Antigüedad
Geoglifos de Lluta
Se ubican a 13 Km. al noreste de Arica. En el valle de Lluta se agruparon estas obras en paneles sobresaliendo las representaciones antropomorfas (hombre gigante y hombre chico de Lluta) con un singular patrón estilístico.
La figura tipo alcanza hasta 50 metros de longitud, posee rasgos formales esquematizados; cabeza de perfil, cuerpo y extremidades de frente. Se asocian figuras de llamas, felinos, monos, sapos, águilas y otros.
La destacada posición de la figura humana junto a los animales señalaría que estos ideogramas sirvieron como sistema de comunicación en función de tráfico regional entre la costa y el altiplano.
Ubicados en el Valle de Lluta, a 10 Km. al norte de Arica, estos geoglifos forman parte de los más reconocidos de toda la zona, dado a su gran número, extensión y antigüedad, que llaman la atención de cientos de visitantes.
El Águila, la Rana, el Gigante, el Hombre Chico y el Pájaro figuran entre los más conocidos de Lluta, característicos por poseer grandes dimensiones que van desde los 30 a los 60 metros de ancho. Todos hechos con la técnica positiva o aditiva y fueron hechos teóricamente durante el periodo de desarrollo local o cultura Arica entre los 1100 y 1400DC. En este caso las figuras se realizaron por acumulamientos de piedras, existen otros denominadas de raspado.
Llama Herders of Tiviliche, Chile
19°32 ‘56.64″ S 69°58’ 4.67″ W
Near Tiviliche, Chile, usted puede encontrar este geoglifo de un par de pastores de llamas y su manada. El pastor de llama gordo a la izquierda agita sus armas, mientras el flaco a la derecha corre con la manada. El geoglifo es probable un producto del Atacameños, y es más de 500 pies de largo de juntando los dos extremos.
Geoglifos de Utah
Ed Payne de Lindon, Utah ha hecho algunos descubrimientos asombrosos usando la Tierra de Google. Una serie increíble de líneas antiguas, círculos y formas ha sido documentada similar a las líneas de paisaje famosas en Nazca, Perú excepto estas líneas existen en el paisaje americano. Los rasgos circulares, y varias formas lineales están relacionados por líneas y ellos parecen ser antiguos en el origen encontrado en posiciones muy remotas en Utah. Muchos de los geoglyphs han sido parcialmente escondidos en la naturaleza y algunas líneas han sido convertidas en caminos modernos. Algunas líneas largas siguen hasta los bordes de altos acantilados donde son repentinamente cortados por una gota vertical.
Especificaciones del geoglyphs:
La anchura de las líneas está entre 7-20 pies de ancho.
Los círculos son no siempre simétricos.
Los círculos están entre 277-330 pies en el diámetro.
Los círculos consisten en 2 y 3 formaciones de círculo.
Los rasgos circulares no son siempre igualmente espaciados en el paisaje.
4 y 6 modelos de línea lineales son generalmente igualmente colocados en el paisaje.
4 y 6 modelos de línea se extienden en el tamaño de 320-400 pies de ancho.
Las numerosas líneas existen lado al lado o dentro de la proximidad cercana el uno al otro sugiriendo que el objetivo principal de las líneas no fuera para el transporte.
Los títulos de imagen siguientes fueron escritos por Ed Payne después de su investigación extensa en las líneas de Utah.
El Gigante de Tarapaca, Atacama
El Gigante de Tarapaca
El Gigante de Atacama, el geoglifo con una representación humana más grande del mundo.
Coordenadas: 19°56’56.63″S 69°38’1.12″W
El equivocadamente denominado Gigante de Atacama es un geoglifo ubicado en el desierto de Atacama en Chile. Su nombre verdadero en castellano es Gigante de Tarapacá. De hecho, el personaje representado corresponde a una antigua deidad denominada indistintamente Tarapaca (sin tilde), Taapaca o Tunupa. Era un dios civilizador que durante su viaje épico desde el lago Titicaca hacia el océano Pacífico. Entre otras cosas, entregaba el conocimiento de la agricultura de esos momentos.
Se puede observar su majestuosidad desde la misma Ruta 15, con su rostro fijo hacia el ocaso de cada día. “El hombre gato”, le llaman algunos por sus rasgos, casi en forma cariñosa. Su cercanía a la carretera lo ha vuelto vulnerable, sin embargo.
Se encuentra en la ladera oeste del cerro Unitas, a 84 km de Iquique. Fue construido en el año 900 por los indígenas nativos de Chile. Es el geoglifo antropomorfo más grande del mundo, con una altura de 86 metros, 115 m hasta la corona y que ocupa un área de cerca de 3000 m².
Si bien todos estos geoglifos se encuentran diseminados en diferentes valles, quebradas y cerros, destaca especialmente el conocido como Cerro Unita. Este emplazamiento se ubica a 84 Km. al noreste de Iquique. Se trata de un cerro-isla con geoglifos monumentales. Aquí se puede encontrar el gigante de Atacama, (tal vez un dios preincaico) figura de un gran humanoide de 86 m de alto y de 3.000 m2 de superficie y otras figuras geométricas de gran tamaño trazadas sobre las laderas oeste y sur de este cerro.
El colosal dibujo en el cerro fue redescubierto entre varios otros geoglifos más en 1967, gracias a las observaciones del sagaz piloto de la Fuerza Aérea de Chile y ex Comandante en Jefe de la Institución, General (R) Eduardo Iensen Franke, volando un avión Cessna 172 Skyhawk, labor en la que estuvo acompañado del arqueólogo Délbert True. Iensen también habría sido un apasionado investigador arqueológico aficionado, y se cuenta que pasó gran parte de su retiro buscando y hallando esta clase de figuras por el Norte Grande de Chile. Trabajos de recuperación y limpieza realizados por expertos, permitieron regresarle nitidez y visibilidad a este conjunto de geoglifos.
La técnica empleada en su confección es de tipo mixta, es decir mediante la acumulación de piedras y “raspado” de terreno. Son un total de 21 figuras, que oficialmente se creen que fueron realizadas por culturas que habitaron toda esta región entre los años 1.000 y 1.400 d. C. como una forma de rendir culto a divinidades locales. Se identifican dos paneles, uno hacia el sur con 12 figuras de forma geométrica y una zoomorfa; el otro panel se orienta hacia el oeste, siendo la figura principal la del humanoide, junto a otras 7 formas geométricas a 100 a 200 m2. A la derecha del “Gigante” se puede apreciar el bastón de mando o báculo. A la altura de las rodillas se observan adornos de plumas.
Y aunque se distingue menos que sus líneas principales, al costado del gigante bajo su brazo izquierdo, cuelga lo que podría ser un mono, animal que no pertenece a la fauna local ni la próxima a Tarapacá, pero sí en las selvas del interior de Perú y de Bolivia, desde donde existían amplias y prolongadísimas líneas de comercio e intercambio hacia estos territorios tarapaqueños.
El cerro tiene otros 20 geoglifos menores acompañando al gigante, la mayoría abstractos y que también decoran ambas laderas del Unitas.
Representaciones humanas, animales y geométricas invaden uno de los parajes más inhóspitos del mundo.
Otro emplazamiento de gran importancia es el situado en el Valle de Azapa. Este grupo de geoglifos se ubican a 4 Km. al sureste de Arica. En Azapa, destacan los paneles denominados La Tropilla y Cerro Sagrado. El primero de ellos lo forma un grupo de camélidos encabezados por dos personajes con apariencia de chamanes, que tal vez representen los espíritus que guían la tropa hacia la costa.
El segundo de estos paneles conserva un conjunto heterogéneo de dos figuras antropomorfas asociadas a otros animales que estarían vinculados a una aldea de colonos Incas altiplánicos, en relación a ritos de la actividad agrícola ganadera.
Además destacan en Azapa, las representaciones gigantescas de dos camélidos en técnica extractiva, contiguos a la aldea de Cerro Sombrero. Esta técnica “extractiva” consiste en limpiar o raspar todos los materiales superficiales, tales como guijarros y rocas de un tono más oscuro, y dejar el nivel más profundo de tonalidad más clara. Otros de los geoglifos se han realizado por la acumulación de piedras volcánicas de color habitualmente oscuro a modo de mosaico, destacando sobre el resto del terreno.
Giant Stone Man (El Hombre Penokee)
A muchos de nosotros nos son familiares las líneas Nazca de Perú o los gigantes de creta de Inglaterra, pero menos conocido – y más cerca a la casa – es la Figura de Penokee de Graham County, Kansas.
Descansando encima de una colina encima del Valle de Solomon River, el Hombre Penokee (o indio cuando él es a veces mandado) consiste de más de 100 piedras en los límites de 6 inchest a más de un pie de ancho. Las dimensiones enteras de la figura exceden 57 pies en la longitud y más de 30 pies de ancho.
Nadie sabe exactamente quién lo construyó o que edad es exactamente. Un examen 1879 por un paleontólogo de Harvard lo comparó con otras figuras de piedra gigantescas encontradas en todas partes de las regiones de llanuras del norte, incluso figuras parecidas a un humano y las ruedas de medicina famosas.
El gigante de Cerne Abbas
El Gigante de Cerne Abbas es una figura de colina situada en las proximidades del pueblo de Cerne Abbas, en el valle del río Cerne, 10 km al norte de Dorchester (Dorset, Inglaterra). La figura también recibe los nombres de Rude Man (“Hombre Rudo”) o Rude Giant (“Gigante Rudo”).
Diseño del Gigante (visto directamente desde arriba).
La imagen mide 55 metros de alto por 51 de ancho. Representa a un hombre desnudo que sostiene un gran bastón de caza de 37 metros. Su cabeza es muy pequeña en relación al resto del cuerpo y su pecho y costillas están bien definidos, pero su rasgo más sobresaliente es sin duda su falo en erección y sus testículos. El Gigante está tallado en la tierra rica en creta (tiza) de una ladera y puede verse bien desde el extremo opuesto del valle o desde el aire. Los surcos que lo componen, que se rellenan con tiza para que el Gigante pueda ser bien visto desde las alturas, miden 30 cm de ancho.
Junto a la cabeza del Gigante, encima y a la derecha, se encuentra un pequeño recinto cuadrado que data de la Edad del Hierro.
El Gigante de Cerne Abbas es una obra antigua, pero no se ha aclarado definitivamente ni el momento en que se realizó ni el propósito que motivó a sus hacedores. Su origen no parece remontarse más allá de finales del siglo XVII, ya que no existe mención alguna al Gigante en los documentos históricos anteriores a 1649, fecha del primer registro que se conoce de la figura. Las teorías que lo asocian a cultos de la fertilidad de la época celta o romana son, pues, muy improbables.
Según los expertos, la teoría con más fuerza acerca del significado del Gigante de Cerne Abbas es que se trata de una representación del héroe de la mitología clásica Hércules. Éste suele ser mostrado con una maza en la mano derecha y una piel de león en el brazo izquierdo, en una postura muy parecida a la del Gigante. La conexión con Hércules se ha visto reforzada por el reciente descubrimiento de los vestigios de una línea, actualmente borrada, que podría representar una piel de animal en el brazo izquierdo del Gigante.
Hoy día se baraja la interesante posibilidad de que el Gigante de Cerne Abbas sea una parodia del líder político inglés Oliver Cromwell (1599-1668). En 1774, el Reverendo John Hutchins afirmó que el Gigante había sido creado por Lord Denzill Holles, el propietario de la colina desde 1642 hasta 1666, para satirizar la ley puritana impuesta por Cromwell. Cromwell era llamado burlonamente el “Hércules de Inglaterra” por sus enemigos. Parece la tesis más sólida, ya que explicaría tanto la inclusión de la figura en los registros durante el siglo XVII como sus vínculos con el héroe mitológico.
El Gigante siempre ha estado asociado en las tradiciones populares de la zona a la fertilidad. Se creía que hacer el amor en el interior de su enorme falo ayudaba a la concepción. Las mujeres jóvenes dormían en él para asegurar un futuro matrimonio. Durante cientos de años ha sido una costumbre local erigir un palo de mayo (gran estaca decorada con flores y coloridas cintas que se planta el 1 de mayo, alrededor de la cual bailan parejas de niños y que está asociada a la pervivencia de antiguos ritos paganos de exaltación de la primavera) en el recinto prehistórico situado sobre la cabeza del Gigante. Grupos religiosos neopaganos veneran actualmente al Gigante como un símbolo de la fertilidad, a pesar de que su origen dista mucho de ser precristiano.
Como el Caballo Blanco de Uffington (figura de colina que existe desde tiempos prehistóricos, tal vez la única realmente procedente del mundo antiguo en toda Inglaterra) y otras imágenes similares, el Gigante de Cerne Abbas ha sido y sigue siendo periódicamente renovado. Ha sufrido daños y ataques en algunas ocasiones. Durante la época victoriana, su falo fue cubierto con tierra porque resultaba inaceptable para la moral de entonces. De hecho, es posible que la actual longitud desproporcionada del falo se deba a la reconstrucción posterior a su cobertura: el ombligo habría sido igualmente tapado y, al reelaborar el conjunto, se habría confundido con el extremo del falo.
Parodias
Silueta promocional de Homer Simpson pintada en 2007 junto al Gigante.
En 1997, alumnos de la Universidad de Bournemouth decidieron crear una “compañera” para el Gigante y realizaron una figura femenina perecedera junto a él. En 2007, para la promoción de la película de Los Simpson en el Reino Unido, se dibujó con pintura biodegradable una imagen colosal de Homer Simpson, en calzoncillos y con un dónut en la mano, al lado del Gigante.
Plato Lalldoff
El plato Lalldoff, una pieza de 4000 años del Nepal, muestra lo que algunos creen que son ovnis con forma de disco. Los extraterrestres, en el borde del plato, se parecen a los “grises” descritos en diversos casos de abducción.
El plato de Lalldoff es un disco y un caracol, lo que representa al Dios Vishnu, el perpetuador.
Hasta donde somos capaces de analizar de afuera hacia adentro este disco incluye un reptil saurio del tipo camaleón, dos pulpos que parecen luchando, un humano, caracteres de lectura, una vagina en oposición a la lucha de los pulpos, otros caracteres y un mono ardilla o mono tití.
La información sobre este objeto circula desde hace unos cuantos años, y siempre se lo señala como una prueba de las supuestas visitas aliens en el Tíbet. También integra el catálogo de oopart famosos, que son aquellos objetos que no clasifican en la historia conocida. Cualquier búsqueda que involucre al disco Lolladof dirá siempre lo mismo: que constituye una prueba de la existencia de vida extraterrestre en nuestro pasado, originario de Nepal, etc, etc.
Lamentablemente en estas reseñas calcadas, unas a otras, pasan por alto un detalle significativo ya que de este disco, sólo se empezó a saber con la publicación de un libro, “Los dioses del sol en el exilio: secretos de los Dzopa del Tíbet”, firmado por Karyl Robin-Evans, editado en 1978. Pero no es lo único. Además de Robin-Evans, el libro llevaba la firma de D.Phil y David Agamon. Valga decir que el relato se presentaba como un testimonio real, de un supuesto profesor inglés, Robin-Evan, quién no solo tuvo este disco en sus manos sino que además conoció el secreto de los Dropas o Dzopas, conviviendo con ellos en una región desconocida del Tíbet.
Casi diez años después, en 1988, se descubriría que la fantástica aventura del profesor inglés, salió de la imaginación de David Agamon, quién dijo haber inventado la historia. Con lo cual el disco Lolladof, no tendría razón de ser, más que la tomadura de pelo de su autor a un público siempre ávido de estos relatos. Sin embargo cuando una narración resulta atractiva pocos quieren dejarla ir, máxime aquellos que se dedican a desinformar a sabiendas de esta ingenuidad que muchas veces la red potencia, por eso desde Crónica Subterránea quisimos repasar este lado oscuro del asunto Dropa, sin descartar “los otros discos”, de los cuales si hay grandes posibilidades que sean una realidad, pero de eso hablaremos más adelante.
Cuando buscaba información para realizar el post, me topé con una entrevista del mayor Robert Dean, que data de febrero de este año, donde en un largo coloquio con la gente del Proyecto Camelot, menciona al disco Lolladoff. Al leer las impresiones de este mayor retirado de la OTAN, que desde hace unos años viene denunciado el ocultamiento extraterrestre por parte de las élites gobernantes, me sorprendió los datos ofrecidos, y que demuestra lo fácil que es caer en las redes de la desinformación cuando no se chequean las fuentes.
Prótesis de Usermontu
Esta radiografía pertenece a la momia de Usermontu, sacerdote egipcio que vivió hace 2.600 años. Se puede observar el tornillo de 22 cms. que une el fémur con la parte inferior de la pierna. No sólo es sorprendente los conocimientos médicos que requiere una intervención quirúrgica de estas características, lo es aun más la propia prótesis, con rosca en los extremos y demostración de conocimientos biomecánicos.
El descubrimiento fue realizado por el doctor Wilfred Griggs, al frente de un equipo de la Universidad Brigham Young, mientras realizaba un estudio del ADN de seis momias egipcias pertenecientes a un museo californiano. En una prueba rutinaria con rayos X observaron que en una de las momias, la del mencionado sacerdote Usermontu, había un objeto alargado en su pierna. Según este investigador, en un primer momento pensaron que debía ser el resultado de un reciente intento de reparar la momia, pero un detallado estudio del artefacto no dejó dudas: era originario del antiguo Egipto.
Analizado cuidadosamente el tornillo en cuestión, mostró detalles sorprendentes del conocimiento médico de la antiquísima cultura egipcia. La pieza proporciona la evidencia de que conocían el empleo de los bordes de la rosca del tornillo para estabilizar la rotación de la pierna. Hasta este momento se ignoraba totalmente que esta técnica formase parte del saber antiguo. El artefacto en cuestión parece haber sido cuidadosamente realizado, según declara el doctor Richard Jackson, cirujano ortopédico deportivo de la mencionada universidad: “el tornillo fue construido con notable conocimiento biomecánico, hasta el punto que en la actualidad todavía podríamos utilizarlo para fijar y estabilizar un hueso.”
Una cuestión que todavía queda por resolver es si el implante del tornillo se realizó en vida del sacerdote o, por el contrario, se trató de una operación póstuma con objeto de preparar al cadáver para el tránsito hacia el más allá. Jackson cree más probable que el autor de la sofisticada operación fuera un embalsamador, aunque es sólo una conjetura. La creencia de los egipcios en una vida después de la muerte, en la que conservarían los mismo atributos que en vida, y para la que habría que preparase momificando los cuerpos, apoyaría la idea de que se reparase el cadáver del sacerdote lisiado
La piedra Dighton
La Piedra Dighton
La conocida como Dighton Rock, es una gran roca (1,5 m de alto, 2,9 m de ancho y 3,4 m de largo, con un peso de unas 40 toneladas) que se encontraba en el río Fall, en Massachusetts, de la que ya en 1680 se sabía que tenía petroglifos (el reverendo John Danforth hizo unos dibujos en su diario). Ya en 1690, el reverendo Cotton Mather, en su obra “The Wonderful Works of God Commemorated” dijo: “Entre las otras curiosidades de Nueva Inglaterra, una de ellas es una portentosa roca, perpendicular a los lados del rio, que cubre buena parte de ella, en la que existe un grabado muy profundo, que ningún hombre vivo sabe cómo ni cuándo fue realizado (…) lleno de caracteres extraños: lo que sugiere los pensamientos extraños acerca de los que estaban aquí antes que nosotros , ya que hay formas extrañas en ese Monumento Elaborado” Se han hecho muchas hipótesis sobre sus probables autores: indígenas de Norteamérica, la más probable y comúnmente aceptada; noruegos, una teoría avanzada en 1837, por Carl Christian Rafn; portugueses, propuesta en 1912 por Edmund Delabarre; y últimamente, en 2004, chinos, propuesta por el escritor inglés Gavin Menzies en su libro de 2002 1421: The Year China Discovered America.
La roca Dighton en el rio Taunton, antes de ser removida para el Museo en 1963
Por desgracia, la teoría Vikinga de la roca fue demolida completamente en 1916 por el fallecido profesor de psicología, Edmund B. Delabarre de la Universidad de Brown. Este señor se compró una casita de verano a una milla de la roca, en 1912, y desde entonces se dedicó a estudiar el tema. Para empezar se dio cuenta de que Rafn había manipulado las inscripciones a su conveniencia. Tras años de estudio, llegó a la conclusión de que eran esencialmente marcas sin sentido, a menudo grabadas en rocas por los indios.
La roca Dighton, fotografiada en 1893, mostrando los petroglifos.
Como psicólogo se interesó en por qué tantos estudiosos habían sido engañados a través de los siglos.
“La roca – declaró – tiene un efecto casi hipnótico sobre los que la estudian con atención”, algo parecido a las manchas de Rorschach.
Pero, el mismo Delabarre encontró un día algo inaudito, un día de 1918. “Bien puede ser imaginado, pero examinando la fotografía por enésima vez… vi en ella de forma clara y sin lugar a dudas la fecha de 1511. Nadie había visto nunca antes, en la roca o en la fotografía, sin embargo, una vez visto, su presencia real en la roca no se puede dudar”. Así que su anterior postura escéptica cambió y llegó a una conclusión de lo mas original: aseguró haber encontrado el escudo blasonado del Reino de Portugal, y las siguiente letras grabadas: Un médico estadounidense-luso, el Dr. Manuel Luciano da Silva, que como historiador e investigador aficionado, también vio y reconoció más tarde la roca en el río, la consideró como una prueba largamente ignorada de que Miguel Corte-Real había estado allí en 1511. Esta prueba son varios escudos en V con cruces idénticas a las utilizadas en las velas de las naos y carabelas portuguesas:
Seth Eastman en la roca Dighton (ca. 1853)
MIGUEL Cortereal
V. DUX DEI IND HIC.
1511.
El significado seria este: “Miguel Cortereal, por la voluntad de Dios, aquí el líder de los indios. 1511″. Esto nos lleva a unas increíbles conclusiones: Miguel Corte-real fue el hijo de un oficial portugués, João Vaz Corte-real, de quien se cuenta que navegó a Terranova y Labrador en 1472, dos décadas antes del primer viaje de Colón. Otro hijo suyo, Caspar, zarpó de Portugal, supuestamente, siguiendo la estela de Colón, con tres naves, en 1501, llegando a costear Labrador, Terranova y Nueva Escocia. Dos de sus barcos regresaron sanos y salvos a casa, pero él se quedó con uno y fue rumbo al sur, para desaparecer para siempre.
Al año siguiente Miguel Corte-real navegó hacia el oeste en busca de su hermano, llegando a Terranova con sus dos buques en 1502. Pero se separaron y también se perdió el barco de Miguel, regresando la otra nave a Portugal.
Delabarre propuso que el tal Miguel Corte-real, tras un naufragio, se acabó uniendo a la tribu local de los indios Wampanoag, y, debido a que poseía armas de fuego y otros equipos, se hizo con el liderazgo. Hacia 1511, sus esperanzas de rescate eran ya muy pocas, así que talló el mensaje en la roca donde se presentaría a las generaciones futuras.
Estas teorías fueron bien recibidas en Portugal, donde llego a ser condecorado Delabarre por el gobierno.
Manuel Luciano da Silva entendió la importancia de este descubrimiento y se convirtió en su moderno paladín, dedicando muchos años de su vida, su considerable influencia y gran parte de su dinero para que la roca Dighton fuera conservada y reconocida como testigo de los hechos históricos. Una vez grabada, la piedra de Dighton estuvo más de 450 años sometida a la acción de los vientos y las mareas. La erosión fue tremenda y la piedra estaba en muy mal estado: cuando la marea subía, cubría casi por completo la roca y, siempre que bajaba, ésta quedaba expuesta a las arenas que llevaban los vientos y que la desgastaban. En invierno, el hielo; en el verano, el sol; y siempre las olas, e incluso los seres humanos que garabatearon cosas allí.
En noviembre de 1952, la «Miguel Corte Real Memorial Society» de Nueva York adquirió unos 200.000 m² de terreno adyacente a la roca para crear un parque. Sin embargo, en 1951 la legislatura de Massachusetts había expropiado la misma superficie para crear un parque estatal. Se adquirió más terreno (Dighton Rock State Park tiene ahora un área de 400.000 m²). En 1963, durante la construcción de una presa o ataguía, los funcionarios estatales retiraron la roca del río para su conservación. Y finalmente en 1973, a instancias de da Silva, la roca fue felizmente conservada: se construyó un pabellón octogonal para albergarla y hoy es el Museo de Dighton Rock, que luego se convirtió en parque estatal (Dighton Rock State Park) y los alrededores de Dighton Rock han sido embellecidos y amueblados con parking e instalaciones para picnic. En 1980, el lugar fue inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos (NRHP).
Da Silva ha escrito dos libros y numerosos artículos, y ha realizado cientos de conferencias para difundir esta información.
Un relato de las distintas teorías sería:
En 1680 John Danforth, un reverendo, hizo unos dibujos de los petroglifos, que se conservan en el Museo Británico. No opinó sobre su autoría.
Ya en 1690, el reverendo Cotton Mather. No opina sobre su autoría.
En 1781, el conde Antoine Court de Gebelin, de París, anunció que había resuelto el misterio: la roca conmemoraba la visita a Massachusetts “en tiempos muy antiguos” de un cargamento de marineros de Cartago.
En 1807 Samuel Harris Jr., un académico de Harvard, declaró que había sido capaz de descifrar en la roca tres antiguas palabras hebreas en letras fenicias: “rey”, “sacerdote”, e “ídolo”… con lo cual proponía que las inscripciones las hicieron los fenicios.
En 1831 Ira Hill, un maestro escuela de Maryland, llegó a la conclusión de que la roca fue grabada en el segundo mes del décimo año del reinado del rey Salomón por una expedición de tirios y los judíos, como la descrita en el Antiguo Testamento.
En 1837 un estudioso danés, Carl Christian Rafn (1795-1864), experto en la historia de los escandinavos, así como ferviente defensor de la idea de que los vikingos habían explorado parte de Norteamérica siglos antes que los españoles. Propuso que en la roca había encontrado las palabras THORFINS NAM y los números romanos CXXXI. Esto se interpreta como “Thorfinn y sus compañeros 151 tomó posesión de esta tierra.” Por desgracia, la teoría Vikinga de la roca fue demolida completamente en 1916 por el profesor de psicología, Edmund B. Delabarre de la Universidad de Brown.
Pero, el mismo Delabarre encontró un día de 1918 algo inaudito, y dijo “Bien puede ser imaginado, pero examinando la fotografía por enésima vez… vi en ella de forma clara y sin lugar a dudas la fecha de 1511. Le adjudicó la autoría a un marinero portugués: Miguel Cortereal. Estas teorías fueron bien recibidas en Portugal, donde Delabarre llego a ser condecorado por el gobierno portugués. Esta teoría, está muy desacreditada en la actualidad, y contó en su momento con importantes apoyos dentro del mundo académico.
Posteriormente un médico estadounidense-luso, el Dr. Manuel Luciano da Silva, que como historiador e investigador aficionado, también vio y reconoció más tarde la roca en el río, la consideró como una prueba largamente ignorada, sosteniendo la misma postura que Delabarre.
Como sea, el misterio sigue sin estar resuelto y aún hoy permanece la incógnita sobre quién o quienes elaboraron los enigmáticos petroglifos. La teoría más reciente es la china, defendida por el autor del libro 1421, el año en que China descubrió América, Gavin Menzies, aunque también hay investigaciones y estudios serios que reabren la hipótesis sobre un origen nativo americano.
Un resumen de algunas de las interpretaciones de los petroglifos Dighton Roca.
Retroexcavadora de Panamá
En 1940 el doctor J. Alden Mason realizó unas excavaciones cerca del pueblo de Penonomé, en el Sitio Conte, provincia de Coclé, Panamá. Estas excavaciones fueron financiadas por el Museo Peabody de la Universidad de Harvard, en las mismas, se desenterraron grandes cantidades de piezas que datan del 900 antes de Cristo, algunas urnas funerarias y pequeños adornos y ornamentos funerarios de oro como escudos, pendientes, brazaletes y collares, pertenecientes a los indios Ngöbe, que por cierto, fueron sacados de Panamá pagando jugosas sumas de dinero al gobierno en turno, desnutriendo a un más nuestro ya lacerado patrimonio cultural. De todas las piezas, hubo una que era bastante familiar con artefactos a las cuales estamos relacionados en nuestro diario vivir, era un supuesto medallón de oro el cual ahora es exhibido con el nombre de “Felino de oro con esmeralda sobre la espalda” tiene unos 11 centímetros de largo, pero lo curioso es que este felino guardaba una extraña semejanza con una retroexcavadora y no al medallón religioso que aseguraban era la pieza, los arqueólogos de aquellos días.
Aunque los arqueólogos declararan que el medallón representaba un animal, fue el reconocido criptozoólogo Ivan T. Sanderson, quién expuso que la pieza en cuestión no se trataba de un simple medallón con características animales, sino de la reproducción de una retroexcavadora o draga mecánica que tenía “características animales”.
Uno de los antiguos artefactos cuya función ha sido reinterpretada por autores contemporáneos es una pequeña figura que fue clasificada como un jaguar de juguete cuando fue encontrada en Panamá hacia los años veinte. Sin embargo, si consideramos la sugerencia de que esta figura es en realidad una máquina excavadora, como nuestros actuales bulldozers, entonces el objeto adopta una apariencia diferente. A pesar de la antigüedad del modelo, los curiosos apéndices triangulares empiezan a parecernos ahora palas de brazos mecánicos. Las ruedas dentadas que están montadas sobre la cola del modelo parece como si fueran a engranarse con cadenas o correas.
A pesar de todas estas conjeturas, los escépticos señalan que la construcción de una excavadora de tamaño normal exigiría unos considerables recursos tecnológicos -para fundir el hierro, por ejemplo, y para fabricar las piezas grandes de la máquina- de los cuales no se ha encontrado absolutamente ninguna prueba.
Los autores que hablan acerca de este invento no dudan en conectarlo con hazañas tan prodigiosas como la construcción de la ciudad «perdida» de Machu Picchu, edificada a 2.100 metros sobre el nivel del mar en los Andes peruanos. Afirman también que seguramente fue necesaria una maquinaria considerable para mover las grandes cantidades de tierra y de piedra precisas para la construcción de dicha ciudad. Pero este argumento tampoco parece tener mucha solidez: es bastante probable que estas grandes proezas no requieran más que una gran fuerza física.
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