Política
El portulano de Prunes
El portulano de Prunes de 1559
Un portulano ilustrado del Mediterráneo
En España ha habido grandes cartógrafos, unos más famosos que otros. Sus obras eran codiciadas en cualquier reino. A pesar de esta riqueza humana y documental, poco sabemos de aquéllos que recogieron el mundo, o parte de él, en un sólo documento. Aunque hoy esta tarea parece relativamente sencilla, en aquella época era inmensa y difícil.
El portulano de Prunes de 1559. Nótese que es necesario girarlo para ver tanto las imágenes como los nombres de las localidades que incluye.
Una magnífica carta portulana de 1559, prácticamente desconocida, de un ilustre mallorquín, Mateo Prunes.
La escuela cartográfica mallorquina
A finales de la Edad Media se desarrolló en Mallorca una de las escuelas cartográficas mas importantes del momento. Formaron parte de ella hombres como los Cresques y otros menos conocidos, pero de los que se puede encontrar rastro en los archivos de Mallorca, como Lloret, Salvat, Bertrán, Rosell o Valseca. Un contacto secular con el mar, puerto y tierra de comerciantes y espíritu aventurero hicieron de esta isla el centro neurálgico de una escuela cartográfica que sólo tiene comparación con la italiana.
Las islas Baleares en la carta de Prunes
La familia Prunes fue una de los pocas que cuando la escuela mallorquina empezó a decaer se quedó en la ciudad, continuando sus miembros con el oficio de «hacer cartas de marear» ya desde principios de S. XVI, considerándose, por lo tanto, herederos directos de esta técnica bajomedieval de levantar mapas. Mateo Prunes (1532 – 1594) fue uno de los cartógrafos más prolíficos de esta saga, que también tuvo entre sus descendientes a varios profesionales de la materia.
La carta de 1559
El portulano recoge todo el Mediterráneo y parte del Atlántico y del mar del Norte. Una de sus particularidades, que la distingue de otras posteriores del mismo autor, es que está profusamente ilustrada y con vivos colores. Contiene imágenes de los reyes de España, Francia, Alemania, Polonia, y de gobernantes de otros territorios europeos y africanos. También ilustra algunas ciudades como Venecia o Génova.
La ciudad de Génova en la carta de Prunes de 1559
Como el resto de las cartas de esta clase su orientación no es al norte, sino de Este (o Poniente Este o Levante,) y para poder leer los nombres de los lugares costeros que contiene hay que girarla 90 grados.
Vamos a estudiar con detenimiento sus características, así como varias de las figuras que contiene y su significado.
Los vientos
En el cuello del pergamino aparece la figura del viento Poniente, así como las representaciones angelicales del resto: Levante, Tramontana y Mediodía.
Representación antropomorfa del viento de poniente
En las rosas de los vientos es de destacar que se representan los cuatro vientos cardinales arriba nombrados, así como los 4 intercardinales (los 8 aparecen marcados en el centro). Empezando desde arriba hacia la derecha hallamos: Poniente, Maestral, Tramontana, Gregal, Levante (con una cruz que apunta a Jerusalén), Jaloque, Mediodía y Lebeche.
Una de las magníficas rosas de los vientos
En cada borde de la carta (norte y sur) aparecen unas cintas u orlas con divisiones que son los troncos de leguas para medir distancias.
La araña del portulano, como cualquier carta plana mediterránea lleva un surtido de rosas, ombligos y nudos, que servían para trazar un rumbo y la derrota estimada compasando (utilizando el compás).
Las figuras periféricas
Cerca del viento de poniente hay tres imágenes, dos santos y la Virgen, de los que nos ocupamos, por su vinculación con el tema naval, de izquierda a derecha.
El primero es San Nicolás de Bari, santo protector de los marineros mediterráneos. Va vestido de obispo, con mitra, báculo y capa pluvial. En la mano izquierda sostiene una nave, uno de sus atributos o símbolos más conocidos. Por detrás de la mitra aparece una aureola o nimbo del tipo circular, símbolo de su santidad.
San Nicolás de Bari
Le sigue la imagen de la Virgen María con el niño Jesús en brazos. Lleva el vestido tradicional: manto azul y túnica roja. Dos ángeles sostienen sobre la aureola de la virgen y el niño, una corona simbolizando la Coronación de la Virgen María. Flota sobre una nube de querubines, mientras los ángeles tocan instrumentos.
La virgen y los dos santos
Por último Sta. Catalina de Alejandría, con la rueda de cuchillos, con que el Emperador Majencio pretendía torturarla y que fue destrozada por un rayo. En una mano lleva la espada, instrumento de su decapitación, y en la otra la palma de mártir, detrás de la cabeza porta una aureola. Bajo sus pies está la cabeza coronada de un rey, que simboliza al emperador que mandó asesinarla.
Sección del mapa increíblemente preciso de 1559 de Mateo Prunes.
Carta portulana del mar Mediterráneo. Mateo Prunes. Mallorca, 1563
Mapa de Hadji Ahmed
Mapa de Hadji Ahmed
Mapa del mundo de Hacı Ahmet: un mapa completo y perfecto que describe el mundo entero (traducido del título turco) – 1559
Hacı Ahmet era un supuesto musulmán cartógrafo vinculado a un mapa del mundo del siglo XVI. Ahmet agregó un comentario al mapa, describiendo su propia vida y una explicación para la creación del mapa. Pero no está claro si Ahmet creó el mapa o si simplemente lo tradujo al turco para usarlo en el mundo otomano.
El mapa
Hacı Ahmet agregó un extenso comentario a un mapa del mundo del siglo XVI anotado en turco, conocido como El otomano Mappa Mundi de Hacı Ahmet, entre otros títulos, que comienza con “Quien desee conocer la verdadera forma del mundo, sus mentes se llenarán de luz y su pecho de gozo”.[1]
El mapa tiene forma de corazón, también conocido como “proyección cordiforme”, un estilo que fue popular en la Europa del siglo XVI, y la copia existente se imprimió a partir de bloques de madera en Venecia, Italia, en 1559. Se conservó hasta finales del siglo XVIII. en los archivos del Veneciano Consejo de los Diez. El mapa ahora es parte de la Biblioteca del Patrimonio de la Biblioteca Nacional de Qatar.
Conocido como el “Mappamondo Hacı Ahmet”, el mapa describe leyendas y nombres de lugares en turco, y puede ser el primer mapa en turco que se haya publicado para la venta a una audiencia otomana.[2][3] Ya sea que el mapa sea original o simplemente una traducción al turco, ayuda a mostrar cómo la gente del Imperio Otomano se percibía a sí misma en relación con el resto del mundo.[3] Tres esferas pequeñas aparecen debajo del mapa principal en la parte inferior de la página: el gráfico central representa la Tierra y varios planetas satélites, mientras que la izquierda y la derecha representan constelaciones.
Dentro del texto que acompaña al mapa, Hacı Ahmet explica que el mapa fue creado para compartir el conocimiento de la forma del mundo, especialmente del Nuevo Mundo. Específicamente, Ahmet señala que los filósofos clásicos, como Platón y Sócrates, no conocían el continente recién descubierto, lo que, según él, muestra que el mundo es redondo.[1] Dice que el Nuevo Mundo demuestra la “medida en que los otomanos participaron por derecho propio en el proceso de expansión física en el extranjero y fermento intelectual en casa que caracterizó el período de la historia comúnmente conocido como la Era de la Exploración”. Ahmet también asigna los gobernantes y reinos del Imperio Otomano a los cuerpos celestes representados en el cuadrante inferior del mapa, una maniobra que se ha interpretado como un esfuerzo por imponer un sistema geopolítico jerárquico que prefiere el dominio otomano por encima de todas las demás potencias mundiales.[4]
Autoría
Cartógrafo francés Oronce Fine (1494-1555)
Heart-Shaped World Map by Oronce Fine (1534)
Se considera poco probable que el mapa sea original y probablemente Ahmet lo tradujo al turco.[2]
El mapa tiene características europeas específicas, ya que incluye el uso de términos occidentales,[1] lo que sugiere que Ahmet tradujo un mapa más antiguo al turco. De hecho, a lo largo del texto que acompaña al mapa, Ahmet enfatiza la traducción, afirmando que “lo tradujo del idioma y el alfabeto de los europeos al de los musulmanes”.[1] Otro argumento en contra de la autoría de Ahmet es que “la forma en forma de corazón del mapa ya había sido utilizada por cartógrafos europeos anteriores”.[2]
El mapa tiene “forma de corazón” y está construido mediante una proyección cordioforma desarrollada por del siglo XVI, cartógrafos y matemáticos incluido Johannes Werner (1468-1522), un alemán matemático y geógrafo.
El mapa se ha vinculado tentativamente a varios otros geógrafos, incluido Giovanni Battista Ramusio (1485-1557).[3] También se ha argumentado que comparte similitudes con un mapa del cartógrafo francés Orontius (1494-1555), publicado en 1534.[3]
La conexión veneciana
Ahmet afirmó que el mapa fue hecho para los príncipes otomanos, y algunos de los hijos de Solimán el Magnífico estaban interesados en mapas del mundo y habían buscado en Venecia su producción.[3] Esto resultó en el desarrollo de las relaciones otomano-venecianas, que ofrecieron “nuevas interpretaciones de las actitudes venecianas hacia la producción de mapas del mundo para los clientes otomanos”.[2]
La impresión del mapa en Venecia ayuda a resaltar aspectos de las relaciones otomano-venecianas. En la mente de los editores venecianos, sería “una empresa prometedora producir un mapa del mundo para la venta en el mundo musulmán”, [3] y, por lo tanto, la producción de mapas del mundo fue económicamente gratificante para los editores europeos. El Imperio Otomano solicitó mapas en turco, y los mapas se tradujeron al turco para satisfacer ese mercado. [3]
La vida de Hacı Ahmet
No se sabe nada del propio Hacı Ahmet, aparte de su propio relato de su vida registrado en el texto del mapa.[5]
“Yo, este pobre, miserable y oprimido Hacı Ahmet de Túnez estudié desde pequeño en el Magreb, en la ciudad de Fez”, dice Ahmet en el texto, que describe brevemente sus orígenes, diciendo que fue capturado por infieles y describió cómo, al crear el mapa, recuperaría su libertad.
Según la historia, Ahmet fue educado en Fez, y cuando un noble europeo lo compró, pudo continuar practicando su islámica religión.[1] [2]
El mapa mundial de Hajji Ahmad
De todas las impresiones originales del mapa mundial Hajji Ahmad, solo se sabe que sobreviven diez: nueve en bibliotecas y colecciones en Venecia, Londres, Washington, Nueva York, Chicago, Viena y París, y una entre las existencias del Museo de Etnografía. en Budapest. Con respecto a la copia de Budapest, no se sabe nada más allá de que fue inventariada, sin información adjunta, por el curador contemporáneo de la colección en 1961, junto con un segundo mapa de Anatolia en idioma turco. Una posibilidad es que fue traído por István Györffy de su expedición a Turquía en 1919 o, quizás, por el erudito Tagan Galimjan de su viaje a Anatolia.
Los seis bloques de impresión utilizados para hacer el mapa fueron tallados en un taller en Venecia entre 1559 y 1560, aunque no se conocen impresiones de ese período. Los bloques fueron redescubiertos en los Archivos del Concilio de los Diez mucho más tarde, en 1795, y se hicieron 24 impresiones, incluida la que se ve aquí. Los bloques de madera de peral se encuentran actualmente en la Biblioteca de San Marcos en Venecia, aunque en tal estado deteriorado que los inutiliza. Los esfuerzos de restauración están, en la actualidad, aún incompletos.
La literatura internacional ofrece una variedad de hipótesis y opiniones sobre el creador del mapa. Una afirmación que se deriva de la información escrita en el mapa es que fue producido en Túnez por Hajji Ahmad, quien estudió en Fez y luego apareció como prisionero en Europa, donde se desempeñó como traductor de turco a los venecianos. Otros análisis sostienen que el verdadero creador del mapa fue Michele Membré, otro traductor veneciano que murió en 1594. Se dice que Membré creó los bloques de impresión del mapa con la colaboración de su asistente, Nicolò Cambi, y un impresor y editor veneciano de la nombre de Marcantonio Giustiniani. De acuerdo con esta última suposición, Membré usó el nombre Hajji Ahmad como seudónimo, agregando las diversas etiquetas y el texto explicativo en turco, como lo demuestran los errores ortográficos que contienen los textos.
Ya sea que Hajji fuera el creador o simplemente el traductor, el mapa es uno de los logros cartográficos más importantes de la era moderna, que abarca el conocimiento geográfico y astronómico más avanzado de su tiempo y ofrece una visión mucho más completa de la geografía del siglo XVI que otros. , mapas contemporáneos más mal conservados. El mapa de Hajji incorpora no solo logros cartográficos globales anteriores, sino también una medida de nueva información. Por un lado, describe el mundo como esférico o, según la convención de la época, con forma de corazón. Además, muestra los contornos de las costas de América del Norte y del Sur con precisión técnica moderna e indica el Estrecho de Bering como una franja de tierra seca.
Cielo de verano y constelaciones, detalle del mapa mundial de Hajji Ahmad
Summer Sky and Constellations, detail of the Hajji Ahmad World Map Las anotaciones turcas del mapa del siglo XVI consisten en parte en información autobiográfica sobre el creador del mapa, y en parte en descripciones de continentes, países y las mayores potencias y gobernantes del mundo. Entre estos últimos se incluyen descripciones generales de África, Europa, Asia y el Nuevo Mundo, que describen a Europa como tierra cristiana, proporcionan información detallada sobre territorios recién descubiertos y construyen un orden mundial jerárquico centrado en el Imperio Otomano, con el Sultán Suleiman, su líder más grande, gobernando de una manera comparable a la de Alejandro Magno. Además, el mapa empareja cada uno de los doce grandes poderes del mundo con los signos del zodíaco. En la mitad inferior del mapa se muestran tres esferas: la esfera central representa los cuerpos celestes que rodean la Tierra,y los de izquierda y derecha, los cielos y las constelaciones de invierno y verano. La ornamentación floral que adorna las partes del marco que se encuentran a la izquierda, la derecha y la parte inferior del mapa corresponden a los diseños clásicos de la cerámica de Iznik.
América del Sur, detalle del mapa mundial de Hajji Ahmad
Los académicos sostienen unánimemente que el mapa de Hajji Ahmad, compuesto y ordenado de manera inusual, es una representación adecuada de la política, la geografía, la economía y las relaciones de poder del siglo XVI, al tiempo que demuestra cómo los venecianos expertos en negocios pudieron emplear un mapa diseñado para una élite. Audiencia otomana para fortalecer las relaciones políticas entre Venecia y Turquía.
Zsuzsanna Tasnádi
Mapa del mundo grabado en madera de Hajji Ahmad, octubre de 1559 – agosto de 1560, Venecia, papel, impresión en bloque de madera 108×114 cm
Hadji Ahmed (1559), representa América con una precisión que sólo se conseguirá dos siglos más tarde; enseña también una tierra entre Siberia y Alaska, donde se encuentra el Estrecho de Behring, istmo que desapareció hace unos 10.000 años. Fraude?
Destrucción de la Amazonía Ecuatoriana
Destrucción de la Amazonía Ecuatoriana
Grandes zonas de selva amazónica, en los diversos países en los que se ubica, está siendo destruida sistemáticamente por diversas causas. Aquí nos centramos principalmente en la relativa al Ecuador.
Las diversas causas de su destrucción son:
Explotación minera.
Extracción de hidrocarburos.
Deforestación para la expansión agrícola y ganadera.
Extracción de recursos madereros.
La Amazonía ecuatoriana ha perdido más de 623 mil hectáreas en dos décadas | INFORME
Antonio José Paz Cardona en 2 noviembre 2022
- Entre el 2001 y el 2020 la región amazónica de Ecuador ha perdido, por hora, el equivalente a cinco canchas de fútbol.
- El 77 % de la deforestación de la Amazonía se ha concentrado en cuatro provincias. La más afectada es Morona Santiago y le siguen Sucumbíos, Orellana y Zamora Chinchipe.
La Amazonía ecuatoriana representa el 1.6 % de todo el bioma amazónico, pero casi la mitad de la superficie total del país. Entre 2001 y 2020, el país tuvo una tasa de deforestación de 623 510 hectáreas, de acuerdo con datos analizados por Mapbiomas Amazonía, que en Ecuador es representado por la Fundación EcoCiencia. Esta pérdida se dio a un ritmo de cinco canchas de fútbol por hora, lo que representa aproximadamente 31 000 hectáreas en promedio por año.
EcoCiencia destaca que, a nivel regional, estas cifras ubican a Ecuador en el quinto puesto en términos de extensión total deforestada, después de Brasil, Bolivia, Perú y Colombia. Además, el país se quedó sin una extensión de bosques mayor a la que perdieron Venezuela y Surinam, países con una mayor proporción de Amazonía.
“Ecuador no siempre destaca como un país deforestador porque de por sí es un país pequeño, por lo que normalmente sus cifras no llaman la atención si se comparan con naciones mucho más extensas como Brasil y Bolivia. Pero a nosotros en Ecuador sí nos llama la atención porque, en términos proporcionales, somos uno de los países que pierden sus bosques a mayor velocidad”, asegura María Olga Borja, coordinadora técnica de Mapbiomas para Ecuador en Fundación EcoCiencia.
Las principales causas que impulsan la deforestación en esta nación sudamericana son la expansión de la frontera agrícola y ganadera, el desarrollo de infraestructura, la explotación minera y de hidrocarburos y la extracción de recursos madereros.
Solo diez cantones concentran el 50 % del total de la deforestación de la región amazónica del país entre 2001 y 2020: Orellana (8.17 %), Lago Agrio (7.35 %), Pastaza (5.90 %), Shushufindi (5.06 %), Loreto (4.38 %), Taisha (4.05 %), Morona (3.81 %), Tena (3.74 %), La Joya de los Sacha (3.54 %) y Gualaquiza (3.54 %).
Troncos de balsa extraídos ilegalmente fueron retenidos por la Dirección zonal de Sucumbíos del Ministerio de Ambiente y las Fuerzas Armadas en el interior de la Reserva Biológica Limoncocha a mediados de julio 2020. Foto: MAE Sucumbíos.
Fuertes presiones durante décadas
Uno de los datos más preocupantes es que solo dos de las seis provincias amazónicas ecuatorianas concentraron el 46 % (287 000 hectáreas) de toda la deforestación detectada entre 2001 y 2020. En Morona Santiago se perdieron más de 158 000 hectáreas de bosque (25 %) y en Sucumbíos cerca de 129 000 hectáreas (21 %). En ambas provincias hay una amplia presencia de actividades extractivas como la minería y los hidrocarburos.
El informe destaca que, por ejemplo, la minería multiplicó 24 veces su superficie en la Amazonía en solo dos décadas, alcanzando 4068 hectáreas. Para María Olga Borja, hay actividades que muchas veces no figuran entre las grandes deforestadoras, pero que sí generan impactos muy grandes y considerables, “una de las que hemos mapeado es la minería. En nuestro estudio hemos visto en los últimos años un despegue de las actividades mineras en la región, las cuales están alcanzando unos valores que nunca habíamos visto en años pasados”.
Borja asegura que la minería no se concentra en una sola zona sino que “está bastante distribuida”. Según dice, ya es muy conocido que en el sur, cerca a la frontera con Perú, hay proyectos a gran escala promovidos desde el gobierno, porque ahí se encuentran algunos de los yacimientos más grandes del Ecuador. Sin embargo, están viendo cómo crece la minería de oro de aluvión a pequeña escala que está afectando los ríos y los bosques ribereños.
“Hemos visto un aumento sobre todo en el norte, en la provincia de Sucumbíos, en frontera con Colombia. Es quizás una de las zonas donde más ha habido un despegue de la minería. En este momento no me atrevo a decir si es legal o ilegal porque no contamos con suficiente información para corroborar el estado de la actividad, pero lo que sí puedo decir es que se nota, a través de las imágenes satelitales, que es una actividad extremadamente depredadora que va devastando zonas de ríos muy amplias”, dice Borja y añade que han observado, con el monitoreo constante durante años, que los lugares donde se realizó minería no vuelven a recuperar su estado natural previo.
El análisis hecho por Mapbiomas y Fundación EcoCiencia no solo se limitó al período 2001-2020, también hizo una revisión de la situación de los bosques amazónicos ecuatorianos que se remonta a 1985.
De acuerdo con los datos analizados, los cambios acelerados de transformación de la Amazonía ecuatoriana se deben principalmente al factor humano, en el que se evidencia un aumento del uso agropecuario en 38.57 % (496 000 hectáreas) respecto a su extensión en 1985. Por otro lado, la infraestructura petrolera, hidroeléctrica y vial aumentó en 155 % respecto a su extensión en 1985 (25 700 hectáreas).
“En el periodo comprendido entre 1985 y 2020 se perdieron 379 000 hectáreas de bosque, que equivale aproximadamente al tamaño de la provincia de Bolívar”, se lee en el reporte, donde también se resalta que, en este caso, la cifra corresponde a deforestación neta, es decir, se excluyen las áreas deforestadas en donde se aprecia una posterior reforestación o regeneración del bosque natural en ese periodo.
“A mediados de la década de los noventa se pudo evidenciar mayor deforestación y cambios de uso de suelo. En los años 2000 fue bastante constante en el Ecuador y en los últimos años hemos visto una ligera estabilidad”, comenta Rodrigo Torres, coordinador del Sistema de Información Geográfica (SIG) de la Fundación EcoCiencia. Sin embargo, destaca que próximamente publicarán datos para 2021 y lo más probable es que se aprecie un aumento en la deforestación. “Queremos ver cómo la pandemia afectó a las áreas amazónicas. En el caso de Ecuador, por ejemplo, muchos empleos en ciudades se perdieron y la gente regresó a campo, y si la gente regresa a campo lo más probable es que haya cambios de uso de suelo”, añade.
Áreas protegidas y territorios indígenas como escudos
El análisis de Mapbiomas y EcoCiencia revela que, al 2020, en los territorios indígenas —que representan el 62 % de la cuenca amazónica ecuatoriana y conservan el 71.5 % de los bosques en esta región— se perdieron 124 000 hectáreas de cobertura vegetal natural (1.66 %) en 36 años.
Por su parte, en las áreas naturales protegidas —que representan el 35 % de la cuenca amazónica ecuatoriana y conservan el 38.4 % de los bosques de esta región— se perdieron 13 800 hectáreas de cobertura vegetal natural, lo que representa una pérdida neta de 0.31 % en ese mismo periodo.
El cambio en la cobertura de las áreas protegidas se dio por la expansión agropecuaria que creció en 28 000 hectáreas; la expansión de la infraestructura que se multiplicó 5.4 veces, llegando a las casi 1000 hectáreas al 2020, y la minería que alcanzó las 305 hectáreas para ese mismo año. En el caso de los territorios indígenas, la actividad agropecuaria rondó las 130 000 hectáreas, la infraestructura reportó más de 5000 hectáreas y la minería afectó 1736 hectáreas.
A pesar de las amenazas, las áreas protegidas y los territorios indígenas mostraron una menor afectación por deforestación que otras zonas. Por ejemplo, los bosques amazónicos ecuatorianos que no cuentan con ningún tipo de protección, o que no pertenecen a pueblos indígenas, representan apenas el 21 % de la cuenca amazónica del país, pero en ellos se concentró el 54 % (339 000 hectáreas) de la deforestación de las últimas dos décadas.
En medio de esta situación, María Olga Borja destaca el caso de la provincia de Pastaza que es principalmente forestal y, aunque tiene cierto grado de transformación, “hemos visto una alta proporción de recuperación del bosque, incluso en las zonas transformadas. Entonces el saldo, en muchos casos y dependiendo de la época que uno analice en Pastaza, puede ser positivo, es decir, podemos hablar de una ganancia de cobertura forestal. Muchas de esas ganancias han sido en territorios indígenas”.
Aunque existen casos de esperanza, como el de la provincia de Pastaza, la situación de toda la Amazonía ecuatoriana es preocupante. Borja señala que en los primeros años de las últimas dos décadas se registraron unas tasas mayores de deforestación y luego vino una época de oscilación: en algunos años se veían cifras más altas y en otros años se observaban cifras más bajas. No había una tendencia muy clara y marcada.
“Sin embargo, en los últimos años, estamos empezando a ver un despunte de la deforestación en las zonas amazónicas de Ecuador. Viene a ser un cambio en el patrón de lo que habíamos visto en los últimos años que era esta tendencia como oscilatoria. Esto es algo que ya se dio en Colombia y Perú”, dice y añade que “es triste porque Ecuador es un país que tiene muchísima inversión para la lucha contra la deforestación”.
Impactos Ambientales
La Amazonía ecuatoriana es única en la Tierra. Los biólogos la describen como un paraíso ecológico, donde se pueden encontrar más de 4000 tipos de plantas en una sola hectárea. Las naciones indígenas la reconocen como una tierra abundante que proporciona alimentos saludables, agua limpia, una gran cantidad de medicinas y plantas curativas y un espacio seguro que llaman hogar. La Amazonía ecuatoriana también es vista por corporaciones, gobiernos e invasores como «tierra de nadie», un área fértil, libre para explotar petróleo, madera, minerales, agua, animales, peces, tierras agrícolas y aceite de palma.
Esta combinación de diversidad, riqueza y amenazas industriales constantes hace de la Amazonía ecuatoriana un «punto crítico» de conservación, un área de importancia primordial para la protección de su patrimonio cultural y biológico. En esta sección, damos una idea de las consecuencias ecológicas del auge petrolero de la Amazonía ecuatoriana y cómo transformó esta área en uno de los frentes de deforestación más activos del Amazonas y una fuente perpetua de contaminantes que amenazan la vida.
Amazonian Oil
Después de 50 años en la región, el legado de la industria petrolera en la Amazonía ecuatoriana es ahora mundialmente conocido, principalmente debido a la batalla legal entre el gigante petrolero Chevron/Texaco y unas 30,000 personas de la zona más afectada por derrames y desechos. Si bien algunas prácticas han cambiado y los discursos han sido «enverdecidos», la huella tóxica de la industria todavía es omnipresente en el área.
D2 tuberías principales atraviesan desde los Andes amazónicos hasta el Océano pacífico, abarcando más de 500 kilómetros de terreno irregular, cruzando 94 fallas sísmicas en el camino.
Cientos de pequeñas tuberías conectan más de 3430 pozos petroleros nuevos y viejos.
Más de 1169 derrames petroleros fueron reportados oficialmente en Ecuador entre 2005 y 2015, de los cuales el 81% (952) ocurrieron en la región amazónica.
La cantidad de petróleo que ha sido “oficialmente” derramado en ésta región supera los 350000 barriles entre los años 2005 a 2015, el equivalente a más de 4000 galones (15000 litros) por día. De este petróleo derramado, dos tercios nunca han sido limpiados.
Entre los años 1972 y 1993, más de 30 millones de galones (110 mil millones de litros) de crudo y desechos tóxicos se descargaron en la tierra y las vías fluviales de la Amazonía ecuatoriana, aproximadamente 140 veces la cantidad derramada por BP en el Golfo de México en 2010.
Todavía existen 1785 piscinas y 704 pozos abiertos de desechos tóxicos registrados en la región.
Deforestacion
La industria petrolera ha penetrado la Amazonía ecuatoriana con carreteras para oleoductos, pozos petroleros y acceso a áreas vírgenes. El área ahora está entrecruzada por más de 9500 kilómetros
– o el equivalente a 1,5 veces el radio de la Tierra.
Entre 1990 y 2015, Ecuador perdió 475000 hectáreas de selva amazónica primaria, un promedio de 83 campos de fútbol despejados todos los días.
Los bloques de petróleo ahora cubren más del 68% de la Amazonía ecuatoriana, un área del tamaño de Irlanda.
El Amazonas es una gran reserva de carbono que, cuando se deforesta, conduce a emisiones masivas de gases de efecto invernadero (GEI).
Health
La extracción de petróleo en esta remota región ha dejado un legado de contaminación, específicamente metales pesados e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), amenazando la vida misma de las poblaciones que viven alrededor y aguas abajo de las operaciones petroleras. La deforestación que esto conlleva, también conduce a problemas de salud a través de la liberación de mercurio.
Nunca antes en la historia la Amazonía había estado tan amenazada. La expansión de la agricultura, la ganadería, las concesiones mineras y un dramático aumento de hidroeléctricas, son sólo algunas de las presiones que tienen en riesgo a la selva más grande del mundo. Estas son las principales actividades que tienen en peligro la integridad de los ecosistemas, las especies, las comunidades y la enorme variedad de bienes y servicios del Amazonas:
- CONCESIONES MINERAS
La gran riqueza de minerales y de hidrocarburos del Amazonas, es a su vez uno de sus grandes amenazas. El 15 % del bioma amazónico tiene concesiones mineras y contratos para la extracción de petróleo y gas, y las áreas protegidas no son la excepción: más de 800 concesiones mineras se han otorgado en estas zonas y alrededor de 6. 800 solicitudes están pendientes para su aprobación. De acuerdo con el informe, después de analizar 439 áreas protegidas, se encontró que más de la mitad se solapa parcial o totalmente con concesiones mineras, y los contratos en estas zonas podrían afectar 24 millones de hectáreas.
Sumado a esto, más del 37 % de los territorios indígenas están en riesgo por cerca de 500 contratos mineros para la explotación minerales e hidrocarburos. La gran mayoría se encuentra en Brasil, pero existe la posibilidad de que se expandan a otros países. Esto sin contar con que la minería del oro en la Amazonia aumenta la deforestación, y el uso del mercurio utilizado en su procesamiento contamina el agua, los peces, el aire y afecta las comunidades.
- AUMENTO DE REPRESAS HIDROELÉCTRICAS
En la Amazonia hay 154 represas para la producción de energía hidroeléctrica y se planea la construcción de otras 277 en los próximos años. Si todos esos proyectos salen adelante, solo quedarían sin represar los ríos Juruá, el Trombetas y el Içá-Putumayo, generando grandes impactos en la ecología, la economía y el clima del subcontinente.
El aumento de las represas en la Amazonia amenaza el flujo natural de sus ríos, altera los ciclos naturales y pone en grave riesgo especies como los delfines y peces migratorios. El suministro de agua para las comunidades locales y el transporte de alimentos, también se ven afectados por cuenta de la producción de energía en la selva amazónica.
Sumado a esto, los sitios seleccionados para las represas y los embalses a menudo se superponen con áreas protegidas y territorios indígenas, lo que genera enormes transformaciones para los ecosistemas y las comunidades. Se ha demostrado además que la deforestación en varias zonas, está impulsada por la construcción de las represas. El área que está en riesgo de sufrir el impacto de la deforestación se encuentra a una distancia de entre 40 y 100 kilómetros de las hidroeléctricas.
Las carreteras, las vías férreas y las nuevas rutas de transporte fluvial están transformando la Amazonia. Actualmente decenas de miles de kilómetros de carreteras atraviesan sus bosques; y la construcción de nuevas rutas seguirá aumentando, en particular de este a oeste, en las vías vinculadas a los mercados de exportación en el Oriente asiático. La Carretera Interoceánica que une a Perú y Brasil, por ejemplo, atraviesa las zonas relativamente bien conservadas de Madre de Dios en Perú y Acre en Brasil.
En este momento más de 20 proyectos de construcción de carreteras gigantes ejercen presión sobre la Amazonia, lo que puede generar un rápido aumento de la pérdida de bosques.
- EXPANSIÓN DE LA AGRICULTURA INTENSIVA
La actividad que ha generado mayores pérdidas de hábitat natural en la Amazonia en las últimas décadas es la agricultura. Las exportaciones de soja y carne a países como China han desatado graves transformaciones en el uso del suelo de sus bosques. Pese a ser relativamente nuevos, los cultivos de palma de aceite también han afectado la Amazonia, y se prevé que su crecimiento se de más rápido en la región que cualquier otro producto.
Los pastos y la ganadería, para la producción de carne y leche, son la causa principal de la deforestación en muchas áreas y en algunos países, como Brasil, donde se registra la mayor cantidad de ganado comercial del mundo.
- DEFORESTACIÓN
Si no se adelantan políticas y estrategias para reducir la deforestación en el bioma amazónico, para el 2030 la Amazonia puede perder el 27%, (alrededor de 85,4 millones de hectáreas de bosques). Desde el año 2000 hasta 2013 la Amazonia perdió el 4,7 % de sus bosques, pasando de tener 575 millones de hectáreas a 548 millones de hectáreas. La expansión de pastos y cultivos, cuya extensión aumentó en 22,9 millones de hectáreas en el mismo período, es la principal causa de la deforestación en la región. Brasil tiene los índices más altos de pérdida de bosque y recientemente se han identificado seis nuevos frentes de deforestación en la Amazonia Andina y el Escudo Guayanés.
- CAMBIOS EN LA LEGISLACIÓN ENTORNO A LAS ÁREAS PROTEGIDAS
Los constantes cambios en la legislación de los países amazónicos, generados con el fin de permitir nuevas y mayores actividades productivas en áreas protegidas, son una de las principales amenazas que advierte el informe de WWF. La reducción del área de estos espacios, o en el peor de los casos, la eliminación de su estado de protección, son un enemigo silencioso que cada vez genera mayores impactos en la Amazonia. Actualmente la cobertura de las áreas protegidas del bioma amazónico es superior al 50 %. Sin embargo, muchas de estas áreas están en riesgo debido a la debilidad legislativa para su conservación.
La Amazonía se ha deteriorado en ocho años, muestra análisis inédito realizado en nueve países
Garimpo de Peixoto. Foto: Lalo de Almeida.
La deforestación, los incendios y la minería ilegal han aumentado en los últimos ocho años, lo que indica el avance de la devastación en la región y una tendencia que no muestra signos de revertirse, según el nuevo Atlas de Raisg.
El avance de las actividades extractivas, los proyectos de infraestructura, así como los incendios, la deforestación y la pérdida de carbono indican que la Amazonía está mucho más amenazada que hace ocho años. El nuevo Atlas Amazonía Bajo Presión de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg) fue lanzado el 8 de diciembre y toma una radiografía de las principales amenazas al bosque tropical más grande del mundo y el avance de su deterioro. La buena noticia es que los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas siguen siendo un escudo contra la devastación.
Según el Atlas, 7% del territorio amazónico está bajo presión “muy alta” y 26%, “alta”.
Las áreas de mayor presión se ubican en las regiones periféricas del bioma, en áreas montañosas y piamontesas ubicadas en la Amazonía Occidental, especialmente en Ecuador, en el norte de Venezuela y en el sur de la Amazonía brasilera. La información generada en este Atlas puede facilitar su manejo a través de políticas públicas integrales que tomen en cuenta la conectividad ambiental y climática de todo el territorio, conectividad que trasciende las fronteras de los países que la contienen.
“Uno de los principales hallazgos de este estudio es que las áreas con mayor presión en la Panamazonía se localizan en las periferias de las mismas, entre estas destaca el territorio amazónico del Ecuador, dentro del cual en un mismo territorio se ha encontrado que actúan de modo sinérgico y acumulativo, varias presiones sobre un mismo espacio” indica María Olga Borja, especialista en deforestación de EcoCiencia.
El petróleo entra a la Amazonía a través del Río Napo en Ecuador.
Esta es la primera vez, desde 2012, que la Raisg ha decidido reunir todos sus grupos técnicos para trabajar en un retrato completo de la situación de la Amazonía. El Atlas ahora se actualiza tras el trabajo de 10 grupos técnicos que han generado 23 mapas que muestran la situación en toda la región, aparte de decenas de gráficos y cuadros informativos que facilitan la comprensión de la complejidad socioambiental de la región, sus conflictos, presiones, amenazas, así como su importancia para Suramérica y el planeta.
Mapa síntesis de las presiones en la Amazonía. Elaborado por Fundación Gaia Amazonas para RAISG, 2020 (Atlas Amazonía Bajo Presión 2020).
La actividad agropecuaria es responsable del 84% de la deforestación Amazónica. Campos de palma aceitera en Yurimaguas, Perú. Foto: Álvaro del Campo / The Field Museum.
“Este es un esfuerzo que viene madurando desde hace algunos años ya, y si bien con periodicidad casi anual sacamos productos o mapas nuevos sobre algunos temas, este compendio y análisis de información a nivel de toda la Panamazonía para lograr una visión integral de ese importantísimo bioma, es algo que nos ha exigido bastante en el último año para poder presentar al público este producto”, comenta Carmen Josse, Directora de Fundación EcoCiencia.
Mapamundi de Pierre Desceliers
Mapamundi de Pierre Desceliers
Pierre Desceliers ( fl. 1537-1553) fue un cartógrafo francés del Renacimiento y miembro eminente de la Escuela de Cartografía de Dieppe. Se le considera el padre de la hidrografía francesa.
Mapa del mundo terminado en 1550 por Desceliers
Detalle del mapa de Jave La Grande, 1550, por Desceliers
Poco se sabe de su vida. Probablemente nació en Arques-la-Bataille.[1] La fuente documental más antigua conocida sobre su vida lo ubica allí como sacerdote en 1537.[2] El padre de Desceliers era arquero en el Chateau d’Arques y su familia posiblemente se originó en el área de d’Auge, donde la familia nombre sobrevive entre Honfleur y Pont-l’Évêque.[3]
Desceliers también era examinador de prácticos marítimos y estaba autorizado a otorgar patentes en nombre del rey francés, como lo demuestra el sello encontrado con sus iniciales. Probablemente también enseñó hidrografía. Hizo una carta hidrográfica de la costa de Francia para Francisco, duque de Guisa. No se sabe nada de su vida después de la creación del mapa de 1553; el Dictionnaire de biographie française sugiere que murió después de 1574, pero ninguna de sus fuentes respalda esta afirmación.[4]
Trabajo cartográfico
Estuvo cerca de Jean Ango y Dieppois, los exploradores Giovanni da Verrazzano y los hermanos Jean y Raoul Parmentier. Aunque parece poco probable que participó en algún viaje, pudo recopilar información, incluidos los portolanos, e incorporó esta información en sus propios mapas. Una escuela de cartografía se formó a su alrededor en Dieppe e incluyó a Nicolas Desliens entre sus miembros.
Desceliers hizo varios grandes mapas del mundo al estilo de las cartas náuticas:
- El mapa del mundo de 1543 mencionado en 1872 en el inventario de la colección del cardenal Louis d’Este con el título The descriptione carta del Mondo in pecorina scritta a mano, miniata tutta per P. Descheliers . Se desconoce el destino de este mapa.
- El mapa del mundo 1546 (2560 × 1260 mm), a pedido de Francisco I. Más tarde perteneció a un tal Jomard, luego al Conde de Crawford y ahora se almacena en Inglaterra en la Biblioteca John Rylands, Manchester (MS francés 1 *)
- El mapa del mundo de 1550 (2150 × 1350 mm), realizado para Enrique II, mostrando sus brazos y los de Anne de Montmorency (mariscal de Francia) y el almirante Claude d’Annebaut. Este gráfico se conserva en Londres, en la Biblioteca Británica (MS adicional 24065), que lo compró a Cristoforo Negri.[5] [6] [7]
- El mapa del mundo de 1553. Esto se perdió en un incendio en Dresde en 1915. Se exhibe una copia en el castillo de Dieppe. Se exhibió en la Exposition internationale de géographie de 1875 en París: se ha informado que es otro mapa de 1558, [8] pero el catálogo confirma que era el mapa de 1553.[9] [10]
Los mapas de Dieppe muestran un conocimiento preciso de las costas y también incluyen representaciones de lugares imaginarios, personas fantásticas y animales extraños. La representación del este de Canadá estaba bien detallada, junto con la mayor parte del norte y sur de América, solo cincuenta años después del viaje de Colón. En la sección del hemisferio sur, se mostró una masa de tierra titulada Jave la Grande en la posición aproximada de Australia. Esto ha llevado a la especulación de que los mapas de Dieppe son evidencia de la exploración europea (posiblemente portuguesa ) de Australia.en el siglo 16; cien años antes de su exploración bien documentada por los holandeses.
La imagen de Java Major en el mapa de Desceliers de 1550 se basó en los relatos de Marco Polo y Ludovico di Varthema en el Novus Orbis Regionum ac Insularum Veteribus Incognitarum de Simon Grynaeus y Johann Huttich, publicado en París por Antoine Augurelle en 1532. Claro por la inscripción en el mapa que describe Java. La representación de Desceliers del Continente Sur, titulada LA TERRE AVSTRALLE NON DV TOVT DESCOVVERTE (“Terra Australis, recientemente descubierta pero aún no completamente conocida”), se deriva del mapa del mundo de 1531 de Oronce Fine, que también se publicó en 1532 en el Novus Orbis: lleva el mismo título que Fine en latín: Terra Australis recenter inventa sed nondum plene cognita (“Terra Australis, recientemente descubierto pero aún no completamente conocido”). Desceliers parece haber identificado el promontorio de Regio Patalis en Terra Australis de Fine con Marco Polo y Java Major de Ludovico di Varthema; por lo tanto, su Jave la Grande es una fusión de la conocida costa norte de Java con la Regio Patalis de Fine.[11]
A pesar de su gran valor, tanto artístico como cartográfico, las cartas cayeron rápidamente en desuso después de finales del siglo XVI, cuando el mercado pasó a estar dominado por cartógrafos flamencos y holandeses.
Mapas del Bicentenario de independencia: El Salvador en un mapamundi de 1550
Casi nada se conoce a cabalidad de la vida del francés Pierre Desceliers (¿1537-1558?). Fue sacerdote y se dedicó a ser examinador de pilotos de barco, a quienes les otorgaba las licencias en nombre del rey francés y de quienes obtenía información de primera mano para el trazado de sus cartas portulanas y sus investigaciones acerca de temas hidrográficos.
Todo apunta a que el abate Desceliers terminó sus días en Dieppe, de cuya importante escuela de cartógrafos (1540-1585) formó parte y a la que contribuyó con algunos de los más de 50 globos y portulanos que ese conjunto científico-artístico generó para mecenas, armadores y reyes de Portugal, Francia e Inglaterra. Por esa influencia que duró varias décadas después de su muerte, en Dieppe aún existen una calle y una estatua que le rinden homenaje a la memoria de Desceliers.
En 1550, mientras residía en Arques, Desceliers trazó un mapamundi de 1.35 por 2.15 metros, que adornó con las armas del rey Henry II de Francia (1519-1559), las de su mariscal Duque de Montmorency y las del almirante Claude d’Annebault, que se aprecian en tres de las esquinas interiores de dicho trabajo cartográfico, marcado por sus exquisitas rosas de los vientos y sus múltiples líneas loxodrómicas.
Fuera de la presencia destacada del antemeridiano de Tordesillas, ese trabajo cartográfico no presenta ningún tipo de escala ni longitud conocidas, porque ese tipo de registros se daría hasta casi un siglo después, gracias a la influencia directa de Mercator y otros cartógrafos europeos. Las latitudes fueron fijadas en grados a partir de observaciones con astrolabio y cuadrante.
A partir de toda la información disponible en su tiempo gracias a los navegantes portugueses y españoles, Desceliers presentó un mapa global en que se combinaron dibujos de seres fantásticos con los conocimientos extraídos de las cartas portulanas de su tiempo, que revelan amplio conocimiento de las costas de casi todo el mundo, incluso las de la zona americana del océano Pacífico.
Así, no resulta extraño que trazara al golfo de Fonseca y algunas de sus islas, aunque no les asignara sus topónimos insulares (en tinta de colores rojo y negro), sino sólo registrara el del propio golfo, bautizado así por la expedición del piloto mayor Andrés Niño, en 1522, y ya registrado en otros mapamundis de 1527 y 1529, cuando también fue incluido el nombre costero Rostro Fragoso para denominar a la parte costera centro-oriental del actual territorio salvadoreño. Para mayor ubicación, Desceliers también registró la relativamente cercana ubicación de la ciudad de Guatemala, pero ninguna población del territorio ahora perteneciente a El Salvador.
Resulta curioso que todas las indicaciones cartográficas e ilustraciones del hemisferio norte sobre la línea ecuatorial aparecen registradas al revés. También se destacan los topónimos América para el continente y Mar del Sur para el océano Pacífico. Entre el conjunto de ilustraciones a colores figuran varios tipos de barcos, figuras mitológicas (sirenas, krakens, centauros, etc), cultivos, riquezas, reyes, vestimentas étnicas y muchos detalles que vale la pena examinar al ampliar la imagen digital hasta su máximo posible.
Desde 1861, el mapamundi del abate Desceliers está catalogado como la pieza MS24065.
MALVINAS
Portulano francés (fragmento), Pierre Desceliers, 1550
Portulano francés de Pierre Desceliers, 1550. Este mapa constituye no solo un objeto de conocimiento sino también una obra artística. Se conserva en el Museo Británico.
Visconte Maggiolo
Visconte Maggiolo
Vesconte Maggiolo (Génova, 1475-Génova, entre 1549 y 1561) fue un cartógrafo italiano. También fue conocido como Vesconte de Maiollo o de Maiolo.
1527 mapa por Visconte Maggiolo mostrando la costa del este de América del Norte con “Tera Florida” en el superior y “Lavoradore” (Labrador) en el fondo. La información presuntamente provino Giovanni da Verrazzano viaje en 1524 (Ambrosian Biblioteca en Milán, Italia.1)
Biografía
Nació en Génova y posiblemente fue un marinero amigo del explorador Giovanni da Verrazzano. En 1511 se mudó a Nápoles donde produjo tres atlas náuticos que todavía existen ahora.2 Algunos historiadores dicen que murió de malaria en 1530. Documentos archivados muestran que él siguió vivo en Génova hasta 1549, pero para 1561 definitivamente estaba muerto.3
En 1527 desarrolló un mapa que describe los viajes de Verrazzano. Este mapa tuvo un error importante (supuesto “Mar Verrazzano” con su “Istmo Verrazzano,” como Giovanni incorrectamente describió el continente norteamericano). Este error siguió apareciendo en mapas por más de un siglo. Una copia de este mapa de 1527 fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial.4
Hay varias cartas portulanas, atlas y al menos otros dos mapas mundiales hechos por Vesconte Maggiolo: uno fechado Genoa, 1531; otro mantenido en una biblioteca pública en Treviso está fechado Genoa, 1549.5
Estudio comparativo, de algunos de sus mapas:
Nacido alrededor de 1475 por Giacomo y Mariola De Salvo, originario de Rapallo, pero residente en Génova, Il Maggiolo fue uno de los principales cartógrafos de su tiempo, el antepasado de una familia de cartógrafos que duró varias generaciones. Comenzó su actividad como cartógrafo a principios del siglo XVI y lo que se conoce como “planisferio de Fano”, fechado alrededor de 1504 y realizado en su tierra natal, fue su primera realización más importante. En 1511 estuvo en Nápoles, donde se casó con una mujer local. Entre las ciertas obras realizadas durante su estancia en Napolitano hay dos Atlas, de 1511 y 1512, tres cartas náuticas (1512, 1513, 1515) y un planisferio Náutico de 1516. Por voluntad del dogo Genovés Ottaviano Fregoso, en 1518 fue llamado a su tierra natal, donde se le ofreció el cargo oficial de “Magister cartarum Pro navigando”, con un salario de 100 liras por año.
Estamos seguros de que estaba en contacto (al menos de las cartas) y Giovanni Da Verrazzano, mientras que no se tiene cierta evidencia que ha navegado con él en 1524, incluso si podría ser posible (como los documentos que certifican solo que estaba en Génova en 1521, el año en el que el Senado se asigna un salario de por vida, y de nuevo a partir de 1525, el año en el que firmó algunas de las tarjetas hechas en Génova: Forbear, 2007, p. 73); algunos de sus planisferios reproponen los nombres de lugares utilizados por Verrazzano en las costas de América del Norte y proponen un delgado Istmo al norte de Florida, más allá del cual se abriría un Golfo del Océano Pacífico navegable a Asia (como se ve también en el famoso planisferio de Girolamo da Verrazzano de 1529). En 1529 también se le concedió el derecho de transferir el cargo de “Magister” a uno de sus hijos, sus colaboradores: Giovanni Antonio e Iacopo, que también se menciona como Giacomo.
Su última obra conocida es un Atlas fechado en 1549. Murió en Génova entre 1549 y los primeros meses de 1561, como lo demuestra un documento en el que el hijo se refiere al difunto padre con el “quondam” (Abstengo 2007, p. 72). Maggiolo, aunque se especializó principalmente en hacer mapas de la cuenca mediterránea, el Mar Negro y el Egeo, áreas de relevancia para Los Genoveses, fue el primero en informar en su Atlas de 1548 el topónimo del río sudamericano “Río de Amaxones”.
El Atlántico ya no es un límite, sino una frontera. Una escala hacia el Nuevo Mundo. Eso explica que ahora aparezca en el centro del plano, con un gran protagonismo, que refleja la importancia del Atlántico en el desarrollo de la Historia.
Cronológicamente se nos escapa un poco, ya que es del año 1511. Pero es interesante ver el cambio que sufre la representación del Atlántico, y que resulta un reflejo de un cambio de actitud fundamental.
Giacomo Gastaldi
Giacomo Gastaldi
Giacomo Gastaldi (Villafranca Piemonte, 1500 – Venecia, 1566), fue un cartógrafo italiano.
Nacido en el Piamonte, en el seno de una familia noble, se instaló en Venecia en 1539. Allí trabajó como ingeniero antes de dedicarse plenamente a la cartografía y convertirse en cosmógrafo oficial de la Serenísima, a quien se dirigía el Consejo de los Diez llamándolo: Mastro Giacomo di Piemonte il nostro Cosmografo.2 A él parece corresponderle el mérito de haber introducido en el campo de la cartografía la técnica del aguafuerte, que permite una representación más precisa y nítida, frente a la técnica de la xilografía que era la comúnmente empleada hasta entonces.3
Se le han atribuido ciento nueve mapas abarcando prácticamente la totalidad del mundo hasta entonces conocido. Entre ellos se recuerda un mapa de África en ocho hojas publicado en 1564.4 En 1548 publicó una edición de la Geografía de Ptolomeo reuniendo los mapas que había realizado desde 1542, incluyendo dos planisferios, el primero de ellos datado en 1546. En ellos la masa continental del hemisferio norte se representa unida en su parte septentrional, excepto entre América-Groenlandia y Europa. Pero la principal novedad de esta obra es su tamaño reducido y fácilmente transportable, abandonando la más común para este tipo de obras impresión en folio.
A partir de 1562 Gastaldi sostuvo la separación entre América y Asia y llamó al estrecho que separaba los continente estrecho de Anián (Streto di Anian), tomando el nombre de un reino asiático descrito por Marco Polo.
Gastaldi trabajó por encargo para diversos editores y para el Consejo de los Diez pintó al fresco en el Palacio Ducal de Venecia los mapas de Asia y África.5 Además colaboró con Giovanni Battista Ramusio, geógrafo y secretario del Consejo de los Diez, para quien dibujó varios mapas incorporados posteriormente a su obra titulada Delle Navigationi et Viaggi.
Cartógrafo
Giocomo Gastaldi (c. 1500 – octubre de 1566) fue un astrónomo, cartógrafo e ingeniero italiano activo en la segunda mitad del siglo XVI. Gastaldi (a veces llamado Jacopo o Iacobo) comenzó su carrera como ingeniero, sirviendo a la República de Venecia en esa capacidad hasta la cuarta década del siglo XVI. Durante este tiempo viajó mucho, construyendo una gran biblioteca relacionada con viajes y exploración. Aproximadamente desde 1544 centró su atención en la cartografía, trabajando extensamente con Giovanni Battista Ramusio, Nicolo Bascarini y Giovanbattista Pedrezano, y también solicitó tomar una comisión privada para, entre otros, el Concilio de los Diez de Venecia.
Se le atribuye la extensión de los mapas Fresco de Asia y África en la sala de mapas del Palacio Ducal.Gastaldi fue también uno de los primeros cartógrafos en abrazar la placa de cobre sobre el grabado en madera, el marcado y un desarrollo importante en la historia de la cartografía. Su edición de 1548 de PtolomeoGeographia fue el primero en imprimirse en una lengua vernácula; el primero en ser impreso en cobre. Contenía muchos mapas nuevos que representaban regiones recién descubiertas por primera vez, incluido el primer mapa que se enfocaba en la costa este de América del Norte y el primer mapa moderno de la península india.
1548 Gastaldi, Mapa de la península india
El primer mapa moderno e independiente de la India
Este es el mapa de 1548 de Giacomo Gastaldi de la península india. Es el mapa moderno impreso más antiguo de la India; todos los mapas anteriores de la región son iteraciones de la información geográfica de Claudio Ptolomeo del siglo II. Aunque es veneciano, la información de Gastaldi muestra conocimiento de la profundidad de la penetración portuguesa en el subcontinente. Guzarat, Goa, Calecut, Delhi y muchos otros nombres de lugares aparecen en el mapa. Sri Lanka (Ceilam) se muestra en su ubicación correcta y no se combina con Sumatra, como parecían hacer muchos de los mapas ptolemaicos. El término arcaico ‘Taprobana’ no aparece. Las Maldivas se muestran con cierta exageración.
Historial de publicaciones y censo
El mapa se imprimió en Venecia para La Geografia de Gastaldi, su Ptolomeo modernizado, que se publicó en una única edición de 1548. Aparece por separado solo en la Biblioteca Británica, la Bayerische Staatsbibliothek y la Universidad de Toronto. El libro está bien representado en colecciones institucionales.
Mapa de Brasil de 1565 por Giacomo Gastaldi. Mapa realizado por Giacomo Gastaldi, cerca de los años 1500-1565.
Mapa del Virreinato de Nueva España según Giacomo Gastaldi.
Mapa de la península arábiga según Giacomo Gastaldi.
La Terra De Hochelaga Nella Nova Francia, mapa dibujado por Gastaldi como ilustración de Delle Navigationi et Viaggi de Ramusio (Venecia, 1565), con la más temprana representación de Monte Real (Montreal) a la izquierda.1
Atlas Vallard
Atlas Vallard
El Atlas Vallard es un atlas mundial que fue creado en el año 1547 en Dieppe (Sena Marítimo), en el norte de Francia. Ha sido atribuido a Nicolas Vallard, aunque se duda de su autoría y se cree que pudo haberse basado en un prototipo portugués previo.
Historia
Se trata de uno de los atlas más famosos del siglo XVI, perteneciente a la llamada Escuela de cartografía de Dieppe.
Se ha puesto en duda la autoría de Nicolas Vallard, de quien se cree que fue solo su primer propietario,1 mientras su autoría correspondería a un cartógrafo portugués desconocido.
Este atlas muestra por primera vez la costa este de Australia, curiosamente 200 años antes de que fuera descubierta por el capitán James Cook, por lo que este atlas podría demostrar que la atribución del descubrimiento de la costa este australiana a James Cook es errónea.2
El atlas original se encuentra en la actualidad y desde 1924 en la biblioteca The Huntington Library de San Marino (California), en los Estados Unidos.
Descripción
Está compuesto por 68 páginas entre las cuales figuran un calendario, 15 cartas náuticas con ricas ilustraciones así como detallada información marítima.
Contiene ilustraciones sobre las poblaciones indígenas del nuevo mundo y es por tanto un importante testimonio de la época de la colonización.
Una embarcación manca dibujada en las aguas del O. Atlántico. Atlas Vallard
El atlas original se encuadernó en 1805 en piel rojiza con aplicaciones de oro.
La escuela de cartográfica de Dieppe fue el productor de mapas franceses más importante del siglo XVI. Asentada en la ciudad portuaria de Dieppe, se caracterizó por la belleza en la manufactura de sus mapas y globos, objetos de lujo encargados por ricos comerciantes y armadores navales de Portugal y Francia. Entre sus integrantes destacan Pierre Desceliers, Guillaume Le Testu, Nicolas Desliens o Nicholas Vallard.
Los contenidos
Al comienzo de la obra trata el ciclo solar y añade un calendario. La parte cartográfica propiamente dicha se compone de 15 portulanos sobre pergamino, en los que el sur se halla en la parte superior, como ocurre muy frecuentemente con la cartografía medieval, especialmente en la tradición musulmana.
Carta de África oriental. Está orientado al sur. Atlas Vallard.
Las tres primeras cartas recogen una parte de la costa de Asia y posiblemente de lo que hoy es Oceanía. Las siguientes representan territorios africanos, americanos y europeos.
Por supuesto, en este atlas están cartografiados algunos mares, como el Océano Atlántico, el Adriático o el Mar Egeo.
La Península Ibérica. Originariamente esta imagen aparece girada 180º (orientada al sur), pero la hemos vuelto para que se pueda apreciar mejor. Si se observa detenidamente, las figuras están cabeza abajo por la orientación original
Carta del Océano Atlántico
La nomenclatura aparece en letras minúsculas, con tinta de colores negro y rojo, y en dorado para las áreas geográficas.
Carta de Java. Detalle de la escena. Atlas Vallard.
La autoría
Se suele atribuir al navegante y cartógrafo francés N. Vallard (que lo firmó en 1547). A pesar de que es de la escuela franca, tiene un fuerte componente luso, y ésto puede ser porque su autor se inspiró en cartografía procedente de este reino.
Portada del atlas, en la que aparece el nombre de Nicolás Vallard bajo la esfera armilar
Parte sur del este del continente asiático (Indias orientales y «la Java»). Se puede apreciar en la parte inferior la costa que algunos autores atribuyen a Australia. La carta se ha girado 180º para que se pueda apreciar bien el territorio cartografiado. Atlas Vallard.
También en él encontramos una de las primeras representaciones del territorio canadiense, de sus habitantes, de su fauna y flora.
Variaciones
Las cartas numeradas como 14 (Mar Adriático) y 15 (Mar Egeo) parecen ser obra de otro autor, ya que cambia la técnica cartográfica y estilo artístico. Hay variaciones muy visibles, como en la del Mar Egeo, en la que la orientación no es al sur, sino al este.
Detalle del Mar Egeo. La carta está orientada al este. Atlas Vallard.
Aparte del carácter técnico, lo más destacable son sus escenas de la vida cotidiana de los habitantes de los lugares cartografiados, tanto las que aparecen en las cartas como las que incluye en los márgenes. Sin que sean demasiado realistas, ya que tienen cierto carácter bucólico y fantástico (por ejemplo, la presencia del Preste Juan en África responde a un mito medieval), son de una gran belleza y estética.
Otro aspecto muy visible son las magníficas rosas náuticas (numerosas en cada carta, con las habituales 32 líneas de rumbo en negro, rojo y verde para las direcciones principales), las embarcaciones y los monstruos marinos que aparecen dibujados.
Al igual que el Atlas Miller, una de sus características más destacables son las miniaturas que representan escenas de colonización del siglo XVI, además de innumerables ilustraciones de la vida cotidiana de la población nativa.
El atlas comienza con un texto introductorio sobre la actividad del sol, seguido de un calendario. Un aspecto curioso de este atlas es el hecho de que en casi todos los mapas el Norte está orientado hacia la parte inferior de la página y el Sur hacia la parte superior. Esto era, según todas las apariencias, un hábito de los cartógrafos musulmanes, pero esta práctica era bastante rara en la Europa cristiana. Puede verse, por ejemplo, en las distintas cartas portulanas del atlas dibujado en c. 1321 de Pedro Vesconte (Lyon, Biblioteca Municipal). Contenido: 1. “Terra Java” (¿costa este de Australia?) 2. “La Jave” (¿costa norte de Australia?), Indias Orientales, parte de Asia 3. “Terra Java” (¿costa oeste de Australia?) 4. Mar Arábigo, Mar Rojo y Golfo Pérsico 5. África austral y suroeste del océano Índico 6. Océano Atlántico con costa de África y Brasil 7. África noroccidental 8. Europa y África septentrional 9. América del Norte y Canadá, costa este 10. West Indies, México, Centroamérica, norte de Sudamérica 11. Noreste de América del Sur 12. Sureste de América del Sur, Estrecho de Magallanes 13. Europa occidental y África noroccidental 14. Mar Adriático 15. Mar Egeo Se usa tinta negra y roja para la nomenclatura en una escritura minúscula, con oro para los nombres de las áreas; las masas de tierra están delineadas en color con islas pintadas de azul, rojo u oro; Numerosas rosas de los vientos en cada carta con la habitual red de 32 líneas de rumbo en tinta negra, roja y verde para las direcciones principales.
Atlas Vallard (1547) Costa oriental de Australia
Alonso de Chaves
Alonso de Chaves
Alonso de Chaves (Trujillo, 1492 o 1493 – Sevilla, 1587)1 fue un cartógrafo, cosmógrafo y navegante español.2 Fue piloto mayor de la Casa de Contratación y uno de los navegantes más instruidos de la época.23
Biografía
Participó en la elaboración del Padrón Real encargado en 1526 a Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, por la Casa de Contratación; en el año 1536 elaboró un mapa para ese proyecto.2 Desempeñó el cargo de piloto mayor interinamente durante la expedición a las Molucas del piloto mayor, Sebastián Gaboto, realizando posteriormente los exámenes para piloto y recibiendo el nombramiento para el cargo mencionado en 1552.2 Desempeñó este cargo por treinta y cuatro años, entre 1552 y 1586.24 Además, fue nombrado cosmógrafo fabricante de cartas marítimas e instrumentos de navegación de la Casa de Contratación en 1528.4 Alonso de Chaves escribió en Sevilla, cerca de 1540, una obra la cual tituló Espejo de navegantes.5 Pidió el retiro y una pensión ya en 1575, que no le fue concedida puesto que su criterio le convirtió en un hombre de confianza, imprescindible para la carrera de Indias. Siguió prestando sus servicios hasta 1586, ya nonagenario, muriendo al año siguiente.1
Otros datos
El gobierno de España rebautizó al buque de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima “Salvamento Uno” como Alonso de Chaves (BS-12) en su honor.
Hay escasos datos iniciales sobre Chaves. Era hijo de García de Chaves y Beatriz Trujillo y, según se demuestra en el Archivo de Protocolos sevillano, casó (1526) con Juana Ramos, hija de Pedro y Teresa.
Juana declaró que Alonso, al contraer matrimonio, poseía ciertos bienes e “instrumentos de su oficio”, todo lo cual fue evaluado en 400 ducados. Para entonces Chaves tenía suficiente prestigio como para que Hernando Colón solicitara su colaboración cuando (1526) una Real Cédula le ordenó al primero “hacer una carta de navegar, un mapamundi y una sphera en la cual se sitúen todas las yslas y tierra firme y nuevas islas que ya estuvieren descubiertas o que se descubrieren de aquí adelante”. La orden decretaba tajantemente la incorporación de Diego Ribero, “nuestro piloto y maestro de hacer cartas de navegar” y otros expertos; entre ellos se halla Alonso de Chaves. Y hay constancia de que en 1527 un gran mapa o carta salió de Sevilla a petición del Rey; podría ser una de Ribero, también podría ser una de García de Toreno, quizá la autoría correspondiese a Chaves.
Tras este reconocimiento de los expertos, el Consejo nombró oficialmente a Alonso de Chaves (4 de abril de 1528) “piloto y cosmógrafo e maestro de hacer cartas e astrolabios e otras cosas para la navegación” y su carta o el mapa en que él colaboró activamente fue la base de la actividad cartográfica que tras Hernando Colón recayó sobre la Casa de Contratación conforme se había decretado (16 de marzo de 1527): que todos los pilotos y maestros que navegasen a las Indias enviaran una relación detallada del viaje, desde la salida “hasta ser de vuelta en la ciudad de Sevilla”, indicando en ella “el camino que cada día hicieren y a qué rumbos y qué tierras, islas e baxos toparen, y qué tanto corrieron por ellas, y cómo corría la costa, y en qué distancia y altura”, una normativa a la que parece ajustarse, a la letra, la cuarta parte de la obra magna de Chaves.
Por aquellas fechas Alonso de Chaves pidió un extraordinario permiso para impartir enseñanzas, en su casa, a los pilotos y gentes de mar que quisieran aprender el uso del astrolabio, el cuadrante, la carta de marear y el tratado de la esfera. Lo insólito es que le fue concedido (1528) con beneplácito de Carlos V que se tenía “por servido y de su parte vos agradecemos y encargamos la continuéis”, a pesar de que tal competencia era misión del piloto mayor de la Casa, entonces nada menos que Sebastián Caboto. Lo cierto es que se daban unas circunstancias peculiares; Caboto tenía abandonado el cargo (había dirigido una expedición que pretendía hallar el “paso” y alcanzar las Molucas, etc.), y a propuesta de Hernando Colón, Chaves lo ejercía intermitente y temporalmente.
Los trabajos geográficos y cartográficos de la Casa de Contratación fueron progresando al ritmo del proceso explorador; la Emperatriz (1535) reclamó a Colón una copia del “padrón real”. Posiblemente, como respuesta, Alonso de Chaves presentó una “carta universal” (1536) que gozó de gran prestigio y fue encomiada reiteradamente por Fernández de Oviedo, quien la citaba con frecuencia a pesar de su escrupulosidad a la hora de utilizar la toponimia, como dice Pérez de Tudela: “Todo esto segun la carta moderna fecha por el cosmógrafo Alonso de Chaves el año de 1536, después que por el Emperador Nuestro Señor fueron mandados ver y corregir y examinar los padrones y cartas de marear por personas dotas y experimentadas, que para ellos fueron elegidas”. La descripción de este mapa dio lugar a la cuarta parte del Espejo de Navegantes de Alonso de Chaves, verdadera carta o mapa en prosa.
Al morir Hernando Colón (1539), Chaves prosiguió los trabajos iniciados. En 1545, la Corona le pidió un informe sobre la calidad de las cartas e instrumentos de navegación de García Gutiérrez; la respuesta de Chaves fue categórica: el Padrón Real de la Casa de Contratación “está bueno y cierto, conforme a la sciencia y arte de la cosmografía”, en tanto que las de Gutiérrez “estaban erradas y se deben enmendar” ya que a más de su desacuerdo con el padrón utilizaban “dos y tres graduaciones de latitud diferentes” (tema éste que fue objeto de amplio debate para, finalmente, ser atribuido por E. Jos a P. de Medina o a A. de Chaves) y otras razones que mueven a grave error; asimismo juzga equivocados los astrolabios y ballestillas de Gutiérrez; la solución que aporta es que un hombre competente dicte lecciones diarias sobre astrología, cosmografía y cartas de navegar a los pilotos.
Por fin, A. de Chaves (11 de julio de 1552) fue nombrado piloto mayor, sin dejar de ser cosmógrafo, en sustitución de Sebastián Caboto que había pasado al servicio de Inglaterra. Con Chaves, el cargo de piloto mayor adquirió un carácter más científico que antes y los nuevo técnicos cosmógrafos desplazaron a los prácticos marinos en la alta jerarquía de la Casa.
Su notoriedad le hizo objeto de ataques y denuncias. Sancho Gutiérrez por practicar exámenes, contra la normativa, en su propia casa; la defensa de Chaves fue buena, pero los oficiales del Consejo de Indias (5 de septiembre de 1561) acordaron que los exámenes se hicieran en la Casa y en presencia de un tribunal de pilotos y cosmógrafos. Otro pleito que tuvo resonancia fue el mantenido entre los pilotos y maestres con Sancho Gutiérrez por la posesión de una piedra imán que era tan importante para “cebar la aguja”, que aun siendo de propiedad privada debería guardarse en la Casa. Fue un largo y reiterativo pleito que concluyó (1566) haciendo que las agujas se cebaran en el domicilio del dueño de la piedra y se le pagaron los derechos correspondientes.
Ya en 1566, la Casa de Contratación consideraba a Alonso de Chaves “viejo y enfermo” y, sin embargo, él proseguía cumpliendo sus cometidos de forma leal y competente. En 1573 se negó a dar el título de piloto a Juan Díaz porque no sabía leer y escribir, aunque fuera experto en la navegación a Indias, aunque había asistido a clase de cosmografía durante un trimestre y aunque había actuado como piloto en la Casa; en otra ocasión se negó a aprobar unas cartas de Domingo Villarroel, aunque previamente había emitido una opinión favorable (Villarroel, decía Chaves, era “extranjero y tacaño y sobrado de lengua” y podía caer en la tentación de vender las cartas a otros países con grave perjuicio de los intereses de España).
En 1575 Chaves, a pesar de una situación económica angustiosa, solicitó la jubilación después de más de cuarenta años de servicio y veintidós de piloto mayor, “donde ha gastado toda su hacienda, y tiene más de ochenta años” y pide “se haga merced de sus salarios […] para sus sustentación”. No se le concedió y volvió a tramitar su jubilación cuando ya contaba noventa años de edad “con mucha vejez e algunas enfermedades e mucha pobreza”. En 1584, la Universidad de Mareantes informaba que Chaves se hallaba viejo, sordo y sin vista, por lo que debía ser sustituido. Rodrigo Zamorano volvió a atacar a Chaves con acritud y pidió el cargo de piloto mayor. Finalmente se concedió a Chaves su jubilación (21 de abril de 1586) con todos los honores y sueldo íntegro de piloto mayor; al mes siguiente se le reconocían sus muchos años de servicio y se le otorgaban 800 ducados. Falleció al año siguiente (28 de agosto de 1587).
Su obra fundamental es “Quatri partitu en cosmographia pratica i por otro nombre llamado Espejo de Navegantes”, y como sigue diciendo la portada del manuscrito, “obra mui utilíssima i compendiosa en toda la arte de marear i mui neccesaria i de grand provecho en todo el curso de la navegación”. Es un trabajo compilatorio y de elaboración muy apreciada, que fue aprobada por los demás cosmógrafos de la Casa y por los “demás sabios pilotos que navegan y han navegado y han residido en las dichas partes”.
Ciertamente debió de parecer obra utilísima, porque fue prohibida su publicación a mediados del siglo XVI para evitar que los otros competidores europeos pudieran tener en la obra de Chaves una guía náutica para beneficiarse de las Indias; el manuscrito ha permanecido inédito (en la Real Academia de la Historia) hasta 1983, aunque se sabía de su existencia e incluso se habían publicado algunas páginas.
El ejemplar, único, de la RAH está redactado con máxima atención y cuidado a la parte ornamental, como ejemplar destinado al Rey o a su Consejo (carece de proemio y dedicatoria, lo que con algunos rasgos más demuestra que el trabajo no se había dado por concluido). La autenticidad y autoría están fuera de toda discusión, no así la fecha que ha originado algún debate; los años de 1536 y 1537 son mencionados en el texto, 1538 aparece en futuro relativo al comienzo de un nuevo “número áureo” y aun es posible que la obra de Chaves se concluyera en la década de los cuarenta.
El Quatri partitu o Espejo de Navegantes se halla estructurado en cuatro partes: la primera trata del calendario romano, del cálculo de número áureo y de la letra dominical, así como de la regulación de las fiestas; asimismo se expone en ella lo relativo a la fabricación y el uso de la aguja y carta de marear, astrolabio, cuadrante, ballestilla, sonda, ampolleta, escala aritmética con su uso y provecho y, finalmente las medidas geométricas y cosmografía.
El libro segundo explica lo celeste, cosmográfico y el arte de marear: movimiento del Sol, declinación, latitud, reloj, movimiento de la estrella polar, cálculo de la latitud por su elevación y modo de calcular la hora en la noche, la declinación de las estrellas fijas y el conocimiento por ellas de la latitud. Una segunda parte expone las tablas de previsión de conjunciones, oposiciones y cuadraturas del Sol y de la Luna (1539- 1569) y de los eclipses (1532-1569), la proporción entre el grado de longitud de cada paralelo al grado de la equinoccial y un conjunto de señales para conocer la “mudanza de los tiempos” y su efecto sobre la navegación.
El tercer libro describe la práctica de la navegación con los peligros, naturales y humanos, y sus remedios. Chaves hace un tratado de la brújula explicando la declinación magnética y el decaimiento de la aguja de marear, la regla para conocer esas variaciones y cómo afecta al rumbo de la nave, así como para conocer las distancias recorridas. Del mismo modo trata de la Luna y los movimientos naturales de las aguas del mar, mostrando el cálculo de la conjunción de Luna y Sol, mareas y corrientes así como su predicción. Además, se hace un tratado de navegación explicando la nao y sus partes con la terminología marina española, sobre la tripulación, abastecimientos, armas y municiones, la forma de navegar o marear, los peligros que pueden sobrevenir y cómo sobreponerse a ellos, la guerra entre dos naves o la batalla entre flotas.
Finalmente la cuarta parte, la más importante, la “carta en prosa” que se apoyó en el padrón real en la cartografía de la Casa y es contemporánea del “Islario” de Alonso de Santa Cruz (que también y por las mismas razones quedó inédito hasta el siglo XX).
En estas páginas se halla la descripción de la navegación: de España a Indias (“la que todos los pilotos y navegantes acostumbran y tienen por mejor”), en el Caribe con una toponimia hispana que a veces recoge la indígena y resulta definitoria para alguna problemática de los descubrimientos, como supo valorar Pérez de Tudela; en la isla de San Juan y su entorno, en la Española, Jamaica y Cuba y sus anejas, así como en las islas de los Lucayos; inmediatamente son descritas las costas de Tierra Firme, Nombre de Dios, Honduras, Yucatán, Nueva España, Florida, Norte, de los Bacalaos, Perú, Panamá, Nicaragua, Mar del Sur, Paria, Marañón, Brasil, del Plata, del Estrecho y las navegaciones para tornar desde estas partes a España partiendo de La Habana, Matanzas, Puerto Rico, Bermudas, Río de la Plata e islas Azores. Alonso de Chaves señala por derrotas y distancias, por posiciones relativas los diversos puntos que describe, haciendo una verdadera guía náutica de las Indias.
El mapa secreto de América dibujado en plena exploración por Alonso de…
Lo que queda de este temprano mapamundi son solo dos folios de pergamino de lo que debieron ser cuatro, aunque no se sabe si todos se dibujaron. Pero es también el mapa de un momento esencial de la historia de España, de América y del mundo.
Datado en 1533, gracias a los estudios de M. Luisa Martín-Merás, sabemos hoy que su autor es Alonso de Chaves, el gran cosmógrafo de Carlos V y Felipe II, autor del manuscrito secreto «Espejo de Navegantes», que jamás fue publicado por que contenía toda la información sensible sobre las rutas y los medios necesarios para viajar a América. Este mapa se encuentra en la Herzog August Bibliothek de Wolfenbüttel, Alemania.
El mapa da idea de la sistematización que estableció la Corona, desde la Casa de la Contratación de Sevilla, para controlar los barcos que iban y venían en el arriesgado viaje a lo desconocido. Uno tras otro, cada piloto era entrenado, formado, y examinado allí antes de pasar los férreos controles que permitieran dar el salto al otro lado del océano. Y a su vuelta debía sumar los nuevos conocimientos adquiridos en el viaje para completar el mapa común… y cada vez más secreto.
Herzog August Bibliothek Wolfenbüttel: Cod. Guelf. 104a Aug. 2° (fragmento)
Al ser el primer mapa que salió de la Casa de la Contratación de Sevilla tras la venta de las islas Molucas a Portugal, en el Tratado de Zaragoza de 1529, reafirma en rojo la posición española de un territorio prestado y el perfil de las islas que, si estaban en el oeste eran españolas, y si en el este portuguesas. Desde esta época hasta el siglo XVIII la navegación por el Pacífico fue casi exclusivamente hispánica. Las Marianas aparecen como Islas de los Ladrones y China, al norte, con un pájaro.
El folio dedicado a América tiene ocho leyendas geográficas que aportan información de lo que se sabe de cada zona en ese preciso momento. La línea de costa termina donde la exploración no ha llegado. También destaca la preciosa iconografía de la flora y la fauna representativas: avestruces, tigres, monos o papagayos, en las distintas latitudes, que aparecen explicadas con bastante detalle.
No olvida reflejar los litigios territoriales con Portugal y otras naciones, porque tras completar la vuelta al mundo con la expedición de Magallanes y Elcano (1522), se inició un control del paso por el Estrecho de Magallanes. Así, junto al mismo escribe: «voy a Maluco» o junto a las Antillas: «voy a las Indias».
Si en el Tratado de Tordesillas se delimitaba un meridiano a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, aquí aparece en esa demarcación como una línea negra vertical que va desde la Punta de Humos en Brasil a la Boca del Río de la Plata.
Esta carta, meramente informativa que recopilaba lo conocido en todo el mundo, preparaba el Padrón Real, ya mencionado, que era la carta de marear con rumbos y datos de navegación, que permitía a los pilotos encontrar sus destinos.
En ella se muestran los progresos hechos hasta ese momento, lo que hacen único este ejemplar. Desde el punto de vista geográfico, vemos que el Ecuador está perfectamente ubicado corrigiendo anteriores desviaciones de 8 grados. Yucatán seguía considerándose isla, pero aparece ya casi pegada a Tierra Firme. La exploración del Pacífico se limita a Centroamérica y la costa de Perú hasta Chimcha, puesto que no se tiene aún noticia de los descubrimientos de Pizarro hacia el interior en 1531.
En el lado atlántico la costa de Sudamérica está dibujada con precisión, así como las Antillas y el Golfo de la Nueva España (México). En Norteamérica ya se muestra la continuidad de la costa como continente, abandonando la creencia anterior de que era una sucesión de islas.
Giovanni (Juan) Vespucci
Giovanni (Juan) Vespucci
(Florencia, 1486–después de 1527)
Según algunos autores, João Vespucci sería el sobrino de Amerigo Vespucci, pero según otros, sería su hermano y no su sobrino.[ 3 ] João y Américo Vespucci dejaron Italia para ir a Sevilla, donde João trabajó como cartógrafo y cosmógrafo.[ 4 ]
En 1512, su experiencia y sólidos conocimientos de náutica y astronomía fueron tenidos en la más alta estima,[ 2 ] incluso por el propio rey, habiendo sido contratado como uno de los pocos “pilotos reales”[ 5 ] Fue uno de los pilotos “mayores” de la nave que comandaba la armada Carreira das Índias liderada por Pedro Arias Dávila, que realizaba la conexión entre España y América.[ 6 ]
Hacia 1523 produjo la carta Totius Orbis Descriptio, de la que actualmente sólo se conoce una copia, fechada en 1524.[ 7 ] En 1524 participó como perito en una cumbre celebrada en Badajoz para esclarecer el estado de los acuerdos de división del mundo, entre Portugal y España, en particular en relación con la posesión de las Molucas.[ 1 ]
Más tarde, João Vespucci sería destituido de su cargo, ya que se descubrió que estaba pasando información secreta a la República Florentina.[ 8 ]
El mapamundi o planisferio de Giovanni (Juan) Vespucci
Padrón Real Sevilla, 1526
Tinta y color en cuatro bojas de pergamino, 85 × 262 cm
Nueva York, The Hispanic Society of America, K42
El mapamundi o planisferio de Giovanni (Juan) Vespucci es una de las cartas náuticas más asombrosas de la era de los descubrimientos. Juan Vespucci era sobrino de Amerigo Vespucci (1454-1512), descubridor, navegante y cartógrafo florentino que en 1508 fue designado primer piloto mayor de la Casa de la Contratación de Sevilla. La Casa de la Contratación, creada en 1503 por Isabel la Católica, fue la institución encargada de supervisar toda la exploración, colonización y comercio entre España y sus florecientes dominios en el Nuevo Mundo. Una de sus mayores responsabilidades era la de mantener y actualizar una carta náutica de referencia, llamada «padrón real», de la que se sacaban copias para los pilotos que iban al nuevo continente. En su calidad de piloto mayor, una de las primeras tareas de Amerigo Vespucci fue elaborar el primer padrón real.
A la muerte de su tío, acaecida en 1512, Juan Vespucci —que era asimismo un experto piloto y cartógrafo— heredó todas sus cartas, mapas e instrumentos de navegación (Cerezo Martínez 1994, p. 137). Ese año fue nombrado piloto de la Casa de la Contratación; se le otorgó patente para vender copias del padrón real a los navegantes y recibió el encargo de ayudar a Juan Díaz de Solís, el nuevo piloto mayor, con la revisión del padrón real (Sandman 2007, pp. 1132, 1139). En 1515, su amigo Pietro Martire d’Anghiera (1457-1526), historiador italiano que fue el primero en dar cuenta de los descubrimientos españoles en las Indias, relata que Juan Vespucci había sido piloto en el buque insignia de la expedición a Panamá capitaneada por Pedro Arias (Pedrarias) Dávila en 1514 (Anghiera 1912, p. 138). En 1524, cuando se celebró la Junta de Badajoz-Elvas para resolver la disputa en torno a la línea de demarcación trazada por virtud del Tratado de Tordesillas (1494) entre los nuevos territorios de España y Portugal, Vespucci formó parte de los expertos españoles junto con Hernando Colón, Sebastián Cabot y Juan Sebastián Elcano (Cerezo Martínez 1994, pp. 178, n. 50). Un año más tarde, en 1525, fue relevado de su cargo en la Casa de la Contratación, acusado de espiar al servicio de los Medici de Florencia (Varela 1988, p. 80), pero el 26 de junio de 1526 fue nombrado por decreto real examinador de pilotos durante la ausencia del piloto mayor, Sebastián Cabot (Sevilla, Archivo General de Indias [AGI], Indiferente, 421, L. 11, fol. 62r-v), aunque no existen registros de que ejerciese esa función. El 14 de septiembre de 1526, el Consejo de Indias confirmó a Vespucci y Francisco Lizaur la autorización para llevar dos carabelas a «las perlas», la costa de las Perlas de Venezuela oriental, y a la isla de Cubagua (AGI, Indiferente, 421, L. 11, fol. 186v-187v), y el 29 de marzo de 1527 otorgó nuevamente licencia a Juan Vespucci para viajar en una carabela desarmada a las Indias, junto con otros veleros (AGI, Indiferente, 421, L. 12, fol. 50r). Con posterioridad a esta fecha no vuelve a tenerse noticia de él.
El Mapamundi de Vespucci de 1526 es una copia decorada del padrón real; probablemente se realizó en calidad de regalo para Carlos V con ocasión de sus bodas con Isabel de Portugal el 10 de marzo de 1526, en Sevilla. En él se distingue el blasón Habsburgo de Carlos V por encima de América del Norte, y está firmado a la izquierda con la siguiente leyenda: «Ju[an] Vespuchi piloto desus ma[ges]ta[des] me fezit en seujlla [a]ño d[e] 1526». Este planisferio ostenta dos círculos de rosas de treinta y dos vientos, que irradian nudos de rumbos sobre toda la superficie del mapa. Se utilizan las banderas española y portuguesa para dar cuenta de las reivindicaciones territoriales y rutas marítimas a partir de la disputada línea de la demarcación, ausente, que dividía Brasil. Vespucci añade detalles geográficos y curiosidades del interior, tales como la cosecha de palo de Brasil en la costa de este país, camellos y elefantes en África, la Torre de Babel desmoronándose en Oriente Próximo, y como en los mappaemundi medievales, el mar Rojo está representado en color bermejo. Más significativa es la inclusión de detalles de las recientes exploraciones y conquistas españolas en el Nuevo Mundo: el estrecho de Magallanes (1520), la Ciudad de México (1521) y la expedición costera desde el norte de la Florida hasta la Carolina del Sur organizada por Lucas Vázquez de Ayllón (1521), en cuyo honor Vespucci bautiza la zona «T[ie]rra Nueua de Ayllon».
Solo se conocen dos cartas hológrafas de Juan Vespucci: su Mapamundi (1526) y una carta del Mediterráneo (1520) en el Archivo General de Indias, en Sevilla. Juan Vespucci produjo asimismo el primer mapamundi impreso en dos hemisferios con proyección estereográfica polar, Totius orbis descriptio, conservado en dos copias únicas: la primera copia, sin datar, se hallaba en la biblioteca del conde Giacomo Manzoni, en Roma, pero desapareció a su muerte en 1889 (Nordenskiöld 1897, p. 153, lám. 40); y la segunda, revisada y datada en 1524, está en la Houghton Library, Universidad de Harvard, Cambridge (inv. 51-2573; Nebenzahl 1990, pp. 78-79, lám. 25
El padrón estaba centrado en la línea de Tordesillas, que era el centro del mapa. A la izquierda, se encontraban los dominios españoles y a la derecha los dominios portugueses. En todos los padrones españoles de aquella época las Molucas se sitúan en el borde del lado izquierdo, dentro de la jurisdicción española.
El padrón se convierte por tanto en «una herramienta de reclamación, de propaganda». Poe ello, en los padrones, por ejemplo, las Molucas salían en el lado español muchas veces con bandera castellana, incluso con leyendas.
Es el caso del padrón de Juan Vespucio, el sobrino de Américo Vespucio, donde dice sobre las Molucas: «Islas de Gilolo y de Maluco donde nace la especiería del rey de Castilla».
La Casa de Contratación fue fundada por los Reyes Católicos con el fin de poner orden y controlar el tráfico, la exploración, el comercio y todo lo relativo al Nuevo Mundo descubierto por Colón. Además del Factor, el Tesorero y el Contador-Escribano, que pusieron las bases de una burocracia que permitiera a la Corona gestionar una empresa inédita, la decisión más importante fue cómo organizar la parte científica, la cosmografía, la mejora de los instrumentos de navegación y cómo recopilar todos los datos de la continua exploración en una cartografía que era, desde sus inicios, alto secreto de Estado. Al frente de toda esa maquinaria científica con la que España respondió al desafío, Fernando el Católico puso al Piloto Mayor, el primero de los cuales fue Américo Vespucio. Bajo sus órdenes había todo un elenco de personal científico que mantenía en marcha y actualizados los logros de esa exploración.
En la parte superior del mapa de Giovanni Vespucci, junto a la parte Norte de América, puede verse el águila del blasón imperial de los Habsburgo. Y hay una inscripción en la parte inferior que dice: “Juan Vespuchi piloto de sus ma[ges]ta[des] me fecit en sevjlla [a]ño d[e] 1526”. Según se indica en el catálogo de la exposición del Prado, este planisferio tiene dos círculos de rosas de treinta y dos vientos, que irradian nudos de rumbos sobre toda la superficie del mapa. Utiliza banderas españolas y portuguesas para dar cuenta de las reivindicaciones territoriales y rutas marítimas a partir de la disputa por la línea de demarcación, que no aparece en la carta, y que dividía Brasil.
Vespucci consigna en esta carta curiosidades en el interior de las tierras, como la cosecha del palo de Brasil en esa costa, camellos y elefantes en las de África, la Torre de Babel desmoronándose en Oriente Próximo y el mar rojo dibujado en color bermejo. También indica los últimos descubrimientos de los españoles como el Estrecho de Magallanes (1520), la ciudad de México- Tenochtitlán (1521) y la expedición costera desde el norte de la Florida hasta la Carolina del Sur que organizó Lucas Vázquez de Ayllón en 1521, en cuyo honor Vespucci bautiza estas tierras como “Tierra nueva de Ayllón”.
Apuntes
México-Tenochtitlán, la ciudad lacustre (a la izquierda) y Nueva España
Decoración africana del mapa, con animales, y un barco portugués
La especiería con las rutas portuguesas (bandera azul del barco) y la presencia española en el Pacífico, a la derecha debería conmemorar como se merece.
Zona de Oriente Próximo, con la Torre de Babel quebrada a la derecha, Mesopotamia y el Mar Rojo de color bermejo
Reproducción facsímil del planisferio, anónimo, copia del padrón real de la Casa de Contratación. Se denomina carta de Turín de 1523. IGN.
Padrón Real (Carta de Turín) 1523
Reproducción facsímil del planisferio, anónimo, copia del padrón real de la Casa de Contratación. Se denomina carta de Turín de 1523. Es la primera carta universal hecha después de la vuelta al mundo de la expedición de Magallanes y Elcano donde se representa por primera vez el estrecho de Magallanes y la distancia real existente hasta las Molucas, gracias a los datos traídos del viaje.
Atlas Miller
Atlas Miller
Autor
Lopo Homem
¿Pedro Reinel?
¿Jorge Reinel?
¿Antonio de Holanda?
Fecha: hacia 1519
Idioma: Latín con mayoría de topónimos en portugués
Propietario: República Francesa
El Atlas Miller es un conjunto de mapas manuscritos finamente iluminados realizados en Portugal hacia 1519 y conservados actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia. Una inscripción en el reverso de uno de los mapas dice que fue hecho por orden del rey Manuel I de Portugal por el cosmógrafo Lopo Homem, si bien se cree que también intervinieron en la realización del atlas los cartógrafos Pedro Reinel y su hijo Jorge Reinel, y el iluminador Antonio de Holanda.1
El atlas combina elementos geográficos y visuales de tres orígenes muy diferentes: las cartas portulanas, los mapas ptolemaicos y las miniaturas iluminadas de Flandes.2 Su decoración presenta una calidad artística superior a la de cualquier otra obra cartográfica portuguesa del siglo XVI. Solo puede comparársele el Atlas Vallard, hecho en Francia en 1547 con influencias portuguesas.3
Dos páginas casi en blanco, que contienen solo una red de líneas de rumbo en la mitad izquierda, la existencia de recuadros para texto dejados vacíos, y otros indicios muestran que el Atlas Miller no llegó a ser terminado.4 Se desconoce su destinatario exacto así como el modo en que llegó a la corte francesa. Su contenido y las circunstancias de su realización plantean diversos interrogantes que en algunos casos siguen siendo preguntas abiertas sobre la cartografía, los descubrimientos geográficos y las relaciones internacionales de la primera parte del siglo XVI.5
Descripción física
El Atlas Miller, tal como actualmente se conserva, está formado por seis hojas de pergamino fino (“velino“). Cuatro de ellas —de unos 41,5 cm de alto por 59 cm de ancho— muestran mapas de diversas regiones del mundo, en algunos casos por ambos lados. Otra, del mismo tamaño, muestra por un lado un mapamundi circular y por el otro una cartela con una leyenda en latín y un escudo de armas. La sexta hoja, de mayor tamaño —unos 61 cm de alto por 118 cm de ancho—, contiene un mapa en cada lado, uno del Atlántico Norte y el otro, del Mediterráneo y regiones vecinas.6
Todos los mapas, textos e ilustraciones del atlas se dibujaron a mano. Las leyendas principales están escritas en latín y la mayoría de los topónimos en portugués.
Historia
Las cinco hojas del atlas que contienen mapas regionales se las vendió en 1855 un librero de París llamado Charavey al portugués vizconde de Santarem, que se lo revendió posteriormente a Emmanuel Miller, de ahí el nombre con el que se conoce hoy al atlas. En 1897 la viuda del señor Miller se lo vendió a su vez a la Bibliothèque Nationale (BNF), donde se conserva actualmente.7
El mapamundi circular apareció por separado mucho más tarde, en 1930, cuando fue subastado en Londres.8 El comprador, Marcel Destombes, organizó en 1939 una reunión de expertos que concluyó que este mapamundi debía haber formado parte del Atlas Miller.9 Posteriormente, en 1976, Destombes donó el mapa a la BNF.10
Autor y fecha
La hoja que contiene el mapamundi circular muestra en el otro lado, en lo que debió ser originalmente la portada del atlas encuadernado, una leyenda en latín que dice que el mapamundi fue realizado por el cosmógrafo Lopo Homem en Lisboa en 1519 por orden del rey Manuel I de Portugal:
Hec est universi orbis ad hanc usqz diem cogniti / tabula quam ego Lupus homo Cosmographus / in clarissima Ulisipone civitate Anno domini nostri / Millessimo quigentessimo decimo nono jussu / Emanuelis incliti lusitanie Regis collatis pluribs / aliis tam vetustorum qz recentiorum tabulis mag / na industria et dilligenti labore depinxi.11
Traducción:
Este es el mapa de todo el orbe del universo hasta hoy conocido, el cual yo Lupus Homo, cosmógrafo, dibujé con gran industria y diligente trabajo en la ilustre ciudad de Lisboa el año de nuestro señor de mil quinientos diecinueve, por orden de Manuel, ínclito rey de Portugal, habiendo comparado muchos otros mapas tanto antiguos como modernos.
Es probable sin embargo que la realización del atlas se prolongase durante varios años, quizás hasta 1522, y que otros autores además de Homem interviniesen en él.12 Antes del descubrimiento del mapamundi circular se pensaba que el atlas era obra de los cartógrafos portugueses Pedro Reinel y Jorge Reinel, padre e hijo respectivamente. Esta atribución se ha mantenido en la historiografía portuguesa,13 si bien en el registro bibliográfico de la BNF figura Lopo Homem como único autor.7 Por otra parte, las abundantes miniaturas que decoran el atlas debieron ser realizadas por algún iluminador profesional, dada su gran calidad. El historiador Alfredo Marques identificó a Antonio de Holanda como posible autor, llegando a sugerir que este artista pudo haber sido además el coordinador general del proyecto.1
Destinatario
El atlas fue realizado por orden del rey Manuel I pero no se sabe con certeza a quién estaba destinado ni por qué camino llegó a París. El escudo de armas que figura actualmente en la portada es el de Catalina de Médici, reina de Francia, y debió ser añadido después de 1559 porque incluye un distintivo que indica que la reina estaba viuda por aquel entonces.14 Armando Cortesão sugirió que el rey Manuel podría haberle enviado el atlas como regalo al rey de Francia Francisco I; Leon Bourdon afirmó que podrían haber sido los hijos de Lopo Homem los que lo llevasen consigo al emigrar a Francia en los años 1540; y Alfredo Marques propuso la hipótesis de que fuese un regalo de boda de Manuel I para su nueva esposa, Leonor, hermana del rey Carlos I de España, la cual al morir Manuel en 1523 se lo llevó consigo a España y de allí en 1530 a Francia al ser casada de nuevo con el rey Francisco I.15
Contenido
Mapamundi circular
Mapamundi o hemisferio circular del Atlas Miller.
El primer mapa del atlas es un mapamundi circular de 33 cm de diámetro,16 sin indicación de meridianos, paralelos ni ninguna otra línea cartográfica, lo cual impide saber si representa solo un hemisferio o una parte más amplia de la superficie terrestre. El eje vertical del mapa pasa por Rusia, Palestina y el este de África mientras que el eje horizontal cruza el actual Brasil, la isla de Madagascar y la península de Malaca. Si se asume que el eje horizontal coincide con el ecuador entonces el continente africano parece encontrarse desplazado al norte de su posición real.17
El borde meridional del planisferio muestra una fantástica tierra austral que une Sudamérica con el Extremo Oriente y por tanto hace supuestamente imposible cualquier navegación desde el océano Atlántico hacia Asia bordeando América por el sur.18 Esa era la ruta que iba a seguir la expedición castellana capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes que precisamente en 1519, fecha de realización de este mapa, partió de Sanlúcar de Barrameda.
Dicha tierra austral parece convertir a la extensión marina formada por los océanos Atlántico e Índico en un mar interior. Esta concepción geográfica tiene un precedente en la obra Esmeraldo de situ orbis, del también portugués Duarte Pacheco Pereira, escrita hacia 1505-1508 e influenciada por las teorías de autores clásicos como Ptolomeo o Pomponio Mela y por ciertos pasajes bíblicos.19 También aparece mencionada en un párrafo de texto del mapa de Piri Reis.20
Mapas regionales
Isla de Madagascar en el mapa de África meridional.
El Atlas Miller incluye siete mapas regionales; le falta una hoja que debió contener un octavo, probablemente del continente africano. Los siete mapas son bastante homogéneos en su tamaño, estilo decorativo y convenciones cartográficas. Todos presentan la típica red de líneas de rumbos de las cartas portulanas medievales, con el habitual tronco de leguas. Además cada uno incluye un meridiano graduado en latitudes, el ecuador y los trópicos en sus latitudes correspondientes y, a la manera de la Geographia de Claudio Ptolomeo, los paralelos que delimitan los climata ptolemaicos.21 Todos están orientados con el norte hacia arriba.
El primer mapa regional, en la encuadernación original del Atlas, es el de las costas de Europa septentrional (páginas 6 y 7), que abarca desde Bretaña por el sur hasta el “mare congelatu” de Islandia por el norte. La toponimia es abundante en Francia, Flandes y las islas Británicas pero casi inexistente en el Báltico y Escandinavia.22 la página siguiente muestra la mitad occidental de un mapa del Atlántico con una exacta representación de las islas Azores (“insule Ancipitrum”) y de una isla Verde (“insula Viridis”) que podría ser Groenlandia.23 La mitad oriental de este mapa probablemente mostrase la península ibérica pero esa parte del atlas se ha perdido.
África apenas aparece representada en las cartas regionales del Atlas Miller porque falta la hoja que probablemente contenía en un lado un mapa del continente entero (páginas 10 y 11 en la encuadernación original) y en el otro una imagen más detallada del África meridional, la cual continuaba por occidente el fragmento de mapa que hoy muestra Madagascar (páginas 12 y 13). Esta isla se representa con el nombre de “insule divi laurentii” y con muchos topónimos, indicando una leyenda que sus habitantes son musulmanes.24
El mapa del océano Índico (páginas 14 y 15 del atlas) muestra en su mitad occidental unos trazados costeros muy exactos, con latitudes en general muy correctas. La mitad oriental es más errónea, si bien muestra el litoral de Birmania y el delta del río Ganges en su posición correcta. En el mapa de Insulindia (páginas 16 y 17) se pueden ver las ciudades de Malaca, conquistada por los portugueses en 1511, y Singapur, así como las islas Molucas (llamadas “Malucus Insule”). Una leyenda en latín dice que más allá de Sumatra (“Trapobana”) existe un total de 1378 islas.25
El mapa del “Magnus Golfus Chinarum” (páginas 18 y 19) muestra un trazado geográfico totalmente erróneo. No da el nombre de ninguna localidad costera, limitando la toponimia a las grandes regiones. Este mapa presenta la peculiaridad de que dos de los barcos dibujados como decoración no muestran insignias de Portugal ni de países musulmanes, como en el resto del atlas, por lo que podrían representar juncos de Java.2627
El mapa de la “Terra Brasilis” o “Regionis magni brasilis” (páginas 22 y 23) muestra el continente sudamericano desde la costa norte del actual Brasil hasta más allá del estuario del Río de la Plata por el sur. Tiene una gran cantidad de topónimos, muchos más que cualquier otro mapa del Brasil de décadas anteriores o posteriores. En el extremo noroccidental, en una región desprovista de toponimia, aparece la desembocadura de uno o dos grandes ríos que Marques identifica con el Amazonas.28 Curiosamente, la persona que decoró este mapa cometió un error al rotular el trópico de Capricornio, al cual llamó “Circulus Cancri”.29
Gran desplegable
El Atlas Miller incluye un desplegable de dimensiones sensiblemente mayores que el resto de la obra (61 x 118 cm). Por uno de sus lados presenta un mapa del mar Mediterráneo y regiones adyacentes; por el otro un mapa del Atlántico norte, que incluye los recientes descubrimientos en el continente americano.
El mapa del Mediterráneo abarca el espacio tradicional de las cartas portulanas mediterráneas, ligeramente expandido para incluir el mar Caspio (“Hyrcanius mare”) y el golfo Pérsico. Tiene una red de líneas de rumbos que se distribuyen en dos círculos de rosas de vientos, no en solo uno como es el caso de los mapas regionales del Atlas. Contrariamente a estos no muestra tronco de leguas pero sí un meridiano graduado en latitud y, algo poco frecuente, varios paralelos con graduaciones incompletas en longitud.3031
El mapa del Atlántico Norte abarca desde las costas occidentales de Europa y África hasta las islas y tierras continentales de América (llamada “Mundus Novus”). Difiere de los demás mapas del atlas en que no presenta líneas de rumbos sino una simple cuadrícula ortogonal. Cortesão interpretó este hecho como una muestra más de que el Atlas Miller no llegó a ser terminado mientras que Marques ha especulado que podría haberse tratado de una omisión deliberada para dificultar el uso de este mapa para la navegación.32 Sí que incluye un tronco de leguas, un meridiano graduado en latitud y los límites de los climata ptolemaicos. Los topónimos son abundantes en la región del Caribe y en el norte del continente, no existiendo ninguno en las costas africanas.32 Existen tres cartelas con leyendas en latín y una cuarta, vacía, que no llegó a ser utilizada.32 La situada más al norte describe la “Terra Corte Regalis”, alusión a las tierras exploradas por Gaspar Corte Real; otra dice que las costas de los actuales Estados Unidos forman un continente continuo con Noruega por el norte y con Brasil por el sur, y la tercera afirma que en las Antillas del rey de Castilla se encuentra oro.33 Una ilustración representa en Norteamérica una escena bucólica en torno a un manantial, posible alusión a la fuente de la eterna juventud que Juan Ponce de León buscó por esos parajes (“Terra Bimene”). Otra miniatura muestra en Centroamérica tres personas de piel negra que parecen discutir dónde comenzar una excavación mientras una cuarta dispara una flecha con un arco. Estas figuras podrían ser “indios de piel oscura” 31 o quizás algunos de los primeros esclavos africanos transportados a América.33
El Atlas Miller quiso evitar la primera circunnavegación de la Tierra
Por Gonzalo Prieto
Hace 500 años, el 20 de septiembre de 1519, cinco naves partieron de Sanlúcar de Barrameda con el objetivo de circunnavegar el planeta. La expedición estaba capitaneada por Fernando de Magallanes, que fallecería en la misma, y Juan Sebastián Elcano que la lideraría en su vuelta.
Regresaron a la Península Ibérica 18 de los 239 hombres que salieron. Fueron los primeros en dar una vuelta al mundo tras recorrer con éxito el paso que sería dado en llamar Estrecho de Magallanes, al sur del continente americano. Habían hecho realidad una de las mayores gestas marítima de la historia que supuso un antes y un después en la concepción de las dimensiones de la Tierra y de la configuración de sus continentes.
El atlas Miller: una obra de arte
El atlas combina elementos geográficos y visuales de tres orígenes muy diferentes: las cartas portulanas, los mapas ptolemaicos y las miniaturas iluminadas de Flandes. Lo cierto es que su decoración presenta una calidad artística superior a la de cualquier otra obra cartográfica portuguesa del siglo XVI. Solo puede compararse con el Atlas Vallard, hecho en Francia en 1547 con influencias portuguesas.
Europa en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.
Pérez-Mallaína, que es autor de la conferencia «1519-1522: la nueva imagen del mundo. El Atlas Miller y la primera circunnavegación de la Tierra», considera que «el Atlas Miller es una magnifica obra de arte, con ilustraciones que pueden encuadrarse dentro de la escuela flamenca».
Brasil en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.
Pero lo cierto es que el contenido de este atlas y las circunstancias de su realización plantean diversos interrogantes. En algunos casos siguen siendo preguntas abiertas sobre la cartografía, los descubrimientos geográficos y las relaciones internacionales de la primera parte del siglo XVI.
Una herramienta de disuasión cartográfica
Pérez-Mallaína explica que «según la opinión de algún eminente investigador portugués, con él se intentaba demostrar que para llegar a las Molucas (archipiélago de la actual Indonesia) la única ruta viable era la portuguesa (rodeando África por el cabo de Buena Esperanza)».
Mapamundi o hemisferio circular del Atlas Miller, de 33 cm de diámetro. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.
Así, explica, que según esta interpretación «el océano Atlántico y el Índico estaban rodeados de tierras (siguiendo la visión de Ptolomeo) y formaban un gigantesco mediterráneo oceánico, que no tenía comunicación con el Pacífico». En ese sentido se podría ver, según Pérez-Mallaína «como una forma de disuasión cartográfica, que difundida desde Portugal, pretendía quitar respaldo geográfico al proyecto de Magallanes».
Detalle de Malaca o las conocidas por entonces como «Islas de las Especias» en el Atlas Miller. 1519. Biblioteca Nacional de Francia.
Por ello, a juicio de este investigador «los trabajos de Ortelius o Mercator sí suponen una verdadera revolución cartográfica y poseen mayor entidad que el Atlas Miller». De todas maneras, según reconoce, «el Miller gana en belleza a casi todos».
La fecha del planisferio o mapamundi resumen del Atlas es 1519, por lo que coincide con la fecha de salida de Magallanes. El Atlas supone la imagen actualizada de la visión del mundo grecolatino, concretamente de la de Claudio Ptolomeo, vigente desde el siglo II d.C.
La primera circunnavegación a la Tierra
La primera circunnavegación de la Tierra, al servicio de Carlos I, cumple su quinto centenario y tenía el propósito de abrir una ruta comercial con las islas Molucas o de las Especias (un archipiélago de la actual Indonesia) por occidente, buscando un paso entre el océano Atlántico y el océano Pacífico.
La escuadra, después de haber explorado durante meses el litoral americano al sur de Brasil logró cruzar el estrecho de Magallanes el 21 de noviembre de 1520. En su travesía por el Pacífico llegó a las islas Filipinas, donde, el 27 de abril de 1521, muere Fernando de Magallanes en la batalla de Mactán.
Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial (10 de agosto de 1519 – 8 de septiembre de 1522). Fuente: Wikipedia.
Los expedicionarios continuaron la navegación hasta las islas Molucas, objetivo de su viaje, donde eligieron a Juan Sebastián Elcano para capitanear el viaje de regreso. Navegando hacia el oeste por el océano Índico y dando la vuelta a África, el 6 de septiembre de 1522 la Victoria, única nave que quedaba en la expedición, retornó a Sanlúcar de Barrameda con su carga de especias, convirtiéndose en la primera embarcación de la historia en dar la vuelta al mundo.
Mapa de las Indias Orientales del Atlas Miller. Pedro Reinel ; Jorge Reinel; Antonio de Holanda
1519. Fuente: Biblioteca Nacional de Francia.
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