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Historia

Accidente de Three Mile Island

Accidente de Three Mile Island

El presidente Jimmy Carter abandonando las instalaciones de Three Mile Island el 1 de abril de 1979.

El accidente de Three Mile Island fue un accidente nuclear que sufrió la central nuclear del mismo nombre el 28 de marzo de 1979. Ese día el reactor TMI-2 sufrió una fusión parcial del núcleo del reactor.nota 1

Situación

Three Mile Island es una isla en el río Susquehanna cerca de Harrisburg, estado de Pensilvania, en el noreste de los Estados Unidos. Cuenta con un área de 3,29 km².

La estación generadora está formada por dos reactores presurizados de agua ligera construidos por Babcock and Wilcox con potencias instaladas de 786 MW (TMI-1) y 900 MW (TMI-2). La planta la operaba en ese momento la Metropolitan Edison Company. En 2008 TMI-1 sigue operativa (operador: Energía Co., LLC de AmerGen). En octubre del 2009 la NRC, organismo regulador en Estados Unidos, autorizó la renovación de su licencia de explotación 20 años más, hasta el 19 de abril de 2034.

En el momento del accidente unas 25.000 personas residían en zonas a menos de ocho kilómetros de la central.1​ La cantidad de emisión de gases radioactivos hacia la atmósfera varía entre 2,5 y 15 millones de curios según las fuentes escogidas. La industria pro nuclear sostiene que “estudios realizados sobre la población demuestran que no hubo daños a las personas, ni inmediatos ni a largo plazo”.2​ No obstante, Greenpeace apoyada en otros estudios independientes sostiene que existió y existe un aumento claro en los casos de cáncer y leucemia sobre la zona cercana a la central.3

Las consecuencias económicas y de relaciones públicas fueron muy importantes, y el proceso de limpieza largo y costoso.

Además, el accidente redujo notablemente la confianza de la población en las centrales nucleares, y fue para muchos un presagio de los peores temores asociados a esta tecnología. Hasta el accidente de Chernóbil, ocurrido siete años después, Three Mile Island fue considerado el más grave de los accidentes nucleares civiles (de categoría 5 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES). El accidente nuclear de la Central de Fukushima I en 2011 también alcanzó la categoría 5, pero el 12 de abril de 2011 el desastre de Fukushima ya obtuvo la categoría 7, igualando así al desastre de Chernóbil.

El acontecimiento ocurrió doce días después del estreno de la película El síndrome de China, que trataba sobre un incidente ficticio pero con grandes similitudes.

La central nuclear Three Mile Island

Imagen aérea de las instalaciones.

La central nuclear Three Mile Island (TMI) se compone de un reactor nuclear de agua a presión y dos generadores de vapor (tecnología conocida habitualmente por sus siglas en inglés, PWR (pressurized water reactor) construidos por Babcock and Wilcox, con potencias instaladas de 786 MW (reactor TMI-1) y 900 MW (TMI-2).

El TMI-1 entró en servicio el 19 de abril de 1974, y el TMI-2 lo hizo en diciembre de 1978, de manera que este grupo sólo llevaba 90 días funcionando cuando se produjo el accidente.

La empresa encargada de operar la central en el momento del accidente era la Metropolitan Edison Company (frecuentemente abreviada, Met Ed).

El reactor TMI-1 se mantuvo al margen del accidente, ya que se trata de instalaciones independientes, y además el TMI-1 estaba en “parada fría”, por recarga de combustible. El reactor siguió parado hasta octubre de 1985, por problemas técnicos, legales y reguladores.

La planta afectada, TMI-2, fue sometida a un largo y costoso proceso de descontaminación, pero sigue requiriendo mantenimiento y gestión, en lo que se conoce como “almacenamiento vigilado a largo plazo”.4

La planta del reactor TMI-1 sigue en operación y aunque su licencia expiraba en 2014 fue renovada hasta el 2034. En estos momentos está operado y gestionado por Exelon Nuclear, una filial de Exelon Corporation, empresa de distribución de energía con sede en Chicago.

El accidente nuclear de Three Mile Island

Esquema de la unidad 2 de TMI.

  • El accidente comenzó cerca de las 4:00 de la mañana del 28 de marzo de 1979, cuando se produjo un fallo en el circuito secundario de la planta.
  • Las bombas primarias de alimentación del circuito secundario dejan de funcionar a causa de una avería mecánica o eléctrica. Esto impidió la retirada de calor del sistema primario en los generadores de vapor.
  • Se apagaron automáticamente, primero la turbina y después el reactor.
  • La presión y la temperatura en el circuito primario (la sección nuclear de la planta) empieza a aumentar inmediatamente, debido a que el circuito secundario no puede sacar el calor residual del circuito primario.
  • Para evitar que esa presión llegase a ser excesiva, la válvula de descarga de presión (situada en la tapa del presurizador) se abrió.
  • La válvula debía cerrarse al disminuir la presión, aunque por un fallo no lo hizo. Las señales que llegaban al operador no indicaron que la válvula seguía abierta, aunque debía haberlo mostrado.
  • En consecuencia, la válvula con el fallo causó que la presión continuara disminuyendo en el sistema.
  • Mientras tanto, otro problema apareció en otra parte en la planta: el sistema del agua de emergencia (reserva del sistema secundario) había sido probado 42 horas antes del accidente. Como parte de la prueba, las válvulas se cierran y abren de nuevo al final de la misma. Pero esta vez, por un error administrativo o humano, la válvula no se dejó abierta, lo que evitó que el sistema de emergencia funcionara.
  • Ocho minutos después del comienzo del accidente se descubre que la válvula estaba cerrada.
  • Una vez que se abrió, el sistema de agua de emergencia comenzó a trabajar correctamente, permitiendo que el agua fría fluyera por los generadores del vapor.
  • A medida que la presión en el sistema primario continúa disminuyendo, comenzaron a formarse huecos (zonas donde el agua hierve, formándose burbujas de vapor) en varios lugares del sistema con excepción del presurizador.
  • Debido a estos huecos, el agua del sistema fue redistribuida y el presurizador se llenó por completo de agua.
  • El instrumento que indica al operador la cantidad de líquido refrigerante capaz de eliminar el calor indicó incorrectamente que el sistema estaba lleno de agua. Así, el operador dejó de introducir agua, sin saber que, debido a la válvula obturada el indicador puede, y en este caso lo hizo, proporcionar una información falsa.
  • Después de casi ochenta minutos desde el momento de la subida lenta de temperatura, las bombas del lazo primario comenzaron a vibrar por cavitación, debido a que, en lugar de agua, lo que pasaba por ellas era vapor.
  • Las bombas se cerraron, y se creyó que la convección natural continuaría el movimiento del agua.
  • El vapor en el sistema bloqueó la circulación en el lazo primario y, como el agua dejó de circular, se convirtió en grandes cantidades de vapor.
  • Después de unos 130 minutos desde el primer fallo, la parte superior del reactor quedó al descubierto, y debido a la elevada temperatura, el vapor reaccionó con el revestimiento de zirconio de las barras de combustible, produciendo dióxido de zirconio e hidrógeno. El daño en el revestimiento produjo la liberación de las pastillas de combustible en el líquido refrigerante y la formación de más hidrógeno, que provocó una pequeña explosión en el edificio de contención al ser liberado.
  • A las 6 de la mañana se produjo el cambio de turno en el personal de la sala de control.
  • Al detectar el nuevo equipo las altas temperaturas que se estaban midiendo en la tubería y depósitos posteriores a la válvula de alivio, se procedió a cerrar una válvula auxiliar, cuando ya se habían perdido por esa vía 120.000 litros de refrigerante del circuito primario.
  • 165 minutos después del comienzo del problema se activaron las alarmas por radiación, cuando el agua contaminada alcanzó los detectores. En ese momento los niveles de radiación en el líquido refrigerante (agua) del primario era unas 300 veces mayor que los niveles esperados, y la central había sufrido ya una fuerte contaminación.

Imagen del estado en el que quedó el núcleo del reactor después del accidente.

  • En la sala de control no se sabía aún que el nivel en el circuito primario era bajo y que aproximadamente la mitad del núcleo estaba sin refrigeración.
  • Un grupo de trabajadores tomó lecturas manuales de los termopares y obtuvo una muestra del agua del circuito primario.
  • A las siete horas comenzó a inyectarse agua nueva al circuito primario y se abrió la válvula de reserva para reducir la presión.
  • Tras nueve horas estalló el hidrógeno del interior del reactor, pero la explosión pasó inadvertida.
  • A las dieciséis horas las bombas del circuito primario se pusieron en marcha y la temperatura del núcleo comenzó a bajar.
  • Una gran parte del núcleo ya se había derretido o vaporizado, y el sistema seguía siendo peligrosamente radiactivo.
  • Durante la siguiente semana el vapor y el hidrógeno fueron evacuados del reactor pasando por el recombinador, resultando aún más polémico al verterlos directamente a la atmósfera. Se estima que unos 2,5 millones de curios de gas radiactivo fueron emitidos debido al accidente.

Consecuencias

Three Mile Island ha sido objeto de interés para los estudiosos del factor humano como ejemplo de cómo grupos de gente reaccionan y toman decisiones bajo tensión. Existe un consenso general en que el accidente fue agravado por las decisiones incorrectas tomadas por los operadores abrumados con la información, mucha de ella inaplicable e inútil. Como resultado del TMI, se cambió el entrenamiento de operadores de reactores nucleares. Antes, el entrenamiento se centraba en diagnosticar el problema subyacente. Después, el entrenamiento se ha venido centrando en reaccionar a la emergencia pasando a través de una lista de comprobación estandarizada para asegurarse de que la base está recibiendo bastante líquido refrigerador.

Limpiar el reactor después del accidente necesitó de un proyecto difícil que duró 14 años. Comenzó en agosto de 1979 y no terminó oficialmente hasta diciembre de 1993, con un coste total de cerca de 975 millones de dólares. Entre 1985 y 1990 se eliminaron del sitio casi 100 toneladas de combustible radiactivo. Se reinició TMI-1 en 1985.

El síndrome de China (The China Syndrome)

El accidente en la planta ocurrió pocos días después del lanzamiento de la película El síndrome de China (The China Syndrome), protagonizada por Jane Fonda como reportera de televisión en una estación en California y Jack Lemmon como el jefe de turno de una central nuclear. Jane está haciendo un reportaje sobre la energía nuclear y mientras está en la planta casi tiene lugar un accidente, que posteriormente el jefe de turno se empeña en investigar. En la película los protagonistas procuran difundir a la opinión pública lo inseguro de la planta. Durante una escena habla con un experto de seguridad nuclear que coincidentemente dice que una fusión podría forzar la evacuación de la población en un área «del tamaño de Pensilvania». En otra coincidencia, el incidente ficticio en la película también ocurrió cuando los operadores de la planta interpretaron mal la cantidad de agua dentro de la base. TMI-1

Notas

  1. En este caso la palabra “fusión” se refiere al cambio de estado de sólido a líquido. El núcleo del reactor se derritió parcialmente; no confundir con la fusión nuclear, proceso ajeno a todo lo tratado en este artículo.

El 28 de marzo de 1979, a solo un año de estar servicio, la usina sufrió un problema de enfriamiento que dañó el reactor. El problema no causó víctimas pero obligó a evacuar a 140.000 personas, generó la clausura del reactor fusionado, retrasó seis meses la reapertura del otro y lanzó un debate sobre la peligrosidad de las usinas nucleares. Desde aquel accidente, clasificado de nivel 5 en la escala internacional de eventos nucleares (que tiene 7, en el que se ubicó la catástrofe de Chernobil en 1986), no se han construido nuevas centrales nucleares en Estados Unidos.

La Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU. (NRC, por sus siglas en inglés) informó entonces que no hubo muertos y, aunque algunas organizaciones civiles y vecinos del lugar contradicen este dato, las autoridades aseguran que las cifras de cáncer o enfermedades vinculadas a la radiación no aumentaron en la zona en los años posteriores.

Sin embargo, unas dos millones de personas estuvieron expuestas de inmediato a la radiación, según cifras de la NRC. Según sus informes, eso sí, la dosis promedio de exposición fue menor que la generada por una radiografía de tórax.

Aunque tenía una licencia de operaciones hasta 2034, ya en marzo de 2017 había anunciado que la planta no había sido rentable durante cinco años y que se verían obligados a terminar sus operaciones si no había un cambio en las políticas estatales hacia la energía nuclear.

Pero desde aquella madrugada de Pensilvania, cuando un fallo en un reactor provocó la fuga y puso en riesgo a más de dos millones de personas, EE.UU. comprendió el peligro.

Desde entonces, en el país disminuyó la construcción de centrales atómicas y el accidente impulsó nuevas regulaciones destinadas a hacer más segura la generación de energía nuclear.

Finalmente, este viernes 20 de septiembre de 2019 -más de 40 años después del accidente que la hizo conocida mundialmente-, la central de Three Mile Island generó su último kilovatio: cerró para siempre.

Nada tuvo que ver el accidente ni las protestas o el movimiento contrario a la energía nuclear que generó aquella madrugada de marzo.

En realidad, el fin de sus operaciones tuvo una causa más banal: la falta de financiamiento y sus crecientes pérdidas económicas.

Mapa de Juan de la Cosa

Mapa de Juan de la Cosa

Juan de la Cosa

Nacimiento::c. 1450 o c. 1460 Santoña

Fallecimiento: 28 de febrero de 1510jul., Turbaco (Colombia)

Causa de muerte: Combate con indígenas

Residencia: El Puerto de Santa María

Ocupación: Explorador, cartógrafo y conquistador

Obras notablesMapa de Juan de la Cosa

Firma

 

 

 

Juan de la Cosa (Santoña, entre 1450 y 1460Turbaco, 28 de febrero de 1510)1​ fue un navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano.

Juan de la Cosa tuvo un papel destacado en el primer y el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Antillas y en 1499 participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a España dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias, esta vez con Rodrigo de Bastidas. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo una misión como espía en Lisboa y la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. En 1509 emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.

El Nuevo Mundo aparece en la parte superior (en verde) y el Viejo Mundo en la parte central e inferior (en blanco).

El mapa o carta de Juan de la Cosa es el primer mapamundi que contiene una representación de América. De 93 centímetros de alto por 183 de ancho, está pintado a color sobre pergamino y se conserva en el Museo Naval de Madrid. Una inscripción dice que fue realizado por el marino cántabro Juan de la Cosa en 1500 en El Puerto de Santa María de Cádiz. Su rica decoración indica que probablemente fue hecho por encargo de algún miembro poderoso de la corte de los Reyes Católicos.1

El mapa es la representación inequívoca de América más antigua conservada;a​ en él aparecen las tierras descubiertas hasta finales del siglo XV por las expediciones españolas y portuguesas a América. También muestra una gran parte del Viejo Mundo, según el estilo típico de los portulanos medievales, incluyendo noticias de la reciente llegada de Vasco de Gama a la India en 1498.1

La carta de Juan de la Cosa es la única obra cartográfica conservada de las realizadas por los testigos presenciales de los primeros viajes de Cristóbal Colón a las Indias.2​ El mapa hace alusión al descubridor mediante una gran imagen de San Cristóbal que cubre la zona donde debería estar Centroamérica. Sin embargo, Cuba se representa como una isla, en contra de la opinión de Colón, que la consideraba una península de Asia.3

Descripción física

Los Reyes Magos, personajes a la vez bíblicos y legendarios, en Asia.

La carta de Juan de la Cosa es una obra manuscrita, de 93 cm de alto (norte-sur) por 183 de ancho (este-oeste), dibujada sobre dos hojas enlazadas de pergamino de piel de ternera cosidas a un lienzo resistente. Los dos trozos están pegados por el centro, a la altura de Italia y África, y su forma no es simétrica ya que la parte occidental corresponde al cuello del animal.14​ Está ilustrada con tinta y acuarelas.5​ El Nuevo Mundo aparece representado en verde mientras que el Viejo Mundo no está coloreado. En el mapa se señalan los ríos, puertos y núcleos de población mediante símbolos convencionales. Además está profusamente decorado a la manera de los portulanos de la escuela mallorquina con rosas de los vientos, banderas, embarcaciones, reyes africanos y personajes legendarios, por ejemplo el preste Juan de las Indias en África y los Reyes Magos en Asia. La rosa de los vientos situada en el Atlántico contiene una representación de la Virgen y el Niño.61

En el extremo superior del mapa, cubriendo la región centroamericana, existe un recuadro con una imagen de San Cristóbal,7​ probable alusión a Cristóbal Colón.3​ Bajo el santo aparece la referencia al autor y fecha del mapa: Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500. En el margen inferior, a la derecha, aparece otra cartela pero en blanco, aparentemente reservada para algún texto que al final no se incluyó.1

Su estado de conservación es en general bueno pero con algunos desperfectos: desconchados en la parte superior, así como diversos deterioros debidos a un incendio.7

Contiene numerosos topónimos, escritos en castellano,6​ pero algunos de ellos son ilegibles, sobre todo en el Nuevo Mundo.7

Autor y fecha

Texto del mapa que indica el autor, lugar y fecha de realización.

Una cartela del mapa afirma que «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500»; es decir, que “Juan de la Cosa la hizo en El Puerto de Santa María en el año 1500“.3

Juan de la Cosa fue un marino nacido en Cantabria a mediados del siglo XV y muerto en la costa de la actual Colombia en 1509. Tuvo un papel destacado en el primer viaje de Colón a las Indias (1492-93), ya que fue como maestre de la nao capitana, la Santa María. También tomó parte en el segundo viaje del Almirante (1493-96). En 1499 se asoció con Alonso de Ojeda para realizar una expedición propia a América, en la que participó también Américo Vespucio. Partieron en mayo de 1499, recorrieron una parte sustancial de la costa atlántica de Sudamérica y regresaron o bien en noviembre de 1499 o bien en junio de 1500.b​ Se sabe que de la Cosa traía ya un boceto de mapa consigo en el regreso de este viaje.8​ De la Cosa volvió a hacerse a la mar en la expedición de Rodrigo de Bastidas (finales de 15007​ o mediados de 15019​ según diferentes autores) y debió de realizar su carta durante el verano u otoño de 1500. La rica ornamentación indica que probablemente fue realizada por encargo de algún personaje poderoso, quizás el obispo Fonseca.1

Controversias y analíticas

Algunos historiadores han puesto en duda que la carta date de 1500 porque estiman que parte de la información cartográfica contenida en ella no había sido descubierta aún en aquel año. El primero en formular esta teoría fue George E. Nunn en 1934, que afirmaba que Cuba no fue circunnavegada hasta 1509 y que por ello de la Cosa no podía saber que era una isla, que es como correctamente la muestra el mapa. Sus argumentos han sido rebatidos desde entonces,10​ mostrándose por ejemplo que Pietro Mártir ya escribió en 1501 que “muchos afirman haber navegado alrededor de Cuba”.1112​ Otros autores han apuntado que en la carta no figuran muchos de los acontecimientos posteriores a 1500, como por ejemplo el tercer viaje del propio de la Cosa al Nuevo Mundo (1501-1502), que descubrió el golfo de Urabá y la costa del Darién.3

Otra teoría, más ampliamente aceptada, afirma que el mapa que se conserva es una copia del original preparado por de la Cosa.3​ Un indicio a favor de esta teoría es el hecho de que muchos topónimos son ilegibles, como si el copista no hubiese sido capaz de descifrar la letra del autor original.12​ El historiador Hugo O’Donnell ha ido más lejos, opinando que el trabajo de Juan de la Cosa se limitó a un bosquejo que luego fue completado y enriquecido por algún otro cartógrafo.1

Por otro lado, en 1987 el Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado mostró mediante diversos análisis que los pigmentos de la carta eran compatibles con una realización en 1500. No se apreciaron signos de repinte posterior.13

Desaparición y hallazgo

No existe constancia documental directa de la carta pero se sabe que Juan de la Cosa presentó dos “cartas de marear de las Yndias” a los Reyes Católicos en Segovia en 1503. Uno de ellos puede haber sido su mapamundi de 1500 o quizás una versión posterior del mismo, actualizada con los descubrimientos de las expediciones más recientes.14​ Los dos mapas debieron pasar después a poder del obispo Fonseca, en cuyo despacho los pudo contemplar Pedro Mártir, que menciona a Juan de la Cosa en un escrito fechado en 1514:15

Visité al prelado burgalés, patrono de las referidas navegaciones (…) Tuvimos a mano numerosos testimonios de todo lo ocurrido: una esfera sólida del Universo con estos descubrimientos y diversos mapas a los que los navegantes llaman cartas de marear. Una de ellas la habían dibujado los portugueses, con intervención, según decían, del florentino Américo Vespucio (…) Otra carta, comenzada por Colón cuando recorría aquellos lugares, fue adicionada a su entender por su hermano Bartolomé (…) Además, no hubo castellano que a poco que se creyera capacitado para medir tierras y litorales, no se confeccionase su mapa. Guárdanse como los más estimables los que compusieron aquel Juan de la Cosa, compañero de Hojeda (…) y otro piloto nombrado Andrés Morales.

Pedro Mártir de Anglería. Década II, Libro X. Fechada a 4 de diciembre de 1514.

La pista del mapa se pierde totalmente hasta que, en 1832, el barón de Walckenaer se lo compró a un comerciante de París y se lo mostró a varios amigos, entre los que se contaba el erudito alemán Alexander von Humboldt, que fue el primero que lo dio a conocer. El español Ramón de la Sagra publicó en 1837 la parte occidental de la carta y en 1842 el vizconde de Santarém reprodujo la parte dedicada a África.16​ Al morir el barón de Walckenaer en 1852 su biblioteca salió a subasta. De la Sagra alertó al Ministerio de Marina español, que pujó por la carta y logró adquirirla por 4321 francos de la época.1

Ubicación actual

Desde 1853 la carta se expone en la Sala de Descubrimientos del Museo Naval de Madrid. La carta ha realizado muy pocas salidas del Museo. La más dramática ocurrió en noviembre de 1936, en plena Guerra Civil, cuando fue evacuada a Valencia por encargo del Gobierno de la República.1

La carta no ha sido restaurada nunca. Se han realizado varias ediciones facsímil, la primera en 1892 y las más recientes en 1992. Una copia realizada a mano por el cartógrafo del Museo Juan Pedro Suárez Dávila estuvo expuesta en lugar del original desde 1988 hasta 1992.1

Historiografía

La publicación de obras sobre el mapa de la Cosa se ha concentrado en tres momentos históricos:1

Territorios representados

El mapa muestra, de oeste a este: América y sus islas adyacentes; el océano Atlántico con sus archipiélagos principales; Europa, el Mediterráneo y África; el continente asiático y el océano Índico. Aunque a menudo se llama “mapamundi” a la carta de Juan de la Cosa, no lo es en sentido estricto porque su representación de Asia se corta en la península de la India, omitiendo China y Japón.1​ Tampoco aparecen el océano Pacífico ni las regiones antárticas.

Centroamérica y Antillas

Las Antillas Mayores en el mapa de Juan de la Cosa. La flecha roja (añadida) indica la isla de Guanahani.

El trazado del mapa es claro y detallado en la zona de las Antillas, que aparecen representadas cada una con su nombre. Entre el grupo de islas Bahamas dibujado por De la Cosa con gran precisión se encuentra la isla de Guanahani, que curiosamente no recibe ningún tratamiento gráfico especial ni texto particular a pesar de ser la primera tierra “de las Indias” que Colón afirma haber avistado en su Primer Viaje.5

Cuba aparece bajo esa apelación, derivada de la palabra indígena Cubanacán, y no con el nombre de Juana que le había dado Colón.3​ Su imagen es bastante exacta: alargada, con numerosas bahías, estrangulada en dos puntos y con un extremo occidental curvado que forma un amplio golfo lleno de islitas.5​ El autor del mapa la representa correctamente como isla, a pesar de que en junio de 1494 Colón había hecho jurar a todos los que le acompañaban en su Segundo Viaje, entre los que se encontraba De la Cosa, que Cuba no era una isla sino una península del continente asiático.3​ Algunos autores dudan que De la Cosa pudiese conocer el hecho de la insularidad de Cuba en 1500,17​ lo cual implicaría que el mapa debió elaborarse más tarde, pero otros historiadores afirman que para 1500 varias expediciones castellanas ya habían circunnavegado la isla.11

Contrariamente a las Antillas, la costa continental vecina está dibujada de manera imprecisa, faltando las penínsulas de Florida y Yucatán, el golfo de México y en general toda América Central, en cuyo lugar figura una gran cartela con la imagen de San Cristóbal.6​ Se cree que De la Cosa pudo haber tapado a posta con este recuadro la zona centroamericana para evitar dibujar una línea de costa continua entre Norteamérica y Sudamérica, la cual habría negado la existencia del paso marítimo hacia las islas de las Especias que Colón y otros afirmaban existía allí.175

Sudamérica

Detalle del extremo oriental de Sudamérica.

El mapa muestra la costa sudamericana adornada con banderas castellanas desde el cabo de la Vela (en la actual Colombia) hasta el extremo oriental del continente.12​ Allí figura un texto que dice “Este cavo se descubrio en año de mily IIII X C IX por Castilla syendo descubridor vicentians” (“Este cabo se descubrió en 1499 por Castilla siendo el descubridor Vicente Yáñez”) y que muy probablemente se refiere a la llegada de Vicente Yáñez Pinzón a finales de enero de 1500 a la punta oriental de Sudamérica, a la que llamó cabo de Santa María de la Consolación.3​ Más hacia el este aún y separada del continente aparece una «Ysla descubierta por portugal» (“Isla descubierta por Portugal“) coloreada en azul. Probablemente De la Cosa quiso reflejar así la tierra hallada por el portugués Pedro Álvares Cabral en 1500 y que éste había bautizado “Tierra de Vera Cruz” o “de Santa Cruz”.1

En la zona norte de la región sudamericana aparece la Costa de perlas, que había sido descubierta por Colón en su Tercer Viaje (1498) y que fue recorrida por el propio de la Cosa en su viaje con Alonso de Ojeda.3​ Aparecen también dos menciones de otros tantos “mares dulces” (Mar de agua duce y Mar Duce) que corresponden, respectivamente, al de la desembocadura del Orinoco, descubierto por Diego de Lepe en 1500 y al situado frente a la costa de las Guayanas, navegado por Ojeda en 1499.18

Norteamérica

El mapa representa Norteamérica como una masa continental continua que se extiende hasta el Ártico. Se representa de manera más esquemática y con menos indicaciones que otras zonas geográficas.5​ El fragmento de costa norteamericana donde de la Cosa sí escribió topónimos está señalado por cinco banderas inglesas de color azul y marrón situadas entre dos inscripciones referidas a la misma nación: mar descubierta po ynglesie (“mar descubierta por ingleses”) al oeste y cavo de ynglaterra (“cabo de Inglaterra”) al este.3

Se cree que de la Cosa quiso representar de esta manera los descubrimientos realizados por Giovanni Caboto en sus expediciones de 1497 y 1498 bajo bandera inglesa. El embajador castellano en Londres, Pedro de Ayala, debió enviar a los Reyes Católicos una copia del mapa dibujado por Caboto, hoy desaparecido.53

Viejo Mundo

Barcos portugueses llegando a la India.

Las costas de Europa y del Mediterráneo aparecen dibujadas con la precisión habitual de los portulanos de la época.6​ El contorno de África refleja los más recientes descubrimientos portugueses. Así, en el extremo sur del continente hay una nota que dice: “Hasta aquí descubrió el excelente rey D. Juan de Portugal”, en referencia al viaje de Bartolomé Días de 1487-1488. La costa oriental africana, que acababan de reconocer los portugueses, presenta un trazado menos exacto.1

El continente asiático está dibujado sólo en parte y de manera bastante inexacta. El mapa se corta en las orillas del mar Arábigo y faltan por tanto gran parte del subcontinente indio. Ceilán aparece representada como una gran isla triangular llamada Trapobana.5​ Debajo de la península indostánica un texto dice: “Tierra descubierta por el rey D. Manuel, rey de Portugal”, en referencia al viaje de Vasco de Gama de 1497-1499.1​ Aparte de esta nota, la representación de la India es similar a las de los mapas de la Geographia de Ptolomeo así como a la del Atlas Catalán de 1375.5​ En la parte central del océano Índico aparecen dibujadas dos grandes islas, Zanabar y Madagascoa, similares a las del globo terráqueo de Martin Behaim.5

El cortar el mapa para no representar Indochina ni China podría haber sido una estratagema de De la Cosa, que así habría evitado tener que tomar partido sobre si las tierras descubiertas por Colón eran el extremo oriental de Asia o bien un continente nuevo.3

Cartografía

Líneas de referencia

Esquema del mapa con las tres líneas de referencia principales.

El mapa de Juan de la Cosa presenta las líneas de rumbos tradicionales de los portulanos.7​ En él figuran dos rosas de los vientos principales de 32 direcciones, una al sur de la India y otra mayor en medio del Atlántico. Estas dos rosas son los centros de sendas circunferencias determinadas por otras 16 rosas de los vientos más pequeñas. Al contrario de otras cartas posteriores, las rosas de este mapa no se intersecan unas con otras.19​ La línea que une los centros de las rosas constituye el eje principal de la carta.

Además aparecen claramente resaltadas tres líneas rectas: una este-oeste rotulada «circulo cancro» que coincide casi con el eje principal del mapa; otra, llamada «circulo equinoccial» o «línea equinoccial», paralela a la anterior y situada en la mitad sur, y una línea norte-sur que pasa por los archipiélagos de las Azores y de Cabo Verde y corta perpendicularmente a las dos anteriores, titulada «liña meridional». Los historiadores identifican unánimemente el «circulo equinoccial» con el Ecuador y la mayoría consideran que el «circulo cancro» representa el Trópico de Cáncer. Sobre la línea vertical se ha dicho que se trata de la línea fijada por el papa Alejandro VI en la bula Inter Caetera (1493) o bien que es el meridiano tomado como referencia en el tratado de Tordesillas (1494) para dividir el Atlántico entre Castilla y Portugal.1​ Otra teoría afirma que De la Cosa quiso señalar la longitud en la que la declinación magnética se anula, es decir, donde el norte señalado por la brújula corresponde exactamente con el polo Norte geográfico señalado por la Estrella Polar.2

Escala

El mapa proporciona dos escalas en forma de líneas de puntos sin ningún número ni explicación, colocadas en los márgenes superior e inferior de la mitad occidental de la carta.1​ Se cree que la distancia entre puntos podría representar 50 millas.5​ También se ha afirmado que el mapa fue dibujado utilizando una escala diferente para el Nuevo Mundo y para el Viejo,51​ lo cual habría dilatado la imagen de América en una proporción de 1,4:1 respecto al Viejo Mundo.3

El mapa no muestra ni los valores ni la definición del sistema de coordenadas utilizado en su construcción.5

El problema de la latitud

Si se parte de la hipótesis de que el mapa representa el globo terrestre según una malla perpendicular de longitud y latitud, se llega a la conclusión de que de la Cosa fue bastante exacto con las longitudesc​ pero cometió errores de bulto con la latitud de las tierras americanas recién descubiertas: Puerto Rico aparece dibujado sobre el Trópico de Cáncer (el «circulo cancro») cuando en realidad se encuentra cinco grados al sur del mismo;2​ la Española aparece a la misma altura que las Canarias a pesar de que sus latitudes difieren realmente en ocho grados; la costa norte de Cuba parece llegar en el mapa hasta los 36ºN mientras que realmente queda doce grados más al sur.5

Colón parece haber cometido los mismos errores ya que, entre otros ejemplos, en su carta al escribano de ración de marzo de 1493 afirmó de La Española que «el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados», mientras que esta isla se encuentra realmente entre los 17.5 y 20ºN de latitud. En 1494 repitió el mismo dato en una carta a los Reyes Católicos relatando su Segundo Viaje.2

Importancia

El mapa de Juan de la Cosa tiene gran importancia histórica por ser el único mapa conocido realizado por un testigo presencial de los dos primeros viajes de Colón.2 Es además la carta más antigua en la que aparece de forma indiscutible América.

Dado que se trata de una carta manuscrita, no grabada o impresa, sólo unas pocas personas pudieron tener el privilegio de consultarla y estudiarla en detalle. Se cree por ello que su influencia en el desarrollo de la cartografía debió ser limitada.5​ Sin embargo, sabemos que en su época fue apreciada por su calidad ya que o ella o una posterior del mismo autor fue citada por Pedro Mártir en 1514 entre las “cartas de marear” castellanas más valiosas.15

Saber más: https://www.ecured.cu/Mapa_de_Juan_de_la_Cosa

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1497)

Los mapas de un misterioso cartógrafo

El mapa es una de las obras más interesantes del creador de gráficos judío Jehuda ben Zara. Creado en Alejandría, representa el mar Mediterráneo, el norte de África, Europa y parte de Asia con bastante precisión para su época. El autor añadió una leyenda a la izquierda de la tabla que la data del 8 de febrero de 1497 y se refiere a la deposición del sultán de El Cairo unos días antes.

Siguiendo la tradición de las cartas náuticas mediterráneas del siglo XV, las costas de esta carta están llenas de nombres de ciudades y puertos costeros, y sus nombres están escritos de forma perpendicular. Los elementos decorativos en el interior también son muy interesantes, mostrando varias ciudades, características topográficas y animales, así como hermosas rosas de los vientos y representaciones de los vientos que rodean el mapa.

Un magnífico ejemplo de carta náutica del siglo XV

El cuadro está escrito en pergamino y mide 67 x 92,5 cm. Entre las diversas representaciones de ciudades, Génova es la más destacada. Las banderas que indican el control político también marcan diferentes territorios en todo el mapa. En África, cuatro tiendas de campaña que se dibujan representan las moradas de soberanos específicos, y una gran banda verde representa las de las montañas Atlas en el norte del Sahara.

Vale la pena mencionar los hermosos animales representados en África. Un avestruz parece correr hacia el oeste sobre el Sahara, y en el noreste de África, un lugareño monta un camello deliciosamente dibujado. Un elefante puede ver en la parte oriental de África, mostrando las referencias que tenían los europeos sobre la fauna africana.

Cinco cabezas que representan los vientos Alrededor del mapa se dibujan e insertadas en círculos, un detalle decorativo también presente en otras cartas náuticas de la época, como las obras de Petrus Roselli. Estas decoraciones de alta calidad indican que la carta fue hecha para ser exhibida por un noble, más que para usarla en el mar.

Por sus características decorativas y estilísticas, este mapa es un magnífico ejemplo de las cartas náuticas catalano-mallorquinas obras de del siglo XV, una de las escuelas cartográficas más importantes del sur de Europa. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, bajo la marca Borg. VII.

El judío Jehuda ben Zara, también conocido como Judah Abenzara, es autor de cartas náuticas mediterráneas de finales del siglo XV. Poco se sabe de su vida, pero, dados los rasgos estilísticos de sus obras, se cree que estuvo en estrecho contacto con la escuela de cartógrafos catalano-mallorquines.

Por su situación estratégica y actividad comercial, la isla de Mallorca fue uno de los primeros y más importantes centros cartográficos del Mediterráneo. En la isla convivieron diferentes culturas, entre ellas la islámica, la latina y la judía, y el reflejo de esa convivencia se refleja claramente en el arte y la cultura mallorquina.

Las cartas náuticas creadas en ese contexto son un buen ejemplo de esta mezcla de culturas. Los cartógrafos judíos dibujaron algunas de las cartas más importantes y fastuosas de la época, como el llamado Atlas catalán realizado por Abraham y Jehuda Cresques, y las obras de Juan de Vallseca. La carta náutica de Jehuda ben Zara es otro ejemplo de esa mezcla de culturas.

A partir de la Baja Edad Media, los portulanos fueron los mapas más completos para navegar por el Mediterráneo. Estas cartas náuticas que guiaban a los navegantes se solían elaborar en pergaminos y por lo general no contaban con demasiada ornamentación. Sin embargo, las que se conservaban en las cortes incluían ilustraciones acompañadas por planisferios, calendarios y tablas astronómicas.

Comentarios

El portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1487) representa Europa del Norte con su glaciar tal como estaba 12.000 años atrás y el Mediterráneo con el nivel que tenía durante el último período glaciar, pues las islas se las observa en dicho mapa de mayor tamaño de lo que debería ser. También está trazado Groenlandia sin hielo.

Aquí también la precisión de las longitudes es asombrosa.

No se sabe demasiado de Jehudi ibn Ben Zara, excepto que este cartógrafo árabe trazó las coordenadas del Mediterráneo, el Adriático y el mar Egeo en 1487, antes del deshielo general en Europa. Sorprende como el autor de este portulano —colección de mapas y cartas marinas, encuadernadas en forma de atlas, en los que figuran los puertos y costas de importancia— pudo representar los efectos de la última glaciación en Europa. Su conocimiento de la cartografía terrestre fue similar al actual en cuanto al sistema de proyección y al dominio de la trigonometría esférica. Sin ellas no podría haber realizado los cálculos matemáticos que se necesitan para situar de forma precisa los hallazgos geográficos descritos.

Para la realización de su portulano Ben Zara se basó en antiguos mapas, anteriores al del astrónomo Ptolomeo, albergados en la Biblioteca de Alejandría.

En el se pueden contemplar las costas mediterráneas europeas y norteafricanas. También aparecen glaciares a la misma latitud que Inglaterra así como los mares Mediterráneo, Adriático y Egeo, antes de que se deshiciera la capa de hielo de Europa.

Llama la atención en este mapa la representación con todo detalle de las numerosas islas que pueblan el mar Egeo, cuya situación coincide prácticamente con la actual. Las variaciones son mínimas y se deben en parte a que algunas islas se sumergieron al finalizar el deshielo.

Los descubrimientos que plasmó este misterioso cartógrafo en el trazado de sus mapas —los mares conocidos antes del deshielo— con las limitaciones de su época es inexplicable. Sólo cabe pensar que el autor contaba con profundos conocimientos de astronomía, hidrografía y matemáticas. Algo inaudito en el siglo XV pero real. Su portulano se puede ver en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

Investigación

El investigador escandinavo A. E. Nordenskjold estu­dió cuantos portulanos pudo encontrar en la década de 1890. Tras haber analizado cientos de ellos procedentes de otros tantos museos europeos, Nordenskjold llegó a la conclu­sión de que todos habían sido copiados de una carta de navegación original, extremadamente precisa en términos de latitud y longitud.

De hecho, era más precisa que algu­nos de los mapas que se realizaban en tiempos de Nordenskjold.

El resto de portulanos reproducían dicha precisión en mayor o menor grado dependiendo del cuidado puesto a la hora de copiarlo. Con todo, eran mucho más precisos que los mapas realizados por Ptolo­meo y que aquellos que nos han llegado de la época medieval.

El profesor Charles Hapgood, experto del Keene State Teacher’s College, continuó en los años 50 y 60 la labor comenzada por Nordenskjold a finales del siglo XIX. Hapgood consiguió que sus análisis fuesen corroborados por la Sección Cartográfica del Mando Aéreo Estratégico de las Fuerzas Aéreas estadounidenses (8° Escuadrón de Reconocimiento Técnico).

Al igual que Nordenskjold, Hapgood llegó a la conclusión de que todos los portulanos parecían haber sido copiados de un único mapa, ya que todos mostraban los mismos rasgos distintivos. Hapgood también concluyó que el portulano de Ibn ben Zara, fechado en 1487, era el mejor y el que con mayor esmero había sido copiado del original.

El mapa Ibn Ben Zara, 1487

Es probable que no se tratase del original, pero sí del que mejor lo había reproducido.

Hapgood dice al respecto: «Me atraía estudiar dicho portulano porque parecía muy superior a todos los demás que había visto, sobre todo en la finura de la delineación de cada detalle de las costas. Al examinar estos detalles en comparación con mapas moder­nos, me asombró comprobar que no había islote, por pequeño que fuese, que no hubiera sido reflejado. (…) Las coordenadas del mapa revelaron una precisión asombrosa en lo tocante a las latitudes y longitudes relativas. La longitud total entre el mar de Azov y el estrecho 3de Gibraltar solo se desviaba medio grado de la realidad».

 Esto supone un error de solo 50 kilómetros en una distancia total Este-Oeste de más de 5.000 kilómetros, y demuestra más precisión que los mapas de carretera de mediados del siglo XX.

Todos los portulanos que han llegado hasta nuestros días se centran en Europa: muestran la costa atlántica y todo el Mediterráneo, y suelen incluir también el mar Negro. Excepcionalmente, como es el caso del mapa de Ibn Ben Zara, llegan por el norte hasta el mar de Azov. Uno o dos de los portulanos se extienden por el este hasta el mar Caspio En todos ellos, la precisión longitudinal es asombrosa.

Debemos plantearnos una pregunta clave. Aunque en los portulanos a los que tenemos acceso solo aparece Europa, ¿cubría el mapa original del que proceden todos los demás una zona mucho mayor?
Es más, dichos portu­lanos ¿pudieron haberse copiado de la zona europea de un mapa más amplio que cubría todo el mundo?

Nos encontramos ante una cuestión de vital impor­tancia.

Si los portulanos solo cubren la zona europea de un mapa del mundo mayor o «mapamundi», como dirían los académicos—, podemos deducir que el resto del mundo estaría representado con la misma precisión que la parte europea.

En resumen, que de haber existido dicho mapamundi, habría representado con precisión Europa, Asia, África y las dos Américas, ya que no hay motivos para suponer que el resto del mundo hubiese sido dibujado con menor precisión que la parte europea. Conviene hacer hincapié en lo delicado de la situación: de haber existido un mapamundi que representase Europa, Asia, África y las dos Américas, los poseedores de tan preciado mapa se habrían percatado de la presencia de tierras al otro lado del Atlántico, tierras que no correspondían a Asia.

¿Existió realmente un mapamundi semejante? ¿Llegó a manos de los templarios? ¿Llevaron estas copias a Portugal y a Escocia que sirvieron de guía en los viajes transatlánticos en busca de refugio contra la persecución religiosa en un Nuevo Mundo que no era Asia?

Interpretación de:

HISTORIA DE LA CARTOGRAFÍA

LA EVOLUCIÓN DE LOS MAPAS

TERCERA PARTE. EL MUNDO MODERNO

EL RENACIMIENTO Y LAS GRANDES

EXPLORACIONES

VOLUMEN I

Juan Romero-Girón Deleito

La carta de 1497 ha originado una extraña interpretación, iniciada por el político francés Jacques-Victor Broglie (1821-1901) y desarrollada posteriormente por Charles Hutchins Hapgood.453 En su opinión se observan algunas anomalías que revelan que el perfil de las costas se corresponde a un tiempo en el que el nivel de las aguas era inferior al actual como consecuencia de la última glaciación, que aún no se había retirado completamente. Por ejemplo, la desembocadura del Guadalquivir es una gran bahía en lugar de un delta, y en el mar Egeo aparecen islas en número superior al real por comprender islas que hoy se hallan sumergidas. Los últimos glaciares parecer estar representados en las áreas en blanco en el interior de las islas de Irlanda y Gran Bretaña (Fig, 401). La deducción resultante es que esta carta se basa en la copia de un antiguo mapa que pudo conocer Jehuda ben Zara en Alejandría, y que tuvo que ser dibujado por una avanzada civilización tecnológica que existió hace unos 8.000-10.000 años. Por asombroso que pueda parecer, esta idea ha tenido seguidores. Sin embargo, la respuesta es sencilla, y lo asombroso es que haya surgido esa interpretación. Nada hay en la carta de Jehuda ben Zara que no pueda encontrarse en otras cartas anteriores de Valseca, Benincasa o Rosell, y nada hay de misterioso: por ejemplo, el diseño del mar Egeo y sus islas es plenamente coincidente con la carta de Valseca de 1447. En cuanto a los supuestos glaciares, solo son la zona de la isla que queda sin colorear después de sombrear los márgenes. La carta de 1505 es idéntica y no hay rastro alguno de tales glaciares, ni en las islas Británicas ni en Escandinavia.

Existen serias duda debido a su precisión.

Terremoto de Lisboa

Terremoto de Lisboa de 1755

Coordenadas: 36°N 11°O

8.7-9.0 en potencia de Magnitud de Momento (MW)

Epicentro y tiempo de llegada del tsunami

Parámetros

Fecha y hora: 1 de noviembre de 1755 (09:30-09:45)

Tipo: Terremoto submarino originado en la falla Azores-Gibraltar

Profundidad: 58 km

 Consecuencias

Zonas afectadas: Portugal, España, Marruecos

Mercalli: XI (Extremo)

Víctimas: Más de 100 000 muertos, 90 000 solo en Lisboa, más de 5000 en España, más de 10 000 en Marruecos.

El terremoto de Lisboa de 1755, también llamado Gran Terremoto de Lisboa, tuvo lugar entre las 09:30 y las 09:40 horas del 1 de noviembre de 1755,12​ se caracterizó por su gran duración, dividida en varias fases y por su violencia, causando la muerte de entre 60 000 y 100 000 personas.34​ Los sismólogos estiman que la magnitud del terremoto de Lisboa habría sido de entre un 8.7 a 9.0 en la escala de magnitud de momento, con su epicentro en algún lugar desconocido en algún punto del océano Atlántico a menos de 300 km de Lisboa.5

El terremoto fue sucedido por un tsunami y un incendio que causaron la casi destrucción total de Lisboa.678​ Este gran temblor acentuó las tensiones políticas en Portugal e interrumpió abruptamente las ambiciones imperiales de este país durante el siglo XVIII.8

Es el primer terremoto cuyos efectos sobre un área grande fueron estudiados científicamente, por lo que marcó las bases de la sismología moderna. Además, el acontecimiento fue discutido extensamente por los filósofos ilustrados europeos, inspirando grandes debates especialmente en el campo de la teodicea.98

El terremoto

Lisboa ya había sido devastada anteriormente por otro desastre natural, el terremoto del 26 de enero de 1531, de una magnitud en torno a 8 en la escala de magnitud de momento. El de 1755 tuvo lugar la mañana del día de Todos los Santos, festivo nacional en Portugal y otros países católicos.3​ Los informes contemporáneos indican que el terremoto duró entre tres minutos y medio y seis minutos, produciendo grietas gigantescas de cinco metros de ancho que se abrieron en el centro de la ciudad.3​ Los supervivientes, huidos en pos de seguridad al espacio abierto que constituían los muelles pudieron observar cómo el agua empezó a retroceder, revelando el lecho del mar cubierto de restos de carga caída al mar y los viejos naufragios. Cuarenta minutos después del terremoto, tres olas de entre 6 y 20 metros engulleron el puerto y la zona del centro,10​ subiendo aguas arriba por el río Tajo.7​ En las áreas no afectadas por el maremoto, los incendios surgieron rápidamente, iniciados en su mayor parte por las velas encendidas en recuerdo a los difuntos en las iglesias, y las llamas asolaron la ciudad durante cinco días.118

De una población lisboeta de 275.000 habitantes,12​ unas 90.000 personas murieron. Otras 10.000 murieron en Marruecos, mientras que en Ayamonte (Huelva, España) murieron más de 1.000 personas, y se registraron víctimas y daños de consideración en más puntos del sur de España y de toda la península ibérica.13

Aunque generalmente se le llama terremoto de Lisboa y fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia, sus efectos se extendieron por la mayor parte de Europa, África y América. Se sintió en Groenlandia, las Antillas, Madeira, Noruega, Suecia, el Reino Unido e Irlanda. La conmoción fue casi tan violenta en África como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida y, a corta distancia de Marruecos, una ciudad de ocho a diez mil habitantes desapareció. Una ola formidable barrió las costas de España y África, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación.14

Efectos

En Portugal

 

El Marqués de Pombal mostrando la reconstrucción de Lisboa por Louis-Michel van Loo, 1766.

Ruinas del Convento do Carmo en Lisboa.

Epicentro estimado del terremoto.

Daños materiales

A causa de ser la festividad de Todos los Santos había numerosas lamparillas encendidas y eso provocó un voraz incendio ulterior. El ochenta y cinco por ciento (85 %) de los edificios de Lisboa resultaron destruidos, incluyendo palacios y famosas bibliotecas, así como la mayoría de los ejemplos de la arquitectura manuelina, distintiva del siglo XVI portugués.15​ Varios edificios que habían sufrido pocos daños a causa del terremoto fueron destruidos posteriormente por el fuego. El recién estrenado Teatro de la Ópera (inaugurado solamente seis meses antes), resultó destruido por el fuego hasta sus cimientos. El Palacio Real, situado junto al río Tajo donde hoy se encuentra el Terreiro do Paço, fue destruido por los efectos sucesivos del terremoto y el maremoto, al igual que el Teatro Real do Paço da Ribeira, situado frente al palacio. Dentro de este, la biblioteca real que constaba de unos 70 000 volúmenes, así como de centenares de obras de arte, incluyendo pinturas de Tiziano, Rubens y Correggio, resultó destruida.

Los archivos reales desaparecieron junto con los detallados expedientes históricos que describían las exploraciones de Vasco da Gama y otros exploradores tempranos portugueses. El seísmo también destruyó importantes iglesias de Lisboa, como la catedral de Santa María, las basílicas de São Paulo, Santa Catarina, São Vicente de Fora, y la iglesia de la Misericordia. El Hospital Real de Todos los Santos (el hospital público más grande de la época) fue consumido también por el fuego y centenares de pacientes murieron carbonizados. La tumba del héroe nacional Nuno Álvares Pereira se perdió también. Los visitantes de Lisboa pueden todavía caminar entre las ruinas del Convento do Carmo, que fueron preservadas para recordar a los lisboetas la destrucción causada por el temblor.8

Reacción del Gobierno

En Portugal reinaba José I, que accedió al trono portugués a los 35 años de edad, tras la muerte de su padre, y casi de inmediato dejó el poder en manos de Sebastião José de Carvalho e Melo, hoy conocido como marqués de Pombal. Este último ocupó el puesto de primer ministro, siendo el favorito del rey, pero la aristocracia lo desdeñaba como el advenedizo hijo de un hacendado rural. Por su parte, el primer ministro sentía aversión por los viejos nobles, a los que consideraba corruptos e incapaces de tomar acciones prácticas. Antes del 1 de noviembre de 1755 había una lucha constante para conseguir el poder y el favor real, pero más tarde, la respuesta competente del marqués de Pombal, cercenó con eficacia el poder de las viejas facciones aristocráticas. La oposición y el resentimiento silenciosos hacia el rey José I comenzaron a manifestarse, lo que culminaría con un intento de magnicidio en la persona del rey, y la eliminación del poderoso duque de Aveiro y de la familia Távora.

Debido a un golpe de suerte, la familia real portuguesa escapó ilesa de la catástrofe que supuso el terremoto del 1 de noviembre de 1755. El rey José I y la corte habían salido de la ciudad, después de asistir a misa al amanecer, satisfaciendo el deseo de una de las hijas del rey de pasar el día de la fiesta de Todos los Santos lejos de Lisboa. Después de la catástrofe, José desarrolló un gran miedo a vivir bajo techo, y la corte fue acomodada en un enorme complejo de tiendas y pabellones en las colinas de Ajuda, entonces en las cercanías de Lisboa. La claustrofobia del rey no disminuyó nunca y, por eso, hasta después de su muerte, su hija María I no comenzó a construir el Palacio de Ajuda, que se encuentra en el sitio del viejo campo de tiendas.

Al igual que el rey, el primer ministro Carvalho e Melo, marqués de Pombal, sobrevivió al temblor. Se cuenta que respondió a quien le preguntó qué hacer: «Cuidar de los vivos, enterrar a los muertos». Con el pragmatismo que caracterizó todas sus acciones, el primer ministro comenzó inmediatamente a organizar la recuperación y la reconstrucción.16

El primer ministro envió bomberos al interior de la ciudad para extinguir los incendios, y a grupos organizados para enterrar los millares de cadáveres. Había poco tiempo para disponer de los cadáveres antes de que las epidemias se extendieran. Contrariamente a la costumbre y contra los deseos de la Iglesia, muchos cadáveres fueron cargados en barcazas y tirados al mar, más allá de la boca del Tajo. Para prevenir los desórdenes en la ciudad en ruinas, y, sobre todo, para impedir los saqueos, se levantaron patíbulos en puntos elevados alrededor de la ciudad y al menos 34 saqueadores fueron ejecutados. El ejército fue movilizado para que rodeara la ciudad e impidiese que los hombres sanos huyeran, de modo que pudieran ser obligados a despejar las ruinas.

No mucho después de la crisis inicial, el primer ministro y el rey rápidamente contrataron arquitectos e ingenieros, y en menos de un año, Lisboa estaba ya libre de escombros y comenzando la reconstrucción. El rey estaba ansioso de tener una ciudad nueva y perfectamente ordenada. Manzanas grandes y calles rectilíneas, amplias avenidas fueron los lemas de la nueva Lisboa.

Los edificios pombalinos están entre las primeras construcciones resistentes a los terremotos en el mundo. Se construyeron pequeños modelos de madera para hacer pruebas, y los seísmos fueron simulados por las tropas que marchaban alrededor de ellos. La nueva zona céntrica de Lisboa, conocida hoy como Baixa Pombalina, es una de las atracciones turísticas más conocidas de la ciudad. Secciones de otras ciudades portuguesas, como Vila Real de Santo António en el Algarve, se reconstruyeron también siguiendo los principios pombalinos.

El nacimiento de la sismología

El terremoto de 1755 contribuyó enormemente en el nacimiento de la sismología moderna, al haberse convocado un equipo importante de científicos y especialistas en torno al evento; sobre todo gracias al marqués de Pombal. Su respuesta no se limitó a los aspectos prácticos de la reconstrucción. El marqués ordenó que una detallada encuesta fuese enviada a todas las parroquias del país con respecto al terremoto y a sus efectos. Las preguntas incluyeron:

  1. ¿Cuánto tiempo duró el terremoto?
  2. ¿Cuántas réplicas se sintieron?
  3. ¿Qué daños fueron causados?
  4. ¿Se comportaron los animales de modo extraño? (esta pregunta se adelantó a los estudios de sismología chinos durante la década de 1960)
  5. ¿Qué sucedió en los pozos y albercas?

Las respuestas a estas preguntas y otras todavía se encuentran archivadas en la Torre de Tombo, el archivo histórico nacional. Estudiando y comparando los informes de los sacerdotes, los científicos modernos pudieron reconstruir el acontecimiento desde una perspectiva científica. El marqués es considerado el precursor de la sismología occidental moderna, ya que fue el primero que trató de conseguir una descripción científica objetiva de las variadas causas y consecuencias de un terremoto.

La hipótesis más aceptada es que el epicentro se situó en la zona de fractura Azores-Gibraltar, al norte del banco Gorringe. Esta zona de fractura, que representa la frontera entre la placa africana y la euroasiática, tiene forma de escalón fracturado a causa de los efectos compresivos que sufre.17​ Analizando los testimonios contemporáneos recogidos por el marqués —especialmente los referidos a los tres maremotos que sufrió la ciudad— se puede concluir que una superficie del fondo marino equivalente a un círculo de 300 km de radio bajó unos 30 m durante el terremoto a causa de la subsidencia de la parte inferior del escalón.

En España

En España, el rey Fernando VI, ante la magnitud del fenómeno y por haberlo vivido en primera persona, una semana más tarde del triste suceso ordenó al gobernador del Supremo Consejo de Castilla la preparación de un informe sobre el terremoto. Para realizar la encuesta se elaboró un cuestionario de ocho preguntas dirigido a las personas de «mayor razón» de las capitales y pueblos de cierta importancia, para que contestaran lo más rápido posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en el reino.

Las preguntas eran las siguientes:

  1. ¿Se sintió el terremoto?
  2. ¿A qué hora?
  3. ¿Cuánto tiempo duró?
  4. ¿Qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes y ríos?
  5. ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado en las fábricas?
  6. ¿Han resultado muertas o heridas personas o animales?
  7. ¿Ocurrió otra cosa notable?
  8. Antes de él, ¿hubo señales que lo anunciasen?

Se recibieron respuestas de 1273 localidades, advirtiéndose en algunas de ellas carencias importantes de información, exageraciones o imprecisiones. Toda esta documentación se guarda en el Archivo Histórico Nacional.18

Es difícil estimar las pérdidas personales producidas por este movimiento telúrico en el territorio español, algunas fuentes hablan de en torno a las 5300 víctimas, y de unas pérdidas materiales valoradas en 53 157 936 reales de vellón. Sobre este aspecto, algunas de las noticias conocidas son:

  • Andalucía:
  • Las costas de la provincia de Huelva fueron afectadas gravemente por el maremoto posterior. En Ayamonte murieron 1000 personas; en Lepe se produjeron 400 muertes, además de la destrucción del 81 % de su flota pesquera.19
  • En la Ciudad de Huelva, los daños que se produjeron fueron numerosos. El castillo de San Pedro, ubicado en lo alto de uno de los cabezos de la ciudad, donde actualmente se encuentra la Iglesia de San Pedro, cayó en picado. Las murallas prerrománicas que rodeaban esa zona, también quedaron sumidas ante la magnitud del terremoto. Parte de los cabezos de Huelva, como es el Cabezo del Conquero, provocó desprendimientos de tierra que sepultaron las viviendas de los habitantes que vivían en las laderas del mismo.
  • En Cádiz el maremoto alcanzó los 20 metros de altura,20​ frente a los cinco metros que alcanzó en Lisboa. Para poder comparar, en Madeira el mar subió cuatro metros, en Oporto un metro y en Ceuta, Cornualles y Gibraltar el mar subió dos metros.21​ A pesar de ello, las altísimas murallas que rodean a la ciudad, aunque sufrieron graves daños, protegieron a gran parte de la población. De máxima importancia fue la orden dada por el gobernador de cerrar las Puertas de Tierra, para evitar que entrara la ola, evitando así las muertes y destrucción. Con todo, no se pudo evitar que las altas olas rompieran las murallas portuarias y que el mar invadiera el Barrio de la Viña tres veces, falleciendo quince personas ahogadas. No tuvieron la misma suerte los asentamientos al exterior de las Puertas de Tierra de la ciudad de Cádiz, los pueblos de la bahía de Cádiz y el resto de la costa atlántica gaditana que quedaron todos destruidos en su mayoría. Así, Conil de la Frontera se vio afectado con la destrucción parcial de la Torre de Castilnovo, y en Chiclana, Sanlúcar de Barrameda,22Rota, El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera hubo cuantiosas víctimas y desperfectos.
  • En la provincia de Jaén, se produjeron daños en las torres de la catedral de la capital. Estas se agrietaron y la estabilidad del edificio se vio comprometida, lo que obligó a la construcción de la iglesia del Sagrario en 1761 para darle estabilidad a la catedral. También hay constancia de los daños ocasionados en otras localidades de la provincia, como los producidos en el castillo de Alcaudete que, aún habitado en aquella época, tuvo que ser abandonado por los destrozos. En Baeza se derrumbó parte de una pared de la Catedral (por la zona de la Puerta de la Luna), sufriendo igualmente daños la torre del convento de la Merced, el coro del de los Padres Trinitarios Descalzos, una esquina de la torre de Nuestra Señora de la Alcázar, y se agrietó la bóveda de la Capilla Benavides del convento de San Francisco, que hubo de ser desmontada para su reparación (quedando esta intervención sin finalizar debido a la Invasión Napoleónica). Por su parte, en Úbeda se cayeron algunas piedras de la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares y de la Capilla del Salvador, sufriendo especialmente daños el convento de San Juan de Dios y la iglesia de San Juan (cayendo gran parte de la torre sobre los tejados)23
  • En Sevilla afectó a gran parte del caserío de la ciudad. Según las crónicas de la época, se hundieron unas trescientas casas y causó daños en otras cinco mil. A pesar de todo parece ser que solo causó nueve muertes en la ciudad. La Giralda sufrió pocos daños, solo la caída de algunos remates y adornos; pero las campanas tocaron solas con la fuerza del movimiento de tierra. La fantasía popular dijo ver a las santas patronas de la ciudad, Justa y Rufina, sosteniendo a la torre en el aire para que no sufriera. Desde entonces se suele decir que se las representa en la iconografía sevillana de esta manera, sin embargo esto no es exacto, ya que las santas aparecen sosteniendo la Giralda en cuadros muy anteriores, como el de Miguel de Esquivel.24​ Esto se debe a que la historia de Santa Justa y Rufina sosteniendo la Giralda se remonta al terremoto de Carmona de 1504. En la catedral se desprendieron los remates y barandas de las azoteas, cayendo unos a la calle y otros hacia las cubiertas, con lo que el interior se llenó de polvo, cayendo algunas esquirlas de las bóvedas, causando el pánico en los que asistían a la misa del día de los Difuntos. Como dice la inscripción, se interrumpió la celebración, que se concluyó una vez terminado el seísmo en el lugar donde más adelante se levantaría el Triunfo, monumento que da nombre a la plaza. También la Torre del Oro sufrió tales desperfectos que se llegó a proponer que fuera derribada.
  • En Écija, causó importantes daños en varias de sus doce torres y sus templos.
  • En Utrera, la torre de la iglesia de Santa María de la Mesa quedó totalmente destruida por las vibraciones del seísmo.
  • En Córdoba: El 1 de noviembre de 1755, casi a las 10 de mañana, se produjo el terremoto de Lisboa, que en Córdoba no hubo que lamentar daños personales. Tan solo una niña resultó herida al caérsele encima una imagen de Santa Inés, del convento del mismo nombre. Respecto a los daños materiales, los barrios más afectados fueron el de Santa Marina y San Lorenzo, si bien se da noticia de que apenas quedó casa o templo que no mostrara señales del terremoto. En los citados barrios, las torres de ambas iglesias quedaron seriamente dañadas a tal punto que ordenó el corregidor el desalojo de las casas que estaban en los alrededores, prohibiendo incluso la circulación de carros. En la Catedral algunos muros se resquebrajaron y los cuerpos superiores quedaron tan afectados que se ordenó su demolición para evitar que un desplome pudiera causar un accidente. Del convento de San Francisco se desprendió el altar y la capilla mayor. Uno de los muros del Colegio de Santa Catalina se resquebrajó, cayendo algunos sillares de las paredes. Otros edificios afectados fueron el Conventos de los Terceros, el del Corpus o las Casas del Ayuntamiento.
  • En la ciudad de Cabra derribó parte de su muralla (actualmente puede verse una torre truncada) y parte de la torre del campanario de la Iglesia de la Asunción y Ángeles.25
  • En la ciudad de Aguilar de la Frontera derribó una torre circular del castillo.26
  • En Palma del Río, la Iglesia de la Asunción sufrió el agrietamiento de cuatro arcos de su nave principal.
  • Extremadura:
  • En Coria (Cáceres), el terremoto derrumbó la cubierta de la catedral, sepultando a numerosos fieles que se hallaban congregados en misa en aquel momento.
  • En Plasencia, el terremoto causó la destrucción de las vidrieras policromadas góticas de las Catedral Nueva de Plasencia, daños en la torre sur del Palacio de los Monroy (causa de su posterior demolición en 1913) y una grieta todavía visible en el rosetón de la iglesia de San Nicolás.
  • Reino de León:
  • La torre oeste de la catedral de Astorga (León) sufrió importantes daños y por ello no pudo ser finalizada hasta 1965.
  • En Salamanca sufrieron importantes daños muchos de sus edificios. Entre ellos, la catedral nueva, en la que fueron de tal magnitud que se consideró la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de desplome, y se tuvo que desmantelar la cúpula del cimborrio de la misma catedral para volverla a levantar posteriormente. Sufrió también el claustro de la catedral vieja, el Colegio Viejo, que hubo que derruir, el palacio del obispo y especialmente la linterna de la cúpula de la iglesia de la Clerecía, que hoy todavía puede verse seriamente inclinada desde el Patio de Escuelas. La inclinación de la torre de la catedral se palió con el levantamiento de un talud en la cara oeste, que todavía subsiste. Por suerte, no se produjeron en dicha ciudad víctimas fatales. En agradecimiento por la milagrosa salvación del edificio catedralicio, al mediodía de cada 31 de octubre el Mariquelo escala la torre hasta la esfera armilar, llamada La Bola, que la corona.
  • De la provincia de Zamora hay información directa de cinco localidades: Alcañices, Benavente, Puebla de Sanabria, Toro y Zamora, e indirecta de Pedralba de la Pradería, Rábano de Aliste, Ribadelago, San Ciprián, San Martín de Castañeda, Vigo y Villalpando.
  • El informe de Alcañices fue remitido por el alcalde mayor y en él da cuenta que no se habían producido víctimas ni daños materiales. Como fenómeno extraño, la fuente de Rábano de Aliste que rompió con agua de color de barro, después la despedía de color ceniza. También se habían visto la noche anterior señales en el cielo sin especificar nada más.
  • El alcalde mayor de Benavente informó que sobre las 9:45 de la mañana del día uno sobrevino el terremoto que duró de siete a ocho minutos, se «vieron mover todas las habitaciones» y no hubo desgracias en personas ni edificios. Los ríos Esla y Órbigo se salieron de madre cosa de 12 varas y al mediodía se volvió a repetir el temblor por unos dos minutos. Como no podía ser menos por parte del cabildo eclesiástico y del ayuntamiento se hicieron rogativas públicas.
  • El gobernador de Puebla de Sanabria informó que el terremoto se había producido a las 10 de la mañana con una duración de cuatro minutos, sacó las aguas del Tera más de dos varas y derribó el retablo mayor de la iglesia parroquial de Pedralba de la Pradería. A las diez y cuarto se padeció otro temblor más débil y a las nueve de la noche otro parecido en intensidad al primero. El día 15 del mismo mes se había producido otro temblor entre la una y las dos de la madrugada; otro el día 27 a las seis de la mañana y el último el día 29 a las siete de la noche. De extraordinario calificó el gobernador que a pesar del «tiempo muy templado» que hacía, los días 17 y 18 de octubre cayeran sendas nevadas de dos varas que acabaron con árboles y frutos y ocasionaron mucho más daño que el terremoto.
  • El intendente de Toro apenas remitió información alguna.
  • El intendente de Zamora informó el 15 de noviembre que se produjo el terremoto a las diez de la mañana con una duración de seis a siete minutos en los que se movieron los edificios y se alteraron los ánimos de la gente que atropelladamente salió a las calles huyendo de lo que parecía una ruina inminente, a pesar de todo «ni aun lo leve de una tapia se vio caer». También se vieron alteradas las aguas del río Duero. A las 10 de la noche se volvió a repetir otro temblor aunque de una manera más tenue. Como signos premonitorios, un centinela de la plaza observó al amanecer de ese día una línea encendida que se fue desvaneciendo y los religiosos del convento de San Francisco vieron fuego sobre unos molinos cercanos. Además, conocemos el testimonio escrito de don Pedro Losada de Baños, escribano público de la capital zamorana que dejó anotadas en su notaría las impresiones que le produjo dicho fenómeno. No es ciertamente exhaustivo pero es un documento de primera mano, vivido por el propio autor. Según dicho notario, el movimiento se produjo a las 10 de la mañana y duró lo que suelen durar dos credos (dos otres minutos). Aunque varios edificios sufrieron su empuje no hubo que lamentar «desgracias ni quiebra alguna». Fernández Duro tampoco dedicó mucho espacio en sus Memorias Históricas al terremoto, solamente alude a pequeños daños en algunos edificios: la torre de San Ildefonso quedó ladeada, se resintieron una pared del consistorio y la torre de la casa del marqués de Castronuevo y otros pequeños daños que no cita. En agradecimiento el pueblo organizó dos fiestas solemnes celebradas en la catedral y en San Ildefonso aunque no pudieron sacar en procesión los cuerpos de los santos por el elevado presupuesto (30 000 reales) que presentó la cofradía.

Poco más conocemos de los efectos del terremoto en la provincia de Zamora, sabemos que dañó de importancia al templo parroquial de Torregamones ocasionando desperfectos importantes. El propio concejo decidió tomar cartas en el asunto y en reunión mantenida a la salida de la misa del pueblo acordó proveer lo necesario para los reparos de la iglesia pues según los vecinos, estaba «sentida con el motivo de los continuados terremotos universales que se han experimentado». Muchas de las obras que se hicieron en las iglesias parroquiales en los años inmediatamente posteriores al terremoto pudieron deberse a los daños ocasionados por el seísmo. Sin duda alguna, de la consulta de los archivos parroquiales podemos obtener información directa o indirecta de las consecuencias materiales que tuvo el célebre terremoto en los edificios religiosos de nuestra provincia.

En Marruecos

Impactó de manera fuerte a lo largo de la línea costera, ocasionando la muerte a 10 000 personas aproximadamente.28​ El terremoto y el tsunami alteraron la configuración del estuario del Bu Regreg lo que inutilizó el puerto de Salé, hasta entonces importante centro de piratería y principal puerto de Marruecos en el Atlántico. Esto llevaría a la construcción de Esauira.

Los restos de la ciudad romana de Volubilis quedaron destruidos por el terremoto de Mequinez de 1755, que sucedió el 27 de noviembre de ese año. Aunque este terremoto no se considera una réplica del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre, puede haber sido un ejemplo de terremoto desencadenado debido a la transferencia de tensiones.29

En el resto del mundo

Las ondas sísmicas causadas por el terremoto fueron sentidas a través de Europa hasta Finlandia y en África del Norte. Maremotos de hasta 20 m de altura barrieron la costa del Norte de África, y golpearon las islas de Antigua, Martinica y Barbados al otro lado del Atlántico.30​ Un maremoto de 3 m golpeó también la costa meridional inglesa.

Implicaciones sociales y filosóficas

El terremoto sacudió mucho más que ciudades y edificios. Lisboa era la capital de un país devotamente católico, con una larga historia de inversiones en la Iglesia y la evangelización de las colonias. Más aún, la catástrofe tuvo lugar un día de fiesta católico, cuando la gente estaba en las iglesias, y destruyó prácticamente casi todos los templos importantes, matando a la gente que estaba en ellos. Para la teología y filosofía del siglo XVIII, esta manifestación de la cólera de Dios era difícil de explicar.9

El terremoto influyó profundamente en muchos pensadores de la Ilustración europea. Muchos filósofos contemporáneos mencionaron o hicieron referencia al seísmo en sus escritos, notablemente Voltaire en Cándido y en su Poème sur le désastre de Lisbonne (Poema sobre el desastre de Lisboa).8

El carácter arbitrario de la supervivencia fue probablemente lo que más marcó a Voltaire, llevándolo a satirizar la idea, defendida por autores como Gottfried Wilhelm Leibniz o Alexander Pope, de que «este es el mejor de los mundos posibles». Como escribió Theodor Adorno, «el terremoto de Lisboa fue suficiente para curar a Voltaire de la teodicea de Leibniz».31​ A finales del siglo XX, siguiendo a Adorno, el movimiento telúrico de 1755 ha sido presentado a veces como análogo al Holocausto, en el sentido de que tan enorme catástrofe tuvo un impacto transformador en la cultura y la filosofía europeas. El concepto de lo sublime, aunque existía antes de 1755, fue desarrollado en filosofía y elevado a su más alta expresión por Immanuel Kant, en parte como resultado de sus intentos para comprender la enormidad del seísmo y del maremoto de Lisboa. Kant publicó tres textos separados sobre el terremoto de Lisboa. El joven Kant, fascinado con el seísmo, recogió toda la información disponible en gacetillas de noticias y la usó para formular una teoría sobre las causas de terremotos. Su teoría, que implicaba cambiar de sitio enormes cavernas subterráneas llenas de gases calientes, fue (aunque errónea en última instancia) una de las primeras tentativas sistemáticas modernas para explicar los terremotos mediante causas naturales, antes que sobrenaturales. Según Walter Benjamin, el delgado libro elaborado por un joven Kant sobre el terremoto «representa probablemente el principio de la geografía científica en Alemania. Y ciertamente el comienzo de la sismología».8

Por otra parte, Werner Hamacher (un pensador posmoderno, entusiasta de Hegel) ha afirmado que las consecuencias del seísmo penetraron en el vocabulario de la filosofía, haciendo inestable e incierta la común metáfora que establecía firmes bases sobre la tierra en las discusiones de los filósofos: «Bajo la impresión ejercida por el terremoto de Lisboa, que tocó la mentalidad europea en una [de] sus épocas más delicadas, la metáfora del suelo y el temblor perdió totalmente su aparente inocencia; ya no se usaron más como figuras del discurso» (263). Hamacher afirma que la certeza fundacional de la filosofía de Descartes comenzó a convulsionarse como consecuencia del terremoto de Lisboa.

La escritora estadounidense Elena G. de White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, afirmó que este terremoto corresponde al cumplimiento de algunas profecías bíblicas (Apocalipsis 6:12 y Marcos 13:24-26): «En cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintió el más espantoso terremoto que se haya registrado. Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, África y América. Se sintió en Groenlandia en las Antillas, en la isla de Madera, en Noruega, en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda. Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados».32

Los daños del terremoto de Lisboa en el interior de la península ibérica

El terremoto de Lisboa sucede en 1755 y aún no tenemos claro ni su origen -qué falla fue la que se disparó-, aunque sabemos que el epicentro se sitúa en el mar al suroeste del cabo de San Vicente, en Portugal. Ni tampoco su magnitud (probablemente en torno a 9, una de las mayores registradas en los últimos siglos).

Grabado de 1755 que muestra las ruinas de la ciudad de Lisboa en llamas y un maremoto arrollando los barcos del puerto tras el gran terremoto. Autor desconocido. Dominio público. Obtenida de Wikipedia.

Pero sí conocemos la distribución de daños que generó en superficie. Esto es, su intensidad.

En este mapa puedes ver la distribución de intensidades del terremoto de Lisboa, desde la máxima X hasta IV, que afectó a toda la península ibérica.

Salamanca, Segovia, Ávila, Madrid o Toledo quedan dentro de la zona de intensidad V, en la cual ya se producen ciertos daños. Aunque la incidencia en esta zona está muy lejos de la destrucción enorme provocada en Lisboa o en la costa atlántica de la península, por supuesto.

Mapa tomado de Silva y colaboradores (2023).

Grietas en los muros

Sin embargo, este fenómeno natural de proporciones enormes dejó un registro de daños muy característico en la zona central de la península ibérica.

Son visibles en iglesias, palacios, monasterios y murallas construidas con anterioridad a 1755 y muchas veces pasan desapercibidas: las grietas que en ocasiones tienen un calado importante que rompe la continuidad de muros. Muchas de ellas reparadas en su momento.

Mapa de isoistas del terremoto de Lisboa

Hartmann Schedel

Hartmann Schedel

Nacimiento: 13 de febrero de 1440jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 28 de noviembre de 1514jul. (74 años); Núremberg (Ducado de Baviera)

Nacionalidad: Alemana

Educado en: Universidad de Leipzig

Ocupación: Cartógrafo, historiador, médico, artista gráfico, xilógrafo y coleccionista

Movimiento: renacimiento alemán, humanismo renacentista

Obras notables: Las Crónicas de Núremberg

Imagen de la ciudad de Florencia de la Crónica de Núremberg.

Hartmann Schedel físico y humanista alemán. Su trabajo más reconocido es la Crónica de Núremberg, también conocido como Schedelsche Weltchronik, uno de los libros incunables más valorados de Europa.

Biografía

La familia y la persona de Harmann Schedel son únicamente conocidas a través de cartas y notas. La fuente más importante para estudiar su biografía es la copia de su libro de familia, conservada en Berlín (Berliner Staatsbibliothek). Hartmann nació en Núremberg dentro de una familia acomodada, su padre Hartmann el viejo se dedicaba al comercio, oficio que ejercerían con el tiempo los dos hermanos del humanista: Georg y Johannes. Hartmann se matriculó con 16 años en la Universidad de Leipzig, donde estudió hasta 1463, año en que terminó su Magister artium en artes humanitis y como oyente en ciencias jurídicas. Al finalizar este año se traslada a Padua donde hasta 1466 se dedica al estudio de la medicina y de la física. Finalmente termina su trayectoria académica en 1470 cuando empieza a trabajar como médico en su ciudad natal con el doctorado ya terminado. En 1475 se casa con Anna Heugel y 12 años más tarde en segundas nupcias con Magdalena Haller, de ambos matrimonios tendrá 12 hijos. Con el tiempo Schedel terminará formando parte del consejo de la ciudad, donde los personajes más poderosos del Núremberg bajomedieval de daban cita.

Libros

Schedel desarrolló pronto el interés por los libros, llegando a formar una gran biblioteca a base de compras, intercambios o directamente mediante la propia elaboración o impresión de libros. Hoy esta biblioteca está dispersa entre la fundación Fugger, la biblioteca central de Baviera (Bayerische Staatsbibliothek) y Londres, Nueva York, Praga y Hamburgo.

Las Crónicas de Núremberg

Sin duda la gran obra de Hartmann Schedel es la Crónica de Núremberg o Schedelsche Weltchronik (Crónica mundial de Schedel), un atlas histórico que recorre las diferentes etapas de la historia de la humanidad según la cosmovisión de la época. En esta obra participaron otros humanistas conocidos en la Alemania del XV, como Hieronymus Münzer, también ciudadano de Núremberg.

 

 

El Mundo Antiguo

 

 

 

El Templo de Salomón.1

 

 

Menorá, fol. 32r.

 

 

 

 

 

Esquemas del Templo. Puertas

 

 

 

 

Santuario

Templo de Ezequiel

 

 

 

 

 

 

 

 

Abriendo desde el Crónica de Nuremberg, mostrando Erfurt

 

 

 

 

1493 Xilografía de la Ciudad de Rodas, por Hartmann Schedel

 

 

 

 

Con el invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1447, se hizo factible imprimir libros y mapas para una mayor base de clientes. Debido a que tenían que estar escritos a mano, los libros antes eran raros y muy caros.

Schedel también fue un notable coleccionista de libros, arte y antiguas impresiones maestras. Un álbum que había encuadernado en 1504, que una vez contuvo cinco grabados por Jacopo de ‘Barbari, proporciona evidencia importante para fechar el trabajo de de ‘Barbari.

Su gran obra fue Liber Chronicarum, publicado en Nuremberg en 1493, en latín y en alemán. El libro se divide en siete épocas o edades, que van del Génesis al siglo XV y sigue las pautas de la geografía tolomeica, con Jerusalén como centro del mundo.

El libro está considerado como obra de referencia entre los textos incunables por el elevado número de ilustraciones que lo acompañan, realizadas a partir de las xilografías de Michael Wolgemuth, maestro de Durero, y William Pleydenwurff. Contiene unas 1.800 imágenes muy variadas que representan los rasgos históricos, religiosos y mitológicos definidores del mundo. Así, aparecen pasajes bíblicos, santos, mártires y milagros, retratos de reyes y reinas, actividades humanas y un amplio repertorio de vistas de ciudades europeas. El libro destaca también por la compaginación que guardan textos e imágenes, lo que supone un claro avance hacia el moderno concepto de diseño editorial. Su difusión fue masiva en su época y existen copias coloreadas a mano.

Liber chronicarum

Norimbergae : Antonius Koberger, 1493

BH INC FL-200

Enlace al catálogo y al texto completo
El Liber chronicarum de Hartmann Schedel, también conocida como la Crónica de Nuremberg es una historia ilustrada del mundo desde la Creación hasta 1492, que sigue el Génesis y el esquema propuesto por San Isidoro de Sevilla, así como las pautas geográficas de Ptolomeo. La parte más extensa de la obra es la dedicada al momento presente,  en la que incluye referencias de un importante número de ciudades europeas. Es uno de los libros más notorios del periodo incunable. Su editor, Koberger, activo en Nuremberg entre 1470 y 1513, fue el más poderoso de su época. Su producción principal fue de obras de carácter erudito,  pero publicó además obras ilustradas como ésta que nos ocupa, de la que existen copias coloreadas a mano, una de ellas se conserva en la Biblioteca Marqués de Valdecilla.

Contiene unas 1.800 ilustraciones, realizadas en los talleres de Wolgemuth, en el que aprendía el joven Durero, y de Pleydenwurff. Son imágenes muy variadas de temática religiosa, mitológica, histórica y geográfica, ofreciendo un amplio repertorio de vistas de ciudades.  Estas 89 vistas de ciudades son lo más característico del Liber Chronicarum. De ellas una tercera parte son reconocibles por su topografía y sus edificios principales. Las vistas de  Roma, Venecia, Génova y Florencia se basan en grabados de obras publicadas anteriormente.

En cambio, las ciudades del Imperio Germánico y las zonas próximas del Baltico y Europa Central eran mejor conocidas por los artistas del Liber Chronicarum. Las vistas de las mismas se basan en dibujos tomados del natural. Tienen valor topográfico, a pesar de su carácter sintético, y reproducen fortificaciones, puentes, palacios e iglesias, con los rasgos de los estilos arquitectónicos locales. Mención especial merece la vista de Nuremberg, ciudad del editor, a doble página completa, con indudable carácter propagandístico.

Hay también vistas imaginarias construidas a partir de un prototipo de ciudad medieval, fortificada, en la que sobresalen edificios religiosos y castillos, en una topografía de valor estético. Son  también imaginarias las vistas de Jerusalem y Constantinopla, representadas a partir de una recreación de sus edificios más simbólicos.

La obra contiene, además, dos mapas. El primero es un mapamundi basado en la configuración de Ptolomeo. Utiliza como modelo el de la edición de la Cosmografía de Pomponio Mela impresa por Ratdolt en Venecia 1488, pero simplificando burdamente los detalles. El segundo es un mapa de Europa Central y Oriental, el primero que aparece en un libro impreso, basado en un dibujo atribuido a Nicolás de Cusa.

En el mapa del mundo del Liber Chronicarum, 1493 Hartmann Schedel dibuja en su margen criaturas fantásticas que pueblan las regiones más remotas: blemias, ambaris, arimaspos, cinocéfalos, hipopodios o panottis entre otros.

 

 

Liber Cronicarum. Germania

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Liber Cronicarum. Sajonia Magna

La carta de Colón

La carta de Colón

Mapa atribuido a Cristóbal Colón

La carta de Colón

Autor: Colón, Cristóbal, 1451-1506

Fecha: 1492

Descripción

Este mapa, en pergamino, anónimo y sin fecha, se conserva en la BnF (GE. AA 562), que lo adquirió en 1848. Mide 82 x 41 cm. No era un mapa desconocido, pero no había recibido atención hasta que Charles de La Roncière, en 1924, expuso la teoría de que había sido hecho por Colón (o bajo su dirección), que lo presentó a la corona española en las negociaciones de Santa Fe en 1491 y que lo llevó consigo en su primer viaje. Desde entonces se le llamado “Mapa Colombino”, pero sin creerlo, porque esta teoría ha sido rechazada.. La carta yuxtapone un mapamundi cosmográfico con un mapa portulano de navegación. En la parte izquierda del pergamino contiene una representación circular del mundo que tiene como centro a Jerusalén rodeada de círculos celestiales, lo que simboliza el concepto geocéntrico del universo; una nota en latín indica que, a pesar de ser dibujado sobre un plano, el mapamundi debe considerarse esférico. En la parte derecha contiene una representación portulana del Mediterráneo complementada con un trazo del Atlántico que se extiende desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Igualmente indica con nomenclatura los últimos descubrimientos portugueses a lo largo de la costa africana, incluye al este el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, al oeste indica una serie de islas (algunas imaginarias) desde el Ártico hasta el golfo de Guinea. La bandera española sobre Granada sugiere que el mapa fue elaborado después de 1492, fecha en que la ciudad musulmana es conquistada por los Reyes Católicos.

Los mapas de Cristóbal Colón

Colón adquirió gran parte de su formación con la lectura de los clásicos, de manera que seguramente sabría desde entonces que Eratóstenes había defendido la posibilidad de alcanzar las Indias desde Hispania, navegando siempre hacia el Oeste y por el mismo paralelo.

Cristóbal Colón fue un prolífico y acreditado cartógrafo que ejerció como tal antes y después de iniciar su viaje al extremo oriente. Sin embargo se conservan pocos mapas que puedan serle atribuidos con muy poca incertidumbre. El primer ejemplo digno de mención es el croquis que se conserva en el archivo de los duques de Alba y que representa el litoral septentrional de La Española (Haití y República Dominicana). El dibujo, que debió realizarse entre 1492 y 1493, contiene topónimos tan esclarecedores como Nativida, el cual alude a la primera colonia fundada por Colón, y Civao, referido a la isla Cipango (Japón) citada por Marco Polo; últimamente se le atribuye también a su hermano Bartolomé. La importancia de este documento, descubierto en el año 1894, para la historia de la cartografía es capital al tratarse del primer mapa europeo del nuevo mundo; su formato es de 56 x 39 cm. El siguiente ejemplo es menos relevante por tratarse de los mapas imaginarios que ilustraron las sucesivas ediciones de la carta que dirigió a los reyes católicos el 15 de febrero de 1493, con el fin de representar las islas allí mencionadas. La carta, que conmocionó al viejo mundo, daba cuenta de sus descubrimientos y de la existencia de una serie de islas que bautizó con los nombres de San Salvador, Santa María de Concepción, Fernandina, Isabela y Juana; aunque no es seguro que los mapas fuesen dibujados por Colón si es probable que fuesen supervisados por él mismo.

Muchas menos dudas ofrecen otros mapas indudablemente atribuidos a nuestro protagonista, ya que figuraban en las márgenes de la carta que escribió al rey Fernando desde Jamaica el día 7 de julio de 1503, relatando su cuarto viaje; una copia de la misma fue llevada a Roma por Bartolomé Colón con la intención de que el papa intercediera ante el rey para que le encargase a su hermano la colonización y evangelización de aquellas costas tropicales. Todos ellos fueron copiados por el italiano Alessandro Zorzi, siendo estos ejemplares los únicos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Florencia, en forma de tres láminas de 100 x 165 mm.

EL penúltimo testimonio cartográfico de Colón aparece en el mapamundi que realizó el almirante turco Piri Reis en el año 1513, un portulano del que solo se conserva un fragmento de 63 x 90 cm en el Museo Topkapi Saray de Estambul. En dicho fragmento figura un texto sumamente esclarecedor ya que el autor reconoce que esa parte del mapa (la zona caribeña) la copió de un mapa de Colón. La afirmación de Piri Reis está muy bien documentada puesto que fue su tío Kemal Reis el que se lo proporcionó, tras habérselo requisado a un esclavo español que había sido tripulante de un barco que capturó la flota turca, por él comandada, en el año 1501 y en las proximidades de Valencia; el mapa permaneció en el anonimato hasta que fue descubierto en dicho museo, durante el año 1929, por Gustav Adolf Diessmann.

EL último documento cartográfico atribuido a Cristóbal Colón es conocido en la bibliografía especializada como ‘El Mapa de Colón’, desde que en el año 1924 así lo hiciera el historiador francés Charles Marie de la Ronciére. Sin embargo, se trata en realidad de dos mapas perfectamente diferenciados, dibujados sobre un mismo pergamino, y separados por una nítida línea dorada. El mapa de la izquierda es una carta celeste en la que aparece representado el modelo geocéntrico de Tolomeo, es decir las nueve esferas clásicas sobre las que se situaban los planetas: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno; la octava esfera era la de las estrellas (también llamada de las fijas) y la nona la mansión de los bienaventurados, aunque el autor la dejase en blanco. Todas ellas rodeaban a la Tierra, representada mediante un planisferio del viejo mundo cuyo centro correspondía a Jerusalén; aunque el autor anotase en el dibujo que la representación plana debía ser considerada esférica. La influencia religiosa se hace aún más evidente cuando se observa la imagen del paraíso terrenal, rodeado entre montañas, en el borde más oriental de la Tierra.

EL segundo mapa es un portulano limitado por cuatro rosas de los vientos, de las que parten las correspondientes líneas de navegación, apareciendo representada la cuenca mediterránea y el litoral atlántico, desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Una de sus características más destacables, en este contexto, es la localización de las ciudades importantes del interior; el hecho de que figuren Granada y Santafé con los pendones de Castilla y León permite pensar que es posterior al 2 de enero de 1492. Dado que no aparecen representados los descubrimientos posteriores a esa fecha, no sería extraño que el dibujo se realizase dentro de los primeros meses de ese mismo año, después de la toma de Granada y antes de que diese comienzo la primera travesía de Colón. Asimismo debe reseñarse que en uno y otro mapa aparecen textos que guardan estrecha relación con las apostillas que aparecen en los libros usados por Cristóbal Colón, en una de las cuales se remite al lector a cuatro mapas que contenían esferas, una costumbre poco habitual en aquella época. Hay pues sobradas razones para suponer que él fue el cartógrafo responsable, aunque todavía falte la prueba definitiva que confirme tal suposición.

Croquis de la isla Española (Haití y República Dominicana) y una imagen de satélite de la misma zona

Mapa realizado por los hermanos Colón luego del último viaje de Cristóbal y antes de morir (1506). Centroamérica aparece al sur de China y al este de Indochina, de la cual la separaría solo un mar, el Magnus Sinus (Océano Pacífico). Las relatos indígenas sobre reinos muy ricos, lo llevarían a pensar en China, al norte, -aunque en realidad se tratara de México-, y Catticara, al sur de Indochina, mencionada en los mapas antiguos,- tal vez Perú o Colombia-. Costa Rica aparece con el nombre de Cariai. Aurea Chersonesus son las Molucas o Especiería, Malasia e Indonesia.

 

 

Mapa atribuido a Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal y miembro del cuarto viaje del Almirante. Se observan los accidentes costeros descubiertos en Centroamérica, junto a nombres continentales de Asia. Colón nunca se percató de que la costa Caribe del Istmo era la tierra firme de un “nuevo” continente.

 

Mapa en la BnF (GE. AA 562). Ilustraciones en Hispania

Nuevas siete maravillas del mundo moderno

Nuevas siete maravillas del mundo moderno

No hay unanimidad, ni total ni mundial, sobre esta lista.

 

 

 

 

Chichén Itzá, en la península de Yucatán (México).

 

 

 

 

El Coliseo de Roma, Roma (Italia).

 

 

 

 

La estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro (Brasil).

 

 

 

 

La Gran Muralla China, en China.

 

 

 

 

Machu Picchu, en Cuzco, (Perú).

 

 

 

Petra, en Jordania.

 

 

 

 

El Taj Mahal, en la ciudad de Agra (India).

 

 

 

 

Se denominan las nuevas siete maravillas del mundo moderno a los monumentos que resultaron los ganadores en un concurso público e internacional celebrado en 2007, inspirado en la lista de las siete maravillas del mundo antiguo y realizado por una empresa privada de nombre New Open World Corporation. Más de cien millones de votaciones, a través de Internet y SMS, dieron como resultado esta nueva clasificación. La iniciativa partió del empresario suizo Bernard Weber, fundador de la empresa”.

Antiguas siete maravillas

Las siete maravillas del mundo conocido por los griegos helenísticos fueron seleccionadas por el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck en el siglo XVI en una serie de siete cuadros, que muestran las obras arquitectónicas y escultóricas que marcaron un antes y un después en la historia. 1​ Previamente autores como Filón de Bizancio, Antípatro de Sidón, Gregorio Nacianceno o Beda el Venerable, entre otros, habían confeccionado sus respectivos listados. Sólo una de ellas se mantiene actualmente en pie. Mientras la existencia de otras es todavía un misterio para investigadores y expertos en la materia. La pregunta más frecuente es: ¿por qué escogieron solo siete puntos de referencia? La cultura helenística consideraba tal cifra como el número perfecto.

Sistema de votación

La votación fue pública. Los participantes debieron registrar un correo electrónico en el sitio web de la corporación y elegir sus candidatos favoritos. También se pudo votar vía SMS y a través de un número telefónico de pago. Una de las críticas del sistema empleado fue en la práctica nada impedía que una misma persona votara más de una vez, siempre y cuando lo hiciera desde un correo electrónico o SMS distinto. Se pudo votar por una sola candidata y recibir un certificado de la votación específica mediante el pago de dos dólares estadounidenses.

En cada voto se eligieron siete candidatas de una larga lista inicial, confeccionada por la corporación, y que se incrementó a pedido de diversos países o de solicitudes masivas de votantes. En los últimos meses de la votación solo participaron los 21 candidatos que hasta entonces habían obtenido la mayor cantidad de votos.

Ante las protestas del gobierno egipcio en la etapa final, se eliminó de la lista a las Pirámides de Guiza, hecho que fue disimulado por los organizadores asignándole a esta el estatus de Candidata Honoraria, debido a que es la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que permanece en pie.

En esta selección se admitieron estructuras creadas por el hombre hasta el año 2000, con la condición de que estuviesen en pie en la actualidad. Los resultados fueron dados a conocer el 07/07/07, es decir, el 7 de julio de 2007 en el Estádio da Luz, en Lisboa (Portugal), en una gran ceremonia.

Hechos, contrastes y cifras

  • Para elegir las Nuevas Maravillas del Mundo se realizaron más de cien millones de votos sin restringir el origen de las votaciones ni el número de votos por persona, que provinieron del mundo entero.
  • Se trata de la primera votación masiva por internet, teléfono y mensajes de texto en la historia, abierta a participantes de todo el mundo.
  • Una de cada cuatro personas del planeta (alrededor de 1.600 millones de personas) vio en directo el 07/07/07 el anuncio de los resultados de la votación, transmitidos desde Lisboa.2
  • La ceremonia del anuncio de las nuevas maravillas fue transmitida en directo por más de 160 canales de televisión a más de 170 países.3
  • El mayor número de teléfonos, computadoras y acceso a internet está ubicado en los países desarrollados.
  • En la primera fase de la votación, más de la mitad de los países miembros de la Unesco tenían un monumento destacado compitiendo para convertirse en una de las Nuevas Maravillas del Mundo, lo que originó el apoyo político de muchos de sus respectivos gobiernos.
  • Las Siete Nuevas Maravillas escogidas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, según el listado del año 2012.
  • Después de finalizada la votación por las siete nuevas maravillas del mundo, comenzó la búsqueda por elegir a las Siete maravillas naturales del mundo,4​ la cual alcanzó su objetivo el 11 de noviembre de 2011.5

Maravilla en honor

Se consideró que la Gran Pirámide de Guiza (Egipto) sería la octava maravilla honorífica. La Gran Pirámide había sido excluida de la votación, por ser la más antigua y la única que aún perdura de las siete maravillas del mundo antiguo. El hecho se dio en el marco de una gran oposición de las autoridades culturales egipcias, tales como Zahi Hawass, secretario general del Consejo Superior de Antigüedades del gobierno egipcio (Ministro de Antigüedades hasta 2011), que calificó a este concurso de «operación publicitaria».

Elegidas

Candidatas

Después de un tiempo de votación se dieron a conocer los 75 semifinalistas quedando en este orden:

  1. Cristo Redentor, Río de Janeiro, Brasil
  2. Machu Picchu, Cuzco, Perú
  3. Gran Muralla, China
  4. Petra, Jordania
  5. Taj Mahal, India
  6. Coliseo de Roma, Italia
  7. Chichen Itzá, México
  8. Torre Eiffel, Francia
  9. Torre de Pisa, Italia
  10. Kremlin, Catedral de San Basilio y la Plaza Roja de Moscú, Rusia
  11. Ciudad histórica de Sanaa, Yemén
  12. Palacio de Versalles, Francia
  13. Alhambra, España
  14. Angkor Wat, Camboya
  15. Estatua de la Libertad, Estados Unidos
  16. Templo de la Sagrada Familia, España
  17. Iglesia de Santa Sofía, Turquía
  18. Ópera de Sídney, Australia
  19. Palacio de Potala, China
  20. Golden Gate, Estados Unidos
  21. Mezquita de Djingareyber, Malí
  22. Templo de Meenakshi Amman, India
  23. Palacio Imperial de Kioto, Japón
  24. Empire State, Estados Unidos
  25. Catedral de Aquisgrán, Alemania
  26. Templo de Oro, India
  27. Acrópolis de Atenas, Grecia
  28. Templo de Brihadeshwara, India
  29. Templo de Arunachaleswara, India
  30. Estatua Bahubali, India
  31. Santiago de Compostela, España
  32. Parlamento de Budapest, Hungría
  33. Stonehenge, Gran Bretaña
  34. Neuschwanstein, Alemania
  35. Mahabalipuram, India
  36. Puente de Goeltzschtal, Alemania
  37. Dhammakaya Cetiya, Tailandia
  38. Catedral de Colonia, Alemania
  39. Iglesia de Nuestra Señora de Dresde, Alemania
  40. La Giralda, España
  41. Pirámides de Guiza, Egipto
  42. Templo del Loto, India
  43. Guerreros de terracota, China
  44. Castillo de Praga, República Checa
  45. Ciudad Prohibida, China
  46. Kapellbrücke, Suiza
  47. Torre de Londres, Gran Bretaña
  48. Torres Petronas, Malasia
  49. Estadio Olímpico de Münich, Alemania
  50. Kiyomizu-dera, Japón
  51. Sigiriya, Sri Lanka
  52. Parlamento del Reino Unido, Gran Bretaña
  53. Mezquita de Córdoba, España
  54. Abu Simbel, Egipto
  55. Catedral de San Pablo de Londres, Gran Bretaña
  56. Teotihuacán, México
  57. Ojo de Londres, Gran Bretaña
  58. Puente Carlos, República Checa
  59. Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano
  60. Templo de Ranakpur, India
  61. Big Ben, Gran Bretaña
  62. Monte Rushmore, Estados Unidos
  63. Museo Guggenheim Bilbao, España
  64. Líneas de Nazca, Perú
  65. Monte Saint-Michel (isla), Francia
  66. Hotel Burj Al Arab, Emiratos Árabes Unidos
  67. Capilla Sixtina, Ciudad del Vaticano
  68. Palacio Real de Madrid, España
  69. Observatorio de Greenwich, Gran Bretaña
  70. Torre CN, Canadá
  71. Valle de los Reyes, Egipto
  72. Tumba Megalítica de Newgrange, Irlanda
  73. Acueducto de Segovia, España
  74. Estadio Panathinaiko, Grecia
  75. Canal de Panamá, Panamá

Finalistas

 

 

Acrópolis de Atenas, Atenas, Grecia.

 

 

 

 

 

Alhambra de Granada, Granada, España.

 

 

 

 

 

Angkor Wat, Siem Reap, Camboya.

 

 

Castillo de Neuschwanstein, Baviera, Alemania.

 

 

 

 

 

 

 

 

Estatua de la Libertad, Nueva York, Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

Kiyomizu-dera, Kioto, Japón

 

 

 

 

Moáis de Isla de Pascua, Chile.

 

 

 

Ópera de Sídney, Sídney, Australia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Catedral de San Basilio / Kremlin, Moscú, Rusia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Santa Sofía, Estambul, Turquía.

 

 

 

Stonehenge, Amesbury, Reino Unido.

 

 

 

 

 

 

 

Mezquita de Djingareyber, Malí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Torre Eiffel, París, Francia.

 

 

 

 

 

Críticas

Países que albergan las Nuevas siete maravillas del mundo moderno.

El proyecto ha sido criticado por diferentes motivos:

  • La Unesco, entidad de las Naciones Unidas que declara como Patrimonio de la Humanidad a sitios de importancia cultural o natural, no dio el aval para esta campaña, por considerarla mediática y a título personal de Weber. Declaró que no es suficiente el valor sentimental de los monumentos para incluirla en una lista de las características que se pretende. El organismo internacional afirmó que la votación no es universal, en tanto que deja fuera a millones de personas que no tienen acceso a internet, y que la lista de candidatos fue creada bajo criterios poco científicos y educativos.
  • Hubo quienes pensaron que se trató de un proyecto con finalidad económica (al tener que pagar para votar por teléfono por ejemplo) aunque Bernard Weber afirmó que los beneficios de este proyecto iban a ser destinados a la restauración de monumentos.
  • Otra crítica que hicieron algunos estudiosos del arte es el hecho de que las siete maravillas se elijan por votación, cuando el mérito artístico no se elige por votación y menos de personas que no tengan conocimientos artísticos.
  • Otros como el director del Chichén Itzá pensaron que este tipo de iniciativas fomentan la competitividad y la discriminación.6
  • Algunas personas en Egipto pensaron que las Pirámides de Gizeh no tienen que competir con edificios modernos, por ejemplo la Ópera de Sídney e incluso algunos han acusado de «absurdo» al proyecto.78

Globo terráqueo de Martin Behaim

Martin Behaim

El Erdapfel: globo terráqueo

Nacimiento: 6 de octubre de 1459jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 29 de julio de 1507jul. (47 años); Lisboa (Portugal)

Padres: Agnes Schopper; Martin Behaim

Información profesional

Ocupación: Explorador, cartógrafo, astrónomo, cosmógrafo, trapero y filósofo

Martin Behaim, conocido también como Martín de Bohemia (Núremberg, 6 de octubre de 1459Lisboa, 29 de julio de 1507), fue un comerciante, astrónomo, navegante y geógrafo alemán que prestó servicios a Portugal, donde radicó prácticamente la mitad de su vida. También fue célebre por haber construido el globo terráqueo más antiguo que se conserva.1

Su comienzo

Nació en Núremberg, Franconia Central, actualmente Baviera. Perteneció a una rica familia de comerciantes judíos originarios de Bohemia que se establecieron en la ciudad a inicios del siglo XIV. Fue el mayor de siete hermanos. Su padre fue un importante comerciante que en sus primeros años tuvo negocios en lugares tan alejados como Venecia y que más tarde, en 1461, llegó a ser elegido senador. Este moriría en 1474: varios años antes que su madre, Agnes Schopper, fallecida el 8 de julio de 1487.

En su juventud, estaba decidido a tomar una carrera comercial y fue educado de manera integral para dicha labor.2​ Obtuvo experiencia a partir de los negocios de su padre; luego de la muerte de este, se unió con su tío Leonhard Behaim junto con Bartels von Eyb, amigo de la familia Behaim y uno de los ejecutores del testamento de la madre de Martin.

Estancia en los Países Bajos

En 1476, Martin buscó aplicar sus conocimientos mercantiles y técnicos como aprendiz de comerciante; se reunió con Jorius van Dorpp, un vendedor de ropas de la ciudad de Malinas, con quien permaneció alrededor de un año. En ese tiempo, juntos visitaron las ferias de Fráncfort, donde Martin pudo poner en práctica sus conocimientos de mercadería. Sin embargo, a inicios de 1477, los caminos que conducían a la feria no resultaban seguros para los viajeros, por lo que van Dorpp prefirió vender sus ropas a un comerciante alemán en Amberes. A finales de año, y por deseos de su madre, Martin regresó a la feria de otoño de Fráncfort y se reencontró con von Eyb, quien lo ayudó en sus actividades.

En 1478, mientras trabajaba en la feria de otoño de Fráncfort, escribió una carta a su tío Leonhard (fechada el 18 de septiembre), en la que expresaba que ya no quería trabajar en Malinas para seguir mejorando su experiencia como comerciante. Fue por entonces que Martin se trasladó a una tienda de teñido de ropa administrada por Fritz Heberlein (nativo de Núremberg pero establecido en Amberes), donde aprendió aritmética. En una carta del 8 de junio de 1479, enviada a su tío Leonhard, expresaba que allí podía experimentar el aprendizaje de una mejor manera. Culminaba así su práctica como aprendiz de comerciante.

Estancia en Portugal

Martin fue por primera vez a Lisboa en junio de 1484, con el objetivo de comerciar en ese país; en aquella época se habían establecido relaciones comerciales entre Portugal de un lado; y Flandes, la Liga Hanseática y algunas ciudades de la Alta Alemania, por el otro.

Poco tiempo después se hizo amigo de Josse van Hurter, capitán donatario de Isla de Faial e Isla del Pico en las Azores, cuya hija Joanna de Macedo se convirtió en esposa de Martin (ocurrió en 1488 o antes, y tuvieron un hijo que nació el 6 de abril de 1489). Esta conexión con van Hurter conllevó a que pudiera tener acceso a la Corte y a la aristocracia portuguesa. Así pudo Martin establecerse comercialmente y residir en Faial y logró asistir a su suegro en la administración del territorio.

Martin fue nombrado caballero por el rey Juan II de Portugal, el 18 de febrero de 1485. No se conoce la razón exacta del nombramiento, pero las causas más probables pueden ser la de haber servido como astrónomo y cartógrafo o la de haber participado en una de las numerosas batallas que libraban los portugueses en Ceuta o contra los moros en África.

Es posible que hubiera conocido a Cristóbal Colón durante la visita de este último a Portugal y que llegasen a discutir acerca de un proyecto para el descubrimiento de las Indias por el oeste; este hecho fue relatado por Antonio de Herrera en su Historia General de las Indias; cuando explica el descubrimiento de Colón y sus viajes, añade que Colón «confirmó su opinión con su amigo Martín de Bohemia, un portugués, oriundo de la isla de Fayal, un cosmógrafo de gran criterio».

Miembro de la Junta dos Mathematicos

El rey Juan II fue conocido en varias ocasiones por hacer consultas científicas y técnicas con sabios que eran de su confianza y tenían disposición. Es así que Martin logró pertenecer a la Junta dos Mathematicos entre 1484 y 1485. Su tarea era determinar varios métodos para medir la latitud a partir de la altitud de los meridianos del Sol, debido a que la Estrella Polar que servía de referencia en el pasado, no era útil para los navegantes portugueses que cruzaban el ecuador, ya que dicha estrella no era visible en el hemisferio sur y causaba graves problemas de desorientación.

Según João de Barros, la Junta dos Mathematicos estaba formada por los físicos maestro Rodrigo y maestro Josepe, que era judío; y por Martín de Bohemia, oriundo de ese país y que fue discípulo de Johann Müller Regiomontano, un conocido astrónomo de la época.3

Al final dicha Junta descubrió la manera de navegar mediante tablas de declinación del Sol; los portugueses fueron los primeros en aplicarlas. Este método tuvo bastante aceptación: sería utilizado por varias décadas, ya que los cálculos eran más versátiles en comparación con el astrolabio.

Viaje a África

Existen dos referencias en las cuales se habla que Martin participó como navegante y cartógrafo en un viaje a África. La primera es el mismo globo terráqueo, que diseñó años después; la segunda se encuentra en el Liber Chronicarum Secunda Etas Mundi, compilado originalmente en latín por Hartmann Schedel y publicado el 12 de julio de 1493 (justo durante la partida de Behaim de Núremberg), traducido al alemán por Georg Alt, escribano del pueblo. El original fue escrito con letra legible, sin embargo el texto que refiere a Martin fue añadido en el margen, con una letra más corrida; en la traducción al alemán dicho texto aparece íntegro. Esto prueba que la información fue escrita por el editor después de haber completado la obra en latín pero antes que Alt lo tradujera; esto puede significar que el mismo Martin haya aportado dicha información al libro.

Según estas referencias, en 1484 el rey Juan II despachó dos carabelas comandadas por Diogo Cão y por Martin Behaim,1​ cuyo objetivo era recorrer el continente africano. Negociaron con la tribu wólof y con los habitantes de Gambia, navegaron al este y llegaron a las islas de Guinea, incluyendo la Ínsula Martini. Lograron cruzar el ecuador, y siguieron navegando hacia el sur, hasta los 37º de latitud sur, alcanzaron el cabo del monte Negro, en el extremo meridional de África, donde el 18 de enero de 1485 erigieron una columna de piedra. Doblando este cabo navegaron otras 260 leguas, hasta el cabo Ledo, desde donde regresaron. Se cree que visitaron la tierra del rey Furfur, donde crecía la pimienta. Regresaron a Lisboa después de 19 meses y trajeron granos y especias, entre ellas pimienta y canela; de esta última se decía que fue descubierta más allá de la tierra del rey Furfur.

Aunque realmente no se sabe si estas referencias eran creíbles o eran parte de una glorificación de parte del mismo Martin, lo cierto es que la expedición de Diogo Cão, llegó al poderoso reino de Mani Congo y hasta la desembocadura del río Congo, a 1º 50′ al sur del Ecuador. Cabe también señalar que es conocido que Bartolomeu Dias regresó en 1488 a Lisboa luego de haber doblado el cabo de Buena Esperanza y haber alcanzado el extremo meridional de África. Es posible que Martin no haya querido aceptar dicho hecho, y se refleja en su globo que quiso demostrar que tanto Cão como Martin fueron los que doblaron dicho cabo tres años antes.

Regreso a Núremberg

El Erdapfel, obra de Martin Behaim (Germanisches Nationalmuseum, Núremberg). Erdapfel de Martin de Bohemia de 1492, el globo terráqueo más antiguo que se conserva.

En 1490 Martin dejó Portugal para visitar su natal Núremberg, con el objetivo principal de realizar negocios, aunque en parte también llegó en busca de la herencia que distribuyó su madre, quien había muerto hacía tres años. En ese tiempo Martin logró realizar sus negocios de manera satisfactoria, y tenía pensando regresar a Portugal; sin embargo, Georg Holzschuher, miembro del consejo de la ciudad, le pidió a Martin que le hiciera un favor: este era el de construir un globo terráqueo.

Holzschuher había visitado Egipto y la Tierra Santa en 1470 y tenía interés en el progreso de los descubrimientos geográficos. Fue el que pidió a Behaim si pudiera construir dicho globo, en el que se basarían en los recientes descubrimientos hechos por los portugueses. Martin aceptó dicha oferta y se propuso a hacer dicho instrumento.

La elaboración del globo terráqueo reflejaba todas las tierras descubiertas por los exploradores antes del descubrimiento de América en 1492. El globo, conocido como Erdapfel (literalmente, «manzana de la Tierra») mide 507 mm de diámetro, no indica una red moderna de latitud y longitud pero representa el ecuador, un meridiano, los trópicos y las doce constelaciones del zodíaco. Dicho globo contiene los errores que posee el mapa de Paolo Toscanelli.4​ Posee además figuras representativas de los países mostrados y una información corta de estos, incluyen dibujos de figuras de sus habitantes. Actualmente el Erdapfel se encuentra en el museo de Núremberg (Museo Nacional Germano) y se conocen varios facsímiles de este único globo terráqueo.

Carta de 1889 que muestra su efigie y los hemisferios del globo terráqueo de 1492.

Ocaso y muerte

En julio de 1493, después de casi tres años, Martin dejó Núremberg y regresó a Portugal. Existe un testimonio de Antonio Pigafetta,5​ el cronista de la vuelta al mundo llevada a cabo por la expedición de Magallanes y Elcano, según el cual Martín de Bohemia dibujó un mapa posterior al globo terráqueo que se conserva, en el cual estaba representada América, con el paso entre el océano Atlántico y el Pacífico. Pigafetta escribió lo siguiente:6​ «Si no fuese por el saber del Capitán General, no se hubiese pasado por este estrecho, porque todos creíamos que estaba cerrado; pero él sabía que debíamos navegar por un estrecho muy escondido, habiéndolo visto en un mapa guardado en la Tesorería del Rey de Portugal, y hecho por Martín de Bohemia, hombre excelentísimo» (Antonio Pigafetta, Primo Viaggio intorno al globo).7​ Este testimonio está confirmado por Antonio de Herrera, el más prestigioso historiador de Indias, quien relata cómo Magallanes al exponer su proyecto a los Ministros del Rey explicó que el estrecho figuraba «en una carta marina construida por Martín de Bohemia, portugués, natural de Fayal, cosmógrafo de gran reputación» (Herrera, Antonio, Crónica de los hechos de varones castellanos en Tierras de Indias).8​ Este mapa se ha perdido, tal vez por contener datos geográficos de carácter reservado, que la corona portuguesa no deseaba compartir con otras potencias marítimas como España o Inglaterra. Algunas referencias indican que Behaim estuvo en la isla de Faial realizando negocios hasta 1506, y después regresó a Lisboa. El 29 de julio de 1507, Martin murió muy pobre en el Hospital de Todos os Santos de Lisboa; las causas de su pobreza son aún desconocidas.

Para saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/03/26/la-representacion-del-mundo-en-1492/

Fue Martin Behaim de Nuremberg [1459-1507] quien construyó uno de los primeros globos terráqueos modernos y, de hecho, su Erdapfel, como él lo llamó, es el globo terrestre más antiguo que se conserva hasta el día de hoy. Globos de esa fecha, e incluso anteriores, ya eran conocidos. Sin embargo, sólo dos globos de una fecha anterior al descubrimiento del Nuevo Mundo han sobrevivido, uno es el Behaim (que está en el Museo de Nuremberg), y el otro, más pequeño, el Laon Globe que se conserva en el Depôt des Planches et Cartes de la Marine, en Paris.

A pesar de los numerosos errores geográficos que delatan el carácter obsoleto de las fuentes empleadas por Martin Behaim, incluso para los conocimientos de aquellos años, la Erdapfel tiene una enorme importancia como trabajo interdisciplinar que refleja la percepción que se tenía del mundo en 1492, antes del descubrimiento de América. En el proyecto coincidieron geógrafos, filósofos, matemáticos, políticos y no se despreciaron las fuentes de viajeros y poetas. Numerosos textos e ilustraciones complementan la información cartográfica, y hacen de este globo un moderno compendio en 3D de los mitos y conocimientos del hombre europeo cuando el humanismo despertaba al renacimiento del pensamiento clásico, poco antes del primer viaje de Colón.

El Erdapfel: de 1492 al globo virtual

por Miguel Ángel Maciá Martínez | may 26, 2017 | IGN, Marcos Fco. Pavo | 0 Comentarios

En 1492, Martin Behaim (o Martín de Bohemia) finalizó el encargo del ayuntamiento de la ciudad de Núremberg consistente en construir un globo terráqueo en el que se reflejaran los más recientes descubrimientos portugueses en África.  El globo se fabricó a partir de una esfera reforzada con una estructura interna de madera, a cuya superficie se adhirió un pergamino cortado en husos para que pudiera adaptarse a la superficie esférica. El mapa realizado por Behaim fue posteriormente dibujado sobre el globo e iluminado por el artista Georg Glockendon.

El Erdapfel (literalmente «manzana de la Tierra») es el globo terráqueo más antiguo que se conserva y su interés radica, no solo en su antigüedad (1492), sino en que muestra una imagen del mundo inmediatamente anterior al descubrimiento de América, la cuarta parte del mundo, cuyo conocimiento cambiaría completamente el concepto que la humanidad tenía de su propio planeta.

Behaim, basándose en fuentes similares a las utilizadas por Colón, como el mapa de Toscanelli, nos enseña un continente euroasiático enormemente exagerado en cuando a su longitud (234 o frente a los 131 o reales), lo cual reducía considerablemente la distancia navegable en dirección oeste desde Europa hasta las costas de Zipango (Japón) y Catay (China). De hecho, este globo muestra con bastante aproximación el erróneo concepto del mundo que sostenía Colón y que le animó a embarcarse en su afortunado viaje a las Indias (de no haber existido América, ninguna de sus naves habría podido alcanzar las costas asiáticas).

Si queremos contemplar esta pieza histórica, tenemos varias opciones además de visitar el Germanisches Nationalmuseum donde se exhibe el original. A los diversos facsímiles publicados en papel, se suman los globos virtuales, entre los que destacan el de Marble y especialmente una aplicación para Android, con la que podremos disfrutar de la versión virtual del Erdapfel con interesantísimas opciones, como la de contemplar no sólo el original digitalizado en 3D, sino dos conocidos facsímiles en husos representados sobre el globo, el de Guillany (1853) y el de Ravenstein (1908). También se ofrece la opción de mostrar los contornos reales de los continentes superimpuestos y, de esta manera, comparar la imagen del mundo de Behaim (y muy probablemente, de Colón) con la real.

 

 

 

 

Mapa de Asia 1492  (Martin Behaim)

Piedras Latte

Piedras Latte

Una piedra latte en Latte Stone Park , Hagåtña , Guam

Una piedra latte, o simplemente latte (también latde, latti o latdi), es un pilar (lenguaje chamorro : haligi) coronado por un semiesférico de piedra capitel (tasa) con el lado plano hacia arriba. Utilizados como soportes de construcción por el antiguo pueblo Chamorro , se encuentran en la mayor parte de las Islas Marianas . En tiempos modernos, la piedra latte se ve como un signo de identidad chamorro y se usa en muchos contextos diferentes.

Historia

La historia de las Marianas previas al contacto generalmente se divide en tres períodos: Pre-Latte, Pre-Latte de transición y Latte. Las piedras Latte comenzaron a usarse alrededor del año 900 dC y se volvieron cada vez más comunes hasta la llegada de Fernando de Magallanes en 1521 y la colonización española, cuando cayeron rápidamente en desuso y fueron abandonadas por completo alrededor de 1700. Se han encontrado piedras latte en Guam y las islas del sur en la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte , incluidas Rota , Tinian , Aguijan y Saipan , así como varias islas pequeñas del norte, como Pagan .[1]

Las piedras intactas se encuentran generalmente dispuestas en pares paralelos de entre ocho y catorce lattes que enmarcan un espacio rectangular.[1] Cuantos más pares haya en la estructura, más altas serán las piedras Latte.[1] Se encontró un arreglo de veinte piedras en la ubicación actual del anexo de artillería militar en el sur de Guam.[2] Si bien ninguno de los primeros visitantes europeos a las islas parece haber hecho dibujos de piedras Latte en uso, varios relatos españoles de los siglos XVI y XVII afirman que se erigieron casas sobre las piedras, y un testigo especifica que se usaron las estructuras en lattes. Fueron utilizados para albergar proas y sirvieron como lugares de reunión de la comunidad.[1] Sin embargo, la falta de evidencia definitiva y consistente significa que todas las teorías están en disputa. Algunos arqueólogos creen que solo los chamorros de alto estatus vivían en estructuras construidas sobre piedras Latte, mientras que otros han propuesto la teoría de que todos los chamorros del Período Latte vivían en estructuras latte, y que la altura y el número de piedras en la estructura indicaban estatus social.[1] Otras estructuras en un pueblo con piedras, que pueden haber incluido cabañas para cocinar, casas para canoas y tabernas para hombres solteros,[1] se construyeron en el suelo, típicamente en un marco en A de postes de madera, a menudo de bambú , con techos de paja de hierba, hojas de coco o hojas de nipa .[2]

Contexto cultural

Los arqueólogos que han trabajado en las Marianas desde el final de la Segunda Guerra Mundial han notado una clara diferencia entre las piedras Latte ubicadas a lo largo de la costa y las ubicadas tierra adentro. Las piedras costeras tienden a colocarse en arena que contiene extensas reliquias de viviendas, incluidos fragmentos de cerámica, huesos de peces y animales, y herramientas de piedra y concha. Los entierros humanos se colocaron dentro de la arena que contenía estos restos arqueológicos, ya sea dentro o cerca de juegos de café con leche. Por el contrario, el suelo en el que se colocan las piedras Latte del interior rara vez tiene un estrato arqueológico o un entierro asociado. La implicación es que los sitios Latte continentales fueron ocupados temporalmente, y tal vez hubo un cambio en la práctica del entierro en el Período Latte posterior. [aclaración necesaria ].[1]

En los siglos XVIII y XIX, los viajeros a las Marianas solo notaron Lattes en áreas abandonadas, donde aparentemente se habían dejado después de que una enfermedad introducida por extranjeros diezmara a la población chamorra. En los tiempos modernos, las piedras Latte son un símbolo de la identidad chamorro y se encuentran en una amplia variedad de contextos gubernamentales, comerciales y personales. Los lattes de concreto a veces se incorporan en nuevos edificios, mientras que los residentes de las Marianas a veces incorporan piedras latte reales en el paisaje alrededor de sus hogares.[1]

Una piedra Latte aparece en las monedas de un cuarto de dólar estadounidenses tanto para Guam como para las Islas Marianas del Norte. Los escudos de carretera que marcan las carreteras de las Islas Marianas del Norte superponen el número de ruta en un contorno blanco de una piedra Latte.

Antiguo Período Chamorro

El Antiguo Período Chamorro 1500 a.C. – 1521 d.C. Saipán, Tinian, Rota y Guam fueron colonizados por primera vez hace aproximadamente 3.500 años por los ancestros marineros del pueblo chamorro moderno que partieron de puntos en la isla del sudeste asiático, lo que convirtió a las Marianas en el primer grupo de islas en el Pacífico Remoto en ser habitado. La sociedad chamorra estaba formada por clanes matrilineales en los que las mujeres jugaban un importante papel de liderazgo en la vida cotidiana. Los pueblos antiguos eran hábiles pescadores y horticultores que vivían en aldeas tanto en la costa como en el interior. Los chamorros cultivaban ñame, taro, fruta del pan, plátano, coco y arroz y capturaban una amplia variedad de peces pelágicos y de arrecife, incluido el gran y poderoso marlín. Hicieron vasijas de cerámica con arcilla local, herramientas, adornos y armas de concha, hueso y piedra, y veneraron los espíritus de sus antepasados. Historias, leyendas y genealogías se transmitían de generación en generación en canciones, cuentos y cánticos que a menudo se relataban durante los concursos festivos. Hace alrededor de 1000 años, los chamorros comenzaron a construir sus casas sobre dos hileras paralelas de columnas y capiteles de piedra, conocidas localmente como latte. Los mayores ejemplos de estos monolitos de piedra son la famosa Casa de Taga en Tinian y la cantera de café con leche en As Nieves en Rota. Los chamorros también construyeron y navegaron gráciles canoas con estabilizadores que los exploradores europeos más tarde llamarían “Flying Proas” debido a su velocidad y maniobrabilidad. Estos fueron utilizados para la pesca y para el transporte entre islas.

Construcción

Las piedras latte se han hecho de piedra caliza , basalto o arenisca . Los pilares típicos varían en altura de 60 centímetros a tres metros y generalmente se estrechan hacia la parte superior.[1] El pilar normalmente se extraía y luego se transportaba al sitio de construcción. Para los lattes de tamaño pequeño a mediano, la piedra angular era una gran cabeza de coral hemisférica que se recolectaba de un arrecife . En cambio, los enormes capstones encontrados en Rota se extrajeron de cantera, al igual que los pilares.[2]

En Oceanía, la piedra latte es exclusiva de las Marianas, aunque los megalitos de diferente construcción y propósito son comunes a las culturas oceánicas. Similitudes entre la piedra latte y los postes de madera fabricados por el pueblo Ifugao en Filipinas Se han señalado, sobre los que construyen almacenes de arroz. Los capstones redondeados ayudan a evitar que las ratas trepen por el pilar. Una construcción de poste de madera similar parece estar representada en un relieve tallado en Borobodur , Java . [1] lo que ha llevado a un erudito a presentar la teoría controvertida de un intercambio cultural prehistórico entre las Marianas y Java.[2]

Las piedras latte variaban mucho en tamaño. Los más pequeños tenían varios pies de altura. El café con leche más grande que aún está en pie mide 16 pies (5 m) de altura y se encuentra en Tinian en House of Taga . En Rota , el café con leche extraído de una cantera habría tenido una altura de 25 pies (8 m) si se hubiera erigido. El eje más grande que se encuentra aquí pesa 34 toneladas , mientras que la tapa más grande pesa 22 toneladas.[3]

 

La Casa de Taga en Tinian , 1902

 

 

 

 

 

 

 

 

House of Taga – Tinian, Northern Mariana Islands

 

 

Reconstrucción de estructura de piedra latte

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las 7 maravillas de la Antigüedad

Las 7 maravillas de la Antigüedad

Las llamadas siete Maravillas del Mundo Antiguo, son una serie de obras arquitectónicas o escultóricas que de por sí, representan algo único y singular y eran admiradas por historiadores y pensadores de la antigua Grecia.

Durante sus viajes, los más célebres historiadores antiguos, mencionaban lugares, edificios o esculturas destacaban por su belleza y esplendor.

Aunque han sido varios los listados a lo largo de esa lejana época, se decidió hacer una lista de siete monumentos, dado que siete era el número perfecto para los helenísticos.

Estas maravillas fueron nombradas formalmente por Filón de Bizancio en el S.III a.C, en su libro llamado << De septem orbis miraculis>>, que no nos ha llegado completo, dado que se quemó en el incendio de la Biblioteca de Alejandría.


Las maravillas elegidas, no rebasaban la zona del Mediterráneo, mundo para ellos conocido, por ello no se incluyen construcciones megalíticas de Asia o de América.

La lista que hoy manejamos, que nos viene dada por legajos de la Edad Media, nos muestra los siguientes, de los cuales solamente uno sigue en pie y de los demás sólo sabemos a través de grabados, escritos, etc.

Conocer más y ampliar datos en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_maravillas_del_mundo_antiguo

A principios del S. XXI, y después de varios intentos, mediante votación popular y diversas consultas, se seccionaron y publicaron: Las 7 maravillas del mundo moderno, Las 7 maravillas de la naturaleza, y otras. Generalmente no hubo un consenso unánime.

  1. La pirámide de Keops

Precisamente la única que podemos admirar en la actualidad. La pirámide más grande de las tres principales que podemos admirar en Gizeh, junto con la de Kefrén y Micerinos.

Su fecha de construcción data del S.III a.C y cuenta con 146 metros de altura.

Fue la tumba del Faraón Keops, y en su momento estaba recubierta de blanca piedra caliza lo que la hacía deslumbrar bajo el sol.

Las piedras que la forman, más de dos millones, pesaban 2 toneladas y medias, y fueron colocadas con una gran precisión, sobre todo en el interior, donde secretamente se dispondría la tumba del faraón. Precisamente en el interior, fueron halladas varias galerías falsas, dispuestas para que los ladrones no llegasen a la cámara funeraria, y evitar así, que la tumba fuese saqueada y la momia “molestada”.

Encontramos en su interior dos cámaras principales, la del rey y la reina, y la llamada cámara subterránea.

La pirámide en general está construida con gran precisión y perfección, tales que, aún hoy en día, no se ha llegado a una conclusión fiable de cómo la construyeron, y es lógico que en su tiempo y posteriormente, fuese admirada e incluida en la lista.

A día de hoy, parece que aún no ha desvelado todos sus secretos, pues las últimas investigaciones sugieren que puede tener más pasadizos ocultos aún por descubrir.

  1. El mausoleo de Halicarnaso

Propiamente dicho, deberíamos hablar del Templo de Mausolo, pues es precisamente a partir de aquí, que los templos dedicados a los difuntos se llaman mausoleos.

Se construyó en la antigua ciudad de Halicarnaso, donde actualmente se encuentra la ciudad de Bodrum, en Turquía.

Mausolo de Caria, fue un rey sátrapa, de esta pequeña región de Asia Menor, y Halicarnaso era la capital de la misma. Se dice que la ciudad era hermosa y que el rey junto a su esposa, se habrían fijado en las artes griegas para construir cada nuevo rincón de la capital.

Entre las construcciones, los reyes, planeaban levantar una gran morada para el descanso eterno.
Al morir Mausolo antes que su esposa, en el año 353 a.C. es ella quien comienza a construir el monumento funerario, falleciendo tan solo dos años después.

Para su construcción, se llamaron a los mejores artistas de la época, Scopas, Pyteo, Bryaxis, Leochares y Timotheus, y se estima que midió unos 45 metros de altura, estando situado en lo alto de una colina.

Estaba dividido en tres partes, un podio de planta cuadrangular, una columnata intermedia con 36 columnas, y un cuerpo piramidal que terminaba con una cuádriga en su punto más alto.

Todo estaba cerrado por un patio y unas escaleras, donde se disponían estatuas con formas de león, y alrededor del templo, varias figuras humanas. Guerreros vigilaban la tumba en casa esquina.
El material utilizado fue el mármol blanco.

Ruinas del Mausoleo

Los datos precisos de los detalles del templo, nos han llegado por las descripciones de Plinio el Viejo, pero también la obra es nombrada por Pausanias, o Vitrubio.

Todos describen el monumento como un templo de grandes dimensiones, que destaca por su belleza y singularidad.

Posteriormente aparece nombrado por Eustacio en el S.XII, que dice que es una maravilla, lo que nos da a entender que todavía permanecía en pie en esa época. Las hipótesis afirman que fue destruido en el S.XIII en un terrible terremoto.

En el S.XV, los caballeros de la Orden de Malta, llegaron al templo y constataron que estaba en ruinas, por lo que levantaron cerca su castillo, que hoy en día sigue en pie en la ciudad de Bodrum, es frecuente visita entre los turistas, se conservan los cimientos del monumento funerario y alguna piedra que fue intercalada entre las nuevas del castillo.

Además pequeños restos del antiguo templo se encuentran en un museo en el interior, y parte de los frisos en el Museo Británico, uno de ellos refleja una escena de griegos luchando contra las amazonas.

Frisos en el Museo Británico

  1. El coloso de Rodas

Situado en la ciudad de Rodas, una isla del Mar Egeo, fue una escultura de tamaño megalítico que se disponía en este importante puerto pesquero, y que conmemoraba la victoria en la batalla que los rodios, habían ganado contra los macedonios.

Representaba al dios Helios, contaba con 32 metros de altura, más los 15m del pedestal en el que se sostenía, por lo que, para hacernos una idea de su tamaño lo podemos comparar con la Estatua de la Libertad.

Hacía las funciones además, de faro.

Estaba dispuesto de tal manera que los barcos podía pasar por debajo de sus piernas, o al menos eso se cree (varios son los que afirman que estaba con las piernas juntas, pues no es realista que se sostuviese de esa manera, y menos en unos tiempos en los que la ingeniería apenas estaba desarrollada).

Su artífice fue Cares de Lindos que la habría levantado ca. 292 a.C. en acero y piedra, recubierta de bronce (se usaron más de 200 toneladas).

Pero, ¿Cómo un coloso así pudo ser construido en aquella época?

La manera de hacerlo se basaba en hacer un armazón de madera sobre el que se disponían las placas de bronce, y un montículo de tierra que iba subiendo desde los pies a la cabeza para poder acceder a todas partes. En el interior del armazón de madera, se metieron además piedras, para asegurar que aguantaba con el peso.

Los rodenses fueron unos de los mayores productores de bronce de la antigua Grecia, y contaban con grandes fundiciones en la ciudad, con las que hacían diferentes piezas por el procedimiento de la “cera perdida”.

Le llevaría 12 años levantarla, y tan solo durante 50 se mantuvo en pie, pues en el 224 a.C un terremoto hizo que se partiese desde las rodillas, cayendo la parte superior, que se mantuvo en el suelo, y allí mismo era también admirada como una maravilla.

En el S. VII con la llegada de los musulmanes, desaparece para siempre, las piezas fueron separadas, algunas fundidas y otras exportadas a países orientales donde fue vendida por partes.
En la época era la escultura más grande que jamás se había visto, y esto hizo de ella que se incluyera en la preciada lista de maravillas.

  1. El Faro de Alejandría

Con el propósito de que los marineros llegasen a puerto, se levantó esta torre, en la isla de Pharos, y es de aquí precisamente que comienza a llamarse faros a este tipo de construcciones.
Sita en el reino de Alejandría, en el Antiguo Egipto, se estima se habría hecho entre el 247 al 280 a.C.

Al igual que el Coloso de Rodas, contaba con una altura que la hacía la más elevada de la tierra conocida, con casi 140 m.

Se comenzó construir años después de la muerte de Alejandro Magno, ya con los Ptlomeos en la región.

Consta de tres secciones: una base cuadrada, una sección octogonal central, y una parte superior circular coronada por una estatua de Zeus. En ella se disponía un espejo, que reflejaba la luz solar durante el día, y el fuego que encendían por la noche, en el horno que allí se disponía.
Estaba recubierto de fina piedra caliza blanca.

La descripción del faro, nos ha llegado no por antiguos escritores griegos, si no por un árabe del S.XII: Ibn al –Sayg.

El faro fue dañado durante los terremotos en los siglos posteriores, e incluso en parte, destruido por árabes que pensaban que bajo sus cimientos se escondía el tesoro de Alejandro Magno.

Finalmente en el S.XV fue destruido en su totalidad por un sultán para levantar una mezquita.

En los últimos años el interés por el faro ha vuelto a resurgir y las investigaciones sugieren que hay restos del mismo bajo agua, tema que está siendo estudiado por la UNESCO, pues son numerosos los restos que hay debajo de la zona, las investigaciones continúan a día de hoy.

Hallazgos arqueológicos en la bahía de Alejandría

  1. Los jardines colgantes de Babilonia

Nos encontramos ante la “maravilla” más controvertida, pues a día de hoy, no se tiene constancia fehaciente de que hubiesen existido, ni de que se hallasen en Babilonia, pudiendo ser quizás fantasía de escritores, entonces, ¿Fueron los jardines mito, o historia?.


La hipótesis más conocida es la que cuenta que los jardines fueron construidos por el rey Nabucodonosor II, que se los regaló a su esposa en el S. VI. a.C, se trataría de una edificación escalonada, formada por terrazas con grandes piedras en las que se disponía árboles y flores, que eran regados por un sistema hidráulico sin precedentes en la época.

Otras de las teorías más manejadas es que los jardines fueron construidos en el S. IX por la reina Asiria Semiramls.

Sea como fuere, tales jardines fueron descritos por Filón de Bizancio, en el S. III a.C :

<<Crecen allí los árboles de hoja ancha y palmeras, flores de toda clase y colores, y, en una palabra, todo lo que es más placentero a la vista y más grato a gozar. Se labra el lugar como se hace en las tierras de labor y los cuidados de los renuevos se realizan más o menos como en tierra firme, pero lo arable está por encima de las cabezas de los que andan por las columnas de abajo.>>

Otros fueron los escritores de la época que alabaron la belleza de estos jardines, pero parecían más bien hablar de un jardín oriental, algo más romántico que certero.

En cuanto a su desaparición de los mismos, las circunstancias son las siguientes: primero Babilonia cayó en poder de los persas, pero éstos respetaron completamente la ciudad y no la dañaron, sin embargo, en el año 125 un incendio reduce la ciudad a cenizas, poco antes de la llegada de Alejandro Magno.

De todas formas no nos ha llegado nada, ni dibujos, ni descripciones precisas, ni contamos con ningún resto, por lo que ésta es, sin duda, de las siete maravillas, la más misteriosa.

En el año 2013, un estudio de la Universidad e Oxford en Inglaterra, capitaneado por Stephanie Dalley, aseguró haber encontrado los cimientos de esta maravilla en lo que correspondería a la antigua ciudad de Nínive, negando así que los jardines fuesen levantados por Nabucodonosor, y si por Senaquerib, monarca asirio que vivió cien años antes .

Actualmente se encuentra en la peligrosa ciudad de Mosul. Ha llegado a esta conclusión después de 20 años de investigación y le gustaría excavar la zona, pero en estos momentos y debido a la situación del país, parece imposible.

  1. El Templo de Artemisa en Éfeso

Situado en la antigua Éfeso en Asia Menor, a 50km de la ciudad de Esmirna, al sur de la actual Turquía, fue mandado construir en el s.VII a.C por el rey Creso de Lidia, y estaba dedicado a la diosa de la caza Artemisa (Diana para los romanos).

Según escritos de Plinio el Viejo, tardaron 120 años en terminarlo.

Se trataría del templo central y más grande de un recinto en los que se disponían otros pequeños templetes.

En el centro del templo, se disponía una estatua de Artemisa de 2m de altura, hecha en madera y recubierta de plata y oro.

El templo en si, era pequeño, pero estaba rodeado de numerosas columnas jónicas alzadas sobre un gran basamento, al que se accedía a través de una gran escalinata. Cada columna (sumaban 127) medía unos 20 metros, así que nos podemos imaginar la grandiosidad del conjunto.

Destacaban los relieves de la mitad inferior de las columnas, así como los que se hallaban en los frisos y frontones de la misma. Algunas esculturas de las que se hallaban en el interior fueron talladas por Fidias o Policleto.

Comparación aproximada del Partenón de Atenas con el Templo de Artemisa en Éfeso (este último es el de la izquierda, en la imagen).

Era un lugar de culto y centro cultural de la época, que llegó a hacer las funciones de banco.

Su destrucción de debe en gran medida a un incendio acaecido en el 356 a.C, y, que según se dice, fue provocado por Eróstrato, siendo ordenada su reconstrucción por Alejandro Magno poco tiempo después.

Pero los godos lo destruyeron y saquearon en el 262 y lo poco que quedó fue cayendo en ruina.
A día de hoy tan solo quedan unas pocas piedras para recordar tanto esplendor helénico, pues la mayoría de las que quedaron después del saqueo godo, fueron recogidas por los bizantinos como cantera para sus obras.

En el S.XIX, fueron redescubiertos los restos, y los pocos que quedaban trasladados al Museo Británico, en el lugar original apenas queda una columna, y alguna piedra.

  1. La estatua de Zeus en Olimpia

La última de las maravillas de la lista nos lleva a una imponente escultura crisoelefantina (es decir, de marfil y oro) que fue realizada por el maestro Fidias en el S. V a. C. y que se encontraba en el templo dedicado al rey de los dioses, en la ciudad de Olimpia, en Grecia (precisamente donde nacieron los juegos olímpicos).

De más de 40 metros de altura, la escultura sedente, ocupaba un trono con detalles en ébano y oro.

El dios, barbado y con hermosa melena, llevaba una estatua de la diosa griega de la Victoria en la mano derecha, y en la mano izquierda un cetro con una figura de un águila imperial.

Era costumbre que los ganadores de los Juegos Olímpicos hicieran una ofrenda a este dios al terminar los mismos, por lo que el templo se engalanaba y se convertía en el centro de la Grecia Clásica.

Fidias era muy perfeccionista, una vez acabada su obra no pareció contento con el resultado y decidió ponerla a prueba.

Se escondió detrás de ella y fue invitando a algunos ciudadanos para que la viesen, observando al mismo tiempo todo lo que sobre ella hablaban.

Algunos criticaban sus facciones, otros sus ropajes.

Días después y habiendo anotado las críticas se dispuso a retocarla para que estuviese perfecta.

Al terminar se dice que pidió al dios que si le satisfacía, le diese una señal, y dice la leyenda que los cielos se abrieron y un rayo cayó del cielo hasta el centro del templo, tomándose esto como aprobación del más temido de los dioses.

Desde aquella su visita era obligatoria para todo aquel que se asomase por los valles de Grecia en sus viajes.

Cuando ca. del 150 A.C, los romanos invaden Grecia, se hacen con muchos de sus tesoros los cuales trasladan a Roma. Pero nada era suficiente. Se dice que Calígula quiso trasladar la estatua de Zeus a Roma y sustituirla por una suya. La leyenda vuelve a contarnos que al entrar en el templo con su estatua, al verla Zeus, soltó una gran carcajada y los soldados huyeron despavoridos.
Más tarde, el emperador Teodosio se dice que si trasladó la escultura hasta tierras bizantinas, pero ningún resto se ha hallado en esas tierras que los corrobore.

Las excavaciones en la zona de Olimpia, tampoco han dado frutos y no se han encontrado restos de la estatua, no sabemos pues, cual fue su último destino.

En el año 2009, se realizó un concurso para denominar las nuevas siete maravillas del mundo, en la que se podían presentar monumentos que así se considerasen, realizados hasta el año 2000.

La iniciativa corrió a cargo del empresario Suizo Bernard Weber.

De todas las que se presentaron quedaron 76 finalistas, de las cuales, por sistema de votación mundial, quedaron en la lista siete: El Coliseo de Roma, el Cristo redentor del Corcovado, Chichén Itzá en Mexico, la ciudad de Petra en Jordania, la Gran Muralla China, el Taj Mahal en India y el Machu Pichu en Perú. La votación estuvo muy reñida. La pirámide de Keops, se quedó como “maravilla honorífica”.

El proyecto fue muy criticado y no contó con el favor de la UNESCO.