Este Mundo, a veces insólito

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El Árbol maya de la vida

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En un principio sólo había cielo y mar, pero Hunab Ku, el creador, decidió dar vida al ser humano. Tuvo que hacer varios intentos antes de poner fin a su obra; primero lo creó de barro, pero carecía de utilidad y fue eliminado; después de madera, pero no sabía adorar a los dioses, así que desapareció tras un diluvio. Entonces ideó el actual, fruto del maíz, alimento vital.

El universo maya se concibe como un bloque cúbico con trece cielos superiores y nueve regiones inferiores. Entre el firmamento y el submundo está la Tierra, donde viven los humanos. Este complejo cósmico se sostiene graciarbol 2as a una Ceiba, el Yaxche, árbol sagrado de la vida que atraviesa todos los espacios uniéndolos entre sí. En las esquinas de este cubo del mundo están los Bacabes, que sujetan el cielo sobre la Tierra, y los Pauauhtunes, que aguantan la Tierra sobre el inframundo. Los Oxlahuntikú guardan los cielos y los Bolontikú, las regiones inferiores. En lo más profundo está el Mitnal, infierno maya, donde mora Ah Puch, que recibe a las almas en pena. El sol, Quetzalcoatl, es la máxima divinidad y está representada por una serpiente emplumada.

Tal visión del cosmos ha llegado a nuestros días a través de la interpretación de los códices y grifos de esta cultura milenaria. Y sobre todo, del Popol Vuh o libro de la comunidad, del año 1550; el Chilar Balam de la época colonial, y del libro Relación de las cosas de Yucatán del siglo XVI.

La región maya abarca los actuales territorios de Chilapas, la Península del Yucatán, Belice, Guatemala, el norte de Honduras y el Salvador.

1 – La Ceiba, que representa el recorrido del sol, es el árbol sagarbol 3rado que sostiene el universo maya, una cultura que nació hace más de 4.000 años y de la que apenas quedan 6 millones de descendientes.
2 – Cuatro gigante sostienen el cielo, cada uno de ellos aguanta una esquina del mundo. Son conocidos como los bacab y se relevan para representar el año en curso.
3 – El mundo subterráneo se asocia a diversos animales, los más frecuentes son el cocodrilo, la serpiente, la iguana, la tortuga y el sapo.
4 – La pirámide invertida, motivo recurrente en los bajorrelieves mayas, constituye una vía de acceso al mundo subterráneo.
5 – El inframundo es a la vez el lugar a donde va el alma cuando el cuerpo se muere y la fuente misteriosa desde donde brota la vida. Está repartido en nueve estratos, en el noveno se encuentra la región de Xibalbá.
6 – Las raíces del árbol sagrado de la vida afloran en los estratos inferiores.

Se entiende que los mayas no solos observaban las posiciones extremas del Sol en los Solsticios, sino también los equinoccios. Además del Paso Cenital mencionado antes, observaciones de eclípticas y más.

Los mayas tenían un componente lunar en sus inscripciones calendaricas.

En el Arte Maya esta representada la Eclíptica como una Serpiente de Dos Cabezas. La eclíptica es el camino del sol en el cielo, que esta marcado por las constelaciones de estrellas fijas. Aquí la luna y los planetas se pueden hallar porque se limitan, como la Tierra, a la orbe del sol.

A esto se le llama también el zodíaco y son las constelaciones visibles en la eclíptica.

La Vía Láctea se veneró mucho. Ellos la llamaron el Árbol del Mundo, que se representó por un alto y majestuoso árbol florece árbol, la Ceiba.

La Vía Láctea era también llamó el Wakah Chan. Wak significa “Seis”, “Ascender” o “Derecho”; Chan o K’an significa “Cuatro”, “Serpiente” o “Cielo.” Así podríamos interpretarlo como “La Regla del Cielo” o “La Serpiente Ascendente”.

El Árbol del Mundo estaba erecto cuando Sagitario era bien encima del horizonte. En este momento la Vía Láctea subió arriba del horizonte y subió sobre la cabeza en el Norte. Las estrellas y nebulosas le dan forma al ojo humano de un “árbol de la vida”: la Vía Láctea de donde toda vida proviene. Sagitario es la constelación más cercano, al centro de nuestra galaxia, desde la perspectiva de la Tierra.

El fenómeno en el que la constelación de Sagitario es más resplandeciente durante las primeras horas del atardecer es durante el 25 de Julio, día que los Europeos conocen como la Fiesta del Camino de Santiago, pues es cuando la Vía Láctea (el Camino de Santiago) es más notorio de oriente a occidente tras del atardecer en Francia, España y Portugal.

Un elemento mayor del Árbol del Mundo incluye al Mounstro Kawak (la Tormenta que arrasa todo) representado por una cabeza del gigante con un kin en su frente. Este monstruo estaba a la vez una montaña o monstruo un monstruo de la tierra. Un cuenco sacrificatorio en su cabeza contiene una hoja del pedernal representar sacrificio, y el glifo de Kimi (la muerte). A veces como se representa una barra el eclíptica que cruce el eje mayor del árbol mundo, creando una forma muy similar a la Cruz de cristianismo. Sobre el Árbol Mundo hallamos un pájaro que se ha llamado, la deidad Principal de las Aves, o Itzam Ye; este era un pájaro de fuego y luz inmortal, que renovaba su propia existencia y la del Árbol del Mundo al encenderse un fuego ceremonial. Hay evidencia también ése muestra la aparición del Dios Sol sobre Árbol del Mundo durante Invierno Solsticio.

Durante los meses de invierno, la Vía Láctea domina el cielo, y le se llamaba “los Huesos de la Serpiente Blanca”. Esta parte de la Vía Láctea pasa sobre el Zenit durante las noches la estación de sequía. No está tan brillante por las nubes que domina el cielo al Norte del ecuador como durante los meses de verano, pero los observadores de localidades oscuras vea fácilmente la luz. Aquí la Eclíptica cruza la Vía Láctea de nuevo, cerca de la constelación de Géminis que era la ubicación aproximada del Sol durante Solsticio del Verano. Está era posible que las mandíbulas de la Serpiente Blanca que era representó por la cabeza del monstruo Kawak.

Eres un árbol cósmico que puso sus raíces en el inframundo y que en lo alto tocas la eternidad. Eres un árbol de vida que representa la creación del mundo. Eres un símbolo de geometría para la civilización maya y una puerta sagrada entre el cielo, la tierra y el inframundo. Eres parte del todo y eres divinidad. Tus hojas le señalan el camino al sol y apuntas a los cuatro rumbos; cortas a la esfera celeste en dos puntos. Y por último, dibujas el camino del sol por la escalinata celeste y marcas la pirámide invertida que pasará el sol en el camino de la noche. Eres Ya’axché, la ceiba sagrada, el árbol en donde siempre volverá a nacer el sol.

Según algunas interpretaciones, en la cosmovisión maya el hombre es el eje del universo y tiene en sus manos la existencia y el manejo de todo lo que lo rodea. A su vez, el sol es el elemento supremo que nace y muere todos los días y que en su trayectoria marca la geometría del mundo. El sol marca el inicio y el fin de los ciclos; de las estaciones, las temporalidades, la siembra, entre tantos aspectos de la vida y el ser humano. Es por eso que los mayas se volvieron grandes matemáticos, biólogos y astrónomos, querían estar bien enterados.

Para muchos investigadores, como la brillante mexicana Mercedes De La Garza, los mayas representan al mundo con tres grandes símbolos: el cielo, dividido en 13 niveles y en forma de una pirámide escalonada; la tierra, concebida como una plancha cuadrangular; y el inframundo, dividido en 9 estratos que están representados como una pirámide invertida.

Dicha plancha cuadrangular toca en sus cuatro vértices a los cuatro rumbos, que son puntos inter cardinales y espirituales con diversos significados. Y en cada uno de estos cuatro rumbos, se eleva una ceiba sagrada que sostiene la pirámide celeste y la plancha terrenal. Las cuatro ceibas están acompañadas por un guardián, o Bacabe, que cuida de la existencia y el devenir del hombre y la mujer, y justo en el centro de esta gran plancha terrestre, se yergue la ceiba verde, gran ceiba madre, que es el “axis mundi” del universo.

Esta gran ceiba – o “ya’axché”– es la conexión espiritual que tiene el ser humano con el cielo, la tierra y el inframundo; sus ramas tocan los 13 cielos y de sus raíces cuelgan los 9 estratos del inframundo. La ceiba conecta el mundo material y espiritual, y en geometría, representa el eje que corta la tierra en dos, dibujando dos líneas perpendiculares que se cruzan en el centro y que forman cuatro ángulos de 90 grados. Esa cruz imaginaria, es la cruz que está presente en tantos símbolos mayas.

Así, los 13 cielos forman una pirámide celeste y los 9 estratos del inframundo forman una pirámide invertida. Cada escalón de ambas pirámides simbolizan las 24 horas del día, desde que sale el sol a las 5 de la mañana (primer escalón de la pirámide), el paso del sol por el zenit a las 12 del día, la puesta de sol a las 7 de la tarde, el paso del sol por el inframundo a la media noche, y el nuevo nacimiento del sol a las 5 de la mañana. Así, el tiempo es cíclico y la ceiba sagrada dibuja la escalinata celeste y el camino de la noche y la oscuridad.

Por último, la ceiba verde también simboliza el ombligo del mundo o el punto que conecta al vientre de la madre tierra con todo lo que existe en el exterior. Y justo en ese encuentro, se ubica el hombre y la mujer, capaces de abrir la puerta entre los tres mundos (cielo, tierra e inframundo) y teniendo a la gran ceiba sagrada como conducto y guía.

Es por eso que la ceiba maya es una ceiba divina. Es un árbol que en su anatomía simboliza tres grandes campos del conocimiento maya: el camino del sol como parte del conocimiento astronómico, la geometría de la tierra como parte del conocimiento matemático, y el contacto del hombre con el cielo y el inframundo, como parte de la dualidad del hombre y el conocimiento espiritual. Gran madre ceiba, ceiba verde y ceiba divina; eres Ya’axché, la ceiba sagrada y el árbol en donde siempre volverá a nacer el sol.

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