Antigüedad
Mehrgarh
Mehrgarh
Mehrgarh es un sitio arqueológico neolítico (fechado c. 7000 a. C. – c. 2500/2000 a. C.) situado en la llanura de Kacchi de Baluchistán en Pakistán.[1] Está situado cerca del paso de Bolan, al oeste del río Indo y entre las actuales ciudades paquistaníes de Quetta, Kalat y Sibi. El sitio fue descubierto en 1974 por la Misión Arqueológica Francesa[2] dirigida por los arqueólogos franceses Jean-François Jarrige., y su esposa, Catalina Jarrige. Mehrgarh fue excavado continuamente entre 1974 y 1986,[3] y nuevamente desde 1997 hasta 2000.[4] Se ha encontrado material arqueológico en seis montículos y se han recolectado alrededor de 32.000 artefactos del sitio. El asentamiento más antiguo en Mehrgarh, ubicado en la esquina noreste del sitio de 495 acres (2,00 km 2), fue una pequeña aldea agrícola que data de entre el 7000 a. C. y el 5500 a. C.
Ruinas de casas en Mehrgarh, Baluchistán
El sitio arqueológico de Mehrgarh consta de una serie de montañosos arqueológicos bajos en la llanura de Kachi, cerca de la desembocadura del paso de Bolan. Situados junto a la orilla oeste del río Bolan, se encuentran a unos 30 kilómetros de la ciudad de Sibi. Cubrimiento de una superficie de unas 250 hectáreas, la mayoría de los yacimientos arqueológicos están sepultados bajo las acumulaciones de aluvión, aunque en otras áreas se pueden ver erosionando en la superficie. Actualmente los restos excavados expuestos en el lugar comprenden un complejo de grandes estructuras de ladrillo de barro compartimentado. Construido en ladrillos de barro plano-convexos formados a mano, la función de estas unidades subdivisadas todavía es incierta, pero se cree que muchas eran para almacenamiento en lugar de residencial. Los montañosos, MR3 y MR1 también contienen cementerios formales, partes de las cuales han sido excavadas.
Nombre alternativo: Mehrgahr, Merhgarh, Merhgahr
Ubicación: Baluchistán, Pakistán
Región: Asia del Sur
Coordenadas: 29°23′N 67°37′E
Historia
Fundado: C. 7000 a. C.; Hace 9023 años
Abandonado: C. 2600 a. C.
Periodos: Neolítico
Notas del sitio
Fechas de excavación: 1974–1986, 1997–2000
Arqueólogos: Jean-François Jarrige, Catherine Jarrige
Seguido por: Período Harappa temprano
Historia
Mehrgarh es el sitio más antiguo conocido en el sur de Asia que muestra evidencia de agricultura y pastoreo.[5] [6] [nota 1] Fue influenciado por la cultura neolítica del Cercano Oriente,[16] con similitudes entre “variedades de trigo domesticadas, fases tempranas de agricultura, cerámica, otros artefactos arqueológicos, algunas plantas domesticadas y animales de rebaño”.[17] [nota 2] Según Asko Parpola, la cultura migró al valle del Indo y se convirtió en la civilización del valle del Indo de la Edad del Bronce.[18]
Situado en la misma zona que Mohenjo-Daro y Harappa, menos extensa que estas, pero mucho más antigua, forma la base de la denominada Cultura del Indo.
Jean-François Jarrige aboga por un origen independiente de Mehrgarh. Jarrige señala “la suposición de que la economía agrícola se introdujo plenamente desde el Cercano Oriente hasta el sur de Asia”[19] [nota 2] y las similitudes entre los sitios neolíticos del este de Mesopotamia y el oeste del valle del Indo, que son evidencia de un “continuo cultural” entre esos sitios. Sin embargo, dada la originalidad de Mehrgarh, Jarrige concluye que Mehrgarh tiene un trasfondo local anterior” y no es un “‘remanso’ de la cultura neolítica del Cercano Oriente”.]
Ubicación dentro de la provincia paquistaní de Baluchistán
Lukács y Hemphill sugieren un desarrollo local inicial de Mehrgarh, con continuidad en el desarrollo cultural pero con un cambio poblacional.[35] Según Lukács y Hemphill, si bien existe una fuerte continuidad entre las culturas neolítica y calcolítica de Mehrgarh, la evidencia dental muestra que la población calcolítica no descendió de la población neolítica de Mehrgarh,[36] lo que “sugiere niveles moderados de flujo de genes.”[36] Escribieron que “los descendientes directos de los habitantes neolíticos de Mehrgarh se encuentran al sur y al este de Mehrgarh, Pakistán, en el noroeste de la India y en el borde occidental delDeccan Plateau“, con el Neolítico Mehrgarh mostrando mayor afinidad con el Calcolítico Inamgaon, al sur de Mehrgarh, que con el Calcolítico Mehrgarh.[36] [nota 3]
Ubicación del sitio de Mehrgarh.
Gallego Romero et al. (2011) afirman que su investigación sobre la tolerancia a la lactosa en la India sugiere que “la contribución genética de Eurasia occidental identificada por Reich et al. (2009) refleja principalmente el flujo de genes de Pakistán, Irán y Medio Oriente“.[39] Gallego Romero señala que los indios que son tolerantes a la lactosa muestran un patrón genético con respecto a esta tolerancia que es “característico de la mutación europea común”.[40] Según Romero, esto sugiere que “la mutación de tolerancia a la lactosa más común realizó una migración bidireccional desde el Medio Oriente hace menos de 10.000 años. Si bien la mutación se extendió por Europa, otro explorador debe haber llevado la mutación hacia el este, a la India, probablemente viajando a lo largo de la costa del Golfo Pérsico donde se han encontrado otros focos de la misma mutación”.[40] Señalan además que “[l]a evidencia más antigua de pastoreo de ganado en el sur de Asia proviene del sitio de Mehrgarh en el valle del río Indo y data de 7.000 años antes”.[39] [nota 4]
Periodos de ocupación
Los arqueólogos dividen la ocupación del lugar en ocho períodos.
Período I de Mehrgarh (antes del 7000 a. C.-5500 a. C.)
El Período Mehrgarh I (antes del 7000 a. C. – 5500 a. C.)[nota 5] fue neolítico y cerámico (sin el uso de cerámica). La agricultura más antigua de la zona fue desarrollada por pueblos seminómadas que utilizaban plantas como el trigo y la cebada y animales como ovejas, cabras y ganado vacuno. El asentamiento se estableció con edificios de adobe sin cocer y la mayoría de ellos tenían cuatro subdivisiones internas. Se han encontrado numerosos entierros, muchos de ellos con bienes elaborados como cestas, herramientas de piedra y hueso, cuentas, brazaletes, colgantes y, ocasionalmente, sacrificios de animales, y quedan más bienes en los entierros de hombres. Adornos; Se han encontrado conchas de mar, piedra caliza, turquesa, lapislázuli y arenisca, además de sencillas figuritas de mujeres y animales. Las conchas marinas de costas lejanas y el lapislázuli de lugares tan lejanos como el actual Badakshan muestran un buen contacto con esas áreas. Se descubrió un hacha de piedra molida en un entierro y se obtuvieron varias más de la superficie. Estas hachas de piedra molida son las más antiguas procedentes de un contexto estratificado del sur de Asia.
Los períodos I, II y III se consideran contemporáneos de otro sitio llamado Kili Gul Mohammad.[43] La fase neolítica cerámica en la región originalmente se había llamado la ‘fase Kili Gul Muhammad’. Si bien el sitio de Kili Gul Muhammad en sí probablemente comenzó c. 5500 aC , los descubrimientos posteriores permiten ahora definir las fechas del 7000-5000 aC para esta fase neolítica cerámica.[44]
En 2001, los arqueólogos que estudiaban los restos de nueve hombres de Mehrgarh descubrieron que la gente de esta civilización sabía protoodontología. En abril de 2006, se anunció en la revista científica Nature que la evidencia más antigua (y la primera del Neolítico temprano) de la perforación de dientes humanos in vivo ( es decir,en una persona viva) fue encontrado en Mehrgarh. Según los autores, sus descubrimientos apuntan a una tradición de protoodontología en las primeras culturas agrícolas de esa región. “Aquí describimos once coronas molares perforadas de nueve adultos descubiertas en un cementerio neolítico en Pakistán que data de hace entre 7.500 y 9.000 años. Estos hallazgos proporcionan evidencia de una larga tradición de un tipo de protoodontología en la cultura agrícola temprana”.[45]
Período II de Mehrgarh (5500 a. C. – 4800 a. C.) y Período III (4800 a. C. – 3500 a. C.)
El Período Mehrgarh II (5500 a. C. – 4800 a. C.) y el Período Merhgarh III (4800 a. C. – 3500 a. C.) fueron neolíticos cerámicos, con alfarería, y posteriormente calcolíticos. El Período II está en el sitio MR4 y el Período III está en MR2.[46] Se han encontrado muchas pruebas de actividad manufacturera y se utilizaron técnicas más avanzadas. Se produjeron cuentas de loza vidriada y las figurillas de terracota se hicieron más detalladas. Las figuras de mujeres estaban decoradas con pintura y tenían diversos peinados y adornos. En el Período II se encontraron dos entierros flexionados con un color ocre rojo., cubierta sobre el cuerpo. La cantidad de bienes funerarios disminuyó con el tiempo, limitándose a adornos y quedando más bienes en los entierros de mujeres. Los primeros sellos de botones se fabricaron en terracota y hueso y tenían diseños geométricos. Las tecnologías incluían perforadoras para piedra y cobre, hornos de corriente ascendente , grandes hornos de pozo y crisoles para fundir cobre . Hay más evidencia de comercio a larga distancia en el Período II: importante como indicación de esto es el descubrimiento de varias cuentas de lapislázuli, una vez más de Badakshan. Los períodos Mehrgarh II y III también son contemporáneos de una expansión de las poblaciones asentadas de las tierras fronterizas en el borde occidental del sur de Asia, incluido el establecimiento de asentamientos como Rana Ghundai, Sheri Khan Tarakai, Sarai Kala, Jalilpur y Ghaligai.[46]
El período III no fue muy explorado, pero se encontró que la fase Togau ( c. 4000 -3500 a. C.) era parte de este nivel, cubriendo alrededor de 100 hectáreas en las áreas MR.2, MR.4, MR.5 y MR.6. , que abarca ruinas, cementerios y vertederos, pero el arqueólogo Jean-François Jarrige concluyó que “una extensión tan amplia no se debió a una ocupación contemporánea, sino más bien al desplazamiento y la superposición parcial en el tiempo de varias aldeas o grupos de asentamientos a lo largo de varios años” siglos.”[47]
Fase Togau
A principios de Mehrgarh III, apareció cerámica Togau en el sitio. La cerámica Togau fue definida por primera vez por Beatrice de Cardi en 1948. Togau es un gran montículo en el valle Chhappar de Sarawan, 12 kilómetros al noroeste de Kalat en Baluchistán. Este tipo de cerámica se encuentra ampliamente en Baluchistán y el este de Afganistán, en sitios como Mundigak, Sheri Khan Tarakai y Periano Ghundai. Según Possehl, hasta la fecha está documentado en 84 sitios. Anjira es un sitio antiguo contemporáneo cerca de Togau.[48]
La cerámica Togau está decorada con diseños geométricos y ya se hacía con un torno de alfarero.
La época del Período III de Mehrgarh, durante la segunda mitad del IV milenio a. C., se caracteriza por importantes novedades. Hay un gran aumento en el número de asentamientos en el valle de Quetta, la región de Surab, la llanura de Kachhi y otras partes de la zona. La cerámica Kili Ghul Mohammad (II-III) es similar a Togau Ware.[49]
Mehrgarh Períodos IV, V y VI (3500 a. C.-3000 a. C.)
El período IV fue del 3500 al 3250 a. C. El período V fue del 3250 al 3000 a. C. y el período VI fue alrededor del 3000 a. C.[50] El sitio que contiene los Períodos IV a VII se designa como MR1.[46]
Período VII de Mehrgarh (2600 a. C.-2000 a. C.)
En algún momento entre 2600 a. C. y 2000 a. C., la ciudad parece haber sido abandonada en gran medida en favor de la ciudad más grande y fortificada de Nausharo, a cinco millas de distancia, cuando la civilización del valle del Indo se encontraba en sus etapas intermedias de desarrollo. El historiador Michael Wood sugiere que esto ocurrió alrededor del 2500 a.C.[51]
El arqueólogo Massimo Vidale considera que una serie de semicolumnas encontradas en una estructura en Mehrgarh, fechadas alrededor del 2500 a. C. por la misión francesa allí, es muy similar a las semicolumnas encontradas en el Período IV en Shahr-e Sukhteh . [52] : min.12:10
Período VIII de Mehrgarh
El último período se encuentra en el cementerio de Sibri, a unos 8 kilómetros de Mehrgarh.[46]
Estilo de vida y tecnología
Los primeros residentes de Mehrgarh vivían en casas de adobe, almacenaban su grano en graneros, fabricaban herramientas con mineral de cobre local y recubrían sus grandes cestas con betún. Cultivaban cebada de seis hileras , trigo escanda y escanda , azufaifa y dátiles, y pastoreaban ovejas, cabras y ganado vacuno. Los residentes del período posterior (5500 a. C. a 2600 a. C.) pusieron mucho esfuerzo en la artesanía, incluida la talla de pedernal, el curtido, la producción de cuentas y el trabajo del metal.[53] Mehrgarh es probablemente el centro agrícola más antiguo conocido en el sur de Asia.[54]
El ejemplo más antiguo conocido de la técnica de la cera perdida proviene de un amuleto de cobre con forma de rueda de 6.000 años de antigüedad encontrado en Mehrgarh. El amuleto estaba hecho de cobre puro, una innovación inusual que luego fue abandonada.[55]
Artefactos
Diosa Madre sentada, 3000-2500 a.C. Mehrgarh.[56]
Figuras humanas
Las figurillas de cerámica más antiguas del sur de Asia se encontraron en Mehrgarh. Ocurren en todas las fases del asentamiento y prevalecían incluso antes de que apareciera la cerámica. Las primeras figuras son bastante simples y no muestran características complejas. Sin embargo, su sofisticación crece con el tiempo, y hacia el 4000 a.C. comienzan a mostrar sus característicos peinados y sus típicos pechos prominentes . Todas las figurillas hasta esta época eran femeninas. Las figurillas masculinas aparecen sólo a partir del período VII y gradualmente se vuelven más numerosas. Muchas de las figuras femeninas sostienen bebés y fueron interpretadas como representaciones de la “diosa madre”. Sin embargo, debido a algunas dificultades para identificar de manera concluyente estas figuras con la “diosa madre”,[57] [58] [59]
Cerámica
Cerámica pintada de Mehrgarh. 3000-2500 a.C.[60]
La evidencia de cerámica comienza a partir del Período II. En el período III, los hallazgos se vuelven mucho más abundantes a medida que se introduce el torno de alfarero, y muestran diseños más complejos y también motivos animales.[46] Las características figuras femeninas aparecen a partir del Período IV y los hallazgos muestran diseños más intrincados y sofisticación. Los diseños de hojas de pipal se utilizan en la decoración del Período VI.[61] Se utilizaron algunas técnicas de cocción sofisticadas desde los Períodos VI y VII y se ha encontrado un área reservada para la industria alfarera en el montículo MR1. Sin embargo, en el Período VIII, la calidad y complejidad de los diseños parecen haber sufrido debido a la producción en masa y al creciente interés en las vasijas de bronce y cobre.[50]
Entierros
Hay dos tipos de entierros en el sitio de Mehrgarh. Había entierros individuales en los que un solo individuo estaba encerrado en estrechos muros de adobe y entierros colectivos con delgadas paredes de adobe dentro de los cuales se descubrieron esqueletos de seis individuos diferentes. Los cuerpos en los entierros colectivos se mantenían en posición flexionada y se colocaban de este a oeste. Se encontraron huesos de niños en grandes tinajas o entierros en urnas (4000 ~ 3300 a. C.).[62]
Metalurgia
Los hallazgos de metales datan del Período IIB, con algunos objetos de cobre . [46] [61]
Identifican el amuleto metálico más antiguo confeccionado con un molde
Científicos utilizaron una técnica de fotoluminiscencia. Y determinaron que el objeto fue confeccionado con un molde de arcilla, a partir de una figura de cera.
El amuleto de Mehrgarh, el primero realizado con moldes de cera.
Un amuleto de 6.000 años de antigüedad ha sido identificado como el objeto metálico más antiguo conocido hasta ahora confeccionado con un molde de arcilla, a partir de una figura de cera, según un estudio que publica hoy la revista Nature. (15/11/2016)
Científicos del sincrotrón nacional francés Soleil han utilizado una técnica de fotoluminiscencia para estudiar microestructuras invisibles para los microscopios convencionales en el amuleto, encontrado en Mehrgarh (Pakistán).
Para desentrañar los secretos de su fabricación, los investigadores analizaron el espectro lumínico que refleja la pieza metálica.
A partir de esos datos determinaron que el amuleto está compuesto por dos tipos de óxidos de cobre, que han sufrido dos procesos de corrosión paralelos.
El análisis desvela que el objeto es el ejemplo más temprano del que se tiene constancia de la llamada “fundición a la cera perdida”, una técnica para elaborar figuras de metal idénticas a partir de un molde.
Para obtener ese molde, se daba forma primero a una figura con cera de abeja, que se rodeaba más tarde con arcilla.
El amuleto de Mehrgarh, el primero realizado con moldes de cera.
Al introducir el objeto en un horno, la cera del interior se fundía y la arcilla se podía rellenar con metal fundido, que al solidificarse constituía una réplica exacta de la figura inicial de cera.
El análisis en el sincrotrón francés confirma que el amuleto de Mehrgarh se fabricó en una sola pieza y demuestra que se hizo a partir de cobre fundido sobre un molde de arcilla.
Durante ese proceso, el cobre absorbió una pequeña cantidad de oxígeno, cuyos rastros han permitido a los investigadores desentrañar el proceso.
Los investigadores subrayan en su trabajo que la misma técnica de luminiscencia puede ser una herramienta útil en campos como la geofísica, la ingeniería y las ciencias medioambientales.
Las enigmáticas Losas de los Elefantes
Las enigmáticas Losas de los Elefantes
¿Llegaron exploradores africanos a América antes que Colón?
En el artículo Did West Africans live in the Four Corners Region of the United States from 12th Century ? (‘¿Vivieron africanos occidentales en la región estadounidense de Four Corners a partir del siglo XII?’), publicado en Ancient Origins hace algunas semanas, ya hablé de las inscripciones Mande halladas en la región de Four Corners, situada en el Sudoeste de los Estados Unidos. En él comentaba cómo los Mande (grupo étnico de África Occidental) que formaban parte de la expedición del explorador africano Mansa Abubakari dejaron numerosas inscripciones en todo el Sudoeste de los Estados Unidos, así como en otras regiones de toda América.
La región de Four Corners aparece en rojo en este mapa. Comprende los estados de Colorado, Utah, Arizona, y Nuevo México (Estados Unidos). ( CC BY-SA 3.0
William James Veall , en su artículo Navegantes de Oriente Medio: ¿Inscripciones Antiguas que reescriben la Historia de América? – 2ª parte , también publicado en Ancient Origins, aporta una exposición detallada acerca de las inscripciones Mande halladas en Sudamérica y dejadas por Abubakari y sus seguidores a lo largo de sus costas.
Estas inscripciones no son las únicas de origen Mande halladas en América. Otras interesantes inscripciones, descubiertas en la región de Four Corners, son las enigmáticas Losas de los Elefantes.
Las enigmáticas Losas de los Elefantes
- B. Sayles ofrece una descripción detallada de las Losas de los Elefantes en su libro Fantasies of Gold (‘Fantasías del oro’). Sayles formaba parte del personal del Museo Estatal de Arizona; escribió por primera vez sobre las losas en un folleto oficial titulado ‘Las Losas de los Elefantes’.
Sayles repasa en su obra numerosos hallazgos realizados en la región de Four Corners, como la antigua jarra decorada con elefantes del valle de Montezuma, descubierta por Frederick Bennett Wright en 1885. Wright aseguraba haber encontrado la jarra en unas ruinas situadas en el valle de Montezuma “a la vista” del lugar en el que fueron halladas las Losas de los Elefantes.
Las Losas de los Elefantes fueron descubiertas por un muchacho en el año 1910 en unas ruinas nativas americanas de Flora Vista, Nuevo México. Edwin Sayles, del Museo Estatal de Arizona, asegura que las Losas de los Elefantes llegaron a este museo en el año 1950.
Jarra con un elefante, hallada en el valle de Montezuma (Colorado)
Las Losas de los Elefantes son dos: la de menor tamaño mide 15 x 15 centímetros. Denominaremos a esta pieza ‘Losa de los Elefantes 2’. La losa de mayor tamaño, con ocho líneas de inscripciones, mide 15 centímetros de ancho por 35,5 centímetros de largo.
¿Elefantes en América?
Brad Steiger, en su libro Mysteries in Time and Space (‘Misterios del tiempo y del espacio’) se refiere a las Losas de los Elefantes halladas en Flora Vista, en las que aparecen tanto dibujos de elefantes como inscripciones.
Existen algunas evidencias de que podría haber habido elefantes en el Sudoeste de los Estados Unidos en épocas posteriores a la prehistoria.
Thomas Jefferson, padre fundador de los Estados Unidos y además paleontólogo de vertebrados, escribía en 1781 o 1782: “Un tal Stanley, hecho prisionero por los indios cerca de la desembocadura del Tanissee [río Tennessee], narra cómo tras ser transferido en varias ocasiones de una tribu a otra, fue llevado durante un largo trecho cruzando las montañas al oeste del Missouri [¿Montañas Rocosas?], hasta un río “que fluye […] en dirección oeste; que estos huesos abundaban allí, y que los nativos le contaron que el animal al que pertenecían aún existía en las regiones del norte de sus tierras, y que por su descripción juzgó que se trataba de un elefante. Se han descubierto recientemente huesos del mismo tipo algunos pies por debajo de la superficie del suelo, en salinas abiertas en el North Holston, afluente del Tanisee, en una latitud en torno a los 36° y medio.””
El ‘Rey Viajero’ Mansa Abubakari II: el más grande explorador africano de la Historia ( muslimnewsmagazine.tv)
La carta de Colón
La carta de Colón
Mapa atribuido a Cristóbal Colón
La carta de Colón
Autor: Colón, Cristóbal, 1451-1506
Fecha: 1492
Descripción
Este mapa, en pergamino, anónimo y sin fecha, se conserva en la BnF (GE. AA 562), que lo adquirió en 1848. Mide 82 x 41 cm. No era un mapa desconocido, pero no había recibido atención hasta que Charles de La Roncière, en 1924, expuso la teoría de que había sido hecho por Colón (o bajo su dirección), que lo presentó a la corona española en las negociaciones de Santa Fe en 1491 y que lo llevó consigo en su primer viaje. Desde entonces se le llamado “Mapa Colombino”, pero sin creerlo, porque esta teoría ha sido rechazada.. La carta yuxtapone un mapamundi cosmográfico con un mapa portulano de navegación. En la parte izquierda del pergamino contiene una representación circular del mundo que tiene como centro a Jerusalén rodeada de círculos celestiales, lo que simboliza el concepto geocéntrico del universo; una nota en latín indica que, a pesar de ser dibujado sobre un plano, el mapamundi debe considerarse esférico. En la parte derecha contiene una representación portulana del Mediterráneo complementada con un trazo del Atlántico que se extiende desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Igualmente indica con nomenclatura los últimos descubrimientos portugueses a lo largo de la costa africana, incluye al este el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, al oeste indica una serie de islas (algunas imaginarias) desde el Ártico hasta el golfo de Guinea. La bandera española sobre Granada sugiere que el mapa fue elaborado después de 1492, fecha en que la ciudad musulmana es conquistada por los Reyes Católicos.
Los mapas de Cristóbal Colón
Colón adquirió gran parte de su formación con la lectura de los clásicos, de manera que seguramente sabría desde entonces que Eratóstenes había defendido la posibilidad de alcanzar las Indias desde Hispania, navegando siempre hacia el Oeste y por el mismo paralelo.
Cristóbal Colón fue un prolífico y acreditado cartógrafo que ejerció como tal antes y después de iniciar su viaje al extremo oriente. Sin embargo se conservan pocos mapas que puedan serle atribuidos con muy poca incertidumbre. El primer ejemplo digno de mención es el croquis que se conserva en el archivo de los duques de Alba y que representa el litoral septentrional de La Española (Haití y República Dominicana). El dibujo, que debió realizarse entre 1492 y 1493, contiene topónimos tan esclarecedores como Nativida, el cual alude a la primera colonia fundada por Colón, y Civao, referido a la isla Cipango (Japón) citada por Marco Polo; últimamente se le atribuye también a su hermano Bartolomé. La importancia de este documento, descubierto en el año 1894, para la historia de la cartografía es capital al tratarse del primer mapa europeo del nuevo mundo; su formato es de 56 x 39 cm. El siguiente ejemplo es menos relevante por tratarse de los mapas imaginarios que ilustraron las sucesivas ediciones de la carta que dirigió a los reyes católicos el 15 de febrero de 1493, con el fin de representar las islas allí mencionadas. La carta, que conmocionó al viejo mundo, daba cuenta de sus descubrimientos y de la existencia de una serie de islas que bautizó con los nombres de San Salvador, Santa María de Concepción, Fernandina, Isabela y Juana; aunque no es seguro que los mapas fuesen dibujados por Colón si es probable que fuesen supervisados por él mismo.
Muchas menos dudas ofrecen otros mapas indudablemente atribuidos a nuestro protagonista, ya que figuraban en las márgenes de la carta que escribió al rey Fernando desde Jamaica el día 7 de julio de 1503, relatando su cuarto viaje; una copia de la misma fue llevada a Roma por Bartolomé Colón con la intención de que el papa intercediera ante el rey para que le encargase a su hermano la colonización y evangelización de aquellas costas tropicales. Todos ellos fueron copiados por el italiano Alessandro Zorzi, siendo estos ejemplares los únicos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Florencia, en forma de tres láminas de 100 x 165 mm.
EL penúltimo testimonio cartográfico de Colón aparece en el mapamundi que realizó el almirante turco Piri Reis en el año 1513, un portulano del que solo se conserva un fragmento de 63 x 90 cm en el Museo Topkapi Saray de Estambul. En dicho fragmento figura un texto sumamente esclarecedor ya que el autor reconoce que esa parte del mapa (la zona caribeña) la copió de un mapa de Colón. La afirmación de Piri Reis está muy bien documentada puesto que fue su tío Kemal Reis el que se lo proporcionó, tras habérselo requisado a un esclavo español que había sido tripulante de un barco que capturó la flota turca, por él comandada, en el año 1501 y en las proximidades de Valencia; el mapa permaneció en el anonimato hasta que fue descubierto en dicho museo, durante el año 1929, por Gustav Adolf Diessmann.
EL último documento cartográfico atribuido a Cristóbal Colón es conocido en la bibliografía especializada como ‘El Mapa de Colón’, desde que en el año 1924 así lo hiciera el historiador francés Charles Marie de la Ronciére. Sin embargo, se trata en realidad de dos mapas perfectamente diferenciados, dibujados sobre un mismo pergamino, y separados por una nítida línea dorada. El mapa de la izquierda es una carta celeste en la que aparece representado el modelo geocéntrico de Tolomeo, es decir las nueve esferas clásicas sobre las que se situaban los planetas: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno; la octava esfera era la de las estrellas (también llamada de las fijas) y la nona la mansión de los bienaventurados, aunque el autor la dejase en blanco. Todas ellas rodeaban a la Tierra, representada mediante un planisferio del viejo mundo cuyo centro correspondía a Jerusalén; aunque el autor anotase en el dibujo que la representación plana debía ser considerada esférica. La influencia religiosa se hace aún más evidente cuando se observa la imagen del paraíso terrenal, rodeado entre montañas, en el borde más oriental de la Tierra.
EL segundo mapa es un portulano limitado por cuatro rosas de los vientos, de las que parten las correspondientes líneas de navegación, apareciendo representada la cuenca mediterránea y el litoral atlántico, desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Una de sus características más destacables, en este contexto, es la localización de las ciudades importantes del interior; el hecho de que figuren Granada y Santafé con los pendones de Castilla y León permite pensar que es posterior al 2 de enero de 1492. Dado que no aparecen representados los descubrimientos posteriores a esa fecha, no sería extraño que el dibujo se realizase dentro de los primeros meses de ese mismo año, después de la toma de Granada y antes de que diese comienzo la primera travesía de Colón. Asimismo debe reseñarse que en uno y otro mapa aparecen textos que guardan estrecha relación con las apostillas que aparecen en los libros usados por Cristóbal Colón, en una de las cuales se remite al lector a cuatro mapas que contenían esferas, una costumbre poco habitual en aquella época. Hay pues sobradas razones para suponer que él fue el cartógrafo responsable, aunque todavía falte la prueba definitiva que confirme tal suposición.
Croquis de la isla Española (Haití y República Dominicana) y una imagen de satélite de la misma zona
Mapa realizado por los hermanos Colón luego del último viaje de Cristóbal y antes de morir (1506). Centroamérica aparece al sur de China y al este de Indochina, de la cual la separaría solo un mar, el Magnus Sinus (Océano Pacífico). Las relatos indígenas sobre reinos muy ricos, lo llevarían a pensar en China, al norte, -aunque en realidad se tratara de México-, y Catticara, al sur de Indochina, mencionada en los mapas antiguos,- tal vez Perú o Colombia-. Costa Rica aparece con el nombre de Cariai. Aurea Chersonesus son las Molucas o Especiería, Malasia e Indonesia.
Mapa atribuido a Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal y miembro del cuarto viaje del Almirante. Se observan los accidentes costeros descubiertos en Centroamérica, junto a nombres continentales de Asia. Colón nunca se percató de que la costa Caribe del Istmo era la tierra firme de un “nuevo” continente.
Mapa en la BnF (GE. AA 562). Ilustraciones en Hispania
Castro de Ulaca
Castro de Ulaca
Coordenadas: 40°31′47″N 4°53′08″O
Bien de interés cultural. Patrimonio histórico de España
Localización
País: España
Comunidad: Castilla y León
Provincia: Ávila
Localidad: Solosancho
Datos generales
Categoría: Zona arqueológica de Ulaca
Construcción: siglo VI a. C.-siglo II a. C.
Estilo: Edad de los Metales–Cultura de La Tène
Castro de Ulaca es un yacimiento arqueológico de origen vetón, situado en Villaviciosa (Solosancho), en la provincia de Ávila (España).
Se encuentra ubicado en las primeras estribaciones de la Sierra de la Paramera, en su vertiente norte, sobre un promontorio elevado sobre el terreno circundante unos 250 metros, con una cota máxima de 1508 m s. n. m., dominando perfectamente el valle de Amblés y dando vista al Pico Zapatero. El castro está encajado entre el arroyo de los Portillos y el río Picuezo, cuyos cursos sirven de protección natural.
En 1931, Ulaca se declara Conjunto Histórico-Artístico. En 1986 Bien de Interés Cultural (B.I.C), que es la máxima figura de protección que la ley otorga a un elemento histórico. En el año 1994 se delimita la Zona Arqueológica de Ulaca, amparada por la Ley de Patrimonio Histórico Español, quedando cualquier proyecto de restauración sujeto a lo que dicten las Comisiones Territoriales de Patrimonio Cultural.
Descripción
Altar de los sacrificios
En el recinto destacan “el altar” una gran mole de granito, con talud por sus tres lados. En uno de sus lados, dos escalinatas conducen a una superficie plana con varios huecos de distinto tamaño. El “horno” cavidad de forma cúbica practicada en un bloque de granito abierto al exterior por medio de un arco de medio punto. Parece relacionarse como una posible sauna.
Sauna de Ulaca.
Puerta oeste de la muralla restaurada.
Ulaca es el más grande de los castros vetones[cita requerida] y cuenta con restos arqueológicos poco comunes como un altar y una sauna de iniciación, construidos en granito. Se halla situado en un promontorio elevado, de difícil acceso desde el que se divisa todo el Valle de Amblés en la provincia de Ávila.
Existen restos que abarcan desde la época calcolítica hasta la Edad Media, aunque serán los vetones los que dejen especial huella.
Cuenta, como elementos más destacados, la muralla de más de 3 km de longitud, levantada tardíamente a comienzos de la 2.ª Edad de Hierro (s. III – II a. C.), sauna ritual o “fragua”, iglesia o torreón y el perfectamente conservado altar de los sacrificios.
El Altar de los Sacrificios
El altar de los sacrificios es una construcción a cielo abierto, realizada sobre grandes bloques graníticos que afloran en el sector noroeste.
El monumento, en buen estado de conservación, consta de una gran estancia rectangular tallada en granito, en uno de cuyos lados existe una gran peña en la que dos escaleras de 9 gradas, labradas también en la roca, conducen a una plataforma en la que se encuentran dos cavidades de forma más o menos circular y comunicadas entre sí. La más occidental de ellas vertía en una tercera que permitía a su vez que los líquidos derramados en las libaciones corrieran hacia la parte baja de la peña a través de un canal. Su funcionalidad cultual, en la que habría que tener presente la práctica de sacrificios animales e incluso humanos, se ha establecido a partir del estudio comparativo con otras construcciones parejas, entre las que destaca el santuario portugués de Panoias, donde se documenta epigráficamente la existencia de tales sacrificios, aunque Correia1 lo pone en duda por el hiato cronológico entre ambos yacimientos. Ulaca estuvo ocupado sobre todo entre el siglo VII y siglo I a. C.., mientras que la actividad litúrgica atestiguada epigráficamente en Panóias, se fecha durante el siglo III d. C. Metodológicamente, no se puede suponer el mismo tipo de utilización documentado en Panóias, en el ámbito de los cultos mistéricos orientales, para las cavidades existentes en otros sitios claramente anteriores, como es el caso de Ulaca. Incluso tipológicamente existen importantes diferencias entre ambos yacimientos: si en Panóias las varias escaleras talladas, muy distintas de las de Ulaca, dan acceso no a simples cubetas, sino a edificios cultuales cuyos cimientos se distinguen claramente, en Ulaca, los peldaños tallados dan acceso a un conjunto de oquedades naturales, conectadas mediante un amplio canal abierto en la roca.
La Sauna
La Fragua-horno o sauna se localiza en el centro del yacimiento, a menos de 200 m de la estructura anterior. Está formada por una especie de semihipogeo, tallado parcialmente sobre un gran canchal granítico y por muros de piedra en la parte norte y acaso también en los lados este y oeste. Hace tiempo que se identificó como horno o fragua, pero recientemente le confieren un uso termal, comparándola con las saunas o pedras formosas de la cultura castreña del noroeste. Su sentido sería ritual, conectado con ceremonias iniciáticas guerreras sugeridas en algunas referencias clásicas.2
El Oppidum
El oppidum de Ulaca llega a las 60 hectáreas frente a las 15 ha del Castro de Cogotas y las 38 de la Castro de la Mesa de Miranda. Una superficie enorme, no toda destinada a habitación, pero que supone una aglomeración de primera magnitud, que debió de jugar el papel de centro comarcal, en línea con la reordenación territorial que supone la aparición de estos grandes oppida, en fechas situables en el siglo III a. C., en que parece que fue fundado este gran castro abulense.
Por otra parte, tanto o más que la superficie, da cuenta de su papel organizativo y político la posesión en su interior de un gran edificio de aparejo monumental con función de atalaya o de otro uso público desconocido, y espacios sacros e instalaciones para usos rituales o ceremoniales que, como en el caso de los centros urbanos del mundo ibérico y de las demás civilizaciones, son ingredientes habituales en los centros principales por el papel aglutinador que desde ellos se ejerce en el plano ritual y religioso.3
Las casas
Las casas presentan plantas cuadradas y rectangulares con gruesos muros de piedra. Hay plantas sencillas con dos o tres estancias, de unos 40-80 m², y otras más complejas con más departamentos y mayor superficie, de hasta 250 m². Las jambas de las puertas están bien marcadas por grandes lajas de granito. Las cubiertas debieron ser de piorno, como lo hacían los chozos de pastor y las tinadas para las ovejas hasta hace poco tiempo. La falta de excavaciones -solamente se excavaron dos casas en los años 1970 que se han restaurado- impide precisar la organización interna, que en cualquier caso dispondría de hogares, bancos adosados a las paredes, zonas de almacenamiento y áreas de descanso. Desconocemos si además de estructuras domésticas había otras sólo de almacenaje o con otras funciones.
Casas excavadas en la década de los 70 en el Castro de Ulaca
El total de estructuras dentro del recinto amurallado es de algo más de 250, que se elevaría hasta alrededor de las 300, si se suman las casas fuera de las murallas al noreste del recinto. La existencia de casas extramuros permite suponer, además, que el recinto amurallado no implica una situación de peligro e inestabilidad permanente. Pero parece que en este sector hubo también murallas muy perdidas hoy. En los momentos de conflicto, la población podría refugiarse dentro del poblado, ya que existía espacio libre suficiente para todos. Sabemos que otros oppida vettones tenían arrabales o barrios extramuros como Las Cogotas y Salmantica, en este último caso referido al año 220 a. C. en la toma de la ciudad por Aníbal.
Parece común la existencia en todas las viviendas de zócalos de piedra de 80-100 cm de grosor y doble paramento. Apenas hay vestigios de adobe o tapial para el recrecimiento de las paredes y la abundancia de granito podría ser consistente con la idea de alzados de piedra hasta la cubierta. La prolongación de los muros hacia el exterior permite aventurar la idea de que algunas tuviesen un porche o zaguán; aunque no habría que descartar que se tratase de pequeños corrales anexos a la vivienda. La mayoría de las casas abren sus puertas hacia el este, hacia la salida del sol. Nada se nos ha conservado de las cubiertas pero, dada la disposición del terreno, lo más lógico es que vertieran aguas por delante de la fachada en dirección a las vaguadas, siguiendo la pendiente.
Un elemento excepcional y espectacular al mismo tiempo, desconocido en otros oppida célticos, son las canteras de granito en el interior del hábitat. Quedan visibles las huellas de la cuñas y los bloques cortados en distinto grado de elaboración. Las canteras se sitúan en los sectores oeste y suroeste de la ciudad. En ambos casos se buscaron grandes planchas de granito y se aprovecharon siguiendo las vetas y las fracturas naturales. El proceso de trabajo se debió iniciar marcando con cortafríos y mazos, pequeñas ranuras a intervalos regulares, 28 y 36 cm, después se introducían cuñas para romper la línea marcada y así obtener bloques más o menos grandes, entre 60 y 120 cm de longitud y aún mayores. Con perchas y palancas de madera se moverían los bloques de primera extracción para posteriormente ser objeto de nuevos cortes y conseguir bloques más pequeños. Todo este proceso de trabajo ha quedado congelado en las canteras. Se pueden medir los esparcimientos entre las ranuras para cuñas marcadas y nunca utilizadas, los bloques de primera extracción sin trocear, los bloques semielaborados y por último incluso algunos terminados y no transportados. Este detalle hace pensar en que todo el trabajo de cantería se desarrollaba en estos lugares. Como se ha señalado recientemente4 las canteras de Ulaca confieren un aspecto mágico al lugar, parece como si el tiempo detenido pudiera ver en algún momento el retorno de las gentes de Ulaca para terminar los trabajos abandonados a medio hacer.
La cantera oeste debió utilizarse para la obtención de material constructivo para las viviendas de los alrededores, y de hecho la dimensiones de los bloques se asemejan a los de las casas más cercanas. La cantera del ángulo suroeste, muy próxima a la muralla, parece que estuvo más relacionada con la elaboración de grandes sillares para la construcción del cierre defensivo. La gran escala de los trabajos de cantería -por encima del nivel doméstico de cada hogar-, la posible existencia de especialistas, el empleo de medidas modulares y las posibilidad de reconstruir casi íntegramente el proceso de trabajo, confieren a las canteras de Ulaca un gran interés.5 6
Datación
La fecha del poblado puede datarse del s. VI al II a. C., cuando una de las incursiones de Aníbal en los pueblos del centro peninsular supuso el incendio de la ciudad, aunque este hecho no está confirmado. Se calcula que en la época de mayor esplendor pudo estar habitada hasta por mil personas, distribuidos jerárquicamente en unas 250 – 300 viviendas, ocupando una superficie de 60 hectáreas.
Sus restos son numerosos, desde objetos cerámicos hasta aperos de labranza, instrumental ganadero, alfarero, etc., muchos de los cuales fueron expoliados en épocas pasadas; incluso hay restos de molinos de piedra y de varias canteras.
Una potente muralla de granito rodeó el asentamiento con un perímetro de más de 3.000 m y una anchura mínima de 2 m, aunque en algunas partes no está conservada y hace difícil su restitución. La muralla se adapta bien a la morfología del terreno y es de gran aparejo en lienzos y torreones y sobre todo en las puertas. Aprovecha siempre que puede las afloraciones de granito que emergen del suelo, integrándolas en su estructura y se interrumpe cuando la topografía del terreno la hace innecesaria. Sigue en gran medida el borde de la meseta sin perder altura para mantener siempre posiciones defensivas inequívocas. La aspereza del terreno y los fuertes escarpes que rodean a la ciudad no exigen mucha contundencia en las obras de fortificación. En cualquier caso la línea continua de muralla en todo el sector norte tuvo que presentar un imponente aspecto, vista desde el valle. En ese sentido las murallas actuarían como un elemento de prestigio visual y símbolo de la pujanza de la comunidad que se resguardaba tras ellas. Además del papel defensivo la muralla servía para delimitar al grupo social, a la comunidad que vivía dentro. Salvo algunos puntos con poca visibilidad, desde dentro del oppidum sus habitantes verían siempre los muros protectores y delimitadores.
La técnica constructiva de la muralla es de dos paramentos con bloques grandes y las caras planas vistas al exterior, cogidos en seco, mientras que el interior se rellena de piedras más pequeñas. En algunos puntos, especialmente al mediodía, sólo se llegó a marcar la cimentación de la muralla, por otro lado casi innecesaria debido a los fuertes cortados que protegen ese sector. En algunos puntos, la muralla parece reforzarse con dos o tres paramentos. La posibilidad de un remate de las murallas con empalizada de madera, especialmente en las zonas de las entradas, está sostenida por el episodio del incendio de las murallas de Pallantia en el año 74 a.C. tras el asedio de la ciudad por Pompeyo, según nos relata Apiano. Parece que sólo un tipo de remate así podría permitir que se incendiaran las murallas. Pero ciertamente no tenemos pruebas arqueológicas de que éste fuera el tipo de remate de la parte superior de las murallas del ámbito vettón.
Se pueden identificar al menos nueve interrupciones de la muralla que por sus dimensiones y características bien podrían ser otras tantas puertas de entrada. Algunas se reconocen bien y han sido consolidadas recientemente, pero otras resultan muy problemáticas.
Las puertas mejor conservadas y más complejas son la del Noroeste y la del Noreste. La puerta del Noroeste –por donde se accede al oppidum– estuvo además protegida por varias líneas de muralla que la anteceden. Mientras que la puerta del Noreste –por donde se sale siguiendo el itinerario de visita– es una puerta en esviaje: los dos tramos de muralla adoptan una posición paralela, dejando un espacio libre entre ambos para pasar. De ella salía un camino, parece que enlosado, como el del segundo recinto de Las Cogotas, hoy medio oculto por los derrumbes de la propia muralla. Por las laderas todavía se ven las rampas por donde discurrían éste y otros caminos que llevaban al llano. Las huellas de ruedas de carro son visibles en algunos puntos.
La gran superficie de Ulaca queda claramente puesta de manifiesto en la comparación de su recinto amurallado con la Ávila medieval. Sencillamente las más de 60 ha del oppidum vettón superan ampliamente la superficie de la ciudad de Ávila. Los cálculos de población son difíciles y complicados pero a partir de otros poblados en los que contamos con cementerios, como Las Cogotas y La Mesa de Miranda, se ha podido determinar un valor de entre 15 y 20 habitantes por ha. Según esas estimaciones la población de Ulaca oscilaría entre 1.050 y 1.400 habitantes, lo que se ajustaría bastante bien a las 250 estructuras reconocidas. Todo ello no debió ser obstáculo para que en momentos de inestabilidad y peligro pudiera refugiarse tras sus murallas una población que podría doblar esas cifras. Desde luego los espacios libres lo permitirían sin muchas complicaciones.
Globo terráqueo de Martin Behaim
Martin Behaim
Nacimiento: 6 de octubre de 1459jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)
Fallecimiento: 29 de julio de 1507jul. (47 años); Lisboa (Portugal)
Padres: Agnes Schopper; Martin Behaim
Información profesional
Ocupación: Explorador, cartógrafo, astrónomo, cosmógrafo, trapero y filósofo
Martin Behaim, conocido también como Martín de Bohemia (Núremberg, 6 de octubre de 1459–Lisboa, 29 de julio de 1507), fue un comerciante, astrónomo, navegante y geógrafo alemán que prestó servicios a Portugal, donde radicó prácticamente la mitad de su vida. También fue célebre por haber construido el globo terráqueo más antiguo que se conserva.1
Su comienzo
Nació en Núremberg, Franconia Central, actualmente Baviera. Perteneció a una rica familia de comerciantes judíos originarios de Bohemia que se establecieron en la ciudad a inicios del siglo XIV. Fue el mayor de siete hermanos. Su padre fue un importante comerciante que en sus primeros años tuvo negocios en lugares tan alejados como Venecia y que más tarde, en 1461, llegó a ser elegido senador. Este moriría en 1474: varios años antes que su madre, Agnes Schopper, fallecida el 8 de julio de 1487.
En su juventud, estaba decidido a tomar una carrera comercial y fue educado de manera integral para dicha labor.2 Obtuvo experiencia a partir de los negocios de su padre; luego de la muerte de este, se unió con su tío Leonhard Behaim junto con Bartels von Eyb, amigo de la familia Behaim y uno de los ejecutores del testamento de la madre de Martin.
Estancia en los Países Bajos
En 1476, Martin buscó aplicar sus conocimientos mercantiles y técnicos como aprendiz de comerciante; se reunió con Jorius van Dorpp, un vendedor de ropas de la ciudad de Malinas, con quien permaneció alrededor de un año. En ese tiempo, juntos visitaron las ferias de Fráncfort, donde Martin pudo poner en práctica sus conocimientos de mercadería. Sin embargo, a inicios de 1477, los caminos que conducían a la feria no resultaban seguros para los viajeros, por lo que van Dorpp prefirió vender sus ropas a un comerciante alemán en Amberes. A finales de año, y por deseos de su madre, Martin regresó a la feria de otoño de Fráncfort y se reencontró con von Eyb, quien lo ayudó en sus actividades.
En 1478, mientras trabajaba en la feria de otoño de Fráncfort, escribió una carta a su tío Leonhard (fechada el 18 de septiembre), en la que expresaba que ya no quería trabajar en Malinas para seguir mejorando su experiencia como comerciante. Fue por entonces que Martin se trasladó a una tienda de teñido de ropa administrada por Fritz Heberlein (nativo de Núremberg pero establecido en Amberes), donde aprendió aritmética. En una carta del 8 de junio de 1479, enviada a su tío Leonhard, expresaba que allí podía experimentar el aprendizaje de una mejor manera. Culminaba así su práctica como aprendiz de comerciante.
Estancia en Portugal
Martin fue por primera vez a Lisboa en junio de 1484, con el objetivo de comerciar en ese país; en aquella época se habían establecido relaciones comerciales entre Portugal de un lado; y Flandes, la Liga Hanseática y algunas ciudades de la Alta Alemania, por el otro.
Poco tiempo después se hizo amigo de Josse van Hurter, capitán donatario de Isla de Faial e Isla del Pico en las Azores, cuya hija Joanna de Macedo se convirtió en esposa de Martin (ocurrió en 1488 o antes, y tuvieron un hijo que nació el 6 de abril de 1489). Esta conexión con van Hurter conllevó a que pudiera tener acceso a la Corte y a la aristocracia portuguesa. Así pudo Martin establecerse comercialmente y residir en Faial y logró asistir a su suegro en la administración del territorio.
Martin fue nombrado caballero por el rey Juan II de Portugal, el 18 de febrero de 1485. No se conoce la razón exacta del nombramiento, pero las causas más probables pueden ser la de haber servido como astrónomo y cartógrafo o la de haber participado en una de las numerosas batallas que libraban los portugueses en Ceuta o contra los moros en África.
Es posible que hubiera conocido a Cristóbal Colón durante la visita de este último a Portugal y que llegasen a discutir acerca de un proyecto para el descubrimiento de las Indias por el oeste; este hecho fue relatado por Antonio de Herrera en su Historia General de las Indias; cuando explica el descubrimiento de Colón y sus viajes, añade que Colón «confirmó su opinión con su amigo Martín de Bohemia, un portugués, oriundo de la isla de Fayal, un cosmógrafo de gran criterio».
Miembro de la Junta dos Mathematicos
El rey Juan II fue conocido en varias ocasiones por hacer consultas científicas y técnicas con sabios que eran de su confianza y tenían disposición. Es así que Martin logró pertenecer a la Junta dos Mathematicos entre 1484 y 1485. Su tarea era determinar varios métodos para medir la latitud a partir de la altitud de los meridianos del Sol, debido a que la Estrella Polar que servía de referencia en el pasado, no era útil para los navegantes portugueses que cruzaban el ecuador, ya que dicha estrella no era visible en el hemisferio sur y causaba graves problemas de desorientación.
Según João de Barros, la Junta dos Mathematicos estaba formada por los físicos maestro Rodrigo y maestro Josepe, que era judío; y por Martín de Bohemia, oriundo de ese país y que fue discípulo de Johann Müller Regiomontano, un conocido astrónomo de la época.3
Al final dicha Junta descubrió la manera de navegar mediante tablas de declinación del Sol; los portugueses fueron los primeros en aplicarlas. Este método tuvo bastante aceptación: sería utilizado por varias décadas, ya que los cálculos eran más versátiles en comparación con el astrolabio.
Viaje a África
Existen dos referencias en las cuales se habla que Martin participó como navegante y cartógrafo en un viaje a África. La primera es el mismo globo terráqueo, que diseñó años después; la segunda se encuentra en el Liber Chronicarum Secunda Etas Mundi, compilado originalmente en latín por Hartmann Schedel y publicado el 12 de julio de 1493 (justo durante la partida de Behaim de Núremberg), traducido al alemán por Georg Alt, escribano del pueblo. El original fue escrito con letra legible, sin embargo el texto que refiere a Martin fue añadido en el margen, con una letra más corrida; en la traducción al alemán dicho texto aparece íntegro. Esto prueba que la información fue escrita por el editor después de haber completado la obra en latín pero antes que Alt lo tradujera; esto puede significar que el mismo Martin haya aportado dicha información al libro.
Según estas referencias, en 1484 el rey Juan II despachó dos carabelas comandadas por Diogo Cão y por Martin Behaim,1 cuyo objetivo era recorrer el continente africano. Negociaron con la tribu wólof y con los habitantes de Gambia, navegaron al este y llegaron a las islas de Guinea, incluyendo la Ínsula Martini. Lograron cruzar el ecuador, y siguieron navegando hacia el sur, hasta los 37º de latitud sur, alcanzaron el cabo del monte Negro, en el extremo meridional de África, donde el 18 de enero de 1485 erigieron una columna de piedra. Doblando este cabo navegaron otras 260 leguas, hasta el cabo Ledo, desde donde regresaron. Se cree que visitaron la tierra del rey Furfur, donde crecía la pimienta. Regresaron a Lisboa después de 19 meses y trajeron granos y especias, entre ellas pimienta y canela; de esta última se decía que fue descubierta más allá de la tierra del rey Furfur.
Aunque realmente no se sabe si estas referencias eran creíbles o eran parte de una glorificación de parte del mismo Martin, lo cierto es que la expedición de Diogo Cão, llegó al poderoso reino de Mani Congo y hasta la desembocadura del río Congo, a 1º 50′ al sur del Ecuador. Cabe también señalar que es conocido que Bartolomeu Dias regresó en 1488 a Lisboa luego de haber doblado el cabo de Buena Esperanza y haber alcanzado el extremo meridional de África. Es posible que Martin no haya querido aceptar dicho hecho, y se refleja en su globo que quiso demostrar que tanto Cão como Martin fueron los que doblaron dicho cabo tres años antes.
Regreso a Núremberg
El Erdapfel, obra de Martin Behaim (Germanisches Nationalmuseum, Núremberg). Erdapfel de Martin de Bohemia de 1492, el globo terráqueo más antiguo que se conserva.
En 1490 Martin dejó Portugal para visitar su natal Núremberg, con el objetivo principal de realizar negocios, aunque en parte también llegó en busca de la herencia que distribuyó su madre, quien había muerto hacía tres años. En ese tiempo Martin logró realizar sus negocios de manera satisfactoria, y tenía pensando regresar a Portugal; sin embargo, Georg Holzschuher, miembro del consejo de la ciudad, le pidió a Martin que le hiciera un favor: este era el de construir un globo terráqueo.
Holzschuher había visitado Egipto y la Tierra Santa en 1470 y tenía interés en el progreso de los descubrimientos geográficos. Fue el que pidió a Behaim si pudiera construir dicho globo, en el que se basarían en los recientes descubrimientos hechos por los portugueses. Martin aceptó dicha oferta y se propuso a hacer dicho instrumento.
La elaboración del globo terráqueo reflejaba todas las tierras descubiertas por los exploradores antes del descubrimiento de América en 1492. El globo, conocido como Erdapfel (literalmente, «manzana de la Tierra») mide 507 mm de diámetro, no indica una red moderna de latitud y longitud pero representa el ecuador, un meridiano, los trópicos y las doce constelaciones del zodíaco. Dicho globo contiene los errores que posee el mapa de Paolo Toscanelli.4 Posee además figuras representativas de los países mostrados y una información corta de estos, incluyen dibujos de figuras de sus habitantes. Actualmente el Erdapfel se encuentra en el museo de Núremberg (Museo Nacional Germano) y se conocen varios facsímiles de este único globo terráqueo.
Carta de 1889 que muestra su efigie y los hemisferios del globo terráqueo de 1492.
Ocaso y muerte
En julio de 1493, después de casi tres años, Martin dejó Núremberg y regresó a Portugal. Existe un testimonio de Antonio Pigafetta,5 el cronista de la vuelta al mundo llevada a cabo por la expedición de Magallanes y Elcano, según el cual Martín de Bohemia dibujó un mapa posterior al globo terráqueo que se conserva, en el cual estaba representada América, con el paso entre el océano Atlántico y el Pacífico. Pigafetta escribió lo siguiente:6 «Si no fuese por el saber del Capitán General, no se hubiese pasado por este estrecho, porque todos creíamos que estaba cerrado; pero él sabía que debíamos navegar por un estrecho muy escondido, habiéndolo visto en un mapa guardado en la Tesorería del Rey de Portugal, y hecho por Martín de Bohemia, hombre excelentísimo» (Antonio Pigafetta, Primo Viaggio intorno al globo).7 Este testimonio está confirmado por Antonio de Herrera, el más prestigioso historiador de Indias, quien relata cómo Magallanes al exponer su proyecto a los Ministros del Rey explicó que el estrecho figuraba «en una carta marina construida por Martín de Bohemia, portugués, natural de Fayal, cosmógrafo de gran reputación» (Herrera, Antonio, Crónica de los hechos de varones castellanos en Tierras de Indias).8 Este mapa se ha perdido, tal vez por contener datos geográficos de carácter reservado, que la corona portuguesa no deseaba compartir con otras potencias marítimas como España o Inglaterra. Algunas referencias indican que Behaim estuvo en la isla de Faial realizando negocios hasta 1506, y después regresó a Lisboa. El 29 de julio de 1507, Martin murió muy pobre en el Hospital de Todos os Santos de Lisboa; las causas de su pobreza son aún desconocidas.
Para saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/03/26/la-representacion-del-mundo-en-1492/
Fue Martin Behaim de Nuremberg [1459-1507] quien construyó uno de los primeros globos terráqueos modernos y, de hecho, su Erdapfel, como él lo llamó, es el globo terrestre más antiguo que se conserva hasta el día de hoy. Globos de esa fecha, e incluso anteriores, ya eran conocidos. Sin embargo, sólo dos globos de una fecha anterior al descubrimiento del Nuevo Mundo han sobrevivido, uno es el Behaim (que está en el Museo de Nuremberg), y el otro, más pequeño, el Laon Globe que se conserva en el Depôt des Planches et Cartes de la Marine, en Paris.
A pesar de los numerosos errores geográficos que delatan el carácter obsoleto de las fuentes empleadas por Martin Behaim, incluso para los conocimientos de aquellos años, la Erdapfel tiene una enorme importancia como trabajo interdisciplinar que refleja la percepción que se tenía del mundo en 1492, antes del descubrimiento de América. En el proyecto coincidieron geógrafos, filósofos, matemáticos, políticos y no se despreciaron las fuentes de viajeros y poetas. Numerosos textos e ilustraciones complementan la información cartográfica, y hacen de este globo un moderno compendio en 3D de los mitos y conocimientos del hombre europeo cuando el humanismo despertaba al renacimiento del pensamiento clásico, poco antes del primer viaje de Colón.
El Erdapfel: de 1492 al globo virtual
por Miguel Ángel Maciá Martínez | may 26, 2017 | IGN, Marcos Fco. Pavo | 0 Comentarios
En 1492, Martin Behaim (o Martín de Bohemia) finalizó el encargo del ayuntamiento de la ciudad de Núremberg consistente en construir un globo terráqueo en el que se reflejaran los más recientes descubrimientos portugueses en África. El globo se fabricó a partir de una esfera reforzada con una estructura interna de madera, a cuya superficie se adhirió un pergamino cortado en husos para que pudiera adaptarse a la superficie esférica. El mapa realizado por Behaim fue posteriormente dibujado sobre el globo e iluminado por el artista Georg Glockendon.
El Erdapfel (literalmente «manzana de la Tierra») es el globo terráqueo más antiguo que se conserva y su interés radica, no solo en su antigüedad (1492), sino en que muestra una imagen del mundo inmediatamente anterior al descubrimiento de América, la cuarta parte del mundo, cuyo conocimiento cambiaría completamente el concepto que la humanidad tenía de su propio planeta.
Behaim, basándose en fuentes similares a las utilizadas por Colón, como el mapa de Toscanelli, nos enseña un continente euroasiático enormemente exagerado en cuando a su longitud (234 o frente a los 131 o reales), lo cual reducía considerablemente la distancia navegable en dirección oeste desde Europa hasta las costas de Zipango (Japón) y Catay (China). De hecho, este globo muestra con bastante aproximación el erróneo concepto del mundo que sostenía Colón y que le animó a embarcarse en su afortunado viaje a las Indias (de no haber existido América, ninguna de sus naves habría podido alcanzar las costas asiáticas).
Si queremos contemplar esta pieza histórica, tenemos varias opciones además de visitar el Germanisches Nationalmuseum donde se exhibe el original. A los diversos facsímiles publicados en papel, se suman los globos virtuales, entre los que destacan el de Marble y especialmente una aplicación para Android, con la que podremos disfrutar de la versión virtual del Erdapfel con interesantísimas opciones, como la de contemplar no sólo el original digitalizado en 3D, sino dos conocidos facsímiles en husos representados sobre el globo, el de Guillany (1853) y el de Ravenstein (1908). También se ofrece la opción de mostrar los contornos reales de los continentes superimpuestos y, de esta manera, comparar la imagen del mundo de Behaim (y muy probablemente, de Colón) con la real.
Mapa de Asia 1492 (Martin Behaim)
Piedras Latte
Piedras Latte
Una piedra latte en Latte Stone Park , Hagåtña , Guam
Una piedra latte, o simplemente latte (también latde, latti o latdi), es un pilar (lenguaje chamorro : haligi) coronado por un semiesférico de piedra capitel (tasa) con el lado plano hacia arriba. Utilizados como soportes de construcción por el antiguo pueblo Chamorro , se encuentran en la mayor parte de las Islas Marianas . En tiempos modernos, la piedra latte se ve como un signo de identidad chamorro y se usa en muchos contextos diferentes.
Historia
La historia de las Marianas previas al contacto generalmente se divide en tres períodos: Pre-Latte, Pre-Latte de transición y Latte. Las piedras Latte comenzaron a usarse alrededor del año 900 dC y se volvieron cada vez más comunes hasta la llegada de Fernando de Magallanes en 1521 y la colonización española, cuando cayeron rápidamente en desuso y fueron abandonadas por completo alrededor de 1700. Se han encontrado piedras latte en Guam y las islas del sur en la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte , incluidas Rota , Tinian , Aguijan y Saipan , así como varias islas pequeñas del norte, como Pagan .[1]
Las piedras intactas se encuentran generalmente dispuestas en pares paralelos de entre ocho y catorce lattes que enmarcan un espacio rectangular.[1] Cuantos más pares haya en la estructura, más altas serán las piedras Latte.[1] Se encontró un arreglo de veinte piedras en la ubicación actual del anexo de artillería militar en el sur de Guam.[2] Si bien ninguno de los primeros visitantes europeos a las islas parece haber hecho dibujos de piedras Latte en uso, varios relatos españoles de los siglos XVI y XVII afirman que se erigieron casas sobre las piedras, y un testigo especifica que se usaron las estructuras en lattes. Fueron utilizados para albergar proas y sirvieron como lugares de reunión de la comunidad.[1] Sin embargo, la falta de evidencia definitiva y consistente significa que todas las teorías están en disputa. Algunos arqueólogos creen que solo los chamorros de alto estatus vivían en estructuras construidas sobre piedras Latte, mientras que otros han propuesto la teoría de que todos los chamorros del Período Latte vivían en estructuras latte, y que la altura y el número de piedras en la estructura indicaban estatus social.[1] Otras estructuras en un pueblo con piedras, que pueden haber incluido cabañas para cocinar, casas para canoas y tabernas para hombres solteros,[1] se construyeron en el suelo, típicamente en un marco en A de postes de madera, a menudo de bambú , con techos de paja de hierba, hojas de coco o hojas de nipa .[2]
Contexto cultural
Los arqueólogos que han trabajado en las Marianas desde el final de la Segunda Guerra Mundial han notado una clara diferencia entre las piedras Latte ubicadas a lo largo de la costa y las ubicadas tierra adentro. Las piedras costeras tienden a colocarse en arena que contiene extensas reliquias de viviendas, incluidos fragmentos de cerámica, huesos de peces y animales, y herramientas de piedra y concha. Los entierros humanos se colocaron dentro de la arena que contenía estos restos arqueológicos, ya sea dentro o cerca de juegos de café con leche. Por el contrario, el suelo en el que se colocan las piedras Latte del interior rara vez tiene un estrato arqueológico o un entierro asociado. La implicación es que los sitios Latte continentales fueron ocupados temporalmente, y tal vez hubo un cambio en la práctica del entierro en el Período Latte posterior. [aclaración necesaria ].[1]
En los siglos XVIII y XIX, los viajeros a las Marianas solo notaron Lattes en áreas abandonadas, donde aparentemente se habían dejado después de que una enfermedad introducida por extranjeros diezmara a la población chamorra. En los tiempos modernos, las piedras Latte son un símbolo de la identidad chamorro y se encuentran en una amplia variedad de contextos gubernamentales, comerciales y personales. Los lattes de concreto a veces se incorporan en nuevos edificios, mientras que los residentes de las Marianas a veces incorporan piedras latte reales en el paisaje alrededor de sus hogares.[1]
Una piedra Latte aparece en las monedas de un cuarto de dólar estadounidenses tanto para Guam como para las Islas Marianas del Norte. Los escudos de carretera que marcan las carreteras de las Islas Marianas del Norte superponen el número de ruta en un contorno blanco de una piedra Latte.
Antiguo Período Chamorro
El Antiguo Período Chamorro 1500 a.C. – 1521 d.C. Saipán, Tinian, Rota y Guam fueron colonizados por primera vez hace aproximadamente 3.500 años por los ancestros marineros del pueblo chamorro moderno que partieron de puntos en la isla del sudeste asiático, lo que convirtió a las Marianas en el primer grupo de islas en el Pacífico Remoto en ser habitado. La sociedad chamorra estaba formada por clanes matrilineales en los que las mujeres jugaban un importante papel de liderazgo en la vida cotidiana. Los pueblos antiguos eran hábiles pescadores y horticultores que vivían en aldeas tanto en la costa como en el interior. Los chamorros cultivaban ñame, taro, fruta del pan, plátano, coco y arroz y capturaban una amplia variedad de peces pelágicos y de arrecife, incluido el gran y poderoso marlín. Hicieron vasijas de cerámica con arcilla local, herramientas, adornos y armas de concha, hueso y piedra, y veneraron los espíritus de sus antepasados. Historias, leyendas y genealogías se transmitían de generación en generación en canciones, cuentos y cánticos que a menudo se relataban durante los concursos festivos. Hace alrededor de 1000 años, los chamorros comenzaron a construir sus casas sobre dos hileras paralelas de columnas y capiteles de piedra, conocidas localmente como latte. Los mayores ejemplos de estos monolitos de piedra son la famosa Casa de Taga en Tinian y la cantera de café con leche en As Nieves en Rota. Los chamorros también construyeron y navegaron gráciles canoas con estabilizadores que los exploradores europeos más tarde llamarían “Flying Proas” debido a su velocidad y maniobrabilidad. Estos fueron utilizados para la pesca y para el transporte entre islas.
Construcción
Las piedras latte se han hecho de piedra caliza , basalto o arenisca . Los pilares típicos varían en altura de 60 centímetros a tres metros y generalmente se estrechan hacia la parte superior.[1] El pilar normalmente se extraía y luego se transportaba al sitio de construcción. Para los lattes de tamaño pequeño a mediano, la piedra angular era una gran cabeza de coral hemisférica que se recolectaba de un arrecife . En cambio, los enormes capstones encontrados en Rota se extrajeron de cantera, al igual que los pilares.[2]
En Oceanía, la piedra latte es exclusiva de las Marianas, aunque los megalitos de diferente construcción y propósito son comunes a las culturas oceánicas. Similitudes entre la piedra latte y los postes de madera fabricados por el pueblo Ifugao en Filipinas Se han señalado, sobre los que construyen almacenes de arroz. Los capstones redondeados ayudan a evitar que las ratas trepen por el pilar. Una construcción de poste de madera similar parece estar representada en un relieve tallado en Borobodur , Java . [1] lo que ha llevado a un erudito a presentar la teoría controvertida de un intercambio cultural prehistórico entre las Marianas y Java.[2]
Las piedras latte variaban mucho en tamaño. Los más pequeños tenían varios pies de altura. El café con leche más grande que aún está en pie mide 16 pies (5 m) de altura y se encuentra en Tinian en House of Taga . En Rota , el café con leche extraído de una cantera habría tenido una altura de 25 pies (8 m) si se hubiera erigido. El eje más grande que se encuentra aquí pesa 34 toneladas , mientras que la tapa más grande pesa 22 toneladas.[3]
La Casa de Taga en Tinian , 1902
House of Taga – Tinian, Northern Mariana Islands
Reconstrucción de estructura de piedra latte
Las 7 maravillas de la Antigüedad
Las 7 maravillas de la Antigüedad
Las llamadas siete Maravillas del Mundo Antiguo, son una serie de obras arquitectónicas o escultóricas que de por sí, representan algo único y singular y eran admiradas por historiadores y pensadores de la antigua Grecia.
Durante sus viajes, los más célebres historiadores antiguos, mencionaban lugares, edificios o esculturas destacaban por su belleza y esplendor.
Aunque han sido varios los listados a lo largo de esa lejana época, se decidió hacer una lista de siete monumentos, dado que siete era el número perfecto para los helenísticos.
Estas maravillas fueron nombradas formalmente por Filón de Bizancio en el S.III a.C, en su libro llamado << De septem orbis miraculis>>, que no nos ha llegado completo, dado que se quemó en el incendio de la Biblioteca de Alejandría.
Las maravillas elegidas, no rebasaban la zona del Mediterráneo, mundo para ellos conocido, por ello no se incluyen construcciones megalíticas de Asia o de América.
La lista que hoy manejamos, que nos viene dada por legajos de la Edad Media, nos muestra los siguientes, de los cuales solamente uno sigue en pie y de los demás sólo sabemos a través de grabados, escritos, etc.
Conocer más y ampliar datos en:
https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_maravillas_del_mundo_antiguo
A principios del S. XXI, y después de varios intentos, mediante votación popular y diversas consultas, se seccionaron y publicaron: Las 7 maravillas del mundo moderno, Las 7 maravillas de la naturaleza, y otras. Generalmente no hubo un consenso unánime.
- La pirámide de Keops
Precisamente la única que podemos admirar en la actualidad. La pirámide más grande de las tres principales que podemos admirar en Gizeh, junto con la de Kefrén y Micerinos.
Su fecha de construcción data del S.III a.C y cuenta con 146 metros de altura.
Fue la tumba del Faraón Keops, y en su momento estaba recubierta de blanca piedra caliza lo que la hacía deslumbrar bajo el sol.
Las piedras que la forman, más de dos millones, pesaban 2 toneladas y medias, y fueron colocadas con una gran precisión, sobre todo en el interior, donde secretamente se dispondría la tumba del faraón. Precisamente en el interior, fueron halladas varias galerías falsas, dispuestas para que los ladrones no llegasen a la cámara funeraria, y evitar así, que la tumba fuese saqueada y la momia “molestada”.
Encontramos en su interior dos cámaras principales, la del rey y la reina, y la llamada cámara subterránea.
La pirámide en general está construida con gran precisión y perfección, tales que, aún hoy en día, no se ha llegado a una conclusión fiable de cómo la construyeron, y es lógico que en su tiempo y posteriormente, fuese admirada e incluida en la lista.
A día de hoy, parece que aún no ha desvelado todos sus secretos, pues las últimas investigaciones sugieren que puede tener más pasadizos ocultos aún por descubrir.
- El mausoleo de Halicarnaso
Propiamente dicho, deberíamos hablar del Templo de Mausolo, pues es precisamente a partir de aquí, que los templos dedicados a los difuntos se llaman mausoleos.
Se construyó en la antigua ciudad de Halicarnaso, donde actualmente se encuentra la ciudad de Bodrum, en Turquía.
Mausolo de Caria, fue un rey sátrapa, de esta pequeña región de Asia Menor, y Halicarnaso era la capital de la misma. Se dice que la ciudad era hermosa y que el rey junto a su esposa, se habrían fijado en las artes griegas para construir cada nuevo rincón de la capital.
Entre las construcciones, los reyes, planeaban levantar una gran morada para el descanso eterno.
Al morir Mausolo antes que su esposa, en el año 353 a.C. es ella quien comienza a construir el monumento funerario, falleciendo tan solo dos años después.
Para su construcción, se llamaron a los mejores artistas de la época, Scopas, Pyteo, Bryaxis, Leochares y Timotheus, y se estima que midió unos 45 metros de altura, estando situado en lo alto de una colina.
Estaba dividido en tres partes, un podio de planta cuadrangular, una columnata intermedia con 36 columnas, y un cuerpo piramidal que terminaba con una cuádriga en su punto más alto.
Todo estaba cerrado por un patio y unas escaleras, donde se disponían estatuas con formas de león, y alrededor del templo, varias figuras humanas. Guerreros vigilaban la tumba en casa esquina.
El material utilizado fue el mármol blanco.
Ruinas del Mausoleo
Los datos precisos de los detalles del templo, nos han llegado por las descripciones de Plinio el Viejo, pero también la obra es nombrada por Pausanias, o Vitrubio.
Todos describen el monumento como un templo de grandes dimensiones, que destaca por su belleza y singularidad.
Posteriormente aparece nombrado por Eustacio en el S.XII, que dice que es una maravilla, lo que nos da a entender que todavía permanecía en pie en esa época. Las hipótesis afirman que fue destruido en el S.XIII en un terrible terremoto.
En el S.XV, los caballeros de la Orden de Malta, llegaron al templo y constataron que estaba en ruinas, por lo que levantaron cerca su castillo, que hoy en día sigue en pie en la ciudad de Bodrum, es frecuente visita entre los turistas, se conservan los cimientos del monumento funerario y alguna piedra que fue intercalada entre las nuevas del castillo.
Además pequeños restos del antiguo templo se encuentran en un museo en el interior, y parte de los frisos en el Museo Británico, uno de ellos refleja una escena de griegos luchando contra las amazonas.
Frisos en el Museo Británico
- El coloso de Rodas
Situado en la ciudad de Rodas, una isla del Mar Egeo, fue una escultura de tamaño megalítico que se disponía en este importante puerto pesquero, y que conmemoraba la victoria en la batalla que los rodios, habían ganado contra los macedonios.
Representaba al dios Helios, contaba con 32 metros de altura, más los 15m del pedestal en el que se sostenía, por lo que, para hacernos una idea de su tamaño lo podemos comparar con la Estatua de la Libertad.
Hacía las funciones además, de faro.
Estaba dispuesto de tal manera que los barcos podía pasar por debajo de sus piernas, o al menos eso se cree (varios son los que afirman que estaba con las piernas juntas, pues no es realista que se sostuviese de esa manera, y menos en unos tiempos en los que la ingeniería apenas estaba desarrollada).
Su artífice fue Cares de Lindos que la habría levantado ca. 292 a.C. en acero y piedra, recubierta de bronce (se usaron más de 200 toneladas).
Pero, ¿Cómo un coloso así pudo ser construido en aquella época?
La manera de hacerlo se basaba en hacer un armazón de madera sobre el que se disponían las placas de bronce, y un montículo de tierra que iba subiendo desde los pies a la cabeza para poder acceder a todas partes. En el interior del armazón de madera, se metieron además piedras, para asegurar que aguantaba con el peso.
Los rodenses fueron unos de los mayores productores de bronce de la antigua Grecia, y contaban con grandes fundiciones en la ciudad, con las que hacían diferentes piezas por el procedimiento de la “cera perdida”.
Le llevaría 12 años levantarla, y tan solo durante 50 se mantuvo en pie, pues en el 224 a.C un terremoto hizo que se partiese desde las rodillas, cayendo la parte superior, que se mantuvo en el suelo, y allí mismo era también admirada como una maravilla.
En el S. VII con la llegada de los musulmanes, desaparece para siempre, las piezas fueron separadas, algunas fundidas y otras exportadas a países orientales donde fue vendida por partes.
En la época era la escultura más grande que jamás se había visto, y esto hizo de ella que se incluyera en la preciada lista de maravillas.
Con el propósito de que los marineros llegasen a puerto, se levantó esta torre, en la isla de Pharos, y es de aquí precisamente que comienza a llamarse faros a este tipo de construcciones.
Sita en el reino de Alejandría, en el Antiguo Egipto, se estima se habría hecho entre el 247 al 280 a.C.
Al igual que el Coloso de Rodas, contaba con una altura que la hacía la más elevada de la tierra conocida, con casi 140 m.
Se comenzó construir años después de la muerte de Alejandro Magno, ya con los Ptlomeos en la región.
Consta de tres secciones: una base cuadrada, una sección octogonal central, y una parte superior circular coronada por una estatua de Zeus. En ella se disponía un espejo, que reflejaba la luz solar durante el día, y el fuego que encendían por la noche, en el horno que allí se disponía.
Estaba recubierto de fina piedra caliza blanca.
La descripción del faro, nos ha llegado no por antiguos escritores griegos, si no por un árabe del S.XII: Ibn al –Sayg.
El faro fue dañado durante los terremotos en los siglos posteriores, e incluso en parte, destruido por árabes que pensaban que bajo sus cimientos se escondía el tesoro de Alejandro Magno.
Finalmente en el S.XV fue destruido en su totalidad por un sultán para levantar una mezquita.
En los últimos años el interés por el faro ha vuelto a resurgir y las investigaciones sugieren que hay restos del mismo bajo agua, tema que está siendo estudiado por la UNESCO, pues son numerosos los restos que hay debajo de la zona, las investigaciones continúan a día de hoy.
Hallazgos arqueológicos en la bahía de Alejandría
- Los jardines colgantes de Babilonia
Nos encontramos ante la “maravilla” más controvertida, pues a día de hoy, no se tiene constancia fehaciente de que hubiesen existido, ni de que se hallasen en Babilonia, pudiendo ser quizás fantasía de escritores, entonces, ¿Fueron los jardines mito, o historia?.
La hipótesis más conocida es la que cuenta que los jardines fueron construidos por el rey Nabucodonosor II, que se los regaló a su esposa en el S. VI. a.C, se trataría de una edificación escalonada, formada por terrazas con grandes piedras en las que se disponía árboles y flores, que eran regados por un sistema hidráulico sin precedentes en la época.
Otras de las teorías más manejadas es que los jardines fueron construidos en el S. IX por la reina Asiria Semiramls.
Sea como fuere, tales jardines fueron descritos por Filón de Bizancio, en el S. III a.C :
<<Crecen allí los árboles de hoja ancha y palmeras, flores de toda clase y colores, y, en una palabra, todo lo que es más placentero a la vista y más grato a gozar. Se labra el lugar como se hace en las tierras de labor y los cuidados de los renuevos se realizan más o menos como en tierra firme, pero lo arable está por encima de las cabezas de los que andan por las columnas de abajo.>>
Otros fueron los escritores de la época que alabaron la belleza de estos jardines, pero parecían más bien hablar de un jardín oriental, algo más romántico que certero.
En cuanto a su desaparición de los mismos, las circunstancias son las siguientes: primero Babilonia cayó en poder de los persas, pero éstos respetaron completamente la ciudad y no la dañaron, sin embargo, en el año 125 un incendio reduce la ciudad a cenizas, poco antes de la llegada de Alejandro Magno.
De todas formas no nos ha llegado nada, ni dibujos, ni descripciones precisas, ni contamos con ningún resto, por lo que ésta es, sin duda, de las siete maravillas, la más misteriosa.
En el año 2013, un estudio de la Universidad e Oxford en Inglaterra, capitaneado por Stephanie Dalley, aseguró haber encontrado los cimientos de esta maravilla en lo que correspondería a la antigua ciudad de Nínive, negando así que los jardines fuesen levantados por Nabucodonosor, y si por Senaquerib, monarca asirio que vivió cien años antes .
Actualmente se encuentra en la peligrosa ciudad de Mosul. Ha llegado a esta conclusión después de 20 años de investigación y le gustaría excavar la zona, pero en estos momentos y debido a la situación del país, parece imposible.
- El Templo de Artemisa en Éfeso
Situado en la antigua Éfeso en Asia Menor, a 50km de la ciudad de Esmirna, al sur de la actual Turquía, fue mandado construir en el s.VII a.C por el rey Creso de Lidia, y estaba dedicado a la diosa de la caza Artemisa (Diana para los romanos).
Según escritos de Plinio el Viejo, tardaron 120 años en terminarlo.
Se trataría del templo central y más grande de un recinto en los que se disponían otros pequeños templetes.
En el centro del templo, se disponía una estatua de Artemisa de 2m de altura, hecha en madera y recubierta de plata y oro.
El templo en si, era pequeño, pero estaba rodeado de numerosas columnas jónicas alzadas sobre un gran basamento, al que se accedía a través de una gran escalinata. Cada columna (sumaban 127) medía unos 20 metros, así que nos podemos imaginar la grandiosidad del conjunto.
Destacaban los relieves de la mitad inferior de las columnas, así como los que se hallaban en los frisos y frontones de la misma. Algunas esculturas de las que se hallaban en el interior fueron talladas por Fidias o Policleto.
Comparación aproximada del Partenón de Atenas con el Templo de Artemisa en Éfeso (este último es el de la izquierda, en la imagen).
Era un lugar de culto y centro cultural de la época, que llegó a hacer las funciones de banco.
Su destrucción de debe en gran medida a un incendio acaecido en el 356 a.C, y, que según se dice, fue provocado por Eróstrato, siendo ordenada su reconstrucción por Alejandro Magno poco tiempo después.
Pero los godos lo destruyeron y saquearon en el 262 y lo poco que quedó fue cayendo en ruina.
A día de hoy tan solo quedan unas pocas piedras para recordar tanto esplendor helénico, pues la mayoría de las que quedaron después del saqueo godo, fueron recogidas por los bizantinos como cantera para sus obras.
En el S.XIX, fueron redescubiertos los restos, y los pocos que quedaban trasladados al Museo Británico, en el lugar original apenas queda una columna, y alguna piedra.
- La estatua de Zeus en Olimpia
La última de las maravillas de la lista nos lleva a una imponente escultura crisoelefantina (es decir, de marfil y oro) que fue realizada por el maestro Fidias en el S. V a. C. y que se encontraba en el templo dedicado al rey de los dioses, en la ciudad de Olimpia, en Grecia (precisamente donde nacieron los juegos olímpicos).
De más de 40 metros de altura, la escultura sedente, ocupaba un trono con detalles en ébano y oro.
El dios, barbado y con hermosa melena, llevaba una estatua de la diosa griega de la Victoria en la mano derecha, y en la mano izquierda un cetro con una figura de un águila imperial.
Era costumbre que los ganadores de los Juegos Olímpicos hicieran una ofrenda a este dios al terminar los mismos, por lo que el templo se engalanaba y se convertía en el centro de la Grecia Clásica.
Fidias era muy perfeccionista, una vez acabada su obra no pareció contento con el resultado y decidió ponerla a prueba.
Se escondió detrás de ella y fue invitando a algunos ciudadanos para que la viesen, observando al mismo tiempo todo lo que sobre ella hablaban.
Algunos criticaban sus facciones, otros sus ropajes.
Días después y habiendo anotado las críticas se dispuso a retocarla para que estuviese perfecta.
Al terminar se dice que pidió al dios que si le satisfacía, le diese una señal, y dice la leyenda que los cielos se abrieron y un rayo cayó del cielo hasta el centro del templo, tomándose esto como aprobación del más temido de los dioses.
Desde aquella su visita era obligatoria para todo aquel que se asomase por los valles de Grecia en sus viajes.
Cuando ca. del 150 A.C, los romanos invaden Grecia, se hacen con muchos de sus tesoros los cuales trasladan a Roma. Pero nada era suficiente. Se dice que Calígula quiso trasladar la estatua de Zeus a Roma y sustituirla por una suya. La leyenda vuelve a contarnos que al entrar en el templo con su estatua, al verla Zeus, soltó una gran carcajada y los soldados huyeron despavoridos.
Más tarde, el emperador Teodosio se dice que si trasladó la escultura hasta tierras bizantinas, pero ningún resto se ha hallado en esas tierras que los corrobore.
Las excavaciones en la zona de Olimpia, tampoco han dado frutos y no se han encontrado restos de la estatua, no sabemos pues, cual fue su último destino.
En el año 2009, se realizó un concurso para denominar las nuevas siete maravillas del mundo, en la que se podían presentar monumentos que así se considerasen, realizados hasta el año 2000.
La iniciativa corrió a cargo del empresario Suizo Bernard Weber.
De todas las que se presentaron quedaron 76 finalistas, de las cuales, por sistema de votación mundial, quedaron en la lista siete: El Coliseo de Roma, el Cristo redentor del Corcovado, Chichén Itzá en Mexico, la ciudad de Petra en Jordania, la Gran Muralla China, el Taj Mahal en India y el Machu Pichu en Perú. La votación estuvo muy reñida. La pirámide de Keops, se quedó como “maravilla honorífica”.
El proyecto fue muy criticado y no contó con el favor de la UNESCO.
El mar de las historias
El mar de las historias
El mar de las historias es un libro francés medio Usuard Rudimentum novitiorum. Su autor, anónimo, fue canónigo de Mello en Beauvaisis; dice que está bajo el patrocinio de André de La Haye, señor de Chaumont. La editio princeps es un incunable.
El título está tomado de una obra latina de Giovanni Colonna titulada Mare historiarum, pero en realidad es la traducción de una crónica universal, el Rudimentum novitiorum, fruto de un trabajo recopilatorio realizado hacia 1470-1474 por un anónimo escribano de Lübeck. Fue en esta ciudad donde se imprimió por primera vez, hacia 1475, por Lucas Brandis.
El Rudimentum comienza en la creación del mundo y termina en 1473. Retoma la tradicional división del tiempo en seis edades. Sus fuentes son la Biblia y los Padres de la Iglesia así como numerosos autores de la antigüedad clásica y la Edad Media. La obra también incluye una treintena de fábulas esopicas, así como una descripción de Tierra Santa y un diccionario geográfico. También hay, añadida por el traductor, una historia de los reyes de Francia recopilada a partir de extractos de las Chroniques de France, hasta la coronación de Carlos VII (1484).
Mer Des Hystoires se hizo para proporcionar una narración visual
Según el artículo de David Woodward de 1985 «Realidad, Simbolismo, Tiempo y Espacio en los Mapas Mundiales Medievales», el mapa mundial de 1491 de Mer des Hystoires es «principalmente para proporcionar una narración visual de la historia cristiana proyectada en un marco geográfico, no para comunicar hechos geográficos o cosmogénicos». Dibujado en un típico patrón medieval T-O, el mapamundi muestra a Jeruselum en el centro del mundo con el Jardín del Edén en el lugar más oriental, en la parte superior, la representación bíblica del Paraíso. Curiosamente, este mapa fue creado durante la época de la exploración, cuando la gente empezaba a darse cuenta de que el mundo era más grande de lo que se pensaba originalmente.
Khara-Khoto (Ciudad negra)
Khara-Khoto (Ciudad negra)
La ciudad abandonada de Khara-Khoto
Coordenas: 41.-45o54o 101-08-42E
La ciudad Eji Nai (lengua Tangut, transcrita al chino como 亦集乃 Yijinai) o Khara-Khoto (Ciudad Negra en idioma mongol).1 fue una ciudad Tangut en la región de Ejin que se encuentra en la prefectura de Alxa, en la parte occidental de Mongolia Interior, cerca del antiguo lago Gashun. Se ha identificado como la ciudad de Etzina o Edzina, que aparece en Los viajes de Marco Polo.
Historia
La ciudad fue fundada en 1032 y se convirtió en un próspero centro del Imperio tangut en el siglo XI. Hay restos de murallas de 9,1 metros de altura y muros exteriores de 3,7 m de espesor.2 Los muros exteriores miden 421 m de este a oeste y 374 m de norte a sur.3
La fortaleza amurallada fue tomada por primera vez por Genghis Khan en 1226,4 pero a diferencia de lo que se piensa, la ciudad continuó prosperando bajo el señorío mongol. Durante el reinado de Kublai Khan, la ciudad se amplió, llegando a un tamaño tres veces mayor que durante el Imperio tangut. Togoontemur Khan concentró su preparación para la reconquista de China en Khara-Khoto. La ciudad se encuentra en el cruce de caminos de Karakorum, Xanadú y Kumul.
En Los viajes de Marco Polo, Marco Polo describe una visita a una ciudad llamada Etzina o Edzina,4 que se ha identificado con Khara-Khoto.56
Al salir de la ciudad de Campichu andas durante doce días, y luego llegas a una ciudad llamada Etzina, que esta hacia el norte, al borde del desierto de arena, y que pertenece a la provincia de Tangut. Las personas son idólatras y tienen un montón de camellos y ganado, y en el país se produce un número enorme de buenos halcones, ambos Sakers y Lanners. Los habitantes viven de sus cultivos y su ganado, ya que no tienen comercio. En esta ciudad se debe preparar para las necesidades de víveres durante cuarenta días, porque al salir de Etzina, se entra en un desierto que se extiende a cuarenta días de viaje hacia el norte, y en el que te encuentras sin vivienda ni lugar de aprovisionamiento.
Marco Polo, Los viajes de Marco Polo, traducido por Henry Yule, 1920
Según una leyenda local de la población Torghut, en 1372 un general mongol llamado Khara Bator2 (en Mongol: Héroe Negro) estaba rodeado por los ejércitos de la dinastía Ming de China. Estos habían desviado el Río Ejin, la fuente de agua de la ciudad que fluía a las afueras de la fortaleza, dejando a Khara-Khoto sin agua para sus jardines y pozos. A medida que pasaba el tiempo y Khara Bator se daba cuenta de su destino, él asesinó a su familia y luego se suicidó. Después de su suicidio, los soldados de Khara Bator esperaron dentro de la fortaleza hasta que el ejército de los Ming finalmente atacó y mató a los habitantes restantes. Otra versión de la leyenda sostiene que Khara Bator abrió una brecha en la esquina noroeste de la muralla de la ciudad y escapó a través de ella. Los restos de la ciudad tiene efectivamente una brecha por la que un jinete puede pasar.
Después de la derrota, y, además, posiblemente por la falta de agua,4 la ciudad fue abandonada y dejada en ruinas.
Exploración
Una pintura de seda de Khara-Khoto, ahora situado en Museo del Hermitage, San Petersburgo.
Los Exploradores rusos Grigory Potanin y Vladimir Obruchev habían oído rumores de que en algún lugar aguas abajo del río Ejin una antigua ciudad estaba esperando. Este conocimiento dio impulso al Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, para lanzar una nueva expedición al Asia Central bajo el mando de Piotr Kozlov.7
Durante la expedición al Asia Central 1907-1909, en 1908, Kozlov hizo el descubrimiento histórico de Khara-Khoto. Con una cena y un regalo de un gramófono a un señor local torghut Beile Dashi, Kozlov obtuvo un permiso para excavar en el sitio, llegando el 1 de mayo de 1908 a las ruinas de Khara-Khoto.7 Más de 2.000 libros, pergaminos y manuscritos en la lengua tangut fueron descubiertos.8 Kozlov inicialmente envió diez cajas de manuscritos y objetos budistas a San Petersburgo, volviendo nuevamente en mayo de 1909 para más objetos. Los libros y grabados en madera fueron encontrados en junio, mientras se llevaba a cabo la excavación de una estupa fuera de los muros de la ciudad a unos 400 m (1.300 pies) hacia el oeste.7
Sir Marc Aurel Stein excavó Khara-Khoto durante su tercera expedición a Asia Central6 en 1917. Los hallazgos de esta investigación fueron incorporados en el capítulo 13 del primer volumen de Stein de Asia íntima.910
Langdon Warner visitó Khara-Khoto en 1925.4
Exploracion
Plano de Khara-Khoto, expedición Aurel Stein
Los exploradores rusos Grigory Potanin y Vladimir Obruchev escucharon rumores de que en algún lugar aguas abajo del río Ejin estaba esperando una antigua ciudad. Este conocimiento dio impulso al Museo Asiático, St. Petersburgo, para lanzar una nueva expedición mongol-esichuan bajo el mando de Pyotr Kuzmich Kozlov.[8]
Mapa de expedición Khara Khoto Kozlov, la mezquita está en la esquina extrema de la izquierda del mapa a las afueras de las murallas de la ciudad, indicado por una forma rectangular con las palabras. En cursiva
Folke Bergman viajó por primera vez a Khara-Khoto en 1927, regresando en 1929 y permaneciendo durante un año y medio en la zona. Hice mapas de Khara-Khoto y la zona del río Ejin, observó atornillas y fortalezas, encontrando un gran número de xilógrafos. Bergman señaló que las visitas de Kozlov y Stein eran superficiales y parte de su documentación publicada era parcialmente incorrecta.[14]
Sven Hedin y Xu Xusheng dirigieron la Expedición Sino-Swedish en las excavaciones arqueológicas del yacimiento entre 1927-31.[5] Después de Hedin, John DeFrancis visitó en 1935.
Otras excavaciones chinas entre 1983 y 1984 de Li Yiyou, Instituto Enmonero Interior de Arqueología, han producido unos 3.000 manuscritos más.[1][1][15] Además de los libros, estas excavaciones desenterraron materiales de construcción, artículos diarios, instrumentos de producción y arte religioso.[16]
Conclusiones
Los hallazgos de Kozlov, unas 3.500 pinturas y otros objetos, están en el Museo del Hermitage, St. Petersburg, mientras los libros y los xilografías están en el Instituto de Estudios Orientales.[5] Estos afortunadamente sobrevivieron al Sitio de Leningrado y algunos de ellos se perdieron hasta su redescubrimiento en 1991,[17] formando la base para la investigación de la lengua Tangut, escrita en escritura de Tangut en años posteriores. Los libros y manuscritos enviados de vuelta a St. Petersburgo por Kozlov fue estudiado por Aleksei Ivanovich Ivanov, quien identificó varios diccionarios de Tangut, incluyendo un glosario chino-Tangut titulado Perla en la Palma (chino: , compilado en 1190.[16]
Además de artefactos escritos, la colección Khara-Khoto en el Museo del Hermitage incluye pinturas sobre seda, principalmente de sujetos budistas en estilo chino y tibetano. Además, también se han encontrado fragmentos de seda murciélago.[18] Un pequeño fragmento de pintura de la pared de barro confirma el uso de cobalto como pigmento en forma de maldad.
Según la curadora de Hermitage Kira Samosyuk, “la mayoría de las pinturas de la colección datan de los siglos XI a XIII, mientras que la mayoría de los fragmentos de porcelana con acristalamiento decorativo cobalto son del siglo XIV. Ninguna pintura es de una fecha posterior a 1378-1387; ningún texto chino más tarde de 1371; no Tangut texto más tarde de 1212. Así parece que la vida de la ciudad cesó en algún momento alrededor de 1380″.[20]
Uno de los rompecabezas de Khara-Khoto es que había un edificio justo fuera de las paredes del castillo. A juzgar por su forma, parece ser una mezquita. Parecía que había musulmanes entre la gente que estaban gobernados por el Tangut. Debido a la creencia politeística de la gente local, los musulmanes construyeron sus mezquitas afuera. Comerciantes de la India y del otro lado del oeste habrían rezado en la mezquita y encontrado alivio después de su arduo viaje a lo largo de la Ruta de la Seda[21]
Imagen de la visita de Aurel Stein. Una tumba (posiblemente una mezquita) en la esquina sureste, vista desde el este, alrededor de 1914.
Khara-Khoto, o ciudad negra en mongol fue fundada en 1032 d.C. como la capital de la dinastía Xia Occidental (1038-1227) y pronto se formó para convertirse en un próspero centro comercial. La ciudad fue capturada por Genghis Kahn en 1226, pero en lugar de destruirla como la Horda de Oro del Khan solía hacerlo a las ciudades capturadas, Khara-Khoto realmente floreció bajo el dominio mongol. Durante el tiempo de Kublai Khan, la ciudad se expandió a tres veces su tamaño original, e incluso fue mencionada por Marco Polo en su viajero por su nombre Tangut de Etzina:
Bajo los mongoles, el pueblo Tangut pudo disfrutar de la existencia pacífica durante casi 150 años, hasta que la dinastía Ming asedió la ciudad en 1372. Nadie sabe exactamente cómo cayó Khara-Khoto, pero la leyenda local afirma que los astutos gobernantes Ming desviaron el río Ejin, la única fuente de agua de la ciudad, que fluyó justo fuera de la fortaleza negando así a las tropas de la ciudad y habitantes del elixir vivificante. Mientras las tropas Ming asfiinaban la ciudad sin necesidad de poner un pie dentro de sus muros, la gente de Khara-Khoto se dio cuenta de que deben tomar una decisión terrible: morir de sed, o enfrentarse a los soldados Ming en combate.
Cuatro de las cinco estupas de la dinastía Yuan ubicadas en la parte superior de la esquina noroeste de las paredes de Kharakhoto.
Ahora todo lo que queda de esta gran ciudad son murallas de 30 pies de altura, unas pocas pagodas de 40 pies de altura, y lo que parece ser una mezquita a las afueras de las murallas de la ciudad, lo que indica que había musulmanes entre la gente que estaba gobernada por el Tangut.
Pilas de ladrillos de barro para trabajos de reparación fuera de la pared sur de Kharakhoto.
El mapa Martellus
El mapa Martellus
Enrique Martelo
Mapamundi de 1489 de Enrique Martelo. Biblioteca Británica.
Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo antes de la restauración. Universidad de Yale.
Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo en una primera restauración. Una restauración mediante técnica multiespectral se realizaría en 2015. Universidad de Yale.
Enrique Martelo Germano, Enrique Martel Germano o, en latín, Henricus Martellus Germanus (probablemente nacido en Núremberg alrededor de 1440) fue un geógrafo y cartógrafo alemán, de nombre Heinrich Hammer que vivió y trabajó en Florencia entre 1480 y 1496.1
En 1484 produjo un códice llamado Insularium Illustratum (“Libro Ilustrado de Islas”), que contenía mapas de una serie de islas dibujadas y pintadas sobre pergamino con una descripción de las mismas en latín.2 El folio 1 comienza con una inscripción sobre la Ilustración de Islas por Henrici Martelli Germani presentando “la totalidad de las islas de los Mares del Mediterráneo“. Es interesante la convención que las montañas estén dibujadas con los colores marrón y dorado, los ríos en azul claro, los bosques tienen árboles en color verde y los mares, en azul oscuro. A las islas, que ocupan la mayor parte del códice, le siguen un mapa de Italia, un original mapamundi que no está reflejado en el citado folio 1, que debió pensar añadir posteriormente y tres mapas regionales. Estas ilustraciones debieron ser añadidas en 1489.1
Alrededor de 1491 dibujó un mapamundi, muy similar a la del globo terráqueo que produciría Martin Behaim en 1492, el Erdapfel. Ambos muestran nuevas adaptaciones del modelo ptolemaico existente, como la apertura hacia el Océano Índico por debajo del cuerno de África. Posiblemente deriven a su vez de los mapas creados alrededor de 1485 en Lisboa por Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón.3
Este mapamundi de Enrique Martelo de tamaño 201 x 122 cm fue donado a la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale en 1962. La mala condición del mapa no dejaba ver los detalles del mismo a los investigadores, hasta que recientemente, en 2015, mediante una técnica de imagen multiespectral ha permitido desvelar texto y detalles, que no se podían observar a simple vista. Todo esto ha permitido deducir que también este mapa pudo influenciar a otros cartógrafos posteriores como Martin Waldseemüller en su mapamundi de 1507. También, los estudiosos de este mapamundi dan por casi seguro que Colón examinaría el mapamundi de Martelo o un mapa muy similar antes de embarcarse en 1492 en el Puerto de Palos hacia las Indias por determinados detalles que indicó en sus escritos Fernando Colón y un miembro de su tripulación, que coinciden con los del mapa.4
El mapa Martellus, el que usó Colón en su camino a América
La Universidad de Yale guardaba un mapa que puede esconder algunas de las claves que hicieron que Colón se decidiera a tomar el rumbo que le llevaría a descubrir el «Nuevo Mundo». Estaba colgado en una pared de la Biblioteca Beinecke del centro universitario. Pero nadie le prestaba mucha atención.
El «mapa de Martellus» llegó a la Universidad estadounidense en 1962, como un regalo de un donante anónimo. Fue diseñado por Henricus Martellus, un cartógrafo alemán que trabajó en Florencia a finales del siglo XV.
Ahora ha sido redescubierto gracias a una restauración exhaustiva. Ha sido realizada por un grupo de investigadores financiados por una beca de la Fundación Nacional para las Humanidades.
Los estudiosos han resaltado la importancia del mapa. Argumentan que podría proporcionar un eslabón perdido en el registro cartográfico en los albores de la era de los descubrimientos.
Así, su trabajo deja a la luz descubrimientos sobre cómo el mundo fue visto hace más de 500 años por los ojos de Cristóbal Colón.
«Siempre es interesante saber cómo las personas conciben el mundo en ese período de la historia», señala el investigador principal del proyecto e historiador especialista en mapas Chet Van Duzer.
El mapa Martellus, el que utilizó Cristóbal Colón en su camino a América (otra versión)
La afortunada idea «equivocada» de Colón
«El siglo XV fue una época en que la imagen del mundo de la gente estaba cambiando tan rápidamente, que incluso dentro de la propia carrera de Martellus, lo que él estaba mostrando del mundo se expandió dramáticamente», añade.
Colón se decantó a tomar rumbo hacia el oeste con la idea de circunnavegar la tierra, pero no sabemos qué le hizo exactamente creer en de este modo daría la vuelta al planeta, con la idea -equivocada-, eso sí, de llegar a la costa de Japón.
Según los expertos, hay una fuerte evidencia de que Cristóbal Colón estudió este mapa y que influyó en su pensamiento antes de emprendiera viaje. «Es casi seguro que Colón examinó el mapa Martellus o un mapa muy similar», afirman.
El mapa ya se conocía, pero su mal estado no dejaba sacar conclusiones. Fuente.
Lo cierto es que escritos del hijo de Cristóbal Colón, Fernando, indican que el explorador había esperado encontrar Japón donde Martellus lo había representado y con la misma orientación.
Es decir, lejos de la costa asiática y con su eje principal corriendo de norte a sur. No hay ningún mapa de la época que sobreviva que muestre a Japón con esa configuración, explica Van Duzer.
Además, según el diario de uno de los miembros de la tripulación de Colón, la expedición creía que estaba navegando a lo largo de cadenas de islas en el sur de Asia, lo que describe la región tal y como se representa en el mapa Martellus.
Una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía
Así, el mapa ahora redescubierto, de difuminados detalles, proporciona una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía.
El mapa, que data de alrededor de 1491 y representa la superficie de la Tierra desde el Atlántico, en el oeste, a Japón, en el este, está salpicado de descripciones en latín de diferentes regiones y pueblos.
Un cuadro de texto visible sobre el norte de Asia describe el pueblo de «Balor», en el que viven «sin vino ni trigo y subsisten con carne de venado». Otro texto descubierto en el sur de Asia describe el pueblo «Panotii», que tiene las orejas tan grandes «que podrían utilizarlos como sacos de dormir».
El texto del este de Asia parece tomado de «Los viajes de Marco Polo». A partir de las discrepancias en la redacción, Van Duzer ha determinado que Martellus utilizó una versión manuscrita de la relación de viaje, no la única edición impresa en latín que existía en ese momento.
La preocupación por África meridional
Quizás las entre las revelaciones más interesantes, dicen los investigadores, esté la preocupación África meridional. Mediante el estudio de los sistemas fluviales visibles y topónimos legibles, Martellus basa su representación de la región en la Egyptus Novelo, que sobrevive en tres manuscritos de la Geographia de Ptolomeo.
Los datos podrían proceder de la información compartida por tres delegados etíopes para el Concilio de Florencia en 1441.
Las nuevas imágenes muestran que la representación de Martellus de África meridional en el mapa se extiende más hacia el este que las versiones conocidas del «Egyptus Novelo».
Esto sugiere que el cartógrafo alemán estaba trabajando desde una versión más completa del mapa que mostró los alcances del este del continente.
Pero hay más anotaciones curiosas. Por ejemplo, un cuadro de texto en el Océano Índico advierte de los peligros de la orca: «un monstruo marino que es como el sol cuando brilla, cuya forma difícilmente se puede describir, excepto que su piel es suave y su cuerpo enorme».
Una fuente esencial para el primer mapa en el que aparece América
El mapa es similar al mapamundi de Martin Waldseemüller, de 1507. Fue el primer mapa que utilizó el nombre «América» para el Nuevo Mundo.
Las imágenes multiespectrales muestran muchos de los textos del mapa Martellus en los mismos lugares que en el mapa 1507 (posterior al descubrimiento de América), lo que confirma que el mapa de Martellus era una fuente esencial de Waldseemüller, según Van Duzer.
Todos estos descubrimientos son el resultado de un arduo esfuerzo. Las imágenes multiespectrales se han procesado mediante un software especial que encuentra la combinación precisa de bandas espectrales para mejorar la visibilidad de texto.
Hasta la fecha se ha descubierto, según los investigadores, alrededor del 80% del texto del mapa, incluyendo algunos textos totalmente invisibles antes del procesamiento.
El equipo se encuentra actualmente descubriendo detalles en la región de Java. Una vez finalizado el proyecto, serán puestos a disposición de los estudiosos y el público en el sitio web de la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale.
Universalis Cosmographia es el primer mapa en el que aparece América.
La imagen también respalda la hipótesis de que el mapa de Martelo fue una fuente importante para dos objetos cartográficos aún más famosos: el globo terráqueo más antiguo preservado, creado por Martin Behaim en 1492, y el mapamundi de 1507 de Martin Waldseemüller, el primero que empleó la denominación «América» para los continentes del hemisferio occidental. (En 2003, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos compró el mapa de Waldseemüller por una cantidad récord de 10 millones de dólares.)
Tras comparar ambos mapas, Van Duzer descubrió que Waldseemüller había copiado libremente textos de Martelo. La práctica era habitual por aquel entonces; de hecho, el propio Martelo parece haber copiado los monstruos marinos de este mapa de una enciclopedia publicada en 1491, una observación que contribuye a la datación del mapa.
Pese a sus rasgos comunes, los mapas de Martelo y Waldseemüller tienen una diferencia clara. Martelo representa Europa y África casi en la esquina izquierda de su mapa, con agua bajo ambos continentes. El mapa de Waldseemüller se extiende más al oeste y representa nuevas tierras al otro lado del Atlántico. Solo habían transcurrido 16 años entre la elaboración de ambos mapas, pero el mundo había cambiado para siempre.
Van Duzer habla con emoción de los descubrimientos en el interior de África: «Es una de las partes más increíbles». Por primera vez hay una información precisa con «ciudades, ríos, montañas en Sudáfrica en el siglo XV», remarca. Según él, la información del mapa proviene de los datos geográficos compartidos por tres delegados etíopes que acudieron al Consejo de Florencia en 1441. Aunque otros tres planos anteriores cuentan algunos detalles del continente, «el mapa de Martellus es el más completo», subraya.
Monstruos misteriosos
Los textos escritos en latín, señala Heyworth, hacen referencia a «información histórica específica» -del Sáhara por ejemplo- y también a fábulas. Algunos cartuchos -como denomina a las cajas de texto- hablan de monstruos como «un pez torpedo», una «orca de piel suave» o una «serpiente» en África. En la zona de Asia, tan pronto aparece una referencia a Tangut; un estado que existió entre el siglo X y XIII en lo que hoy es China, como a los panotii, gente de orejas tan largas que podían usarse como sacos de dormir.
Un tablero de ajedrez. Dadas las proporciones del Martellus (y su antigüedad), el grupo de investigadores y expertos en ciencias de la imagen lo dividieron en 55 casillas y de cada una tomaron imágenes en diferentes frecuencias, hasta 38 en algunos casos. Eso supone más de 2.000 imágenes y tres terabytes de datos analizados desde el año pasado.
El procesador principal de las imágenes -aún se sigue trabajando concienzudamente en ellas-, el profesor Roger Easton del Chester F. Carlson Center for Imaging Science del Instituto de Tecnología Rochester, obtuvo los primeros resultados en días, explica Heyworth, que destaca la precisión del análisis de componentes principales -PCA por sus siglas en inglés- utilizado para revelar la información.
Bandas mágicas
«El mapa de Martellus no es plano, tiene ondas», dice Heyworth, lo que hace más difícil es el proceso de sacar a la luz estos textos escondidos durante siglos. Apasionado en sus explicaciones, describe la herramienta portátil usada para fotografiar el documento: un sensor de 50 megapíxeles monocromo, una lente de cuarzo -«hay sólo cinco en el mundo»- para enfocar ondas de luz más larga, como la infrarroja; dos filtros; y conocimientos para manejar material sensible. Heyworth se refiere a los «palimpsestos digitales», una modalidad de texto sobreescrito sobre un manuscrito, que se puede obtener si no se trabaja bien con las imágenes multiespectrales. Y que además puede dañar los documentos y objetos centenarios.
Mapa de Martellus, básico
Detalle de África
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