El Candelabro de Paracas
Candelabro de los Andes, La cruz de Paracas, El tridente de Paracas
La cruz de Paracas, el candelabro de los Andes.
El Candelabro, en la bahía de Paracas, es un geoglifo famoso, ubicado en Paracas, Ica. Sus grandes dimensiones y su diseño sobre la arena permiten distinguir una relación con las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana. Su origen es aún un misterio.
En una suave colina de arena, en la Bahía de Paracas; se encierra un misterio de nuestra historia, un “Candelabro” inmenso, dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado.
Esta figura se encuentra dibujada en una superficie de arena endurecida de color blanquecino, como sí se tratara de un lienzo que cayera verticalmente desde el cielo hasta tocar las olas, que con violencia se estrellan contra la base oscura de roca estratificada, donde la playa no existe. De manera que tal lugar jamás fue un desembarcadero, ni punto de llegada para nadie. El poste principal mide aproximadamente 200 m de altura, en tanto que la figura toda abarca una amplitud de 60 mts. Los postes laterales alcanzan una longitud de 60 m desde su origen hasta la cumbre y los surcos que los hacen visible tienen una profundidad que varía de 1,2 m con 3,20 en el fondo.
Si navegamos por la costa de Perú podremos ver en una suave colina de arena, en la Bahía de Paracas, uno de los más grandes misterios de nuestra historia, un “Candelabro” inmenso, dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado.
Si hay algo que no pasa inadvertido para nadie es que, tanto su estratégica situación como sus enormes proporciones indican una clara intención por parte de sus realizadores para que fuese visto desde grandes distancias (con tiempo despejado es perfectamente visible a 20 km. de la costa).
Destacando, especialmente, su contemplación desde el mar pero sobre todo desde el aire.
En toda el área de Paracas, se han registrado al menos 106 emplazamientos arqueológicos, la mayoría dentro de la Reserva Nacional, que correspondes a diferentes etapas de antiguos pueblos prehispánicos que se remontan aproximadamente a unos 9.000 años.
Mucho se ha dicho a través de la historia acerca de esta enigmática figura: los conquistadores españoles, que al verlo creyeron que el Candelabro representaba a la Santísima Trinidad, interpretándolo como un buen presagio al descubrirlo. También se dice que los conquistadores descubrieron en él, una cuerda en el interior del Candelabro e indicios de que existieron otros cables y cuerdas, que conectaban a los otros dos brazos exteriores de la imagen,… pero no pudieron dar explicaciones acerca de la función de tales cuerdas; Von Däniken especuló que eran parte de un sistema de poleas. El investigador Robert Charroux sugirió que esta imagen pudo haber sido “un gigantesco sismógrafo y precisa, capaz de registrar las ondas telúrica y sacudidas sísmicas procedentes no sólo de Perú, sino de todo el planeta… “
También se ha sugerido (por Frank Joseph), que se asemeja una planta, de la familia de la belladona utilizada a veces como una droga alucinógena, sugiriendo que los habitantes prehistóricos de la región de Paracas viajaron al norte a California a recoger la planta (esta es la zona más cercana donde crece) y que utilizaban el geoglifo para ayudar a navegar a casa (!). Algunas historias del folklore local, aseguraban que fue hecha por marineros o piratas. Por parte de los arqueólogos, se considera que el Candelabro es una representación simbólica en honor al dios Viracocha, la imagen del cactus Sanpedro o la constelación de la Cruz del Sur. Se tiene la creencia de que el candelabro apunta hacia el Cuzco, lo cual es falso: apunta hacia la cercana Isla Blanca, lugar donde se han hallado importantes yacimientos arqueológicos y sacrificios.
Todavía hoy se utiliza como un hito, por los cruceros que frecuentan la península. Lamentablemente, hace algunos años fue víctima de un execrable ataque vandálico por un grupo de jóvenes evangélicos, azuzados por sus pastores en la delirante idea de “…deber destruir aquel símbolo satánico”.
El Candelabro es, sin duda, todo un enigma: si verdadera función aún es desconocida; solo se tiene la certeza de que fue hecho para verse desde muy lejos,… y desde el aire, pero ¿por quién?. Una clara muestra lo poco que sabemos de nuestro pasado y de todo lo desconocido que nos rodea en nuestro mundo.
Se tejen creencias de que esta figura señalaría la existencia de algún tesoro escondido por los temibles piratas que asolaron las Costas Americanas en busca del apreciado oro que los Conquistadores embarcaban a Europa, contrarios a esta teoría sostienen que los piratas eran seres burdos, que no harían semejante maravilla.
Otros estudiosos aseguran que tales líneas, imborrables al paso de los siglos, serian obras de seres de otros mundos, pues el Candelabro apunta directamente a las famosas líneas de Nazca, las que igualmente solo pueden apreciarse desde el aire y que sería señales de un gigantesco galaxpuerto para naves extraterrestres.
Versiones de leyendas afirman que los antiguos Peruanos que recorrían el mar, dibujaron este Candelabro con la finalidad de orientarse en sus travesías de pesca o de conquista, pues visto desde tierra no puede ser apreciado, lo que si ocurre desde el límpido mar Paraqueño. Como siempre, abundan las explicaciones que no explican nada.
¡Ah! Un detalle, el extraño geoglifo está, exactamente, en el punto donde se estabiliza el ecuador magnético de la Tierra. Pero, entonces ¿Cómo sabían hace siglos que la tierra tenía un campo magnético? Nosotros no lo hemos sabido hasta el siglo XX., y ¿Cómo conocían las características de dicho campo magnético?
Candelabro de Paracas.
Una teoría señala que fue realizado por José de San Martín (1778-1850), interpretando que se trata de un símbolo de la masonería y otra que es una señal para los navegantes.
Posiblemente fueron hombres astrónomos de la Cultura Nazca quienes construyeron este geoglifo, que no fue puesto allí para que los viajeros pasaran delante de él sin reparar en su presencia. Se asocia el geoglifo a la Constelación de la Cruz del Sur, conocida también como la Cruz de los navegantes, por indicar a los marinos del hemisferio Sur la ubicación del Polo Austral por medio de su eje principal que les servirá de guía y orientación en sus viajes. De cada uno de los brazos laterales, arranca su correspondiente poste, paralelo al eje principal, del que equivaldría al eje de la cruz del Sur, Guillermo Illescas en las meditadas investigaciones acerca de este geoglifo, lo ha identificado plenamente con la Cruz del Sur y algunas estrellas de la constelación Centauro que serían las que le dan su peculiar forma de Candelabro. “Volviendo los ojos al cielo podríamos comprobar -dice- que un poco más a la izquierda (al oriente) de la estrella Beta Cruz y un poco más arriba de ella (al norte) se encuentra la estrella Pi Centauro, la misma que al unirse con la estrella correspondiente de dicha constelación mediante una proyección generada entre las estrellas que se indican, serviría para determinar el poste lateral de ese lado resultando de ese modo, paralelo al eje principal.
El primero en mencionar el gigantesco dibujo, en 1926, fue el francés Victor Forbin, quien declaró que era un tridente dibujado por los atlantes.
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