Archivo diario: 28 noviembre, 2019
Gran Adriá
Gran Adria
Un continente perdido quedó preservado en montañas del Mediterráneo
MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) –
Un trozo de corteza continental del tamaño de Groenlandia, que una vez se separó del norte de África, se hundió en el manto de la tierra bajo el sur de Europa. Restos del continente perdido del Gran Adria han sido identificados por geólogos de varios países al investigar todas las cadenas montañosas desde España hasta Irán en detalle durante diez años. Los resultados de la investigación se publican en la prestigiosa revista Gondwana Research.
Derechos de autor de la imagen Gentileza Douwe van Hinsbergen Image caption El continente de Gran Adria chocó contra el sur de Europa hace entre 100 y 120 millones de años.
Hay restos de este continente perdido en más de 30 países. Pero solo ahora un grupo de geólogos logró reconstruir su historia.
“La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años”, dice en un comunicado el investigador principal Douwe van Hinsbergen, profesor de Tectónica Global y Paleogeografía en la Universidad de Utrecht. “La única parte restante de este continente es una franja que va desde Turín a través del mar Adriático hasta el talón de la bota que forma Italia”. Los geólogos se refieren a esa área como “Adria”. Van Hinsbergen ha llamado al continente perdido “Gran Adria”.
La masa terrestre ya había sido detectada por ondas sísmicas en el pasado, pero el estudio de sus restos y la reconstrucción de su historia no tiene precedentes.
Los únicos restos visibles del continente son piedras calizas y otras rocas en cadenas montañosas
Pero la mayor parte del continente se encuentra sepultada bajo el sur de Europa.
La mayor parte de este continente estaba situado bajo el agua y formaba mares tropicales poco profundos en los que se depositaban sedimentos, por ejemplo en grandes arrecifes de coral. Las rocas sedimentarias, en particular, fueron raspadas cuando el resto del continente se subdujo al manto. Estas raspaduras son ahora los cinturones de montaña de los Apeninos, partes de los Alpes, los Balcanes, Grecia y Turquía.
La región mediterránea está geológicamente entre las regiones más complejas de la Tierra. La tectónica de placas, la teoría que explica la formación de continentes y océanos, supone que las diversas placas de la Tierra no se deforman internamente cuando se mueven unas con respecto a otras a lo largo de grandes zonas de falla. Sin embargo, en la región mediterránea, y especialmente en Turquía, ese no es el caso.
“Es simplemente un desastre geológico: todo está curvado, roto y apilado. Comparado con esto, el Himalaya, por ejemplo, representa un sistema bastante simple. Allí puede seguir varias líneas de falla grandes en una distancia de más de 2.000 kilómetros”, explica el autor del estudio.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-49649848
Colisión con Europa
Gran Adria tiene una historia violenta y complicada, según Van Hinsbergen.
El continente se convirtió en una masa separada cuando se desprendió del supercontinente Gondwana, que comprendía lo que es actualmente América del Sur, África, Australia, Antártica, el subcontinente indio y la Península Arábiga.
Derechos de autor de la imagen Gentileza Douwe van Hinsbergen Image caption Estas rocas de piedra caliza en las montañas Taurus en Turquía son restos visibles de Gran Adria.
Luego de esa fractura, que tuvo lugar hace cerca de 240 millones de años, el continente de un tamaño similar a Groenlandia comenzó a desplazarse hacia el norte.
Hace unos 140 millones de años el continente estaba sumergido en gran parte bajo un mar tropical, donde los sedimentos acumulados se transformaron en roca.
Y hace entre 100 y 120 millones de años esta gran masa chocó con lo que es actualmente Europa y su corteza se hizo añicos.
Gran parte de Gran Adria acabó deslizándose debajo de Europa, pero algunas rocas del continente perdido, que fueron “raspadas” en la colisión, fueron esparcidas en la superficie terrestre.
Derechos de autor de la imagen Science Photo Library Image caption Hace 258 millones de años, el supercontinente llamado Pangea no se había dividido aún entre Laurasia, al norte, y Gondwana al sur.
Si bien la colisión tuvo lugar a velocidades no mayores de 3 o 4 centímetros por año, esa presión fue suficiente para destrozar la corteza de 100 km de profundidad y enviar el resto del continente a grandes profundidades en el manto terrestre.
Los científicos señalan que partes de Gran Adria se encuentran a unos 1.500 km de profundidad.
Más de 200 millones de años después, la historia de Gran Adria ha sido reconstruida paso a paso por los geólogos de universidades de Utrecht y de Oslo, y del Instituto de Geofísica ETH, en Zúrich (Suiza).
“Todo está curvado, fracturado y apilado”
Los investigadores estudiaron la edad de las rocas y constataron la dirección de campos magnéticos atrapados en ellas.
Una de las mayores dificultades para estudiar el continente perdido es que las rocas están tan dispersas.
Y solo en la última década los científicos han contado con el software necesario para una reconstrucción geológica tan compleja, según explicó Van Hinsbergen.
“La región del Mediterráneo es simplemente un desorden desde el punto de vista geológico”, afirmó el investigador.
“Todo está curvado, fracturado y apilado”.
El hundimiento de este microcontinente, y los consiguientes movimientos tectónicos de la evolución de la Tierra, dieron posteriormente lugar a la aparición de diversos mares-océanos, como el Océano Paratetis (34 a M.años), el Mar de Panonia (10 M.años), y al final el Mediterráneo, que después de diversas vicisitudes llegó a su estado actual.
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