Este Mundo, a veces insólito

Calendario
marzo 2025
L M X J V S D
 12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31  

Escritura

Atlas Maior

Atlas Maior

Portada de la edición en castellano.

El Atlas Maior (1662-1667) es un atlas del mundo, concebido por Willem Blaeu y compilado por su hijo Joan Blaeu, publicado por vez primera en 1662. La obra original se componía de 11 volúmenes, en latín, y contenía 594 mapas.

El Atlas Maior se basaba en gran parte en el Atlas Novus, publicado por los mismos editores entre 1635 y 1658. El título completo de esta obra, Theatrum Orbis Terrarum, sive Atlas Novus in quo Tabulæ et Descriptiones Omnium Regionum, denota que a su vez se basó en una obra anterior de Abraham Ortelius, el “Theatrum Orbis Terrarum” de 1570. En 1629 Willem Blaeu había ampliado sus fondos de mapas con la compra de las planchas utilizadas por Abraham Ortelius para el Theatrum Orbis Terrarum.

Fue el libro más grande y extenso publicado en el siglo XVII.

Willem Blaeu (1571-1638) fue un matemático y astrónomo holandés, discípulo de Tycho Brahe. Tras estudiar en Dinamarca, regresó a Ámsterdam en 1604 y abrió una tienda donde fabricaba y vendía instrumentos científicos, globos y mapas. También fue editor y grabador.

En 1629, Willem Blaeu compró las planchas de cobre de varias docenas de mapas a la viuda de Jodocus Hondius II. En 1630 publicó un apéndice al Atlas de Mercator, que contenía 60 mapas, pero ningún texto. Al año siguiente publicó una nueva edición, con 98 mapas y texto descriptivo en latín.

Willem y su hijo Joan Blaeu trabajaron para publicar su propio atlas, que completaron en 1635 y apareció en dos volúmenes y cuatro versiones en diferentes idiomas; la más completa constaba de 208 mapas.

Cuando Willem Blaeu murió en 1638, Joan continuó reformando y expandiendo el atlas. Publicó una edición de tres volúmenes en 1640. Los siguientes años siguió incorporando mapas. La versión final del atlas se publicó como Atlas Maior y contenía 594 mapas en doce tomos en su versión más completa. El Atlas Maior fue el libro más grande y extenso publicado en el siglo XVII. Los primeros volúmenes se publicaron en 1662, el último volumen se terminó en 1665, aunque Joan continuó reelaborando varios tomos. También comenzó a crear una edición en español de doce volúmenes, de la que solo se terminaron diez.

Sin embargo, este atlas solo pretendía ser la primera parte de un trabajo mucho más grande, como lo ilustra el título completo del atlas: Atlas Maior, sive Cosmographia Blaviana, qua solum, salum, coelum, exactotissime describeuntur (Gran Atlas o la Cosmografía de Blaeu, en la que se describen con la mayor precisión la tierra, el mar y el cielo). La segunda parte (sobre las costas, mares y océanos) y la tercera parte (con mapas de los cielos) nunca se produjeron.

En 1672, hubo un incendio en el taller. Joan Blaeu murió al año siguiente. No se publicaron nuevas ediciones de sus atlas y la empresa familiar se declaró en quiebra en pocos años.

Atlas Maior, Vol. 1, mapa 29: Observatorio astronómico de Tycho Brahe, en la isla de Hven, actualmente Suecia.

Laurens van der Hem, abogado y coleccionista de mapas y grabados de paisajes y amigo de los Blaeu, se encargó de continuar su labor. Empezó por encargar al mejor dibujante de los que habían trabajado con Blaeu, Dirk Jansz van Santen, que coloreara los mapas a mano.

Una versión de once volúmenes del atlas de Blaeu formaba el cuerpo principal de la copia personal de Van der Hem, pero éste también incluyó una serie de adiciones, entre ellas un volumen de mapas secretos creados por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales que nunca formaron parte de la publicación original.

La colección completa de Van der Hem consta de 46 volúmenes con cuatro suplementos y una cartera de mapas sueltos, que en conjunto incluyen más de 2.400 mapas a todo color y dibujos de puertos, torres y paisajes de reconocidos artistas holandeses. En la actualidad se encuentra en la Biblioteca Nacional de Austria.

El mejor y más completo atlas barroco fue el excepcional Atlas Maior de Joan Blaeu, terminado en 1665. La edición latina original de once volúmenes, que contiene 594 mapas, puso a Blaeu a la cabeza de su competidor acérrimo, el cartógrafo Joanes Janssonius, cuya rivalidad inspiró a Blaeu a producir una grandiosa edición del atlas más grande y completo hasta la fecha. El Atlas Maior de Blaeu, que cubre el Ártico, Europa, África, Asia y América, fue un logro notable y sigue siendo hasta el día de hoy uno de los mejores ejemplos de cartografía de la historia.

«Atlas Maior» de Joan Blaeu: el despegue de la cartografía.

La familia Blaeu fue crucial para el desarrollo de la cartografía moderna. De origen holandés, la empresa Blaeu produjo algunos de los más renombrados mapas, globos terráqueos y atlas de Europa del siglo XVII.

Eran obras de grandes dimensiones y unos precios desorbitados para aquella época. Comenta Oscar Lilao, jefe de Fondo Antiguo, que el «Atlas Maior» de Joan Blaeu, con entre diez y doce volúmenes tendría un precio de unos 20.000 euros de ahora, es decir, el sueldo de varios años de un artesano. Así que era un libro para los ricos de la época, lo que explica que, de forma paralela, se elaborasen libros de menor calidad y tamaño y con mapas en blanco y negro con el fin de responder a la demanda de los distintos estratos sociales.

El «Atlas maior» está considerada una de las obras más prodigiosas de la historia de la cartografía: «Son once volúmenes en un formato enorme (57 cm. de largo y 37 de ancho). Sumando los volúmenes, las ediciones en varios idiomas y teniendo en cuenta la tirada en cada uno de ellos, hablamos de 950.000 mapas y 5,5 millones de páginas de texto» destaca Lilao. Una gran inversión, años de trabajo que sólo podían hacer los grandes talleres del momento. «La imprenta más desarrollada en esos momentos era la de los Países Bajos, mucho más que la de los países del sur, sus obras son muy llamativas y nadie hace cartografía como ellos».

Y es que no son mapas al uso. La cartografía del XVII destaca por el detalle de cada país o zona geográfica y, además, incluyen dibujos, por ejemplo de figuras humanas con los trajes típicos de cada región y completan los libros textos explicativos sobre cuestiones geopolíticas.

El mapa de Mallorca y las Insulae Balearides et Pytiusae de un holandés, Joan Blaeu (que se muestra a continuación) no es el mapa más antiguo conocido de Mallorca, pero data de 1635 y es prácticamente uno de los más antiguos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este mapa del archipiélago fue publicado en 1635 por el padre de Joan Blaeu (Willem Janszoon Blaeu) en Amsterdam y más tarde incluido en su Atlas Maior de 1662.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Theatrum Orbis Terrarum, sive Atlas Novus in quo Tabulæ et Descriptiones Omnium Regionum, Willem y Joan Blaeu, 1645.

Atlas Klencke

Atlas Klencke

El Atlas Klencke fue publicado por vez primera en 1660. Es uno de los atlas más grandes del mundo.1​ Mide 1,75 metros de alto por 2,31 metros de ancho cuando se abre y es tan pesado, que la Biblioteca Británica tuvo que pedirle a seis personas que lo cargaran para moverlo.2

Es un atlas mundial. Consta de 37 mapas en 39 hojas.3​ Los mapas fueron pensados para sacarlos y exhibirlos en la pared. Son de los continentes y los distintos estados europeos hasta entonces conocidos. Abarca todo el conocimiento geográfico de su tiempo.4

El Atlas Klencke fue un obsequio de los comerciantes holandeses a Carlos II de Inglaterra

Juan Mauricio de Nassau (1604-1679) conocido como “el brasileño” creó el Atlas Klencke

Su creación se debe al príncipe holandés Johan Maurits de Nassau. Contiene grabados de artistas como Blaeu y Hondius, entre otros. Fue presentado por un consorcio de comerciantes holandeses, dirigidos por el profesor Johannes Klencke, al rey Carlos II de Inglaterra en 1660, para conmemorar su restauración en el trono.56​ Johannes Klencke era el hijo de una familia de comerciantes holandeses. Carlos, gran aficionado a los mapas, mantuvo el atlas en el ‘armario de rarezas’ en Whitehall.

El rey Jorge III lo dio al Museo Británico como parte de un donativo mayor de mapas y atlas. En la década de los 1950 fue restaurado y encuadernado. Hoy está resguardado por la división de Mapas Antiguos de la Biblioteca Británica en Londres. Desde 1998 se exhibe en el vestíbulo de entrada a la sección de mapas. En abril de 2010, a los 350 años de su creación, fue por primera vez mostrado públicamente con las páginas abiertas, en una exposición en la Biblioteca Británica.7

La Biblioteca Británica resguarda el Atlas Klencke.

Hasta el 2012 el Atlas Klencke era considerado como el atlas más grande del mundo, un récord que probablemente tuvo desde que fue creado.8​ En febrero de 2012, el editor australiano Gordon Cheers publicó un nuevo atlas, Earth Platinum, que es un pie más grande que el Atlas Klencke, lo que lo hace probablemente el atlas más grande en el mundo. Cada uno de los 31 ejemplares que hizo cuestan cien mil dólares estadounidenses.

El origen del Atlas de Klencke data de 1660 como ofrecimiento de Joannes Klencke a Carlos II de Inglaterra (fanático de los mapas y las rarezas).  El atlas original contiene 40 mapas que mostraban mostrando el conocimiento alrededor del mundo. Los mapas ilustran momentos históricos de la cartografía holandesa junto a otros mapas de Europa, África, Asia y América acompañados de textos documentales en holandés, latín y francés. Algunos de los mapas presentan tamaños superiores al propio Atlas, habiendo sido necesario plegarlos en secciones de tres páginas.

Dentro de la recopilación de mapas del atlas se encuentran autores de diversos orígenes como William Hondius, Blaeu, Guillermo Hondius, Nicolás Sanson, Jean Jubrien, Hugo Allard o Melchior Tavernier entre otros.

 

 

En 1828, Jorge III, cedió el atlas al Museo Británico, momento a partir del cual comenzó a sufrir diversas restauraciones particulares, especialmente algunos mapas que habían sido utilizados de manera más habitual. Gracias a la enorme encuadernación del atlas, y a diferencia de otros mapas de pared de gran tamaño, no han sufrido excesivo deterioro hasta que, a mediados de siglo, fue restaurado por completo y comenzó a ser expuesto al público. Actualmente el atlas ha sido catalogado y fotografiado dentro de la colección de la biblioteca británica.

Puedes acceder a la digitalización íntegra del atlas del Atlas Klencke y sus 40 mapas desde aquí. Las imágenes son gratuitas y libres de derecho bajo licencia Creative Commons de libre uso.

Es un libro gigantesco de mapas. El atlas grabado más grande que existe.

Cada uno de los 41 mapas del atlas se imprimió a partir de grabados de cobre dibujados a mano. El Atlas Klencke fue encargado por un consorcio de comerciantes holandeses para regalárselo al rey Carlos II de Inglaterra cuando la monarquía inglesa fue restauranda en 1660.

A Carlos II le gustó tanto el Atlas que lo exhibió en su vitrina de rarezas, una colección de artículos notables y exóticos, que estaba de moda en su época.

Según la Real Academia de la Lengua Española un atlas es un conjunto de mapas cartográficos, históricos, etc. agrupados en un solo volumen. Esto ya sugiere que el resultado no va a ser un folleto ni una guía de bolsillo, pero… ¿más grande que yo?

El atlas consta de 41 mapas murales destinados a ser colgados en las paredes, pero que en este caso no ha sido así. Esta es la razón por la que, a pesar del tiempo que tiene, sigue estando muy bien conservado. Hay mapas de los dos grandes hemisferios, al estilo Blaeu, y mapas regionales. Se representa Inglaterra, pero también otras zonas de interés para el rey, como los Países Bajos, Italia, Francia, Ucrania y también Brasil, China o Tierra Santa. Una muestra de todo el conocimiento que se tenía del mundo por aquel entonces.

Mapas de Nicolaes Visscher

Nicolaes Visscher

Nicolaes Visscher I, conocido también como Nicolas Piscator, o « el mayor », (Ámsterdam, 25 de enero de 1618ibídem, enterrado el 11 de septiembre de 1679) fue un grabador, cartógrafo y editor neerlandés.

Era hijo de Claes Janszoon Visscher. Su hijo, Nicolaes Visscher II (1649-1702), también trabajó con él y continuó la tradición de la elaboración de mapas de la familia después de su muerte. Visscher murió en Ámsterdam en 1679 y fue enterrado en el Kapel Nieuwezijds el 11 de septiembre de ese año, aunque se mantiene por algunas fuentes que el año de su muerte fue 1709.1

Obras

Su mapa grabado de los dos hemisferios, Orbis Terrarum Nova et Accuratissima Tabula, fue creado en 1658 en Ámsterdam. También contiene proyecciones polares norte y sur más pequeños. La frontera está decorado con escenas mitológicas, uno en cada esquina, dibujadas por el pintor Nicolaes Berchem, mostrando Zeus, Neptuno, Perséfone y Deméter. Es un ejemplo temprano de mapas del mundo neerlandeses muy decorados; destacándose la división de América/las Américas en América Meridionalis (América del Sur) y América Septentrionalis (América del Norte) como continentes distintos.23

Entre sus obras cabe destacar, de forma especial, el grabado denominado “Leo Hollandicus” y el mapa homólogo “Leo Belgicus”.

 

 

Novi Belgii Novæque Angliæ nec non partis Virginiæ tabula (1656)

 

Orbis Terrarum Nova et Accuratissima Tabula (1658)


 

 

Novissima et Accuratissima Totius Americae Descriptio (1658)

 

 

 

 

 

 

Die Gelegenheit Des Paradeis Und Des Lands Canaan Mit Sampt Den Erst Bewohnten Landeren Der Partriarchen Auss Der H. Schrifft Und Anderen Auctoren Zusamen Getragen (1665)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Map Of Spain, 1690, by Nicolaes Visscher I

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ártico del condado de Zelanda

Amsterdam: Nicholas Visser, 1690.

 

 

 

 

 

 

Cilindro de Ciro

Cilindro de Ciro

El Cilindro de Ciro es un antiguo cilindro de arcilla, actualmente roto en varios pedazos, en el que está escrita una inscripción real aqueménida en escritura cuneiforme acadia en nombre del rey persa Ciro el Grande.[2 ] [3] Data del siglo VI a. C. y fue descubierto en las ruinas de la antigua ciudad mesopotámica de Babilonia (actualmente en el moderno Irak) en 1879.[2 ] Actualmente se encuentra en posesión del Museo Británico. Fue creado y utilizado como depósito de cimentación tras la conquista persa de Babilonia en el 539 a. C., cuando el Imperio neobabilónico fue invadido por Ciro e incorporado a su Imperio persa.

El Cilindro de Ciro, anverso y reverso, y transcripción

Material: Barro cocido

Tamaño: 21,9 centímetros (8,6 pulgadas) x 10 centímetros (3,9 pulgadas) (máximo) x (extremo A) 7,8 centímetros (3,1 pulgadas) x (extremo B) 7,9 centímetros (3,1 pulgadas)[1]

Escritura: Escritura cuneiforme acadia

Creado: Aproximadamente 539–538 a. C.

Periodo/cultura: Imperio aqueménida [1]

Descubierto: Babilonia, Bagdad Vilayet del Iraq otomano, por Hormuzd Rassam en marzo de 1879[1]

Ubicación actual: Sala 52,[1] Museo Británico (Londres)

Identificación: BM 90920 [1]

Registro: 1880,0617.1941[1]

El texto del Cilindro alaba a Ciro, expone su genealogía y lo retrata como un rey de una línea de reyes. El rey babilónico Nabonido, que fue derrotado y depuesto por Ciro, es denunciado como un opresor impío del pueblo de Babilonia y sus orígenes de baja cuna se contrastan implícitamente con la herencia real de Ciro. El victorioso Ciro es retratado como habiendo sido elegido por el dios principal babilónico Marduk para restaurar la paz y el orden en los babilonios. El texto afirma que Ciro fue recibido por el pueblo de Babilonia como su nuevo gobernante y entró en la ciudad en paz. Apela a Marduk para proteger y ayudar a Ciro y a su hijo Cambises. Ensalza a Ciro como un benefactor de los ciudadanos de Babilonia que mejoró sus vidas, repatrió a las personas desplazadas y restauró templos y santuarios de culto en toda Mesopotamia y en otras partes de la región. Concluye con una descripción de cómo Ciro reparó la muralla de la ciudad de Babilonia y encontró una inscripción similar colocada allí por un rey anterior.[3]

El texto del Cilindro ha sido visto tradicionalmente por los eruditos bíblicos como evidencia corroborativa de la política de Ciro de repatriación del pueblo judío luego de su cautiverio babilónico [4] (un acto que el Libro de Esdras atribuye a Ciro[5]), ya que el texto se refiere a la restauración de santuarios de culto y la repatriación de pueblos deportados. 6] Esta interpretación ha sido cuestionada, ya que el texto solo identifica santuarios mesopotámicos y no menciona a los judíos, Jerusalén o Judea.[7] No obstante, se ha visto como una señal del enfoque relativamente ilustrado de Ciro hacia la diversidad cultural y religiosa. El ex director del Museo Británico, Neil MacGregor, dijo que el cilindro fue “el primer intento que conocemos sobre cómo dirigir una sociedad, un estado con diferentes nacionalidades y creencias, un nuevo tipo de arte de gobernar”.[8]

En tiempos modernos, el Cilindro fue adoptado como símbolo nacional de Irán por la dinastía gobernante Pahlavi, que lo exhibió en Teherán en 1971 para conmemorar los 2500 años del Imperio persa.[9] La princesa Ashraf Pahlavi le presentó al Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, una réplica del Cilindro. La princesa afirmó que “la herencia de Ciro fue la herencia de la comprensión humana, la tolerancia, el coraje, la compasión y, sobre todo, la libertad humana”.[10] Su hermano, Shah Mohammad Reza Pahlavi, promovió el Cilindro como la “primera carta de derechos humanos”, aunque esta interpretación ha sido descrita por varios historiadores como “bastante anacrónica” y controvertida.[11] [12] [13] [14]

Descubrimiento

Hormuzd Rassam en Mosul alrededor de 1854. El Cilindro de Ciro fue descubierto durante las excavaciones de Rassam en Babilonia en febrero-marzo de 1879.

El arqueólogo asiriobritánico Hormuzd Rassam descubrió el Cilindro de Ciro en marzo de 1879 durante un largo programa de excavaciones en Mesopotamia llevadas a cabo para el Museo Británico.[15] Había sido colocado como depósito de cimentación en los cimientos de Ésagila, el templo principal de la ciudad.[3] La expedición de Rassam siguió a una excavación anterior realizada en 1850 por el arqueólogo británico Austen Henry Layard, quien excavó tres montículos en la misma zona pero encontró poco de importancia.[16] En 1877, Layard se convirtió en embajador de Gran Bretaña en el Imperio Otomano, que gobernaba Mesopotamia en ese momento. Ayudó a Rassam, que había sido su asistente en la excavación de 1850, a obtener un firman (decreto) del sultán otomano Abdul Hamid II para continuar las excavaciones anteriores. El firman sólo era válido durante un año, pero en 1878 se emitió un segundo firman, con términos mucho más liberales. Se concedió por dos años (hasta el 15 de octubre de 1880) con la promesa de una extensión hasta 1882 si era necesario.[17] El decreto del sultán autorizó a Rassam a “embalar y enviar a Inglaterra cualquier antigüedad que encontrara… siempre que no hubiera duplicados”. Se ordenó a un representante del sultán que estuviera presente en la excavación para examinar los objetos a medida que se descubrieran.[18]

Una vez obtenido el permiso, Rassam inició una excavación a gran escala en Babilonia y otros sitios en nombre de los fideicomisarios del Museo Británico.[16] Realizó las excavaciones en cuatro fases distintas. Entre cada fase, regresó a Inglaterra para traer sus hallazgos y recaudar más fondos para continuar el trabajo. El Cilindro de Ciro fue encontrado en la segunda de sus cuatro expediciones a Mesopotamia, que comenzó con su salida de Londres el 8 de octubre de 1878. Llegó a su ciudad natal de Mosul el 16 de noviembre y viajó por el Tigris hasta Bagdad, a donde llegó el 30 de enero de 1879. Durante febrero y marzo, supervisó las excavaciones en varios sitios babilónicos, incluida la propia Babilonia.[17]

Mapa del sitio de Babilonia en 1829. Los excavadores de Hormuzd Rassam encontraron el Cilindro de Ciro en el montículo de Tell Amran-ibn-Ali (marcado con una “E” en el centro del mapa) bajo el cual se encontraba el templo en ruinas de Esagila.

Pronto descubrió una serie de edificios importantes, incluido el templo de Ésagila, un santuario importante para el dios principal babilónico Marduk, aunque su identidad no se confirmó por completo hasta la excavación del arqueólogo alemán Robert Koldewey en 1900.[19] Los excavadores encontraron una gran cantidad de documentos comerciales escritos en tablillas de arcilla enterradas en los cimientos del templo donde descubrieron el Cilindro de Ciro.[16] Rassam dio relatos contradictorios sobre dónde se hicieron sus descubrimientos. Escribió en sus memorias, Asshur and the land of Nimrod, que el Cilindro había sido encontrado en un montículo en el extremo sur de Babilonia cerca del pueblo de Jumjuma o Jimjima.[20] [21] Sin embargo, en una carta enviada el 20 de noviembre de 1879 a Samuel Birch, el Conservador de Antigüedades Orientales del Museo Británico, escribió: “El Cilindro de Ciro fue encontrado en Omran [Tell Amran-ibn-Ali] con alrededor de seiscientas piezas de terracotas inscritas antes de que yo saliera de Bagdad”.[22] Salió de Bagdad el 2 de abril, regresó a Mosul y partió de allí el 2 de mayo para un viaje a Londres que duró hasta el 19 de junio.[17]

El descubrimiento fue anunciado al público por Sir Henry Rawlinson, presidente de la Royal Asiatic Society, en una reunión de la Sociedad el 17 de noviembre de 1879.[23] Lo describió como “uno de los registros históricos más interesantes en el carácter cuneiforme que se ha sacado a la luz hasta ahora”, aunque erróneamente lo describió como procedente de la antigua ciudad de Borsippa en lugar de Babilonia.[24] Las “Notas sobre un cilindro de arcilla recién descubierto de Ciro el Grande” de Rawlinson se publicaron en la revista de la sociedad al año siguiente, incluida la primera traducción parcial del texto.[25]

Descripción

El Cilindro de Ciro es un cilindro de arcilla cocida en forma de barril que mide 22,5 centímetros (8,9 pulgadas) por 10 centímetros (3,9 pulgadas) en su diámetro máximo.[1] Fue creado en varias etapas alrededor de un núcleo de arcilla en forma de cono dentro del cual hay grandes inclusiones de piedra gris. Se construyó con capas adicionales de arcilla para darle una forma cilíndrica antes de agregar una fina capa superficial de arcilla a la capa exterior, en la que está inscrito el texto. Fue excavado en varios fragmentos, habiéndose roto aparentemente en la antigüedad.[1] Hoy existe en dos fragmentos principales, conocidos como “A” y “B”, que se reunieron en 1972.[1]

El cuerpo principal del Cilindro, descubierto por Rassam en 1879, es el fragmento “A”. Fue restaurado en 1961, cuando se volvió a cocer y se le añadió yeso.[1] El fragmento más pequeño, “B”, es una sección que mide 8,6 centímetros (3,4 pulgadas) por 5,6 centímetros (2,2 pulgadas). Este último fragmento fue adquirido por JB Nies[22] de la Universidad de Yale a un comerciante de antigüedades.[26] Nies publicó el texto en 1920.[27] El fragmento aparentemente se desprendió del cuerpo principal del Cilindro durante las excavaciones originales en 1879 y fue retirado de las excavaciones o recuperado de uno de los vertederos de desechos de Rassam. No se confirmó que formaba parte del Cilindro hasta que Paul-Richard Berger, de la Universidad de Münster, lo identificó definitivamente en 1970.[28] La Universidad de Yale prestó el fragmento al Museo Británico temporalmente (pero, en la práctica, indefinidamente) a cambio de “una tablilla cuneiforme adecuada” de la colección del Museo Británico.[1]

Aunque el Cilindro es claramente posterior a la conquista de Babilonia por parte de Ciro el Grande en el año 539 a. C., la fecha de su creación no está clara. Se dice comúnmente que data de la primera parte del reinado de Ciro sobre Babilonia, algún tiempo después del 539 a. C. El Museo Británico sitúa la fecha de origen del Cilindro entre el 539 y el 530 a. C.[4]

Cilindro de ciro

La inscripción que se conserva en el Cilindro de Ciro consta de 45 líneas de texto escritas en escritura cuneiforme acadia. Las primeras 35 líneas están en el fragmento “A” y el resto en el fragmento “B”.[28] Varias líneas al principio y al final del texto están demasiado dañadas como para que sean legibles más de unas pocas palabras.

El texto está escrito en un estilo extremadamente formal y puede dividirse en seis partes distintas:

Extracto del Cilindro de Ciro (líneas 15-21), que proporciona la genealogía de Ciro y un relato de su captura de Babilonia en el año 539 a. C. ( EA Wallis Budge, 1884).

  • Versos 1–19: una introducción que vilipendia a Nabonido, el anterior rey de Babilonia, y asocia a Ciro con el dios Marduk;
  • Versos 20-22: detallan los títulos reales y la genealogía de Ciro, y su entrada pacífica a Babilonia;
  • Versos 22–34: un elogio de la política de Ciro de restaurar Babilonia;
  • Versos 34-35: una oración a Marduk en nombre de Ciro y su hijo Cambises;
  • Versos 36-37: una declaración de que Ciro ha permitido al pueblo vivir en paz y ha aumentado las ofrendas hechas a los dioses;
  • Líneas 38–45: detalles de las actividades de construcción ordenadas por Ciro en Babilonia.[29]

Imagen de detalle de muestra que muestra la escritura cuneiforme.

El comienzo del texto está parcialmente interrumpido; el contenido que sobrevivió reprende el carácter del depuesto rey babilónico Nabonido. Enumera sus presuntos crímenes, acusándolo de la profanación de los templos de los dioses y la imposición de trabajos forzados a la población. Según la proclamación, como resultado de estas ofensas, el dios Marduk abandonó Babilonia y buscó un rey más justo. Marduk llamó a Ciro para que entrara en Babilonia y se convirtiera en su nuevo gobernante.[30]

En la mente de Nabonido, el temor reverencial a Marduk, rey de los dioses, llegó a su fin. Cada día hacía más mal a su ciudad;… a su [pueblo…… … los arruinó a todos con un yugo sin alivio… [Marduk] inspeccionó y examinó todos los países, buscando al rey recto de su elección. Tomó la mano de Ciro, rey de la ciudad de Anshan, y lo llamó por su nombre, proclamándolo en voz alta como rey sobre todo.[30]

A mitad del texto, el escritor pasa a una narración en primera persona en la voz de Ciro, dirigiéndose directamente al lector. Se da una lista de sus títulos (en un estilo mesopotámico más que persa): “Yo soy Ciro, rey del mundo, gran rey, rey poderoso, rey de Babilonia, rey de Sumer y Akkad, rey de los cuatro puntos cardinales [de la tierra], hijo de Cambises, gran rey, rey de Anshan, descendiente de Teispes, gran rey, rey de Anshan, la semilla perpetua de la realeza, cuyo reinado Bel [Marduk] y Nebo aman, y con cuya realeza, para su alegría, se preocupan”.[30] Describe las acciones piadosas que realizó después de su conquista: restableció la paz en Babilonia y las otras ciudades sagradas para Marduk, liberando a sus habitantes de su “yugo”, y “trajo alivio a sus viviendas ruinosas (poniendo así) fin a sus (principales) quejas”.[31] Reparó los templos en ruinas en las ciudades que conquistó, restauró sus cultos y devolvió sus imágenes sagradas, así como a sus antiguos habitantes que Nabonido había llevado a Babilonia.[31] Cerca del final de la inscripción, Ciro destaca su restauración de la muralla de la ciudad de Babilonia, diciendo: “Vi dentro de ella una inscripción de Asurbanipal, un rey que me precedió”.[30] El resto falta, pero presumiblemente describe la rededicación de Ciro de la puerta mencionada.[32]

Una transcripción parcial de FH Weissbach en 1911 fue suplantada por una transcripción mucho más completa después de la identificación del fragmento “B”;[33] ésta ahora está disponible en alemán y en inglés. [ 4] [31] [35] Varias ediciones del texto completo del Cilindro de Ciro están disponibles en línea, incorporando fragmentos “A” y “B”.

En Internet y otros medios se ha difundido una traducción falsa del texto, que afirma, entre otras cosas, la abolición de la esclavitud y el derecho a la autodeterminación, un salario mínimo y asilo.[36] Además de hacer afirmaciones que no se encuentran en el cilindro real, se refiere a la divinidad zoroástrica Ahura Mazda en lugar del dios mesopotámico Marduk.[37] La ​​traducción falsa ha circulado ampliamente; aludiendo a su afirmación de que Ciro supuestamente ha declarado que “Cada país decidirá por sí mismo si quiere o no mi liderazgo”.[36] La ganadora del Premio Nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi en su discurso de aceptación describió a Ciro como “el mismo emperador que proclamó en la cima del poder hace 2.500 años que… no reinaría sobre el pueblo si este no lo deseaba”.[36] [38] [39]

Fragmentos asociados

El Museo Británico anunció en enero de 2010 que dos fragmentos de arcilla con inscripciones, que habían estado en la colección del museo desde 1881, habían sido identificados como parte de una tablilla cuneiforme que tenía inscrito el mismo texto que el Cilindro de Ciro. Los fragmentos provenían del pequeño yacimiento de Dailem cerca de Babilonia y la identificación fue realizada por el profesor Wilfred Lambert, ex miembro de la Universidad de Birmingham, e Irving Finkel, curador a cargo del Departamento de Oriente Medio del museo.[40] [41]

Relación con una inscripción en hueso chino

En 1983 aparecieron en China dos huesos fosilizados de caballo con inscripciones en signos cuneiformes que el profesor Oliver Gurney de Oxford identificó posteriormente como procedentes del Cilindro de Ciro. El descubrimiento de estos objetos suscitó un gran debate sobre posibles conexiones entre la antigua Mesopotamia y China, aunque muchos investigadores dudaron de su autenticidad desde el principio y ahora se consideran generalmente falsificaciones.

La historia del supuesto artefacto se remonta a casi un siglo.[42] El registro más antiguo se remonta a un médico chino llamado Xue Shenwei, a quien en algún momento antes de 1928 se le mostró una foto de un frotamiento de uno de los huesos por un comerciante de antigüedades llamado Zhang Yi’an.[43] Aunque no pudo ver los huesos en ese momento, Xue Shenwei adquirió más tarde uno de ellos de otro comerciante de antigüedades llamado Wang Dongting en 1935 y luego el segundo a través de una conexión personal llamada Ke Yanling alrededor de 1940. Si bien Xue no reconoció la escritura en los huesos, adivinó su antigüedad y enterró los huesos para su custodia durante la Revolución Cultural. Luego, en 1983, Xue presentó los huesos al Museo del Palacio en Beijing, donde Liu Jiuan y Wang Nanfang de la Administración Estatal de Patrimonio Cultural emprendieron su estudio. 43] Estos funcionarios identificaron la escritura como cuneiforme y pidieron a los asiriólogos Chi Yang y Wu Yuhong que trabajaran en las inscripciones. La identificación del texto fuente se realizó lentamente hasta 1985, cuando Wu Yuhong, junto con la asirióloga de Oxford Stephanie Dalley y Oliver Gurney, reconocieron que el texto de un hueso provenía del Cilindro de Ciro. Un año después, Wu Yuhong presentó sus hallazgos en el 33.° Encuentro Asiriológico y los publicó en un artículo de revista.[44]

Después de eso, la segunda inscripción en hueso permaneció sin descifrar hasta 2010, cuando Irving Finkel trabajó en ella. En ese mismo año, el Museo Británico celebró una conferencia dedicada a los artefactos. Basándose en los graves errores textuales en la inscripción, incluida la omisión de una gran cantidad de signos del Cilindro de Ciro, Wu Yuhong argumentó que las inscripciones probablemente fueron copiadas del cilindro mientras se encontraba en el Museo Británico o de una publicación moderna temprana basada en él. Sin embargo, reconoció la remota posibilidad de que se haya copiado en la Antigüedad tardía.[43] Irving Finkel cuestionó esta conclusión basándose en la relativa oscuridad del Cilindro de Ciro hasta las últimas décadas y la discordancia en la paleografía entre las inscripciones en hueso y las copias manuales encontradas en las primeras ediciones de la década de 1880.

Finalmente, una vez finalizado el taller, Irving Finkel se enteró de una edición de 1884 del Cilindro de Ciro de EA Wallis Budge. Esta publicación utilizaba una tipografía peculiar y presentaba una copia manuscrita solo para una sección de todo el cilindro. Sin embargo, la tipografía de esa edición coincidía con la paleografía de las inscripciones en los huesos y el extracto del cilindro publicado en el libro también coincidía con la del hueso. Esto convenció a Finkel de que las inscripciones en los huesos eran falsificaciones de la época moderna temprana y esa ha sido la opinión mayoritaria desde entonces.

Interpretaciones

Tradición y propaganda mesopotámica y persa

Según el Museo Británico, el Cilindro de Ciro refleja una larga tradición en Mesopotamia, donde, desde el tercer milenio a. C., los reyes comenzaban sus reinados con declaraciones de reformas.[4] La declaración de Ciro subraya su legitimidad como rey y es una manifestación evidente de su respeto por las tradiciones religiosas y políticas de Babilonia. El Museo Británico y los estudiosos de la época lo describen como un instrumento de propaganda de la antigua Mesopotamia.[45] [46]

El texto es una inscripción de un edificio real, un género que no tenía equivalente en la literatura persa antigua . Ilustra cómo Ciro se apropió de las tradiciones y símbolos locales para legitimar su conquista y control de Babilonia.[32] [47] Muchos elementos del texto fueron extraídos de temas mesopotámicos de larga data sobre legitimación del gobierno en Babilonia: el rey anterior es reprendido y se proclama que ha sido abandonado por los dioses por su maldad; el nuevo rey ha obtenido poder a través de la voluntad divina de los dioses; el nuevo rey corrige los errores de su predecesor, ocupándose del bienestar del pueblo; los santuarios de los dioses son reconstruidos o restaurados, se hacen ofrendas a los dioses o se incrementan y se buscan las bendiciones de los dioses; y se realizan reparaciones en toda la ciudad, a la manera de los reyes legítimos anteriores.[3]

El texto del Cilindro enfatiza tanto la continuidad como la discontinuidad. Afirma la virtud de Ciro como rey temeroso de Dios de tipo tradicional mesopotámico. Por otra parte, desacredita constantemente a Nabonido, vilipendiando las acciones del rey depuesto e incluso su ascendencia y retratándolo como un impío destructor de su propio pueblo. Como señalan Fowler y Hekster, esto “crea un problema para un monarca que elige reforzar su pretensión de legitimidad apropiándose del ‘capital simbólico’ de sus predecesores”.[48] La reprimenda del Cilindro a Nabonido también desacredita la autoridad real babilónica por asociación. Tal vez sea por esta razón que los gobernantes aqueménidas hicieron un mayor uso de la iconografía y la tradición real asiria que de la babilónica en sus declaraciones; el Cilindro se refiere al rey asirio Asurbanipal como “mi predecesor”, en lugar de a cualquier gobernante nativo babilónico.[48]

El propio Cilindro forma parte de una tradición mesopotámica continua de depositar una amplia variedad de objetos simbólicos, entre los que se incluyen sacrificios de animales, tablillas de piedra, conos de terracota, cilindros y figuras. Los reyes recién coronados de Babilonia hacían declaraciones públicas de su propia rectitud al comenzar sus reinados, a menudo en forma de declaraciones que se depositaban en los cimientos de los edificios públicos.[49] Algunas contenían mensajes, mientras que otras no, y tenían varios propósitos: elaboración del valor de un edificio, conmemoración del gobernante o constructor y la santificación mágica del edificio, mediante la invocación de la protección divina.

No se pretendía que el cilindro volviera a verse después de su entierro, pero el texto inscrito en él se habría utilizado para fines públicos. Se conservaron copias de archivo de inscripciones importantes y es posible que el texto del cilindro también haya sido copiado.[50] En enero de 2010, el Museo Británico anunció que se habían encontrado dos tablillas cuneiformes en su colección con el mismo texto inscrito que el del Cilindro de Ciro,[51] lo que, según el museo, “muestra que el texto del Cilindro era probablemente una proclama que se distribuyó ampliamente por todo el Imperio persa”.[52]

Similitudes con otras inscripciones reales

El cilindro de Nabonido

El Cilindro de Ciro presenta sorprendentes similitudes con inscripciones reales mesopotámicas más antiguas. Dos ejemplos notables son el Cilindro de Marduk-apla-iddina II, que se apoderó del trono de Babilonia en 722/1 a. C., y los anales de Sargón II de Asiria, que conquistó Babilonia doce años después. Como conquistador, Marduk-apla-iddina se enfrentó a muchos de los mismos problemas de legitimidad que Ciro cuando conquistó Babilonia. Declara haber sido elegido personalmente por Marduk, quien aseguró su victoria. Cuando tomó el poder, realizó los ritos sagrados y restauró los santuarios sagrados. Afirma que encontró una inscripción real colocada en los cimientos del templo por un rey babilónico anterior, que dejó intacta y honró. Todas estas afirmaciones también aparecen en el Cilindro de Ciro. Doce años después, el rey asirio Sargón II derrotó y exilió a Marduk-apla-iddina, asumiendo el reinado de Babilonia. Los anales de Sargón describen cómo asumió los deberes de un soberano babilónico, honrando a los dioses, manteniendo sus templos y respetando y defendiendo los privilegios de la élite urbana. Una vez más, el Cilindro de Ciro plantea exactamente los mismos puntos. Nabonido, el predecesor depuesto de Ciro como rey de Babilonia, encargó textos fundacionales en cilindros de arcilla –como el Cilindro de Nabonido, también en el Museo Británico– que siguen la misma fórmula básica.[53]

El texto del Cilindro indica, pues, una fuerte continuidad con siglos de tradición babilónica, como parte de una retórica establecida y avanzada por los conquistadores.[53] Como dice Kuhrt:

[El Cilindro] refleja la presión que los ciudadanos babilónicos pudieron ejercer sobre el nuevo pretendiente real… En este contexto, el reinado del predecesor derrotado fue automáticamente descrito como malo y contrario a la voluntad divina. ¿De qué otra manera podría haber sido derrotado? Por implicación, por supuesto, todos sus actos quedaron, inevitable y retrospectivamente, contaminados.[53]

La familiaridad con los tropos babilónicos establecidos desde hace mucho tiempo sugiere que el Cilindro fue escrito por los sacerdotes babilónicos de Marduk, trabajando a instancias de Ciro. [ 54 ] Puede compararse con otra obra de la misma época, el Relato en verso de Nabonido , en el que el antiguo gobernante babilónico es vilipendiado como enemigo de los sacerdotes de Marduk y se presenta a Ciro como el liberador de Babilonia.[55] Ambas obras enfatizan las calificaciones de Ciro como rey de una línea de reyes, en contraste con la ascendencia no real de Nabonido, a quien el Cilindro describe como simplemente maţû, “insignificante”.[56]

El relato en verso es tan similar a la inscripción del Cilindro de Ciro que ambos textos han sido calificados como un ejemplo de «dependencia literaria» (no la dependencia directa de uno respecto del otro, sino la dependencia mutua respecto de una fuente común). El historiador Morton Smith lo caracteriza como «la propaganda difundida en Babilonia por los agentes de Ciro, poco antes de la conquista de Ciro, para preparar el camino de su señor».[57] Este punto de vista ha sido cuestionado; como lo expresa Simon J. Sherwin, de la Universidad de Cambridge , el Cilindro de Ciro y el relato en verso son composiciones «posteriores al acontecimiento» que reutilizan temas literarios mesopotámicos existentes y no necesitan ser explicados como producto de la propaganda persa anterior a la conquista.[58]

El historiador alemán Hanspeter Schaudig ha identificado una línea en el Cilindro (“Él [es decir, Marduk] salvó a su ciudad Babilonia de su opresión”) con una línea de la tablilla VI de la “Epopeya de la Creación” babilónica, Enûma Eliš, en la que Marduk construye Babilonia.[59] Johannes Haubold sugiere que la referencia representa la toma de poder de Ciro como un momento de restauración definitiva no solo de las instituciones políticas y religiosas, sino del orden cósmico que sustenta el universo.[60]

Análisis de las afirmaciones del Cilindro de Ciro

Estela que representa a Nabonido rezando a la luna, al sol y al planeta Venus. Las prácticas religiosas del rey babilónico fueron duramente condenadas por la inscripción del Cilindro de Ciro.

Vilipendio de Nabonido

La difamación que el Cilindro de Ciro hace de Nabonido es coherente con otras propagandas persas sobre el gobierno del rey depuesto. En contraste con la descripción que el Cilindro hace de Nabonido como un gobernante ilegítimo que arruinó su país, el reinado de Nabonido fue en gran parte pacífico, fue reconocido como un rey legítimo y emprendió una variedad de proyectos de construcción y campañas militares acordes con su afirmación de ser “el rey de Babilonia, el universo y los cuatro rincones [de la Tierra]”.[61]

Nabonido como se ve realmente en Babilonia

El asiriólogo Paul-Alain Beaulieu ha interpretado la exaltación del dios lunar Sin por parte de Nabonido como “una usurpación abierta de las prerrogativas de Marduk por parte del dios lunar”.[62] Aunque el rey babilónico continuó haciendo ricas ofrendas a Marduk, su mayor devoción a Sin era inaceptable para la élite sacerdotal babilónica.[63] Nabonido vino del norte de Babilonia, poco elegante, introdujo dioses extranjeros y se exilió a sí mismo durante un largo tiempo, lo que se dice que impidió la celebración del vital festival de Año Nuevo.[64]

Nabonido, tal como se ve en la Estela de Harran, en contraste con el Cilindro de Ciro

La Estela de Harrán [65] es generalmente reconocida como un documento genuino encargado por Nabonido.[66] En ella, Nabonido busca glorificar sus propios logros, en particular su restauración del Templo de Elhulhul, que estaba dedicado al dios-luna Sin. En este sentido, la Estela de Harrán verifica la imagen que se presenta en el Cilindro de Ciro, de que Nabonido había abandonado en gran medida el homenaje debido a Marduk, dios principal de Babilonia, en favor del culto a Sin. Dado que su madre Addagoppe era aparentemente una sacerdotisa de Sin, o al menos una devota de toda la vida, esto ayuda a explicar la decisión política imprudente con respecto a Marduk por parte de Nabonido, una decisión de la que Ciro se aprovecha en gran medida en el Cilindro de Ciro. Su madre también residía en Harán, lo que constituye otra razón por la que Nabonido se trasladó allí en el tercer año de su reinado (553 a. C.), momento en el que “encomendó el ‘Campamento’ a su hijo mayor [Belsasar], el primogénito… Dejó que (todo) se fuera, le confió el reinado”.[67]

Sin embargo, en al menos un aspecto, la Estela de Harrán es incongruente con la descripción de los acontecimientos en el Cilindro de Ciro. En la Estela, Nabonido enumera a los enemigos de Babilonia como “el rey de Egipto, los medos y la tierra de los árabes, todos los reyes hostiles”. La importancia de esto radica en la fecha en que se compuso la Estela: según Paul-Alain Beaulieu, su composición data de la última parte del reinado de Nabonido, probablemente el año catorce o decimoquinto, es decir, 542-540 a. C.[68] El problema con esto es que, según la opinión de consenso actual, basada en gran medida en el Cilindro de Ciro y documentos persas posteriores que siguieron en su género, los persas deberían haber sido nombrados aquí como un enemigo principal de Babilonia en un momento tres años o menos antes de la caída de la ciudad ante las fuerzas bajo el mando de Ciro. Nabonido, sin embargo, nombra a los medos, no a los persas, como enemigo principal; como rey del reino, seguramente sabría quiénes eran sus enemigos. Al nombrar a los medos en lugar de a los persas, la Estela de Harrán se ajusta más a la narración de los acontecimientos en la Ciropedia de Jenofonte, donde Ciro y los persas estaban bajo la soberanía de iure de los medos hasta poco después de la caída de Babilonia, momento en el que Ciro, rey de Persia, se convirtió también en rey de los medos.

En el artículo sobre la Estela de Harrán se puede encontrar una discusión más detallada de la relación entre la Estela de Harrán (=propaganda babilónica) y el Cilindro de Ciro (=propaganda persa), incluyendo una discusión de por qué el Cilindro de Ciro y los textos persas posteriores nunca nombran a Belsasar, a pesar de su estrecha asociación con eventos asociados con la caída de Babilonia, como se relata tanto en la Biblia (Daniel, capítulo 5) como en la Ciropedia de Jenofonte.[69]

Conquista y apoyo local

La conquista de Babilonia por parte de Ciro fue resistida por Nabonido y sus partidarios, como demostró la batalla de Opis. El iranólogo Pierre Briant comenta que “es dudoso que incluso antes de la caída de [Babilonia] Ciro fuera esperado con impaciencia por una población desesperada por un ‘libertador'”.[70] Sin embargo, la toma de posesión de Ciro como rey parece haber sido bien recibida por parte de la población babilónica.[71] La historiadora judía Lisbeth S. Fried dice que hay poca evidencia de que los sacerdotes de alto rango de Babilonia durante el período aqueménida fueran persas y los caracteriza como colaboradores de Babilonia.[72]

El texto presenta a Ciro entrando pacíficamente en Babilonia y siendo recibido por la población como un libertador. Esto presenta un contraste implícito con los conquistadores anteriores, en particular los gobernantes asirios Tukulti-Ninurta I, que invadió y saqueó Babilonia en el siglo XII a. C., y Senaquerib, que hizo lo mismo 150 años antes de que Ciro conquistara la región.[13] La masacre y la esclavitud de los pueblos conquistados era una práctica común y los conquistadores la destacaron explícitamente en las declaraciones de victoria. El Cilindro de Ciro presenta un mensaje muy diferente; Johannes Haubold señala que retrata la toma de posesión de Ciro como un momento armonioso de convergencia entre la historia babilónica y persa, no un desastre natural sino la salvación de Babilonia.[59]

Sin embargo, el relato del Cilindro sobre la conquista de Ciro claramente no cuenta toda la historia, ya que suprime cualquier mención del conflicto anterior entre los persas y los babilonios;[59] Max Mallowan lo describe como un “trabajo hábil de historia tendenciosa”.[64] El texto omite la Batalla de Opis, en la que las fuerzas de Ciro derrotaron y aparentemente masacraron al ejército de Nabonido.[3] [73] [74] Tampoco explica una brecha de dos semanas reportada por la Crónica de Nabonido entre la entrada persa en Babilonia y la rendición del templo de Esagila. Lisbeth S. Fried sugiere que pudo haber habido un asedio o enfrentamiento entre los persas y los defensores y sacerdotes del templo, sobre cuyo destino el Cilindro y la Crónica no hacen mención. Ella especula que fueron asesinados o expulsados ​​​​por los persas y reemplazados por miembros más pro-persas de la élite sacerdotal babilónica.[75] Como Walton y Hill lo expresaron, la afirmación de una toma de poder totalmente pacífica aclamada por el pueblo es “la retórica estándar del conquistador y puede oscurecer otros hechos”.[76] Al describir la afirmación de que los propios ejércitos fueron recibidos como liberadores como “una de las grandes fantasías imperiales”, Bruce Lincoln, profesor de Teología en la Universidad de Chicago, señala que la población babilónica se rebeló repetidamente contra el gobierno persa en 522 a. C., 521 a. C., 484 a. C. y 482 a. C. (aunque no contra Ciro o su hijo Cambeses). Los rebeldes buscaron restaurar la independencia nacional y el linaje de reyes babilónicos nativos, tal vez una indicación de que no estaban tan favorablemente dispuestos hacia los persas como sugiere el Cilindro.[77]

Restauración de templos

La inscripción continúa describiendo cómo Ciro devolvió a sus santuarios originales las estatuas de los dioses que Nabonido había traído a la ciudad antes de la invasión persa. Esto restauró el orden de culto normal a satisfacción del sacerdocio. Alude a la restauración de templos y al regreso de grupos deportados a sus países de origen, pero no implica un programa de restauración a nivel imperial. En cambio, se refiere a áreas específicas en la región fronteriza entre Babilonia y Persia, incluidos sitios que habían sido devastados por campañas militares babilónicas anteriores. El Cilindro indica que Ciro trató de ganarse la lealtad de las regiones devastadas financiando la reconstrucción, la devolución de las propiedades del templo y la repatriación de las poblaciones desplazadas. Sin embargo, no está claro cuánto cambió realmente sobre el terreno; no hay evidencia arqueológica de ninguna reconstrucción o reparación de templos mesopotámicos durante el reinado de Ciro.[47]

Política interna

La política de los persas hacia sus pueblos sometidos, como se describe en el Cilindro, fue vista tradicionalmente como una expresión de tolerancia, moderación y generosidad “en una escala previamente desconocida”.[78] Las políticas de Ciro hacia las naciones subyugadas han sido contrastadas con las de los asirios y babilonios, que habían tratado a los pueblos sometidos con dureza; permitió el reasentamiento de aquellos que habían sido deportados previamente y patrocinó la reconstrucción de edificios religiosos.[79] Ciro fue representado a menudo de manera positiva en la tradición occidental por fuentes como el Antiguo Testamento de la Biblia y los escritores griegos Heródoto y Jenofonte.[80] [81] La Ciropedia de Jenofonte fue particularmente influyente durante el Renacimiento , cuando Ciro fue romantizado como un modelo ejemplar de un gobernante virtuoso y exitoso.[82]

Los historiadores modernos sostienen que, si bien el comportamiento de Ciro fue ciertamente conciliador, estuvo impulsado por las necesidades del Imperio persa y no fue una expresión de tolerancia personal per se.[83] El imperio era demasiado grande para ser dirigido centralmente; Ciro siguió una política de utilizar las unidades territoriales existentes para implementar un sistema descentralizado de gobierno. La magnanimidad mostrada por Ciro le valió elogios y gratitud de aquellos a quienes perdonó.[84] La política de tolerancia descrita por el Cilindro fue, por lo tanto, como lo expresa el historiador bíblico Rainer Albertz, “una expresión de apoyo conservador a las regiones locales para servir a los intereses políticos de todo el [imperio]”.[85] Otro historiador bíblico, Alberto Soggin, comenta que fue más “una cuestión de practicidad y economía… [ya que] era más simple, y de hecho costoso, obtener la colaboración espontánea de sus súbditos a nivel local que tener que imponer su soberanía por la fuerza”.[86]

Diferencias entre el cilindro de Ciro y los cilindros babilónicos y asirios anteriores

Hay estudiosos que coinciden en que el Cilindro de Ciro demuestra una ruptura con las tradiciones pasadas y el inicio de una nueva era.[87] Una comparación del Cilindro de Ciro con las inscripciones de conquistadores anteriores de Babilonia pone de relieve esto de forma clara. Por ejemplo, cuando Senaquerib, rey de Asiria (705-681 a. C.) capturó la ciudad en 690 a. C. después de un asedio de 15 meses, Babilonia sufrió una terrible destrucción y masacre.[88] Senaquerib describe cómo, tras capturar al rey de Babilonia, lo hizo atar en medio de la ciudad como a un cerdo. Luego describe cómo destruyó Babilonia, y llenó la ciudad de cadáveres, saqueó sus riquezas, rompió sus dioses, quemó y destruyó sus casas hasta los cimientos, demolió sus muros y templos y los arrojó a los canales. Esto contrasta marcadamente con Ciro el Grande y el Cilindro de Ciro. La antigua tradición asiria y babilónica de justicia del vencedor era un tratamiento común para un pueblo derrotado en esa época. El tono de Senaquerib, por ejemplo, reflejaba su gusto y orgullo por la masacre y la destrucción, lo cual está en total desacuerdo con el mensaje del Cilindro de Ciro.[88] [89]

Algunos eruditos creen que ningún otro rey jamás devolvió cautivos a sus hogares como lo hizo Ciro.[90] Algunos sostienen que los asirios a veces dieron una libertad religiosa limitada a los cultos locales y a las personas que conquistaban, interpretando la sumisión al “poder exaltado” de Asur, el “yugo de Asur” y el saqueo y la destrucción de templos como intolerancia religiosa. Acciones similares llevadas a cabo por reyes babilónicos, como la destrucción del templo de Jerusalén, así como el templo de Harán y el hecho de que Nabonido se llevara a otros dioses de sus templos a Babilonia, también se argumentaron como representativas de intolerancia religiosa. Esto luego se compara con el Cilindro de Ciro, y se argumenta que no fue una declaración típica que se mantuviera en consonancia con las antiguas tradiciones del pasado.[90]

Sin embargo, la destrucción de Babilonia por parte de Senaquerib no puede tomarse como la norma, y ​​a juzgar únicamente por las propias inscripciones de Senaquerib, la destrucción ya era mala para los estándares neoasirios.[91] La destrucción de estatuas de culto tiene precedentes en el Antiguo Cercano Oriente, como Lugalzagesi afirmando haber saqueado los santuarios y destruido las estatuas de culto de su estado enemigo Lagash,[92] pero la destrucción de estatuas de culto fue el tratamiento más severo y extremo.[93] Nabonido probablemente reunió estatuas de culto en Babilonia para prepararse para un ataque persa entrante, y esta tradición tiene precedencia con Merodach-Baladan, quien también trajo las estatuas a Dur-Yakin para mantenerlas alejadas de los asirios, y algunas ciudades babilónicas también enviaron sus estatuas a Babilonia en 626 a. C. a la luz del avance de Sin-shar-ishkun. [94]

Otros eruditos no están de acuerdo con la opinión de que Ciro tenía una política de tolerancia religiosa, que contrastaba con los asirios y babilonios. Esto supone un discurso religioso que obligaba a los antiguos a suprimir la adoración de otros dioses, pero tal discurso no existía.[95] La reverencia por los dioses de Asiria no impidió la existencia de cultos locales, por ejemplo, Sargón después de su conquista de la región de Harhar reconstruyó los templos locales y devolvió las estatuas de los dioses.[96] En los tratados celebrados con vasallos, los dioses locales se invocaban junto con los dioses asirios en los tratados de juramento en las secciones de maldición,[97] lo que indica que la presencia de los dioses de ambas partes era necesaria para el juramento[98] y los tratados de juramento nunca incluyeron una estipulación sobre la adoración de los dioses asirios o el impedimento de la adoración de los dioses locales.[99] Cogan había llegado a la conclusión de que la idea de que el culto a Ashur y otros dioses asirios se impusiera a los súbditos derrotados debía ser rechazada, y los residentes en las provincias anexadas estaban obligados a velar por el culto a Ashur, ya que eran considerados ciudadanos asirios[100] ya que era el deber de los ciudadanos asirios hacerlo.[101] Kuhrt señaló que, de manera similar a la ideología aqueménida, en la ideología asiria la aceptación del poder del rey asirio era sinónimo de la aceptación del poder de sus dioses, particularmente Ashur, y aunque el culto a los dioses asirios no se impuso por la fuerza, el reconocimiento del poder asirio implicaba el reconocimiento de la fuerza superior de sus dioses.[102]

El regreso de las estatuas y de los personajes divinos, que suele considerarse una política especial de los aqueménidas, también está atestiguado en fuentes asirias. Esarhaddón, tras reparar las estatuas de los dioses árabes y grabar una inscripción que sirviera como recuerdo del poder de Asiria, devolvió las estatuas a petición de Hazail.[103] También se encuentran relatos sobre la devolución de estatuas en los epítetos de Esarhaddón.[104] Adad-nirari III afirma haber devuelto a personas secuestradas, y Esarhaddón trajo de vuelta a Babilonia reconstruida a los babilonios que habían sido desplazados tras la destrucción de la ciudad por parte de Senaquerib.[105] Briant resume que esta opinión de que Ciro era excepcional sólo surge si se tienen en cuenta únicamente las fuentes judías, y la idea desaparece si se sitúa en el contexto del Antiguo Oriente Próximo.[106]

Interpretaciones bíblicas

Lugares de Mesopotamia mencionados en el Cilindro de Ciro. La mayoría de las localidades que menciona en relación con la restauración de templos se encontraban en el este y norte de Mesopotamia, en territorios que habían sido gobernados por el depuesto rey babilónico Nabonido (excepto Susa).

La Biblia registra que algunos judíos (que fueron exiliados por los babilonios) regresaron a su tierra natal desde Babilonia, donde habían sido establecidos por Nabucodonosor, para reconstruir el templo siguiendo un edicto de Ciro. El Libro de Esdras (1–4:5) proporciona un relato narrativo del proyecto de reconstrucción.[107] Los eruditos han vinculado un pasaje particular del Cilindro con el relato del Antiguo Testamento:[46]

Desde [?] [108] hasta Aššur y [desde] Susa, Agadé, Ešnunna, Zabban, Me-Turnu, Der, hasta la región de Gutium, los centros sagrados al otro lado del Tigris, cuyos santuarios habían sido abandonados durante mucho tiempo, devolví las imágenes de los dioses, que habían residido allí [es decir, en Babilonia], a sus lugares y les dejé morar en moradas eternas. Reuní a todos sus habitantes y les devolví sus moradas.[109]

Este pasaje se ha interpretado a menudo como una referencia a la benigna política instituida por Ciro de permitir que los pueblos exiliados, como los judíos, regresaran a sus países de origen. [ 6 ] La inscripción del Cilindro se ha relacionado con la reproducción en el Libro de Esdras de dos textos que se afirma que son edictos emitidos por Ciro sobre la repatriación de los judíos y la reconstrucción del Templo en Jerusalén.[110] Los dos edictos (uno en hebreo y otro en arameo) son sustancialmente diferentes en contenido y tono, lo que lleva a algunos historiadores a argumentar que uno o ambos pueden ser una invención post hoc. [111] La cuestión de su autenticidad sigue sin resolverse, aunque se cree ampliamente que reflejan algún tipo de política real persa, aunque tal vez no una que se expresara en los términos dados en el texto de los edictos bíblicos.

La disputa sobre la autenticidad de los edictos bíblicos ha suscitado interés en este pasaje del Cilindro de Ciro, en concreto en lo que respecta a la cuestión de si indica que Ciro tenía una política general de repatriación de los pueblos sometidos y de restauración de sus santuarios.[112] El texto del Cilindro es muy específico, enumera lugares de Mesopotamia y las regiones vecinas. No describe ninguna liberación general o retorno de las comunidades exiliadas, sino que se centra en el regreso de las deidades babilónicas a sus propias ciudades de origen. Hace hincapié en el restablecimiento de las normas religiosas locales, revirtiendo el supuesto descuido de Nabonido, un tema que Amélie Kuhrt describe como “un recurso literario utilizado para subrayar la piedad de Ciro en oposición a la blasfemia de Nabonido”. Sugiere que Ciro simplemente había adoptado una política utilizada por los gobernantes asirios anteriores de dar privilegios a las ciudades en regiones estratégicas clave o políticamente sensibles y que no había una política general como tal.[113] Lester L. Grabbe, un historiador del judaísmo primitivo, ha escrito que “la política religiosa de los persas no era muy diferente de la práctica básica de los asirios y babilonios antes que ellos” de tolerar –pero no promover– cultos locales distintos de sus propios dioses.[114]

Ciro pudo haber considerado que Jerusalén, situada en una ubicación estratégica entre Mesopotamia y Egipto, valía la pena patrocinarla por razones políticas. Sus sucesores aqueménidas generalmente apoyaban los cultos indígenas en los territorios sometidos y de ese modo se ganaban el favor de los devotos de los cultos.[115] Por el contrario, los reyes persas podían destruir los santuarios de los pueblos que se habían rebelado contra ellos, como sucedió en Mileto en 494 a. C. después de la Revuelta Jónica.[116] El texto del Cilindro no describe ninguna política general de retorno de los exiliados ni menciona ningún santuario fuera de Babilonia[7] en él, lo que apoya el argumento de Peter Ross Bedford de que el Cilindro “no es un manifiesto para una política general con respecto a los cultos indígenas y sus adoradores en todo el imperio”.[117] Amélie Kuhrt señala que “el contexto puramente babilónico del Cilindro no aporta ninguna prueba” de que Ciro prestara atención a los exiliados judíos o a la reconstrucción del Templo en Jerusalén[46] y el historiador bíblico Bob Becking concluye que “no tiene nada que ver con los judíos, los judíos o Jerusalén”. Becking también señala la falta de referencia a los judíos en los textos aqueménidas supervivientes como una indicación de que no se les consideraba de particular importancia.[6]

El erudito alemán Josef Wiesehöfer resume la opinión tradicional ampliamente aceptada al señalar que “Muchos eruditos han leído en [… el texto del Cilindro] una confirmación de los pasajes del Antiguo Testamento sobre los pasos dados por Ciro hacia la construcción del templo de Jerusalén y la repatriación de los judíos” y que esta interpretación sustentaba la creencia “de que las instrucciones a tal efecto fueron realmente proporcionadas en estas mismas formulaciones del Cilindro de Ciro”.[29]

Derechos humanos

El Cilindro ganó nueva prominencia a finales de los años 1960 cuando el último Sha de Irán lo llamó “la primera carta de derechos humanos del mundo “.[118] El cilindro era un símbolo clave de la ideología política del Sha y todavía es considerado por algunos comentaristas como una carta de derechos humanos, pero esto ha sido disputado por académicos especialistas en el imperio persa.[9]

La opinión del gobierno iraní sobre Pahlavi

El cilindro de Ciro en el centro del emblema oficial de la celebración de los 2500 años del Imperio Persa en la era imperial iraní Pahlavi

El Cilindro de Ciro fue denominado la “primera declaración de los derechos humanos” por el gobierno iraní anterior a la Revolución,[119] una lectura destacada por el Shah Mohammed Reza Pahlavi, en un libro de 1967, La revolución blanca de Irán. El Sha identificó a Ciro como una figura clave en la ideología del gobierno y asoció su gobierno con los aqueménidas.[120] Escribió que “la historia de nuestro imperio comenzó con la famosa declaración de Ciro, que, por su defensa de los principios humanos, la justicia y la libertad, debe considerarse uno de los documentos más notables en la historia de la humanidad”.[121] El Sha describió a Ciro como el primer gobernante en la historia en dar a sus súbditos “libertad de opinión y otros derechos básicos”.[121] En 1968, el Sha inauguró la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Teherán diciendo que el Cilindro de Ciro era el precursor de la moderna Declaración Universal de Derechos Humanos.[122]

En su discurso de Nowruz (Año Nuevo) de 1971, el Sha declaró que el año 1350 AP (1971-1972) sería el Año de Ciro el Grande, durante el cual se llevaría a cabo una gran conmemoración para celebrar los 2500 años de la monarquía persa. Serviría como escaparate para un Irán moderno en el que se reconocerían las contribuciones que Irán había hecho a la civilización mundial. El tema principal de la conmemoración fue la centralidad de la monarquía dentro del sistema político de Irán, asociando al Sha de Irán con los famosos monarcas del pasado de Persia, y con Ciro en particular.[9] El Sha veía el período aqueménida como “un momento del pasado nacional que podría servir mejor como modelo y lema para la sociedad imperial que esperaba crear”.[123]

El Cilindro de Ciro fue adoptado como símbolo de la conmemoración, y las revistas y periódicos iraníes publicaron numerosos artículos sobre la historia antigua de Persia.[9] El Museo Británico prestó el Cilindro original al gobierno iraní durante las festividades; fue puesto en exhibición en el Monumento Shahyad (ahora la Torre Azadi) en Teherán.[124] Las celebraciones de los 2500 años comenzaron el 12 de octubre de 1971 y culminaron una semana después con un desfile espectacular en la tumba de Ciro en Pasargadae. El 14 de octubre, la hermana del sha, la princesa Ashraf Pahlavi, presentó al Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, una réplica del Cilindro. La princesa afirmó que “la herencia de Ciro fue la herencia de la comprensión humana, la tolerancia, el coraje, la compasión y, sobre todo, la libertad humana”.[10] El Secretario General aceptó el obsequio, vinculando el Cilindro a los esfuerzos de la Asamblea General de las Naciones Unidas para abordar “la cuestión del respeto de los derechos humanos en los conflictos armados”.[10] Desde entonces, la réplica del Cilindro se ha conservado en la Sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, en el pasillo del segundo piso.[10] Las Naciones Unidas siguen promoviendo el Cilindro como “una antigua declaración de derechos humanos”.[36]

Recepción en la República Islámica

En septiembre de 2010, el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad inauguró oficialmente la exposición del Cilindro de Ciro en el Museo Nacional de Irán. Después de la era Pahlavi, era la segunda vez que el cilindro se traía a Irán. También era la exposición más larga que se había llevado a cabo en el país. Ahmadineyad considera el Cilindro de Ciro como la encarnación de los valores humanos y un patrimonio cultural para toda la humanidad, y lo llamó la ” Primera Carta de los Derechos Humanos“. El Museo Británico había prestado el Cilindro de Ciro al Museo Nacional de Irán durante cuatro meses.

El Cilindro de Ciro dice que todos tienen derecho a la libertad de pensamiento y de elección y que todos los individuos deben respetarse mutuamente. La carta histórica también subraya la necesidad de luchar contra la opresión, defender a los oprimidos, respetar la dignidad humana y reconocer los derechos humanos. El Cilindro de Ciro da testimonio del hecho de que la nación iraní siempre ha sido abanderada de la justicia, la devoción y los valores humanos a lo largo de la historia.

—  Mahmoud Ahmadinejad durante la exposición del Cilindro de Ciro en el Museo Nacional de Irán

Algunos políticos iraníes, como el diputado Ali Motahari, criticaron a Ahmadinejad por haber traído el Cilindro de Ciro a Irán, aunque el diario teheraní Kayhan, considerado un periódico ultraconservador, había opinado que la República Islámica nunca debería haber devuelto el Cilindro de Ciro a Gran Bretaña (nótese que el cilindro no fue descubierto en Irán, sino en el actual Iraq):

Hay una pregunta importante: ¿no pertenece el cilindro a Irán? ¿Y no ha robado el gobierno británico artefactos antiguos de nuestro país? Si las respuestas a estas preguntas son positivas, ¿por qué deberíamos devolver a los ladrones esta obra histórica y valiosa robada?

—  El periódico Kayhan durante la exposición del Cilindro de Ciro en Irán

En ese momento, el curador del Museo Nacional de Irán, Azadeh Ardakani, informó que la exposición del Cilindro recibió aproximadamente 48.000 visitantes, entre los cuales más de 2.000 eran extranjeros, incluidos embajadores extranjeros.

Puntos de vista académicos

La interpretación del Cilindro como una “carta de derechos humanos” ha sido descrita por varios historiadores como “bastante anacrónica” y tendenciosa.[11] [125] [126] [127] [14] Se la ha descartado como un “malentendido”[12] y se la ha caracterizado como propaganda política ideada por el régimen de Pahlavi.[113] El historiador alemán Josef Wiesehöfer comenta que la representación de Ciro como un defensor de los derechos humanos es tan ilusoria como la imagen del “Sha de Persia, humano e ilustrado”.[120] D. Fairchild Ruggles y Helaine Silverman describen el objetivo del Sha como el de legitimar la nación iraní y su propio régimen, y contrarrestar la creciente influencia del fundamentalismo islámico mediante la creación de una narrativa alternativa arraigada en el antiguo pasado persa.[128]

En un artículo publicado inmediatamente después de las conmemoraciones del aniversario del Sha, el CBF Walker del Museo Británico comenta que “el carácter esencial del Cilindro de Ciro no es una declaración general de derechos humanos o tolerancia religiosa, sino simplemente una inscripción en un edificio, en la tradición babilónica y asiria, que conmemora la restauración de la ciudad de Babilonia por parte de Ciro y el culto a Marduk, previamente descuidado por Nabonido”.[22] Dos profesores especializados en la historia del antiguo Oriente Próximo, Bill T. Arnold y Piotr Michalowski, comentan: “En general, pertenece a otras inscripciones de depósitos fundacionales; no es un edicto de ningún tipo, ni proporciona ninguna declaración inusual de derechos humanos como a veces se afirma”.[13] Lloyd Llewellyn-Jones de la Universidad de Edimburgo señala que “no hay nada en el texto” que sugiera el concepto de derechos humanos.[126] Neil MacGregor comenta:

Sin embargo, la comparación realizada por los eruditos del Museo Británico con otros textos similares mostró que los gobernantes del antiguo Irak habían estado haciendo declaraciones comparables al acceder al trono [babilónico] durante dos milenios antes de Ciro […] una de las tareas del museo es resistir la limitación del significado del objeto y su apropiación para una agenda política.[118]

Advierte que si bien el Cilindro está “claramente vinculado con la historia de Irán“, “en ningún sentido real es un documento iraní: es parte de una historia mucho más amplia del antiguo Cercano Oriente, de la realeza mesopotámica y de la diáspora judía“.[118] En una línea similar, Qamar Adamjee del Museo de Arte Asiático lo describe como un “documento de realeza muy tradicional” y advierte que “es anacrónico usar términos del siglo XX para describir eventos que sucedieron hace dos mil quinientos años”.[14]

Historial de exposiciones

El Cilindro de Ciro en la Sala 52 del Museo Británico de Londres

El Cilindro de Ciro ha estado expuesto en el Museo Británico desde su adquisición formal en 1880.[1] Ha sido prestado cinco veces: dos veces a Irán, entre el 7 y el 22 de octubre de 1971, en conjunción con la celebración de los 2500 años del Imperio Persa, y nuevamente de septiembre a diciembre de 2010, una vez a España de marzo a junio de 2006,[1] una vez a los Estados Unidos en una exposición itinerante de marzo a octubre de 2013, y una vez al Museo Peabody de Yale para sus celebraciones de reapertura en mayo-junio de 2024.[129] Se han hecho muchas réplicas. Algunas fueron distribuidas por el Sha después de las conmemoraciones de 1971, mientras que el Museo Británico y el Museo Nacional de Irán las han vendido comercialmente.[1]

La propiedad del Cilindro de Ciro por parte del Museo Británico ha sido motivo de cierta controversia en Irán, a pesar de que el artefacto se obtuvo legalmente y no fue excavado en suelo iraní sino en el antiguo territorio otomano (actual Irak). Cuando fue prestado en 1971, la prensa iraní hizo campaña para que fuera transferido a propiedad iraní. El Cilindro fue devuelto a Londres sin dificultad, pero el Consejo de Administración del Museo Británico decidió posteriormente que sería “indeseable realizar otro préstamo del Cilindro a Irán”.[1]

En 2005-2006, el Museo Británico organizó una importante exposición sobre el Imperio persa, Forgotten Empire: the World of Ancient Persia. Se llevó a cabo en colaboración con el gobierno iraní, que prestó al Museo Británico una serie de artefactos icónicos a cambio de un compromiso de que el Cilindro de Ciro sería prestado al Museo Nacional de Irán.[130]

El préstamo previsto del Cilindro se pospuso en octubre de 2009 tras las elecciones presidenciales iraníes de junio de 2009 para que el Museo Británico pudiera “estar seguro de que la situación en el país era adecuada”.[131] En respuesta, el gobierno iraní amenazó con poner fin a la cooperación con el Museo Británico si el Cilindro no se prestaba en los dos meses siguientes.[131] [132] Esta fecha límite se pospuso a pesar de los llamamientos del gobierno iraní[131] [133] pero el Cilindro finalmente se exhibió en Teherán en septiembre de 2010 por un período de cuatro meses.[134] La exposición fue muy popular, atrayendo a 48.000 personas en los primeros diez días y a unas 500.000 personas cuando se cerró en enero de 2011.[135] [136] Sin embargo, en su inauguración, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad mezcló simbolismo republicano islámico y persa antiguo, lo que los comentaristas dentro y fuera de Irán criticaron como un llamamiento abierto al nacionalismo religioso.[137]

El 28 de noviembre de 2012, la BBC anunció la primera gira del Cilindro por los Estados Unidos. Bajo el titular “El Museo Británico presta el antiguo cilindro de la ‘carta de derechos’ a los Estados Unidos”, el director del museo, Neil MacGregor, declaró que “el cilindro, a menudo considerado la primera carta de derechos humanos, ‘debe ser compartido lo más ampliamente posible'”.[138] El propio Museo Británico anunció la noticia en su comunicado de prensa, diciendo que “la ‘primera declaración de derechos humanos’ recorrerá cinco ciudades de los Estados Unidos”.[139] Según el sitio web del Museo Británico para la exposición estadounidense del Cilindro “CyrusCylinder2013.com”, la gira comenzó en marzo de 2013 e incluyó la Galería Arthur M. Sackler del Smithsonian de Washington DC, el Museo de Bellas Artes de Houston, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Museo de Arte Asiático de San Francisco y culminó en el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, en octubre de 2013.[140 ]

El cilindro, junto con otros treinta y dos objetos asociados de la colección del Museo Británico, incluyendo un par de brazaletes de oro del Tesoro del Oxus y el Sello de Darío, fueron parte de una exposición titulada ‘El Cilindro de Ciro y la Antigua Persia-Un Nuevo Comienzo’ en el Museo Príncipe de Gales en Mumbai, India, del 21 de diciembre de 2013 al 25 de febrero de 2014. Fue organizada por el Museo Británico y el Museo Príncipe de Gales en asociación con Sir Dorabji Tata Trust, Sir Ratan Tata Trust y Navajbai Ratan Tata Trust, todos establecidos por luminarias de la comunidad parsi, que son descendientes de zoroastrianos persas, que tienen a Ciro en gran estima, ya que muchos eruditos lo consideran un seguidor del zoroastrismo.[141] El cilindro está actualmente en exhibición hasta junio de 2024 en el Museo Peabody de Yale, en New Haven CT para celebrar su reapertura.[142]

La escultura de la libertad

Artículo principal: Escultura de la Libertad

La Escultura de la Libertad o Libertad: un sueño compartido (en persa: تندیس آزادی) es una escultura de arte público de acero inoxidable de 2017 del artista y arquitecto Cecil Balmond, ubicada en Century City, California, y modelada según el Cilindro de Ciro.[143] [144] [145]

Joan Blaeu

Joan Blaeu

Joan Blaeu de J. van Rossum

Joan Blaeu (La pronunciación holandesa: [-joún .blú]; 23 de septiembre de 1596, 21 de diciembre de 1673; también llamada Johannes Blaeu) fue un cartógrafo holandés nacido en Alkmaar, hijo del cartógrafo Willem Blaeu.

La vida

En 1620, Blaeu se convirtió en doctor en Derecho, pero se unió a la obra de su padre. En 1635 publicaron el Atlas Novus (título completo: Theatrum orbis terrarum, sive, Atlas novus) en dos volúmenes. Joan y su hermano Cornelius tomaron el estudio después de que su padre muriera en 1638. Blaeu se convirtió en el cartógrafo oficial de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales como su padre antes que él.

Blaeu murió en Ámsterdam el 21 de diciembre de[1]. Está enterrado en el Amsterdam Westerkerk.

Mapas

Americae Nova Tabula, 1614 Discusión de la adquisición y conservación de Archipelagus Orientalis por la Biblioteca Nacional de Australia (2013)

El mapa del mundo de Blaeu, Nova et Accuratissima Terrarum Orbis Tabula, incorporando los descubrimientos de Abel Tasman, fue publicado en 1648.[2] Este mapa fue revolucionario en el sentido de que “preciba el sistema solar según las teorías heliocéntricas de Nicolaus Copérnico, que muestran la tierra girando alrededor del sol…. Aunque el innovador libro de Copernicus sobre las revoluciones de las esferas había sido impreso por primera vez en 1543, poco más de un siglo antes, Blaeu fue el primer fabricante de mapas en incorporar esta teoría heliocéntrica revolucionaria en un mapa del mundo”.[3]

El mapa de Blaeu fue copiado para el mapa del mundo situado en el pavimento de la Groote Burger-Zaal del nuevo Ayuntamiento de Ámsterdam, diseñado por el arquitecto holandés Jacob van Campen (ahora el Palacio Real de Ámsterdam), en 1655.

La Hollandia Nova de Blaeu también fue representada en su Archipelagus Orientalis sive Asiaticus publicado en 1659 en el Atlas Kurfúrsten (Atlas of the Great Elector), y fue utilizado por Melchisédech Thévenot para producir su mapa, Hollandia Nova-Terre Australe (1664).[5] También publicó el 12-volumen de Le Grand Atlas, ou Cosmographie blaviane, en laquelle est exactement descritte la terre, la mer, et le ciEl esco. Una edición está fechada 1663, en folio 540 mm – 340 mm (21 en 13 pulgadas), que contenía 593 mapas y placas grabados.

Alrededor de 1649, Blaeu publicó una colección de mapas de la ciudad holandesa llamado Toonneel der Steeden (Vistas de Ciudades). En 1651, fue votado en el consejo de Amsterdam. En 1654, Blaeu publicó el primer atlas de Escocia, ideado por Timothy Pont.

Ferozmente competitivo con su contemporáneo Johannes Janssonius en cuanto a cuál de ellos podía hacer un atlas con una mayor cantidad de mapas, Blaeu en 1662 publicó el Atlas Maior, tenía 11 volúmenes e incluía 600 mapas. Este atlas se convirtió en un símbolo de estatus para los que lo poseían y era el libro más caro del siglo XVII.[6] Se planeó una cosmología como su próximo proyecto, pero un incendio destruyó el estudio por completo en 1672.[7]

Joan Blaeu, Mapa del Mundo, Siglo XVII

Mapa de Turín por Joan Blaeu, de Theatrum Sabaudiae

Atlas Maior

Portada de la edición en castellano.

El Atlas Maior (1662-1667) es un atlas del mundo, concebido por Willem Blaeu y compilado por su hijo Joan Blaeu, publicado por vez primera en 1662. La obra original se componía de 11 volúmenes, en latín, y contenía 594 mapas.

El Atlas Maior se basaba en gran parte en el Atlas Novus , publicado por los mismos editores entre 1635 y 1658. El título completo de esta obra, Theatrum Orbis Terrarum, sive Atlas Novus in quo Tabulæ et Descriptiones Omnium Regionum, denota que a su vez se basó en una obra anterior de Abraham Ortelius, el “Theatrum Orbis Terrarum” de 1570. En 1629 Willem Blaeu había ampliado sus fondos de mapas con la compra de las planchas utilizadas por Abraham Ortelius para el Theatrum Orbis Terrarum.

El Atlas Maior o Geographia Blaviana publicado por Joan Blaeu es una obra de gran interés por la perfección con que está realizada y el más bello atlas que jamás se ha publicado y, aún hoy día, continúa siendo uno de los libros más importantes de la historia de la cartografía. Su contenido sirvió de modelo a otros autores holandeses, alemanes, franceses e ingleses a lo largo del siglo XVIII.

El siglo XVII comienza bajo el signo de los grandes atlas decorativos cuyo auge había comenzado en el siglo anterior, en Amberes, en el momento de esplendor de la cartografía flamenca. Durante todo el siglo, la producción cartográfica seguirá monopolizada por los Países Bajos.

El autor del atlas Joan Blaeu es una de las figuras más relevantes de la cartografía holandesa que perteneció a una de las más populares firmas familiares productoras de cartografía. Su padre, Willem Janszoon Blaeu, fundó en 1599 el establecimiento cartográfico en Ámsterdam, especializado en obras geográficas y náuticas, mapas, atlas y en la construcción de globos terrestres e instrumentos científicos. A su muerte, su obra fue continuada por sus hijos y nieto: Joan, Willem y Cornelis. Especialmente su hijo Joan Blaeu llegó a ser una figura muy importante en el mundo de la edición cartográfica llevando el nombre de Blaeu a su mayor esplendor.

La primera edición en latín es de 1662 y consta de 11 volúmenes; posteriormente se publicaron ediciones en francés, holandés, español y alemán. La edición en castellano es un verdadero tesoro bibliográfico ya que las planchas de cobre se perdieron cuando la oficina tipográfica fue destruida por un incendio en 1672, precisamente cuando se estaba publicando la parte dedicada a España, quedando por ello incompleta.

«Atlas Maior» de Joan Blaeu: el despegue de la cartografía.

La familia Blaeu fue crucial para el desarrollo de la cartografía moderna. De origen holandés, la empresa Blaeu produjo algunos de los más renombrados mapas, globos terráqueos y atlas de Europa del siglo XVII.

La Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca puede presumir de una amplia colección de cartografía histórica en la que no faltan los bellos mapas de los Blaeu, como el Nuevo Atlas o Teatro del mundo o algunos de los Libros redondos y gordos que adornan la sala.

Principalmente en el siglo XVII, cuando Amsterdam ganó terreno a Amberes en el desarrollo del comercio marítimo, las exploraciones y la navegación, la imprenta de los Países Bajos experimentó un gran crecimiento y especialización en el ámbito de la cartografía. «Nadie hacía los mapas como ellos», subraya la directora de la Biblioteca Histórica, haciendo hincapié en el valioso trabajo llevado a cabo en las imprentas de Amsterdam.

Una curiosidad. Los mapas lucen con mucho colorido pero realmente se imprimían en blanco y negro y se coloreaban posteriormente, normalmente por encargo de los propios impresores y libreros, de una forma más o menos estándar, pero también había particulares que adquirían el ejemplar en blanco y negro y encargaban el coloreado a algún artesano o pintor de su confianza, para que personalizara los mapas.

El resultado eran obras de grandes dimensiones y unos precios desorbitados para aquella época. Comenta Oscar Lilao, jefe de Fondo Antiguo, que el «Atlas Maior» de Joan Blaeu, con entre diez y doce volúmenes tendría un precio de unos 20.000 euros de ahora, es decir, el sueldo de varios años de un artesano. Así que era un libro para los ricos de la época, lo que explica que, de forma paralela, se elaborasen libros de menor calidad y tamaño y con mapas en blanco y negro con el fin de responder a la demanda de los distintos estratos sociales.

El «Atlas maior» está considerada una de las obras más prodigiosas de la historia de la cartografía: «Son once volúmenes en un formato enorme (57 cm. de largo y 37 de ancho). Sumando los volúmenes, las ediciones en varios idiomas y teniendo en cuenta la tirada en cada uno de ellos, hablamos de 950.000 mapas y 5,5 millones de páginas de texto» destaca Lilao. Una gran inversión, años de trabajo que sólo podían hacer los grandes talleres del momento. «La imprenta más desarrollada en esos momentos era la de los Países Bajos, mucho más que la de los países del sur, sus obras son muy llamativas y nadie hace cartografía como ellos», reconoce la directora, Margarita Becedas. La Universidad de Salamanca cuenta con ediciones en latín, en español y en francés, pero también hubo en holandés y alemán.

Y es que no son mapas al uso. La cartografía del XVII destaca por el detalle de cada país o zona geográfica y, además, incluyen dibujos, por ejemplo de figuras humanas con los trajes típicos de cada región y completan los libros textos explicativos sobre cuestiones geopolíticas.

Jodocus Hondius

Jodocus Hondius

Jodocus Hondius (de un grabado de 1619)

Información personal

Nombre de nacimiento: Joost de Hondt

Nacimiento: 14 de octubre de 1563; Wakken, Condado de Flandes (Diecisiete Provincias, Países Bajos Españoles)

Fallecimiento: 12 de febrero de 1612 (48 años); Ámsterdam (Provincias Unidas de los Países Bajos)

Nacionalidad: Flamenco.

Lengua materna: Neerlandés

Familia

Cónyuge: Colette van den Keere (desde 1587)

Hijos: Henricus Hondius II

Información profesional

Ocupación: Cartógrafo y grabador

Jodocus Hondius (versión latinizada de Joost de Hondt) (Wakken, 14 de octubre de 1563Ámsterdam, 12 de febrero de 1612), a veces llamado Jodocus Hondius el Viejo para distinguirlo de su hijo, fue un artista flamenco, grabador y cartógrafo. Es conocido por haber hecho algunos de los primeros mapas del Nuevo Mundo y de Europa, por haber restablecido la reputación de la obra de Gerard Mercator, y por sus retratos de Francis Drake. Ayudó a establecer Ámsterdam como centro de la cartografía en Europa en el siglo XVII.

Biografía

Hondius creció en Gante. En sus primeros años se estableció como grabador, fabricante de instrumentos y de globos terráqueos. En 1584 se trasladó a Londres para escapar de las dificultades religiosas en Flandes.

 

Nova Hispaniae Descriptio, mapa de Hondius con la península ibérica y Baleares (c. 1610).

 

 

 

Mapa de Hondius de América.

 

Mapa de Palestina.

 

 

 

Mientras estaba en Inglaterra, Hondius fue fundamental en la difusión de la obra de Francis Drake, que había realizado una circunnavegación del mundo a finales de la década de 1570. En particular, en 1589 Hondius había elaborado un famoso mapa de la cala de New Albion, donde Drake había establecido brevemente un asentamiento en la costa oeste de América del Norte. El mapa de Hondius se basaba en el diario de a bordo y en los relatos de los testigos del viaje y siempre ha alimentado las especulaciones sobre el lugar exacto del desembarco de Drake, que aún no ha sido definitivamente establecido por los historiadores. También se cree que Hondius fue el artista de varios retratos conocidos de Drake que están ahora en la National Portrait Gallery de Londres.

El uso que Hondius (o sus predecesores) hacían de múltiples fuentes puede ser ilustrado por este mapa de Asia, que muestra Pekín tres veces: dos veces como Khanbaliq —Janbalic en la tierra de «Kitaisk» (nombre de China) en el río Ob, y Cambalu, en «Cataia»— y una vez como Paquin (Pekín), en la prefectura de Xuntien (Shuntian).

En 1593 se trasladó a Ámsterdam, donde permaneció hasta el final de su vida. En 1604 compró las planchas del Atlas de Gerard Mercator a uno de sus nietos. El trabajo de Mercator había languidecido en comparación con la obra rival, el Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius. Hondius publicó de nuevo la obra de Mercator con 36 mapas adicionales, incluyendo varios que él mismo había producido. A pesar de la adición de sus propias contribuciones, Hondius dio el crédito completo como autor del trabajo a Mercator, quedando él mismo como editor. La nueva edición de Hondius del trabajo de Mercator fue un gran éxito, vendiéndose hasta después de un año. Hondius publicó más tarde una segunda edición, así como una versión de bolsillo, el Atlas Minor. Los mapas se han convertido desde entonces en la conocida como «series de Mercator/Hondius».

Entre 1605 y 1610 fue contratado por el historiador y cartógrafo John Speed (1552–1629) para grabar las planchas de su obra The Theatre of the Empire of Great Britaine.

Después de la muerte Hondius en 1612, su trabajo editorial en Ámsterdam fue continuado por su viuda y dos de sus hijos, Jodocus II y Henricus.1​ Más tarde su familia formó una asociación con Jan Jansson, cuyo nombre aparece en el Atlas como coeditor desde 1633. Finalmente, a partir de la primera edición de 1606 en América, se publicaron alrededor de 50 ediciones del Atlas en los principales idiomas europeos. En el mundo islámico, el Atlas fue parcialmente traducido por el académico turco Kâtip Çelebi. La serie es a veces llamada la «series Mercator/Hondius/Jansson» a causa de las contribuciones posteriores de Jansson.

Hondius también realizó un famoso mapa de las Bermudas, la obra Mappa Aestivarum Insularum, alias Barmudas dictarum… (Ámsterdam c. 1633).

Mapa del Reino de Gran Bretaña e Irlanda, 1610 (grabado a mano)

Un nuevo mapa de todo el mundo Galion Mapa del mundo, 1631

América del Norte.

Mapamundi de Mateo Ricci

Mapamundi de Mateo Ricci

Kunyu Wanguo Quantu

Quốc ngữ: Khôn Dư Vạn Quốc Toàn Đồ

Nombre italiano

Italiano: Carta Geográfica Completa di tutti i Regni del Mondo

Kunyu Wanguo Quantu (idioma chino: 坤輿萬國全圖; pinyin: Kūnyu Wànguó Quántú; literalmente “Un mapa de la miriada de países del mundo”) es el primer mapamundi chino al estilo europeo,1​ realizado en 1602 por el misionero Matteo Ricci, junto a colaboradores chinos y el mandarín Zhong Wentao, respondiendo a la solicitud del emperador Wanli. Este mapa fue decisivo en la expansión del conocimiento del mundo en China y en Japón cuando fue exportado.2

Descripción

El mapa de Ricci, de xilografía,3​ mide 1,52 m de ancho y 3,66 m de largo, y tiene una proyección cartográfica seudo cilíndrica, centrada en el océano Pacífico. Es el primer mapa hecho en China que muestra de manera bastante exacta el continente americano.

Copia japonesa del mapa de 1602 (autoría desconocida ¿1604?).

Proyección pseudo cilíndrica de Eckert IV, de 1906, similar al mapa de Ricci de 1602.

Basado en mapamundis europeos contemporáneos, el mapa muestra América del Sur, América del Norte y el océano Pacífico con proporciones bastante correctas, y a los territorios asiáticos unidos de manera apropiada. Europa, África y el Mediterráneo están delineados de manera también bastante exacta.1

Ti Bin Zhang, secretario de asuntos culturales de la embajada china en Washington D. C. dijo en 2009: “El mapa retrata el primer encuentro trascendental entre Oriente y Occidente” y agrega que esto fue un “motor impulsor para el comercio”.1

Datos

Mapa Shanhai Yudi Quantu (autoría no perteneciente a Ricci).

 

 

Mapamundi de Giulio Aleni, Wanguo Quantu (萬國全圖),4​ de comienzos del siglo XVII.

 

 

 

 

 

 

Mapamundi Kunyu Quantu, de Ferdinand Verbiest, mostrando los dos hemisferios.

 

 

 

 

 

 

 

Mapamundi Kunyu Quantu, de Ferdinand Verbiest, mostrando un hemisferio en detalle.

 

 

 

Copia del mapa de Ricci de 1602 de la biblioteca de James Ford Bell.

 

 

 

Copia del mapa en Bolonia, en el Museo della Specola; paneles 1 y 6 (izquierda y derecha).

El mapa incluye imágenes y anotaciones que describen las diferentes regiones del mundo. África se observa que tiene la montaña más alta del mundo y el río más largo. La breve descripción de América del Norte habla de “bueyes joroba” o bisontes (驼峰牛tuófēngníu), caballos salvajes (野马, yěmǎ), y una región llamada Jiānádá (加拿大, Canadá). El mapa identifica Florida como Huadi (花地), la “Tierra de las Flores“. Varios lugares de América Central y del Sur son nombrados, incluyendo Guatemala (哇的麻剌, Wādemálá), Yucatán (宇革堂, Yǔgétáng) y Chile (智里, Zhīlǐ). El mapa del cartógrafo Matteo Ricci hace además una breve descripción del descubrimiento de las Américas. «En la antigüedad, nadie hubiera conocido la existencia de lugares como América del Norte y del Sur o Magallánica (usando un nombre que dieron los primeros cartógrafos para un continente supuesto que incluía a Australia, la Antártida y Tierra del Fuego), pero hace cien años, europeos llegaron navegando en sus barcos a partes de la costa del mar, por lo que las descubrió».

El Museo della Specola Bolonia tiene en su colección, que se muestra en la pared de la habitación Globe, copias originales de los paneles 1 y 6 de los seis paneles que componen el mapa de 1602 de Ricci. Durante la restauración y el montaje una parte central del mapa Emisfero Doppio delle Stelle, del matemático y astrónomo alemán Johann Adam Schall von Bell, fue insertado entre dos secciones por error.

En 1958, Pasquale D’Elia, sinólogo de la Universidad de Roma, certificó la autenticidad de los mapas chinos en posesión de este museo, (véase op. cit.) al señalar que “es la tercera edición de una obra geográfica y cartográfica que hizo a Ricci famoso en toda China”. Ya había hecho una primera edición en 1584 en Shiuhing, seguido de un segundo en el 1600 en Nanking, y dos años más tarde un tercero en Pekín.

En 1938, un trabajo exhaustivo por Pasquale D’Elia, editado por la Biblioteca Apostólica Vaticana, fue publicado con comentarios, notas y traducción de todo el mapa. Los mapas contienen instrucciones de uso y abundantes ilustraciones detalladas de los instrumentos usados en su producción, así como explicaciones sobre las concepciones de «sistemas del mundo terrestre y celeste». Hay un largo prefacio de Matteo Ricci en el centro del mapa, donde se representa el Océano Pacífico. La traducción de D’Elia dice así:

Una vez pensé que el aprendizaje era una experiencia múltiple y no me niego a viajar [incluso] diez mil li para poder interrogar a los sabios y visitar países que celebran. Pero ¿cuánto tiempo es la vida de un hombre? Es cierto que se necesitan muchos años para adquirir una ciencia completa, basada en un gran número de observaciones: y ahí es donde uno se hace viejo, sin tiempo para hacer uso de esta ciencia ¿No es esto una cosa dolorosa y es por eso que puse mucha importancia [geográfica] a estos mapas? Y la historia: la historia… para la fijación de [estas observaciones], y para entregar los mapas [a las generaciones futuras]. Respetuosamente escrito por Matteo Ricci. Europa. 17 de agosto de 1602.

La figura del Cieli Nove (Nueve Cielos) se imprime a la izquierda del título, como se ilustra por las concepciones del siglo XVI. La inscripción adjunto explica el movimiento de los planetas. La sección de la derecha (panel 6) tiene otras inscripciones que dan ideas generales sobre la geografía y la oceanografía. Otra inscripción registra un extracto de la Storia dei Mongoli con respecto a los movimientos del Sol. En la parte superior de la sección de la izquierda (panel 1), hay una explicación de los eclipses y el método de medición de la Tierra y la Luna. Ambas secciones llevan el sello característico jesuita, el IHS de la Compagnia di Gesù. En la parte inferior izquierda, en el hemisferio sur, está el nombre de los editores chinos del mapa y la fecha: un día del primer mes del otoño en el año 1602. El mapa también incluye una explicación de paralelos y meridianos, una prueba de que el Sol es más grande que la Luna, una tabla que muestra las distancias de los planetas desde la Tierra, una explicación de las diferentes longitudes de los días y las noches, y las proyecciones polares de la Tierra, que son inusualmente consistentes con su mapa principal.

Detalles

Algunos topónimos de España y Francia:

  • Andalucía (42°N, izquierda+22°). Entre el centro de la península y el nacimiento del Ebro. 俺/AN/ 大/TA/ 魯/LU/ 西/ÇI/ 亞/YA/. Hoy 安達盧西亞 (pinyin: Āndálúxīyà).
  • Cataluña (38°N, izquierda+23°). Al País Valenciano. 葛/KE/ 荅/TA/ 龍/LONG/ 亞/YA/. Hoy 加泰罗尼亚 (pinyin: Jiā tài luō ní yǎ).
  • España (40°N, izquierda+20°). 以/YI/ 西/SHI/ 把/PA/ 你/NI/ 亞/YA/. España o Hispania. Hoy 西班牙 (pinyin: Xībānyá).
  • Mallorca (39°N, izquierda+26°). 馬/MA/ 岳/YUE/ 里/LI/ 革/KE/. Se compara al latín Maiorĭca.
  • Menorca (37°N, izquierda+29°) 米/MI/ 諾/NUO/ 里/LI/ 革/KE/. Se compara al latín Minorĭca.
  • Occitania (44°N, izquierda+27°). 曷/HE/ 計/CHI/ 荅/TA/ 尼/NI/ 亞/YA/.
  • Toulouse (42°N, izquierda+26°). 多/TUO/ 羅/LUO/ 薩/SA/.

Fuera del límite nordeste del mapamundi hay un modelo cosmológico de los 9 cielos (九天). Consta de un diagrama circular, el título 九重天圖 del diagrama, un texto abajo que explica los cuatro elementos (四…) en el interior de la primera esfera y un texto a la izquierda sobre las nueve esferas celestes. La orientación del diagrama se indica en su exterior con las palabras 極北 (“polo norte”) y 赤道 (“ecuador”). Al centro está la Tierra, hecha del elemento tierra (土), con agua (水) en su superficie. Más afuera está el aire (氣), abajo (下氣), al medio (中氣) y por encima (上氣), y finalmente el fuego (火), con dibujos de llamas (originales) pintados de rojo en algunas copias. Más allá, comienza el mundo celeste. Los siete astros que se mueven son: la 1° esfera (一), que es la Luna (月); la 2° (二), que es Mercurio (水星); la 3° (三), que es Venus (金星); hasta a la 7° (七), que es Saturno (土星). La 8° esfera (八) es la de las estrellas, agrupadas en 28 (二十八) constelaciones según la astronomía china. La 9° esfera (九) se mueve en 1 (一) día (日) de este (東) a oeste (西), en contra de las otras 8 esferas que se mueven de oeste (西) a este (東) en un período indicado en años (年), días (日) y cuartos de hora (刻). Por ejemplo, para Saturno, son 29 años mil veces, 155 días y 25 cuartos de hora. Eso son 29.425 años, que se trasladan correctamente si se lo compara con los parámetros orbitales actuales. Debido al modelo geocéntrico, el período de 365 días y 23 cuartos de hora se aplica tanto al Sol como a los planetas interiores, Mercurio y Venus.

Una de las cosas más interesantes, es que China se encuentra dibujada justamente en el centro del mundo, pues China quiere decir “el reino del medio”.

También se le suele denominar, por su traducción: Mapa de los Diez Mil Países de la Tierra.

El Mapa de los Diez Mil Países de la Tierra se ha caracterizado como “una fascinante amalgama de fuentes cartográficas occidentales y chinas que comenzó como una traducción china de un mapa del mundo europeo contemporáneo”. [12] Su autor principal, Matteo Ricci, SJ, se formó para ser la vanguardia de la iglesia católica en China. Cuando llegó en 1583, trajo consigo algunos libros, un mapa del mundo y una mente llena de bibliotecas de conocimientos europeos. Paciente y metódicamente se abrió camino en la cultura china, dominando el idioma, entablando amistad e influenciando a los funcionarios locales, y construyendo una reputación por su riqueza de conocimiento extranjero con un objetivo en mente: que se le permitiera viajar a Beijing y convertir al emperador chino al Cristianismo [14].

Ricci puso un mapa del mundo en la pared de su apartamento, sabiendo muy bien que muestra partes del mundo que en ese momento eran desconocidas en China. En su diario escribió: “Los chinos más sabios lo admiraban mucho y, cuando les dijeron que era tanto una vista como una descripción del mundo entero, se interesaron mucho en ver que se hiciera lo mismo en chino. ” [14] La imagen en la pared era probablemente un mapa del cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, quien creó la proyección de Mercator que todavía se usa en la actualidad, un sistema matemático para transferir el mundo esférico a una superficie plana. Su método fue capaz de representar como líneas rectas rutas de navegación que siguen la curvatura de la tierra a través de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico recientemente trazados. Su proyección claramente tuvo gran relevancia para las armadas portuguesa, española, inglesa y francesa que navegaban por el mundo, llevando a los misioneros de la iglesia desde Europa a todos los lugares a los que podían llegar sus barcos. Mercator logró esto manteniendo una distancia constante alrededor de las regiones ecuatoriales mientras alargaba las distancias de las regiones polares.

Era enorme, de cinco pies de alto y doce pies de ancho, impreso en seis bloques de madera como los paneles de un biombo.

Cuatro viñetas del Mapa de los Diez Mil Países de la Tierra (Kunyu Wanguo Quantu). De izquierda a derecha: vista del polo norte, vista del polo sur, Tierra rodeada de planetas, Tierra y estrellas. Las proyecciones polares norte y sur explican cómo la superficie del mapa alineada con el ecuador representaba una esfera (Mercator también había incluido la viñeta de una proyección polar en su mapa). Los círculos concéntricos son un modelo geocéntrico de la Tierra, con China cubriendo su superficie, rodeada por dos anillos ovalados de aire cálido y frío envueltos por fuego y nueve círculos concéntricos que representan los planetas y los cielos. La última ilustración muestra cómo los cielos giran alrededor de la Tierra.

Ricci enumeró los tres propósitos del mapa en su diario: “[Primero], como un regalo exótico para funcionarios importantes; segundo, como un medio para demostrar las habilidades y el conocimiento (y en última instancia la utilidad) de los jesuitas; y tercero, por explicar de manera sucinta y convincente quiénes eran los jesuitas, de dónde eran y por qué eran dignos de atención y reverencia”.

El propósito del mapa era menos compartir nuevos conocimientos “científicos” que difundir la influencia de los jesuitas en la corte china. Y para ayudar a Ricci a explicarle a cualquiera que le preguntara de dónde era, aunque no es visualmente prominente, el mapa identifica Portugal, el país que patrocinó la misión jesuita, además de agregar su pueblo natal de Macerata en Italia.

Se difundieron copias impresas del mapa, y el emperador Wanli solicitó sus propias copias pintadas a mano en seda. Pero ninguno de los emperadores Ming ni los posteriores Qing se convirtieron, y en los siglos que siguieron a la nueva información que introdujo el mapa de Ricci no cambió las actitudes de los chinos hacia otras partes del mundo ahora conocido.

Atlas de Joan Martines

Atlas de Joan Martines


Sabemos que Martines (1556-1591) vivió en Messina al menos desde 1556 a 1587 por las firmas de sus mapas.

Hacia 1588 fue nombrado por Felipe II cosmógrafo real trasladándose a vivir a Nápoles. La isla de Sicilia fue incorporada a la corona de Aragón por Pedro III. Las migraciones de judíos desde el reino de Aragón a la isla debieron ser frecuentes y, entre ellos, pasaron cartógrafos mallorquines que revitalizaron su escuela en la nueva isla. En esta tradición se formó Joan Martines.

Su obra conocida es muy extensa: más de una treintena de piezas entre mapas y atlas, pero, sin duda, la más rica y completa es este atlas que le valió el nombramiento de cosmógrafo real.

Se trata de una versión manuscrita del primer atlas “moderno, superando en riqueza y perfección al editado por Abraham Ortelius en Amsterdam.

El atlas de Joan Martines representa la síntesis de dos de las corrientes cartográficas del momento: la tradicional de la escuela mallorquina y la escuela cartográfica de los Países Bajos, de mentalidad renacentista.

Consta de 19 mapas a doble folio cuyo dibujo sobre pergamino ocupa casi toda la extensión de las hojas espléndidamente iluminadas con aguadas de colores y panes de oro y plata. Los mapas están pegados de dos en dos y llevan una rica encuadernación del siglo XVI de piel roja en la que cuatro recuadros sirven de marco al escudo de Felipe II.

En el primer mapa figura: Joan Martines en Messina Any 1587. Dedicado al rey Felipe II. Grandes rosas de los vientos de 16 y 32 rumbos. Barcos navegando en los mares.

Forman el conjunto seis cartas náuticas o portulanos en los que se da toda la información costera, dos mapamundis de distinta proyección y once mapas en los que se indica la orografía, hidrografía, poblaciones, etc…Tienen estos mapas una apariencia de formas y grafías casi medievales, sin embargo la información que proporcionan era la conocida en la segunda mitad del siglo XVI.

Para la toponimia utiliza letra semigótica en dos colores, rojo y negro, aunque para indicar regiones o accidentes geográficos importantes los resalta con la versalita romana. La orografía es escenográfica representada por cadenas de montes de distintos colores sombreados en oro y en plata; la hidrografía es en azul con toques de plata y las costas perfiladas en oro.

Lámina nº 17. Atlántico Occidental

Martines, Joan. ¿Mesina?, Sicilia (Italia), p. m. s. XVI – ¿Nápoles? (Italia), 1591 post. Cosmógrafo real.

De posible ascendencia hispana (mallorquina, valenciana o catalana) y de formación en la escuela cartográfica de Mallorca, Joan Martines desarrolló su mejor actividad cartográfica en la ciudad de Mesina, que pertenecía a los reinos de Nápoles y Sicilia. Por ello, Martines era súbdito español que trabajó al servicio de Felipe II. Seguramente, al decaer el comercio en los puertos del Levante hispano, la familia de Joan Martines trasladó su residencia a la ciudad de Mesina, cuyo puerto se había convertido en el principal centro de comercio del Mediterráneo. En esta ciudad, Joan Martines desarrolló su mejor actividad al menos durante treinta años, entre 1556 y 1587, según consta en varias cartas náuticas suyas, firmadas y fechadas en esa ciudad. Un fuerte terremoto, acaecido en 1908, destruyó muchos archivos y bibliotecas mesinesas, que posiblemente guardaban alguna información documental sobre el trabajo de Martines. Las noticias de su actividad como cartógrafo se encuentran en los portulanos rubricados por su autor: “Joan Martines de Messina”, a los que acompaña la fecha de ejecución. La adición “de Messina” a su apellido informa de su posible nacimiento o estrecho vínculo con esa ciudad.

En 1591 recibió el nombramiento de cosmógrafo del monarca Felipe II. Desde entonces firmó sus obras: “Joan Martines de Messina, Cosmographo del Rey Nro. Segnor en Napoles”.

Sus portulanos y atlas estaban destinados a los navegantes de la Carrera de Indias, lo mismo que los de la familia mallorquina de los Oliva, que también trabajaron durante la segunda mitad del siglo XVI (Juan Oliva, alias Rienzo, residió en Nápoles). Durante su primera etapa (1556-1570), Martines siguió los modelos mallorquines dibujados sobre piel de carnero.

Sus atlas están ornados con rosas de los vientos, galeones, escudos de armas, banderas y bellas arquitecturas de las ciudades más importantes, e iluminados con panes de oro, plata e intensos colores. Su mapamundi parece inspirarse en el de Gastaldi, que separa los continentes antiguo y nuevo por el estrecho de Anián. El Atlas de la Biblioteca Nacional de España (1570) es uno de los representativos de este período.

La edición del Teatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius (1570) y el mapamundi de Gerardus Mercator (1569) influyeron en el trabajo cartográfico de Martines y en la incorporación de algunas innovaciones, que le acercaban a la modernidad y veracidad geográfica. Así, los nuevos descubrimientos geográficos y, desde 1562, la separación de América del Norte del continente asiático por el estrecho de Anián. En 1571, la Santa Alianza se concentró en el puerto de Mesina para frenar el poderío turco, lo cual también hubo de favorecer el incremento de la producción cartográfica. La de Joan Martines, documentada durante unos cuarenta años, fue muy fructífera. Según el catálogo de Giménez Soler, se contabilizan veintidós atlas, de los cuales catorce están firmados por Martines, además de otras cartas náuticas sueltas. La Biblioteca Nacional de España conserva dos atlas portulanos (1570 y 1587). El de 1587, dedicado a Felipe II, es el más importante y el de mayor riqueza ornamental.

Características de la obra

Objeto: Cartografía

Dimensiones: 19 maps. 58 x 80 cm. (pleg. a 58 x 39)

Técnica: Para la toponimia se utiliza letra gótica, en tinta roja y negra, y versalitas romanas

El mapamundi de Urbano Monte

El mapamundi de Urbano Monte

La Universidad de Stanford reconstruye por primera vez el enorme y singular mapamundi que el cartógrafo Urbano Monte pintó en 1587 en 60 láminas

Por @Alvy — 7 de Enero de 2018

El mapamundi de Urbano Monte es un mapa en forma de atlas manuscrito que data de 1587, al que se hicieron algunos añadidos en 1589. Esto quiere decir que se dibujó tan solo 95 años después de que Colón descubriera América y para las exploraciones que se llevaron en aquella época resulta un mapa de bastante precisión.

El original en forma de 60 hojas dobles, a color y con todo lujo de detalles ocupa una superficie de casi un metro cuadrado. Su propietario, el experto David Rumsey, lo escaneó a alta resolución para luego «coserlo» digitalmente con suma paciencia en un archivo gigantesco. El resultado puede explorarse desde su página web con el ratón. Incluso se puede girar sobre el polo norte tal y como sugirió Monte, su creador, para que fuera correctamente disfrutado.

Quizá lo más destacado de este mapa sea lo científicamente avanzado que es para su época, tanto por la precisión y proyección utilizada como por los nombres de los lugares y los comentarios incluidos en sus páginas. Navegando por el mapa se puede ver lo que se conocía en la época acerca del clima, las costumbres, la duración del día y las distancias.

El mapa es tan peculiar y preciso que hay quien dice que es imposible que sea auténtico, básicamente por dos razones: por estar dibujado con el Polo Norte en el centro y por la extremada precisión de algunas de las ubicaciones, que hubieran requerido poco menos que un «sistema GPS medieval» para ser así de precisas.

Es enorme. Tres por tres metros. Y en más de cuatro siglos nadie lo había visto completo. Un equipo de expertos de la Universidad norteamericana de Stanford ha conseguido dar vida al proyecto de un cartógrafo italiano del siglo XVI, que dibujó un mapa del mundo tan detallado que ocupaba 60 láminas y dejó escritas las instrucciones para que alguien, algún día, las pusiera juntas. Ese día ha llegado y el resultado es fascinante.

“Es el mapa del mundo más grande del siglo XVI”, afirma por teléfono David Rumsey, director de la colección de mapas históricos que lleva su nombre y que alberga Stanford. Pero eso no es lo más importante. “También es artísticamente grande. Tiene información de eclipses, del Sol, la dirección de los vientos o la duración de los días en las distintas zonas del mundo”.

El autor es Urbano Monte, un cartógrafo milanés que seguramente utilizó como fuentes los trabajos de los otros grandes cartógrafos del siglo XVI, Gerardo Mercator, Abraham Ortelia o Giovanni Gastoldi. “Monte tomó de todos ellos. Todos se copiaban”. La particularidad del mapa de Monte, además de su tamaño y artística, es que está proyectado desde el Polo Norte. Es decir, el centro del mapa es el Ártico; la deformación se produce en la Antártida. Según sus propias instrucciones, las láminas debían pegarse juntas sobre una gran bola de madera para tener sentido. “Sabemos que le encantaba enseñar, entendía el mapa como una herramienta de enseñanza, hay mucho texto describiendo los lugares”. Monte dibujó, en definitiva, un enorme globo terráqueo.

Lo dibujó dos veces. La otra copia está en Milán. Pero el equipo de la Colección de Mapas Históricos David Rumsey ha digitalizado todas las láminas, más el mapa montado completo, y lo ha puesto en Internet a disposición de todo el mundo. “Estamos convencidos de que cualquier material que esté libre de derechos de autor debe estar en Internet con la máxima calidad a disposición de todo el mundo”, dice por teléfono Salim Mohammed, conservador jefe de la institución.

En su dedicación en Tavola XL, se especifica cómo organizó las hojas del planisferio y describe explícitamente cómo todo el mapa debe ser pegado en un panel de madera de diez pies para que pueda girar alrededor de un pivote central o pasador a través del polo norte. Esto nunca se hizo, pero ahora podemos hacerlo de manera virtual: el mapa mundial de 60 hojas de Monte ensamblado.

Además de estar digitalizado lámina por lámina, en la web de la colección se puede encontrar montado tal como lo concibió Monte, e incluso proyectado sobre un globo, de forma que se ve dónde acierta en las proporciones y dónde no.

La búsqueda por el mapa revela interesantes detalles. Por ejemplo, está lleno de monstruos, algo habitual en los mapas de la época, donde los cartógrafos dibujaban criaturas fantásticas para no dejar huecos vacíos. Hay sirenos en Antártida; dragones cerca de Oceanía; un ave gigante que lleva en sus garras un elefante frente a las costas de Argentina. “No les gustaba dejar espacios y los completaban con personajes fantásticos”, explica Mohammed. “Llenaban los océanos, pero también lugares como África, de los que no tenían mucha información y se tenían que inventar cosas”.

Las fuentes de Monte le permitieron, por ejemplo, tener mucha información de Japón, donde detalla decenas de pueblos. Él mismo cuenta que sacó la información de un grupo de japoneses que conoció en Milán. Sin embargo, la forma de la isla está muy errada. Al mismo tiempo sorprende la forma acertada de un territorio prácticamente inexplorado como el oeste de Norteamérica, del que apenas podía tener información. “Tenemos unos 800 mapas en la colección que muestran California como una isla”, dice Rumsey, algunos de décadas posteriores al de Monte. “Su mapa es más acertado, ya que la dibuja como una península”.

El mapa de Urbano Monte es, además, una especie de foto fija del siglo XVI. En él aparecen barcos donde se detalla “Armada del Rey de España” en medio del Atlántico o una flota que viaja hacia el Este, etiquetada como “Flota de las Indias, hacia España”. El artista puso en el mapa también a todos los líderes que vienen a explicar el mundo de aquella época. El más grande es el rey Felipe II, en una barca frente a la costa de Venezuela. Aparecen el rey de Portugal, el de Polonia, el emperador del Sacro Imperio Romano, un sultán de Turquía, el rey de Etiopía, el Papa y Moctezuma (“que fue rey de México y de las Indias Occidentales”, explica Monte).

En una esquina vemos al propio Monte, que se hace un autorretrato a la edad de 43 años. Encima de este dibujó otro, dos años después, lo que parece indicar que hizo correcciones al mapa. Rumsey lleva 35 años coleccionando mapas históricos, una obsesión que comenzó en su treintena. Este mapa estaba en manos privadas y no había sido estudiado durante siglos. Lo adquirió Rumsey consiguió el mapamundi de Urbano Monte a través de Barry Ruderman, un marchante de San Diego. Prefiere no revelar el precio, por razones de seguridad. “Digamos que es muy valioso. Muy, muy valioso”. Y él le ha añadido el valor de que cualquiera con un navegador pueda perderse entre monstruos, emperadores y tierras misteriosas, en una foto fija del siglo XVI de tres por tres metros.

En su dedicación en Tavola XL, se especifica cómo organizó las hojas del planisferio y describe explícitamente cómo todo el mapa debe ser pegado en un panel de madera de diez pies para que pueda girar alrededor de un pivote central o pasador a través del polo norte. Esto nunca se hizo, pero ahora podemos hacerlo de manera virtual: el mapa mundial de 60 hojas de Monte ensamblado.

Monte también dejó escrito cuáles eran las fuentes de su obra, citando a los geógrafos Piccolomini, Plinio, Ptolomeo, Cortés, Fernando Colón, Juan González de Mendoza, Giovanni d’Anania, diversas cartas jesuíticas, incluido Marco Polo, y los cartógrafos Mercator, Gastaldi, Olaus Magnus, Giovio, Lopes y los hermanos Zeno.

En el mapa podremos observar innumerables curiosidades, islas que no se muestran actualmente en nuestros mapas pero hay escritos de marinos que hablan de su existencia, como la isla High Brasil frente a Irlanda, o bien la Isla Cristalina, conocida también por Beauchene Island que sí suele estar en los mapas al sur de las Islas Malvinas. Esta última curiosamente se muestra de forma censurada por Google Earth y la información que se tiene de ella es que fue descubierta en el 1701 por Jacques Gouin de Beauchêne, sin embargo Urbano Monte ya la representó en este mapa ciento veinte años antes. Otra curiosidad es que el lugar donde descansa el Arca de Noé está señalado en los montes de Ararat, en Turquía.

Después de unir las 60 hojas en un planisferio de 10 pies, se colocó en la proyección de Mercator. Según David Romsey el cartógrafo utilizó la proyección polar del norte en lugar de la de Mercator: “Monte quería mostrar toda la Tierra lo más cerca posible de una esfera tridimensional utilizando una superficie bidimensional”, observa Rumsey. “Su proyección hace exactamente eso, a pesar de las distorsiones alrededor del polo sur. Esas mismas distorsiones existen en el mapa mundial de Mercator, y por su prominencia desmesurada en el mapa de Monte, le dieron una amplia área para disfrutar de todas las especulaciones sobre la Antártida que proliferaron en las descripciones geográficas en el siglo XVI “.

Monte trabajó en la creación de un atlas 18 años después de que Gerardus Mercator creara un mapa, que ahora se usa en la mayoría de las instituciones educativas y aplicaciones para teléfonos inteligentes. Pero la carta de Monte, a diferencia de la de Mercator, representa a la Tierra como visible desde el espacio, directamente sobre el Polo Norte. Recientemente, la proyección de Mercator ha sido criticada por su imagen eurocéntrica, en la que las regiones occidental y septentrional son más grandes de lo que realmente son.

 

 

Detalle de Tavola Nona (Japón)

 

 

 

Es interesante que incluso hace 430 años Urbano Monte dibujó todo muy correctamente y con gran detalle. Y fue creado solo 80 años después de que Columbus descubriera que América aceptará en muy poco tiempo elaborar un mapa tan detallado teniendo en cuenta los nuevos descubrimientos. Después de todo, en esos días no había satélites ni aviones, nada con lo que crear algo así. Y para crear ese mapa hace 430 años, era necesario ver la Tierra precisamente desde la altura del vuelo de un avión moderno o desde la órbita de la Tierra.

 

Detalle de Tavola XXIII (América del Sur, Venezuela, Guyana)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tavola XXXX (Sur de Argentina, Sur de Chile)

 

 

 

 

 

Mapa del Gozitan Antonino Saliba

Mapa del Gozitan Antonino Saliba

Mapa de Antonio Saliba de 1582

El único ejemplo de la edición Jollain / De Jode del conocido mapa de Antonio Saliba del cosmos (1582) integra la antigua Pagan y la cosmología medieval cristiana con creencias y experiencias del Renacimiento.

El mapa también cubre alguna información geográfica, representa el mundo con un mar que lo rodea y tres importantes ríos Dan, el Nilo y el Mediterráneo que, dividen la tierra en tres continentes con Asia en la parte superior, en parte inferior derecha África y Europa en la parte inferior izquierda. El mapa tiene al Este en la parte superior; justo debajo de Cristo hay una representación de Adán y Eva en el Jardín del Edén.

El mapa original fue elaborado por Antonino Saliba, un gozitano que vivió en la época de Galileo Galilei y Johannes Kepler, y que posiblemente conoció al menos a uno de ellos. Se graduó en Derecho Canónico y Civil, fue Doctor en Filosofía y se destacó en matemáticas, astronomía y astrología. Se cree que se educó fuera de Malta ya que en aquellos tiempos tales estudios eran imposibles de realizar localmente. También fue el primer maltés en ganar fama internacional como científico y el primer maltés en imprimir su trabajo desde la invención de la imprenta.

La versión original del mapa de Saliba fue grabada por Mario Cartaro de Nápoles y publicada en italiano en 1582. Fue copiada muchas veces por importantes cartógrafos europeos durante más de un siglo, ya que se consideraba una obra de gran calidad. Solo se conoce un ejemplo del original de 1582 en todo el mundo. Esta copia se conserva en Alemania en la Herzog August Bibliothek, Wolfenbüttel.

El mapa de Saliba es realmente hermoso y fascinante, consta de nueve anillos concéntricos que representan el mundo visto desde los ojos de un astrónomo del siglo XVI. Las esferas representan fuego, cometas, vientos, nubes, tormentas, personas, casas, árboles e incluso el mundo subterráneo y el infierno.

La versión comprada por Heritage Malta está en holandés y se imprimió en Haarlem, Países Bajos, alrededor de 1700. Fue emitida por Ambrosius Schevenhuyse, un vendedor de cartas y obras de arte. Heritage Malta lo adquirió de un comerciante londinense de libros raros.

El mapa formará parte de la colección nacional y con el tiempo se convertirá en uno de los artículos estrella en la futura exhibición del Museo de Gozo, dijo la agencia.

La belleza y la historia del mapa han servido de inspiración para ŻfinMalta, la compañía nacional de danza de Malta.

Descripción

Carta celeste coloreada a mano, presenta el universo como un lugar a la vez ordenado y caótico, espiritual y temporal, familiar y fantástico. Un raro mapa del cosmos emitido por separado, que integra la antigua cosmología cristiana pagana y medieval con las creencias y experiencias del Renacimiento. Publicado originalmente en italiano por Antonino Saliba en 1582, el mapa fue posteriormente reeditado en latín por Cornelis de Jode en un formato ligeramente modificado (sin uno de los nueve anillos). Esta copia es una nueva edición publicada por Gregoire Mariette. Muestra ocho anillos concéntricos, desde el anillo interior que representa las regiones infernales hasta un anillo de fuego circundante, poblado por demonios, fénix y salamandras. El cuarto anillo es un mapa hemisférico en una proyección del polo sur. Dentro de las enjutas hay imágenes decorativas del sol y la luna. El diagrama está coronado por un título con mapas hemisféricos que lo flanquean. El modelo cósmico de anillos concéntricos se derivó de Aristóteles y Ptolomeo, que en formas modificadas prevaleció hasta el siglo XVII. El modelo ptolemaico comprendía nueve esferas alrededor de la tierra: cinco planetas, el sol, la luna, las estrellas y el primum mobile. Esta desviación del contenido clásico de las nueve esferas, manteniendo la estructura, es completamente típica del estado fluido de la ciencia del Renacimiento.