Este Mundo, a veces insólito

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Planisferio de King-Hamy

Planisferio de King-Hamy

Planisferio de King-Hamy

El planisferio de King-Hamy, dibujado hacia 1502-1504 según las fuentes, es uno de los más antiguos mapas en los que se representa el Nuevo Mundo. Recibe su nombre de dos de sus antiguos propietarios, el explorador Richard King y el doctor Jules Hamy. Se conserva en la Biblioteca Huntington, en San Marino (California).

Descripción

El planisferio está dibujado sobre un pergamino de 58,5 × 77,2 centímetros. Los bordes superior e inferior están dorados y a los lados derecho e izquierdo se encuentran escalas de latitud. Las Antillas desbordan el margen izquierdo, dibujándose en una «lengua» del pergamino.

Pertenece al tipo de los portulanos, destinado a servir de carta de navegación. Aparecen indicadas numerosas líneas loxodrómicas, indicando rutas de navegación. En el mapa se ha empleado el norte magnético, de donde se derivan algunas particularidades: el ecuador se representa por dos líneas paralelas, una por el este y la otra por el oeste, ligeramente más al sur que la primera. De la misma forma, las escalas de latitud situadas en los márgenes del mapa son diferentes.

América se representa en zonas discontinuas: Groenlandia, Terranova, las Antillas, la costa norte de América del Sur, y la costa este de Brasil. La relación entre el continente americano y Asia queda sin resolver: ambos continentes no están fusionados, como en el planisferio de Ruysch o en el de Contarini-Rosselli poco posterior, pero tampoco se separan nítidamente como en el planisferio de Waldseemüller. Si bien América se sitúa en el extremo izquierdo y Asia ocupa la derecha del mapa, Cuba aparece nombrada como Terra de Cuba, lo que no está en oposición a la creencia de Cristóbal Colón de que se trataba de una extremidad del continente asiático.

Historia

El planisferio debe de haberse dibujado en Portugal o quizá en Italia a partir de fuentes portuguesas. Alguna vez se ha atribuido su autoría a Américo Vespucio.

El mapa fue propiedad en el siglo XIX del explorador Richard King (1811(?)-1876) pasando luego a poder del doctor Ernest-Théodore Hamy (1842-1908). En 1923 lo adquirió Henry E. Huntington para su biblioteca.

Título: Mapamundi King-Hamy Fecha: 1502 Autor: Amerigo Vespucci ? Nicolás Caveri [Canerio]

Descripción: Esta es una carta mundial, que incluye América, con partes de las Indias Occidentales, Venezuela, Brasil y Terranova. El mapa no está encuadernado y originalmente era un gráfico enrollado; ahora está aplanado y montado bajo vidrio. Dibujado sobre pergamino, f. 1 (lleno skin) mide 23 x 37 pulgadas incluyendo la extensión izquierda (el tamaño del mapa es 20.9” x 30.4”). Los bordes superior e inferior están decorados con oro en forma de enrejado y latitud las escamas forman bordes a la izquierda y a la derecha. Las tintas negra y roja se utilizan para la nomenclatura en una letra minúscula con nombres de áreas en mayúsculas cuadradas; las masas de tierra están delineadas en color con islas pintadas de azul o rojo, dorado o plateado; Se proporcionan 12 rosas de los vientos con la habitual red de 32 líneas loxodrómicas en tinta negra, roja y verde para las direcciones principales; escalas de latitud doble (numeradas 5° más arriba a la derecha que a la izquierda) y un ecuador doble (para compensar la variación magnética), pero, por supuesto, no hay escala de longitud es dado; la distancia se indica mediante una serie de pequeños círculos en la esquina inferior derecha; decorado con algunas figuras y viñetas muy desteñidas.

Posiblemente fabricado en Italia a partir de un prototipo portugués de principios del siglo XVI. El académicos A. Magnaghi en Il planisfero del 1523 della Biblioteca del Re en Torino (Florencia 1929) y G. Caraci en Tabulae Geographicae vetustiores in Italia adservatae (Florencia 1932) 3:62 atribuyen este gráfico a Amerigo Vespucci. El nombre actual de este mapa se deriva del siguiente historial de adquisiciones. Perteneció al viajero ártico Richard King (1811?-76) y fue comprado en Londres por Alphonse Pinart (1832-1911); no en su 1884 rebaja. Obtenido de él en París en 1885 por el Dr. Jules Theodore Ernest Hamy (1842- 1908). Finalmente, ASW Rosenbach vendió este gráfico a Henry E. Huntington en 1923.

El gráfico King-Hamy de 1502 se basa en parte en ptolemaico y en parte en portolano. Tradiciones, con tierras recientemente descubiertas añadidas por uno de los primeros exploradores, que se cree que son Américo Vespucio. La sección europea parecía estar basada en la más precisa de las cartas portulano [náuticas]. Este mapa del mundo proporciona evidencia de numerosas y extensos cambios geográficos y geológicos desde los primeros prototipos de su original se dibujaron mapas locales. Fue interesante notar que al colocar el centro de la carta portulano en el Océano Índico, el cartógrafo hizo posible construir un mapa del mundo que abarca toda Europa, Asia, África y las Américas también. Como ya se señaló, el mapa King-Hamy estaba asociado con el nombre de Vespucci. Sin embargo, el Dr. Charles Hapgood y sus estudiantes se convencieron de que, mientras que el compilación del mapa fue sin duda de Vespucci, el dibujo real de la misma no pudo han sido obra de Vespucci. Vespucci afirmó ser capaz de encontrar la longitud por observación astronómica. Sin embargo, en un momento de sus viajes estableció su longitud a 1500 al oeste del meridiano de Alejandría, lo que lo habría puesto en Santa Bárbara, California, mucho más al oeste de lo que nunca viajó, trayendo su Metodología en cuestión.

El examen del mapa King-Hamy revela dos hechos sorprendentes. Primero el mapa mediterráneo originalmente separado había sido orientado a magnético, y no a verdadero, Norte. El compilador no había entendido esto y, por lo tanto, introdujo un error en el mapa. Segundo, es probable que la compilación de este portolano separado con el resto del mapa se hiciera después de la introducción de la brújula en Europa en el siglo XIII, porque fue solo después de esto que se aplicó una orientación magnética a las cartas

La geografía del mapa Desde 1502, indica que los ríos del norte de Siberia desembocan en el Océano Ártico, pero esto el área está ahora bajo hielo. El gráfico también muestra las acciones de los glaciares en los países bálticos, e incluso muestra un antiguo canal de Suez. También muestra lo que hoy son enormes islas en sureste de Asia, pero unido a la tierra. Uno de los mayores enigmas del mapa King-Hamy es India. Se muestra como una península truncada, con una gran masa de tierra que se extiende como una isla hacia el sur. En un teoría obviamente controvertida, Hapgood y sus estudiantes consideraron la posibilidad bueno que esto no fue el resultado de una mala cartografía, sino más bien la influencia de un antiguo época en que se inundaron las llanuras de la India y la parte sur de la península, la antigua Draoidia, era una isla. Porque las desembocaduras del río Ganges, al otro lado del toda la extensión de la India, se colocó correctamente, y que el mapa representa la latitud y longitud bastante bien, propusieron que Dravidia era quizás el centro de una gran civilización marítima, y ​​una cultura avanzada que era muy antigua cuando Egipto fue joven. Además, hay evidencia geológica de la inundación de las llanuras del norte de la India, presentado por AK Dey del Servicio Geológico de la India. En un trabajo titulado “La Shores of India”, siguió playas elevadas hacia el interior tan al norte como el estuario del Indo. También hay evidencia literaria, tradiciones de la antigua India literatura, los Vedas, que habla de una época en que Dravidia era una isla.

Hay sugerencias adicionales de cambios geológicos en el mapa King-Hamy. Hay una gran extensión hacia el sur de la masa terrestre asiática, que curiosamente también fue postulado por Alfred R. Wallace, co-descubridor de la teoría de la evolución. Estudió la distribución de especies en las islas de Indonesia y concluyó que había mucha evidencia de una conexión muy reciente entre Java, Sumatra, Borneo y el continente de Australia También reportó tradiciones nativas que ubicaban esta conexión en el mismo pasado reciente, hace sólo unos pocos miles de años. Hapgood también consideró muy probable que la parte mediterránea del El mapa se dibujó originalmente antes de la explosión de Thera alrededor del 1400 a. C. Finalmente, este La carta portulano indica muchos más ríos de los que existen hoy en día en Europa y el norte de África. Esto parece coincidir con el cambio de clima, que en realidad se sabe que ocurrió en tiempos bastante recientes. Como se mencionó, el mapa King-Hamy recibió su nombre de su primer buscador y editor, respectivamente, ya que su fabricante original sigue siendo desconocido.

Se cree que es uno de los primeros mapas para representar Terranova con un nombre de lugar. Los mapas del mundo, como éste, son representaciones reducidas de la superficie terrestre. Son por tanto documentos ideales para demostrar que se ha producido un descubrimiento. El mapa King-Hamy es también una carta náutica, destinado a ayudar a los marineros. Dadas las dificultades para medir la dirección y la distancia en mar abierto, la mayoría de los navegantes del siglo XVI practicaban lo que se denomina navegación “paralela” o Navegación en “latitud”. Esto requería que el capitán navegara a lo largo de la costa de Europa hasta que alcanzó la latitud del lugar al que quería ir. Luego dejaría el europeo. costa y usar su confiable bastón cruzado para permanecer en esa latitud hasta llegar a la otra lado. Por lo tanto, la distancia que recorrió sería a lo largo de una línea de latitud y relativamente rumbo recto. El capitán estimaría la distancia entre Europa y su destino en el que luego se traduciría en un mapa.

 

Mapa de Juan de la Cosa

Mapa de Juan de la Cosa

Juan de la Cosa

Nacimiento::c. 1450 o c. 1460 Santoña

Fallecimiento: 28 de febrero de 1510jul., Turbaco (Colombia)

Causa de muerte: Combate con indígenas

Residencia: El Puerto de Santa María

Ocupación: Explorador, cartógrafo y conquistador

Obras notablesMapa de Juan de la Cosa

Firma

 

 

 

Juan de la Cosa (Santoña, entre 1450 y 1460Turbaco, 28 de febrero de 1510)1​ fue un navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano.

Juan de la Cosa tuvo un papel destacado en el primer y el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Antillas y en 1499 participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a España dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias, esta vez con Rodrigo de Bastidas. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo una misión como espía en Lisboa y la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. En 1509 emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.

El Nuevo Mundo aparece en la parte superior (en verde) y el Viejo Mundo en la parte central e inferior (en blanco).

El mapa o carta de Juan de la Cosa es el primer mapamundi que contiene una representación de América. De 93 centímetros de alto por 183 de ancho, está pintado a color sobre pergamino y se conserva en el Museo Naval de Madrid. Una inscripción dice que fue realizado por el marino cántabro Juan de la Cosa en 1500 en El Puerto de Santa María de Cádiz. Su rica decoración indica que probablemente fue hecho por encargo de algún miembro poderoso de la corte de los Reyes Católicos.1

El mapa es la representación inequívoca de América más antigua conservada;a​ en él aparecen las tierras descubiertas hasta finales del siglo XV por las expediciones españolas y portuguesas a América. También muestra una gran parte del Viejo Mundo, según el estilo típico de los portulanos medievales, incluyendo noticias de la reciente llegada de Vasco de Gama a la India en 1498.1

La carta de Juan de la Cosa es la única obra cartográfica conservada de las realizadas por los testigos presenciales de los primeros viajes de Cristóbal Colón a las Indias.2​ El mapa hace alusión al descubridor mediante una gran imagen de San Cristóbal que cubre la zona donde debería estar Centroamérica. Sin embargo, Cuba se representa como una isla, en contra de la opinión de Colón, que la consideraba una península de Asia.3

Descripción física

Los Reyes Magos, personajes a la vez bíblicos y legendarios, en Asia.

La carta de Juan de la Cosa es una obra manuscrita, de 93 cm de alto (norte-sur) por 183 de ancho (este-oeste), dibujada sobre dos hojas enlazadas de pergamino de piel de ternera cosidas a un lienzo resistente. Los dos trozos están pegados por el centro, a la altura de Italia y África, y su forma no es simétrica ya que la parte occidental corresponde al cuello del animal.14​ Está ilustrada con tinta y acuarelas.5​ El Nuevo Mundo aparece representado en verde mientras que el Viejo Mundo no está coloreado. En el mapa se señalan los ríos, puertos y núcleos de población mediante símbolos convencionales. Además está profusamente decorado a la manera de los portulanos de la escuela mallorquina con rosas de los vientos, banderas, embarcaciones, reyes africanos y personajes legendarios, por ejemplo el preste Juan de las Indias en África y los Reyes Magos en Asia. La rosa de los vientos situada en el Atlántico contiene una representación de la Virgen y el Niño.61

En el extremo superior del mapa, cubriendo la región centroamericana, existe un recuadro con una imagen de San Cristóbal,7​ probable alusión a Cristóbal Colón.3​ Bajo el santo aparece la referencia al autor y fecha del mapa: Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500. En el margen inferior, a la derecha, aparece otra cartela pero en blanco, aparentemente reservada para algún texto que al final no se incluyó.1

Su estado de conservación es en general bueno pero con algunos desperfectos: desconchados en la parte superior, así como diversos deterioros debidos a un incendio.7

Contiene numerosos topónimos, escritos en castellano,6​ pero algunos de ellos son ilegibles, sobre todo en el Nuevo Mundo.7

Autor y fecha

Texto del mapa que indica el autor, lugar y fecha de realización.

Una cartela del mapa afirma que «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500»; es decir, que “Juan de la Cosa la hizo en El Puerto de Santa María en el año 1500“.3

Juan de la Cosa fue un marino nacido en Cantabria a mediados del siglo XV y muerto en la costa de la actual Colombia en 1509. Tuvo un papel destacado en el primer viaje de Colón a las Indias (1492-93), ya que fue como maestre de la nao capitana, la Santa María. También tomó parte en el segundo viaje del Almirante (1493-96). En 1499 se asoció con Alonso de Ojeda para realizar una expedición propia a América, en la que participó también Américo Vespucio. Partieron en mayo de 1499, recorrieron una parte sustancial de la costa atlántica de Sudamérica y regresaron o bien en noviembre de 1499 o bien en junio de 1500.b​ Se sabe que de la Cosa traía ya un boceto de mapa consigo en el regreso de este viaje.8​ De la Cosa volvió a hacerse a la mar en la expedición de Rodrigo de Bastidas (finales de 15007​ o mediados de 15019​ según diferentes autores) y debió de realizar su carta durante el verano u otoño de 1500. La rica ornamentación indica que probablemente fue realizada por encargo de algún personaje poderoso, quizás el obispo Fonseca.1

Controversias y analíticas

Algunos historiadores han puesto en duda que la carta date de 1500 porque estiman que parte de la información cartográfica contenida en ella no había sido descubierta aún en aquel año. El primero en formular esta teoría fue George E. Nunn en 1934, que afirmaba que Cuba no fue circunnavegada hasta 1509 y que por ello de la Cosa no podía saber que era una isla, que es como correctamente la muestra el mapa. Sus argumentos han sido rebatidos desde entonces,10​ mostrándose por ejemplo que Pietro Mártir ya escribió en 1501 que “muchos afirman haber navegado alrededor de Cuba”.1112​ Otros autores han apuntado que en la carta no figuran muchos de los acontecimientos posteriores a 1500, como por ejemplo el tercer viaje del propio de la Cosa al Nuevo Mundo (1501-1502), que descubrió el golfo de Urabá y la costa del Darién.3

Otra teoría, más ampliamente aceptada, afirma que el mapa que se conserva es una copia del original preparado por de la Cosa.3​ Un indicio a favor de esta teoría es el hecho de que muchos topónimos son ilegibles, como si el copista no hubiese sido capaz de descifrar la letra del autor original.12​ El historiador Hugo O’Donnell ha ido más lejos, opinando que el trabajo de Juan de la Cosa se limitó a un bosquejo que luego fue completado y enriquecido por algún otro cartógrafo.1

Por otro lado, en 1987 el Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado mostró mediante diversos análisis que los pigmentos de la carta eran compatibles con una realización en 1500. No se apreciaron signos de repinte posterior.13

Desaparición y hallazgo

No existe constancia documental directa de la carta pero se sabe que Juan de la Cosa presentó dos “cartas de marear de las Yndias” a los Reyes Católicos en Segovia en 1503. Uno de ellos puede haber sido su mapamundi de 1500 o quizás una versión posterior del mismo, actualizada con los descubrimientos de las expediciones más recientes.14​ Los dos mapas debieron pasar después a poder del obispo Fonseca, en cuyo despacho los pudo contemplar Pedro Mártir, que menciona a Juan de la Cosa en un escrito fechado en 1514:15

Visité al prelado burgalés, patrono de las referidas navegaciones (…) Tuvimos a mano numerosos testimonios de todo lo ocurrido: una esfera sólida del Universo con estos descubrimientos y diversos mapas a los que los navegantes llaman cartas de marear. Una de ellas la habían dibujado los portugueses, con intervención, según decían, del florentino Américo Vespucio (…) Otra carta, comenzada por Colón cuando recorría aquellos lugares, fue adicionada a su entender por su hermano Bartolomé (…) Además, no hubo castellano que a poco que se creyera capacitado para medir tierras y litorales, no se confeccionase su mapa. Guárdanse como los más estimables los que compusieron aquel Juan de la Cosa, compañero de Hojeda (…) y otro piloto nombrado Andrés Morales.

Pedro Mártir de Anglería. Década II, Libro X. Fechada a 4 de diciembre de 1514.

La pista del mapa se pierde totalmente hasta que, en 1832, el barón de Walckenaer se lo compró a un comerciante de París y se lo mostró a varios amigos, entre los que se contaba el erudito alemán Alexander von Humboldt, que fue el primero que lo dio a conocer. El español Ramón de la Sagra publicó en 1837 la parte occidental de la carta y en 1842 el vizconde de Santarém reprodujo la parte dedicada a África.16​ Al morir el barón de Walckenaer en 1852 su biblioteca salió a subasta. De la Sagra alertó al Ministerio de Marina español, que pujó por la carta y logró adquirirla por 4321 francos de la época.1

Ubicación actual

Desde 1853 la carta se expone en la Sala de Descubrimientos del Museo Naval de Madrid. La carta ha realizado muy pocas salidas del Museo. La más dramática ocurrió en noviembre de 1936, en plena Guerra Civil, cuando fue evacuada a Valencia por encargo del Gobierno de la República.1

La carta no ha sido restaurada nunca. Se han realizado varias ediciones facsímil, la primera en 1892 y las más recientes en 1992. Una copia realizada a mano por el cartógrafo del Museo Juan Pedro Suárez Dávila estuvo expuesta en lugar del original desde 1988 hasta 1992.1

Historiografía

La publicación de obras sobre el mapa de la Cosa se ha concentrado en tres momentos históricos:1

Territorios representados

El mapa muestra, de oeste a este: América y sus islas adyacentes; el océano Atlántico con sus archipiélagos principales; Europa, el Mediterráneo y África; el continente asiático y el océano Índico. Aunque a menudo se llama “mapamundi” a la carta de Juan de la Cosa, no lo es en sentido estricto porque su representación de Asia se corta en la península de la India, omitiendo China y Japón.1​ Tampoco aparecen el océano Pacífico ni las regiones antárticas.

Centroamérica y Antillas

Las Antillas Mayores en el mapa de Juan de la Cosa. La flecha roja (añadida) indica la isla de Guanahani.

El trazado del mapa es claro y detallado en la zona de las Antillas, que aparecen representadas cada una con su nombre. Entre el grupo de islas Bahamas dibujado por De la Cosa con gran precisión se encuentra la isla de Guanahani, que curiosamente no recibe ningún tratamiento gráfico especial ni texto particular a pesar de ser la primera tierra “de las Indias” que Colón afirma haber avistado en su Primer Viaje.5

Cuba aparece bajo esa apelación, derivada de la palabra indígena Cubanacán, y no con el nombre de Juana que le había dado Colón.3​ Su imagen es bastante exacta: alargada, con numerosas bahías, estrangulada en dos puntos y con un extremo occidental curvado que forma un amplio golfo lleno de islitas.5​ El autor del mapa la representa correctamente como isla, a pesar de que en junio de 1494 Colón había hecho jurar a todos los que le acompañaban en su Segundo Viaje, entre los que se encontraba De la Cosa, que Cuba no era una isla sino una península del continente asiático.3​ Algunos autores dudan que De la Cosa pudiese conocer el hecho de la insularidad de Cuba en 1500,17​ lo cual implicaría que el mapa debió elaborarse más tarde, pero otros historiadores afirman que para 1500 varias expediciones castellanas ya habían circunnavegado la isla.11

Contrariamente a las Antillas, la costa continental vecina está dibujada de manera imprecisa, faltando las penínsulas de Florida y Yucatán, el golfo de México y en general toda América Central, en cuyo lugar figura una gran cartela con la imagen de San Cristóbal.6​ Se cree que De la Cosa pudo haber tapado a posta con este recuadro la zona centroamericana para evitar dibujar una línea de costa continua entre Norteamérica y Sudamérica, la cual habría negado la existencia del paso marítimo hacia las islas de las Especias que Colón y otros afirmaban existía allí.175

Sudamérica

Detalle del extremo oriental de Sudamérica.

El mapa muestra la costa sudamericana adornada con banderas castellanas desde el cabo de la Vela (en la actual Colombia) hasta el extremo oriental del continente.12​ Allí figura un texto que dice “Este cavo se descubrio en año de mily IIII X C IX por Castilla syendo descubridor vicentians” (“Este cabo se descubrió en 1499 por Castilla siendo el descubridor Vicente Yáñez”) y que muy probablemente se refiere a la llegada de Vicente Yáñez Pinzón a finales de enero de 1500 a la punta oriental de Sudamérica, a la que llamó cabo de Santa María de la Consolación.3​ Más hacia el este aún y separada del continente aparece una «Ysla descubierta por portugal» (“Isla descubierta por Portugal“) coloreada en azul. Probablemente De la Cosa quiso reflejar así la tierra hallada por el portugués Pedro Álvares Cabral en 1500 y que éste había bautizado “Tierra de Vera Cruz” o “de Santa Cruz”.1

En la zona norte de la región sudamericana aparece la Costa de perlas, que había sido descubierta por Colón en su Tercer Viaje (1498) y que fue recorrida por el propio de la Cosa en su viaje con Alonso de Ojeda.3​ Aparecen también dos menciones de otros tantos “mares dulces” (Mar de agua duce y Mar Duce) que corresponden, respectivamente, al de la desembocadura del Orinoco, descubierto por Diego de Lepe en 1500 y al situado frente a la costa de las Guayanas, navegado por Ojeda en 1499.18

Norteamérica

El mapa representa Norteamérica como una masa continental continua que se extiende hasta el Ártico. Se representa de manera más esquemática y con menos indicaciones que otras zonas geográficas.5​ El fragmento de costa norteamericana donde de la Cosa sí escribió topónimos está señalado por cinco banderas inglesas de color azul y marrón situadas entre dos inscripciones referidas a la misma nación: mar descubierta po ynglesie (“mar descubierta por ingleses”) al oeste y cavo de ynglaterra (“cabo de Inglaterra”) al este.3

Se cree que de la Cosa quiso representar de esta manera los descubrimientos realizados por Giovanni Caboto en sus expediciones de 1497 y 1498 bajo bandera inglesa. El embajador castellano en Londres, Pedro de Ayala, debió enviar a los Reyes Católicos una copia del mapa dibujado por Caboto, hoy desaparecido.53

Viejo Mundo

Barcos portugueses llegando a la India.

Las costas de Europa y del Mediterráneo aparecen dibujadas con la precisión habitual de los portulanos de la época.6​ El contorno de África refleja los más recientes descubrimientos portugueses. Así, en el extremo sur del continente hay una nota que dice: “Hasta aquí descubrió el excelente rey D. Juan de Portugal”, en referencia al viaje de Bartolomé Días de 1487-1488. La costa oriental africana, que acababan de reconocer los portugueses, presenta un trazado menos exacto.1

El continente asiático está dibujado sólo en parte y de manera bastante inexacta. El mapa se corta en las orillas del mar Arábigo y faltan por tanto gran parte del subcontinente indio. Ceilán aparece representada como una gran isla triangular llamada Trapobana.5​ Debajo de la península indostánica un texto dice: “Tierra descubierta por el rey D. Manuel, rey de Portugal”, en referencia al viaje de Vasco de Gama de 1497-1499.1​ Aparte de esta nota, la representación de la India es similar a las de los mapas de la Geographia de Ptolomeo así como a la del Atlas Catalán de 1375.5​ En la parte central del océano Índico aparecen dibujadas dos grandes islas, Zanabar y Madagascoa, similares a las del globo terráqueo de Martin Behaim.5

El cortar el mapa para no representar Indochina ni China podría haber sido una estratagema de De la Cosa, que así habría evitado tener que tomar partido sobre si las tierras descubiertas por Colón eran el extremo oriental de Asia o bien un continente nuevo.3

Cartografía

Líneas de referencia

Esquema del mapa con las tres líneas de referencia principales.

El mapa de Juan de la Cosa presenta las líneas de rumbos tradicionales de los portulanos.7​ En él figuran dos rosas de los vientos principales de 32 direcciones, una al sur de la India y otra mayor en medio del Atlántico. Estas dos rosas son los centros de sendas circunferencias determinadas por otras 16 rosas de los vientos más pequeñas. Al contrario de otras cartas posteriores, las rosas de este mapa no se intersecan unas con otras.19​ La línea que une los centros de las rosas constituye el eje principal de la carta.

Además aparecen claramente resaltadas tres líneas rectas: una este-oeste rotulada «circulo cancro» que coincide casi con el eje principal del mapa; otra, llamada «circulo equinoccial» o «línea equinoccial», paralela a la anterior y situada en la mitad sur, y una línea norte-sur que pasa por los archipiélagos de las Azores y de Cabo Verde y corta perpendicularmente a las dos anteriores, titulada «liña meridional». Los historiadores identifican unánimemente el «circulo equinoccial» con el Ecuador y la mayoría consideran que el «circulo cancro» representa el Trópico de Cáncer. Sobre la línea vertical se ha dicho que se trata de la línea fijada por el papa Alejandro VI en la bula Inter Caetera (1493) o bien que es el meridiano tomado como referencia en el tratado de Tordesillas (1494) para dividir el Atlántico entre Castilla y Portugal.1​ Otra teoría afirma que De la Cosa quiso señalar la longitud en la que la declinación magnética se anula, es decir, donde el norte señalado por la brújula corresponde exactamente con el polo Norte geográfico señalado por la Estrella Polar.2

Escala

El mapa proporciona dos escalas en forma de líneas de puntos sin ningún número ni explicación, colocadas en los márgenes superior e inferior de la mitad occidental de la carta.1​ Se cree que la distancia entre puntos podría representar 50 millas.5​ También se ha afirmado que el mapa fue dibujado utilizando una escala diferente para el Nuevo Mundo y para el Viejo,51​ lo cual habría dilatado la imagen de América en una proporción de 1,4:1 respecto al Viejo Mundo.3

El mapa no muestra ni los valores ni la definición del sistema de coordenadas utilizado en su construcción.5

El problema de la latitud

Si se parte de la hipótesis de que el mapa representa el globo terrestre según una malla perpendicular de longitud y latitud, se llega a la conclusión de que de la Cosa fue bastante exacto con las longitudesc​ pero cometió errores de bulto con la latitud de las tierras americanas recién descubiertas: Puerto Rico aparece dibujado sobre el Trópico de Cáncer (el «circulo cancro») cuando en realidad se encuentra cinco grados al sur del mismo;2​ la Española aparece a la misma altura que las Canarias a pesar de que sus latitudes difieren realmente en ocho grados; la costa norte de Cuba parece llegar en el mapa hasta los 36ºN mientras que realmente queda doce grados más al sur.5

Colón parece haber cometido los mismos errores ya que, entre otros ejemplos, en su carta al escribano de ración de marzo de 1493 afirmó de La Española que «el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados», mientras que esta isla se encuentra realmente entre los 17.5 y 20ºN de latitud. En 1494 repitió el mismo dato en una carta a los Reyes Católicos relatando su Segundo Viaje.2

Importancia

El mapa de Juan de la Cosa tiene gran importancia histórica por ser el único mapa conocido realizado por un testigo presencial de los dos primeros viajes de Colón.2 Es además la carta más antigua en la que aparece de forma indiscutible América.

Dado que se trata de una carta manuscrita, no grabada o impresa, sólo unas pocas personas pudieron tener el privilegio de consultarla y estudiarla en detalle. Se cree por ello que su influencia en el desarrollo de la cartografía debió ser limitada.5​ Sin embargo, sabemos que en su época fue apreciada por su calidad ya que o ella o una posterior del mismo autor fue citada por Pedro Mártir en 1514 entre las “cartas de marear” castellanas más valiosas.15

Saber más: https://www.ecured.cu/Mapa_de_Juan_de_la_Cosa

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara

Portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1497)

Los mapas de un misterioso cartógrafo

El mapa es una de las obras más interesantes del creador de gráficos judío Jehuda ben Zara. Creado en Alejandría, representa el mar Mediterráneo, el norte de África, Europa y parte de Asia con bastante precisión para su época. El autor añadió una leyenda a la izquierda de la tabla que la data del 8 de febrero de 1497 y se refiere a la deposición del sultán de El Cairo unos días antes.

Siguiendo la tradición de las cartas náuticas mediterráneas del siglo XV, las costas de esta carta están llenas de nombres de ciudades y puertos costeros, y sus nombres están escritos de forma perpendicular. Los elementos decorativos en el interior también son muy interesantes, mostrando varias ciudades, características topográficas y animales, así como hermosas rosas de los vientos y representaciones de los vientos que rodean el mapa.

Un magnífico ejemplo de carta náutica del siglo XV

El cuadro está escrito en pergamino y mide 67 x 92,5 cm. Entre las diversas representaciones de ciudades, Génova es la más destacada. Las banderas que indican el control político también marcan diferentes territorios en todo el mapa. En África, cuatro tiendas de campaña que se dibujan representan las moradas de soberanos específicos, y una gran banda verde representa las de las montañas Atlas en el norte del Sahara.

Vale la pena mencionar los hermosos animales representados en África. Un avestruz parece correr hacia el oeste sobre el Sahara, y en el noreste de África, un lugareño monta un camello deliciosamente dibujado. Un elefante puede ver en la parte oriental de África, mostrando las referencias que tenían los europeos sobre la fauna africana.

Cinco cabezas que representan los vientos Alrededor del mapa se dibujan e insertadas en círculos, un detalle decorativo también presente en otras cartas náuticas de la época, como las obras de Petrus Roselli. Estas decoraciones de alta calidad indican que la carta fue hecha para ser exhibida por un noble, más que para usarla en el mar.

Por sus características decorativas y estilísticas, este mapa es un magnífico ejemplo de las cartas náuticas catalano-mallorquinas obras de del siglo XV, una de las escuelas cartográficas más importantes del sur de Europa. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, bajo la marca Borg. VII.

El judío Jehuda ben Zara, también conocido como Judah Abenzara, es autor de cartas náuticas mediterráneas de finales del siglo XV. Poco se sabe de su vida, pero, dados los rasgos estilísticos de sus obras, se cree que estuvo en estrecho contacto con la escuela de cartógrafos catalano-mallorquines.

Por su situación estratégica y actividad comercial, la isla de Mallorca fue uno de los primeros y más importantes centros cartográficos del Mediterráneo. En la isla convivieron diferentes culturas, entre ellas la islámica, la latina y la judía, y el reflejo de esa convivencia se refleja claramente en el arte y la cultura mallorquina.

Las cartas náuticas creadas en ese contexto son un buen ejemplo de esta mezcla de culturas. Los cartógrafos judíos dibujaron algunas de las cartas más importantes y fastuosas de la época, como el llamado Atlas catalán realizado por Abraham y Jehuda Cresques, y las obras de Juan de Vallseca. La carta náutica de Jehuda ben Zara es otro ejemplo de esa mezcla de culturas.

A partir de la Baja Edad Media, los portulanos fueron los mapas más completos para navegar por el Mediterráneo. Estas cartas náuticas que guiaban a los navegantes se solían elaborar en pergaminos y por lo general no contaban con demasiada ornamentación. Sin embargo, las que se conservaban en las cortes incluían ilustraciones acompañadas por planisferios, calendarios y tablas astronómicas.

Comentarios

El portulano de Yehudi Ibn Ben Zara (1487) representa Europa del Norte con su glaciar tal como estaba 12.000 años atrás y el Mediterráneo con el nivel que tenía durante el último período glaciar, pues las islas se las observa en dicho mapa de mayor tamaño de lo que debería ser. También está trazado Groenlandia sin hielo.

Aquí también la precisión de las longitudes es asombrosa.

No se sabe demasiado de Jehudi ibn Ben Zara, excepto que este cartógrafo árabe trazó las coordenadas del Mediterráneo, el Adriático y el mar Egeo en 1487, antes del deshielo general en Europa. Sorprende como el autor de este portulano —colección de mapas y cartas marinas, encuadernadas en forma de atlas, en los que figuran los puertos y costas de importancia— pudo representar los efectos de la última glaciación en Europa. Su conocimiento de la cartografía terrestre fue similar al actual en cuanto al sistema de proyección y al dominio de la trigonometría esférica. Sin ellas no podría haber realizado los cálculos matemáticos que se necesitan para situar de forma precisa los hallazgos geográficos descritos.

Para la realización de su portulano Ben Zara se basó en antiguos mapas, anteriores al del astrónomo Ptolomeo, albergados en la Biblioteca de Alejandría.

En el se pueden contemplar las costas mediterráneas europeas y norteafricanas. También aparecen glaciares a la misma latitud que Inglaterra así como los mares Mediterráneo, Adriático y Egeo, antes de que se deshiciera la capa de hielo de Europa.

Llama la atención en este mapa la representación con todo detalle de las numerosas islas que pueblan el mar Egeo, cuya situación coincide prácticamente con la actual. Las variaciones son mínimas y se deben en parte a que algunas islas se sumergieron al finalizar el deshielo.

Los descubrimientos que plasmó este misterioso cartógrafo en el trazado de sus mapas —los mares conocidos antes del deshielo— con las limitaciones de su época es inexplicable. Sólo cabe pensar que el autor contaba con profundos conocimientos de astronomía, hidrografía y matemáticas. Algo inaudito en el siglo XV pero real. Su portulano se puede ver en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

Investigación

El investigador escandinavo A. E. Nordenskjold estu­dió cuantos portulanos pudo encontrar en la década de 1890. Tras haber analizado cientos de ellos procedentes de otros tantos museos europeos, Nordenskjold llegó a la conclu­sión de que todos habían sido copiados de una carta de navegación original, extremadamente precisa en términos de latitud y longitud.

De hecho, era más precisa que algu­nos de los mapas que se realizaban en tiempos de Nordenskjold.

El resto de portulanos reproducían dicha precisión en mayor o menor grado dependiendo del cuidado puesto a la hora de copiarlo. Con todo, eran mucho más precisos que los mapas realizados por Ptolo­meo y que aquellos que nos han llegado de la época medieval.

El profesor Charles Hapgood, experto del Keene State Teacher’s College, continuó en los años 50 y 60 la labor comenzada por Nordenskjold a finales del siglo XIX. Hapgood consiguió que sus análisis fuesen corroborados por la Sección Cartográfica del Mando Aéreo Estratégico de las Fuerzas Aéreas estadounidenses (8° Escuadrón de Reconocimiento Técnico).

Al igual que Nordenskjold, Hapgood llegó a la conclusión de que todos los portulanos parecían haber sido copiados de un único mapa, ya que todos mostraban los mismos rasgos distintivos. Hapgood también concluyó que el portulano de Ibn ben Zara, fechado en 1487, era el mejor y el que con mayor esmero había sido copiado del original.

El mapa Ibn Ben Zara, 1487

Es probable que no se tratase del original, pero sí del que mejor lo había reproducido.

Hapgood dice al respecto: «Me atraía estudiar dicho portulano porque parecía muy superior a todos los demás que había visto, sobre todo en la finura de la delineación de cada detalle de las costas. Al examinar estos detalles en comparación con mapas moder­nos, me asombró comprobar que no había islote, por pequeño que fuese, que no hubiera sido reflejado. (…) Las coordenadas del mapa revelaron una precisión asombrosa en lo tocante a las latitudes y longitudes relativas. La longitud total entre el mar de Azov y el estrecho 3de Gibraltar solo se desviaba medio grado de la realidad».

 Esto supone un error de solo 50 kilómetros en una distancia total Este-Oeste de más de 5.000 kilómetros, y demuestra más precisión que los mapas de carretera de mediados del siglo XX.

Todos los portulanos que han llegado hasta nuestros días se centran en Europa: muestran la costa atlántica y todo el Mediterráneo, y suelen incluir también el mar Negro. Excepcionalmente, como es el caso del mapa de Ibn Ben Zara, llegan por el norte hasta el mar de Azov. Uno o dos de los portulanos se extienden por el este hasta el mar Caspio En todos ellos, la precisión longitudinal es asombrosa.

Debemos plantearnos una pregunta clave. Aunque en los portulanos a los que tenemos acceso solo aparece Europa, ¿cubría el mapa original del que proceden todos los demás una zona mucho mayor?
Es más, dichos portu­lanos ¿pudieron haberse copiado de la zona europea de un mapa más amplio que cubría todo el mundo?

Nos encontramos ante una cuestión de vital impor­tancia.

Si los portulanos solo cubren la zona europea de un mapa del mundo mayor o «mapamundi», como dirían los académicos—, podemos deducir que el resto del mundo estaría representado con la misma precisión que la parte europea.

En resumen, que de haber existido dicho mapamundi, habría representado con precisión Europa, Asia, África y las dos Américas, ya que no hay motivos para suponer que el resto del mundo hubiese sido dibujado con menor precisión que la parte europea. Conviene hacer hincapié en lo delicado de la situación: de haber existido un mapamundi que representase Europa, Asia, África y las dos Américas, los poseedores de tan preciado mapa se habrían percatado de la presencia de tierras al otro lado del Atlántico, tierras que no correspondían a Asia.

¿Existió realmente un mapamundi semejante? ¿Llegó a manos de los templarios? ¿Llevaron estas copias a Portugal y a Escocia que sirvieron de guía en los viajes transatlánticos en busca de refugio contra la persecución religiosa en un Nuevo Mundo que no era Asia?

Interpretación de:

HISTORIA DE LA CARTOGRAFÍA

LA EVOLUCIÓN DE LOS MAPAS

TERCERA PARTE. EL MUNDO MODERNO

EL RENACIMIENTO Y LAS GRANDES

EXPLORACIONES

VOLUMEN I

Juan Romero-Girón Deleito

La carta de 1497 ha originado una extraña interpretación, iniciada por el político francés Jacques-Victor Broglie (1821-1901) y desarrollada posteriormente por Charles Hutchins Hapgood.453 En su opinión se observan algunas anomalías que revelan que el perfil de las costas se corresponde a un tiempo en el que el nivel de las aguas era inferior al actual como consecuencia de la última glaciación, que aún no se había retirado completamente. Por ejemplo, la desembocadura del Guadalquivir es una gran bahía en lugar de un delta, y en el mar Egeo aparecen islas en número superior al real por comprender islas que hoy se hallan sumergidas. Los últimos glaciares parecer estar representados en las áreas en blanco en el interior de las islas de Irlanda y Gran Bretaña (Fig, 401). La deducción resultante es que esta carta se basa en la copia de un antiguo mapa que pudo conocer Jehuda ben Zara en Alejandría, y que tuvo que ser dibujado por una avanzada civilización tecnológica que existió hace unos 8.000-10.000 años. Por asombroso que pueda parecer, esta idea ha tenido seguidores. Sin embargo, la respuesta es sencilla, y lo asombroso es que haya surgido esa interpretación. Nada hay en la carta de Jehuda ben Zara que no pueda encontrarse en otras cartas anteriores de Valseca, Benincasa o Rosell, y nada hay de misterioso: por ejemplo, el diseño del mar Egeo y sus islas es plenamente coincidente con la carta de Valseca de 1447. En cuanto a los supuestos glaciares, solo son la zona de la isla que queda sin colorear después de sombrear los márgenes. La carta de 1505 es idéntica y no hay rastro alguno de tales glaciares, ni en las islas Británicas ni en Escandinavia.

Existen serias duda debido a su precisión.

Hartmann Schedel

Hartmann Schedel

Nacimiento: 13 de febrero de 1440jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 28 de noviembre de 1514jul. (74 años); Núremberg (Ducado de Baviera)

Nacionalidad: Alemana

Educado en: Universidad de Leipzig

Ocupación: Cartógrafo, historiador, médico, artista gráfico, xilógrafo y coleccionista

Movimiento: renacimiento alemán, humanismo renacentista

Obras notables: Las Crónicas de Núremberg

Imagen de la ciudad de Florencia de la Crónica de Núremberg.

Hartmann Schedel físico y humanista alemán. Su trabajo más reconocido es la Crónica de Núremberg, también conocido como Schedelsche Weltchronik, uno de los libros incunables más valorados de Europa.

Biografía

La familia y la persona de Harmann Schedel son únicamente conocidas a través de cartas y notas. La fuente más importante para estudiar su biografía es la copia de su libro de familia, conservada en Berlín (Berliner Staatsbibliothek). Hartmann nació en Núremberg dentro de una familia acomodada, su padre Hartmann el viejo se dedicaba al comercio, oficio que ejercerían con el tiempo los dos hermanos del humanista: Georg y Johannes. Hartmann se matriculó con 16 años en la Universidad de Leipzig, donde estudió hasta 1463, año en que terminó su Magister artium en artes humanitis y como oyente en ciencias jurídicas. Al finalizar este año se traslada a Padua donde hasta 1466 se dedica al estudio de la medicina y de la física. Finalmente termina su trayectoria académica en 1470 cuando empieza a trabajar como médico en su ciudad natal con el doctorado ya terminado. En 1475 se casa con Anna Heugel y 12 años más tarde en segundas nupcias con Magdalena Haller, de ambos matrimonios tendrá 12 hijos. Con el tiempo Schedel terminará formando parte del consejo de la ciudad, donde los personajes más poderosos del Núremberg bajomedieval de daban cita.

Libros

Schedel desarrolló pronto el interés por los libros, llegando a formar una gran biblioteca a base de compras, intercambios o directamente mediante la propia elaboración o impresión de libros. Hoy esta biblioteca está dispersa entre la fundación Fugger, la biblioteca central de Baviera (Bayerische Staatsbibliothek) y Londres, Nueva York, Praga y Hamburgo.

Las Crónicas de Núremberg

Sin duda la gran obra de Hartmann Schedel es la Crónica de Núremberg o Schedelsche Weltchronik (Crónica mundial de Schedel), un atlas histórico que recorre las diferentes etapas de la historia de la humanidad según la cosmovisión de la época. En esta obra participaron otros humanistas conocidos en la Alemania del XV, como Hieronymus Münzer, también ciudadano de Núremberg.

 

 

El Mundo Antiguo

 

 

 

El Templo de Salomón.1

 

 

Menorá, fol. 32r.

 

 

 

 

 

Esquemas del Templo. Puertas

 

 

 

 

Santuario

Templo de Ezequiel

 

 

 

 

 

 

 

 

Abriendo desde el Crónica de Nuremberg, mostrando Erfurt

 

 

 

 

1493 Xilografía de la Ciudad de Rodas, por Hartmann Schedel

 

 

 

 

Con el invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1447, se hizo factible imprimir libros y mapas para una mayor base de clientes. Debido a que tenían que estar escritos a mano, los libros antes eran raros y muy caros.

Schedel también fue un notable coleccionista de libros, arte y antiguas impresiones maestras. Un álbum que había encuadernado en 1504, que una vez contuvo cinco grabados por Jacopo de ‘Barbari, proporciona evidencia importante para fechar el trabajo de de ‘Barbari.

Su gran obra fue Liber Chronicarum, publicado en Nuremberg en 1493, en latín y en alemán. El libro se divide en siete épocas o edades, que van del Génesis al siglo XV y sigue las pautas de la geografía tolomeica, con Jerusalén como centro del mundo.

El libro está considerado como obra de referencia entre los textos incunables por el elevado número de ilustraciones que lo acompañan, realizadas a partir de las xilografías de Michael Wolgemuth, maestro de Durero, y William Pleydenwurff. Contiene unas 1.800 imágenes muy variadas que representan los rasgos históricos, religiosos y mitológicos definidores del mundo. Así, aparecen pasajes bíblicos, santos, mártires y milagros, retratos de reyes y reinas, actividades humanas y un amplio repertorio de vistas de ciudades europeas. El libro destaca también por la compaginación que guardan textos e imágenes, lo que supone un claro avance hacia el moderno concepto de diseño editorial. Su difusión fue masiva en su época y existen copias coloreadas a mano.

Liber chronicarum

Norimbergae : Antonius Koberger, 1493

BH INC FL-200

Enlace al catálogo y al texto completo
El Liber chronicarum de Hartmann Schedel, también conocida como la Crónica de Nuremberg es una historia ilustrada del mundo desde la Creación hasta 1492, que sigue el Génesis y el esquema propuesto por San Isidoro de Sevilla, así como las pautas geográficas de Ptolomeo. La parte más extensa de la obra es la dedicada al momento presente,  en la que incluye referencias de un importante número de ciudades europeas. Es uno de los libros más notorios del periodo incunable. Su editor, Koberger, activo en Nuremberg entre 1470 y 1513, fue el más poderoso de su época. Su producción principal fue de obras de carácter erudito,  pero publicó además obras ilustradas como ésta que nos ocupa, de la que existen copias coloreadas a mano, una de ellas se conserva en la Biblioteca Marqués de Valdecilla.

Contiene unas 1.800 ilustraciones, realizadas en los talleres de Wolgemuth, en el que aprendía el joven Durero, y de Pleydenwurff. Son imágenes muy variadas de temática religiosa, mitológica, histórica y geográfica, ofreciendo un amplio repertorio de vistas de ciudades.  Estas 89 vistas de ciudades son lo más característico del Liber Chronicarum. De ellas una tercera parte son reconocibles por su topografía y sus edificios principales. Las vistas de  Roma, Venecia, Génova y Florencia se basan en grabados de obras publicadas anteriormente.

En cambio, las ciudades del Imperio Germánico y las zonas próximas del Baltico y Europa Central eran mejor conocidas por los artistas del Liber Chronicarum. Las vistas de las mismas se basan en dibujos tomados del natural. Tienen valor topográfico, a pesar de su carácter sintético, y reproducen fortificaciones, puentes, palacios e iglesias, con los rasgos de los estilos arquitectónicos locales. Mención especial merece la vista de Nuremberg, ciudad del editor, a doble página completa, con indudable carácter propagandístico.

Hay también vistas imaginarias construidas a partir de un prototipo de ciudad medieval, fortificada, en la que sobresalen edificios religiosos y castillos, en una topografía de valor estético. Son  también imaginarias las vistas de Jerusalem y Constantinopla, representadas a partir de una recreación de sus edificios más simbólicos.

La obra contiene, además, dos mapas. El primero es un mapamundi basado en la configuración de Ptolomeo. Utiliza como modelo el de la edición de la Cosmografía de Pomponio Mela impresa por Ratdolt en Venecia 1488, pero simplificando burdamente los detalles. El segundo es un mapa de Europa Central y Oriental, el primero que aparece en un libro impreso, basado en un dibujo atribuido a Nicolás de Cusa.

En el mapa del mundo del Liber Chronicarum, 1493 Hartmann Schedel dibuja en su margen criaturas fantásticas que pueblan las regiones más remotas: blemias, ambaris, arimaspos, cinocéfalos, hipopodios o panottis entre otros.

 

 

Liber Cronicarum. Germania

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Liber Cronicarum. Sajonia Magna

La carta de Colón

La carta de Colón

Mapa atribuido a Cristóbal Colón

La carta de Colón

Autor: Colón, Cristóbal, 1451-1506

Fecha: 1492

Descripción

Este mapa, en pergamino, anónimo y sin fecha, se conserva en la BnF (GE. AA 562), que lo adquirió en 1848. Mide 82 x 41 cm. No era un mapa desconocido, pero no había recibido atención hasta que Charles de La Roncière, en 1924, expuso la teoría de que había sido hecho por Colón (o bajo su dirección), que lo presentó a la corona española en las negociaciones de Santa Fe en 1491 y que lo llevó consigo en su primer viaje. Desde entonces se le llamado “Mapa Colombino”, pero sin creerlo, porque esta teoría ha sido rechazada.. La carta yuxtapone un mapamundi cosmográfico con un mapa portulano de navegación. En la parte izquierda del pergamino contiene una representación circular del mundo que tiene como centro a Jerusalén rodeada de círculos celestiales, lo que simboliza el concepto geocéntrico del universo; una nota en latín indica que, a pesar de ser dibujado sobre un plano, el mapamundi debe considerarse esférico. En la parte derecha contiene una representación portulana del Mediterráneo complementada con un trazo del Atlántico que se extiende desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Igualmente indica con nomenclatura los últimos descubrimientos portugueses a lo largo de la costa africana, incluye al este el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, al oeste indica una serie de islas (algunas imaginarias) desde el Ártico hasta el golfo de Guinea. La bandera española sobre Granada sugiere que el mapa fue elaborado después de 1492, fecha en que la ciudad musulmana es conquistada por los Reyes Católicos.

Los mapas de Cristóbal Colón

Colón adquirió gran parte de su formación con la lectura de los clásicos, de manera que seguramente sabría desde entonces que Eratóstenes había defendido la posibilidad de alcanzar las Indias desde Hispania, navegando siempre hacia el Oeste y por el mismo paralelo.

Cristóbal Colón fue un prolífico y acreditado cartógrafo que ejerció como tal antes y después de iniciar su viaje al extremo oriente. Sin embargo se conservan pocos mapas que puedan serle atribuidos con muy poca incertidumbre. El primer ejemplo digno de mención es el croquis que se conserva en el archivo de los duques de Alba y que representa el litoral septentrional de La Española (Haití y República Dominicana). El dibujo, que debió realizarse entre 1492 y 1493, contiene topónimos tan esclarecedores como Nativida, el cual alude a la primera colonia fundada por Colón, y Civao, referido a la isla Cipango (Japón) citada por Marco Polo; últimamente se le atribuye también a su hermano Bartolomé. La importancia de este documento, descubierto en el año 1894, para la historia de la cartografía es capital al tratarse del primer mapa europeo del nuevo mundo; su formato es de 56 x 39 cm. El siguiente ejemplo es menos relevante por tratarse de los mapas imaginarios que ilustraron las sucesivas ediciones de la carta que dirigió a los reyes católicos el 15 de febrero de 1493, con el fin de representar las islas allí mencionadas. La carta, que conmocionó al viejo mundo, daba cuenta de sus descubrimientos y de la existencia de una serie de islas que bautizó con los nombres de San Salvador, Santa María de Concepción, Fernandina, Isabela y Juana; aunque no es seguro que los mapas fuesen dibujados por Colón si es probable que fuesen supervisados por él mismo.

Muchas menos dudas ofrecen otros mapas indudablemente atribuidos a nuestro protagonista, ya que figuraban en las márgenes de la carta que escribió al rey Fernando desde Jamaica el día 7 de julio de 1503, relatando su cuarto viaje; una copia de la misma fue llevada a Roma por Bartolomé Colón con la intención de que el papa intercediera ante el rey para que le encargase a su hermano la colonización y evangelización de aquellas costas tropicales. Todos ellos fueron copiados por el italiano Alessandro Zorzi, siendo estos ejemplares los únicos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Florencia, en forma de tres láminas de 100 x 165 mm.

EL penúltimo testimonio cartográfico de Colón aparece en el mapamundi que realizó el almirante turco Piri Reis en el año 1513, un portulano del que solo se conserva un fragmento de 63 x 90 cm en el Museo Topkapi Saray de Estambul. En dicho fragmento figura un texto sumamente esclarecedor ya que el autor reconoce que esa parte del mapa (la zona caribeña) la copió de un mapa de Colón. La afirmación de Piri Reis está muy bien documentada puesto que fue su tío Kemal Reis el que se lo proporcionó, tras habérselo requisado a un esclavo español que había sido tripulante de un barco que capturó la flota turca, por él comandada, en el año 1501 y en las proximidades de Valencia; el mapa permaneció en el anonimato hasta que fue descubierto en dicho museo, durante el año 1929, por Gustav Adolf Diessmann.

EL último documento cartográfico atribuido a Cristóbal Colón es conocido en la bibliografía especializada como ‘El Mapa de Colón’, desde que en el año 1924 así lo hiciera el historiador francés Charles Marie de la Ronciére. Sin embargo, se trata en realidad de dos mapas perfectamente diferenciados, dibujados sobre un mismo pergamino, y separados por una nítida línea dorada. El mapa de la izquierda es una carta celeste en la que aparece representado el modelo geocéntrico de Tolomeo, es decir las nueve esferas clásicas sobre las que se situaban los planetas: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno; la octava esfera era la de las estrellas (también llamada de las fijas) y la nona la mansión de los bienaventurados, aunque el autor la dejase en blanco. Todas ellas rodeaban a la Tierra, representada mediante un planisferio del viejo mundo cuyo centro correspondía a Jerusalén; aunque el autor anotase en el dibujo que la representación plana debía ser considerada esférica. La influencia religiosa se hace aún más evidente cuando se observa la imagen del paraíso terrenal, rodeado entre montañas, en el borde más oriental de la Tierra.

EL segundo mapa es un portulano limitado por cuatro rosas de los vientos, de las que parten las correspondientes líneas de navegación, apareciendo representada la cuenca mediterránea y el litoral atlántico, desde Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Una de sus características más destacables, en este contexto, es la localización de las ciudades importantes del interior; el hecho de que figuren Granada y Santafé con los pendones de Castilla y León permite pensar que es posterior al 2 de enero de 1492. Dado que no aparecen representados los descubrimientos posteriores a esa fecha, no sería extraño que el dibujo se realizase dentro de los primeros meses de ese mismo año, después de la toma de Granada y antes de que diese comienzo la primera travesía de Colón. Asimismo debe reseñarse que en uno y otro mapa aparecen textos que guardan estrecha relación con las apostillas que aparecen en los libros usados por Cristóbal Colón, en una de las cuales se remite al lector a cuatro mapas que contenían esferas, una costumbre poco habitual en aquella época. Hay pues sobradas razones para suponer que él fue el cartógrafo responsable, aunque todavía falte la prueba definitiva que confirme tal suposición.

Croquis de la isla Española (Haití y República Dominicana) y una imagen de satélite de la misma zona

Mapa realizado por los hermanos Colón luego del último viaje de Cristóbal y antes de morir (1506). Centroamérica aparece al sur de China y al este de Indochina, de la cual la separaría solo un mar, el Magnus Sinus (Océano Pacífico). Las relatos indígenas sobre reinos muy ricos, lo llevarían a pensar en China, al norte, -aunque en realidad se tratara de México-, y Catticara, al sur de Indochina, mencionada en los mapas antiguos,- tal vez Perú o Colombia-. Costa Rica aparece con el nombre de Cariai. Aurea Chersonesus son las Molucas o Especiería, Malasia e Indonesia.

 

 

Mapa atribuido a Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal y miembro del cuarto viaje del Almirante. Se observan los accidentes costeros descubiertos en Centroamérica, junto a nombres continentales de Asia. Colón nunca se percató de que la costa Caribe del Istmo era la tierra firme de un “nuevo” continente.

 

Mapa en la BnF (GE. AA 562). Ilustraciones en Hispania

Globo terráqueo de Martin Behaim

Martin Behaim

El Erdapfel: globo terráqueo

Nacimiento: 6 de octubre de 1459jul.; Núremberg (Ducado de Baviera)

Fallecimiento: 29 de julio de 1507jul. (47 años); Lisboa (Portugal)

Padres: Agnes Schopper; Martin Behaim

Información profesional

Ocupación: Explorador, cartógrafo, astrónomo, cosmógrafo, trapero y filósofo

Martin Behaim, conocido también como Martín de Bohemia (Núremberg, 6 de octubre de 1459Lisboa, 29 de julio de 1507), fue un comerciante, astrónomo, navegante y geógrafo alemán que prestó servicios a Portugal, donde radicó prácticamente la mitad de su vida. También fue célebre por haber construido el globo terráqueo más antiguo que se conserva.1

Su comienzo

Nació en Núremberg, Franconia Central, actualmente Baviera. Perteneció a una rica familia de comerciantes judíos originarios de Bohemia que se establecieron en la ciudad a inicios del siglo XIV. Fue el mayor de siete hermanos. Su padre fue un importante comerciante que en sus primeros años tuvo negocios en lugares tan alejados como Venecia y que más tarde, en 1461, llegó a ser elegido senador. Este moriría en 1474: varios años antes que su madre, Agnes Schopper, fallecida el 8 de julio de 1487.

En su juventud, estaba decidido a tomar una carrera comercial y fue educado de manera integral para dicha labor.2​ Obtuvo experiencia a partir de los negocios de su padre; luego de la muerte de este, se unió con su tío Leonhard Behaim junto con Bartels von Eyb, amigo de la familia Behaim y uno de los ejecutores del testamento de la madre de Martin.

Estancia en los Países Bajos

En 1476, Martin buscó aplicar sus conocimientos mercantiles y técnicos como aprendiz de comerciante; se reunió con Jorius van Dorpp, un vendedor de ropas de la ciudad de Malinas, con quien permaneció alrededor de un año. En ese tiempo, juntos visitaron las ferias de Fráncfort, donde Martin pudo poner en práctica sus conocimientos de mercadería. Sin embargo, a inicios de 1477, los caminos que conducían a la feria no resultaban seguros para los viajeros, por lo que van Dorpp prefirió vender sus ropas a un comerciante alemán en Amberes. A finales de año, y por deseos de su madre, Martin regresó a la feria de otoño de Fráncfort y se reencontró con von Eyb, quien lo ayudó en sus actividades.

En 1478, mientras trabajaba en la feria de otoño de Fráncfort, escribió una carta a su tío Leonhard (fechada el 18 de septiembre), en la que expresaba que ya no quería trabajar en Malinas para seguir mejorando su experiencia como comerciante. Fue por entonces que Martin se trasladó a una tienda de teñido de ropa administrada por Fritz Heberlein (nativo de Núremberg pero establecido en Amberes), donde aprendió aritmética. En una carta del 8 de junio de 1479, enviada a su tío Leonhard, expresaba que allí podía experimentar el aprendizaje de una mejor manera. Culminaba así su práctica como aprendiz de comerciante.

Estancia en Portugal

Martin fue por primera vez a Lisboa en junio de 1484, con el objetivo de comerciar en ese país; en aquella época se habían establecido relaciones comerciales entre Portugal de un lado; y Flandes, la Liga Hanseática y algunas ciudades de la Alta Alemania, por el otro.

Poco tiempo después se hizo amigo de Josse van Hurter, capitán donatario de Isla de Faial e Isla del Pico en las Azores, cuya hija Joanna de Macedo se convirtió en esposa de Martin (ocurrió en 1488 o antes, y tuvieron un hijo que nació el 6 de abril de 1489). Esta conexión con van Hurter conllevó a que pudiera tener acceso a la Corte y a la aristocracia portuguesa. Así pudo Martin establecerse comercialmente y residir en Faial y logró asistir a su suegro en la administración del territorio.

Martin fue nombrado caballero por el rey Juan II de Portugal, el 18 de febrero de 1485. No se conoce la razón exacta del nombramiento, pero las causas más probables pueden ser la de haber servido como astrónomo y cartógrafo o la de haber participado en una de las numerosas batallas que libraban los portugueses en Ceuta o contra los moros en África.

Es posible que hubiera conocido a Cristóbal Colón durante la visita de este último a Portugal y que llegasen a discutir acerca de un proyecto para el descubrimiento de las Indias por el oeste; este hecho fue relatado por Antonio de Herrera en su Historia General de las Indias; cuando explica el descubrimiento de Colón y sus viajes, añade que Colón «confirmó su opinión con su amigo Martín de Bohemia, un portugués, oriundo de la isla de Fayal, un cosmógrafo de gran criterio».

Miembro de la Junta dos Mathematicos

El rey Juan II fue conocido en varias ocasiones por hacer consultas científicas y técnicas con sabios que eran de su confianza y tenían disposición. Es así que Martin logró pertenecer a la Junta dos Mathematicos entre 1484 y 1485. Su tarea era determinar varios métodos para medir la latitud a partir de la altitud de los meridianos del Sol, debido a que la Estrella Polar que servía de referencia en el pasado, no era útil para los navegantes portugueses que cruzaban el ecuador, ya que dicha estrella no era visible en el hemisferio sur y causaba graves problemas de desorientación.

Según João de Barros, la Junta dos Mathematicos estaba formada por los físicos maestro Rodrigo y maestro Josepe, que era judío; y por Martín de Bohemia, oriundo de ese país y que fue discípulo de Johann Müller Regiomontano, un conocido astrónomo de la época.3

Al final dicha Junta descubrió la manera de navegar mediante tablas de declinación del Sol; los portugueses fueron los primeros en aplicarlas. Este método tuvo bastante aceptación: sería utilizado por varias décadas, ya que los cálculos eran más versátiles en comparación con el astrolabio.

Viaje a África

Existen dos referencias en las cuales se habla que Martin participó como navegante y cartógrafo en un viaje a África. La primera es el mismo globo terráqueo, que diseñó años después; la segunda se encuentra en el Liber Chronicarum Secunda Etas Mundi, compilado originalmente en latín por Hartmann Schedel y publicado el 12 de julio de 1493 (justo durante la partida de Behaim de Núremberg), traducido al alemán por Georg Alt, escribano del pueblo. El original fue escrito con letra legible, sin embargo el texto que refiere a Martin fue añadido en el margen, con una letra más corrida; en la traducción al alemán dicho texto aparece íntegro. Esto prueba que la información fue escrita por el editor después de haber completado la obra en latín pero antes que Alt lo tradujera; esto puede significar que el mismo Martin haya aportado dicha información al libro.

Según estas referencias, en 1484 el rey Juan II despachó dos carabelas comandadas por Diogo Cão y por Martin Behaim,1​ cuyo objetivo era recorrer el continente africano. Negociaron con la tribu wólof y con los habitantes de Gambia, navegaron al este y llegaron a las islas de Guinea, incluyendo la Ínsula Martini. Lograron cruzar el ecuador, y siguieron navegando hacia el sur, hasta los 37º de latitud sur, alcanzaron el cabo del monte Negro, en el extremo meridional de África, donde el 18 de enero de 1485 erigieron una columna de piedra. Doblando este cabo navegaron otras 260 leguas, hasta el cabo Ledo, desde donde regresaron. Se cree que visitaron la tierra del rey Furfur, donde crecía la pimienta. Regresaron a Lisboa después de 19 meses y trajeron granos y especias, entre ellas pimienta y canela; de esta última se decía que fue descubierta más allá de la tierra del rey Furfur.

Aunque realmente no se sabe si estas referencias eran creíbles o eran parte de una glorificación de parte del mismo Martin, lo cierto es que la expedición de Diogo Cão, llegó al poderoso reino de Mani Congo y hasta la desembocadura del río Congo, a 1º 50′ al sur del Ecuador. Cabe también señalar que es conocido que Bartolomeu Dias regresó en 1488 a Lisboa luego de haber doblado el cabo de Buena Esperanza y haber alcanzado el extremo meridional de África. Es posible que Martin no haya querido aceptar dicho hecho, y se refleja en su globo que quiso demostrar que tanto Cão como Martin fueron los que doblaron dicho cabo tres años antes.

Regreso a Núremberg

El Erdapfel, obra de Martin Behaim (Germanisches Nationalmuseum, Núremberg). Erdapfel de Martin de Bohemia de 1492, el globo terráqueo más antiguo que se conserva.

En 1490 Martin dejó Portugal para visitar su natal Núremberg, con el objetivo principal de realizar negocios, aunque en parte también llegó en busca de la herencia que distribuyó su madre, quien había muerto hacía tres años. En ese tiempo Martin logró realizar sus negocios de manera satisfactoria, y tenía pensando regresar a Portugal; sin embargo, Georg Holzschuher, miembro del consejo de la ciudad, le pidió a Martin que le hiciera un favor: este era el de construir un globo terráqueo.

Holzschuher había visitado Egipto y la Tierra Santa en 1470 y tenía interés en el progreso de los descubrimientos geográficos. Fue el que pidió a Behaim si pudiera construir dicho globo, en el que se basarían en los recientes descubrimientos hechos por los portugueses. Martin aceptó dicha oferta y se propuso a hacer dicho instrumento.

La elaboración del globo terráqueo reflejaba todas las tierras descubiertas por los exploradores antes del descubrimiento de América en 1492. El globo, conocido como Erdapfel (literalmente, «manzana de la Tierra») mide 507 mm de diámetro, no indica una red moderna de latitud y longitud pero representa el ecuador, un meridiano, los trópicos y las doce constelaciones del zodíaco. Dicho globo contiene los errores que posee el mapa de Paolo Toscanelli.4​ Posee además figuras representativas de los países mostrados y una información corta de estos, incluyen dibujos de figuras de sus habitantes. Actualmente el Erdapfel se encuentra en el museo de Núremberg (Museo Nacional Germano) y se conocen varios facsímiles de este único globo terráqueo.

Carta de 1889 que muestra su efigie y los hemisferios del globo terráqueo de 1492.

Ocaso y muerte

En julio de 1493, después de casi tres años, Martin dejó Núremberg y regresó a Portugal. Existe un testimonio de Antonio Pigafetta,5​ el cronista de la vuelta al mundo llevada a cabo por la expedición de Magallanes y Elcano, según el cual Martín de Bohemia dibujó un mapa posterior al globo terráqueo que se conserva, en el cual estaba representada América, con el paso entre el océano Atlántico y el Pacífico. Pigafetta escribió lo siguiente:6​ «Si no fuese por el saber del Capitán General, no se hubiese pasado por este estrecho, porque todos creíamos que estaba cerrado; pero él sabía que debíamos navegar por un estrecho muy escondido, habiéndolo visto en un mapa guardado en la Tesorería del Rey de Portugal, y hecho por Martín de Bohemia, hombre excelentísimo» (Antonio Pigafetta, Primo Viaggio intorno al globo).7​ Este testimonio está confirmado por Antonio de Herrera, el más prestigioso historiador de Indias, quien relata cómo Magallanes al exponer su proyecto a los Ministros del Rey explicó que el estrecho figuraba «en una carta marina construida por Martín de Bohemia, portugués, natural de Fayal, cosmógrafo de gran reputación» (Herrera, Antonio, Crónica de los hechos de varones castellanos en Tierras de Indias).8​ Este mapa se ha perdido, tal vez por contener datos geográficos de carácter reservado, que la corona portuguesa no deseaba compartir con otras potencias marítimas como España o Inglaterra. Algunas referencias indican que Behaim estuvo en la isla de Faial realizando negocios hasta 1506, y después regresó a Lisboa. El 29 de julio de 1507, Martin murió muy pobre en el Hospital de Todos os Santos de Lisboa; las causas de su pobreza son aún desconocidas.

Para saber más: https://blogcatedranaval.com/2019/03/26/la-representacion-del-mundo-en-1492/

Fue Martin Behaim de Nuremberg [1459-1507] quien construyó uno de los primeros globos terráqueos modernos y, de hecho, su Erdapfel, como él lo llamó, es el globo terrestre más antiguo que se conserva hasta el día de hoy. Globos de esa fecha, e incluso anteriores, ya eran conocidos. Sin embargo, sólo dos globos de una fecha anterior al descubrimiento del Nuevo Mundo han sobrevivido, uno es el Behaim (que está en el Museo de Nuremberg), y el otro, más pequeño, el Laon Globe que se conserva en el Depôt des Planches et Cartes de la Marine, en Paris.

A pesar de los numerosos errores geográficos que delatan el carácter obsoleto de las fuentes empleadas por Martin Behaim, incluso para los conocimientos de aquellos años, la Erdapfel tiene una enorme importancia como trabajo interdisciplinar que refleja la percepción que se tenía del mundo en 1492, antes del descubrimiento de América. En el proyecto coincidieron geógrafos, filósofos, matemáticos, políticos y no se despreciaron las fuentes de viajeros y poetas. Numerosos textos e ilustraciones complementan la información cartográfica, y hacen de este globo un moderno compendio en 3D de los mitos y conocimientos del hombre europeo cuando el humanismo despertaba al renacimiento del pensamiento clásico, poco antes del primer viaje de Colón.

El Erdapfel: de 1492 al globo virtual

por Miguel Ángel Maciá Martínez | may 26, 2017 | IGN, Marcos Fco. Pavo | 0 Comentarios

En 1492, Martin Behaim (o Martín de Bohemia) finalizó el encargo del ayuntamiento de la ciudad de Núremberg consistente en construir un globo terráqueo en el que se reflejaran los más recientes descubrimientos portugueses en África.  El globo se fabricó a partir de una esfera reforzada con una estructura interna de madera, a cuya superficie se adhirió un pergamino cortado en husos para que pudiera adaptarse a la superficie esférica. El mapa realizado por Behaim fue posteriormente dibujado sobre el globo e iluminado por el artista Georg Glockendon.

El Erdapfel (literalmente «manzana de la Tierra») es el globo terráqueo más antiguo que se conserva y su interés radica, no solo en su antigüedad (1492), sino en que muestra una imagen del mundo inmediatamente anterior al descubrimiento de América, la cuarta parte del mundo, cuyo conocimiento cambiaría completamente el concepto que la humanidad tenía de su propio planeta.

Behaim, basándose en fuentes similares a las utilizadas por Colón, como el mapa de Toscanelli, nos enseña un continente euroasiático enormemente exagerado en cuando a su longitud (234 o frente a los 131 o reales), lo cual reducía considerablemente la distancia navegable en dirección oeste desde Europa hasta las costas de Zipango (Japón) y Catay (China). De hecho, este globo muestra con bastante aproximación el erróneo concepto del mundo que sostenía Colón y que le animó a embarcarse en su afortunado viaje a las Indias (de no haber existido América, ninguna de sus naves habría podido alcanzar las costas asiáticas).

Si queremos contemplar esta pieza histórica, tenemos varias opciones además de visitar el Germanisches Nationalmuseum donde se exhibe el original. A los diversos facsímiles publicados en papel, se suman los globos virtuales, entre los que destacan el de Marble y especialmente una aplicación para Android, con la que podremos disfrutar de la versión virtual del Erdapfel con interesantísimas opciones, como la de contemplar no sólo el original digitalizado en 3D, sino dos conocidos facsímiles en husos representados sobre el globo, el de Guillany (1853) y el de Ravenstein (1908). También se ofrece la opción de mostrar los contornos reales de los continentes superimpuestos y, de esta manera, comparar la imagen del mundo de Behaim (y muy probablemente, de Colón) con la real.

 

 

 

 

Mapa de Asia 1492  (Martin Behaim)

El mar de las historias

El mar de las historias

El mar de las historias es un libro francés medio Usuard Rudimentum novitiorum. Su autor, anónimo, fue canónigo de Mello en Beauvaisis; dice que está bajo el patrocinio de André de La Haye, señor de Chaumont. La editio princeps es un incunable.

El título está tomado de una obra latina de Giovanni Colonna titulada Mare historiarum, pero en realidad es la traducción de una crónica universal, el Rudimentum novitiorum, fruto de un trabajo recopilatorio realizado hacia 1470-1474 por un anónimo escribano de Lübeck. Fue en esta ciudad donde se imprimió por primera vez, hacia 1475, por Lucas Brandis.

El Rudimentum comienza en la creación del mundo y termina en 1473. Retoma la tradicional división del tiempo en seis edades. Sus fuentes son la Biblia y los Padres de la Iglesia así como numerosos autores de la antigüedad clásica y la Edad Media. La obra también incluye una treintena de fábulas esopicas, así como una descripción de Tierra Santa y un diccionario geográfico. También hay, añadida por el traductor, una historia de los reyes de Francia recopilada a partir de extractos de las Chroniques de France, hasta la coronación de Carlos VII (1484).

Mer Des Hystoires se hizo para proporcionar una narración visual

Según el artículo de David Woodward de 1985 «Realidad, Simbolismo, Tiempo y Espacio en los Mapas Mundiales Medievales», el mapa mundial de 1491 de Mer des Hystoires es «principalmente para proporcionar una narración visual de la historia cristiana proyectada en un marco geográfico, no para comunicar hechos geográficos o cosmogénicos». Dibujado en un típico patrón medieval T-O, el mapamundi muestra a Jeruselum en el centro del mundo con el Jardín del Edén en el lugar más oriental, en la parte superior, la representación bíblica del Paraíso. Curiosamente, este mapa fue creado durante la época de la exploración, cuando la gente empezaba a darse cuenta de que el mundo era más grande de lo que se pensaba originalmente.

El mapa Martellus

El mapa Martellus

Enrique Martelo

Mapamundi de 1489 de Enrique Martelo. Biblioteca Británica.

Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo antes de la restauración. Universidad de Yale.

Mapamundi de 1491 de Enrique Martelo en una primera restauración. Una restauración mediante técnica multiespectral se realizaría en 2015. Universidad de Yale.

Enrique Martelo Germano, Enrique Martel Germano o, en latín, Henricus Martellus Germanus (probablemente nacido en Núremberg alrededor de 1440) fue un geógrafo y cartógrafo alemán, de nombre Heinrich Hammer que vivió y trabajó en Florencia entre 1480 y 1496.1

En 1484 produjo un códice llamado Insularium Illustratum (“Libro Ilustrado de Islas”), que contenía mapas de una serie de islas dibujadas y pintadas sobre pergamino con una descripción de las mismas en latín.2​ El folio 1 comienza con una inscripción sobre la Ilustración de Islas por Henrici Martelli Germani presentando “la totalidad de las islas de los Mares del Mediterráneo“. Es interesante la convención que las montañas estén dibujadas con los colores marrón y dorado, los ríos en azul claro, los bosques tienen árboles en color verde y los mares, en azul oscuro. A las islas, que ocupan la mayor parte del códice, le siguen un mapa de Italia, un original mapamundi que no está reflejado en el citado folio 1, que debió pensar añadir posteriormente y tres mapas regionales. Estas ilustraciones debieron ser añadidas en 1489.1

Alrededor de 1491 dibujó un mapamundi, muy similar a la del globo terráqueo que produciría Martin Behaim en 1492, el Erdapfel. Ambos muestran nuevas adaptaciones del modelo ptolemaico existente, como la apertura hacia el Océano Índico por debajo del cuerno de África. Posiblemente deriven a su vez de los mapas creados alrededor de 1485 en Lisboa por Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal Colón.3

Este mapamundi de Enrique Martelo de tamaño 201 x 122 cm fue donado a la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale en 1962. La mala condición del mapa no dejaba ver los detalles del mismo a los investigadores, hasta que recientemente, en 2015, mediante una técnica de imagen multiespectral ha permitido desvelar texto y detalles, que no se podían observar a simple vista. Todo esto ha permitido deducir que también este mapa pudo influenciar a otros cartógrafos posteriores como Martin Waldseemüller en su mapamundi de 1507. También, los estudiosos de este mapamundi dan por casi seguro que Colón examinaría el mapamundi de Martelo o un mapa muy similar antes de embarcarse en 1492 en el Puerto de Palos hacia las Indias por determinados detalles que indicó en sus escritos Fernando Colón y un miembro de su tripulación, que coinciden con los del mapa.4

El mapa Martellus, el que usó Colón en su camino a América

La Universidad de Yale guardaba un mapa que puede esconder algunas de las claves que hicieron que Colón se decidiera a tomar el rumbo que le llevaría a descubrir el «Nuevo Mundo». Estaba colgado en una pared de la Biblioteca Beinecke del centro universitario. Pero nadie le prestaba mucha atención.

El «mapa de Martellus» llegó a la Universidad estadounidense en 1962, como un regalo de un donante anónimo. Fue diseñado por Henricus Martellus, un cartógrafo alemán que trabajó en Florencia a finales del siglo XV.

Ahora ha sido redescubierto gracias a una restauración exhaustiva. Ha sido realizada por un grupo de investigadores financiados por una beca de la Fundación Nacional para las Humanidades.

Los estudiosos han resaltado la importancia del mapa. Argumentan que podría proporcionar un eslabón perdido en el registro cartográfico en los albores de la era de los descubrimientos.

Así, su trabajo deja a la luz descubrimientos sobre cómo el mundo fue visto hace más de 500 años por los ojos de Cristóbal Colón.

«Siempre es interesante saber cómo las personas conciben el mundo en ese período de la historia», señala el investigador principal del proyecto e historiador especialista en mapas Chet Van Duzer.

El mapa Martellus, el que utilizó Cristóbal Colón en su camino a América (otra versión)

La afortunada idea «equivocada» de Colón

«El siglo XV fue una época en que la imagen del mundo de la gente estaba cambiando tan rápidamente, que incluso dentro de la propia carrera de Martellus, lo que él estaba mostrando del mundo se expandió dramáticamente», añade.

Colón se decantó a tomar rumbo hacia el oeste con la idea de circunnavegar la tierra, pero no sabemos qué le hizo exactamente creer en de este modo daría la vuelta al planeta, con la idea -equivocada-, eso sí, de llegar a la costa de Japón.

Según los expertos, hay una fuerte evidencia de que Cristóbal Colón estudió este mapa y que influyó en su pensamiento antes de emprendiera viaje. «Es casi seguro que Colón examinó el mapa Martellus o un mapa muy similar», afirman.

El mapa ya se conocía, pero su mal estado no dejaba sacar conclusiones. Fuente.

Lo cierto es que escritos del hijo de Cristóbal Colón, Fernando, indican que el explorador había esperado encontrar Japón donde Martellus lo había representado y con la misma orientación.

Es decir, lejos de la costa asiática y con su eje principal corriendo de norte a sur. No hay ningún mapa de la época que sobreviva  que muestre a Japón con esa configuración, explica Van Duzer.

Además, según el diario de uno de los miembros de la tripulación de Colón, la expedición creía que estaba navegando a lo largo de cadenas de islas en el sur de Asia, lo que describe la región tal y como se representa en el mapa Martellus.

Una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía

Así, el mapa ahora redescubierto, de difuminados detalles, proporciona una imagen más completa de la percepción de Colón de la geografía.

El mapa, que data de alrededor de 1491 y representa la superficie de la Tierra desde el Atlántico, en el oeste, a Japón, en el este, está salpicado de descripciones en latín de diferentes regiones y pueblos.

Un cuadro de texto visible sobre el norte de Asia describe el pueblo de «Balor», en el que viven «sin vino ni trigo y subsisten con carne de venado». Otro texto descubierto en el sur de Asia describe el pueblo «Panotii», que tiene las orejas tan grandes «que podrían utilizarlos como sacos de dormir».

El texto del este de Asia parece tomado de «Los viajes de Marco Polo». A partir de las discrepancias en la redacción, Van Duzer ha determinado que Martellus utilizó una versión manuscrita de la relación de viaje, no la única edición impresa en latín que existía en ese momento.

La preocupación por África meridional

Quizás las entre las revelaciones más interesantes, dicen los investigadores, esté la preocupación África meridional. Mediante el estudio de los sistemas fluviales visibles y topónimos legibles, Martellus basa su representación de la región en la Egyptus Novelo, que sobrevive en tres manuscritos de la Geographia de Ptolomeo.

Los datos podrían proceder de la información compartida por tres delegados etíopes para el Concilio de Florencia en 1441.

Las nuevas imágenes muestran que la representación de Martellus de África meridional en el mapa se extiende más hacia el este que las versiones conocidas del «Egyptus Novelo».

Esto sugiere que el cartógrafo alemán estaba trabajando desde una versión más completa del mapa que mostró los alcances del este del continente.

Pero hay más anotaciones curiosas. Por ejemplo, un cuadro de texto en el Océano Índico advierte de los peligros de la orca: «un monstruo marino que es como el sol cuando brilla, cuya forma difícilmente se puede describir, excepto que su piel es suave y su cuerpo enorme».

Una fuente esencial para el primer mapa en el que aparece América

El mapa es similar al mapamundi de Martin Waldseemüller, de 1507. Fue el primer mapa que utilizó el nombre «América» ​​para el Nuevo Mundo.

Las imágenes multiespectrales muestran muchos de los textos del mapa Martellus en los mismos lugares que en el mapa 1507 (posterior al descubrimiento de América), lo que confirma que el mapa de Martellus era una fuente esencial de Waldseemüller, según Van Duzer.

Todos estos descubrimientos son el resultado de un arduo esfuerzo. Las imágenes multiespectrales se han procesado mediante un software especial que encuentra la combinación precisa de bandas espectrales para mejorar la visibilidad de texto.

Hasta la fecha se ha descubierto, según los investigadores, alrededor del 80% del texto del mapa, incluyendo algunos textos totalmente invisibles antes del procesamiento.

El equipo se encuentra actualmente descubriendo detalles en la región de Java. Una vez finalizado el proyecto, serán puestos a disposición de los estudiosos y el público en el sitio web de la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale.

Universalis Cosmographia es el primer mapa en el que aparece América.

La imagen también respalda la hipótesis de que el mapa de Martelo fue una fuente importante para dos objetos cartográficos aún más famosos: el globo terráqueo más antiguo preservado, creado por Martin Behaim en 1492, y el mapamundi de 1507 de Martin Waldseemüller, el primero que empleó la denominación «América» para los continentes del hemisferio occidental. (En 2003, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos compró el mapa de Waldseemüller por una cantidad récord de 10 millones de dólares.)

Tras comparar ambos mapas, Van Duzer descubrió que Waldseemüller había copiado libremente textos de Martelo. La práctica era habitual por aquel entonces; de hecho, el propio Martelo parece haber copiado los monstruos marinos de este mapa de una enciclopedia publicada en 1491, una observación que contribuye a la datación del mapa.

Pese a sus rasgos comunes, los mapas de Martelo y Waldseemüller tienen una diferencia clara. Martelo representa Europa y África casi en la esquina izquierda de su mapa, con agua bajo ambos continentes. El mapa de Waldseemüller se extiende más al oeste y representa nuevas tierras al otro lado del Atlántico. Solo habían transcurrido 16 años entre la elaboración de ambos mapas, pero el mundo había cambiado para siempre.

Van Duzer habla con emoción de los descubrimientos en el interior de África: «Es una de las partes más increíbles». Por primera vez hay una información precisa con «ciudades, ríos, montañas en Sudáfrica en el siglo XV», remarca. Según él, la información del mapa proviene de los datos geográficos compartidos por tres delegados etíopes que acudieron al Consejo de Florencia en 1441. Aunque otros tres planos anteriores cuentan algunos detalles del continente, «el mapa de Martellus es el más completo», subraya.

Monstruos misteriosos

Los textos escritos en latín, señala Heyworth, hacen referencia a «información histórica específica» -del Sáhara por ejemplo- y también a fábulas. Algunos cartuchos -como denomina a las cajas de texto- hablan de monstruos como «un pez torpedo», una «orca de piel suave» o una «serpiente» en África. En la zona de Asia, tan pronto aparece una referencia a Tangut; un estado que existió entre el siglo X y XIII en lo que hoy es China, como a los panotii, gente de orejas tan largas que podían usarse como sacos de dormir.

Un tablero de ajedrez. Dadas las proporciones del Martellus (y su antigüedad), el grupo de investigadores y expertos en ciencias de la imagen lo dividieron en 55 casillas y de cada una tomaron imágenes en diferentes frecuencias, hasta 38 en algunos casos. Eso supone más de 2.000 imágenes y tres terabytes de datos analizados desde el año pasado.

El procesador principal de las imágenes -aún se sigue trabajando concienzudamente en ellas-, el profesor Roger Easton del Chester F. Carlson Center for Imaging Science del Instituto de Tecnología Rochester, obtuvo los primeros resultados en días, explica Heyworth, que destaca la precisión del análisis de componentes principales -PCA por sus siglas en inglés- utilizado para revelar la información.

Bandas mágicas

«El mapa de Martellus no es plano, tiene ondas», dice Heyworth, lo que hace más difícil es el proceso de sacar a la luz estos textos escondidos durante siglos. Apasionado en sus explicaciones, describe la herramienta portátil usada para fotografiar el documento: un sensor de 50 megapíxeles monocromo, una lente de cuarzo -«hay sólo cinco en el mundo»- para enfocar ondas de luz más larga, como la infrarroja; dos filtros; y conocimientos para manejar material sensible. Heyworth se refiere a los «palimpsestos digitales», una modalidad de texto sobreescrito sobre un manuscrito, que se puede obtener si no se trabaja bien con las imágenes multiespectrales. Y que además puede dañar los documentos y objetos centenarios.

Mapa de Martellus, básico

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Detalle de África

 

 

 

Mapamundi Wieder-Woldan

Mapamundi Wieder-Woldan

Mapamundi Wieder-Woldan 1485

El “Wieder-Woldan-Weltkarte” es un incunable único de alrededor de 1485, una mezcla de un mapa TO medieval (con el paraíso en el este) y un mapa de Ptolomeo.[6]

Los mapas impresos del mundo medieval (mapa-incunables) se pueden organizar en tres tipos: (1) copias esquemáticas de mapas en manuscritos de principios de la Edad Media, los llamados mapas de rueda, mapas TO y mapas zonales desde 1472 (Libro II, #201 y #205); (2) mapas hecho siguiendo el patrón de los llamados mapas monásticos (en Rudimentum Novitiorum (#253) y Mer des Histoires, de Rüst y Sporer, de 1475 (#253.2); y (3) copias de Ptolomeo mapa del mundo, con o sin correcciones menores en el norte de Europa desde 1477. Un solo mapa-incunable, sin embargo, no puede incluirse en ninguno de estos tres grupos antes mencionados: un mapamundi circular anónimo y sin fecha grabado sobre cobre, ciertamente en Italia y en Venecia, y que se atribuye a aproximadamente 1485.

El mapa (sin título, indicación de autor, lugar de ejecución o fecha) está grabado en una placa circular de cobre (de un diámetro de unos 17,5 cm), y mide 17 cm (NS) por 17,3 cm (WE). El papel es bastante grueso, “incunable” con finísimas líneas longitudinales trazadas en algo más de un distancia milimétrica y líneas transversales más gruesas a una distancia de unos 33 mm, sin filigrana.

La imagen del mapa presenta el hemisferio oriental del mundo como se conocía entonces en Europa, en nuestra concepción actual (es decir, el Norte arriba). Su base es la representación del mapamundi de Ptolomeo, aunque el autor no se adhiere servilmente a él. Más bien tiene en mente la creencia cristiana medieval en un Paraíso terrenal con cuatro ríos fluyendo de él; pero tiene especialmente en cuenta los avances en el conocimiento de las tres partes del mundo hecho desde Ptolomeo. No hay división en grados o zonas. El la nomenclatura se da en el idioma latino, tal como se usaba en la época del Imperio Romano, y se ejecuta en tipo romano, como las dos Mauritanias en África y la tierra de los Colchi al este del Mar Negro (Pontus Euxinus). En el noroeste, sin embargo, el cartógrafo ha añadido una península escandinava denominada Norbegia, Suetia quae est Gottia, Helandia. Más al norte, otra península se llama Engrovelant, un error de Engronelant, o probablemente Groenlandia. Así, el mapa es una amalgama de Ptolomeo, la carta marina y un mapamundi tradicional, reflejando, como dice Tony Campbell, “el desconcierto cartográfico de finales del siglo XV.

Las costas del Mediterráneo, el Mar Negro y el Atlántico muestran la influencia del mar cartas, al igual que la orientación norte del mapa. Una característica interesante es que el Mar Caspio se muestra por primera vez en su correcta orientación norte-sur. El otro las características del mapa son decididamente tradicionales. Del Paraíso en el Lejano Oriente fluye el cuatro ríos, el Nilo siguiendo un curso sur a través de una extensión hacia el este de la continente africano, para fluir a través de su delta hacia el Mediterráneo. El río está unido por afluentes, que fluyen, al estilo de Ptolomeo, desde las montañas de África central.

Los continentes, con las islas que les pertenecen, llegan casi hasta los bordes del mapa, de modo que el océano, como en la mayoría de los mapas manuscritos medievales, se limita a un estrecho circulo, sin embargo, hay una gran porción de océano, pero sin nombre, en el Golfo de Guinea. El océano se representa mediante numerosas líneas paralelas al borde del mapa, mientras que los mares interiores, entre los que se encuentra incluso el Océano Índico, están representados por líneas horizontales, rectas (WE) y densas, de manera que se destaquen las superficies de agua más oscuras claramente en la superficie más clara de la tierra. Los contornos del continente y las islas son, además, acentuado por el sombreado estrecho

Los ríos se marcan con líneas planas correspondientes a su curso real o supuesto; a menudo fluyen de las montañas, a veces a través de ellas, lo que en sí mismo no es absurdo aunque falta la representación de los valles. Las montañas están representadas por formas convencionales, signos en perspectiva, de diferente longitud y altura, y se dibujan en su mayoría como filas de montañas que se extienden de oeste a este (se dejan blancas en una copia, pero en otra se son de color); sólo se caracterizan los Apeninos, Alpes, Karst y Balcanes, de conformidad con su contorno torcido, por una cadena de montañas conectadas. Los pocos pueblos indicados en el mapa están representados por edificios con torres de diferentes tamaños. Las leyendas se limitan a las indicaciones más importantes, por lo que la imagen del mapa es no abarrotado de un número excesivo de nombres y leyendas, como era costumbre en la mayoría de los mapas medievales. Desde un punto de vista ortográfico, los nombres son inusualmente correctos; el latín ‘æ’ se transcribe principalmente, como era costumbre entonces en Italia, por ‘e’, los puntos cardinales se indican en el océano en sus respectivos lugares por Septentrio, Oriens, Auster y Occidens.

Mapamundi de Hanns Rüst

Mapamundi de Hanns Rüst

Grabado de un bloque de madera realizado por el artista alemán Hanns Rüst (…- 1485). Este grabado en madera muestra un mapa del mundo conocido, a través de ojos medievales. El mapa en sí es un mapa llamado T y O y representa el mundo físico tal como lo describió por primera vez el erudito San Isidoro de Sevilla del siglo VII en sus Etimologías.

Virtual, todos los eruditos medievales pensaban en el mundo, la idea de que la gente de la Edad Media pensaba que el mundo era plano es un concepto erróneo moderno.

Las tierras conocidas se dividen en tres continentes que llevan el nombre de los tres hijos de Noé, descendientes de estas tierras después del gran diluvio: África (Ham), Asia (Sem) y Europa (Japeth).

En el mapa, Europa está en la esquina inferior izquierda, África en la esquina inferior derecha y Asia en la mitad superior. La ciudad de Jerusalén forma el corazón del mundo. El este es la parte superior del mapa, el oeste la parte inferior, el norte a la izquierda y el sur a la derecha. En la parte superior de la página hay un banner que dice: ” Este es el mappamundi de todas las tierras y reinos que hay en todo el mundo.”. En la parte superior del mapa está el Jardín del Edén con Adán y Eva y el Árbol del conocimiento. Del jardín fluyen los 4 ríos mencionados en el libro de Génesis: El Nilo, Tigris, Éufrates y Pisón (un desconocido río, comúnmente identificado como el Ganges). Alrededor del mundo está el Océano con islas en las que viven bestias fantásticas, incluido el Purgatorio.

La organización del mapa en sí es muy caótica y los lugares nombrados en el mapa son en parte reales y en parte ficticios.

Europa se encuentra en la esquina inferior izquierda del mapa con Francia, Grecia, Roma, Venecia, el diablo que aparentemente vive en el norte de Europa, Frisia (los Países Bajos, en el mapa una isla en el Mediterráneo) e Inglaterra.

En la parte inferior la esquina derecha es el norte de África moderno con Cartago, Mauritania, etc. En el noreste, el resto de África se encuentra con Etiopía, ‘Moreland’ (las tierras de los moros), el lugar donde los pigmeos están luchando contra las grullas, los olores de apela, el árbol del sol y el moon (un árbol del oráculo que decía el futuro. Dos partes del tronco del árbol hablaban según la hora del día; de día, el árbol hablaba como macho y de noche hablaba como hembra. Se dice que Alejandro Magno y Marco Polo visitaron este árbol.), Egipto, etc.

En el noroeste se encuentra Asia con Persia, Media, Persépolis, Partia, las montañas de Caspain (mencionadas aquí como ‘Montañas del Caspio gog y magog encerradas’ – Gog y Magog son personas / personas del Antiguo Testamento).

En la parte inferior del mapa hay tres columnas: las Columnas de Hércules.

En la parte inferior de la página hay dos pequeños círculos que contienen visiones más abstractas del mundo: los cuatro elementos (fuego, agua, tierra, viento) a la izquierda y la división entre campo, ciudad y mar a la derecha. Grabado en madera de alrededor de 1480.

Saber más en: https://googlemapsmania.blogspot.com/2019/04/all-lands-kingdoms-in-whole-world.html

Esta es la única copia del mapa del mundo grabado en madera más antiguo, impreso en una sola hoja de papel en el siglo XV. Otros dos mapas, ahora en bibliotecas en Alemania y Washington, DC , se basaron en esta impresión, y los tres se pegaron en los primeros libros impresos desde la década de 1470. La descripción del mundo esférico se basa en anteriores tradiciones medievales que situaron a Jerusalén en el centro, con el Huerto del Edén en la parte superior (este) y el Mar  Mediterráneo al fondo (oeste). Si bien el mapa se produjo en Alemania, ninguna ciudad de Europa central está etiquetada en el mapa, y Roma (“Rom”) se encuentra al este de Venecia (“Venedig”), con Grecia aún más al oeste. En los límites del mundo entonces conocido están los míticos y razas monstruosas, incluidas las personas con cabeza de perro y las de dos cabezas, mientras aguas alrededor de las islas flotantes del borde, como Inglaterra (“Engenland”) en la parte inferior izquierda. En la parte inferior del mapa, la izquierda.

El círculo representa los cuatro elementos: aire, fuego, tierra y agua, mientras que el de  la derecha muestra las tres partes del mundo: tierra, ciudad y mar. Los artistas, las artistas el nombre está en la pancarta en el medio.

Detalles

  • Título: mundo Mapa del mundo
  • Creador: Hanns Rüst
  • Fecha de creación: ca. 1480
  • Lugar: Augsburg, Germany
  • Dimensiones físicas: w285 x h400 mm

Estrecho de Gibraltar. Los Pilares aparecen como tres islas-columnas más allá de la boca del Estrecho. Este tiene una forma muy irregular, con una isla muy grande en su parte meridional que no existe en la realidad.