Enfermedad de Yusho
Enfermedad de Yusho
Envenenamiento por “yusho”
No confundir con Yushō en sumo.
Nombre del conflicto
Enfermedad de Yusho: Aceite de arroz Kanemi contaminado con PCB, Japón
País: Japón
Estado o provincia: Prefectura de Fukuoka
Ubicación del conflicto: Ciudad de Kitakyushu
También llamado Enfermedad del aceite, que es el significado de la palabra japonesa yusho.
La enfermedad de Yusho (油 症? ) (Literalmente aceite desordenado) es una intoxicación por bifenilos policlorados (PCB), que tuvo lugar en el norte de Kyushu, en Japón, en 1968.
Historia
En Enero de 1968, durante el proceso de producción, el aceite de salvado de arroz de Kanemi se contaminó con PCB y dibenzofuranos policlorados (PCDF).
Para desodorizarlo, el aceite se calienta en cámaras de vacío mediante bobinas que contienen un fluido caloportador (PCB). Una de las bobinas estaba perforada por corrosión y un error de mantenimiento. Luego, el PCB se filtró al aceite de arroz. Los funcionarios de producción notaron la contaminación pero, no obstante, comercializaron el aceite como un suplemento dietético para los avicultores y los consumidores para su uso en la cocina.
En febrero-Marzo de 1968, los granjeros comenzaron a informar que sus aves de corral estaban muriendo debido a una aparente dificultad para respirar; murieron un total de 400.000 aves. Aproximadamente 14.000 personas que consumieron aceite de arroz contaminado se vieron afectadas en Japón. Los síntomas más comunes incluyeron daño ocular y cutáneo, ciclo menstrual irregular y disminución de la respuesta inmunitaria. Otros síntomas incluyeron fatiga, dolor de cabeza, tos y lesiones cutáneas inusuales. También ha habido informes de desarrollo cognitivo deficiente en niños.
Un caso similar, denominado enfermedad de Yu-cheng (chino: 油 症), tuvo lugar en Taiwán en 1979. Una vez más, el aceite de arroz calentado por bobinas que contienen PCB estaba contaminado. Se han observado los mismos síntomas y consecuencias fisiológicas que para la enfermedad de Yushō, especialmente en niños, como resultado de la exposición a PCB y PCDF.
Se han realizado estudios en animales para comprender los mecanismos de acción de los PCB y PCDF y sus efectos. Los científicos han descubierto que los niveles bajos de PCB pueden matar a los peces y otros animales salvajes. De hecho, se ha reducido su uso en procesos productivos.
Un problema de ingeniería japonesa
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Japón comenzó una inmensa campaña de desarrollo que, finalmente, les ha llevado a ser una de las principales potencias del mundo. Entre 1950 y 2009, la población del país asiático pasó de 84 millones de habitantes a 128 millones. Para lograrlo, la producción en todas las áreas relevantes tuvo que dispararse, sobre todo en lo referente a la comida, porque cada vez había más bocas a las que alimentar.
Esta fue una de las principales causas de uno de los peores eventos de intoxicación masiva por aceite que se han visto en el mundo. Ocurrió a principios de 1968 en el norte de Kyushu, la más septentrional de las 3 grandes islas de Japón. La contaminación de aceite de arroz por bifenilos policlorados, usados para calentarlo (a través de unas tuberías que debían ser impermeables, pero que no lo eran), provocó la conocida como enfermedad de Yusho. Este proceso era necesario dado que el aceite era de muy mala calidad (lampante) y se requería un proceso de refinamiento para eliminar su olor y su sabor (y uno de estos procesos requiere su calentamiento). El resultado fue la contaminación de aceite con bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés), unas sustancias extraordinariamente tóxicas.
El aceite resultante se dividió en dos lotes: el primero destinado a granjas de pollos y el segundo al consumo humano. A los pocos días, miembros del sector avícola japonés alertaron de que hasta 400.000 aves habían muerto inexplicablemente, por falta de aliento. Poco después, llegó el desastre para los seres humanos: 14.000 personas enfermaron y 500 murieron. Las lesiones más relevantes fueron las oculares y cutáneas, los ciclos menstruales irregulares y una depresión inmune que hacía a los afectados más susceptibles a las enfermedades infecciosas. No solo eso, sino que si el consumidor del aceite adulterado se encontraba en la edad infantil, se presentaba una clara falta de desarrollo cognitivo.
Este fue un caso crucial no solo para Japón sino para el mundo en la batalla para demostrar los riesgos de PCB. De febrero a marzo de 1968, una misteriosa enfermedad que causa dificultad para respirar en granjas avícolas en un área amplia de Japón occidental, lo que resulta en la muerte de más de 400 mil aves. Estas gallinas habían sido alimentadas con el aceite oscuro producido en Kanemi Co. ¿La enfermedad de Yushō (油症?) Era un envenenamiento masivo por bifenilos policlorados (PCBS). Para la desodorización, el aceite se calentó con PCB como medio de calentamiento, circulando a través de tuberías. Debido a los agujeros en las tuberías, la PCB se filtró en el aceite de salvado de arroz.
Y el aceite de salvado de arroz contaminado se vendió a los agricultores de aves de corral para su uso como un suplemento de alimentación y a los consumidores para su uso. Cerca de 14,000 personas que habían consumido el aceite de arroz contaminado se vieron afectadas en Japón con diversas enfermedades. Además, en niños, hubo informes de mal desarrollo cognitivo. De junio a agosto de 1968, los efectos sobre humanos comenzaron a aparecer sucesivamente en el oeste de Japón. Estos efectos fueron generalmente llamados “yusho”. En octubre de 1968, uno de los pacientes dio una muestra al centro de salud del gobierno local del aceite de salvado de arroz hecho por Kanemi Co. que el paciente había estado usando en ese momento. De los resultados de las investigaciones e investigaciones de los científicos de la Facultad de Medicina, la Universidad de Kyushu, y en el Departamento de Salud, Prefectura de Fukuoka, la causa de las enfermedades se determinó que era el aceite de arroz contaminado con PCB. Las víctimas se organizaron lentamente para reclamar daños, y hubo numerosos casos de tribunales, aún así sucesivamente en 2013. Por lo general, interpretó un movimiento de ciudadanos (Shimin Deshacer). Las indemnizaciones pagadas fueron bajas, pero se reconoció el pasivo de la compañía. Aunque una década había pasado después de 1968, se produjo un caso casi idéntico en Taiwán en 1979. Una vez más, el aceite de arroz había sido calentado por filamentos que se filtraban. En esta ocasión, la condición allí fue conocida como enfermedad de Yu-Cheng.
En 1968 en el oeste del Japón, aproximadamente 1.800 personas ingirieron alimentos cocinados con un aceite de arroz contaminado con compuestos similares a dioxinas. Los contaminantes eran al menos 74 bifenilos policlorados (PCBs) y 47 dibenzofuranos policlorados (PCDF) que parece ser que entraron en el aceite accidentalmente durante su elaboración. Estas personas sufrieron una serie de síntomas como: fatiga, dolor de cabeza, tos, entumecimiento de brazos y piernas, una forma muy severa y persistente de acné; pigmentación de la piel, uñas y conjuntiva y lagrimeo excesivo. Mujeres embarazadas tuvieron bebés con bajo peso al nacer y anomalías congénitas. El síndrome resultante de esta intoxicación masiva se llamó “Yusho” que en japonés significa “enfermedad del aceite”.
Con los datos de la literatura japonesa de entonces, las personas tomaron una media de 633 mg de PCBs. Esto sería igual a la ingesta de una cucharada sopera de aceite de transformador contaminado con PCBs (300 ppm) para un niño de 20 kilogramos de peso.
En 1979 en Taiwán, sucedió algo parecido con el mismo tipo de aceite, y afectó a unas 2.000 personas.
Se habla de PCBs (en plural) porque se trata de una familia de 209 compuestos, con diferentes cantidades de cloro en sus moléculas, y esto hace que su actuación en el ambiente y en el organismo humano sea diferente.
Son termoestables, no los ataca la luz y no son biodegradables. Por tanto, su persistencia en el ambiente es alta, pueden permanecer hasta dos años en el agua, más de 6 años en el suelo y más de 10 años en peces adultos.
Por todo esto se les considera Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), y son causa de preocupación ambiental y para la salud pública.
Los PBCs surgieron en 1929, utilizándose como aislantes para equipos eléctricos (interruptores, termostatos,…), debido a sus características anti-inflamables. También se usaron como plaguicidas, y en la agricultura.
Sobre 1970 se reconoció su toxicidad ambiental, pero debido a la forma de uso y sus aplicaciones, en la práctica fue imposible controlar las emisiones al medio de estos productos. Con lo cual, al ser muy persistentes, se encuentran actualmente extendidos en el medio ambiente.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), son uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. La legislación actual limita el uso de estos compuestos y su uso está actualmente prohibido en casi todo el mundo, así como su fabricación.
Los PCBs se absorben por vía gastrointestinal, inhalatoria y cutánea. El hombre se expone a ellos a través de los alimentos (pescado, sobre todo) y por aguas contaminadas. El aire no constituye una fuente importante de contaminación. En los niños es importante el contacto con suelo contaminado. En las personas profesionalmente expuestas, la absorción por piel es la más importante.
En el organismo, los PCBs se distribuyen en los tejidos, en la piel y tejido adiposo. Pueden atravesar la placenta distribuyéndose en tejidos fetales y alcanzar los mismos niveles sanguíneos que en la madre. También se acumulan en leche materna.
En trabajadores expuestos se han encontrado PCBs en sangre hasta 2 o 3 años después del cese a la exposición por más de diez años.
Según la evidencia con estudios en animales, los PCBs se consideran potencialmente carcinogénicos en humanos, pero los resultados de diversos estudios (entre trabajadores expuestos) no son concluyentes.
Las revisiones científicas coinciden en plantear que los únicos efectos crónicos atribuibles a los PCBs son los efectos sobre la piel y otros efectos irritativos de mucosas. Y estos efectos se produjeron solo en poblaciones de trabajadores con exposiciones altas sobre la piel. Estos efectos no se han observado en poblaciones expuestas a través del consumo de pescado (exposición más común en la mayoría de las personas).
Las principales preocupaciones para la salud pública están relacionadas con la exposición a través de los alimentos (especialmente pescado) y los niveles muy altos en leche materna. A pesar de ello no se ha contraindicado el amamantamiento, incluso en mujeres muy contaminadas, debido a que las ventajas de la lactancia materna superan ampliamente los riesgos de la exposición neonatal a PCBs.
Prevención
Como consecuencia de lo mencionado, la protección de la salud pública depende en gran medida del control sobre los alimentos. La Organización Mundial de la Salud ha establecido niveles de Ingesta Diaria Admisible (IDA) para PCBs dioxina-simil. Se entiende por IDA la cantidad de una sustancia que puede ingerirse diariamente sin que se produzcan daños a la salud ni a la descendencia. Este nivel es de 1-4 picogramos / Kg de peso (1998, OMS).
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