Este Mundo, a veces insólito

Calendario
enero 2025
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Archivo mensual: enero 2025

Desastre de Portmán

Desastre de Portmán

España – Murcia

Historia olvidada de la mayor catástrofe ambiental del Mediterráneo

Los ecosistemas no tienen voz, pero sí tienen derecho a ser preservados: la degradación de la bahía de Portmán, en el litoral murciano, es considerada como una de las mayores catástrofes ecológicas de Europa.

Una de las playas más bonitas del Mediterráneo transformada en un vertedero de residuos químicos. Se estima que unos 60 millones de toneladas de residuos químicos minerales fueron arrojadas al mar entre 1957 y 1990. Hablamos de Portmán, una localidad costera en el municipio de La Unión, en la Región de Murcia. Donde antes había mar, ahora no hay más que un ecosistema roto, desolado y a la espera de ser regenerado. Fue el escenario de la primera campaña de Greenpeace contra la degradación del litoral español y fue el símbolo de una nueva conciencia ambiental: el mar no es un vertedero.

Las encadenadas Zoa y María Teresa: 38 años del desastre ecológico de la bahía de Portmán

Antes del desastre: La Concha del Mediterráneo

Los romanos llegaron a la bahía en el siglo I d.C. y la bautizaron como «Portus Magnus» en honor al uso que le dieron a su majestuosa playa como puerto. Pronto se divisó su potencial al estar enclavada entre las minas de hierro y el mar Mediterráneo. Llegaron ramales de la Vía Augusta, se produjeron los primeros asentamientos y se conectó con Roma a través de rutas marítimas. Fue ocupada y renombrada por los musulmanes, reconquistada por los cristianos y tuvo una agitada vida en la Edad Moderna a consecuencia de la amenaza berberisca que llegaba por mar y por el uso que se le dio a la bahía para el estacionamiento de buques.

En el siglo XIX, la industrialización aumentó la demanda de minerales, lo cual, unido a la pérdida de las colonias y a la llegada de inmigrantes de otras regiones de España, desencadenó el desarrollo de La Unión como polo minero y como municipio independiente de Cartagena. Tras una I Guerra Mundial en la que las empresas explotaron la mina de manera monopolística, hubo una crisis en el sector que provocó la destrucción de puestos de trabajo. La situación no mejoró en las décadas de 1930 y 1940.

Año 1957: La basura, al mar

Esta fue la filosofía seguida por la empresa que explotó las minas durante la segunda mitad del siglo XX. El origen del ocaso del ecosistema llegó en 1945 con la reanudación de la minería a cielo abierto y en 1957 con la creación del lavadero Roberto. La principal protagonista durante este periodo fue la empresa Peñarroya. Esta empresa reactivó un sector en decadencia y creó nuevos puestos de trabajo en una localidad que había tenido problemas económicos durante décadas. Sin embargo, Peñarroya no tuvo en cuenta criterios ambientales y optó por arrojar los residuos del lavadero de flotación directamente al mar. Las instituciones públicas le denegaron los permisos para realizar los vertidos por su alta toxicidad y por los perjuicios que se generarían en el sector pesquero hasta en dos ocasiones, pero Peñarroya consiguió influir en el regulador para que cambiara de opinión y estableció el lavadero de flotación más grande de Europa.

Entre 1957 y 1990, Peñarroya vertió 7.000 toneladas diarias de residuos compuestos por una mezcla de tierra, zinc, cadmio, restos reactivos y plomo. Las consecuencias fueron escalofriantes: el lodo fue ganándole terreno al mar paulatinamente en un ecosistema en el que las arenas de Portmán se tiñeron de negro.

Según los propios habitantes de Portmán, cada mes había que desplazar la tubería que depositaba los estériles porque ya se habían comido el mar y se tuvieron que establecer subsidios para los pescadores. El Ayuntamiento de La Unión intentó frenar los vertidos en las décadas de 1960 y 1970 para no comprometer el valor turístico de la zona, pero las autoridades nacionales se negaron, pues la explotación minera generaba buena parte de la producción de plata y de hierro de España. Greenpeace realizó una campaña en Portmán para bloquear el dragado de vertidos en 1986, teniendo que hacer frente a la oposición de unos vecinos que no querían perder sus puestos de trabajo.

Finalmente, debido a la pérdida de rentabilidad del negocio y a la presión social, Peñarroya vendió sus derechos de explotación y propiedades a Portmán Golf. En 1990 se interrumpieron los vertidos. En total, el lodo ganó 12 kilómetros al mar y 14 metros de profundidad a través de las 60 millones de toneladas de estériles arrojadas desde el lavadero Roberto. Donde antaño encontrábamos un ecosistema con riqueza biológica, ahora la oscuridad de los restos químicos y minerales nos muestran la huella de una actividad económica sin escrúpulos ambientales.

Bahía de Portmán

En el transcurso del tiempo tuvo numerosas modificaciones, constituyendo, una de las más importantes, la de emplear el agua del mar en todo el proceso de tratamiento del mineral, para lo que se instaló una estación de bombeo en la misma playa. En el año 1966 se amplía la capacidad del lavadero y, por tanto, en el plano negativo, los vertidos al mar, que no cesarían hasta 1990, habiéndose producido para entonces, uno de los mayores desastres ecológicos de la costa mediterránea.

Antiguo lavadero Roberto

Los elementos principales con los que contaba el lavadero Roberto en su primera etapa eran la tolva de descarga de los vagones de mineral, la trituración secundaria (ya que venía triturado de la cantera a menos de 200 mm) mediante un sistema de molinos, cribas, cintas hasta un tamaño menor de 17 mm. De ahí pasaba al edificio del lavadero mediante dos cintas transportadoras de 200 m de longitud que descargaban en una gran tolva. A continuación, mediante una batería de molinos de barras y después molinos de bolas, en contacto con el agua de mar, se llevaba a cabo la molienda hasta un tamaño de diámetro menor de 180 μm (González-Ciudad, 2014).

Llegados a este punto, el material pasaba a flotación, donde la pulpa del mineral seguía tres tratamientos (preconcentración, remolienda y diferenciación). Para ello hacían uso de cianuros, xantatos, sulfatos de cobre y otros reactivos que son los que actualmente hacen que la bahía sea una gran balsa de materiales reactivos, ya que parte de ellos están a la intemperie y varias reacciones están sucediendo (Oyarzun et al., 2013).

Una vez que los minerales recuperables se habían separado, junto con los restos de sustancias utilizadas en el proceso de flotación diferencial (600 kg/día de cianuro sódico; ácido sulfúrico, xantatos, sulfato de cobre, etc.) eran vertidos al mar a través de dos tuberías de más de 2 km de longitud, que recorrían todo el perfil de la bahía original atravesando el Monte de Punta Galera (figura 1). El vertido fue autorizado por la Administración con fecha de 18 de febrero de 1959. La concesión estaba condicionada a que no afectara las características fundamentales y naturales de la bahía, e incluía la obligación de dragarla para recuperar los calados naturales que se viesen afectados (Baños Páez, 2012). En más de treinta años se han vertido al mar 60 millones de toneladas de estériles de minería lo que ha provocado la colmatación y el aterramiento de 75 hectáreas de la bahía de Portmán (figura 2), además de sepultar buena parte de la plataforma marina frente a las costas de la bahía (Pérez-Espinosa, 2014).

Los vertidos modificaron profundamente la dinámica litoral, debido al finísimo material en suspensión, que interfería con la dinámica normal del plancton y de los peces (César et al., 2009; Martínez Gómez et al., 2012).

Materiales de la bahía

Los materiales que constituyen hoy día los suelos de la bahía de Portmán están formados por: contaminación primaria por ser una zona de vertido directo de estériles de lavadero de flotación mineral y drenajes de ramblas con pH ácidos y alta carga metálica soluble, contaminación secundaria (aportes de sedimentos mineros por la acción de la dinámica litoral) y contaminación terciaria (escorrentías y aguas de otras ramblas y ramblizos que desembocan en la bahía y aportan materiales de atenuación natural) (Martínez Sánchez y Pérez Sirvent, 2013). Concretamente, los materiales más representativos son aquéllos que tienen su origen en la actividad del lavadero Roberto (González-Ciudad, 2014).

Situación actual: miedo al olvido mientras la historia se repite

En la actualidad, la bahía de Portmán sigue siendo un ecosistema roto. El impacto ha sido biológico y ambiental, pero también personal. Si bien la empresa Peñarroya generó puestos de trabajo y soportó la economía de un gran número de familias en el corto plazo, en el largo plazo ha generado un perjuicio socioeconómico y una deuda ambiental sin precedentes. Muchas familias que anteriormente vivían del sector y trabajaban en el lavadero ahora luchan por la regeneración de la bahía y por la reactivación económica de un territorio con pocas alternativas laborales.

Acción de Greenpeace en la bahía de Portmán en 1986. Foto: Greenpeace.

Durante las últimas décadas, los vecinos de Portmán y las organizaciones ambientales han ejercido presión a los distintos gobiernos autonómicos y nacionales. El movimiento se ha organizado a través de plataformas que recogen la voz de un mensaje común: regenerar la bahía. Sin embargo, lo cierto es que han pasado 30 años de inacción, planes no implementados y proyectos frenados por cambios de gobierno y por la dificultad técnica de la situación. La catástrofe ya no forma parte de la agenda mediática nacional, no por su gravedad, sino porque su estado deplorable se ha normalizado. Pese a todo, los vecinos siguen exigiendo la recuperación del patrimonio natural a través de nuevos planes a largo plazo.

Lo que está claro es que la explotación económica de los recursos naturales del territorio no tuvo en cuenta consideraciones ambientales y provocó un desastre ecológico sin precedentes que aún no ha sido solucionado. La regeneración de Portmán debería ser una prioridad y un referente nacional en la toma de decisiones en materia de sostenibilidad. Desafortunadamente, no parece haber sido un referente ni siquiera en la propia Región de Murcia, puesto que la historia se está repitiendo a muy pocos kilómetros, en el Mar Menor.

“Lo que se permitió en aquellos tiempos ahora es impensable. Para poder sacar un tanto por ciento pequeño del material se desperdiciaba más del 90% del mineral que se extraía de la sierra. La consecuencia fue un desastre […] La riqueza salió y en Portmán quedó la pobreza. Lo que está debajo de esa arena negra sigue siendo material tóxico”, denuncia Daniel Portero, presidente de la Liga de vecinos de Portmán, Murcia.

En los años 70 el Ayuntamiento de La Unión denunció a los tribunales franquistas el desastre medioambiental que se estaba produciendo. Sin embargo, la dictadura defendió que “se trataba de una instalación del máximo interés para la economía de la nación” y que era nulo el valor turístico de la bahía de Portmán. El pueblo quedó condenado a ser una zona de sacrificio.

El desastre de Portmán sigue envenenando a sus habitantes

Cuando se observa el puerto colmatado, toda la zona llena por los sedimentos es patente; no sólo por su color, rojo y ocre, sino porque no crece prácticamente nada en su superficie. La cantidad de restos nocivos para cualquier ser vivo es tal que pocas especies pueden soportarlo. El impacto ambiental fue tan fuerte que este terreno es empleado por diversas entidades como campo de estudio para la biorremediación (recuperación de zonas contaminadas mediante plantas y microorganismos). Las universidades como la de Murcia, la de Barcelona o la Complutense llevan a cabo en esta tierra un sinfín de experimentos con la intención de determinar cuán peligrosa es su presencia y como solucionarlo, no sólo por la bahía de Portmán, sino por otros desastres existentes en el mundo.

“Peligrosos para la salud”

Un reciente estudio de la Universidad Complutense, sin embargo, ha puesto de manifiesto lo que en sí parece más que obvio: los restos de la bahía de Portmán son peligrosos para la salud. Eso sí, este trabajo ha conseguido identificar y cuantificar los restos de la bahía, señalando de forma concreta cual es el verdadero peligro al que se exponen los habitantes de la zona y la fauna que lo habita. Según el estudio, la bahía de Portmán es actualmente uno de los puntos más contaminantes que existe en la península. La presencia de cadmio, plomo y arsénico está muy por encima de los niveles admitidos como normales. Especialmente este último resulta peligroso por su conocido efecto cancerígeno.

Los metales pesados son agentes muy persistentes y difíciles de tratar. Además, son letales para los seres vivos. Muy pocas especies son capaces de asimilar y “deshacerse” de estos “venenos” sin sufrir daños. Entre ellos algunas plantas y bacterias. Pero volviendo a las tierras contaminantes, tal y como indica el estudio, el problema proviene, en gran medida, de la lluvia. Cuando llueve, el agua arrastra parte de las sales contaminantes, haciéndolas aflorar de nuevo. Finalmente, estas acumulaciones pueden ser arrastradas hasta el mar u otras fuentes de agua. Como decíamos, los metales pesados son letales, así que su presencia en los afloramientos es materia de extrema preocupación.

Los metales pesados son agentes muy persistentes y difíciles de tratar. Además, son letales para los seres vivos. En la zona viven más de 20.000 personas. El análisis realizado por la Complutense muestra que los niveles de exposición diaria, especialmente en los niños, son mucho más altos de lo que deberían ser. Aunque es un análisis de riesgos, que muestran el peligro potencial, y no un análisis que muestre una afección directa, los investigadores han dejado claro a las autoridades que deberían ponerse medidas inmediatas para prevenir un problema sanitario muy grave.

Desde los años 90 ya no hay actividad minera en Portmán pero los residuos acumulados continúan allí. Ahora, muestras de estos han llegado hasta el Sincrotrón ALBA, en Cerdanyola del Vallès, para ser analizados. La historia empieza a bordo del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, desde donde el Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona tomó muestras de los sedimentos y residuos mineros que hay bajo el mar. “Hasta ahora se han hecho estudios básicamente de la parte emergida de los residuos de Portmán” comenta Marc Cerdà, estudiante de doctorado del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y miembro del grupo de investigación. “Nosotros extraemos material perforando el fondo marino con tubos de hasta 4m y obtenemos muestras de sedimentos en columnas“. El análisis de estos sedimentos confirma que contienen arsénico proveniente de los minerales de la mina, como la arsenopirita, y que se encuentra en diferentes estados de oxidación. Es decir, que este arsénico ha experimentado transformaciones químicas como la oxidación, que pueden afectar a su movilización y liberación por disolución en la columna de agua. Los investigadores se preguntaron en qué grado se daban estos procesos, ya que “hasta ahora no se sabía casi nada de esto” explica Josep Roqué, profesor del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la UB. “A nosotros nos interesa caracterizar estos residuos mineros acuradamente para reconstruir los procesos geoquímicos de alteración de los minerales portadores de arsénico y a partir de ahí, definir la disponibilidad en el ecosistema marino de este elemento tóxico” añade.

Bajo la luz del sincrotrón

Para conocer exactamente los procesos geoquímicos que tienen lugar en los residuos de Portmán, muestras de estos sedimentos fueron primero caracterizados de forma no destructiva en el laboratorio CORELAB de la UB. Después, han sido analizadas en el Sincrotrón ALBA, en la línea de luz CLAESS. Su técnica es la espectroscopia de rayos X, es decir, se ilumina con luz de sincrotrón la muestra y, detectando la energía que emite y absorbe, se puede deducir qué elementos químicos la forman y en qué estado de oxidación se encuentran.

Las muestras de los sedimentos, que contienen arsénico, han sido preparadas bajo un protocolo especialmente diseñado con los científicos de CLAESS, quienes apoyan a los investigadores de los centros de investigación que vienen a usar el sincrotrón. El análisis en condiciones controladas de los sedimentos permite estudiarlos tal y como se encuentran en la bahía y por tanto, obtener unos resultados fieles. “CLAESS permite tomar medidas en condiciones controladas, sin exponer las muestras a la atmósfera para evitar el riesgo de oxidación. Si justamente queremos saber el estado de oxidación de los elementos in situ no nos podemos permitir alterarlos durante su análisis “, explica Carlo Marini, científico de la línea. Además, CLAESS también permite detectar los elementos químicos en las muestras aunque su concentración sea muy baja. “Es la primera vez que analizamos un problema así con estas herramientas tan potentes y estamos obteniendo información inédita que no se conocía de Portmán“, remarcan.

A la izquierda, testigos de los sedimentos extraídos de bajo el agua desde el buque oceanográfico. Derecha: colocación de los soportes -diseñados específicamente e impresos en tecnología 3D en el mismo ALBA – con las muestras en la línea de luz CLAESS para ser analizadas con la luz de sincrotrón. En la fotografía, Carlo Marini, científico del sincrotrón; el catedrático Miquel Canals Artigas y Andrea Baza, estudiante de doctorado de la UB.

Los investigadores esperan encontrar por primera vez pistas valiosas para conocer la distribución, movilidad y disponibilidad del arsénico en el ecosistema marino y, por tanto, para evaluar sus efectos potenciales sobre el medio natural y la biodiversidad de la costa litoral en Murcia. Según Miquel Canals, jefe del Grupo de Investigación, “Portmán es un caso de estudio excepcional sobre el que aún tenemos más preguntas que respuestas a pesar de haber avanzado muchísimo en el conocimiento de su estabilidad, estructura y composición; todos ellos aspectos cruciales para planificar las tareas de remediación y, hasta donde se pueda, de rehabilitación de la bahía”.

Este proyecto se ha llevado a cabo conjuntamente desde los Departamentos de Dinámica de la Tierra y del Océano y de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UB. El equipo de trabajo del proyecto ha sido formado por Josep Roqué Rosell, Miquel Canals Artigas, Anna Sánchez Vidal, Jaime Frigola Ferrer, David Amblàs Novellas, Marc Cerdà Domènech y Andrea Baza Varas; con la colaboración del Museu de Ciències Naturals de Barcelona a través de su conservador Marc Campeny y no menos importante, la colaboración también del profesor Joan Carles Melgarejo, del Departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada de la UB.

Caracterización de materiales

Aunque tras el cese de los vertidos se ha podido alcanzar un cierto estado de equilibrio (Martínez Sánchez y Pérez Sirvent, 2008), los sedimentos están sometidos a la dinámica marina, especialmente los más próximos a la línea de mar, y a los efectos de las lluvias, escorrentías y otros vertidos. Esto implica una heterogeneidad muy alta en los sedimentos. La granulometría define el origen del sedimento; la textura fina corresponde a estériles sin lavar y la textura gruesa a estéril lavado depositado por la acción del agua del mar, lo que ha llevado consigo una granoselección, dando como resultado un enriquecimiento en partículas gruesas.

Proyecto de recuperación de la bahía de Portmán

Según consta en la página web del Ministerio de Agricultura, Agua y Medio Ambiente (http://www.magrama.gob.es), en el proyecto definitivo se pretende un retranqueo de 250 m respecto a la línea de playa actual y un dragado, secado y transporte a la corta minera San José de 185.000 m3 de estériles. El secado del material dragado se realizará en unos recintos de 40 Ha construidos sobre la plataforma de la bahía. Se creará un frente de playa con arenas negras y aportación de 150.000 m3 de arena de cantera para conseguir un diámetro medio de 50 mm. Se instalará una cinta transportadora carenada de la bahía a la corta San José de 2.700 m de longitud. La corta está siendo acondicionada mediante estabilización y saneo de taludes, impermeabilización del vaso (con 550.000 m3 de material arcilloso), y con mejora de accesos. Se construirá una balsa de lixiviados drenados y se procederá al sellado y restauración ambiental del vertedero.

Consideraciones finales

En su situación preoperacional, es un punto singular de contaminación por EPTs en el Mediterráneo. Hasta ahora se han tomado medidas muy interesantes de consenso en la recuperación ambiental de la bahía. Se podría decir que a partir de un problema contaminante, en el que las soluciones planteadas sólo contemplaban el traslado de los sedimentos con un coste de recuperación inasequible, se ha obtenido una solución ecoeficiente que incorpora la valorización de residuos calizos y un tratamiento in situ que cumple con los requisitos exigidos en el principio de máxima precaución ambiental. A partir de ahora puede ser un ejemplo en la solución de problemas contaminantes.

El Centro Experimental en Suelos Contaminados de Portmán, en el que se han desarrollado la mayoría de estas experiencias, ha sido un laboratorio de investigación y un centro de encuentro, intercambio y difusión del conocimiento, que puede ser la base en la organización de programas de formación y foros de debate. Será el centro de control y seguimiento de la ejecución de las obras y monitorización del proyecto de recuperación de la bahía de Portmán. Puede constituirse en un futuro como referente en el Mediterráneo, de investigación, análisis y desarrollo de tecnologías innovadoras de recuperación de suelos y aguas.

Sería conveniente extrapolar los resultados obtenidos de las experiencias desarrolladas en el proyecto piloto y aplicar medidas similares para la recuperación de la Sierra Minera.

Mapamundi de Domingos Teixeira

Mapamundi de Domingos Teixeira

Mapa Mundi de Domingos Teixeira (1573)

El Mapa Mundi de Domingos Teixeira, fue hecho por este cartógrafo portugués poco antes de ser súbdito de Felipe II, al convertirse este en rey de Portugal en la Batalla de Alcántara (1580).

Está hecho y pintado a mano sobre una pieza de pergamino y se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia.

Ficha técnica

  • Fecha: 1573
  • Autor: Domingos Teixeira (portugués).
  • Escuela cartográfica: Portuguesa.
  • Breve descripción: Mapa Mundi.
  • Localización Física: Bibliothèque National de France

Descripción

Es uno de los primeros mapamundis completo, mostrando las rutas de las especias, tanto la portuguesa de Vasco da Gama con sus posesiones como la española de Hernando de Magallanes (muestra la tierra magallánica aún no circunnavegada por Diego Ramírez de Arellano que la bautizó como Isla de Xátiva).

Se puede observar el alcance del meridiano de Tordesillas, tanto por el lado de América (Brasil) como por el lado de Filipinas, que atendiendo a derecho serían de Portugal, ya que están en “su” hemisferio.

La cuestión es que el mapamundi de Teixeira de 1573 dibujaba una geografía lleno de senyeras o escudetes similares, pero variados. Esto da lugar a que el aparato independentista catalán se apropie de este echo y elucubre y diga cosas como: el Tratado de Tordesillas lo firmó Cataluña y Portugal; España y Castilla no tenían rey propiamente dicho; todos los descubrimientos fueron hechos por Cataluña y por tanto propiedad de esta; luego Castilla manipuló la Historia para que no fuera así; Cristóbal Colón era Catalán, etc…

Los historiadores comentan que el razonamiento de las senyeras es:

…muchas banderitas con barras, solo unas pocas podrían considerarse propiamente catalanas, pues a la mayoría le faltan palos, o le sobran, o estos están situados en diagonal. 
Resulta evidente que la distribución de banderitas que hace Teixeira tiene carácter principalmente ornamental y es surrealista y ridículo atribuirles precisión en la delimitación de países o la atribución de descubrimientos

De: https://blogcatedranaval.com/2020/10/20/la-vision-del-mundo-en-1573/

“Quien domina el mar, domina todas las cosas” (Temístocles)

La visión del mundo en 1573

20/10/2020 por Celia Chaín-Navarro

Hay portulanos y antiquísimos mapas que han llegado hasta nosotros. Aparte de su estética, que es indudable, son fuentes inequívocas de una época, de su forma de interpretar el territorio y también de dividir el mundo conocido. Este es el caso de un planisferio levantado por un cartógrafo portugués, Domingos Teixeira. Un planisferio es, como es fácil de suponer, la representación de la esfera terrestre completa (en el momento de su levantamiento, claro).

Realizado en plena efervescencia descubridora, ofrece la visión que había del mundo en el año 1573. América ya era conocida en el viejo continente, se sabía dónde estaba China y algunas de las naciones del sureste asiático, incluso se nombra a Japón, aunque no se le representa. Sin embargo, un continente quedaba todavía por incluir en este mapamundi, era Australia (pero faltaban decenios por llegar hasta esta Terra Australis).

Muestra además el meridiano de Tordesillas, el que dividió el mundo entre dos naciones de la Península Ibérica, entonces a la cabeza de las exploraciones mundiales, dejando la parte Este para la corona lusa y lo que estaba al Oeste para Castilla. Esta partición supuso que casi toda América, con excepción de una parte de Brasil, podía llegar a ser hispana.

Aparecen también las rutas índicas y pacíficas, y añade un gran número de escudos heráldicos que perfilan la propiedad de todas las costas oceánicas, predominando la armas de Portugal, las barras de Aragón, así como los leones y torres de Castilla. Solo siete años después estas tres enseñas se reunirían en una misma corona.

También podemos hallar en letras grandes los nombres que en esa época asignaron a los accidentes geográficos, como es el caso del Estrecho de Fernando de Magallanes, en la punta sur del continente americano. En este caso, era un cartógrafo portugués el que con orgullo destacaba el nombre de otro compatriota suyo (a pesar de que terminó siendo considerado un traidor al emigrar y ponerse a las órdenes del monarca español).

Teixeira dibujó todos los océanos y mares conocidos, como el Mediterráneo, el Atlántico y las dos zonas polares.

Siguió ciertas tradiciones de las escuelas cartográficas previas (como dibujar el supuesto reino del preste Juan), pero dejó atrás otras, como por ejemplo no pintar el mar Rojo de ese color, tal y como se puede apreciar en la figura siguiente.

Son destacables, como ocurre en otros portulanos, las magníficas rosas de los vientos que añade.

Igualmente, las embarcaciones que dibuja en algunos de los océanos.

Teixeira no quiso dejar de representar reinos muy alejados de su patria, como ocurre con la actual Rusia (Moscovia) o Turquía (Truquia).

Un detalle reservado para el final es que, aunque habían pasado muchos años, el uxer, la nave que A. Cresques añadió en uno de los primeros portulanos conocidos, se dibuja en este planisferio. Curiosamente lleva la bandera de Portugal de ese momento histórico y en las velas luce la insignia de la Órden de los Caballeros de Cristo, la heredera de los templarios.

Este es, por lo tanto, un magnífico ejemplo pintado a mano sobre pergamino de las cartas portulanas de esa época histórica, enriquecidas con naves, escudos y rosas de los vientos. También se añade información política del momento como la división de las tierras descubiertas (Tratado de Tordesillas). El planisferio está depositado en la Biblioteca Nacional de Francia y se puede consultar una versión digitalizada en Gallica.