Objetos/Símbolos
En este apartado se incluyen aquellos objetos, generalmente antiguos, que por su uso se han convertido en verdaderos símbolos, de diverso significado. De la misma forma se incluyen símbolos que se han transformado en objetos, amuletos a veces de culto, de diversa índole. La mayoría de ellos tienen un alcance o uso casi universal y atemporal.
Arca de la Alianza
Según la tradición judía y cristiana, el Arca conocida como Arca de la Alianza, Arca del Pacto, o Arca del Convenio (hebreo: ארון הברית), nombrada también como el Arca de Yahveh o Arca del Testimonio, era un objeto sagrado que guardaba las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos, la vara de Aaron que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. Se guardaba en el Templo de Jerusalén y se llevaba al frente de batalla cada vez que había una guerra. El Arca simboliza la unión de Yahveh con el pueblo, y a ello debe su nombre. Se cree que desapareció con la destrucción del templo de Jerusalén por el rey Nabucodonosor II.
Según se detalla en la Biblia, el Arca estaba hecha de madera de acacia negra, revestida por dentro y por fuera con láminas de oro puro. Medía 2,5 codos de longitud y 1,5 de ancho y alto, o sea 1,31 m de largo por 0,78 m de alto y ancho. Una guirnalda de oro la rodeaba en su parte superior. A ambos lados llevaba fijos cuatro anillos de oro, a través de los cuales se insertaban dos pértigas de acacia recubiertas también de oro. Sobre la tapa del cofre o propiciatorio descansaban dos querubines, igualmente dorados.
Los querubines eran dos figuras aladas que bien podrían ser, según ciertas teorías, figuras humanas con la cabeza cubierta, pero con brazos alados o bien, según otra doctrina, tendrían apariencia zoomórfica, tal vez parecida a las figuras descritas en la Biblia tras la visión de Ezequiel (Ezequiel, 1.6.7 y 10), o bien como los toros alados asirios de Nínive o Kirubi. Sea cual fuera la forma que tuviesen, distan mucho del querubín angelical ofrecido por el Cristianismo, y que remonta sus orígenes a las representaciones helenísticas de niños. Los querubines del Arca extendían las alas con tendencia a tocarse las puntas, de modo que el espacio que quedaba entre las figuras y el propiciatorio formaba un triángulo sagrado. Ese espacio abierto se llamaba oráculo, y era mediante el cual se comunicaba Yaveh.
El Arca estaba situada en el sancta sanctorum o lugar más sagrado del tabernáculo o del Templo. Su utilidad fue variada, pues esta no sólo estaba destinada a contener elementos sagrados, como Las Tablas de la Ley, el gomor de maná y la vara de Aarón, sino que además tenía fama de ser un arma capaz de proteger al pueblo elegido, siendo brazo ejecutor de los castigos de Yaveh. Los significados del Arca iban más allá de lo simbólico: tener el Arca era tener a Dios.
El arcaico y arcano cofre era una manifestación física de la presencia de Yaveh y fue un medio eficaz para mantener a los judíos lejos de la idolatría. Se recurría a su auxilio en tiempos de guerra, concretamente en la conquista de Canaán.
Su transporte y cuidado estaba reservado a la tribu de los levitas. Ella abría la marcha durante los años de expedición por el desierto y estaba siempre a la cabeza del pueblo (salvo excepciones). Al plantar el tabernáculo, un velo la separaba del santuario, y al levantar la marcha, los levitas la envolvían en aquel velo (posiblemente el tentorium): todo iba envuelto en una piel teñida de azul y en otra de color jacinto.
Actualmente los judíos tienen en sus sinagogas un cofre donde guardan la Torá y el cual representa el Arca de la Alianza, habitáculo que alberga la palabra de Yaveh.
La Biblia indica que el Arca fue mandada a construir por Moisés y el diseño de la misma ordenada según DIOS lo había dispuesto, usada en la conquista de Canaán y con la cual Josué consiguió abrirse paso en las aguas del Jordán al contacto de éstas con el Arca, y durante siete días fue paseada en torno de Jericó, que cayó luego en poder de dicho caudillo.
El Arca fue fijada en Silo. Durante la época de Elí y Samuel, sucedió uno de los episodios más impresionantes del que se cuenta acerca del Arca de Dios. Durante una cruenta guerra contra los filisteos fue llevada al campamento israelita con el objeto de levantar la moral de los guerreros. Pero después de una trágica derrota del pueblo hebreo, donde también murieron los dos hijos del juez y sacerdote israelita Elí, los filisteos la tomaron como un valiosísimo trofeo, dando lugar a un verdadero luto en todo el país de Israel. En poder de aquellos estuvo unos meses, aconteciendo que desde el momento que fue llevada al templo de la gigantesca estatua del dios Dagón en Asdod, éste quedó dos noches consecutivas postrado delante del Arca, solo que la segunda vez decapitado y sin las manos, a lo que siguió una ola de estragos, desastres y plagas azotando todo aquel país. Los filisteos, horrorizados por aquellos sucesos, habrían dejado que el Arca fuese sola en un carro tirado por dos vacas. Después los animales pararon en Bethsames: varios habitantes de aquel lugar murieron por el trato poco reverente que dieron al objeto sagrado.
De allí fue trasladada a Gabaá. Luego Saúl la habría utilizado en la campaña contra los filisteos. Posteriormente David con un acompañamiento solemne la habría trasladado a Sion. Sin embargo, de camino a Sion habría ocurrido un accidente: Uza, un encargado del Arca, quiso sostenerla en un momento de bamboleo y cayó muerto de repente. David atemorizado la dejó durante 3 meses en casa de Obededom. Seguidamente, desde Sion la reliquia fue instalada en el majestuoso templo de Salomón en tiempos de su reinado en Jerusalén.
Luego, desde que Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió Jerusalén, destruyendo el templo y saqueando todos los objetos valiosos del mismo, el Arca prevenidamente fue llevada y colocada en un lugar seguro y secreto antes de la invasión y posterior deportación de los judíos.
Jeremías diría que esa Arca, el antiguo “trono de Dios”, perdería importancia hasta la “Segunda Venida”. Entonces será expandida a fin de incluir enteramente a un pueblo:
Actualmente existen diversas teorías sobre la ubicación actual del Arca de la Alianza. Entre ellas destacan las tres más conocidas, las cuales se citan a continuación:
Oculta en el Monte Nebo
El Libro II de los Macabeos, cap. 2, ver. 4-10), contiene referencia de unos escritos que mencionan que el profeta Jeremías “siendo advertido por Dios” antes de la invasión babilónica, movió el Arca desde el Templo, y la hizo enterrar en una cueva del Monte Nebo.
En este sentido, cabe mencionar que, a partir de esta ubicación, existen numerosas teorías o historias “no probadas” y sin fundamento serio, que postulan que posiblemente habría sido encontrada e incluso posiblemente llevada a algún otro lugar, el cual depende de la versión de cada teoría o historia.
Llevada a Zimbabue
La tribu africana Lemba, la cual presume de ascendencia judía, ha afirmado en sus tradiciones que sus antepasados, cuando llegaron al sur de África, trajeron consigo una reliquia sagrada llamada Ngoma lungundu o “la voz de Dios”, la cual estuvo un tiempo escondida en una cueva profunda en las montañas Dumghe, su hogar espiritual hasta que fue llevada a un museo, donde se encuentra actualmente.
A partir de ello, el investigador Tudor Parfitt, que tiene un enfoque literalista de la historia bíblica, postula en su investigación que el Ngoma lungundu está relacionada con el Arca. Su hipótesis se basa en que el objeto descrito por el pueblo Lemba posee atributos similares al Arca, tales como que el Ngoma lungundu es de tamaño parecido, que fue trasladado sólo por los sacerdotes, que no se le permitió tocar el suelo, que fue venerado como una voz de su Dios, o que se utilizó como un arma de gran poder.
Parfitt analizó este artefacto con radio-carbono, datándolo en una fecha aproximada al año 1350, lo que coincidió con el repentino final de la Gran Zimbabue. Parfitt sugiere que la Ngoma lungundu que se encontró, es la descendiente de la Bíblica Arca, y que ésta fue reconstruida a través de la historia. Parfitt ofrece la sugerencia de que el Arca bíblica, al igual que la Ngoma lungundu, era una estructura de madera cubierta con un pedazo de cuero, y que siempre ha sido un tambor, así como un arma de algún tipo, al igual que el Ngoma. Sin embargo, esta última hipótesis es rechazada por otros arqueólogos e historiadores, al no poder ser probada.
Guardada en una iglesia de Etiopía
En 1989, un periodista británico, Graham Hancock, aseguró que la legendaria Arca Perdida no se encontraba perdida sino a salvo en un templo de Etiopía. Posteriormente han aparecido pruebas arqueológicas que han sustentado esta teoría.
Esta teoría se basa en relatos pertenecientes a la iglesia cristiana Copta en Etiopía, que indican que el Arca de la Alianza habría sido trasladada secretamente hacía más de 1000 años. (650 a.c.).
Cuenta el libro sagrado de Etiopía, el Kebra Nagast, que en tiempos de Salomón, la Reina de Saba visitó Jerusalén atraída por la sabiduría de su Rey. La Reina de Saba comenzó a ejercer una irresistible atracción sobre el hijo de David, quien pese a sus riquezas e inteligencia no lograba seducir a la bella soberana. Llegaba la hora de su partida a Saba y Salomón consiguió arrancarle una promesa: que en el caso de que se llevase consigo algún bien preciado del reino, consentiría a cambio yacer con él una sola noche. La víspera del viaje, Salomón ofreció a su invitada una cena de exquisitos manjares. Astutamente ordenó que se sazonaran con abundante sal y picantes especias. Tras los postres, la reina tuvo que beber abundante agua para calmar la sed. ¡Qué bien es el más preciado sino el agua! Rota la promesa, la reina de Saba cumplió y de aquella única unión nació Menelik I, futuro rey de Etiopía. Relatos indican que años más tarde el joven Menelik fue enviado para recibir educación a casa de su padre en Jerusalén. Pocos años después, a pesar de los esfuerzos de Salomón para que su hijo se quedara, Menelik regresó a Etiopía. La tradición cuenta que, seducido por sus ayudantes, se llevó consigo el Arca (algunas teorías postulan que para poder llevarse el arca existió un posible cambio del arca original por el de una copia del arca que Menelik debía llevarse; siendo posiblemente que esa copia sea el arca que se dice fue ocultada en Jordania; otras teorías, en cambio, postulan la posible existencia de dos arcas originales o que tenían la misma importancia, en donde en cada una se guardó posiblemente una de las Tablas de la Ley, siendo una de ellas la que fue llevada a Etiopía).
Posteriormente los relatos indican que permaneció primeramente en un templo en la isla de Elefantina cerca del río Nilo. Luego se relata cómo el Arca de la Alianza habría sido colocada en una especie de tabernáculo en la isla de Tana Cherkos (Tana Kirkos), ubicada en el lago Tana (lago Tano), donde permaneció durante 800 años.
Los relatos señalan que pasado estos 800 años, el rey Ezana de Etiopía decidió trasladar el arca a Axum, siendo finalmente guardada en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion. Según los etíopes, es el lugar en donde hasta hoy en día aún permanece y es cuidada por un sacerdote. Este sacerdote, según sus tradiciones, sería un descendiente de uno de los levitas, quienes ayudaban a trasladar y cuidar el Arca en sus viajes. Este sacerdote es la única persona a quien se le permite ver el Arca de la Alianza guardada en la iglesia de Nuestra Señora de Sion, al igual que ocurría con los levitas según la tradición judía; es por ello que no se ha podido ratificar su permanencia real en esta iglesia, aunque todas las pruebas arqueológicas indicarían que esta teoría sería auténtica.[cita requerida] Entre las variadas pruebas arqueológicas, hay reliquias pertenecientes al pueblo judío de la época del arca, y que pertenecerían al templo de Jerusalén.
Esta última teoría además se sustenta en que extrañamente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía: cada uno de los 20.000 templos de Etiopía contiene una réplica del Arca de la Alianza. El libro sagrado de Etiopía, el Kebra Nagast cuenta la historia del traslado del Arca, gracias a Menelik I. Cuando el Rey Salomón se dio cuenta del robo pensó en enviar un ejército a perseguir a su hijo, pero él también soñó que era la voluntad de Dios y mantuvo la desaparición del Arca en secreto. La versión respecto a Makeda y Salomón, en la tradición judío ortodoxa de la falasha de Etiopía, es prácticamente idéntica a la del Kebre Negest. A pesar de ser una historia desestimada por los historiadores occidentales, los etíopes la aceptan sin dudar. Están convencidos que el Arca original fue llevada a Axum en el primer milenio antes de Cristo y que permanece ahí desde entonces.
Recientemente, el Abuna de Etiopía (Iglesia ortodoxa etíope) afirma haber visto el Arca de la Alianza.
Curiosidades
Una explicación a las muertes que sufrían las personas que tocaban el arca puede deberse a la forma que estaba hecha: Placas de oro por dentro y fuera, separadas por madera de acacia; lo que es muy similar a un Condensador eléctrico formado por un par de superficies conductoras separadas por un material dieléctrico. En un entorno seco, puede acumular mucha electricidad estática. Esto explicaría las muertes de los filisteos nombradas anteriormente.
Curiosamente el arca se transportaba con varas de madera (aislantes) por sacerdotes vestidos con un Efod. Los sacerdotes tenían una cadena de oro lo que se ha interpretado como forma de disipar a tierra la energía.
Caduceo
Caduceo es un vocablo de origen griego (κηρύκειο) que significa “vara de olivo adornada con guirnaldas”. En la mitología romana esta vara era llevada por los heraldos o mensajeros como Mercurio. La vara posee dos serpientes entrelazadas, en lugar de las guirnaldas. De acuerdo al mito, Mercurio vio luchar a dos serpientes y las separó pacíficamente con el caduceo. Las serpientes dejaron de luchar en el momento y se separaron.
En la mitología griega el caduceo fue regalado por Apolo a Hermes. Según el himno homérico a Hermes y Apolodoro, parece que deben distinguirse dos báculos, que luego fueron unidos en uno: primero, la vara de heraldo ordinaria y segundo la vara mágica, como las que otras divinidades también poseían. Los lazos blancos con los que la vara de heraldo estaba originalmente adornada habrían sido cambiados por artistas posteriores por las dos serpientes, aunque los propios antiguos las justificaban bien como vestigio de alguna característica del dios, bien considerándolas representaciones simbólicas de la prudencia, la vida y la salud. En épocas posteriores, el caduceo fue adornado también con un par de alas, expresando la rapidez con la que el mensajero de los dioses se movía de un lugar a otro.
A veces se confunde con la vara de Esculapio, usada en algunos países como símbolo de la medicina. También tiene cierta similitud con la copa de Higía, uno de los símbolos más conocidos de la profesión farmacéutica.
Las dos serpientes entrelazadas del caduceo también representan el número y son el símbolo del equilibrio entre fuerzas antagónicas. Además, representan el eterno movimiento cósmico, base de regeneración y de infinito. Es la verticalidad formal del símbolo del infinito.
El caduceo suele ser presentado como símbolo del comercio. De hecho, es utilizado como emblema en diversas instituciones dedicadas al estudio y enseñanza de las ciencias económicas, por ejemplo los Institutos Superiores de Comercio de Chile. Es utilizado también en los logotipos de la Liga de Defensa Comercial (Lideco) del Colegio de Contadores, Economistas y Administradores de Uruguay, de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini de Buenos Aires y de la Escuela Superior de Comercio y Administración del IPN en México.
En algunos países el caduceo es usado también por la medicina. Hecho que comúnmente y erróneamente deriva de las similitudes con el símbolo que representa a la vara de esculapio propio de la medicina. Se sostiene que el médico es un anunciador que trae salud, preserva la armonía y equilibra las oposiciones malignas que se producen, tanto en el cuerpo como en el alma. Los antiguos médicos se decían representantes directos de la divinidad, lo que les permitía reconocer la naturaleza de la enfermedad y su remedio, lo que era bueno o malo para la vida de los demás.
“Este símbolo es muy antiguo, ya que se ha encontrado en Sumeria y en la India grabado en piedra”
En efecto el caduceo se remonta al comienzo de la historia del ser humano, concretamente a la primera civilización sumeria.
“El Caduceo, según la Mitología es el atributo de ciertas divinidades de la mitología grecoromana, cuya misión consiste en llevar los mensajes y dispensar los favores del Olimpo, figurando entre ellas la Paz , Iris y la Victoria , y especialmente Hermes o Mercurio, cómo intermediario de los dioses y los hombres. Primitivamente el caduceo no era más que una varita, especie de varita mágica con un abultamiento o nudo por la parte superior en que nacían dos ramas, que, bifurcándose, se rodeaban para aproximarse en sus extremidades. Tenía la virtud de trocar en oro todo cuanto tocaba…”.
La caja de Pandora
La caja de Pandora, en la mitología griega, era un recipiente al que tradiciones más modernas han llamado «caja», aunque se tratase más seguramente de un ánfora o una jarra. Según el mito este recipiente contenía todos los males que aquejaban a la humanidad.
En la mitología griega, Pandora (en griego antiguo: Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego.
Según la versión de este poeta, Hesíodo, la creación de la primera mujer está ligada estrechamente con el incidente de Mecona. Cuando los mortales e inmortales se separaron, Prometeo urdió un engaño para que, en adelante, cuando los hombres sacrificaran a los dioses, solo les reservaran los huesos y pudieran aprovechar para sí mismos la carne y las vísceras. Zeus, irritado por el ardid, les negó el fuego a los hombres, pero Prometeo, hurtándolo, se los restituyó (Teog. 535-570; Trabajos y días, 47-58).
Z
eus ordenó que Hefesto modelara una imagen con arcilla, con figura de encantadora doncella, semejante en belleza a las inmortales, y le infundiera vida. Pero, mientras que a Afrodita le mandó otorgarle gracia y sensualidad, y a Atenea concederle el dominio de las artes relacionadas con el telar y adornarla, junto a las Gracias y las Horas con diversos atavíos, a Hermes le encargó sembrar en su ánimo mentiras, seducción y un carácter inconstante. Ello, con el fin de configurar un “bello mal”, un don tal que los hombres se alegren al recibirlo, aceptando en realidad un sinnúmero de desgracias.
En Trabajos y días, Hesíodo indica que los hombres habían vivido hasta entonces libres de fatigas y enfermedades, pero Pandora abrió un ánfora que contenía todos los males (la expresión «caja de Pandora» en lugar de jarra o ánfora es una deformación renacentista) liberando todas las desgracias humanas. El ánfora se cerró justo antes de que la esperanza fuera liberada (Trabajos y días 90-105).
Otras versiones del mito relatan que en realidad la jarra contenía bienes y no males. La apertura de la jarra ocasionó que los bienes volaran regresando a las mansiones de los dioses, sustrayéndose de la vida de los hombres, que en adelante solo viven afligidos por males. Lo único que pudieron conservar de aquellos bienes es la esperanza.
La Biblioteca mitológica (I, VII, 2) menciona que Epimeteo y Pandora fueron padres de Pirra, esposa de Deucalión, hijo de Prometeo. Deucalión y Pirra son considerados por el mito como antepasados de la mayor parte de los pueblos de Grecia.
Copa de Higía
La copa de Higía es internacionalmente uno de los símbolos más conocidos de la profesión farmacéutica. Se trata de una serpiente enroscada sobre una copa o cáliz. La serpiente representa el poder, mientras que el cáliz es simbólico del remedio.
Uno de los símbolos usados en las farmacias, aparte de la cruz griega, es la “Copa de Higia” con una serpiente enroscada.
En la mitología griega Higía (en griego antiguo Υγιεία Hygieía o Υγεία Hygeía, ‘salud’), hija de Asclepio, hermana de Yaso y Panacea, era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), a diferencia de su padre, que estaba relacionado con la curación. De su nombre deriva la palabra «higiene». Su equivalente en la mitología romana era Salus.
Adquirió significado propio alrededor del siglo V a.C., pues hasta entonces era un epíteto más de Atenea. Se la solía representar como una mujer joven alimentando una gran serpiente enroscada en torno a su cuerpo. A veces la serpiente bebía de una jarra o copa que portaba en su mano.
La serpiente también estaba estrechamente unida en la antigua Grecia a la profesión médica, ya que muda la piel pareciendo que rejuvenece, siendo esto lo que se esperaba de un médico.
Compás
La francmasonería o masonería se define a sí misma como una institución discreta de carácter iniciático, no religiosa, filantrópica, simbólica y filosófica fundada en un sentimiento de fraternidad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad a través de la razón y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada “Gran Logia”, “Gran Oriente” o “Gran Priorato”.
Aparecida en Europa entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, la masonería moderna o “especulativa” ha sido descrita a menudo como un sistema particular de moral ilustrada por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos valores a su entorno.
Simbología francmasónica se refiere al estudio del significado de los símbolos francmasónicos y de los mensajes que encierran basados, fundamentalmente, en los instrumentos de la albañilería tradicional.
Los símbolos otorgan a los miembros de la francmasonería un lenguaje particular, con expresiones que solo los francmasones pueden comprenderlas a plenitud. Constituyen mecanismos educativos que permiten el conocimiento de las doctrinas masónicas, por lo que suele decirse que éstas no están escritas sino contenidas en los símbolos, lo que les confiere la posibilidad de su permanencia y actualidad.
Estos símbolos tienen un doble sistema de decodificación: uno está basado en la tradición y le da a cada uno de los símbolos y al conjunto de los mismos, determinados significados que constituyen una suma de mensajes-enseñanza tradicionales; el otro es la libre especulación filosófica, basada en el ejercicio de la racionalidad y la libertad humanas para la interpretación de los símbolos.
La escuadra (símbolo de la rectitud) y el compás (símbolo de los límites con los que debe mantenerse cualquier masón respecto a los demás, sobre todo respecto a los demás masones) son quizá los dos símbolos masónicos más conocidos. Aquí aparece también la letra “G”, símbolo de la masonería que representa al Gran Arquitecto del Universo.
El compás simboliza la igualdad entre las personas, ya que los infinitos puntos que componen el trazado del círculo están todos a la misma distancia de su centro. Por otro lado es un símbolo de libertad, de la que el usuario del compás es dueño, abriendo y cerrando sus puntas desde la nada hasta el todo.
Este es el motivo por el que el compás está escondido debajo de la escuadra en el símbolo del primer grado de la Masonería, precisamente para que el Aprendiz de Masón aprenda la rectitud antes de tener plena responsabilidad.
Tradicionalmente se interpreta en las Log.•, el Compás como la representación de la Igualdad, pues la distancia entre el centro de la circunferencia, que se establece con uno de los brazos del Compás y que representa el masón, y cualquiera de los puntos de su trazado es siempre la misma. Del mismo modo cabe también otras interpretaciones de dicha herramienta en la iconografía del Tall.•. .Una vez en uso el Compás en las Log.•, muestra generalmente dos angulaciones: abierto a 90º indica el ángulo que no se puede superar, el límite de la manifestación y, por esto mismo, el equilibrio entre sus dos brazos; abierto a la mitad, sus 45º sugieren equilibrio entre fuerzas antitéticas, situadas de manera dinámica y constructiva.
Creciente y estrella
La creciente y estrella es un símbolo que consiste en una luna creciente con una estrella junto a su lado cóncavo. En su forma moderna la estrella usualmente tiene cinco puntas. También los dos signos juntos representan generalmente al Islam, pero son de principio tradicionales símbolos de la identidad turca.
En Unicode, la “Creciente y estrella” es U+262A (☪).
La primera constancia que se tiene de es este símbolo es en siglo III en el Imperio Bizantino y en concreto en la ciudad de Constantinopla que tenia como protectora a la Diosa Artemisa asociada a la luna. Más tarde Alejandro Magno incorporo la estrella. En el año 1453, Mohamed II utilizo este símbolo en la captura de Constantinopla.
Los países cuyas banderas representan este símbolo son:
La Bandera de Turquía consiste en una media luna y una estrella blanca sobre un fondo rojo. La bandera es llamada Ay Yıldız (en turco: luna y estrella). Este emblema fue adoptado en 1876. La bandera tiene un origen complejo e incierto, ya que es un diseño antiguo, siendo casi idéntico al de la última bandera del Imperio Otomano. Estandarte presidencial.
El rojo es un color predominante en la historia turca, sobre todo si lo relacionamos con las batallas sangrientas de la Guerra de Independencia Turca. La media luna y la estrella, juntas, que por lo común son consideradas símbolos islámicos hoy en día, han sido durante mucho tiempo empleadas en Asia Menor mucho antes del advenimiento del Islam. La bandera era, en un principio, simplemente una media luna sobre campo verde, pero ésta fue modificada en 1793 cuando el Sultán Selim III cambió el fondo verde a rojo. En 1844, se añadió la estrella. El símbolo de la estrella, según algunas teorías y estudios, se remonta en realidad a los tiempos del emperador romano Constantino (fundador de Constantinopla, actual Estambul), siendo considerada en su época como un símbolo de la Virgen María.
Cornucopia
La cornucopia (del latín cornu, ‘cuerno’ y copĭa, ‘abundancia’), en español conocida también como cuerno de la abundancia (en latín cornu copĭae), es un símbolo de prosperidad y afluencia que data del siglo V a. C.
En la mitología griega, la cabra Amaltea crio a Zeus con su leche. De niño, mientras jugaba con uno de sus rayos, Zeus rompió -sin querer- uno de los cuernos de la cabra.
Para compensar a Amaltea, al cuerno roto le confirió poder para que, a quien lo poseyera, se le concediese todo lo que deseara.
De ahí surgió la leyenda de la cornucopia. Las representaciones originales eran del cuerno de la cabra lleno de frutas y flores. A varias deidades, especialmente a Fortuna, se les representaba con el cuerno de la abundancia.
En otro mito, el cuerno de la abundancia se creó cuando Heracles (romano Hércules ) luchó con el dios-río Aqueloo y arrancó uno de sus cuernos; dioses de los ríos se representa a veces como cuernos.
Imágenes más modernas, como las usadas en los murales del Día de Acción de Gracias, muestran una cesta de mimbre con forma de cuerno llena de frutas y verduras.
En otras representaciones modernas, la cornucopia es básicamente un cono curvo, hueco y sin fondo, típicamente relleno con diversos tipos de frutas. Se usa en el escudo de Colombia, donde aparecen dos cornucopias, una atiborrada de frutos y flores exóticas del país y otra llena de monedas de oro.
En la parte superior del escudo de Venezuela se encuentran dos cornucopias cruzadas, así como en el escudo de Panamá y en el de Perú, donde aparece una cornucopia dorada que derrama monedas de oro.
El cuerno de la abundancia también aparece en el escudo de la Provincia de Mendoza, ubicada en la República Argentina. Al menos durante varios decenios, en México se enseñaba y con colorida representación en mapas -dada su notoria inclinación de noroeste a sureste- se reiteraba que la forma del país es semejante a un cuerno de la abundancia, rebosante de frutas.
Crismón
Este símbolo se empleó en las monedas y estandartes romanos.
El crismón más usualmente admitido es la representación del monograma de Cristo, XP. Consiste en las letras griegas Χ (ji) y Ρ (ro), las dos primeras del nombre de Cristo en griego: Χριστός (Khristós). En otras versiones, la Ρ se sustituye por la Τ (tau) o una pequeña cruz latina. El crismón puede completarse añadiendo otros elementos como las letras α (alfa) y ω (omega), que representan el principio y fin de todas las cosas, como simboliza Cristo en las religiones cristianas.
El cristograma empezó a aparecer en las bonitas monedas romanas después del Edicto de Milán (313) con el que Constantino establecía la libertad de culto para los cristianos.
Las fuentes no se ponen de acuerdo sobre el momento y las razones del emperador Constantino. Los textos principales son de Eusebio de Cesarea y Lactancio. Según la Vida de Constantino de Eusebio, el motivo fue una visión que tuvo antes de la Batalla del Puente Milvio contra Majencio, consistente en el signo del crismón en el cielo junto con el lema «In Hoc Signo vinces» (con este signo vencerás, abreviado IHS, también referido a él como «Iesus Hominum Salvator», Jesús Salvador de los Hombres).
Según Sobre la muerte de los perseguidores de Lactancio, no fue una visión sino un sueño la noche anterior a la batalla.
La iconografía del arco triunfal de Constantino y la numismática tampoco han podido aclarar la simbología.
Los primitivos crismones sufrieron la influencia de los signos de las corrientes místicas anteriores y contemporáneas al nacimiento de la Iglesia.
Cruz
Una cruz (latín: crux) es una figura geométrica que consiste en dos líneas o barras que se cruzan en un ángulo recto, de tal forma que una de ellas (o las dos) queda dividida por la mitad. Es uno de los símbolos humanos más antiguos: en Egipto, en China, en Cnosos de Creta (donde se encontró una cruz de mármol que data del siglo XV a.C.). La cruz es un emblema de muchas culturas y religiones, entre ellas el cristianismo. Desde su aparición habitualmente ha representado los cuatro elementos de la antigüedad, los cuatro puntos cardinales o la unión de los conceptos de divinidad y del mundo.
Signos y caracteres en forma de cruz
• En la numeración romana, el número 10 se escribe X.
• El carácter chino 十 para el número diez (véase numeración china).
• El obelus (÷)
• El signo más (+) y el signo de multiplicar (×).
• El signo de «nocividad» (X sobre fondo rojo o naranja).
Tipos de cruces
Cruz celta
La cruz celta es un icono religioso que combina una cruz cristiana con un círculo rodeando su intersección. Se remonta a los primeros tiempos del cristianismo en Irlanda, donde constituyó el diseño básico de las famosas high crosses: altas cruces monumentales hechas de piedra y ricamente ornamentadas con motivos de arte céltico insular.
Esencialmente no es sino una cruz cristiana con el significado que le es propio. La finalidad del anillo, sin embargo, continúa siendo un misterio en torno al cual se ha especulado mucho.
Una leyenda popular en Irlanda afirma que la cruz “celta” fue introducida por San Patricio u otro santo irlandés durante la evangelización de los paganos de la isla, pero no subsiste ninguna cruz procedente de esa temprana época. También se dice que San Patricio unió el símbolo cristiano a una representación circular del sol o de la luna, vinculando así el significado de la cruz a la espiritualidad pagana a fin de transmitir mejor su mensaje. Otros consideran más probable un origen en cruces con coronas de hojas o flores en torno a su intersección.
La explicación aceptada por la mayoría de historiadores, sin embargo, resulta más prosaica: el anillo habría sido inicialmente un mero recurso de los escultores para asegurar la estabilidad de las cruces, convirtiéndose luego en un elemento decorativo.
Sus funciones eran religiosas y conmemorativas. Se alzaban en el exterior de los monasterios y lugares de culto cristianos, a modo de monumentos identificativos y centros de predicación. Muchas eran asimismo un símbolo de estatus relacionado con determinados personajes ilustres (abades y patrocinadores). Se desconoce cualquier otro uso que pudieran haber tenido.
No todas las cruces celtas poseen el característico anillo, aunque sí la mayoría.
En cuanto a sus grabados, las más tempranas sólo muestran entrelazados y diseños geométricos propios del arte nativo de las islas británicas, pero a partir de los siglos IX y X aparecen representaciones figurativas de escenas bíblicas. Estas cruces son llamadas Scriptures crosses (“Cruces de las Escrituras”) y su complejidad es tal que se las ha llegado a definir como “sermones en piedra”.
Las cruces de Inglaterra presentan una estética mixta, fusionada con la tradición similar de las cruces anglosajonas.
Las primeras cruces datan del siglo VII y no son high crosses, sino grabados en grandes piedras planas extendidas en el suelo. Las cruces propiamente dichas fueron erigidas por los monjes irlandeses al menos desde el siglo VIII, primero en Irlanda (donde sobreviven la mayoría) y más tarde en Gran Bretaña (conservándose en Cornualles, Gales, Northumbria, Escocia, archipiélago de las Hébridas e isla de Iona).
Las cruces celtas (anilladas) dejaron de erigirse en el siglo XII y la tradición más amplia de las grandes cruces conmemorativas de piedra se interrumpió definitivamente en el siglo XV.
Las cruces celtas fueron resucitadas mucho más tarde durante el llamado “renacimiento celta” (celtic revival) del siglo XIX, muy influido por el romanticismo y por el nacionalismo irlandés. Desde entonces vuelven a alzarse cruces celtas en Irlanda, sobre todo con propósitos funerarios (reminiscencia de su antiguo uso conmemorativo). El símbolo en sí se ha convertido en un típico emblema irlandés y como tal aparece en joyería, logotipos, etc.
Una forma estilizada de la cruz celta parecida a una cruz solar es empleada actualmente por diversos grupos ultraderechistas, neonazis y supremacistas de Europa y del resto del mundo. Este uso se sitúa en un marco de recuperación de símbolos paganos (en el caso de la cruz celta, un símbolo cristiano primitivo visto como herencia pagana) para legitimar ideologías identitarias, en una voluntad de rechazo a las religiones procedentes del tronco semítico y de retorno a las culturas de los viejos pueblos europeos precristianos.
Cruz de Brompton (Irlanda), decorada con arte celta.
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