitudes con otras inscripciones reales

    El cilindro de Nabonido

    El Cilindro de Ciro presenta sorprendentes similitudes con inscripciones reales mesopotámicas más antiguas. Dos ejemplos notables son el Cilindro de Marduk-apla-iddina II, que se apoderó del trono de Babilonia en 722/1 a. C., y los anales de Sargón II de Asiria, que conquistó Babilonia doce años después. Como conquistador, Marduk-apla-iddina se enfrentó a muchos de los mismos problemas de legitimidad que Ciro cuando conquistó Babilonia. Declara haber sido elegido personalmente por Marduk, quien aseguró su victoria. Cuando tomó el poder, realizó los ritos sagrados y restauró los santuarios sagrados. Afirma que encontró una inscripción real colocada en los cimientos del templo por un rey babilónico anterior, que dejó intacta y honró. Todas estas afirmaciones también aparecen en el Cilindro de Ciro. Doce años después, el rey asirio Sargón II derrotó y exilió a Marduk-apla-iddina, asumiendo el reinado de Babilonia. Los anales de Sargón describen cómo asumió los deberes de un soberano babilónico, honrando a los dioses, manteniendo sus templos y respetando y defendiendo los privilegios de la élite urbana. Una vez más, el Cilindro de Ciro plantea exactamente los mismos puntos. Nabonido, el predecesor depuesto de Ciro como rey de Babilonia, encargó textos fundacionales en cilindros de arcilla –como el Cilindro de Nabonido, también en el Museo Británico– que siguen la misma fórmula básica.[53]

    El texto del Cilindro indica, pues, una fuerte continuidad con siglos de tradición babilónica, como parte de una retórica establecida y avanzada por los conquistadores.[53] Como dice Kuhrt:

    [El Cilindro] refleja la presión que los ciudadanos babilónicos pudieron ejercer sobre el nuevo pretendiente real… En este contexto, el reinado del predecesor derrotado fue automáticamente descrito como malo y contrario a la voluntad divina. ¿De qué otra manera podría haber sido derrotado? Por implicación, por supuesto, todos sus actos quedaron, inevitable y retrospectivamente, contaminados.[53]

    La familiaridad con los tropos babilónicos establecidos desde hace mucho tiempo sugiere que el Cilindro fue escrito por los sacerdotes babilónicos de Marduk, trabajando a instancias de Ciro. [ 54 ] Puede compararse con otra obra de la misma época, el Relato en verso de Nabonido , en el que el antiguo gobernante babilónico es vilipendiado como enemigo de los sacerdotes de Marduk y se presenta a Ciro como el liberador de Babilonia.[55] Ambas obras enfatizan las calificaciones de Ciro como rey de una línea de reyes, en contraste con la ascendencia no real de Nabonido, a quien el Cilindro describe como simplemente maţû, “insignificante”.[56]

    El relato en verso es tan similar a la inscripción del Cilindro de Ciro que ambos textos han sido calificados como un ejemplo de «dependencia literaria» (no la dependencia directa de uno respecto del otro, sino la dependencia mutua respecto de una fuente común). El historiador Morton Smith lo caracteriza como «la propaganda difundida en Babilonia por los agentes de Ciro, poco antes de la conquista de Ciro, para preparar el camino de su señor».[57] Este punto de vista ha sido cuestionado; como lo expresa Simon J. Sherwin, de la Universidad de Cambridge , el Cilindro de Ciro y el relato en verso son composiciones «posteriores al acontecimiento» que reutilizan temas literarios mesopotámicos existentes y no necesitan ser explicados como producto de la propaganda persa anterior a la conquista.[58]

    El historiador alemán Hanspeter Schaudig ha identificado una línea en el Cilindro (“Él [es decir, Marduk] salvó a su ciudad Babilonia de su opresión”) con una línea de la tablilla VI de la “Epopeya de la Creación” babilónica, Enûma Eliš, en la que Marduk construye Babilonia.[59] Johannes Haubold sugiere que la referencia representa la toma de poder de Ciro como un momento de restauración definitiva no solo de las instituciones políticas y religiosas, sino del orden cósmico que sustenta el universo.[60]

    Análisis de las afirmaciones del Cilindro de Ciro

    Estela que representa a Nabonido rezando a la luna, al sol y al planeta Venus. Las prácticas religiosas del rey babilónico fueron duramente condenadas por la inscripción del Cilindro de Ciro.

    Vilipendio de Nabonido

    La difamación que el Cilindro de Ciro hace de Nabonido es coherente con otras propagandas persas sobre el gobierno del rey depuesto. En contraste con la descripción que el Cilindro hace de Nabonido como un gobernante ilegítimo que arruinó su país, el reinado de Nabonido fue en gran parte pacífico, fue reconocido como un rey legítimo y emprendió una variedad de proyectos de construcción y campañas militares acordes con su afirmación de ser “el rey de Babilonia, el universo y los cuatro rincones [de la Tierra]”.[61]

    Nabonido como se ve realmente en Babilonia

    El asiriólogo Paul-Alain Beaulieu ha interpretado la exaltación del dios lunar Sin por parte de Nabonido como “una usurpación abierta de las prerrogativas de Marduk por parte del dios lunar”.[62] Aunque el rey babilónico continuó haciendo ricas ofrendas a Marduk, su mayor devoción a Sin era inaceptable para la élite sacerdotal babilónica.[63] Nabonido vino del norte de Babilonia, poco elegante, introdujo dioses extranjeros y se exilió a sí mismo durante un largo tiempo, lo que se dice que impidió la celebración del vital festival de Año Nuevo.[64]

    Nabonido, tal como se ve en la Estela de Harran, en contraste con el Cilindro de Ciro

    La Estela de Harrán [65] es generalmente reconocida como un documento genuino encargado por Nabonido.[66] En ella, Nabonido busca glorificar sus propios logros, en particular su restauración del Templo de Elhulhul, que estaba dedicado al dios-luna Sin. En este sentido, la Estela de Harrán verifica la imagen que se presenta en el Cilindro de Ciro, de que Nabonido había abandonado en gran medida el homenaje debido a Marduk, dios principal de Babilonia, en favor del culto a Sin. Dado que su madre Addagoppe era aparentemente una sacerdotisa de Sin, o al menos una devota de toda la vida, esto ayuda a explicar la decisión política imprudente con respecto a Marduk por parte de Nabonido, una decisión de la que Ciro se aprovecha en gran medida en el Cilindro de Ciro. Su madre también residía en Harán, lo que constituye otra razón por la que Nabonido se trasladó allí en el tercer año de su reinado (553 a. C.), momento en el que “encomendó el ‘Campamento’ a su hijo mayor [Belsasar], el primogénito… Dejó que (todo) se fuera, le confió el reinado”.[67]

    Sin embargo, en al menos un aspecto, la Estela de Harrán es incongruente con la descripción de los acontecimientos en el Cilindro de Ciro. En la Estela, Nabonido enumera a los enemigos de Babilonia como “el rey de Egipto, los medos y la tierra de los árabes, todos los reyes hostiles”. La importancia de esto radica en la fecha en que se compuso la Estela: según Paul-Alain Beaulieu, su composición data de la última parte del reinado de Nabonido, probablemente el año catorce o decimoquinto, es decir, 542-540 a. C.[68] El problema con esto es que, según la opinión de consenso actual, basada en gran medida en el Cilindro de Ciro y documentos persas posteriores que siguieron en su género, los persas deberían haber sido nombrados aquí como un enemigo principal de Babilonia en un momento tres años o menos antes de la caída de la ciudad ante las fuerzas bajo el mando de Ciro. Nabonido, sin embargo, nombra a los medos, no a los persas, como enemigo principal; como rey del reino, seguramente sabría quiénes eran sus enemigos. Al nombrar a los medos en lugar de a los persas, la Estela de Harrán se ajusta más a la narración de los acontecimientos en la Ciropedia de Jenofonte, donde Ciro y los persas estaban bajo la soberanía de iure de los medos hasta poco después de la caída de Babilonia, momento en el que Ciro, rey de Persia, se convirtió también en rey de los medos.

    En el artículo sobre la Estela de Harrán se puede encontrar una discusión más detallada de la relación entre la Estela de Harrán (=propaganda babilónica) y el Cilindro de Ciro (=propaganda persa), incluyendo una discusión de por qué el Cilindro de Ciro y los textos persas posteriores nunca nombran a Belsasar, a pesar de su estrecha asociación con eventos asociados con la caída de Babilonia, como se relata tanto en la Biblia (Daniel, capítulo 5) como en la Ciropedia de Jenofonte.[69]

    Conquista y apoyo local

    La conquista de Babilonia por parte de Ciro fue resistida por Nabonido y sus partidarios, como demostró la batalla de Opis. El iranólogo Pierre Briant comenta que “es dudoso que incluso antes de la caída de [Babilonia] Ciro fuera esperado con impaciencia por una población desesperada por un ‘libertador'”.[70] Sin embargo, la toma de posesión de Ciro como rey parece haber sido bien recibida por parte de la población babilónica.[71] La historiadora judía Lisbeth S. Fried dice que hay poca evidencia de que los sacerdotes de alto rango de Babilonia durante el período aqueménida fueran persas y los caracteriza como colaboradores de Babilonia.[72]

    El texto presenta a Ciro entrando pacíficamente en Babilonia y siendo recibido por la población como un libertador. Esto presenta un contraste implícito con los conquistadores anteriores, en particular los gobernantes asirios Tukulti-Ninurta I, que invadió y saqueó Babilonia en el siglo XII a. C., y Senaquerib, que hizo lo mismo 150 años antes de que Ciro conquistara la región.[13] La masacre y la esclavitud de los pueblos conquistados era una práctica común y los conquistadores la destacaron explícitamente en las declaraciones de victoria. El Cilindro de Ciro presenta un mensaje muy diferente; Johannes Haubold señala que retrata la toma de posesión de Ciro como un momento armonioso de convergencia entre la historia babilónica y persa, no un desastre natural sino la salvación de Babilonia.[59]

    Sin embargo, el relato del Cilindro sobre la conquista de Ciro claramente no cuenta toda la historia, ya que suprime cualquier mención del conflicto anterior entre los persas y los babilonios;[59] Max Mallowan lo describe como un “trabajo hábil de historia tendenciosa”.[64] El texto omite la Batalla de Opis, en la que las fuerzas de Ciro derrotaron y aparentemente masacraron al ejército de Nabonido.[3] [73] [74] Tampoco explica una brecha de dos semanas reportada por la Crónica de Nabonido entre la entrada persa en Babilonia y la rendición del templo de Esagila. Lisbeth S. Fried sugiere que pudo haber habido un asedio o enfrentamiento entre los persas y los defensores y sacerdotes del templo, sobre cuyo destino el Cilindro y la Crónica no hacen mención. Ella especula que fueron asesinados o expulsados ​​​​por los persas y reemplazados por miembros más pro-persas de la élite sacerdotal babilónica.[75] Como Walton y Hill lo expresaron, la afirmación de una toma de poder totalmente pacífica aclamada por el pueblo es “la retórica estándar del conquistador y puede oscurecer otros hechos”.[76] Al describir la afirmación de que los propios ejércitos fueron recibidos como liberadores como “una de las grandes fantasías imperiales”, Bruce Lincoln, profesor de Teología en la Universidad de Chicago, señala que la población babilónica se rebeló repetidamente contra el gobierno persa en 522 a. C., 521 a. C., 484 a. C. y 482 a. C. (aunque no contra Ciro o su hijo Cambeses). Los rebeldes buscaron restaurar la independencia nacional y el linaje de reyes babilónicos nativos, tal vez una indicación de que no estaban tan favorablemente dispuestos hacia los persas como sugiere el Cilindro.[77]

    Restauración de templos

    La inscripción continúa describiendo cómo Ciro devolvió a sus santuarios originales las estatuas de los dioses que Nabonido había traído a la ciudad antes de la invasión persa. Esto restauró el orden de culto normal a satisfacción del sacerdocio. Alude a la restauración de templos y al regreso de grupos deportados a sus países de origen, pero no implica un programa de restauración a nivel imperial. En cambio, se refiere a áreas específicas en la región fronteriza entre Babilonia y Persia, incluidos sitios que habían sido devastados por campañas militares babilónicas anteriores. El Cilindro indica que Ciro trató de ganarse la lealtad de las regiones devastadas financiando la reconstrucción, la devolución de las propiedades del templo y la repatriación de las poblaciones desplazadas. Sin embargo, no está claro cuánto cambió realmente sobre el terreno; no hay evidencia arqueológica de ninguna reconstrucción o reparación de templos mesopotámicos durante el reinado de Ciro.[47]

    Política interna

    La política de los persas hacia sus pueblos sometidos, como se describe en el Cilindro, fue vista tradicionalmente como una expresión de tolerancia, moderación y generosidad “en una escala previamente desconocida”.[78] Las políticas de Ciro hacia las naciones subyugadas han sido contrastadas con las de los asirios y babilonios, que habían tratado a los pueblos sometidos con dureza; permitió el reasentamiento de aquellos que habían sido deportados previamente y patrocinó la reconstrucción de edificios religiosos.[79] Ciro fue representado a menudo de manera positiva en la tradición occidental por fuentes como el Antiguo Testamento de la Biblia y los escritores griegos Heródoto y Jenofonte.[80] [81] La Ciropedia de Jenofonte fue particularmente influyente durante el Renacimiento , cuando Ciro fue romantizado como un modelo ejemplar de un gobernante virtuoso y exitoso.[82]

    Los historiadores modernos sostienen que, si bien el comportamiento de Ciro fue ciertamente conciliador, estuvo impulsado por las necesidades del Imperio persa y no fue una expresión de tolerancia personal per se.[83] El imperio era demasiado grande para ser dirigido centralmente; Ciro siguió una política de utilizar las unidades territoriales existentes para implementar un sistema descentralizado de gobierno. La magnanimidad mostrada por Ciro le valió elogios y gratitud de aquellos a quienes perdonó.[84] La política de tolerancia descrita por el Cilindro fue, por lo tanto, como lo expresa el historiador bíblico Rainer Albertz, “una expresión de apoyo conservador a las regiones locales para servir a los intereses políticos de todo el [imperio]”.[85] Otro historiador bíblico, Alberto Soggin, comenta que fue más “una cuestión de practicidad y economía… [ya que] era más simple, y de hecho costoso, obtener la colaboración espontánea de sus súbditos a nivel local que tener que imponer su soberanía por la fuerza”.[86]

    Diferencias entre el cilindro de Ciro y los cilindros babilónicos y asirios anteriores

    Hay estudiosos que coinciden en que el Cilindro de Ciro demuestra una ruptura con las tradiciones pasadas y el inicio de una nueva era.[87] Una comparación del Cilindro de Ciro con las inscripciones de conquistadores anteriores de Babilonia pone de relieve esto de forma clara. Por ejemplo, cuando Senaquerib, rey de Asiria (705-681 a. C.) capturó la ciudad en 690 a. C. después de un asedio de 15 meses, Babilonia sufrió una terrible destrucción y masacre.[88] Senaquerib describe cómo, tras capturar al rey de Babilonia, lo hizo atar en medio de la ciudad como a un cerdo. Luego describe cómo destruyó Babilonia, y llenó la ciudad de cadáveres, saqueó sus riquezas, rompió sus dioses, quemó y destruyó sus casas hasta los cimientos, demolió sus muros y templos y los arrojó a los canales. Esto contrasta marcadamente con Ciro el Grande y el Cilindro de Ciro. La antigua tradición asiria y babilónica de justicia del vencedor era un tratamiento común para un pueblo derrotado en esa época. El tono de Senaquerib, por ejemplo, reflejaba su gusto y orgullo por la masacre y la destrucción, lo cual está en total desacuerdo con el mensaje del Cilindro de Ciro.[88] [89]

    Algunos eruditos creen que ningún otro rey jamás devolvió cautivos a sus hogares como lo hizo Ciro.[90] Algunos sostienen que los asirios a veces dieron una libertad religiosa limitada a los cultos locales y a las personas que conquistaban, interpretando la sumisión al “poder exaltado” de Asur, el “yugo de Asur” y el saqueo y la destrucción de templos como intolerancia religiosa. Acciones similares llevadas a cabo por reyes babilónicos, como la destrucción del templo de Jerusalén, así como el templo de Harán y el hecho de que Nabonido se llevara a otros dioses de sus templos a Babilonia, también se argumentaron como representativas de intolerancia religiosa. Esto luego se compara con el Cilindro de Ciro, y se argumenta que no fue una declaración típica que se mantuviera en consonancia con las antiguas tradiciones del pasado.[90]

    Sin embargo, la destrucción de Babilonia por parte de Senaquerib no puede tomarse como la norma, y ​​a juzgar únicamente por las propias inscripciones de Senaquerib, la destrucción ya era mala para los estándares neoasirios.[91] La destrucción de estatuas de culto tiene precedentes en el Antiguo Cercano Oriente, como Lugalzagesi afirmando haber saqueado los santuarios y destruido las estatuas de culto de su estado enemigo Lagash,[92] pero la destrucción de estatuas de culto fue el tratamiento más severo y extremo.[93] Nabonido probablemente reunió estatuas de culto en Babilonia para prepararse para un ataque persa entrante, y esta tradición tiene precedencia con Merodach-Baladan, quien también trajo las estatuas a Dur-Yakin para mantenerlas alejadas de los asirios, y algunas ciudades babilónicas también enviaron sus estatuas a Babilonia en 626 a. C. a la luz del avance de Sin-shar-ishkun. [94]

    Otros eruditos no están de acuerdo con la opinión de que Ciro tenía una política de tolerancia religiosa, que contrastaba con los asirios y babilonios. Esto supone un discurso religioso que obligaba a los antiguos a suprimir la adoración de otros dioses, pero tal discurso no existía.[95] La reverencia por los dioses de Asiria no impidió la existencia de cultos locales, por ejemplo, Sargón después de su conquista de la región de Harhar reconstruyó los templos locales y devolvió las estatuas de los dioses.[96] En los tratados celebrados con vasallos, los dioses locales se invocaban junto con los dioses asirios en los tratados de juramento en las secciones de maldición,[97] lo que indica que la presencia de los dioses de ambas partes era necesaria para el juramento[98] y los tratados de juramento nunca incluyeron una estipulación sobre la adoración de los dioses asirios o el impedimento de la adoración de los dioses locales.[99] Cogan había llegado a la conclusión de que la idea de que el culto a Ashur y otros dioses asirios se impusiera a los súbditos derrotados debía ser rechazada, y los residentes en las provincias anexadas estaban obligados a velar por el culto a Ashur, ya que eran considerados ciudadanos asirios[100] ya que era el deber de los ciudadanos asirios hacerlo.[101] Kuhrt señaló que, de manera similar a la ideología aqueménida, en la ideología asiria la aceptación del poder del rey asirio era sinónimo de la aceptación del poder de sus dioses, particularmente Ashur, y aunque el culto a los dioses asirios no se impuso por la fuerza, el reconocimiento del poder asirio implicaba el reconocimiento de la fuerza superior de sus dioses.[102]

    El regreso de las estatuas y de los personajes divinos, que suele considerarse una política especial de los aqueménidas, también está atestiguado en fuentes asirias. Esarhaddón, tras reparar las estatuas de los dioses árabes y grabar una inscripción que sirviera como recuerdo del poder de Asiria, devolvió las estatuas a petición de Hazail.[103] También se encuentran relatos sobre la devolución de estatuas en los epítetos de Esarhaddón.[104] Adad-nirari III afirma haber devuelto a personas secuestradas, y Esarhaddón trajo de vuelta a Babilonia reconstruida a los babilonios que habían sido desplazados tras la destrucción de la ciudad por parte de Senaquerib.[105] Briant resume que esta opinión de que Ciro era excepcional sólo surge si se tienen en cuenta únicamente las fuentes judías, y la idea desaparece si se sitúa en el contexto del Antiguo Oriente Próximo.[106]

    Interpretaciones bíblicas

    Lugares de Mesopotamia mencionados en el Cilindro de Ciro. La mayoría de las localidades que menciona en relación con la restauración de templos se encontraban en el este y norte de Mesopotamia, en territorios que habían sido gobernados por el depuesto rey babilónico Nabonido (excepto Susa).

    La Biblia registra que algunos judíos (que fueron exiliados por los babilonios) regresaron a su tierra natal desde Babilonia, donde habían sido establecidos por Nabucodonosor, para reconstruir el templo siguiendo un edicto de Ciro. El Libro de Esdras (1–4:5) proporciona un relato narrativo del proyecto de reconstrucción.[107] Los eruditos han vinculado un pasaje particular del Cilindro con el relato del Antiguo Testamento:[46]

    Desde [?] [108] hasta Aššur y [desde] Susa, Agadé, Ešnunna, Zabban, Me-Turnu, Der, hasta la región de Gutium, los centros sagrados al otro lado del Tigris, cuyos santuarios habían sido abandonados durante mucho tiempo, devolví las imágenes de los dioses, que habían residido allí [es decir, en Babilonia], a sus lugares y les dejé morar en moradas eternas. Reuní a todos sus habitantes y les devolví sus moradas.[109]

    Este pasaje se ha interpretado a menudo como una referencia a la benigna política instituida por Ciro de permitir que los pueblos exiliados, como los judíos, regresaran a sus países de origen. [ 6 ] La inscripción del Cilindro se ha relacionado con la reproducción en el Libro de Esdras de dos textos que se afirma que son edictos emitidos por Ciro sobre la repatriación de los judíos y la reconstrucción del Templo en Jerusalén.[110] Los dos edictos (uno en hebreo y otro en arameo) son sustancialmente diferentes en contenido y tono, lo que lleva a algunos historiadores a argumentar que uno o ambos pueden ser una invención post hoc. [111] La cuestión de su autenticidad sigue sin resolverse, aunque se cree ampliamente que reflejan algún tipo de política real persa, aunque tal vez no una que se expresara en los términos dados en el texto de los edictos bíblicos.

    La disputa sobre la autenticidad de los edictos bíblicos ha suscitado interés en este pasaje del Cilindro de Ciro, en concreto en lo que respecta a la cuestión de si indica que Ciro tenía una política general de repatriación de los pueblos sometidos y de restauración de sus santuarios.[112] El texto del Cilindro es muy específico, enumera lugares de Mesopotamia y las regiones vecinas. No describe ninguna liberación general o retorno de las comunidades exiliadas, sino que se centra en el regreso de las deidades babilónicas a sus propias ciudades de origen. Hace hincapié en el restablecimiento de las normas religiosas locales, revirtiendo el supuesto descuido de Nabonido, un tema que Amélie Kuhrt describe como “un recurso literario utilizado para subrayar la piedad de Ciro en oposición a la blasfemia de Nabonido”. Sugiere que Ciro simplemente había adoptado una política utilizada por los gobernantes asirios anteriores de dar privilegios a las ciudades en regiones estratégicas clave o políticamente sensibles y que no había una política general como tal.[113] Lester L. Grabbe, un historiador del judaísmo primitivo, ha escrito que “la política religiosa de los persas no era muy diferente de la práctica básica de los asirios y babilonios antes que ellos” de tolerar –pero no promover– cultos locales distintos de sus propios dioses.[114]

    Ciro pudo haber considerado que Jerusalén, situada en una ubicación estratégica entre Mesopotamia y Egipto, valía la pena patrocinarla por razones políticas. Sus sucesores aqueménidas generalmente apoyaban los cultos indígenas en los territorios sometidos y de ese modo se ganaban el favor de los devotos de los cultos.[115] Por el contrario, los reyes persas podían destruir los santuarios de los pueblos que se habían rebelado contra ellos, como sucedió en Mileto en 494 a. C. después de la Revuelta Jónica.[116] El texto del Cilindro no describe ninguna política general de retorno de los exiliados ni menciona ningún santuario fuera de Babilonia[7] en él, lo que apoya el argumento de Peter Ross Bedford de que el Cilindro “no es un manifiesto para una política general con respecto a los cultos indígenas y sus adoradores en todo el imperio”.[117] Amélie Kuhrt señala que “el contexto puramente babilónico del Cilindro no aporta ninguna prueba” de que Ciro prestara atención a los exiliados judíos o a la reconstrucción del Templo en Jerusalén[46] y el historiador bíblico Bob Becking concluye que “no tiene nada que ver con los judíos, los judíos o Jerusalén”. Becking también señala la falta de referencia a los judíos en los textos aqueménidas supervivientes como una indicación de que no se les consideraba de particular importancia.[6]

    El erudito alemán Josef Wiesehöfer resume la opinión tradicional ampliamente aceptada al señalar que “Muchos eruditos han leído en [… el texto del Cilindro] una confirmación de los pasajes del Antiguo Testamento sobre los pasos dados por Ciro hacia la construcción del templo de Jerusalén y la repatriación de los judíos” y que esta interpretación sustentaba la creencia “de que las instrucciones a tal efecto fueron realmente proporcionadas en estas mismas formulaciones del Cilindro de Ciro”.[29]

    Derechos humanos

    El Cilindro ganó nueva prominencia a finales de los años 1960 cuando el último Sha de Irán lo llamó “la primera carta de derechos humanos del mundo “.[118] El cilindro era un símbolo clave de la ideología política del Sha y todavía es considerado por algunos comentaristas como una carta de derechos humanos, pero esto ha sido disputado por académicos especialistas en el imperio persa.[9]

    La opinión del gobierno iraní sobre Pahlavi

    El cilindro de Ciro en el centro del emblema oficial de la celebración de los 2500 años del Imperio Persa en la era imperial iraní Pahlavi

    El Cilindro de Ciro fue denominado la “primera declaración de los derechos humanos” por el gobierno iraní anterior a la Revolución,[119] una lectura destacada por el Shah Mohammed Reza Pahlavi, en un libro de 1967, La revolución blanca de Irán. El Sha identificó a Ciro como una figura clave en la ideología del gobierno y asoció su gobierno con los aqueménidas.[120] Escribió que “la historia de nuestro imperio comenzó con la famosa declaración de Ciro, que, por su defensa de los principios humanos, la justicia y la libertad, debe considerarse uno de los documentos más notables en la historia de la humanidad”.[121] El Sha describió a Ciro como el primer gobernante en la historia en dar a sus súbditos “libertad de opinión y otros derechos básicos”.[121] En 1968, el Sha inauguró la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Teherán diciendo que el Cilindro de Ciro era el precursor de la moderna Declaración Universal de Derechos Humanos.[122]

    En su discurso de Nowruz (Año Nuevo) de 1971, el Sha declaró que el año 1350 AP (1971-1972) sería el Año de Ciro el Grande, durante el cual se llevaría a cabo una gran conmemoración para celebrar los 2500 años de la monarquía persa. Serviría como escaparate para un Irán moderno en el que se reconocerían las contribuciones que Irán había hecho a la civilización mundial. El tema principal de la conmemoración fue la centralidad de la monarquía dentro del sistema político de Irán, asociando al Sha de Irán con los famosos monarcas del pasado de Persia, y con Ciro en particular.[9] El Sha veía el período aqueménida como “un momento del pasado nacional que podría servir mejor como modelo y lema para la sociedad imperial que esperaba crear”.[123]

    El Cilindro de Ciro fue adoptado como símbolo de la conmemoración, y las revistas y periódicos iraníes publicaron numerosos artículos sobre la historia antigua de Persia.[9] El Museo Británico prestó el Cilindro original al gobierno iraní durante las festividades; fue puesto en exhibición en el Monumento Shahyad (ahora la Torre Azadi) en Teherán.[124] Las celebraciones de los 2500 años comenzaron el 12 de octubre de 1971 y culminaron una semana después con un desfile espectacular en la tumba de Ciro en Pasargadae. El 14 de octubre, la hermana del sha, la princesa Ashraf Pahlavi, presentó al Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, una réplica del Cilindro. La princesa afirmó que “la herencia de Ciro fue la herencia de la comprensión humana, la tolerancia, el coraje, la compasión y, sobre todo, la libertad humana”.[10] El Secretario General aceptó el obsequio, vinculando el Cilindro a los esfuerzos de la Asamblea General de las Naciones Unidas para abordar “la cuestión del respeto de los derechos humanos en los conflictos armados”.[10] Desde entonces, la réplica del Cilindro se ha conservado en la Sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, en el pasillo del segundo piso.[10] Las Naciones Unidas siguen promoviendo el Cilindro como “una antigua declaración de derechos humanos”.[36]

    Recepción en la República Islámica

    En septiembre de 2010, el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad inauguró oficialmente la exposición del Cilindro de Ciro en el Museo Nacional de Irán. Después de la era Pahlavi, era la segunda vez que el cilindro se traía a Irán. También era la exposición más larga que se había llevado a cabo en el país. Ahmadineyad considera el Cilindro de Ciro como la encarnación de los valores humanos y un patrimonio cultural para toda la humanidad, y lo llamó la ” Primera Carta de los Derechos Humanos“. El Museo Británico había prestado el Cilindro de Ciro al Museo Nacional de Irán durante cuatro meses.

    El Cilindro de Ciro dice que todos tienen derecho a la libertad de pensamiento y de elección y que todos los individuos deben respetarse mutuamente. La carta histórica también subraya la necesidad de luchar contra la opresión, defender a los oprimidos, respetar la dignidad humana y reconocer los derechos humanos. El Cilindro de Ciro da testimonio del hecho de que la nación iraní siempre ha sido abanderada de la justicia, la devoción y los valores humanos a lo largo de la historia.

    —  Mahmoud Ahmadinejad durante la exposición del Cilindro de Ciro en el Museo Nacional de Irán

    Algunos políticos iraníes, como el diputado Ali Motahari, criticaron a Ahmadinejad por haber traído el Cilindro de Ciro a Irán, aunque el diario teheraní Kayhan, considerado un periódico ultraconservador, había opinado que la República Islámica nunca debería haber devuelto el Cilindro de Ciro a Gran Bretaña (nótese que el cilindro no fue descubierto en Irán, sino en el actual Iraq):

    Hay una pregunta importante: ¿no pertenece el cilindro a Irán? ¿Y no ha robado el gobierno británico artefactos antiguos de nuestro país? Si las respuestas a estas preguntas son positivas, ¿por qué deberíamos devolver a los ladrones esta obra histórica y valiosa robada?

    —  El periódico Kayhan durante la exposición del Cilindro de Ciro en Irán

    En ese momento, el curador del Museo Nacional de Irán, Azadeh Ardakani, informó que la exposición del Cilindro recibió aproximadamente 48.000 visitantes, entre los cuales más de 2.000 eran extranjeros, incluidos embajadores extranjeros.

    Puntos de vista académicos

    La interpretación del Cilindro como una “carta de derechos humanos” ha sido descrita por varios historiadores como “bastante anacrónica” y tendenciosa.[11] [125] [126] [127] [14] Se la ha descartado como un “malentendido”[12] y se la ha caracterizado como propaganda política ideada por el régimen de Pahlavi.[113] El historiador alemán Josef Wiesehöfer comenta que la representación de Ciro como un defensor de los derechos humanos es tan ilusoria como la imagen del “Sha de Persia, humano e ilustrado”.[120] D. Fairchild Ruggles y Helaine Silverman describen el objetivo del Sha como el de legitimar la nación iraní y su propio régimen, y contrarrestar la creciente influencia del fundamentalismo islámico mediante la creación de una narrativa alternativa arraigada en el antiguo pasado persa.[128]

    En un artículo publicado inmediatamente después de las conmemoraciones del aniversario del Sha, el CBF Walker del Museo Británico comenta que “el carácter esencial del Cilindro de Ciro no es una declaración general de derechos humanos o tolerancia religiosa, sino simplemente una inscripción en un edificio, en la tradición babilónica y asiria, que conmemora la restauración de la ciudad de Babilonia por parte de Ciro y el culto a Marduk, previamente descuidado por Nabonido”.[22] Dos profesores especializados en la historia del antiguo Oriente Próximo, Bill T. Arnold y Piotr Michalowski, comentan: “En general, pertenece a otras inscripciones de depósitos fundacionales; no es un edicto de ningún tipo, ni proporciona ninguna declaración inusual de derechos humanos como a veces se afirma”.[13] Lloyd Llewellyn-Jones de la Universidad de Edimburgo señala que “no hay nada en el texto” que sugiera el concepto de derechos humanos.[126] Neil MacGregor comenta:

    Sin embargo, la comparación realizada por los eruditos del Museo Británico con otros textos similares mostró que los gobernantes del antiguo Irak habían estado haciendo declaraciones comparables al acceder al trono [babilónico] durante dos milenios antes de Ciro […] una de las tareas del museo es resistir la limitación del significado del objeto y su apropiación para una agenda política.[118]

    Advierte que si bien el Cilindro está “claramente vinculado con la historia de Irán“, “en ningún sentido real es un documento iraní: es parte de una historia mucho más amplia del antiguo Cercano Oriente, de la realeza mesopotámica y de la diáspora judía“.[118] En una línea similar, Qamar Adamjee del Museo de Arte Asiático lo describe como un “documento de realeza muy tradicional” y advierte que “es anacrónico usar términos del siglo XX para describir eventos que sucedieron hace dos mil quinientos años”.[14]

    Historial de exposiciones

    El Cilindro de Ciro en la Sala 52 del Museo Británico de Londres

    El Cilindro de Ciro ha estado expuesto en el Museo Británico desde su adquisición formal en 1880.[1] Ha sido prestado cinco veces: dos veces a Irán, entre el 7 y el 22 de octubre de 1971, en conjunción con la celebración de los 2500 años del Imperio Persa, y nuevamente de septiembre a diciembre de 2010, una vez a España de marzo a junio de 2006,[1] una vez a los Estados Unidos en una exposición itinerante de marzo a octubre de 2013, y una vez al Museo Peabody de Yale para sus celebraciones de reapertura en mayo-junio de 2024.[129] Se han hecho muchas réplicas. Algunas fueron distribuidas por el Sha después de las conmemoraciones de 1971, mientras que el Museo Británico y el Museo Nacional de Irán las han vendido comercialmente.[1]

    La propiedad del Cilindro de Ciro por parte del Museo Británico ha sido motivo de cierta controversia en Irán, a pesar de que el artefacto se obtuvo legalmente y no fue excavado en suelo iraní sino en el antiguo territorio otomano (actual Irak). Cuando fue prestado en 1971, la prensa iraní hizo campaña para que fuera transferido a propiedad iraní. El Cilindro fue devuelto a Londres sin dificultad, pero el Consejo de Administración del Museo Británico decidió posteriormente que sería “indeseable realizar otro préstamo del Cilindro a Irán”.[1]

    En 2005-2006, el Museo Británico organizó una importante exposición sobre el Imperio persa, Forgotten Empire: the World of Ancient Persia. Se llevó a cabo en colaboración con el gobierno iraní, que prestó al Museo Británico una serie de artefactos icónicos a cambio de un compromiso de que el Cilindro de Ciro sería prestado al Museo Nacional de Irán.[130]

    El préstamo previsto del Cilindro se pospuso en octubre de 2009 tras las elecciones presidenciales iraníes de junio de 2009 para que el Museo Británico pudiera “estar seguro de que la situación en el país era adecuada”.[131] En respuesta, el gobierno iraní amenazó con poner fin a la cooperación con el Museo Británico si el Cilindro no se prestaba en los dos meses siguientes.[131] [132] Esta fecha límite se pospuso a pesar de los llamamientos del gobierno iraní[131] [133] pero el Cilindro finalmente se exhibió en Teherán en septiembre de 2010 por un período de cuatro meses.[134] La exposición fue muy popular, atrayendo a 48.000 personas en los primeros diez días y a unas 500.000 personas cuando se cerró en enero de 2011.[135] [136] Sin embargo, en su inauguración, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad mezcló simbolismo republicano islámico y persa antiguo, lo que los comentaristas dentro y fuera de Irán criticaron como un llamamiento abierto al nacionalismo religioso.[137]

    El 28 de noviembre de 2012, la BBC anunció la primera gira del Cilindro por los Estados Unidos. Bajo el titular “El Museo Británico presta el antiguo cilindro de la ‘carta de derechos’ a los Estados Unidos”, el director del museo, Neil MacGregor, declaró que “el cilindro, a menudo considerado la primera carta de derechos humanos, ‘debe ser compartido lo más ampliamente posible'”.[138] El propio Museo Británico anunció la noticia en su comunicado de prensa, diciendo que “la ‘primera declaración de derechos humanos’ recorrerá cinco ciudades de los Estados Unidos”.[139] Según el sitio web del Museo Británico para la exposición estadounidense del Cilindro “CyrusCylinder2013.com”, la gira comenzó en marzo de 2013 e incluyó la Galería Arthur M. Sackler del Smithsonian de Washington DC, el Museo de Bellas Artes de Houston, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Museo de Arte Asiático de San Francisco y culminó en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, en octubre de 2013.[140 ]

    El cilindro, junto con otros treinta y dos objetos asociados de la colección del Museo Británico, incluyendo un par de brazaletes de oro del Tesoro del Oxus y el Sello de Darío, fueron parte de una exposición titulada ‘El Cilindro de Ciro y la Antigua Persia-Un Nuevo Comienzo’ en el Museo Príncipe de Gales en Mumbai, India, del 21 de diciembre de 2013 al 25 de febrero de 2014. Fue organizada por el Museo Británico y el Museo Príncipe de Gales en asociación con Sir Dorabji Tata Trust, Sir Ratan Tata Trust y Navajbai Ratan Tata Trust, todos establecidos por luminarias de la comunidad parsi, que son descendientes de zoroastrianos persas, que tienen a Ciro en gran estima, ya que muchos eruditos lo consideran un seguidor del zoroastrismo.[141] El cilindro está actualmente en exhibición hasta junio de 2024 en el Museo Peabody de Yale, en New Haven CT para celebrar su reapertura.[142]

    La escultura de la libertad

    Artículo principal: Escultura de la Libertad

    La Escultura de la Libertad o Libertad: un sueño compartido (en persa: تندیس آزادی) es una escultura de arte público de acero inoxidable de 2017 del artista y arquitecto Cecil Balmond, ubicada en Century City, California, y modelada según el Cilindro de Ciro.[143] [144] [145]

    Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon

    Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon

    Conrad Lycosthenes

    Conrad Lycosthenes

    Conrad Lycosthenes (8 de agosto de 1518 – 25 de marzo de 1561), nacido en Conrad Wolffhart, fue humanista y enciclopedista alsaciano. Diácono de Saint Leonard en Basilea, profesor de gramática y dialéctica, Lycosthenes tuvo una pasión por el estudio de la naturaleza y la geofísica.

    Vida

    Conrad Wolffhart nació en Rouffach, en Alsacia, el 8 de agosto de 1518, hijo de Theobald Wolffhart y Elizabeth Krner, hermana del teólogo protestante Conrad Pellicanus. Más tarde cambió su nombre alemán, Wolffhart, por el nombre humanista de Lycosthenes.

    De 1535 a 1539, Conrad estudió filosofía en Heidelberg. En 1542, dejó Heidelberg para Basilea, donde comenzó a enseñar Gramática y Dialectics. En 1545, a la edad de 27 años, se convirtió en diácono en la Iglesia de San Leonard. El 21 de diciembre de 1554, sufrió de hemiplejia y perdió la capacidad de usar su mano derecha. Aprendió a escribir con la mano izquierda y continuó sus obras literarias hasta su muerte desde la apoplexia el 25 de marzo de 1561 a la edad de 43 años. Mientras tanto se había casado con Chretienne Herbster, hermana del famoso impresor de libros de Basilea Johannes Oporinus (Oporin) y viuda de Leonard Zwinger, padre de Theodor Zwinger, autor del Theatrum vitae humanae.[1]: 542

    Obras

    Reproducción del siglo XIX de un plato de Prodigiorum ac c c c c c crónica

    Un fénix de Apophthegmata

    Uno de los numerosos polihistores del siglo XVI, Lycosthenes dominaba latín y griego, y era particularmente aficionado a las curiosidades. Sus variadas obras incluyen ediciones, traducciones y compilaciones.

    • 1547 Comentarios sobre De viris illustribus, Basilea, en 8o.
    • 1551 Elenchus scriptorum omnium, Basilea, en 4.
    • 1551 Gnomologia ex AEneae Sylvii operibus collecta, Basel, edit.1555, en 4o.
    • 1552 Iulii Obsequentis Prodigiorum liber, ab urbe condita usque ad Augustum Caesarem, cujus tantum extabat Fragmentum, nunc demum beneficiorum, per Conradum Lycosthenem Rubeaquensem, integrati sua restitutus. Basilae, ex desactivación. Ioannis Oporinii, Anno Salutis humanae, M.D.LII. Mense Martio, en el 8.
    • 1552 J. Ravisii Texto officina, Basilea.
    • 1555 Apophthegmatum sive responsorum memorabilium, ex probatissimis quibusque tam graecis quam latinis auctoribus priscis pariter atque recentioribus, collectorum Loci communes ad ordinem alphabeticum redacti, Basel, in fol.
    • 1557 Epitome Stobaei Sententiarum, Basilea, en el -8o.
    • 1557 Parabolae sive similitudines ex var. auct. ab Erasmo collectae, in locos communes redactae, Berna in-4o; Basel, 1575, 1602, in-8.
    • 1557 Prodigiorum ac ostentorum crónica, quae praeter naturae ordinem, et in superioribus et his inferioribus mundi regionibus, ab exordio mundi usque ad haec nostra tempora acciderunt. Basileae per H. Petri, fol, 672 p. fig. et pl. (64).
    • 1559 Dom. Brusonii Facetiarum lib. VII, Basilea, en el cuarto.
    • 1560 Regula investigationis omnium locorum en tabula Helvetiae contentorum, Basilea, en 4.

     

    Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon

     

     

     

     

    Este libro, que en español se llama Crónica de eventos milagrosos y significativos, es un libro del Renacimiento escrito por Conrad Lycosthenes en 1557. Bien podría ser un tratado de ciencias o un libro de ciencia ficción. Ahí aparecen dibujos de animales, fenómenos naturales y eventos astronómicos.

    Los seres que se incluyen tienen gran detalle, pero nunca habitaron la región. Algunas de las criaturas ni siquiera son conocidas por la ciencia. También se cree que hay una “nave espacial” que apareció en 1497.

    Conrado Licóstenes (1518-1561)

    Nacido en 1518, Conrad Lycosthenes nació en una época de gran agitación religiosa y descubrimientos en Asia, África y América. Europa siguió siendo un lugar supersticioso y la aparición de fenómenos naturales y las descripciones de animales nuevos y exóticos se tomaron como presagios del fin de los días. A lo largo de Prodigiorum ac Osentorum Chronicon de Licóstenes, se representan imágenes de cometas, terremotos y animales míticos y exóticos como presagios de eventos catastróficos a lo largo de la historia, desde el pecado original de Adán y Eva hasta la actualidad. Con la llegada de la imprenta, eruditos como Licóstenes pudieron compilar relatos de estos extraños acontecimientos y descubrimientos. Al reutilizar grabados en madera para ilustrar el texto, las publicaciones eran más baratas que los manuscritos, lo que significa que esta forma de literatura podría ser accesible a un público más amplio. Uno de esos grabados en madera reutilizados en el libro se basa en la famosa imagen de un rinoceronte dibujada por Alberto Durero en 1515. Una imagen que sirvió de base para todas las descripciones científicas del animal durante doscientos años. Uno de los antiguos propietarios de este libro fue Hieronymus von Münchhausen, el noble de Hannover famoso por las historias exageradas que contaba en las cenas y la inspiración para el barón ficticio del mismo nombre. Encuadernación contemporánea en piel de cerdo recubierta de alumbre, con lomo redondeado típico de las encuadernaciones alemanas o francesas de esta época. Tableros probablemente de haya.

    Los prodigios de Licóstenes 1557

    Procedencia

    Propiedad del barón Münchhausen. Adquirida por la reina Victoria en el siglo XIX. Lleva la ex libris de la reina Victoria, utilizada entre 1863 y 1901.

    Ccreador(es)

    Conrado Licóstenes (1518-1561): (autor)

    Basilea: Henry Peter: (editor)

    Copiar después: Alberto Durero (1471-1528) (grabar)

    Comprador(es)

    Victoria, Reina del Reino Unido (1819-1901)

    Propiedades físicas

    Mediciones

    31,1 x 21,2 x 5,1 cm (medida libro (conservación))

    31,1 x 5,1 x 21,2 cm (medida libro (inventario))

    Hago una crónica de los prodigios y espectáculos que, más allá del orden, movimiento y operación de la naturaleza, tanto en las regiones superiores como inferiores del mundo, han sucedido desde el principio del mundo hasta nuestros días. Este tipo de presagio generalmente no ocurre imprudentemente, pero cuando se presenta a la raza humana, lleva consigo la ira de la maldad de Dios contra Dios, e incluso grandes asesinatos en el mundo. En parte de autores griegos y latinos de fe comprobada: en parte también de la propia observación de muchos años, con la mayor fe, estudio y diligencia, con la adición también de todas las imágenes verdaderas de las cosas / escrito por Conrad Lycosthenes Rubeaquense.

    Lugar de producción: Basel, Suiza

    El bestiario «Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon» es uno de los libros más extraños e impresionantes del mundo. Una verdadera enciclopedia de bestias y criaturas creado por Conrad Lycosthenes en 1557, en donde recopila todas aquellas criaturas que diversos viajeros habían descubierto a lo largo de la Historia.

    Su obra nombre completo es en realidad «Prodigiorum ac ostentorum chronicon, quae praeter naturae ordinem, et en superioribus et su inferioribus mundi regionibus, ab exordio mundi usque ad haec nostra tempora acciderunt«, y en él encontramos desde leopardos y hienas a otros seres más bien imaginarios.

    Lo verdaderamente misterioso de este libro es cómo Lycosthenes describe exactamente a algunos animales de los que muy difícilmente podía tener datos siquiera aproximados, como pueden ser el alce canadiense, el rinoceronte y el elefante de India o el papión negro, un primate de la familia de los babuinos de África meridional.

    Pero no sólo de éstos animales, sino que los expertos también destacan las descripciones del cocodrilo, el pelícano y el más llamativo de todos, el pájaro Dodo de Isla Mauricio, el cual fue descubierto oficialmente en 1598, es decir, más de 40 años después de la publicación del bestiario.

    Galería de dibujos de Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon

    Rinoceronte Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Si queréis ver más sobre este bestiario, podéis seguir los siguientes enlaces: Prodigiorum Ac I
    Prodigiorum Ac II

    Musaeum Clausum

    Musaeum Clausum

    Musaeum Clausum (Latin for Sealed Museum), también conocido como Bibliotheca abscondita (Biblioteca Secreta en latín), es un tratado escrito por Sir Thomas Browne que fue publicado por primera vez póstumamente en 1684. El tratado contiene descripciones de frases cortas de libros, imágenes y objetos supuestos, rumores o perdidos. El subtítulo describe el tracto como un inventario de libros notables, antigüedades, imágenes y rarezas de varios tipos, escasos o nunca vistos por ningún hombre que ahora vive. Su fecha se desconoce: sin embargo, se cita un evento del año 1673.

    Al igual que su Pseudodoxia Epidemica, Musaeum Clausum es un catálogo de dudas y consultas, sólo que esta vez, en un estilo que anticipa al escritor de cuentos argentino del siglo XX Jorge Luis Borges, quien en su día declaró: “Escribir libros vastos es un tanto laborioso; mucho mejor es ofrecer un resumen como si esos libros realmente existieran”.

    Browne, sin embargo, no fue el primer autor en participar en tanta fantasía. El autor francés Rabelais, en su épico Gargantua y Pantagruel, también escribió una lista de títulos de libros imaginarios y a menudo obscenos en su “Library of Pantagruel”, un inventario al que el propio Browne alude en su Religio Medici.

    A medida que la Revolución Científica del siglo XVII progresaba la popularidad y el crecimiento de las colecciones anticuarias, los que dicen albergar artículos altamente improbables crecían. Browne era un ávido cófono de antigüedades y especímenes naturales, que poseía un supuesto cuerno de unicornio, que le presentó Arthur Dee. El hijo mayor de Browne, Edward, visitó al famoso erudito Atanasio Kircher, fundador del Museo Kircherano de Roma en 1667, cuyas exposiciones incluían un motor para intentar el movimiento perpetuo y una cabeza de habla, que Kircher llamó su Oraculum Delphinium. Escribió a su padre de su visita al “club de rarezas” del sacerdote jesuita.

    El gran volumen de títulos de libros, fotos y objetos listados en Musaeum Clausum es el testimonio de la fértil imaginación de Browne. Sin embargo, sus principales editores, Simon Wilkin en el siglo XIX (1834) y Sir Geoffrey Keynes en el XX (1924), lo descarte sumariamente. Keynes consideró que su humor era demasiado erudito y “no al gusto de todos”.

    El tracto misceláneo de Browne también puede leerse como una parodia de la tendencia ascendente de colecciones de museos privados con sus curiosidades de origen dudoso, y quizás también de publicaciones como el llamado Museo Hermético (1678), una de las últimas grandes antologías de literatura alquímica, con su divulgación de conceptos y símbolos alquímicos cercanos en común.

    La lista de elementos es larga e intrincada: escritos ficticios de Aristóteles, Ovidio y Cicerón; una serie de cartas falsas entre Séneca y San Pablo; la imagen realizada desde una especie de submarino del pasto que crece en el fondo del mar Mediterráneo; dibujos de copos de nieve del Ártico; un huevo de avestruz con ilustraciones de la batalla de Alcázar; entre muchos otros objetos más valiosos que reales.

    La historia de la fascinante colección que nunca existió

    La época de las grandes exploraciones y descubrimientos, en los siglos XV al XVII, se destacó por el conocimiento y exploración de tierras lejanas, por el intercambio de productos de diversa índole y, claro, por la conquista de territorios. Durante esta época el conocido polímata inglés Thomas Browne publicó un curioso libro en donde describía una increíble colección que comprendía libros, pinturas y demás objetos rarísimos de lejanos lugares. Pero quizá lo más destacado de este tratado es que la colección era imaginaria.

    El Musaeum Clausum o Bibliotheca abscondita es básicamente el inventario de una colección de objetos y rarezas que no existen. Browne la escribió tal vez como una broma, como una sátira de la moda de la época, sobre todo en las clases altas, de tener colecciones ostentosas de los objetos más variados y traídos de los lugares más exóticos. Este tratado debe ser observado como un ejercicio de erudición de su autor; como una parodia de la tendencia de la época a poseer fastuosas colecciones.

    Este tratado debe ser observado como un ejercicio de erudición de su autor; como una parodia de la tendencia de la época a poseer fastuosas colecciones

    A las salas en donde se exponían dichas colecciones se les denominaba cuartos de maravillas; por supuesto a mayor riqueza en las piezas exhibidas mayor alcurnia y sofisticación de su dueño. A estas salas se les considera los antecesores de los museos modernos. En ellas se podían ver objetos raros y ejemplares de los tres reinos (los que en esa época se consideraban) de la naturaleza: animalia, vegetalia y mineralia. La belleza del reino fungi aún no era catalogada como tal.

    Estas colecciones y los catálogos de las mismas tuvieron gran trascendencia para el desarrollo de la ciencia moderna. Así pues, si bien estos inventarios eran comunes, el realizado por Browne es muy peculiar porque evidencia la gran imaginación de su autor y por estar hecho con gran humor intelectual. Aunque los objetos descritos eran imaginarios, Browne tuvo el tino de describir rarezas que, de existir, habrían entusiasmado a cualquier científico o erudito.

    Retrato de Thomas Browne y su esposa por Joan Carlile

    El Musaeum Clausum se describe así mismo como: inventario de libros notables, antigüedades, fotos y rarezas de varios tipos, escasos o nunca vistos por cualquier hombre que ahora vive. Algunos de estas piezas son las siguientes:

    • Cartas y obras de Aristóteles, Ovidio y Cicerón
    • Cartas entre Séneca y San Pablo.
    • Un antiguo herbario británico realizado por el médico Escribonio Largo, cuando atendió al Emperador Claudio en su expedición a Britania.
    • Un documento de Marco Tulio Cicerón describiendo sus dominios.
    • Manuscrito de puño y letra de Flavio Josefo.
    • Una imagen del gran Fuego que sucedió en Constantinopla en el Reino del Sultán Ahmed.
    • Medallas antiguas con inscripciones griegas y romanas encontradas en Crimea.

    El largo listado incluye casi noventa artículos imaginarios, todos dotados de gran interés… si existieran. El Musaeum Clausum fue publicado de forma póstuma en 1684. Su autor, Thomas Browne vivió del 1605 al 1682, murió exactamente el día de su cumpleaños número 77.

     

    Otros inventarios imaginarios

    Browne no ha sido el único en realizar un inventario imaginario. Por ejemplo en la obra Gargantúa y Pantagruel, la colección de novelas escritas por François Rabelais del siglo XVI, se menciona la colección de diversos libros imaginarios que en la obra es referida como “Biblioteca Pantagruel”. Debido al humor satírico y tono escatológico, los títulos de los tomos de esa biblioteca inventada son obscenos. Esta imaginaria colección fue conocida por el mismo Browne, pues él mismo habla de ella en su obra Religio Medici.

    Otros autores como Jorge Luis Borges, Umberto Eco, Chuck Palahniuk han mencionado libros imaginarios en sus obras; así mismo Isaac Asimov, Tolkien y Frank Herbert en Dune. Aquí viene a cuento lo que dice el mismo Borges: «Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario»; en el caso de Browne un inventario imaginario.

    Desde Sócrates, pero sobre todo a partir de los posteriores neoplatónicos y de Plotino (siglo II de nuestra era), se considera al conocimiento como algo inherente a cada ser humano, ocluido por el “contrato” que se firma al nacer y que consiste en beber de las “aguas del olvido”. Y ha continuado como una tradición hoy sólo sostenida por la literatura fantástica, el ocultismo o ciertas versiones del orientalismo. Pero el acceso a esa memoria se presume cercano al absoluto; es decir, hay que recordar con exacta precisión hasta los detalles más nimios. Es también por eso la obsesión de los renacentistas al inferir que recobrar la memoria es despertar a la vida y al conocimiento.

    Todo esto forma parte central de la preocupación renacentista por recobrar los tesoros del saber perdidos. Hay que decir que apenas hasta hace muy poco se han encontrado nuevos y eficientes métodos de conservación fotográficos y ahora digitales; antes, la pérdida de libros o artefactos era considerada una verdadera catástrofe. En este contexto hay que situar el libro de Thomas Browne, que con seriedad fundamentada plantea que la imaginación es un método válido de exploración y restauración de nuestro pasado.

    El magnífico catálogo de Browne abreva, no sin un toque de ironía y comedia, del azar del recuerdo, del mito no como fantasía, sino como la recopilación de las historias del origen que componen el mapa de navegación de nuestra interioridad. La lista del Musaeum Clausum sobrevive, al igual que el recuerdo heredado de la Biblioteca de Alejandría, como una lista de fantasmas que nos hablan de la profunda melancolía de la pérdida que persiguió al espíritu del Renacimiento, y que nos persigue hasta el día de hoy.

    El manuscrito Mathers

    El manuscrito Mathers

    En 1880 el reverendo Woodford encuentra, en una librería de segunda mano de Londres, unos manuscritos cifrados a los que acompaña una carta, escrita en alemán, según la cual quien descifre el texto podrá entrar en contacto con una sociedad secreta alemana llamada SDA (Sapiens Donabitur Astris). Se supone que esta sociedad custodia arcanos que serían revelados a quien hiciese méritos para ello. Woodford, que es masón, comunica el hallazgo a dos hermanos, el doctor Woodman y el doctor Wynn Westcott, que además de masones son expertos cabalistas.

    William Wynn Westcott con un traje ceremonial. Foto: Wikipedia.

    El manuscrito está cifrado según un método de Tritemo que ellos conocen, por lo que les resulta fácil ponerlo en claro, descubriendo que los sesenta folios de papel algodón contienen la descripción de cinco rituales iniciáticos. Siguiendo las instrucciones del texto entablan correspondencia con una tal Anna Sprengel de la SDA, la cual les encarga la creación de una rama inglesa de la sociedad secreta alemana Die Goldene Diimmerung, Golden Dawn en inglés, Aurora Dorada en español.

    Para ayudarlos en su tarea contactan con otro masón, Samuel Liddell Mathers, que redacta los rituales mágicos fundacionales partiendo del contenido del manuscrito, al que añade material de su cosecha, y lo completa con mensajes recibidos por su señora mediante telepatía. Y así, Woodman, Westcott y Mathers (que ahora se hace llamar MacGregor) fundan en 1887 la sociedad ocultista más influyente en la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX, la Orden Hermética Golden Dawn, a la que pertenecerán figuras de las artes y las letras como W.B. Yeats, Arthur Machen, Algernon Blackwood, A.E. Waite, Florence Farr, Maud Gonne o Evelyn Underhill, así como físicos, matemáticos, militares, médicos e intelectuales de diversas ramas. El hombre que desencadenó todo, el reverendo Woodford, había fallecido poco antes.

    Más tarde se incorporaría la bestia parda de Aleister Crowley, que colaboraría eficazmente a que los miembros principales de la Golden Dawn se tirasen los trastos a la cabeza y varios de ellos se marcharan a fundar sus propias sociedades secretas. Pero esa es otra historia.

    En fechas posteriores la investigación de los textos en alemán de las cartas pondrían en evidencia que están llenos de anglicismos y de formas de redactar extrañas a la lengua alemana, por lo que puede sospecharse con fundamento que fueron escritos por británicos. Y si las cartas son una falsificación, el propio manuscrito podría haber sido inventado por Mathers o Westcott. O escrito por un tercero que engañó a ambos. A favor de la autenticidad del manuscrito está el hecho de que el papel lleva marca de fabricación de 1809 y el texto contiene la transcripción correcta de jeroglíficos egipcios, cuya traducción solo pudo hacerse a partir de la interpretación de la Piedra Rosetta por Champollion en 1822. Pero, claro está, el manuscrito no tuvo por qué escribirse en la fecha de fabricación del papel, sino años más tarde.

    Tampoco se ha encontrado rastro de la tal Anna Sprengel ni de su sociedad secreta. Ellic Howe formuló la teoría de que Westcott siguió el modelo de Blavatsky con las Estancias de Dzyan, es decir, inventó un manuscrito otorgado supuestamente por entes desconocidos para legitimar la fundación de la Golden Dawn. Miembros actuales de dicha sociedad han rebatido esta teoría.

    Manuscrito cifrado de Mathers, página 13. Foto: Wikipedia.

    En definitiva, el origen real del manuscrito cifrado permanece aún en el misterio, pero la sociedad ocultista que se creó a partir de él influyó poderosamente en la cultura de su época.

     

     

     

     

     

    Página de la Poligrafía de Tritemo, libro que contenía la clave para descifrar el manuscrito. Foto: Wikipedia.

    Lengua Hitita

    Descubren una lengua perdida en tablillas hititas

    Un texto ritual que nadie puede traducir

    Nadie sabe qué dice la curiosa escritura cuneiforme, pero parece ser una lengua perdida hace más de 3.000 años

    ¿La última gran lengua por descifrar? Descubren un nuevo idioma indoeuropeo relacionado con el hablado en Troya. Redacción EM

    Nuestra comprensión de la civilización hitita se basa principalmente en las tablillas descubiertas en Bogazköy (la antigua Hattusas), situada en el centro de Anatolia, junto al río Kizil-irmak, en la actual Turquía. Bajo la supervisión del Instituto Arqueológico Alemán, las excavaciones en la antigua capital del Imperio hitita desde el reinado de Hattusili I han producido aproximadamente 30.000 tablillas de arcilla durante el último siglo. Estas tablillas, inscritas con escritura cuneiforme, ofrecen valiosos testimonios sobre la vida social, política, comercial, militar, religiosa, legislativa y artística del segundo milenio antes de Cristo.

    El estudio de estas tablillas, escritas mayoritariamente en lengua hitita-nesita (la lengua indoeuropea más antigua conocida), ha llevado al sorprendente descubrimiento de una lengua indoeuropea previamente desconocida.

    El profesor Daniel Schwemer, director de la Cátedra de Estudios del Antiguo Cercano Oriente en la Universidad Julius-Maximilians (JMU) de Würzburg, Alemania, anunció el hallazgo. Mientras descifraba un texto ritual de una de las tablillas, encontró segmentos en un idioma no reconocido. El ritual hitita mencionaba este nuevo idioma como la lengua de la tierra de Kalašma, ubicada en el noroeste del territorio hitita, posiblemente cerca de las actuales Bolu o Gerede.

    Los hititas tenían un interés especial en documentar rituales en lenguas extranjeras. Schwemer señaló que no fue del todo inesperado encontrar otra lengua en los archivos de Boğazköy-Hattusha, ya que los hititas solían registrar rituales en diversos idiomas.

    Elisabeth Rieken, especialista en lenguas antiguas de Anatolia en la Philipps-Universität Marburg, apoyó la hipótesis de Schwemer, sugiriendo similitudes entre el idioma descubierto y el luvita, hablado en la histórica Troya, no la ciudad griega, sino una ciudad palaciega de la Edad del Bronce.

    Comprende asimismo las tablillas del Tratado de Quadesh, firmado entre los hititas y Egipto. Este célebre tratado de paz perpetua garantizaba la paz y la seguridad en toda la zona.

    También se encuentran en estas tablillas muchas obras literarias, de carácter principalmente épico y mitológico. Algunas de las más importantes narran las hazañas y las querellas de los dioses, quienes en sus rasgos esenciales se diferencian poco de los de otros pueblos del Oriente Medio.

    La civilización de los hititas, emparentada con las de Akkad y Sumer, no estuvo exenta de influencias egipcias y hurritas; por otra parte, parece haber influido a su vez en las artes del Egeo.

    Aunque las palabras específicas de este nuevo idioma aún no se han descifrado, el contexto proporcionado por el texto hitita circundante, ya interpretado, ha mejorado la comprensión.

    Este descubrimiento no solo implica encontrar un nuevo idioma; también profundiza nuestro entendimiento del paisaje cultural y lingüístico de los hititas. Conocidos por su interés en los idiomas extranjeros y la preservación de rituales de diferentes culturas, las tablillas de arcilla hititas a menudo contienen citas en varios idiomas indoeuropeos, reflejando un rico intercambio cultural y preservación.

    Los textos cuneiformes de Boğazköy-Hattusha incluyen pasajes en luvita y palaico, otras dos lenguas indoeuropeas de Anatolia relacionadas con el hitita, así como en hático, una lengua no indoeuropea. Ahora, también se puede agregar el lenguaje de Kalasma a esta lista.

    Estos hallazgos sugieren que pueden existir más idiomas esperando ser descubiertos entre los registros hititas. Este potencial hace que las excavaciones en Turquía no solo sean una cuestión de desenterrar el pasado, sino de mapear las complejas redes lingüísticas y culturales que moldearon las civilizaciones antiguas.

    En un futuro próximo, es probable que dispongamos de más información gracias a la profesora asociada a la Universidad de Ankara, Özlem Sir Gavaz. Ella pretende descifrar más de 1.954 tablillas hititas utilizando inteligencia artificial (IA) para obtener la mayor cantidad de información posible sobre esta antigua civilización. Las tablillas, procedentes de diversas colecciones turcas como el Museo Çorum, el Museo Arqueológico de Estambul y el Museo de las Civilizaciones de Anatolia de Ankara, ya están siendo escaneadas y digitalizadas para facilitar y acelerar el análisis, gracias a la capacidad de la IA para identificar patrones y procesar datos rápidamente.

    En este sitio de excavación al pie de Ambarlikaya en Boğazköy-Hattusha, en Turquía, se descubrió una tablilla cuneiforme con una lengua indoeuropea previamente desconocida. / Crédito: Andreas Schachner / Deutsches Archäologisches Institut.

    Las excavaciones en Boğazköy-Hattusha se llevan a cabo desde hace más de 100 años bajo la dirección del Instituto Arqueológico Alemán. Hasta ahora se han encontrado allí casi 30.000 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme. Estas tablillas, que fueron incluidas en el Patrimonio Documental Mundial de la UNESCO en 2001, proporcionan una rica información sobre la historia, la sociedad, la economía y las tradiciones religiosas de los hititas y sus vecinos.

    En la imagen, una tablilla en hitita hallada en Boğazköy-Hattusha, la antigua capital del imperio, hoy Bogazkoy, en Turquía. NUTCAT (GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO).

    Boğazköy-Hattusha, incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1986, ha sido durante siglos un centro muy importante en Anatolia como capital del Imperio hitita.

    Se está realizando una clasificación más precisa del nuevo idioma

    Al estar escrito en un idioma recién descubierto, el texto kalasmaico es todavía en gran medida incomprensible. La colega del profesor Schwemer, la profesora Elisabeth Rieken (Universidad de Marburg), especialista en lenguas antiguas de Anatolia, ha confirmado que el idioma pertenece a la familia de las lenguas indoeuropeas de Anatolia.

    Según Rieken, a pesar de su proximidad geográfica al área donde se hablaba palaico, el texto parece compartir más características con la lengua luvita. La estrecha relación entre la lengua de Kalasma y los otros dialectos luvitas de Anatolia de la Edad del Bronce Final será objeto de más investigaciones.

    Fuente: Universidad Julius-Maximilians (JMU) de Würzburg | 21 de septiembre de 2023

    Tablillas cuneiformes

    Otra tablilla cuneiforme

    La Biblioteca de Hattusa

    Estado actual del gran templo de Teshub, sede de la biblioteca de Hattusa

    Introducción

    En el Próximo Oriente antiguo no existían las bibliotecas y los archivos tal y como los entendemos en la actualidad. A día de hoy, las dos funciones, inseparables la una de la otra, que cumple un archivo son las de conservar el patrimonio documental de la cultura en la que se inscribe, y difundir y facilitar su conocimiento a la sociedad que los ha producido. Por el contrario, en el Antiguo Oriente estos archivos se ubicaban en los templos y palacios, y solo tenían acceso a ellos los reyes, los sacerdotes y los escribas.

    En la actualidad se calcula que existen distribuidas por los museos y entidades científicas entre 700.000 y 1.000.000 tablillas de arcilla, de las cuales en torno a un 10% son textos literarios. Además, se ha estimado que, solo durante el periodo de tiempo que transcurre entre el 1500 y el 300 a.C., existieron más de 200 archivos y bibliotecas, distribuidos a lo largo de más de 50 ciudades diferentes de todo el Próximo Oriente antiguo.

    Mapa de la península de Anatolia que señala la ubicación de Hattusa

    Singularidades de la Biblioteca de Hattusa

    Las fuentes de conocimiento que tenemos para descubrir la Historia del reino de Hatti son algunas de las más singulares y particulares de todas las civilizaciones próximo orientales. Esto se debe a que todo lo que conocemos sobre la civilización hitita es casi exclusivamente a través de los archivos locales, es decir, que prácticamente no se habla nada de los hititas fuera del propio reino de los hititas.

    A pesar de que los dos archivos más importantes son sin duda los ubicados en Büyükkale, la ciudadela de la capital hitita, Hattusas (la actual Bogazköy, al este de Ankara), y en el templo de Nisantepe, al suroeste de la ciudadela, la arqueología también ha revelado la existencia de archivos menores en las ciudades hititas de Tappiga, Sapinuwa y Sarisa. Aunque el arqueólogo francés Ernest Chantre había sido el primero en hacer una pequeña excavación entre 1893 y 1894, no es hasta 1906 cuando empiezan las verdaderas primeras excavaciones arqueológicas de la zona por el Instituto Arqueológico Alemán del que formaban parte el arqueólogo alemán Hugo Winckler y el otomano Theodore Makridi Bey.

    Solo durante las dos primeras campañas de excavación, entre 1906 y 1912, se descubrieron en el yacimiento arqueológico cerca de 25.000 fragmentos de tablillas de arcilla que según se ha calculado podrían haber pertenecido a unas 10.000 tablillas completas. Años más tarde, entre 1930 y 1939, el arqueólogo alemán Kurt Bittelsacaría a la luz más de 6.000 nuevas tablillas. En su conjunto, las temáticas predominantes en estos documentos, fechados a lo largo de toda la Historia del Imperio Hitita, son las administrativas, legislativas y literarias, aunque también llaman la atención el conjunto de textos que proponen remedios para tratar incapacidades como la impotencia sexual, los de oraciones para combatir la brujería, o los de mitología.

    Estado actual de parte de Hattusa

    Aportaciones de la Biblioteca de Hattusa

    Uno de los primeros rasgos extraordinarios de este gran archivo real es que las tablillas se han encontrado hasta en ocho lenguas diferentes, que van desde el hitita hasta el acadio, pasando por el luvita, el hurrita o el jeroglífico egipcio. De hecho, uno de los textos más reproducidos en múltiples lenguajes fue el Poema de Gilgamesh, la epopeya sumeria que supone la obra épica más antigua de la Historia.

    Sin embargo, la aportación más importante del archivo de Büyükkale al conocimiento del mundo hitita es su literatura histórica, puesto que, a diferencia de la de las otras civilizaciones próximo orientales que no aportan nada de información o la aportan de una forma totalmente exagerada y laudatoria, se caracteriza por su realismo y verosimilitud. En estos textos es el propio rey (hay literatura histórica de tiempos del reinado de Telepinu, Supiluliuma, Mursil II y Hatusil III ) el que cuenta en primera persona los acontecimientos que han pasado durante su reinado, utilizando para ello con frecuencia el estilo directo de narración y el diálogo.

    Sin duda, uno de los textos más trascendentales hallados en estos archivos de Hattusa fue la tabla de arcilla de grandes dimensiones que contenía el Tratado de Qadesh, hallado por Hugo Winckler en su primer año de excavación. Este tratado realizado en 1259 a.C. sirvió para sellar la paz entre el imperio egipcio del faraón Ramsés II (1279-1213 a.C.) y el imperio hitita del rey Khattushili III (1267-1237 a.C.), después de la batalla acontecida en las proximidades de la ciudad de Qadesh, a orillas del río Orontes en el año 1274 a.C.

    Los singulares rasgos de este tratado de paz, el más antiguo de la Historia conservado en la actualidad, buscaban satisfacer a la vez a ambas potencias, de tal modo que, aunque la batalla hubiera terminado en empate, los dos soberanos pudieran publicitarlo en sus reinos como si de una gran victoria se tratase. Entre estos se encontraba un pacto de no agresión, una alianza defensiva, una amnistía para los refugiados, un acuerdo de extradición, y una cláusula para salvaguardar la sucesión real en ambos imperios.

    The Smithfield Decretals

    The Smithfield Decretals

    Hay libros que con el tiempo en lugar de volverse más aburridos, se transforman en todo un misterio. Esta colección de leyes canónicas se escribió en el siglo XIII bajo órdenes del Papa Gregorio IX. En ese entonces parecía ser un aburrido manual religioso sobre cómo deben comportarse los antiguos caballeros o personas del pueblo. Cuentan los especialistas que el texto llegó a ser tan irritante en el ámbito normativo que los ciudadanos llegaron a odiarlo.

    Lo extraordinario son las ilustraciones que acompañan el volumen. “The Smithfield Decretals” cuenta con muchas imágenes de conejos gigantes homicidas, un Yoda medieval, la lucha entre osos grises y unicornios, así como algunas extrañas prácticas entre humanos y animales. Estas excentricidades al parecer eran muy comunes hace tiempo, aunque aún no se sabe lo cotidiano que era una lucha entre un caballero y un caracol gigante.

    Decretales de Smithfield

    Las Decretales de Smithfield son una copia de las Decretales glosadas del Papa Gregorio IX (r. 1227-1241), famosas por su extraordinario programa de iluminación marginal. Se conservan aproximadamente 675 manuscritos de este texto, que fue una obra fundamental para el estudio jurídico  durante la Edad Media. De este grupo, las Decretales de Smithfield son, con diferencia, la copia más iluminada, con cada una de sus 626 páginas de texto adornadas con imágenes.

    El volumen fue copiado en el sur de Francia, probablemente en Toulouse o cerca de ella, a principios del siglo XIV. Allí fue decorado con ilustraciones que marcan el inicio de cada uno de los cinco libros del texto. En 1340, el manuscrito estaba en Londres, donde su propietario encargó a un grupo de artistas locales que añadieran una lista iluminada de los temas tratados en las Decretales al comienzo del texto y llenaran sus amplios márgenes con imágenes narrativas y motivos decorativos.

    Los iluminadores de Londres pintaron dos conjuntos de bordes en cada página, uno alrededor del texto principal y otro alrededor de la glosa (o comentario) y colocaron monstruos, grotescos y otras escenas en los espacios entre las columnas de texto. También llenaron los márgenes inferiores con escenas, la mayoría de las cuales relatan historias que se desarrollan a lo largo de muchas páginas. Estas secuencias narrativas relatan cuentos de una variedad de fuentes, incluida la Biblia, vidas y milagros de santos, romances, fábulas morales y parodias.

    Una serie de imágenes, que marca el inicio del texto, muestra la promulgación, distribución y estudio de las Decretales. Una ilustración central (imagen nº 1), pintada por un artista francés, muestra a Gregorio IX, acompañado de cardenales y clérigos, organizando la distribución de copias de la obra.

    En el siglo XV, el manuscrito estaba en posesión del priorato agustino de San Bartolomé en Smithfield, ubicado a las afueras de las murallas medievales de Londres. La marca de propiedad del priorato estaba inscrita en la primera hoja del manuscrito durante este tiempo. Posteriormente pasó a formar parte de la Antigua Biblioteca Real a principios del siglo XVI.

    Aquí se exponen algunas de sus ilustraciones, una gran cantidad de estas se pueden encontrar en: https://stilustan.files.wordpress.com/2014/09/kc3b3dexmargc3b3.pdf

    Libro de Soyga

    Libro de Soyga

    Retrato de John Dee, famoso ocultista que poseía una copia del Libro de Soyga

    Género: Tratado

    Tema(s): Magia

    Edición original en latín

    Título original: Aldaraia sive Soyga vocor

    Fecha de publicación: Siglo XVI

    Edición traducida al español

    Título: Libro de Soyga

    Contenido

    Liber Aldaraia; Liber Radiorum; Liber decimus septimus

    El Libro de Soyga, también titulado Aldaraia, es un tratado de magia en latín del siglo XVI, uno de cuyos ejemplares fue propiedad del erudito isabelino John Dee. Tras la muerte de Dee, este grimorio se creyó perdido hasta 1994, cuando se localizaron dos manuscritos en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8) y en la Biblioteca Bodleiana (Bodley MS. 908), bajo el título de Aldaraia sive Soyga vocor, por la estudiosa de Dee Deborah Harkness. La versión Sloane MS 8 también se describe como Tractatus Astrologico Magicus, aunque ambas versiones difieren sólo ligeramente.1

    Procedencia

    El político y astrólogo Elias Ashmole registró que el duque de Lauderdale poseía un manuscrito titulado Aldaraia sive Soyga vocor que anteriormente había pertenecido a Dee. El manuscrito se vendió en una subasta en 1692 y ahora es probablemente el Sloane MS 8, según la identificación de Jim Reeds. El Bodley MS. 908 fue donado a la Biblioteca Bodleiana en 1605.2

    Contenido

    Jim Reeds señala que el Bodley MS. 908 consta de 197 páginas que incluyen el Liber Aldaraia (95 hojas), el Liber Radiorum (65 páginas) y el Liber decimus septimus (2 páginas), así como una serie de obras más cortas y sin nombre que suman aproximadamente diez páginas. Las últimas 18 páginas del manuscrito contienen 36 tablas de cartas. El manuscrito Sloane MS 8 consta de 147 páginas, en su mayoría idénticas a las del manuscrito Bodley, con la excepción de que las tablas de cartas aparecen en 36 páginas, y el Liber Radiorum se presenta en una versión resumida de dos páginas.1

    Entre los conjuros e instrucciones sobre magia, astrología, demonología, listas de conjunciones, mansiones lunares y nombres y genealogías de ángeles, el libro contiene 36 grandes cuadrados de letras que Dee no pudo descifrar. Se citan tratados mágicos medievales desconocidos, incluyendo obras conocidas como liber E, liber Os, liber dignus, liber Sipal y liber Munob.3

    Análisis

    Jim Reeds, en su breve obra John Dee and the Magic Tables in the Book of SoygaJohn Dee y las tablas mágicas en el Libro de Soyga» en español), que también apareció abreviada en un ensayo,4​ señala una propensión a registrar palabras al revés en el MS, citando como ejemplos «Lapis» invertido como «Sipal», «Bonum» invertido como «Munob», y el título del MS, Soyga, como «Agyos», literis transvectis, revelando una práctica que buscaba oscurecer algunas de las obras citadas. Soyga es “Agios” (en griego, “Santo”) escrito al revés.

    Reeds escribe:

    «La preocupación del Libro de Soyga por las letras, la aritmética del alfabeto, la escritura al revés similar a la hebrea, etc., es, por supuesto, característica de la nueva magia cabalística que se hizo popular en el siglo XVI, ejemplificada por la gran compilación de Agrippa de Nettesheim (1486-1535), y que toma prestada la autoridad tanto del interés humanista renacentista por la Cábala expresado por figuras como Pico y Reuchlin como de la supuesta antigüedad bíblica de la Cábala».

    De las mesas cuadradas que obsesionaban a Dee, Reeds continuó: «Aunque… no son en sí mismas un rasgo característico de la Cábala tradicional, en la época de Agrippa se habían convertido en una parte integral de la Cábala mágica cristiana».3

    Significado

    En 1556, Dee le propuso a la reina María de Inglaterra la fundación de una biblioteca nacional inglesa, pero su plan no se llevó a cabo. En consecuencia, Dee amasó con sus fondos personales la mayor biblioteca de Inglaterra de la época, compuesta por al menos 3.000 volúmenes impresos y un gran número de manuscritos. La biblioteca fue robada durante el viaje de seis años de Dee a la Europa continental entre 1583 y 1589, y Dee se vio obligado a vender muchos más volúmenes a su regreso debido a problemas económicos. Tras su muerte, en 1608 o 1609, los aún considerables restos de la reconocida biblioteca fueron saqueados hasta que no quedó nada.5

    Durante el largo viaje de Dee al continente, trató de contactar sobrenaturalmente con ángeles a través de los servicios del vidente Edward Kelly. Sobre el tema del Libro de Soyga, Dee afirmó haber interrogado al arcángel Uriel sobre el significado del libro y le pidió orientación. La respuesta que recibió Dee fue que el libro había sido revelado a Adán en el Paraíso por ángeles, y que sólo podía ser interpretado por el arcángel Miguel.6

    Después de que Harkness redescubriera las dos copias del libro, Jim Reeds descubrió la fórmula matemática utilizada para construir las tablas (comenzando con la palabra clave dada para cada tabla), e identificó errores de varios tipos cometidos por los escribas de los manuscritos. Demostró que un subconjunto de errores era común a las dos copias, lo que sugería que derivaban de un ancestro común que contenía ese subconjunto de errores (y que, por tanto, era presumiblemente una copia de otra obra).

    Aunque Reeds descifró el algoritmo de construcción y las palabras clave utilizadas en la elaboración de las tablas, el contenido real y el significado de las tablas siguen siendo un misterio. Escribe: «El tratado del Libro de Soyga que habla de las tablas, Liber Radiorum, tiene una serie de párrafos en los que se mencionan las palabras clave de veintitrés de las tablas, junto con secuencias de números que guardan una relación desconocida con las palabras».7

    Escrito en Latín, el Libro de Soyga no resulta tan fácil de traducir como cabría esperar. Aunque no parece que Dee llegara a descifrar con éxito el libro codificado, los historiadores actuales y decodificadores han conseguido traducir la parte del texto que está en latín, descubriendo así la temática general acerca de la cual se escribió el libro. Parece tratar de creencias propias de la magia del Renacimiento e identifica diversos ángeles y demonios, además de describir un inusual alfabeto y múltiples secuencias de palabras invertidas. Además, en él abundan los símbolos numéricos que llevan a muchos especialistas a creer que el libro tiene algo que ver con la Cábala Cristiana, un texto escrito a partir de la Kabbalah judía desde una perspectiva cristiana. (Aunque el propósito de la Cábala varía, es en esencia un conjunto de enseñanzas que arroja luz sobre la manera en que el infinito interactúa con el mundo físico, dependiendo de las particulares tradiciones de cada uno). Estos factores provocan conjuntamente que la intención del texto resulte muy imprecisa—es sólo porque el autor lo escribió parcialmente en latín que se puede entender un énfasis en astronomía, alquimia, ángeles y elementos de la naturaleza. Más sorprendente aún, no obstante, es el hecho de que los comentarios sobre símbolos, números y los específicos sobre alquimia contenidos en el texto siguen envueltos en el misterio, ya que ciertos signos no han podido traducirse o descifrarse debidamente (ver la obra de Jim Reeds).

    ‘Los Cuatro Temperamentos’ por Charles Le Brun (Wikimedia Commons).Los temperamentos colérico, sanguíneo, melancólico y flemático se creía que estaban causados por exceso o carencia de alguno de los cuatro humores.

    El Libro de Soyga está formado por 36 tablas (o apartados), dentro de las cuales se tratan numerosos temas. El cuarto apartado, por ejemplo, habla de los cuatro elementos principales—fuego, aire, tierra y agua—y de cómo se extendieron por todo el universo. El quinto, de los humores medievales: sangre, flema, bilis roja y bilis negra. Los signos astrológicos y los planetas son tratados extensamente y en detalle, perteneciendo cada signo a un planeta específico (Venus a Tauro, por ejemplo) y a continuación el Libro 26 da inicio con una larga descripción del “Libro de los Rayos”, cuya finalidad es “la comprensión de los males universales.”

    John Dee y Edward Kelley alcanzaron a comprender la importancia de este texto durante una de sus largas conversaciones espirituales, en la que el propio Dee preguntó a los ángeles si este libro, que descansaba en una estantería de su amplia biblioteca personal, poseía algún valor. Ambos consiguieron comunicar supuestamente con el ángel Uriel, patrón de los siete sacramentos católicos y de la poesía, y este Arcángel amplió el conocimiento de Dee sobre el Libro de Soyga. Se tiene noticia de que Uriel afirmó que el texto estaba relacionado con el tiempo anterior al tiempo—en referencia a la época en la que vivió Adán, antes de la creación de Eva y de la Caída del Hombre. No obstante, Uriel continuó diciendo que solo el arcángel Miguel, guerrero de Dios contra el mal y el error, podría interpretar de manera precisa la obra.

    Según John Dee, sólo el arcángel San Miguel podría descifrar el verdadero significado del Libro de Soyga (Wikimedia Commons)

    Los estudiosos de la obra de Dee y de lo oculto creen que el Libro de Soyga influyó en gran medida en los trabajos posteriores de Dee y Kelly sobre la magia Enoquiana. Se pueden apreciar grandes similitudes entre la obra de Dee en la Monas Hieroglyphica y acerca del lenguaje Enoquiano, y los elementos contenidos en el Libro de Soyga—de los cuales no es el menos importante la curiosa manera en la que unos y otros textos fueron escritos.

    Sería por tanto un inmenso error creer que, aun siendo el Libro de Soyga un misterio, fue pasado por alto por el hecho de estar olvidado en un estante de la biblioteca personal de Dee. Es perfectamente posible que el libro influyera en su obra mucho más de lo que nos podemos dar cuenta en la actualidad, y también mucho más de lo que podemos comprender en el presente sin la ayuda de una traducción adecuada tanto del lenguaje Enoquiano como del Libro de Soyga.

    El libro de Soysa 

    (Aldaraia Sive Soyga Vocor)

    Dee: ¿Mi Libro de Soyga es de alguna excelencia?

    Uriel: Este libro fue revelado a Adán en el Paraíso por los ángeles buenos de Dios.

    Dee: […] Oh, mi gran y largo deseo fue poder leer esas Tablas de Soyga
    [Cinco Libros de Misterio, 10 de marzo de 1582] Durante siglos, todo lo que se supo sobre el misterioso grimorio medieval llamado el Libro de Soyga (o Aldaraia) provino de unas pocas referencias dispersas en los diarios del Dr. John Dee y de reproducciones de ocho de las Placas de Soyga adjuntas al final del Libro de Dee del propio Loagaeth. Dee obviamente consideró el Libro de Soyga en alta estima. Su inclusión de algunas de sus Tabletas con, y similares a, sus Tabletas Loagaeth siempre ha sugerido una conexión entre Soyga y la magia angelical de Dee. Sin embargo, con tan poca información disponible en el Libro de Soyga, no había esperanza de trazar un hilo histórico.

    Esto finalmente cambió en 1994, cuando la académica Deborah Harkness descubrió dos copias del texto: una en la Biblioteca Bodleian (Bodley MS 908) y la otra en la Biblioteca Británica (Sloane MS 8, que puede haber sido una copia de Dee), cada una de las cuales había sido catalogado bajo el título alternativo Aldaraia, por lo que generaciones engañosas de eruditos Dee habían buscado un libro titulado Soyga. Desafortunadamente, desde su redescubrimiento, se ha escrito poco sobre el Libro de Soyga y aún no se ha ofrecido ninguna copia del libro para su publicación. La conversación citada al principio de esta sección tuvo lugar entre Dee y el Arcángel Uriel., en marzo de 1582. En respuesta a las preguntas de Dee sobre Soyga, Uriel sugirió que sólo el Arcángel Miguel podía revelar los misterios de las Tablas. Sin embargo, hasta donde sabemos, Dee nunca le pidió a Michael que se los explicara. En algún momento del año siguiente, Dee parece haber extraviado su copia del Libro de Soyga. En abril de 1583, Dee le pidió al ángel IIlemese información sobre su libro árabe perdido de Placas y Números. Desafortunadamente, Illemese no tenía el Libro de Soyga en la misma estima que Uriel, sino que lo llamó un trabajo de falsa hechicería. Después de una discusión sobre el asunto, Dee finalmente cambia de tema al (también perdido) Libro de Enoc, que Illemese promete entregar.

    Mientras tanto, exploremos este oscuro libro de Soyga. Las Tablas Soyga son grandes cuadrados mágicos (36 x 36 celdas) llenos de letras generadas por una palabra clave (una asociada con cada Tabla) a través de algún algoritmo de cifrado desconocido. ¡El cifrado era tan complicado que ni siquiera el genio de Dee pudo descifrarlo en su “gran y largo deseo” de finalmente leer el texto!

    El mejor estudio del texto hasta la fecha es John Dee and the Magic Tables in the Book of Soyga de Jim Reeds. Su interés por Soyga surge de las tablas cifradas y logró descifrarlas donde Dee falló. Sin embargo, no es necesario entrar aquí en detalles sobre su trabajo criptográfico. No se reveló nada místico al encontrar el método utilizado para generar las Tablas (es decir, no produjeron una escritura legible; en cambio, las letras representan un algoritmo matemático). La magia probablemente sea inherente a la palabra clave en la que se basa cada tabla, pero aún no se ha trabajado para explorar los orígenes lingüísticos de las palabras clave.

    De mayor interés para nosotros aquí, Reeds también ofrece una descripción (relativamente) detallada de todo el Libro de Soyga, que tomó de copias en microfilm de los manuscritos. Lo ubica aproximadamente en el período medieval tardío, y los textos que estudió (los manuscritos de Sloane y Bodley) son del siglo XVI. Se trata de la versión Sloane del manuscrito que también lleva el título Aldaraia Sive Soyga vocor, aunque ambos ejemplares fueron catalogados con ese título. La misma copia también identifica el texto como un misterio astrológico – Tractatus Astrologico Magicus – lo cual no es inusual para un texto de su época. (En ese momento, la astrología estaba en la corriente principal de la práctica médica). Soyga se divide principalmente en tres partes, respectivamente llamadas

    Liber Aldaraia, Liber Radiorum y Liber Decimus Septimus. También siguen varias adiciones al texto sin nombre, que terminan con las 36 Tablas Mágicas que fascinaron e inspiraron el corazón de John Dee. En realidad, el texto latino completo comienza como un típico grimorio medieval. Si alguien ha visto una copia de la Llave del Rey Salomón, ha visto un ejemplo de este tipo de literatura. Hay listas de demonologías y conjuros llenos de invocaciones bárbaras clásicas (probablemente descendientes de los gnósticos):

    Adracty, Adaci, Adai, Teroccot, Terocot, Tercot, Herm, Hermzm, Hcrmzisco, Cotzi, Cotzizi, Cotzizizin, Zinzicon, Cinzccohon, Cinehccon, Saradon, Sardun, Sardcon, Bclzebuc, Belzscup. Békupe. Saraduc, Sarcud, Care, Sathanas. Satnas, Sacsan, Contion, Conoi. Conoison, Satnei, Sacsan, Sappi, Danarcas, Dancas, Dancasnar [Aldaraia. Bodley MS 908, folio 51] Ambas copias del grimorio también se refieren a Adán (a quien, según le dijo Uriel a Dee, se le había dado este libro en el Paraíso) con el nombre místico de “Zadzaczadlin”. A medida que avancemos en nuestro estudio de la magia angelical de Dee, veremos en qué se parece su trabajo a este material.

    Una vez más, al igual que la Llave de Salomón, es la astrología y la alquimia las que forman el corazón de los hechizos mágicos de Soyga, aspectos clásicos del misticismo protohermético cristiano medieval. Esto nos da algunas pistas importantes sobre la filosofía central detrás de los misterios impartidos a Dee y Kelley, que también están repletos de referencias alquímicas y astrológicas. Reeds señala que Soyga es algo único en el sentido de que no reclama ninguna autoridad mitológica. No está escrito por ningún pseudo-Enoc o pseudo-Salomón, e incluso el reclamo de la propiedad de Adán en el Paraíso proviene de Uriel hablando a través de Edward Kelley, no del texto en sí. Esto me sugiere que el libro era un libro de trabajo de un mago practicante y no algo escrito exclusivamente para su publicación.

    Por otro lado, hace referencia a varios tratados médicos medievales: libros misteriosos llamados Liber E y Liber Os. Quizás esto sea menos significativo para la magia angelical de Dee que para el posterior movimiento rosacruz. Hay alguna evidencia que sugiere la participación de Dee en (o influencia en) la escena del movimiento en la Alemania del Renacimiento temprano. El documento fundacional de este movimiento, la Fama Fraternitatus, publicada por médicos a mediados del siglo XVII (después de la muerte de Dee), contiene muchas referencias oscuras a textos como Liber M , Liber I y Liber T. Más relevante para el sistema enoquiano.

    El énfasis de Dee en la escritura mística en el Libro de Soya, especialmente la práctica (Lapis Munob, Bonun – latín para bien) y el Retap Retson (Pater Noster), se utiliza a lo largo del texto e incluso el título del libro es una traducción del Palabra griega Agyos, que significa “Santo”. Reeds describe una abundancia del mismo tipo de gematría y juegos de palabras que se encuentran en el Libro II de la Filosofía Oculta de Agripa. A las letras se les asignan valores numéricos (nuevamente como en hebreo), así como correspondencias ocultas, y se recombinan y permutan de diversas maneras para crear nombres mágicos de poder. Finalmente, el libro contiene las famosas treinta y seis Tablas Soyga (que se analizan en la sección Liber Radiorum del grimorio). El espacio no permite aquí una discusión completa sobre los cuadrados mágicos. Sólo es necesario señalar que estos escuadrones fueron muy populares entre los hermetistas y cabalistas durante la Edad Media y el Renacimiento (aproximadamente la época de Dee). Su enfoque en la gematría y las matemáticas fascinó a grandes mentes científicas como Dee, Trithemius y otros.

    Las tablas de Soyga tienen treinta y seis filas por treinta y seis columnas, y la palabra clave dada para cada una tiene exactamente seis letras. Esto es necesario para el propio escuadrón mágico, para que la palabra clave encaje correctamente en la tabla. La palabra clave se escribe repetidamente en la columna izquierda de cada página (en un identificador hacia adelante y hacia atrás) un total de seis veces. Así, tenemos 6 palabras x 6 letras = 36 cuadrados. Porque el número seis es obviamente la base de este misterio. No es de extrañar que Uriel ordenara a Dee que interrogara a Michael, el Ángel del Sol y la sexta Sefirah, Tifarete, en muchos textos cabalísticos clásicos.

    Cada mesa también está etiquetada con el nombre de la fuerza oculta que supuestamente encarna. Las tablas 1, 12 llevan los nombres de los signos del zodíaco, en el orden de Aries a Piscis, y las tablas 13 a 24 repiten los mismos nombres nuevamente. Supongo que estos representan los aspectos positivos del signo, seguidos de los negativos, algo común en veinticuatro momentos del zodíaco cuando se asocia con los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las siguientes siete tablas 25-31, etiquetadas con el nombre de los siete planetas, siete planetas en su propio orden cabalístico o caldeo (de mayor a menor). Las cuatro siguientes, tablas 32 a 35, llevan los nombres de los cuatro elementos terrestres. La colección finalmente termina con la Mesa 36, ​​que se encuentra sola con la etiqueta Magistri , abierta con la palabra clave MOYSES.

    Por lo que hemos visto hasta ahora, ¡es muy posible establecer una conexión entre las Placas Soyga y el mitológico Sopher Raziel! Libro de Enoc. Uriel le dijo a Dee que los ángeles buenos le revelaron Soyga a Adán antes de la caída del Edén, lo que es paralelo a la leyenda de Sopher Raziel. El hecho de que contenga Tablas relacionadas con todas las fuerzas ocultas del Universo sugiere que también debe ser el Libro de la Vida que lo abarca todo. Tiene hasta treinta y seis tablas exactamente, lo que habría ido bien con las leyendas de Enoc y sus 366 libros.

    También podemos encontrar alguna relación entre las Tablas Soyga y las Puertas del Entendimiento. Por ejemplo, su progresión desde el zodíaco hasta los planetas y los cuatro elementos terrestres demuestra el mismo tipo de progresión descendente de mayor a menor que se encuentra en el sistema tradicional (judío) de cincuenta puertas. Además, la mesa final de Soyga, como puerta de entrada al entendimiento final, está aislada del resto del grupo y reservada únicamente para los aficionados. (La palabra clave para esta tabla – MOYSES – incluso sugiere al único patriarca que recibió crédito por pasar a través de la Quincuagésima Puerta de Binah.)

    Finalmente, el etiquetado de la última Tabla de Soyga como la de Magistri (aptitud) indica que todo el conjunto puede tener un propósito inicial. Aunque no sabemos cómo estaban destinadas las Tablas para uso mágico, no es lógico suponer que ellas, como todos los escuadrones mágicos, actuaron como portales talismánicos de algún tipo. Lo más probable es que un mago hubiera invocado sucesivamente las fuerzas personificadas en cada Tabla, pasando así a través de cada Portal en un esfuerzo por recibir poder mágico y revelación Divina de Dios. En los siguientes capítulos veremos que así es como los contactos angelicales de Dee le indicaron que usara su propio libro de Loagaeth.

    “El libro de Soyga”

    A lo largo de sus páginas uno se da cuenta de un vasto corpus de encantamientos, además de largos pasajes indescifrables en los que se consignan conversaciones con ángeles e invocaciones a demonios, por tal motivo es un libro prohibido, escrito por el nigromante y ocultista inglés del siglo XVI, John Dee.

    La historia del “Libro de Soyga” está llena de baches y saltos temporales. Se sabe que el manuscrito original fue subastado en 1692. Al parecer estaba dividido en tres partes: “Liber Aldaraia”, “Liber Radiorum” y “Liber Decimus Septimus”. Todos hacen referencia a encantamientos e instrucciones de orden mágico, astrológico, demonológico y un interesante apartado con la genealogía de los ángeles y sus nombres.

    En general, estos libros parecen haber sido escritos por seres de otros mundos, porque al momento de encontrarles un sentido con nuestra realidad, el acto se vuelve imposible. Probablemente nunca se sabrá el origen de estos textos, pero sin duda, las mentes que los escribieron conocen más del universo que nosotros. Siguiendo el camino de los misterios, aquí hay algunos libros que intrigarán tu vida al máximo y te harán reflexionar sobre todo lo que conoces.

    Escritura Cypro-Minoan

    Escritura Cypro-Minoan

    El silabario Cypro-Minoan (CM) es un silabario no descifrado utilizado en la isla de Chipre durante la Edad del Bronce tardía (c. 1550-1050 aC). El término “Cypro-Minoan” fue acuñado por Arthur Evans en 1909 basado en su similitud visual con Linear A en la Creta minoica, de la cual se cree que CM se deriva.[1] Se han encontrado aproximadamente 250 objetos, como bolas de arcilla, cilindros, tabletas y soportes votivos, que llevan inscripciones cypro-minoicas. Se han realizado descubrimientos en varios sitios de Chipre, así como en la antigua ciudad de Ugarit en elCosta siria.

    Cypro-Minoan

    Tipo de secuencia de comandos: Silabario

    Periodo de tiempo: C. 1550-1050 a. C.

    Estado: Extinto

    Dirección: de izquierda a derecha

    Idiomas: desconocido

    Scripts relacionados

    Sistemas de padres: Lineal A

    • Cypro-Minoan

    Sistemas infantiles: Silabario chipriota, ISO 15924

    ISO 15924: Cpmn, 402, Cypro-Minoan

    Tableta Cypro-Minoan de Enkomi en el Louvre

    El consenso actual (2015) sobre los valores de ciertos signos CM, basado en su comparación con los signos chipriotas. Creado por D. Lytov[¿quién?] basado en publicaciones recientes (Colless, Faucounau, Ferrara, Steele) a las que se hace referencia en el texto del artículo.

    Aparición

    Se sabe poco sobre cómo se originó este guión o sobre el idioma subyacente. Sin embargo, su uso continuó hasta principios de la Edad del Hierro, formando un vínculo con el silabario chipriota, que ha sido descifrado como griego.

    Arthur Evans consideró que el silabario Cypro-Minoan era el resultado de la evolución ininterrumpida del guión Minoan Linear A. Creía que el guión fue traído a Chipre por colonizadores o inmigrantes minoicos. La teoría de Evans fue apoyada acríticamente hasta hace poco, cuando se demostró que las primeras inscripciones Cypro-Minoan estaban separadas de los primeros textos en Linear A por menos de un siglo, sin embargo, la escritura Cypro-Minoan en su etapa más temprana era sustancialmente diferente de Linear. A: contenía solo signos silábicos, mientras que Linear A y su descendiente Linear B contenían múltiples ideogramas, y su forma se adaptó para escribir sobre arcilla, mientras que Linear A se adaptaba mejor a escribir con tinta. El guión Linear B que surgió un siglo después aún conservaba muchas más características de Linear A, y la mayoría de los signatarios de éste. Toda esta evidencia indica una introducción única en lugar de un desarrollo a largo plazo.[2]

    Variedades y periodización

    Las primeras inscripciones datan de alrededor de 1550 a. C.

    Aunque algunos estudiosos no están de acuerdo con esta clasificación,[3] las inscripciones han sido clasificadas por Emilia Masson en cuatro grupos estrechamente relacionados:[4] CM arcaico, CM1 (también conocido como C lineal), CM2 y CM3, que ella considera etapas cronológicas. de desarrollo de la escritura. Esta clasificación fue y es generalmente aceptada, pero en 2011 Silvia Ferrara impugnó su carácter cronológico basándose en el contexto arqueológico. Señaló que CM1, CM2 y CM3 existían todos simultáneamente, sus textos demostraban las mismas regularidades estadísticas y combinatorias, y sus conjuntos de caracteres deberían haber sido básicamente los mismos; también notó una fuerte correlación entre estos grupos y el uso de diferentes materiales de escritura. Solo el CM arcaico encontrado en el contexto arqueológico más antiguo es de hecho distinto de estos tres.[2]

    Propagación y extinción

    La escritura cypro-minoica estuvo ausente en algunas ciudades de la Edad de Bronce de Chipre, pero abundante en otras.

    A diferencia de muchos otros estados vecinos, el colapso de la Edad del Bronce tardía tuvo solo un ligero impacto en Chipre de la Edad del Bronce;[contradictorio] de hecho, la cultura isleña floreció en el período inmediatamente posterior a los dramáticos acontecimientos del colapso, y hubo un aumento visible en el uso del guión en centros como Enkomi. Por otro lado, como resultado directo de este colapso, el guión dejó de existir en Ugarit, junto con el propio Ugarit. Después de ese punto, el número de artefactos griegos aumentó gradualmente en el contexto chipriota, y alrededor del 950 a.C. la escritura ciprro-minoica desaparece repentinamente, siendo pronto sustituida por el nuevo silabario chipriota, cuyas inscripciones representan principalmente el idioma griego, con solo unos pocos breves textos en Eteocypriot.

    Atribución lingüística y cultural

    Mientras la escritura permanezca sin descifrar (con sólo entre 15 y 20 signos que tienen claros paralelos en las escrituras afines), solo se puede especular si el idioma era el mismo que el minoico o el eteocipriota, y si estos dos eran idénticos. Sin embargo, Silvia Ferrara y A. Bernard Knapp señalaron que el nombre “Cypro-Minoan” (basado en el origen del guión) es bastante engañoso, ya que el contexto arqueológico de Chipre era muy diferente al de la Creta minoica, incluso a pesar de rastros visibles del comercio con Creta en el contexto arqueológico, así como la presencia común de escritura chipriota y cretense en Ugarit. No hubo rastros visibles de invasión minoica, colonización o incluso influencia cultural significativa en Chipre de la Edad del Bronce. En ese momento, la isla formaba parte del círculo cultural del Cercano Oriente [2] en lugar de las civilizaciones del Egeo.

    Sobre la base de la clasificación mencionada anteriormente del guión en varias variedades, Emilia Masson planteó la hipótesis de que pueden representar diferentes idiomas que cronológicamente se suplantaron entre sí. Ferrara, si bien refutó la hipótesis de Masson sobre estas variedades como etapas cronológicas, también indicó que las estadísticas de uso de signos para todas las variedades, así como varias combinaciones notables de signos, eran las mismas para todas las variedades, lo que puede apuntar al mismo idioma en lugar de idiomas separados.

    Artefactos

    La inscripción CM más antigua conocida que se encontró en Europa fue una tablilla de arcilla descubierta en 1955 en el antiguo sitio de Enkomi, cerca de la costa este de Chipre. Estaba fechado en ca. 1500 a.C. y tenía tres líneas de escritura.[5] Se han encontrado otros fragmentos de tablillas de arcilla en Enkomi y Ugarit.

    Bolas de arcilla

    En Enkomi y Kition se han descubierto docenas de pequeñas bolas de arcilla, cada una con 3-5 signos en CM1.

    Bola de arcilla Cypro-Minoan en el Louvre.

    Cilindros de arcilla

    Se han descubierto sellos cilíndricos de arcilla en Enkomi y Kalavassos-Ayios Dimitrios, algunos de los cuales contienen textos extensos (más de 100 caracteres). Es probable que las bolas y los sellos de los cilindros estén relacionados con el mantenimiento de registros económicos en el Chipre minoico, considerando el gran número de referencias cruzadas entre los textos. [6]

    Descifre

    El corpus existente de Cypro-Minoan no es lo suficientemente grande como para permitir el uso aislado de una solución criptográfica para el desciframiento. Actualmente, el número total de letreros en inscripciones formales Cypro-Minoan (aproximadamente 2500) se compara desfavorablemente con el número conocido de los documentos Lineales A no descifrados (más de 7,000) y el número disponible en Lineal B cuando fue descifrado (aproximadamente 30,000). Además, diferentes idiomas pueden haber estado representados por el mismo subsistema cypro-minoico, y sin el descubrimiento de textos bilingües o muchos más textos en cada subsistema, el desciframiento es extremadamente improbable.[7] Según Thomas G. Palaima, ” todos los esquemas pasados ​​y actuales de desciframiento de Cypro-Minoan son improbables”.[3] Silvia Ferrara también cree que este es el caso, como concluyó en su análisis detallado del tema en 2012.[8]

    Desarrollos recientes

    Varios intentos de descifrar el guión (Ernst Sittig, V. Sergeev, Jan Best, etc.) fueron rechazados por los especialistas debido a numerosas inexactitudes.[cita requerida]

    En 1998, Joanna S. Smith y Nicolle Hirschfeld recibieron el premio Best of Show Poster de 1998 en la reunión anual del Archaeological Institute of America por su trabajo en el proyecto Cypro-Minoan Corpus, que tiene como objetivo crear un corpus completo y preciso de CM. inscripciones, y discusiones arqueológicas y epigráficas de todas las evidencias. [9] Jean-Pierre Olivier publicó una edición en 2007 de todas las inscripciones a su disposición.

    Silvia Ferrara ha preparado una edición aún más completa del corpus como volumen complementario de su estudio analítico de 2012. En 2012-2013, Ferrara publicó dos volúmenes de su investigación, donde estudió el guión en su contexto arqueológico. También utilizó ampliamente métodos estadísticos y combinatorios para estudiar la estructura de textos grandes y detectar regularidades en el uso de los signos. Su trabajo es interesante para la impugnación fundamentada de varias hipótesis importantes ampliamente aceptadas anteriormente, a saber, relacionadas con el surgimiento, la clasificación cronológica, el lenguaje y la atribución “no minoica” de los textos.[cita requerida]

    Una propuesta preliminar Unicode para Chipriota-minoica fue escrita por Michael Everson.

    Resumen

    Hay dos escrituras claramente derivadas de la Lineal A: la Lineal B, utilizada en Creta y Grecia, que fue descifrada en los años 50 por Michael Ventris y que transcribe un dialecto griego micénico, y el silabario cipro-minoico, utilizado en Chipre. Este último está sin descifrar, al igual que la «Línea A», que habría dado el «silabario chipriota», que es perfectamente legible y señala una lengua griega.

    Es posible, pero no demostrable en el estado actual de los conocimientos, que el estival del primer milenio, escrito en alfabeto griego, derive de la lengua señalada por la «A lineal».

    Las tablillas escritas en la «línea A» son mucho menos pulcras que sus homólogas posteriores en la «línea B». Son más pequeños y las líneas de escritura no están separadas por líneas horizontales. Tampoco se ordena su contenido mediante anotaciones que marcan el inicio de una nueva línea cada vez, sino que se acostumbra a recortar las palabras y ordenar los resultados de las operaciones donde hay espacio, al otro lado de la estantería si es necesario. Esto es lo que hace que el análisis de las pastillas «lineales A» sea tan difícil en comparación con las «lineales B».

    También se ha propuesto su pertenencia a la familia de las lenguas semíticas, con más argumentos.

    Hay nombres que, cuando se leen los signos del «lineal A» junto con su «valor» en el «lineal B», corresponden más o menos exactamente a lugares identificados y atestiguados en el «lineal B»:

    Sin embargo, hay que señalar que en los dos últimos lugares, las formas en «lineal A» y «lineal B» difieren en las vocales. No obstante, la probabilidad de que representen los lugares propuestos es alta.

    Carta de Tavistock

    Carta de Tavistock

    La misteriosa “Carta de Tavistock” de Charles Dickens que nadie ha logrado descifrar

    24/11/2021

    La organización Dickens Code Project ofrece 400 dólares a quien ayude a “traducir” total o parcialmente el documento del autor de “Oliver Twist” o “David Copperfield”

    Carta de TavistockDickens Code Project

    El británico Charles Dickens (1812-1870) es considerado por muchos como el mejor novelista de la época victoriana y hay que agradecerle obras como “Grandes esperanzas”, “David Copperfield”, “Oliver Twist”, “Historia de dos ciudades” o “Cuento de Navidad”. Pero además de un gran escritos, Pero además de escritor, Dickens -un gran amante del El Quijoteprobó la faceta de actor, fundó el “Daily News”, fue un firme defensor de las prostitutas y de los derechos de autor, divulgador científico y un activista contra la pena de muerte.

    Pero además, este coetáneo de Julio Verne y de Alejandro Dumas -con los que coincidió en París-, Tolstói, Tom Wolfe o George Orwell, era un apasionado de los juegos de palabras y de los rompecabezas.

    Sus obras han sido traducidas a 150 idiomas… Bueno, casi todas. Hay algunos trabajos del creador de Mark Twain que aun no han sido descifradas. Se trata de varios manuscritos escritos en un código complejo.

    Sin embargo, hay un cuerpo de su trabajo que ha permanecido sin leer y todavía resulta un misterio para los académicos. La razón: Dickens lo escribió en un código complejo, en una versión modificada de la braquigrafía, una forma de taquigrafía muy popular en el siglo XVIII. A pesar de que el sistema de taquigrafía de Dickens ha sido parcialmente descifrado gracias a un cuaderno de la Biblioteca John Rylands de la Universidad de Manchester, hay varios textos que siguen siendo un misterio.

    El más popular es el conocido como “Carta de Tavistock” y que la organización Dickens Code Project, dirigida por investigadores de las universidades de Leicester y Foggia pretende descifrar. Para ello, ha convocado un concurso, en el que ofrecen 400 dólares (unos 360 euros) para aquél que consiga “traducirla” antes del 31 de diciembre. La clave está en conseguir un patrón para lograr ordenar la escritura del autor

    Hugo Bowles, profesor de inglés en la Universidad italiana de Foggia en Italia, indicó al diario “The Times” que parece una tarea sencilla, pero no lo es. Lees las consonantes y llenas los espacios. Es un poco como jugar al Scrabble en tu cabeza”. “A Dickens le gustaban los juegos de palabras y los rompecabezas era muy bueno, de ahí que usara este sistema”, indicó.

    El reto es mayúsculo porque, según matizó Bowles, la taquigrafía de Dickens no ha podido ser desvelada ni si quiera por un ordenador porque no sólo tiene las letras desordenadas sino que la taquigrafía también lo está.

    Hasta ahora, los investigadores han buscado buscar textos ya traducidos para comparar las técnicas y tratar de emplear el aprendizaje automático. El resultado no ha sido el deseado porque no hay suficiente material como para establecer un patrón.

    Los participantes podrán optar al premio si logran descifrar total o parcialmente la carta, custodiada por la Biblioteca y Museo Morgan. Las bases del concurso establecen lo siguiente: “Buscamos soluciones que identifiquen lo que realmente dice la carta de Tavistock. Debido a que el proceso de decodificación es tan importante como la solución, también se les pide a los participantes que escriban un breve informe sobre cómo han llegado a su solución y las dificultades que han encontrado en el camino. Fecha límite: 31 de diciembre de 2021 a las 5 p.m. (GMT)”.

    Otros misterios de taquigrafía y cifrado que sí ha sido resueltos

    Postal del Museo Casa Natal de Charles Dickens FOTO: Universidad de Leicester

    Esta postal, escrita mediante taquigrafía de Pitman, fue descifrada por Beryl Pratt y decía lo siguiente: “Estimada señorita Worthington. Muchas gracias por las lindas postales que me enviaste. Me temo que pensará que soy una persona muy ingrata por no haber respondido antes, pero durante el último mes he estado extremadamente ocupado y como las clases nocturnas que comienzan la próxima semana lo estaré más, pero espero que dentro de quince días hayan terminado. El trabajo que está ocupando todo mi tiempo libre en el día. Lo peor es que tendré el Ladies Own en unos días y me gusta leer eso y tenía la intención de dar algo original esta vez. Pasé mis vacaciones este año en el Distrito de los Lagos y pensé en dar cuenta de mis viajes, pero no puedo hacerlo esta vez porque me tomará demasiado tiempo. Esta casa se venderá en subasta muy pronto, la Corporación Portsmouth probablemente la compre para hacer un museo. Te volveré a escribir más tarde. Saludos cordiales de EG Meade”.

    Postal a Frank Pope FOTO: Universidad de Leicester

    La postal a Frank Pope es una combinación de caracteres de la taquigrafía de Pitman y fue resuelto por Kathryn Baird y Beryl Pratt. En la parte delantera, en la que hay una foto de dos personas jóvenes, pone al pie “La madre sabrá quiénes son”.

    Por detrás añade: “Mi querido Frank. Muchas gracias por tu carta del lunes. Dile a Annie que debe escribir ella misma para las fotos, pero no importa, las enviaré tan pronto como pueda terminarlas. Dígale a la madre que Connie dice que escribirá hacia el final de la semana. Nos mudaremos a nuestra nueva casa 58 Leslie Rd, East Finchley NW el 8 de julio el próximo sábado, pero volveré a escribir en unos días o el próximo lunes. Percy”.

    De: https://www.xataka.com/otros/misterio-carta-tavistock-dickens-han-hecho-falta-160-anos-concurso-internacional-para-descifrarla

    El misterio de la Carta Tavistock de Dickens: han hecho falta 160 años y un concurso internacional para descifrarla

    13 Febrero 2022

    Ni ‘Oliver Twist’, ni ‘David Copperfield’. La obra de Charles Dickens a la que más atención ha dedicado en 2021 Shane Baggs es una carta, un manuscrito garabateado con tinta azul que se conoce como misiva Tavistock por el nombre que figura en su membrete. No es que Baggs sea un erudito empeñado en exprimir al máximo el documento. Qué va. En realidad se encarga de ofrecer soporte técnico informático en California (EEUU) y es aficionado a los códigos. De hecho, si ha dedicado tantas horas a la carta es precisamente porque Dickens usó taquigrafía idiosincrásica para escribirla, una técnica tan compleja que llevaba unos 160 años siendo un misterio indescifrable.

    Hasta ahora.

    Cansados de tener un papel de Dickens que nunca habían podido leer, en octubre de 2021 un grupo de expertos en el escritor victoriano lanzó “The Dickens Code”, un concurso para que aficionados a los acertijos de todo el mundo pudieran echarles una mano. El premio: 300 libras. Y la satisfacción de conocer mejor al autor de ‘Cuento de Navidad’, claro. En solo tres días el archivo se descargó un millar de veces, pero a la hora de la verdad solo 16 personas presentaron soluciones.

    Un rompecabezas con premio

    Entre las propuestas estaba la de Ken Cox, un estudiante de 20 años de Ohio, que quedó en segundo lugar; y la de Baggs, que gracias a su larga experiencia con cartas codificadas —las escribía de niño para sus amigos, le explicó a The Guardian— se alzó con el primer puesto del desafío. El premio gordo sin embargo se lo llevaron los organizadores. Gracias a las pistas que encontraron los diferentes participantes y tras cotejar la información con otras fuentes, los investigadores lograron resolver algo más del 60% de los esquemas de Dickens.

    “Recolectamos los destellos de las bombillas de diferentes participantes y todo encajaba. Podrías llamarlo ‘lectura de rompecabezas’”, anota Hugo Bowles, profesor de la Universidad de Foggia y uno de los académicos que ha impulsado la iniciativa. Según relata, uno de los concursantes descifró la palabra “Día de la Ascensión”, otro “la próxima semana”, otros identificaron la abreviatura “HW”, que se corresponde con el la revista Household Words, editada por el propio Dickens en la década de 1850; y también el símbolo con el que el novelista se refería a All the Year Round.

    Poco a poco el contenido de la Carta Tavistock fue sacudiéndose el misterio que la había marcado durante más de un siglo y medio. Eso sí, los eruditos comprobaron que no incluía ningún relato o el bosquejo de una nueva novela, sino una carta relacionada con las gestiones de Dickens. Puede sonar decepcionante después de una espera de décadas, pero el resultado ha sido de todo menos eso: ha permitido a los académicos conocer mejor una etapa clave en la vida del escritor.

    “Cuando otros participantes encontraron las palabras ‘anuncio’, ‘rechazado’ y ‘devuelto’ supimos que estaba escribiendo sobre un anuncio suyo que había sido rechazado. Las palabras ‘falso e injusto’ y ‘en audiencia pública’ sugirieron que se quejaba de que el rechazo no tenía base legal”, explican.

    La carta llevó a los investigadores hasta el Morgan Library & Museum de Nueva York, que conserva el manuscrito de una carta que Mowbray Morris, de The Times, dirigió a Dickens el 9 de mayo de 1859. Gracias a su contenido pudieron poner en contexto la hasta ahora misteriosa Carta Tavistock y —lo que es mejor— arrojar luz sobre una época relevante en la vida del novelista: cuando acababa de separarse de su esposa Catherine y estaba a punto de dejar la revista Household Words por una disputa con sus socios para crear una nueva publicación llamada All The Year Round.

    Durante ese trámite el escritor quiso publicar un anuncio en The Times y del borrador de la carta que dirigió a los responsables del diario, el 6 de mayo de 1859, surgió la Carta Tavistock. “El trabajo de los descodificadores ayuda a arrojar luz sobre esta tensa época de la vida de Dickens. En la carta vislumbramos al Dickens hombre de negocios, que utiliza sus contactos personales para promover sus intereses y argumenta”, reflexiona la doctora Claire Wood, otra de las organizadoras.

    La experiencia ha sido tan positiva que los responsables de The Dickens Code han decido prorrogarla un año, hasta febrero de 2023. El objetivo: encontrar soluciones totales y parciales para los otros manuscritos taquigráficos del novelista, documentos que —al igual que la Carta Tavistock hasta ahora— aún no se han podido descifrar. Entre el material que se escrutará están por ejemplo los cuadernos taquigráficos de Arthur Stone, alumno de Dickens, que se conservan en Filadelfia.

    “Parte de lo emocionante de este proyecto es que todavía hay cosas nuevas por descubrir sobre un autor de fama internacional más de 150 años después de su muerte. Los fragmentos taquigráficos supervivientes pueden ser breves, pero no obstante son significativos”, recalca Wood: “Tavistock una idea de los tratos comerciales de Dickens; los otros manuscritos podrían incluir extractos de libros en los estantes del escritor, discursos improvisados o incluso un cuento desconocido”.

    El autor de ‘Oliver Twist’ no se lo pondrá nada fácil. Además de novelista universal Dickens era aficionado a la taquigrafía y estudió de joven un manual del siglo XVIII sobre braquigrafía de Thomas Gurney, una experiencia que revive de pasada en su novela David Copperfield. Con el tiempo añadió sin embargo sus propios símbolos para escribir notas personales y fue cambiando su propio sistema, volviéndolo cada vez más complejo… e indescifrable para los cazadores de códigos del siglo XXI.

    Para los más valientes y dispuestos a embarcarse en la aventura, hay al menos una decena de manuscritos conocidos con la taquigrafía de Dickens elaborados entre la década de 1830 y 1860.

    Imágenes | Wikimedia (1 y 2)