Ciudad
Gujarat (Khambat)
Subcategoría: Ciudad sumergida.
En el 2000, el Instituto Nacional de Tecnología Marina de la India anunció haber hallado, en el lecho marino al frente de la costa del estado de Gujarat, a 40 metros de profundidad, estructuras megalíticas parecidas a una ciudad. El descubrimiento fue confirmado un año después por el ministro de Ciencia y Tecnología Murli Manohar Joshi, quien afirmó que las construcciones sumergidas son los restos de una ciudad que fue arrasada por una súbita inundación, y además, se dijo que las ruinas mostraban un fuerte parecido con las de Harappa y Mohenjo-Daro, antiguas ciudades que se remontan al 2700 a.C., pertenecientes a la antigua civilización del Indo. La arqueología tradicional remonta estas antiguas civilizaciones hindúes a la cultura neolítica llamada Mehrgarh (10.000 a.C.), a la que le sigue, durante la edad del bronce, la cultura Zhob.
Efectivamente, después de las excavaciones hechas en Queha se encontraron hermosas cerámicas que ilustraban animales estilizados, como dromedarios, y algunas estatuillas que representaban a la Diosa Madre, las cuales se pueden comparar con las de la civilización del Indo. Sin embargo, según algunos estudiosos, el origen de la civilización del Indo debe ser buscado en Khambat y en sus asombrosos hallazgos. Hay dos hipótesis sobre el por qué se encuentra sumergida ahora la zona frente al golfo de Khambat (Cambay).
La primera tesis se refiere justamente al derretimiento de los glaciares de todo el mundo, el cual causó un alzamiento repentino de los mares, de aproximadamente 120 metros. La segunda propuesta, desarrollada por algunos geólogos, sugiere que algunos movimientos tectónicos de escala extraordinaria causaron la sumersión de parte de la que fue costa del mar denominado hoy “Arábigo”.Durante el mes de noviembre de 2001 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas. Se utilizaron sonares que localizaron el lecho de un río, ahora sumergido, de unos noventa kilómetros de longitud, además de extrañas estructuras perpendiculares y paralelas a más o menos 40 metros de profundidad, distantes unos 20 kilómetros de la actual línea de costa. Durante aquellas búsquedas se recuperaron varios objetos de cerámica, madera tallada, algunos dientes humanos y varios objetos semi-preciosos, muchos de ellos perforados. Los pedazos de madera fueron sometidos a la prueba del carbono 14 y obtuvieron datación del 7500 a.C. Según el estudioso Witzel, el hecho de haber encontrado madera con datación de hace 9500 años no es una prueba definitiva de que haya sido utilizada por el hombre exactamente en aquel lugar, puesto que pudo haber sido arrastrada hasta allí por las crecidas de ríos o por aluviones. Si se hubiera encontrado incrustada en un estrato geológico, hubiera podido ser datada con mayor certeza.
En el 2003 y en el 2004 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas y se encontraron otros objetos de cerámica. Los hallazgos fueron enviados a algunos laboratorios hindúes y europeos (Oxford y Hanover). y a través del método de la termoluminiscencia, obtuvieron datación de 13.000 a 31.270 años atrás. El geólogo hindú Shri Batrinarayan confirmó la autenticidad de los descubrimientos, sosteniendo que las reliquias fueron analizadas con la técnica de difracción de los rayos X. Según el estudioso, el material arcilloso utilizado en la terracota encontrada bajo el agua es típico de la zona y fue cocido a 700 grados para obtener la cerámica. En base a estos descubrimientos, la ciudad sumergida de Khambat sería la más antigua del mundo, remontándose a 9,5 milenios atrás.
La leyenda dice “Se cree que esta ciudad submarina denominada ¨Dwarka¨ o “La Ciudad Dorada” es el castillo submarino del Dios Krishna de la India”.
Muralla de Plasencia
Coordenadas: 40°1′36.8″N 6°5′35.2″O (mapa)
La muralla de Plasencia es una cerca militar medieval, que rodea el casco histórico de la ciudad de Plasencia, situada en la provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura, España.
Recinto amurallado de Plasencia sobre ortofoto.
El sistema defensivo comenzó a edificarse desde el mismo momento de la fundación de la ciudad, en 1178. No obstante, se estima que en el año 1196 aún no estaba completamente terminado. En el año 1195 y como consecuencia de la batalla de Alarcos, Abu Yaqub Yusuf al-Mansur avanzó por todo el valle del Tajo recorriendo la actual Extremadura y reconquistando para los musulmanes importantes plazas, como las ciudades de Montánchez, Trujillo y Santa Cruz, llegando hasta los “muros de Plasencia”, la cual también cayó en sus manos.1 No obstante, un año después, en 1197, el rey Alfonso VIII de Castilla retoma la ciudad.2 Es en ese momento cuando se edifica definitivamente la muralla placentina, en un tiempo récord de 9 meses y con el esfuerzo de 10.000 hombres.3
A finales del siglo XIX se derribaron algunas partes de la muralla, supuestamente para sanear la viciada atmósfera del recinto intramuros.4
El origen de la ciudad de Plasencia, militar y de repoblación, determinó la morfología de su muralla: un amplio recinto capaz de albergar, en caso de peligro, a los habitantes del alfoz de la ciudad junto con sus ganados y enseres.2
Dada la imprecisión a la que obliga el estado actual de conservación, con grandes fragmentos de muralla perdidos, puede decirse aproximadamente que la superficie que ocupaba el recinto amurallado era de 26,33 ha y su perímetro de 2,39 km.
El objetivo de Alfonso VIII era hacer de Plasencia una ciudad-fortaleza, capaz de hacer frente a musulmanes y leoneses. Por ello, la muralla consta de un doble sistema defensivo, con un paño alto, de gran grosor, y una barbacana exterior, más baja, separados entre sí por un foso. Además, el río Jerte servía como elemento defensivo, pues rodea buena parte de la ciudad.3
Los muros se encontraban reforzados con una serie de cubos: torreones de planta semicircular y peraltados. No se sabe con exactitud el número de cubos de que constaba la muralla. Algunos autores hablan de más de 70, más los correspondientes a la zona del desaparecido Alcázar. Sobreviven 26 cubos.1
La mayor parte de la muralla está construida con mampostería, la cual se supone sería extraída a pie de obra. Se trata por tanto de sillarejos y bloques irregulares, que se unen mediante mortero de tierra y cal, rellenándose los espacios intermedios con otras piedras pequeñas.1
Puertas y postigos
Postigo de Santiago.
Las puertas y postigos son, de levante a poniente y en sentido horario: la Puerta de la Fortaleza o de San Antón (desaparecida), el Postigo de Santiago, la Puerta del Carro, la Puerta del Sol, la Puerta del Clavero, la Puerta de Talavera, el Postigo de Santa María, la Puerta de Trujillo o Cañón de la Salud, la Puerta de Coria, la Puerta de Berrozanas y el Postigo del Salvador.1 5 Estos accesos todavía se siguen usando para entrar a la zona centro de Plasencia.
Puerta del Sol
Puerta del Sol desde el interior.
La Puerta del Sol se llama así por su orientación al este. Originalmente estaba flanqueada por dos torres, pero su aspecto actual deriva de la remodelación realizada hacia 1573.1
Se trata de una monumental obra de estilo renacentista, que tiene de notable el singular estudio de estereotomía en el despiece de sillares al interior y exterior y en las dovelas de los arcos, para conseguir un ángulo preciso para su orientación exacta hacia la salida del sol, consiguiendo así que los rayos solares penetren lo más posible en la llamada Calle del Sol, que la une directamente con la plaza Mayor. Exteriormente comunicaba con el hospital de la Cruz o de San Roque, visible en la actualidad, y con el desaparecido convento de los Franciscanos Descalzos.1
Sobre una moldura rectilínea, se muestra una placa, escrita en caracteres góticos, que es gemela de las de la Puerta de Trujillo y de la que existía en la Puerta de Talavera: una inscripción de 1488 relativa la vuelta de la ciudad a la jurisdicción de realengo. Como otras puertas de la ciudad, presenta esculpido el escudo de los Reyes Católicos y a su lado los de Plasencia. Está coronada por una imagen de la Virgen de la Estrella en su hornacina. En la parte interior tiene una hornacina en la que se colocó una imagen en terracota de San Fulgencio, patrón de la ciudad.1
Puerta del Clavero
Puerta del Clavero desde el interior.
La Puerta del Clavero se encuentra situada entre la Puerta del Sol y el Postigo de Santa María, cerca de la Catedral Nueva.
Postigo de Santa María
El Postigo de Santa María se ubica en las cercanías del conjunto de las catedrales. Está flanqueado por un cubo de la muralla y por la torre campanario de la catedral.
Puerta de Trujillo
La Puerta de Trujillo era la principal y estaba defendida por dos cubos. Su aspecto original cambió sustancialmente entre 1721 y 1724, cuando los devotos de la Virgen de la Salud ampliaron la pequeña capilla que allí existía, cambiándola por la actual. Los cubos quedaron ocultos y lo que era puerta se conoce desde entonces por Cañón de la Salud.1
Se conserva la inscripción de 1488, análoga a la las otras puertas, referente a la vuelta de la ciudad a la jurisdicción real, después de haber permanecido desde 1442 bajo el poder señorial de los Zúñiga.1 2
Puerta de Coria
Por la Puerta de Coria se accedía al barrio de la Magdalena y a la primera judería de la ciudad, comunicando exteriormente con las tenerías y los lagares de aceite que se concentraban en torno al Puente de San Lázaro.1
Esta puerta estaba defendida a la derecha por una torre y a la izquierda por la llamada quebrada de la Mota, en dirección al Parador Nacional.1
El arco de acceso fue reformado por otro más amplio a finales del siglo XVI. En su clave aparece una figura humana, que se ha identificado con el arcángel San Miguel, defensor de las entradas de la ciudad, aunque también pudiera ser un símbolo de la Justicia.1
Esta puerta fue tapiada con motivo de las Guerras Carlistas, del mismo modo que se hizo con otras puertas y postigos de la ciudad cuando la situación bélica o la seguridad urbana así lo requirieron. Se volvió a abrir en 1848.1
Puerta de Berrozanas
La Puerta de Berrozanas debe su nombre a que está situada en el camino que da acceso a la dehesa de Berrozanas, al noroeste de la ciudad. Por esta puerta se accedía desde el barrio de San Julián, en las afueras de Plasencia, al barrio nobiliario de San Martín y, en particular, a las casas solariegas de Francisco de Carvajal y de los Zúñiga. De este modo, comunicaba la zona en la que residían los nobles placentinos y la cercana judería con el cementerio judío y el Puente de San Lázaro.1
Esta puerta estaba defendida por dos torres redondas, de las cuales la de la izquierda ha desaparecido, aunque ha habido algunos intentos de reconstrucción. El arco presenta un aspecto reducido, debido a la acumulación de capas de pavimento, pero mantiene su aspecto original y da idea de la grandiosidad que tuvo en el pasado.1
En la parte superior del arco de medio punto que forma la puerta de Berrozanas hay un escudo de los Reyes Católicos, que es un blasón sustentado por el águila de san Juan Evangelista y con los símbolos de Isabel y de Fernando, esto es: el yugo y las flechas. También presenta la puerta una figura de Arcángel Miguel con una espada y una cruz. Rodeando la figura de San Miguel hay dos inscripciones en las que se lee:1
Año de 1571. Siendo corregidor el Doctor Zárate se reedificó esta puerta de los propios de la Ciudad.
Postigo del Salvador
El Postigo del Salvador está situado en las cercanías de la iglesia del mismo nombre. Daba acceso a la ciudad desde la zona norte. Ha sido restaurado recientemente.
Puerta de los Judíos
Recientemente se ha localizado la denominada Puerta de los Judíos en el lateral oeste de la muralla, en la zona del Parador de Turismo. Posiblemente se trate de un postigo que fue clausurado en los siglos XV–XVI y abierto y remodelado en el siglo XVII como puerta secundaria para dar acceso a temas logísticos del Convento de San Vicente Ferrer (actual Parador de Turismo).
Alcázar
El sistema defensivo de Plasencia estaba reforzado por el Alcázar. Esta fortaleza fue construida al mismo tiempo que los cubos de la muralla, a finales del siglo XII o principios del XIII. Se emplazaba en la parte más alta de la ciudad, en el extremo nordeste de la muralla. Estaba cercado por tres muros, con un foso de agua en casi todo su perímetro. Era de planta cuadrada, con una torre cilíndrica en cada esquina. En medio de cada lienzo tenía otra torre, rectangular la del este y semicirculares las otra tres. La puerta principal, abierta al oeste, defendida por dos torres del primer muro y provista de puente levadizo, comunicaba con una segunda puerta, abierta al patio de armas.3
El alcázar quedó totalmente destruido en 1937, por lo cual no queda nada de él.5
Torre Lucía
La Torre Lucía es una de las torres defensivas más importantes y mejor conservada. Se llama así porque en su cima se encendían las hogueras que avisaban a la población de la comarca en caso de peligro.5 Actualmente, la torre alberga el Centro de la Fortaleza y Ciudad Medieval, que ofrece información sobre la desaparecida fortaleza, la Plasencia medieval y su historia.6
Ciudad amurallada de Kowloon (Hong Kong)
La Ciudad amurallada de Kowloon (Chino tradicional: 九龍城寨; Chino simplificado: 九龙城寨; originalmente conocida como 九龍寨城) fue una anomalía política de la historia colonial de Hong Kong.
Fue, por décadas, un pequeño enclave de China ubicado en el Hong Kong de Gran Bretaña. Se caracterizó por lo curioso de su existencia hasta su demolición en 1993. En 1994 se construyó un parque en su antigua ubicación. Antes de su demolición tuvo una población superior a los 50.000 habitantes, malviviendo en sus escasos 0,026km², ostentando el récord de tener la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km²
El establecimiento de la ciudad amurallada de Kowloon, conocido como Kowloon, se remonta a la dinastía Song, cuando fue utilizado como puesto de vigilancia contra los piratas que en la zona amenazaban el comercio de sal. Situada en la península de Kowloon, junto a la isla de Hong Kong, fue reconstruido a mediados del siglo XIX como fortaleza. Tras la cesión de la isla de Hong Kong al Imperio británico en 1842, de acuerdo al Tratado de Nankín, la autoridad Qing de China creyó necesario establecer en la ciudad amurallada un punto de control para supervisar la actividad de la zona y el cumplimiento del acuerdo, ante la cada vez mayor influencia británica en el área.
El convenio para la anexión de Nuevos Territorios junto a Hong Kong a favor de Gran Bretaña por 99 años firmado en 1898 excluía a la Ciudad Amurallada, lo que permitió a China mantener sus tropas en el lugar, en cuanto no entorpeciese la actividad británica. La población era tan solo de 700 personas. Sin embargo, un año después, Gran Bretaña se arrepintió de esta parte del acuerdo y, de forma no oficial, decidió acabar con el emplazamiento militar, atacándolo en 1899. La cuestión es que de forma oficial, legalmente, la ciudad amurallada de Kowloon siguió permaneciendo en un limbo legal, fuera de la ley británica pero en el corazón de la colonia. Su desarrollo como vecindario típicamente chino, sus costumbres y su comercio no representaba ningún peligro y fue precisamente esa la clave de su progresivo crecimiento en población.
El pequeño lugar continuó siendo territorio de China y desde su aislamiento asistió ajeno a los turbulentos cambios de comienzos del siglo XX, la caída de la dinastía Qing, el establecimiento de la República China en 1911 y la posterior República Popular China en 1949.
La ciudad amurallada de Kowloon representaba un curioso e inofensivo atractivo turístico para los colonos británicos, una muestra viva de la “antigua China”. Y así fue hasta 1940, con la II Guerra Mundial y la invasión japonesa de Hong Kong. Las tropas de Japón destruyeron gran parte de Kowloon, desmantelando prácticamente la totalidad de la antigua muralla del fuerte para construir con sus piedras el cercano Aeropuerto Internacional Kai Tak.
Tras la rendición de Japón, el recinto ya sin murallas se convirtió en un reducto donde se agruparon los habitantes ilegales, los que ya había y, sobre todo, los recién llegados. Pese a los distintos intentos por parte de los británicos para desalojar Kowloon hasta 1948, se convirtió en un irreductible punto ya no porque desde allí se ejerciera resistencia violenta, sino por la intensa actividad comercial, sobre todo la ilegal de tráfico de opio y alcohol y la prostitución -en gran parte sostenida por la demanda del colono-, vencieron ante la pasividad de una policía de Hong Kong sin capacidad legal de actuar dentro del recinto. La fundación de la República Popular China en 1949 significó para la ciudad amurallada de Kowloon poco más que la llegada de cientos de refugiados al interior de su perímetro.
Desaparecido el muro de piedra, se levantaba día a día el aún más inexpugnable muro invisible de la ilegalidad, en torno a un pequeño lugar de apenas 100 metros por 200 metros de superficie. Un inframundo insalubre y corrupto dentro del paraíso incipiente de Hong Kong.
Para aquel entonces Gran Bretaña ya había tenido suficiente con Kowloon y simplemente se limitó a proseguir con su política de brazos caídos. Un asesinato ocurrido en 1959 desató una pequeña crisis diplomática entre los dos países, que mutuamente trataban de responsabilizarse de la falta de control. Entre tanto, la única ley que imperaba en el interior era la del Sindicato del Crimen de Hong Kong y las diferentes y violentas mafias que controlaban cada una de las actividades ilegales.
La mafia controlaba la actividad delictiva en Kowloon durante décadas sin oposición hasta que la policía de Hong Kong hizo una limpieza de delincuentes a base de violentas redadas en las que más de 3.000 policías realizaron incursiones al interior de Kowloon a comienzos de los años 70.
Pese a que ha sido descrita como el infierno de las actividades ilegales, lo cierto es que Kowloon era un lugar en el que la población se organizó sin policía, sin autoridad, sin ley escrita. La mayor parte de la población no estaba envuelta en lo delictivo y pasaba los días pacíficamente entre sus muros y sobre sus azoteas. El número de habitantes se multiplicaba día a día, situándose al final de la década en los 30.000 habitantes.
La ciudad crecía día a día sin control. Nuevos edificios se erigían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera poco más de un metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de tubos fluorescentes.
Las únicas dos normas de construcción eran:
Uno, que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder abordarla en caso de incendio y, dos, no sobrepasar las catorce alturas, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante. Ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong.
Fachada de la ciudad.
Con el paso del tiempo tanto las autoridades británicas como las chinas llegaron al consenso de calificar como realmente intolerable la situación en el recinto debido a los alarmantes índices de delito y a que las condiciones de vida, en concreto las sanitarias, distaban demasiado de la vida de Hong Kong que lo rodea. En 1984 ambas partes deciden por fin acabar con el problema y en 1987 se firma el acuerdo de demolición.
En 1991 comienza el desalojo de la antigua ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993, no sin la oposición de habitantes y comerciantes que consideraban insignificantes las indemnizaciones y ayudas que recibieron (2.700 millones de HK$).
En 1993, antes de su completa demolición y desescombro, fue el lugar elegido para rodar películas de artes marciales protagonizadas por Jackie Chan como Crime Story que incluía escenas de las explosiones reales o Jean-Claude Van Damme en Bloodsport.
Sus rincones, sus oscuros y siniestros pasadizos, ese aspecto de infierno urbano ha servido para ilustrar también conocidos videojuegos como Shenmue II o Call of Duty: Black Ops.
Parque de la Ciudad amurallada de Kowloon
Fuente de agua.
Sobre el solar donde hasta 1993 se levantaba la ciudad amurallada se construyó en 1994 un parque de estética tradicional china, con jardines, fuentes y lagos inspirados en el arte de la dinastía Qing y sin más construcción que una clásica pagoda dentro de su perímetro.
Media docena de cañones y dos pequeños tramos de muralla recuerdan al antiguo fuerte que allí se levantaba.
Cahokia
Cahokia es un yacimiento arqueológico amerindio situado cerca de Collinsville (Illinois), en la llanura del río Mississippi en el suroeste de dicho estado, cerca de la ciudad de San Luis (Missouri). Está formado por una serie de montículos o túmulos artificiales de tierra.
Cahokia es el mayor yacimiento relacionado con la cultura Mississippiana, que desarrolló una avanzada sociedad en el este de América del Norte antes de la llegada de los europeos.
Se estima que Cahokia fue fundada cuatro siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.
Los túmulos de Cahokia fueron designados catalogados como hito histórico nacional (National Historic Landmark) el 19 de julio de 1964, e inscritos en el Registro Nacional de Lugares Históricos (National Register of Historic Places) de Estados Unidos el 15 de octubre de 1966. El Sitio Histórico Estatal de los Túmulos de Cahokia fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982. El parque protege 8,9 km², y es un importante foco de investigaciones arqueológicas.
La región en la que se encuentra Cahokia fue territorio de pueblos nómadas que vivían del forrajeo. El modo en que Cahokia surgió y desapareció es materia de discusión entre los especialistas. De acuerdo con algunos de ellos, la ciudad pudo haber nacido de un consenso colectivo o bien, por iniciativa de un pequeño grupo muy poderoso. El período de florecimiento de Cahokia y otras ciudades misisipianas corresponde a los siglos X-XIII de la era cristiana. Durante esa época se construyeron los túmulos de Cahokia, que son grandes aglomeraciones de tierra que fue extraída de las inmediaciones de la ciudad.
La situación en la que ocurrió el declive de Cahokia no es clara. En general se han propuesto hipótesis que no son respaldadas por evidencia contundente. Algunos investigadores opinan que el valle del Misisipi estuvo sometido a una larga sequía que ocasionó menores rendimientos en los cultivos. Otros proponen que la ciudad estuvo envuelta en una serie de conflictos políticos externos o internos.
Los habitantes no dejaron registros escritos, y no se conoce el nombre original del lugar. “Cahokia” es el nombre de una tribu de los illiniwek que vivía en la región cuando los primeros exploradores franceses llegaron, en el siglo XVII, mucho después del abandono de Cahokia. No se sabe con certeza qué grupos nativos actuales pueden ser los descendientes de los pobladores de Cahokia, pero los osage se consideran a sí mismos descendientes de los caahokianos.
El Túmulo del Monje (Monk’s Mound) es la pieza central de este gran centro ceremonial. Es el mayor túmulo artificial de Norteamérica, y está formado por cuatro terrazas sucesivas. Orientado hacia el sur, se eleva 30,5 metros sobre una base de 316 metros de largo por 241 de ancho.
Las excavaciones en la cima del túmulo han revelado vestigios de un gran edificio de unos treinta metros de largo, catorce de ancho y quince metros de alto.
Al oeste había un círculo de postes de madera dedicado a la observación astronómica, al que se ha bautizado con el nombre de Woodhenge; las excavaciones mostraron que la estructura fue reconstruida varias veces a lo largo de 300 años.
Una plaza de 19 hectáreas se extiende al sur del Túmulo del Monje. En un principio se pensó que esta plaza era natural, pero los estudios realizados en el suelo han mostrado que el terreno, originalmente ondulado, fue nivelado artificialmente, lo que la convierte en la mayor plaza de tierra del mundo. Otras tres grandes plazas, aunque de menor tamaño, rodean el Túmulo del Monje por los otros lados.
Una empalizada de madera con atalayas situadas a intervalos regulares formaba un cerramiento de tres kilómetros de perímetro alrededor del Túmulo del Monje y la Gran Plaza. Se han encontrado vestigios arqueológicos que indican que esta empalizada fue reconstruida varias veces. Parece ser que servía para separar el recinto ceremonial principal de Cahokia del resto de la ciudad.
Además del Túmulo del Monje, se han localizado 108 túmulos de diferentes formas, de los que 68 se encuentran dentro del parque.
Durante la excavación del túmulo 72, un túmulo puntiagudo situado al sur del Túmulo del Monje, se encontraron los restos de un hombre de unos cuarenta años, probablemente un gobernante importante. El cuerpo yacía en un lecho formado por más de veinte mil abalorios de concha en forma de disco, distribuidos formando la figura de un halcón, con la cabeza bajo la cabeza del hombre, las alas bajo los brazos y la cola bajo las piernas. El guerrero-halcón es un motivo muy repetido en la iconografía de la cultura misisipiense.
Cerca de la tumba se encontró un grupo de puntas de flecha, separado en cuatro tipos originarios de cuatro regiones diferentes, lo que demuestra los extensos lazos comerciales de Cahokia.
En el Túmulo 72 se han encontrado más de doscientos cincuenta esqueletos, algunos sin cabeza ni manos, lo que sugiere que se realizaban sacrificios humanos. La relación de estos enterramientos con la tumba central no está clara, y es posible que ni siquiera se realizaran al mismo tiempo. Varios fragmentos de madera encontrados en el túmulo se han datado entre los años 950 y 1000.
Cahokia fue abandonada un siglo antes de que los europeos llegaran a Norteamérica en el siglo XVI. Factores ambientales como la caza excesiva y la deforestación pueden explicarnos el porqué de su decadencia. Otra posible causa es una posible invasión de un pueblo bárbaro del Oeste pero la única evidencia de conflicto encontrada son unas astillas y restos de armas de madera hallados en el recinto principal de Cahokia. Fuera de ser otra evidencia de conflicto, la empalizada parece haber tenido un uso más ritual que militar. Quizá enfermedades propiciadas por la densa población urbana, podrían ser otra causa de la decadencia. Además, algunas pruebas recientes sugieren que un caos político pudo ser la causa del abandono de Cahokia.
Ilustración que intenta recrear la ciudad en su esplendor. (CC)
Nuevas pruebas
Nuevas pruebas pueden resolver el misterio de la enorme ciudad antigua de Estados Unidos
Las inundaciones del Mississippi configuraron el ascenso y la caída de la metrópolis prehistórica conocida como Cahokia.
Los investigadores han debatido durante mucho tiempo las razones detrás del rápido ascenso y la rápida desaparición de Cahokia, una antigua ciudad-estado en expansión cerca de la moderna ciudad de St. Louis. Ahora, un análisis de los núcleos de sedimentos revela que los altibajos de la ciudad corresponden al momento de las mega inundaciones del río Mississippi, según un estudio reciente.
Los datos arqueológicos muestran que los asentamientos agrícolas aparecieron por primera vez en el área alrededor del año 400 d. C. Alrededor del año 1050 d. C. hubo un verdadero auge en Cahokia, que se convirtió en un importante centro político y cultural con una población de decenas de miles. Pero para 1350, un lapso de solo tres siglos, Cahokia se había ido.
Para descubrir pistas sobre el destino de la ciudad, un equipo de investigación dirigido por los geógrafos de la Universidad de Wisconsin-Madison, Samuel Muñoz y Jack Williams, realizó un análisis de tamaño de partículas por difracción láser en muestras de sedimentos del lago Horseshoe, un lago cerca de Cahokia. Las muestras arrojaron evidencia de ocho eventos de inundación separados en los últimos 2.000 años.
Los investigadores descubrieron que los cambios en la magnitud y frecuencia de las inundaciones recientemente identificadas se corresponden con evidencia arqueológica de cambios en la población, el uso de la tierra y los asentamientos a lo largo de la historia completa de Cahokia.
Un período libre de inundaciones comienza alrededor del año 600 d. C., un momento en que los asentamientos se trasladaron desde las laderas más altas a lo largo de los bordes de la llanura de inundación de Mississippi hasta la llanura de inundación propiamente dicha. Los cultivos se cultivaron más intensamente y la población comenzó a crecer. Con el tiempo, Cahokia se convertiría en el asentamiento prehistórico más grande de los Estados Unidos.
Entonces, ¿qué causó la caída de la ciudad? La sequía, la sobreexplotación de recursos y los conflictos humanos se han propuesto como razones detrás del fin de Cahokia. Pero un estudio anterior de sedimentos del lago Horseshoe sugirió que se habían producido grandes inundaciones en el área alrededor de 1200.
Muñoz y su equipo analizaron sedimentos de otro lago oxbow a 120 millas (190 km) aguas abajo del lago Horseshoe y encontraron evidencia confirmadora de la inundación catastrófica. El río Mississippi se elevó más de 33 pies (10 metros) y jugó un papel crítico en el abandono total de Cahokia en 150 años.
Muñoz, cuya investigación fue financiada en parte por una beca Young Explorers Grant de la National Geographic Society, espera que los hallazgos alienten a los arqueólogos a agregar registros prehistóricos de inundaciones, cuando estén disponibles, a su conjunto de herramientas. “Siempre es genial cuando podemos integrar la geoarqueología en la arqueología tradicional”, dice.
Las últimas excavaciones descubrieron evidencia de más de 500 casas con techo de paja. En su apogeo, la ciudad habría sido el hogar de 100,000 nativos americanos.
Ilustración del Túmulo del Monje realizada en 1887 por William McAdams.
Cahokia, la gigantesca metrópoli de EEUU que desapareció sin dejar rastro
A simple vista, puede parecer una simple acumulación de pequeñas montañas, pero debajo de ellas se encuentra uno de los grandes misterios de la historia precolombina
Cuando en el siglo XVII los exploradores franceses llegaron a la zona donde actualmente se encuentra la ciudad de San Louis (Misuri), se encontraron con algo que nunca antes habían visto. Se trataba de un conjunto de montículos que ocultaban los restos de una sociedad que desapareció siglos antes. Los galos, despreocupadamente, dieron el nombre de Cahokia a la ciudad perdida a partir del nombre de la tribu india que ocupaba la zona, sin que les importase demasiado que no tuviesen nada que ver con sus habitantes originales.
Hoy en día se engloba a estos vecinos primigenios de los túmulos de Cahokia en la cultura misisipiana, que se extendió alrededor del río Misisipi en el período que correspondería a la Edad Media europea. A lo largo de los últimos siglos se ha investigado mucho acerca de esta ciudad que fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1982 y que se considera pudo llegar a albergar 40.000 personas (alrededor de la quinta parte de una ciudad como Móstoles). El complejo estaba formado por 120 montículos de distintas formas y tamaños que se extienden alrededor de 16 kilómetros cuadrados.
En el año 1050 era la gran urbe de la región, centro de todas las peregrinaciones religiosas, pero para 1400 ya casi había desaparecido
La última de las excavaciones acaba de ser retratada por Annalee Newitz en ‘Ars Technica‘, en un extenso reportaje que recoge las principales claves para entender este mundo perdido y del que muy poco se sabe. Sobre todo, qué fue lo que provocó que pasase de ser en el año 1050 la gran urbe de la región, centro de todas las peregrinaciones religiosas, a haber desaparecido casi por completo para el año 1400.
Una historia de creencias
Las ciudades formadas por túmulos han sido una constante en la cultura norteamericana. La más antigua se encuentra en Watson Brake (Luisiana) y tiene 5.500 años de antigüedad. En la misma categoría se encuentra Poverty Point (también en Luisiana), dos milenios más joven. Cahokia probablemente sea una hija aventajada de estas construcciones, al haber sido configurada a imagen y semejanza de aquellas, eso sí, cientos de años después.
Su gran período de esplendor tuvo lugar a partir del siglo X. Fue entonces cuando la mal llamada Cahokia se convirtió en la capital de la cultura misisipiana, quizá gracias a su posición privilegiada, cercana a la confluencia de los ríos Misisipi, Misuri e Illinois. La población se disparó desde los 1.000 habitantes hasta, quizá, los 40.000 (cada nueva investigación multiplica la demografía de la zona). Ninguna otra localidad norteamericana superó ese número hasta finales del siglo XVIII, con el ‘boom’ demográfico de Filadelfia.
La explicación que proporciona el profesor de la Universidad de Illinois Timothy Pauketat es que este crecimiento repentino coincidió con un ‘revival’ religioso probablemente ocasionado por la supernova de 1054, que iluminó los cielos durante un mes entero. Las excavaciones realizadas durante los últimos años han mostrado que la mayor parte de la población estaba formada por grupos de inmigrantes que acudían a la ciudad en peregrinaje religioso y terminaban por instalarse en ella y sus aledaños. En ocasiones, muy lejos del centro de la ciudad que marca el conocido como Monks Mound o Túmulo de los Monjes.
Las excavaciones muestran que el túmulo fue construido rápidamente, quizá en respuesta a la rápida migración a la ciudad
Se trata de un monte de 100 metros de altura y 5,6 hectáreas que se alza en el centro de la ciudad, el más grande conocido al norte de México. ¿Por qué Túmulo de los Monjes? Simplemente, por la comunidad trapense que allí vivió durante un tiempo siglos después de sus moradores originales. Sin embargo, en la época de esplendor de Cahokia, se trataba del marcador del centro urbano, al erigirse sobre la Gran Plaza donde se llevaban a cabo los juegos y rituales públicos, como el juego del ‘chunkey‘. Las excavaciones muestran que el túmulo fue construido rápidamente, quizá en respuesta a la rápida migración a la ciudad.
No es que esta mantuviese su forma definitiva a lo largo de los siglos. Durante la fase Lohmann (1050-1100), las viviendas se organizaban en forma de patios cuadrados. Más adelante, en la fase Stirling (1100-1200), se comenzó a adoptar una orientación norte-sur en forma de cuadrícula. Al final del esplendor de Cahokia, durante la fase Moorehead (1200-1350), se retomó la construcción en patios. Sin embargo, este análisis a través de la orientación de los edificios permitió, durante los años 60, descubrir uno de los grandes misterios de la ciudad.
El enigma del Túmulo 72
No hay ciudad perdida sin sus rituales misteriosos. En este caso, se encuentran en el conocido como Túmulo 72, el único construido durante la época clásica de la ciudad que no estaba orientado en la dirección norte-sur, sino 30º fuera del eje este-oeste, alineado con los solsticios de verano e invierno. Aquí hay chicha, pensó el excavador Melvin Fowler (conocido como el “decano” de los arqueólogos de Cahokia). Y tenía razón.
Túmulo 72. (Carptrash/CC)
Encontraron oro arqueológico en forma de dos cadáveres humanos yacientes sobre un lecho de abalorios que formaban la imagen de un halcón, lo que condujo a que el superior pasase a ser llamado el hombre pájaro. Que a su alrededor hubiese infinidad de conchas, artilugios de caza y restos de otros cadáveres (muchos de ellos sin cabeza) indicaba, sin ninguna duda, que se trataba de un entierro ritual. En el resto del túmulo había otros 250 esqueletos, e incluía dos cámaras: una de ellas contenía los cuerpos de 50 mujeres de una edad cercana a los 21 años y la otra alrededor de 40 cuerpos que habían sido asesinados violentamente.
Un estudio publicado este mismo año ha señalado que los dos cuerpos pertenecían a un hombre y una mujer y que probablemente se trataba de un ritual de fertilidad. Nada de grandes guerreros o héroes: con casi total seguridad era el resultado de un ritual sacrificial organizado por las élites de la ciudad para mostrar su poder político y espiritual. Los autores no creen que se trate de un ajusticiamiento, sino de la recreación de un relato mítico que concluía con un sacrificio humano.
¿Por qué se van?
Los vestigios tan solo dejan atisbar de qué manera podía organizarse la sociedad de Cahokia. En el artículo de ‘Ars Technica’ se discute sobre la hipotética jerarquía política, y una de las excavadoras defiende que se trataba de una heterarquía, es decir, un poder dividido en varios centros y que se gobernaban a sí mismos, donde muy probablemente no hubiese un único líder. Sin embargo, hay motivos para pensar que no era exactamente así, o que al menos estos poderes se establecían alrededor del centro; hacia finales del siglo XI, se construyó una empalizada de madera que aislaba al Túmulo de los Monjes del resto de la ciudad. Probablemente, en apenas de un siglo, este centro de la ciudad terminó desapareciendo.
Su gigantesco tamaño provocó el derrumbe del sistema central y, con él, del pegamento que mantenía unida esta vasta sociedad
Fue el principio del fin de Cahokia. En su fase de decadencia, más de la mitad de la población empezó a abandonar la ciudad y a instalarse en otras regiones de la cuenca del Mississippi, o se quedaron en sus propios “barrios” llevando a cabo sus rituales privados. Los factores que explican esta rápida huida probablemente sean medioambientales, aunque también señalan a una posible invasión por parte de pueblos vecinos, a pesar de que apenas haya ningún vestigio de que se hubiesen producido guerras en la zona. Otras teorías apuntan a un posible declive político ocasionado por las conquistas extranjeras.
En sus estertores, los últimos habitantes de la urbe se volvieron a entregar a las prácticas religiosas descentralizadas, y a extender estas a lo largo y ancho de la zona, donde empezaron a brotar túmulos como setas. Es posible que la gente huyese por una gigantesca y destructiva inundación ocasionada por el río Misisipi, o por todo lo contrario, una larga serie de sequías que provocaron que la ciudad no pudiese abastecer a todos sus habitantes. Probablemente, lo mismo que la convirtió en una urbe legendaria fue también lo que contribuyó a su fin: su gigantesco tamaño provocó el derrumbe del sistema central y, con él, del pegamento que mantenía unida esta vasta sociedad
Arkaim
Subcategoría: Ciudad Edad de Bronce
Arkaim se ubica en los montes Urales, a 8,2 kilómetros al noroeste de Amurski, y a 2,3 kilómetros al suroeste de Alexandrowski, ambos pueblos de Rusia. Fue inaugurado en el verano de 1987, y en 1991 fue declarado territorio protegido, gracias a lo cual se salvó de ser una zona inundada por las represas de agua.
Un vuelo encima de Arkaim a bordo un helicóptero le da una increíble impresión. Los círculos concéntricos enormes en el valle son claramente visibles. La ciudad y sus afueras son todas encerradas en los círculos. Todavía no sabemos, que punto el los círculos gigantescos tienen, si ellos fueron hechos para la defensiva, objetivos científicos, educativos, o rituales. Unos los investigadores dicen que los círculos realmente fueron usados como el pista de aterrizaje para spaceport antiguo – Vadim Chernobrovy
El círculo de piedra enorme en Arakaim en Rusia. Construido por el antiguo La Gente Megalítica, conocida como el Kurgan, de quien “los celtas” se cree que provienen. En su documental, Serguei Alekseiev, Zdanovich y Bistrushki explican que la “ciudad esvástica” fue construida por los antiguos arianos, antiguos indoeuropeos, cerca de 4.800 años atrás.
Arkaim está integrada en la llamada cultura aria de hace 4.800 años. Lo descubierto hasta ahora menciona que conocían el bronce. Los arios “proto indoeuropeos”, de los Urales rusos son descritos por el arqueólogo del museo Arkaim, Guennadi Zdanovich como un pueblo tranquilo, gentil, como lo dice su nombre, buenos ingenieros que observaban el sol y la luna, y por tener elevados conocimientos del cosmos.
Lo extraño de Arkaim es su observatorio astronómico circular construido antes de las famosas pirámides de Egipto (según la cronología oficial) y que no hay protoescritura por parte alguna, al menos en teoría. Sus asentamientos ocupan unos 25 kilómetros, con una organización en círculos muy inteligente. Los círculos de construcciones son de unos 170 metros de diámetro. Hay casas entre los círculos y dentro de los círculos.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
La construcción se estructura en dos anillos, uno interno y otro externo, entre los cuales hay una calle circular que da a la plaza central. El anillo externo tiene entre 39 a 40 habitaciones. El anillo interno a su vez fue construido con 27 habitaciones con puertas hacia la plaza central y mide unos 25 a 27 metros. La parte central era para rituales e incluía un canal cubierto. Cada una de las habitaciones incluía un sofisticado sistema de ventilación.
Según la investigación llevada a cabo por el arqueólogo Konstantin Bystrushkin, las pistas de Arkaim señalan 18 eventos astronómicos. Estos incluyen los atardeceres y amaneceres en los días del equinoccio y solsticio, así como los atardeceres y amaneceres de la Luna Llena y Nueva.
Las construcciones eran de adobe con cornisas de madera. Los muros reforzados con ladrillos de arcilla de material incombustible de unos 5 metros de espesor y unos 8 metros de alto, tipo fortaleza.
El asentamiento era circundado de un foso de agua protector de unos dos metros de profundidad y había cuatro entradas siendo la principal hacia el oeste.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
Se comenta que 2.500 personas habitaron esta ciudad y, curiosamente, hay signos de la esvástica por todas partes.
Al margen de los datos prehistóricos, los amantes del misterio comentan que ésta es una de las zonas de Rusia donde más objetos luminosos se aprecian en el cielo nocturno. Los peregrinos vienen aquí durante todo el año para conseguir un poco de agua que cura, desde el río Bolshaya Karaganka, y en el verano se cubren con arcilla. Dicen que ayuda a tratar las enfermedades de la piel.
En los años pasados desde entonces, se ha descubierto que Arkaim en su parte central tenía forma circular, con un diámetro de 160 metros, dimensiones que para aquella época pocas ciudades alcanzaban. Más aún, Arkaim no sólo era una ciudad notable, sino también un inmenso templo y observatorio astronómico.
El muro externo, con cinco metros de espesor y más de cinco metros de altura, tenía cuatro puertas. La más grande se encontraba al suroeste de la ciudad. Intramuros, una sola calle circular con “pavimento” de troncos envolvía el primer barrio como tal. A lo largo de la misma corría un canal de desagüe. Así, ya en aquellos lejanos tiempos, la ciudad poseía canalización de agua corriente. Cerca del centro, se alzaba el muro principal, aún más macizo. Con siete metros de altura y tres de espesor, poseía una sola portezuela bastante disimulada en el sureste del muro. Para llegar a la misma, había que recorrer prácticamente toda la calle circunvalar, o en otras palabras, desplazarse en la misma dirección y por similar trayectoria a las del sol (se entiende que en su proyección terrestre). El centro como tal era una plaza cuadrada, que a juzgar por las huellas de infinitas hogueras que otrora allí se encendieran, se empleaba con ciertos fines religiosos. Precisamente ese cuadrado dentro de un círculo da mucho que pensar, pues para los antiguos el círculo simbolizaba el Universo. Y el cuadrado, la Tierra. Así, los arquitectos de Arkaim desde el comienzo mismo planearon construir un Universo en miniatura.
Además, impresiona comprobar hasta qué extremos llegaban los conocimientos de los antiguos habitantes de Arkaim: ya en esa época, practicaban la agricultura y la ganadería, tenían canalización, utilizaban hornos para fundir el bronce, construían “frigoríficos” naturales, etc. Hoy, Arkaim tiene status de zona vedada, bajo protección estatal.
P. Lovecraft, uno de los mejores escritores de cuentos y novelas de misterio, llamó ARKHAM una extraña ciudad inventada por su fantasía de escritor. ARKHAM… ARKAIM… ¿Parecido, verdad?
“Hay por lo menos dos lugares que se debe llamar Arkaim. El priemro, el Arkaim convencional, son las ruinas que se muestran a los turistas de hoy.
El segundo Arkaim se encuentra un poco más lejos, en un lugar donde las excavaciones están todavía en curso y donde los visitantes no están permitidos. Y, por último, la tercera Arkaim, donde por alguna razón desconocida, incluso los habitantes locales ni se acercan.
Estamos especialmente impresionados por el denominado “Bosque borracho en el que casi todos los árboles tienen troncos torcidos. Es interesante que haya marcas de quemaduras en algunos árboles en varios lugares, pero no se parecen a las pistas un rayo. Posiblemente, hay fracturas que promueven la corteza de la salida de flujo de energía que dejó las marcas en los árboles.
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