Archivo mensual: agosto 2019
Océano Paleo-Tetis
Océano Paleo-Tetis
La placa de Cimmeria comienza a desplazarse hacia el norte reemplazando el océano Paleo-Tetis por Tetis. El dibujo presenta la situación hace 280 millones de años.
El océano Paleo-Tetis es un antiguo océano del Paleozoico situado entre el supercontinente Gondwana y Euramérica. Se comenzó a formar a finales del Ordovícico, hace uno 450 millones de años, reemplazando al antiguo océano Proto-Tetis. Desapareció a finales del Triásico, hace unos 200 millones de años, siendo reemplazado por el océano Tetis.
El océano Paleo-Tetis se comenzó a formar a fines del Ordovícico cuando una dislocación separa de Gondwana dos pequeños fragmentos, las denominadas Tierras Húnicas. Estas se dividen en la Húnica Europea, hoy la corteza terrestre bajo parte de Europa central (llamada Armórica) y de la península ibérica, y la Húnica Asiática, hoy la corteza de China y partes del este de Asia Central. Estos fragmentos comienzan a avanzar hacia el norte, en dirección a Euramérica. Durante este proceso, el océano Rheico comienza a desaparecer entre Euramérica y las Tierras Húnicas. En el Devónico, la parte oriental del océano Paleo-Tetis se abre, cuando los microcontinentes de China del Norte y China del Sur se desplazan hacia el norte. Esto provocó el decrecimiento del océano Proto-Tetis, un precursor de Paleo-Tetis, hasta el Carbonífero tardío, cuando China del Norte colisionó con Siberia.
Sin embargo, a fines del Devónico, una zona de subducción formada al sur de las Tierras Húnicas, comenzó a subducir la corteza oceánica del Paleo-Tetis. Gondwana se desplaza hacia el norte, un proceso mediante el cual la parte occidental del océano Paleo-Tetis se cerraría. En el Carbonífero se produjo la colisión continental entre Euramérica y las Tierras Húnicas. En Norteamérica a esto se le denomina Orogenia apalache, mientras que en Europa es la Orogenia hercínica. El océano Rheico desaparece por completo y en el oeste se cierra el Paleo-Tetis.
A fines del Pérmico, la pequeña y alargada placa de Cimmeria (hoy la corteza de Turquía, Irán, Tibet y partes de Asia sudoriental) se separó de Gondwana (que en este momento forma parte de Pangea). Al sur del continente Cimeria se comienza a formar un nuevo océano, el Tetis. A finales del Triásico, todo lo que queda del océano Paleo-Tetis fue un estrecho canal marítimo. En el Jurásico Inferior, como parte de la Orogenia Alpina, la corteza oceánica del Paleo-Tetis es subducida bajo la placa Cimmeria, cerrando el océano del oeste a este. En la actualidad podría quedar un último vestigio del océano Paleo-Tetis bajo el mar Negro.
El papel que jugaron los Paleo-Tethys en el ciclo del supercontinente, y especialmente la desintegración de Pangea, no está resuelto. Algunos geólogos argumentan que la apertura del Atlántico Norte se desencadenó por la subducción de Panthalassa en los márgenes occidentales de las Américas, mientras que otros argumentan que el cierre de Paleo-Tethys y Tethys dio lugar a la ruptura. En el primer escenario, los penachos del manto causaron la apertura del Atlántico y la ruptura de Pangea y el cierre del dominio Tethyan fue una de las consecuencias de este proceso; en el otro escenario, las fuerzas longitudinales que cerraron el dominio de Tethyan se transmitieron latitudinalmente en lo que hoy es la región del Mediterráneo, lo que dio como resultado la apertura inicial del Atlántico.[4]
Historia
Imagen de Paleo-Tethys Ocean, antes de que la Placa Cimmeria se mueva hacia el norte, lo que hizo que el océano se cerrara, el Paleo-Tethys Ocean se cerró alrededor de 180 mya. ~ 290 mya (Pérmico Temprano).
La placa de Cimmeria comienza a moverse hacia el norte, cerrando el Océano Paleo-Tethys, mientras que el Océano Tetis comienza a abrirse desde el sur. ~ 249 mya (límite permiano-triásico).
El Océano Paleo-Tethys comenzó a formarse cuando la propagación de arcos de fondo separó los terranes del Hunic europeo de Gondwana en el Ordovícico tardío, para comenzar a moverse hacia Euramerica (también conocida como el Viejo Continente de Arenisca Roja) en el norte. En el proceso, la placa debajo del Océano Rheico entre Euramérica y los terranes húnicos europeos subducidos y las grietas en esta placa dieron como resultado la formación de un pequeño Océano Renherliniano que duró hasta el último tiempo de Carbonífero.[5] [6]
En el Devónico temprano, la parte oriental de Paleo-Tethys se abrió, cuando los húnicos asiáticos terranes, incluidos los microcontinentes del norte y sur de China, se movieron hacia el norte.[6] [7]
Océano Reico
Océano Reico
El océano Reico u océano Rhéico es un antiguo océano que durante el Paleozoico se localizaba entre el supercontinente Gondwana y los pequeños continentes del Norte. Estos incluían Laurentia (la futura Norteamérica), Báltica (norte de Europa) y Avalonia (sur de Europa). Estos pequeños continentes, junto con Siberia que se encontraba más al norte se unirían pronto para formar el supercontinente Laurasia.
Etimología
El océano entre Laurentia y Báltica tomó su nombre por Jápeto, en la mitología griega el padre de Atlas, de la misma forma que el océano de Jápeto fue el predecesor del océano Atlántico. El océano entre Gondwana y Báltica se denomina océano Reico por Rea, hermana de Jápeto.
Evolución
Todo comenzó con una fisura en el supercontinente Gondwana, que obligó Avalonia a atravesar el océano Iapetus en la primera parte del Ordovícico Medio, abriendo el nuevo océano. Durante gran parte del Ordovícico Tardío, el océano Rheico parece haber aumentado tan rápido como hoy la Dorsal del Pacífico oriental (a 17 cm/año). Cuando Báltica y Laurentia chocaron entre sí a finales del Ordovícico para formar el continente de Euramérica, el océano Rheico ya se había ampliado, en sustitución del océano de Japeto, que en este momento se había convertido en un estrecho canal entre Avalonia y Laurentia.
El océano Reico se empezó a cerrar en el Devónico, cuando el supercontinente Gondwana deriva hacia Euramérica. A finales del Devónico, se convirtió en un océano estrecho entre Gondwana y Euramerica. En el Carbonífero Inferior (Misisipiense), la parte oriental del océano Rheico ya se había cerrado, debido a la colisión del este de Norteamérica con África. Más tarde, Sudamérica chocó contra el sur de Norteamérica, cerrando completamente el océano. Esta colisión creó las orogenias apalache y varisca.
El océano Réico, abierto durante el Paleozoico inferior entre Gondwana y Avalón.
En estos momentos, el surco era un mar bastante plano y poco profundo, situado en una zona tropical, con aguas cálidas, bien oxigenadas y con pocos aportes continentales. Estas condiciones, junto a la química marina del momento, favorecieron el crecimiento de arrecifes, que están presentes en las dos formaciones calcáreas del Devónico (Fm. Santa Lucía y Fm. Portilla). Cuando, por cuestiones probablemente tectónicas, la erosión continental se intensificaba, llegaban al mar aportes sedimentarios que provocaban la muerte de los arrecifes (Fms. Huergas y Nocedo) y la sustitución de series carbonatadas por series terrígenas.
Al iniciarse el Devónico superior, en la Zona Cantábrica comienzan a advertirse procesos tectónicos que indican la proximidad de la Orogenia Hercínica, esto es, del choque de continentes para formar el supercontinente único, Pangea. En este contexto, el norte de la Península Ibérica se acercaba, junto con el norte de África y parte de Europa, a Norteamérica, con quien terminaría colisionando. Este choque, denominado Orogenia Hercínica o Varisca, supuso el cierre del mar somero que había existido durante todo el Paleozoico anterior, así como el levantamiento (mediante plegamiento, cabalgamientos y otras fallas) de los materiales, ya consolidados, que se habían depositado en este mar.
‐Reconstrucción paleogeográfica global para el Devónico Inferior, y más en detalle para Iberia. Leyenda: CI: Centroiberia, MCE: Macizo Cantabro‐Ebroico, SIA: Surco Ibero‐Armoricano; 1(en rojo): Aportes de detríticos desde las áreas fuente al SIA, 2(en azul): Ascenso o ” upwelling ” de aguas frías oceánicas (Figura modificada de Herrera y Villas, 2013 y con datos de Carls, 1988,1999).
La separación entre Laurentia y Gondwana iniciada en el Cámbrico continuó en el Ordovícico, aunque con importantes diferencias. La primera de ellas es que el océano Iapetus, que separa Laurentia de Avalonia y Carolina, sufre la activación de su margen norte (Laurentia), por lo que la cuenca oceánica empieza ya a iniciar su cierre.
Pero esto no conlleva un acercamiento entre Laurentia y Gondwana, ya que más al sur el océano Rheico sigue ensanchándose a expensas del Iapetus, pero sí significa una aproximación de Avalonia y Carolina hacia Laurentia. En el Ordovícico los continentes formados ya en el Cámbrico siguen separándose por la expansión de los diferentes mares y océanos (modificado a partir de jan.ucc.nau.edu).
El final del Ordovícico está marcado por la primera de las cinco grandes extinciones de la historia del planeta, en concreto la segunda mayor de todas ellas.
Ordovícico Superior, 450 millones de años
Devónico
El período Devónico abarca desde los 419 a los 359 millones de años. Fue utilizado por primera vez en 1830 para describir una secuencia de rocas en Devonshire, Inglaterra. En 1839 fue adoptado por Sedgwick y Murchinson para definir este período. Más tarde se comprobó que las series aparecían en la Europa continental y se aceptó internacionalmente.
Paleografía
En el hemisferio norte, chocan los dos continentes Laurentia y Báltica, cerrando el océano de Jápeto y formando una cadena montañosa donde una vez estuvo el mar. Esto se conoce como la orogenia Caledoniana. En el hemisferio meridional el gran supercontinente Gondwana se mueve constantemente hacia el norte.
Falicon
Falicon
Pirámide de Falicon
País: Francia
Ubicación: Falicon; Francia
Coordenadas: 43°45′00″N 7°15′37″E
¿Hay pirámides en Europa? Con seguridad al menos dos, una en Italia y otra en Francia, y una discusión abierta sobre la existencia de una montaña de piedra en Bosnia
La Pirámide de Falicon1 (en francés: Pyramide de Falicon) es un monumento situado en una localidad rural cerca de la ciudad de Falicon, en la Costa Azul, cerca de Niza en el sur de Francia.
Está construido sobre una cueva kárstica conocida como la Cueva de los Murciélagos (occitano: Bauma des Ratapignata) y es una de las pocas pirámides en Europa. La pirámide está construida de piedras pequeñas, de forma irregular, posee un ángulo bastante agudo de inclinación, y está en una condición parcialmente en ruinas. Mientras que la mayor parte de su sección superior no se encuentra, la sección inferior está razonablemente bien conservada.
El propósito y orígenes exactos de la pirámide son desconocidos. Aunque se ha sugerido que pudo haber sido construida por los legionarios romanos que participan en las prácticas de culto egipcio, investigaciones más recientes indican que fue construida entre 1803 y 1812, es decir, durante el gobierno de Napoleón Bonaparte.
Falicon, pirámide situada en Niza y descubierta en 1803
La primera noticia confirmada sobre la pirámide de Francia es de 1803, cuando un explorador italiano dio con ella en un lugar de la montaña de Niza llamado Falicon, es decir El Halcón. La segunda fue cuando en 2007 el Gobierno francés decidió su declaración como monumento nacional. Pese a ello continúa siendo una absoluta desconocida y su acceso es muy complicado. No está ni siquiera señalizado.
¿Quién, cuándo y por qué se erigió? Nadie lo sabe pero hay algunas hipótesis fundadas que señalan que pudo ser construida en torno al siglo I, quizá por legionarios romanos venidos de Egipto o por seguidores del culto sincrético de Mitra, que entonces se extendía por el Mediterráneo. La mejor prueba está en su interior, el acceso a la Gruta de los Murciélagos, donde se hallaron restos que apuntan a un lugar destinado a los misterios mítricos, como una escalera con siete peldaños. No obstante, que haya un pozo es muy habitual en las pirámides, e incluso la de Keops cuenta con una galería subterránea que conduce al inframundo.
La pirámide de Niza es de pequeño tamaño y truncada, similar a las de Nubia, sin que se sepa si se quedó a medias o es el producto de la erosión y el paso de los años. Aunque quizá no sea tan antigua y se trate de una obra del siglo XII, como apuntan estudiosos. En realidad, no se sabe nada con certeza, salvo que está allí, en un lugar tan raro como Niza y que el nombre del paraje recuerda a Egipto: el halcón es Horus, que se identifica con Ra solar y los faraones. Napoleón estuvo de visita en Falicon. Antes ya había pasado una noche entera en la cámara del faraón Keops, en el interior de la Gran Pirámide, una experiencia que le marcaría de por vida, aunque de la que nunca quiso hablar “porque nadie me creería”, dijo.
En otra parte de Europa, en Bosnia, a unos 30 kilómetros de Sarajevo, otro misterio de gran tamaño: una supuesta colina podría ser una pirámide mucho mayor que las egipcias y más antigua. ¿Entonces, quién la levantó? Nadie parece tener claro que se trate de un monumento humano, si bien las –también controvertidas- excavaciones realizadas han encontrado un largo túnel, varios muros, escaleras y otros restos de la huella de los constructores. Pero la arqueología no se pone de acuerdo.
No es fácil dar con esta pirámide francesa oculta en la ladera sudeste del monte Chauvé, a unos diez kilómetros de Niza. Su acceso sólo es posible a pie, carece de la señalización adecuada que marque la existencia de este vestigio arqueológico, y para ubicarla hace falta algo más que buena suerte.
Sin embargo, los primeros textos históricos que la mencionan son de inicios del siglo XIX, aunque la antigüedad de la pirámide es posible retrotraerla hasta el siglo XII. Sus lados son irregulares (4,5 x 4,8 x 6,4 x 6,4 m.) para ajustarse a lo abrupto de la ladera en la que se levanta, y se cree que en el pasado estuvo revestida de yeso. Sus caras están moderadamente bien orientadas a los cuatro puntos cardinales, con una desviación de 18º, y se encuentra situada a sólo 431 metros sobre el nivel del mar. Desconocemos si alguna vez tuvo punta, ya que la pirámide siempre ha estado truncada y no se han encontrado restos de mampostería cerca de ella. Sin embargo, cuando Javier Sierra visitó la zona en 2001 para documentar “El secreto egipcio de Napoleón“, halló en la cercana cima del Chauvé restos en piedra de una construcción que bien pudo haber formado parte de otra pirámide hoy totalmente destruida y olvidada en todas las crónicas.
Diversas sectas y gurús locales se han interesado por este monumento desde los años 20 del siglo pasado.
La erosión y el vandalismo se están transformando progresivamente en una pila de piedras, formando un monumento de ocho metros de alto por unos seis metros de alto, ubicado sobre la abertura de un abismo.
Lo que queda de la cumbre está degradado en gran medida y las dos partes están prácticamente colapsadas. Un estado de abandono lamentable porque la mayoría de los expertos en el campo coinciden en que la construcción se remonta al siglo II d. Es cierto que se han presentado muchas tesis sobre él. Demasiado probablemente, lo que ciertamente ha dañado la credibilidad de su valor histórico. Algunos han visto el trabajo de los Caballeros Templarios que ponemos todas las salsas desde su eliminación “ardiente” por Felipe el Hermoso. También se habló de un centro de culto celta que ocupaba el área antes de la colonización romana.
Sin embargo, el conocimiento adquirido en esta gente muestra que ignoró la forma piramidal.
Hace unos años, una tesis incluso defendió la idea de que la construcción no fue más de doscientos años porque es solo en 1803 que su existencia se menciona por primera vez en un libro firmado por un autor. Niza. Según los defensores de esta versión, el constructor era un contemporáneo de Bonaparte que quería rendir homenaje al general se convirtió en primer cónsul después de la campaña en Egipto. Pero uno puede entonces preguntarse por qué este hombre no ha fijado el testimonio de su admiración cortesana en un lugar más visible y accesible que en un rincón del campo, lejos de los ojos.
De hecho, prácticamente todos los verdaderos especialistas han defendido durante muchos años la hipótesis romana. El monumento fue construido en honor a Mitra, dios belicoso que lleva a sus fieles a la victoria. Una deidad muy popular entre los legionarios de la época de los Césares que habían conocido y “adoptado” durante sus expediciones en las orillas del Tigris y el Éufrates donde enfureció en el “endémico”…
La adoración de Mitra todavía se estaba llevando a cabo en santuarios construidos cerca o dentro de cuevas. Sin embargo, la pirámide de Falicon domina la apertura de un abismo, la llamada cueva “Ratapignata”. Y presenta las características de los lugares de culto de Mitra: presencia de siete pasos de acceso (correspondientes a los siete grados de iniciación), existencia de un arroyo y una entrada hacia el sur.
Queda la cuestión de la forma piramidal del santuario. “Las legiones romanas estaban en parte compuestas por tropas auxiliares alistadas en los países conquistados”, explica el profesor Henri Broch, director del laboratorio de biofísica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Niza-Sophia-Antipolis. Uno puede pensar así que había egipcios entre la guarnición de Cemenelum (Cimiez).
Puede agregarse, además, que el culto a Mitra fue particularmente extendido en el Bajo Egipto en los primeros siglos de nuestra era.
¿Entonces hay más misterio sobre el origen de la pirámide de Falicon? Sería atrevido ser tan formal: la tesis “Mitra” también contiene demasiada deducción como para ser considerada incontestable.
Sin embargo, en el futuro, no puede apoyar ni avanzar a otro de manera detallada si la pirámide de Falicon continúa deteriorándose. Pobre monumento que continúa perdiendo peso debido a que sus piedras se aflojan y son llevadas por coleccionistas un poco “iluminadas” o simples vándalos.
Pero, ubicado en propiedad privada, este edificio nunca ha sido incluido en el Inventario del Patrimonio que hubiera permitido tomar medidas de preservación.
Un movimiento realizado en esta dirección a principios de la década de 1980 por el municipio de Falicon no tuvo ningún efecto. Y desde entonces, nada ha sido probado.
Para llegar a la pirámide, dirígete primero a la zona de Saint-Michel, donde tienes que estacionar tu automóvil. Después de unos pocos metros en la carretera que conduce a Falicon, comience por la izquierda el sendero sinuoso de Giaïnes que debe seguirse durante aproximadamente media hora. El monumento está al final del camino.
Océano Janty
Océano Janty
El océano Janty, también Khanty, fue un antiguo y pequeño océano que existió desde el final del Precámbrico hasta el Silúrico. Se localizaba entre Báltica y Siberia, limitando con los océanos de Panthalassa al norte, Proto-Tetis al noreste y con el Paleo-Tetis al sur y este. El océano se formó cuando el supercontinente de Proto-Laurasia, poco después de la disolución de Pannotia (hace unos 600 millones de años), se fragmentó y creó tres continentes separados, Laurentia, Báltica, y Siberia. El océano Janty se situaba entre Siberia y Báltica. En la misma época se formó el océano Iapetus, hermano del Janty, entre Laurentia y Báltica (ahora parte de Euramérica). El océano Janty se cerró cuando un arco insular denominado Arco Sakmarian colisionó con Báltica. En el extremo noreste del arco se formó un nuevo océano, el océano Ural.
Avalonia aún no había colisionado con Laurentia, pero cuando Avalonia avanzaba hacia Laurentia, el camino de tierra entre ellos, un remanente del océano de Jápeto, se estaba encogiendo lentamente.
Mientras tanto, el sur de Europa se separó de Gondwana y comenzó a moverse hacia Euramérica a través del recién formado océano Reico.
Distribución de los continentes hace 470 millones durante el Ordovícico Medio. Los tres pequeños continentes son Laurentia, Siberia y Báltica, mientras que el más grande es Gondwana. El océano Khanty se localiza entre Siberia y Báltica.
Durante el Cámbrico, el continente independiente de Laurentia (qué posteriormente se convirtió en Norteamérica) estuvo fijo en el Ecuador, rodeado con tres océanos, el océano Pantalásico al norte y al oeste, el océano Iapetus al sur, y el océano Khanty al este. Al inicio del Ordovícico, el microcontinente de Avalonia (una masa de tierra que se convertiría en los Estados Unidos, Nueva Escocia e Inglaterra), se separó de Gondwana y comenzó su viaje hacia Laurentia.
Hacia el final del Ordovícico, Báltica chocó con Laurentia, y el norte de Avalonia chocó con Báltica y Laurentia. Entonces, Laurentia, Báltica y Avalonia se unieron para conformar al supercontinente menor de Euramérica o Laurusia, cerrando el océano Iapetus, mientras que el océano Rheico se expandió hacia la costa meridional de Avalonia. La colisión también dio lugar a la formación de los Apalaches norteños. Siberia se asentó cerca de Euramérica con el océano Janty entre los dos continentes. Mientras todo esto estaba sucediendo, Gondwana se desplazó lentamente hacia el polo sur. Este fue el primer paso de la formación de Pangea.
El segundo paso en la formación de Pangea fue la colisión de Gondwana con Euramérica y se une a ella. Durante el Silúrico, Báltica ya había chocado con Laurentia para formar Euramérica. Avalonia no había chocado con Laurentia todavía, y una vía marítima entre ellos (que era un remanente del océano Iapetus) todavía se contraía al mismo tiempo que Avalonia avanzaba lentamente hacia Laurentia. Mientras tanto, Europa meridional se separó de Gondwana y comenzó a dirigirse hacia Euramérica a través del recientemente formado océano Rheico y colisionó con Báltica meridional durante el Devónico. Sin embargo, este microcontinente tan solo era una placa oceánica. El océano Janty (el océano hermano de Iapetus), también se contrajo al mismo tiempo que un arco insular desgajado de Siberia chocó con Báltica del este (ahora parte de Euramérica). Detrás de este arco insular se estaba formando un océano nuevo, el océano Ural.
Océano Proto-Tetis
Océano Proto-Tetis
El océano Proto-Tetis fue un antiguo océano que existió desde finales del período Ediacárico al Carbonífero (550-330 Ma). Se trata del predecesor del océano Paleo-Tetis. El océano se formó cuando Pannotia se desintegró y Proto-Laurasia (Laurentia, Báltica y Siberia) se dislocó del supercontinente que se convertiría en Gondwana. El océano Proto-Tetis se formó entre estos dos supercontinentes. El océano estaba bordeado por el océano Panthalassa al norte, separado por arcos insulares y Kazakhstania.
El océano Proto-Tetis se amplió durante el Cámbrico. El océano estaba en su máxima extensión desde finales del Ordovícico al Silúrico Medio. El océano estaba situado entre Siberia al oeste y Gondwana al este. El océano comenzó a disminuir durante el Silúrico Tardío, cuando China del Norte y China del Sur se desgajaron de Gondwana y se dirigieron hacia el norte. A finales del Devónico, el microcontinente de Kazakhstania colisionó con Siberia, disminuyendo el océano aún más. El océano se cerró cuando el cratón del Norte de China colisionó con Siberia-Kazakhstania durante el Carbonífero, mientras el océano Paleo-Tetis se ampliaba.
El mar de Tetis en otros períodos
A medida que la teoría de la deriva continental ha ido siendo ampliada y mejorada, se ha extendido el nombre de Tetis a otros océanos que le precedieron. El Paleo-Tetis, mencionado arriba, existió desde el Silúrico, hace 440 millones de años, hasta el Jurásico. A este le precedió el océano Proto-Tetis, formado hace 600 millones de años.
Océano Proto-Tetis
Distribución de los continentes hace 500 millones de años durante el Cámbrico Inferior, una vez que Pannotia se fragmentase. Los tres pequeños continentes son Laurentia, Siberia y Báltica, mientras que el grande es Gondwana. El océano Proto-Tetis se localiza entre Gondwana y los pequeños continentes, el océano Khanty entre Siberia y Báltica y el océano Iapetus entre Laurentia y Báltica.
Distribución de los continentes hace 370 millones de años durante el Devónico. Al norte está situado el continente Siberia, en el medio el supercontinente de Euramérica, y al sur Gondwana. Los microcontinentes de China del Norte y China del Sur se desgajan de Gondwana y a su paso el océano Proto-Tetis es sustituido por el océano Paleo-Tetis.
https://www.taringa.net/+ciencia_educacion/deriva-continetal-megapost_12x2ia
Mar de Tornquist
Mar de Tornquist
El mar de Tornquist era un mar ubicado entre los paleocontinentes de Avalonia y Baltica hace unos 600 a 450 millones de años. Los restos del mar forman hoy una sutura que se extiende a través del norte de Europa (Zona Tornquist).
Mapa tectónico de Europa; La Zona Teisseyre-Tornquist se encuentra entre el Macizo de Londres-Brabante (= Avalonia Oriental) y el Escudo Báltico. El mar Tornquist se extiende a través de Dinamarca.
Probablemente se formó al mismo tiempo (c. 600 Ma) como el Océano Iapetus. Gondwana, incluida Avalonia hasta Ordovícico temprano, estaba separada de Baltica en todo el Cámbrico. Probablemente se cerró durante el Ordovícico tardío en el momento de la Orogenia Shelveian del oeste de Inglaterra.[1]
Existen evidencias de fauna, paleomagnética, paleogeográfica y aparente polar para el momento del cierre de Avalonia Oriental (Inglaterra, Gales e Irlanda del Sur) y Baltica.[2]
La colisión Baltica-Avalonia también resultó en que el Océano Rheico dejó de expandirse al sur de Avalonia alrededor de 450 Ma, en un gran magmatismo en Avalonia, una gigantesca caída de ceniza en el Báltica y un metamorfismo en el actual norte de Alemania.[3]
Sutura actual
La sutura resultante del cierre del Mar de Tornquist se puede ver en el este de Inglaterra y en el Distrito de los Lagos como un arco de rocas ígneas pertenecientes al Ordovícico. Las series volcánicas en el este de Inglaterra, las Ardenas y el Cinturón de Phyllite del Norte se originaron entre el Mar de Tornquist y el Océano Reico durante el Ordovícico y el Silúrico.[1]
Donde Baltica y Avalonia finalmente chocaron es ahora una sutura conocida como la Línea o Zona Teisseyre-Tornquist; el nombre de su descubridor, el geólogo polaco Wawrzyniec Teisseyre y el geólogo alemán Alexander Tornquist. Este linaje todavía marca la transición entre, por un lado, el Cratón precámbrico del este y el norte de Europa y, por otro lado, el oreo paleoicoico de Europa occidental y el Mediterráneo. Es parte de una zona de deformación más amplia que atraviesa Europa, desde las Islas Británicas hasta el Mar Negro, conocida como la Zona de sutura transeuropea (TESZ).[4] [5]
El océano de Jápeto fue un océano que existió hace entre 600 y 400 millones de años, entre los periodos neoproterozoico y paleozoico. En el hemisferio sur de la Tierra, este océano estaba ubicado entre Laurentia o Laurencia (Escocia, Norteamérica y Groenlandia) al oeste, Báltica formado por (Escandinavia y Europa oriental) al este y Avalonia (Reino Unido, Europa noroccidental) al sur además de otras tierras menores emergidas y situadas al oeste de Avalonia (son las tierras que forman actualmente parte de Nueva Inglaterra, Nueva Escocia y Acadia).
El océano de Jápeto es considerado precursor del actual océano Atlántico, de ahí que toma el nombre del titán Jápeto, padre de Atlas en la mitología griega, que a su vez, origina el nombre de Atlántico para designar al océano que está más allá de las Columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar).
Forma parte de este océano el Mar de Tornquist situado entre Avalonia y Báltica
Este océano desapareció cuando tras las orogenias caledoniana, acádica y tacónica, todas las masas continentales se unieron para formar un gran supercontinente denominado Laurusia o Euramérica entre los periodos cámbrico y ordovícico hace 400 millones de años.
Area de tornquist
Las zonas Sorgenfrei (SZ) y Teisseyre (TZ) constituyen el área de Tornquist
El área de Tornquist es una gran zona de fallas orientada de noroeste a sureste, que se extiende desde el Mar del Norte hasta Polonia, a través del sur de Suecia (Skåne) y la isla danesa de Bornholm. Tradicionalmente se divide en dos partes: el área de Sorgenfrei-Tornquist en el noroeste, y el área de Teisseyre-Tornquist en el sureste, el cruce en Bornholm 1 . Esta zona constituye la zona de unión entre el escudo escandinavo (Paleocontinent Baltica) y el resto de Europa (cuya frontera norte es la Avalonia paleocontinente) 1 . Se formó durante el cierre del Océano Tornquist.
Esta zona tectónica es responsable de la formación de varias estaciones en Skåne, como Romeleåsen, Söderåsen, Linderödsåsen… Estas estaciones son formas de relieve prominentes en la región, aunque solo culminan en poco más de 200 m 1 .
El área toma su nombre del geólogo alemán Alexander Tornquist (de) (1868-1944), quien la estudió.
https://es.wikipedia.org/wiki/Orogenia_caledoniana
Dolmenes de Gochang, de Hwasun y de Ganghwa
Sitios de dolmen de:
Gochang, de Hwasun y de Ganghwa
Gochang, Hwasun, and Ganghwa Dolmen Sites*
State Party: Republic of Korea
Type: Cultural
Reference: 977
Region: Asia-Pacific
Un dolmen, o tumba de piedra megalítica, en Ganghwa Island frente a la costa sudoeste de la península coreana. Es del tipo go-tablero meridional en la que se construye la bóveda sepulcral de piedras soterramiento.Korean name
Hangul
Hanja
高敞 / 和順 / 江華支石墓群
Los cementerios prehistóricos de Gochang, Hwasun y Ganghwa son los sitios de cientos de dólmenes, cámaras funerarias de losas de piedra, en la parte suroeste de la Península Coreana y son colectivamente designados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fechado del séptimo al tercer siglo B.C.E. Y posiblemente antes, la colección de dólmenes en los tres sitios representa la mayor concentración de dólmenes en Corea y en el mundo. Proporcionan una valiosa evidencia del cambio en los dólmenes tipos, a través de los siglos en el noreste de Asia y de la forma en que las piedras fueron extraídas, se trasladó al lugar y se elevó en posición. Entre ellos, los numerosos dólmenes ilustran los dos principales tipos de dólmenes del nordeste de Asia: La mesa o estilo norte y el estilo go-board / southern.
Los dólmenes proporcionan la evidencia arqueológica más temprana de las prácticas religiosas del pueblo coreano. Requeriendo gran planeamiento, coordinación y colaboración para su construcción, los dólmenes sirvieron como marcadores de entierro para líderes tribales y espirituales. Los sacerdotes chamanes habrían llevado a cabo ceremonias invocando el espíritu de la persona enterrada allí para proteger a la tribu.
La gran influencia del chamanismo en el desarrollo de la cultura coreana es atestiguada por el hecho de que la península coreana en su conjunto tiene el mayor número de dólmenes de cualquier país del mundo. El chamanismo detrás de los dólmenes habría enseñado la realidad de los espíritus y la presencia de un Dios último (el Dios del Cielo).
Designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000, Gochang, Hwasun y Ganghwa Dolmen sitios son distintivos y ejemplares. Los sitios contienen centenares de dólmenes de piedra usados como marcadores de la tumba y para las ceremonias rituales durante el primer milenio BC. Cuando la Cultura Megalítica prevaleció en la Península Coreana. Corea contiene más del 40 por ciento de los dólmenes del mundo, concentrados principalmente en los sitios de Gochang, Hwasun y Ganghwa.
Las piedras megalíticas marcan las tumbas de la élite gobernante, convirtiéndolas en valiosos letreros para los arqueólogos. La conexión con la geomancia es evidente. Los sacerdotes chamanes enterraron a personas prominentes en lugares para proteger las aldeas, teniendo en cuenta el fengshi de la ubicación que sería mejor evitar los malos espíritus o desastres. La conexión con el chamanismo también es evidente. La conexión entre los espíritus vivos y los difuntos dominaba la cultura tribal prehistórica.
Se han excavado cerámicas, joyas con forma de coma, bronces y otros artefactos funerarios de estos dólmenes. La cultura de la gente durante este tiempo se puede recoger de la evidencia dejada por los dolmens. Además, las piedras muestran cómo la piedra fue extraída, transportada y usada para construir dólmenes.
Los dólmenes en Corea datan del siglo VII aC, en lugares como Gochang. La práctica de la construcción del dolmen terminó alrededor del siglo III A.C.E. La cultura del dolmen se une con los períodos neolítico y de bronce en Corea. La excavación en los sitios comenzó en 1965. Desde entonces, el gobierno coreano ha patrocinado las excavaciones múltiples un programa extenso del inventario y la preservación se ha iniciado.
Descripción
Dolmens se clasifican generalmente en dos tipos en Asia Oriental. La mesa / tipo norte y el go-board / tipo sur. En el primero, los constructores colocaron las cuatro piedras para hacer paredes en forma de caja y coronadas por una piedra que yacía encima de los soportes. Este último se caracteriza por el enterramiento subterráneo con piedras que soportan el capstone.
Gochang Dolmen Sitio (dólmenes Jungnim-ri)
Conocidos como dólmenes Jungnim-ri, el grupo Gochang de dólmenes es el más grande y variado de los tres sitios. Construido de este a oeste al pie de una serie de colinas a una altitud de quince a cincuenta metros, los dólmenes han sido descubiertos en y alrededor del pueblo de Maesan. Los capsones de los dólmenes promedio alrededor de uno a 5.8 metros de largo y pesan de diez a 300 toneladas. Cuatrocientos cuarenta y dos dólmenes han sido documentados y clasificados sobre la base del tamaño de la capa. Los dólmenes de Gochang han sido fechados alrededor del siglo VII C.E.
Sitio de dólmenes de Hwasun (dolmens Hyosan-ri y Dasin-ri)
El conjunto de Hyosan-ri contiene 158 dólmenes y el grupo Dasin-ri, 129. El grupo de Jungnim-ri en Gochang está mejor conservado que los dólmenes Hyosan-ri y Dasin-ri . La cantera donde se tallaron algunas de las piedras de este grupo. Este grupo está fechado alrededor del siglo VI o V C.E.
Sitio de Dolmens de Ganghwa (dólmenes Bugun-ri y Cocheon-ri)
“Dólmenes de Goindol: tesoro histórico No. 137” se sienta en medio de un campo del ginseng cerca de la ciudad de Ganghwa, en la isla de Ganghwa. El dolmen más grande de Corea, Goindol mide 2.6 por 7.1 por 5.5 metros. Los coreanos prehistóricos de Shaman al parecer llevaron a cabo ritos ceremoniales en el norte, dolmens de la tabla-tipo en Ganghwa. Los dolmens en Ganghwa se colocan en las cuestas de las montañas en las elevaciones más altas que los sitios de Gochang y de Hwasun. Los grupos Bugun-ri y Cocheon-ri parecen constituir los dólmenes más antiguos, aunque esto no ha sido confirmado.
Un ejemplo de dolmen del go-board / southern-type en Ganghwa
Dólmenes de Gochang, Hwasun y Kanghwa
Gochang es un condado que está en la provincia de Jeolla del Norte, en el suroccidente de Corea del Sur, que es un sitio rural, aunque tiene varias joyas turísticas que no puedes perderte. Es en esta parte del país en la que puedes visitar los dólmenes de Koch’ang o Gochang, Hwasun y Kanghwa o Ganghwa, que son considerados como Patrimonio de la Humanidad.
Los dólmenes son construcciones que eran utilizadas como tumbas o durante rituales y estos en particular datan del primer milenio a.C.. En aquellas épocas los sitios megalíticos se hacían mucho en la península de Corea y en la actualidad son sitios históricos, culturales y turísticos que están al nivel de las Pirámides de Egipto y de Stonehenge en Inglaterra.
De todo este conjunto de construcciones prehistóricas el más popular es el Gochang o Koch’ang, porque además tiene la mayor cantidad de ellos. Estos dólmenes fueron construido de oriente a occidente y en las laderas de las colinas variando altitudes entre los quince y los cincuenta metros, habiendo sido encontrados 442 de ellos.
Estos sitios rituales y tumbas son más variados en esta parte, porque hay de varios tamaños con algunos que pesan diez toneladas hasta otros que alcanzan las más de trescientas. Este sitio lo puedes visitar a través de un tour guiado que sale del Museo del Dolmen de Gochang y que sale cada hora entre las 10:30 de la mañana y las 5:30 de la tarde.
Luego puedes pasar por el Hwasun, que está en el condado del mismo nombre y muy cerca al primero, y que tiene un poco más de trescientos dólmenes, también en las laderas de las montañas. Y por último, está el Ganghwa, que es el que está más alto de todos y en el que se piensa que están las construcciones más antiguas.
Fotografías de Steve46814, InSapphoWeTrust, bastus917.
http://www.worldheritagesite.org/list/id/977
Dolmen de Soto
Dolmen de Soto
Trigueros – Huelva
El dolmen de Soto, datado entre el 3000 y el 2500 a.C.- se encuentra en la localidad de Trigueros, provincia de Huelva (España), siendo uno de los más importantes entre los más de doscientos monumentos megalíticos descubiertos en la provincia. Este dolmen es uno de los más impactantes ejemplos del neolítico en el sur de España.1
Fue descubierto en la finca “La Lobita” en 1922 por Armando de Soto, iniciándose inmediatamente las excavaciones, que duraron tres años, terminándose con un estudio de Hugo Obermaier. En 1931 fue declarado Monumento Nacional. Está en buen estado de conservación, pese a que fue expoliado, encontrándose en las excavaciones ocho cuerpos, colocados en cuclillas con sus ajuares correspondientes.
Desde 1987 es de titularidad pública, dependiente de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En 2008 se concluyó la primera fase de la puesta en valor de este monumento, tras unas investigaciones que lo situaron, por su anillo perimetral de más de 80 metros, como una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental.2 En este estudio se pudo fijar mediante dataciones de carbono 14, la fecha de su construcción hacia finales del tercer milenio.
Se trata de un dolmen perteneciente a la familia de los dólmenes de corredor largo (conjunto de dólmenes yuxtapuestos), siendo el más grande de los encontrados en la provincia de Huelva. Su longitud es de casi 21 m., variando su anchura desde los 0,82 m. en la puerta hasta los 3,10m. en la cámara. Está orientado de Levante a Poniente, de tal manera que los primeros rayos de sol en el equinocio, avanzan por el corredor y se proyectan en la cámara durante unos minutos, en un rito donde quizás los difuntos renacían de la vida de ultratumba, bañados por la luz solar.
A continuación se transcribe, casi en su totalidad, el:
Blog de Francisco Javier Torres Goberna
El término municipal de Trigueros se localiza en la Ribera Baja del Tinto, en la denominada Tierra Llana de Huelva. En esta zona de campiña se descubrió el dolmen de Soto, en la finca “La Lobita” bajo una pequeña loma llamada el “cabecillo del Zancarrón“, a unos quinientos metros de la ribera del arroyo Candón.
El Zancarrón era un suave cerro casi circular de 75 m de diámetro y unos 3,5 m de altura, resultado de la acumulación de tierra blancuzca y fragmentos de piedra traídos desde otro lugar. El cabecillo destacaba claramente sobre la campiña que lo rodeaba y en su punto más alto se construyó en 1919 una casita para el guarda de la finca.
El dolmen de Soto fue descubierto en 1923 por Armando de Soto, propietario de la finca, y la excavación la realizó el arqueólogo Hugo Obermaier Grad (1877-1946). Sus resultados se publicaron en marzo de 1.924 en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. El 3 de junio de 1.931 fue declarado Monumento Nacional y desde 1987 es de titularidad pública y dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Hugo Obermaier-Armando de Soto-Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (D-I) (1923)
Todo el conjunto del dolmen de Soto tuvo que ser restaurado mediante varias intervenciones. La primera la llevó a cabo el Ministerio de Cultura en 1957 y en 1981 Ismael Guarner acometió la fase inicial del proyecto de restauración. Este mismo arquitecto desarrolló la segunda fase en 1982, presentando la Memoria final de las obras realizadas en 1985. En 1986 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía comenzó el proyecto de protección arqueológica del monumento realizando mejoras en el cerramiento, interior, entorno y acceso del dolmen, mediante el asfaltado de una serie de caminos que lo conectan con la A-286 y la nacional 436.
El círculo de piedras del Neolítico (4000-3000 a.C)
A partir del 4000 a.C, grupos humanos comenzaron a establecerse en esta región de Huelva. En esa época neolítica el clima del lugar era más húmedo que el actual y había una mayor densidad de vegetación, principalmente bosques de encinas. Como demuestran los análisis polínicos, la actividad humana relacionada con la agricultura y la ganadería provocó la progresiva desaparición de la masa forestal, de modo que en el período de transición entre el Neolítico Final y el Calcolítico predominaban las dehesas y las zonas de cultivo de cereales y vid.
Las excavaciones arqueológicas han descubierto que durante el Neolítico en este lugar ya se erigía un círculo de piedras sobre el cual posteriormente se levantó el dolmen de Soto, de modo que el anillo perimetral del túmulo que podemos contemplar actualmente es similar en tamaño y trazado al del primitivo círculo lítico.
Este círculo medía unos 60 m de diámetro y estaba constituido por piedras de distintas formas, tamaños y materiales: bloques, menhires, estelas-menhires de grauvaca, calcarenitas y conglomerados ferruginosos. A su lado había un grupo de cabañas, hogueras y estructuras votivas o rituales, que eran utilizadas en ceremonias y en prácticas relacionadas con la astronomía.
En base a los restos encontrados, se supone que debió tratarse de un santuario de gran importancia utilizado durante cientos de años hasta la Edad del Cobre, momento en el que fue transformado en dolmen empleando para ello los menhires y estelas-menhires del antiguo círculo.
Una de estas piedras reutilizadas es la losa 21 de la pared izquierda del dolmen, en la que aparece grabado un posible “ídolo dolménico oculado” del que se distingue la nariz, los dos ojos, el pecho y los brazos. El hecho de que esta representación esté colocada al revés, es una prueba de que la piedra sobre la que se halla fue extraída del círculo lítico y recolocada en posición invertida en el corredor del dolmen. Por lo tanto la figura que aparece en ella sería anterior a la construcción del dolmen y correspondería a la época neolítica.
El dolmen de Soto I (3000-2500 a.C)
El dolmen de Soto es una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental y la datación con carbono 14 estableció su antigüedad hacia finales del tercer milenio, en el período conocido como Eneolítico, Calcolítico o Edad del Cobre (3000- 2500 a.C).
Planta círculo piedras y estructuras neolíticas previas al dolmen de Soto (J.A Linares Catela)
El túmulo que recubre toda la estructura forma una colina circular de unos 3,5 m de altura y 70 m de diámetro, que sería visible desde varios kilómetros en la llanura que lo rodea. Fue construido mediante sucesivas capas de arcilla, rematado con cantos de río y delimitado por un anillo perimetral de bloques de piedras (calcarenitas, conglomerados ferruginosos, lajas de pizarra y grauvacas), hincados verticalmente y junto a las cuales se han hallado restos de platos de borde almendrado, cazuelas y cerámicas globulares.
Este anillo de piedras está rodeado por un deambulatorio pavimentado con cantos de cuarzo y cuarcita.
El sepulcro mide 21,5 m de largo y consta de 64 monolitos verticales, de los que 30 componen la pared derecha del corredor y 33 la izquierda. Algunos de ellos son estelas y menhires que formaban parte del círculo de piedras neolítico y que fueron reutilizados en la construcción del megalito.
La cabecera de la cámara la ocupa una gran losa de 3,41 m de altura, 3,10 m de ancho, un grosor de 0,72 m y un peso aproximado de 21,3 tm.
Casi todas las losas tienen zapata y han sido consolidadas con muros de contención de hasta dos metros de espesor, realizados con una masa dura de cantos y fragmentos de pizarra entremezclados con arcilla.
Maqueta del dolmen de Soto (Museo Arqueológico de Huelva)
Obermaier tan sólo encontró veinte losas de la cubierta del corredor y ninguna de la cámara ya que fueron utilizadas por los campesinos en sus construcciones, apreciándose en algunos trozos las huellas de los barrenos.
El acceso al interior del túmulo se realiza desde la puerta orientada al E y situada en el atrio externo abierto. Cuando Obermaier realizó su excavación, la entrada tenía una altura de 145 cm y una anchura de 93 cm.
Tras la puerta, un corredor con suelo de arcilla compactada nos conduce al interior. Al principio el piso es ligeramente descendente pero pronto se nivela, a la vez que la anchura y la altura del sepulcro van aumentando progresivamente.
La galería continúa y a 4 m de la entrada llegamos a la antecámara, a la que se accede pasando por una segunda puerta que en el momento de la excavación medía 1,74 m de alto, con anchura entre las dos jambas de 82 cm.
A 6 m de la entrada hay un pequeño pilar libre y a 14,5 m desde la puerta comienza la cámara, que cuando se excavó tenía una altura de 2,30 m y una anchura de 2,10 m.
El interior de la cámara se halla a 19 m de la entrada y su altura es de 3,41 m con una anchura de 3,10 m.
Para la construcción de este colosal megalito se extrajeron enormes bloques de piedra realizando perforaciones en las rocas con herramientas muy rudimentarias, mediante las cuales se trazaban unas líneas de agujeros en los que se introducían cuñas de madera que al dilatarse por efecto del agua desgarraban grandes lajas. Sabemos que los ortostatos y losas de la cubierta del dolmen de Soto proceden de varios lugares, algunos de ellos muy distantes. Las rocas calizas, pizarras y conglomerados fueron traídas desde Niebla (6 km); las rocas areniscas desde Lucena (10 km); hay dos bloques de rocas volcánicas del Andévalo (30 km); los granitos fueron extraídos a unos 40 km de distancia. El transporte de todos estos materiales se realizó mediante arrastre, utilizando rodillos sobre los que se colocaban las losas y empleando la técnica de elevación de planos inclinados de tierra prensada. Además, como ya dije anteriormente, también se reutilizaron algunos monolitos que formaban parte del antiguo círculo neolítico.
En el centro de la cámara y delante de la cabecera existía una “pileta” o “mesa” rectangular muy baja de 115 cm de largo, 75 cm de ancho y 15 cm de alto, realizada con dos capas superpuestas de guijarros blancos unidos con arcilla.
Localización de la pileta dentro de la cámara (Obermaier)
Cámara funeraria con la pileta al fondo (Obermaier)
Se supone que tenía un uso ritual y que sobre ella se depositaban materiales, objetos o huesos durante la realización de las ceremonias. La presencia de este pileta es un hecho infrecuente, ya que en la mayor parte de los casos aparecen en sepulcros de cúpula del O penínsular. Obermaier también encontró restos de pequeñas hogueras que según el arqueólogo hispano-alemán no estaban relacionadas con las sepulturas y que tampoco habían afectado a los huesos.
Como dije anteriormente, la puerta de acceso al interior del sepulcro está orientada al E, de modo que en los ortos solares de los equinocios de primavera y otoño, los rayos de luz entran y recorren el corredor para llegar hasta el fondo de la cámara. Por lo tanto este monumento aúna tanto las creencias rituales vinculadas a la muerte y la regeneración, como el conocimiento astronómico necesario para controlar los ciclos de la naturaleza en la actividad agrícola y ganadera.
Las sepulturas
Cuando Hugo Obermaier excavó el dolmen de Soto comprobó que conservaba intacto su interior, debido a que una argamasa de arcilla durísima llenaba el sepulcro hasta casi la altura del techo y había recubierto las sepulturas totalmente. Desconocemos cuándo y cómo fue rellenado el dolmen con arcilla, pero en todo caso impidió que el éste fuera saqueado, aunque dificultó mucho los trabajos de excavación.
La enorme presión producida por todo este volumen de arcilla destruyó todos los restos humanos y cerámicos, por lo que Obermaier no pudo extraer más que fragmentos de huesos, entre los que destaca la mitad de una mandíbula superior de un hombre de complexión fuerte y de unos cuarenta años de edad; un fragmento de mandíbula inferior de una mujer; quince fragmentos de bóvedas craneanas; una porción de fémur superior y dientes. La sepultura que estaba más dañada era la número uno, situada en la entrada junto a la losa 4 de la pared derecha, donde también se encontraron restos de cerámica romana y árabe, lo que hace pensar que fue saqueada.
Dentro del sepulcro, Obermaier localizó restos de ocho cuerpos todos ellos situados junto a ortostatos que presentaban signos grabados. Los cadáveres fueron colocados en posición agachada, atados y envueltos en cueros y tejidos, para posteriormente ser llevados al interior del dolmen. Allí se situaron “sentados” a cierta altura sobre el suelo y con la espalda apoyada en la pared del monolito, lo cual es frecuente en los enterramientos megalíticos ya que permite aprovechar todo el espacio. El ajuar funerario se colocó al lado de cada uno de los cuerpos, e incluso es posible que en parte dentro de la propia cobertura del cadáver. Junto a los cráneos aparecieron restos de cerámica.
En su excelente trabajo, Obermaier describe la disposición de las sepulturas y el ajuar encontrado en cada una de ellas.
Pared N o derecha:
Sepultura 1. Junto a la losa 4 en la que aparece un grabado escutiforme. El ajuar consistía en sílex tallados, cerámica y un hacha.
Sepultura 2. Junto a la losa 15 decorada con tres círculos. Se encontraron sílex tallados, cerámica y un hacha.
Sepulturas 3 y 4. Restos de un adulto y un niño de unos cinco años (tal vez madre e hijo) junto a la losa 24, decorada con varios grabados entre los que destacan dos figuras antropomórficas esquemáticas. La figura de mayor tamaño parece proteger bajo su brazo derecho a otra persona mucho más pequeña, por lo que pudiera tratarse de una representación de los dos difuntos. Además de otros objetos se encontró un puñal de pizarra y un pequeño brazalete cónico que por su tamaño debió pertenecer al niño.
Sepultura 5. Junto a losa 29, con diseño esquematizado. Restos de un cuenco fino, sílex tallado y varias hachas.
Cabecera:
Sepultura 6. Un cadáver al pie de la gran losa con dos signos antropomorfos.
Pared S o izquierda:
Sepultura 7. Junto losa 20, con inscripciones de tres puñales.
Sepultura 8. Losa 25, con dos puñales tallados.
Los hallazgos de Obermaier llevan a concluir que el dolmen de Soto fué realizado para albergar los cuerpos de personas que tenían relevancia social dentro de su comunidad y que probablemente estaban unidas por lazos de parentesco. De la presencia del cadáver de un niño y de la edad atribuida a los huesos encontrados, podemos deducir que la mortalidad infantil debió ser alta durante el Calcolítico. Probablemente la esperanza de vida estaría entre los veinte y los cuarenta años y muy pocos individuos superarían los sesenta años.
Los grabados
El hecho de que el dolmen de Soto se encontrara pintado y grabado por completo, lo convierte en uno de los monumentos más interesantes del megalitismo europeo.
Todos los ortostatos y losas de la cubierta estaban decorados con pinturas de color rojo y grabados realizados utilizando diversas técnicas, como el piqueteado, la incisión, la abrasión o el bajorrelieve.
Los motivos que aparecen en estos petroglifos son todos muy esquemáticos, como elementos geométricos, antropomorfos, idoliformes, cazoletas, hachas, puñales o líneas, símbolos todos ellos que guardan gran semejanza con los encontrados en otros megalitos de la Europa Atlántica. Además, todos los restos humanos hallados en el interior del dolmen estaban cerca de losas en las que había grabados símbolos, por lo que es razonable pensar en un simbolismo religioso relacionado con la muerte.
La presencia de varias representaciones de puñales triangulares de metal típicos de la Edad del Cobre, con empuñadura recta, vaina y a veces con regatones ovales, nos aporta una referencia a la hora de datar este tipo concreto de diseños.
No obstante, no existe consenso en lo que se refiere a si los grabados y pinturas eran contemporáneos a los monumentos megalíticos o si fueron realizados posteriormente. Incluso hay divergencia en si las pinturas y los grabados son contemporáneos, ya que las pinturas suelen representar temas naturalistas y los grabados más abstractos.
Cuevas de Ellora
Cuevas de Ellora
Vista de una gruta jaina.
Coordenadas: 20°01′35″N 75°10′45″E; India
N.° identificación: 243
Año de inscripción
Ellora o Ellorā es una localidad de la India, antiguamente conocida con el sobrenombre de Elapurā, se encuentra a 30 km de la ciudad de Aurangābād en el distrito homónimo, en el pradesh o estado federal de Maharashtra.También se conoce como Elapura en la literatura Rashtrakutakannada
Ellora es célebre por su arquitectura rupestre, con monasterios y templos budistas (grupo A: grutas 1 a 12 que datan del aproximadamente el año 500 a aproximadamente el 650), hinduistas (grupo B: grutas 13 a 29 establecidas entre los siglos VII y VIII) y jainas (grupo C: construidos entre los siglos VIII y XIII).
Estas estructuras han sido excavadas en un precipicio de los montes Charanandri, siendo su número total 34, de las cuales 12 son budistas, 17 hinduistas y 5 jainistas. La coexistencia de estas edificaciones demuestra cierto grado de tolerancia interreligiosa en la India hasta la llegada del Islam.
Las grutas budistas son las estructuras más antiguas y consisten principalmente en vihāras y monasterios, algunos de estos son verdaderos santuarios exornados por una imagen del Buda. En este conjunto la joya del lugar es el templo de Kailāsanātha (725–755), se trata de un edificio en forma de templo, completamente excavado en la roca.
Vista del templo de Kailāsanātha.
La costumbre dicta que los templos levantados por nuestros antepasados se construían piedra a piedra. Con todo tipo de materiales, uniones y técnicas. Por eso resulta tan sorprendente encontrarse y comprender el templo de Kailasa, el gran tesoro de las cuevas de Ellora. Su espectacularidad radica en que está formado por una sola roca, lo que la convierte en la escultura monolítica más grande del planeta. El templo Kailasa se esculpió empezando por la parte superior de una escarpadura hasta convertirse en la perla de las 34 cuevas de Ellora, el culmen de la arquitectura sobre roca de India.
El viaje de un joven oficial británico en 1810 dio a conocer al mundo uno de los monumentos más fascinantes de la India: las cuevas de Ellora
En el año 1983, Ellorā ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Uno de los templos de la cueva en Ellora
Ellora es un lugar arqueológico que se encuentra a unos 30 kilómetros de la ciudad de Aurangabad, y fue construido por los gobernantes Rashtrakutta. Este lugar es muy conocido por sus cuevas monumentales, las cuales son consideradas Patrimonio de la Humanidad.
De entre ellos destaca el ya mencionado templo de Kailasa, nombre que recibe la supuesta morada de Siva en el Himalaya. El rey Krishna I está detrás de la decisión de excavarlo en el año 760 a la mayor gloria del dios. Sus paredes ennegrecidas, siglos después, siguen representando escenas del Ramayana, la epopeya atribuida a Valmiki, o el Mahabharata.
En el templo de Kailasa, Templos y cuevas de Ellora.
A menos de 100 kilómetros de las cuevas de Ajanta, se trata de un conjunto de construcciones excavadas a lo largo de dos kilómetros en una escarpadura de basalto. Comprender lo que ocurrió entre los años 600 d.C. y 1000 d.C. conlleva visualizar a generaciones y generaciones de monjes excavando laboriosamente en esta pequeña pendiente bajo las órdenes de quien tenía en su cabeza un plano que le mostraba el templo que se encontraba dentro de esa montaña. Solo había que retirar lo que sobraba.
Budistas, hinduistas y jainíes excavaron sus monasterios y templos a lo largo de dos kilómetros que conforman las cuevas de Ellora.
Estas cuevas representan el punto álgido de la arquitectura en roca de la India. Las 34 cuevas de Ellora son en realidad estructuras excavadas en la cara vertical de los cerros Charanandri, y son monasterios y templos budistas, hinduistas y jainíes que se construyeron entre los siglos V y X.
Pequeña cascada sobre varios templo hinduistas, Templos y cuevas de Ellora
Las profusas esculturas que adornan las cuevas de Ellora hablan también de la fraternidad entre religiones en India, pues de las 34 excavaciones se sabe lo siguiente. Que 12 son de factura budista de entre los años 600 y 800 d.C.; que 17 tienen impreso el carácter hindú de sus constructores entre los siglos VII y X d.C.; y que tras los cinco restantes está el esfuerzo jainita de los últimos doscientos años del primer milenio. Todos construyendo a la vez sus templos y guaridas para venerar a sus dioses, mirándose de reojo a lo largo de siglos en una carrera de fondo que ha acabado por beneficiar a la vista del visitante.
Pinturas en Ellora
A diferencia de las cuevas de Ajanta, conocidas por la belleza de sus pinturas murales, los templos excavados en la roca de Ellora destacan por sus numerosas esculturas y relieves. Pero en algunos templos, como el Kailash, aún se conservan restos de frescos que recrean episodios mitológicos, como el que aquí se reproduce.
Un dios furioso
Uno de los templos hinduistas más interesantes de Ellora es la cueva número 29, llamada Dumar Lena, datada en el siglo VIII y decorada con relieves escultóricos que recrean episodios de la vida de Shiva, como éste, en que el malvado demonio Ravana es castigado por un enfadado dios.
En las laderas de los montes Charanandri, en la región del Decán (actual estado indio de Maharashtra), y a lo largo de una línea continua de dos kilómetros, se excavaron entre los siglos VII y XI una serie de monasterios y templos pertenecientes a tres de las grandes religiones del subcontinente: hinduismo, budismo y jainismo. A diferencia de otros lugares de la India, como las vecinas cuevas de Ajanta, Ellora nunca dejó de ser visitada. Recién estrenado el siglo XVIII, el médico y viajero veneciano Niccolao Manucci, al servicio de la corte mogola, había llegado hasta allí y se había sorprendido de la calidad artística de sus esculturas y pinturas. Incluso cronistas mogoles como Muhammad Kazim admiraron la habilidad y sofisticación de los artistas que excavaron Ellora.
Un viaje peligroso
A principios del siglo XIX, John B. Seely, un oficial británico acantonado en Bombay, oyó hablar de las cuevas de Ellora, con sus magníficas esculturas y pinturas, y decidió visitarlas. Seely era un joven inquieto, curioso y apasionado por aquella India tan distinta a su Inglaterra natal. Sus superiores en Bombay intentaron disuadirle y le advirtieron de los peligros que corría, pero no lograron frenar su entusiasmo ante la que consideraba la aventura de su vida.
El 10 de septiembre de 1810, Seely emprendió un viaje que le llevaría 500 kilómetros al norte de Bombay, a través de tierras dominadas por bandidos, selvas infestadas de mosquitos, altos pasos de montaña y ríos infranqueables, bajo unas temperaturas de más de 40 grados y el acoso constante de nativos hostiles. Le acompañaba una extensa comitiva: bueyes para transportar su tienda, porteadores que llevaban su cama de campaña y su escritorio, varios sirvientes y una escolta armada de seis cipayos y un cabo. Tras varios días de agotador viaje llegaron a Poona, la cosmopolita capital de la confederación mahratta, un reino indio independiente. En Seroor, Seely cambió la guardia y compró nuevos bueyes y un camello, pero en Toka sufrió unas fiebres y tuvo que descansar varios días. Parcialmente recuperado, Seely atravesó la jungla, y por fin, a lo lejos, observó la aguja de un templo. Estaba en Grishneshwar, un pueblecito cercano a Ellora.
Seely se dirigió rápidamente a Ellora, que se hallaba a un kilómetro y medio. Cuando por fin alcanzó su objetivo, quedó extasiado ante lo que vio: «Es totalmente imposible describir los sentimientos de admiración y asombro suscitados en mi mente al advertir por primera vez aquellas maravillosas excavaciones […] ver los magníficos edificios entre los que la gente hormiguea».
Hay 34 templos en Ellora: 17 hinduistas, 12 budistas y 5 jainistas. La mayoría son cuevas abiertas en la montaña, y sólo dos son templos aislados, también excavados en la roca pero separados gradualmente hasta quedar prácticamente exentos. Uno de ellos es el templo hinduista más grande y extraordinario de la India: el Kailashanta o Kailash, que significa «montaña sagrada», la residencia de Shiva, dios de la creación y de la destrucción. El colosal templo fue construido por el rey Krishna I en el siglo VIII en un solo bloque monolítico, y se excavó desde la cima de la montaña hacia abajo. De 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de intrincados relieves escultóricos. Seely hizo montar su tienda frente al Kailash, que fue el primer templo que exploró, y pasó el día siguiente escalando las galerías y penetrando en los templos más pequeños, donde registró y dibujó todo lo que veía. En una de sus incursiones, Seely descubrió el Lankeswar, una enorme capilla excavada en la roca y mayor que todo el conjunto del propio Kailash, con 27 columnas pétreas macizas que sostenían el techo.
Un lugar impactante
La profusión y belleza de tallas, relieves y esculturas de budas gigantescos en el interior de los templos budistas impresionaron al joven oficial. En el Teen Tal, un templo de tres pisos, encontró una hilera de siete budas en posición de enseñar y que aún mantenían parte de su policromía original. Seely tuvo que cruzar un kilómetro y medio de terreno escarpado para visitar los templos jainistas. En el de Indra Sabha contempló una enorme estatua sedente de Mahavira, el 24 y último tirthankara (ser que ha alcanzado la trascendencia) del jainismo.
Pero el esfuerzo de explorar todos y cada uno de los rincones de Ellora, llenos de polvo y alimañas, empezó a pasar factura a Seely, que decidió abandonar el lugar. Nunca regresó. A pesar de no ser un erudito, Seely realizó una descripción minuciosa y precisa de todo lo que vio en su libro Maravillas de Ellora, publicado en Londres en 1824, pocos años después de que el italiano Giovanni Belzoni diera a conocer al mundo los templos de Abu Simbel. En su libro, Seely habla con pasión de aquel lugar que le marcó tan profundamente: «En mi humilde opinión no existen monumentos de la Antigüedad comparables a las cuevas de Ellora […] Lector, ¿no es una completa maravilla? ¿O es de menor categoría que los lugares mencionados por Belzoni?».
Ellora era un centro comercial histórico importante de la región de Deccan, situada en una ruta comercial antigua del sur de Asia. Las cuevas de Ellora sirvieron como monasterios para monjes, templos para oraciones y un lugar para descansar de los peregrinos, pero ahora es un sitio arqueológico donde contemplar esta maravilla de la arquitectura india. Las cuevas de Ellora, junto con las cercanas cuevas de Ajanta, forman una de las principales atracciones turísticas de la región de Maharashtra.
Entrada a las cuevas de Ellora
LAS CUEVAS BUDISTAS
Cuevas budistas (1-13). Datan del siglo V al VII.
En un principio se pensó que las cuevas budistas fueron las primeras estructuras creadas entre los siglos V y VIII, pero ahora está claro para los estudiosos modernos que algunas cuevas hindúes preceden a estas cuevas. Como primera cueva budista podemos citar la número 6, y como últimas las número 11 y 12. Todas las cuevas budistas fueron construidas entre los años 630 y 700.
Estas estructuras son mayoritariamente viharas o monasterios de varios pisos. Son grandes edificios tallados en la cara de la montaña donde se incluyen viviendas, dormitorios, cocinas y otras habitaciones. En algunas de estas cuevas hay esculturas de Buda, de Bodhisattvas y otras divinidades. Y en otras cuevas, los escultores se han esforzado por dar a la piedra el aspecto de la madera.
La cueva más conocida de todas es la número 10, conocida como el Salón Chaitya o Cueva de Vishvakarma, popularmente bautizada con el nombre de la Cueva del Carpintero. La cueva del Carpintero es famosa por la estructura del techo, en que se reproduce, tallando en la roca, una estructura de madera, aunque también destaca la gran stupa que contiene en su interior. Más allá de su entrada de varios pisos está la gran sala conocida como chaitya, cuyo techo se ha tallado para dar la impresión de ser vigas de madera. En el corazón de esta cueva hay una estatua de Buda sentado en pose de predicación. Entre las cuevas budistas, las primeras nueve son monasterios.
Cueva 1
La cueva 1 es un vihara con ocho celdas, cuatro en la pared superior, y las cuatro de la pared de la derecha. Tenía un pórtico y es posible que la cueva sirviera como granero de otros viharas.
El Vishvakarma
El Vishvakarma (Cueva 10) es la única chaitya griha entre el grupo de cuevas budistas de Ellora. Localmente se la conoce como la cueva del carpintero. Esta cueva sigue las mismas pautas de construcción que las cuevas 19 y 26 de Ajanta. Por razones estilísticas, la fecha de construcción de esta cueva se calcula sobre el año 700. Hubo un tiempo en que el chaitya tenía una pantalla muro alta, la cual se encuentra en ruinas en la actualidad. Enfrente de la cueva hay un corte de roca, a la cual se entra a través de unas escaleras. A ambos lados hay columnas con cámaras en sus paredes traseras. Probablemente estaban destinadas a ser capillas subsidiarias, pero no fueron completadas. La sala principal es absidal en planta y está dividida en una nave central y otras laterales divididas por 28 columnas octogonales con soportes capitales planos. Al final del ábside de la sala chaitya hay enfrente una estupa tallada de un colosal buda sentado de 3,30 metros, y se encuentra en una postura de enseñanza (vyakhyana mudra). También hay un árbol tallado en la parte posterior. La sala tiene un techo abovedado con una especie de costillas que se han tallado en la roca imitando a los de madera.
CUEVAS HINDUES
Cuevas hinduistas (14-29). Datan de mediados del siglo VI al VIII.
Dentro de las cuevas hinduistas destaca la cueva 16, o Templo de Kailasha, centro de todo el conjunto excavado de Ellora y que simula un templo de varias plantas levantado in situ, sin embargo fue excavado de una sola pieza. Perteneciente al Grupo brahamánico, reproduce un monte sagrado que simboliza el hogar de Shiva en el Himalaya, con una delicadeza en sus detalles, con escenas de la vida hindú y su mitología esculpidas en la propia roca.
Las cuevas hindúes se construyeron entre mediados del siglo VI hasta finales del siglo VIII. La primeras cuevas (cuevas 17 y 19) fueron construidas durante el periodo Kalachuri. La primera obra se inició en las cuevas 28, 27 y 19. Estas cuevas fueron seguidas por las dos cuevas más impresionantes construidas en la primera fase, las cuevas 29 y 21. Junto con estas dos, también se trabajaba en las cuevas 20 y 26, y un poco más tarde, en las cuevas 17, 19 y 28. Las cuevas 14, 15 y 16 fueron construidas durante el periodo Rashtrakuta. El trabajo se inició en las cuevas 14 y 15, culminando en la número 16. Todas estas estructuras representan un estilo diferente de visión creativa y capacidad de ejecución. Algunos trabajos eran de tal complejidad que se requerían de varias generaciones para planificarlos y coordinarlos.
El Kailasahatha (Templo Kailash)
La cueva 16, también conocida como Kailasa o Kailasanatha, es la pieza central incomparable de Ellora. Fue diseñada para rememorar el monte Kailash, la morada del señor Shiva, y aunque parece un edificio independiente, un templo con varios pisos, lo cierto es que fue tallado en una sola roca, y cubre un área del doble de tamaño que el Partenón de Atenas. En un principio este templo fue cubierto con yeso blanco, por lo cual conseguían mayor similitud con el monte Kailash, el cual se encuentra la mayoría del tiempo cubierto con nieve.
Todas las tallas están realizadas en más de un nivel. La puerta que une los dos pisos se asemeja al gopuram del sur de la India, el cual se abre y muestra un patio en forma de U. El patio se encuentra rodeado de galerías con columnas de tres pisos de altura. Estas galerías son interrumpidas por enormes paneles esculpidos, y nichos que contienen esculturas enormes de varias deidades.
Templo de Kailasa visto desde arriba, Templos y cuevas de Ellora.
Originariamente estas galerías estaban conectadas por puentes de piedra a las estructuras del templo central.
Dentro del patio hay tres estructuras. Como es tradicional en los templos de Shiva, en primer lugar y enfrente del templo central hay una imagen del toro sagrado llamado Nandi. El templo central – Nandi Mandap – acoge al lingam (la representación del dios). El Nandi Mandap se encuentra sobre 16 pilares y tiene una altura de 29,30 metros. La base de este patio central ha sido tallado a un tamaño que sugiere que elefantes de tamaño real sostienen la estructura en alto. Un puente de piedra conecta el patio Nandi Mandap con el templo de Shiva que hay detrás. El templo en sí es piramidal y recuerda a las estructuras de los templos del sur de la India. El santuario (completado con pilares, ventanas, habitaciones interiores y exteriores, salas de reuniones y un enorme lingam en su parte central) está tallado en piedra viva con nichos, pilastras, ventanas, así como con imágenes de deidades, mithuras (figuras eróticas de hombres y mujeres) y otras diferentes figuras. La mayoría de las deidades que hay en la parte izquierda de la entrada son de Shaivaite (seguidores de Shiva), mientras que en la parte derecha hay deidades Vaishnavaites (seguidores de Vishnu). En el patio, además, hay dos pilares con el asta de la bandera, dos Dhvajastambhas. La gran escultura de Ravana intenta levantar el monte Kailasa, la morada del dios Shiva, siendo esto un hito en el arte indio. La construcción de esta cueva fue una proeza del genio humano, e implicó la eliminación de 200.000 toneladas de roca y 100 años para poder completarse.
El templo es un logro espléndido del arte Dravidiano. Este proyecto fue iniciado en Ellora por Krishna I (757-773) de la dinastía Rashtrakuta, quien gobernó desde Manyakheta en el actual estado de Karnataka. Su gobierno se extendió también por el sur de la India, así pues este templo fue excavado al estilo predominante en la época. Sus constructores fueron inspirados en las líneas del templo Virupaksha en Pattadakal.
La morada de Shiva
Vista del Kailash, en Ellora, uno de los mayores santuarios hinduistas de la India y uno de los dos únicos edificios exentos del emplazamiento.
El Dashavatara
El Dashavatara, o cueva 15 de Ellora, fue iniciada como monasterio budista. Este templo tiene un patio abierto con una mandapa monolítica en la mitad, y un templo de dos pisos en la parte trasera. El diseño de este templo está estrechamente relacionado con las cuevas 11 y 12. Los grandes paneles escultóricos que hay entre las columnas de la pared, en el piso superior, ilustran una amplia gama de temas, las cuales incluyen a los diez avatares de Vishnu. Según el Coomaraswamy, lo más significativo de esta cueva es una representación de la muerte de Hiranyakashipu, donde Vishnu con forma de hombre-león, emerge de un pilar para poner su fatal mano sobre el hombro de Hiranyakashipu.
Otras cuevas hindúes
Entre otras cuevas hindúes destacables podemos citar la Rameshwara, o cueva 21, donde se ven en la entrada figuras de las diosas de los ríos Ganges y Yamuna, y la Dhumar Lena, o cueva 29, cuyos diseños son similares a los de las cuevas templo de la isla Elephanta, cerca de Mumbai.
Otras dos cuevas, la Ravan ki Khai (cueva 14) y la Nilkantha (cueva 22) también tienen ciertas esculturas. El resto de las cuevas hindúes, las cuales incluyen la Kumbharvada (cueva 25) y la Gopilena (cueva 27) no tienen esculturas importantes.
CUEVAS JAINIES
Cuevas jainistas (30-34). Datan del siglo XI y X.
Las cuevas Jainistas pertenecen a los últimos años de excavación en Ellora. Se caracterizan por su decoración ascética, con dimensiones regidas por la filosofía y tradición jainistas. Las más destacables son las cuevas de Chhota Kailash (cueva 30), Indra Sabha (cueva 32) y Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 perteneciente a este conjunto se encuentra inacabada.
Las cinco cuevas jainíes de Ellora son de los siglos IX y X, y todas ellas pertenecen a la secta de los Digambara. Estas cuevas revelan las dimensiones específicas de la filosofía y tradición jain. Estos lugares revelan un estricto sentido de ascetismo – no son grandes en comparación con las otras cuevas, pero presentan obras de arte excepcionalmente detalladas. Sus santuarios más notables son el Chhota Kailash (cueva 30), el Indra Sabha (cueva 32) y el Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 tiene una sala de cuatro pilares sin acabar y un santuario. La cueva 34 es una pequeña cueva a la cual se puede acceder desde una abertura en la parte izquierda de la cueva 33.
El Indra Sabha (cueva 32)
La cueva 32 es una cueva de dos pisos con un santuario monolítico es su patio. Esta cueva tiene un fino grabado de la flor de loto en el techo, y es conocida como Indra Sabha probablemente por su ornamentación y también por la escultura de Yaksha Matanga sobre un elefante, el cual ha sido identificado erróneamente como Indra. En el nivel superior de este santuario de dos pisos, en la parte trasera del patio, hay una imagen imponente de Ambika, el Yakshi de Neminatha que se encuentra sentado sobre su león y debajo de un árbol de mango cargado de frutos.
Otras cuevas jainíes
Las otras cuevas jainíes también se caracterizan por sus intrincados detalles. En muchas de las estructuras había ricas pinturas en los techos, fragmentos de los cuales todavía son visibles.
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