Archivo diario: 10 febrero, 2024
Zona muerta
Zona muerta
Las zonas rojas indican la localización y tamaño de las áreas muertas. Las zonas negras marcan las áreas muertas cuyo tamaño es desconocido.
Una zona muerta (o, menos frecuente, área muerta) es una región del océano en que los niveles de oxígeno son bajos debido a la excesiva cantidad de polución de las actividades humanas acompañadas de otros factores que acaban con el oxígeno necesario para sostener la vida marina en las profundidades.1
Al inicio de los años 1970 los oceanógrafos empezaron a notar el crecimiento de las zonas muertas. En marzo de 2004, cuando se estableció el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la institución reportó 146 zonas muertas en los océanos del mundo. Las más pequeñas detectadas medían un kilómetro cuadrado y las más grandes abarcan 70 000 km². En 2008 la cantidad de áreas muertas aumentó a 405.2
Causas
Las zonas muertas se originan en océanos, mares y lagos por el incremento de nutrientes químicos en el agua, principalmente nitrógeno y fósforo, a través de un proceso llamado eutrofización. Estos químicos son fundamentales en el crecimiento y reproducción de algunos tipos de algas y fitoplancton, causando un aumento rápido de la densidad de estas especies y creando un proceso denominado proliferación de algas.
El limnólogo Dr. David Schindler, cuya investigación en el área experimental de los lagos de Estados Unidos condujo a la prohibición de fosfatos dañinos en los detergentes, advirtió sobre las proliferaciones de algas y zonas muertas:3
Las algas que mataron a los peces y que devastaron los Grandes Lagos de los Estados Unidos en los años sesenta y setenta no se han ido; se han mudado al oeste a un mundo árido en el que la gente, la industria y la agricultura están imponiendo cada vez más cargas sobre la calidad de la poca agua dulce que queda… Esto no es solo un problema de la pradera. La expansión global de las zonas muertas causadas por la proliferación de algas está aumentando rápidamente.
David Schindler
Las zonas muertas a menudo son causadas por la descomposición de las algas durante la proliferación de algas, como esta en la costa de La Jolla, San Diego, California.
Las zonas muertas notables en los Estados Unidos incluyen la región del norte del Golfo de México,5 rodea la desembocadura del río Misisipi, las regiones costeras del noroeste del Pacífico y el río Elizabeth en Virginia Beach, todos los cuales han demostrado ser eventos recurrentes en los últimos años.
Además, los fenómenos oceanográficos naturales pueden causar la desoxigenación de partes de la columna de agua. Por ejemplo, los cuerpos de agua cerrados, como los fiordos o el Mar Negro, tienen umbrales poco profundos en sus entradas, lo que hace que el agua permanezca estancada durante mucho tiempo.[cita requerida] El este del Océano Pacífico tropical y el norte del Océano Índico han reducido las concentraciones de oxígeno que se cree que se encuentran en regiones donde hay una circulación mínima para reemplazar el oxígeno que se consume.6 Estas áreas también se conocen como zonas mínimas de oxígeno (ZMO). En muchos casos, las ZMO son áreas permanentes o semipermanentes.[cita requerida]
Los restos de organismos encontrados dentro de las capas de sedimentos cerca de la desembocadura del río Misisipi indican cuatro eventos hipóxicos antes del advenimiento del fertilizante sintético. En estas capas de sedimentos, las especies tolerantes a la anoxia son los restos más frecuentes encontrados.
En agosto de 2017, un informe sugirió que la industria cárnica y el sistema agroeconómico de Estados Unidos son los principales responsables de la zona muerta más grande en el Golfo de México.8 La escorrentía del suelo y el nitrato lixiviado, exacerbado por el manejo de la tierra agrícola y las prácticas de labranza, así como el uso de estiércol y fertilizante sintético, contaminaron el agua desde el Heartland hasta el Golfo de México. Una gran parte de los cultivos que se cultivan en esta región se utilizan como componentes alimenticios principales en la producción de animales de carne para empresas de agronegocios, como Tyson y Smithfield Foods.9
Tipos
Las zonas muertas se pueden clasificar por tipo y se identifican por la duración de su aparición:10
- Las zonas muertas permanentes son ocurrencias de aguas profundas que rara vez exceden los 2 miligramos por litro.
- Las zonas muertas temporales son zonas muertas de corta duración que duran horas o días.
- Las zonas muertas estacionales ocurren anualmente, generalmente en meses cálidos.
- El ciclo de hipoxia es una zona muerta estacional específica que solo se vuelve hipóxica durante la noche.
Efectos
Debido a las condiciones hipóxicas presentes en las zonas muertas, la vida marina dentro de estas áreas tiende a ser escasa o nula. La mayoría de los peces y organismos móviles tienden a emigrar de la zona a medida que disminuyen las concentraciones de oxígeno, y las poblaciones bentónicas pueden experimentar graves pérdidas en condiciones de agotamiento de oxígeno a niveles inferiores a 0.5 mg O 2 por L −1.11
Los niveles bajos de oxígeno pueden tener efectos severos en la supervivencia de los organismos dentro del área mientras están por encima de las condiciones anóxicas letales.
Las criaturas que se mueven lentamente en el fondo como las almejas, las langostas y las ostras no pueden escapar. Todos los animales que forman colonias se extinguen. La remineralización y el reciclaje normales que se producen entre las formas de vida bentónicas se sofocan.[cita requerida]
A pesar de que la falta de oxígeno mata a la mayoría de las otras formas de vida, las medusas pueden prosperar y a veces están presentes en zonas muertas en grandes cantidades. Estas flores de medusa producen moco y desechos, lo que lleva a cambios importantes en las redes alimentarias en el océano.
Tratamiento y reversión
Las zonas muertas son reversibles, aunque la extinción de organismos que se pierden debido a su aparición no lo es. La zona muerta del Mar Negro, anteriormente la más grande del mundo, desapareció en gran medida entre 1991 y 2001 después de que los fertilizantes se volvieran demasiado costosos para usar después del colapso de la Unión Soviética y la desaparición de las economías de planificación central en Europa oriental y central. La pesca se ha convertido nuevamente en una importante actividad económica en la región.15
Si bien la “limpieza” del Mar Negro fue en gran medida involuntaria e implicó una caída en el uso de fertilizantes difíciles de controlar, la ONU ha abogado por otras limpiezas al proponer reducir las grandes emisiones industriales.15 De 1985 a 2000, la zona muerta del Mar del Norte redujo el nitrógeno en un 37% cuando los esfuerzos políticos de los países en el río Rin redujeron las aguas residuales y las emisiones industriales de nitrógeno en el agua. Se han realizado otras limpiezas a lo largo del río Hudson16 y la bahía de San Francisco.17
“Zona muerta” del golfo de México
La preocupante expansión de esta área en la que la vida marina es imposible
Fuente de la imagen, NOAA (2021)
El crecimiento de la “zona muerta” del golfo de México en los últimos cinco años no ha podido contenerse.
Se trata de una región marina, cercana a las costas de los estados de Texas, Luisiana y Misisipi, en el sur de Estados Unidos, en la que los peces y otros organismos no tienen posibilidad de sobrevivir por la escasez de oxígeno.
Cada año cambia su tamaño, en buena medida debido a la cantidad de contaminantes que llegan al golfo de México a través de la descarga de ríos como el Mississippi.
Ese río cruza a EE.UU. de norte a sur, pasando por muchas ciudades, pueblos y zonas agrícolas.
Este año la “zona muerta” tiene una extensión de 16.404,98 kilómetros cuadrados, según un cálculo de la Oficina Nacional de la Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés).
Eso es casi el tamaño que tiene la ciudad de Pekín.
“Las condiciones de bajo oxígeno estaban muy cerca de la costa y muchas mediciones mostraban una falta casi total de oxígeno“, explicó Nancy Rabalais, la científica que lideró el estudio este año.
Fuente de la imagen, NOAA
Científicos y autoridades de EE.UU. se han puesto como objetivo contener la “zona muerta” a un nivel inferior a los 5.000 kilómetros cuadrados.
Pero en los últimos cinco años, la extensión ha sido en promedio 2,8 veces más grande que ese objetivo, una tendencia preocupante.
En 2021, la extensión de la “zona muerta” se ha mantenido por encima del objetivo de los científicos.
“Debemos considerar el cambio climático y debemos fortalecer nuestra colaboración y asociaciones para lograr el progreso necesario”, señaló Radhika Fox, de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
¿Cómo es la “zona muerta”?
La zona hipóxica del golfo de México ha sido medida desde 1985 por las autoridades ambientales estadounidenses.
No es la única del mundo, pero es la segunda más extensa.
En esas regiones marinas, los niveles de oxígeno son tan bajos que la vida marina se asfixia y muere.
En 2010 un derrame de petróleo mató a millones de animales marinos en el Golfo.
Se pueden generar de forma natural, pero los científicos están especialmente preocupados por las que se han formado por la actividad humana, especialmente por la contaminación de nutrientes.
Este último es el caso de la “zona muerta” del golfo de México, la cual se genera principalmente por los fertilizantes usados por los agricultores.
La lluvia arrastra los químicos usados en la agricultura hacia los arroyos y ríos que se descargan en el golfo de México. Esas aguas también se ven contaminadas por la descarga residual de zonas urbanas.
Está situada en la desembocadura del río Misisipi, que cruza 10 estados de EE.UU. antes de llegar al golfo de México, muy cerca de Nueva Orleans, en el sureste de Estados Unidos.
Varios son los ríos que confluyen hacia el golfo de México y que causan la “zona muerta” al arrastrar contaminantes.
En particular, los nitratos y el fósforo usados en los químicos de la agricultura tienen un efecto clave, pues estimulan un crecimiento explosivo de algas, que al morir caen al fondo del mar y se descomponen.
Las bacterias que descomponen las algas consumen oxígeno, en un proceso que reduce drásticamente el nivel disponible para la vida marina. Eso hace que hábitats que normalmente estarían llenos de vida se transforman en desiertos biológicos, explica la NOAA.
Por otra parte, el agua dulce del río y el agua salada del Golfo no se mezclan y se crea una barrera que impide la mezcla de aguas superficiales y profundas.
En otoño, cuando los vientos revuelven el agua, las diferentes capas se mezclan nuevamente y esto hace que el oxígeno se reponga en la parte inferior, lo que permite el regreso de la vida marina.
Fuente de la imagen, NOAA
Es por ello que la extensión de la “zona muerta” varía cada año.
Efecto del cambio climático
El equipo del Grupo de Trabajo sobre la Hipoxia ha visto que en los últimos cinco años la “zona muerta” se ha extendido por encima de lo que se han fijado como meta.
La vez que se ha extendido más desde 1985 ha sido 2017, cuando midió 22.729 kilómetros cuadrados (casi el tamaño de El Salvador).
Fuente de la imagen, NASA/GSFC/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Cerca de las regiones con grandes extensiones agrícolas (verde) del mundo suelen aparecer zonas hipóxicas (rojo).
Este año es menor (16.404,98 km2), pero no menos preocupante, pues el objetivo del Grupo de Trabajo sobre la Hipoxia es lograr un periodo de cinco años de 4.920 kilómetros cuadrados o menos.
El Grupo de Trabajo contra la Hipoxia dice que una forma de reducir la contaminación ha sido establecer acuerdos con autoridades locales y agricultores para un mejor manejo de químicos que terminan en los afluentes de agua.
Los científicos usan un sensor especial para tomar muestras de agua en el golfo de México y medir sus niveles de oxígeno.
Los científicos establecieron que este año la “zona muerta” alcanzó nada menos que una extensión de 22.729 kilómetros cuadrados, lo que es casi equivalente a la superficie total de El Salvador y donde entraría 15 veces toda la Ciudad de México.
Se trata de la mayor extensión alcanzada por esta área desde que se comenzó a medir, en 1985.
¿Qué pasó?
Robert Magnien, director del Centro de Investigaciones Patrimoniales de los Océanos Costeros de la NOAA estadounidense, explicó a BBC Mundo que este inédito crecimiento de la “zona muerta” está relacionada fundamentalmente con actividades humanas.
El experto señaló que los desechos que generan las personas, el incremento de la agricultura en la zona y el uso de fertilizantes y otros agentes químicos influyeron en la expansión del área del golfo de México donde la vida marina es inviable.
Fuente de la imagen, Water Resources Institute
Las “zonas muertas” o áreas con bajo nivel de oxígeno están fundamentalmente en las costas.
Otro efecto es la disminución de las capacidades reproductivas en las especies y una reducción en el tamaño promedio de los mismos.
Existen áreas del golfo de México que, además, se han visto afectadas por derrames petroleros.
Consecuencias
Además de las consecuencias ambientales, el crecimiento de la “zona muerta” tiene impactos económicos que afectan a los pobladores de la región del golfo.
La disminución del tamaño y la cantidad de los camarones, cuya pesca es una de las actividades principales en el área, es uno de los efectos.
Un estudio reciente encargado por la NOAA a la Universidad de Duke estableció que la expansión de la “zona muerta” provocó que el precio del camarón marrón aumente debido a su escasez, afectando no sólo a la economía de la zona sino a los mercados de alimentos marinos.
“Estas mediciones permiten fijar mejores estrategias para reducir los impactos sobre la sostenibilidad y la productividad de nuestros recursos costeros y la economía”, señaló.
Récord
La anterior mayor expansión de la “zona muerta” del golfo de México fue en 2002, cuando alcanzó los 22.000 kilómetros cuadrados.
El tamaño promedio de esta área sin vida marina en los últimos cinco años fue de alrededor de 15.000 kilómetros cuadrados.
Fuente de la imagen, Getty Images
Se calcula que existen más de 350 “zonas muertas” en el mundo y que la cifra aumenta año tras año.
La escorrentía provocada por las intensas precipitaciones en el Medio Oeste estadounidense llevó toneladas de fertilizantes y aguas residuales al mar, lo que contribuyó a una enorme y devastadora franja de agua contaminada.
Publicado 5 nov 2020, 7:01 CET
Visto desde arriba, el río Misisipi transporta sedimentos hasta el golfo de México. Los sedimentos suelen contener contaminantes de fertilizantes que provocan repuntes de las proliferaciones de algas.
Fotografía de Phil Degginger, NASA Landsat/Alamy Stock Photo
Las lluvias anuales de primavera arrastran los nutrientes empleados en los fertilizantes y las aguas residuales al río Misisipi. Ese agua dulce, menos densa que el agua marina, permanece en la superficie del mar e impide que el oxígeno se mezcle en la columna de agua. Finalmente, dichos nutrientes de agua dulce pueden provocar un arrebato de proliferación de algas, que consumen oxígeno a medida que las plantas se descomponen.
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