Archivo diario: 5 marzo, 2025
Joan Blaeu
Joan Blaeu
Joan Blaeu (La pronunciación holandesa: [-joún .blú]; 23 de septiembre de 1596, 21 de diciembre de 1673; también llamada Johannes Blaeu) fue un cartógrafo holandés nacido en Alkmaar, hijo del cartógrafo Willem Blaeu.
La vida
En 1620, Blaeu se convirtió en doctor en Derecho, pero se unió a la obra de su padre. En 1635 publicaron el Atlas Novus (título completo: Theatrum orbis terrarum, sive, Atlas novus) en dos volúmenes. Joan y su hermano Cornelius tomaron el estudio después de que su padre muriera en 1638. Blaeu se convirtió en el cartógrafo oficial de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales como su padre antes que él.
Blaeu murió en Ámsterdam el 21 de diciembre de[1]. Está enterrado en el Amsterdam Westerkerk.
Mapas
Americae Nova Tabula, 1614 Discusión de la adquisición y conservación de Archipelagus Orientalis por la Biblioteca Nacional de Australia (2013)
El mapa del mundo de Blaeu, Nova et Accuratissima Terrarum Orbis Tabula, incorporando los descubrimientos de Abel Tasman, fue publicado en 1648.[2] Este mapa fue revolucionario en el sentido de que “preciba el sistema solar según las teorías heliocéntricas de Nicolaus Copérnico, que muestran la tierra girando alrededor del sol…. Aunque el innovador libro de Copernicus sobre las revoluciones de las esferas había sido impreso por primera vez en 1543, poco más de un siglo antes, Blaeu fue el primer fabricante de mapas en incorporar esta teoría heliocéntrica revolucionaria en un mapa del mundo”.[3]
El mapa de Blaeu fue copiado para el mapa del mundo situado en el pavimento de la Groote Burger-Zaal del nuevo Ayuntamiento de Ámsterdam, diseñado por el arquitecto holandés Jacob van Campen (ahora el Palacio Real de Ámsterdam), en 1655.
La Hollandia Nova de Blaeu también fue representada en su Archipelagus Orientalis sive Asiaticus publicado en 1659 en el Atlas Kurfúrsten (Atlas of the Great Elector), y fue utilizado por Melchisédech Thévenot para producir su mapa, Hollandia Nova-Terre Australe (1664).[5] También publicó el 12-volumen de Le Grand Atlas, ou Cosmographie blaviane, en laquelle est exactement descritte la terre, la mer, et le ciEl esco. Una edición está fechada 1663, en folio 540 mm – 340 mm (21 en 13 pulgadas), que contenía 593 mapas y placas grabados.
Alrededor de 1649, Blaeu publicó una colección de mapas de la ciudad holandesa llamado Toonneel der Steeden (Vistas de Ciudades). En 1651, fue votado en el consejo de Amsterdam. En 1654, Blaeu publicó el primer atlas de Escocia, ideado por Timothy Pont.
Ferozmente competitivo con su contemporáneo Johannes Janssonius en cuanto a cuál de ellos podía hacer un atlas con una mayor cantidad de mapas, Blaeu en 1662 publicó el Atlas Maior, tenía 11 volúmenes e incluía 600 mapas. Este atlas se convirtió en un símbolo de estatus para los que lo poseían y era el libro más caro del siglo XVII.[6] Se planeó una cosmología como su próximo proyecto, pero un incendio destruyó el estudio por completo en 1672.[7]
Joan Blaeu, Mapa del Mundo, Siglo XVII
Mapa de Turín por Joan Blaeu, de Theatrum Sabaudiae
Atlas Maior
Portada de la edición en castellano.
El Atlas Maior (1662-1667) es un atlas del mundo, concebido por Willem Blaeu y compilado por su hijo Joan Blaeu, publicado por vez primera en 1662. La obra original se componía de 11 volúmenes, en latín, y contenía 594 mapas.
El Atlas Maior se basaba en gran parte en el Atlas Novus , publicado por los mismos editores entre 1635 y 1658. El título completo de esta obra, Theatrum Orbis Terrarum, sive Atlas Novus in quo Tabulæ et Descriptiones Omnium Regionum, denota que a su vez se basó en una obra anterior de Abraham Ortelius, el “Theatrum Orbis Terrarum” de 1570. En 1629 Willem Blaeu había ampliado sus fondos de mapas con la compra de las planchas utilizadas por Abraham Ortelius para el Theatrum Orbis Terrarum.
El Atlas Maior o Geographia Blaviana publicado por Joan Blaeu es una obra de gran interés por la perfección con que está realizada y el más bello atlas que jamás se ha publicado y, aún hoy día, continúa siendo uno de los libros más importantes de la historia de la cartografía. Su contenido sirvió de modelo a otros autores holandeses, alemanes, franceses e ingleses a lo largo del siglo XVIII.
El siglo XVII comienza bajo el signo de los grandes atlas decorativos cuyo auge había comenzado en el siglo anterior, en Amberes, en el momento de esplendor de la cartografía flamenca. Durante todo el siglo, la producción cartográfica seguirá monopolizada por los Países Bajos.
El autor del atlas Joan Blaeu es una de las figuras más relevantes de la cartografía holandesa que perteneció a una de las más populares firmas familiares productoras de cartografía. Su padre, Willem Janszoon Blaeu, fundó en 1599 el establecimiento cartográfico en Ámsterdam, especializado en obras geográficas y náuticas, mapas, atlas y en la construcción de globos terrestres e instrumentos científicos. A su muerte, su obra fue continuada por sus hijos y nieto: Joan, Willem y Cornelis. Especialmente su hijo Joan Blaeu llegó a ser una figura muy importante en el mundo de la edición cartográfica llevando el nombre de Blaeu a su mayor esplendor.
La primera edición en latín es de 1662 y consta de 11 volúmenes; posteriormente se publicaron ediciones en francés, holandés, español y alemán. La edición en castellano es un verdadero tesoro bibliográfico ya que las planchas de cobre se perdieron cuando la oficina tipográfica fue destruida por un incendio en 1672, precisamente cuando se estaba publicando la parte dedicada a España, quedando por ello incompleta.
«Atlas Maior» de Joan Blaeu: el despegue de la cartografía.
La familia Blaeu fue crucial para el desarrollo de la cartografía moderna. De origen holandés, la empresa Blaeu produjo algunos de los más renombrados mapas, globos terráqueos y atlas de Europa del siglo XVII.
La Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca puede presumir de una amplia colección de cartografía histórica en la que no faltan los bellos mapas de los Blaeu, como el Nuevo Atlas o Teatro del mundo o algunos de los Libros redondos y gordos que adornan la sala.
Principalmente en el siglo XVII, cuando Amsterdam ganó terreno a Amberes en el desarrollo del comercio marítimo, las exploraciones y la navegación, la imprenta de los Países Bajos experimentó un gran crecimiento y especialización en el ámbito de la cartografía. «Nadie hacía los mapas como ellos», subraya la directora de la Biblioteca Histórica, haciendo hincapié en el valioso trabajo llevado a cabo en las imprentas de Amsterdam.
Una curiosidad. Los mapas lucen con mucho colorido pero realmente se imprimían en blanco y negro y se coloreaban posteriormente, normalmente por encargo de los propios impresores y libreros, de una forma más o menos estándar, pero también había particulares que adquirían el ejemplar en blanco y negro y encargaban el coloreado a algún artesano o pintor de su confianza, para que personalizara los mapas.
El resultado eran obras de grandes dimensiones y unos precios desorbitados para aquella época. Comenta Oscar Lilao, jefe de Fondo Antiguo, que el «Atlas Maior» de Joan Blaeu, con entre diez y doce volúmenes tendría un precio de unos 20.000 euros de ahora, es decir, el sueldo de varios años de un artesano. Así que era un libro para los ricos de la época, lo que explica que, de forma paralela, se elaborasen libros de menor calidad y tamaño y con mapas en blanco y negro con el fin de responder a la demanda de los distintos estratos sociales.
El «Atlas maior» está considerada una de las obras más prodigiosas de la historia de la cartografía: «Son once volúmenes en un formato enorme (57 cm. de largo y 37 de ancho). Sumando los volúmenes, las ediciones en varios idiomas y teniendo en cuenta la tirada en cada uno de ellos, hablamos de 950.000 mapas y 5,5 millones de páginas de texto» destaca Lilao. Una gran inversión, años de trabajo que sólo podían hacer los grandes talleres del momento. «La imprenta más desarrollada en esos momentos era la de los Países Bajos, mucho más que la de los países del sur, sus obras son muy llamativas y nadie hace cartografía como ellos», reconoce la directora, Margarita Becedas. La Universidad de Salamanca cuenta con ediciones en latín, en español y en francés, pero también hubo en holandés y alemán.
Y es que no son mapas al uso. La cartografía del XVII destaca por el detalle de cada país o zona geográfica y, además, incluyen dibujos, por ejemplo de figuras humanas con los trajes típicos de cada región y completan los libros textos explicativos sobre cuestiones geopolíticas.
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