Ciudades y Castros
En este apartado, se relacionan las ciudades, pueblos, castros, etc., en su día más o menos importantes, y que fueron abandonados por diversos motivos: destrucción por invasión, incendio, terremotos, etc. Algunos se encuentran sumergidos debido a que en su día las costas sufrieron un retroceso debido a que un cataclismo, o un cambio climático, elevaron el nivel del mar.
De la mayoría apenas se tenían datos hasta hace relativamente poco tiempo. De otras, debido a su estado y ha su escasa exploración, hasta se tienen dudas de que sean naturales o artificiales.
Castro
Un castro es un poblado fortificado celta por lo general prerromano, aunque existen ejemplos posteriores que perduraron hasta la Edad Media existentes en Europa y propios de finales de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro. Se encuentran con frecuencia en la península ibérica, en particular en el noroeste con la cultura castreña y en la meseta con la cultura de las cogotas.
La palabra castro proviene del latín castrum, que signfica “fortificación militar” (de ahí viene la palabra española castrense, “relativo a lo militar”).
Otro nombre con el que se conoce a los castros es oppidum (en plural oppida), en particular cuando son de gran tamaño.
El castro es un poblado fortificado que se empezó a habitar desde el siglo VI a. C., carente de calles que formen ángulos rectos y llenos de construcciones de planta casi siempre circular. Las casas más antiguas eran mayormente de paja-barro y las más recientes de mampostería. El techo era de ramaje y barro y después de varas largas. Fundamentalmente, eran estancias únicas. Se sitúan en lugares protegidos naturalmente (alturas, revueltas de ríos, pequeñas penínsulas), cerca de fuentes y terrenos cultivables y en el límite entre estos y zonas más altas de pastoreo.
Los castros estaban protegidos por uno o más fosos, parapetos y murallas que bordeaban el recinto habitado, pudiendo tener en sus accesos un torreón que controlaba las vías de entrada al mismo o en otro lugar estratégico.
En tiempo de conflictos, las gentes que vivían en campo abierto se trasladaban a estas construcciones, situadas en lugares estratégicos con el fin de garantizar su seguridad. Asimismo podían tener otras finalidades como la de control del territorio, vigilancia de sembrados, etc.
Konkan
Subcategoría: Ciudad sumergida.
¿El valle del Indo tenia presencia humana desde hace unos 8.000 años?
¿Tenía esta población conocimientos de ingeniería desarrollados?
El último descubrimiento en el campo de la arqueología, debajo de las aguas del mar de la costa de Konkan, en la India.
En lo que podría llegar a ser un gran descubrimiento, los investigadores han encontrado una estructura que tiene 24 kilómetros de largo, 2,7 m de altura, y alrededor de 2,5 m de ancho. La estructura muestra uniformidad en la construcción. “La estructura no es continua de Shrivardhan a Raigad, pero es uniforme”.
Se ha encontrado 3 m por debajo del nivel del mar actual. Teniendo en cuenta la uniformidad de la estructura, es evidente que fue hecha por el hombre, “dijo Dr. Ashok Marathe, del departamento de arqueología, Universidad Deccan de Postgraduados y el Instituto de Investigación, Pune.
Esta expedición conjunta llevada a cabo por la Universidad Deccan y el Departamento de Ciencia y Tecnología del Gobierno Central de Pune, ha estado en curso desde 2005. “Estábamos estudiando el impacto del tsunami y el terremoto en la costa oeste cuando por primera vez encontramos esta estructura en Valneshwar”, dijo Marathe.
Sin embargo, la edad de la estructura se decidió en base del trazado de mapas del nivel del mar. Se han realizado estudios exhaustivos sobre las corrientes marinas que han afectado la costa.
En base de estos cálculos, los expertos del Instituto Nacional de Oceanografía (NIO) fijaron la edad de la pared en alrededor del 6.000 a.C., informó Marathe.
El descubrimiento ha planteado una serie de preguntas, tales como ¿en qué forma estas enormes piedras fueron traídas a la orilla del mar? ¿Cuál fue el propósito detrás de la construcción de este muro?
Si la fecha de la pared es correcta ¿Por qué ninguno de los investigadores hasta la fecha, ha encontrado o hecho mención alguna de esta civilización?
Marathe, quien se retirará en julio de 2011, ha pedido a más personas tratar de encontrar respuestas a estas preguntas.
Kaymakli
Subcategoría: Ciudad subterránea.
Ciudades bajo tierra? Estas ciudades en cuevas trogloditas fueron excavadas en los tiempos de los hititas, y ampliadas a lo largo de los siglos por varios ejércitos merodeadores quienes atravesaron el centro de Anatolia en busca de los cautivos. Hay 36 ciudades subterráneas de Capadocia y la más ancha es la ciudad es la de Kaymakli, mientras que la más profunda es. La ciudad subterránea de Derinkuyu.
Kaymaklı (también conocida Kaymakli) es una de varias ciudades subterráneas (Mazi y Özkonak) y abandonadas en la región de Capadocia, en Anatolia central, Turquía. Se piensa que fue probablemente construida entre los siglos V y X. Aunque la falta de decoración y documentación hacen difícil fijar estas fechas, y ha sido ocupada por diversas culturas a través de los siglos. Su función principal era guarecer a los habitantes de la región en caso de invasiones. Su posición estratégica en el centro de la región de Capadocia (20 kilómetros al sur de Nevşehir), la hacía un refugio fácilmente alcanzable por los moradores.
La ciudad subterránea Kaymakli se construyo bajo la colina conocida como la Ciudadela de Kaymakli y se abrió a los visitantes en el año 1964. El pueblo de Kaymakli (Enegup en griego) del pueblo han construido sus casas alrededor de casi un centenar de túneles de la ciudad subterránea. Los habitantes de la región siguen utilizando los lugares más convenientes en los túneles, como bodegas, almacenes y establos, al cual acceden través de sus patios. La ciudad subterránea Kaymakli tiene tuéneles bajos, estrechos y en pendiente. Cuenta con 8 plantas por debajo del suelo, sólo 4 de ellas están abiertas al público hoy en día.
La ciudad fue excavada en el débil subsuelo ceniciento de Capadocia. Esta alcanzó un tamaño tal que podía recibir a cientos de personas, guareciéndolas por espacio de hasta seis meses. Tiene nueve niveles subterráneos descubiertos hasta ahora, de los cuales los cuatro superiores están abiertos al turismo. Los inferiores permanecen parcialmente obstruidos, o reservados para investigadores. Fue descubierta en 1964.
Tiene una sola entrada; pero una vez en el subsuelo, se extiende por 2,5 km². En el interior se encuentran áreas destinadas a almacenes de alimentos, establos, cisternas, cavas, cocinas, iglesias e inclusive sepulturas dispuestos en un laberinto de túneles y escaleras. En las cocinas, se aprecia que las paredes y el techo están impregnados de hollín. En las iglesias existen restos de los frescos bizantinos que las adornaban.
La ciudad cuenta con pozos de ventilación. La entrada es protegida por una piedra en forma de disco que se hacía girar para bloquear el paso por completo, y que solamente podía hacerse girar desde dentro. Un segundo disco protege la ciudad, unos metros más adentro sobre el túnel de entrada: como “doble seguro” en caso de que la primera entrada fuese franqueada. Existe un túnel subterráneo en dirección a vecina ciudad subterránea de Derinkuyu (9 km al sur), aunque el túnel no ha sido completamente liberado por lo que no se sabe si en la práctica existía comunicación subterránea entre estos dos refugios.
El primer piso de la ciudad subterránea es un establo. El pequeño tamaño de esta área sugiere que podría haber otros establos en las secciones que aún no han sido abiertos. El paso a la izquierda del establo contiene una puerta de piedra de molino y conduce a la iglesia. A la derecha del pasillo hay salas.
La iglesia de la 2 ª planta de una sola nave y de dos ábsides. Frente a los ábsides se encuentra un altar, y a los lados hay plataformas para sentarse. También hay algunas habitaciones en este piso.
Las áreas más importantes de la ciudad subterránea esta en tercera planta. Además de numerosos lugares de almacenamiento, bodegas y la cocina, el bloque de andesita, la textura se encuentra en esta planta es muy interesante. Recientes investigaciones han demostrado que esta piedra fue utilizada como un crisol de cobre. La piedra no fue traída aquí desde el exterior, pero era parte de la capa de andesita mientras la vacían. Para poder utilizarlo como un crisol, 57 hoyos fueron tallados en la superficie de la piedra. El cobre, de unos 10 cm de longitud, lo ponían en esos agujeros y sería golpeado con un trozo de roca dura. Esta técnica se conoce desde los períodos prehistóricos.
El cobre traído a la ciudad subterránea Kaymakli fue excavado probablemente entre Aksaray y Nevsehir. (La misma cantera también fue utilizada por la gente de Asilikhoyuk, el asentamiento más antiguo conocido en la región de Capadocia.)
El hecho de que hay una gran cantidad de almacenes y lugares para poner vasijas de barro en las bodegas en el 4to piso indica que las personas que vivirían en esta ciudad subterránea fueran económicamente estables. El conducto de ventilación también puede ser visto desde el 4 º piso. Se trata de un pozo vertical y pasa todos los pisos de abajo como en el ascensor en un apartamento. La profundidad del pozo de ventilación es de unos 80 metros en total.
Ea pesar que toda la ciudad no ha sido completamente abierta, y tan sólo 4 plantas han sido descubiertas, lo cierto es que Kaymakli es uno de los mayores asentamientos en la región. Se acepta como la más amplia de las ciudades subterráneas de Capadocia, entre los exploradores. El número de las salas de almacenamiento en un área tan pequeña apoya la idea de que un gran número de personas residieron aquí. Los arqueólogos creen que esto podría haber sido de hasta 3500 personas.
Las investigaciones arqueológicas probaron que las habitaciones habían sido excavadas de tal modo que ninguna vivienda tenía comunicación con las de otras familias.
La ciudad subterránea de Kaymakli presenta incógnitas que, como respuesta, sólo hallan hipótesis. Por ejemplo: ¿Cuánto tiempo emplearon para la excavación? ¿Cuántas personas trabajaron? ¿Cómo sacaron a la superficie los escombros y en dónde los volcaron?.
Para algunas de estas preguntas se arrojan estas suposiciones: Se iniciaba la excavación de las chimeneas de ventilación con una profundidad de hasta 70 y 85 m. A continuación se excavaban las galerías laterales que constituían las calles de la ciudad.
Los pozos se excavaban hasta que hubiese agua y utilizaban las chimeneas de aire, para sacar los escombros por medio de poleas. Dichos escombros en la superficie habrían contribuido a los naturales desniveles de Capadocia o bien arrojados a los ríos habrían desaparecido con el tiempo.
De las chimeneas de ventilación obtenían el aire imprescindible para respirar. La iluminación se realizaba por medio de lámparas de aceite.
Issyk-Kul
Subcategoría: Ciudad sumergida.
Científicos de Rusia y Kirguizistán durante una expedición arqueológica submarina en el lago Issyk-Kul, en Asia Central, localizado en territorio kirguís, en la parte nororiental de la cordillera de Tian Shan, en la frontera con China. Descubrieron indicios de una civilización desconocida de al menos 2.500 años de antigüedad, tan importante como la cultura helena o la egipcia.
Los descubrimientos obtenidos durante la expedición en 2007, indican la existencia de una importante ciudad antiquísima cuyos restos actualmente yacen en el fondo del Issyk-Kul, el segundo lago de montaña más grande del mundo después del lago Titicaca, en la cordillera de los Andes, en Suramérica.
Con 182 kilómetros de largo, 60 kilómetros de ancho y una profundidad máxima de 702 metros, el Issyk-Kul es un embalse natural de 6.280 kilómetros cuadrados de extensión con agua ligeramente salina que permanece libre de hielo durante el invierno boreal.
Exploraciones submarinas realizadas por buzos a profundidades de entre 5 y 10 metros, en la zona norte del lago, revelaron la existencia de una enorme pared de más de un kilómetro y medio de larga, que probablemente formó parte de una ciudad de varios kilómetros cuadrados de extensión, que en los tiempos remotos de su existencia debió ser una urbe de dimensiones colosales.
En el fondo del lago, también se descubrieron montículos funerarios (kurganes), hachuelas, dagas y adornos de bronce escitas en buen estado, y también piezas idénticas de oro labrado que pudieron ser formas rudimentarias de dinero.
Por lo visto, la ciudad sumergida fue una urbe de población heterogénea, y sus gobernantes toleraron la práctica de casi todas las confesiones, porque del fondo del Issyk-Kul los buzos encontraron objetos de culto pertenecientes al zoroastrismo, budismo, judaísmo, cristianismo, y el Islam.
Expertos de Kirguizistán y China suponen que la ciudad sumergida puede ser la mítica Chigu, capital del gran estado de las tribus nómadas de Isunai, descrita en diferentes crónicas chinas antiguas.
Canales de televisión difundieron imágenes filmadas por los científicos de ruinas en el fondo del lago, que por sus características arquitectónicas y otros indicios, corresponden a las edificaciones construidas en los primeros siglos de la cristiandad.
Científicos rusos y kirguís dedicados al estudio del Issyk-Kul durante décadas consideran que en el fondo de sus aguas pueden encontrarse ciudades antiguas enormes, monasterios cristianos y otros monumentos antiguos debido a fenómenos naturales que ocurren en el lago.
Exploraciones hechas en el fondo del lago desde los tiempos soviéticos ha permitido establecer la ubicación de decenas de asentamientos humanos, aldeas y ciudades de culturas y épocas diferentes.
Algunos hallazgos han desconcertado a los expertos, como una caldera ritual de bronce de más de 2.500 años de antigüedad fabricada con una tecnología para forjar metales desconocida.
Expertos de la Universidad Estatal de Tomsk (Rusia) han descubierto en el lago Issyk-Kul de más de 200 artefactos que datan de unos 2.500 años de antigüedad y posiblemente pertenecieron a la largamente desaparecida cultura Saka, informa el diario ‘The Siberian Times‘.
Entre los objetos encontrados hay una vasija de cerámica con inscripciones hechas en lo que parecen ser escrituras armenias y sirias, lo que, de confirmarse, apoyaría la teoría que afirma que cerca del lago hubo un monasterio armenio donde se guardaron las reliquias de Mateo el Evangelista, uno de los doce discípulos de Jesús.
“Muchos creyentes cristianos aseguran que los restos del Apóstol Mateo se encuentran en la catedral de Salerno, Italia. Pero la Iglesia ortodoxa tiene una opinión diferente: después de una cruel muerte, su cuerpo fue escondido por sus seguidores. Tras escapar de las persecuciones de Roma, enterraron los restos de San Mateo en la playa de Issyk-Kul”, señalan los autores del hallazgo.
Asimismo, los especialistas afirman que el nivel de este lago asiático ha aumentado dramáticamente desde la antigüedad, razón por la cual las ruinas en la actualidad se encuentran bajo el agua.
Hujing
Subcategoría: Construcciones sumergidas.
La perplejidad de la antigua muralla submarina de Hujing en Penghu, Taiwán
Según los archivos del condado de Penghu uno lee: “si uno mira desde lo alto sobre Hujing, puede ver una extensión larga de muralla bajo el mar. Se denomina “La piscina profunda de Hujing”. En 1982, buzos profesionales encontraron el lugar preciso de la ciudad hundida de Hujing.
Esta antigua pared tiene forma de cruz. Mediciones a compás demuestran con precisión la posición norte-sur y dirección este-oeste en ángulo recto. El muro se construyó principalmente de piedra de basalto y tenía algas marinas en su superficie. Mide aproximadamente 160 metros de este a oeste y 180 metros de norte a sur. Tiene 1,5 metros de espesor en la cima y aproximadamente 2,5 metros en el fondo. Algunas partes son desiguales debido a la erosión, sin embargo las conexiones entre las piedras son muy firmes. En el norte hay una construcción redonda en forma de plato. El diámetro de la pared exterior es de aproximadamente 20 metros, con una pared interna de unos 15 metros.
En ese momento, algunas personas pensaron que la ciudad hundida realmente era una extensión de Hujing en el mar. Sin embargo, investigaciones por geólogos indican que si el muro estuviera formado de roca natural, debería ser continuo y de una pieza. Por otro lado, si fuera artificial, debería tener las secciones separadas. Es más, si la pared es muy larga y recta, es muy probable que sea artificial. Específicamente, las piedras son todas de tamaños similares, con los ángulos rectos y con relleno. Además, los huecos en el muro fueron hechos en forma de cruz, con el suelo y las uniones lisas. Esto está de acuerdo completamente con las normas de la construcción actual.
Graham Hancock, un escritor británico, es reconocido mundialmente por sus libros, como “Las huellas digitales de los Dioses”. En agosto de 2001, él y su esposa se unieron a investigadores chinos y japoneses para explorar esta área. Él explicó que las piedras del fondo del mar de la ciudad hundida son claramente diferentes de las estructuras de piedra natural, por lo cual probablemente sean de origen artificial. Él dijo confiadamente: “La naturaleza no produce cosas así, contrariamente a las estructuras artificiales dónde se presta gran atención a tales detalles”. Al parecer, las piedras de la ciudad del fondo del mar de Hujing están ubicadas exactamente de norte a sur y de este a oeste. Además, estas piedras tienen las superficies muy planas y lisas. Están tan estrechamente unidas que sólo un cuchillo delgado podría encajar entre las juntas. La opinión de Hancock es que esto tiene que ser artificial y no puede ser producto de la naturaleza.
Se ha estimado que Hujing de la ciudad de Shenyang tiene una probabilidad de 7.000-10.000 años atrás.
No se dispone de dibujos, fotografías, etc., fiables.
Hod Hill
Subcategoría: Castro.
Hod Hill (o Hodd Hill) es un castro de gran tamaño ubicado en Blackmore Vale, unos 5 km al noroeste de Blandford Forum, en el condado de Dorset (Inglaterra). La cima de la colina sobre la que se erige se encuentra a una altitud de 143 m, con una prominencia de alrededor de 68 m; la misma se halla aislada de las formaciones de Dorset Downs y Cranborne Chase. El cercano castro de Hambledon Hill se sitúa al norte.
El fuerte es aproximadamente rectangular (600 m por 400 m) y comprende una superficie de 22 hectáreas. Existe una empinada inclinación hacia el oeste, donde se emplaza el río Stour. Los otros lados tienen una muralla artificial y una zanja defensiva, con una segunda muralla adicional en el norte. La entrada principal está enclavada en la esquina sureste, existiendo además otras en las del suroeste y noreste.
La colina fue fortificada por una tribu celta denominada durotriges, en la edad de hierro. Los análisis con carbono-14 sugieren que la muralla principal data de alrededor del año 500 a. C., y existe una gran evidencia en relación al asentamiento humano dentro del castro.
El fuerte fue capturado en el año 43 por la Segunda Legión romana, liderada por Vespasiano, quien ya había tomado el Castillo Maiden y otros castros en el sur. Once cerrojos de hierro de ballistas fueron encontrados en el interior de Hod Hill, pero no existe otro signo de lucha, lo que sugiere que los durotriges se rindieron a la superior armada romana.
Los romanos construyeron una castra de 200 m² en la esquina noroeste del fuerte original, ocupado por una fuerza mixta de 720 legionarios y auxiliares. Hod Hill fue utilizado como una base durante cinco o seis años, pero cayó en desuso para alrededor del año 50, cuando las tropas fueron retiradas de allí para las campañas en contra de Caratacus en Gales y los hombres restantes fueron trasladados a un nuevo fuerte más al oeste, Waddon Hill.
El lugar fue excavado en la década de 1950 por Ian Richmond y su reporte final se publicó en 1969. En la actualidad, la colina constituye un importante hábitat de los prados calcáreos.
Gujarat (Khambat)
Subcategoría: Ciudad sumergida.
En el 2000, el Instituto Nacional de Tecnología Marina de la India anunció haber hallado, en el lecho marino al frente de la costa del estado de Gujarat, a 40 metros de profundidad, estructuras megalíticas parecidas a una ciudad. El descubrimiento fue confirmado un año después por el ministro de Ciencia y Tecnología Murli Manohar Joshi, quien afirmó que las construcciones sumergidas son los restos de una ciudad que fue arrasada por una súbita inundación, y además, se dijo que las ruinas mostraban un fuerte parecido con las de Harappa y Mohenjo-Daro, antiguas ciudades que se remontan al 2700 a.C., pertenecientes a la antigua civilización del Indo. La arqueología tradicional remonta estas antiguas civilizaciones hindúes a la cultura neolítica llamada Mehrgarh (10.000 a.C.), a la que le sigue, durante la edad del bronce, la cultura Zhob.
Efectivamente, después de las excavaciones hechas en Queha se encontraron hermosas cerámicas que ilustraban animales estilizados, como dromedarios, y algunas estatuillas que representaban a la Diosa Madre, las cuales se pueden comparar con las de la civilización del Indo. Sin embargo, según algunos estudiosos, el origen de la civilización del Indo debe ser buscado en Khambat y en sus asombrosos hallazgos. Hay dos hipótesis sobre el por qué se encuentra sumergida ahora la zona frente al golfo de Khambat (Cambay).
La primera tesis se refiere justamente al derretimiento de los glaciares de todo el mundo, el cual causó un alzamiento repentino de los mares, de aproximadamente 120 metros. La segunda propuesta, desarrollada por algunos geólogos, sugiere que algunos movimientos tectónicos de escala extraordinaria causaron la sumersión de parte de la que fue costa del mar denominado hoy “Arábigo”.Durante el mes de noviembre de 2001 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas. Se utilizaron sonares que localizaron el lecho de un río, ahora sumergido, de unos noventa kilómetros de longitud, además de extrañas estructuras perpendiculares y paralelas a más o menos 40 metros de profundidad, distantes unos 20 kilómetros de la actual línea de costa. Durante aquellas búsquedas se recuperaron varios objetos de cerámica, madera tallada, algunos dientes humanos y varios objetos semi-preciosos, muchos de ellos perforados. Los pedazos de madera fueron sometidos a la prueba del carbono 14 y obtuvieron datación del 7500 a.C. Según el estudioso Witzel, el hecho de haber encontrado madera con datación de hace 9500 años no es una prueba definitiva de que haya sido utilizada por el hombre exactamente en aquel lugar, puesto que pudo haber sido arrastrada hasta allí por las crecidas de ríos o por aluviones. Si se hubiera encontrado incrustada en un estrato geológico, hubiera podido ser datada con mayor certeza.
En el 2003 y en el 2004 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas y se encontraron otros objetos de cerámica. Los hallazgos fueron enviados a algunos laboratorios hindúes y europeos (Oxford y Hanover). y a través del método de la termoluminiscencia, obtuvieron datación de 13.000 a 31.270 años atrás. El geólogo hindú Shri Batrinarayan confirmó la autenticidad de los descubrimientos, sosteniendo que las reliquias fueron analizadas con la técnica de difracción de los rayos X. Según el estudioso, el material arcilloso utilizado en la terracota encontrada bajo el agua es típico de la zona y fue cocido a 700 grados para obtener la cerámica. En base a estos descubrimientos, la ciudad sumergida de Khambat sería la más antigua del mundo, remontándose a 9,5 milenios atrás.
La leyenda dice “Se cree que esta ciudad submarina denominada ¨Dwarka¨ o “La Ciudad Dorada” es el castillo submarino del Dios Krishna de la India”.
Guanahacabibes
Subcategoría: Ciudad sumergida.
Un equipo cubano-canadiense reportó, en el año 2.000, el descubrimiento de lo que podrían ser las ruinas de una ciudad de unos 6 mil años de antigüedad o mas, que se hundió en la costa del extremo occidental de Cuba, según se informo.
La expedición integrada por científicos canadienses y cubanos que trabajan en el proyecto “Exploramar”, dedicado a la búsqueda de restos de naufragios, halló indicios de un asentamiento humano. El descubrimiento tuvo lugar a 650 m. de profundidad en el mar Caribe, entre la península cubana de Guanahacabibes y la región mexicana de Yucatán. En el hallazgo se empleó un robot submarino equipado con cámaras, luces y sónares.
Para cerciorarse realmente de que se trata de una ciudad sumergida, las investigaciones se están realizando a bordo del barco “Ulises”, de la Academia de Ciencias de Cuba. Éste ha sido recientemente equipado con tecnología punta por la empresa Advanced Digital Communications (ADC), y una de las mejoras técnicas que incorpora a la investigación son las cámaras de campo visual más amplio. La localización de estos restos, que pertenecían a una ciudad sumergida desde hace miles de años, promete un gran descubrimiento arqueológico para explicar el pasado americano.
El descubrimiento se realizó el pasado año 2000, pero es muy poca la información que se tiene del mismo. La autora de este descubrimiento es la ingeniera oceánica Paulina Zelitsky, una experta soviética –nacionalizada canadiense- que durante la Guerra Fría se dedicó a la construcción de bases secretas de submarinos, y que en la actualidad trabaja realizando obras de ingeniería civil y topografía del lecho oceánico. Hace unos años, Zelitsky alcanzó cierta notoriedad en los medios de comunicación al localizar los restos del Maine, cuyo hundimiento desató la guerra hispano-norteamericana de 1998. El buque se encontraba a unos cinco kilómetros de la Costa de La Habana y a casi mil metros de profundidad. El equipo de Zelitsky pudo mostrar impresionantes filmaciones del lugar del naufragio.
En el año 2000, el equipo de esta investigadora informaba del hallazgo de una gran meseta de tierra con claros rastros de lo que parecen ser enormes estructuras arquitectónicas de factura humana parcialmente cubiertas por la arena. Desde arriba, las formas recuerdan a pirámides, calles y edificios. Como era de suponer, este hallazgo despertó la imaginación de aquellos que creen en la existencia de la Atlántida.
Se ha confirmado que las piedras encontradas fueron cortadas, talladas y pulidas para hacerlas encajar unas con otras y formar así estructuras mayores. Sobre las extrañas inscripciones, algunas de ellas parecidas a los jeroglíficos egipcios, se sabe muy poco, salvo que son muy abundantes y que se encuentran en casi todas las partes del yacimiento. También han aparecido símbolos y dibujos cuyo significado se desconoce.
La mayoría de las grandes cadenas de televisión de varios países están a la espera de que les faciliten este material sin precedentes. Afortunadamente, Paulina Zelitsky facilito al periodista e investigador Luís Mariano Fernández –ningún medio de comunicación las tiene o las ha emitido- las primeras imágenes grabadas por su cámara submarina de vídeo.
HAY PIRÁMIDES Y CAMINOS A 600 METROS
“En realidad se trata de unas estructuras extremadamente peculiares…. han captado la imaginación de todos nosotros”, me comentaba el geólogo cubano Manuel Iturralde después de haber investigado durante un tiempo el lugar del hallazgo. “Me resulta muy complicado explicar esto desde el punto de vista geológico”, añadió, tras una larga entrevista concertada con él en la ciudad de La Habana. El examen y análisis de la muestras rocosas que serán recogidas en las próximas fechas ofrecerá más luz sobre la formación, que recordemos que está ubicada frente a la Península de Guanahacabibes, en el extremo Oeste de Cuba.
Se trata de una extensión de más de 20 kilómetros cuadrados, en los que se encuentran cubos, paralelepípedos y pirámides. Este complejo ha sido llamado Mega por su tamaño.
Estas es la primera imagen del hallazgo, captada con un equipo de sonar. La misma fue tomada en el año 2.000, mientras el equipo de Exploramar realizaba diversos tipos de investigaciones sobre el fondo del marino cubano. La imagen captada muestra claramente lo que pareciera ser la estructura de un edificio:
Iturralde, que trabaja en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, se ha unido al Proyecto Exploramar – el único facultado por Fidel Castro para el rastreo de los fondos marinos de la Isla – en los esfuerzos por desvelar el enigma de las rocas, de tipo granito, pulidas y de forma geométrica. Las estructuras, que recuerdan a las pirámides egipcias, caminos y otro tipo de construcciones, yacen a más de 600 metros de profundidad en un área de más de 20 kilómetros cuadrados.
El Proyecto Exploramar ha sugerido que pudieran pertenecer a una civilización que colonizó el continente americano hace miles de años, probablemente asentada en una isla que se hundió a gran profundidad por un cataclismo natural, tal vez un terremoto.
ESCEPTICISMO CIENTÍFICO
Esa teoría, y su inevitable paralelismo con la mítica ciudad desaparecida de la Atlántida, ha sido recibida con escepticismo por parte de los medios científicos internacionales, que consideran poco convincentes y creíbles la mencionada antigüedad, calculada en al menos 6 mil años por Exploramar.
Algunos arqueólogos europeos indicaron que las rocas, encontradas en Julio de 2000 mientras Exploramar buscaba con equipos de sonar tesoros y galeones españoles hundidos, pueden ser una formación natural de caliza (curiosa conclusión cuando aún nadie había podido acceder a las imágenes grabadas por la ingeniera oceánica). Pero el estudio y la conclusión del geólogo Iturralde de que no hay una explicación natural obvia han reforzado la hipótesis del equipo de Zelitsky.
Estas imágenes, corresponden al segundo escáner de la superficie marina, tomado con el equipo de sonar en el año 2001. En las mismas, vuelven a aparecer las mismas estructuras geométricas, similares a una edificación:
Aquí, se pueden apreciar las primeras imágenes tomadas por el robot submarino del proyecto Exploramar, a las diversas estructuras encontradas en el fondo marino. Estas fotografías datan, que se sepa, del mes de Junio y Julio del año 2002:
En esta fotografía se puede observar claramente un detalle lineal en uno de los extremos de este megalito, de aspecto redondeado.
Pero hay muchos tipos y clases de estructuras, no solo piramidales. Hay incluso un enorme pedestal con una estructura a su alrededor que podría ser perfectamente un gran reloj solar.
Gran Zimbabue
Subcategoría: Ciudad abandonada.
El Gran Zimbabue es el nombre dado a las ruinas de una antigua ciudad situada en el sur de África, localizada en las coordenadas 20°16′S 30°54′E, en lo que hoy en día es Zimbabue. Esta ciudad fue el centro de una poderosa civilización conocida como el Imperio Monomotapa (o en su forma original Munhumutapa) que abarcaba zonas de Zimbabue y Mozambique. En aquella época esta civilización llegó a comerciar con otras partes de África a través de puertos como el de Sofala, al sur del delta del río Zambeze.
El Gran Zimbabue está considerado como el santuario nacional del actual Zimbabue, en donde se halló el Pájaro de Zimbabue, el símbolo nacional del país. Actualmente es un lugar arqueológico de gran importancia.
Gran Zimbabue o “casas de piedra” es el nombre dado al conjunto de ruinas y construcciones en piedra esparcidas en un área de unos 150 km² en lo que es hoy el actual país de Zimbabue que, de hecho, es así nombrado por estas ruinas. El origen de la palabra Zimbabwe no se conoce a ciencia cierta pero hay al menos tres teorías al respecto.
En la primera teoría, la palabra Zimbabwe puede que se refiera a una forma corta de ziimba remabwe o ziimba rebwe, que es un término shona (dialecto: chiKaranga) que significa ‘gran casa [construida con bloques de] piedra’. En el dialecto karanga del idioma shona imba significa ‘casa, edificio’ y ziimba o zimba quiere decir ‘una casa o edificio enorme’. La palabra bwe o ibwe (en singular, mabwe en plural) significa en el dialecto karanga ‘[un bloque de] piedra’. Por lo tanto, según esta interpretación la palabra Zimbabwe claramente se infiere que el origen de la palabra se refiere a la antigua ciudad del Gran Zimbabue cuyos enormes edificios estaban construidos de grandes bloques de piedra. El pueblo shona de lengua karanga se encuentra actualmente viviendo alrededor de la zona del Gran Zimbabue en lo que es la actual provincia de Masvingo y se sabe que han habitado esa región desde la época de la construcción de la antigua ciudad.
La segunda teoría dice que la palabra Zimbabwe es una contracción de dzimba woye que quiere decir ‘casas de veneración’ en el dialecto zezuru del idioma shona. Este término se reserva generalmente para las casas de los jefes o sus tumbas. Asimismo, se debe hacer notar que el pueblo shona de lengua zezuru se encuentra desperdigado a una distancia de 500 kilómetros en dirección noreste de lo que es el complejo del Gran Zimbabue.
La tercera teoría afirma que la palabra Zimbabwe procede del idioma shona con la forma dzimba dza mabwe que significa ‘casa de piedra’, lo que haría referencia a las ruinas del Gran Zimbabwe.
Las estructuras y edificios fueron construidos entre el siglo XI y el XV. Las ruinas de lo que es hoy el Gran Zimbabue están entre las más antiguas y de más grande estructura localizadas en el África Subsahariana. En su apogeo, se cree que el Gran Zimbabue albergaba a unos 18.000 habitantes. Las ruinas que han sobrevivido hasta nuestros días están construidas completamente en piedra. Las ruinas cubren un área de 7 km² a lo largo de una zona con un radio de 160 a 320 km.
Las ruinas se pueden dividir en tres grupos arquitectónicos distintos. Estos se conocen con los nombres de Conjunto de la colina (Hill Complex), Conjunto del valle (Valley Complex) y la famosa Gran cerca (Great Enclosure). Más de 300 estructuras se han localizado hasta el momento en la Gran cerca. Los distintos tipos de estructuras pétreas que se han encontrado en el sitio arqueológico dan una idea del estatus social al que pertenecía el recinto. Las estructuras más elaboradas probablemente se construyeron para los reyes, las cuales se encontraban más alejadas del centro de la ciudad. Se cree que esto es así con la intención de prevenir caer en la enfermedad del sueño.
Lo que los pocos datos existentes sugieren es que el Gran Zimbabue fue también un importante centro comercial. Según los restos encontrados, la ciudad pudo haber formado parte de una red de intercambios comerciales que pudo haberse extendido hasta China. Restos de alfarería china, monedas de Arabia, objetos de cristal tales como abalorios, y otras piezas foráneas han sido excavadas en la zona.
Nadie sabe a ciencia cierta porqué se abandonó este lugar. Quizás pudo deberse a sequías, enfermedades o incluso simplemente a que la disminución del comercio de oro forzase a la población que vivía en el Gran Zimbabue a buscar mejores emplazamientos.
Es bastante fácil llegar a las ruinas y recorrerlas ya que existen dos senderos que suben hasta ellas. Es de reseñar también que en el medio de las ruinas principales hay como una ermita de adoración.
Fueron los comerciantes portugueses los primeros europeos en visitar los restos de la ciudad antigua a comienzos del siglo XVI.
Exterior del muro de la Gran Cerca. Fotografía tomada por David Randall-MacIver en 1906.
En 1531, Vicente Pegado, capitán del escuadrón portugués de Sofala desde 1531 a 1538, describió Zimbabue de la siguiente manera:
Entre las minas de oro de las planicies del interior entre los ríos Limpopo y Zambeze hay una fortaleza construida a base de piedras de un enorme tamaño, y parece no haber argamasa uniéndolas… Este edificio está casi rodeado por colinas, sobre las que hay otros parecidos, con el mismo tipo de piedra y sin argamasa, y uno de ellos es una torre más alta de 12 brazas. Los nativos del país llaman a estos edificios Symbaoe, lo que de acuerdo con su idioma significa “palacio”.
En 1867 las ruinas fueron redescubiertas por Adam Renders mientras realizaba un viaje de cacería quien se las mostró a Karl Mauch en 1871. Las ruinas llegaron a ser muy conocidas por escritores ingleses desde la temporada que pasó en Zimbabue James Theodore Bent bajo el patrocinio de Cecil Rhodes.
Bent, cuya experiencia arqueológica se había circunscrito a Grecia y Asia Menor, declaró en su libro The Ruined Cities of Mashonaland publicado en 1891 que las ruinas mostraban que los constructores habían sido, bien los fenicios, o bien los árabes. Por otra parte Mauch favoreció la leyenda que afirmaba que los edificios fueron construidos como una réplica del palacio de la reina de Saba en Jerusalén.
Según otras teorías seguidas por colonos blancos y académicos, producto de la visión eurocéntrica de la época, afirmaban que las edificaciones no habían podido ser construidas por gentes de raza negra sino por algún pueblo mediterráneo o norteafricano. En el siglo XIX las culturas africanas eran vistas por las potencias coloniales europeas como desprovistas de todo sustrato de civilización. La idea contraria, de un Gran Zimbabue erigido originalmente por alguna cultura africana ha ido en contra de la visión racista de antaño.
La primera excavación arqueológica verdaderamente científica la llevó a cabo David Randall-MacIver entre 1905 y 1906. Escribió en su libro titulado Medieval Rhodesia que había encontrado objetos con un origen eminentemente africano. En 1929, Gertrude Caton-Thompson fue la primera arqueóloga que, de manera concluyente, aseveró que aquellas ruinas había sido levantadas por africanos.
Actualmente se ha probado, mediante dataciones de radiocarbono, que los restos más antiguos se remontan al siglo XIII. Hoy en día los arqueólogos están de acuerdo en que probablemente los constructores serían de alguna etnia de habla shona. Los lemba, una tribu de lengua shona que afirman ser descendientes de los antiguos judíos, y que viven a lo largo de la frontera entre Zimbabue y Sudáfrica, reclaman el Gran Zimbabue y las otras ciudades de piedra del este de África como parte de su legado. Ciertas características de la arquitectura swahili en la costa este recuerdan aquellas de Zimbabue, en particular la gran torre.
A pesar de las evidencias, la línea oficial seguida por los gobiernos coloniales de Rodesia iba encaminada a negar la autoría de todos los restos por parte de africanos nativos.
Para los grupos negros anticolonialistas el Gran Zimbabue representó un símbolo importante de los logros africanos. Reivindicar la propia historia fue uno de los principales objetivos de quienes luchaban por la independencia. En 1980 el nuevo país independiente fue rebautizado en honor a este legado, y su famosa escultura del pájaro se convirtió en símbolo nacional, incluyéndose en la bandera.
Oppidum d’Enserune
Subcategoría: Poblado en colina.
Category: Heritage in Languedoc Roussillon
Department: Hérault (34)
Location: 10 km west of Béziers
Road access: A9 exit 36 D609 or d11
En el siglo VI a.C., las tribus indígenas del sur de la Galia se agruparon en grandes comunidades situadas en altos llamadas «oppida»
El Oppidum d’Ensérune es una antigua colina de la ciudad (o oppidum) cerca del pueblo de Nissan-lez-Enserune, Francia, situado entre Béziers y Narbona cerca de la D609 (antes RN9) y del Canal du Midi.
Fechas de ocupación de la tarde Edad del Bronce y la temprana Edad de Hierro (8 y 9 de siglos antes de Cristo), que eran los períodos de cambio en las formas de vida de las poblaciones proto-histórica de lo que hoy es el sur de Francia. En su primera fase consistió en chozas hechas de materiales perecederos dispuestas sin orden aparente. El asentamiento de personas en grandes sitios elevados conocidos como oppida, siguió un largo período de semi-nomadismo.
El asentamiento fue ocupado sin interrupción desde el siglo sexto antes de Cristo y el 1 de siglo, su ubicación de ser elegido probablemente porque se trataba de una colina con buenas vistas sobre la llanura costera, estar cerca de la calzada romana Via Domitia, el lago Montady, y de tierras agrícolas fértiles a continuación.
El asentamiento colina fortificada prehistórica (oppidum) en Ensérune es uno de los más importantes sitios de pre-romanas en Europa. El sitio arqueológico aquí es famoso por su valor científico, específicamente el tamaño del sitio y el número de artículos encontrados allí.
Hay un museo en el sitio que ofrece una muestra de algunos de los hallazgos en el sitio, así como dar más información acerca de la fortaleza y el sistema de campo.
Desde el punto más alto del sitio, hay una vista panorámica de la Montady laguna (o laguna de Montady)
A continuación el Oppidum fue el pantano de Montady, (centrado en 43 ° 19’12 “N 3 ° 07’24” E ), que ahora está en forma de cuña los campos separados por acequias que confluyen en el centro. En el siglo 13, el pantano fue drenado; las zanjas deseados que el agua fluya hacia el centro de la depresión circular, de la que se transmite a través de tuberías subterráneas de varios kilómetros hacia el sur. El drenaje es todavía funcional y se mantiene en uso.
Muy conocida por los habitantes del Hérault, pero ignorada por la mayoría de los franceses, la rueda de Enserune es, probablemente, el único geoglifo? de Francia.
Vista desde un avión o desde el mirador situado sobre una colina antigua, se presenta como una inmensa y perfecta rueda, cuyos veinte radios se reúnen en el centro.
De hecho, los radios de la rueda, cuyo diámetro debe de aproximarse a los cuatro o cinco kilómetros, son unos fosos de drenaje separando los viñedos y los campos de diversos propietarios.
El conjunto, llamado rueda de Enserune o de Montady, se extiende a unos seis kilómetros de Béziers, entre las carreteras que van, de una parte a Capestan y de otra parte a Narbona.
Derinkuyu
Derinkuyu (Ciudad subterránea)
Coordenadas: 38°22′27″N 34°44′01″E
Localización de Derinkuyu en Turquía
Distrito: Derinkuyu
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Puerta circular de piedra que bloquea un pasillo en la ciudad subterránea de Derinkuyu.
Derinkuyu (en griego: Μαλακοπή) es una ciudad y distrito de la provincia de Nevşehir en Anatolia central, Turquía. En el censo de 2000, la población del distrito era de 24 631 habitantes, de ellos 11 092 correspondían a la ciudad de Derinkuyu. El distrito posee un área de 445 km², y la elevación media es de 1300 m, con el monte Ertaş de 1988 m como punto más alto.
Localizada en la región de Capadocia, Derinkuyu es conocida por ser la de mayor atracción turística de las 37 ciudades subterráneas abandonadas de esta región.
Derinkuyu se encuentra 29 km al sur de Nevşehir, y su nombre significa ‘pozo profundo’. Antiguamente llamada Melengübü, se cree que el lugar fue ocupado desde el siglo VII, aunque algunos arqueólogos especulan que es más antigua que Kaymaklı, otra famosa ciudad subterránea de la zona; ya que el primer nivel pudo haber sido excavado por los hititas alrededor del año 1400 a. C.
La ciudad subterránea de Derinkuyu y su vecina Kaymaklı forman parte del conjunto Parque Nacional de Göreme y sitios rupestres de Capadocia elegido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1985.1
Historia
El militar e historiador griego Jenofonte, menciona las ciudades subterráneas de Capadocia en la Anábasis. En ese relato de la expedición de diez mil mercenarios en el Imperio Persa, en 399 a. C., explica que los habitantes de Anatolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo suficientemente grandes como para albergar una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que éstos almacenaban.2
La facilidad de excavar el suelo volcánico de la zona, llevó a los moradores de Derinkuyu a crear una ciudad de varios niveles subterráneos, que fue utilizada como refugio de las frecuentes invasiones a Capadocia, en las diversas épocas de su ocupación.
Las excavaciones arqueológicas modernas comenzaron en 1963, y han llegado a los cuarenta metros de profundidad, revelando la existencia de entre 18 a 20 niveles subterráneos, aunque solamente es posible visitar los ocho niveles superiores. El resto está parcialmente obstruido, o reservado para la investigación arqueológica y antropológica. Fue abierta a los visitantes en 1969 y hasta la fecha [¿cuándo?] sólo el diez por ciento de la ciudad subterránea es accesible para los turistas.
En el interior de la ciudad, pueden observarse establos, comedores, salas para el culto, cocinas (aún ennegrecidas por el hollín de los hogares), prensas para el vino, bodegas, cisternas de agua y áreas habitacionales. La ciudad cuenta con pozos de agua y galerías de comunicación.
En total, se han detectado 52 pozos de ventilación. Se calcula que estas instalaciones eran suficientes para dar refugio a diez mil personas. El laberinto de corredores cuenta además con tres puntos estratégicamente seleccionados, cuyo acceso podía ser bloqueado, desplazando las rocas adyacentes; impidiendo así la entrada de intrusos. Además, la ciudad tiene un túnel de casi 8 km de largo, que se cree la conectaba con la vecina ciudad subterránea de Kaymaklı.
La antigua ciudad subterránea de Derinkuyu: una red de túneles para 20.000 personas levantada hace miles de años
A Derinkuyu la rescató del olvido la casualidad, el mismo e imprevisible azar que ha acompañado otros grandes descubrimientos a lo largo de la historia. Se cuenta que en 1963 un vecino que vivía en una de las “casas-cueva” de la zona, en la región de Capadocia, actual Turquía, se dio cuenta de que estaba perdiendo gallinas de una forma misteriosa: se esfumaban tras colarse por una pequeña grieta abierta durante una reforma. Al indagar descubrió que se colaban por un pasadizo, pasadizo que conectaba a su vez con otro corredor, corredor que enlazaba con una ciudad subterránea.
Había dado con la amplia y antiquísima metrópoli soterrada de Elengubu (Derinkuyu).
Hoy aquel golpe de suerte, cuya historia relatan todavía los guías a los incrédulos viajeros que se desplazan hasta la zona para conocerla en persona, se ha convertido en una de las grandes atracciones de la región. Y una de las construcciones más fascinantes del país.
Derinkuyu es una maravilla milenaria, una enorme metrópolis subterránea que, se calcula, podía acoger hasta 20.000 personas durante meses. Los expertos calculan que la también conocida como antigua ciudad de Elengubu se extiende a más de 85 metros bajo tierra igual que un rascacielos con 18 niveles de galerías. Un tamaño extraordinario del que solo se puede conocer una parte. Suena a fantasía, una ciudad creada por los morlocks, pero Derinkuyu fue una realidad durante siglos.
Un refugio… a lo grande
Expertos como A. Bertini —precisa la BBC— creen que pudieron excavar los primeros niveles en la roca cuando fueron atacados por los frigios, hacia el 1.200 a.C. En la metrópolis se han encontrado de hecho objetos atribuidos a los hititas. Buena parte de la construcción se asocia también con los frigios. A su labor habría contribuido la propia geología de la región, maleable y con suelos secos.
Las construcciones se mantuvieron durante siglos, pasando, entre otros, por los persas y los cristianos de la era bizantina, hasta quedar abandonadas en la década de 1920 tras la guerra greco-turca. Con el tiempo la construcción adoptó dimensiones de auténtica urbe, con viviendas, espacios para almacenar alimentos y bebida, aulas, capilla y pasadizos con su propio sistema de seguridad.
En la imagen se aprecia cómo la puerta circular de piedra cerraba el pasillo, aislando a los habitantes del subsuelo.
Sus responsables llegaron a fabricar enormes rocas circulares y media tonelada de peso para desplazarlas hacia los accesos de los túneles y cegarlos ante el avance de sus enemigos.
Los investigadores creen que pudo servir en un principio al almacenamiento, si bien su uso principal sería el de refugio, un espacio temporal para resguardarse del acecho de los invasores.
“La sucesión de imperios y su impacto en los paisajes de Anatolia explican que se usasen refugios subterráneos como Derinkuyu”, comenta a la BBC el profesor Andrea de Giorgi, de la Universidad Estatal de Florida. Su apogeo se habría alcanzado de hecho hacia el VII, durante las incursiones islámicas. Para facilitar su ocupación disponía de un sistema de ventilación y un pozo protegido.
Aunque Derinkuyu resulta fascinante por sus características, no es la única ciudad subterránea de Capadocia, región por la que se distribuyen otras construcciones similares. Durante los trabajos de limpieza de una ladera en Nevsehir, Turquía, se descubrió de hecho una amplia ciudad soterrada que, se calculaba en 2014, podría extenderse a lo largo de 450.000 metros cuadrados.
Uno de los detalles más interesantes es el que Derinkuyu fue sufiendo dramáticos cambios a lo largo de su historia. Sobretodo en la era Bizantina, en la cual se agregaron unas considerables puertas de piedra para cerrarla desde dentro e impedir el acceso exterior. Detalle que indica el conocimiento de la ciudad por parte de los persecutores y posibles intentos de invasión. Sorprendentemente, gracias a sus fuentes y depósitos internos de comida, la ciudad podía acomodar cómodamente a 3 mil personas; pero si una crisis se desataba en el exterior, se cree que podía llegar a ser ocupada por 50 mil.
La ciudad fue utilizada como refugio por miles de personas que vivían en el subsuelo para protegerse de las frecuentes invasiones que sufrió Capadocia, en las diversas épocas de su ocupación, y también por los primeros cristianos.
Los enemigos, conscientes del peligro que encerraba introducirse en el interior de la ciudad, por lo general intentaban que la población saliera a la superficie envenenando los pozos.
El interior es asombroso: las galerías subterráneas de Derinkuyu (en las que hay espacio para, al menos, 10.000 personas) podían bloquearse en tres puntos estratégicos desplazando puertas circulares de piedra. Estas pesadas rocas que cerraban el pasillo impedían la entrada de los enemigos. Tenían de 1 a 1,5 metros de altura, unos 50 centímetros de ancho y un peso de hasta 500 Kilos.
Además, Derinkuyu tiene un túnel de casi 8 kilómetros de largo que conduce a otra ciudad subterránea de Capadocia, Kaymakli.
Capadocia es una región de la Anatolia Central, en Turquía. Fotografía de Nevit Dilmen
En los niveles recuperados se han localizado establos, comedores, una iglesia (de planta cruciforme de 20 por 9 metros, con un techo de más de tres metros de altura), cocinas (todavía ennegrecidas por el hollín de las hogueras que se encendían para cocinar), prensas para el vino y para el aceite, bodegas, tiendas de alimentación, una escuela, numerosas habitaciones e, incluso, un bar.
La ciudad se beneficiaba de la existencia de un río subterráneo; tenía pozos de agua y un magnífico sistema de ventilación (se han descubierto 52 pozos de ventilación) que asombra a los ingenieros de la actualidad.
Meses bajo tierra
Pequeños agujeros perfectamente redondos en el centro de estas fuertes puertas habrían permitido a los residentes atacar a los invasores mientras mantenían un perímetro seguro.
“La vida bajo tierra probablemente fue muy difícil”, agregó mi guía Suleman.
“Los residentes hacían sus necesidades en vasijas de barro selladas, vivían a la luz de las antorchas y se deshacían de los cadáveres en áreas designadas”.
Cada nivel de la ciudad fue cuidadosamente diseñado para usos específicos.
El ganado se mantenía en los establos más cercanos a la superficie para reducir el olor y los gases tóxicos producidos por el ganado, así como para proporcionar una capa cálida de aislamiento vivo para los meses fríos.
Las capas internas de la ciudad contenían viviendas, sótanos, escuelas y espacios de reunión.
Identificable por sus techos abovedados de cañón únicos, una escuela misionera bizantina tradicional, completa con salas adyacentes para el estudio, se encuentra en el segundo piso.
Según De Giorgi, “la evidencia de la elaboración del vino se basa en la presencia de bodegas, cubas para prensar uvas y ánforas [tinajas altas de dos asas y cuello estrecho]”.
Estas habitaciones especializadas indican que los habitantes de Derinkuyu estaban preparados para pasar meses bajo la superficie.
Fuente de la imagen, Getty Images
Derinkuyu tenía muchas entradas, incluidas más de 600 que se encuentran dentro de casas privadas.
Ilustración vía Reddit
Más secretos por excavar
Pero lo más impresionante es un complejo sistema de ventilación y un pozo protegido que habría abastecido a toda la ciudad con aire fresco y agua limpia.
De hecho, se cree que la construcción temprana de Derinkuyu se centró en estos dos elementos esenciales.
Más de 50 pozos de ventilación, que permitían el flujo de aire natural entre las muchas viviendas y pasillos de la ciudad, se distribuyeron por toda la ciudad para evitar un ataque potencialmente fatal a su suministro de aire.
El pozo fue excavado a más de 55 metros de profundidad y los habitantes de la ciudad podían cortarlo acceder a él fácilmente desde abajo.
Si bien la construcción de Derinkuyu fue realmente ingeniosa, no es la única ciudad subterránea en Capadocia.
Con 445 kilómetros cuadrados, es simplemente la más grande de las al menos 200 ciudades subterráneas debajo de las llanuras de Anatolia.????
Más de 40 de estas ciudades más pequeñas se encuentran a tres o más niveles de profundidad bajo la superficie.
Muchas están conectadas a Derinkuyu a través de túneles excavados cuidadosamente, algunos de los cuales se extienden hasta 9 kms.
Todos ellos están equipados con vías de escape de emergencia en caso de que fuera necesario un retorno inmediato a la superficie.
Pero no todos los secretos subterráneos de Capadocia han sido excavados.
En 2014, se descubrió una ciudad subterránea nueva y potencialmente incluso más grande debajo de la región de Nevsehir.
La historia viviente de Derinkuyu llegó a su fin en 1923 cuando los griegos de Capadocia evacuaron.
Más de 2.000 años después de la probable creación de la ciudad, Derinkuyu fue abandonada por última vez.
Fotografía de Nevit Dilmen
Las otras teorías
A Andrew Collins, un experto en misterios de civilizaciones desaparecidas, Demir le había hecho ver algo: que algunas de las zonas más antiguas de ese entramado eran más altas que las modernas. Como si hubiesen sido acondicionadas para personas de mayor estatura. Él creía que podía remontar su antigüedad al Paleolítico. «Collins me propuso una explicación», recuerda Demir. «Cree que, hacia el noveno milenio antes de Cristo, Turquía sufrió una breve era glacial que duró 500 años. Y que los habitantes de estas regiones, más altos que nosotros, decidieron refugiarse del frío y la nieve del exterior excavando ciudades en las que la temperatura era constante. Como aquí, que nunca baja de los 10 ó 12 grados».
Andrew Collins, junto a autores bien conocidos en los países anglosajones como Graham Hancock, Rand Flem-Ath o Colin Wilson, defiende que existieron civilizaciones desarrolladas, mucho antes de Mesopotamia o Egipto, que se esfumaron tras la llegada de la última glaciación. Para todos ellos, aquel cambio climático de hace 11 ó 12.000 años colapsó el curso de la Historia y dio pie a leyendas como las del Diluvio -extendida entre todas las culturas del planeta- o la del hundimiento de la Atlántida. ¿Era, pues, Derinkuyu un vestigio de alguna de esas civilizaciones prehistóricas? ¿Era casualidad que en la región del planeta en la que nos encontrábamos hubiera florecido el mito de Shambalah, un mítico reino subterráneo cuyos tentáculos se extienden supuestamente bajo todo el continente de Asia?
Capadocia sigue alimentando el asombro con las chimeneas de Hadas de Göreme. Estas extrañas elevaciones puntiagudas son como altas columnas modeladas por la erosión y provistas de una roca superior, como sombrero. El nombre actual Göreme significa “no dejes de ver”, dicho por los nativos a los forasteros.
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