Esoterismo
Búho de La Compuerta (Perú)
El Búho, ubicado en la ladera noreste de una formación de cerros que bordean el paraje denominado “Pampas de Caña Cruz,” en el anexo La Compuerta, valle de Zaña, Lambayeque, Perú, en el anexo de la Compuerta Cayaltí, a una altura de 230 metros sobre el nivel del mar.. Las dimensiones son 65 metros de altura por 23 de ancho. Se trata de una representación mágico-religiosa con atributos felínicos, ornitomorfos, y humanos. Sus rasgos de marcada prosapia chavinoide lo sitúan en el Período Formativo Andino (2000-3000 años de antigüedad).
Es otra gigantesca figura lítica confeccionada con piedras en base a canto rodado al mismo estilo del cóndor de Oyotún distante a 8 Km. al sur de ésta, muy cerca al caserío la compuerta y frente a la actual campiña llamada Campo Nuevo del caserío Sorronto. Esta figura tiene características antro-ornito-zoomorfa. Según las referencias sería una señal que indicaba el camino al pueblo precolombino de Cojal, cuyas ruinas indica que fue un gran pueblo de la época.
El búho mítico presenta las siguientes características:
- Ojos, pico y rostro de búho.
- Boca, dientes y nariz de jaguar.
- Cuerpo y extremidades de un guerrero erguido.
Resultando así una imagen mítico religiosa interpretada como una divinidad básicamente humana llena de significativos atributos zoomorfos, que a su vez le confieren sobrenaturalidad y poder.
Ambos geoglifos debido a su importancia histórica, y haberse convertido en un recurso turístico, merecen una investigación más profunda ya que existen diferencias no coincidentes, sin embargo podemos determinar lo siguiente:
- Estas grandes figuras fueron confeccionadas en el periodo formativo del valle zaña.
- Que pertenezcan al periodo formativo andino 2200 – 1800 a.c.
- Que pertenezcan al periodo formativo chavinoide (pre-chavín).
- Que sean señales territoriales de los caminos de la época.-
- Que constituyan imágenes mítico-religiosas de alguna cultura propia del lugar y fueron construidas por ser deidades protectoras, efigies de veneración del culto religioso.
En conclusión al haberse encontrado estas figuras y otras por descubrir, el distrito de Oyotún se ha considerado como el valle de los geoglifos (tierra del aguila milenaria) de extraordinaria importancia después de las líneas de nazca, por lo que estos restos arqueológicos urge su conservación, protección y mayor investigación.
Ubicación del Águila y el Buho en el valle del río Zaña. Dibujo de Martín Lozada.
Huellas humanas gigantes
Huellas gigantescas, aparentemente de un ser humano, fueron encontradas por un trampero en la zona de los llanos de Alkali y Great White Sands (Nuevo México), en 1931. Un año más tarde, un grupo de cuatro personas, entre ellas O. Fred Arthur, supervisor del Lincoln National Forest, procedió a investigar las huellas, llevando como guía al trampero Ellis Wright.
Encontraron trece huellas que cruzaban lo que queda de una antigua depresión desértica en las estribaciones orientales de los montes San Andrés. A pesar del gran tamaño de las huellas, los investigadores se convencieron de que habían sido hechas por humanos, “porque la impresión era perfecta e incluso estaba claramente marcado el arco”. Las huellas, de forma ovalada, tenían de 40 a 55 centímetros de largo y de 20 a 30 de ancho, con una distancia aproximadamente de metro y medio entre ellas, y una separación de 60 centímetros a lo ancho.
El lugar fue visitado de nuevo en 1972, 1974 y 1981, y se encontraron más huellas. La primera vez que fueron estudiadas se anotó que estaban a una profundidad de 63 milímetros. ¡Pero en 1974 (42 años después) ya estaban a una profundidad de 25 a 39 milímetros!
El peso de aquel ser, al compactar el suelo, había preservado las huellas, mientras que a su alrededor la superficie era erosionada por el viento y la lluvia. En 1981 las huellas sobresalían como pedestales, varios centímetros por encima del suelo del desierto. No cabe duda de que las huellas pertenecen a criaturas vivientes. Se ha sugerido que fueron hechas a mediados del siglo pasado por los camellos del ejército de los Estados Unidos. Una opinión más aceptada es que tienen al menos diez mil años de antigüedad y pertenecen a un camello o mamut nativo ya extinguido.
Pero la separación entre ellas parece sugerir una criatura de dos patas. Las misteriosas huellas han sido protegidas para su posterior estudio por los arqueólogos.
(Informe del Ejército de los Estados Unidos, 1981)
Huellas humanos y dinosaurios
En el río Paluxy, en Texas, existe una cama de piedra caliza que recoge las 134 huellas de algún dinosaurio que camino por allí hace unos 120 o 130 millones de años. Lo impresionante de estas huellas descubiertas en 1908 es que junto a ellas se encontraron otras de ¡un antecesor de los seres humanos!
Una de las huellas del río Paluxy (izq.) es medida por el geólogo Jack W alper, quien la atribuye a un dinosaurio bípedo que arrastraba las patas al caminar.
Huellas de dinosaurio junto a huellas humanas se encuentran en el lecho del río Paluxy, cerca de Glen Rose (Texas). También se admite que hay en ello no poco de fraude. La autenticidad de las huellas de dinosaurio que hay en diversos lugares del curso del río Paluxy no ha sido discutida durante más de 50 años. No obstante, el descubrimiento de huellas de aspecto humano en el mismo estrato rocoso -en uno de los casos una huella humana coincide parcialmente con la de un dinosaurio de tres dedos- es inaceptable para la paleontología ortodoxa, dada su creencia de que esos gigantescos reptiles se extinguieron unos sesenta millones de años antes de la aparición del hombre.
Pero la suposición de fraude se basa en algo más que en el simple deseo de verse libres de una prueba molesta. El rechazo de las huellas humanas de Glen Rose se basa en la admisión de que durante la Depresión algunas personas del lugar hicieron dinero grabando huellas humanas y vendiéndolas junto con las a
uténticas de dinosaurio. El procedimiento que utilizaban -que incluía el envejecimiento con ácido de la piedra esculpida- fue descrito por el sobrino de uno de los “artistas”. A quienes desean acabar de una vez con esta rara historia, les bastan esas confesiones para dar el caso por cerrado.
Huellas humanos y dinosaurios 2
Huellas humanos y dinosaurios 2
Otras huellas de pies descalzos y zapatos, mezcladas con las de dinosaurios, de 100 millones de años de antigüedad fueron halladas en el valle de Carrizo en el noroeste de Oklahoma.
Huesos de Odesa
Un hallazgo emergió en 1961 en Odesa (Ucrania) gracias a los investigadores T. S. Gritsai e I. J.Yasko. Se trataba de huesos pulidos que tenían un millón de años de antigüedad, pero según los datos oficiales, por entonces nuestros ancestros sólo habían desarrollado herramientas muy rudimentarias. Sin embargo, aquéllas no lo eran, puesto que se trataba de “huesos que debieron ser cortados con instrumentos metálicos con los que se logró cortes milimétricos”, publicó la revista Smena, en donde calificaban como bisturís estos fósiles.
Inscripciones en Hammondsville
En otoño de 1868, en una mina de carbón de Hammondsville, Ohio Estados Unidos de Norteamérica, propiedad de un tal capitán Lassy, uno de sus mineros llamado James Parsons estaba perforando un pozo relativamente cerca de la superficie, cuando de pronto cayó en la excavación bastante polvo de carbón, dejando al descubierto una pared de pizarra, sobre cuya superficie había talladas varias líneas de jeroglíficos. Nadie ha podido decir todavía en qué idioma fueron escritos. Las letras fueron levantadas; la primera línea contiene 25.
Por supuesto que muchas personas acudieron a verlas, entre los que se encontraban algunos profesores que notaron cierto parecido con los jeroglíficos egipcios.
Como la vena carbonífera tenía cuando menos 2.000,000 de años, tales inscripciones debían tener cuando menos esa misma antigüedad.
Pero por desgracia al ponerse en contacto con el aire, las leyendas se oxidaron rápidamente, y cuando los expertos en jeroglíficos, llegaron a tratar de descifrarlas casi no pudieron hacerlo por lo deteriorado en que se encontraban.
Los Jeroglíficos de Abidos
Jeroglíficos en el templo de Adydos, en Egipto, que muestran, de manera muy extraña, un helicóptero, un tanque, un avión de carga y un planeador (?)
Se encontraban escondidos debajo de otro jeroglífico que cayó de la pared.
Las imágenes muestran un relieve que se halla en el templo de Seti I en Abidos. Más de uno ha querido ver en esta fotografía extraños objetos, tales como tanques, helicópteros, aviones, etc. y a partir de esta percepción, se ha llegado a especular, como es costumbre en ciertas esferas, sobre la antigua civilización de los faraones y sus conocimientos técnicos. Nada más lejos de la realidad:
Si observamos con atención la fotografía, y no nos dejamos llevar por una imaginación fantasiosa, veremos que estos relieves son producto de dos inscripciones superpuestas, que, según la posición de la luz y las sombras, nos hacen ver estos pretendidos objetos.
Una de las inscripciones, la de mayor tamaño, pertenece a Setos I y forma parte de su titulación. En concreto, del título nebty (las Dos Señoras) y los textos que aparecen se podrían traducir como: “de fuerte brazo que repele a los enemigos (los nueve arcos)”.
La inscripción que se halla superpuesta, fue modificada por su hijo, Rameses II y también forma parte de la titulación nebty de este faraón, de la cual únicamente se ve la cobra sobre el signo neb. Su traducción podría ser: “Las Dos Señoras. Protector de Egipto, que domina los países extranjeros”.
Tenemos que pensar que los jeroglíficos originales de Seti I, una vez modificados por Rameses II, quedarían ocultos bajo una capa de estuco que posteriormente se pintaría. Con el paso de los años, el estuco y el color se han perdido, mostrándose los signos superpuestos tal como y se ven en la fotografía. Esta práctica era común en todo Egipto, donde un gobernante se apropiaba de monumentos e inscripciones de otro gobernante anterior. Rameses II fue un verdadero especialista en estas costumbres, apropiándose de multitud de monumentos.
Observando atentamente los relieves de los monumentos egipcios se pueden ver, en multitud de lugares, gran cantidad de usurpaciones o rectificaciones de los relieves originales, motivados por cuestiones políticas, religiosas o simplemente porque el artesano encargado de realizar tal o cual relieve, no le había salido según mandaban las normas establecidas.
Jeroglíficos en Australia
Narración que nos hace un conjunto de jeroglíficos ubicado en un lugar un tanto extraño y alejado de las correrías de los antiguos egipcios. Nos referimos a Australia, y más exactamente al Parque Nacional del Valle del Cazador, 100 km., al norte de Sidney. Sobre las rocas de un monte aparecen más de 250 jeroglíficos egipcios, entre los que destaca en un cartucho el nombre de Djedf-Ra (Diodefre), hijo de Keops y nieto de Snefru, lo que sitúa este hecho histórico dentro del Antiguo Imperio y más exactamente durante la IV Dinastía. En estos jeroglíficos se narra la aventura de una expedición al mando de Djes-Djes-Eb, un noble egipcio que junto a su tripulación naufraga en tierras extrañas, y en las que después de pasar muchas calamidades fallece por la mordedura de una serpiente venenosa.
A la izquierda imagen del dios egipcio Anubis del Parque Nacional del Valle del Cazador en Australia. A la derecha recopilación de algunos de los más de 250 jeroglíficos egipcios localizados en este mismo lugar, y que nos narra la llegada accidental de una expedición egipcia en tiempos de la IV Dinastía.
Las tallas se encuentran en una hendidura de roca, un gran bloque de arenisca dividido en un acantilado cara que ha creado un pequeño abismo o “cámara” de dos muros de piedra plana uno frente al otro que se amplía de dos a cuatro metros y está cubierta por una enorme roca plana como un “techo” en el extremo estrecho. La fisura es más como la cueva-y sólo accesible por una pequeña cascada de roca por encima o por debajo, así encubierta de la media del arbusto-Walker.
El envejecido egiptólogo Ray Johnson, que había traducido textos muy antiguos para el Museo de Antigüedades en El Cairo, finalmente tuvo éxito en la documentación y la traducción de los dos que enfrentan las paredes de caracteres egipcios – que se deriva de la Tercera Dinastía.
Las paredes rocosas relata la crónica de una trágica saga de los antiguos exploradores náufragos en una extraña y hostil tierra, y la prematura muerte de su líder real, “Señor Djes-EB”. Un grupo de tres cartuchos (enmarcada grupos de glifos) registran el nombre de “RA-JEDEF” reina como el rey del Alto y el Bajo Nilo, e hijo de “Keops” que, a su vez, es hijo de un rey “Seneferu”.
Esta fechada la expedición justo después del reinado de Khufu (conocido en griego como “Keops” reputado constructor de la Gran Pirámide), en algún lugar entre 1779 y 2748 aC. Señor Djes-EB puede haber sido uno de los hijos del Faraón Ra Djedef, que reinó después de Khufu.
El texto jeroglífico fue aparentemente escrito bajo la instrucción de un capitán del buque o similar, en la esquina el glifo en la pared muestra el título de un alto funcionario o jefe sacerdote. El escribano dice “hablar en nombre de su Alteza, el Príncipe, a partir de este miserable lugar donde fueron llevados por barco.” El líder de la expedición, como se mencionó anteriormente se describe en las inscripciones como el hijo del rey, “Señor Djes-EB”, que llegó a pesar de un largo camino desde su casa.
“Durante dos temporadas, hizo su camino hacia el oeste, cansado, pero firme hasta el final. Rezar siempre, alegre, y smiting insectos. Orador, el siervo de Dios, Dios dice a los insectos. Han pasado alrededor de las colinas y desiertos, en el viento y la lluvia, sin lagos al alcance de la mano. Fue asesinado en el ejercicio de Oro Falcon Standard de antemano en una tierra extranjera, cruzando las montañas, desierto y agua a lo largo del camino. Él, que murió antes, está aquí sentado a descansar. Que tiene la vida eterna. Él nunca más a ponerse de pie al lado de las aguas del Sagrado Mer”. (MER que significa “amor”)
Hubo un foso alrededor de la pirámide llamado “aguas de la Mer”.
La segunda se enfrenta muro, que era mucho más reducido, los detalles de la tragedia. Esta pared comienza con el glifo muy erosionado de una serpiente (Heft), con un glifo de las mandíbulas (morder) y el símbolo de ‘dos veces’. “La serpiente poco dos veces. Los seguidores del Señor de buceo” Keops “, una poderosa del Bajo Egipto, Señor de las Dos Adzes, no todos los devolverá.
Tenemos que seguir adelante y no mirar hacia atrás. Todos los creek y los cauces están secos.
Nuestro barco está dañado y atado con cuerda.
La muerte fue causada por la serpiente. Dimos de yema de huevo de la medicina-el pecho y rezó a AMEN, el Hidden Uno de ellos, porque él fue golpeado dos veces.
El entierro rituales, oraciones y se describen los preparativos. “Estamos amurallada en la salida lateral derecha de la cámara con piedras de todo. Alineados con la cámara de la parte occidental del Cielo”.
Las tres puertas de la eternidad estaban conectadas a la parte trasera de la tumba real sellada. Estamos situados al lado de un buque, ofreciendo el santo, él debe despertar de la tumba. Separado de su casa es el Real cuerpo y todos los demás.
La extraordinaria 5000 años de historia de la muerte y entierro de “Señor Djes-EB” uno de los hijos del Faraón Ra Djedef. Observación visual del sitio, hace obvio que el desgastado de las tallas, expuestas al clima de la costa, tendría que ser de varios siglos a un mil años de antigüedad como mínimo. Cuando se encontró el primero sitio tenía una espesa vegetación y rellenado con piedra, y rompieron una parte mucho mayor del suelo. Un número de intentos de excavación de las partes interesadas no han facilitado el acceso a alguna de artefactos u organismos, pero no se han aplicado sofisticadas y costosas técnicas de escaneo láser.
Monolito de Pokotia
El Monolito de Pokotia es una estatua de carácter Tihuanacoide que se encontró en 1960 cerca a Pokotia a 2 km de Tiwanaku, Bolivia.
Ubicación
Actualmente el monolito esta ubicado en el Museo de metales preciosos en la calle Jaén, en La Paz.
Estudios efectuados
Los investigadores Bernardo Biados y Freddy Arce han estudiado las inscripciones que se encuentran en la parte frontal y en la parte dorsal del monolito. Las inscripciones fueron interpretadas por el epigrafista estadounidense Clide Winters como escritura pictográfica proto-sumeriana.
Interpretaciones
Las declaraciones de Clide Winters han causado varias polémicas en el mundo arqueológico. En particular algunos arqueólogos tradicionales han declarado que fue imposible por los Sumerios viajar hasta la actual Bolivia.
El monolito de Pokotia es una estatua de piedra antropomorfa, de unos 170 cm de altura, que fue descubierta alrededor de 1960 en el sitio de Pokotia, a 2 kilómetros aproximadamente de la ciudad de piedra de Tiahuanaco.
En el 2002, los investigadores Bernardo Biados, Freddy Arce, Javier Escalante, César Calisaya, Leocadio Ticlla, Alberto Vásquez, Álvaro Fernholz, Omar Sadud, Paulo Batuani y Rodrigo Velasco, analizaron el monolito, el cual se encontraba en el Museo de metales preciosos de La Paz, y se dieron cuenta de que contiene inscripciones no sólo en la parte frontal, sino también en la dorsal.
Lamentablemente, no fue posible regresar al lugar exacto donde el monolito fue encontrado, ya que eso habría permitido efectuar un serio estudio estratigráfico. En todo caso, del análisis de la estatua se puede afirmar que ésta pertenece a un período anterior a la civilización Tiwanaku clásica. En mi opinión, el monolito de Pokotia pudo haber sido tallado en una época antecedente al florecimiento de la civilización Pukara.
Según la lingüística oficial, el término Pukara viene del quechua y significa fortaleza o lugar estratégico de donde se puede supervisar un valle o la confluencia de dos ríos.
La civilización Pukara tenía su centro en la ciudadela fortificada que se encuentra a 61 kilómetros al norte de Juliaca, en el departamento de Puno. Sin embargo, el término Pukara es tan común en los valles al norte del lago Titicaca (el sitio de Poquera y también los petroglifos de Pusharo, situados mucho más lejos, en el río Palotoa, en el Madre de Dios), que lleva, en mi opinión, a descubrir el origen de la civilización Pukara en la Amazonía.
Probablemente, algunos indígenas de origen arawak se dirigieron hacia la sierra alrededor del VI milenio antes de Cristo, con el fin de intercambiar sus productos. Algunos de ellos se detuvieron en el altiplano y, mezclándose con los nativos de origen Colla, dieron inicio a las culturas Chiripa y Qaluyo (lo prueban también los petroglifos de Quiaca, muy similares a los de Pusharo), y sucesivamente a la civilización Pukara.
El lugar donde fue hallado el monolito de Pokotia fue reconocido por algunos investigadores como un lugar sagrado o un oráculo.
Según el estudioso Clyde A. Winters, en el monolito de Pokotia hay varias inscripciones (de origen proto-sumerio), pero las más importantes están debajo de las manos (que están apoyadas en los muslos) y en la parte dorsal (en la espalda de la estatua). Esta es la traducción de las inscripciones que se encuentran en la parte frontal, según Clyde A. Winters:
Divulguen a toda la humanidad la apertura del oráculo de Putaki. Se proclama que la estirpe de Putaki será estimada en el tiempo. Actúa justamente, de modo que el oráculo pueda divulgar la sabiduría. Aprecia el culto. Todos deben dar testimonio de la voluntad divina. El adivino interpretará la guía del oráculo, con el fin de anunciar las reglas que regirán a la humanidad. Los ciudadanos darán testimonio a favor del ser humano, que difundirá sabiduría y será ejemplo de carácter fuerte.
En la parte frontal izquierda de la estatua hay otra inscripción que se interpreta así:
El chamán proclama la inmensa importancia de este lugar, el poder de la divinidad, con el fin de entregar la sabiduría al hombre.
Luego hay dos incisiones adicionales en la misma parte frontal:
Oh, gran Putaki, hombre sabio y progenitor de muchas gentes.
Jura dar testimonio de carácter y sabiduría. Da testimonio del poder de la divinidad, con el fin de reforzar tu carácter.
En la mano del monolito estaría escrito, todavía según Winters:
El oráculo de Putaki conduce al hombre a la verdad. Este oráculo precioso hará germinar la estima, ahora testimonia su fuga.
En lo que respecta a la parte dorsal del monolito, hay varias interpretaciones. Según Clyde A. Winters, esta sería la traducción:
La norma ideal es el oráculo. Este oráculo lleva al conocimiento de la voluntad divina. Distribuye a toda la humanidad la voluntad divina. Entiende el sentido de la voz perfecta. El oráculo esparcirá serenidad. Escuchen el oráculo, llamen al adivino. El adivino habla sabiamente. La voluntad divina será visible y destellante, saliendo de la boca del oráculo. Escuchen al adivino, escuchen el oráculo para poder adquirir sabiduría y carácter. Escuchen el oráculo para difundir la voluntad divina, siguiendo el Bien legítimo y justo. Invoca el alimento puro para el oráculo. Oh, oráculo, eres el testimonio de la pureza. Difundirás serenidad y sabiduría. El oráculo de Putaki es padre de la sabiduría y beneficio para todos. Se volverá un testimonio visible de la sabiduría y de la voluntad divina. Difundirás la voluntad divina y serás testimonio de su poder.
Según Winters, por tanto, el monolito de Pokotia era un oráculo de nombre Putaki.
Las inscripciones que hay allí grabadas estarían en proto-sumerio pictográfico, aunque no cuneiforme como en la Fuente Magna. Los autores de las inscripciones del monolito de Pokotia serían entonces los mismos que hicieron las incisiones de la Fuente Magna, en un período comprendido entre el 3000 y el 2000 a.C. Winter también sugiere que el proto-sumerio derivaría, junto al proto-dravídico y al proto-mandé, de pueblos que vivieron en el Sahara antes del diluvio.
Hay también otra traducción de las inscripciones dorsales del monolito de Pokotia. Es una interpretación del quellca pictográfico, el antiguo idioma del altiplano andino, hablado quizás por un restringido círculo de sacerdotes en la cultura Pukara o en la Tiahuanaco clásica.
Según esta interpretación, que se basa incluso en cálculos arqueo-astronómicos, las inscripciones situadas en el dorso del monolito significarían:
En el tiempo en que Manco Capac y Mama Ocllo salieron de las aguas del lago Titicaca, apareció en el cielo una nueva estrella justo al lado de la Cruz del Sur. Sucesivamente, la estrella se hizo más pequeña y luego desapareció del cielo. Se veía sobre los montes en el horizonte entre dos montañas y comenzó a brillar el tercer día del cuarto mes.
Según esta interpretación, por lo tanto, la parte dorsal del monolito relataría la explosión de una supernova, justo cuando la célebre leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo contaba que ellos salieron, o bien, “nacieron” del lago Titicaca. Después de haber analizado tanto la Fuente Magna como el monolito de Pokotia, estoy cierto afirmar que los dos hallazgos son auténticos y que ambos contienen inscripciones proto-sumerias y quellcas. Como ya señalé en mi artículo sobre la Fuente Magna, concuerdo totalmente con la tesis de Bernardo Biados, según la cual los sumerios circunnavegaron África ya a partir del 3000 a.C. El hecho de que, una vez que llegaran a Cabo Verde, se enfrentaran a vientos contrarios, hizo que se dirigieran y se adentraran en el océano en busca de vientos favorables (la misma ruta fue recorrida siglos más tarde por los fenicios, los cartagineses y los portugueses).
Fue así como, accidentalmente, los navegantes sumerios se encontraron en las costas de Brasil, probablemente en los actuales estados del Piauí o Marañao. Como estaban en busca de metales, se dirigieron al interior del continente y, navegando a lo largo del río Madeira y del Beni, llegaron al altiplano andino, lugar que, además de ser rico en metales, es considerado sagrado desde tiempos arcaicos, por la existencia misma del lago Titicaca, el más alto del mundo.
Algunos sumerios permanecieron en el altiplano andino y se mezclaron con las etnias Colla y Arawak, mientras que otros regresaron a su patria.
Es interesante ver las similitudes, sobre todo en las consonantes, de los siguientes términos:
Pusharo (PSR), Pukara (PKR), Pokotia (PKT), Putaki (PTK). Por consiguiente, es posible que el origen de la civilización Pukara y, sucesivamente, del sitio de Pokotia (con el oráculo de Putaki), sea la selva amazónica, con los enigmáticos petroglifos de Pusharo, que, en mi opinión, indican un lugar estratégico utilizado por pueblos de la selva durante su largo recorrido hacia la sierra.
Si se aprueban ulteriores excavaciones en Tiwanaku y en Pokotia, con el propósito de escudriñar qué hay en una profundidad de unos 30 metros, podrían descubrirse importantes yacimientos proto-Pukara y quizás también otros antiguos rastros de la presencia de los sumerios en el Nuevo Mundo.
El ovni de Samaipata
El ovni de Samaipata (Bolivia). En las inmediaciones del complejo arqueológico de “El Fuerte”, próximo a la pequeña población de Samaipata, fue localizada una roca con el dibujo grabado de lo que para muchos es una clara representación de un clásico “platillo volante” u OVNI. Sus formas tan definidas y concisas han dado lugar al práctico rechazo por parte de los arqueólogos de la autenticidad y antigüedad que en un principio debería atribuírsele. La conclusión por tanto es que “no puede ser real algo tan evidente”. En cualquier caso, la sola existencia de “El Fuerte” constituye para muchos todo un enigma histórico, pues según las leyendas locales narradas a los españoles tras su llegada, este cerro fortificado por los incas fue en tiempos remotos un lugar donde los dioses ascendían a los cielos en “caballos de fuego”.
Un dato importante a aportar, es que durante la primera mitad del siglo XX, antropólogos que investigaron a los últimos descendientes directos de los “arawaks”, recabaron un aspecto intrigante acerca de ellos,… los “arawaks” aseguraban lo siguiente: “…nosotros no somos hombres,… nosotros somos más viejos que los hombres,…”
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