Cuevas
En esta Categoría, se incluyen las “Cuevas” de cierto tamaño, identidad e importancia, ya sea por su uso, como Templos o habitáculos (no se incluyen aquí las ciudades, o complejos de viviendas subterráneas).
Casi siempre hay un escaso conocimiento de sus orígenes e historia.
Algunas de estas todavía se usan como templos, pero generalmente su uso es “turístico”.
Índice temático Cuevas:
Gilmerton Cove
Gilmerton Cove
La ciudad de Edimburgo, capital de Escocia, no necesita mucho más de lo que tiene para convertirse en el destino turístico de primer orden que actualmente es. Su magnífico Castillo, su entorno natural, sus calles medievales y el Festival de Agosto que se celebra todos los años en la ciudad, son atractivos más que suficientes para visitar esta preciosa ciudad.
Pero si os digo que hay algo bajo sus calles que realmente merece la pena descubrir, y que se ha convertido en la principal atracción turística de Edimburgo.
Vamos a desvelar el misterio: me refiero a Gilmerton Cove, un entramado de cámaras y pasadizos que se encuentran bajo el barrio de Gilmerton, en la zona sur de Edimburgo. Este lugar se ha convertido en la principal atracción turística de la ciudad escocesa, desbancando al Castillo y al Zoo. Es posible recorrer los tenebrosos pasajes en una visita guiada, digna de la película de terror más clásica que se precie.
Uno de los pasajes de Gilmerton Cove.
Gilmerton Cove es una serie de pasajes subterráneos y cámaras talladas a mano de piedra arenisca situada bajo las calles de Gilmerton, una antigua aldea minera, ahora un suburbio de Edimburgo, Escocia.
Un proyecto de colaboración de cinco años entre Gilmerton Heritage Trust y el Ayuntamiento de Edimburgo permitió que la Ensenada recién restaurada abriera en 2003 como un recurso educativo para la comunidad, así como un lugar para visitar.
Hay muchas teorías sobre los orígenes de la Ensenada y su propósito. Se sabe que fue la residencia del siglo 18 del herrero local, George Paterson. Los registros de la parroquia muestran que fue reprendido por permitir que el alcohol fuera consumido dentro de la Ensenada el sábado. No se sabe si Paterson fue responsable de excavar la Ensenada.
Las teorías populares son que fue utilizado como guarida de bebedores para la nobleza local, un refugio de Covenanters, y una guarida de los contrabandistas. Una extensa investigación arqueológica e histórica no ha podido resolver el misterio. En 2007, la serie de televisión documental Ciudades del Inframundo presentó Gilmerton Cove en el episodio de Sin City de Escocia, que postula que el Cove estaba vinculado a un cercano Hellfire Club edificio a través de un pasaje secreto.
Los pasadizos de Gilmerton Cove tienen una antigüedad de más de trescientos años, y a día de hoy siguen siendo un misterio para arqueólogos e historiadores. Se especula que podría tratarse de catacumbas para refugio de grupos religiosos en tiempos de persecuciones; tal vez una tumba, un lugar de reuniones para miembros de la Logia Masónica o incluso el lugar de recogimiento de los Caballeros Templarios… A día de hoy, lo único que se sabe que a principios del siglo XVIII las cuevas fueron ocupadas por un herrero local llamado George Paterson.
La ruta guiada dura una hora y se realiza en Gimerton Cove (16 Drum Street, Gilmerton, Edimburgo). Es imprescindible reservar. Los pasadizos se pueden visitar todos los días de la semana, de diez de la mañana a cuatro de la tarde. Puedes encontrar más información en la página web de Gilmerton Cove.
La historia de Gilmerton Cove
Cuenta la tradición que en 1719, en una época en la que la mayoría de familias del pueblo minero de Gilmerton vivía en espacios muy reducidos, un herrero llamado George Paterson decidió excavar una morada subterránea en la piedra, que habría completado, según él, en tan solo 5 años.
Su nueva vivienda, que hoy en día puedes recorrer en una de las visitas guiadas, estaba formada por varias cámaras, una forja, un pozo y camas, mesas y sillas talladas en la piedra. Sin embargo, la primera investigación arqueológica de Gilmerton Cove, que se llevó a cabo en 1897, cuestionó por vez primera la historia de Paterson, concluyendo que el origen de las cavidades se remontaría a un siglo antes de que las obras del herrero comenzasen. Nacieron entonces un sinfín de teorías: ¿quién, por qué y para qué construyó Gilmerton Cove?
Teorías sobre el origen
Desde el pasado siglo, periódicamente se han excavado e investigado los pasajes, limpiándolos de escombros y descubriendo nuevas cavidades que antes quedaban ocultas. Lejos de desentrañar el misterio, a la incógnita de su origen se le han sumado otros muchos enigmas que no hacen más que avivar las especulaciones: túneles que no se sabe dónde desembocan, pequeñas tuberías que se adentran en la oscuridad de la roca, la certeza de que ni el pozo ni la forja se han utilizado nunca, inscripciones escarbadas en las mesas, agujeros en la piedra que prueban que cada habitación quedaba cerrada por una puerta…
Se sabe que, con el transcurso de los siglos, las cámaras han sido ocupadas de manera pasajera por visitantes muy variados. Las teorías hablan de Gilmerton Cove como escenario de celebraciones rituales, destilería de alcohol, refugio para los Covenanters, lugar de reunión de sociedades secretas, escondite de contrabandistas…
El centro de visitantes
En 2003, después de varios años de obras para acondicionar y restaurar las cavidades e intentar, una vez más, descifrar el origen de este laberinto subterráneo, el centro de visitantes de Gilmerton Cove abrió sus puertas al público. Allí, una exposición audiovisual te dará la bienvenida, invitándote a conocer al detalle la historia de Gilmerton y ofreciéndote una muestra de lo que encontrarás una vez te adentres en las profundidades.
Durante la primera media hora de la visita, un guía te llevará a las entrañas de la roca y te mostrará las cámaras, pasillos y túneles mientras te cuenta las múltiples teorías que rodean a este inquietante lugar, integrándolas hábilmente en la historia escocesa de los últimos siglos. Después, dispondrás del tiempo que quieras para preguntar cualquier duda, explorar las cámaras a tu antojo, tomar fotografías y dejar volar la imaginación. Las cavidades están iluminadas, pero si quieres puedes traer tu propia linterna. Debido a que el techo es bajo, tendrás que llevar un casco, que el centro de visitantes facilita. Todas las visitas guiadas son en inglés.
Cuevas de Ellora
Cuevas de Ellora
Vista de una gruta jaina.
Coordenadas: 20°01′35″N 75°10′45″E; India
N.° identificación: 243
Año de inscripción
Ellora o Ellorā es una localidad de la India, antiguamente conocida con el sobrenombre de Elapurā, se encuentra a 30 km de la ciudad de Aurangābād en el distrito homónimo, en el pradesh o estado federal de Maharashtra.También se conoce como Elapura en la literatura Rashtrakutakannada
Ellora es célebre por su arquitectura rupestre, con monasterios y templos budistas (grupo A: grutas 1 a 12 que datan del aproximadamente el año 500 a aproximadamente el 650), hinduistas (grupo B: grutas 13 a 29 establecidas entre los siglos VII y VIII) y jainas (grupo C: construidos entre los siglos VIII y XIII).
Estas estructuras han sido excavadas en un precipicio de los montes Charanandri, siendo su número total 34, de las cuales 12 son budistas, 17 hinduistas y 5 jainistas. La coexistencia de estas edificaciones demuestra cierto grado de tolerancia interreligiosa en la India hasta la llegada del Islam.
Las grutas budistas son las estructuras más antiguas y consisten principalmente en vihāras y monasterios, algunos de estos son verdaderos santuarios exornados por una imagen del Buda. En este conjunto la joya del lugar es el templo de Kailāsanātha (725–755), se trata de un edificio en forma de templo, completamente excavado en la roca.
Vista del templo de Kailāsanātha.
La costumbre dicta que los templos levantados por nuestros antepasados se construían piedra a piedra. Con todo tipo de materiales, uniones y técnicas. Por eso resulta tan sorprendente encontrarse y comprender el templo de Kailasa, el gran tesoro de las cuevas de Ellora. Su espectacularidad radica en que está formado por una sola roca, lo que la convierte en la escultura monolítica más grande del planeta. El templo Kailasa se esculpió empezando por la parte superior de una escarpadura hasta convertirse en la perla de las 34 cuevas de Ellora, el culmen de la arquitectura sobre roca de India.
El viaje de un joven oficial británico en 1810 dio a conocer al mundo uno de los monumentos más fascinantes de la India: las cuevas de Ellora
En el año 1983, Ellorā ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Uno de los templos de la cueva en Ellora
Ellora es un lugar arqueológico que se encuentra a unos 30 kilómetros de la ciudad de Aurangabad, y fue construido por los gobernantes Rashtrakutta. Este lugar es muy conocido por sus cuevas monumentales, las cuales son consideradas Patrimonio de la Humanidad.
De entre ellos destaca el ya mencionado templo de Kailasa, nombre que recibe la supuesta morada de Siva en el Himalaya. El rey Krishna I está detrás de la decisión de excavarlo en el año 760 a la mayor gloria del dios. Sus paredes ennegrecidas, siglos después, siguen representando escenas del Ramayana, la epopeya atribuida a Valmiki, o el Mahabharata.
En el templo de Kailasa, Templos y cuevas de Ellora.
A menos de 100 kilómetros de las cuevas de Ajanta, se trata de un conjunto de construcciones excavadas a lo largo de dos kilómetros en una escarpadura de basalto. Comprender lo que ocurrió entre los años 600 d.C. y 1000 d.C. conlleva visualizar a generaciones y generaciones de monjes excavando laboriosamente en esta pequeña pendiente bajo las órdenes de quien tenía en su cabeza un plano que le mostraba el templo que se encontraba dentro de esa montaña. Solo había que retirar lo que sobraba.
Budistas, hinduistas y jainíes excavaron sus monasterios y templos a lo largo de dos kilómetros que conforman las cuevas de Ellora.
Estas cuevas representan el punto álgido de la arquitectura en roca de la India. Las 34 cuevas de Ellora son en realidad estructuras excavadas en la cara vertical de los cerros Charanandri, y son monasterios y templos budistas, hinduistas y jainíes que se construyeron entre los siglos V y X.
Pequeña cascada sobre varios templo hinduistas, Templos y cuevas de Ellora
Las profusas esculturas que adornan las cuevas de Ellora hablan también de la fraternidad entre religiones en India, pues de las 34 excavaciones se sabe lo siguiente. Que 12 son de factura budista de entre los años 600 y 800 d.C.; que 17 tienen impreso el carácter hindú de sus constructores entre los siglos VII y X d.C.; y que tras los cinco restantes está el esfuerzo jainita de los últimos doscientos años del primer milenio. Todos construyendo a la vez sus templos y guaridas para venerar a sus dioses, mirándose de reojo a lo largo de siglos en una carrera de fondo que ha acabado por beneficiar a la vista del visitante.
Pinturas en Ellora
A diferencia de las cuevas de Ajanta, conocidas por la belleza de sus pinturas murales, los templos excavados en la roca de Ellora destacan por sus numerosas esculturas y relieves. Pero en algunos templos, como el Kailash, aún se conservan restos de frescos que recrean episodios mitológicos, como el que aquí se reproduce.
Un dios furioso
Uno de los templos hinduistas más interesantes de Ellora es la cueva número 29, llamada Dumar Lena, datada en el siglo VIII y decorada con relieves escultóricos que recrean episodios de la vida de Shiva, como éste, en que el malvado demonio Ravana es castigado por un enfadado dios.
En las laderas de los montes Charanandri, en la región del Decán (actual estado indio de Maharashtra), y a lo largo de una línea continua de dos kilómetros, se excavaron entre los siglos VII y XI una serie de monasterios y templos pertenecientes a tres de las grandes religiones del subcontinente: hinduismo, budismo y jainismo. A diferencia de otros lugares de la India, como las vecinas cuevas de Ajanta, Ellora nunca dejó de ser visitada. Recién estrenado el siglo XVIII, el médico y viajero veneciano Niccolao Manucci, al servicio de la corte mogola, había llegado hasta allí y se había sorprendido de la calidad artística de sus esculturas y pinturas. Incluso cronistas mogoles como Muhammad Kazim admiraron la habilidad y sofisticación de los artistas que excavaron Ellora.
Un viaje peligroso
A principios del siglo XIX, John B. Seely, un oficial británico acantonado en Bombay, oyó hablar de las cuevas de Ellora, con sus magníficas esculturas y pinturas, y decidió visitarlas. Seely era un joven inquieto, curioso y apasionado por aquella India tan distinta a su Inglaterra natal. Sus superiores en Bombay intentaron disuadirle y le advirtieron de los peligros que corría, pero no lograron frenar su entusiasmo ante la que consideraba la aventura de su vida.
El 10 de septiembre de 1810, Seely emprendió un viaje que le llevaría 500 kilómetros al norte de Bombay, a través de tierras dominadas por bandidos, selvas infestadas de mosquitos, altos pasos de montaña y ríos infranqueables, bajo unas temperaturas de más de 40 grados y el acoso constante de nativos hostiles. Le acompañaba una extensa comitiva: bueyes para transportar su tienda, porteadores que llevaban su cama de campaña y su escritorio, varios sirvientes y una escolta armada de seis cipayos y un cabo. Tras varios días de agotador viaje llegaron a Poona, la cosmopolita capital de la confederación mahratta, un reino indio independiente. En Seroor, Seely cambió la guardia y compró nuevos bueyes y un camello, pero en Toka sufrió unas fiebres y tuvo que descansar varios días. Parcialmente recuperado, Seely atravesó la jungla, y por fin, a lo lejos, observó la aguja de un templo. Estaba en Grishneshwar, un pueblecito cercano a Ellora.
Seely se dirigió rápidamente a Ellora, que se hallaba a un kilómetro y medio. Cuando por fin alcanzó su objetivo, quedó extasiado ante lo que vio: «Es totalmente imposible describir los sentimientos de admiración y asombro suscitados en mi mente al advertir por primera vez aquellas maravillosas excavaciones […] ver los magníficos edificios entre los que la gente hormiguea».
Hay 34 templos en Ellora: 17 hinduistas, 12 budistas y 5 jainistas. La mayoría son cuevas abiertas en la montaña, y sólo dos son templos aislados, también excavados en la roca pero separados gradualmente hasta quedar prácticamente exentos. Uno de ellos es el templo hinduista más grande y extraordinario de la India: el Kailashanta o Kailash, que significa «montaña sagrada», la residencia de Shiva, dios de la creación y de la destrucción. El colosal templo fue construido por el rey Krishna I en el siglo VIII en un solo bloque monolítico, y se excavó desde la cima de la montaña hacia abajo. De 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de intrincados relieves escultóricos. Seely hizo montar su tienda frente al Kailash, que fue el primer templo que exploró, y pasó el día siguiente escalando las galerías y penetrando en los templos más pequeños, donde registró y dibujó todo lo que veía. En una de sus incursiones, Seely descubrió el Lankeswar, una enorme capilla excavada en la roca y mayor que todo el conjunto del propio Kailash, con 27 columnas pétreas macizas que sostenían el techo.
Un lugar impactante
La profusión y belleza de tallas, relieves y esculturas de budas gigantescos en el interior de los templos budistas impresionaron al joven oficial. En el Teen Tal, un templo de tres pisos, encontró una hilera de siete budas en posición de enseñar y que aún mantenían parte de su policromía original. Seely tuvo que cruzar un kilómetro y medio de terreno escarpado para visitar los templos jainistas. En el de Indra Sabha contempló una enorme estatua sedente de Mahavira, el 24 y último tirthankara (ser que ha alcanzado la trascendencia) del jainismo.
Pero el esfuerzo de explorar todos y cada uno de los rincones de Ellora, llenos de polvo y alimañas, empezó a pasar factura a Seely, que decidió abandonar el lugar. Nunca regresó. A pesar de no ser un erudito, Seely realizó una descripción minuciosa y precisa de todo lo que vio en su libro Maravillas de Ellora, publicado en Londres en 1824, pocos años después de que el italiano Giovanni Belzoni diera a conocer al mundo los templos de Abu Simbel. En su libro, Seely habla con pasión de aquel lugar que le marcó tan profundamente: «En mi humilde opinión no existen monumentos de la Antigüedad comparables a las cuevas de Ellora […] Lector, ¿no es una completa maravilla? ¿O es de menor categoría que los lugares mencionados por Belzoni?».
Ellora era un centro comercial histórico importante de la región de Deccan, situada en una ruta comercial antigua del sur de Asia. Las cuevas de Ellora sirvieron como monasterios para monjes, templos para oraciones y un lugar para descansar de los peregrinos, pero ahora es un sitio arqueológico donde contemplar esta maravilla de la arquitectura india. Las cuevas de Ellora, junto con las cercanas cuevas de Ajanta, forman una de las principales atracciones turísticas de la región de Maharashtra.
Entrada a las cuevas de Ellora
LAS CUEVAS BUDISTAS
Cuevas budistas (1-13). Datan del siglo V al VII.
En un principio se pensó que las cuevas budistas fueron las primeras estructuras creadas entre los siglos V y VIII, pero ahora está claro para los estudiosos modernos que algunas cuevas hindúes preceden a estas cuevas. Como primera cueva budista podemos citar la número 6, y como últimas las número 11 y 12. Todas las cuevas budistas fueron construidas entre los años 630 y 700.
Estas estructuras son mayoritariamente viharas o monasterios de varios pisos. Son grandes edificios tallados en la cara de la montaña donde se incluyen viviendas, dormitorios, cocinas y otras habitaciones. En algunas de estas cuevas hay esculturas de Buda, de Bodhisattvas y otras divinidades. Y en otras cuevas, los escultores se han esforzado por dar a la piedra el aspecto de la madera.
La cueva más conocida de todas es la número 10, conocida como el Salón Chaitya o Cueva de Vishvakarma, popularmente bautizada con el nombre de la Cueva del Carpintero. La cueva del Carpintero es famosa por la estructura del techo, en que se reproduce, tallando en la roca, una estructura de madera, aunque también destaca la gran stupa que contiene en su interior. Más allá de su entrada de varios pisos está la gran sala conocida como chaitya, cuyo techo se ha tallado para dar la impresión de ser vigas de madera. En el corazón de esta cueva hay una estatua de Buda sentado en pose de predicación. Entre las cuevas budistas, las primeras nueve son monasterios.
Cueva 1
La cueva 1 es un vihara con ocho celdas, cuatro en la pared superior, y las cuatro de la pared de la derecha. Tenía un pórtico y es posible que la cueva sirviera como granero de otros viharas.
El Vishvakarma
El Vishvakarma (Cueva 10) es la única chaitya griha entre el grupo de cuevas budistas de Ellora. Localmente se la conoce como la cueva del carpintero. Esta cueva sigue las mismas pautas de construcción que las cuevas 19 y 26 de Ajanta. Por razones estilísticas, la fecha de construcción de esta cueva se calcula sobre el año 700. Hubo un tiempo en que el chaitya tenía una pantalla muro alta, la cual se encuentra en ruinas en la actualidad. Enfrente de la cueva hay un corte de roca, a la cual se entra a través de unas escaleras. A ambos lados hay columnas con cámaras en sus paredes traseras. Probablemente estaban destinadas a ser capillas subsidiarias, pero no fueron completadas. La sala principal es absidal en planta y está dividida en una nave central y otras laterales divididas por 28 columnas octogonales con soportes capitales planos. Al final del ábside de la sala chaitya hay enfrente una estupa tallada de un colosal buda sentado de 3,30 metros, y se encuentra en una postura de enseñanza (vyakhyana mudra). También hay un árbol tallado en la parte posterior. La sala tiene un techo abovedado con una especie de costillas que se han tallado en la roca imitando a los de madera.
CUEVAS HINDUES
Cuevas hinduistas (14-29). Datan de mediados del siglo VI al VIII.
Dentro de las cuevas hinduistas destaca la cueva 16, o Templo de Kailasha, centro de todo el conjunto excavado de Ellora y que simula un templo de varias plantas levantado in situ, sin embargo fue excavado de una sola pieza. Perteneciente al Grupo brahamánico, reproduce un monte sagrado que simboliza el hogar de Shiva en el Himalaya, con una delicadeza en sus detalles, con escenas de la vida hindú y su mitología esculpidas en la propia roca.
Las cuevas hindúes se construyeron entre mediados del siglo VI hasta finales del siglo VIII. La primeras cuevas (cuevas 17 y 19) fueron construidas durante el periodo Kalachuri. La primera obra se inició en las cuevas 28, 27 y 19. Estas cuevas fueron seguidas por las dos cuevas más impresionantes construidas en la primera fase, las cuevas 29 y 21. Junto con estas dos, también se trabajaba en las cuevas 20 y 26, y un poco más tarde, en las cuevas 17, 19 y 28. Las cuevas 14, 15 y 16 fueron construidas durante el periodo Rashtrakuta. El trabajo se inició en las cuevas 14 y 15, culminando en la número 16. Todas estas estructuras representan un estilo diferente de visión creativa y capacidad de ejecución. Algunos trabajos eran de tal complejidad que se requerían de varias generaciones para planificarlos y coordinarlos.
El Kailasahatha (Templo Kailash)
La cueva 16, también conocida como Kailasa o Kailasanatha, es la pieza central incomparable de Ellora. Fue diseñada para rememorar el monte Kailash, la morada del señor Shiva, y aunque parece un edificio independiente, un templo con varios pisos, lo cierto es que fue tallado en una sola roca, y cubre un área del doble de tamaño que el Partenón de Atenas. En un principio este templo fue cubierto con yeso blanco, por lo cual conseguían mayor similitud con el monte Kailash, el cual se encuentra la mayoría del tiempo cubierto con nieve.
Todas las tallas están realizadas en más de un nivel. La puerta que une los dos pisos se asemeja al gopuram del sur de la India, el cual se abre y muestra un patio en forma de U. El patio se encuentra rodeado de galerías con columnas de tres pisos de altura. Estas galerías son interrumpidas por enormes paneles esculpidos, y nichos que contienen esculturas enormes de varias deidades.
Templo de Kailasa visto desde arriba, Templos y cuevas de Ellora.
Originariamente estas galerías estaban conectadas por puentes de piedra a las estructuras del templo central.
Dentro del patio hay tres estructuras. Como es tradicional en los templos de Shiva, en primer lugar y enfrente del templo central hay una imagen del toro sagrado llamado Nandi. El templo central – Nandi Mandap – acoge al lingam (la representación del dios). El Nandi Mandap se encuentra sobre 16 pilares y tiene una altura de 29,30 metros. La base de este patio central ha sido tallado a un tamaño que sugiere que elefantes de tamaño real sostienen la estructura en alto. Un puente de piedra conecta el patio Nandi Mandap con el templo de Shiva que hay detrás. El templo en sí es piramidal y recuerda a las estructuras de los templos del sur de la India. El santuario (completado con pilares, ventanas, habitaciones interiores y exteriores, salas de reuniones y un enorme lingam en su parte central) está tallado en piedra viva con nichos, pilastras, ventanas, así como con imágenes de deidades, mithuras (figuras eróticas de hombres y mujeres) y otras diferentes figuras. La mayoría de las deidades que hay en la parte izquierda de la entrada son de Shaivaite (seguidores de Shiva), mientras que en la parte derecha hay deidades Vaishnavaites (seguidores de Vishnu). En el patio, además, hay dos pilares con el asta de la bandera, dos Dhvajastambhas. La gran escultura de Ravana intenta levantar el monte Kailasa, la morada del dios Shiva, siendo esto un hito en el arte indio. La construcción de esta cueva fue una proeza del genio humano, e implicó la eliminación de 200.000 toneladas de roca y 100 años para poder completarse.
El templo es un logro espléndido del arte Dravidiano. Este proyecto fue iniciado en Ellora por Krishna I (757-773) de la dinastía Rashtrakuta, quien gobernó desde Manyakheta en el actual estado de Karnataka. Su gobierno se extendió también por el sur de la India, así pues este templo fue excavado al estilo predominante en la época. Sus constructores fueron inspirados en las líneas del templo Virupaksha en Pattadakal.
La morada de Shiva
Vista del Kailash, en Ellora, uno de los mayores santuarios hinduistas de la India y uno de los dos únicos edificios exentos del emplazamiento.
El Dashavatara
El Dashavatara, o cueva 15 de Ellora, fue iniciada como monasterio budista. Este templo tiene un patio abierto con una mandapa monolítica en la mitad, y un templo de dos pisos en la parte trasera. El diseño de este templo está estrechamente relacionado con las cuevas 11 y 12. Los grandes paneles escultóricos que hay entre las columnas de la pared, en el piso superior, ilustran una amplia gama de temas, las cuales incluyen a los diez avatares de Vishnu. Según el Coomaraswamy, lo más significativo de esta cueva es una representación de la muerte de Hiranyakashipu, donde Vishnu con forma de hombre-león, emerge de un pilar para poner su fatal mano sobre el hombro de Hiranyakashipu.
Otras cuevas hindúes
Entre otras cuevas hindúes destacables podemos citar la Rameshwara, o cueva 21, donde se ven en la entrada figuras de las diosas de los ríos Ganges y Yamuna, y la Dhumar Lena, o cueva 29, cuyos diseños son similares a los de las cuevas templo de la isla Elephanta, cerca de Mumbai.
Otras dos cuevas, la Ravan ki Khai (cueva 14) y la Nilkantha (cueva 22) también tienen ciertas esculturas. El resto de las cuevas hindúes, las cuales incluyen la Kumbharvada (cueva 25) y la Gopilena (cueva 27) no tienen esculturas importantes.
CUEVAS JAINIES
Cuevas jainistas (30-34). Datan del siglo XI y X.
Las cuevas Jainistas pertenecen a los últimos años de excavación en Ellora. Se caracterizan por su decoración ascética, con dimensiones regidas por la filosofía y tradición jainistas. Las más destacables son las cuevas de Chhota Kailash (cueva 30), Indra Sabha (cueva 32) y Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 perteneciente a este conjunto se encuentra inacabada.
Las cinco cuevas jainíes de Ellora son de los siglos IX y X, y todas ellas pertenecen a la secta de los Digambara. Estas cuevas revelan las dimensiones específicas de la filosofía y tradición jain. Estos lugares revelan un estricto sentido de ascetismo – no son grandes en comparación con las otras cuevas, pero presentan obras de arte excepcionalmente detalladas. Sus santuarios más notables son el Chhota Kailash (cueva 30), el Indra Sabha (cueva 32) y el Jagannath Sabha (cueva 33). La cueva 31 tiene una sala de cuatro pilares sin acabar y un santuario. La cueva 34 es una pequeña cueva a la cual se puede acceder desde una abertura en la parte izquierda de la cueva 33.
El Indra Sabha (cueva 32)
La cueva 32 es una cueva de dos pisos con un santuario monolítico es su patio. Esta cueva tiene un fino grabado de la flor de loto en el techo, y es conocida como Indra Sabha probablemente por su ornamentación y también por la escultura de Yaksha Matanga sobre un elefante, el cual ha sido identificado erróneamente como Indra. En el nivel superior de este santuario de dos pisos, en la parte trasera del patio, hay una imagen imponente de Ambika, el Yakshi de Neminatha que se encuentra sentado sobre su león y debajo de un árbol de mango cargado de frutos.
Otras cuevas jainíes
Las otras cuevas jainíes también se caracterizan por sus intrincados detalles. En muchas de las estructuras había ricas pinturas en los techos, fragmentos de los cuales todavía son visibles.
Cuevas de Mustang
Las misteriosas cuevas de Mustang, Nepal
El Reino de Mustang, que bordea la meseta tibetana, es una de las regiones más remotas y aisladas del Himalaya nepalí. Una vez reino budista independiente, Mustang fue anexado por Nepal a finales del siglo 18, pero conservó su estado como un principado independiente hasta la década de 1950, cuando la zona estaba más estrechamente consolidada en Nepal. Debido a su ubicación fronteriza sensible, Mustang estaba fuera de los límites para los extranjeros hasta 1992. El relativo aislamiento del mundo exterior de la región ha ayudado a Mustang a conservar su antigua cultura que está más estrechamente relacionada con el Tíbet que con Nepal.
Fotos: National Geographic
El paisaje es también diferente a todo lo que puedes encontrar en cualquier otra parte de Nepal – profundas gargantas talladas por el río Kali Gandaki, y extrañas formaciones rocosas esculpidas. Las paredes de los acantilados están picadas con una estimación de 10.000 antiguas viviendas cueva, algunas de las cuales se alzan a más de 150 pies sobre el suelo del valle. Nadie sabe quién excavó las cuevas de Mustang, o incluso cómo la gente escaló la pared de roca casi vertical para acceder a ellas. A algunas de las cuevas parece casi imposible llegar incluso para los escaladores experimentados.
Hace siete siglos Mustang era un hervidero de actividad: centro de arte y erudición budistas y posiblemente la conexión más fácil entre las salinas del Tibet y las ciudades del subcontinente indio. La sal era entonces uno de los artículos más preciados del mundo. En la edad de oro de Mustang, apunta Charles Ramble, antropólogo de la Sorbona, las caravanas de sal trillaban los accidentados caminos de la región.
Más tarde, en el siglo XVIII, Mustang cayó bajo el dominio de reinos vecinos, explica Ramble, y con ellos llegó el declive económico. La India proporcionaba sal más barata. Las grandes estatuas y los mandalas de vivos colores de los templos de Mustang empezaron a deslucirse. Y pronto la región cayó en el olvido, perdida más allá de las grandes montañas.
Siglos después, a mediados de la década de 1990, arqueólogos de la Universidad de Colonia y de Nepal lograron entrar en algunas de las cuevas más accesibles. Encontraron varias decenas de cadáveres, de al menos 2.000 años de antigüedad, alineados sobre lechos de madera y adornados con joyas de cobre y cuentas de vidrio, artículos de importación que confirman el papel de Mustang como encrucijada comercial.
La mayoría de las cuevas de Mustang están ahora vacías, pero otras muestran signos de ocupación doméstica – chimeneas, contenedores de almacenamiento de grano y espacios para dormir. Algunas cuevas fueron aparentemente usadas como cámaras funerarias. En otras cuevas, esqueletos que datan de los siglos 3 al 8, antes de que el budismo llegase a Mustang, tenían marcas de corte en los huesos que pueden haber sido causadas durante la práctica del entierro celestial, donde la carne del cuerpo se corta en trozos pequeños y se deja para ser comida por los buitres. El entierro celestial todavía se practica en muchas regiones remotas del Himalaya.
Los arqueólogos creen que las cuevas en Mustang se utilizaron en tres períodos generales. Fueron utilizadas por primera vez hace unos 3.000 años como cámaras funerarias. Luego, hace unos 1.000 años, se convirtieron principalmente en zona de habitación, tal vez para escapar de las batallas y los intrusos en el valle. Por último, por la década de 1400, la mayoría de las personas se habían trasladado a pueblos tradicionales y las cuevas se convirtieron en lugares de meditación. Algunas de estas cuevas se convirtieron en monasterios como el Luri Gompa, el monasterio de la Cueva Chungsi y el Monasterio de la Cueva Nyiphuk, todos los cuales fueron construidos alrededor y dentro de las cuevas.
Luri Gompa es uno de los más famosos templos de las cuevas de Mustang. El monasterio está situado en una repisa, con al menos un centenar de metros de altura desde el suelo, en uno de los muchos pilares naturales como estructuras de piedra arenisca. Un sendero sinuoso sube todo el camino desde el fondo del valle a una sola puerta de entrada que conduce a dos cámaras interconectadas.
La cámara exterior contiene un santuario, mientras que la cámara interior – el principal tesoro de Luri Gompa – está bellamente decorada con una serie de pinturas que representan los Mahasiddhas de la India – santos que se dice que han logrado el siddhi, o poderes extraordinarios mediante la meditación. No se ha encontrado documentación perteneciente a este misterioso gompa o monasterio, pero las pinturas murales parecen haber sido hechas en el siglo 14 o incluso antes.
El explorador y alpinista Pete Athans, realizó varias e interesantes visitas a estas cuevas.
La primera vez que Pete Athans vislumbró las cuevas de Mustang fue durante un trekking en 1981. Muchas parecen totalmente inaccesibles, y él, experimentado alpinista que ha coronado el Everest siete veces, no pudo resistirse al reto de alcanzarlas. Pero hasta 2007 no consiguió los permisos necesarios. Mustang se convirtió al instante, según él mismo asegura, en «la expedición de mi vida». Este viaje, en la primavera de 2011, era su octava visita al lugar.
Es interesante su relato y experiencias.
Cuevas de Maijishan
Cuevas de Maijishan
麥積山石窟
Localización geográfica/administrativa
Continente: Asia; Región: China
Situación
División(es): Gansu; Municipio(s): Tianshui
Excavación(es): 1953
Arqueólogo(s): Chan Shu-Song
Mapa(s) de localización
Cuevas de Maijishan: Coordenadas: 34°24′22″N 105°08′04″E
Las cuevas de Maijishan (chino: 麥積山石窟, chino simplificado: 麦积山石窟, pinyin: Màijīshān Shíkū) son un grupo de 194 cuevas de carácter budista excavadas sobre la ladera del monte homónimo en Tianshui en la provincia del Gansu. Este complejo de arquitectura rupestre, comprende más de 7200 esculturas budistas y 1000 m² de frescos. Casi todas las estatuas están modeladas en arcilla sobre un alma de madera o sobe una armazón de piedra sin devastada. Se hallan dispersas en diez niveles sobre una escarpada pared rocosa. El inicio de la construcción se remonta a la dinastía Qin tardía (384-410) del periodo de los Dieciséis Reinos.
Este conjunto de grutas fueron exploradas por primera vez en 1952 por un equipo de arqueólogos chinos de Beijin, que idearon el sistema de numeración de las cuevas que todavía está en uso hoy en día: Las cuevas de la 1 a 50 se encuentran en la pared del acantilado occidental y las cuevas de la 51 a la 191 en la pared del acantilado oriental.
Las cuevas de Maijishan están ubicadas en la ruta de la seda,y son posteriores a las más occidentales cuevas del templo Bingling, a su vez influidas por precedentes estructuras como los Budas de Bāmiyān, y se hallan al oeste de las grutas de Yungang y las grutas de Longmen. Se accedía a las cuevas mediante pasarelas de madera fijadas a la pared rocosa, siendo un camino peligroso. Cuando se desplomaban las pasarelas las cuevas quedaban aisladas. Ese fue le motivo de que permanecieron olvidadas hasta que se redescubrieron en 1953, por un equipo de arqueólogos chinos guiados por Chan Shu-Song, director del Instituto de Investigaciones de Dunhuang. Las cuevas cubren un periodo comprendido entre los Wei septentrionales y la dinastía Song.
Estas impresionantes cuevas se encuentran en la montaña Maijishan. Esta formación, de 142 metros de arenisca roja púrpura, toma su nombre por su parecido en la lejanía con una enorme “bala de paja de trigo“.
Está rodeada por una exuberante vegetación, un paisaje espléndido y pintoresco que no en vano disfrutó de la reputación de ser uno de los lugares más hermosos del país.
Su topografía y ubicación atrajo a monjes budistas, artesanos y artistas que excavaron sus cuevas para crear templos dedicados a la meditación, y se preocuparon por embellecerlo esculpiendo y pintando sus estancias a lo largo de muchos siglos.
La más antigua referencia a una comunidad budista en Maijishan se encuentra en el Gāosēng zhuàn (高僧傳, Biografías de monjes eminentes, T.D. 2059), compuesto en el año 519, donde se describe la llegada de un centenar de monjes, tras la del monje Tanhung entre el 420 y el 422, seguidos de la llegada de Xuangao que llevó a 300 miembros de la comunidad. Hacia el 440 sin embargo, las persecuciones antibudistas y el periodo de guerras continuas llevaron al abandono del área.
La más antigua inscripción datada, presente en las cuevas, se encuentra en la gruta 115 y se remonta al 502. Pero la estructura sufrió continuas modificaciones y ampliaciones a lo largo de toda la historia dinástica china; en especial durante las dinastías Song y Ming.
La imagen budista más frecuentemente representada es la del Buda Amitābha, flanqueada por las de Avalokiteshvara y Mahasthamaprapta, clara señal de que la tradición del budismo amidista era frecuente aquí. Otras estatuas son representaciones del Buda histórico y del Buda futuro.
La cueva más grande es la número 4. Se la denomina Sanhua-lou y se abre en la pared este. Consta de siete nichos cuadrados de piedra, con 12 estatuas en cada uno de ellos. Hay a cada lado un Buda central acompañado de un bodhisattva y un discípulo, otros tres bodhisattva ocupan la pared. la fachada que contiene los nichos está cubierta por un techo en forma de tímpano, luce un arquitrabe. Un relieve similar a un drapeado enmarca la entrada, la cual se abre sobe una superficie acotada por dos pilastras. En una inscripción figura que fue construida entre los años 566 y 568, pero las esculturas pertenecen probablemente al arte Tang del siglo VIII. Las esculturas más antiguas corresponden a los nichos 69, 86, 167, y 169 y a las cuevas 90, 92, 100, 114, 115 y 128 de la pared oeste. Las imágenes son de época Wei. Sus cabezas son pequeñas y proporcionadas. Los cuerpos son alargados, con vestidos drapeados y con aspecto relajado. La cueva 62 pertenece a una época comprendida entre los Chen septentrionales y los Sui; las cuevas 108 y 121 pertenecen a los Wei occidentales.
En cuanto al diseño de las cuevas decir que, en general, son bastante simples y la mayoría siguen el patrón de un Buda sentado flanqueado por los “bodhisattvas” y otros asistentes, a veces por monjes, monjas, donantes o laicos fieles. El tipo más común de Buda es Amitābha.
Cerca de las puertas, aparecen de pie los “dvarapala” o “Cuatro Reyes Celestiales” (lokapala), custodiando al Buda y a su séquito.
También hay estatuas del Buda histórico, Shakyamuni, y el Buda del “futuro”, Maitreya , reconocible por su posición, sentado con las piernas cruzadas sobre los tobillos.
Casi la totalidad de las esculturas de Maijishan están realizadas en arcilla con la adición de algún tipo de agente aglutinante que ha ayudado a conservarlas en buen estado. En las cuevas 117, 127, 133 y 135, encontramos también exquisitas esculturas de piedra, generalmente arenisca.
Aunque la región ha sido víctima de numerosos terremotos y otros desastres, tanto naturales como provocados por el hombre, estas 194 cuevas excavadas en un acantilado de 30 a 80 metros sobre el suelo, se han conservado de forma excepcional.
En el año 759 fueron objeto de una visita del poeta Du Fu.
La zona del Maijishan estuvo ocupada por el imperio tibetano, después de la rebelión de An Lushan durante la dinastía Tang, y se logró salvar de la gran destrucción de los templos sucedida en China durante la persecución antibudista del 845.
En 1952-1953, Maijishan constituyó el tema de los relieves de una misión arqueológica china, y después de una campaña fotográfica promovida por Michael Sullivan, historiador del arte chino.
En el 1961 fue inscrita en la lista de los 全国重点文物保护单位 (pinyin: Quánguó zhòngdiǎn wénwù bǎohù dānwèi): Sitios culturales de importancia nacional bajo protección del Estado (Monumentos de la República Popular China 1-38).
En 2010 se rechazó la candidatura de las cuevas de Maijishan a Patrimonio de la Humanidad.1
Esculturas gigantescas de Buda y Bodhisattva sobre la roca de Maijishan.
Cuevas de Kanheri
Cuevas de Kanheri
Parque Nacional Sanjay Gandhi (antes Borivali), en Mumbai (antes Bombay), India
Hay muchas otras cuevas budistas y de otras religiones en la India, entre ellas las Cuevas de Ellora, cercanas a Aurangabad, en Maharashtra. El lugar alberga 34 monasterios y templos que se extienden a lo largo de una distancia de más de 2 kilómetros. Hay otro conjunto de cuevas budistas cerca de la población india de Ajanta. Son más de treinta cuevas labradas en el interior de la roca de la ladera de la montaña y dispuestas en forma de herradura: las famosas Cuevas de Ajanta, descubiertas en esta región en el año 1819. Y las cuevas de Elephanta.
Cuevas de Kanheri
कान्हेरी लेणी (Marathi)
Unfinished prayer hall and Stupa in cave 03
Location: Sanjay Gandhi National Park
Coordinates: 19°12′30″N 72°54′23″E
Las Cuevas Kanheri (sánscrito: कान्हेरीगुहाः Kānherī-guhāḥ) son un grupo de cuevas y monumentos tallados en rocas formados a partir de un afloramiento masivo de basalto en los bosques del Parque Nacional Sanjay Gandhi (antes Borivali), en las afueras occidentales de Mumbai, India. Contienen esculturas budistas y esculturas en relieve, pinturas e inscripciones, que datan del siglo I aC al siglo X DC. Kanheri proviene del sánscrito Krishnagiri, que significa montaña negra. [1] [2]
A Brāhmī stone inscription at Kanheri
El sitio está en una ladera, y se accede a través de escalones rocosos. El complejo de la cueva consta de ciento nueve cuevas, talladas en la roca basáltica y que datan del siglo I aC al siglo X DC. Los más antiguos son relativamente llanos y sin adornos, en contraste con las cuevas más tarde en el sitio, y las cuevas Elephanta altamente embellecido de Mumbai. Cada cueva tiene un zócalo de piedra que funcionaba como una cama. Una sala de congregación con enormes pilares de piedra contiene una estupa (un santuario budista). Los canales rocosos sobre las cuevas alimentaban el agua de lluvia en cisternas, lo que proporcionaba agua al complejo [3]. Una vez que las cuevas se convirtieron en monasterios permanentes, sus paredes fueron talladas con relieves intrincados de Buda y Bodhisattvas. Kanheri se había convertido en un importante asentamiento budista en la costa de Konkan en el siglo III dC [4].
La mayoría de las cuevas se usan como viharas budistas, destinadas a vivir, estudiar y meditar. Las cuevas más grandes, que funcionaban como chaityas, o pasillos para la adoración de la congregación, se alinean con las esculturas budistas intrincadamente talladas, los relevos, los pilares y las stupas rocosas. El Avalokiteshwara es la figura más distintiva. El gran número de viharas demuestra el bien organizado establecimiento de los monjes budistas. Este establecimiento también estaba conectado con muchos centros comerciales, tales como los puertos de Sopara, Kalyan, Nasik, Paithan y Ujjain. Kanheri era un centro de la universidad por el tiempo el área estaba bajo el gobierno de los imperios de Maurayan y de Kushan. A finales del siglo X, el maestro budista Atisha (980-1054) llegó al Krishnagiri Vihara para estudiar la meditación budista bajo Rahulagupta. [5]
Inscripciones en Kanheri
Cerca de 51 inscripciones legibles y 26 epígrafes se encuentran en Kanheri, que incluyen las inscripciones en Brahmi, Devanagari y 3 Pahlavi [6] epígrafes encontrados en la Cueva 90. [1] [7] Una de las inscripciones significativas menciona el matrimonio del gobernante Satavahana Vashishtiputra Satakarni con la hija de Rudradaman I. [8]
A 494-495 CE inscription found at Kanheri mentions the Traikutaka dynasty.[9]
Paintings in the caves
Cave number 34 has unfinished paintings of Buddha on the ceiling of the cave.
20 Enero, 2016 – 18:21 Mark Miller
Al abrigo de las tormentas: halladas siete antiguas cuevas budistas en los bosques de Bombay
En los bosques del Parque Nacional Sanjay Gandhi de Bombay (India), se han descubierto siete cuevas que servían de refugio a los monjes budistas durante las lluvias de la estación de los monzones desde hace más de 2.000 años (e incluso en la década de los 90). Una de las cuevas contiene las ruinas de una harmika, parte superior de un ‘stupa’ (monumento funerario budista).
Éstas no son las únicas cuevas budistas de este parque Nacional indio, el mayor del mundo situado en el interior de una gran ciudad. Cerca de ellas hay aproximadamente otras 160 cuevas, denominadas Cuevas de Kanheri y excavadas hace unos 2.000 años.
Las siete cuevas descubiertas recientemente datan de entre el siglo I a. C. y los siglos V – VI d. C., según confirman diversos informes de prensa publicados en la India. Uno de los investigadores que encontró las cuevas ha declarado a Scoopwhoop.com que podría haber aún más cuevas por descubrir en este parque.
Los investigadores estaban buscando las cuevas intencionadamente, e inspeccionaron la zona porque en las escrituras del budismo Pali se cita la existencia de estas cuevas cerca de Bihar. Buscaron en las cercanías de fuentes y corrientes de agua porque la mayoría de los viharas, las viviendas de los monjes, estaban construidos en sus proximidades, como podemos leer en un artículo de The Times de la India acerca de este descubrimiento. Suraj Pandit, director del equipo de investigadores, ha declarado a este medio:
Las cuevas recién descubiertas podrían ser más antiguas que las Cuevas de Kanheri, ya que son más sencillas en su forma y carecen de los depósitos de agua que suelen encontrarse en la arquitectura más evolucionada de Kanheri. Más aún, hallamos un tipo de herramientas monolíticas que era más frecuente en el siglo I a. C. La ausencia de depósitos de agua también indica que los monjes vivían aquí durante el monzón.
Las Cuevas de Kanheri, de 2.000 años de antigüedad, se encuentran en el Parque Nacional Sanjay Gandhi de Bombay y son una popular atracción turística. (Sanjay Gandhi National Park)
Participaron en la expedición dos instituciones: el Centro de Arqueología de la Universidad de Bombay y el departamento de antigua cultura india del Sathaye College. El equipo, formado por tres personas entre las que había un periodista, obtuvo permiso del departamento de bosques para explorar el parque. Como podemos leer en The Times de la India, el equipo tenía presente que los monjes solían excavar sus cuevas cerca de fuentes de agua, de modo que se encaminaron a un salto de agua cercano a las Cuevas de Kanheri en una extenuante caminata de 20 minutos. Atravesando una zona poblada de espesos matorrales y cactos, alcanzaron la cima de la cascada en unos 30 minutos.
Como Pandit ha explicado a The Times, “Había cuevas a ambos lados de la cascada: tres a un lado y dos al otro. Estaba muy claro que habían sido excavadas en la pared natural de roca. La suave curva, el enfoscado, las vigas de las puertas, los bancos en los que dormir, todo ello era indicio de que eran cuevas realizadas por el hombre.”
El equipo se dio cuenta más tarde, cuando ya Pandit se había caído, fracturándose la mano y haciéndose cortes en la cabeza, y había sido trasladado rápidamente a un hospital, que los monjes probablemente construyeran escalones como acceso más fácil para llegar a las cuevas. El Times de la India no menciona si los investigadores llegaron a encontrarlos.
Al día siguiente, los dos miembros restantes del equipo, Akash Pawar y el director de publicaciones Vinayak Parab, regresaron al lugar y hallaron las otras dos cuevas. Descubrieron modernos azulejos en una de ellas, observando que había sido utilizada por un sadhu (ermitaño hindú) que vivió en el parque hasta que el alto tribunal de Bombay expulsó a todos los sadhus del parque en los años 90.
Spartan plinth beds
Vihara – prayer hall
Sculpture of Buddha in a temple at Kanheri Caves
Cuevas de Barabar
Cuevas de Barabar
País(es): India
Coordenadas: 25°00′18″N 85°03′47″E
Las Cuevas de Barabar (en hindi: बराबर गुफाएँ) son las más antiguas cuevas excavadas en la roca que sobreviven en la India.1 Datan de la época del Imperio mauria (322–185 a. C.); algunas poseen inscripciones de Ashoka.
Descripción
Están ubicadas en el distrito Jehanabad del estado de Bijar (India), 24 km al norte de la ciudad de Gaya.
Cuatro de las cuevas están situadas en la colina de Barabar y tres cuevas en la colina gemela Nagarjuni. Estas últimas se encuentran a 1,6 km de distancia de la colina de Nagarjuni y a veces son mencionadas como Cuevas de Nagarjuni. Estas cámaras excavadas en la roca se remontan al siglo III a. C., del periodo mauria,2 y del período del emperador Ashoka (quien reinó entre el 273 y el 232 a. C.).
Vista de las cuevas en 1870
Cuevas de la colina de Barabar
La colina tiene cuatro cuevas: Karan Chaupar, Lomas Rishi, Sudama y Visva Zopri. Sudama y Lomas Rishi son los ejemplos más antiguos de arquitectura excavada en roca de la India,3 y se convirtieron en un modelo para obras de los siglos siguientes,4 como las chaitya budistas de tamaño mayor que se crearon en Maharashtra (cuevas de Ajanta y cuevas de Karla), e influyeron en la tradición posterior de arquitectura tallada en roca del sur de Asia.
- Cueva de Lomas Rishi: La fachada en forma de arco de esta cueva imita la arquitectura en madera contemporánea. Sobre la puerta, una fila de elefantes se dirige hacia representaciones de estupas.5 El interior reproduce las características de un templo de madera.
- Cueva de Sudama: Esta cueva fue dedicada por el emperador Ashoka de la dinastía Maruryana en 261 a. C. Las cavidades interiores consisten en una cámara circular abovedada con un mandapa (en arquitectura india, un vestíbulo con un uso determinado propio y precedente a una estancia de carácter ritual, ceremonial o religioso) rectangular.6
- Karan Chaupar (o Karna Chaupar): Consiste en una sencilla habitación rectangular con superficies pulidas, y contiene una inscripción que se puede datar en 245 a. C.7
- Visva Zopri: Cueva de menor importancia situada en la parte superior de la montaña. Se llega por medio de unos escalones de Asoka excavados en la colina. Consiste en dos habitaciones rectangulares.
Estas cuevas aparecen en la película “A pasage to India” bajo el sobrenombre de Marabar Caves.
Las cuevas de Barabar son los templos excavados más antiguos de la India, se encuentran en Jehanabad, Bihar, India a pocos kilómetros de Gaya. Su datación fue posible a través de las inscripciones y estilo de la decoración, que data del periodo Mauryan entre el 322 y el 185 a.C.
El emperador Asoka, budista, estableció esta confesión como la oficial del país y mandó emisarios que predicaran las enseñanzas de Siddharta Gautama, Buda. Tanto Asoka como su hijo Dasaratha, tuvieron una actitud positiva frente a los movimientos religiosos, siendo tolerantes con la formación de algunas sectas como el jainismo o el aiivikismo. Las cuevas, cuya construcción fue ordenada por el propio Asoka, eran el lugar en que habitaban ascetas de la secta Aiikiva (fundada por Makkhali Gosala, contemporáneo de Siddharta Gautama), Mahavira y Tirthankara (enmarcada dentro del jainismo). Aunque el sitio es predominantemente budista pueden encontrarse algunas esculturas hindúes. Precisamente el hecho de que fueran utilizadas únicamente por sectas hace que su decoración sea escasa.
La mayoría de las cuevas de Barabar se componen de dos cámaras, que se excavan íntegramente en la roca, granito, que se pule interiormente para producir un efecto espacial singular, permitiendo que las inscripciones de los muros resalten notablemente y que se produzca eco.
La mayoría de las fotografías y algunos textos son por Wil Wright
Cuevas de Ajanta
Cuevas de Ajanta
Hay otro conjunto de cuevas budistas cerca de la población india de Ajanta. Son más de treinta cuevas labradas en el interior de la roca de la ladera de la montaña y dispuestas en forma de herradura: las famosas Cuevas de Ajanta, descubiertas en esta región en el año 1819.
Hay muchas otras cuevas budistas y de otras religiones en la India, entre ellas las Cuevas de Ellora, cercanas a Aurangabad, en Maharashtra. El lugar alberga 34 monasterios y templos que se extienden a lo largo de una distancia de más de 2 kilómetros. Hay otro conjunto de cuevas budistas cerca de la población india de Bombay. Y las cuevas de Elephanta.
Se cree que estas cuevas fueron construidas en torno al 200 a. C. y empleadas como refugio por los monjes budistas en la estación de los monzones. Fueron abandonadas después del siglo VII d. C., cuando el budismo decayó en la India, aunque aún siguieron siendo consideradas sagradas por las gentes del lugar.
Mientras estaban en uso, las cuevas fueron ampliadas y decoradas. Están llenas de bellas pinturas que crean una serena atmósfera para el visitante. Muchas de las pinturas y esculturas describen la vida de Buda, así como sus encarnaciones anteriores, conocidas como Jatakas; no obstante, un aspecto interesante de estas cuevas es su gran número de representaciones femeninas, tan abundantes como las masculinas. Para el espectador común, la presencia de imágenes de mujeres semidesnudas en cuevas utilizadas como retiro para monjes puede resultar sorprendente. También se observan en el lugar figuras de seres mitad hombre y mitad animal.
Otro conjunto de cuevas budistas de la India es el de las Cuevas de Ajanta, vistas aquí desde un río cercano. (Peter van Londen/CC BY SA 3.0)
Son 30 cuevas diferentes.
Los expertos creen que fueron construidos alrededor del año 200 aC como un refugio para los monjes budistas durante la terrible temporada de monzones.
Cada una de las cuevas es única, con sus propias entradas e interiores de diseño intrincado.
Las cuevas fueron abandonadas en gran parte por el 7mo siglo, pero seguían siendo un lugar sagrado para los locales.
Ajanta Caves, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es mejor conocido por tener varias pinturas, estatuas y esculturas del Señor Buda como tallas. Las pinturas murales presentan artes budistas como Padmapani, Bodhisattvas y Avalokiteshvara. Las pinturas y esculturas se cree que han sido hechas por los monjes budistas. Muchas esculturas e imágenes sagradas del Señor Buda están bien conservadas en las cuevas de Ajanta. Casi todas las pinturas se basan en el mensaje de temas religiosos. Algunas pinturas específicas se inspiran en el estilo romano y griego, pero la mayor parte de ellos están inspirados en el estilo indio.
Cada cueva representa la vida de Buda y tiene su propia importancia. Las tallas y pinturas de las cuevas están esculpidas en rocas masivas. Hay imágenes de animales y seres humanos en las cuevas que se inspiran en Gupta y período post-Gupta.
Hay un total de 30 cuevas, de las cuales 9, 10, 19, 26 y 29 cuevas se conocen como Chaityagrihas. Las cuevas del resto se conocen como Viharas. Estas cuevas se clasifican en dos grupos. Cueva 10 se remonta al siglo II A.C. Que tiene muchas estupas y objetos de culto. Algunas de las cuevas incluso tienen pinturas murales. Las mejores pinturas se pueden encontrar en las cuevas 1, 2, 16 y 17, mientras que las mejores esculturas se pueden encontrar en las cuevas 1, 4, 17 y 19.
Ajanta Caves
En el año 1819, un capitán británico llamado John Smith fue a una selva en Maharashtra para cazar animales salvajes. Mientras conducía la exploración de la caza como cazador, el capitán Smith tropezó con algo inusual que nunca había soñado antes. Era una vieja cueva gigante tallada con magníficas esculturas y murales dentro de la oscuridad. Cuando entró en la cueva, encontró a algunas personas locales orando junto a un pequeño incendio con piedras de pedernal en sus manos y el área en el interior de la cueva estaba completamente deshabitada, llena de murciélagos y otros animales salvajes. El capitán John Smith, incapaz de comprender la importancia del lugar, escribió su nombre en la pared. Sin embargo, la información de esta nueva cueva se extendió lentamente entre la gente, a través de la boca del capitán Smith, hasta que en 1848, la sociedad asiática real tomó la iniciativa para despejar la tierra circundante para hacer la boca de la cueva accesible para más hallazgos arqueológicos.
Este sitio se conoce actualmente como las cuevas de Ajanta. El sitio del patrimonio de Ajanta no es sólo una cueva, sino que comprende de alrededor de 30 cuevas. Salvo algunas que están inacabadas, la mayoría de las cuevas representan la vida y las enseñanzas de Buda a través de un meticuloso trabajo mural y esculturas hechas en las paredes de la cueva. Las cuevas de Ajanta han sido una cuestión de importancia internacional. En 1983, la UNESCO lo marcó como Patrimonio de la Humanidad y ahora está bajo la protección del Archaeological Survey of India. Estando en el estado de Maharashtra, la lengua hablada de la gente local en y alrededor de estas cuevas es lengua de Marathi. Algunas de las localidades incluso con sus educaciones mínimas, también pueden hablar y entender el hindi y el inglés.
Ajanta Caves. Photo by samir bafna
Según las fuentes históricas, las cuevas artificiales de Ajanta comenzaron a transformarse en su forma desde una edad muy temprana en la historia y el desarrollo del museo de cuevas de impecables formas de arte esculpidas – progresó lentamente con el paso del tiempo. Las cuevas representan las maravillas del arte budista y la escultura, repartidas durante la vida del Buda mismo. Los registros indican además que las dos principales sectas del budismo, que son Mahayana y Hinayana, provenían de esta ubicación en la cueva. Durante 800 años, estas cuevas fueron utilizadas por los monjes budistas para vivir, educar y difundir las enseñanzas de Buda.
El desarrollo de las cuevas de Ajanta se puede dividir en dos fases: La primera fase de desarrollo fue durante la época de la dinastía Satavahana (Wikipedia Artículo) y la segunda fase fue durante el tiempo Vakataka (artículo Wikipedia) en la India.
Phase1
Todas las cuevas están numeradas por el Archaeological Survey de los arqueólogos de la India con el propósito de identificación y llevar a cabo un estudio detallado. Las primeras cinco cuevas (9, 10, 12, 13, 15A) probablemente se desarrollaron ya en 300 aC – 100 aC bajo el patrocinio de los reyes Satvahana. em>Chaitya (a prayer hall with a stupa (Wikipedia Article) at one end) while 12, 13, 15A caves are the Vihāras (Buddhist monasteries).”
Phase 2
La segunda fase de desarrollo, que consiste más en esculpir estas hermosas formas de arte, comenzó alrededor del siglo V ADE, cuando la mayoría de las cuevas fueron construidas estructuralmente y fueron utilizadas por los monjes budistas. Se decía que todas estas cuevas habían sido construidas bajo el patrocinio del rey Harishena – un emperador de la dinastía Vakataka.Which Cave to Visit
Ajanta Caves. Photo by PnP!
Cada cueva es única en su propia forma y lleva una rica colección de murales y esculturas en sus paredes. La cueva 16 y la cueva 17 están llenas de murales de los cuentos de Jataka (antiguo artículo de Pali (Wikipedia Article) que representa la antigua vida de Buda inscrita en la pared.) Las cuevas 1 – 8 y 14 -17 fueron los monasterios; Eran las salas de oración, y las Cuevas 20-25 fueron tratadas como las zonas residenciales.
Para resumir, las siguientes son las cuevas que no debe perderse cuando visite Ajanta, que son esencialmente Cueva 1, Cueva 2, Cueva 16, Cueva 17, Cueva 19 y Cueva 26.
Ajanta es imposible de explorar en un solo día. Si usted tiene una fuerte inclinación hacia el arte y la cultura budistas, puede tomar por lo menos una semana para explorar las intrincadas obras de arte dentro de estas cuevas.
Cuevas Longyou
Cuevas Longyou
Las misteriosas cuevas chinas de Longyou y Huashan
Ubicación: Phoenix Hill, provincia de Zhejiang, China.
Rejilla de referencia: 29 ° 2 ‘ 7 “N , 119 ° 10 ‘ 58” E.
Longyou Grotto’s (Cuevas de Longyou) y las conocidas como Mystical Grottos in Flower Hill (“Místicas cuevas en la colina de la flor”) o Huashan Mi Ku por su nombre original en chino, son dos inmensas redes de cuevas que se han descubierto en China en los últimos años. No solo han sorprendido a los arqueólogos de todo el mundo por su tamaño y longitud o por el hecho de que no se hubieran descubierto hasta ahora, sino también porque se trata de cuevas talladas a mano en la roca de las que no se sabe aún con certeza quienes fueron sus autores.
Considerado por los chinos como la “novena maravilla del mundo antiguo”, el origen de las 24 cuevas descubiertas hasta el momento es un misterio insondable. Descubierto en 1992, no hay registro histórico o pruebas de las tareas realizadas para excavar los casi millones de metros cúbicos de piedra existe. El cincelado se llevó a cabo de tal manera que dejó un patrón constante a través de las cuevas que algunos expertos creen que es simbólico. Los patrones son similares a los encontrados en la cerámica que ha sido fechado entre 500 y 800 antes de Cristo. Las tallas de piedra y pilares se pueden ver en la cueva que se ha abierto al público. También hay un rumor de que siete de las cuevas tienen un patrón de distribución que coincide con las siete estrellas de la Osa Mayor.
Las Cuevas de Longyou, situadas en la provincia de Zhejiang, China, eran unas cuevas subterráneas e inundadas que nunca se habían explorado. Fueron descubiertas en 1992 por casualidad, cuando un aldeano local, Wu Anai, comenzó a bombear agua de una de las cuevas, descubriendo para su sorpresa que se trataba de una cueva artificial. Tras 17 días bombeando agua se reveló una gran cueva cuyas paredes habían sido claramente talladas en la roca por el hombre. La cueva era enorme, se extendía a lo largo de 2.000 metros cuadrados llegando a los 30 metros de altura en los puntos más altos de la cueva. Inmediatamente se comenzaron a bombear otras cuevas del lugar descubriendo que tenían las mismas marcas en las paredes y techos.
Las conocidas como grutas de Longyou descubiertas finalmente son 5 grandes cuevas que cubre un total de más de 5.000 metros cuadrados de superficie. No son los únicas, cerca del lugar, en el pueblo de Shiyanbei se han descubierto otras 23 cuevas similares. En total, en el área de Longyou hay entre 50 y 70 cuevas de este tipo, lo que supone que se han tenido que mover cerca de un millón de metros cúbicos de roca para su construcción.
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No menos sorprendentes son otro grupo de cuevas similares que han sido descubiertas recientemente a miles de kilómetros de Longyou. En Huangshan (provincia de Anhui), lugar ya conocido por sus montañas sagradas (nada que ver con el Huashan Hiking Trail, el considerado sendero más peligroso del mundo), un lugareño que estaba cortando madera en la colina descubrió en el año 2000 un buen número de cuevas hasta entonces desconocidas. Se las conoce popularmente como Mystical Grottos in Flower Hill o Huashan Mi Ku por su nombre en chino.
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Esto es un extracto de un artículo de la web:
https://www.documentalium.com/2015/03/las-misteriosas-cuevas-chinas-de.html
En esta podrás encontrar una descripción más extensa y completa, con una gran profusión de fotografías.
Cuatro Puertas
Subcategoría: Cuevas y complejo.
Se localiza en la Montaña Bermeja o de las Cuatro Puertas situada en el barrio de Telde (Gran Canaria) del mismo nombre.
El Yacimiento de Cuatro Puertas es una cueva escavada a mano en un antiguo cono volcánico de unos 300 metros de altura sobre el nivel del mar, en él encontraremos uno de los más importantes yacimientos más grandes y espectaculares de la isla de Gran Canaria.
El Yacimiento Cuatro Puertas de Telde es desde el año 1972 considerado como un Monumento histórico-artístico, este yacimiento recibe el nombre de Cuatro Puertas gracias a su rasgo más característico, las cuatro entradas a modo de puertas que dan paso a una gran sala, además podremos ver unos enigmáticos signos grabados en sus paredes los cuales hoy en día aún siguen siendo un autentico misterio para los investigadores, aunque se cree que es aquí donde practicaban ofrendas y otros actos religiosos.
Formado por un complejo yacimiento aborigen compuesto por varios grupos de cuevas, silos, un recito de culto, caminos y pasillos. Sin duda la que más llama la atención es la cueva de amplias dimensiones excavada a mano en la toba volcánica que le da nombre al conjunto, una cueva de amplias dimensiones (17 X 7 metros). Se compone de cuatro aberturas orientadas hacia el Norte que dan paso a una plataforma horizontal donde están excavados una veintena de agujeros, destinados presumiblemente a sostener una techumbre o sombrajo.
En la parte superior de la cueva, dirección al Este, encontramos una estructura en cuya superficie están labrados diversos canales y cazoletas. Algunos autores defienden el carácter mágico-religioso del emplazamiento al que llamamos almogarén debido a la asociación de los canales y cazoletas a este ámbito.
En la plataforma exterior se encuentra una hilera de hoyos o cazoletas de unos 30cm de diámetro que algunos prehistoriadores sugieren que son las bases para hincar postes o columnas de madera con el fin de sustentar alguna estructura.
Sin embargo es curioso el hecho de que las hileras de cazoletas mejor definidas y alineadas estén orientadas según la dirección de los ejes geográficos. Las dos filas principales que parten hacia el Norte desde las aberturas centrales y compuestas de 4 ó 5 cazoletas cada una, se encuentran orientadas norte-sur con una precisión de +-2º.
Por otro lado, la otra hilera recta, perpendicular a las anteriores y compuesta de otras cuatro cazoletas, se haya orientada en la dirección este-oeste compartiendo la misma precisión. Quizás su especial orientación, hubiera permitido su utilización astronómica. (J.A. Belmonte)
El interior de la cueva tiene unas dimensiones de 17m de ancho por 7,5m de largo. Según los expertos esta cueva no encaja con el modelo de habitación no siendo usada como vivienda.
Lo que podemos ver en ella con todo su esplendor sería la entrada de los rayos solares en los días cercanos, anteriores y posteriores, al solsticio de Verano en los ortos y los ocasos.
En su salida, los rayos del Sol naciente entran por la puerta 2ª iluminando la pared del fondo. En la puesta los rayos solares entrarían por la 3ª y 4ª puerta (de Este a Oeste) uno de ellos en forma de flecha debido al efecto de perspectiva que hace la 4ª puerta. Estos irían recorriendo el suelo de la cueva hasta alcanzar la pared sudoriental de esta llegando a tocar una pequeña cazoleta situada en la esquina justo antes de ponerse el Sol por detrás las montañas.
En la parte superior de la cueva encontramos el almogarén, que es difícil atribuirle una connotación astronómica, aunque en una de las paredes de este hay grabados unos petroglifos que se pueden relacionar con unas muescas labradas en la roca cuando hacen un juego de luz y sombra durante las salidas del Sol en los solsticios de Verano en la pared opuesta. (J.A. Belmonte)
En la parte alta del promontorio encontraremos el llamado “almogarén”, un lugar de culto a las deidades de la naturaleza, dicho conjunto se completa con numerosas cuevas entre las cuales cabe destacar la de los Papeles y la de las Columnas.
El círculo rojo mayor es la montaña Cuatro Puertas, los pequeños son otros lomos con recoletos (3) aledaños, el verde es la península de Túfia, y los amarillos la oscilación solar con los solsticios y equinoccios desde la visión de la cima de la montaña.
Almogarén
A escasa distancia de la cueva de Cuatro Puertas, en dirección al naciente, aparece una curiosa estructura en cuya superficie se labraron diversos canales y cazoletas.
Algunos autores defienden que tal emplazamiento correspondería a un almogarén, es decir, un lugar de culto a las divinidades. De este modo, tanto la cueva de Cuatro Puertas, como los canales y cazoletas asociados a ella se han vinculado al ámbito de las prácticas mágico-religiosas de los antiguos Canarios.
Cerca del llamado almogarén, siguiendo en dirección naciente encontramos un camino aborigen tallado en la toba que recorre el morro por el lado sur, y nos lleva a la denominada “Cueva de los Papeles”, que corresponde a una cavidad artificial con una planta de tendencia circular, en cuyas paredes aparecen grabados varios triángulos púbicos, tradicionalmente asociados a ritos propiciatorios de la fertilidad. Siguiendo por el sendero, y en las cercanías del complejo anteriormente descrito, se encuentra el grupo de cuevas conocido como de Los Pilares. Corresponde a un poblado troglodita formado por numerosas cuevas artificiales de habitación, comunicadas por pasillos y túneles, así como por graneros y otros recintos a los que resulta difícil atribuir una funcionalidad específica.
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