Ooparts
Oopart (Out of Place Artifact – Artefactos fuera de lugar) es la denominación que se la ha dado a decenas de objetos prehistóricos hallados en distintas partes del planeta que, dado su nivel de tecnología, desarticulan completamente la edad estimada mediante estudios físicos, químicos y/o geológicos. Algunos “Oopart” se han convertido en un quebradero de cabeza para los científicos que avalan la teoría de la aparición del hombre hace unos seis millones de años atrás, otros son claramente una falsificación. Se han catalogado algo más de 4.000. En general se pueden clasificar en:
Objetos presuntamente encontrados en culturas reconocidas, en lugares inesperados.
Objetos presuntamente producidos por culturas desconocidas.
Objetos presuntamente existentes antes que la raza humana:
La mayoría de los Ooparts conocidos consisten en objetos que no pertenecen a la época del yacimiento por ser demasiado modernos. Sin embargo, los métodos de datación revelan que estos objetos modernos, son tanto o más antiguos que el lugar donde se encuentran. Cabe aclarar que el método de Carbono 14 no es apto para datar a la mayoría de los Ooparts, ya que éstos carecen de material orgánico, sobre el cual trabaja dicho método.
Se considera que los Ooparts, encontrados y desaparecidos antes de mediados del siglo XX, no merecen crédito, ya que hasta entonces los sistemas o métodos de datación de antigüedad, eran escasos y poco fiables.
No soy partidario de la “teoría alienígena, o de otras civilizaciones”, aunque algunos estén muy obsesionados con el tema. Pero en ocasiones no hay más remedio que citarlo. No se incluyen aquellos que son una burda y clara impostura, como el caso de los “Jeroglíficos egipcios, en Álava (España) del 2006”. En otras ocasiones se trata de “expresiones de la Naturaleza”, como: el mecanismo de Kamchatka que son comátulas o lirios de mar, fósiles muy abundantes; o la antena de Eltanin que es Cladorhiza Concrescens, una variedad de esponja carnívora, y abundante.
En algunos casos hay comentarios resaltados en rojo, son aquellos de los que hay serias dudas de su veracidad.
En ningún caso se ha pretendido ser exhaustivo.
Toda la información se ha sacado de la red, y principalmente se han utilizado los datos al efecto, de Wikipedia.
El coche de juguete de Mardin.
El coche de juguete de Mardin.
En Diciembre de 2011 durante las excavaciones en el distrito Kiziltepe de la provincia suroriental de Mardin, en El sureste de Turquía. Se ha encontrado el primer carro de juguete del mundo, de la Edad de Piedra Tardía.
El Carro esta hecho de piedra y se cree que tiene 7.500 años de Edad, según el arqueólogo Mesut Alp.
El Director de Cultura y Turismo de Mardin, Davut Beliktay, dijo:”que el carro es como una copia de los coches actuales, y agregó que, en su forma, el juguete antiguo también se asemeja a un tractor”. También cuenta que se encontraron en la zona muñecas y silbatos de piedra. “Creemos que los silbatos y las muñecas tienen entre 5.000 y 6.000 años de antigüedad. Los silbatos están todavía en condición de funcionar”.
Según los arqueólogos la rueda fue inventada en Mesopotamia en el 5.500 a.C., llega a Europa y asía en el 4.000 a.C.
Si tenemos un juguete del 5.500 a.C., Habrá que hacer caso a otros arqueólogos que estiman la aparición de la rueda en el 8.000 a.C.
Algunos arqueólogos creen que su función pudiera ser una urna funeraria, pero en general están desconcertados de su morfología.
Hoy los padres compran a sus hijos juguetes de coches eléctricos con los que jugar, pero hace miles de años la situación era un tanto diferente.
Sin embargo, este antiguo descubrimiento revela que nuestros antepasados eran conscientes de la rueda hace 7500 años!
Un coche de piedra con dos ejes y 4 ruedas que datan de hace unos 7.500 años fue encontrado durante las excavaciones en el distrito Kiziltepe de la provincia suroriental de Mardin, están ahora en exhibición en el Museo de Mardin, Turquía.
De acuerdo con el Director de Cultura y Turismo de Mardin, Davut Beliktay, el coche es como una copia de los coches hoy en día. También señala que la forma de este antiguo juguete se asemeja a un tractor.
En la pantalla también una antigua tablilla con inscripciones.
Tras el análisis histórico exhaustivo, la inscripción de la piedra 5 centímetros, que fue descubierto en un sitio de excavación en el Girnavas Mound, a 4 km del centro histórico de Nusaybin -¿Fue considera el contenido un antiguo título de algún paso de propiedad.
Beliktay dijo que la escritura en la tabla histórica había logrado mantenerse intacta a lo largo de los años debido a excelentes técnicas de preservación. El guión, explicó, había sido raspada sobre la superficie arcillosa con un clavo y luego la tableta había sido colocado en un quemador.
El arqueólogo Alp explicó que tiene 2.800 años de antigüedad y se refiere a la venta de un jardín.
El contenido de la escritura, agregó refiere a un jardín de árboles frutales y los árboles frutales dentro, que se han de repartir entre los tres hijos del propietario. La escritura se refiere a “Nabulu”, que explica Alp era, de hecho, el antiguo nombre de la actual Nusaybin. Beliktay ha confirmado que la información completa sobre los dos hallazgos se proporcionará en breve.
Aún así, el elemento más fascinante es el coche de juguete antiguo. Algunos han sugerido que no es un coche, sino más bien un carro. Sin embargo, los carros suelen tener sólo dos ruedas y empujados por un animal.
La evidencia de conocimiento antiguo de la rueda se puede encontrar en otros períodos de tiempo.
Grabados de la roca, el puñado de modelos de vagones y las representaciones de carretas incisas en vasijas de barro ya no son nuestra única prueba para la utilización de los vagones. El registro arqueológico se ha enriquecido con nuevas pruebas.
La primera visión de modelos de rueda en Edad del Cobre fue escrito por Marin Dinu en su estudio “modelos de arcilla de ruedas descubiertas en cultivos de la Edad del Cobre de la vieja Europa de mitad de Quinto milenio antes de Cristo” Dinu señala que el uso de vehículos de ruedas por lo tanto podría ser fechada mucho antes de lo que se suponía anteriormente.
Sin embargo, registro arqueológico proporciona evidencia indiscutible de que las ruedas eran conocidas a través de la mayor parte de Europa y Anatolia desde el anterior cuarto milenio antes de Cristo en adelante.
Sin embargo, nada tan asombroso como el antiguo coche de juguete conserva en el Museo de Mardin nunca ha sido encontrado.
Así que la pregunta sigue siendo: ¿Es este pequeño coche de juguete antiguo quizás la evidencia más temprana de la rueda?
Algunas nuevas preguntas han surgido tras este nuevo hallazgo en Turquía, ¿se descubrió la rueda 2000 años de lo que se creía?. Otra hipótesis descrita por científicos es si podría tratarse de un antiguo vehículo para transportar a los muertos ya que en aquella época comenzaron las primeras ceremonias en las que se veneraba a los muertos, pero al tratarse de un juguete parece algo macabro para un niño. Tal vez ¿existian algunos vehículos rudimentarios de cuatro ruedas en la edad de piedra tardía?. Realmente ¿es un juguete? o ¿es una representación de algo que se utilizaba en la edad de piedra?. Como de costumbre este hallazgo es uno de los nuevos enigmas y misterios de la arqueología con el que se enfrentan los arqueólogos y que tratan de explicar de forma coherente, aunque no deja de sorprender. Algunos lo han catalogado como otro de los Ooparts descubiertos ya que el juguete con forma de coche o tractor es similar a los coches actuales, pero creemos que seria ir demasiado lejos el pensar que existían coches hace 7500 años, aunque la posibilidad de que se descubriera la rueda 2000 o incluso 5000 años antes de lo que se creía nos sorprendería, pero seria bastante evidente y posible.
Placa de hierro en la pirámide de Keops.
Placa de hierro en la pirámide de Keops.
En 1837, J.R.Hill, ingeniero ingles, descubrió una placa de hierro dentro del conducto de la cámara del Rey, entre los testigos del descubrimiento se encontraba el polémico Howard Vyse.
Hill, lo relata así:” Fue necesario quitar con explosiones las dos filas de piedras exteriores da la actual superficie de la pirámide”
La placa mide 26 cm de largo por 8,6 cm de ancho.
Fue examinada por Flinders Petrie, egiptólogo, quien ratifico su antigüedad.
Transcurrieron 160 años, para que volviera a ser examinada, por A. Lucas director del gabinete químico del departamento de antigüedades Egipcias del Museo Británico. Lucas afirmó que la placa de hierro tenía las misma edad que la pirámide.
Los análisis determinaron que la placa no tenia hierro de origen meteoritico, años después Lucas se retracto de sus palabras. ¿Por que?
En 1989, se volvió a estudiar la placa, fueron dos estudios independientes, pero que llegaron a la misma conclusión.
Uno de ellos lo realizo el Dr. El Sayed El Guyar de la Facultad de l Petróleo y Minerales de Suez, el otro lo realizo M.P.Jones del Imperial College de Londres.
La conclusión fue la misma:” La placa era datada en el mismo momento en que la pirámide era construida, siendo contemporánea a ella”.
La placa esta en el Museo Británico, la versión de el museo es que la placa fue colocada en el lugar del descubrimiento y que los análisis de El Gayar-Jones no eran ciertos.
Si el hierro no comenzó a usarse en Egipto hasta el 650 a.C., ¿que hace esa placa de hierro en la pirámide datada del 2500 a.C.
Esta placa de hierro no hay que confundirla con los objetos encontrados en otra cámara.
En 1872, Waynman Dixon, descubrió en el conducto norte de la cámara de la reina unos objetos similares a los hallados en la cámara del rey. Los investigadores abrieron uno de los conductos, encontraros tres objetos: una bola de piedra de unos 0,8 kg, una estaca de madera y un garfio metálico (de los cuales se desconoce el significado).
Se encuentran en el Museo Británico desde 1970, aunque comenzaron a exponerse al público en 1990, a excepción de la vara de cedro que ha desaparecido.
Nadie menciona que el Coronel Vyse también descubrió en 1837 los conductos de ventilación de 23 cm2 y más de 60 metros. Como Vyse quería ver si llegaban hasta el exterior, uno de sus ayudantes, Hill, subió a la superficie exterior de la pirámide y encontró aperturas similares donde estos conductos parecían terminar. Hill, desde el exterior del conducto, lanzó una piedra que cayó con tal fuerza que casi lesiona a los de abajo. Cuando Vyse limpió estos conductos comenzó a entrar aire al interior, manteniendo la temperatura constante a unos 20 grados.
Pero Vyse también localizó una placa de hierro de 30 por 10 centímetros de hierro en una junta de la sillería del conducto de ventilación sur de la llamada Cámara del Rey. La placa estaba encajada y oculta. Lo más significativo es que la placa es de hierro y que éste no comenzó a utilizarse en Egipto hasta el año 650 a.C. Por lo tanto, si la construcción de la Gran Pirámide es del 2500 a.C. ¿dónde encaja esta placa de hierro en la historia?
Y no sólo había una placa de hierro, sino una esfera de piedra desigual, un garfio de dos dientes y una vara de cedro de 12 centímetros de largo. Estos descubrimientos los realizó Waynman Dixon en 1872 en el conducto norte de la Cámara de la Reina. Se encuentran en el Museo Británico desde 1970, aunque comenzaron a exponerse al público en 1990, a excepción de la vara de cedro que ha desaparecido. Y es una lástima, porque ésta sí que es susceptible de datarse con Carbono 14 para averiguar su edad real.
Los objetos de Dixon
Charles Piazzi Smyth en su libro de 1878 “La Gran Pirámide” describía como fue el descubrimiento del primer grupo de estos objetos:
Al percibir una grieta, primero me lo señaló el doctor Grant, en la pared sur de la Cámara de la Reina, que le permitía colocar un alambre y empujarlo a una distancia más profunda el señor W. Dixon puso a su carpintero a abrir un agujero con martillo y cincel en ese lugar… midiendo aproximadamente una posición similar en la pared norte, el señor Dixon indicó al carpintero que trabajara también allí con el martillo y el cincel.
Se encendieron fuegos dentro de estos canales, pero aunque en el canal sur el humo se disipó, su salida no fue descubierta en el exterior de la gran pirámide.
Algo más, sin embargo, se descubrió dentro de los canales (de la Cámara de la reina), esto es, un pequeño gancho de bronce de unos 5 cms; un poco de madera parecida a cedro (unos 13 cms) , que podría ser su mango; y una bola de granito gris o piedra verde de unos 850 gramos.
El trozo de madera se ha perdido. Se cree que está en algún lugar del Museo Mariscal de Aberdeen (1) Lo que nos impide hacer una datación por carbono a dicha pieza sin igual.
La placa de J.R. Hill
En 1837, el ingeniero británico J.R. Hill encontró una placa de hierro incrustada dentro del canal sur de la Cámara del Rey. Tuvo que ser necesario volar dos escalones exteriores de las piedras de la actual superficie de la pirámide para extraerla. El señor Hill y otros presentaron certificados declarando que la placa de hierro era contemporánea a la pirámide y, posteriormente, depositaron la antigua reliquia en el Museo Británico.
La placa de hierro mide 26 cm por 8,6 cm. Siglo y medio después del hallazgo, en 1989 dos eminentes metalúrgicos, el doctor El Gayar, de la Facultad de Petróleo y Minerales de Suez, y el doctor M. P. Jones, del Colegio Imperial de Londres, de forma conjunta realizaron pruebas químicas y microscópicas de la misteriosa placa de hierro, y se comprobó que la placa era contemporánea a la Gran Pirámide y que no procedía de hierro meteórico. Sus análisis revelaron rastros dorados y se dedujo que la placa pudo estar recubierta de oro. Concluyeron que originalmente medía 26 cm x 26 cm, y probablemente fue utilizada para cubrir la boca del canal sur en la parte exterior del monumento. (2)
Desde aquí nos hacemos una pregunta: Si el hierro no comenzó a usarse en Egipto hasta el 650 a.C., ¿que hace esa placa de hierro en la pirámide datada en el 2500 a.C. aprox.?
Rudolf Gantenbrink
De sobra es conocida la historia de la famosa puerta de Gantenbrink en el canal sur de la cámara de la Reina. En el canal opuesto, el norte, no solo encontramos la misma puerta, sino que además se hallaron otras sorpresas:
En las imágenes del vídeo original del primer ascenso de su robot el UPUAT se observó otro objeto muy similar al de Dixon (el que tiene forma de gancho) pero esta vez de color dorado. También se divisó una larga pieza de madera (22 cms) con un extremo claramente roto. La sección transversal era muy similar a la vara de cedro encontrada por Dixon en 1872. Todos en el canal norte de la Cámara de la Reina. (3) También se encontraron varias barras de metal de origen moderno, seguramente de las expediciones de Dixon.
Espada Vikinga Ulfbehrt
Una espada Ulfberht se muestra en la Museo Nacional Germánico de Nuremberg, Alemania. (Martin Kraft / Wikimedia Commons)
Cuando los arqueólogos encontraron la espada vikinga Ulfbert, que data de entre el 800 y el 1000 d. C., se quedaron atónitos. No podían entender cómo la tecnología para hacer esta espada hubiera estado disponible antes de la Revolución Industrial que ocurrió unos 800 años después.
Su contenido de carbono es tres veces más alto que el de otras espadas de su tiempo, y las impurezas fueron eliminadas hasta un grado tal que el mineral de hierro debe haber sido calentado a por lo menos 3.000 grados Fahrenheit.
Con gran esfuerzo y precisión, el herrero moderno Richard Furrer de Wisconsin, forjó una espada de la calidad de Ulfberht usando la tecnología que habría estado disponible en la Edad Media. Dijo que era la cosa más complicada que jamás había hecho, y usó métodos que no se sabe que hayan sido utilizados por la gente de esa época.
Misteriosa espada vikinga fabricada con tecnología del futuro
El documental de NOVA y National Geographic, titulado “Secretos de la Espada Vikinga” emitido por primera vez en 2012 dio un vistazo sobre la composición metalúrgica de la enigmática espada. Se encontraron alrededor de 170 espadas datadas entre el año 800 dC a 1000 dC, pero la tecnología que les habría forjado es de la revolución industrial de los años 1800 y 1900. Los investigadores dicen que para forjar el hierro del que están hechas las espadas, necesitan calentar el mineral alrededor de 3.000 grados (F). A continuación, se licua y se eliminan las impurezas. Se mezcla entonces con carbono para reforzar el hierro. Sin embargo las tecnologías medievales, que es lo que los vikingos habrían estado utilizando, no habrían sido capaces de calentar ningún metal o sustancia a tan alta temperatura. En aquellos días, las impurezas se habrían eliminado martilleando el hierro.
En el proceso de forjar hierro, el mineral debe ser calentado a 3.000 grados Fahrenheit para licuarlo, permitiendo al herrero eliminar las impurezas (llamadas “escoria”). El carbón también se mezcla para hacer que el hierro frágil sea más fuerte.
La tecnología medieval no permitía que el hierro se calentara a una temperatura tan alta, así la escoria se eliminaba golpeando el metal, un método mucho menos eficaz.
El Ulfberht, sin embargo, casi no tiene escoria y tiene un contenido de carbono tres veces mayor que el de otros metales del mismo período. Se hizo de un metal llamado “acero del crisol“.
Se pensaba que los hornos inventados durante la revolución industrial fueron las primeras herramientas para calentar el hierro a este grado.
El herrero moderno Richard Furrer de Wisconsin habló en NOVA sobre las dificultades de hacer un arma de este tipo. Furrer se describe en el documental cómo él es una de las pocas personas en el planeta que tiene las habilidades para tratar de reproducir el Ulfberht. La diferencia en pureza se ve por la consistencia del acero Ulfberht, casi libre de escoria. (Screenshot/NOVA/National Geograph)
“Para hacerlo bien, es la cosa más complicada, pero sé cómo hacerla” dijo.
Comentó sobre cómo el fabricante de Ulfberht se habría considerado como poseedor de poderes mágicos. “Ser capaz de hacer un arma de la suciedad es una cosa bastante potente” dijo. Pero hacer un arma que se podría doblar sin romperse, mantenerse tan fuerte y que pesa tan poco se consideraría como sobrenatural.
Furrer pasó días de trabajo continuo y meticuloso para forjar una espada similar y usó tecnología medieval, aunque de una manera nunca antes sospechada. El defecto o error más diminuto podría haber convertido la espada en una pieza de chatarra. Al final pareció declarar su éxito con más alivio que alegría.
Es posible que el material y los conocimientos técnicos procedieran del Oriente Medio. La ruta de comercio del Volga entre los establecimientos Vikingo y el Oriente Medio se abrió al mismo tiempo que los primer Ulfberhts aparecieron y se cerró cuando los últimos Ulfberhts se produjeron.
La espada misteriosa a la que nos referimos fue realizada por los Vikingos y grabada con la palabra Ulfberht. La espada se forjó de tal manera que parece que ha sido hecha por tecnologías que no estaban disponibles hasta 800 años después de la era Vikinga, de ahí el misterio que la envuelve. Alan Williams, de la Colección Wallace en Londres ha estudiado las espadas y opina que son unas espadas únicas en su categoría, y cree que el fabricante es único. Eran extremadamente raras y valiosas, habría formado parte del arsenal de la élite Vikinga.
En contradicción con esto, Ulfberht casi no contiene impurezas y tiene tres veces la cantidad de carbono que cualquier otro metal que se sepa que existiera en su momento. El metal de las espadas está hecho de lo que se conoce como acero de crisol. Robert Lehmann, un químico en el Instituto de Química Inorgánica de la Universidad de Hannover, estudió una de las espadas Ulfberht que se encontrado en 2012 en un montón de grava excavada en el río Weser, que fluye a través de Baja Sajonia en el noroeste de Alemania. La hoja de esta espada tiene un alto contenido de manganeso, lo que indicó a Lehmann que no venía de Oriente. La guarda estaba hecha de hierro con un alto contenido de arsénico, lo que sugiere un depósito de Europa. Delimitó la posible fabricación a un sitio en la región de Taunus, al norte de Frankfurt, Alemania. Aunque se conocen algunos monasterios de la región Taunus que podrían haber producido armas en esa época, el nombre de Ulfberht no se ha encontrado en sus registros.
Los Hornos que podrían haber calentar los metales y las sustancias que conforman las espadas a temperaturas extremadamente altas no se inventaron hasta la revolución industrial, que es cuando también se desarrollaron las herramientas para poder calentar el hierro a estas temperaturas. Se consultaron herreros actuales y llegaron a la conclusión que para hacer una espada como la Ulfberht el proceso sería muy difícil y complejo. Por las características especiales que confiere la forma de hacer la espada posiblemente en aquella época se le habría podido otorgar la distinción de “espadas mágicas” ya que la forma en la que están forjadas permite que la hoja de curve, que esté siempre en buenas condiciones de filo y que sean muy ligeras.
Los investigadores encargaron a herreros actuales una recreación de Ulfberht utilizando tecnología medieval. Tras muchos días de trabajo finalmente se pudo producir un metal similar. Los investigadores creen que es posible que el conocimiento para hacer este tipo de espadas se originara en Medio Oriente y que las rutas comerciales con Europa habrían podido difundir el conocimiento y las tecnologías. Cuando esas rutas comerciales se cerraron, debido a la falta de uso, Ulfberht también dejó de fabricarse.
Grandes historias de una herramienta que nos ha acompañado desde siempre y que no deja de sorprendernos. Tecnología oriental en el mundo Vikingo… y pensamos que ya lo sabemos todo.
Generalmente las armas vikingas se han catalogado —de forma errónea— como algo autóctono. Tendemos a decir ‘espadas vikingas’ o ‘yelmos vikingos’ o ‘escudos vikingos’ y, sin embargo, esto no es del todo cierto. Si bien algunas de ellas que sí habrían sido algo intrínsecamente vikingo, muchas son, en realidad, del periodo anterior a la Era Vikinga —la Era de Vendel (550-794)—; y éstas fueron, a su vez, importaciones y asimilaciones. Desde tiempos del Imperio romano y sus ‘Estados sucesores’ los pueblos del norte importaron armamento de forma habitual: la mitad de las armas halladas en yacimientos de la Germania libre fechadas entre los siglos III y V son de fabricación romana. Y no solo del Imperio Romano, los pueblos del norte también importaron armamento del Imperio Franco, tal y como recoge la Gesta Karoli Magni.
Tal debió ser el interés de estas sociedades por las armas extranjeras, que a lo largo de la historia hasta se les llegó a prohibió su venta:
- La legislación romana prohibía vender armas al Barbaricum. Legislación que se mantuvo en Bizancio.
- En el año 803 Carlomagno prohíbe la venta de bruniae (cotas de malla) y de baugae (brazales) fuera del reino.
- En el año 864 Carlos el Calvo decreta pena de muerte para aquellos que vendan armas a los vikingos.
Si ya entramos en detalle, dentro de las armas utilizadas por los escandinavos durante la Era Vikinga, la espada era apreciada por encima del resto; no sólo era la más cara y la que podía estar más elaborada y ricamente decorada —con adornos de metales como la plata e incrustaciones de piedras preciosas—, sino que era también la que mayor maestría técnica requería al guerrero que la portaba y blandía.
Parece ser que el trabajo de los espaderos francos era especialmente apreciado por los hombres del norte. ¿Por qué importaban los vikingos sus espadas? Puesto que la calidad del metal franco, comparado con el nórdico, era muy superior. Y ello justificaba su precio. Y, precisamente por su elevado coste, no todos los guerreros vikingos pudieron permitirse una, quedando reservada para aquellos más ricos y pudientes. Una espada durante el reinado de Carlomagno, por ejemplo, costaba tres sueldos. Cinco durante el de Carlos el Calvo. Y según las sagas nórdicas, una espada podía llegar a costar 16 vacas lecheras. Generalmente era un arma que pasaba de generación en generación, como herencia.
Herederas de la spatha romana —y esta del gladius— las espadas que utilizaron los escandinavos durante el periodo que comprende la Era Vikinga estaban elaboradas con la técnica que tiene por nombre pattern welding[i] (soldadura de diseño), que combinaba piezas de metal de distinta composición: las espadas se fabricaban a partir de barras de acero retorcidas —generalmente tres— y soldadas mediante forja a martillazos, hasta formar una hoja que tenía una pigmentación característica en forma de hondas o espigas y que componía el núcleo central de la hoja. A esta se le añadían dos filos de alto contenido en carbono que se forjaban, afilaban y pulían. La tira central de la hoja también se trabajaba en ambas caras, para crear andaduras longitudinales poco profundas —llamadas vaceos— que hacían más ligera la hoja sin reducir su efectividad.
El resultado era una hoja elástica de doble filo, fina y flexible, pero dura y resistente que medía entre 70 y 100 centímetros, siendo lo habitual unos 90. La empuñadura podía ser de metal, aunque habitualmente era de algún tipo de material orgánico como la madera, el cuero o el asta y, probablemente, se recubría con tela o cuero. En la mayoría de ocasiones los vikingos importaban las hojas y les añadían sus empuñaduras y pomos, tan característicos, que podían ser de distintos tipos; en forma de pirámide, lobulados o estilo sombrero de tres picos, entre otros, y solían ser también de algún tipo de material orgánico como los ya mencionados y, a veces, de hierro. La espada se guardaba en una vaina de madera que podía tener también un forro de tela o lana —la grasa natural de la lana ayudaba a evitar que la hoja se oxidase—, y esta, a su vez, se protegía con una funda de cuero. El extremo terminaba con una contera de metal, que podía estar decorada, y cuya función era la de proteger la punta de la espada. Se llevaban normalmente colgadas de una correa al hombro derecho o en el cinturón o tahalí a la altura de la cadera.
Inscripción +VLFBEHT+ en la hoja de una espada del siglo IX (Germanisches Nationalmuseum FG 2187).
Hacia finales del siglo VIII comenzaron a circular por Europa unas nuevas espadas de una calidad excepcional con la inscripción Ulfberht en la hoja, en la mayoría de casos con una cruz griega antes y después del nombre: +Vlfberht+. Por estas fechas surgió en la zona de Renania Central una nueva técnica que producía hojas muy duras y flexibles, de una acero sin apenas impurezas o escoria, con un inusual alto contenido de carbono[ii], lo que las hacía más fuertes, más flexibles y menos frágiles que las que hemos visto hasta ahora. Estas hojas se obtenían mediante la técnica de fundición en crisoles, también llamado acero crucible o de crisol, algo que hasta el momento no era posible debido a la elevada temperatura de fusión que necesitaba el hierro. Temperaturas mucho más altas de las que la mayoría de los herreros europeos eran capaces de conseguir en sus forjas.
¿Y quién era Ulfberht? Durante mucho tiempo se pensó que era el nombre de una familia propietaria de una herrería en la zona de Renania. Una hipótesis que ha sido rechazada recientemente ya que las firmas con cruz griega eran típicas de abades, obispos y monasterios. Esto no nos debe sonar extraño, ya que en aquella época era habitual que las grandes abadías y sedes episcopales fabricasen armas.
La firma de Ulfberht estaba grabada de modo que si su propietario blandía la espada con la mano derecha, su oponente podía leerlo.
Estas espadas tuvieron un enorme impacto geográfico: tan sólo en Noruega se han hallado 44 ejemplares, y otros 166 han sido hallados en yacimientos de 23 países de Europa, entre ellos uno en España. Eran de las mejores producciones armeras de la época y tuvieron tanto éxito, y llegaron a ser tan famosas y codiciadas, que hasta fueron ‘pirateadas’ por otros herreros a lo largo y ancho de Europa Occidental: surgieron imitadores que también marcaron su nombre en la hoja. Otras inscripciones que se han encontrado han sido Inglerii, Cerolt, Ulen, Pulfbrii, Centrlit. Sin embargo, la calidad de estas espadas ‘de imitación’ era muy inferior. Y no solo la calidad era menor; las inscripciones de las imitaciones en ocasiones están mal escritas, las letras están hacia abajo u otras peculiaridades. Estudios recientes sobre las espadas con inscripción Ulfberht han revelado que unas fueron forjadas a partir de lingotes de acero de crisol —las ‘verdaderas’— y otras poseen una calidad muy inferior, con mucho menos contenido de carbono. Las imitaciones han sido generalmente exhumadas en tumbas, mientras que las verdaderas han sido mayoritariamente halladas en lechos de ríos, a causa de pérdidas fortuitas o casuales, lo que implica que su propietario no se desprendía de ellas tan fácilmente. Y es que, como ya hemos dicho, las espadas eran, probablemente, el arma más apreciada y codiciada de los vikingos.
[i] Técnica utilizada durante los siglos III y IX.
[ii] Las espadas forjadas mediante pattern welding entre el 0,4 y el 0,5% de carbono, mientras que las espadas Ulfberht, un 0,75%.
Brazalete de obsidiana de Turquía
En 1990, en Asikli Höyük, Turquía, se ha encontrado los restos de una pulsera de obsidiana. El brazalete de obsidiana tiene un diámetro de 10 cm, una anchura de 3.3 centímetros y una banda en relieve en el centro de 7 milímetros de altura, esta datada en el 7500 a.C.
El primero en estudiar el artefacto era el profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Estambul Mihriban Özbasaran, y un arqueólogo del Instituto Francés de Estudios Anatoliennes Laurence Astruc en Estambul en 2009.
La curvatura de la pulsera con mucha extrema precisión, es simétrica. Los académicos creen que los que crearon la joya, ajustaron su forma a la persona que la llevaría durante la construcción, por el pulido de la pulsera.
La calidad del pulido de la superficie esta a la altura del acabado de las lentes telescópicas
Referencias:
El más antiguo brazalete de obsidiana revela habilidades increíbles de los artesanos en el VIII milenio a. C.
- Publicado por Guillermo Caso de los Cobos el enero 1, 2012 a las 12:30pm
Reconstrucción digital del brazalete propuesto por Mohamed Ben Tkaya (LTDS). Obsidian Use Proyect Archives. CNRS.
Los investigadores del Institut Français d’Études Anatoliennes, en Estambul, y el Laboratoire de Tribologie et de Dynamiques des Systèmes (LTDS) han analizado el más antiguo brazalete de obsidiana que se haya identificado, descubierto en la década de 1990 en el yacimiento de Asikli Höyük, Turquía.
Utilizando métodos de alta tecnología desarrollados por LTDS para estudiar la superficie del brazalete y sus características micro-topográficas, los investigadores han revelado la increíble experiencia técnica de los artesanos en el VIII milenio a. C. Sus habilidades eran altamente sofisticadas para este período de la prehistoria del mundo, y estaban a la par con las técnicas de pulido de hoy en día. Este trabajo se ha publicado en la edición de diciembre de 2011 de la Journal of Archaelogical Science, y arroja nueva luz sobre las sociedades del Neolítico, las cuales siguen siendo muy misteriosas.
Datado en el 7500 a. C., el brazalete de obsidiana estudiado por los investigadores es único. Es la evidencia más temprana del trabajo de la obsidiana, el cual sólo alcanzó su cima entre el VII y VI milenio a. C., con la producción de todo tipo de objetos ornamentales, incluidos espejos y vasos. El brazalete tiene una forma compleja con una notable cresta anular central, y es de 10 cm de diámetro y 3,3 cm de ancho.
Laurence Astruc, un investigador del CNRS y sus colegas, analizaron la pulsera utilizando tecnologías informáticas muy potentes llevadas a cabo por los investigadores del LTDS, Zahouani Hassan (ENISE) y Roberto Vargiolu (ECL). Desarrolladas para la industria con el fin de caracterizar el ‘efecto de piel de naranja’ en la carrocería pintada de los coches, estos métodos, conocidos como multi-escala de análisis tribológico, se han adaptado para el estudio de las características micro-topográficas de artefactos arqueológicos. Las mismas tratan de identificar cada operación realizada en la superficie de estos objetos.
Este proceso ha puesto de manifiesto que el brazalete se realizó utilizando técnicas de fabricación altamente especializadas. Los análisis realizados mostraron que la pulsera era casi perfectamente regular. La simetría de la cresta central anular es extremadamente precisa al grado más próximo y cercano de cien micrómetros. Esto sugiere que los artesanos de la época utilizaron modelos para controlar la forma cuando se estaba haciendo el objeto. El acabado de la superficie del brazalete (que es muy regular, asemejándose a un espejo) requiere el uso de complejas técnicas de pulido capaces de obtener una calidad de superficie a escala nanométrica digna de las lentes telescópicas de hoy en día.
El brazalete de obsidiana de Asikli Höyük. a. Forma y dimensiones, b. La simetría del objeto. Obsidian Use Proyect Archives. CNRS.
Dirigido por Laurence Astruc, el trabajo se llevó a cabo en colaboración con la Estambul University y fue financiado por la France’s National Research Agency como parte del programa “La obsidiana: técnicas prácticas y usos en Anatolia” (ANR 08-Blanc-0318). En el programa, el brazalete de Höyük Asikli es el primer objeto que se ha estudiado entre otros sesenta artefactos de obsidiana pulida.
En colaboración con la University of Manchester y el British Museum, el equipo de Laurence de Astruc está analizando objetos ornamentales encontrados en los yacimientos de Halaf, en Domuztepe, al este de Anatolia Central, y en Arpachiyyah, en Irak.
Huella mano humana fosilizada
Este fósil que corresponde perfectamente a la huella de una mano humana muestra un detalle asombroso. Se encontró en la roca cretácica en la misma capa, donde también se descubrieron huellas de dinosaurios. La edad de unos 110 millones de años. La huella de la mano es tan específica que muestra las impresiones de la imagen, impresiones de la cinta de tejido entre los dedos pulgar e índice, y la impresión dejada por la penetración del dedo medio en el barro.
Fue hallado en las piedras calizas de Glen Rose, en Texas, EEUU, y se supone que tiene unos 110 millones de años, o sea que fue dejada en la era de los dinosaurios.
El Mapa Buache
Philippe Buache, geógrafo francés, nacido en París en 1700, muerto en 1773.
Estudió con el geógrafo Guillermo Delisle, con cuya hija se casó; fue nombrado en 1729 primer geógrafo del rey (Premier Géographe du Roi). Estableció la división del globo por cuencas de ríos y de mares, subordinadas unas a otras. Creía en la existencia de un continente austral, opinión que los descubrimientos posteriores han confirmado hasta cierto punto.
Publicó en 1754 un Atlas physique, y numerosas memorias. Pertenecía a la Academia de Ciencias Francesa.
El mapa Buache, fue diseñado en 1737.
Es una copia de antiguos mapas griegos y muestra el continente antártico sin hielo.
El hecho sorprendente es que hoy el hielo no cubre todo lo que se unirían.
Mares de Ross y Weddell crean un gran dilema, para dividir el continente en dos masas de tierra.
Un hecho que en los tiempos modernos sólo se ha establecido en el año 1968 Geofísico.
Un mapa preparado por Philippe Buache en 1739 representando el polo sur terrestre ha sido mencionado con cierta frecuencia como un indicio de un supuesto conocimiento del continente antártico en tiempos remotos, con anterioridad incluso a que fuera cubierto por los hielos glaciares.
En realidad, debe considerarse una mera hipótesis de trabajo, puesto que los contornos mostrados en el mapa no representan con exactitud, ni remotamente, los reales.
Por una parte, habían empezado a llegar noticias sobre lo que hoy conocemos como Australia. Por otra parte, se suponía que allá abajo, en el sur más lejano, existía un gran continente ignoto.
Como puede esperarse, en los mapas de la época aparecen continentes imaginarios en el sur de mil formas y tamaños. Buache representó en un mapa de 1739 un gran continente donde hoy sabemos que está la Antártida, dibujando dos grandes extensiones de tierra que, como bien explica el propio cartógrafo, se basan en los apuntes y comentarios recogidos por navegantes de los mares del sur entre 1738 y 1739. Bien, pues la supuesta similitud del contorno dibujado por el francés referido al imaginario continente austral con las imágenes actuales de la Antártida si se elimina la capa de hielo, han hecho que fantasiosos escritores supongan que, en realidad, Buache copió el mapa de una antiquísima carta dejada por una civilización prehistórica que supuestamente conoció la Antártida en la época en que carecía de hielo. Por supuesto, la hipótesis no se sostiene, pero como guarda el típico resplandor de misterio que tanto gusta a cierta gente, ha logrado gran predicamento.
La Misteriosa Roca de Kupang
Misteriosa roca descubierta en Kupang, Indonesia
En 1992, una extraña piedra fue descubierta en una cueva en Devil Hills (o Monte de Satanás) en Kupang, Nus Tenggara Oriental, Indonesia. El misterio eran los raros grabados en su superficie.
Las fotografías del artefacto pertenecen a un geólogo que vivió en Kupang y murió en 1994. Él había estado explorando una cueva en las Colinas del Diablo en la noche, y se encontró con un montón de rocas. En ese mismo lugar, descubrió ésta piedra.
Parecía como dos pedazos de roca atados, pero su característica más curiosa eran los dibujos en su superficie: las estrellas, el sol, y las flechas apuntando a los ellos.
También se pueden ver dos figuras humanoides, resaltados en la imagen de abajo, que compara las tallas en la roca con las placas de la zonda Pioneer, enviada por la NASA al espacio a bordo de las sondas de dos misiones espaciales durante los años 1972 y 1973, respectivamente, con la intención de dar a cualquier tipo de vida inteligente en el universo información sobre nuestro planeta.
En la extraña piedra, las imágenes aparecen invertidas.
De acuerdo al coordinador de equipo de investigación de campo BETA-UFO Kupang, la roca contiene un imán y se cree que contienen elementos radioactivos.
En el área de las Colinas de Diablo, también ha habido informes de ovnis, incluyendo “tres puntos negros” que habían formado un triángulo, que algunos decían habían sido las marcas de un aterrizaje OVNI. Estas marcas se desvanecieron con el tiempo debido a la erosión. Luces de Neon han sido reportadas descendiendo hacia las colinas.
Lo que es más extraordinario es que las rocas están grabadas con un mapa estelar, muy similar a la placa que fue diseñada por Carl Sagan y Frank Drake, y que se colocó a bordo de la sonda Pioneer 10, lanzada en 1972. Las rocas también tienen un campo magnético, que parece emanar de éstas cuando están cerca de cualquier aparato eléctrico o electrónico,
La piedra se guarda ahora por la familia del geólogo.
¿Es este un artefacto legítimo? Quizás esto realmente podría ser una concreción septaria, un tipo de formación rocosa donde las grietas o separaciones ocurren y se rellenan con minerales. Las tallas podrían muy bien estar hechas por el hombre.
¿Qué podrían significar estas esculturas? ¿Por qué están ahí?
Piedras Sagradas de Newark
Piedras Sagradas de Newark
Se han encontrado piedras talladas con inscripciones en alfabetos europeos, asiáticos o africanos. Dado que los nativos americanos no poseían ningún tipo de alfabeto ni escritura antes de la llegada de los colonizadores, ésta constituyó una de las pruebas más sólidas contra la posibilidad de que ellos fueran los responsables de levantar esas estructuras.
Las Piedras Sagradas de Newark, Ohio, USA. Piedras grabadas con escritura fenicia. Se cree fueron descubiertas por David Wyrick en 1860 al parecer procedentes de la antigua cultura americana indígena por lo que entra en controversia por el origen de sus grabados.
Pared de piedra de Frankfort
Pared de piedra de Frankfort, Kentucky
The Scientific American del14 de enero de 1886 publicó un informe del Lexington, Kentucky, Press que cuenta acerca de una pared de piedra maciza desenterrada por obreros que extraían rocas de una cantera a una milla del pueblo de Frankfort:
Tenía toda la apariencia de haber sido construida por manos humanas, con junturas y uniones de argamasa muy lisas. Por encima de los cerca de diez pies del terreno de acarreo y a veinte pies de la roca que había sido removida por los obreros, y sobre el lado expuesto los hombres habían avanzado por lo menos cuarenta pies desde donde golpearon la primera piedra. Así de firme estaba incrustada en la cantera de caliza sólida que con seguridad se formó alrededor de esta pared desde que fue construida. La cara de la pared fue bien decorada, y su apariencia maciza daba evidencia de la habilidad de manos muertas hace siglos, y podría ser envidiada por el mejor de los albañiles de hoy.
¿Muros de “ladrillos” hace millones de años?
Papiro Tulli
¿Existe en realidad el papiro Tulli? (NACHO ARES)
Nadie ha visto jamás el original de este misterioso documento, lo cual, sumado a otros factores, abona la duda acerca de su existencia.
El Papiro Tulli es un viejo manuscrito de apenas 20 por 18 centímetros, que ha traído de cabeza a la comunidad ufológica internacional durante las últimas décadas. Escrito en grafía hierática -una variante cursiva del jeroglífico convencional- su datación, según los hechos relatados en el documento, puede remontarse al reinado del faraón Tutmosis III (ca. 1475 a. de C.). Pero, ¿qué contenía exactamente el Papiro Tulli para que todos hablaran elogios de él? Muy sencillo: el relato de la aparición de una extraña bola de fuego en los cielos y las extrañas consecuencias que ello produjo como la lluvia de peces y aves, es decir, el primer testimonio OVNI de la Antigüedad.
Representación del Papiro Tulli
El nombre de Papiro Tulli le viene dado en honor de su comprador, Alberto Tulli, a la sazón Conservador Jefe de la sección egipcia de las colecciones del Museo Vaticano, cargo que desempeñó durante la década de los 30. Fue justamente en el año 1934 cuando Alberto Tulli adquirió esta “antigualla” a un anticuario llamado Tano, por una suma de dinero hoy desconocida. Al morir, todas las posesiones de Alberto Tulli, incluido este misterioso papiro, pasaron a ser propiedad de su hermano, el sacerdote Gustave Tulli. Y es precisamente en este momento de la historia cuando se pierde la pista de tan extraño manuscrito.
Aparición en escena
Si bien nadie ha visto jamás este papiro, razón por la cual en este trabajo no aparece su fotografía, la primera referencia conocida apareció en la revista estadounidense de la Fortean Society, de nombre Doubt, en su número 41 editado en el año 1953. En él, la investigadora Tiffany Thayer publicaba por primera vez, casi veinte años después de su adquisición, la transcripción del hierático y la traducción del famoso Papiro Meteorológico o Papiro Tulli. Cuatro años más tarde, en el número 87 del Boletín de la Sociedad Astronómica de España y América (septiembre de 1957), apareció la primera traducción al castellano de este misterioso papiro, realizada no directamente del jeroglífico sino de la edición inglesa publicada en la mencionada revista Doubt; traducción que, errores incluidos, fue luego empleada por varios investigadores del fenómeno OVNI.
En estas primeras traducciones se explicaba que el Papiro Tulli había sido reencontrado, estudiado y publicado por Boris de Rachewiltz, autor de trabajos muy conocidos sobre Egipto, algunos de ellos publicados al castellano. Según este investigador, el documento consistía en un pequeño fragmento de papiro en muy mal estado de conservación y repleto de lagunas, por lo que algunas partes del mismo no podían ser comprendidas. Su datación podría ser fijada en el reinado de Tutmosis III, según el tipo de grafía y la posible referencia a una de sus campañas militares, si bien su nombre específicamente no aparece mencionado en ningún momento a lo largo del texto.
La traducción del Papiro Tulli que aquí presentamos ha sido realizada tomando como referencia la edición del texto jeroglífico aparecida en la revista italiana I Misteri en su número 9, año 1 (Noviembre 1995):
“En el año 22, tercer mes de la estación de peret (la germinación) en la hora sexta del día (14 h.) […] dos escribas de la Casa de la Vida vieron un círculo de fuego que estaba viniendo por el cielo. No tenía cabeza. Su olor era desagradable. Entonces, ellos tuvieron miedo y huyeron, […] y fueron a decírselo a Su Majestad. Todo está recogido en la Casa de la Vida. Su majestad reflexionó sobre lo que había pasado. Han transcurrido muchos días después de lo ocurrido […] Son numerosos al igual que todo […] Ellos brillan en el cielo como el sol lo hace sobre las cuatro columnas que sujetan el cielo. […] Entonces los círculos de fuego […] El ejército del rey estaba (en aquel lugar) y Su Majestad los vio (con sus propios ojos). Esto sucedió después de la hora de la última comida. Allí arriba (en el cielo), ellos se marcharon hacia el sur. Del cielo cayeron peces y aves […] algo inaudito desde el comienzo de los tiempos. Su majestad colocó incienso para apaciguar a Amón Re, Señor de las Dos Tierras […] en un documento de la Casa de la Vida […] eternidad”.
Una búsqueda infructuosa
Al igual que sucedió con la construcción de la tumba de Tutmosis I en el Valle de los Reyes, en donde una inscripción de la época nos señala que “nadie oyó nada, nadie vio nada”, algo parecido debió de ocurrir con el Papiro Tulli. Después de varios años de infructuosa búsqueda, nadie ha sido capaz de decirnos dónde se encuentra el misterioso documento. Lo más curioso de todo es que los propios encargados del los Museos Vaticanos afirmaron que el papiro en cuestión nunca fue catalogado como fondo de la colección egipcia, y que ni siquiera llegó a figurar como un objeto perdido.
El rumor que parecía indicar que este precioso manuscrito iba a ser mostrado al público en 1997 en Turín, durante una exposición monográfica de la diosa Isis, quedó, precisamente, en un mero rumor arqueológico.
Pasados unos años, y conociendo solamente el documento por medio de transcripciones a cada cual más pobre -recordemos que no hay ni una sola fotografía-, empezamos a preguntarnos si realmente existía algo que tuviera el nombre de Papiro Tulli o Papiro Meteorológico, otro de los nombres que también se han empleado para denominar a tan esquivo manuscrito.
Nuestras indagaciones resultaron en poco tiempo sorprendentes. Y es que, en una carta publicada en la revista italiana florentina Il Giornale dei Misteri (nº4 pág. 1, 1971), sin negar la existencia del misterioso manuscrito, ¡el propio traductor del Papiro Tulli, Boris de Rachewiltz, ponía en duda la exactitud y la interpretación de la traducción que a él mismo se le había atribuido! Pero lo más llamativo de todo fue un detalle a todas luces sorprendente. Y es que ni el propio Rachewiltz había visto jamás el Papiro Tulli, sino que para realizar su traducción, se había servido de una transcripción al jeroglífico que alguien le proporcionó.
Inmiscuyéndonos aún más en la historia secreta de este papiro, no tardamos en darnos cuenta de un hecho bastante claro: el Papiro Tulli, como tal, nunca había existido, sino que, como mucho, lo único que circuló por el ámbito científico fue una copia quizás manuscrita por el propio Alberto Tulli, con una serie de anotaciones de Etienne Drioton, uno de los grandes monstruos de la egiptología francesa de medidos de este siglo, y que por aquellos años dirigía el Museo Egipcio de El Cairo. ¿Qué era lo que estaba sucediendo con el Papiro Tulli?
Como siempre ocurre en este tipo de casos, los rumores y sospechas que implican a personajes importantes que dan credibilidad a un suceso determinado, en este caso a Etienne Drioton con relación al Papiro Tulli, siempre aparecen cuando éstos han fallecido y es totalmente imposible comprobar su participación real.
Un texto demasiado claro
Después de conocer este documento a través de alusiones indirectas en la obra de autores como Erich von Däniken o Zecharia Sitchin, la primera transcripción que cayó en nuestras manos del supuesto papiro -a estas alturas del trabajo ya nos tomamos la licencia de llamarlo así-, vino del libro de Eugenio Danyans titulado Platillos volantes en la Antigüedad (1967). Allí, en la página 93 aparecía una burda reproducción caligrafiada de este misterioso manuscrito, la misma que apareció en 1957 en el mencionado Boletín de la Sociedad Astronómica de España y América. Aunque nosotros mismos, en nuestra ingenuidad e inexperiencia, hayamos empleado este texto en otras ocasiones para estudiar el fenómeno OVNI en la Antigüedad, es hora de reconocer que la credibilidad que pueda ofrecer el Papiro Tulli es, siendo más que generosos, incierta.
Ante mi desilusión me pregunté: ¿era realmente aquello que publicaba Eugenio Danyans una reproducción de un documento de la época de Tutmosis III? Ni el jeroglífico, ni la escritura, ni la orientación de los ideogramas parecían demostrar tal hipótesis. Esta fue la primera sospecha de que nos encontrábamos ante una burda falsificación.
Desde el punto de vista sintáctico, eran numerosos los interrogantes que emanaban de este extraño documento. No vamos a aburrir al lector sobre algunos detalles muy concretos del jeroglífico, pero resulta muy extraño que la forma de la redacción sea totalmente moderna. Es decir, el Papiro Tulli parece haber sido realizado por una persona que ha aprendido esta lengua con métodos del siglo XX y se haya tomado la molestia de traducir al jeroglífico un texto moderno; circunstancia que se veía reflejada en algunos errores gramaticales que jamás hubiera cometido un escriba de la Casa de la Vida en época de Tutmosis III.
El posible falsificador parece haber empleado la Egyptian Grammar del inglés Alan Henderson Gardiner, publicada por primera vez en 1927, revisada hasta 1957 y, en la actualidad, auténtico pilar básico para todos aquellos que comienzan a estudiar la lengua egipcia en cualquier universidad. En el capítulo que ofrece Gardiner para explicar la datación de los textos egipcios, en la página 203 proporciona un ejemplo de fecha de un documento sospechosamente parecida a la que da el Papiro Tulli.
Por otra parte, a medida que íbamos traduciendo el texto nos dimos cuenta de otra casualidad anormal. Si bien el texto se presentaba repleto de lagunas, como muy bien matizó en su momento Boris de Rachewiltz, éstas no impedían en absoluto la comprensión del texto. Entonces, ¿fueron colocadas a propósito para dar cierta credibilidad al papiro?
Extrañas coincidencias
Resulta al menos curioso que la aparición del Papiro Tulli en el mercado de antigüedades coincidiera cronológicamente con la publicación en una revista alemana especializada en egiptología (Zeitschrift fur Ägyptischen Sprache und Altertumskunde nº 69, 1933, 24-39), de otro documento muy parecido, cuya autenticidad nadie ha puesto en duda. Nos referimos a la famosa Estela de la Estrella, hallada en el templo sudanés de Gebel Barkal, antiguo baluarte del mundo faraónico en Nubia y de la que ya hablamos en el número 6 del año IV de la revista Enigmas. ¿Es casualidad que los dos textos hablen de Tutmosis III en una situación sospechosamente similar? ¿Quiso dar el presunto creador del Papiro Tulli más credibilidad a su falsificación, confiriéndole cierta relación al importante hallazgo realizado en Gebel Barkal? Nunca lo sabremos.
Pero el misterioso Papiro Tulli no solamente se parece a la estela de Gebel Barkal, sino que parece ser una extraña mezcla de este documento con otros antiguos, quizás más conocidos. Así, Virgilio en su Eneida nos ofrece un pasaje que recuerda bastante al Papiro Tulli: “retumbó de repente a nuestra izquierda el estampido de un trueno y recorrió el espacio deslizándose del cielo, en medio de las tinieblas, una luminosa estrella. (…) brilló entonces detrás de ella largo rastro de luz y un fuerte olor a azufre se extendió por todos los sitios circunvecinos” (2, 694).
En cualquier caso, son innumerables los interrogantes que emanan de este misterioso papiro. ¿Por qué nunca nadie lo ha visto?, ¿por qué tardó casi veinte años en ver la luz? y sobre todo, ¿dónde está actualmente este papiro?
Un análisis reciente
El texto del papiro se presentó en abril de 2006 para su análisis por los entusiastas y académicos a través de una comunidad en línea italiana (egittologia.net) comenzaron a estudiar el “evento” a partir de la traducción del texto a partir de cero, tomándolo del publicada por de Rachewiltz. Durante la traducción, Franco Brussino, experto en egiptología, se dio cuenta de la similitud entre algunos de los pasos de papiro y frases de textos conocidos. La búsqueda en la literatura lo llevó a encontrar las mismas frases de papiro acusadas en un texto fundamental sobre la lengua egipcia, la ‘ Gramática egipcia de Sir Alan H. Gardiner, publicado en 1927, por lo que antes del descubrimiento del papiro.
El texto falsa estaría compuesta copiando de Gramática frases individuales de nueve papiros y las lagunas diferente sería sólo una manera de conectarse unos con otros pasos no relacionados, a fin de mantener al mismo tiempo una mayor coherencia interna y un aura de misterio. Una confirmación de la posterioridad papiro en comparación con el texto del estudio, dos errores de transcripción en las primeras ediciones del volumen Gardiner también están presentes en el documento. El papiro es por lo tanto resultó ser un complejo y bien hechos a engaño, si no es una estafa, tan sofisticado como para ser sobrevivido durante treinta años y también han jugado expertos y ufólogos improvvisatisi expertos en Egiptología.
Es de destacar que ya en el artículo de De Rachewiltz de la duda parece una pista que puede llevar a suponer que sólo el príncipe del Tirol puede haber sido el autor de la broma: inmediatamente después de la traducción del papiro, de hecho, De Rachewiltz cita precisamente Gardiner, el ‘autor de la Gramática egipcia de la que eran frases extraídas para formar la historia falsa.[9] Además de esta primera estafa / engaño, en las últimas décadas se han realizado y las nuevas versiones del descubrimiento se publica (que se enriquece con más detalles más romance[10]) que la transcripción, obviamente sesgada y sin preparación hecha a mano, con el propósito específico de reducir las diferencias entre lo que se informó en el las distintas versiones “misteriosos” papiro y.
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