¿Fraude?
El Tornillo de Serpukhov
La web: enigmas y misterios, publicaba un interesante artículo que viene a incrementar el ya numeroso parque de extraños objetos a los que “la ciencia no puede o no quiere dar explicación”. Son los denominados Out Of Place Artificacts (que podríamos traducir en su literalidad por Objetos ajenos a su época o más sucintamente pero más exactamente como Objetos Anacrónicos).
En Rusia un tornillo fosilizado fue hallado incrustado en una roca y las estimaciones primordiales hablan de que se trata de un tornillo de 300 millones de años de antigüedad, algo que es difícil de creer y los científicos no salen de su asombro analizando el fósil una y otra vez.
El fósil del tornillo el cual tiene unas dimensiones de unos 2 cm de largo fue descubierto en una expedición del 7 de Octubre del año 1996 por un grupo de investigación denominado grupo Kosmopoisk, una organización de investigaciones científicas la cual se encarga de investigaciones del tipo ufológico, de la criptozoologia y otras ciencias o pseudociencias de carácter paranormal y sin explicaciones racionales por parte de la ciencia siendo misteriosas y enigmáticas.
La expedición del 7 de octubre de 1996 se organizo en busca de unos fragmentos de meteorito que cayeron en la región de Kaluga en Rusia, lo que descubrieron fue más sorprendente que un simple meteorito, en los restos de piedra hallados los cuales no pudieron ser atribuidos a los restos de meteorito aunque fuera lo que querían recoger, descubrieron tras varios análisis de paleontólogos que la edad de la piedra era de 300 a 320 millones de años.
Según se explica en un articulo de la revista de rusa Ogonek los restos de roca fueron analizados por rayos X, la sorpresa fue que como mínimo en el interior de la roca se hallaba otro tornillo más. Se descarta la posibilidad de que pudiera tratarse de un fósil del tronco de Crinoidea, unos animales marinos que fueron muy abundantes en el paleozoico aunque en la actualidad tan solo quedan unas 600 especies, se descarta la probabilidad del Crinoidea por que el tamaño del tornillo es mucho mayor que los animales marinos.
Este Oopart (objeto fuera de su tiempo) descubierto en Rusia es otro de los muchos descubiertos que desconciertan a la ciencia, haciendo que pensar que otras civilizaciones tan avanzadas como la actual era “tecnológica” o mucho más evolucionadas tecnológicamente pudieran existir en un pasado remoto.
Los grafitos de Lussac les chateaux
En los grafitos de Lussac-les-chateaux en Francia descubiertos en 1937 de hace más de 15.000 años “oficialmente” aparecen dinosaurios, hombres, mujeres y niños que visten como nosotros, con vestimentas, calzado, sombreros y lentes, sin embargo, para la historia oficial, los dinosaurios no solo nunca convivieron con los humanos sino que además resultan impensables tales comodidades para los humanos hace 15.000 años!
Se pueden ver en el Museo del Hombre de París, pero al parecer, sólo cierta parte de ellas. Se cuenta que no están a la vista las pinturas más transgresoras, y de ahí que sólo haya podido encontrar la del diplodocus en internet.
Los rostros más antiguos del mundo habían sido hallados en una cueva de Lussac–les–Chateaux, Francia; 15,000 años de antigüedad testimoniaban cómo era el aspecto y la vestimenta de los “hombres de las cavernas”. Grande fue el asombro del círculo científico internacional cuando, en 2002, se confirmara que los rostros retratados en la caverna de La Marche no eran falsificaciones contemporáneas, sino registros históricos oficiales que indicaban sin lugar a dudas que los hombres de las cavernas no poseían el arraigado estereotipo de pieles sobre el torso y pelo enmarañado que los antropólogos modernos nos habían acostumbrado a imaginar, sino que más bien parecían corresponder con perfectos ejemplares de ciudadanos medioevales, de pelo corto, barba rasurada y prendas de vestir confeccionadas al cuerpo.
Paradójicamente, los grabados de La Marche no fueron descubiertos cinco años atrás, sino que el escepticismo científico los ponderó al olvido durante más de seis décadas desde que el científico francés León Pencard los hubiera descubierto y estudiado durante cinco años desde 1937.
Estas pinturas son muy difíciles de entender. A veces, sobre los dibujos, varios objetos se superponen. Sin embargo, para los arqueólogos, estos dibujos tienen un significado particular. En la caverna de La Marche, uno puede encontrar pinturas impresionantes de leones, de osos, de antílopes, de caballos, y 155 retratos humanos. Es realmente difícil asociar a los hombres de los retratos siguientes con el hombre primitivo debido a su sorprendente parecido con los hombres de los retratos modernos. En su libro “Iconographie Humaine de La Magdalénienne” publicado en 1940, el Sr. Léon Pencard describe con todo detalle los retratos de personas que descubrió sobre hojas de pizarra. Sin embargo, dado que los estilos artísticos utilizados sobre estos frescos de piedra se asemejan a los estilos del arte moderno, la sociedad concluyó que eran realizadas por artistas de nuestro tiempo y no por artistas prehistóricos. 60 años después del descubrimiento, los arqueólogos reconsideraron este concepto.
“Ya era tiempo de reevaluar la validez de estos dibujos” asevera el investigador Michael Rappenglueck de la Universidad de Munich; “fueron totalmente ignorados por la ciencia moderna”. Sin embargo, gran parte del tesoro cultural (quizás la mayoría) se perdió debido a la erosión de la roca con el tiempo y a las técnicas usadas por los arqueólogos antiguos en el piso de la caverna. Entre los más asombrosos ejemplos del desarrollo de la civilización “prehistórica” encontrados en las cuevas de Lussac–les–Chateaux, se destacan los detalles de gente con ropa a la medida, sombreros, capas y botas, barba y bigotes perfectamente rasurados. Inclusive, algunos detalles tales como caballeros montados y hombres y mujeres perfectamente vestidos al estilo moderno, no pueden dejar de inquietar a los más dogmáticos antropólogos y arqueólogos actuales que abogan por una edad de piedra un poco más “cromañonesca”………..
La cueva de Burrows
Existen varias versiones de cómo ocurrió, pero se dice que en Abril de 1982, RUssell Burrows descubrió una cueva, en las afueras de Olney, Illinois, y se encontraban a la vista numerosos artefactos que son 3.933, de piedras grabadas, que a juicio de su descubridor, oscilaban entre el 726 antes de Cristo, al 10,000 antes de Cristo, es decir no sabia bien, con figuras en un lenguaje para él entonces, desconocido.
También pudo catalogar una infinidad de figuras de oro.
Curiosa y desgraciadamente, Russell vendió aproximadamente 2000 de dichos artículos a un coleccionista privado, que se dice era un Iluminati, por la cantidad de $20’000’000.000.
link: http://www.youtube.com/watch?v=sf9uLJcCqIs
Se encontraron figuras egipcias, sumerias, etíopes, en idioma sumerio, egipcio, griego, latín, e inclusive objetos con inscripciones latinas de nuestra época (unos lingotes de oro, grabados de 1900), que obviamente no existe forma de que hayan llegado a dicho lugar.
La Cueva tenía difícil acceso tras una pequeña y apenas imposible entrada y luego se extendía en unos vastos espacios que daban lugar a 12 criptas principales y muchos más secretos.
En la cueva se encontraron vastas cantidades de oro con inscripciones, y miles de piedras pequeñas con todo tipo de inscripciones europeas, egipcias, hebreas, sumerias, y desconocidas. Y dibujos de todo tipo de Egipto, Sumeria, Atlántida, aliens, reptilianos, caballos (que fueron llevados por Colón a América, aunque parece que los hubo tiempo atrás por allí), elefantes, serpientes, mapas del río Missisipi antes del Diluvio, esfinges, tierra hueca, demonios, incluso de Jesucristo predicando ante los indios.
Ahora la pregunta del millón: Porque nadie sabe de este hallazgo, que cambiaria la historia por completo?
Pues la conspiración, como siempre, parece ser la respuesta que mas se acerca a la realidad. Antes de 1984, ya el gobierno había silenciado bastante el descubrimiento, a pesar de la divulgación que hicieron los medios locales. Después ocurrió la venta de los 2000 objetos, Russell afirma que durante el trayecto al almacén, se perdieron más de 1637 piezas, quedándose sólo con 356 objetos para la exposición. Luego de encontrarse con multitud de obstáculos para la divulgación de este hallazgo arqueológico, y el lugar exacto permanece hasta la fecha desconocido, ya vas a ver que mientras mas visites en este sitio web mas de impresionara este hallazgo es que no sabes que es Sumeria, digo que es impresionante la cueva por que se encuentra en los Estados Unidos.
Especialmente polémicas son las piedras de la cueva Burrows, en Illinois (EE UU). Su descubridor fue Russell Burrows, pero jamás quiso revelar la localización de la cueva donde las halló y, por ello, se duda de su autenticidad.
Dichas piedras grabadas muestran bustos de personajes, generalmente representados de perfil y que se relacionan con diversas culturas de la antigüedad. Según Klaus Dona, «habría otros tesoros en esas cuevas, entre ellas sarcófagos, cadáveres momificados y diferentes objetos mortuorios de oro macizo. Pese a los escépticos añade, varios caza-tesoros han localizado el lugar exacto de la cueva».
Dona defiende la autenticidad de las piezas de Burrows por la escritura grabada en algunas placas, que el lingüista alemán Kurt Schildmann ha identificado con una variante del sánscrito.
Demasiadas negativas, vagedades, y mezclas, para ser verdad.
Cinturón de aluminio en el S. III
En la tumba de general Chino Chu Chi de los Tsin del oeste (provincia de Jiangsu), contemporáneo de la caída del imperio romano (265-316 DC), se encontró un cinturón con ornamentos, entre otros muchos objetos, datado en 1600 años de antigüedad, el metal de la hebilla estaba compuesto de un 85% de aluminio, 10% de cobre y 5% de manganeso (análisis realizado por el instituto de física aplicada de la Academias de ciencias de China.
El aluminio fue aislado por primera vez en 1825 por el físico danés H. C. Oersted. El principal inconveniente para su obtención reside en la elevada cantidad de energía eléctrica que requiere su producción. Actualmente El proceso Bayer es el principal método industrial para producir alúmina a partir de bauxita, basado en la disolución de la bauxita con hidróxido sódico, para obtener la alúmina y de ahí por electrolisis el aluminio. El coste energético seria 15000 Kw./h para una tonelada de aluminio. Este problema se compensa por su bajo coste de reciclado, su dilatada vida útil.
Las preguntas que pueden surgir: ¿como es posible que unos artesanos chinos hace 1600 años sean capaces de extraer el aluminio?, ¿de donde sacaron información del proceso técnico para la extracción?, ¿como sacaron la energía capaz de realizar una electrolisis?, ¿acaso utilizaron artefactos parecidos a la pila de Bagdad o algún tipo de acumulador para obtener la electricidad necesaria?
Guanahacabibes
Subcategoría: Ciudad sumergida.
Un equipo cubano-canadiense reportó, en el año 2.000, el descubrimiento de lo que podrían ser las ruinas de una ciudad de unos 6 mil años de antigüedad o mas, que se hundió en la costa del extremo occidental de Cuba, según se informo.
La expedición integrada por científicos canadienses y cubanos que trabajan en el proyecto “Exploramar”, dedicado a la búsqueda de restos de naufragios, halló indicios de un asentamiento humano. El descubrimiento tuvo lugar a 650 m. de profundidad en el mar Caribe, entre la península cubana de Guanahacabibes y la región mexicana de Yucatán. En el hallazgo se empleó un robot submarino equipado con cámaras, luces y sónares.
Para cerciorarse realmente de que se trata de una ciudad sumergida, las investigaciones se están realizando a bordo del barco “Ulises”, de la Academia de Ciencias de Cuba. Éste ha sido recientemente equipado con tecnología punta por la empresa Advanced Digital Communications (ADC), y una de las mejoras técnicas que incorpora a la investigación son las cámaras de campo visual más amplio. La localización de estos restos, que pertenecían a una ciudad sumergida desde hace miles de años, promete un gran descubrimiento arqueológico para explicar el pasado americano.
El descubrimiento se realizó el pasado año 2000, pero es muy poca la información que se tiene del mismo. La autora de este descubrimiento es la ingeniera oceánica Paulina Zelitsky, una experta soviética –nacionalizada canadiense- que durante la Guerra Fría se dedicó a la construcción de bases secretas de submarinos, y que en la actualidad trabaja realizando obras de ingeniería civil y topografía del lecho oceánico. Hace unos años, Zelitsky alcanzó cierta notoriedad en los medios de comunicación al localizar los restos del Maine, cuyo hundimiento desató la guerra hispano-norteamericana de 1998. El buque se encontraba a unos cinco kilómetros de la Costa de La Habana y a casi mil metros de profundidad. El equipo de Zelitsky pudo mostrar impresionantes filmaciones del lugar del naufragio.
En el año 2000, el equipo de esta investigadora informaba del hallazgo de una gran meseta de tierra con claros rastros de lo que parecen ser enormes estructuras arquitectónicas de factura humana parcialmente cubiertas por la arena. Desde arriba, las formas recuerdan a pirámides, calles y edificios. Como era de suponer, este hallazgo despertó la imaginación de aquellos que creen en la existencia de la Atlántida.
Se ha confirmado que las piedras encontradas fueron cortadas, talladas y pulidas para hacerlas encajar unas con otras y formar así estructuras mayores. Sobre las extrañas inscripciones, algunas de ellas parecidas a los jeroglíficos egipcios, se sabe muy poco, salvo que son muy abundantes y que se encuentran en casi todas las partes del yacimiento. También han aparecido símbolos y dibujos cuyo significado se desconoce.
La mayoría de las grandes cadenas de televisión de varios países están a la espera de que les faciliten este material sin precedentes. Afortunadamente, Paulina Zelitsky facilito al periodista e investigador Luís Mariano Fernández –ningún medio de comunicación las tiene o las ha emitido- las primeras imágenes grabadas por su cámara submarina de vídeo.
HAY PIRÁMIDES Y CAMINOS A 600 METROS
“En realidad se trata de unas estructuras extremadamente peculiares…. han captado la imaginación de todos nosotros”, me comentaba el geólogo cubano Manuel Iturralde después de haber investigado durante un tiempo el lugar del hallazgo. “Me resulta muy complicado explicar esto desde el punto de vista geológico”, añadió, tras una larga entrevista concertada con él en la ciudad de La Habana. El examen y análisis de la muestras rocosas que serán recogidas en las próximas fechas ofrecerá más luz sobre la formación, que recordemos que está ubicada frente a la Península de Guanahacabibes, en el extremo Oeste de Cuba.
Se trata de una extensión de más de 20 kilómetros cuadrados, en los que se encuentran cubos, paralelepípedos y pirámides. Este complejo ha sido llamado Mega por su tamaño.
Estas es la primera imagen del hallazgo, captada con un equipo de sonar. La misma fue tomada en el año 2.000, mientras el equipo de Exploramar realizaba diversos tipos de investigaciones sobre el fondo del marino cubano. La imagen captada muestra claramente lo que pareciera ser la estructura de un edificio:
Iturralde, que trabaja en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, se ha unido al Proyecto Exploramar – el único facultado por Fidel Castro para el rastreo de los fondos marinos de la Isla – en los esfuerzos por desvelar el enigma de las rocas, de tipo granito, pulidas y de forma geométrica. Las estructuras, que recuerdan a las pirámides egipcias, caminos y otro tipo de construcciones, yacen a más de 600 metros de profundidad en un área de más de 20 kilómetros cuadrados.
El Proyecto Exploramar ha sugerido que pudieran pertenecer a una civilización que colonizó el continente americano hace miles de años, probablemente asentada en una isla que se hundió a gran profundidad por un cataclismo natural, tal vez un terremoto.
ESCEPTICISMO CIENTÍFICO
Esa teoría, y su inevitable paralelismo con la mítica ciudad desaparecida de la Atlántida, ha sido recibida con escepticismo por parte de los medios científicos internacionales, que consideran poco convincentes y creíbles la mencionada antigüedad, calculada en al menos 6 mil años por Exploramar.
Algunos arqueólogos europeos indicaron que las rocas, encontradas en Julio de 2000 mientras Exploramar buscaba con equipos de sonar tesoros y galeones españoles hundidos, pueden ser una formación natural de caliza (curiosa conclusión cuando aún nadie había podido acceder a las imágenes grabadas por la ingeniera oceánica). Pero el estudio y la conclusión del geólogo Iturralde de que no hay una explicación natural obvia han reforzado la hipótesis del equipo de Zelitsky.
Estas imágenes, corresponden al segundo escáner de la superficie marina, tomado con el equipo de sonar en el año 2001. En las mismas, vuelven a aparecer las mismas estructuras geométricas, similares a una edificación:
Aquí, se pueden apreciar las primeras imágenes tomadas por el robot submarino del proyecto Exploramar, a las diversas estructuras encontradas en el fondo marino. Estas fotografías datan, que se sepa, del mes de Junio y Julio del año 2002:
En esta fotografía se puede observar claramente un detalle lineal en uno de los extremos de este megalito, de aspecto redondeado.
Pero hay muchos tipos y clases de estructuras, no solo piramidales. Hay incluso un enorme pedestal con una estructura a su alrededor que podría ser perfectamente un gran reloj solar.
Anillo Ming
¿Un reloj suizo de la dinastía Ming?
En un espacio a 50 km al noroeste de Beijing, donde se encuentran varias colinas encabezadas por una pequeña llanura. Fue el lugar elegido por la dinastía Ming para enterrar a los 13 emperadores.
Unos arqueólogos chinos, mientras excavaban en unas tumbas de la dinastía Ming, encontraron un anillo metálico muy similar a los anillos-reloj que se usan hoy en día. Sorprendentemente, en la parte trasera del anillo está grabada la palabra Suiza. Según los arqueólogos, esta tumba estaba completamente sellada desde hace cuatro siglos. Las agujas del reloj marcan las 10:06.
El reloj anillo fue descubierto cuando dos arqueólogos estaban haciendo un documental con dos periodistas de la ciudad de Shangsi.
“Cuando tratamos de quitar la tierra alrededor del ataúd, un pedazo de roca de repente cayó y cuando choco con el suelo hizo un sonido metálico? Dijo Jiang Yanyu, ex curador de la Región Autónoma del museo de Guangxi.
“Recogimos el objeto, y encontramos un anillo. Después de la eliminación de la cobertura del suelo y examinar más a fondo, nos quedamos conmocionados de ver que era un reloj”.
La excavación se ha suspendido hasta que se resuelva este misterioso hallazgo. ¿Se trata de un nuevo Oopart? ¿Un olvido de algún temponauta? O quizás, la tumba, al contrario de lo que aseguran los arqueólogos, no estuvo sellada durante los cuatro últimos siglos y los saqueadores se pasearon por allí hace un siglo.
¿De verdad alguien se puede creer esto: un reloj-anillo con la palabra Suiza, y de la dinastia Ming?
Anillos de cobre en Whiteside
En 1851, se encontró en Whiteside Country, en Illinois, dos objetos de cobre incrustados en una roca a 38 metros de profundidad. Parecían un anzuelo y un anillo… (¿dos anillos?) Tenían 150000 años….
Cadena de oro
Carbonífero (Entre 345 y 280 millones de años) Cadena de oro incrustada en carbón. Illinois. Estados Unidos. El diario The Morrisonville Times, en su edición del 11 de junio de 1891, ofrecía la siguiente información: “El pasado martes por la mañana, la señora S. W. Culp nos informó sobre un curiosísimo hallazgo. Mientras rompía un trozo de carbón para acomodarlo en la carbonera, descubrió una pequeña cadena de oro de unas 10 pulgadas de largo incrustada dentro de un fragmento de carbón: Al principio la señora Culp creyó que alguien habría dejado caer la cadena, pero cuando empezó a tirar de ella, el trozo de carbón se separo en dos partes, cada una pegada a un trozo de la cadena”. Según el instituto Geológico de Illinois, el carbón donde se encontró la cadena tenía una edad de 260 a 320 millones de años. De ser así, en esa época tendría que haber existido seres humanos con la habilidad y tecnología suficiente como para labrar el oro.
La cadena era de oro de ocho kilates y pesaba ocho pesos-peniques.”
Clavo de Kingoodie
Lugar donde se encontró el clavo.
El clavo de Kingoodie se refiere a un clavoo incrustado en una piedra.
Sir David Brewster encontró el clavo incrustado en un bloque de piedra encontrado en 1844 en Kingoodie Quarry, Escocia del Cretáceo, en la era Mesozoica. 141 años después en el año 1985, el Dr. A. W. Medd del British Geological Survey sostuvo que la piedra en la que se halló el clavo era antiquísima arenisca roja (Devónico, entre 360 y 408 millones de años).
Si esta datación fuese correcta, la situaría cientos de millones de años (entre 356 y 404 millones antes de la aparición del Hombre en la Tierra. Por esta razón, se considera al clavo de Kingoodie un «Artefacto fuera de su tiempo».
Devónico (Entre 395 y 345 millones de años) Clavo de hierro, Mylnfield, Inglaterra. En 1844, el físico Sir David Brewster informó a la comunidad científica del descubrimiento de un clavo incrustado en un bloque de piedra arenisca en la cantera de Kingoodie, Mylnfield. El Dr. A. W. Med, del Centro de Investigación geológica Británico, respondió a la consulta que Cremo y Thompson (autores del libro Forbidden Archeology), le hicieron en 1985, asegurando que la arenisca en cuestión tenía entre 360 y 408 millones de años. Brewster, en un informe enviado a la Asociación Británica para el desarrollo de la ciencia escribió “La piedra en la cantera de Kingoodie esta formada por capas alternadas de una piedra dura y otra sustancia blanda arcillosa, llamada “till” (una especie de tierra). Tras retirar uno de los bloques para labrarlo posteriormente, los operarios vieron emerger entre el till que había encima del siguiente bloque de piedra la punta de un clavo. El hecho de que la cabeza del clavo estuviera enterrada en el bloque de piedra parece eliminar la posibilidad de que se hubiera introducido el clavo en el bloque después de retirarlo de la cantera”.
Escepticismo
Los artefactos metálicos fabricados con hierro se oxidan con el contacto del aire, incluso enterrados, en un periodo geológicamente breve. Los artilugios metálicos que se encuentran en las excavaciones arqueológicas no conservan el aspecto primitivo, sino que suelen estar en la mayoría de los casos, cubiertas de una capa de orín rojo, que deja mancha en la tierra que lo envuelve. Queda por demostrar la razón por la que el clavo no se ha oxidado en 400 millones de años.
Mapa de Piri Reis
Fragmento del mapa de Piri Reis.
El mapa de Piri Reis es un fragmento de un mapa elaborado por el almirante y cartógrafo otomano Piri Reis en 1513. Piri Reis nació en Galípoli hacia 1470. Sobrino de un célebre corsario, Kemal Re’is, desde muy joven acompañó a su tío en sus correrías marinas, participando en las campañas navales contra Venecia y en la conquista de la isla de Rodas en 1523. Dos años antes de esta fecha había publicado el Libro de las Materias Marinas, cuya exhaustiva información hacía referencia exclusivamente al Mediterráneo. Una nueva versión ampliada, dedicada al sultán Suleiman, concluyó en 1526, con una dedicatoria en verso en la que contaba la historia de un astrónomo que se llamaba Kolón…, que salió en busca de Antyle… y la descubrió. Hoy la ruta es muy conocida y su mapa llegó hasta nosotros.
En ella se refería también al mapa que él mismo había dibujado años atrás y del que había hecho obsequio a Selim I en El Cairo. En los márgenes detalla sus fuentes: un mapa de Cristóbal Colón, encontrado en un barco español apresado en 1501, y cuatro mapas portugueses más recientes. Además contó con los informes de un marino que había participado en los primeros viajes colombinos, posteriormente capturado por su tío, que lo había hecho su esclavo.
Por contener aparentes representaciones de tierras entonces desconocidas y a raíz de los propios escritos de Reis indicando que otras de sus fuentes habían sido “los antiguos reyes del mar”, ha suscitado gran interés como «enigma». Es, por otro lado, el mejor testimonio de los mapas que dibujó Colón de las tierras por él descubiertas, de los que tan sólo se ha conservado un pequeño boceto del norte de La Española. El original se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul donde se localizó en 1929, pero no suele estar expuesto al público.
Descripción
El mapa está pintado en cuero de gacela, con un entramado de líneas que atraviesan el océano Atlántico. Llamadas líneas de rumbo son típicas de las cartas de los marinos medievales tardíos y no indican latitud y longitud, sino que se usan como ayuda para establecer direcciones (hoy en día, se usan también en aviación). En el bahriye (comentario marginal) anotó: “Un mapa de esta clase no lo posee nadie hoy en día”. El mapa incluye bellísimos dibujos, acompañados de inscripciones que indican descubrimientos importantes. Uno de ellos se corresponde, casi con total certeza, con la expedición de Pedro Álvares Cabral de 1500. Se cree que Cabral “descubrió” Brasil cuando los vientos lo sacaron de su ruta, en un viaje a las indias orientales.
La península Ibérica y la costa de África occidental están dibujadas con mucho cuidado, casi como en las cartas portulanas. Es frecuente que reciba el nombre de “portulano”, a pesar de que no lo sea stricto sensu. Muchos de los nombres de estas regiones se dan en turco, sin transliterar del castellano o el portugués. En lo alto del mapa hay un barco anclado junto a un pez, con dos personas sobre su lomo: una clara referencia a la leyenda medieval de San Brandán de Irlanda. Como está copiado cuidadosamente de uno de sus mapas fuente, evidencia que al menos uno de los mapamundis mencionados por Piri Reis era una producción europea medieval y no un mapa de “los antiguos reyes del mar”.
Descubrimiento
En 1929 el Palacio de Topkapi, en Estambul, Turquía, estaba en proceso de ser convertido en museo. Un grupo de eruditos que trabajaban clasificando material en la sección de archivos del Imperio otomano hizo un descubrimiento notable: una sección de un mapa de principios del siglo XVI basada, en apariencia, en cartas dibujadas por Cristóbal Colón en su viaje al Nuevo Mundo.
El hallazgo fue presentado a la comunidad científica dos años después por el orientalista alemán Paul Kahle en el 18º congreso de la especialidad, y causó una profunda impresión. El portulano presentaba una inscripción particularmente relevante:
Las costas e islas de este mapa fueron obtenidas del mapa de Colón.
De acuerdo a la investigación subsecuente, la historia del mapa comenzó en 1501, nueve años después del descubrimiento de Colón, cuando Kemal Reis, capitán de la flota otomana, capturó siete naves cerca de las costas de España, y descubrió mediante interrogatorio a las tripulaciones que uno de ellos, que había viajado con el Almirante hacia el Nuevo Mundo, poseía un mapa dibujado por Colón en persona. Kemal envió al marino a su sobrino Piri, también capitán naval y cartógrafo.
En 1511 Piri Reis comenzó a diseñar un nuevo mapa que contendría todos los recientes descubrimientos ibéricos. Usó unas veinte fuentes cartográficas, de las cuales se conoce la procedencia de catorce: cuatro (por entonces novedosas) cartas portuguesas, ocho ptolemaicas, una árabe y la colombina entregada por el marino español capturado. La carta arábiga describía La India; las portuguesas, América, el Océano Índico y China; la de Colón, el Caribe. No se ha determinado a que cartas ptolemaicas se refería.
En 1517 presentó su mapa al sultán Solimán el Magnífico, que, impresionado, lo retribuyó ascendiéndolo a almirante. En 1521 produjo otra contribución a la cartografía mundial: una cartilla de guía a las costas e islas del Mar Mediterráneo, publicada bajo el nombre de “Kitab-i Bahriye” (“El libro del marinero”). Incluía un recuento del descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón, virtualmente idéntico a una extensa descripción en el lado izquierdo del portulano. Esta obra fue de suma ayuda para los peritos que intentaban determinar la autenticidad del mapa de Reis, que llegaron a una conclusión positiva.
Mapa de Bartolomé Colón de las Indias Occidentales (1506) según el boceto de Alessandro Zorzi.
Piri se retiró a Galípoli, y trabajó durante los siguientes tres años, reduciendo los mapas fuente a una misma escala, lo que era una labor muy dificultosa. Al terminarla, agregó esta inscripción:
El autor de esto es el humilde Piri ibn Hajji Muhammad, conocido como el sobrino de Kemal Reis, en la ciudad de Galípoli en el Sagrado Mes de Muharram del año 919 [1513].
Hasta el descubrimiento del mapa de Piri Reis, había únicamente dos fuentes cartográficas —ambas indirectas— para comprender cuál era la visión de Cristóbal Colón sobre sus propios descubrimientos. Una de éstas era un boceto recogido en un códice de 1522 por Alessandro Zorzi, cartógrafo de Venecia, que dijo que se basaba en un mapa traído por Bartolomé Colón (hermano del descubridor) en 1506. Pero el mapa de Zorzi contenía información que en ese año era desconocida y por lo tanto no puede usarse para deducir cómo eran los conceptos geográficos del Almirante, aunque muestre al Nuevo Mundo como una parte de Asia.
Mapamundi de Juan de la Cosa (1500). Cuba ya aparece como una isla.
El único otro mapa superviviente de la época es el dibujado por Juan de la Cosa, miembro de la primera expedición colombina de 1492, que posteriormente navegaría también con Américo Vespucio. Pero este mapa —datado en 1500— muestra correctamente Cuba como una isla, mientras que Colón no sólo creía que Cuba era una península asiática sino que se lo hizo jurar a sus tripulantes por miedo a las consecuencias que el hecho de haber arribado a una isla y no a un continente podría causar en su reputación (la expedición había zarpado de España con el propósito de hallar una ruta a las Indias a través del Atlántico).
El mapa y sus relatos debieron haber sido muy útiles al gobierno otomano: demostraban que las nuevas rutas descubiertas por los exploradores hispanos y lusitanos suponían una amenaza para el dominio turco de los mares del Océano Índico y el Golfo Pérsico. Muchos años después, en 1551, el mismo Reis fue puesto al mando de una flota con la misión de ahuyentar a las fuerzas portuguesas que frecuentaban el Golfo.
Es por estos motivos que la conferencia de Paul Kahle en 1931 sobre el mapa sorprendió tanto a su audiencia y tuvo una repercusión tan grande. Parecía casi milagroso que el único registro cartográfico directo del mayor descubrimiento de todos los tiempos se hubiera preservado en una biblioteca de Estambul, y que debamos su conservación a un pirata de la marina otomana. Sin embargo, a pesar de la dimensión del hallazgo documental, su atracción se disipó rápidamente. Pocos investigadores desde la época de Kahle han examinado con detalle los componentes colombinos del mapa de Reis, y la cuestión de hasta qué punto representa las ideas del descubridor no está resuelta en absoluto. Imago Mundi, por ejemplo, una de las más importantes revistas sobre la historia de la cartografía, jamás dedicó un artículo propio al mapa de Piri Reis.
Hipótesis que intenta correlacionar el contorno inferior del mapa de Piri Reis con el de la costa patagónica argentina y las Islas Malvinas.
Otra hipótesis, menos aceptada, que intenta correlacionar el contorno americano del mapa de Piri Reis con el de la costa venezolana y brasileña.
Porción meridional de América
La mayoría de los eruditos considera que las alegadas similitudes del perfil meridional del mapa de Reis con el de la costa antártica son en extremo tenues y coincidentales. Durante siglos, antes del descubrimiento del continente blanco en el siglo XIX, los cartógrafos habían dibujado una gran masa austral de tierra (la Terra Australis Incognita) basados en la presunción de simetría exigida por Aristóteles y Eratóstenes, entre otros naturalistas griegos; la masa meridional del mapa de Reis podría ser una continuación de esta tradición. En un principio se creía que el extremo sur de Sudamérica y el de, una vez descubierta, Australia, debían estar unidos a esta gran tierra polar, de la que se pensaba que era mucho mayor de lo que es el verdadero continente blanco.
Se ha sugerido que la supuesta Antártida que figura en la parte meridional del mapa no es otro perfil que el de la costa patagónica oriental, girada en sentido antihorario unos noventa grados debido a falencias en los mapas portugueses en los que Reis se basó (entre los navegantes de la península ibérica era común el modificar substancialmente la longitud posicional de los territorios para situarlos a un lado u otro del límite asignado por el Tratado de Tordesillas), o por limitaciones de espacio en la piel de gacela que sirve de sustrato al dibujo. En efecto, pudo darse el caso de que Piri Reis, o el escriba que copió su obra, reparase en que al llegar al Río de la Plata, se estaba acabando la valiosa piel de gacela. En este momento podría haber girado la línea costera hacia el este y haber descrito un semicírculo que le cupiera en el cuero. Este tipo de prácticas eran muy habituales en la época.
Una examen minucioso del borde costero apoya esta visión, revelando representaciones de las bocas y angosturas del Estrecho de Magallanes y zonas aledañas, los principales golfos y bahías, y las Islas Malvinas (el archipiélago cuya isla principal es llamada por Reis “isla de Sare“); la zona de la gran bahía o golfo intermedio correspondería al Río de la Plata, y el punto más oriental de la costa, al extremo meridional de Argentina, en Tierra del Fuego. Además, las anotaciones del mapa, que indican que el área es calurosa y habitada por serpientes, no encajan en la suposición de que se trata de la Antártida, pero sí en la hipótesis patagónica. Al mismo tiempo, una nota sobre las alegadas Malvinas dice que allí la primavera “llega antes”, lo cual no es cierto para los territorios insulares al sur de la Convergencia Antártica.
Gregory McIntosh
Gregory McIntosh, un historiador de la ciencia cartográfica, examinó el mapa en detalle y publicó sus resultados en The Piri Reis Map de 1513 (Atenas y Londres: University of Georgia Press, 2000). Allí sostiene que la fuente colombina que Reis menciona fue usada para dibujar el Caribe: esta zona es, en efecto, de excepcional importancia. En su extremo noroeste se halla una gran isla llamada La Española (hoy Haití y la República Dominicana), descubierta por Colón en su primer viaje y donde había establecido una colonia, indicada en el mapa con tres torres. Inmediatamente al sur de La Española se ve Puerto Rico, y al noreste un conjunto de islas que llama “Úndizi Vérgine” (“Las Once Vírgenes”). Dado que este nombre es claramente italiano, no portugués ni español, evidencia el origen colombino de este sector. En efecto, muchos de los nombres de puertos y accidentes geográficos usados por Reis se encuentran también en textos colombinos. Por lo tanto tampoco esta zona se basaría en mapas de la Antigüedad remota.
Es evidente que Colón deformó La Española en sus mapas, haciéndola quedar completamente desproporcionada con respecto a Brasil y orientada de norte a sur en vez de este a oeste. De esa manera quedaba sorprendentemente parecida a las representaciones convencionales del Cipango (Japón) de Marco Polo que se ven en los mapas de Martin Behaim o Paolo Toscanelli, que Colón utilizó. El Almirante, al menos en su primer viaje, estaba convencido de haber hallado aquel territorio fabuloso, y habría dibujado su Española con esta forma para apoyar su tesis.
Un elemento aún más importante para reafirmar el origen colombino de esta zona del mapa frente a su supuesto origen arcaico es que la verdadera isla de Cuba no aparece, tal y como es lógico en un mapa colombino, pues Colón pensaba al principio que el territorio continental americano era una parte de Asia, y lo dibujó como tal. En el mapa de Piri Reis, la proyección continental que se halla frente a La Hispaniola es, con toda seguridad, Cuba; y aparece de norte a sur tal y como Colón creía, influenciado por las descripciones de Marco Polo sobre Catay. Dado que Colón pensaba que había hallado la costa asiática, lógicamente dibujó el continente de esta manera, según la representación convencional. De hecho, todo sector continental en el extremo noroeste está etiquetado con topónimos que en los viajes colombinos fueron asignados a lugares cubanos.
McIntosh afirma que el mapa muestra dos grupos de Islas Vírgenes porque Piri Reis las tomó de dos mapas distintos sin advertir que representaban lo mismo.
La delineación de la costa brasileña en la carta de Piri Reis es mucho más precisa que la caribeña. La relación y distancia entre Sudamérica y la costa africana occidental, por ejemplo, es mucho más correcta que en la mayoría de mapas europeos de su época. Los nombres que aparecen en esa zona, claramente transliterados del italiano y el castellano, quedan nítidamente asociados a los informes de viaje de Américo Vespucio y otros.
Charles Hapgood
El área caribeña del mapa es tremendamente imprecisa. El estadounidense Charles Hapgood intentó hacerla encajar postulando una proyección equidistante desde un punto de origen próximo a El Cairo, diciendo que la isla que aparece claramente identificada como la Hispaniola es en realidad Cuba y reorientando todas las regiones caribeñas del mapa. Esta tesis ha sido recibida con escepticismo por la comunidad científica, y se le ha acusado de deformar la realidad para adaptarla a la teoría.
Uno de los detalles topográficos más sorprendentes, y de los que han causado más discusiones, es la presencia de una cadena montañosa a lo largo de Sudamérica, que Hapgood identificó como los Andes. Los ríos que parten de ella, lógicamente, se consideran el Amazonas, el Orinoco y el Río de la Plata; y el animal con dos cuernos que se halla junto a las montañas, según Hapgood, es una llama.
Sin embargo, el mapa de Piri Reis no es el primero en mostrar montañas en el interior de Sudamérica. El Planisferio de Caverio (Biblioteca Nacional de París) y la carta de Martin Waldseemüller de 1507 dibujan la costa este de Sudamérica —aunque esquemáticamente— y una cadena montañosa adornada con árboles.
Mapa de Nicolaus Caverio (1504-05). Se aprecia una cordillera en aproximada concordancia con la de los Andes, pero no aparece la mítica Tierra del Sur.
El mapa de Caverio se dibujó entre 1504 y 1505, mucho antes de que se explorara esa zona del interior. Existe una similitud extraordinaria entre este mapa y el de Piri Reis, por lo que cabe suponer que el uno se basa en el otro. Piri Reis podría haber tenido acceso también a los mapas de Waldseemuller (1507), Clareanus (1510) y Johannes de Stobnicza (1512).
Todos están relacionados entre sí y, casi sin duda, se derivan del mapa de Caverio. En particular, el mapa de Johannes de Stobnicza pudo haber sido accesible para Piri Reis, pues fue impreso en Cracovia —una edición de Claudio Ptolomeo— en 1512, un año antes del dibujo del pirata turco. Este podría ser uno de los mapas que llamó “dibujados en la época de Alejandro el Grande” (356–323 a. C.) a que hace referencia el propio Reis, cayendo en la confusión que existía entre los dos Ptolomeos (siendo el más antiguo Claudio Tolomeo, astrónomo, matemático y geógrafo griego, del siglo II a. C.).
Mapamundi de Abraham Ortelius (1570), en el que figura la inmensa tierra austral fundida a la Isla Grande de Tierra del Fuego.
La zona de la Antártida y la costa de tendencia hacia el este, situadas en el extremo inferior fue crucial para las hipótesis de Hapgood. Pero, aunque ninguno de los mapas derivados del de Nicolo Caverio muestre un continente antártico, otros grupos de mapas antiguos sí lo hacen. A partir del siglo XV los cartógrafos frecuentemente incluyeron una gran masa meridional que unía África con Asia, haciendo del Océano Índico un mar interior: esta noción geográfica se deriva de interpretaciones ptolemaicas de la Terra Australis. Cuando el portugués Hernando de Magallanes pasó entre Sudamérica y la isla de Tierra del Fuego (a través del estrecho que lleva su nombre), creyó que la Isla se trataba del extremo norte del mítico territorio del que hablaban los griegos antiguos. No fue sino hasta el viaje de Francis Drake de 1578 cuando esta idea se corrigió.
La búsqueda de la Terra Australis duró siglos, produciendo el descubrimiento de la gran isla que ahora lleva el nombre que tanto fascinó a los cartógrafos renacentistas: Australia. Pero la Antártida no se quiso manifestar a los grandes descubridores. Existen indicios de que fue avistada antes de su descubrimiento oficial en 1820, por ejemplo el relato de Américo Vespucio —desplazado 500 millas (unos 900 km) de su ruta por los vientos— donde habla de una Tierra Vista: quizás las Islas Malvinas o tal vez la propia Antártida. Algunos de los textos que dan soporte a esta hipótesis son presumiblemente apócrifos, pero la evidencia cartográfica inmediatamente posterior tiende a apoyarla.
Dándose cuenta de las inconsistencias Hapgood se fijó en la Tierra de la Reina Maud, que está desplazada 10º hacia el este. Es aquí donde entró en juego Harold Ohlmeyer: para encajar el mapa con el de la expedición sismológica de 1949 (que cartografió algo más de 600 km) tuvo que levantar el nivel del mar la friolera de 200 metros (se calcula que si se fundieran todos los hielos continentales el nivel del mar no ascendería ni 100 metros). No obstante, el error más grave de Hapgood y Ohlmeyer fue presuponer que el perfil de una Antártida sin hielo era similar al que tiene con 30 millones de kilómetros cúbicos de hielo encima: si desapareciera un peso tan tremendo se estima que el continente ascendería un promedio de 600 metros, mostrando un perfil totalmente distinto. Y, por supuesto, la última vez que la Antártida estuvo libre de hielo no fue hace 12 000 años, sino 13 millones de años.
En 1514, el año posterior a la finalización del mapa de Piri Reis, dos barcos portugueses y otros dos holandeses informaron cosas parecidas. Si esta llamada PressillgtLandt era o no la Antártida es tema de discusión, pero no lo es el hecho de que un buque del siglo XVI bien construido y pilotado pudiera llegar muy al sur.
Planisferio de Rumold Mercator (1587). Sigue apareciendo una Terra Australis Incognita.
Hapgood admite que hay unas 900 millas de la costa sudamericana que no aparecen en el mapa otomano.
A la fecha no existen evidencias históricas que sustenten que la carta de Reis procede de “antiguas civilizaciones” o de culturas desconocidas. El mapa de Piri Reis se considera actualmente una extraordinaria y bella compilación de todo el conocimiento geográfico de la Europa medieval tardía.
Gavin Menzies
El ex capitán de las Fuerzas navales británicas, y experto cartógrafo Gavin Menzies en su libro 1421: The Year China Discovered The World presenta la teoría de que la masa terrestre meridional del mapa de Reis es realmente la Antártida y que está basada en cartas chinas anteriores. El almirante Hong Bao habría cartografiado esta costa a las órdenes del legendario almirante Zheng He unos setenta años antes de que Colón descubriera América. La expedición habría tenido como objetivo colocar a todo el planeta bajo el control tributario del emperador chino. La teoría de Menzies ha sido desacreditada por la historiografía científica.
Recordemos que la primera expedición de estudio a la Antártica fue dirigida por el Capitán Ritscher entre los años 1.938 y 1.939. Existen otros mapas de la misma época:
- Mapa de Zeno (1.380) donde aparece Groenlandia sin hielos.
- Mapa de Yehudi Ibn Ben Zara (1.487) con una Groenlandia surcada de ríos, valles y montañas, que no pudieron ser confirmados hasta el año 1.947 mediante los sondeos de una expedición francesa capitaneada por Paul Emile Victor.
- Mapa Caneiro, del siglo XV, donde aparece la costa Oriental de África con toda precisión.
- Mapa de Andreu Benincasa, con todo tipo de detalles de la costa Norte de Europa.
- Mapa de Jorge Reinel (1.510) con excelentes representaciones del Océano Indico y parte de Australia.
- Mapa de Orenteus Finaeus (1.531) donde aparecen ríos y montañas en la Antártica.
- Mapa de Adji Ahmed (1.559), donde aparece el continente americano al completo.
http://cnho.wordpress.com/2010/01/06/un-mapa-magufo-el-mapa-de-piri-reis-1513/
De: https://universidadalma.wordpress.com/2015/10/23/mapas-imposibles/
Este mapa es imposible por numerosos motivos:
La isla de Marajo en la desembocadura del río Amazonas sólo fue descubierta en el año 1543.
Las islas Malvinas fueron descubiertas en el año 1592.
Los Andes están representados, a pesar de que todavía no se les conoce.
La llama, mamífero típico de América del Sur, está pintado sobre los Andes, y fue en 1598 cuando los españoles lo identificaron.
Las grandes islas por encima del ecuador, desconocidas, corresponden a las altiplanicies submarinas de los islotes Sn Pedro y Sn Pablo, sobre la Gran Dorsal Atlántica (cuya existencia nadie sospechaba).
En él se ven las costas del Antártico que se descubrirá sólo en 1818, es decir 300 años más tarde.
América del Sur está unida con el Antártico por un istmo que desapareció hace 10.000 años.
El elemento más sorprendente, el que más plantea problemas:
Las orillas del Antártico que se pueden ver son las de la Tierra de la Reina Maud ¡sin ningún hielo! Este trazado fue confirmado en 1949 con los apuntes sísmicos de una expedición anglosueca.
Aún si quedan algunos científicos para seguir pretendiendo que el casquete entero data de varios millones de años, otros aceptan la posibilidad que esta parte del Antártico pudiera emerger de los hielos durante aproximadamente 9.000 años, hace por lo menos ¡ 6.000 años !
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