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Misticismo

La Cruz de Palpa

La Cruz de Palpa

Cruz de Palpa» o de «San Javier».

Es una de las muchas figuras o “Líneas” del desierto de Palpa, que merece una mención aparte, por sus características. Sus formas circulares y rectangulares, no son frecuentes, así como su estructura, una mezcla de surcos y piedras.

En el Perú, al sur de Lima, y al este del departamento de ICA, en el Km. 395 de la Carretera Panamericana Sur y a 1 h 15 minutos aproximadamente en auto, en la provincia de Palpa, se encuentran las misteriosas Líneas de Palpa. Olvidadas y relegadas son tan impresionantes como sus hermanas “Las Líneas de Nazca” y encierran los mismos misterios acerca de su creación, y función.

Estas líneas se encuentran en diversas zonas de Palpa como en Sacramento, Pinchango y Llipata, además están dispuestas en agrestes zonas, como mesetas y colinas.

Fueron dadas a conocer por un grupo de arqueólogos peruanos y extranjeros dirigidos por Markus Reindel y Jhonny Isla, de la Fundación Suiza-Liechtenstein, que investigan el sitio desde 1997, quienes mediante diferentes métodos pudieron constatar que eran más antiguas que las famosas líneas de Nazca y que fueron elaboradas por la Cultura Paracas varios cientos de años antes.

Ellos hallaron mil geoglifos, 650 sitios arqueológicos y construcciones en adobe.

Cruz de Palpa» o de «San Javier». Nadie ha logrado descifrar el misterio.

Interpretaciones más o menos esotéricas.

Uno de los geoglifos más interesantes encontrados en Palpa es la «Estrella» o «Mandala antiguo». Curiosamente, esta forma está representada en un área muy remota sobre la cima de una árida meseta, causando confusión entre aquellos que han sido capaces de observarla directamente. Un Mandala representado en las líneas de palpa, Perú. ¿Qué hacía un símbolo de Oriente en tierras sudamericanas? Un Mandala representado en las líneas de palpa, Perú. ¿Qué hacía un símbolo de Oriente en tierras sudamericanas? El Mandala es considerado un símbolo ritual en las religiones de la India, y representa el universo. Hoy en día, el mandala se ha convertido en un término genérico usado para describir cualquier diagrama, gráfico o diseño geométrico que representa el cosmos. El Mandala simboliza también la idea de qué es la vida, de hecho, un ciclo que nunca terminando. ¿Pero qué hace esta figura en el Perú? ¿Quién ha creado todo esto y para qué? El Mandala en Palpa parece haber sido tallada con extrema precisión y detalle; mide aproximadamente 55 metros de ancho, con un círculo del mismo diámetro. Además, varios otros círculos más pequeños, aproximadamente 6 metros de diámetro están grabados en el paisaje junto con una serie de agujeros estratégicamente situados.

La Cruz de Palpa es el Plano Original de la Gran Pirámide…

La Cruz de Palpa que se encuentra dibujada en la meseta peruana mediante piedras movilizadas ad-hoc, por increíble que parezca es el plano original de la Gran Pirámide, tanto en sus medidas como en sus proporciones. Hay una curiosa diferencia entre ambos grupos de dibujos, pues mientras los de Nazca y la gran mayoría de los de Palpa son eminentemente artísticos, estos son dibujos geométricos de carácter técnico, aunque en los dos casos subsisten varios misterios comunes.

Por ejemplo, en ambos casos solo pueden ser vistos desde gran altura. Es decir, son dibujos destinados a ser admirados únicamente desde el aire. Otro detalle interesante es que la Cruz de Palpa se halla aproximadamente en la antípoda de la Gran Pirámide. Por lo cual en los dos extremos de un mismo diámetro terrestre se encuentra esta curiosa representación de una astronomía geometrizada.

Resolución Estáurica de La Chakana de Palpa o Cruz de San Javier (Perú)

Esquema de la Cruz de Palpa.

Hay un intrigante dato más: la Cruz de Palpa está orientada exactamente hacia el norte magnético, ¡con un error de tan sólo 0’2 grados ¿Y los arqueólogos? ¿Qué dicen los arqueólogos?. Creen en su autenticidad. Al menos ése es el caso del profesor Josué Lancho, quien opina que pertenecen a la cultura Ica-Chincha, que ocupó aquella zona entre los años 1000 y 1475 d.C. Pero aún hay algo más; La cruz de la que hablamos no es el único geoglifo de esas características en la zona. Hay otros. En particular uno que ha estudiado el profesor Giuseppe Orefici. Se encuentra en la zona llamada “los Colorados”, muy próxima al llamado Río Grande. Al igual que la cruz, presenta características propias, como por ejemplo estar elaborado por el método de adición de piedras al suelo, mucho más resistente frente a los vientos que la técnica de sustracción, que es la habitual de la vecina Nazca.

La cruz no era desconocida en el mundo andino. Al contrario: era un elemento ampliamente utilizado. En particular un tipo específico de cruz: la llamada Chacana. La encontramos combinada con otra figura básica: el cuadrado.

En Palpa, en total, tres son las figuras, y en cada una de ellas hay tres círculos concéntricos. En el mundo andino se habla de tres mundos: el Hanan Pacha (o mundo de arriba), el Kai Pacha (o mundo intermedio) y el Ucu Pacha (o mundo subterráneo), que se hallan relacionados con los cuatro puntos cardinales en que dividen el mundo: Chinchasuyo al norte, Cuntisuyo al oeste, Collasuyo al sur y Antisuyo al este.

En el centro de la Cruz de Palpa existe una especie de estrella conformada por 16 líneas que parten justamente del centro. Para Eduardo Herrán, los 12 pequeños cuadrados que ocupan los ángulos internos del cuadrado mayor dibujado en este geoglifo, podrían representar a los doce meses del año, subdivididos en 4 semanas cada uno. Nos encontraríamos así frente a una figura que interrelacionaría el tiempo, el espacio terrestre, y los tres mundos de la cosmovisión andina. Algo demasiado complejo para tratarse de una simple broma…

Y todavía nos quedan los otros dos grupos de círculos concéntricos. Curiosamente su posición no guarda ninguna relación aparente con la figura principal. Ni siquiera están orientados al norte. Sin embargo, dos de sus círculos internos tienen el mismo tamaño que los dos mayores de la figura central. El tercero, sin embargo, tiene distinto tamaño.

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Gigante de Hâ-âk

Gigante de Hâ-âk

También en Estados Unidos, en Arizona, es posible contemplar otra de estas maravillas: el llamado “gigante de Hâ-âk”, muy cerca de la población de Sacaton, en la reserva de los indios “pimas”. La figura alcanza los 46 metros de longitud, habiendo sido trazada con un único surco de casi medio metro de anchura. Según la tradición de los “pimas”, el “gigante” representa a los “dioses” que un día descendieron de los cielos…

El misterioso “Hâ-âk”, en Arizona (EE.UU).

Odry

Los misteriosos círculos de piedras de Odry

Vista parcial del Círculo IV del cementerio de Odrach, Gmina Czersk. (CC BY SA 3.0)

Odry es una pequeña población de Pomerania, en el norte de Polonia. Un lugar que se hizo famoso gracias al descubrimiento del segundo monumento de círculos de piedras más grande de Europa. Es también conocido por albergar al menos 600 enterramientos del Neolítico, aunque aún oculta muchos secretos en su interior.

El lugar se encuentra en una bella zona boscosa cercana al río Wda. Durante muchos siglos, este tipo de localizaciones sufrieron daños en Polonia. La peor devastación tuvo lugar a lo largo del siglo XIX, cuando la gente destruía antiguos kurgans (enterramientos prehistóricos realizados en túmulos), círculos de piedras y otras construcciones neolíticas para cultivar la tierra. Hoy en día, la mayor parte de los yacimientos neolíticos que aún quedan en Polonia se encuentran en bosques. Podría decirse que las raíces de los árboles cuidaron amorosamente de ellos, salvándolos y protegiéndolos a lo largo de los siglos.

Un yacimiento neolítico olvidado

Odry fue investigado por primera vez en la segunda mitad del siglo XIX por dos arqueólogos aficionados: Wilhelm Stryjkowski y Abraham Lissauer. Llegaron a la conclusión de que las estructuras que habían descubierto procedían de la época neolítica.

En 1915, Paul Stephan inspeccionó el yacimiento y planteó la posibilidad de que hubiese sido creado con un propósito astronómico. Según Józef Kostrzewski, de la Universidad de Poznań, estos círculos de piedra estarían datados en los siglos I o II d. C. De todos modos, esta datación podría muy bien no ser correcta. Otros investigadores creen que son como mínimo unos cuantos siglos más antiguos. Según Michał Pawleta, de la Universidad Adam Mickiewicz de Poznań:

La interpretación de los fenómenos del pasado entre los arqueólogos, y consecuentemente el significado del pasado y de sus vestigios, no se ha mantenido constante a lo largo del tiempo. Esto ha sido también cierto en el caso de algunos monumentos en particular, en los que por ejemplo nunca se ha llegado a un consenso acerca de su datación. A principios del siglo XX, algunos arqueólogos los relacionaron con la religión monumental neolítica, y en consecuencia los dataron en los milenios III a. C. y II a. C., mientras que otros afirmaban que estaban conectados con la cultura de Wielbark, de los siglos I d. C. – III d. C. A día de hoy, como ya hemos mencionado, existe unanimidad entre los arqueólogos a la hora de datarlos en el período de la influencia romana. Por otro lado, los especialistas tampoco se ponen de acuerdo en cuanto a la identidad étnica de sus constructores. El arqueólogo polaco Józef Kostrzewski  afirmó en los años 30 del siglo XX que se trataba de cementerios eslavos de los siglos I d. C. y II d. C., que habrían sido reutilizados más tarde por los godos.

Los descubrimientos realizados por Paul Stephan sugieren que las estelas centrales de cuatro de los círculos de piedras están vinculadas a los solsticios. Además, identificó varias alineaciones estelares bajo la suposición de que su construcción databa del siglo VIII a. C. A día de hoy, hay investigadores que sugieren que las hipótesis y alineaciones de Stephan son erróneas. Stephan aseguraba, no obstante, que los círculos de piedras de Odry fueron diseñados para marcar un preciso calendario.

Un templo nazi

La interpretación de Stephan fue también utilizada por arqueólogos nazis para confirmar sus teorías sobre los orígenes de Pomerania. En general, estos arqueólogos se sentían fuertemente atraídos por todo lo relacionado con la magia. Asimismo, les fascinaban el ocultismo y la brujería. Pero aparte de recopilar una impresionante biblioteca sobre estos temas, estos investigadores también estaban buscando unas localizaciones muy especiales, conocidas a menudo como “lugares de poder”.

Heinrich Himmler creía que el poder de los antiguos maestros del ocultismo podía ayudar al nacionalsocialismo a dominar el mundo. Se basaba en la hipótesis del ‘Culto de las brujas’, enunciada por Margaret Murray, famosa investigadora en este campo. Himmler creía en un punto de vista científico en relación con la brujería, y con el paso del tiempo acabó obsesionado con el tema. El dirigente de las SS confiaba en que la religión celta-germánica de culto a la naturaleza le proporcionaría todo aquello que deseaba: pero la versión habitual de sus aspectos puramente tradicionales no era suficiente para él. Los nazis crearon la más corrupta y sucia versión de la “brujería” que jamás existió.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis presentaron el origen de los círculos de piedras de Odry como prueba de que los alemanes llevaban largo tiempo habitando en Pomerania. En 1940, decidieron hacer de los círculos de piedras un nuevo templo en el que celebrar sus ceremonias ocultas. Los soldados enviados al lugar recibieron órdenes de limpiar la zona y colocar las piedras en los lugares a los que supuestamente pertenecían originalmente.

Unos círculos de piedras controvertidos

Los arqueólogos aún discuten acerca de las razones de la creación de un centro de enterramientos tan extenso entre los círculos de piedras. Resulta difícil hallar una teoría concluyente que pueda ayudar a determinar las raíces y misteriosos orígenes de estos círculos.

En 1963, Jerzy Dobrzycki, historiador astronómico, demostró que las conclusiones de Stephan habían quedado refutadas por la cronología realizada por Kostrzewski. El monumento fue también estudiado en los años 60, 70 y 80. Un equipo de investigadores, que incluía a Mirosław Dworak, Karol Piasecki, Ludwik Zajdler, Mariusz Ziółkowski, y Robert Sadowski, propuso asimismo diversas hipótesis relacionadas con las alineaciones astronómicas presentes en los círculos de piedras. Según este grupo de expertos y los arqueoastrónomos que investigaron el monumento en los años 90 y principios del siglo XXI, los supuestos alineamientos solsticiales descubiertos en el pasado podrían ser fortuitos.

Los investigadores analizaron diez círculos de piedras en esta zona, aunque probablemente existan muchos más. En una localidad cercana fueron identificados hasta 29 kurgans, aunque sabemos que había al menos 602 enterramientos en Odry.

La energía de los círculos de piedras

Imagen de Círculos de piedras de Odry, Polonia. (CC BY SA 3.0)

Odry, cerca de Czersk

En la actualidad, los círculos de piedras de Odry son muy populares. Mucha gente que practica deportes acuáticos en el río cercano aprovecha para visitar el monumento y tomarse un descanso. Los turistas que acuden al lugar afirman a menudo sentir una energía tranquilizadora. Existen muchos testimonios de gente que ha experimentado esta energía, supuestamente generada por las construcciones neolíticas.

Los círculos de piedras de Odry aún albergan muchos secretos. La zona es muy extensa, lo que dificulta las excavaciones, y en algunos puntos aún requiere una exploración más profunda y labores de reconstrucción. La investigación más reciente, utilizando imágenes tomadas por satélite, ha ayudado a los investigadores a descubrir que la extensión del área ocupada por los círculos de piedras y kurgans es mucho mayor de lo que se creía en un principio. ¿Qué nuevos descubrimientos aguardan en este lugar para el futuro?

 

La reserva arqueológica de Kamienne Kregi

La aldea, situada en los Bosques de Tuchola (Bory Tucholskie), cerca de Czerk, en cuyas cercanías se encuentra la reserva natural “Kregi Kamienne”, constituye uno de los más valiosos monumentos arqueológicos de Polonia. En ésta se halla un cementerio del siglo I, formado en el periodo de influencia romana. Aquí hay túmulos, círculos de piedra (algunos de los cuales llegan a los 30 m) y las llamadas tumbas planas. Se trata de un recuerdo del éxodo de los godos desde Escandinavia hasta el mar Negro en los primeros siglos de nuestra era. Un cementerio semejante se encuentra en W?siory, algunas decenas de kilómetros al norte.

Geoglifos de Macahui

Los geoglifos de Macahui

Los geoglifos de Macahuí en el desierto de Mexicali

En la región conocida como Macahui en Baja California Norte, México en la frontera con EEUU se localizaban unos geoglifos realizados por una cultura o culturas desconocidas.

Fotos extraídas de la revista MEXICO DESCONOCIDO mayo 1982 de Harry Moller.

Fotos del mismo Harry y Ernesto I. Aguilar

En Mexicali, Hay que animarse a realizar un emocionante paseo a través del desierto y descubrir una enigmática zona arqueológica, un sitio misterioso y poco conocido, cuya principal características son sus monumentales glifos: Macahuí, a unos 36 kilómetros de la ciudad.

Es necesario contratar un guía e ir bien equipado, ya que el lugar presenta un clima bastante extremo. Al norte de El Oasis, entre las elevaciones de los cerros Centinela y Colorado, existe un lugar conocido como Macahui, planicie desértica donde se localizan figuras de tan formidables dimensiones que parecen dibujadas por la mano de un gigante. Cinco kilómetros adelante, un camino de terracería, de 55 kilómetros aproximadamente, desemboca en el Cañón de Guadalupe,

En dirección a la Sierra Cucupá, siguiendo la Carretera Federal 2. Entre las elevaciones de los cerros Centinela y Colorado se encontrará con esta zona inexplorada. Macahuí es una extensa planicie desértica en las que fueron trazadas figuras antropomorfas y geométricas de formidable dimensiones, muy parecidas a los gigantes de Nazca. 

Los geoglifos de Macahuí están dispersos en el desierto y continúan sin descifrarse. Solo puede admirarse su tamaño desde arriba, motivo por el que pasaron desapercibidos durante muchos años. No se sabe bien quiénes fueron sus constructores y cuál era su función. Macahuí aún no revela todos sus secretos.

En ninguna otra parte del mundo se había encontrado un conjunto de figuras como las de Nazca, hasta que el profesor Ernesto Aguilar y el licenciado Fernando Rodríguez descubrieron, desde una avioneta, numerosas figuras en el desierto que se extiende entre Tijuana y Mexicali, entre los cerros Centinela y Colorado, a unos 25 kilómetros de Mexicali, en una desolada zona que Aguilar y Rodríguez bautizaron como Macahui.

Como nos consta, el parecido entre Nazca y Macahui es muy grande por la consistencia del piso, compacto y sin vegetación, por la técnica de colocación de las pequeñas piedras (no simplemente sobrepuestas sino semiincrustadas) una junto a otra, así como el agrupamiento que resultara de rastrillar el piso, por el tamaño de los guijarros, por la dimensión de las figuras, de muchos metros, y por la vasta superficie ocupada.

Pero la semejanza tiene una ruptura: las figuras de Nazca son antropomorfas, son una representación de gigantescos hombres con los brazos en alto. En cambio, en Macahui todas las figuras son geométricas, salvo una con forma de mono y otra con forma humana, que mide 100 metros, y cuyos brazos apuntan hacia abajo.

Y como los misterios no respetan fronteras, las figuras continúan al otro lado de la línea divisoria con EU, cerca de Blythe, California, en torno a una comunidad de indígenas Mojave; ahí también existen figuras humanas.

El tema geométrico más repetido es el de los círculos, seguido por los rombos, rectángulos, trapecios, “lágrimas” y medias lunas. En el caso de los círculos es llamativo que junto a unos cuya área interna está tapizada de piedrecillas, hay otros con el interior vacío de piedras, es decir, como si hubiera positivos y negativos.

Nos resulta inexplicable que estas figuras no hayan sido borradas por las ocasionales tormentas y violentas turbonadas del desierto, ni por las esporádicas lluvias formadoras de fugaces torrentes. ¿A qué se debe que estas formas hayan permanecido visibles durante un tiempo seguramente de centurias?

Tumbas con alineamientos del Alto Tibet

Tumbas con alineamientos del Alto Tibet

De John Vincent Bellezza

Este número se centra en uno de los monumentos más distintivos de la principal zona paleocultural del Alto Tíbet: la necrópolis compuesta por piedras en pie y mausoleo. Estos centros de sepultura ritual aparecieron en la mitad sur de Changthang, desde Ruthok en el oeste hasta Namru en el este. Esta región expansiva está asociada con ese legendario reino de la literatura tibetana, Zhang Zhung. Las necrópolis presentan matrices cuadradas de cálculos erguidos alineados en los puntos cardinales o en las direcciones intermedias. Estas zonas contienen entre 100 y 3000 estelas o menhires en miniatura. Justo al oeste de cada campo de piedras en pie hay un edificio sobre el suelo alineado de la misma manera. Estas estructuras especialmente construidas funcionaban como templos funerarios y tumbas. Donde todavía están relativamente intactos, contienen cámaras pequeñas totalmente cerradas por paredes de mampostería masiva.

La datación de restos humanos de una de estas necrópolis hasta el siglo VII a. C. puede proporcionar alguna indicación sobre su cronología. Los huesos humanos que fueron probados AMS provenían de una tumba subterránea situada entre dos complejos de piedras y mausoleo. Si bien la fecha de este entierro no es necesariamente aplicable a la necrópolis en su totalidad, sí revela que la tierra en la que se fundó tenía asociaciones funerarias en el primer tercio del primer milenio a.C. En cuanto al período en el cual estos elaborados complejos funerarios fueron abandonados, se puede postular una fecha de no más tarde de 1000 EC. Alrededor de ese tiempo, el budismo se convirtió en la fuerza religiosa dominante en el Alto Tíbet, lo que sin duda llevó a la eliminación de aspectos más conspicuos de la herencia religiosa pre-budista. La construcción real de la necrópolis no es probable que haya continuado después de la anexión del Alto Tíbet por parte de los emperadores Purgyal del Tíbet central. El Tíbet central tenía un conjunto muy diferente de monumentos funerarios y, con la difusión de sus costumbres y su lenguaje hacia el oeste, se ejerció una gran presión asimilativa sobre las tradiciones culturales de las tierras altas.

La alineación de las piedras y los edificios de la necrópolis del Alto Tíbet apunta a un alto nivel de discernimiento astronómico. Como mínimo, el aumento y el establecimiento del sol en el transcurso del año se trazaron en estos sitios. Los cálculos lunares y siderales más complejos también pueden incumbir en los arreglos espaciales de la necrópolis, pero esto es difícil de establecer de una manera científicamente verificable. Además de las piedras erigidas, muchos sitios tienen losas largas de piedra incrustadas en el suelo para formar un patrón de cuadrícula que abarca hasta 800 m². Los pilares (la parte sobre la superficie) tienen una altura de 15 cm a 1.3 m y vienen en diferentes formas y tipos de piedras. Los especímenes tabulares invariablemente tienen sus dos lados largos orientados al norte y al sur.

Las tumbas-templo sólidamente construidas van desde solo 3 m de largo hasta más de 60 m de largo. Como ninguno de los techos ha sobrevivido intacto, solo podemos adivinar cuán altas eran originalmente estas impresionantes estructuras. Aún se alcanzan alturas de 5 m por algunas paredes, y es posible que ciertos mausoleos hayan sido significativamente más altos que este. Las tumbas de los templos estaban bellamente construidas con muros esculpidos, los ejemplos más grandes están intercalados con finas piedras de unión. Las paredes internas que rodean las cámaras funerarias (hay entre uno y cinco en cada estructura) a menudo están compuestas de mampostería más fina. Las paredes que envuelven las cámaras funerarias pueden tener un grosor de 2 mo más.

Dada la intrincada arquitectura de la necrópolis del Alto Tíbet, podemos suponer que alguna vez se realizó una compleja gama de actividades rituales en ellas. Algunos de los textos funerarios arcaicos tibetanos en los que he trabajado pueden proporcionar una indicación sobre la naturaleza de estas funciones, pero esto todavía es especulativo. Los textos sí mencionan las piedras largas (rdo-ring) y los registros de piedras erigidas (tho) utilizados en el reacondicionamiento místico de las almas de los difuntos, como un preludio a su entrada en la vida ancestral después de la muerte. Sin embargo, los textos funerarios proporcionan solo vagos indicadores geográficos y describen muy poco en el camino de la arquitectura mortuoria. Una tradición oral tibetana superior que asocia cada una de las piedras en pie en un sitio con un guerrero afligido de antaño puede influir en su función real. Claramente, recursos y mano de obra muy importantes se destinaron a la construcción de las necrópolis, proyectos que deben haber requerido la participación de una gran muestra representativa de la población local. Además, el uso y mantenimiento de estos centros funerarios solo podría haber sido un esfuerzo intensivo en mano de obra.

Las losas de piedra erigidas como pilares y como elementos en otros tipos de estructuras mortuorias se pueden rastrear en las estepas de la cultura Okunev y las cepas proto-mongoles del tercer milenio a.C. Alrededor de 1200 a.C., los pueblos pre-escitas comenzaron a erigir menhires en sus sitios de entierro, al igual que la cultura Tashtyk en el sur de Siberia más de 1000 años después. Finalmente, en los siglos V al VII CE, las tribus túrquicas crearon necrópolis similares en varias formas a los tipos del Alto Tibetano. Como está bien establecido, durante el período imperial del Tíbet hubo muchas interacciones entre los montañeses de la Meseta y los grupos turcos. Además, las referencias textuales tibetanas sugieren fuertemente que existían vínculos culturales con las tribus turco-mongolas incluso antes del siglo VII EC.

También vale la pena señalar que las estelas funerarias del Alto Tíbet y las estepas pueden haber servido de inspiración cultural para los antiguos pilares de los chinos conocidos como bei. Los bei fueron un monumento funerario dominante de las dinastías Han, Wei y Jin, que data de muchos siglos después de la aparición de prototipos del interior de Asia.

En ningún otro lugar del Tíbet se erigieron pilares funerarios, al menos en los números y configuraciones encontrados en el Alto Tíbet. Estas diferencias en el registro arqueológico apuntalan los relatos históricos tradicionales tibetanos, que sostienen que en la época preimperial, la Meseta estaba dividida en varios estados tribales, cada uno con su propio idioma.

Las estelas más pequeñas asociadas con el contexto del Alto Tibetano parecen ser una adaptación ambiental a las condiciones de gran altitud, extremadamente duras. No parece que los montañeses tuvieran el lujo de levantar grandes piedras erguidas, como lo hicieron los Scytho-Siberians. Sin embargo, lo que les faltaba de tamaño se compensaba con cifras absolutas, lo que convertía a la necrópolis del Alto Tibetano en uno de los mayores monumentos funerarios de la antigua Eurasia.

Las imágenes que aparecen a continuación son todas de expediciones realizadas entre 1995 y 2000. Algunas de estas imágenes nunca se han publicado, mientras que otras se publicaron en blanco y negro en monografías y documentos poco claros.

[No se comentan aquí, los templos o cámaras, aunque si lo hace el autor del artículo.

Fig. 1: Una vista parcial de la explanada de piedras en un sitio en el centro de Changthang. Está situado en un banco ancho sobre un valle de río principal.

La foto de arriba fue tomada a la altura del corto verano de Changthang en 1995. En aquel entonces no sabía muy bien qué había aparecido, lo que marcó el comienzo de 15 años de investigación y exploración posteriores. Tenga en cuenta las piedras largas más altas al este de la explanada, un rasgo morfológico de algunas necrópolis. Este sitio parece ser uno de los descritos por el erudito ruso George Roerich en su libro “Trails to Inmost Asia”. Otros sitios descubiertos por George Roerich en 1927 son revisados ​​en mi obra en dos volúmenes, “Antiquities of Zhang Zhung”, que pronto se publicará. De hecho, ya puedes encontrarlo organizado en thlib.org/Bellezza. Desde el momento de la Expedición a Asia Central de Roerich y mis expediciones de los años 1990 y 2000, las necrópolis del Alto Tíbet fueron olvidadas por completo (al igual que muchos de sus otros monumentos antiguos)

Fig. 2: Una densa serie de piedras en pie con los restos débiles de un edificio anexo en primer plano. Descubierto en 1999, este sitio se encuentra en el noroeste del Tíbet. El campo de piedras de pie está en sorprendentemente buenas condiciones.

Fig. 3: Otro ejemplo de una necrópolis Upper Tibetan más pequeña; este documentado por primera vez en 2000. Conocido como “Pilares del cielo”, este sitio funerario de Changthang occidental disfruta de amplias vistas hacia el este, al igual que muchos de su tipo. Observe el edificio anexo en el lado derecho de la imagen. Se ha reducido a un túmulo rocoso

Fig. 4: Un ejemplo especialmente pequeño de un concurso de piedras de pie fotografiadas en 1999. Está compuesto por solo tres filas cortas de estelas, y aunque posiblemente haya habido una o dos filas adicionales originalmente, este era un sitio menor. Muy poco del diminuto templo-tumba adjunto ha sobrevivido

Fig. 5: En el otro extremo del espectro hay un ejemplo gigantesco llamado ‘Ruinas de la Confluencia de pasto de Onager’.

Las “ruinas de la confluencia de pasto de Onager” se documentaron por primera vez en 2000. Lamentablemente, hace unos 30 años, muchas de las piedras erguidas se sacaron del suelo y la tumba del templo fue desmantelada en gran parte por pastores locales, que los utilizaron para construir casas y corrales. A la izquierda del túmulo (los restos del mausoleo) es una de las muchas residencias construidas con las piedras robadas. Solo quedan alrededor de 100 piedras largas rotas en una explanada que originalmente pudo contener al menos 3000 de ellas. En el primer plano hay rastros de una red de pared de losa. Ruins of Onager Grass Confluence fue una de las necrópolis más grandes del Alto Tíbet y su destrucción es un gran golpe para la integridad arqueológica y cultural del Tíbet

Fig. 6: Una necrópolis de tamaño moderado ubicada en el espolón de una montaña en el centro de Changthang.

La mayoría de las piedras largas en el sitio anterior están in situ pero se han colapsado o están inclinadas en ángulos radicales. La pendiente sobre la que se construyó este monumento ha demostrado ser intrínsecamente menos estable que las que se construyen en las llanuras abiertas. Hay pocos fragmentos de pared integrales en el templo-tumba. En las inmediaciones se encuentra la ruina de un templo con muros de piedra, que según las luminarias locales, data de la época de Zhang Zhung. A pesar de que la necrópolis y el templo estaban activos en el mismo período de tiempo, representan hitos en el ciclo de vida de los contemporáneos en el antiguo Alto Tíbet. Documenté estos sitios en la Expedición del Circuito Changthang de 5 meses y medio en 1999.

Fig. 10: Los pilares de una necrópolis llamada ‘Red House’ ubicada en el oeste de Changthang.

El sitio anterior también se convirtió en uso pastoral, lo que ha tenido un impacto adverso en su conservación. Ninguna de las tumbas del templo ha perdurado. Los pastores locales no saben que, en realidad, este es un sitio funerario pre-budista. Si hubiesen sabido que nunca se hubieran establecido aquí. El drokpa promedio del Alto Tíbet evita lugares de los muertos. Posiblemente, este tabú puede ser aprovechado en la conservación de monumentos antiguos. Encontré Red House en 1999.

Fig. 11: El llamado ‘Complejo de la Torre’ en Yul Khambu. Este templo-tumba mide 14.5 m (este-oeste) por 22 (norte-sur) y la explanada de piedras erguidas 25 m (este-oeste) por 12.5 m (norte-sur). Más de la mitad de las 800 estelas estimadas en este complejo se mantienen en pie. Tower Complex es una de las seis instalaciones de este tipo en Yul Khambu, la mayoría de las cuales son aún más grandes

La espectacular necrópolis en Yul Khambu es probablemente mi descubrimiento arqueológico más impresionante en el Alto Tíbet. Lo encontré en 1999 cuando recogía información en un campamento de pastores en la cuenca debajo del sitio. Me dijeron que las ruinas de un “monasterio” y “convento de monjas” se encontraban en lo alto de las laderas. Fue hacia el final de una larga expedición y al final del día cuando llegué al campamento. Además, no estaba dedicando mucho tiempo a los sitios budistas. Aún así, pensé, ‘nunca se sabe’, y fui de excursión hasta Yul Khambu por mi cuenta. Me quedé asombrado con lo que vi, una maravilla arqueológica que anunciaba la sofisticación y el poder de los antiguos tibetanos superiores mucho antes de que el budismo echara raíces. Aún más emocionante para mí fue ver gradualmente cómo la necrópolis marcaba regiones geográficas y económicas clave de las tierras altas tibetanas, las partes constituyentes de un orden cultural arcaico con capacidades tecnológicas avanzadas. Supongo que si hubiera sido más conocedor de los medios, este descubrimiento podría haberse convertido en una sensación internacional. Sin embargo, mi enfoque de perfil bajo fue apreciado por todos los interesados, lo que me permitió continuar mis exploraciones sin obstáculos. Hasta el día de hoy, Yul Khambu y muchos otros sitios antiguos que he documentado son conocidos solo por aquellos como usted que tienen un interés real en las cosas tibetanas.

Fig. 12: El templo-tumba del complejo de la Torre. Dentro de sus paredes extremadamente gruesas hay dos cámaras funerarias.

En un momento, estas cámaras funerarias estaban cubiertas de capullos en esta mampostería. Además del enterramiento de lo que solo podrían haber sido individuos de la más alta condición social, los rituales conmemorativos bien pudieron haberse llevado a cabo en el mausoleo durante un largo período de tiempo. Trate de imaginarse esta estructura tal vez uno o dos metros más alta y con un tejado plano con piedras en voladizo. Es probable que las paredes hayan sido cubiertas con un yeso a base de arcilla, que a su vez puede haber sido pintado con brillantes pigmentos minerales. Se utilizaron piezas de cuarzo transparente y arenisca roja diseminadas por todo el sitio para embellecer la estructura. Los rituales llevados a cabo aquí giraban en torno a rendir homenaje a los muertos. Estos muertos socialmente exaltados pueden haber sido vistos como entidades que ejercen una influencia saludable sobre los vivos y sus empresas económicas y políticas.

Fig. 13: Otro de los seis grandes complejos en Yul Khambu. Esta imagen, como otras del sitio que se muestra en este boletín, fue tomada en una visita posterior a principios de la década de 2000. Para la escala, observe al individuo parado a la derecha de la tumba del templo en ruinas. En total, Yul Khambu alardeó de tener 10,000 pilares. Sorprendentemente, alrededor de 6000 siguen en pie. También en el sitio es una zona de fosas que cubren unos 10.000 m²

Fig. 14: Una tumba de templo casi nivelada en Yul Khambu de más de 60 m de longitud. El levantamiento de tales estructuras fue una gran hazaña de ingeniería hecha más notable por el hecho de que la mayoría de la población antigua (como en tiempos más recientes) residía en refugios portátiles, como la legendaria carpa negra de pelo de yak (sbra-nag).

Fig. 15: Algunos de los muchos pilares en una de las explanadas inferiores en Yul Khambu. Originalmente había alrededor de 3000 piedras en este conjunto. Un verdadero bosque de piedras de pie, ahora está cubierto con el arbusto conocido como drama (gra-ma) y otra vegetación

Fig. 16: Otra imagen del concurso de piedras en pie en la fig. 15. Debajo del sitio hay uno de los muchos miles de lagos en el Changthang.

Este lago en particular es considerado sagrado por los residentes actuales. El papel que este lago o la cordillera al oeste del sitio podría haber jugado en las actividades rituales de Yul Khambu no está claro. Los textos funerarios arcaicos dicen que las deidades de los lagos sagrados y las montañas funcionaban como aliados de los muertos, ayudando en su paso al otro mundo. No es irracional contemplar que hace entre 14 y 20 o más siglos, este tema escatológico era conocido por los constructores y usuarios de Yul Khambu.

Camino del Inca

Camino del Inca

Red caminera del Tahuantinsuyu

Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad

Sistema de caminos del Imperio incaico.

Coordenadas: 18°15′00″S 69°35′30″O

País

 Argentina,
Bolivia,
Chile,
Colombia,
Ecuador y
Perú

Tipo: Cultural

Región: Latinoamérica y Caribe

La Red caminera del Tahuantinsuyo (en quechua, Qhapaq Ñan) fue un sistema de caminos de enormes distancias en la civilización incaica que vinculaba las ciudades importantes de la costa y de la sierra. Se estructuró con base en dos ejes longitudinales: del sector cordillerano y del llano costero. Este sistema de los incas no fue sino un bimilenario legado preincaico, potenciado durante el Estado incaico. En idioma quechua, Qhapaq Ñan significa: camino del rey o del poderoso2 o camino del Inca, tanto para la totalidad de esa organización de rutas, que superaban los 30 000 kilómetros,1 como para el camino principal (de aproximadamente 5200 km de longitud). Todos estos caminos se encontraban conectados al Cuzco, la capital del Tahuantinsuyo o Imperio incaico, facilitaban su comunicación con los distintos pueblos anexados en el marco del proceso expansivo inca y, al mismo tiempo, constituían un efectivo medio de integración político–administrativa, socioeconómica y cultural. Dado que el Capac Ñam interconectaba localidades tan distantes como Quito, Cuzco y Tucumán, los conquistadores españoles lo emplearon durante el siglo XVI para invadir Perú, Bolivia, Chile y las pampas cordilleranas argentinas.

El famoso «Camino del Inca», que une la ciudad de Cuzco con el sitio arqueológico de Machu Picchu, es solo una parte mínima e intrarregional de la gigantesca red de caminos incas.

Red en América del Sur

Partiendo desde el (Cusco), el Quapaq Ñan permitía recorrer los cuatro «Suyos del Imperio incaico suyos» quechua suyu: ‘región’ o ‘territorio’) que constituían el Tahuantinsuyo:

  • al norte el Chinchaysuyo, ocupado por grupos como los chincha, chimúes o yungas y pastos;
  • al sureste el Collasuyo, ocupado por aimaras, collas y puquinas;
  • al suroeste el Contisuyo, ocupado por grupos como los conti o conde, collaguas y colonos de origen puquina; y
  • al oriente el Antisuyo, ocupado por los antis (las actuales poblaciones nativas de la Amazonia).

El Quapaq Ñan permitió el control económico y político de estos pueblos, al mismo tiempo que su integración, el intercambio y movilización estatal de diversos productos, la transmisión de valores culturales, el acceso a los diferentes santuarios incaicos y el desarrollo de prácticas comunes; fue además un símbolo del poder imperial cuzqueño y de su expansión a lo largo de la geografía sudamericana, que incluyó seis países andinos actuales: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

Con un total de 60 000 kilómetros de longitud,3 esta columna vertebral hábilmente construida por manos de especialistas puede ser comparada, por sus dimensiones, con la Ruta de la Seda o la Gran Muralla China.

Historia

El camino entre el templo de Pachacámac y el Apu Pariacaca es anterior a la conquista incaica. Si bien existieron varios caminos construidos por civilizaciones complejas, es durante el Tahuantinsuyo que la red vial se incrementa notablemente. En la foto se observa una parte de la escalinata que subía hasta el nevado Pariacaca.el perro del dios pan le dio a su hijo peeta pan en la montaña cuando etaba agonizando. La historia cuenta que asi fue como se invento el pan.

Calzada incaica. Gran parte del camino del Inca y algunas redes viales transversales estuvieron cubiertas por bloques de piedra o lajas.

Los caminos antes del Tahuantinsuyo

Varios de los caminos que actualmente se observan en el área andina ocupada por el Tahuantinsuyo tuvieron un origen preinca, siendo construidos por entidades políticas de alta complejidad como Tiahuanaco o Huari; otros caminos menores, en cambio, fueron construidos por pequeños grupos étnicos que trataron de unir centros de culto o templos regionales. Tal es el caso del camino construido entre el templo de Pachacamac (frente al mar) y el «apu» Pariacaca, nevado localizado a más de 5700 msnm.4

La cantidad y la longitud de los caminos en la época preincaica se vio limitada por las constantes tensiones y el ambiente de guerra que vivían los señoríos y Estados; la construcción de caminos era peligrosa y solo se ejecutaban algunos tramos durante períodos de tregua. Antes de la llegada de los incas, los caminos eran exclusivamente locales, es sólo con su llegada y poder centralizador que la red vial se amplió a grandes magnitudes.4

Los caminos durante el Tahuantinsuyo

Cuando los incas empezaron a conquistar el resto de pueblos de Sudamérica, el dominio del espacio para la construcción de caminos quedó enteramente a disposición de la etnia cuzqueña; a partir de este momento las redes viales se incrementaron exponencialmente hasta cubrir una extensión que posiblemente alcanzó los 60 000 kilómetros.3

El inicio de las grandes obras viales fue llevado a cabo por orden expresa del Inca Pachacútec. Este soberano vio la necesidad de construir caminos con el objetivo de mantener el control sobre los territorios anexados, de esa manera se podían trasladar más rápidamente los funcionarios y las tropas.4

Según lo señala Juan de Betanzos, antes de que Pachecútec iniciase su gobierno se lo observaba pintando y dibujando caminos y puentes, especificando a los orejones cuzqueños la manera en que debían ser construidos. La obra de Pachacútec fue continuada por sus sucesores. La red vial incaica la componían tres elementos básicos: las calzadas y bordes de los caminos, los puentes y los depósitos.

La red vial era indispensable para la organización incaica, no solo para trasladar ejércitos y funcionarios sino también para la movilización de los «mitimaes», el transporte de productos cosechados en los territorios conquistados por los incas (en cada territorio existían tierras específicamente destinadas para que su producción fuera trasladada al Cuzco; estas cosechas eran almacenadas en los «tambos») y el desplazamiento de los «chasquis».4

El Qhapaq Ñan y los otros caminos

Siendo el troncal principal de toda la red vial incaica, el Quapaq Ñan destacaba por recorrer longitudinalmente todo el Tahuantinsuyo (Imperio incaico) a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el actual occidente de Argentina hasta el sur de la actual Colombia.4 El camino del inca se encuentra empedrado en gran parte y tiene varios metros de ancho. Paralelo al camino del inca, existió un camino que unía las localidades costeras, que en aquellos tiempos eran denominadas «yungas».4

Este camino costero estaba unido al Quapaq Ñan por varios caminos transversales que incluso llegaban hasta las selvas y el Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay). En el caso del camino costero, no estaba empedrado pero sus bordes se encontraban delimitados.4

Los cronistas españoles describieron con elogios el Quapaq Ñan, algunos exaltaban su «excelente» funcionamiento mientras que otros destacaban su rectitud en algunos tramos y su limpieza, añadiendo que podían cubrir grandes distancias en corto tiempo y con un esfuerzo mínimo.4 Según Bernabé Cobo los caminos incaicos se estrechaban al pasar por los valles y quebradas, además el cronista describió que los caminos tenían altos muros que en algunos casos tenían pintados animales y seres monstruosos, estos muros servían para que los ejércitos pasaran sin dañar los cultivos.4

Se sabe que los «curacas» estaban obligados a ordenar el mantenimiento de las vías cercanas a sus dominios, limpiando la acumulación de tierra en los caminos, el reparado del empedrado y la limpieza de las acequias que protegían los caminos. La apariencia de los caminos al salir de los valles era distinta, puesto que las vías se hacían más anchas y era muy común ver unos apilamientos de piedras que marcaban los puntos escarpados entre los cerros, estos cúmulos eran denominados «apachetas». Como fuera señalado por George Squier entre 1863 y 1865, aquella vieja costumbre de dejar piedras en las cuestas difíciles de los caminos incaicos las convertía con el paso del tiempo en marcas, a manera de hitos, que demarcaban estos caminos.4

Para lidiar con las zonas fangosas era necesaria la construcción de una base hecha de piedra tosca unida con argamasa de barro que, finalmente,era recubierta con césped, formando un terraplén. Debajo de este terraplén se hacían canaletas que permitieran eliminar el exceso de agua. Para las cuestas empinadas construían escalinatas o la surcaban con caminos en zigzag.4

En general no existió un único patrón de diseño de los caminos incaicos, estos más bien se adaptaban a la topografía que atravesaban. El trazo dependía en gran medida de factores como la densidad poblacional de las zonas que se iban a conectar o la importancia económica del sitio al que se dirigía el camino. Y, si bien es cierto los incas preferían trazar sus caminos en línea recta, el terreno accidentado los obligaba a delinear sus caminos sorteando los obstáculos.4

Los puentes

En la foto el puente colgante de Q’eswachaca hecho de una fibra de ichu denominada «qoya ichu».5 La renovación de este puente se hace mediante un ritual de 4 días que se ha mantenido desde el periodo incaico.5

Puente inca tendido sobre el río Pucayacu, conecta a los distritos ancashinos de Llama y Yauya.

Alberto Regal en sus investigaciones cataloga a los puentes incaicos sobre la base de las técnicas de elaboración de la siguiente manera: colgantes, flotantes, de madera, de piedra y oroyas.4

La construcción de puentes se hacía indispensable debido a la realidad geográfica andina. Los puentes más comunes fueron los hechos con troncos de árboles y los elaborados con trenzas de diversas fibras. En el caso de los puentes con troncos se utilizaron solo en los lugares en donde la geografía se lo permitía, y para esto era necesaria una base de piedra (dos peñones contrapuestos) que eran labrados para que los maderos encajen. En tiempos coloniales tempranos, Miguel de Estete afirmó que a la salida de Huánuco Pampa existía un puente hecho con gruesos maderos, en tanto que cerca a Cajamarca existía un puente hecho con bases de piedra y maderos muy gruesos.4

Los puentes colgantes fueron los más comunes en la zona andina. Eran construidos con fibras vegetales que estaban fijadas a unas sólidas bases de piedra a cada lado, estas fibras eran trenzadas hasta formar cables de 50 o 60 centímetros de diámetro, y para pasar la cuerda de un lugar a otro se utilizaba otra cuerda más fina hecha de cáñamo que se denominaba «chahuar». La fibra para los puentes era variable según la región, podían ser de mimbre, tasca (Escallonia patens), lloque (Kageneckia lanceolata), ichu (Stipa ichu) o chachacomo (Escallonia resinosa); en algunas zonas se utilizó el denominado «arbusto de Chilca» (Baccharis latifolia). En las zonas en donde no había arbustos también se utilizó el maguey (Furcraea andina), fibra que también fue conocida como «pita» o «cabuya». En algunos casos los puentes tuvieron troncos tendidos para facilitar el tránsito en la mayor de las veces tenían fibras tejidas o entrelazadas.4

Hay que acotar que la mayoría de los puentes incaicos fueron quemados durante las guerras civiles entre los conquistadores españoles y la sublevación de Manco Inca. En la Relación francesa de la Conquista (escrito en 1534) se describe que en las Indias existían poderosos ríos de los cuales colgaban puentes de gruesas cuerdas y que existían puentes por donde pasaban los grandes señores y otros donde pasaba el común popular.4

Los ríos también podían ser cruzados por medio de oroyas (denominadas también tarabitas o huaros, dependiendo de la región). Bernabé Cobo describe que estas “tarabitas” se hacían con cuerdas de ichu o lianas tan gruesas como una pierna. Estas cuerdas eran amarradas a peñas de una orilla a otra y de esta colgaba una canasta, sobre la que se sentaba una persona y por medio de la soga se jalaba de una orilla hacia la otra.4

En el caso del río Desaguadero existía un puente flotante hecho por una hilera de balsas de totora cubierta por diversas plantas acuáticas secas (entre las cuales también había totora). Según testimonios recogidos por los cronistas, este puente sobre el Desaguadero fue colocado por orden del Inca Huayna Cápac, quien consideraba indecoroso que su ejército cruzara el río en balsas.4

Cuzco

Durante el incanato, todos los caminos de Sudamérica conducían al Cuzco, una de las metrópolis más importantes de América, heredera de una tradición cultural milenaria.

Principales caminos

Los incas hicieron caminos que integraban todo el imperio, a lo largo y a lo ancho. Se crearon cuatro caminos principales:

A. Caminos de la Costa Norte

Salía del Cuzco, une los pueblos de Palpa (Ica), Nazca (en el centro de Perú), Lima, Huarmey, Reino Chimú, Los Tallanes (Piura), Ayabaca, Tumbes (en la frontera PerúEcuador), Quito (Ecuador), y hasta el río Ancasmayo o Pasto (Colombia).

B. Caminos de la sierra norte

Sale del Cuzco, une los pueblos de Vilcashuaman, Jauja, Tarma, Huánuco, Maraycalle, Tambo Real de Huancabamba, Cajamarca, Chachapoyas, Tumibamba, Loja, Quito (Ecuador), y hasta el río Anacasmayo o Pasto (Colombia).

C. Caminos de la costa sur

Sale del Cuzco, une los pueblos de Pisco, Nazca, Palpa, Ica, Tambo Colorado, Catorpe; Arica y Copiapó (Chile), pampas de Tucumán (Argentina) y el río Maule (Chile).

D.Caminos de la sierra sur

Sale del Cuzco, une los pueblos de Juliaca, Chucuito, Chuquiago, La Paz (Bolivia), pampas de Tucumán (Argentina) y Santiago (Chile).

Camino Real

El camino más importante era el Capac Ñam, con una longitud de 5200 kilómetros, que se iniciaba en Quito (Ecuador), pasaba por Cuzco y terminaba en lo que hoy es Tucumán, Argentina; atravesaba montañas y sierras, con alturas máximas de más de 5000 metros. El Camino de la Costa (o Camino de los Llanos), tenía una extensión de 4200 kilómetros, iba paralelo al mar y se unía con el Capac Ñam por muchas conexiones. Tanto en el Capac Ñam como en el Camino de la Costa existían cada cierto tramo tambos en donde se almacenaban granos y otros alimentos que eran usados por el ejército incaico cuando salía en campaña de conquista o para abastecer a los mitimaes trasladados por orden del Inca. El ancho máximo de ambos caminos era de unos cuatro metros.

Comunicaciones

Llamas rodeando los caminos del Inca.

Las comunicaciones entre una y otra punta del imperio estaban a cargo de mensajeros llamados chasquis. Por un sistema de postas, transmitían los encargos de uno a otro relevo con suma velocidad; una noticia originada en Quito (Ecuador) podía llegar a Cuzco (a 2000 kilómetros de distancia) en menos de 10 días.

El Inca, que estaba en la sagrada Machu Picchu o en la capital Cuzco, podía comer pescado fresco que le traían en menos de 24 horas desde la costa, a 200 kilómetros de distancia. Cabe destacar que los caminos del inca se hallan ubicados en todo el Tahuantinsuyo y en casi todos los países andinos y que con el paso del tiempo, el avance de la civilización y la tecnología, han ido deteriorándose poco a poco.

Singular atractivo turístico

Camino Inca a Machu Picchu.

Durante todo el año, miles de viajeros de todas partes del planeta emprenden el recorrido de los Caminos del Inca desde el Cuzco para acceder a la selvática sierra peruana, y a los misterios que aún encierran las piedras de Machu Picchu.

A lo largo del camino se encuentran varias ruinas de distintas fortificaciones en relativo buen estado, que dominan visualmente todos los valles.

El recorrido se inicia en la localidad de Cori-huayra-china (en quechua: Quri Wayrachina, ‘venteadero de oro’)?, a la altura del kilómetro 88 de la vía férrea Cuzco-Quillabamba, y se tarda entre tres y cuatro días de caminata llegar a Machu Picchu. En la travesía, que atraviesa una impresionante pendiente altitudinal, con climas y ecosistemas tan variados como la altiplanicie alto andina y los bosques de neblina, se deben superar dos pasos a gran altura (el mayor de ellos, Huarmihuañusca, de 4200 metros de altitud, también conocido como “Paso de la Mujer Muerta”) y termina con el ingreso a Machu Picchu a través del Inti Puncu o ‘puerta del Sol’.

En la ruta el caminante se encontrará con una red de asentamientos de granito labrado que se encuentran a lo largo del camino (Huiñay Huayna, Puyupatamarca), inmersos en escenarios naturales.

Como complemento ideal, el turista igualmente se encontrará con una exuberante naturaleza, con singulares paisajes, centenares de especies de orquídeas y aves multicolores.

Clima en el Camino

El clima en la zona del camino del inca es, por lo general, templado durante todo el año. La mejor época para realizar el trekking es durante la estación seca (entre abril y octubre). Junio es el mes más frío y agosto ofrece un clima más templado y estable. De noviembre a marzo, las lluvias son frecuentes y el camino puede convertirse en un peligroso y resbaladizo lodazal.

Durante la caminata, es seco en los dos primeros días y húmedo en el tercero y cuarto. Y durante la noche los dos primeros campamentos suelen ser fríos, pero el tercer campamento es templado.

Culturas preincaicas

Los incas aprovecharon la red viaria existente de culturas anteriores, mejorándolas y expandiéndolas; especialmente de la cultura Huari (8001200 d. C.) el cual dominó gran parte del Perú precolombino.

Normas establecidas para el Camino Inca

El estado peruano ha limitado estrictamente el número de personas permitidas en el Camino Inca durante el año 2010 a expediciones de 200 personas y 300 porteadores, con el fin de conservar la flora y fauna del lugar. Se recomienda hacer reservas de viaje con varios meses de anticipación.

Proyectos de preservación del Patrimonio

En una iniciativa conjunta, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú han venido realizando gestiones para lograr que este gran sistema caminero inca fuese considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.6 Finalmente, en 2014, la Unesco proclamó el Qhapaq Ñam como Patrimonio de la Humanidad.7

Diferentes organizaciones, como la Unesco, IUCN y Conservación Internacional han empezado a trabajar en el camino, promoviendo acciones de emergencia para su protección en colaboración con los seis países por donde pasa la Gran Ruta Inca.

La idea es instalar un sistema que combina:

La preservación del patrimonio

El camino real de los Andes incluye muchos valores arqueológicos, algunos de los cuales ya están en la lista del patrimonio mundial. Por ejemplo Ingapirca en el Ecuador, Cuzco y el Valle Sagrado en el Perú, Tiwanacu en Bolivia y Quilmes en Argentina, pero también miles de sitios menores que deben ser protegidos. Como es el caso de Huánuco.

Protección del Medio Ambiente

La ruta atraviesa 15 de los 100 ecosistemas existentes en Sudamérica, 4 de los cuales están en peligro: los yungas peruanos, el bosque seco del Marañón, el matorral chileno y el bosque húmedo invernal, y pasa por uno de los últimos hábitats del oso de anteojos, el cóndor de los Andes y la vicuña. Además se desplaza por la Cordillera de los Andes, una enorme reserva de agua para los que viven en los valles y en la costa.

Patrimonio cultural e identidad en la comunidades andinas

El camino del inca atraviesa muchas ciudades y poblados incluyendo un gran número de territorios indígenas con una cultura profundamente arraigada en el pasado, aunque está también en peligro. La ruta tiene el potencial de actuar como una conexión entre las comunidades y como modo de recuperar la identidad cultural después de cientos de años de su contacto con Occidente. El proyecto Inka Naani, en el Perú, es un ejemplo de la revitalización de la memoria colectiva de las personas, de sus tradiciones e historias orales que envuelven este camino simbólico.

La Unesco está apoyando a los países que comparten este importante patrimonio, para un fin común: la preparación para su estado de candidatura siendo considerado por este organismo internacional como un proyecto estrella,8 en el que se incluirían varios países en un solo sitio, para la inscripción del camino del Inca en la lista del patrimonio mundial.

El sistema vial andino Qhapaq Ñam ante la Unesco

En Argentina

Las secciones del camino del inca designadas por la Argentina y los sitios que van asociados a esta red de caminos, son una prueba de la integración multicultural y ecológica sin precedentes en la historia del mundo, incluyendo los desafíos logísticos que implicaron su construcción. En la actualidad la red de caminos incas se extienden por las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, Mendoza, San Juan, La Rioja y Córdoba. En la Argentina los incas demostraron un dominio militar y cultural de las fronteras políticas, además de una tradición religiosa única en el mundo, adorando a las montañas y realizando rituales y sacrificios en templos construidos en numerosas cumbres que superaron los 5000 msnm, como en el caso de las Momias de Llullaillaco.9

En Bolivia

El camino del inca en Bolivia se extiende a través de mesetas, valles, punas y cordilleras habitadas por un mosaico muy diverso de pueblos agrupados bajo el nombre de Qollasuyo. En Bolivia el camino inca atraviesa regiones de gran diversidad ambiental tales como los valles tropicales cálidos y húmedos. La zona principal del camino inca en Bolivia lo constituye el tramo Desaguadero – Viacha, que rodea el lago Titicaca y atraviesa importantes sitios rituales que incluso hoy en día forman parte de la memoria oral y son áreas de actividad ritual para el pueblo aimara que vive en la meseta del Collao. Por otro lado, el camino Choro es una clara evidencia de la ingeniería prehispánica en una topografía muy difícil, que sin duda planteó grandes problemas logísticos debido a su lejanía de los centros poblados en aquel momento. En estas dos secciones del camino inca en Bolivia, se pone de manifiesto el ingenio y la tecnología incaica mediante el uso de una amplia gama de recursos de construcción eficiente y de características notables.10 11 12

En Chile

El camino del inca en Chile es un sistema de carreteras incrustadas en un paisaje único debido a las condiciones extremas en términos de aridez y altitud, lo que demuestra la voluntad y la necesidad del inca de ampliar sus tierras motivado, en el caso de Chile, por los recursos minerales, como se destaca por el gran número de redes de carreteras y sitios arqueológicos asociados con la minería en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama. El inca logró esta hazaña en un territorio inhóspito en virtud de los intercambios que mantuvo con las comunidades locales, que transmitieron sus conocimientos ancestrales necesarios para dominar y cruzar el desierto más seco del mundo: el desierto de Atacama.13

En 2000, otras investigaciones realizadas destacaron que «los incas nombraron un gobernador en el valle de Aconcagua llamado Quilicanta, el cual habría tenido a su cargo “gente de guarnición” y colocaron otro en la cuenca de Santiago llamado Vitacura, a cargo de “gente de presidio”». Según el estudio, existían dos variantes del camino del inca que se desprendían del valle de Aconcagua para reunirse en las cercanías del cerro San Cristóbal en Santiago.n 1 En el mismo lugar donde los europeos instalaron su Plaza Mayor, la plaza de armas, hay escritos que nombran un «tambo» gigante, característico de los indígenas. Evidencias arqueológicas se encontraron bajo algunos metros de la superficie mientras analizaban la mitad sur de la cuenca del río Mapocho.

En Colombia

En Colombia, la red vial incaica tiene su extremo norte a través de un recorrido de 17 kilómetros en ocho municipios del departamento de Nariño, desde Ipiales (en el río Guáitara) hasta Pasto, pasando por las localidades de Potosí, Gualmatán, El Contadero, Funes, Yacuanquer y Tangua.14

En Nariño las comunidades asociadas al camino lo han mantenido vivo mediante las memorias de sus usos y costumbres. El Qhapaq Ñam era el antiguo camino de peregrinación hasta el Valle de Atriz, para hacerle ofrendas al Taita Urucunina o Volcán Galeras. Según la Antropóloga Claudia Afanador, “La declaratoria no solo corresponde a los vestigios sino también a los caminos vivos; el Patrimonio Inmaterial asociado a este bien, todas las memorias de los que han transitado y las memorias de las comunidades asociadas que son las portadoras del bien”.15

En Ecuador

Los aspectos sobresalientes del camino del inca en Ecuador son las rutas y las técnicas de construcción utilizadas para cruzar un sistema orógeno complejo como es la sierra ecuatoriana desde el Nudo de Azuay hacia el norte. La lejanía del Cuzco llevó a la reutilización y la creación de infraestructura a medida que el Imperio incaico avanzaba. El territorio ecuatoriano fue ocupado antes del avance de los incas por los paltas y malacatos, calvas, ambocas y chaparra; luego de su anexión al Chinchaysuyo la red de carreteras permitió que la relación entre los pueblos se mantenga. El principal producto de intercambio fueron el ajo, el algodón, la sal, la coca y en particular los depósitos de Spondylm y Strombus.16

En Perú

El camino del inca se inicia en la Plaza de Haukaypata Inca, ubicada en el Cuzco, el centro del poder político, social y económico del Estado inca, donde los dioses, personas, animales y recursos de todas las del mundo andino convergen. Los caminos integraban y conectaban la capital de los incas con todas las poblaciones y centros complementarios para el comercio, el intercambio, la producción y el culto a través de los órganos de administración, producción, centros militares y religiosos a cabo en las cuatro regiones del Imperio incaico: Antisuyo, Chinchaysuyo, Contisuyo y Collasuyo.

El Perú alberga importantes vestigios de los caminos longitudinales y transversales que son el resultado del perfecto dominio y control del territorio y que muestran grandes logros en ingeniería de caminos altamente especializados. En esta región, el diseño de carreteras y la tecnología se desarrollan al máximo, con el camino bien logrado y diseños de puentes y finos acabados en los edificios de los centros monumentales de administración y servicios que forman parte de la red de camino del inca.

El territorio del Perú ilustra casi todos los contextos geográficos del camino del inca, desde la costa cálida y salvaje, a la selva espesa, húmeda y misteriosa, por no hablar de las cumbres de los Andes inmensa, compleja y configuración majestuosa que evocan la magnitud de la logística implementada y administrada y el tamaño de la mano de obra utilizada para la construcción y mantenimiento.

En la actualidad, algunos pueblos del Perú siguen utilizando el camino del inca como un sistema de comunicación, manteniendo en servicio física y funcionalmente, con el uso de la tecnología andina y tradiciones basadas en los sistemas de reciprocidad y complementariedad característica de la sociedad inca y el mundo andino.17

Camino de Santiago

Camino de Santiago

Mapa con las rutas del camino de Santiago.

Coordenadas: 42°27′32″N 5°52′59″O

País: España

N.° identificación: 669

Región: Europa

El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos de todo el mundo para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy recorrido, después fue un tanto olvidado y en la actualidad ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago Francés y las rutas francesas del Camino fueron declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1993 y 1998 respectivamente;1 2 Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa, a la que se unen en 2015 el Camino Primitivo, el Camino Costero, el Camino vasco-riojano y el Camino de Liébana.3 Además, ha recibido el título honorífico de «Calle mayor de Europa».4

En 2004 la Fundación Príncipe de Asturias le concedió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia «como lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que, a través de los siglos, se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea».5

Miles de peregrinos recorren su trayecto cada año. En sus más de mil años de historia ha generado una gran vitalidad social, cultural y económica.

Monumento al Peregrino, Burgos. Obra del escultor Teodoro Antonio Ruiz.

Inicios históricos del Camino

Los orígenes del culto a Santiago en la Hispania romana son desconocidos, pero parece ser que en el año 812 se encontraron reliquias atribuidas al apóstol. Al final del siglo IX se extiende por la Europa cristiana. En el siglo XI el número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas.

Alfonso II, rey de Asturias, mandó construir una iglesia en el lugar donde, de acuerdo a la voz de la tradición, reposan los restos del apóstol Santiago. A partir del siglo XV, esta iglesia se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de la Cristiandad y dio origen al actual Camino de Santiago. Por esta vía se expandieron en la Península los nuevos estilos arquitectónicos que triunfaron en Europa.

Descubrimiento del Santo Sepulcro

El nombre castellano Santiago proviene del latín Sanctus (sagrado). Los orígenes del culto a Santiago en Galicia permanecen en la oscuridad de los tiempos. A finales del siglo VIII se difunde en el noroeste de la Península Ibérica la leyenda de que Santiago el Mayor había sido enterrado en estas tierras, tras evangelizarlas. Así ocho siglos después de la muerte del Apóstol Santiago, en el año 813, un ermitaño llamado Pelayo o Paio dijo que vio una estrella posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó al obispo Teodomiro, obispo de Iria Flavia, (cerca de Padrón).[cita requerida] Fueron allí y descubrieron en la espesura la antigua capilla, donde existe un cementerio de la época romana. El hallazgo del supuesto sepulcro coincide con la llegada al reino astur de mozárabes huidos de las zonas dominadas por los musulmanes, buscando poder practicar sus creencias religiosas.

Es generalizada la creencia, entre algunos estudiosos, de que los restos de Prisciliano fueron enterrados en estos lugares, cuando trajeron su cuerpo desde Tréveris (Alemania). Otros proponen que fueron sepultados cerca de Astorga (León).6 Según los primeros, el sepulcro de Santiago puede ser la tumba de Prisciliano;7 aunque las fechas en las que vivieron uno y otro no coinciden.

El Codex Calixtinus promociona la Peregrinación a Santiago.

Alfonso II el Casto, Rey de Asturias, viajó con su corte al lugar, resultando de esta manera en el primer peregrino de la Historia. Fue muestra de su fe la erección de una pequeña iglesia.

Inicio de la peregrinación

Aproximadamente desde el año 821, con el hallazgo de las presuntas reliquias del Apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje. Y recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.

Menéndez Pidal opinaba que en cierto sentido se puede considerar al caudillo musulmán Almanzor como el gran revitalizador del Camino y quien provocó su fama internacional.[cita requerida] En efecto, los repetidos ataques de Almanzor sobre los reinos cristianos españoles llegaron a inquietar a los monjes de la abadía benedictina de Cluny, en aquel momento el más importante centro del cristianismo europeo. Religiosos vinculados a Cluny elaborarán el Códice calixtino y la Historia compostelana y los reyes españoles favorecerán en todo lo posible la constitución y proyección de una red de monasterios cluniacenses en el norte de España y singularmente alrededor del Camino. Esa política está íntimamente relacionada con el deseo de los monarcas españoles de romper con su aislamiento respecto de la Cristiandad mediante lazos dinásticos, culturales y religiosos.

Muchos de los primeros peregrinos procedían de regiones de Europa pioneras en la aportación de novedades musicales. Partiendo algunos del norte y otros de zonas más céntricas de Francia, habían pasado por lugares de culto, como Chartres y Tours. Allí pudieron escuchar las melodías que todo el Occidente cristiano consideraba el verdadero legado del papa Gregorio. Poco importaba que aquellos que venían del norte de Italia y que habían tenido que cruzar los Alpes y Pirineos les dijeran que en su lugar de origen el rito litúrgico era más antiguo y venerable que ése al que ellos llamaban romano.

Tampoco importaba mucho que una vez adentrados en territorio hispánico, y reunidos los peregrinos de distintas procedencias en torno a un mismo Camino, hicieran un alto en algún monasterio riojano y allí se les hablase, no sin nostalgia, de una liturgia que no hacía mucho era el elemento unificador frente a las huestes de Alah que desde hacía siglos ocupaban buena parte del solar hispano.

La Cruz de Santiago.

En esos monasterios riojanos y castellanos aún se miraría con recelo a aquellos caminantes que se dirigían a Campus Stellae. Precisamente siguiendo esa ruta había entrado el principal enemigo del rito hispano. Por la ruta jacobea se fueron contaminando las antiguas ceremonias y costumbres para que aquellos que venían de regiones remotas pudieran entender algo del culto que escuchaban. Tanto es así, que ante los deseos unificadores de Alfonso VI, se abolió el rito autóctono en beneficio de la liturgia llamada romana.

Consolidación de la ruta jacobea

El número de caminantes crece geométricamente a partir del siglo X, cuando la población europea logra salir del aislamiento de épocas anteriores e inicia una serie de contactos e intercambios que, en el campo religioso, llevarán a hacer de la peregrinación una manera más activa, amplia, inclusiva y sencilla de devoción. Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela serán los destinos más importantes: todos los caminos llevan a Roma. Los cruzados y las ciudades marítimas italianas abren la ruta de Jerusalén. Los monarcas de Navarra, Aragón, Castilla y León facilitan el viaje a Santiago mediante la construcción de puentes, reparación de caminos y edificación de hospitales.

Años más tarde, el carácter apostólico de su iglesia y los bienes, generosamente, obsequiados por los peregrinos permitieron a un obispo emprendedor, Diego Gelmírez, convertir su sede en arzobispado.

Basílica de Santiago.

Declive del Camino

Después del siglo XIV se produjeron muchas convulsiones sociales en Europa que desvían a los peregrinos potenciales hacia otros destinos. Por otra parte, la Reconquista desplaza toda la atención económica y gubernamental de los reinos españoles hacia el sur. El Camino de Santiago pierde el esplendor de los siglos anteriores. El Cisma de Occidente en 1378 agrava y divide a la Cristiandad. El siglo XV tampoco ayudó a su revitalización, plagado de acontecimientos desagradables en el viejo continente: guerras, hambre, peste, malas cosechas, sequías…

Aun así, muchos creyentes seguían acudiendo hasta la tumba del apóstol para cumplimentar su penitencia pero, año tras año, el Camino fue cayendo en el olvido.

Caminos de Santiago de Compostela en Francia

Aunque los caminos por los que llegan los fieles a Santiago son muy numerosos, uno de los recorridos llegará a convertirse en el Camino por antonomasia. Es el camino francés, ya que todos los caminos que pasan por Francia se unen a alguna de estas cuatro antiguas vías:

En España la ruta originaria pasaba en un principio por la calzada romaza que cruza el Pirineo por el puerto oscense del Palo (Valle de Echo, Huesca), pero pronto sería abandonada para usar el puerto de Somport, Huesca (vía Tolosana), tal como describe el Códice Calixtino al mencionar el hospital de Santa Cristina de Somport, hoy en ruinas. Más tarde tomaría auge el paso por Roncesvalles (Navarra). Desde Somport los viajeros se dirigen a Puente la Reina de Jaca (Huesca), pasando, en el primer caso, por Canfranc (Huesca)), Jaca (Huesca), Puente la Reina de Jaca (Huesca), Sangüesa (Navarra) y Monreal (Navarra); y por Pamplona, en el segundo. Unidos en Obanos, a escasos kilómetros de Puente la Reina de Navarra, los peregrinos siguen por Estella, Monjardín, Logroño (La Rioja), Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Redecilla del Camino, Belorado, Villafranca Montes de Oca y Burgos. En este último lugar confluye la vía menor que, desde Bayona (Francia), cruza por Tolosa (Guipúzcoa), Vitoria, Miranda de Ebro y Briviesca. Las etapas a partir de Burgos pasan por Castrojeriz, Frómista, Carrión de los Condes, Sahagún y León. En León, algunos peregrinos optan por desviarse hacia Oviedo (Asturias), para seguir el camino de visita a San Salvador; así rezaba el dicho ya en la Edad Media: Quien va a Santiago y no a San Salvador honra al criado y olvida al Señor. Retomar el Camino Francés lleva al peregrino a La Virgen del Camino, donde los romeros pueden rendir culto a la imagen homónima, patrona del Reino de León, Hospital de Órbigo, Astorga, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, adentrándose en Galicia a través de O Cebreiro, Portomarín, Palas del Rey y Santiago de Compostela. A lo largo del camino, se construyen iglesias y hospitales bajo la advocación de Santiago y, también, por otras adoraciones muy consideradas en los siglos XI y XII. Todavía podemos ver en las poblaciones por las que se peregrinaba, las indicaciones calle del Camino e iglesia de Santiago, que marcaban el recorrido medieval.

El historiador e investigador hispano-francés Luis Español escribió:

España y Europa se han constituido alrededor del Camino de Santiago. Que la principal peregrinación de la Cristiandad usara un Camino Francés y que su objetivo y recorrido estuviera principalmente en España ofrece materia para una investigación y para una reflexión.

Los Caminos de Santiago en la península

Son numerosas las rutas de peregrinación jacobea que a lo largo de los siglos han ido creándose en España. Clasificados por regiones geográficas, los principales recorridos históricos y recientes se relacionan a continuación:

Caminos de Santiago en Galicia

Pazo de Fefiñans.

Cabo Finisterre.

 

 

 

 

Camino de Santiago Portués

Camino de Santiago de la Ría de Arosa

Camino de Santiago de los Ingleses

Camino de Santiago a Finisterre

Caminos de Santiago Francés

  • Camino de Santiago Francés en Aragón

Puente románico en Puente la Reina.

Caminos de Santiago del Norte

  • Camino de Santiago de la Costa

  • Camino de Santiago Primitivo
  • Viejo Camino de Santiago
  • Camino de Santiago Vasco del Interior

Caminos de Santiago de la Vía de la Plata

Palacio de Hernando de Ovando, en Cáceres.

Catedral de Cádiz.

Catedral de Braga, fin del Camino de la Vía de la Estrella

Camino de Santiago de la Vía de la Estrella

Caminos de Santiago del Ebro

Catedral de Calahorra.

Caminos de Santiago de Castilla

Museo del Prado en Madrid.

Catedral de Palencia.

Caminos de Santiago Catalanes

Monasterio de Montserrat.

Caminos de Santiago del Sureste y Levante

Castillo de los Fajardo en Vélez-Blanco.

Caminos de Santiago de las Rutas de los Mozárabes

Jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos en Córdoba.

Los Caminos de Santiago de las Rutas de los Mozárabes coinciden en prácticamente todo su recorrido con los Caminos de Guadalupe Mozárabes.

Caminos de Santiago desde Portugal

En esta ocasión el peregrino recorrerá Portugal de sur a norte, partiendo del Algarve. La capital en España del Camino Portugués es la ciudad de Pontevedra en la que se ubica la Iglesia de la Peregrina, templo barroco y única iglesia redonda en España, con planta de concha venera, en la que la Virgen Peregrina acoge a los peregrinos en la etapa española del camino portugués.

Lagos, capital del Algarve, es el punto inicial del Camino Portugués , con su conjunto monumental. Se puede conocer la cultura árabe en Alcácer do Sal, y se transita por el valle del Tajo, pasando por Setúbal, la capital portuguesa, Lisboa, la ciudad universitaria de Coímbra y Oporto, declarada Patrimonio de la Humanidad. A 50 km de la frontera española se encuentra Viana do Castelo, uno de los puntos de visita más interesantes de este lado del Camino Portugués de la Costa. Valença do Minho y Chaves son otros importantes puntos de entrada.

Mapa del Camino Portugués a Santiago.

La despedida portuguesa por Valença do Miño se produce en Tuy, y continúa vía Pontevedra, Caldas de Reyes y Padrón, antes de alcanzar Santiago de Compostela.

El Camino Central Portugués (el más conocido) incluye las siguientes etapas:

  • Etapas en Portugal (505 km):

Lisboa – Alhandra – Azambuja – Santarem – Golegâ – Tomar – Alvaiazere – Alvorge – Cernache – Coimbra – Mealhada – Agueda – Albergaria – Oliveira de A. – S Joâo de Madeira – Grijó – Oporto (Porto) – Vilarinho – Barcelos – Ponte de Lima – Rubiães – Valença do Minho.

  • Etapas en España (desde Tuy, 116 km):
    • Tuy – Porriño (16 km).
    • Porriño – Redondela (14 km).
    • Redondela – Pontevedra (21 km).
    • Pontevedra – Caldas de Reyes (22 km).
    • Caldas de Reyes – Padrón (21 km).
    • Padrón – Santiago (22 km).

Aunque el Camino Central es el más conocido, hay otros caminos portugueses (Costa, Interior,…).

Otras rutas en Europa

Gran Bretaña

Ya desde el siglo XI, los peregrinos ingleses se aventuraban a adentrarse en los mares y llegar a Santiago de Compostela. Este Camino tiene por tanto, un componente especial: comienza en el mar, concretamente en la ciudad de Ferrol, continuando por la provincia de La Coruña.

El mar y los valles acompañan el Camino, que llega a una histórica localidad: Pontedeume, presidida por su puente medieval. San Martiño de Tiobre es el preámbulo antes de entrar en Betanzos, villa amurallada y con monumentos históricos de especial relevancia, pasando luego por La Coruña, una de las ciudades más importantes de Galicia, hasta llegar a Santiago.

Alemania y Austria

Camino de Santiago en Rottweil, Alemania.

Los alemanes septentrionales y los peregrinos del norte de Europa entraban en Francia a través del camino lemovicense. Los alemanes del sur, los suizos, los austríacos y los peregrinos de Europa central (Bohemia, Moravia, Eslovaquia, Hungría, Polonia), de Europa del este y sureste se valían del camino podense atravesando Suiza. En los alrededores de Alpes el Camino era muy complejo y se iba simplificando conforme las rutas se acercaban a Francia o a Suiza.

El más habitual era el que partía de Praga y, atravesando Baviera, entraba en Suiza por la Jura de Suabia. En la ciudad de Constanza se unía al Camino Helvético (EinsiedelnBernaGinebra) y, pasada la ciudad de Lyon, confluía en Le Puy-en-Velay con el camino francés podense.

Otra ruta partía de Viena con los peregrinos del este que se adentraba en los valles alpinos del Tirol atravesando las ciudades de Innsbruck y Feldkirch, tras la cual entraba en Suiza. En el valle alto del río Rin la ruta se bifurcaba, una tomaba dirección sur hacia Milán y otra continuaba por Suiza hasta Ginebra.

Santos y privilegios

El Camino genera nuevos santos y leyendas de milagros. Un ejemplo es Santo Domingo de la Calzada, que dedicó su vida a servir a los peregrinos.

El privilegio concedido, y confirmado por Alejandro III, consiste en que el año en que el 25 de julio, fiesta de Santiago el Mayor, cae en domingo se podrán ganar en la Iglesia de Compostela las mismas gracias que se ganan en Roma los años jubilares, que allí suelen coincidir cada 25 años. Se trata de la bula de concesión más antigua que conservamos, la Regis aeterni, fechada en 1179. Ella misma alude a que confirma un privilegio del Papa Calixto II (11181124). Este papa, hermano de Don Raimundo de Borgoña y, por lo tanto, tío del rey Alfonso VII, fue un gran benefactor de la Iglesia de Compostela.

Accesorios del peregrino.

La vieira como símbolo

Hace siglos que la vieira, que se encuentra típicamente en la costa del mar en Galicia, es el símbolo del Camino de Santiago, y de sus peregrinos.

Antiguamente los peregrinos, al regreso a sus países de origen, lo llevaban puesto encima de su hábito o en el sombrero, para demostrar haber llegado hasta Santiago, el objetivo del viaje.

En francés, hasta el idioma mismo lleva esta prueba, de donde la expresión francesa Coquille Saint-Jacques (concha de Santiago) que quiere decir vieira hasta nuestros días. En Francia la vieira era, desde la Edad Media, símbolo de todos los peregrinajes: la llevaban no sólo los peregrinos que volvían de Santiago de Compostela sino también los que volvían de la Tierra Santa y del Monte Saint-Michel, dado que era también uno de los símbolos de San Miguel. Los textos medievales franceses citan con frecuencia a la “concha” (de la vieira) como símbolo de peregrinaciones en general, a la vez que la vieira poco a poco se va asociando a monumentos y lugares dedicados a Santiago, sin que se especifique “de Compostela”. Habrá que esperar hasta el siglo XVI, gran época de peregrinaciones a Santiago de Compostela, para que el naturalista Guillaume Rondelet cite la “concha de Santiago” como uno de los nombres posibles de la venera. En el siglo XVIII, la edición francesa de la taxonomía de Linneo fija su nombre común asociándola definitivamente con Compostela.10

El Camino moderno

Tras la Edad Media y Moderna, el Camino va perdiendo importancia. Hasta el punto que el último de los albergues histórico, cierra y se abandona en ruina a mitad del siglo XX: el real hospital de Santiago de Montouto, en la comarca de Fonsagrada.

Un primer intento de revitalización se produjo en 1962 cuando se anunció que se iba a señalizar el camino. Así, el 29 de marzo de este año, El Diario Vasco publicó que 14 maestros estaban peregrinando desde Roncesvalles con el objetivo de “actualizar la antigua marcha de los peregrinos por el camino jacobeo”. Sin embargo, estas iniciativas apenas tuvieron éxito.

En el Año Santo Compostelano de 1993, el gobierno autónomo gallego decidió potenciar su valor enfocado a un recurso turístico, abriéndolo a personas con el perfil del peregrino religioso tradicional; de este modo se lanzó una gran campaña de publicidad para el Jacobeo de ese año: Xacobeo 93.

Gracias a este plan se restauraron tramos de la ruta y las infraestructuras para peregrinos. Se logró la colaboración de las comunidades autónomas por las que atraviesa el Camino en España. Desde entonces, hacer el recorrido a pie, en bicicleta o a caballo es un destino popular que reúne lo religioso, espiritual, deportivo, cultural, económico, etc., tal y como ha venido ocurriendo desde el principio a través de los siglos. El camino se halla indicado por flechas pintadas de amarillo, postes y otras señales (la concha, o vieira, solamente indica que se está sobre el Camino, mientras que es la flecha amarilla la que señala la dirección a seguir; de ahí que la vieira pueda estar diferentemente orientada según la Comunidad Autónoma que se atraviesa).

Diversas indicaciones del Camino de Santiago.

Los senderos balizados del Gran Recorrido (GR) tienen generalmente una longitud mayor a 50 km. Están pensados para caminatas de más de dos jornadas. Unas marcas de pintura blanca y roja van guiando al caminante.

Albergues

Durante las distintas paradas en los pueblos del Camino de Santiago se encuentran dos tipos de albergues:

  • Públicos: sólo hay un albergue público en cada pueblo; en ellos se prima a los peregrinos que andan solos o en grupos reducidos frente a los grandes grupos organizados, y la prioridad de acceso en cuanto al medio de transporte es primero a discapacitados, seguidos de peatones, segundo a caballo, tercero en bicicleta y por último con algún tipo de apoyo, como coches o furgonetas, que permitan algún tipo de desplazamiento o bien que lleven el equipaje. Todos los de la Red de Alberges de la Xunta de Galicia tienen actualmente un precio de seis euros para los peregrinos. Hasta hace pocos años eran gratuitos.

Credencial con sellos del Camino Francés.

  • Privados. Son administrados por particulares o asociaciones laicas o religiosas, que normalmente no tienen afán de lucro.

La alternativa cómoda es el producto turístico denominado “Bono Iacobus” diseñado por Turgalicia (la compañía de promoción turística de Galicia), que pretende combinar la espiritualidad y la experiencia personal del Camino con el confort del descanso en sus casas de Turismo Rural.

Credencial del peregrino

  • Es una libreta de papel que se puede obtener en algunos albergues e iglesias, cuya finalidad es su sellado un par de veces al día (ya sea en iglesias, albergues o incluso hay bares con su propio sello), para que el peregrino consiga la acreditación necesaria para alojarse en los albergues del Camino.
  • Suele ser costumbre entregar un donativo al obtenerla y en caso de no ser posible su obtención, los sellos12 plasmados sobre un simple trozo de papel también son válidos.

La Compostela

La Compostela es un certificado expedido por las autoridades eclesiásticas y dado a los peregrinos cuando acaban su recorrido. Para ganarla se necesita haber recorrido como mínimo los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo (200 km si se va en bicicleta). Lo que significa que el recorrido mínimo por el camino francés empieza en la ciudad de Sarria (aunque en 2016 podría cambiar ligeramente de localización el mojón que marcaba el punto kilométrico 100)13. Los peregrinos que llegan a Santiago de Compostela tienen que mostrar la credencial del camino, que demostrará que se ha andado y se ha hospedado en los lugares que ésta muestra. El término «compostelana» es incorrecto, ya que es el gentilicio de la mujer nacida en Santiago.14

En la Edad Media, la “Compostela” era un modo de indulgencia, que permitía reducir a la mitad el tiempo del alma en el purgatorio. No obstante, si ésta ha sido obtenida en un año santo compostelano, se obtiene la indulgencia plenaria.

Grey Cairns of Camster

Grey Cairns of Camster

Los Cairns Grises de Camster son dos grandes cavernas de cámara neolítica ubicadas a unos 8,5 millas (13,7 km) al sur de Watten y 5 millas (8,0 km) al norte de Lybster en Caithness, en la región de Highland de Escocia. Se encuentran entre las estructuras más antiguas de Escocia, que data de hace unos 5.000 años. Los cairns demuestran la complejidad de la arquitectura neolítica, con cámaras funerarias centrales a las que se accede a través de pasajes estrechos desde el exterior. Fueron excavados y restaurados por Escocia histórica a finales del siglo XX y están abiertos al público. [1]

Localización

Los cairns, que se consideran como ejemplos del tipo Orkney-Cromarty de cairn de cámara, fueron construidos en el tercer o cuarto milenio AC en un tramo desolado de lodoso pantano cubierto de páramos en el País de Flujo de Caithness. Consisten en dos estructuras que se colocan 180 m (590 pies) aparte, conocidas como Camster Round y Camster Long. Un tercer cairn, situado cerca de 120 metros (390 pies) lejos de la redonda de Camster, no se considera ser parte de la agrupación. [2] Los cairns se localizan apenas al oeste de una carretera menor construida en el siglo XIX para conectar Watten y Lybster. Camster Burn corre en una dirección norte-sur a unos 100 metros (330 pies) al oeste de los cairns, mientras que el Loch de Camster se encuentra a corta distancia al este. Aunque la campiña circundante es ahora inhóspita y escasamente habitada, durante la Edad de Piedra fue tierra agrícola fértil y só  lo se cubrió de turba durante la Edad de Bronce.

Aunque han sido reconstruidos en los tiempos modernos, los Cairns Grises de Camster proporcionan una fascinante visión de las prácticas funerarias del Neolítico.

Los cairns están situados de manera inquietante en un páramo azotado por el viento, en medio del famoso Caithness ‘Flow Country’. Esta solitaria ubicación probablemente ha ayudado a preservar los cairns, protegiéndolos de los estragos de la agricultura moderna.

Camster Long

Camster Long es un cairn de 60 m (200 pies) de largo con “cuernos” en cada extremo, alineados en una dirección NE-SW. Tiene el doble de ancho en un extremo que en el otro; El ancho de los cuernos difiere de 20 m (66 pies) en el extremo noreste a 10 m (33 pies) en el extremo sur-oeste. Alcanza una altura máxima de 4,6 m (15 pies) sobre sus dos cámaras funerarias de unos 15 m (49 pies) de separación, que están situadas, respectivamente, alrededor de los dos tercios del camino a lo largo del cairn (comenzando en el extremo suroeste) Y adyacente al extremo noreste. [4] Las dos cámaras parecen haberse construido originalmente dentro de cairns redondos separados, que fueron incorporados más adelante solamente en un solo cairn largo por razones desconocidas.

Camster Long Cairn, Caithness

Las cámaras se ingresan a través de pasajes que llevan desde el lado sur-este del cairn. La cámara oeste consta de dos compartimentos, cada uno delineado por piedras verticales de pie de 2 m (6,6 pies) de altura. El primer compartimento tiene una anchura máxima de 1 m (3,3 pies), mientras que el segundo es de 2 metros (6,6 pies) por 1,5 m (4,9 pies). Cuando se excavó la tumba, se encontró que ambos compartimentos contenían huesos humanos mezclados con huesos de animales rotos y no quemados procedentes de caballos, bueyes, cerdos y venados.

La entrada a la cámara este se encuentra a 9 m (30 pies) del extremo noreste del cairn y consta de un pasaje de 0.6 metros de alto por 7.5 m de largo. Los primeros 5 m (16 pies) son rectos y en su mayoría intactos, aunque el extremo interior está sin techo y descompuesto. En el punto en el que alcanza la cámara, el paso gira a 45 ° a través de un portal hecho de dos losas verticales. La cámara tiene la forma de un pentágono irregular de 2 m de diámetro, subiendo a un techo cerrado por una sola piedra cuadrada situada a 2 m (6,6 pies) del suelo. Puede haber una tercera cámara aún no descubierta en el extremo suroeste, sugerida por la presencia de piedras verticales expuestas que pueden indicar la presencia de un portal [4].

Camster Round

Camster Round es, como su nombre indica, un cairn circular; Mide 18 metros (59 pies) de diámetro por 3,7 metros (12 pies) de altura. [2] Su forma puede ser similar a la de los cairns redondos separados originales que fueron amalgamados más adelante en Camster Long. Está virtualmente intacto con una cámara abovedada alta en su centro, alcanzada de un pasillo de 6 metros (20 pies) de largo y de 0.8 metros (2 pies 7 adentro) de alto en el lado del este-sureste del mojón. El pasaje parece haber sido deliberadamente puesto fuera de uso bloqueándolo con piedras apiladas hasta la altura de su techo. Cuando fue excavado, los arqueólogos descubrieron que el suelo del cairn estaba compuesto por una capa profunda de tierra negra, ceniza y huesos quemados de 0,3 metros de profundidad. Parece que los cuerpos fueron colocados allí en una posición sentada, aunque, extrañamente, sin los huesos de la pierna; Las piernas parecen haber sido removidas o haberse podido antes de que los cuerpos fueran depositados en el monte de cañón. [2]

Arqueología

Las primeras investigaciones arqueológicas de los cairns fueron realizadas entre 1865-6 por Joseph Anderson y Robert Shearer, quienes investigaron un total de siete tumbas de cámara en Caithness incluyendo las dos en Camster. El Cameron Round Cairn fue investigado en 1865, seguido por el Camarn Long Cairn en 1866. [6]

Entre 1966-1968, P.R. Ritchie realizó estudios limitados en los que se eliminaron algunos desechos y se realizaron trabajos preparatorios con el propósito de conservarlos. Posteriormente se llevaron a cabo estudios a gran escala entre 1971-3 por John Corcoran. Sin embargo, su enfermedad y muerte durante las excavaciones significó que los resultados de su trabajo no fueron publicados. [7] Lionel Masters asumió la tarea de completar la excavación y realizar la investigación arqueológica y la conservación entre 1976-80. La tarea de consolidar y restaurar los cairns se concluyó finalmente en 1981. [8]

Los dos cairns son muy diferentes en apariencia. Uno forma una estructura circular de unos 18m de diámetro, mientras que el otro se extiende a lo largo de una línea de canto para un poco menos de 70m. Ambos fueron construidos durante el Neolítico hace unos 5000 años, pero hay signos de que el cairn redondo es el primero de los dos.

Una trayectoria de madera embarcada conduce del estacionamiento de la carretera al cairn redondo, entonces de él al cairn largo, y después de nuevo a la carretera. Camarón Ronda Cairn es casi completa, aunque las piedras en el techo han derramado en gran medida sobre la acera que originalmente lo han rodeado.

Mide 18 metros de diámetro en unos 3,7 metros de altura. Un paso muy bajo y estrecho conduce a la cámara central, que conserva su construcción original en forma de corola. Durante la restauración moderna se agregó una luz de techo para permitir a los visitantes lo suficientemente ágil y esbelto como para abordar el pasaje para ver la cámara cuando la alcanzan. Las excavaciones en el siglo XIX revelaron huesos quemados, cerámica y herramientas de pedernal, junto con los restos de varios esqueletos.

Camster Long Cairn vale la pena visitar por último, ya que es, con mucho, el más impresionante de los dos. Da la impresión de gran tamaño, y es de 69,5 metros de largo. En los dos extremos hay “cuernos” donde la estructura se extiende hacia fuera para ayudar a definir forecourts. La explanada del norte incorpora una plataforma inusual que ahora está cubierta de hierba para protegerla. Hay dos cámaras internas, ambas hacia el extremo norte del cairn y ambas accesibles por los pasajes del lado del este del mojón. Las cámaras internas se habían derrumbado en algún momento y ahora están cubiertas con cúpulas de fibra de vidrio. De nuevo, la luz viene desde afuera y los pasajes aquí, especialmente el que está más cerca del centro del cairn, son ligeramente menos apretados que el del cairn redondo.

Parece que originalmente había tres cairns en Camster, construido todo al mismo patrón redondo. En algún momento posterior se decidió incorporar dos de ellos en lo que luego se convirtió en el largo cairn. Las excavaciones del largo cairn en el siglo XIX fueron más destructivas y menos bien registradas que las del cairn redondo, por lo que no se sabe si se descubrieron evidencias de enterramientos o sepulcros y no se encontró nada durante las excavaciones más modernas.

Camster Round Cairn

Front of the Long Cairn

Door to Main Passage, Long Cairn

Interior of Main Passage, Long Cairn

Path Approaching Round Cairn

Camster Round Cairn

Rear of the Long Cairn

Chambered Long Cairn

Passage in the Round Cairn

Burial chamber inside Camster Long

Camster Long Cairn viewed from the southeast.

Las tumbas colmena de Omán

Las tumbas colmena de Omán

Dramáticamente alineadas en la cima de una cresta rocosa, las “tumbas-colmena” de Bat y Al Ayn son dos de los yacimientos prehistóricos más famosos de Omán. Poco se sabe sobre las estructuras de piedra o sobre la cultura que las construyó. Sin embargo, a pesar de esta falta de conocimientos, la UNESCO conoce lo suficiente como para concluir que “la necrópolis de Bat es un característico y único testimonio sobre la evolución de las prácticas funerarias durante la primera etapa de la Edad de Bronce, en la península de Omán”. Una afirmación bastante extraña teniendo en cuenta que no se ha recuperado ni un solo hueso humano o animal de los cientos de monumentos en forma de colmena esparcidos por el accidentado paisaje.

Si visitamos cualquier web sobre los monumentos-colmena de Omán, podremos leer descripciones interminables sobre estas impresionantes “tumbas”, que forman una de las necrópolis protohistóricas más grandes del mundo. Incluso nos será posible leer descripciones detalladas de “cámaras funerarias” dentro de dichos monumentos así como cuántos cuerpos habrían podido ser guardados dentro de cada edificación. Sin embargo, lo que la mayoría de estas páginas web olvida mencionar es que nunca se ha rescatado resto alguno de sepultura de estas supuestas “tumbas”.

Desafortunadamente, las estructuras-colmena de Omán son la demostración de uno de los mayores errores cometidos dentro del campo de la arqueología: la tendencia a imponer ideas preconcebidas sobre fenómenos que no se pueden entender con nuestra mentalidad moderna. Dado que parece que no haya ningún otro propósito obvio para su construcción, sino como estructuras funerarias, la conclusión ha sido simplemente que se construyeron como tumbas: caso cerrado.

Tumbas colmenas en Al Ayn, Omán. Fuente de la imagen.

Fue durante la década de los años 70 cuando un equipo de arqueólogos daneses “descubrió” las estructuras-colmena de Omán, aunque es probable que los locales siempre hubiesen sabido de su existencia. Estos monumentos están compuestos por piedras planas locales apiladas y han sido datados entre los años 3.500 y 2.000 AC, periodo en que la península de Omán estaba sujeta a lluvias mucho más copiosas que ahora y acogía a una floreciente civilización en lo que ahora es desierto, hasta el oeste de la cadena montañosa, a lo largo del Golfo de Omán. En 1988 los monumentos fueron inscritos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Las estructuras están dispuestas en tres grupos principales: uno en Bat, el más famoso y otros dos en al-Ayn y al-Khutm. Los mejor conservados son los ubicados en al-Ayn, donde 21 estructuras-colmena aparecen alineadas sobre la cordillera, con el impresionante telón de fondo de la Jabal al Misht (“Cresta de la Montaña”). 

Tumbas colmenas, Qubur Juhhal Al Ayn, Omán. Por: Alfred Weidinger. (Wikipedia)

Las primeras estructuras son las más simples, con sólo una entrada y una habitación, mientras que las tumbas posteriores contienen dos entradas y hasta cuatro habitaciones. Sólo unos pocos objetos descubiertos han logrado aportar alguna pista de esta cultura. Dichos objetos se limitan, básicamente, a algunas puntas de flechas, puñales y jarras de agua.

Tumba-colmena en Al Ayn Omán. (Wikipedia)

No muy lejos de los monumentos colmenas de Al Ayn surgen las tumbas con forma de torre circular de Hili, incluyendo la Gran Tumba de Hili: una tumba colectiva reconstruida, que es el monumento más grande de los Emiratos Árabes Unidos, en cuanto al tamaño de las piedras utilizadas. Mide 12 metros de diámetro y 4 metros de altura y tiene dos entradas decoradas con relieves humanos y animales. Las tumbas pertenecen a la Cultura Um an-Nar, una cultura de la Edad de Bronce, desarrollada a partir de la segunda mitad del tercer milenio AC. Esta cultura es conocida por sus tumbas circulares caracterizadas por piedras bien encajadas. Dentro de las tumbas de Hili los arqueólogos han recuperado centenares de restos humanos, así como objetos y artículos personales.

Las tumbas de torre circular de Hili comparten muchas similitudes con los monumentos colmenas, pero como se puede ver en la imagen, hay también marcadas diferencias.

La Gran Tumba de Hili. Fuente de la imagen.

La sensación es como si se crease la suposición de que los monumentos-colmena deben haber cumplido la misma función que las tumbas de torre circular de Hili, ya que datan aproximadamente del mismo período y se encuentran en la misma región. Sin embargo, como hemos visto más arriba, continúa existiendo una diferencia notoria y esencial: ¿por qué no se ha encontrado ningún resto humano en las tumbas colmenas?

Tal vez fueron construidas como tumbas pero nunca llegaron a utilizarse. Tal vez los difuntos fueron colocados en ellas y sus huesos trasladados a otra ubicación una vez que la descomposición tenía lugar. O tal vez cumplieron una función totalmente diferente. Algunos eruditos han sugerido que fueron usadas como silos o depósitos, mientras que el investigador Brien Foerster se ha referido a las increíbles propiedades acústicas detectadas en otros monumentos en forma de colmena encontrados alrededor del mundo.

El hecho sigue siendo que no sabemos realmente con qué propósito se construyeron los monumentos-colmena de Omán y extraer conclusiones, basadas en suposiciones, sin suficientes pruebas, sólo sirve para minar aún más el campo de la arqueología.

Imagen de portada: Tumbas colmenas en Al Ayn. Fuente de la imagen: Wikipedia

Fuentes:

Colmena Tumbas de Bat – Atlas Obscura

La Necrópolis de Bat – Oman Tours

Sitios arqueológicos de Bat, Al-Khutm y Al-Ayn – UNESCO

Resultados, límites y potencial: las prácticas funerarias y sociedades de la Edad de Bronce en la Península Omán – Por   S. Mery

Extraño Fenómeno de las tumbas en forma de colmenas en el Mundo – Hidden Inca Tours

Autor: April Holloway

Traducción: Moreno Montañaroja

Revisión: Mariló T. A.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en www.ancients-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Nadie sabe con certeza quién las construyó, pero atestiguan el antiguo esplendor comercial de la mítica tierra de Magan.

Principios de los años noventa: John Nowell, un expiloto inglés de la RAF que operaba vuelos por encargo en la zona del golfo Pérsico, no salía de su asombro. Sobrevolaba en helicóptero un remoto altiplano rocoso en las montañas de Al-Hajar ash-Sharqiyah, en el sultanato de Omán, cuando aparecieron ante su vista decenas de torres de piedra de las que no conocía ni su existencia ni su significado.

Al ver posteriormente las fotos aéreas de Nowell, los expertos corroboraron su notable importancia arqueológica. Se trataba de un conjunto de unas 60 torres de hasta ocho metros de altura sorprendentemente bien conservadas, cuya antigüedad se estimó en unos 5.000 años. ¿Cómo habían podido pasar desapercibidas para los investigadores hasta fecha tan reciente? Situado en el extremo sudoriental de la península Arábiga, Omán es uno de los países menos explorados del planeta desde el punto de vista arqueológico. Cerrado al mundo exterior hasta la década de 1970, las primeras excavaciones sistemáticas no empezaron hasta esos años. Una de las causas de la escasez de exploraciones científicas fue la guerra civil y las rebeliones que el país sufrió hasta 1975 y que dificultaron cualquier pros­pección e investigación sobre el terreno.

Sin embargo, Omán fue siempre un lugar de comercio para las civilizaciones antiguas: hace miles de años formidables caravanas de camellos transportaban incienso, uno de los productos de lujo más importantes de la antigüedad, a través de los desiertos de Oriente Próximo hacia Mesopotamia, mientras que el cobre y los minerales lo hacían por mar a bordo de naves. Aquel pasado de intercambio económico y cultural ha redundado en un considerable potencial arqueológico de la región. Tras la subida al poder del actual sultán Qabus en 1970, el país entró en un período de paz y sus caminos se abrieron a los investigadores. En este tiempo se han realizado importantes hallazgos, pero queda mucho por descubrir, ya sea en los escarpados macizos montañosos del norte o en los desolados desiertos de dunas y piedra que se extienden por el resto de la geografía omaní.

Noviembre de 2013: Localizar el conjunto de tumbas-torre de Shir descubiertas por Nowell no era tarea fácil. La información de que disponíamos mi compañera Eulàlia y yo era, más allá de algunos artículos científicos, escasa. Desde la ciudad costera de Sur, debíamos recorrer el complejo entramado de pistas pedregosas que atraviesa el macizo de Al-Hajar ash-Sharqiyah, en el nordeste del país, cuya cima más elevada supera los 2.220 metros de altitud. Son pistas de vértigo no aptas para temerosos, solo transitables con un 4×4 y experiencia en su conducción.

Dejamos atrás la luminosa costa del golfo de Omán armados con un mapa general, los artículos publicados en 1998 por los arqueólogos Paul Yule y Gerd Weisgerber y un GPS. Acompañados del vuelo de alimoches y buitres orejudos, nuestro vehículo superó unos vertiginosos zigzags que en pocos kilómetros nos elevaron del nivel del mar hasta un altiplano de más de 1.000 metros de altitud. Allí empezó la aventura de recorrer las abruptas montañas en busca de las torres cónicas de Shir. En nuestro camino solo encontramos algunos pequeños enclaves habitados, con viviendas que aprovechaban el refugio de cuevas naturales. Debido a la escasez de agua, la agricultura no tiene cabida en este territorio eminentemente pétreo. De hecho, la primera pista se abrió en 1985, precisamente para proveer de agua a los pueblos de montaña y poder llevar a los niños a la escuela.

Tras varias horas de conducción, una buena cantidad de baches y muchos sudores fríos, divisamos por fin la primera de las torres, erguida en la cumbre de un altozano de piedra calcárea de 1.800 metros de altitud arropado por nubes bajas. Ascendimos a pie hasta ella. Su estado de conservación era extraordinario. Alrededor de 5.000 años habían transcurrido desde que los habitantes de la tierra de Magan apilaran piedra sobre piedra hasta crear la imponente construcción en forma de cono truncado de más de 6 metros de altura y 5,75 de diámetro en honor a no sabemos quién. ¡Su origen, al parecer, es anterior a la más antigua de las pirámides de Egipto!

Después de otra hora infernal al volante entre piedras y hoyos, al atardecer alcanzamos el núcleo principal de la necrópolis: decenas de torres de alturas diversas se divisaban dispersas entre las colinas y los riscos circundantes, bañadas en la luz dorada que ahora se filtraba a través de las nubes. El altímetro indicaba 1.750 metros. Habíamos llegado a nuestro destino.

El escritor y fotógrafo Jordi Esteva, experto en temas orientales y africanos, narra sus impresiones al visitar las torres en Los árabes del mar: «Aquél bien podía haber sido el escenario donde Yahvé detuvo en el aire el brazo de Abraham en el momento en que se disponía a sacrificar, puñal en alto, a su propio hijo. Por nada en el mundo, me dije, me quedaría solo en aquel lugar. Y no debí de ser el único porque justo cuando se levantaba un repentino viento fresco que, al penetrar en las torres cónicas, producía un ulular disonante, todos se dirigieron hacia los coches para iniciar el lento descenso».

Yo quería inspeccionar y fotografiar estos in­­quietantes monumentos del pasado, así que bus­camos un rellano donde acampar. Por la tarde, de noche y de madrugada, entre la niebla gélida, fotografié las intrigantes torres. A veces, lo reconozco, con el corazón en un puño, tal era la im­­presión que las antiguas tumbas ejercían sobre mí en medio de aquella desolación absoluta.

Esteva recoge en su libro la leyenda local de que las torres fueron construidas por un gigante llamado Estemsah que tenía atemorizada a la gente del valle porque devoraba sus rebaños y, a veces, algún que otro hombre. Al final sería un joven pastor quien lograría acabar con él gracias a la ayuda de una vieja yinn (genio o ser fantástico de la mitología semítica). La historia real es, por supuesto, distinta, pero tan intrigante como la quimera popular.

III milenio a.c.: Las florecientes ciudades-estado de Mesopotamia, que se desarrollaron en las fértiles tierras entre los ríos Tigris y Éufrates, en el actual Iraq, contaban con materias primas tales como arcilla, betún, cereales, lana o lino, pero carecían de minerales y de piedra. Desde la protohistoria estos materiales fueron importados de otros países.

Los textos cuneiformes de las tablillas sumerias de hacia 2300 a.C. hablan del intenso comercio existente con la tierra de Magan, de donde importaban cobre y también diorita negra, una roca oscura y extraordinariamente dura utilizada en escultura. Hablan de barcos cargueros que transportaban hasta 20 toneladas de mercancía y atravesaban el golfo Pérsico para alcanzar Mesopotamia; y de las altas montañas de Magan de las que se extraían estas materias primas. Según diversas investigaciones, el momento ál­­gido de la extracción del metal se produjo entre los años 2200 y 1900 a.C., en lo que históricamente se conoce como el período Umm an-Nar. Hay pruebas evidentes de que solo en las montañas de Al-Hajar se extrajeron entre 48.000 y 60.000 toneladas de cobre negro (así llamado a causa de sus impurezas). Con el paso del tiempo, la extracción conllevaría la destrucción de los bosques autóctonos y terminaría de forma re­­pentina en el siglo X de nuestra era. La historia de aquel lugar se perdió en el polvo de los siglos.

En 1974 unos geólogos canadienses encontraron en Omán numerosos indicios de la minería de cobre y de su procesado en épocas antiguas. Tras el hallazgo, el Museo Alemán de la Minería de Bochum inició en 1977 un proyecto de investigación para demostrar que Omán era el mítico país de Magan.

Con anterioridad, en 1950, un equipo de ar­­queólogos daneses hallaron unas tumbas en la isla de Umm an-Nar, unos kilómetros al norte de Abu Dhabi, que sirvieron para establecer un período en la historia de aquella región y dar nombre a la cultura de la Edad del Bronce desarrollada allí entre 2600-2000 a.C.

Dos décadas más tarde se descubrieron en el norte de Omán otras tumbas en forma de torres cónicas: en 1972 se produjeron los hallazgos de Bat y Al-Khutm, y en 1974 el de Al-Ayn. Según la Unesco, los tres sitios arqueológicos constituyen el conjunto más completo del mundo de asentamientos y necrópolis del III milenio a.C. Tras las excavaciones llevadas a cabo en los años ochenta, en 1988 los tres fueron incluidos conjuntamente en la Lista del Patrimonio Mundial.

Sin embargo, el descubrimiento más extraordinario aún estaba por llegar. En 1990, durante el congreso «Arabia Antiqua» celebrado en Roma, Paolo M. Costa, del Instituto Italiano para el Medio y Extremo Oriente y experto en historia y arte de la región, mostró unas fotografías aéreas tomadas en 1977 por un tal Alan Shuttleworth en las que aparecían otras torres-tumba cuya localización era desconocida. Dos años después del congreso se publicó el libro A day above Oman del piloto John Nowell, y una de sus fotografías con las torres de Shir llamó la atención de la misión alemana que seguía trabajando en sus investigaciones sobre Magan. En la imagen de Nowell aparecía una espléndida torre desconocida para los arqueólogos: la que luego sería bautizada como Shi10. El autor acabó acompañando al profesor Paul Yule hasta aquel lugar donde unas 60 torres se alzaban hacia el cielo. La foto acabaría siendo portada de The Times.

Y aquí estábamos nosotros ahora. En esos remotos riscos pedregosos, en un inquietante paraje de desolación y soledad absolutas rodeados de torres construidas en la Edad del Bronce. Aunque algunas de ellas estaban semiderruidas, otras presentaban un estado de conservación sorprendente dada su venerable edad.

A la pregunta de qué es exactamente una torre-tumba, Paul Yule responde: «Eran edificios funerarios para una, dos o posiblemente más personas prominentes fallecidas. Estaban destinados a ser hitos visibles desde lejos y por ello fueron construidos en las crestas y bordes de mesetas, colinas o montañas. Difieren en tamaño, altura y forma de construcción. Pueden constar de una pared simple o doble, finamente revestida o rematada con losas de piedra sin trabajar». El mal estado de preservación de la mayor parte de las tumbas de Umm an-Nar oculta a los observadores su aspecto original. No obstante, se supone que la mayoría de las pequeñas tumbas de esta localización de Abu Dhabi deben ser datadas en la segunda mitad del III milenio a.C. «La importancia de las torres-tumba de Shir es precisamente su estado de con­servación, inusualmente bueno», añade Yule.

Paseando entre las torres de Shir apreciamos que las más imponentes, pertenecientes al período Umm an-Nar, constan de una estructura in­­terior circular en forma de colmena que termina en una cúpula y están forradas exteriormente por la torre cónica. En algunas de ellas la pared exterior se ha derrumbado, mostrando esta doble estructura. Otras más antiguas, pertenecientes a un período anterior llamado Hafit, son de apariencia más simple y recuerdan a las que también visitamos en Al-Ayn. Allí, un total de 21 torres se alinean en una cresta rocosa con el imponente telón de fondo del Jebel Misht.

A la mayoría de las tumbas de Shir se accede por una pequeña abertura, normalmente orientada al sol naciente. Casi todos los hallazgos que se excavaron en su interior eran fragmentos de cerámica, ya que por desgracia los esqueletos humanos no se han preservado.

Desde nuestro emplazamiento divisábamos otros grupos de torres en la lejanía. Según Yule y Weisgerber, en Shir hay cuatro agrupamientos, a cierta distancia unos de otros. Todos ellos están presididos por una o dos tumbas de construcción más elaborada en lo que no parece una distribución accidental. El debate es si estos grupos, cada uno de ellos con una torre que se impone sobre sus vecinas, pudiera corresponder a algún tipo de agrupamiento social, como familias o clanes.

Al parecer existen centenares de torres que están diseminadas por el macizo de Al-Hajar. La historia sigue esperando ser desenterrada en las montañas de Omán. Hoy el petróleo sustituye al cobre, la diorita y el incienso como fuente de riqueza del país. La modernización del sultanato ha llevado a la destrucción de muchos lugares históricos antes de que pudieran ser excavados o identificados. Ojalá los arqueólogos puedan salvar el patrimonio que todavía sigue en pie antes de que sea devorado por el desarrollo de forma irreversible.

Ebla

Ebla

Ebla (árabe: عبيل، إيبلا) es una ciudad antigua localizada en el norte de Siria, a unos 55 km al sureste de Alepo. Fue una importante ciudad-estado en dos periodos, primero en el 3000 a. C. y especialmente entre los años 2400 y 2250 a. C., cuando se conocen de ella diversos reyes, varias bibliotecas e importantes documentos epigráficos. Continúa su existencia entre el 1800 a. C. y el 1650 a. C., pero ya perdida su independencia y relieve.

Unos 60 kilómetros al suroeste de Alepo, en Siria, se alza una imponente colina llamada Tell Mardikh. Se trata de un típico tell, un montículo artificial resultado de una antigua ocupación humana. El lugar sufrió numerosos saqueos, pero los arqueólogos, por su parte, lo ignoraron durante largo tiempo. Hasta que, a finales de la década de 1950, unos aldeanos que realizaban labores agrícolas descubrieron allí una magnífica pileta ritual decorada con relieves. Alertado, el Servicio de Antigüedades de Alepo llamó a Sabino Moscati, catedrático de la Universidad de La Sapienza, en Roma, para proponerle la excavación del lugar. Moscati envió allí al joven arqueólogo Paolo Matthiae, quien entonces no podía imaginar que había encontrado trabajo para los siguientes cuarenta años.

El sitio es conocido hoy como Tell Mardikh, y es sobre todo famoso por los archivos con más de 20 000 tablillas cuneiformes, datadas alrededor de 2250 a. C., en sumerio y en eblaíta, una variante lingüística del idioma semítico oriental. Buena parte de los materiales epigráficos se encuentran en el vecino museo regional de Idlib (Siria).

Tablillas: Textos de Ebla

En 1964, arqueólogos italianos de la Universidad de Roma La Sapienza, dirigidos por Paolo Matthiae comenzaron a excavar en Tell Mardikh. En 1968 recobraron una estatua dedicada a la diosa Ishtar portando el nombre de Ibbit-Lim, un rey de Ebla. Esto identificó la ciudad, largo tiempo conocida por las inscripciones egipcias y acadias.

En la siguiente década el equipo descubrió un palacio de aproximadamente del 25002000 a. C. Unas 20 000 bien preservadas tablillas cuneiformes (denominadas “textos de Ebla”) fueron descubiertas en las ruinas. Las tablillas estaban escritas en la escritura sumeria del período dinástico arcaico IIIA, si bien inicialmente no parecía sencillo traducirlas. Tras meses de investigación pudo aclararse que estaban escritas en un dialecto semítico llamado desde entonces “eblaíta”, además del sumerio, manifestando las estrechas relaciones de Ebla con el sur de Mesopotamia, donde fue desarrollada la escritura. Una lista de vocabulario fue hallada con las tabillas, permitiendo traducirlo.

No era la biblioteca del palacio, la cual no ha sido descubierta, sino un archivo de provisiones y tributos, casos legales y diplomáticos y contactos comerciales, y un scriptorium con textos copiados por aprendices. Las tablillas fueron originalmente almacenadas en estantes, pero cayeron al suelo cuando el palacio fue destruido. La ubicación donde las tabillas fueron descubiertas permitieron a los excavadores reconstruir su posición original en los estantes: fueron colocadas en los estantes según el tema.

Ebla en el tercer milenio a. C.

El término ebla significa ‘roca blanca’, y se refiere al afloramiento de piedra caliza en que la ciudad estaba construida. Aunque el sitio muestra signos de una ocupación continuada desde el 3000 a. C., su poder creció y alcanzó su apogeo en la segunda mitad del siguiente milenio. Llegó a la cúspide su poder hacia 2350 a. C.2250 a. C. La mayoría de las tabillas del palacio de Ebla, que datan de este periodo, son sobre materias económicas; ellas proporcionaron un buen aspecto a la vida diaria de los habitantes, además de muy importantes ideas sobre la vida cultural, económica, y política del norte de Siria y del Oriente Próximo hacia la mitad del tercer milenio a. C. Los textos son las cuentas de los ingresos del estado, pero también incluyen cartas reales, diccionarios sumerio-eblaíta, textos escolares y documentos diplomáticos, como tratados entre Ebla y otras ciudades de la región.

Ebla fue un reino de Siria centrado en la ciudad de Ebla, la cual ya existía al comienzo del tercer milenio, momento en el que llegó a ser un verdadero centro urbano amorreo, que se desarrolló por el comercio con Mari, ciudad de la que fue tributaria hacia 2500 a. C., pero dicho tributo fue desapareciendo hasta que hacia 2400 a. C. la situación se invirtió, y Mari pasó a pagar tributos a Ebla, cuyo rey designaba al jefe de estado de Mari.

Se enfrentó a Sargón I de Acad, que aunque ocupó Mari no pudo hacerse con Ebla, que finalmente sería conquistada por su nieto Naram-Sin hacia 2250 a. C. y fue entonces cuando fue abandonada por sus habitantes durante algunos años, al final del siglo volvería a estar habitada y tendría un rey, aunque menos poderoso que antes. Pero dicho rey fue expulsado por el rey de Ur. Al final de esta segunda época, el dominio de la ciudad pasó a Yamkhad, que la convirtió en un principado vasallo.

Economía

Ebla estaba ubicada en un paraje predominantemente árido en la actualidad. Su economía se basaba en una agricultura de secano y en una poderosa ganadería de ovejas y cabras, además de obviamente su extensa red comercial. La exigencia del medio ambiente propició la dispersión del poblamiento, estando los centros de población principales bastante separados y rodeados de aldeas aledañas. La ciudad de Ebla se extendía sobre 50 hectáreas, similar a las ciudades de Mari y Aššur. Su población habría oscilado entre 15 mil y 20 mil habitantes.

En aquella época, Ebla fue el principal centro comercial. Su principal rival comercial rival era Mari, y Ebla es sospechosa de tomar parte en la primera destrucción de Mari. Las tablillas revelan que los habitantes de la ciudad poseían unas 200 000 cabezas de ganado variado (ovejas, cabras y vacas) y habrían sido las necesidades de cereal las que habrían llevado a ampliar el reino. Los principales artículos comerciales de Ebla eran probablemente madera de las cercanas montañas (y quizás del Líbano), y textiles (mencionados en los textos sumerios de la ciudad-estado de Lagash). La mayoría de su comercio parece que iba dirigido hacia Mesopotamia (principalmente Kish), y contactos con el Antiguo Egipto están atestiguados por regalos de los faraones Kefrén (Jafra) y Pepy I, que organizó campañas a Ebla. La artesanía pudo haber sido también una exportación importante: exquisitos artefactos han sido recuperados de las ruinas, incluyendo muebles de madera incrustada con madreperlas y estatuas creadas con diferentes piedras de colores. El estilo artístico de Ebla pudo haber influenciado la calidad de los trabajos del siguiente imperio acadio (ca. 23502150 a. C.).

Gobierno

La forma de gobierno no es bien conocida, aunque la ciudad parece haber sido gobernada por una aristocracia de comerciantes que elegían un rey y confiaban la defensa de la ciudad a mercenarios. A través de las tablillas se han conocido los nombres de varios reyes como Igrish-Halam, Irkab-Damu, Ar-Ennum, Ibrium e Ibbi-Sipish. Ibrium rompió con la tradición e introdujo una monarquía absoluta. Le sucedió su hijo Ibbi-Sipish.

El tratamiento que se da a muchos de los primeros reyes es peculiar, ya que frente a la tradición mesopotámica del culto reverencial al rey y su representación heroica, el monarca de Ebla es representado de manera más modesta. No se encuentran textos celebrativos para la mayor parte de monarcas, no posee títulos especiales y cuando aparece en los textos aparece como responsable de la actividad comercial, así como las tareas de organizar, defender y extender las rutas comerciales. Parece haberse tratado inicialmente de una monarquía electiva y no hereditaria, donde priman los intereses económicos antes que los dinásticos. Entre la aristocracia gobernante no parecía haber una línea clara entre los asuntos comerciales privados y los públicos. El rey controlaba el sistema de redistribución de las riquezas generadas en el comercio, derivando al palacio, templos y grupos familiares los recursos. Posiblemente el poder del rey estaba limitado por poderes locales autónomos ligados a las aristocracias locales.

El reino habría estado dividido en 14 distritos de los cuales a la capital corresponden dos. El rey tiene el título de en, mientras que sus gobernadores son denominados lugal (título empleado también por embajadores y gobernantes de ciudades importantes), como último eslabón de la cadena burocrática estaban los ugula que parecen ser representantes del gobierno de Ebla, encargados de gestionar sus intereses en terrenos remotos, como la región de Canaán. Además se mencionan consejos de accionos o abba con funciones que superan el de un órgano consultivo. La reina posee un carácter especial, limitando en poder del rey en asuntos religiosos, fenómeno similar al encontrado entre los hititas. Las reina mantiene su título de “reina madre” incluso en caso de fallecimiento del soberano.

Religión

Algunas de las bien conocidas deidades semíticas aparecen en Ebla (Dagan, Ishtar, Resheph, Kanish, Hadad), y algunas otras, por el contrario, desconocidas como Kura, Nidakul, unos pocos dioses sumerios como Enki y Ninki y dioses hurritas como Ashtapi, Hapat e Ishara. El dios principal parece haber sido Kura, que junto a su pareja la diosa Hadda y el Sol forman la tríada principal.

La destrucción de Ebla

Sargón de Acad y su nieto Naram-Sin, los conquistadores de gran parte de Mesopotamia, reclamó cada uno el haber destruido Ebla; la fecha exacta de la destrucción es el tema de un continuo debate, pero el 2240 a. C. es una candidata probable. Durante los siguientes tres siglos, Ebla alcanzó una vez más una relevante posición económica, con posiblemente la vecina ciudad de Urshu, como está documentado por textos económicos de Drehem (un suburbio de Nippur), y por los hallazgos en Kultepe/Kanesh.

Ebla en el segundo milenio a. C.

Varios siglos después de su destrucción por los acadios, Ebla consiguió recobrar algo de su importancia, y tuvo su segundo apogeo del 1850 al 1600 a. C. Su pueblo fue entonces conocido como amorreos; Ibbit-Lim fue el primer rey.

Ebla es mencionada en textos de Alalaḫ alrededor de 1750 a. C. La ciudad fue destruida de nuevo en el turbulento periodo entre el 1650 y el 1600 a. C., por el rey hitita Mursili I o Hattusili I.

Ebla nunca se recuperó de su segunda destrucción. Sobrevivió como un pequeño pueblo hasta el siglo VII, después estuvo desierta y olvidada hasta su redescubrimiento arqueológico.

La primera campaña, en 1964, sacó a la luz cerámica del III milenio a.C., mientras que en las siguientes se descubrieron templos, palacios y una puerta monumental. Tell Mardikh se revelaba así como un importante centro económico y religioso, y la misma Siria, considerada antes un lugar de paso y patria de nómadas analfabetos, aparecía como un nuevo polo de poder, comparable con los de Mesopotamia y Egipto.

En 1968, el equipo descubrió un busto de basalto mutilado con una inscripción grabada. Matthiae encargó la traducción del texto, escrito en cuneiforme y en un dialecto del acadio, al nuevo epigrafista de la expedición, Giovanni Pettinato, profesor de Sumerología de la Universidad de Heidelberg.

La ciudad olvidada

Pettinato tradujo la inscripción rápidamente: hacía referencia a un personaje llamado Ibbit-Lim, que resultó ser un rey de la ciudad de Ebla. Tal era, pues, el nombre del yacimiento en la antigüedad. La existencia de Ebla era conocida desde finales del siglo XIX, cuando Ernest de Sarzec descubrió en la ciudad sumeria de Tello una inscripción en la que se mencionaba a Ebla como lugar de procedencia de la madera para la construcción del templo de Eninnu. La inscripción especificaba también que Ebla se hallaba en algún lugar más allá de la ciudad de Urshu, tras el altiplano sirio, lo que coincidía con el hallazgo de Matthiae y Pettinato. Sin embargo, parte de la comunidad científica se resistió a aceptar la equivalencia de Tell Mardikh con Ebla, arguyendo que la Siria de ese período no podía albergar una cultura propia y tan evolucionada.

El gran hallazgo

La gran sensación de Ebla llegó, sin embargo, en 1974, cuando Matthiae halló en las estancias de un palacio del III milenio a.C. un conjunto de 42 tablillas escritas en cuneiforme, ennegrecidas por el fuego. El arqueólogo envió un telegrama a Pettinato, que entonces estaba en Roma, para notificarle el hallazgo. El epigrafista, presa de la excitación, voló enseguida hasta Damasco y llegó a la excavación a las dos de la madrugada. Ante la mirada expectante de los presentes, Pettinato estudió las tablillas. Al cabo de un rato, exasperado, levantó la vista exclamando: «No comprendo ni una palabra». Las tablillas no estaban en acadio, sino en una nueva lengua que Pettinato bautizó como eblaíta. Tras meses de profundo estudio en Roma, Pettinato logró descifrar el lenguaje y leer las tablillas. Los resultados eran contundentes: la ciudad en cuestión era la Ebla mencionada en los textos sumerios y acadios.

Las investigaciones siguientes mostraron que esas 42 tablillas formaban parte de uno de los más grandes archivos hallados en el Próximo Oriente. Bajo las ruinas del palacio real se descubrió una cámara repleta de miles y miles de tablillas, más de 20.000. Pettinato recuerda el hallazgo: «Descendí hasta una profundidad de ocho metros y agachándome empecé a examinar la primera tablilla que recogí, cubierta por la arena de siglos». Esta vez la pudo leer con claridad: era una lista de ciudades y en ella aparecían las palabras En-Ebla (rey de Ebla). El equipo había descubierto los archivos reales de la ciudad.

Una gran biblioteca

Las tablillas contenían textos  muy variados: administrativos, religiosos y épicos, listas reales, tratados internacionales, diccionarios bilingües… Sin duda, completaban de modo inesperado la visión que se tenía del mundo oriental a mediados del III milenio a.C., y situaban a Siria en el plano de los grandes centros de Mesopotamia y Egipto.

Las tablillas aparecieron amontonadas como consecuencia de la destrucción de los estantes donde estaban cuando la ciudad fue incendiada por el rey acadio Naram-Sin; al quemarse, las tablillas cayeron unas sobre otras, pero los arqueólogos lograron restituir su colocación original y el sistema de archivo empleado. Estaban dispuestas en ángulo recto, con el reverso hacia fuera, ya que era aquí donde en los textos administrativos se escribían las sumas y una especie de título para identificarlas. Otro sistema de localización era su forma: las redondas indicaban el registro de entrada y las cuadradas el de salida. En el suelo, en cestos de mimbre, se guardaban las que eran de consulta más frecuente.

Desde entonces, el análisis de esta enorme cantidad de textos ha sacado a la luz nuevas y sorprendentes informaciones que iluminan la civilización del Próximo Oriente en el III milenio a.C.

Vista aérea de Tell Mardikh, en el norte de Siria, identificada con la antigua Ebla por los arqueólogos Matthiae y Pettinato en la década de 1970.