Historia
Mercury Atlas 9
El Mercury-Atlas 9 fue una misión tripulada del programa Mercury de Estados Unidos, lanzada el 15 de mayo de 1963 usando un cohete Atlas. La cápsula fue llamada Faith 7, y estaba pilotada por el astronauta Gordon Cooper.
Datos
Datos técnicos
Fecha de lanzamiento: 15 de mayo de 1963, a las 13:04:13 UTC.
Fecha del amerizaje: 16 de mayo de 1963, a las 23:24:02 UTC.
Fabricante: McDonnell Aircraft.
Cohete: Atlas LV-3B.
Masa: 1.360 kg.
Número de órbitas: 22
Duración de la misión: 34 horas, 19 minutos, 49 segundos.
Apogeo: 267 km.
Perigeo: 161 km.
Inclinación: 32.5°.
Periodo orbital: 88,5 min.
Tripulación: 1 (Gordon Cooper).
Directores de vuelo
Chris Kraft—Red team John Hodge—Blue team
Insignia de la misión Mercury 9
Mercury-Atlas 9 fue la última misión espacial tripulada del Programa Mercury.
El 15 de mayo de 1963, a las 8:04 a.m, se lanzó el cohete Atlas 130-D desde el Complejo de Lanzamiento 14 en Cabo Cañaveral, Florida.
La nave espacial, llamada Faith 7, pilotada por Gordon Cooper, completó 22 órbitas alrededor de la Tierra antes de amerizar en el océano Pacífico.
Foto: NASA.
Antes de la misión
La anterior misión Mercury 8 había tenido tanto éxito a nivel técnico que en la NASA llegaron a plantearse finalizar el Programa Mercury en la octava misión y seguir adelante con el Programa Gemini.
Sin embargo, finalmente se optó por realizar la misión Mercury 9, cuyo objetivo principal sería tener a un astronauta en el espacio durante un día entero.
En septiembre de 1962, la NASA concluyó las negociaciones con la empresa McDonnell para modificar cuatro naves espaciales Mercury para que pudiesen tener la capacidad de realizar una misión de un día completo. Para ello, era necesario eliminar de la nave el periscopio y unos propulsores. También era necesario añadir a la nave baterías adicionales y tanques de oxígeno.
Momento del lanzamiento del cohete Atlas 130-D en Cabo Cañaveral, Florida.
En noviembre de 1962, Gordon Cooper fue elegido como piloto principal de la misión, y Alan Shepard como su sustituto.
Más tarde, el 22 de abril de 1963, se llevaron al Complejo 14 de Cabo Cañaveral el cohete Atlas 130-D y la nave Mercury. Esta nave era la número 20 del proyecto.
Como la misión Mercury orbitaría alrededor de casi toda la Tierra, se asignaron al seguimiento de la misión un total de 28 barcos, 171 aviones y 18.000 hombres.
Cuando Cooper subió a la cápsula Faith 7 a las 6:36 am de la mañana el 14 de mayo de 1963, se encontró un “pequeño regalo” que le habían dejado en la nave: Alan Shepard, el piloto sustituto, gastándole una broma le dejó un desatascador de inodoros. Resulta que Shepard sabía que Cooper tendría en esta misión una nueva versión del dispositivo de contención de orina. Shepard no tuvo este dispositivo en la misión Mercury-Redstone 3 y debido a esto tuvo que hacerse sus necesidades encima. Shepard le dejó unas instrucciones que decían “agitar antes de usar“.
Sin embargo, “el regalito” que Shepard le hizo a Cooper no viajaría ese día a la órbita terrestre. Pero tampoco lo hizo Cooper en ese día, porque debido a varios problemas con el radar en las Bermudas y otros problemas en el motor se tuvo que cancelar el lanzamiento hasta el 15 de mayo.
En la imagen Gordon Cooper, conocido como “gordo”, piloto principal de la Mercury 9. Foto: NASA.
La tripulación
Gordon Cooper fue el astronauta principal de la misión Mercury 9. Se convertiría en el primer estadounidense en dormir en el espacio en una misión que duró 34 horas. Fue también el último estadounidense al que se enviaría para llevar a cabo una misión totalmente en solitario.
Años más tarde sería comandante de la misión Gemini 5 y de la misión Apolo 13.
El piloto sustituto era Alan B. Shepard, Jr.
Objetivos de la misión
El objetivo de la misión era mantener un astronauta en el espacio durante un día completo.
El vuelo de la misión Mercury 9
Finalmente, el 15 de mayo de 1963 a las 8:04:13 a.m. se produjo el lanzamiento. La nave Faith 7 se lanzó desde el Complejo 14 de Cabo Cañaveral. En tan sólo cinco minutos la nave entró en órbita a una velocidad de 28.239 kms por hora.
Tras haberse separado la nave del cohete y haber entrado en órbita, Cooper hizo comprobaciones y desde control de tierra le informaron de que todo estaba correcto.
Al inicio de la tercera órbita, Cooper comprobó la lista de su agenda que contenía 11 experimentos para realizar. Su primera tarea fue expulsar una esfera que tenía un diámetro 152 mm, equipada con luces estroboscópicas de xenón. Este experimento fue diseñado para probar su capacidad de detectar y rastrear una luz intermitente en órbita.
Cuando estaba dando la cuarta órbita a la Tierra pudo ver la esfera luminosa que había lanzado. También la volvió a ver durante la quinta y sexta órbitas.
En la sexta órbita, y habiendo transcurrido a unas 9 horas de vuelo, Cooper preparó unas cámaras, ajustó la actitud de la nave y accionó los interruptores para intentar expulsar de la nave un globo de unos 762 mm. Este globo, que iría sujeto a la nave con una fina cuerda de nylon, estaba pintado en color naranja fluorescente e hinchado con nitrógeno. Serviría para realizar un experimento que mediría la diferencia de resistencia atmosférica entre los 160 kms de altitud y los 260 kms, pero Cooper no fue capaz de expulsar el globo de la nave para poder realizar el experimento.
Durante la séptima órbita Cooper superó el récord de Schirra, que en la anterior misión Mercury 8 había logrado realizar 6 órbitas a la Tierra. En ese momento, Cooper estaba ocupado realizando experimentos sobre radiación.
Después de 10 horas, la estación de seguimiento de Zanzíbar informó a Cooper de que las condiciones de la nave de momento eran adecuadas para realizar hasta las 17 órbitas. Cooper estaba orbitando la Tierra cada 88 minutos y 45 segundos con una inclinación de 32,55 grados con respecto al ecuador.
Imagen de las tierras altas del Tibet obtenida por Cooper durante su vuelo orbital en la misión Mercury 9. Arriba a la derecha se puede ver el lago Chin-Tzu-Hu y abajo a la izquierda el lago Yen-Ko-Ling. Foto: NASA.
Estaba programado que Cooper descansase entre las órbitas 9 a 13. Su cena consistía en carne asada en polvo y un poco de agua. Luego tomó fotografías de Asia e informó a control de Tierra sobre el estado de la nave. Cooper no tenía sueño y durante la órbita 9 hizo algunas de sus mejores fotos, entre ellas imágenes de las tierras altas del Tíbet y del Himalaya.
Durante el vuelo Cooper informó que podía ver carreteras, ríos, pequeñas aldeas e incluso casas si las condiciones de iluminación eran buenas. Esto fue confirmado más tarde por los equipos de la misión Géminis, en la que el propio Cooper también volaría.
Avanzado el vuelo, Cooper durmió intermitentemente las próximas seis horas, durante las órbitas 10 a la 13. Se despertó de vez en cuando y tomó más fotografías, realizó informes de las grabaciones realizadas, e hizo comprobaciones de la temperatura en el interior de la nave.
En la órbita catorce, Cooper hizo una evaluación del estado en que se encontraba la nave Pudo comprobar que el suministro de oxígeno era suficiente. El combustible de peróxido era de un 69% en el tanque automático y un 95% en el tanque manual.
En la órbita 15, pasó la mayor parte del tiempo calibrando los equipos y sincronizando los relojes.
En la órbita 16 realizó fotos sobre Zanzíbar pero salieron sobreexpuestas. Aún así contenían datos valiosos.
Al inicio de la órbita 17, al cruzar Cabo Cañaveral, Florida, Cooper transmitió imágenes de televisión en blanco y negro a baja resolución al Centro de Control de Mercury en tierra. La imagen era turbia y mostraba una imagen con aspecto fantasmal del astronauta.
Era la primera vez que un astronauta americano había enviado imágenes de televisión desde el espacio.
En las órbitas 17 y 18, Cooper tomó fotos meteorológicas en infrarrojos. También reanudó las mediciones del contador Geiger de radiación.
Durante las órbitas 18 y 19 Cooper cantó, y se maravilló de la vegetación de la Tierra. Hubo un problema con una luz que indicaba la reentrada de la nave, pero se descubrió que sólo era una falsa alarma debida a un fallo del indicador. Habían pasado 30 horas desde el despegue.
En la órbita 20, Cooper perdió las lecturas de actitud de la nave. La “actitud” es la posición de la nave respecto del horizonte.
En la órbita 21 hubo un cortocircuito que afectó a la estabilización automática y al sistema de control, al dejarlos sin corriente. John Glenn, que estaba a bordo del Coastal Sentry Quebec, en Japón, ayudó a Cooper. Debido a los fallos en el sistema, muchos de los pasos se tendrían que hacer manualmente. Sólo Hawai y Zanzíbar estaban en el rango de radio en esta última órbita, pero las comunicaciones eran buenas.
Cooper señaló que el nivel de dióxido de carbono se elevaba en la cabina y en su traje espacial. Al pasar sobre Zanzibar le comentó a Carpenter que las cosas se estaban empezando a complicar. A pesar de ello Cooper se mantuvo tranquilo.
Al final de la órbita 21 Cooper contactó nuevamente con Glenn y le comunicó que había seguido sus instrucciones. Como fallaba el sistema automático, Cooper tuvo que mantener la actitud de la nave manualmente, para lo cual dibujó unas líneas en la ventana para mantenerse alineado con las constelaciones. Cooper contaría después que, al no disponer de sistemas automáticos, tuvo que utilizar su reloj de pulsera para controlar la cuenta atrás al tener que activar manualmente los retrocohetes (a la orden de Glenn) y que utilizó su propia vista para mantener la actitud de la nave. Y todo ello lo hizo guardando la calma, a unos 260 kms de altitud.
Amerizaje
El portaaviones Kearsarge acude al rescate del astronauta Gordon Cooper, que amerizó a bordo de la Faith 7. En la cubierta de portaaviones se puede leer el nombre de la misión “Mercury 9”. Foto: NASA.
A pesar de estos obstáculos, quince minutos más tarde Cooper consiguió amerizar en la cápsula Faith 7 a tan sólo 6 kms del USS Kearsarge, el portaaviones de rescate. Era el aterrizaje más exacto que se había logrado hasta ahora, a pesar de la carencia de controles automáticos.
El amerizaje se produjo 34 horas, 19 minutos y 49 segundos después del despegue.
Tras la misión Mercury 9, se debatió en la NASA sobre si era necesaria o no una nueva misión Mercury 10. Se propuso que sería una misión de 3 días, con 48 órbitas y comandada por Alan Shepard. La fecha que se barajaba era octubre de 1963. Sin embargo, finalmente la NASA decidió que ya era el momento de dar comienzo a la misión GEMINI
El programa Mercury había realizado todos sus objetivos.
La misión Mercury 9 en la actualidad
La cápsula Faith 7 se encuentra actualmente en el Space Center Houston.
Demizu-no-Sakafune-ishi
Piedra Demizu-no-Sakafune-ishi
En comparación, el propósito de la Piedra Sakafune (literalmente sake piedra barco) sigue siendo un misterio. Varias teorías han sido propuestas para explicar la función de la Piedra, pero hasta ahora nada concreto se ha confirmado (ver enlace más abajo, la astronomía entre tumbas y reliquias antiguas en Asuka, Japón). Junto con otros megalitos y túmulos en la zona, sin embargo, Sakafune bien vale la pena una visita. Llegar a Asuka no es demasiado difícil, el aeropuerto más cercano es el de Kansai Internacional, seguido por unos pocos cortos trayectos en tren desde Kyoto, Nara y Osaka. La recompensa para el visitante una gran cantidad de fascinantes sitios megalíticos, museos, templos y santuarios, todo bien lejos de los lugares turísticos más conocidos de la zona.
Sitio en Honshu Japón: La réplica en el Museo Shiryokan Asuka.
La piedra más enigmático en el distrito de Asuka, su propósito es completamente desconocido. El nombre de “vino (‘sake’) – Barco de Piedra” en sí contiene un misterio. Los huecos pueden correr o líquidos de tensión, es decir, agua, vino o un medicamento, o algunos objetos flotantes?
La forma de los huecos, son una reminiscencia de una mesa de sacrificio. También los ángulos de las ramas son similares a los ángulos de las puestas de sol entre los equinoccios y los solsticios. Los huecos en los bordes continuos son los restos de las cuñas cortadas en los ladrillos de la muralla del castillo de Takatori 5 km.
Ahora, la corriente que parten de esta piedra se supone que han pasado a través de Kamegata-Sekizōbutsu y Demizu-no-Sakafune-ishi. Podrían consistir en un centro de diversión en la capital más antigua de Japón “Asuka”.
Otra piedra con huecos similares se encuentra cerca de Eisan-ji (栄 山寺) templo en Gojō (五條) de la ciudad, a 10 km de distancia de Asuka. Por desgracia, esta piedra fue lanzada al escombros durante la construcción de la carretera antes de la 2ª Guerra Mundial.
El sitio de Honshu, Japón. Las réplicas de Sakafune-Ishi y Demizu-no-Sakafune-Ishi, el agua corre a través de ellos.
Piedra esculpida en Honshu
Excavado en 1916 a partir de un campo de arroz 500 Riverside lejos de otra Sakafune-ishi. Consisten en un par de una piedras planas con una piscina y una roca estrecha con una zanja como una rampa.
Poco después de la excavación, comprado por un millonario, ahora colocado en un jardín japonés de la villa privada en Kyoto, no está abierto al público.
Una réplica se coloca en el jardín de la junto con la réplica de otro Sakafune-Ishi y los artefactos de conexión.
Sakafune-ishi de Demizu (1916)
Mapa de los principales sitios prehistóricos de Asuka
Ubicación del túmulo y Sakafune Piedra Ishibutai se muestra cerca de la parte inferior central.
Ben-Ben
Benben piedra pirámide de Amenemhat III, XII dinastía de Egipto. Museo Egipcio, El Cairo.
En la mitología egipcia, específicamente la tradición de Heliópolis, Benbén era la montaña que emergió de las aguas primordiales (monja), y en el que el dios creador Atum se sentó. La expresión “piedra benben” se utiliza para referirse a la piedra que se encuentra en la parte superior de las pirámides de Egipto. El término también se relaciona con el obelisco.
Piedra Benben
La piedra Benben, el nombre de la colina, era una piedra sagrada en el templo de Ra en Heliópolis . Era el lugar donde los primeros rayos de sol caían. Se cree que fue el prototipo para posteriores obeliscos y las grandes pirámides fueron la base de su proyecto. La piedra angular o la punta de la pirámide también se llama Pyramidion. En el antiguo Egipto, éstos eran probablemente de oro, que brilla en la luz del sol.
Los piramidión también se llaman “piedras Benben”. Muchas de estas piedras, talladas con imágenes e inscripciones se encuentran en museos de todo el mundo.
El Fénix, el pájaro Bennu, era adorado en Heliópolis, donde se decía que estar viviendo en benben o el sauce santa. Según Barry Kemp la conexión entre benben, la Phoenix y el sol puede muy bien haber sido basado en la aliteración :. La creciente, weben, el sol envía sus rayos a benben donde el ave vive benu [1]
Histórica del desarrollo
Desde los primeros tiempos, el retrato de Benbén era labrado de dos maneras; Fue la primera para formar una punta piramidal, que era probablemente las pirámides y obeliscos modelo. La otra forma era con tapa redonda; esta fue probablemente la fuente de Benbén como un objeto de veneración. [2]
Durante la dinastía V de Egipto, el retrato benben fue formalizado como un obelisco plano. Más tarde, durante el Imperio Medio, se ha convertido en un obelisco de largo y delgado.
(La pieda Ben-Ben era, según los antiguos egipcios, un objeto sólido que llegó a la tierra procedente del Disco Celeste o solar; la piedra equivale a la Montaña primordial de numerosos mitos cosmogónicos en diferentes culturas, y es un símbolo eminente en la mitología egipcia)
Interpretaciones
En la mitología del antiguo Egipto existen diversos relatos sobre la creación del mundo. Uno de ellos está centrado en el dios Atum, y tuvo su origen en la ciudad de Heliópolis. Según esta versión de la creación del mundo, Atum dotó de esencia al universo. En un principio, no existía nada sino oscuridad y caos. Fue de las oscuras aguas de donde surgió la colina primordial, conocida como Piedra Benben, en cuya cima se alzaba Atum. Al nacer la Piedra Benben de las aguas primordiales, algunos historiadores han sugerido que esta palabra podría estar relacionada con el verbo ‘weben’, el jeroglífico egipcio que significa “alzarse”.
Según otra interpretación, la piedra Benben era la colina primordial sobre la que Atum descendió en un principio. El dios miró en torno suyo y se dio cuenta de que no había nada salvo oscuridad y caos, observando que estaba solo. Deseoso de tener compañía, Atum dio inicio a la creación. En algunas versiones del mito, Atum se masturbaba, y mediante este acto creaba a Shu (dios del aire) y Tefnut (diosa de la humedad). En otras versiones del relato, estas deidades surgían al copular Atum con su propia sombra. Tras su nacimiento, Shu y Tefnut dejaban a Atum en la Piedra Benben y se marchaban a crear el resto del mundo. Cuenta la leyenda que, después de cierto tiempo, Atum se sintió preocupado por sus hijos. De este modo, se arrancó un ojo y lo envió en su búsqueda. Shu y Tefnut regresaron con el ojo de su padre, y el dios, al ver a sus hijos de nuevo, derramó lágrimas de alegría. Estas lágrimas, que cayeron sobre la piedra Benben en la que se encontraba Atum, se transformaron en los primeros seres humanos.
Según otra hipótesis, con el tiempo otros templos solares albergaron sus propias piedras Benben. Por ejemplo, según antiguos documentos, el templo de Atón de El-Amarna/Aketatón, construido por Akenatón en el siglo XIV a. C., poseía su propia piedra Benben.
“Cámara Celestial” de origen egipcio que podría representar el mítico Ben-Ben, el objeto que trasladó a los primeros Dioses desde el cielo a la tierra.
Por las fuentes originales más antiguas se sabe que los egipcios basaron la forma del obelisco (o más bien una parte de él) en el llamado “bnbn” (la piedra ben-ben). Este obelisco prototípico no puede ser respaldado por hallazgos arqueológicos, pero sí lo está por los jeroglíficos. En egiptología, para los símbolos de las figuras que eran llevadas a los textos se usaba a menudo la forma original del objeto. Esto es, claro, un proceso legítimo, ya que los jeroglíficos – de modo parecido a la escritura china – se basaban directamente en el mundo real. Se representaba el agua con líneas onduladas, la pirámide por un triángulo, etc. De acuerdo a eso, el “ben-ben” tenía un extremo de forma puntiaguda o cónica (11).
Según los antiguos mitos egipcios, se supone que este algo ominoso, así como muy interesante, “ben-ben” ha estado de pie en Heliópolis, la bíblica, o la egipcia “jwnw.” Heliópolis, situada a 25 km (15.5 millas) al norte de la vieja capital real, Memphis, había ocupado un largo e importante papel en el desarrollo de la teología egipcia, e incluso en tiempos de Herodoto, tenía la reputación de ser un lugar de especial sabiduría. El mito del “ben-ben” estuvo arraigado en las primeras tres dinastías del Reino Viejo (2900-2040 a.C.), o posiblemente en siglos anteriores, y por consiguiente existe desde comienzos de reinado faraónico (12).
Se supone que el “ben-ben” en sí, que está representado por los obeliscos, ha sido un objeto que descendió a la Tierra desde el Cielo. En él estaba el dios Re (asimilado después por el dios Atum), quien de esta manera vino a visitar a la humanidad y se convirtió en el primer gobernante de todo Egipto. Según las creencias de los egipcios, el más grande de sus dioses había gobernado el territorio a lo largo del Nilo a través de varias dinastías, “y si uno quisiera describir una institución como sumamente antigua, uno diría que había existido desde la época de Re” (13). El texto de la pirámide N° 1652 nos dice lo siguiente sobre Re: “Tú apareciste ante nosotros como el “ben-ben” (la piedra).” Mirándolo de este modo, el obelisco significa la “casa del dios” (14). En textos posteriores, fue incluso elevado junto con un hombre de pie ante una imagen del dios.
¿Qué significa esta palabra “bn-bn”? Etimológicamente, no puede identificarse de manera precisa o indiscutible. Por un lado, la construcción consonántica “bn” hace pensar en “piedra.” De hecho la palabra “bn” existe desde la era de la pirámide con el significado de un “tipo de piedra.” Durante el Reino Medio (2040-1537 a.C.) la palabra “bnw.t” (benut) entra en la literatura. Aquí simboliza un “tipo de piedra dura.” Sin embargo, “la tendencia hoy en día es a derivar el nombre “bnbn” del verbo “wbn”, que tiene el significado de “elevación”, “reluciente”, pero también “brillante” – del sol y las estrellas…” (15). Las interpretaciones, tales como “eso que sale”, “eso que se dispara al cielo” también se dan (16), como el verbo “wbn” es definido “por los rayos o haces de luz salidos del disco del Sol” (17).
El “benben”, el “objeto secreto”, fue albergado en una estructura especialmente construida para él, la “h.tbnbn” (“hwt-benben”, o “casa del benben”) en Heliópolis. Pueden encontrarse referencias a él en el Texto de la Pirámide N° 1652: “Atum-Chepre, tú eras alto como una colina. Tú parecías como el benben en la casa del benben en Heliopolis/jwnw”, o en el N° 2069ª: “Un benben se encuentra en la casa de Sokar.” Esta casa del benben y el santuario solar de Heliópolis fueron, con toda la probabilidad, lo mismo.
Dos grupos de dioses custodiaban el benben en la casa del benben. Tres dioses, que “poseían el secreto”, cuidaban el objeto en el interior del edificio; otros ocho dioses lo custodiaban por fuera. En el Libro de los Muertos, los doce dioses son también llamados los remeros de Ra, que atendían el “barco de un millón de años”. Estos dioses también tenían la tarea de “creación” de las llamas para el barco de Ra. No siendo posible aquí ocuparse en profundidad de la barca del Sol de Ra, sobre la que se hizo en otra parte una concisa referencia escrita (20), debe señalarse brevemente que una imagen de piedra de este celestial “navío” se alzaba derecha otrora al lado del santuario solar en Heliópolis.
Piramidión del escriba real Pauty, Saqqara ( Rob Koopman / Flickr )
El mito relacionado con el “benben”, del pájaro que se eleva de nuevo desde sus propias cenizas, ha sido interpretado en la egiptología como sigue:
- A) La piedra puntiaguda, la punta del obelisco, según el modo egipcio de ver las cosas, participa en el luminoso aspecto del pájaro, de manera que es una mutatis mutandis, o centro del alma (23).
- B) La tesis alternativa: el pájaro era un símbolo antiguo del vuelo en el antiguo Egipto (24). El pájaro que desciende hace conexión con la nave espacial que está aterrizando. El pájaro de luz fue escogido para hacer referencia al vehículo divino ascendiendo y descendiendo. El ave Fénix/benben, elevándose desde sus propias cenizas, simboliza aquello ardiente (“cenizas”) que se generaba en el lanzamiento (“la isla de las llamas”). El mismo “pájaro” subía periódicamente al cielo y, para el asombro general, no se quemaba.
Su nombre no nos dice gran cosa, pues obelisco es un término griego usado para referirse a un espetón o asador en diminutivo, de modo que en griego posee un sentido claramente irónico, pero nada explicativo. Los egipcios los llamaban ben-ben, sobre la raíz que significa “alzarse brillando”, lo que parece aludir al culto solar de Ra.
Piramidión de Hori, Imperio Nuevo, Dinastía XVIII, 1350 a. C., piedra caliza (Mary Harrsch / Flickr)
Las ruinas de Loropeni
Las ruinas de Loropeni
Sevilla, 26 jun (EFE).- Las Ruinas de Loropeni, que son las fortificaciones mejor conservadas de Burkina Faso, han sido inscritas hoy en la Lista del Patrimonio Mundial, con lo que este país de la zona occidental de África ingresa por primera vez en este catálogo de la UNESCO, según ha acordado su Comité en Sevilla.
Este bien cultural, de 11.130 metros cuadrados, es el primero de este país africano en ser declarado Patrimonio de la Humanidad y, según ha destacado la UNESCO tras inscribirlo el Comité, en él se hallan los impresionantes muros de piedra de la mejor conservada de las diez fortalezas existentes en la zona de Lobi.
Como parte integrante de un conjunto más amplio de cien recintos de piedra que atestiguan la importancia que tuvo el comercio del oro a través del Sáhara, recientemente se ha comprobado que las ruinas de esta edificación, situadas cerca de las fronteras de Burkina Faso con Costa de Marfil, Togo y Ghana, tienen como mínimo diez siglos de antigüedad.
Este asentamiento humano fue ocupado por los pueblos lohron y kulango que controlaban la extracción y transformación del oro en la región durante su periodo de apogeo, entre los siglos XIV y XVII.
Según la UNESCO, quedan muchas incógnitas sobre el sitio porque todavía no se han hecho excavaciones en una gran parte de él, aunque parece que sus habitantes lo desertaron en algunos periodos de su secular historia, hasta abandonarlo definitivamente a principios del siglo XIX, y se espera conocer más por excavaciones futuras.
Las ruinas de Loropeni se encuentran a unos 45 km al oeste de Gaoua a lo largo de la carretera sin pavimentar entre Gaoua y Banfora. Dejando Gaoua en dirección a Banfora, verá la señal que marca la ubicación de las ruinas en el lado derecho de la carretera.
Al subir, verás las imponentes paredes de piedra (volcánicas). La guía le mostrará alrededor de las áreas interiores de la fortaleza al explicar el fondo histórico del sitio. Las excavaciones arqueológicas han producido fragmentos de cerámica, puntas de flecha, huesos de animales y varios especímenes botánicos conservados. La datación del carbono muestra que la fortaleza pudo haber sido construida en el siglo XI. Evidentemente, ha habido varias inhabitaciones del sitio a lo largo de su historia. Algunas presunciones son que era una ciudad de tipo fortificado a lo largo de una antigua ruta de caravanas que jugó un papel en el comercio de oro y que muy bien pudo haber sido utilizada en la trata de esclavos también. Las paredes internas y los restos de pared parecen indicar posiciones de entradas y habitaciones o compartimientos. Según donde se han encontrado artefactos particulares, se presume que había cuartos de mujeres, áreas de tenencia de animales e incluso un depósito de armas para los guerreros que protegían la fortaleza. Más excavaciones y más investigación debe revelar más con el tiempo.
Hay planes para que se establezca un museo, pero esta parte del proyecto aún no ha comenzado. Actualmente, los trabajadores están en el sitio usando arcilla especialmente preparada para fortalecer las áreas de las paredes que están en mayor riesgo de caer.
Es un sitio muy impresionante en términos de sus características físicas naturales, su significado histórico, y su intriga. Un sitio realmente todavía en su estado muy natural, vale la pena una visita si estás en las zonas de Gaoua y / o Banfora de Burkina Faso.
Muralla de Nisa
Coordenadas: 37°57′04″N 58°12′45″E
País: Turkmenistán
Nisa, también llamada Parthaunisa, es una antigua ciudad situada cerca del pueblo moderno de Bagir, a 18 km al sudoeste de Asjabad, en la provincia de Ahal (Turkmenistán).
Las fortalezas partas de Nisa se añadieron al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 2007. Abarcan una superficie de 77,90 hectáreas de zona protegida y 400,3 hectáreas de zona de respeto.
Historia
Algunos autores sostienen que Nisa fue una de las primeras capitales de los partos. Tradicionalmente fundada por el rey Arsaces, que reina de 250 a 211 a. C. Era la necrópolis real de los reyes partos, aunque no se ha establecido nunca que las fortalezas de Nisa fuesen una residencia real o un mausoleo.
Las excavaciones encontraron gran cantidad de edificios, mausoleos y templos a Mitra, muchos documentos manuscritos, y una tesorería saqueada. Se encontraron muchos ejemplos de arte helenístico, así como un gran número de rhyton de marfil cuyos bordes están decorados con imágenes persas o tomados de la mitología clásica.
Después fue conocida como Mithradatkirt (Fortaleza de Mitridates) por Mitrídates I de Partia, hacia 171 a 138 a. C. Fue destruida por un terremoto ocurrido durante el siglo I a. C.
Se sigue excavando en la actualidad.
El yacimiento arqueológico de la antigua Nisa se encuentra en las proximidades de la moderna ciudad de Bagyr, en la provincia de Ahal, a 12km. al suroeste de la capital del país, Ashgabat. Se tarda unos 30 minutos en coche desde la capital. Está situada en las estribaciones de las montañas Kopetdag, cerca de la frontera con Irán.
Nisa era una de las principales ciudades del Imperio Parto, uno de los más poderosos de su época, mediados del siglo III a.C. hasta el año 224 d.C. Según la tradición, fue fundada por Arsaces I (250 – 211 a.C.), siendo una de las primeras capitales del Reino Parto. Una de sus antiguas denominaciones, según lo indican las tabillas de arcilla halladas en el yacimiento, era Mithradatkert, la Fortaleza de Mitra, en referencia al rey Mithradat I (174-138 a.C.). El geógrafo del siglo I Isidorus de Kharax menciona a Parthaunisa como el centro administrativo y económico de la dinastía arsácida. Esta dominó vastos territorios desde el Indo hasta el Eufrates, enfrentándose en diversas ocasiones con el otro gran imperio del momento, el Imperio romano. El 224 d.C. vio el colapso del reino parto cuando Ardashir, gobernador de Persia y fundador de la dinastía sasánida, frenó la expansión parta con la conquista de sus ciudades y territorios y la muerte de su último rey Artaban V.
El sitio arqueológico de Nisa consta de dos zonas: la Vieja Nisa o Ciudadela de la Realeza y la Nueva Nisa, donde residía la mayor parte de la población. En la primera es donde se conserva la mayor actividad arqueológica.
La Antigua Nisa, edificada sobre una colina natural, tiene una extensión de 14 Ha., rodeada por una muralla de tierra y protegida por más de cuarenta torres rectangulares. Los edificios del interior de la ciudadela se distribuyen en dos complejos: el septentrional y el central. En el primero se han identificado las estancias del tesoro real, una bodega y otras salas auxiliares. Aquí se hallaron los principales objetos arqueológicos descubiertos en Nisa: la estatua de mármol Rodogoune, la estatua de mármol de la diosa Nisa, fragmentos de los tronos reales, varios rythons de marfil y más de 2.700 ostracas de cerámica, que contienen los archivos imperiales de palacio. En la zona central se han distinguido cuatro edificios interrelacionados. Entre ambas zonas había calles pavimentadas que las unían, así como dos piscinas.
La Nueva Nisa se eleva a 1,5km. de la ciudadela real. Sus 25Ha. estaban rodeadas de poderosas murallas de 9m. de altura. Durante la época parta, la ciudad estaba dividida en dos partes: la superior (ark) y la inferior (shakhristan). Se han identificado estructuras correspondientes a la fortaleza, cementerios y almacenes.
Los objetos arqueológicos hallados en las excavaciones realizadas en Nisa se encuentran en el Museo de la Historia de Ashgabat y en el Ermitage de San Petersburgo. En el primero es de destacar la colección de rythos – recipientes principalmente de marfil destinados a las libaciones rituales -, la escultura helenística de Rodogune o el busto del guerrero.
En el año 2007 Nisa fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como ejemplo de la interacción cultural entre Asia central y el mundo mediterráneo, representado por las culturas griega y romana, y por su importancia dentro del Imperio parto, una de las más poderosas e influyentes civilizaciones del mundo antiguo.
El Imperio Parto fue uno de los principales rivales, sino el mayor, que tuvo Roma por la conquista del Oriente próximo. En el 53 a.C. las legiones de Craso sufrieron una dura derrota en Carras frente al ejército parto. Miles de soldados romanos fueron capturados y enviados a la remota región de Margiana, en el valle del río Murgab. Para algunos historiadores muchos de estos soldados formaron parte de la Legión perdida, que reaparecerían años después en las crónicas chinas… Los estandartes romanos capturados en la batalla fueron recuperados por Augusto tres décadas después, tras duras negociaciones con los dirigentes partos.
Las ruinas de las fortalezas de Nisa testifican la ubicación de una de las urbes más importantes de aquel imperio. Los dos tells (colinas) que guardaban las ruinas han permanecido casi 2000 años escondiendo restos de una cultura que englobó aspectos iranios, romanos y helenísticos.
Vieja Nisa. Al frente, murallas defensivas y edificio de la gran plaza.
El sitio Patrimonio Mundial abarca la antigua ciudad, denominada Nueva Nisa, y la ciudadela real, designada como Antigua Nisa.
Buena parte de las excavaciones realizadas hasta ahora han tenido lugar en la Ciudadela, un tell de 14 hectáreas, en forma de pentágono irregular, rodeado por una alta muralla defensiva de tierra. El perímetro de la muralla, cuenta con más de 40 torres rectangulares, y bastiones situados en los ángulos.
El tell de la Nueva Nisa tiene una superficie de 25 hectáreas y está rodeado de potentes murallas de nueve metros de altura, con sendas entradas.
En la encrucijada de importantes rutas comerciales, los restos de Nisa son un ejemplo de la interacción de las influencias culturales del Asia Central y del mundo mediterráneo en el poderoso Imperio Parto.
Vieja Nisa (foto: **El-Len**)
Vieja Nisa. (foto: Stephen Cruise)
Vieja Nisa. Edificios zona central (foto: David Stanley)
Murallas de Hattusa
Hattusa, la capital hitita
40°01′11″N 34°36′55″ECoordenadas
País: Turquía
N.° identificación: 377
Año de inscripción: 1986 (X sesión)
Reino hitita.
Hattusa o Hattusas (Hitita, URUḪa-at-tu-ša, transcripción: “Ḫattuša”) fue la antigua capital del Imperio hitita desde el reinado de Hattusili I, situada en el centro de Anatolia, junto al río Kizil-Irmak, en lo que corresponde hoy en día en ubicación con la aldea de Boğazkale o Bogazköy, parte de la provincia turca de Çorum. La ciudad contaba con amplios bosques y un fértil campo adyacente, aunque su emplazamiento tenía dos inconvenientes: los ríos de la zona no eran navegables, lo que impedía el transporte fluvial, y la cercanía a la tribu bárbara de los kaskas (o gasgas) que fueron una amenaza permanente y constante para Hattusa. El enclave de Hattusa fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1986, abarcando un área protegida de 268 ha.1
En el año 1834 un viaje francés Charles Texier descubrió las ruinas de Hattusa, la capital del imperio hitita.
Arqueología de Hattusa
Las primeras excavaciones realizadas en la zona datan de 1906, cuando el Instituto Arqueológico Alemán comienza a trabajar en las ruinas de la ciudad, trabajo que ha continuado ininterrumpido hasta la actualidad en las campañas arqueológicas de verano. En el yacimiento se han encontrado numerosas tablillas de arcilla, escritas en multitud de lenguas, como el luvita o el acadio, que son la fuente principal para el estudio de la cultura hitita.
Los restos excavados hasta ahora corresponden principalmente al reinado de los últimos monarcas hititas quienes modificaron muchos templos antiguos para engrandecerlos, aprovechando la prosperidad del imperio en esa época y su máximo poderío militar.
Historia de Hattusa
Hattusa fue inicialmente fundada por un pueblo de lengua no indoeuropea, Hatti, pero durante el reinado de Anitta (siglo XVIII a. C.) acogió a aristócratas rebelados contra Anitta y fue, por tanto, destruida.
Hattusili I (1650 – 1620 a. C.), rey hitita reconstruyó la ciudad y la convirtió en su capital, en detrimento de Nesa, hasta el punto de que su propio nombre, Hattusili, está relacionado con el nombre de la ciudad. Todos los sucesores de Hattusili conservaron la capital en Hattusa, excepto Muwatalli II que la traslado a Tarhuntassa para defenderse mejor de los egipcios, pero el traslado no duró mucho, ya que su hijo Urhi-Tesub trasladó de nuevo la capital a Hattusa.
Una de las constantes de la historia hitita es la amenaza de los kaskas, que, apareciendo por primera vez en tiempos de Hantili II, llegaron a capturar la capital en tiempos de Arnuwanda I, habiendo de esperar los hititas hasta Tudhaliya III para reconquistar la ciudad.
Tras la caída del Imperio hitita (1200 a. C., aprox.) se pierde la pista de Hattusa, aunque se sospecha que fue destruida por los kaskas o por alguna tribu frigia.
Descripción de la ciudad
Durante el Reino Nuevo la capital alcanzó su máxima extensión superficial y se dividió en dos partes aproximadamente iguales: la ciudad interior y la exterior, ambas rodeadas por una muralla construida en tiempos de Suppiluliuma I. La ciudad interior contenía principalmente edificios administrativos y templos, mientras que la exterior destacaba por las elaboradas puertas de su muralla (que incluían guerreros, leones y esfinges, todas rudimentarias) y contenía, además de algunos templos, casas y edificios de uso comercial. En las afueras se situaban los cementerios y necrópolis.
Hattusa era una ciudad fortificada, rodeada en todos sus lados por una doble muralla, de bloques ciclópeos, más baja la delantera y más elevada la trasera, ambas reforzadas por torreones cuadrangulares coronados con almenas. Dentro del recinto, otras murallas dividían la ciudad en una serie de zonas que podían ser defendidas en caso de que un posible enemigo hubiese podido atravesar el doble muro externo.
Los diversos accesos a la ciudad hitita se abrían mediante falsos arcos parabólicos, en cuyos monolitos inferiores se labraban altorrelieves avanzantes con representaciones mayormente de animales. La entrada mejor conservada es la denominada Puerta de los Leones, situada al oeste y datada hacia los siglos XIV y XII a.C.
Hattusa,… muralla y esplendor
Únicamente las potentes murallas de Hattusa y de otras importantes ciudades proporcionan una idea aproximada del poder del rey de Hatti.
El simbolismo de tal tipo de figuración, animales feroces con las fauces abiertas, podría ser de clara inspiración mesopotámica, aunque la defensa de las puertas mediante animales custodios es muy antigua. Tal vez el Imperio hitita sea de los primeros en usarlos, ya que la figura del león es un símbolo utilizado con frecuencia por los artistas de la época.
La cabeza y parte delantera de cada león sobresale de su bloque de piedra, sin dejar de formar una unidad con el conjunto de su masa. Al ser representados rugiendo confieren al rostro una expresión de protección. Estos amenazantes leones, casi megalíticos, ahuyentaban a los espíritus maléficos y les prohibían la entrada al recinto.
En su momento de mayor desarrollo, la ciudad tuvo una población de 40 000 o 50 000 personas.
Ruinas de Hattusa (Puerta del León) en Boğazköy.
En las afueras se situaban los cementerios.
Hattusa mantiene otros accesos importantes, aunque no tan bien conservados, como el caso de la llamada Puerta del Rey, al este de la muralla en la que aparece labrada la imagen de una divinidad, quizás se trate de alguno de los dioses principales de los hititas. De todas formas, la calidad técnica de ésta, como la de la Puerta de los Leones, no alcanza un desarrollo similar al de Egipto o a Mesopotamia.
Murallas de Hamadán
Hamadán o Hamedan (en persa: همدان ) es una ciudad en el oeste de Irán, localizada aproximadamente a 400 km al sudoeste de Teherán. Es la capital de la provincia de Hamadán. Su población se estima en 550.284 habitantes (2005), y su altura es de 1.850 m sobre el nivel del mar.
Se cree que Hamadán es una de las ciudades más antiguas del mundo, y la de mayor antigüedad de Irán. Algunos historiadores apuntan al III milenio a. C. como el momento de su construcción, y de acuerdo con las crónicas asirias, data de al menos el siglo XII a. C.
Durante la primera mitad del siglo VI a. C. fue la capital del rey Astiages de Media, según los historiadores griegos, hasta que Ciro II, rey de los persas, la conquistó en el año 549 a. C. (el sexto año del reinado de Nabónido en Babilonia). Su antiguo nombre persa fue Ecbatana (Hañgmatana en persa antiguo, Agbatana según Esquilo, Agamatanu en la Inscripción de Behistún, y escrito como Aga’mtanu por Nabónido).
Es el lugar de nacimiento de Shirin Ebadi, ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2003. También es el lugar donde se ubica la tumba de Avicena.
A mediados del Siglo VII los árabes se adueñaron de Ecbatana, a la que llamaron Hamadán, relegándola a capital de provincia hasta que los sultanes selyucíes la elevaron a capital, ya en el Siglo XII Ecbatana fue invadida por todas las avalanchas asiáticas, mongolas o turcas, debido a lo cual decae notablemente.
Su fama medieval gira alrededor de sus hijos o vecinos Avicena que en él muere y es sepultado y los poetas árabes Al-Hamadani y Bábá Táhir, hijo del célebre `Limar Jayyám.
Arqueología
La ciudad era más rica y más bella que todas las otras ciudades en el mundo, a pesar de que no tenía ninguna muralla de la ciudad, la ciudadela tuvo impresionantes fortificaciones. Esto confirma las palabras de los medos que eran “de Herodoto a vivir alrededor del ‘muro, pero Polibio ofrece las dimensiones más plausible: la circunferencia de la ciudadela fue de 1.300 metros.
También afirma que los constructores utilizaron cedro y madera de ciprés, que fue cubierto con oro y plata. Las tejas, columnas y techos fueron enchapados en plata y oro.
La ciudad tiene un enorme y pintoresco bazar, además de numerosos monumentos, como la tumba del médico y filósofo persa Avicena (980 – 1037) y el Mausoleo de los personajes bíblicos Esther y su primo y protector Mardoqueo.
Un monumento final es el famoso “león de Hamadan”. Se ha argumentado que esta antigua estatua pertenece al monumento funerario de Hefestión.
La campaña contra los medos concluyó con la aplastante victoria de los ejércitos caldeos. Arfaxad había fortificado Ecbatana, su capital, con unas impresionantes murallas de enormes piedras talladas. Treinta y cinco metros de alto y veinticinco de espesor cuentan que medían; dimensiones desmesuradas que inducen al escepticismo, máxime conociendo la afición hiperbólica de las crónicas míticas. Pero por más excavaciones arqueológicas que se hagan nos quedaremos con las dudas, porque Nabucodonosor puso especial empeño en arrasar la ciudad y no dejar el mínimo vestigio de la antaño orgullosa ciudad (5). Arxafad, poco antes de la derrota, huyó con sus más leales cortesanos hacia las cercanas montañas, pero antes de alcanzar refugio, Nabucodonosor y los suyos los alcanzaron en un pequeño valle.
Hamadán actual
Según algunas citas:
En La Biblia – Judit 1:
1 Cuando Nabucodonosor estaba en el año doce de su reinado sobre los asirios en Nínive, su capital,a Arfaxad era rey de los medos en Ecbatana.b 2 Este fue quien construyó una muralla de piedras labradas alrededor de Ecbatana. Cada piedra tenía un metro y treinta y cinco centímetros de ancho por dos metros y sesenta centímetros de largo; la altura de la muralla era de treinta y un metros y medio, y de veintidós metros y medio el espesor. 3 En las puertas de la ciudad construyó torres que medían cuarenta y cinco metros de altura, sobre bases de veintisiete metros de ancho. 4 Las puertas mismas las hizo de treinta y un metros y medio de altura por dieciocho metros de anchura, para que su poderoso ejército pudiera desfilar con su infantería en formación.c ……….
En la Historia del Arte:
Los Estados marítimos de la Grecia asiática fueron satrapías persas; hasta la misma Fenicia, donde la dominación de Nínive no se hizo nunca efectiva, transmitió a Persia, en tiempos de Darío, su soberanía marítima, y por primera vez los ejércitos asiáticos atravesaron los pasos del mar que separaban Asia de Europa.
Las dos primeras capitales del nuevo Imperio fueron Ecbatana y Pasargada, dos urbes que acreditaban ya una larga historia. Ecbatana, por ejemplo, era la primitiva residencia de los reyes medos, y era natural que Ciro y sus sucesores tuvieran empeño en restaurar y habitar la misma capital de sus antiguos aliados, que habían constituido un estado poderoso y de prestigio. Por lo que no es raro que Ciro quisiera establecer la capitalidad del reino en una ciudad que él creía a la altura de sus pretensiones como soberano de un gran estado. Herodoto, que conoció la antigua ciudad de Ecbatana sólo por referencias, hizo de ella una fantástica descripción que ha quedado legendaria en los anales de la historia; en dicho relato insiste sobre sus siete reductos de murallas de distintos colores y aventura las dimensiones de cada uno.
Otros:
Desde las montañas cercanas, Ecbatana se presentó ante los ojos de los romanos como una aparición mítica, semejante a un primoroso bajorrelieve tallado sobre las laderas de verdes colinas por las hábiles y poderosas manos del mismo Vulcano, dios de los artesanos y constructores. Bien protegida por todas partes por las escarpadas montañas de cumbres nevadas resplandecientes bajo el sol como ópalos y topacios sobre el cielo de zafiro, aquella residencia de verano de los soberanos medos, persas y posteriormente también partos carecía de murallas salvo el palacio real, situado en la parte más alta de la ciudadela, rodeada por siete reductos de muros de diferentes colores: blanco, negro, rojo, azul, púrpura, plata y oro.
Más tarde, edificó en aquel mismo sitio un gran palacio con siete reductos de muros que mandó a pintar de distintos colores que simbolizaban el Sol, la Luna y los cinco planetas. Según Herodoto, Deyoces hizo levantar esas murallas por su propia seguridad y como protección de su residencia y ordenó a todos sus súbditos establecerse en los alrededores de la fortaleza. Así nació la ciudad que recibió el nombre de “lugar de reunión” porque todos los monarcas, desde Deyoces hasta Astiages, el último rey de Media derrocado por Ciro el Grande.
Al punto mismo trataron de la persona que elegirían por monarca, y no oyéndose otro nombre que el de Deioces, á quien todos proponían y elogiaban, quedó nombrado rey por aclamación del congreso. Entonces mandó se le edificase un palacio digno de la majestad del imperio, y se le diesen guardias para la custodia de su persona. Así lo hicieron los Medos, fabricando un palacio grande y fortificado en el sitio que él señaló, y dejando á su arbitrio la elección de los guardias entre todos sus nuevos vasallos. Después que se vio con el mando los precisó á que fabricasen una ciudad, y que fortificándola y adornándola bien, se pasasen á vivir en ella, cuidando menos de los otros pueblos: obedeciéndole también en esto, construyeron los Medos unas murallas espaciosas y fuertes, que ahora se llaman Ecbatana , tiradas todas circularmente y de manera que comprenden un cerco dentro de otro. Toda la plaza está ideada de suerte que un cerco no se levanta más que el otro, sino lo que sobresalen las almenas. A la perfección de esta fábrica contribuyó no solo la naturaleza del sitio, que viene á ser una colina redonda, sino más todavía el arte con que está dispuesta, porque siendo siete los cercos, en el recinto del último se halla colocado el palacio y el tesoro. La muralla exterior, que por consiguiente es la más grande, viene á tener el mismo circuito que los muros de Atenas . Las almenas del primer cerco son blancas, las del segundo negras, las del tercero rojas, las del cuarto azules y las del quinto amarillas, de suerte que todas ellas se ven resplandecer con estos diferentes colores; pero los dos últimos cercos muestran sus almenas el uno plateadas y el otro doradas.
La gran muralla de Texas
Cuando la gente oye hablar del “Muro de Texas”, no piensa en una pared de 15,2 metros de altura y de 5,6 kilómetros construida hace unos 200.000 o 400.000 años por una civilización desconocida.
El pensamiento de todos los lleva a pensar en el muro fronterizo Estados Unidos-México, una gran valla de seguridad construida por los Estados Unidos en su frontera para impedir la entrada de inmigrantes ilegales, procedentes de la frontera de México hacia territorio estadounidense.
Parte del muro descubierto en la localidad texana de Rockwall y que genera más preguntas que respuestas.
Tal vez la antiquísima muralla de 20 kilómetros cuadrados descubierta en 1852 en Texas fue construida con la misma finalidad que la actual, contener el avance de otro pueblo. Su hallazgo sucedió en un paraje que tomó el nombre del descubrimiento, Rockwall (Muro de roca).
Sobre la superficie no existían ni vestigios de una muralla pero en 1852 los colonos trataron de cavar para encontrar agua. En una de las excavaciones descubrieron una gran pared construida artificialmente que se hunde en la tierra por cerca de siete plantas en las que podría datar de hace unos 200 mil años, 400.000, o millones de años. La lluvia, la vegetación, y las modificaciones del terreno actuales la han cubierto completamente.
Un sector del muro de Rockwall, en el condado del mismo nombre.
Este sorprendente descubrimiento fue realizado en 1852, en lo que ahora se conoce como el condado de Rockwall, en Texas, mientras unos agricultores cavaban un pozo descubrieron lo que parecía ser una pared de rocas antigua. Se estima que tiene como mínimo entre 200.000 y 400.000 años, algunos dicen que es aún más antigua y los escépticos alegan que es una formación natural, mientras que otros indican que es claramente obra del hombre.
Detalle de la muralla de Rockwall, creada por una civilización desconocida que habitó en Estados Unidos hace miles de años.
Según la “Historia oficial”, los primeros habitantes de lo que hoy es Texas fueron tribus nómadas de indígenas cazadores que llegaron a la zona hace unos 10 mil años. Con el paso del tiempo se dividieron en dos grupos principales, uno vivía de la caza y de la recolección y el otro se asentó y vivía en aldeas y cultivaba la tierra.
Ubicación de la ciudad de Rockwall, Texas.
A la llegada de los europeos Texas estaba habitada por las siguientes tribus: apaches, atapakas, bidais, caddos, comanches, cherokees, choctaws, karankawas, kikapús, kiowas, tonkawas y wichitas. Pero ninguna de ellas construyó la muralla de Rockwall. Nada se enseña sobre esta muralla increíble. Los historiadores tratan de hacerla pasar desapercibida.
El pionero T. U. Wade, el descubridor de la pared de roca cuando cavaba un pozo
Los lugareños están convencidos de que estos son los restos de una perdida civilización antigua. Algunos geólogos creen que se trata de una extraña estructura natural, donde ‘extraño’ es un adjetivo usado cuando falta una teoría válida o el mecanismo con el que fue creado.
De hecho, la inmensa pared de roca tiene características que sugieren que se trata de una obra de origen artificial, erigida hace más de 200 mil años. Se desarrolla en una estructura rectangular con los lados más cortos, de aproximadamente 3,5 kilómetros de longitud, y los lados más largos aproximadamente 5,6 km de largo. En su mayor parte tiene una altura de 15,2 metros y un espesor de 0,91 metros.
Un niño parado junto a la antiquísima muralla de Rockwall.
Los primeros pobladores que llegaron a la zona para establecer una comunidad agrícola fueron tres familias: los Wade, los Boydston y los Stevenson. En 1852, la familia Wade comenzó a construir su casa en el este del valle del río Trinity. Durante la excavación del pozo de la finca, el Sr. Wade descubrió una pared de roca que se extendía por varios metros bajo la superficie del suelo.
La muralla de Rockwall que la “Arqueología y geología oficial” dicen es “un fenómeno natural”.
Parece que las tres familias estaban en desacuerdo unos con otros porque cada uno quería dar el nombre de su familia a los nuevos territorios colonizados. Pero después de descubrir la pared de roca, decidieron el 17 de abril de 1854, por unanimidad nombrar a la colonia ‘Rockwall’, suavizando sus diferencias.
Rockwall: ilustración del descubrimiento de 1922.
Según la información recogida por Mary Pattie (Wade) Gibson, sobrina del jefe de la familia de Wade, y fundadora de la hoy Fundación Histórica del Condado de Rockwall: otras excavaciones llevadas a cabo por su abuelo y otros hombres sacaron a la luz una serie de cubículos o salas en las que se podía fácilmente caminar. Un largo pasillo parecía subir una colina, como si se tratara de un camino que termina en una plaza. El techo de la sala fue descrito con fuertes pendientes (como un techo abovedado, muy similares a las construidas por los mayas).
El abuelo de Mary Pattie descubrió en 1922 que la pared se extendía hacia abajo, durante más de doce metros, tenía curvas interiores y se convirtió en mucho más gruesa y tenía algo similar a “una ventana”. Se veía como un arbotante, un efecto que se utiliza para apoyar las estructuras de gran prestigio e implica una organización y el transporte de material.
Una foto de una excavación en 1949. Se aprecian los bloques que componen el muro de Rockwall, Texas.
Información adicional proporcionada por la hija del difunto Sr. DeWeese, uno de los primeros colonos de Rockwall, quien describió una puerta con una piedra en forma diagonal en la pared en la residencia de Wade. Esta porción de la pared estuvo abierta a los visitantes desde 1936 hasta finales de 1940 (los dueños vendieron un derecho de entrada), y luego se cerró por las condiciones estructurales peligrosas en el nivel de estabilidad.
Una civilización de gigantes
El hallazgo de huesos humanos de grandes dimensiones en las inmediaciones sugiere que pudieron ser una raza de gigantes sus constructores.
Calavera gigante hallada en Rockwall y que actualmente se encuentra desaparecida (como siempre). Comparación con un cráneo normal.
El viernes, 28 de mayo 1886, la edición de un periódico local el Rockwall Success, en el condado de Rockwall informó sobre el descubrimiento de artefactos en las inmediaciones de las excavaciones y extraños cráneos gigantes:
“La mayor sorpresa para recordar esta semana es el descubrimiento de un cráneo humano fosilizado. El sábado, Ben Burton desenterró con su arado lo que parece ser un cráneo gigante. Los ojos eran tan grandes como un recipiente de dos litros.
Gigantescos ladrillos rectangulares que conforman la muralla, se encuentran en el museo de Rockwall.
El descubrimiento muestra que esta región fue una vez habitada por una raza de personas que serían realmente asombrosas hoy en día. El Dr. Wiggins estima que el cráneo de un antediluviano gigante puede valer por lo menos 1000 libras esterlinas. Cualquier persona que quiera ver el cráneo puede comunicarse con el Sr. Burton, que lo pone a disposición de cualquier inspección”.
Piedra con inscripciones hallada en 1949 a 30 pies de profundidad en la muralla de Rockwall.
El 4 de junio 1886, el mismo periódico lanza otra noticia:
“Las maravillas nunca cesan. Apenas se supo del descubrimiento del cráneo gigante del señor Burton, una gran multitud se ha movilizado hacia la propiedad del Sr. Grier para escuchar el sonido metálico contra el fondo de un pozo excavado en sus tierras. Después de quitar la tierra, la excavación descubrió una habitación enorme, con el techo sostenido por columnas de mármol negro, cuyos lados brillaban a la luz de la lámpara de aceite”.
Una porción de la muralla original ha sido colocada en la Corte de la Casa de Justicia de Rockwall.
Es total el desinterés de los geólogos y arqueólogos, durante los últimos 150 años apenas hubo algunas pequeñas investigaciones que se han llevado a cabo por los habitantes de la región, interesados en la comprensión de si la estructura es de origen natural o artificial.
En 1949, el Sr. Sanders, de Fort Worth, Texas, hizo una excavación en las proximidades de la pared principal. La eliminación de la tierra trajo a la luz cuatro grandes piedras con un peso aproximado de dos toneladas en la que se han encontrado inscripciones que parecen ser pictogramas.
El Dr. James Glenn con una escultura que halló en el fondo del muro de Rockwall, cerca de Royce City, en 1950.
El 5 de noviembre de 1967, Frank X. Tolbert cavando en su granja, justo al este de la ciudad de Rockwall, encontró el lado de un muro de mampostería en el que parecía sobresalir un arco sobre una puerta o ventana.
A principios de los años 70 se descubrió un par de anillos de metal curiosos clavados en la piedra. Los anillos tienen respectivamente un diámetro de 15 y 30 centímetros aproximadamente. Éstos prácticamente se incorporan dentro de las piedras que componen la pieza. Se analizaron los anillos y la composición resultante era una aleación de estaño, titanio y hierro. Ningún investigador, en este momento, es capaz de proporcionar una explicación de cómo llegaron allí, los dos anillos.
Arco pétreo descubierto en Rockwall por los lugareños.
En el año 1979 el doctor Kenneth Schaar de la Universidad de Texas no excluye la posibilidad que parte del muro fuese artificial.
El Dr. John Geissman de la Universidad de Texas en Dallas, examinó en 2013 las rocas como parte de un documental del History Channel. Encontró que todas fueron magnetizadas de la misma manera, lo que sugiere que fueron construidas donde están y que no se trasladaron a ese sitio desde otra parte. Pero algunos siguen sin estar convencidos por esta única prueba en un show de la TV, y piden más estudios.
Uno de los anillos de metal incrustados en la piedra del muro de Rockwall, Texas.
El geólogo James Shelton y el arquitecto educado en Harvard, John Lindsey, señalaron elementos que parecen ser de diseño arquitectónico, entre ellos arcos, portales adintelados, y aberturas cuadradas que se asemejan a ventanas.
Mapa de la muralla de Rockwall realizado por el arquitecto John Lindsey. Las líneas rectas muestran claramente que no se trata de una “formación natural”, como afirman los geólogos oficiales.
El arquitecto John Lindsey en Rockwall en 1999.
Una de las más antiguas fotos de la muralla, cerca de 1890, tres hombres no identificados examinan una porción del muro de piedra de Rockwall.
Muralla de Shibam
Antigua ciudad amurallada de Shibam, Yemen.
Shibam, en árabe شبام, es una ciudad de Yemen, situada en la Gobernación de Hadramaut y poblada por unos 7.000 habitantes. Existen datos de su existencia desde el siglo II a.C. Fue en numerosas ocasiones la capital del reino de Hadramaut.
Bordeando el desierto de Rub’al-Khali, Shibam se halla en el recorrido de las caravanas de la antigua Ruta del Incienso. Erigida sobre un cerro en el valle de Hadramaut, está en la confluencia de varios uadis, en un lugar en que se estrecha el uadi principal, Hadramaut. Verdadero oasis, Shibam está rodeada de palmerales por tres lados.
Dentro de la muralla de tierra cruda, uno se encuentra con un plano ortogonal desconcertante cuyas reglas se inspiran en los principios de la ciudad musulmana. El alineamiento de las calles, interrumpido de un barrio a otro, de un grupo de casas a otro, se asocia a los ángulos rectos, numerosos a lo largo de calles estrechas, para romper voluntariamente toda perspectiva a nivel de la ciudad, de un kilómetro de longitud. Estos juegos de ángulos, al igual que las calles serpenteantes, multiplican los obstáculos para la vista. Así pues, las casas se esconden unas detrás de otras.
Las primeras señales de existencia de la ciudad se remontan al año III AC, pero su arquitectura de adobe en altura aparece recién en el siglo XVI. Actualmente cuenta con aproximadamente 500 edificios, y es una de las primeros asentamientos de la historia en organizarse en torno a las construcciones en altura. Esto se debió al hecho de que la ciudad debía edificarse de manera tal de poder protegerse de ataques beduinos.
Unos inmuebles construidos en altura se aprietan, agrupados sobre una colina para protegerse mejor de las aguas. Surgidas del desierto, 500 casas de tierra cruda, con techumbre blanca para resguardarse también del cielo, se ensanchan hacia la base, recubierta ésta de la misma capa blanca impermeable. Celosías y puertas de madera, algunas muy antiguas (s. XII), adornan estas fachadas, de cinco a nueve pisos, estrechas y cerradas. El extraño conjunto arquitectónico que, en lo esencial, se remonta al siglo XVI y alberga 7.000 habitantes, se abre sobre cinco mezquitas, una de ellas del siglo VIII.
Su arquitectura con edificios de varios pisos, de adobe, separados por un laberinto de callejones estrechos, le vale el sobrenombre de Manhattan del desierto o “la más antigua ciudad de rascacielos del mundo”. El método de construcción de los edificios en tierra cruda es ancestral, siendo los más antiguos que se conservan del siglo XVI. Se inscribió en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1982.1 2
La ciudad es el ejemplo más antiguo de planificación urbana basada en los principios de la construcción vertical, un plano bien definido. Los edificios más altos alcanzan las 16 plantas y una altura de hasta 40 metros, siendo el minarete, con 50 metros, el edificio más alto de la ciudad. Para proteger las edificaciones de las inclemencias, las fachadas son recubiertas con un baño espeso que hay que renovar regularmente. Un gran programa de restauración está actualmente en marcha.3
Es Shibam donde Pier Paolo Pasolini rodó la película Las mil y una noches estrenada en 1974 en Francia.
La ciudad se vio afectada por las inundaciones que asolaron Yemen en 2008.4 5 Malas gestiones en su manejo, amenazas naturales y el conflicto armado acontecido durante el año 2015, hacen que el comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, inscriba al sitio en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro en julio del año 2015.6
Al caminar por los estrechos callejones de la ciudad de Shibam, flanqueados por altas torres, pocos podrían estimar que la ciudad tiene casi 1.700 años de antigüedad. Situada en el distrito de Hadramaut, Shibam tiene sus raíces en el período pre-islámico, y existe evidencia de que algunas de sus construcciones datan del siglo 9.
Shibam es conocida como la primera ciudad sobre la Tierra que presenta un plan maestro vertical. Como sitio patrimonial protegido por la UNESCO desde 1982, la localidad alberga densos edificios que van de las cuatro a las ocho plantas, construidos desde el año 300 dC hasta después de 1532. Gracias a sus muros fortificados, la ciudad ha sobrevivido casi dos mil años a pesar de su precaria ubicación, adyacente a la llanura inundable de wadi.
Referencias históricas
- Tras la destrucción de Shabwa (s. III), capital de Hadramaut (contemporáneo del reino de Saba) en la época de la Ruta del Incienso, le sucede Shibam.
- A principios de la Hégira, desempeña un papel importante, llegando a ser la capital del gobierno islámico de Hadramaut occidental.
- En la época de los Omeyas, es un centro de oposición hadramita a la autoridad de la dinastía (746). Más adelante, será la sede el poder ibadita (secta kharijita) que se mantiene en el poder hasta el siglo XI.
- En el siglo X, Shibam es el gran centro comercial (dátiles y tejidos) del valle de Hadramaut, y lo será durante siglos.
- Conquistada por los ayubidas de Yemen en 1219, será la sede de la autoridad de éstos en Hadramaut occidental hasta 1520. Más tarde, la capital será Tarim.
- En 1298 y en 1532, la ciudad es víctima de crecidas devastadoras.
- En el siglo XVIII, gracias a los ingresos procedentes de sus emigrantes en Africa oriental, en la India y, sobre todo, en Asia del Sureste, Shibam atraviesa un período de prosperidad.
Espada Vikinga Ulfbehrt
Una espada Ulfberht se muestra en la Museo Nacional Germánico de Nuremberg, Alemania. (Martin Kraft / Wikimedia Commons)
Cuando los arqueólogos encontraron la espada vikinga Ulfbert, que data de entre el 800 y el 1000 d. C., se quedaron atónitos. No podían entender cómo la tecnología para hacer esta espada hubiera estado disponible antes de la Revolución Industrial que ocurrió unos 800 años después.
Su contenido de carbono es tres veces más alto que el de otras espadas de su tiempo, y las impurezas fueron eliminadas hasta un grado tal que el mineral de hierro debe haber sido calentado a por lo menos 3.000 grados Fahrenheit.
Con gran esfuerzo y precisión, el herrero moderno Richard Furrer de Wisconsin, forjó una espada de la calidad de Ulfberht usando la tecnología que habría estado disponible en la Edad Media. Dijo que era la cosa más complicada que jamás había hecho, y usó métodos que no se sabe que hayan sido utilizados por la gente de esa época.
Misteriosa espada vikinga fabricada con tecnología del futuro
El documental de NOVA y National Geographic, titulado “Secretos de la Espada Vikinga” emitido por primera vez en 2012 dio un vistazo sobre la composición metalúrgica de la enigmática espada. Se encontraron alrededor de 170 espadas datadas entre el año 800 dC a 1000 dC, pero la tecnología que les habría forjado es de la revolución industrial de los años 1800 y 1900. Los investigadores dicen que para forjar el hierro del que están hechas las espadas, necesitan calentar el mineral alrededor de 3.000 grados (F). A continuación, se licua y se eliminan las impurezas. Se mezcla entonces con carbono para reforzar el hierro. Sin embargo las tecnologías medievales, que es lo que los vikingos habrían estado utilizando, no habrían sido capaces de calentar ningún metal o sustancia a tan alta temperatura. En aquellos días, las impurezas se habrían eliminado martilleando el hierro.
En el proceso de forjar hierro, el mineral debe ser calentado a 3.000 grados Fahrenheit para licuarlo, permitiendo al herrero eliminar las impurezas (llamadas “escoria”). El carbón también se mezcla para hacer que el hierro frágil sea más fuerte.
La tecnología medieval no permitía que el hierro se calentara a una temperatura tan alta, así la escoria se eliminaba golpeando el metal, un método mucho menos eficaz.
El Ulfberht, sin embargo, casi no tiene escoria y tiene un contenido de carbono tres veces mayor que el de otros metales del mismo período. Se hizo de un metal llamado “acero del crisol“.
Se pensaba que los hornos inventados durante la revolución industrial fueron las primeras herramientas para calentar el hierro a este grado.
El herrero moderno Richard Furrer de Wisconsin habló en NOVA sobre las dificultades de hacer un arma de este tipo. Furrer se describe en el documental cómo él es una de las pocas personas en el planeta que tiene las habilidades para tratar de reproducir el Ulfberht. La diferencia en pureza se ve por la consistencia del acero Ulfberht, casi libre de escoria. (Screenshot/NOVA/National Geograph)
“Para hacerlo bien, es la cosa más complicada, pero sé cómo hacerla” dijo.
Comentó sobre cómo el fabricante de Ulfberht se habría considerado como poseedor de poderes mágicos. “Ser capaz de hacer un arma de la suciedad es una cosa bastante potente” dijo. Pero hacer un arma que se podría doblar sin romperse, mantenerse tan fuerte y que pesa tan poco se consideraría como sobrenatural.
Furrer pasó días de trabajo continuo y meticuloso para forjar una espada similar y usó tecnología medieval, aunque de una manera nunca antes sospechada. El defecto o error más diminuto podría haber convertido la espada en una pieza de chatarra. Al final pareció declarar su éxito con más alivio que alegría.
Es posible que el material y los conocimientos técnicos procedieran del Oriente Medio. La ruta de comercio del Volga entre los establecimientos Vikingo y el Oriente Medio se abrió al mismo tiempo que los primer Ulfberhts aparecieron y se cerró cuando los últimos Ulfberhts se produjeron.
La espada misteriosa a la que nos referimos fue realizada por los Vikingos y grabada con la palabra Ulfberht. La espada se forjó de tal manera que parece que ha sido hecha por tecnologías que no estaban disponibles hasta 800 años después de la era Vikinga, de ahí el misterio que la envuelve. Alan Williams, de la Colección Wallace en Londres ha estudiado las espadas y opina que son unas espadas únicas en su categoría, y cree que el fabricante es único. Eran extremadamente raras y valiosas, habría formado parte del arsenal de la élite Vikinga.
En contradicción con esto, Ulfberht casi no contiene impurezas y tiene tres veces la cantidad de carbono que cualquier otro metal que se sepa que existiera en su momento. El metal de las espadas está hecho de lo que se conoce como acero de crisol. Robert Lehmann, un químico en el Instituto de Química Inorgánica de la Universidad de Hannover, estudió una de las espadas Ulfberht que se encontrado en 2012 en un montón de grava excavada en el río Weser, que fluye a través de Baja Sajonia en el noroeste de Alemania. La hoja de esta espada tiene un alto contenido de manganeso, lo que indicó a Lehmann que no venía de Oriente. La guarda estaba hecha de hierro con un alto contenido de arsénico, lo que sugiere un depósito de Europa. Delimitó la posible fabricación a un sitio en la región de Taunus, al norte de Frankfurt, Alemania. Aunque se conocen algunos monasterios de la región Taunus que podrían haber producido armas en esa época, el nombre de Ulfberht no se ha encontrado en sus registros.
Los Hornos que podrían haber calentar los metales y las sustancias que conforman las espadas a temperaturas extremadamente altas no se inventaron hasta la revolución industrial, que es cuando también se desarrollaron las herramientas para poder calentar el hierro a estas temperaturas. Se consultaron herreros actuales y llegaron a la conclusión que para hacer una espada como la Ulfberht el proceso sería muy difícil y complejo. Por las características especiales que confiere la forma de hacer la espada posiblemente en aquella época se le habría podido otorgar la distinción de “espadas mágicas” ya que la forma en la que están forjadas permite que la hoja de curve, que esté siempre en buenas condiciones de filo y que sean muy ligeras.
Los investigadores encargaron a herreros actuales una recreación de Ulfberht utilizando tecnología medieval. Tras muchos días de trabajo finalmente se pudo producir un metal similar. Los investigadores creen que es posible que el conocimiento para hacer este tipo de espadas se originara en Medio Oriente y que las rutas comerciales con Europa habrían podido difundir el conocimiento y las tecnologías. Cuando esas rutas comerciales se cerraron, debido a la falta de uso, Ulfberht también dejó de fabricarse.
Grandes historias de una herramienta que nos ha acompañado desde siempre y que no deja de sorprendernos. Tecnología oriental en el mundo Vikingo… y pensamos que ya lo sabemos todo.
Generalmente las armas vikingas se han catalogado —de forma errónea— como algo autóctono. Tendemos a decir ‘espadas vikingas’ o ‘yelmos vikingos’ o ‘escudos vikingos’ y, sin embargo, esto no es del todo cierto. Si bien algunas de ellas que sí habrían sido algo intrínsecamente vikingo, muchas son, en realidad, del periodo anterior a la Era Vikinga —la Era de Vendel (550-794)—; y éstas fueron, a su vez, importaciones y asimilaciones. Desde tiempos del Imperio romano y sus ‘Estados sucesores’ los pueblos del norte importaron armamento de forma habitual: la mitad de las armas halladas en yacimientos de la Germania libre fechadas entre los siglos III y V son de fabricación romana. Y no solo del Imperio Romano, los pueblos del norte también importaron armamento del Imperio Franco, tal y como recoge la Gesta Karoli Magni.
Tal debió ser el interés de estas sociedades por las armas extranjeras, que a lo largo de la historia hasta se les llegó a prohibió su venta:
- La legislación romana prohibía vender armas al Barbaricum. Legislación que se mantuvo en Bizancio.
- En el año 803 Carlomagno prohíbe la venta de bruniae (cotas de malla) y de baugae (brazales) fuera del reino.
- En el año 864 Carlos el Calvo decreta pena de muerte para aquellos que vendan armas a los vikingos.
Si ya entramos en detalle, dentro de las armas utilizadas por los escandinavos durante la Era Vikinga, la espada era apreciada por encima del resto; no sólo era la más cara y la que podía estar más elaborada y ricamente decorada —con adornos de metales como la plata e incrustaciones de piedras preciosas—, sino que era también la que mayor maestría técnica requería al guerrero que la portaba y blandía.
Parece ser que el trabajo de los espaderos francos era especialmente apreciado por los hombres del norte. ¿Por qué importaban los vikingos sus espadas? Puesto que la calidad del metal franco, comparado con el nórdico, era muy superior. Y ello justificaba su precio. Y, precisamente por su elevado coste, no todos los guerreros vikingos pudieron permitirse una, quedando reservada para aquellos más ricos y pudientes. Una espada durante el reinado de Carlomagno, por ejemplo, costaba tres sueldos. Cinco durante el de Carlos el Calvo. Y según las sagas nórdicas, una espada podía llegar a costar 16 vacas lecheras. Generalmente era un arma que pasaba de generación en generación, como herencia.
Herederas de la spatha romana —y esta del gladius— las espadas que utilizaron los escandinavos durante el periodo que comprende la Era Vikinga estaban elaboradas con la técnica que tiene por nombre pattern welding[i] (soldadura de diseño), que combinaba piezas de metal de distinta composición: las espadas se fabricaban a partir de barras de acero retorcidas —generalmente tres— y soldadas mediante forja a martillazos, hasta formar una hoja que tenía una pigmentación característica en forma de hondas o espigas y que componía el núcleo central de la hoja. A esta se le añadían dos filos de alto contenido en carbono que se forjaban, afilaban y pulían. La tira central de la hoja también se trabajaba en ambas caras, para crear andaduras longitudinales poco profundas —llamadas vaceos— que hacían más ligera la hoja sin reducir su efectividad.
El resultado era una hoja elástica de doble filo, fina y flexible, pero dura y resistente que medía entre 70 y 100 centímetros, siendo lo habitual unos 90. La empuñadura podía ser de metal, aunque habitualmente era de algún tipo de material orgánico como la madera, el cuero o el asta y, probablemente, se recubría con tela o cuero. En la mayoría de ocasiones los vikingos importaban las hojas y les añadían sus empuñaduras y pomos, tan característicos, que podían ser de distintos tipos; en forma de pirámide, lobulados o estilo sombrero de tres picos, entre otros, y solían ser también de algún tipo de material orgánico como los ya mencionados y, a veces, de hierro. La espada se guardaba en una vaina de madera que podía tener también un forro de tela o lana —la grasa natural de la lana ayudaba a evitar que la hoja se oxidase—, y esta, a su vez, se protegía con una funda de cuero. El extremo terminaba con una contera de metal, que podía estar decorada, y cuya función era la de proteger la punta de la espada. Se llevaban normalmente colgadas de una correa al hombro derecho o en el cinturón o tahalí a la altura de la cadera.
Inscripción +VLFBEHT+ en la hoja de una espada del siglo IX (Germanisches Nationalmuseum FG 2187).
Hacia finales del siglo VIII comenzaron a circular por Europa unas nuevas espadas de una calidad excepcional con la inscripción Ulfberht en la hoja, en la mayoría de casos con una cruz griega antes y después del nombre: +Vlfberht+. Por estas fechas surgió en la zona de Renania Central una nueva técnica que producía hojas muy duras y flexibles, de una acero sin apenas impurezas o escoria, con un inusual alto contenido de carbono[ii], lo que las hacía más fuertes, más flexibles y menos frágiles que las que hemos visto hasta ahora. Estas hojas se obtenían mediante la técnica de fundición en crisoles, también llamado acero crucible o de crisol, algo que hasta el momento no era posible debido a la elevada temperatura de fusión que necesitaba el hierro. Temperaturas mucho más altas de las que la mayoría de los herreros europeos eran capaces de conseguir en sus forjas.
¿Y quién era Ulfberht? Durante mucho tiempo se pensó que era el nombre de una familia propietaria de una herrería en la zona de Renania. Una hipótesis que ha sido rechazada recientemente ya que las firmas con cruz griega eran típicas de abades, obispos y monasterios. Esto no nos debe sonar extraño, ya que en aquella época era habitual que las grandes abadías y sedes episcopales fabricasen armas.
La firma de Ulfberht estaba grabada de modo que si su propietario blandía la espada con la mano derecha, su oponente podía leerlo.
Estas espadas tuvieron un enorme impacto geográfico: tan sólo en Noruega se han hallado 44 ejemplares, y otros 166 han sido hallados en yacimientos de 23 países de Europa, entre ellos uno en España. Eran de las mejores producciones armeras de la época y tuvieron tanto éxito, y llegaron a ser tan famosas y codiciadas, que hasta fueron ‘pirateadas’ por otros herreros a lo largo y ancho de Europa Occidental: surgieron imitadores que también marcaron su nombre en la hoja. Otras inscripciones que se han encontrado han sido Inglerii, Cerolt, Ulen, Pulfbrii, Centrlit. Sin embargo, la calidad de estas espadas ‘de imitación’ era muy inferior. Y no solo la calidad era menor; las inscripciones de las imitaciones en ocasiones están mal escritas, las letras están hacia abajo u otras peculiaridades. Estudios recientes sobre las espadas con inscripción Ulfberht han revelado que unas fueron forjadas a partir de lingotes de acero de crisol —las ‘verdaderas’— y otras poseen una calidad muy inferior, con mucho menos contenido de carbono. Las imitaciones han sido generalmente exhumadas en tumbas, mientras que las verdaderas han sido mayoritariamente halladas en lechos de ríos, a causa de pérdidas fortuitas o casuales, lo que implica que su propietario no se desprendía de ellas tan fácilmente. Y es que, como ya hemos dicho, las espadas eran, probablemente, el arma más apreciada y codiciada de los vikingos.
[i] Técnica utilizada durante los siglos III y IX.
[ii] Las espadas forjadas mediante pattern welding entre el 0,4 y el 0,5% de carbono, mientras que las espadas Ulfberht, un 0,75%.
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