Ciudad
Mada’in Saleh
Mada’in Saleh
Yacimiento arqueológico de Al-Hijr (Madâin Sâlih)
Ubicación de Yacimiento arqueológico de Al-Hijr (Madâin Sâlih) en Arabia Saudita
Coordenadas: 26°48′51″N 37°56′51″E
País: Arabia Saudita
Mada’in Saleh (o Madain Saleh) (en árabe: مدائن صالح , madāʼin Ṣāliḥ, “Ciudades de Saleh“), también denominada Al-Hijr (“lugar de la roca”), es una antigua ciudad localizada en el norte de Hejaz (en la actualidad Arabia Saudí, a 22 kilómetros de la ciudad de Al-`Ula (árabe العلا). En la Antigüedad, la ciudad estaba habitada por thamudis y nabateos siendo denominada como Hegra.1
Algunas de las inscripciones encontradas en la zona están datadas hacia el segundo milenio antes de Cristo. Sin embargo, todos los elementos arquitectónicos restantes se fechan al período de las civilizaciones Thamudi y Lihyan.
En 2008, la Unesco proclamó a Mada’in Saleh Patrimonio de la Humanidad, convirtiéndose en el primer lugar de Arabia Saudí en conseguirlo.2
Mada’in Saleh está considerada los segundos restos de la cultura nabatea más importante tras Petra. Nabatae.net indica que 131 tumbas se encuentran desperdigadas a lo largo de 13,4 kilómetros junto con cisternas, murallas, torres, etc.3
Arabia Saudita se cree que ha sido cuidado con los arqueólogos y los científicos que tratan de estudiar sus ruinas antiguas por temor a que sus hallazgos podrían brillar la luz sobre las civilizaciones pre-islámicas que alguna vez florecieron allí.
En los últimos años, sin embargo, los saudíes han aventurado cada vez más a estos sitios y las autoridades son más tolerantes con su curiosidad.
Descrito como el sitio más grande y mejor conservado de la civilización nabatea al sur de Petra en Jordania, Madain Saleh es el primer sitio arqueológico Arabia para ser inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Se encuentra a 320 kilómetros al norte de Medina, la ciudad santa islámica del oeste de Arabia Saudita, y se extiende por unos 15 kilómetros cuadrados.
Según la UNESCO, que incluye 111 tumbas, la mayoría de los cuales cuentan con una fachada decorada, dibujos de la cueva e incluso algunos pre-inscripciones nabateos.
Además, cuenta con pozos de agua de intrincado diseño que sirven como un excelente ejemplo de genio de la arquitectura hidráulica y los nabateos.
Los nabateos habitada por primera vez la zona en el siglo II antes de Cristo, pero su antigua civilización existía ya en el octavo o séptimo siglo AC en los países del Levante, incluyendo el Líbano, Siria y Jordania, y en ocasiones incluso aumentar la diferencia en la península del Sinaí en Egipto.
Conocida antiguamente como Hegra, la monumental “Petra de Arabia Saudí” fue redescubierta por los arqueólogos a finales del siglo XIX
A comienzos del siglo XX, en vísperas de los grandes cambios que pondrían fin al Imperio otomano, el oasis de Madain Saleh, al noroeste de la península Arábiga, iba a sufrir dos pequeñas revoluciones: la llegada del ferrocarril y la de los arqueólogos. Hasta entonces, esta llanura erizada de lomas de arenisca, dominio de la turbulenta tribu árabe de los Fuqara, vivía en un espléndido aislamiento, roto sólo por la presencia otomana y el intermitente paso de los peregrinos camino de La Meca. Los extranjeros no eran bienvenidos, y apenas un puñado de occidentales había osado aventurarse en la región.
El poeta y viajero Charles M. Doughty llegó en 1876 tras haber escuchado a un inspector turco alabar la zona como el equivalente a Petra –la mítica capital de los nabateos, que prosperó en tierras jordanas entre los siglos IV y I a.C.–, pero aún más bonita. Las inscripciones que copió, descifradas por el erudito francés Ernest Renan en 1884, bastaron para demostrar que se trataba de la antigua ciudad nabatea de Hegra, el más meridional de los centros comerciales de Petra en la ruta hacia las Indias, mencionado como al-Hijr en el Corán y por los geógrafos árabes. Desde ese momento, los orientalistas soñaron con una exploración sistemática de Arabia.
Una ciudad de piedra
El 6 de abril de 1907, dos dominicos, Antonin Jaussen y Raphaël Savignac, profesores de la Escuela Bíblica y Arqueológica de Jerusalén, llegaron a Madain Saleh enviados por la Sociedad Francesa de Excavaciones Arqueológicas. Tras partir de la Ciudad Santa el 17 de marzo, atravesaron el río Jordán en Jericó para llegar a Madaba, en Jordania, donde tomaron el recién inaugurado ferrocarril hasta Tabuk. Los 250 kilómetros finales hasta su destino los hicieron a lomos de camello. Durante tres semanas recorrieron la zona, examinando todos los rincones de los macizos de arenisca que salpicaban la llanura en busca de las huellas de la ciudad que había florecido dos mil años antes.
Reloj de sol de piedra arenisca, con inscripción en arameo del siglo I a.C., hallado en Mada’in Saleh.
En ésta y dos expediciones posteriores, en 1909 y 1910, Jaussen y Savignac encontraron una acumulación informe de estructuras de adobe mezcladas con fragmentos de cerámica. Aunque no hallaron viviendas, recopilaron numerosa información sobre la arquitectura funeraria. Gracias al estudio de Petra, ya se sabía que los nabateos usaban los macizos de arenisca para excavar tumbas rupestres cuyas fachadas luego esculpían. En Hegra, los dominicos hallaron los mismos tipos de coronamiento con almenas y frontones de tipo grecorromano. Los más ricos y mejor conservados están en las paredes del macizo conocido como Qasr el-Bint, al este de las ruinas de la ciudad. A diferencia de Petra, durante los primeros siglos de la era cristiana algunos habitantes de Hegra grabaron epitafios con el nombre de los difuntos y las fechas de su muerte, las cuales aportan indicios preciosos para comparar la evolución de ambas ciudades.
Jaussen y Savignac también descubrieron el «lugar santo» de la ciudad, sito en Djebel Ithlib, un macizo formado por una multitud de cimas erosionadas por el viento y situado quinientos metros al este de Qasr el-Bint.
A este lugar santo se accede a través de una estrecha garganta, en cuya entrada se halla una sala rupestre para banquetes (diwan). Nichos votivos con piedras sagradas e inscripciones de carácter religioso jalonan las paredes del desfiladero, que desemboca en un pequeño circo rocoso semejante a un verdadero espacio sagrado al aire libre.
En el siglo VII, el lugar ya estaba abandonado y su ocupación por los nabateos había sido olvidada. Para los árabes de Hejaz, allí vivió otro pueblo, los tamudeos, que usó las tumbas rupestres como viviendas. Circulaba incluso una leyenda, recogida en el Corán, sobre la ruina de la ciudad y la extinción de sus habitantes: el profeta Saleh, enviado por Alá para convertir a los tamudeos, les entregó una camella de leche inagotable, pero éstos mataron al animal, persiguieron a su cría y tendieron una trampa al profeta. Así, Dios envió un gran viento que acabó hasta con el último de ellos. Esta tradición dejó trazas en la toponimia local. El punto de entrada en la llanura de Madain Saleh desde el norte se llama Mabrak en Naqah, es decir, «el lugar donde la camella se arrodilló». Un lugar en el cual generaciones de viajeros han grabado sus nombres en la parte inferior de las paredes.
Nuevos estudios
Las fuentes antiguas dicen poco sobre la Hegra preislámica y sólo la arqueología aporta algo de luz. La expedición de los padres Jaussen y Savignac fue durante mucho tiempo la única fuente de información sobre la antigua Hegra. Sería sólo en la década de 2000 cuando, tras algunas intervenciones esporádicas, se retomaron las excavaciones en el marco de una misión arqueológica franco-saudí. La excavación de numerosas zonas de habitación de la ciudad ya ha demostrado que si bien los nabateos fueron los causantes de la riqueza de la ciudad, no fueron sus fundadores; y también que los romanos se anexionaron el reino nabateo en 106 d.C. Pero Roma no se apropió de esta ciudad situada en el extremo meridional de su imperio.
Según algunos textos del Corán, Al-Hijr fue poblada entre el tercer y cuarto milenio antes de Cristo por los Thamud (Thamudis), quienes encontraron en el lugar un suelo fértil, agua dulce y una ubicación idónea al estar situada cerca de una ruta comercial. Estos textos islámicos señalan también que los Thamud quisieron tallar sus casas en la montaña y fueron castigados por Dios siendo golpeados por rayos y terremotos en la Antigüedad. Esta reputación de lugar maldito ha llegado hasta la actualidad, algo que el Gobierno trata de superar por el potencial turístico de la zona.
Se conoce también la presencia de otro pueblo, los Lyhian (Lehyans), en la primera mitad del primer milenio antes de Cristo por las inscripciones encontradas en lo alto del monte Athleb, desde donde los Lyhians podían controlar los convoys que circulaban por las rutas comerciales. Permanecieron en el lugar hasta que fueron derrotados y expulsados por los Nabateos en torno al siglo I (quizás un poco antes), durante el reinado de Al-Harith IV. Otros historiadores indican que ambos pueblos se convirtieron en aliados. Sea como fuera, tras la llegada de los Nabateos el lugar sufrió un gran movimiento de urbanización. Tomaron Al-Hijr y la convirtieron en su ciudad más importante en el sur, su segunda ciudad tras la capital, Petra.
Emplazada en medio del desierto, emergen unas gigantescas rocas excavadas donde se sitúa la ciudad con unos rasgos arquitectónicos similares a los de Petra. La geología de Mada’in Saleh es idónea para los asentamientos nabateos con sus característicos tallados monumentales en las rocas llenos de inscripciones. En el conjunto arqueológico podemos encontrar palacios, templos y multitud de tumbas. Algunas obras pueden llegar hasta los 16 metros de altura esculpidos en las rocas, incluso encontramos grietas naturales que nos recuerdan al estilo de su ciudad hermana. Gracias además a su emplazamiento y a su escaso turismo, los restos que han llegado hasta nosotros están mejor conservados que los de Petra.
Los nabateos desarrollaron además una agricultura de oasis, cavaron pozos y tanques para el agua de lluvia en la roca. Gracias al comercio y al monopolio que tenían sobre el incienso, la mirra y las especias, el reino nabateo floreció en esta ciudad y se convirtió en un punto clave del comercio entre el norte y el sur del territorio gracias a que estaba situado en la ruta terrestre que llevaba al Mar Rojo.
En el año 106 el reino nabateo fue anexionado al Imperio Romano y la región se convirtió en la provincia romana de Arabia. La ruta comercial pasó de ser de norte a sur a través de la península arábiga a una ruta marítima a través del Mar Rojo. Con la caída del comercio la ciudad comenzó a ser abandonada y la desertificación hizo el resto.
Desde la caída del Imperio Romano hasta la aparición del Islam no se conoce prácticamente nada sobre Hegra en ese período de tiempo. Sólo hay menciones esporádicas de algunos peregrinos camino de La Meca en los siglos posteriores, quienes mencionan Hegra como lugar para la provisión de suministros o agua. En la época del Imperio Otomano, se sabe que se erigieron una serie de fortalezas en Al-Hijr para proteger la ruta de peregrinación hasta La Meca.
Ya en pleno siglo XX, en la década de los 60, el gobierno de Arabia Saudi desarrolló un programa para que las tribus beduinas nómadas se asentaran en Al-Hijr y reutilizaran los pozos de agua ya existentes y las características agrícolas del lugar. Sin embargo el programa duró poco, el reconocimiento oficial de Al-Hijr como sitio arqueológico en 1972 llevó al gobierno a reubicar a estos beduinos más al norte, más allá de los límites de Mada’in Saleh con la finalidad de preservar el lugar. Las excavaciones e investigaciones arqueológicas han sido muy escasas desde 1972 por las leyes del país y no ha sido hasta el año 2.000 cuando por fin se han invitado a diversas expediciones a poder investigar el yacimiento y han podido arrojar algo de luz sobre la inmensa obra realizada por los nabateos.
Un total de 4 necrópolis han sobrevivido al paso del tiempo, las cuales cuentan con más de 130 tumbas excavadas en la roca a lo largo de 13,4 kilómetros, la mayoría de ellas con inscripciones nabateas en sus fachadas. Jabal al-Mahjar, Jabal al-Khuraymat o Qasr al walad son algunos de los nombres que reciben estas necrópolis, donde destaca esta última por tener unas finas inscripciones y la más monumental de las tumbas excavadas en la roca con más de 16 metros de fachada. Además, un total de 2.000 tumbas no monumentales forman también parte del lugar.
Una observación más cercana de las fachadas nos indica el status social de la persona enterrada, el tamaño y la ornamentación de la estructura refleja la riqueza de la persona. El hecho de que la ciudad estuviese situada en una ruta comercial ha influido también en su cultura y se puede apreciar en la decoración de sus construcciones, especialmente en las fachadas, donde se combinan elementos asirios, egipcios, fenicios con los propios nativos. Algunas tumbas tienen también decoraciones romanas e inscripciones latinas de la época en la que el territorio fue anexionado a Roma.
Los interiores de las estructuras son mucho más sencillos, sin apenas decoración y en muchos casos lisos y llanos.
Jabal Ithlib es otra de las construcciones más conocidas. Se trata de un área religiosa cuya característica principal es un largo desfiladero de 40 metros que conduce a la sala del Diwan (una especie de consejo musulmán de justicia) y que recuerda a Siq, el angosto desfiladero que lleva a las ruinas de Petra.
Por todo ello, además del reconocimiento de la UNESCO se le ha dado también el sobrenombre de “La Capital de los Monumentos“.
Guyaju
Guyaju
El Área Escénica Guyaju (Residencia de Acantilado) se encuentra a unos 20 kilómetros al noroeste de la Gran Muralla de Badaling.
Al igual que la Gran Muralla de Badaling, Guyaju también juega un papel muy importante como patrimonio cultural por las distintas leyendas y misterios de la zona.
Las casas cueva de Guyaju (que significa antigua casa del acantilado) se encuentran a unos 90 kilómetros al noroeste de Beijing, China. Fueron habitadas por el pueblo Xiyi durante la dinastía Tang (618-907).
Las ruinas de Guyaju se encuentran cerca de Pekín en China. Son conocidas popularmente como “el misterio de los tiempos” o “los milagros del tiempo”. El conjunto arqueológico es una pared vertical de granito de 10 metros de altura que se perfora con 147 cámaras de diferentes tamaños y formas. Algunas están conectadas entre ellas y otras no. Las cámaras tienen puertas, chimeneas y pasos entre ellas ya que constituía en sí una ciudad.
Hay más de 100 viviendas esculpidas en la ladera. Algunas tenían elegantes columnas de piedra y se disponían en dos grupos de aldeas que se abastecían con el agua fresca de un manantial natural. Además habrían tenido una fachada con estructura de madera y una cubierta vegetal cuando estaban habitadas. Stone candelabros, fogones de piedra, armarios y pesebres en las cuevas, las ventanas y las puertas permanecen como todos los rastros de sus misteriosos habitantes antiguos.
La parte de cueva de las casas varía en tamaño desde 4 m2 hasta unos todavía reducidos 20 m2 (43-215 pies cuadrados). Algunas casas están conectadas perpendicularmente mientras que otras lo están horizontalmente con estrechos pasillos y escaleras de piedra. No se trataba de viviendas primitivas. Algunas muestran restos de salas de estar y camas con calefacción conocidas como kang, un sistema de calefacción central que se remonta 5.000 años antes de Cristo en China y Corea. Millones de personas viven todavía felizmente en casas cueva por todo el mundo
La construcción de estas cámaras no se conoce con exactitud como tampoco la fecha en que comenzaron a ser habitadas o dejaron de serlo. Se estima entorno al año 1000 la etapa en la que estuvieron en pleno uso como viviendas.
Guyaju puede ser considerado como la mayor residencia de acantilado que ha sido descubierta en China. Es realmente asombroso las 147 casas esculpidas directamente en la piedra hechas por hombre se encuentren a lo largo del acantilado de 10 metros de ancho, con una superficie de 100.000 metros cuadrados en total. Los tamaños de las casas tienen diferentes formas y tamaños. Entre todas, la más grande es una de dos pisos y con habitaciones laterales unidas. Algunos investigadores creen que sería la sala de reuniones de los dueños de esta gran residencia del acantilado. Además, todas estas casas de piedra están totalmente equipadas con puertas, ventanas, camas de piedra, estantes de piedra y lugares para cocinar.
Gonur-Tepe
Gonur-Tepe – Turkmenistan
Photo credit: Heritage Institute
If not for Viktor Sarianidi, un controvertido arqueólogo de la antigua Unión Soviética que excava con bulldozers de la vieja escuela en lugar de instrumentos dentales modernos, nosotros nunca podríamos haber sabido de la increíble cultura de Gonur Tepe en Turkmenistán aislado. “Todo el mundo me opone porque solo he encontrado estos artefactos”, él rabió un día. “Nadie cree que nadie vivió aquí hasta que vine!”
“Tepe” medios de la Lomita. En regiones sin árboles, estos montículos indican a los arqueólogos que las ruinas de un asentamiento de ladrillos de barro antiguos pueden estar bajo. En la década de 1970, Sarianidi perseveró sobre el áspero desierto de Karakum para excavar la tierra aparentemente estérilof Gonur, que es un poco más de 59 kilómetros (37 millas) de la ciudad de María.
Él encontró los restos de una ciudad fortaleza y una sofisticada cultura que formaba parte de un grupo de asentamientos que se extiende a través de las llanuras de Asia Central hace unos 4.000 años. Sorprendentemente avanzadas, Gonur contaba con templos, casas, calles, drenes y canales incluso para irrigar los campos y las huertas. Posiblemente la primera ciudad para unir el este y el oeste, Gonur activamente en el comercio con las ciudades distantes. Los residentes eran artesanos que intrincadas joyas de oro, plata y otros metales. Eruditos al principio creyeron que una sociedad tan avanzada no pudo haber existido en esta área para al menos 1.000 años.
Los investigadores occidentales finalmente bautizado como este perdieron civilización “Oxus”, después el nombre griego para el río que atraviesa la región. Pero el misterio perdurable es lo que pasó con esta ciudad y sus miles de personas. Aunque hay algunas teorías, no hay ninguna prueba real. Los registros arqueológicos muestran que Gonur simplemente desaparecieron después de pocos siglos.
‘Tepe “o” depe’ es una palabra turcomana por un montículo y es sinónimo de la palabra “contar”, que se utiliza en el Medio Oriente para denotar montículos o colinas pequeñas. En áreas sin árboles, tales características geográficas a menudo indican la presencia de asentamientos antiguos enterrados formados a partir de estructuras de ladrillos de barro comprimido a través del tiempo por la ocupación humana más tarde y más tarde por tierra en colinas artificiales. Si los tepes contienen restos de asentamientos construidos uno encima del otro, las excavaciones revelan capas de asentamientos que se pueden fechar el uso de modernas técnicas de laboratorio. Las capas más bajas son, por tanto, normalmente las capas de mayor edad.
El mayor de los asentamientos descubiertos en el delta Murgab noreste se encuentran las ruinas llamadas Gonur-Tepe. No hemos leído otras capas en esta excavación a partir de este escrito, aunque se que es muy posible que la menor, mayor, capas esperan a ser descubiertas.
El más grande de todos los antiguos asentamientos descubiertos en el delta Murgab es Gonur-Depe (o Gonur-Tepe. Gonur también se escribe Gonor o Gunar). Gonur se encuentra a unos kilómetros al norte de setenta las ruinas de Merv y unas tres horas en coche de María. El área alrededor de Gonur está escasamente poblada.
El sitio de Gonur ocupa un área de aproximadamente 55 hectáreas y consiste en el complejo principal en la parte norte del sitio y un (130 x 120 m = 1,56 hectáreas) complejo más pequeño hacia el sur.
El complejo sur también se dice que es 3 hectáreas en tamaño y que puede incluir estructuras circundantes.
Una gran necrópolis se encuentra al oeste del sitio. En el centro del complejo norte es una estructura similar a la ciudadela fortificada. Ambos complejos tienen muros de la fortificación. Los muros de la fortificación del complejo son el sur de ancho, de 8 a 10 metros de altura y interespaciados con torres redondas a lo largo de sus lados y las esquinas. Hay cuartos paredes residenciales dentro de las fortificaciones.
Gonur era una ciudad grande para los tiempos y el hogar de miles de residentes. Fue para todos los propósitos prácticos, una ciudad, una metrópolis. La ciudad había diseñado cuidadosamente calles, drenajes, templos y casas. Las personas que cultivan los campos que rodean el cultivo de una amplia variedad de cultivos y productos que incluyen trigo, cebada, lentejas, uvas y otras frutas.
La gente de Gonur también eran comerciantes y probablemente entre los que desarrolló los primeros vínculos comerciales entre el este y el oeste a lo largo de lo que llegó a ser conocido como las Rutas de la Seda. Los buenos comerciantes llevados a ciudades distantes incluidos los fabricados a partir de marfil, oro y plata. Enterraban a sus muertos en tumbas elaboradas llenas de joyería fina y carros con ruedas.
El complejo norte Gonur tenía una estructura central ciudadela similar a unos 100 metros por 180 metros (cerca de 350 por 600 pies) de tamaño y rodeado por una alta muralla y torres. La ciudadela se encuentra dentro de otro gran recinto amurallado. Esta pared tenía bastiones cuadrados y fue a su vez colocada dentro de un gran recinto amurallado cerrado óvalo que incluía una gran cuencas de agua y muchas viviendas y otros edificios.
El arqueólogo Viktor Sarianidi que excavó las ruinas, comenzó una tendencia a llamar Gonur, Margush (o la capital de Margush), un nombre usado por el Achaemenians para Mouru o Merv, un millar de años después de Gonur había sido abandonado. Nosotros preferimos decir que Gonur fue un importante centro administrativo y metrópolis de Mouru, el nombre más antiguo avéstico para la nación.
Sarianidi también identifica la estructura sur como un templo catedral. Dudamos fuertemente esta conclusión para el análisis de Sarianidi tiene numerosos errores de hecho y él no muestra ningún conocimiento real del zoroastrismo, su doctrina y la práctica en la que basa muchas de sus conclusiones. Estos errores y falta de comprensión (o incluso un intento de investigación objetiva) ponga en tela de juicio la credibilidad y veracidad de sus declaraciones sensacionalistas y extravagantes sobre el funcionamiento de las diferentes estructuras dentro de los complejos Gonur.
La evidencia de las excavaciones apunta a la ciudad de Gonur funcionamiento para el tiempo relativamente corto de unos pocos cientos de años después de que fue abandonada por sus habitantes.
Parece que ha sido un reservorio natural o artificial al lado de la ciudad y dentro de sus paredes exteriores. Los campos y las huertas de los alrededores fueron regadas mediante largos canales que los residentes habían abierto de los brazos alimentados por glaciares del río Murgab delta. Dado que los ríos fueron alimentados por glaciares y puesto que los autores no tienen que depender de la lluvia para el riego, los cultivos no fueron amenazados por la sequía.
Además de los canales de agua a los residentes de Gonur habían abierto desde el río para regar sus campos, la ciudad también tenía un sistema de suministro de agua y alcantarillado sofisticado. Aparece el agua que fue traída a la ciudad. La ciudad también parece que dos sistemas de aguas residuales separadas, una para aguas residuales ordinaria y el otro – se sugiere – para el agua que se había utilizado para el lavado ritual de los cuerpos durante los funerales. Teniendo en cuenta otras conclusiones fantásticas y mal informadas acerca de Sarianidi ritos zoroastrianos, hay que preguntarse acerca de la veracidad de esta construcción.
Un artículo publicado por la web de la Agencia de Noticias del Estado de Turkmenistán, cita a Viktor Sarianidi líder de las excavaciones Gonur, como indicando que en la primavera de 2006, su equipo descubrió un gran edificio del templo cerca del palacio central. Sarianidi fecha la construcción y funcionamiento de la estructura de entre finales del 3 al segundo milenio antes de Cristo temprana.
El artículo de la agencia de noticias estatal Turkmenistán describe el edificio descubierto en 2006 como “un edificio monumental notable por las estrictas formas geométricas y diseño arquitectónico brillante. La parte central de la” capilla “(sic), que tiene las paredes a veces 1,5 metros de espesor y orientados estrictamente a los lados del horizonte es de particular interés. Las habitaciones tienen los ángulos complementarios. Los principios de la planificación de algunos bloques arquitectónicos indican los fines específicos del uso del complejo del templo. Por ejemplo, tres habitaciones con pasillos similar a un solo tipo y se corresponden directamente con el diseño arquitectónico construcciones monumentales en el antiguo Oriente”. Observamos que el lenguaje retorcido utilizado en el informe se hace una clara comprensión de su contenido difícil.
En la fotografía de las habitaciones excavadas del “templo” se muestra más arriba, la sala más grande tiene una base circular que el nuevo artículo de la agencia de Turkmenistán describe como un “horno” con una cámara interior y exterior. La cámara interior contenía material quemado presumiblemente residuo del combustible utilizado, pero que el artículo no se identifica. El artículo señala además que las ollas que se encuentran en el entorno de la construcción tenían un revestimiento interno que les hizo resistente al agua, lo que las hace capaz de contener líquidos.
Reconstruction of the Gonur south fortifications at National Museum of Turkmenistan. Photo credit: Kerri-Jo Stewart at Flickr
Como hemos dicho anteriormente, tenemos serias preocupaciones acerca de las conclusiones alcanzadas por Sarianidi algunos de los cuales sabemos que son los hechos. Otros científicos no sólo han fracasado para verificar las afirmaciones de Sarianidi tener restos descubiertos de sustancias estupefacientes almacenados en contenedores dentro de estos “templos” (sic), pero también se han identificado los residuos de las impresiones de las semillas almacenadas dentro de los contenedores, ya que un grano de alimentos.
Sarianidi ha estado obsesionado con la idea de que la función principal del “templo” era apoyar el ritual de la preparación de un narcótico que él describe como el haoma zoroástrica. Se discute el absurdo de esta idea más adelante. También afirma que estos llamados templos de Togolok-21 y Gonur “tenían altares de fuego, así, que siempre se encuentra en lugares secretos dentro de los templos y se oculta detrás de altos muros ciegos.”
Debemos tener en cuenta que los primeros seguidores de Zoroastro no como lo que sabemos construir templos urbanos. En cualquier caso, zoroastrianos no tener en cualquier tiempo templos construidos para producir un narcótico – Nunca. Esta sugerencia es altamente ofensiva para los zoroastrianos.
Reconstrucción del complejo norte Gonur. Tenga en cuenta los muros de protección sucesivas con la más externa que rodea lo que parecen ser las viviendas. Es de esperar que durante un ataque armado, los ciudadanos se han retirado detrás de la seguridad de las paredes de la fortaleza interior, artista desconocido
Excavated Gonur north complex. Photo credit: Black Sands Film
Un sitio de entierro real aparente a Gonur contiene artículos de lujo, un carrito con ruedas de bronce con cubierta, y los restos de un camello. Crédito de la imagen: vario. tzaralunga en Flickr
Ciudad de la Edad del Bronce en el Egeo
Ciudad de la Edad del Bronce en el Egeo
Una gran ciudad de la Edad de Bronce aparece bajo las aguas del Egeo
Sus murallas de tamaño descomunal y forma de herradura datan del tiempo de las pirámides de Giza
Lugar del hallazgo
El gobierno griego anunció ayer que se han hallado los restos de una gran ciudad de la Edad de Bronce sumergida en el Egeo. El ministerio de Cultura, Educación y Asuntos Religiosos anunció que el asentamiento, que data de hace 4.500 años aproximadamente, cubre un área de 5 hectáreas., lo cual revela que se trata de una urbe de bastante importancia.
El hallazgo, producido en la Bahía de Kiladha, en la Península del Peloponeso, ha preservado hasta hoy un espacio superior a una hectárea y consta de estructuras de piedra defensivas, superficies pavimentadas, caminos, torres, piezas cerámicas, herramientas y artefactos asociados al lugar como hojas de obsidiana.
Se han podido estudiar estructuras defensivas, así como pavimentos, calles y caminos, la base de torres, elementos de cerámica, herramientas y un buen número de artefactos de valor arqueológico que nos hablan de la vida que llenaba esta ciudad en su época de esplendor.
Los autores del descubrimiento son los miembros de un equipo internacional de la Universidad de Ginebra y la escuela suiza de arqueología que tiene su sede en la bahía de Kiladha, en la península del Peloponeso. Mientras buscaban evidencias de la que podría ser la ciudad más antigua de Europa, buscaban restos que se remontase hasta 8.000 años. Fue entonces cuando dieron con esta ciudad, mucho menos antigua, pero no menos importante.
Entre los hallazgos destacan unas estructuras defensivas en forma de herradura junto a una muralla lineal, de las que se cree que pudieron ser torres utilizadas para la fortificación de la ciudad. Sin embargo, las estructuras son únicas no habían sido documentadas antes en la Edad de Bronce, que es la datación que se ha podido establecer para estas ruinas.
Tamaño inédito en Grecia
El profesor Julien Beck de la Universidad de Ginebra dijo que los cimientos de esta estructura son de una «naturaleza monumental, no conocidos en Grecia hasta ahora». «La verdadera importancia de nuestro descubrimiento es en parte debida al enorme tamaño de las edificaciones. Debe haber habido una superestructura de ladrillo sobre estos enormes cimientos de piedra. Las posibilidades de hallar este tipo de muros bajo el agua son realmente pequeñas. El tamaño total de la ciudad aún no lo conocemos. Y tampoco sabemos por qué está rodeada de fortificaciones», añadió Beck.
Beck ha explicado que el descubrimiento de la ciudad es importante también tanto por la cantidad como por la calidad de los objetos que se han recuperado, incluyendo piezas de cerámica, del tipo rojo, herramientas de piedra, cuchillos de obsidiana que datan del periodo Heládico (3.200 a 2050 a.C.) De hecho, fueron los fragmentos de cerámica hallados durante un sondeo en la cercana playa de Lambayana los que condujeron al equipo a indagar más y a descubrir la ciudad.
Uno de los arqueólogos mide una estructura de la ciudad
Más de seis mil piezas se han extraído del agua, halladas entre las ruinas, por lo que Beck habla de «un paraíso para los arqueólogos» cuando se refiere al yacimiento. Los cuchillos de obsidiana, según opina el arqueólogo, proceden de rocas volcánicas de la isla de Milos, en el archipiélago de las Cícladas, habitado desde el tercer milenio a.C.
Entre las claves de la época que guardan estos objetos extraídos habrá sin duda nuevos descubrimientos sobre rutas comerciales, comercio y vida diaria en el periodo.
Del tiempo de las pirámides egipcias
Las murallas que se han documentado «son contemporáneas de las pirámides de Giza, construidas en torno al 2.600/2.500 a.C., así como de la civilización cicládica (3.200 a.C.) y los primeros minoicos de Creta (2.700-1.200 a.C.)», afirma Spero News, el medio que ha avanzado la noticia del hallazgo. Sin embargo, preceden en más de mil años a la civilización micénica (1650-1100 a.C.).
La ciudad de la Edad de Bronce que dormía bajo las aguas del Mar Egeo
· Con un tamaño equivalente al de diez campos de fútbol, los arqueólogos señalan que el pueblo encontrado en la Bahía de Kiladna, al sur de Atenas, data de la Edad de Bronce
Un grupo de investigadores del departamento de Antigüedades Submarinas griego, la Universidad de Génova y la Escuela suiza de Arqueología radicada en el país heleno ha descubierto los vestigios de una ciudad de la Edad de Bronce (entre 3.000 y 2.000 a.C.) sumergida bajo las aguas del mar Egeo.
Pavimento dentro de la muralla de la ciudad hallada
Ministerio de Cultura griego
El profesor de la Universidad de Ginebra Julien Beck aseguró al portal Spero Foro que “estructuras defensivas de este tipo nunca se han encontrado antes de este período de tiempo en Grecia”. Además, señaló que la importancia del descubrimiento se debe en parte al gran tamaño que ocupó el recinto: “Debe haber habido una superestructura de ladrillo por encima de una base de piedra, y las posibilidades de encontrar este tipo de muros bajo el agua son extremadamente bajas”.
La investigación se inició en 2014, momento en el que este equipo de arqueólogos andaba tras la pista del pueblo más antiguo de Europa. Esperaban encontrar evidencias de hace al menos 8.000 años, sin embargo han terminado localizando los vestigios de una ciudad del Tercer Milenio a. C. justo debajo de la superficie de la bahía que forma parte del Golfo Argólico, del sur de Grecia.
Según ha anunciado el Ministerio de Cultura griego, los expertos consideran que estamos ante lo que habría sido un asentamiento costero importante hace miles de años, cubierto ahora por el Egeo y a la vista de la cercana playa de Lambayanna. El profesor Beck asegura que el tamaño total de la instalación “aún no se conoce ni sabemos tampoco por qué está rodeada de fortificaciones”.
Fragmentos de cerámica encontrados.
Ministerio de Cultura griego
El equipo de arqueólogos sostiene además que, aunque la antigua economía en ese momento era fundamentalmente agraria, existe una clara evidencia de la innovación tecnológica con la que contaba este pueblo. Un hecho que podría esclarecer datos acerca del comercio, el transporte y la vida cotidiana de la época.
Hasta la fecha, se tomaba como referente de este tipo de ciudades a Lerna, popularizada por la mitología griega porque fue allí donde Hércules realizó sus famosos doce trabajos. Sin embargo, tras este hallazgo, los investigadores tendrán que examinar de nuevo los planos de Lerna, situada en el cercano golfo de Nauplia, puesto que la nueva ciudad descubierta podría servir ahora como nuevo referente.
Si bien el hallazgo no ha respondido correctamente a las expectativas de los arqueólogos, las piezas que encontraron en aguas de la Argólide, en el golfo al sureste de Argos, desvelaron mucho más que los últimos vestigios de una ciudad prehistórica. La misión inicial habrá quedado retrasada por el descubrimiento, naturalmente, pero las recientemente halladas joyas arqueológicas valen la pena.
Ministerio de Cultura griego
Hablamos de una ciudad completamente sumergida en el Egeo, datada en torno al año 2500 a.C. (cinco siglos arriba o abajo), en el Bronce Heládico, y de la que ya han emocionado, entre otras cosas, los tremendos cimientos de las que serían sus murallas, algo que ha llamado la atención no sólo por cuanto implicara la existencia de un sistema de ciudad fortificada en aquella época, sino por la monumentalidad de la construcción y su buen estado de conservación.
Por el momento, además de la documentación sobre los cimientos y el pavimento de las calzadas de la ciudad, se ha podido extraer un buen juego de tesoros: cerámica roja, cuchillos fabricados de obsidiana, un tipo de roca ígnea, y otras herramientas de piedra que se suman a los seis mil objetos que ya se encuentran fuera del agua protectora. Aún no se han podido determinar las dimensiones exactas de la población, pero el tamaño de la fortificación promete una ciudad de tamaño considerable.
Las ruinas de Loropeni
Las ruinas de Loropeni
Sevilla, 26 jun (EFE).- Las Ruinas de Loropeni, que son las fortificaciones mejor conservadas de Burkina Faso, han sido inscritas hoy en la Lista del Patrimonio Mundial, con lo que este país de la zona occidental de África ingresa por primera vez en este catálogo de la UNESCO, según ha acordado su Comité en Sevilla.
Este bien cultural, de 11.130 metros cuadrados, es el primero de este país africano en ser declarado Patrimonio de la Humanidad y, según ha destacado la UNESCO tras inscribirlo el Comité, en él se hallan los impresionantes muros de piedra de la mejor conservada de las diez fortalezas existentes en la zona de Lobi.
Como parte integrante de un conjunto más amplio de cien recintos de piedra que atestiguan la importancia que tuvo el comercio del oro a través del Sáhara, recientemente se ha comprobado que las ruinas de esta edificación, situadas cerca de las fronteras de Burkina Faso con Costa de Marfil, Togo y Ghana, tienen como mínimo diez siglos de antigüedad.
Este asentamiento humano fue ocupado por los pueblos lohron y kulango que controlaban la extracción y transformación del oro en la región durante su periodo de apogeo, entre los siglos XIV y XVII.
Según la UNESCO, quedan muchas incógnitas sobre el sitio porque todavía no se han hecho excavaciones en una gran parte de él, aunque parece que sus habitantes lo desertaron en algunos periodos de su secular historia, hasta abandonarlo definitivamente a principios del siglo XIX, y se espera conocer más por excavaciones futuras.
Las ruinas de Loropeni se encuentran a unos 45 km al oeste de Gaoua a lo largo de la carretera sin pavimentar entre Gaoua y Banfora. Dejando Gaoua en dirección a Banfora, verá la señal que marca la ubicación de las ruinas en el lado derecho de la carretera.
Al subir, verás las imponentes paredes de piedra (volcánicas). La guía le mostrará alrededor de las áreas interiores de la fortaleza al explicar el fondo histórico del sitio. Las excavaciones arqueológicas han producido fragmentos de cerámica, puntas de flecha, huesos de animales y varios especímenes botánicos conservados. La datación del carbono muestra que la fortaleza pudo haber sido construida en el siglo XI. Evidentemente, ha habido varias inhabitaciones del sitio a lo largo de su historia. Algunas presunciones son que era una ciudad de tipo fortificado a lo largo de una antigua ruta de caravanas que jugó un papel en el comercio de oro y que muy bien pudo haber sido utilizada en la trata de esclavos también. Las paredes internas y los restos de pared parecen indicar posiciones de entradas y habitaciones o compartimientos. Según donde se han encontrado artefactos particulares, se presume que había cuartos de mujeres, áreas de tenencia de animales e incluso un depósito de armas para los guerreros que protegían la fortaleza. Más excavaciones y más investigación debe revelar más con el tiempo.
Hay planes para que se establezca un museo, pero esta parte del proyecto aún no ha comenzado. Actualmente, los trabajadores están en el sitio usando arcilla especialmente preparada para fortalecer las áreas de las paredes que están en mayor riesgo de caer.
Es un sitio muy impresionante en términos de sus características físicas naturales, su significado histórico, y su intriga. Un sitio realmente todavía en su estado muy natural, vale la pena una visita si estás en las zonas de Gaoua y / o Banfora de Burkina Faso.
Murallas de Hamadán
Hamadán o Hamedan (en persa: همدان ) es una ciudad en el oeste de Irán, localizada aproximadamente a 400 km al sudoeste de Teherán. Es la capital de la provincia de Hamadán. Su población se estima en 550.284 habitantes (2005), y su altura es de 1.850 m sobre el nivel del mar.
Se cree que Hamadán es una de las ciudades más antiguas del mundo, y la de mayor antigüedad de Irán. Algunos historiadores apuntan al III milenio a. C. como el momento de su construcción, y de acuerdo con las crónicas asirias, data de al menos el siglo XII a. C.
Durante la primera mitad del siglo VI a. C. fue la capital del rey Astiages de Media, según los historiadores griegos, hasta que Ciro II, rey de los persas, la conquistó en el año 549 a. C. (el sexto año del reinado de Nabónido en Babilonia). Su antiguo nombre persa fue Ecbatana (Hañgmatana en persa antiguo, Agbatana según Esquilo, Agamatanu en la Inscripción de Behistún, y escrito como Aga’mtanu por Nabónido).
Es el lugar de nacimiento de Shirin Ebadi, ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2003. También es el lugar donde se ubica la tumba de Avicena.
A mediados del Siglo VII los árabes se adueñaron de Ecbatana, a la que llamaron Hamadán, relegándola a capital de provincia hasta que los sultanes selyucíes la elevaron a capital, ya en el Siglo XII Ecbatana fue invadida por todas las avalanchas asiáticas, mongolas o turcas, debido a lo cual decae notablemente.
Su fama medieval gira alrededor de sus hijos o vecinos Avicena que en él muere y es sepultado y los poetas árabes Al-Hamadani y Bábá Táhir, hijo del célebre `Limar Jayyám.
Arqueología
La ciudad era más rica y más bella que todas las otras ciudades en el mundo, a pesar de que no tenía ninguna muralla de la ciudad, la ciudadela tuvo impresionantes fortificaciones. Esto confirma las palabras de los medos que eran “de Herodoto a vivir alrededor del ‘muro, pero Polibio ofrece las dimensiones más plausible: la circunferencia de la ciudadela fue de 1.300 metros.
También afirma que los constructores utilizaron cedro y madera de ciprés, que fue cubierto con oro y plata. Las tejas, columnas y techos fueron enchapados en plata y oro.
La ciudad tiene un enorme y pintoresco bazar, además de numerosos monumentos, como la tumba del médico y filósofo persa Avicena (980 – 1037) y el Mausoleo de los personajes bíblicos Esther y su primo y protector Mardoqueo.
Un monumento final es el famoso “león de Hamadan”. Se ha argumentado que esta antigua estatua pertenece al monumento funerario de Hefestión.
La campaña contra los medos concluyó con la aplastante victoria de los ejércitos caldeos. Arfaxad había fortificado Ecbatana, su capital, con unas impresionantes murallas de enormes piedras talladas. Treinta y cinco metros de alto y veinticinco de espesor cuentan que medían; dimensiones desmesuradas que inducen al escepticismo, máxime conociendo la afición hiperbólica de las crónicas míticas. Pero por más excavaciones arqueológicas que se hagan nos quedaremos con las dudas, porque Nabucodonosor puso especial empeño en arrasar la ciudad y no dejar el mínimo vestigio de la antaño orgullosa ciudad (5). Arxafad, poco antes de la derrota, huyó con sus más leales cortesanos hacia las cercanas montañas, pero antes de alcanzar refugio, Nabucodonosor y los suyos los alcanzaron en un pequeño valle.
Hamadán actual
Según algunas citas:
En La Biblia – Judit 1:
1 Cuando Nabucodonosor estaba en el año doce de su reinado sobre los asirios en Nínive, su capital,a Arfaxad era rey de los medos en Ecbatana.b 2 Este fue quien construyó una muralla de piedras labradas alrededor de Ecbatana. Cada piedra tenía un metro y treinta y cinco centímetros de ancho por dos metros y sesenta centímetros de largo; la altura de la muralla era de treinta y un metros y medio, y de veintidós metros y medio el espesor. 3 En las puertas de la ciudad construyó torres que medían cuarenta y cinco metros de altura, sobre bases de veintisiete metros de ancho. 4 Las puertas mismas las hizo de treinta y un metros y medio de altura por dieciocho metros de anchura, para que su poderoso ejército pudiera desfilar con su infantería en formación.c ……….
En la Historia del Arte:
Los Estados marítimos de la Grecia asiática fueron satrapías persas; hasta la misma Fenicia, donde la dominación de Nínive no se hizo nunca efectiva, transmitió a Persia, en tiempos de Darío, su soberanía marítima, y por primera vez los ejércitos asiáticos atravesaron los pasos del mar que separaban Asia de Europa.
Las dos primeras capitales del nuevo Imperio fueron Ecbatana y Pasargada, dos urbes que acreditaban ya una larga historia. Ecbatana, por ejemplo, era la primitiva residencia de los reyes medos, y era natural que Ciro y sus sucesores tuvieran empeño en restaurar y habitar la misma capital de sus antiguos aliados, que habían constituido un estado poderoso y de prestigio. Por lo que no es raro que Ciro quisiera establecer la capitalidad del reino en una ciudad que él creía a la altura de sus pretensiones como soberano de un gran estado. Herodoto, que conoció la antigua ciudad de Ecbatana sólo por referencias, hizo de ella una fantástica descripción que ha quedado legendaria en los anales de la historia; en dicho relato insiste sobre sus siete reductos de murallas de distintos colores y aventura las dimensiones de cada uno.
Otros:
Desde las montañas cercanas, Ecbatana se presentó ante los ojos de los romanos como una aparición mítica, semejante a un primoroso bajorrelieve tallado sobre las laderas de verdes colinas por las hábiles y poderosas manos del mismo Vulcano, dios de los artesanos y constructores. Bien protegida por todas partes por las escarpadas montañas de cumbres nevadas resplandecientes bajo el sol como ópalos y topacios sobre el cielo de zafiro, aquella residencia de verano de los soberanos medos, persas y posteriormente también partos carecía de murallas salvo el palacio real, situado en la parte más alta de la ciudadela, rodeada por siete reductos de muros de diferentes colores: blanco, negro, rojo, azul, púrpura, plata y oro.
Más tarde, edificó en aquel mismo sitio un gran palacio con siete reductos de muros que mandó a pintar de distintos colores que simbolizaban el Sol, la Luna y los cinco planetas. Según Herodoto, Deyoces hizo levantar esas murallas por su propia seguridad y como protección de su residencia y ordenó a todos sus súbditos establecerse en los alrededores de la fortaleza. Así nació la ciudad que recibió el nombre de “lugar de reunión” porque todos los monarcas, desde Deyoces hasta Astiages, el último rey de Media derrocado por Ciro el Grande.
Al punto mismo trataron de la persona que elegirían por monarca, y no oyéndose otro nombre que el de Deioces, á quien todos proponían y elogiaban, quedó nombrado rey por aclamación del congreso. Entonces mandó se le edificase un palacio digno de la majestad del imperio, y se le diesen guardias para la custodia de su persona. Así lo hicieron los Medos, fabricando un palacio grande y fortificado en el sitio que él señaló, y dejando á su arbitrio la elección de los guardias entre todos sus nuevos vasallos. Después que se vio con el mando los precisó á que fabricasen una ciudad, y que fortificándola y adornándola bien, se pasasen á vivir en ella, cuidando menos de los otros pueblos: obedeciéndole también en esto, construyeron los Medos unas murallas espaciosas y fuertes, que ahora se llaman Ecbatana , tiradas todas circularmente y de manera que comprenden un cerco dentro de otro. Toda la plaza está ideada de suerte que un cerco no se levanta más que el otro, sino lo que sobresalen las almenas. A la perfección de esta fábrica contribuyó no solo la naturaleza del sitio, que viene á ser una colina redonda, sino más todavía el arte con que está dispuesta, porque siendo siete los cercos, en el recinto del último se halla colocado el palacio y el tesoro. La muralla exterior, que por consiguiente es la más grande, viene á tener el mismo circuito que los muros de Atenas . Las almenas del primer cerco son blancas, las del segundo negras, las del tercero rojas, las del cuarto azules y las del quinto amarillas, de suerte que todas ellas se ven resplandecer con estos diferentes colores; pero los dos últimos cercos muestran sus almenas el uno plateadas y el otro doradas.
Sintashta
Subcategoría: Ciudad Edad de Bronce.
Sintashta (ruso: Синташта) es un sitio arqueológico en la región de Cheliábinsk, Rusia. Se trata de los restos de un asentamiento fortificado que data de la Edad del Bronce, c. 2800-1600 aC, [1] y es el tipo de sitio de la cultura Sintashta. El sitio se ha caracterizado como “fortificado centro industrial metalúrgica”. [2]
Sintashta se encuentra en la estepa, al este de los montes Urales. El sitio se llama así por el río Sintashta adyacente, un afluente del Tobol. El curso cambiante del río a través del tiempo ha destruido la mitad de la ciudad, dejando tras de treinta y una de las casas de aproximadamente cincuenta o sesenta en el asentamiento.[3]
El acuerdo consistía en casas rectangulares dispuestas en un círculo de 140 m de diámetro y rodeado por un muro de tierra de madera reforzado con torres en las puertas y una profunda zanja en su exterior. Las fortificaciones de Sintashta y asentamientos similares, como Arkaim eran de escala sin precedentes para la región de la estepa. Hay evidencia de cobre y bronce de la metalurgia que tienen lugar en cada casa excavada en Sintashta, de nuevo una intensidad sin precedentes de la producción metalúrgica de la estepa.[3] A principios de la cultura de abáshevo, con estilos de cerámica influenciados fuertemente cerámica Sintashta.[4] Debido a la asimilación de las tribus en la región de los Urales, como el Pit-tumba, Catacumba, Poltavka, y el norte de Abashevo en el horizonte Novokumak, parecería incorrecto para proporcionar Sintashta con una puramente atribución aria. [5] en el origen de Sintashta, el Abashevo cultura jugaría un papel importante.[4]
Cinco cementerios se han encontrado asociado con el sitio, el mayor de ellas (conocido como Sintashta mogila o SM) consistió en cuarenta tumbas. Algunos de éstos eran los enterramientos de los carros, produciendo los más antiguos conocidos carros en el mundo. Otros incluyen sacrificios de caballo -hasta ocho en una sola tumba- armas diferentes de piedra, cobre y bronce, plata y oro y adornos. El cementerio SM está cubierto por una gran kurgán de una fecha un poco más tarde. Se ha observado que el tipo de sacrificios funerarios evidente en Sintashta tiene fuertes similitudes con los rituales funerarios descritos en el Rig Veda, un antiguo texto religioso de la India a menudo asociados con los proto-indo-iraníes.[3]
Las fechas de radiocarbono del asentamiento y cementerios abarcan más de un milenio, lo que sugiere una ocupación anterior perteneciente a la cultura Poltavka. La mayoría de las fechas, sin embargo, son alrededor de 2100-1800 aC, lo que apunta a un periodo principal de la ocupación del sitio consistente con otros asentamientos y cementerios de la cultura Sintashta.[3]
Este asentamiento fortificado en los Urales del sur es de fecha a alrededor de 2000-1600 aC. Fue excavada entre 1968 y 1986 y dio su nombre a la cultura Sintashta-Petrovka. El sitio está ubicado cerca de Chelyabinsk Oblast en Rusia.
El asentamiento se asemeja mucho al cercano sitio de Arkaim en forma y tamaño, aunque no tan bien conservado ISS. Esto implica una pared redonda fortificación de tierra suportada por marcos de madera y reforzado por ladrillos de barro y rodeado por un foso. Había torres en las 4 puertas principales. Las casas estaban en circulos concéntricos alrededor de la plaza central. También se encontraron hornos metalúrgicos. El sitio también es notable en que los enterramientos de caballos y el carro más antiguo conocido se encuentran aquí.
Hace varios años los arqueólogos consideran todos los sitios de la segunda mitad del 2do milenio A.C. pertenecientes a la cultura de Andronovo. En la última década, dos culturas adicionales y aún más antiguas fueron descubiertas en Eurasia que tienen varias características en común. Éstos fueron nombrados “Petrovka” y “Sintashta.” Situado en la región sur de los Urales, fecharon c. 2000-1600 A.C. (Gening, Zdanovich 1993, Zdanovich 1995, 1997) los primeros ocuparon la región oriental (Tobol-Ishim) y el último la zona sur. Anteriormente, habían sido excavados Sintashta asentamientos pero no habían sido comprendidos debido a su diferencia de la clásica cultura de Andronovo. Por otra parte, porque los complejos contienen algunas de las características pertenecientes a la cultura de Abáshevo, los investigadores originales habían inicialmente incluido en la esfera de Abáshevo.
Ollantaytambo
Subcategoría: Ciudad y complejo arqueológico.
Ollantaytambo
Ollantaytambo (quechua: Ollantay Tampu) es un poblado y sitio arqueológico incaico, capital del distrito de Ollantaytambo (provincia de Urubamba), situado al sur del Perú, a unos 90 km al noroeste de la ciudad del Cuzco.
En el extremo opuesto a Písac y a 80 Kms. de la ciudad del Cusco encontramos el pueblo de Ollantaytambo, un espacio donde el diseño del complejo arqueológico se confunde con el actual pueblo. A este distrito de la provincia de Urubamba se llega por la carretera asfaltada Chinchero – Urubamba, y también por vía férrea (68 Kms.). Se encuentra a 2,700 metros de altura, y tal como lo hemos señalado, tanto su diseño como las bases de la mayoría de sus edificaciones corresponden a la época del Incario.
El complejo arqueológico de Ollantaytambo fue un estratégico centro militar, religioso y agrícola. El escenario arquitectónico es de excepcional interés por el tamaño, estilo y originalidad de sus edificios
Durante el incanato, Pachacútec conquistó la región y construyó el pueblo y un centro ceremonial. En la época de la conquista sirvió como fuerte de Manco Inca Yupanqui, líder de la resistencia inca. Es la única ciudad del incanato en el Perú que aún es habitada. En Ollantaytambo hay andenes de resistencia (para evitar deslizamientos), no agrícolas como en los demás sitios arqueológicos del Cuzco. En la actualidad es una importante atracción turística debido a sus construcciones incas y por ser uno de los puntos de partida más comunes del camino inca hacia Machu Picchu.
Ollantaytambo trata de un típico ejemplo de la extraordinaria planificación urbana de los incas, y por ello un punto obligado de visita para quien esté interesado en esta civilización.
Sus callejuelas empedradas y serpenteantes, las ruinas diseminadas por doquier y sus terrazas agrícolas son atractivos que destacan por sí mismos y el visitante lo puede apreciar en todo su esplendor. Entre las ruinas, es recomendable la visita a la antigua fortaleza y al templo, donde podemos apreciar magníficas vistas del Valle Sagrado de los Incas.
Ubicación
Ollantaytambo está ubicado al margen del río Patakancha, cerca del punto donde confluye con el río Urubamba. Se encuentra en el distrito del mismo nombre, provincia de Urubamba, aproximadamente a 60 km al noroeste de la ciudad del Cuzco y tiene una altura de 2.792 metros sobre el nivel del mar.
Origen del nombre
Según el lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino, Ollantay tiene un origen aimara. Según el mismo, devendría de Ullantawi: La raíz verbal ulla- (‘ver’) deverberado por el morfema -nta (acción hacia abajo o hacia adentro) de por conjunto ullanta- (ver hacia abajo, observar), que con el sufijo -wi es donominalizado a “lugar de observación desde lo alto”, es decir, atalaya o mirador.
Con posterioridad, el quechua comenzó a desplazar al aimara de la zona del Cuzco, alterando el nombre por apocopación del nombre sin símil en el nuevo idioma (Ullantawi → Ullantaw) para después trocar el final /w/ en/y/ (Ullantaw → Ullantay), fenómeno constantemente repetido en este proceso de cambio lingüístico.
Posteriormente, con la dominación inca, Viracocha Inca manda fundar un tambo en la nueva plaza conquistada al parangón de la administración cuzqueña: el tambo de Ollantay o Ullantay Tampu. A la postre, Ullantay quedó relegado a modificador de la raíz tampu (pronunciada como [‘tam.bo] en la época de la conquista).
Algunos autores, como el historiador cuzqueño Víctor Angles, aseguran sin mayor argumentación que el origen del nombre de Ollantaytambo se da a fines del siglo XVIII, cuando se puso en escena un drama de argumento inca cuyo protagonista era el General Ollantay, y el lugar donde se desarrollaron las acciones —según la obra literaria— fue el tambo abajo de Yucay, que desde ese entonces comenzó a generalizarse como Ollantaytambo, sin embargo, el nombre se halla registrado en documentos de mayor antigüedad, como en los escritos del Inca Garcilaso de la Vega, quien después de elogiar la grandeza y magnificencia de las antiguas fortificaciones de Tanpu, cuenta que fueron mandadas a construir por el inca Wiraqucha, al igual que los grandes y antiguos edificios que existen en ese lugar.
Historia
Según Pedro Sarmiento de Gamboa, un cronista español del siglo XVI, el emperador inca Pachacútec conquistó y destruyó Ollantaytambo para luego incorporarlo en su imperio.1 Bajo el gobierno de los incas, el pueblo fue reconstruido con espléndidos edificios y el valle del río Urubamba fue irrigado y provisto de andenes; el pueblo sirvió de albergue para la nobleza inca mientras que los andenes eran trabajados por yanaconas, sirvientes del emperador. Después de la muerte de Pachacútec la región pasó a la custodia de su panaqa, su grupo familiar.2 Abcspns
Durante la conquista, Ollantaytambo funcionó como capital temporal para Manco Inca Yupanqui, líder de la resistencia inca contra los conquistadores españoles. Bajo su mandato, el pueblo y sus alrededores fueron severamente fortificados en dirección a la antigua capital inca de Cuzco, la cual había caído bajo dominio español.3 En el llano de Mascabamba, cerca de Ollantaytambo, Manco Inca derrotó una expedición española bloqueando su avance desde un conjunto de andenes e inundando el llano. Sin embargo, a pesar de su victoria, Manco Inca no consideró viable el permanecer en Ollantaytambo así que se retiró al espeso bosque de la zona de Vilcabamba. En 1540, la población nativa de Ollantaytambo fue asignada en encomienda a Hernando Pizarro.4
Testimonios de pobladores de Ollantaytambo dan cuenta de los conflictos y antipatías que existían hacia los incas. La historia menciona que sus habitantes se negaron a pagar los impuestos ordenados por el Inca Pachacútec, por lo que fueron inmediatamente ejecutados.
Con la victoria, Pachacútec reclamó el territorio como propio, y ordenó la construcción de los magníficos edificios que hoy ostenta la ciudad. Para ello, se sirvió de mano de obra de los hijos del Collao, un área cerca al lago Titicaca y Tiahuanaco, que también fue vencida. Los hijos de Chuchi Cápac, el general vencido de los Collao, tuvieron que trabajar como constructores de la fortaleza, pero no pasó mucho tiempo para que decidieran rebelarse y huir. Finalmente, tras muchos enfrentamientos y gran derramamiento de sangre, el Inca Pachacútec logró contener la violenta rebelión.
Otra parte de la historia de esta ciudad la protagonizó la resistencia indígena de Manco Inca, quien, luego de mantener cercado por meses al Cusco, y al ver que sus propias fuerzas se debilitaban, se retiró a Ollantaytambo. La ciudad le ofrecía una perfecta defensa, cubierta por once andenes escalonados, que le permitieron en el año de 1537 vencer al ejército de los conquistadores españoles, antes de que el monarca inca se retirara a Vilcabamba.
Arquitectura
Se trata de uno de los complejos arquitectónicos más monumentales del antiguo Imperio inca, comúnmente llamado «Fortaleza», debido a sus descomunales muros, fue en realidad un Tambo o ciudad-alojamiento, ubicado estratégicamente para dominar el Valle Sagrado de los Incas.
El tipo arquitectónico empleado, así como la calidad de cada piedra, trabajada, hacen de Ollantaytambo una de las obras de arte más peculiar y sorprendente que realizaron los antiguos peruanos, especialmente el Templo del Sol y sus gigantescos monolitos.
Las calles rectas, estrechas y pintorescas hoy forman quince manzanas de casas ubicadas al norte de la plaza principal de la ciudad, que constituyen en sí un verdadero legado histórico. Algunas casas de tipo colonial están construidas sobre hermosos muros incaicos pulidos con finura. Los tonos de la piedra son alegres, de un color de flor petrificada, rosa oscuro. En la plaza principal un gran bloque de perfectas aristas encaja en una doble hilera sus quince ángulos de estrella terrestre.
Descripción
Ollantaytambo es otro parque arqueológico nacional al cual se le atribuyen diferentes funciones. Por su ubicación estratégica. Ollantaytambo fue una construcción militar levantada para proteger la capital del imperio incaico de las posibles invasiones de los Antis. También se dice que fue construida para habilitar caminos hacia el Antisuyo.
Lo que nadie discute es que fue una ciudad muy fortificada, rodeada de una pared con pukaras o fortalezas. La principal de ellas es la llamada Casa Real del Sol; pero también podemos encontrar las fortalezas de Choqana e Inkapintay, en el lado izquierdo del río Urubamba.
Es una de las pocas ciudades que aún mantiene la planificación urbana incaica. Está dividida en dos partes por el río Patacancha: la primera (al este) es de forma octogonal con manzanas de diferentes tamaños, y la segunda (al oeste) es de carácter ceremonial, donde se halla la Plaza Mañay Racay conocida como Aracma Ayllu.
Ollantaytambo – El sector ceremonial
Estaba dedicado principalmente al culto de “Unu” o “Yaku” (deidades del agua). Por ello, existieron una serie de fuentes que sirvieron para este fin, como el Baño de la Ñusta, que es una de las fuentes labradas en una sola pieza de granito, de 1.30 metros de alto por 2.50 metros de ancho. Es una de las más conocidas y todavía fluye agua de su interior.
Este lugar está constituido por una corta planicie que lleva a un enorme cerro en cuyos lados se ubican diversos monumentos arqueológicos. El principal de ellos se ubica en la cima y es conocido como La Fortaleza o Casa Real del Sol.
Las Terrazas de Ollanytambo
Al oeste de la plaza se halla un conjunto de terrazas que sirvieron para dos propósitos: el cultivo, y para detener la corrosión de los templos más importantes de la zona.
Hacia la derecha se ubican los andenes orientados hacia el lado de la plaza. El grupo superior de éstos, destaca por el fino labrado de sus piedras y su excelente ensamblaje. El último andén contiene el recinto con diez hornacinas, llamado también, el Templo de las diez ventanas, y la Portada Monumental, cuya función aún se desconoce.
Destaca también el Inca Misana, un acueducto tallado en las piedras de la montaña, junto a una fuente litúrgica, pequeñas escaleras, y nichos de aperturas falsas; que servían como lugar donde el Inca hablaba a su gente.
La posición privilegiada de Ollantaytambo, permitió que hubieran otros edificios pequeños localizados estratégicamente en ángulos altos de las montañas, para controlar el movimiento de la gente en el valle.
La Fortaleza o Casa Real del Sol en Ollantaytambo
Ruinas del antiguo templo del Sol, en Ollantaytambo.
La Casa Real del Sol, y Ollantaytambo en su totalidad, aún conserva el trazado de la planificación urbana del incanato. Sus habitaciones aún recuerdan la presencia de Manco Inca, quien se enfrentó a Hernando Pizarro, en 1537, durante la resistencia indígena que continuó por muchos años más.
La fortaleza o adoratorio está conformado por diecisiete terrazas superpuestas, construidas sobre grandes piedras de granito rosa (porphyry rojo) labradas, que llegan a medir más de cuatro metros de alto por dos de ancho, y dos de espesor.
Las paredes o muros de la Casa Real del Sol tienen una inclinación interna, y la principal de ellas, una composición de seis bloques de enormes piedras, con junturas de piedras pequeñas, que son parte del Altar Principal.
Se cree que la principal cantera para la construcción del lugar fue Cachicata, ubicada a 6 kms. de distancia en el lado izquierdo del río Vilcanota. Las rocas se tallaron parcialmente en las canteras, y luego fueron bajadas hacia el valle. Pero hubo algunas, conocidas como “piedras cansadas”, que no llegaron a su destino.
Siempre ha impresionado la forma en que transportaban las enormes piedras desde largas distancias; en este caso, requirieron de un cauce artificial paralelo al río para trasladar las inmensas moles, y subirlas por una empinada pendiente. Utilizaron instrumentos como rodillos de leño, piedras rodantes, sogas de cuero de camélidos, palancas, poleas y la fuerza de miles de hombres.
Se piensa que este tipo de construcción tiene como antecedente la arquitectura de Tiawanako -que pudieron traer los collas, desde la región del Lago Titicaca-, ya que en la superficie externa del cuarto, al extremo sur, hay tres símbolos tallados que pertenecen a la cultura pre-cerámica: el Hanan Pacha (El Cielo), el Kay Pacha (La Superficie de la Tierra) y el Ukhu Pacha (El Subsuelo o Interior). Pero las particularidades incas son diferenciadas por el uso de junturas y superficies exteriores finamente pulidas, que inclusive les sirvieron de espejos.
Para conocer los misterios y el poderío de sus muros puede ingresar a la fortaleza por medio de una escalinata de piedra (recorrido de 15 a 20 minutos) que lo lleva hacia una explanada y a un portal que se encuentra mirando la Plaza Mañay Racay.
Inca Huatana o Intihuatana de Ollantaytambo
Situada en la parte superior del Templo del Sol, en una pendiente casi vertical, el Inca Huatana o Intihuatana consta de una pared con nichos altos, en cuyos lados hay orificios de seguridad de hasta 80 cms. de profundidad. Frente a éstos hay una estructura que se encuentra suspendida sobre un precipicio, razón por la que se cree fue utilizada para la tortura y ejecución de prisioneros de guerra o malhechores, aunque la función de observatorio astronómico es la más aceptada.
El Centro Pincuylluna
Pincuylluna, que significa “donde se tañe el pincuyllo” – instrumento de viento de origen inca- se ubica al oeste del río Patucancha, frente al Templo del Sol. Es un complejo arquitectónico que se compone de edificios de tres bloques idénticos y superpuestos. La base de los bloques es rectangular, poseen seis ventanas en la fachada y seis en la pared que da al cerro, proporcionando una adecuada ventilación e iluminación.
En el lugar se encuentran las colcas (depósitos agrícolas) más interesantes del Valle Sagrado, porque a la izquierda de éstas se puede observar un gigantesco bloque de piedra que, para los lugareños, representa el rostro de un inca.
Complejo Arqueológico de Ollantaytambo: Villa creada por el Inca Pachacuteq para la producción agrícola, pero que guarda algunos tesoros arqueológico
Inticcahuarina: Pared labrada en una de las montañas del valle de Ollantaytambo donde, en la parte baja se encuentran unas cavidades en las que, cerca del solsticio de Invierno, la sombra que el Sol generaba a partir de unos pequeños salientes creados en la parte alta de la pared, llegaban a tocar el punto más interno de esas cavidades de la zona baja de la pared. Les servía para marcar el inicio del solsticio.
Khami
Subcategoríaa: Ciudad abandonada.
El Monumento Nacional de las Ruinas de Khami, a 15 km al oeste de Bulawayo, capital de la provincia de Matabelelandia Septentrional, en el sur de Zimbabue, corresponde a las ruinas de una ciudad real que se desarrolló después del Gran Zimbabue y fue abandonada a mediados del siglo XVI. El descubrimiento de objetos de Europa y de China revela que Khami fue un importante centro comercial durante un largo período. Por su gran significado para la historia del hombre, este lugar fue inscrito por la Unesco en el año 1986 en la lista de los sitios que son Patrimonio de la Humanidad.
Khami era la capital del estado de los torwa, el Reino de Butua, entre los siglos XV y XVII, formado por refugiados tras la caída del Primer Estado de Zimbabue. El mambo (rey) ocupaba la parte más alta de la ciudad, una ciudadela bien protegida y rodeada por las residencias de los aristócratas, mientras que las clases trabajadoras vivían fuera de la zona amurallada. Las casas de los ricos estaban construidas sobre plataformas formadas por paredes macizas de piedra, rellenas de tierra y ornamentadas con hematita y grafito.
La parte norte del complejo, sobre una colina, contiene la ciudadela real, donde se encontró un pequeño tesoro, en una plataforma semicircular en la cima de tres terrazas. El principal acceso a esta plataforma estaba cubierto por un tejado de adobe, cuyos soportes se encuentran todavía en pie.
Las ruinas del sur de Khami contienen varias estructuras interesantes: terrazas de tierra que se piensa que habrían servido como corrales; muy cerca, el mujejeje, una piedra resonante que toca como una campana; y la hermosamente decorada muralla con seis metros de altura y 60 de longitud de la Plataforma del Precipicio, con un diseño ajedrezado a lo largo de toda su extensión.
La comunidad de Khami floreció hasta su invasión por los pueblos Ndebele de Mzilikazi durante la década de 1830. A partir de este momento, la ciudadela fue conservada como reserva real – un lugar sagrado y secreto, escondido de los ojos de los Europeos – hasta 1893, cuando Lobengula tuvo que huir de las hordas de colonos y el complejo pasó a las manos de los ladrones legales de la Compañía de las Antiguas Ruinas de Rodesia (Rhodesia Ancient Ruins Company).
Khami, que todavía tiene un gran potencial arqueológico, es un sitio de gran interés y ofrece un testimonio agregando a la de Gran Zimbabwe, desarrollando inmediatamente después del abandono de esta capital.
El sitio está ubicado al oeste del río Khami y aguas abajo de la presa construida en 1928-1929. Se dispersa en más de 2 km, desde Passage to Ruin Ruin Norte. La zona arqueológica, que estaba protegido contra el saqueo, gracias a su condición de ‘Royal Reserve ‘ hasta que la muerte del rey Lobengula en 1893, no estaba seriamente perturbado por la prospección desenfrenado de los cazadores de tesoros de la antigua Rhodesia Ruinas Company Ltd. Fue explorado en del siglo 20 por David Randall- MacIver, Gertrude Caton -Thompson y más recientemente por KR Robinson, cuyo trabajo ha proporcionado un profundo conocimiento de la historia del lugar.
Aunque el sitio se encuentra en una zona donde la presencia humana bastante importante se remonta a unos 100.000 años, no parece haber sido habitada hasta la Edad del Hierro. De acuerdo con métodos de datación por radiocarbono, la ciudad creció entre alrededor de 1450 y 1650, lo que confirma plenamente el estudio llevado a cabo en las estructuras edificadas y pequeños artefactos arqueológicos.
Como es el caso en Gran Zimbabwe, aquí varios sectores se pueden distinguir claramente diferenciadas en términos de uso. La residencia del jefe ( mambo ) se encuentra hacia el norte, en el sitio Ruinas Hill, que es una colina creada en gran parte de las tierras de aluvión se utiliza para nivelar las terrazas , contenido por muros de carga . En este sector se encuentran algunos productos importados altamente significativos: siglo 16 Renania gres, piezas de porcelana Ming, que se remontan al reinado de Wan – Li (1573-1691), portugués imitaciones de porcelana china del siglo 17, siglo 17 platería española, etcétera.
Hay una posibilidad de que Khami fue visitada por comerciantes portugueses e incluso misioneros, porque una cruz monumental formado por pequeños bloques de granito se puede todavía ver trazado en el suelo rocoso de Cross Hill, un pequeño montículo al norte de la residencia mambo.
La población de Khami se extiende sobre varias hectáreas y vivían en chozas hechas de cob rodeada por una serie de paredes de granito. La tipología de las vallas y muros es similar a la de las últimas construcciones de Gran Zimbabwe. Digno de mención son los numerosos frisos decorativos, con galón y los patrones a cuadros, y el gran número de pasajes estrechos y galerías deambulatorio, no todos los cuales están cubiertos.
La ciudad está compuesta por siete espacios, incluidas algunas áreas al aire libre en el valle que se abre a partir de la colina sobre la cual se sitúo la mayor parte del complejo. Estaba rodeada de murallas de piedra a modo de protección.
La parte norte del complejo se encuentra sobre una colina y tiene una ciudadela real donde se encontró un tesoro en una plataforma semicircular en la cima de tres terrazas.
El estado actual de las ruinas permite admirar la arquitectura y el estilo de las construcciones, así como también las ingeniosas soluciones ingenieras empleadas en los objetos de obra.
Dibujos de la ruina y la ruina colina pasaje, Khami, que representa el detalle de las paredes de piedra, paredes dagA terrazas, plataformas y basureros. La ruina colina representa detalle de la plataforma B, la plataforma C, 11 cabañas, un pasaje, el asiento del jefe, la entrada principal, una sección a través de la plataforma B (1er nivel de ocupación: daga, escombros, una pared, daga y una cabaña, segunda ocupación nivel: un basurero y daga, 3er nivel de ocupación:. una cabaña y daga La ruina pasaje representa detalle de un montículo y una cabaña.
Jericó
Subcategoría: Ciudad prehistórica.
Jericó (en árabe أريحا Ariha; en hebreo יְרִיחוֹ Yériho) es una antigua ciudad situada en Cisjordania, cerca del río Jordán, en el Estado de Palestina. Los hallazgos arqueológicos de esta ciudad cananea demuestran que se edificó hace más de diez mil años. Sus habitantes originarios fueron los cananeos. Jericó está mencionada en los textos bíblicos y situada a orillas del río Jordán, ubicada en la parte inferior de la cuesta que conduce a la montañosa meseta de Judá, a unos 8 km de la costa septentrional de la cuenca seca del mar Muerto, a casi 240 m por debajo del nivel del mar Mediterráneo y aproximadamente a 27 km de Jerusalén. Fue una importante ciudad del valle del Jordán (Dt. 34:1, 3), en la ribera occidental del río. En una época, la ciudad fue conocida como la ciudad de las palmeras (Dt. 34:3; Jue. 3:13); la primera mención en las Escrituras se da en relación al campamento de los israelitas en Sitim (Nm. 22:1; 26:3).
En la tradición judeo–cristiana, la ciudad es conocida como el lugar donde los israelitas retornaron de la esclavitud en Egipto, dirigidos por Josué, el sucesor de Moisés.
Durante 400 años fue parte del Imperio otomano hasta 1917, luego estuvo bajo el Mandato Británico de Palestina, pasando a control jordano entre 1948 y 1967 y luego fue conquistada por Israel durante la Guerra de los Seis Días. Desde 1994, después de los Acuerdos de Oslo, pasó a estar bajo la administración de la Autoridad Palestina.
En Canaán, en el momento de la conquista de los hebreos, cada ciudad tenía su propio templo dedicado a alguna fuerza de la naturaleza. El nombre de Jericó deriva de la palabra hebrea ירח (Iareaj), que significa “luna”.1 Los habitantes de Jericho adoraban a la luna, al dios “Ieraj”. Del mismo modo, en el otro lado de la cordillera central de Judea, la ciudad de Beit Shemesh,que significa “Casa del Sol”; siendo “Shamash” el dios del sol. Es en este ambiente que se puede apreciar la importancia de la historia de la conquista.
Tiempos prehistóricos
Desde los tiempos prehistóricos se distinguen tres asentamientos distintos cercanos a la localización actual, que abarcan más de 11 000 años, en una posición noroeste respecto al mar Muerto.
Tell es-Sultán
Sito arqueológico de Tell es-Sultán.
El asentamiento más temprano fue situado en el actual Tell es-Sultán, a un par de kilómetros de la ciudad actual. En idioma hebreo, la palabra tel significa ‘montón’ o ‘colina’ de capas consecutivas que se acumularon por la habitación humana, al igual que los establecimientos antiguos en Medio Oriente y Anatolia. Jericó es un tipo de sitio clasificado como Neolítico Pre-Cerámico A (PPN A) y Neolítico Pre-Cerámico B (PPN B). La habitación humana se ha clasificado en varias fases:
Natufiense
Proto-Neolítico: se caracteriza por instalación y construcción de estructuras de piedra de la cultura Natufiense, que comienza en fechas anteriores al 9000 a. C.
PPN A
Neolítico Pre-Cerámico A, 8350 a. C. a 7370 a. C., también llamado Sultaniense. En este periodo se ubica la construcción de un asentamiento de 40 000 metros cuadrados, rodeado por un muro de piedra, con una torre de piedra en el centro de ese muro. En su interior hay casas redondas de ladrillo de barro o adobe. Ya hay uso de cereales domesticados: farro, cebada y legumbres, más evidencias de caza de animales salvajes.
PPN B
Neolítico Pre-Cerámico B, 7220 a. C. a 5850 a. C. Hay una gama muy amplia de plantas domesticadas. También hay evidencias de posible domesticación de ovejas. Hay antecedentes de un culto religioso, que implicaba la preservación de cráneos humanos, con las características de reconstrucción facial con yeso y los ojos cubiertos con cáscaras de frutos en algunos casos. Después del establecimiento de fase de PPN A, allí se evidencia un quiebre o un corte de varios siglos, hasta que se inició el asentamiento de PPN B, que fue fundado sobre la superficie erosionada del tell.
En esta nueva etapa la arquitectura consistió en edificios rectilíneos hechos de ladrillos en fundaciones de piedra. Los ladrillos fueron hechos con las impresiones profundas del pulgar para facilitar su manipulación. No se ha excavado ningún edificio en su totalidad. Normalmente, varios cuartos formaban un racimo alrededor de un patio central. Los cuartos tienen colores rojos o rosáceos y los pisos están hechos de cal, formando lo que se conoce como terrazzo. Algunas impresiones de las esteras hechas de cañas o de acometidas se han preservado. Los patios tienen pisos de arcilla.
Kathleen Kenyon, una de las más destacadas investigadores del asentamiento de Jericó, interpreta que una de las construcciones fue algo así como una capilla, ya que en una de las paredes tiene un altar. Un pilar de piedra volcánica fue encontrado muy cerca de ese lugar. Sus habitantes enterraban a sus muertos debajo de los pisos o en un terraplén de escombros de edificios abandonados. Hay varios entierros colectivos, aunque no todos los esqueletos se articulan totalmente, lo que puede señalar un período de exposición antes del entierro propiamente tal. Una sepultura de A contuvo siete cráneos. Las quijadas fueron separadas, la cara cubierta con yeso, caracoles marinos fueron utilizados para los ojos. En los otros sitios, se encontraron diez cráneos. Los cráneos modelados fueron encontrados dentro de Tell Ramad y Beisamoun.
Otros hallazgos
- Pedernales: Se han descubierto puntas de flecha (tipo espiga o de muescas laterales) y dentadas, hoces laminadas, buriles, raspadores, algunas hachas de obsidiana negra y obsidiana verde de fuente desconocida.
- Piedras: cuencos y algunas hachas, platos y tazones de piedra caliza suave. También anzuelos hechos de piedra.
- Herramientas de hueso: espátulas y taladros.
- Figuras antropomorfas de yeso, casi de tamaño natural.
- Figuras antropomorfas de arcilla.
- Conchas y trozos de malaquita.
Neolítico Cerámico A y B
A partir del IV milenio a. C. Jericó fue nuevamente ocupada y, en general, los restos del sitio muestran conexión con los grupos sirios y con los del oeste del Éufrates. Hay edificios de adobe y pisos rectilíneos de yeso.
Edad de bronce
Muchas de las ciudades cananeas fueron destruidas durante el siglo XVI a. C., a finales del Bronce Medio de la Edad de Bronce y tales rastros han sido encontrados en Jericó en tres distintas excavaciones. Hay también muestras arqueológicas de una pared alrededor de la ciudad con un revestimiento externo de piedra pero construido sobre adobe, que fue destruida en ese período. La secuencia y las fechas exactas de estos restos son difíciles de establecer y son altamente discutidas. Kathleen Kenyon observó 15 diversos episodios destructivos en los restos de la edad de bronce.
La Biblia describe una de sus destrucciones como resultado de la invasión llevada adelante por Josué, el sucesor de Moisés. Algunos investigadores bíblicos que utilizan las genealogías de las Escrituras, fijan la fecha del Éxodo en el decimosexto o el decimoquinto siglo a. C., y consideran estos antecedentes como una ayuda muy significativa para confirmar la veracidad del relato bíblico.
Tulul Abu El-‘Alayiq
Los períodos posteriores que atravesó el área, tales como el helenístico, el romano y el islámico han dejado los montículos situados en EL-‘Alayiq de Tulul Abu, a 2 kilómetros al oeste del moderno Er-Riha.
Arqueología
Las primeras excavaciones del sitio fueron hechas por Charles Warren en 1868. Luego, Ernst Sellin y Carl Watzinger excavaron Tell es-Sultán y EL-‘Alayiq de Tulul Abu entre 1907-1909 y en 1911. Juan Garstang trabajó allí excavando entre 1930 y 1936. [Garstang sostenía que Jericó fue destruida violentamente hacia el 1400 a. C.]
Las investigaciones extensas que usaron técnicas más modernas fueron hechas por Kathleen Kenyon entre 1952 y 1958. Lorenzo Nigro y Nicolo Marchetti condujeron una excavación limitada en 1997. Más adelante, el Dr. Bryant Wood también hizo una visita al sitio para verificar los resultados del equipo anterior a 1997, quienes eran financiados por el Departamento Palestino de Arqueología.
El Dr. Bryant Wood, que está excavando en el sitio actualmente, sostiene: “La alfarería, las consideraciones estratigráficas, los datos de escarabajos y carbono 14 apuntan todos a la destrucción de la ciudad cerca del final de la Edad de Bronce, alrededor de 1400 a. C. “
Asentamiento arqueológico de Tell-es Sultan, Jericó.
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