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Ruta de California

Ruta de California

Ruta principal de la California Trail (línea roja gruesa), incluyendo las variantes Applegate-Lassen y Beckwourth (líneas rojas finas). En verde, la ruta de Oregón.

Señalizador de la autopista de la California Trail

La ruta de California (en inglés: California Trail)? fue una de las principales vías de migración hacia el Oeste de los Estados Unidos a mediados del siglo XIX, que partía desde el estado de Misuri e iba hasta California. Fue utilizada por más de 250.000 colonos y luego buscadores de oro, para llegar a fundar granjas y a los campos de oro de California, desde principios de los años 1840 hasta la construcción de las vías del ferrocarril, a finales de 1860.

La ruta original tenía muchos ramales y recorría más de ocho mil kilómetros. Unos 1600 km del trazado de la ruta por la Gran Cuenca aún se conservan y han sido declarados como «Ruta Histórica Nacional de California» (California National Historical Trail), como evidencia histórica de la gran migración en masa hacia el Oeste, y son gestionados por el Servicio de Parques Nacionales (National Park Service).

Descripción

El recorrido de la ruta dependía tanto del punto de partida del viaje como del destino final en California, y también del tipo de vehículos y las cabezas de ganado que llevasen los emigrantes. La rama principal de la ruta que atraviesa las Grandes Llanuras era idéntica en la parte inicial a la ruta de Oregón y a la ruta Mormón, remontando el río Misuri y cruzando a través del actual estado de Nebraska siguiendo el río Platte y después del río Platte Norte hasta llegar al actual Wyoming. El camino seguía en Wyoming por el río Sweetwater, hasta cruzar la divisoria continental de América en el paso Sur (South Pass), donde la ruta se separaba de la ruta Mormón. Desde el paso Sur continuaba en dirección noroeste a lo largo del río Snake hasta llegar a Fort Hall, en el entonces territorio de Oregón (cerca de la actual Pocatello, sureste de Idaho), un fuerte de madera construido en 1834 por Nathaniel Jarvis Wyeth (1802–1856), un explorador e inventor norteamericano, como una aventura comercial, después de haber fracasado en la misión de establecer puestos comerciales de pieles, colonias y factorías del salmón en la región del río Columbia. El fuerte fue vendido en 1837 a la Compañía de la Bahía de Hudson.

Chimney Rock, Nebraska

 

 

Scotts Bluff, Nebraska

 

 

 

South Pass, en el oeste de Wyoming

 

 

Trail Ruts, Wyoming

Al oeste de Fort Hall, remontaban el río Snake hasta la confluencia con el río Raft, donde la ruta de California se separaba de la ruta de Oregón. La ruta de California seguía el río Raft en dirección suroeste, bordeando por el este las montañas Red Rock, hasta algo al oeste del actual Almo (Idaho). A continuación, viraba hacia el Oeste, remontando el río del cañón del Emigrante (Emigrant Canyon), entrando en la región de City of Rocks (actualmente, City of Rocks National Reserve). Pasaba a la otra vertiente y descendía un corto tramo por el arroyo Trail y luego el arroyo Junction, hasta llegar al arroyo Granite, que remontaba hacia el Oeste hasta llegar al Granite Pass. Descendía al otro lado hasta llegar al arroyo Goose, que seguía en dirección Suroeste, aguas abajo, a lo largo del arroyo Goose, hasta la confluencia con el arroyo Little Goose. Remontaban el Little Goose y cambiaban de vertiente, hacia el suroeste, descendiendo por el arroyo Rock Spring.

Pasaba a través del valle Thousand Springs, y después a lo largo del arroyo West Brush hasta el arroyo Willow, y luego a la cabecera del río Humboldt, en el noreste del actual estado de Nevada. La ruta seguía la orilla norte del Humboldt a través de Nevada, pasando por el estrecho cañón Carlin, que en los períodos de aguas altas era casi intransitable. Al oeste del cañón Carlin la ruta subía a través del paso del Emigrante (Emigrant Pass), descendiendo a través del cañón del Emigrante (Emigrant Canyon) para reunirse nuevamente al río Humboldt cerca de Gravelly Ford. Aquí, en Gravelly, la ruta se dividía en dos ramas, siguiendo cada una la orilla norte y la orilla sur del río. Ambas ramas se volvían a unir en Humboldt Bar.

La ruta seguía remontando el río Humboldt hasta su cabecera en Humboldt Sink, un lago estacional donde desaparecía. Aquí de nuevo divergía la ruta, siguiendo cada una el valle de un río: una, el río Truckee (de las Truchas) y otra el río Carson. La Truckee River Route que llegaba desde el oeste a través del desierto de las Cuarenta Millas (Forty Mile Desert) y alcanzaba el río Truckee en la actual Wadsworth (Nevada). Este camino remontaba aguas arriba el río Truckee hasta el lago Donner, cruzando la Sierra a través del Donner Pass (2.160 m). A continuación, venía una de las etapas más peligrosas para los carros, la brecha del Emigrante (Emigrant Gap), una vertiente con una zona casi de acantilados que debía de ser descendida con cuerdas. En el lugar hay colocada una placa en memoria de esta hazaña:

La primavera de 1845 vio los primeros carromatos cubiertos superar la Sierra Nevada. Dejaron este valle, ascendieron a la cresta, y voltearon hacia el Oeste a la antigua Brecha del Emigrante. Los carromatos se descendieron con cuerdas al piso del valle Bear. Cientos siguieron, antes, durante y después de la fiebre del oro. Esta era una parte peligrosa de la ruta terrestre

 de los emigrantes

 

Río Humboldt, en Nevada

West Fork del río Carson, al este de Hope Valley en el condado de Alpine (California)

 

 

 

 

 

Donner Pass, Californi

 

 

Vista desde el NPS de North Fork Trailhead en la City of Rocks National Reserve, en Idaho

La ruta de Carson (Carson Trail), también conocida como la ruta del río Carson (Carson River Route) seguía al sur a través del desierto de las Cuarenta Millas, bordeando el extremo occidental de la Carson Sink y alcanzaba el río Carson cerca de la actual Fallon (Nevada). El camino seguía aguas arriba el río Carson y cruzaba la cresta de la Sierra a través del Carson Pass. Ambos senderos terminaban en Sutter’s Fort, que se encontraba donde está hoy Sacramento, California.

La ruta Beckwourth (Beckwourth Trail) (también conocida como el atajo Beckwourth, Beckwourth Cutoff) dejaba la ruta del río Truckee en Truckee Meadows (actualmente, Sparks, Nevada), siguiendo al norte hasta Beckwourth Pass y, a continuación, hacia el oeste, a través de los actuales condados californianos de Plumas, Butte y Yuba, en el gran Valle Central, terminando en Marysville, California.

El atajo Applegate-Lassen (Applegate-Lassen Cutoff) dejaba la ruta de California cerca del actual embalse de Rye Patch, y pasaba por el desierto Black Rock y el cañón High Rock hasta el lago Goose. Aquí la ruta se dividía, con el atajo Lassen siguiendo al sur en el Valle de Sacramento a lo largo del río Pit; la ruta Applegate (Applegate Trail) seguía al Oeste, por el sureste de Oregon, a lo largo del río Lost y finalmente hasta el valle Willamette, en Oregon, siguiendo la pista de la ruta Siskiyou (Siskiyou Trail) desde el centro-sur de Oregon hasta Portland, Oregon.

Historia

John Bidwell.

Primeras exploraciones

La zona de la Gran Cuenca por la que discurría la ruta había sido solo en parte explorada durante los días del imperio español y mexicano. En 1828-1829, Peter Skene Ogden, dirigiendo varias expediciones de la Compañía de la Bahía de Hudson, exploró gran parte del valle del río Humboldt. En 1834, Benjamin Bonneville, un oficial del Ejército de los Estados Unidos licenciado para llevar a cabo una expedición al Oeste financiada por John Jacob Astor, envió a Reddeford Joseph Walker hacia el Oeste desde el río Green, (hoy en día en Wyoming) con la misión de encontrar una ruta a California. Dos eran los grandes obstáculos que la ruta debía de salvar: el desierto del Gran Lago Salado y cruzar las montañas de Sierra Nevada. Walker confirmó que el río Humboldt constituía una arteria natural para atravesar la Gran Cuenca.

La caravana Bidwell–Bartleson (1841)

A lo largo de la década de 1840, la ruta comenzó a ser utilizada esporádicamente por los primeros colonos. El primer grupo que utilizó la ruta fue encabezado por John Bidwell (1819–1900), que partió en 1841 con el primer grupo organizado, la Bidwell-Bartleson Party, con el fin de llegar al norte de California a través del río Humboldt. Siguieron la ruta de Oregón hasta Soda Springs (Idaho), donde emprendieron rumbo Sur a lo largo del río Bear luego hacia el Oeste, al norte del Gran Lago Salado, en busca de un camino hacia el río Humboldt. Cerca del pico Beyond Pilot tuvieron que abandonar las carretas, aunque alcanzaron el Humboldt al oeste de la actual Elko, en la que más tarde sería el ramal conocido como Atajo Hastings. Siguieron a lo largo del río hasta su sink, cruzaron el desierto al sur, alcanzaron el río Walker, que remontaron ascendiendo la Sierra en la misma región en que lo hizo en 1828 Jedediah Smith. Cruzaron cerca del actual paso de Sonora y descendieron hasta el valle de San Joaquín, y más tarde fundaron Chico, en el valle de Sacramento.

A pesar de fracasar en su intento de alcanzar con los carros California, el grupo Bidwell–Bartleson consiguió viajar con el ganado a lo largo del río de Humboldt, que se convertiría en la principal arteria hacia California en los años siguientes. Recorrieron unos 3700 km en una única temporada (verano e invierno), viajando unos 25-30 km cada día durante unos cinco meses. Cuando estalló la fiebre del oro en 1849, ya se habían formado caminos para carretas a lo largo de ambas orillas del río Humboldt, desde Gravelly Ford a Humboldt Sink.

Dos años más tarde, en 1843, Joseph Chiles siguió la misma ruta.

La caravana Stephens–Townsend–Murphy (1843)

En 1844, Caleb Greenwood (ca. 1763–ca. 1850) ya con ochenta años y mucha experiencia en la región, con cincuenta personas, el grupo de Stephens–Townsend–Murphy, dirigió la primera caravana que consiguió cruzar Sierra Nevada con unos cuarenta carros. Mientras conducía el grupo por la ruta de la Emigración en Wyoming, Greenwood sugirió que en lugar de seguir el camino al sur, hasta Fort Bridger, la caravana abandonara el camino principal cerca del río Little Sandy y se encaminara al Oeste a través de Wyoming cruzando el desierto para reunirse con la ruta principal en el valle del río Oso. La nueva ruta atajaba 85 millas y reducía en 7 días el viaje, pero era arriesgada ya que unas 45 millas discurrían por una zona sin agua. El grupo cruzó la Sierra cerca del paso Donner. De los cincuenta que partieron, 52 llegaron a California, ya que en el viaje hubo dos nacimientos. A su llegada a California, el grupo se asentó en San José/Cupertino, donde el arroyo Stevens lleva su nombre.

El camino, que evitaba tener que pasar por el cañón del río Truckee (Truckee River Canyon), adquirió popularidad después de que se detallara en un popular libro publicado por Joseph Ware en 1849. Ware erróneamente llamó a la ruta el atajo Sublette, según Salomón Sublette, que le había descrito a él el camino. La ruta alcanzó su cima de popularidad durante la fiebre del oro de California, cuando la necesidad de llegar antes compensaba los riesgos. Los historiadores se refieren ahora a la ruta como el atajo Sublette–Greenwood, en honor de Greenwood.2

La caravanas Hastings (1846)

El Atajo Hastings (en rojo), al sur del Gran Lago Salado.

El paso Donner (1870).

En 1845, John C. Frémont (1813–1890) y Lansford Hastings (c. 1819–1870) guiaron grupos que totalizaban varios cientos de colonos a lo largo del camino de California. Al año siguiente Hastings persuadió a una parte de los emigrantes a seguir su «acceso directo», que corría al sur de la ruta principal. Hastings había escrito una obra, The Emigrants’ Guide to Oregon and California, para inducir a los norteamericanos a ir a California con la esperanza de que pudiesen hacer una revolución sin sangre, al ser numéricamente superiores a los mexicanos. Describió en términos exaltados California y dio consejos prácticos para los viajeros por tierra. Contrariamente a la creencia popular, en su libro no promovió el atajo que ahora lleva su nombre, ya que se limitó a describir en una sola frase una posible ruta:

El camino más directo sería dejar la ruta de Oregón, unas doscientas millas al este de Fort Hall; desde allí orientarse oeste-suroeste, a Salt Lake, y desde allí continuar hasta la bahía de San Francisco.

Sin embargo, Hastings publicó este consejo antes de haber viajado él mismo por esa ruta, y no era consciente de las dificultades que había que afrontar para cruzar la cordillera Wasatch y las salinas del oeste de Utah.

Publicado en Cincinnati en la primavera de 1845, la guía de Hastings influyó en la emigración a California, aunque no en la medida en que había esperado. En agosto de ese año, Hastings y un pequeño grupo partieron hacia California, llegando a Sutter’s Fort en el Día de Navidad. Después de pasar el invierno allí, Hastings salió del fuerte el 11 de abril de 1846, en dirección este con otro pequeño grupo. Él y dos compañeros se detuvieron en el río Sweetwater, donde esperaron a que llegase la emigración del año. Un viajero procedente del este se encontraba con una carta abierta de Hastings a los emigrantes, que les invitaba a reunirse con él en Fort Bridger. Desde allí, Hastings dijo que les llevaría a una nueva ruta que reduciría considerablemente el tiempo y la distancia. De sesenta a setenta y cinco carros viajaron con Hastings por este atajo y llegaron a salvo a California. El grupo Donner, que venia después de él, perdió más de tres semanas en el supuesto atajo al atravesar los montes Wasatch. Llegaron tarde a Sierra Nevada y quedaron atrapados por la nieve. De los 89 pioneros que partieron, solamente 48 sobrevivieron, tras haber enviado un grupo en busca de ayuda que debió de recurrir al canibalismo.

La fiebre del oro

El goteo de emigrantes se convertiría en una avalancha tras el descubrimiento de oro en California en 1848, el mismo año en que los EE.UU. “adquirieron” el Suroeste en el Tratado de Guadalupe Hidalgo. En los meses que siguieron al anuncio público del descubrimiento por el Presidente James K. Polk, a finales de 1848, decenas de miles de buscadores de oro se dirigieron hacia el Oeste a buscar fortuna, en lo que es conocido como la Fiebre del Oro de California.

La ruta occidental era ardua y estaba llena de peligros potenciales para los no bien equipados. Los nativos americanos no eran el principal de los problemas en los primeros años que siguieron al descubrimiento de oro en California, cuando la afluencia de viajeros aumentó las tensiones entre los emigrantes y la población nativa de América. Los cruces de los ríos, con muchos ahogamientos, las enfermedades y la hambruna fueron causas de muerte más frecuentes en el largo viaje y los pioneros tenían que estar bien preparados. A pesar de la imagen popular de las películas de Hollywood, la mayoría de los carretas iban tiradas por bueyes en lugar de caballos por dos sencillas razones: el buey era más lento, por lo que si se escapaba en la noche era más fácil capturarlos; en segundo lugar, cuando comenzaban a faltar alimentos -como ocurría a menudo en las últimas etapas- el buey era mejor alternativa como alimento que el caballo.

Legado

Durante las escaramuzas entre los incursores de Kansas y Misuri que precedieron a la Guerra Civil Estadounidense, conocidas como Bleeding Kansas («Kansas sangriento»), los puntos de partida para los convoyes de carros dirigidos al oeste se desplazaron al norte hacia Omaha (Nebraska). La rama del camino que siguió John Frémont desde Westport Landing hasta el valle de Wakarusa, al sur de Lawrence (Kansas), comenzó a ser conocida en la región como carretera de California (California Road).

Parte de la ruta que cruza Nevada fue utilizada por la compañía Central Pacific para la construcción de la primera parte del ferrocarril transcontinental. En el siglo XX, la ruta se utiliza para las carreteras modernas, en particular, la carretera Interestatal 40 y luego la 80. Rodadas de las ruedas de las carretas y algunos nombres de emigrantes, escritos en las rocas con grasa de los ejes, todavía pueden verse en la Reserva nacional de City of Rocks, en el sur de Idaho.

Murallas de Tesalónica

Murallas de Tesalónica

Murallas bizantinas

Salónica es la segunda ciudad y el segundo puerto de Grecia. Está situada, entre el mar y bajas colinas, en el fondo del golfo al que también da nombre. Ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.  Entre sus inumerables hitos históricos-artísticos sobresalen sus murallas.

Estas impresionantes murallas, que datan del siglo IV a.C., son un bonito ejemplo de la antigua arquitectura de Tesalónica y un reflejo de la larga historia de la ciudad.

Las murallas bizantinas rodean el centro moderno de Tesalónica. Rodeadas de casas modernas, restaurantes y cafeterías, estas fortificaciones históricas demuestran las uniones tangibles que existen entre el pasado y el presente de la ciudad. Más allá del significado arquitectónico y cultural de las murallas, sus altas torres de defensa ofrecen vistas panorámicas de la ciudad y del golfo Termaico.

La construcción de las murallas originales se remonta al 315 a.C. Las murallas que puedes admirar hoy en día se construyeron más tarde, en el siglo IV. Estas murallas bizantinas incorporan elementos de las murallas anteriores, además de mármol y piedras tomados de los monumentos romanos de la ciudad. Gran parte de las murallas se demolieron a finales del siglo XIX para ampliar la ciudad.

La ciudad alta está rodeada por estas soberbias fortificaciones del siglo V, reformadas durante los siglos XIV y XV por los bizantinos y luego por los turcos. Las murallas contaban con unas sesenta torres, varias puertas y una logitud de ocho kilómeros, de los que sólo se conserva alrededor de la mitad

Se puede seguir su trazado partiendo de la iglesia de los Santos Apóstoles en dirección noroeste; en el extremo norte se halla  la torre de Manuel Paléologo, erigida en el siglo XIV.

Un poco más arriba del monasterio de Vlatádon, las murallas giran hacia el noreste rodeando la Acrópolis, levantada en el siglo IV por Teodosio y fortificada después por los bizantinos y los turcos. En la parte más alta se halla el Heptapírgion, reducto fortificado con siete torres.

Al sur de la Acrópolis, en odós Heptapirgíou,  se alza  la puerta Eski Delik, que en turco significa “puerta antigua”; la torre del paleólogo, la torre de Andrónico II Paleólogo, de mediados del siglo XIV, y la puerta de Ana Paleóloga, construida en el año 1355, por la que se accede a la Acrópolis.

En el ángulo que conforman las murallas se encuentra la soberbia torre cilíndrica de Dingrilí Koulé,  erigida en el siglo XV; respecto a su autoría no se sabe  si pertenece a los venecianos o a los turcos.

Según se desciende hacia el centro de Salónica, a la derecha de odós Acropoleos, se halla la Taxiarki, la iglesia de los Arcángeles que fue levantada en el siglo XIV y está decorada con frescos que representan la Crucifición y la Ascensión.

Por último, al sur, cerca de las murallas, se encuentra la iglesia de Agios Nikólaos Orfanós, construida en el siglo XIV, con planta de tres naves y decorada con frescos de 1310-1320, que represetan Procesiones de Santos, Pasión y Resurrección de Cristo y la Vida de San Nicolás.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ruta Bozeman

Ruta Bozeman

Mapa de la ruta Bozeman en color amarillo.

La ruta Bozeman (también sendero o camino Bozeman), (en inglés, Bozeman Trail) es una ruta histórica del Oeste de los Estados Unidos, que conectaba la ruta de Oregón con el territorio de la fiebre del oro de Montana. Discurría a lo largo de más de 800 km por tierras indias1​ y el flujo de pioneros y colonos blancos provocó primero resentimientos y finalmente ataques indios. El Ejército de los EE.UU. llevó a cabo varias campañas militares contra los indios como protección de los viajeros, pero tras el Tratado de Fort Laramie (1868) la ruta dejó de ser usada.

La ruta Bozeman fue muy importante en la historia de las fronteras de EE.UU. en conflicto con los indios y por ello fue declarada ruta histórica (Historic Route) e inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos. A veces, la ruta Bozeman ha sido considerada como «la última gran ruta de emigrantes por tierra en el Oeste americano».2

Fuerte Reno. Aguafuerte de la revista Harper´s Weekly.

Geografía

La ruta Bozeman se iniciaba en el valle del río Platte Norte, al oeste del fuerte Laramie. Partía de varios lugares, siendo los principales donde están las actuales localidades de Glenrock y más al oeste, Evansville (11.507 hab. en 20003​). Ambas rutas se encaminaban en dirección Norte y se unían hasta de proseguir y alcanzar el arroyo Salt, cerca de la actual Edgerton. Descendían el río hasta llegar a su confluencia con el río Powder, que remontaban durante un corto tramo, en dirección Oeste, hasta llegar a la actual Kaycee. La ruta volvía a dirigirse al Norte, bordeando por su lado oriental las montañas Bighorn. Continuaba cruzando el arroyo de la mujer loca (Crazy Woman Creek) y seguía hasta la actual Buffalo (3.900 hab.), a orillas del arroyo Claro (Clear Creek). Viraba cada vez más hacia el Noroeste, bordeando las montañas Bighorn por su extremo noroccidental. En este tramo la ruta tenía algunas variantes, pasando por la actual Sheridan y llegando finalmente a Dayton o Ranchester, a orillas del río Tongue, donde se cruzaba el río.

Las montañas Bridger, vistas desde Bozeman, en el valle por el que discurre el tramo final de la ruta Bozeman.

La ruta seguía la misma dirección y salía del actual estado de estado de Wyoming, adentrándose en Montana por su lado meridional. Atravesaba el arroyo Rosebud y luego el río Little Bighorn, hasta llegar finalmente al río Bighorn, a cuyas orillas estaba el fuerte C.F. Smith.

Viraba progresivamente la ruta hacia el Oeste, hasta alcanzar el valle del río Yellowstone, tras cruzar uno de sus ramales, el Clarks Forks. Remontaba el valle del Yellowstone hasta llegar al paso Bozeman, entre la cordillera Bridger, al norte, y la cordillera Gallatin, al sur. Entraba la ruta en su tramo final, pasando por las actuales Bozeman, Belgrade (5.728 hab.) y Manhattan, hasta llegar a Three Forks (1.728 hab.), donde confluyen los ríos Madison, Jefferson y Gallatin, dando nacimiento al río Misuri. Remontaban el río Madison, bordeando las montañas Tobacco Root en dirección Sur, hasta la actual Ennis, donde cruzaban hacia el Oeste por el extremo norte de la cordillera Gravelly, hasta alcanzar finalmente Virginia City, donde acababa la ruta.

Historia

Establecimiento

En 1863, John Bozeman y John Jacobs exploraron una ruta directa desde la ciudad de Virginia City, Montana, hasta el centro de Wyoming para conectar con la ruta de Oregón. La ruta discurría por caminos que los indios americanos recorrían desde hacía mucho tiempo por la región del río Powder (río del Polvo). Esta ruta era más directa y estaba mejor regada que cualquier otro camino anterior en Montana. También se consiguió mejorar la ruta de modo que era lo suficientemente amplia para los carromatos. La única desventaja seria era que pasaba directamente a través del territorio indio, ocupado por las tribus shoshone, arapaho y lakota.

Nube Roja.

Primeros viajeros y campañas indias

Bozeman, entre otros, dirigió el primer grupo de unos 2.000 colonos que recorrieron la pista en 1864. Las incursiones de los indios en los asentamientos blancos aumentaron de forma dramática entre 1864 y 1866. Ello impulsó al gobierno de los EE.UU. a enviar el Ejército para llevar a cabo varias campañas militares contra los shoshone. Patrick Edward Connor dirigió varias de esas primeras campañas y derrotó a los shoshones en la batalla del Río Bear y durante la Expedición del río Powder, en 1865, también derrotó a los arapaho en la batalla del Río Tongue.

Viajes después de la Guerra Civil

En 1866, al finalizar la Guerra Civil Americana, muchos más colonos viajaron por la pista, en su mayoría en busca de oro. El Ejército de los EE.UU. pidió una reunión del consejo en fuerte Laramie con los indios, al que el jefe Lakota Nube Roja asistió. El propósito de la reunión era organizar un derecho de paso con los lakota para el uso de la ruta. Mientras estaban en negociaciones, Nube Roja se indignó cuando descubrió que un regimiento de infantería de los EE.UU. estaba utilizando la ruta sin el permiso de la nación Lakota y esa fue la causa del inicio de la Guerra de Nube Roja.

El Ejército estableció en 1866 tres fuertes —Reno, Phil Kearny y C.F. Smith— a lo largo de la ruta, pero las incursiones indias en la ruta y alrededor de los fuertes continuaron. Después de que los lakotas aniquilaron un destacamento al mando del coronel William J. Fetterman (c. 1833–66) el mismo año cerca de Fort Phil Kearny, los viajes civiles por la ruta cesaron. El suceso, conocido como masacre de Fetterman ocurrió el 10 de diciembre de 1866, cuando un grupo de leñadores salió del fuerte Phill Kearny para aprovisionarse de madera y un grupo de 10 jinetes lakotas les atacó. El ataque fue visto desde el fuerte, donde estaba el héroe de la guerra civil, el coronel Feeterman, de quien se dice afirmó que conquistaría a los sioux. Feeterman fue enviado con 80 hombres entre infantería y caballería para ayudar a los leñadores y al verlos venir los lakotas huyeron, pero a poca velocidad, desafiando a los soldados y a su comandante, que ordenó perseguirlos desoyendo las órdenes del fuerte de no seguirlos. Feeterman y sus hombres llegaron a una hondonada llamada Lodge, cuando fueron sorprendidos desde la parte superior por unos 2.000 lakotas, arapajos, siux y kiowas que estaban ocultos. La lluvia de flechas y balas, en solo 30 minutos, acabó con todos los soldados y su comandante. El 1 y 2 de agosto de 1867, grandes partidas de lakotas fueron divisados en un aparente intento coordinado de rebasar Fort Smith y Fort Phil Kearny. En la batalla Hayfield y batalla Wagon Box, los ataques fracasaron.

Más tarde, el Tratado de Fort Laramie (1868) reconoció el control de la región del río Powder para la nación lakota. Durante un tiempo este tratado cerró los viajes de los colonos blancos por la ruta Bozeman. El presidente Ulysses S. Grant ordenó el abandono de los fuertes, y varios de ellos fueron luego incendiados.

La guerra de Nube Roja puede considerarse como la única guerra en la que indios lograron sus objetivos (aunque sólo por un breve tiempo) con un tratado sobre los asentamientos que recogía sus condiciones. En 1876, sin embargo, a raíz de la Guerra Black Hills, el Ejército volvió a abrir la ruta y se reconstruyeron los fuertes. El Ejército continuó utilizando la ruta durante las campañas militares y más tarde construyó una línea telegráfica a lo largo de ella.

La ruta actual

Hoy día varias carreteras siguen, aproximadamente, la ruta Bozeman:

  • una moderna autopista, la Interestatal 25 discurre desde Douglas (Wyoming) (5.228 hab.) a Sheridan (Wyoming) (15.804 hab.)
  • otra autopista, la Interestatal 90, va desde Sheridan a Three Forks (Montana) (1.728 hab.) (unas 30 millas al oeste de Bozeman
  • y la carretera Ruta 287, va desde Three Forks a Virginia City (Montana) (130 hab.).

Bozeman Trail marker, Montana, 2003.

Caravana en la Ruta de Bozeman

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rutas más importantes del antiguo Oeste de EE.UU.

Murallas de Pamplona

Murallas de Pamplona

La consideración de Pamplona como una “Ciudad-Fortaleza” está en su propio origen, ya que se  funda por motivo de su situación estratégica como plaza militar, al implantar Pompeyo en el invierno del año 75 al 74 a. C. su campamento en el entorno de su actual Catedral.

A lo largo e su historia, Pamplona ha sido considerado como un enclave estratégico para dominar los pasos desde Francia a través del Pirineo Occidental hacia Aragón y La Rioja, por lo que, salvo en algunos momentos concretos, ha estado siempre fortificada.

Aquí se transcribe la web: http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=NA-CAS-119

Por ser lo mejor que se ha encontrado sobre el tema.

La muralla abaluartada de Pamplona se encuentra en la ciudad del mismo nombre, la capital provincial y foral de Navarra.

La muralla abaluartada de Pamplona fue construida entre los siglos XVI y XIX.

En el siglo XVI: en 1512 el frente de la Magdalena o de la Media Luna, el frente de Francia o del Redín y el frente de la Rochapea; en 1553 el portal de Francia; en 1571 el frente de la Taconera y los frentes de San Nicolás y de la Tejería.

En el siglo XVII: en 1644 el portal de la Tejería; en 1666 el portal de San Nicolás y el portal de la Taconera; en 1675 el portal Nuevo o de Santa Engracia.

En el siglo XVIII: la media luna de San Bartolomé en el frente de la Magdalena; el revellín de los Reyes, el baluarte bajo del Pilar y el baluarte bajo de Guadalupe en el frente de Francia o del Redín; la luneta de San Roque en el frente de la Taconera.

En el XIX: en 1823 se reconstruye el portal Nuevo tras el bombardeo absolutista, (reconstruyéndose de nuevo en 1950) y en 1890 se levanta el último tramo que cierra el frente de la Taconera.

La muralla abaluartada ha sufrido derribos parciales, principalmente por ensanches urbanísticos: en 1823 el portal Nuevo por el bombardeo absolutista; en 1906 el portal Nuevo (reconstruido en 1950); entre 1915 y 1921 los frentes de San Nicolás y de la Tejería (el portal de San Nicolás se traslada a los Jardines de la Taconera); el portal de la Rochapea (el escudo imperial de Carlos V que lo remataba se coloca en una de las torres del Portal Nuevo); en 1960 parte de la plataforma del baluarte de Labrit y en 1970 parte del frente de la Taconera.

El conjunto amurallado de la ciudad de Pamplona, en un cerro rodeado por un seno del río Arga, está conformado por la ciudadela de Felipe II y la muralla abaluartada que rodeaba todo el casco histórico, constituyendo un ejemplo perfecto de la poliorcética defensiva de los siglos XVII y XVIII.

La ciudad fortificada de Pamplona está compuesta por cuatro flancos, que pueden dividirse en cinco frentes. Empezando desde la ciudadela de Felipe II y hacia el este en sentido antihorario:

  • Frentes de San Nicolás y de la Tejería (desaparecidos).
  • Frente de la Magdalena
  • Frente de Francia o del Redín
  • Frente de la Rochapea
  • Frente de la Taconera

Frentes de San Nicolás y de la Tejería

Los desaparecidos frentes de San Nicolás y de la Tejería estaban formados por los siguientes elementos:

  • Baluarte de San Nicolás
  • Portal de San Nicolás
  • Revellín de San Nicolás
  • Baluarte de la Reina
  • Revellín o media luna de la Tejería
  • Portal de la Tejería

Frente de la Magdalena

El frente de la Magdalena, o de la Media Luna, ocupa el flanco este de la Muralla abaluartada de Pamplona. Enlazaba al oeste de su extremo sur con el desaparecido frente de la Tejería y al norte con el frente de Francia o del Redín. Está formado por los siguientes elementos:

Este frente, junto con los de Francia y la Rochapea, es uno de los tramos más antiguo de todo el recinto amurallado de Pamplona, levantándose en 1512 sobre el lado este de la muralla medieval del Burgo de La Navarrería.

En el siglo XVIII se añadió la media luna o fortín de San Bartolomé. Fue restaurado en 2011 y aloja actualmente el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona.

En 1960 parte de la plataforma del baluarte de Labrit fue derribada para llevar a cabo el ensanche de la carretera de la Chantrea. En 2013 el baluarte de Labrit, en pleno proceso de restauración, sufrió un desplome de buena parte de su estructura motivado por insistentes lluvias, procediéndose inmediatamente a su reconstrucción.

Frente de Francia

El frente de Francia o del Redín está formado por los siguientes elementos:

Frente de la Rochapea

El frente de la Rochapea está formado por los siguientes elementos:

Frente de la Taconera

El frente de la Taconera está formado por los siguientes elementos:

Puertas

La ciudad fortificada llegó a contar con siete puertas exteriores, manteniéndose en pie sólo cuatro. Seis de ellas se ubican en torno a cinco núcleos defensivos de la siguiente manera:

  • La puerta del Socorro en el ángulo suroeste de la ciudadela. Se accede a ella atravesando la Contraguardia y la Luneta de Santa Isabel. Otra puerta a la gola de la ciudadela, la puerta principal, da acceso al interior de la población.
  • El portal de San Nicolás en el flanco sur, flanqueado por el baluarte de San Nicolás y el de la Reina, y a vanguardia el revellín de San Nicolás (todos desaparecidos). Este portal fue trasladado a los Jardines de la Taconera tras la demolición del frente sur en la fase previa para del segundo ensanche de la ciudad.
  • El portal de la Tejería (desaparecido) en el ángulo sureste, flanqueado por el baluarte de Labrit y el fortín de San Bartolomé, y en recodo por la media luna de la Tejería (también desaparecido).
  • El portal de Francia (el único que se conserva íntegro) en el ángulo noreste, formando un complejo dispositivo de entrada con puente levadizo, a dos alturas y en doble recodo (primer acceso por el baluarte bajo de Nuestra Señora del Pilar y a un nivel superior a través del baluarte del Abrevador). Defienden el acceso el baluarte bajo de Nuestra Señora de Guadalupe y el del Redín en altura.
  • El portal Nuevo y portal el de la Taconera, a la gola y la izquierda respectivamente del conjunto defensivo de la Taconera, al noroeste, cuyo núcleo principal lo conforman el baluarte de Gonzaga y el baluarte de la Taconera y, adelantada, la media luna de San Roque. El revellín de la Taconera (desaparecido) protegía el portal homónimo.
  • Por último, el portal de la Rochapea (desaparecido), en el flanco norte, era defendido por el baluarte de la Rochapea y una batería baja (posiblemente parte de la barbacana defensiva del palacio medieval de los Reyes de Navarra).

Además se levantaron dos fortificaciones (ambas desaparecidas en la actualidad) independientes del conjunto amurallado como elementos externos de apoyo a la defensa de la ciudad: el fortín de San Roque al oeste y el fuerte del Príncipe al sur.

Los tramos y elementos que se mantienen se encuentran en buen estado de conservación.

Es propiedad del Ayuntamiento de Pamplona, y se destina a uso turístico.

En 1998 la Ciudadela y las Murallas de Pamplona fueron declaradas Bien de Interés Cultural.

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Murallas de Pamplona

Elementos singulares

Fortificaciones próximas

CastillosNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile.

 

 

 

 

 

 

 

Como curiosidad se transcribe parte del artículo:

PAMPLONA, CIUDAD-FORTALEZA

(Artículo publicado en el número 33 –Pamplona, Plaza Fuerte (I)-de la Revista Navarra de Cultura

Pregón Siglo XXI)

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En todo caso, esta evolución histórica manifiesta la pugna que siempre ha existido, en ésta y en todas las ciudades, por adecuar su estructura urbana a las necesidades de cada momento. Especialmente significativo es aquel difícil momento en el que se encontraba la ciudad en el año 1884, cuando desde el Ayuntamiento de Pamplona, con motivo de la construcción del primer Ensanche, se solicitaba al rey Alfonso XII, entre otras medidas, “la demolición total de las murallas que actualmente circundan la ciudad, puesto que vendrán a ser inútiles según el proyecto que se supone de inmediata realización, de transformar las fortificaciones que por esta parte del Pirineo constituyen la primera línea de defensa del territorio.”

Y se añade:” Si no fuera posible otorgar desde luego la demolición total, cuando menos la demolición de la cortina que forma el frente de San Nicolás o de la parte necesaria para que la población pueda extenderse libremente por el sudeste”.

Y también:” La demolición de la Ciudadela o al menos de la parte que mira a la ciudad, de suerte que cegado el foso que separa a aquella de ésta, pueda edificarse sobre el mismo y sobre lo que hoy es glacis interior; cediendo a este municipio los terrenos que resulten libres.”

Resulta sorprendente en este momento esta petición. Pero no debemos olvidar que, tal como se justificaba en la petición, existían razones tan poderosas como la elevada mortandad derivada de las condiciones de hacinamiento que producía la imposibilidad de extender la ciudad más allá de las propias murallas.

Afortunadamente se trata de tiempos pasados y, afortunadamente también, Pamplona mantiene gran parte de sus rasgos distintivos como “Ciudad Fortaleza”. Su trazado y su conjunto amurallado, que se conserva aproximadamente en sus tres cuartas partes con un hermoso recorrido de casi cinco kilómetros, manifiestan con nitidez la evolución de la ciudad a lo largo de su historia.

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Murallas de Elvas

Murallas de Elvas

Las murallas más extensas de la Península Ibérica

Recinto abaluartado de Elvas

Guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Murallas del castillo de Elvas.

Coordenadas

38°52′50″N 7°09′48″O

 Portugal

El sistema abaluartado de Elvas se localiza en la ciudad del mismo nombre, en el Distrito de Portalegre, Portugal.

Elvas constituyó un punto estratégico de defensa limítrofe de Portugal en la región del Alto Alentejo. Por esta razón, concentró, a lo largo de los siglos, un poderoso sistema defensivo, basado en las suaves elevaciones distribuidas por la planicie circundante y en el vecino río Guadiana.

Está situado en el este de Portugal, en el distrito de Portalegre en la región de Alentejo.  Es una ciudad fortificada con motivo de su privilegiada situación, puesto que es una ciudad fronteriza con España, ya que se encuentra frente a la ciudad extremeña de Badajoz (20 Km.), separadas ambas por el río Guadiana, y a 210 Km. de Lisboa.  A sus habitantes se les denomina elvenses.

Fue fundada por los romanos que la llamaron “Alpesa”.  En 1166 fue reconquistada a los musulmanes por Alfonso VIII de Castilla, pero cayó de nuevo en poder musulmán hasta que los portugueses la reconquistaron definitivamente en 1226, bajo el reinado del rey Sancho II.  En 1570 se convirtió en sede episcopal.  A partir de entonces fue el puesto fronterizo más importante de Portugal con España.

Sus tres fuertes y el cinturón de murallas, son de las estructuras militares más complejas de Europa, y se conservan en perfecto estado.

 

El pueblo está rodeado de murallas, que lo convierten en lugar seguro.  Comenzaron a construirse en el S.XIII (árabe), posteriormente la muralla Fernandina, y se terminaron en el S.XVII.

 

La guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012.1

En la Guerra de Restauración portuguesa, la importancia de la posición estratégica de Elvas, junto a la frontera con España, la llevó a ser la sede del gobierno militar del Alentejo, bajo mando de Matías de Albuquerque, militar que inició extensos cambios e importantes refuerzos en la estructura defensiva de la ciudad. Esta estructura defensiva sería probada en poco tiempo cuando, estando guardada por un efectivo de unos 2.000 soldados, resistió a un cerco de 15.000 soldados españoles, bajo el mando del marqués de Torrecusa, durante nueve días, en noviembre de 1644. Nuevamente sitiada a finales de 1658, en enero de 1659 la victoria portuguesa en la batalla de las Líneas de Elvas, salvó a esta ciudad y a Portugal de caer una vez más en poder de Felipe IV de España. En su hoja de éxitos está además la resistencia a los cercos de 1663, 1706, 1711 e 1801 (este último durante la llamada Guerra de las Naranjas).

Alabada por los entendidos como la plaza fuerte más poderosa de Portugal, considerada inexpugnable, las obras de su cintura exterior quedaron a cargo del teniente-general Rui Correia Lucas, habiendo colaborado en el proyecto nombres de notables como Soremans y el jesuita holandés Cosmander, este último responsable del proyecto de una gran cisterna de 2.200 m3.

El recinto defensivo estaba integrado por siete baluartes, tres medio-baluartes, dos redondos, ocho medias lunas y tres contra-guardas, además de cortinas monumentales. En el interior, en el área urbana de marcadas características militares, se encontraban los cuarteles de casernas casamatas para las tropas, depósitos y polvorines.

Fuertes

Complementan al polígono defensivo de Elvas, las siguientes estructuras:

  • Fuerte de São Francisco
  • Fuerte de São Mamede
  • Fuerte de São Pedro
  • Fuerte da Piedade
  • Fuerte de Santa Luzia
  • Fuerte de Nossa Senhora da Graça

Construcciones próximas

Castillo de Elva

Se designa por Ciudad-Cuartel Fronteriza de Elvas y sus Fortificaciones1​ el conjunto histórico-cultural clasificado como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2012, localizado en la ciudad de Elvas, en Portugal..23​ El sitio clasificado fue fortificado de forma extensiva entre los siglos XVII y XIX, y representa el mayor sistema de fortificaciones abaluartadas del mundo. En el interior de las murallas, la ciudad incluye grandes casernas y otras construcciones milites así como iglesias y monasterios. Mientras Elvas conserva vestigios que se remontan al siglo X, sus fortificaciones datan de la época del restablecimiento de la independencia de Portugal en 1640. Varias de las fortificaciones, diseñadas por el padre jesuíta neerlandés João Piscásio, representan el mejor conservado ejemplo de fortificaciones del mundo con origen en la escuela militar holandesa.

El sitio clasificado comprende:

La historia del lugar en que elevarían la ciudad de Elvas se inicia en el período conocido como la Edad de Hierro. Sin embargo, la historia de esta región tiene su principio mucho antes de surgir esa primera fortaleza del Hierro. Dada la fertilidad de los campos de la región, los primeros poblados se establecieron aquí muy temprano y claro está, dejaron su rastro en el magnífico patrimonio megalítico que rocía las granjas del municipio de Elvas.

Poco a poco las personas estarían obligadas no sólo a vivir más cerca, sino también a vivir en sitios fáciles de defender. Por lo tanto, nacen los primeros asentamientos en los lugares más altos, como es el caso de Elvas. Estos asentamientos fortificados podrían constituir una entidad política autónoma y sus habitantes vivían en la base de la economía agro-pastoral, explotando algunas minas de hierro y estaño en la región. El mejor ejemplo de estas ciudades / fortalezas es, sin duda, el Castro de Segovia, entre Elvas y Campo Maior, donde se detectaron abundantes contactos con las poblaciones del Mediterráneo al reunirse cerámica púnica y griega.

La población islámica llega aquí a principios de siglo VIII. En ese entonces Elvas era llamado de Ialbax y tenía todavía una antigua fortaleza romana, pero seguía siendo un punto estratégico. Así que incluso Ibn Marwan quiso construir aquí una ciudad, cerca de la importante medina de Batalyaws (Badajoz). A principios de siglo X ya la ciudad de Elvas, o Ialbax, era fuerte. La primera fortificación islámica tuvo sus inicios alrededor del año 913.

La ciudad creció en tamaño y en términos de población y en el siglo siguiente hubo que construir otra muralla que abarcase todas las casas que ya habían aparecido fuera de los muros primitivos. La nueva muralla fue construida con diferentes puertas de entrada, de las que sólo se conocen parte. La segunda muralla islámica fue modificada varias veces durante varios siglos en relación a sus entradas. Sin embargo, como puertas todavía construidas durante la época islámica se identifican la Puerta de los Banhos o Puerta Ferrada, cerca de la actual iglesia de São Pedro, Puerta do Bispo y a Porta de São Martinho.

De sus edificios se deben mencionar, además de las nuevas paredes tratadas anteriormente, su castillo, la cisterna árabe y al menos una mezquita.

En honor de los que murieron en la conquista de Elvas en 1230 y, especialmente, en un intento de 1226, Sancho II ordenó la construcción de un monumento en las afueras del pueblo, donde posiblemente ya existen una mezquita: la iglesia de Santa Maria dos Mártires.

Pocos años después de la conquista cristiana de Elvas, ésta refuerza su defensa. Ambas líneas de murallas islámicas y el castillo se mantuvieron y se mejoraron, este último para servir como residencia para el alcalde. En lo que respecta a los muros islámicos, el segundo continuó para rodear y defender la ciudad hasta el siglo XIV, cuando comenzó a ser llamada “muralla vieja” o “muralla del centro”.

El siglo XIV es un siglo de construcciones bélicas: torres de vigía, polvorines y murallas, pero también es el siglo de la construcción de la Iglesia de São Lourenço. El segundo muro islámico había entrado en ruinas y perdía poco a poco sus funciones militares. Si la población iba creciendo y estableciéndose ya en el exterior de la muralla, también su foso y barbacana iban siendo ocupados por los residentes.

El rey Afonso IV estuvo en Elvas durante algún tiempo y dio el orden para que se iniciase la construcción de “muralla nueva”, la tercera l+inea de murallas de Elvas. Se apodó de muralla Fernandina porque se concluyó en el reinado de Fernando. Este muro estaba compuesto de 22 torres y 11 puertas, algunas abiertas al inicio, otras no. Hoy en día sólo hay pequeñas secciones de la misma ya que prácticamente ocupó el mismo espacio que hoy ocupa la muralla abaluartada del siglo XVII y, cuando ésta se construyó, fue destruida la primera. Con la construcción de la “muralla fernandina” otros cambios se harían en la segunda muralla islámica, ya que no deja de tener su función militar si la “nueva valla” no resistiera. En estos cambios gana una atención especial la Torre Nova o Torre Fernandina, ubicada en la actual Calle de Cadeia. A partir de finales de siglo XIV, la torre servirá como prisión, función que tuvo durante varios siglos.

João IV entiende de manera muy clara que el principal teatro de guerra será el Alentejo, por ser la forma más rápida de llegar a Lisboa, y que si Elvas ya era entendida desde la edad media como un punto estratégico, pasaba ahora a ser fundamental para el mantenimiento de la independencia.

La importante ciudad y frontera sería la capital de guerra del Alentejo y tendría que ser trasformada en la ciudad-fortaleza más grande alguna vez vista con nuevas fortificaciones, grandísimos cuarteles y varios otros edificios militares: el Hospital Militar y Convento de São João de Deus, el Consejo de Guerra, seis polvorines, la Cisterna, la Veeduría, la Contabilidad y la Pagaduría, el Assento, el Arsenal Real, el Fuerte de Santa Luzia y aún una Escuela de Fortificación creada en 1652 por D. Teodosio. Además de todas estas construcciones de la Restauración, el urbanismo de la ciudad de Elvas fue retocado.

En 1704, se aplicaron tres mil cruzados en la construcción de más cuarteles. Se hicieron la Casa das Barcas entre 1703 y 1705 y el cuartel de Trem para manufactura, reparación y almacenamiento de armas. La invasión llegó en 1704. En el año siguiente, el general António Luís de Sousa reúne en Elvas un ejército de 2000 soldados y 5500 jinetes y se propone cercar Badajoz. En el día 11 de Octubre empieza a destruir las murallas pero la resistencia castellana y la entrada de nuevas municiones en la ciudad llevaron con que el general abandonara el intento. El último conflicto de esta guerra en esta zona fue el cerco a Campo Maior. En 1713 era firmado el tratado de Utrecht sin la asistencia de Portugal que solo firma la paz con España en 1715.

Pero como no podría dejar de ser, los problemas militares regresarían en 1761 cuando Portugal no adhiere al llamado Pacto de Familia. Este pacto fue firmado entre los reyes de Francia, España y el duque de Parma, todos de la familia Borbón, de manera a que se defendieran de Inglaterra con quien estaban en conflicto en la Guerra de los Siete años (1756-1763). Aun así, el gobierno portugués entendía que a pesar de que hubiera quedado fuera, la ciudad de Elvas necesitaba de ser aún mejor defendida, evitando la invasión de la frontera por parte del enemigo español. Empezaron por construir los cuarteles del Casarão en las traseras del Convento de São Domingos y se empieza la edificación del magnífico Fuerte de la Graça, haciendo de Elvas la fortificación terrestre abaluartada más grande del mundo.

La ciudad más fortificada del Mundo.

Elvas cuenta con varios km de muralla, fosos, siete bastiones, un castillo y, por si fuera poca defensa, dos fuertes colindantes: Santa Luzia y Nossa Senhora da Graça.

Las murallas se construyeron principalmente durante los siglos XVII a XIX, tras la independencia de Portugal en 1640. Fueron diseñadas por el holandés João Piscásio Cosmander, y consituyen el mejor ejemplo de la escuela holandesa de fortificaciones. En España también encontramos magníficos ejemplos como el castillo de Jaca o el de San Fernando.

Bordeando la muralla llegaremos al castillo de Elvas. El castillo se encuentra en la zona más elevada de las murallas y sus orígenes se remontan al siglo XIII tras la reconquista cristiana de la ciudad cuando se decidió su construcción sobre una antigua fortaleza árabe. Tras la construcción de todo el entramado defensivo en los siglos posteriores el castillo perdió su función militar para pasar a ser la residencia de los alcaldes de la ciudad. Como curiosidad el Castillo de Elvas fue el primer monumento portugués declarado Monumento Nacional.

Fortificaciones exteriores

Como decía, la defensa de la integridad de Portugal se convirtió en una máxima por lo que se vio necesario proveer a la ciudad de dos fuertes más. El primero de ellos, el Fuerte de Santa Luzia, muy cercano a la ciudad. Este fuerte se asienta sobre un antiguo castillo el cual fue ampliado y mejorado por el mismo arquitecto holandés que diseñó las murallas dotándolo de más murallas, fosos, baluartes, puertas fortificadas… En su interior alberga un museo militar.

Finalmente sobre una colina cercana a Elvas, se erigió en el siglo XVIII el imponente Fuerte de Nostra Senhora da Graça o Fuerte del Conde de Lippe (en honor a quien encargó su construcción). Este fuerte es una verdadera obra maestra de la arquitectura militar por su complejo sistema de defensas en forma de estrella y su situación. Sin duda, un lugar prácticamente inexpugnable en su época. El principal motivo de su construcción fue la proximidad de la colina a la ciudad junto con la llegada de la artillería. Esa conjunción hubiera dejado a la ciudad en una situación desprotegida ante España por lo que se decidió construir una fortaleza sobre ella.

Tras sus concéntricas murallas se asienta la Casa del Gobernador la cual se encuentra en un excelente estado de conservación. La visita se realiza a través de cuatro rutas que nos descubrirán la historia de una fortaleza que por mucho tiempo fue prisión.

Fuerte da Graça

Frente a la fortaleza que rodea el pueblo, se encuentra el castillo, con una plaza de Armas en forma de polígono irregula de 1000 m. de diámetro.  Fue construido por el Conde de Lippie en el S.XVIII, en el lugar que ocupaba una antigua ermita dominica.

Tiene tres puertas: La esquina, Olivenza y San Vicente.  La torre del Homenaje fue reconstruida en 1488.

Acueducto de Amoreira

El acueducto da Amoreira es una magnífica obra de ingeniería construida entre los siglos XVI y XVII. Con sus más de 800 arcos, 8 km de longitud y 30 m de altura en algunos puntos, es el mayor acueducto de la península ibérica.  Un monumento espectacular pero desconocido para muchos.