Política
Muralla Antonina
El Muro de Antonino (también llamado Muro Antonino o Muralla de Antonino) es una antigua construcción defensiva de la isla de Gran Bretaña, erigida por Quinto Lolio Urbico, gobernador de Britania, por mandato del emperador romano Antonino Pío entre los años 140-142, a unos 160 km al norte de su antecesora, la muralla de Adriano. Se extendía durante 58 km desde el estuario de Forth, en la costa oriental de la isla sobre el mar del Norte, hasta el golfo de Clyde, en la costa occidental sobre el mar de Irlanda, a lo largo de la línea de los antiguos fuertes construidos por Cneo Julio Agrícola. Fue inscrita en la lista de Patrimonio de la Humanidad en 2008 como parte de las “Fronteras del Imperio Romano”.
El motivo de la creación de este limes fortificado fue adelantar las posiciones defensivas romanas, al considerar que la provincia de Britania era ya segura, para así garantizar su defensa, y de paso someter a las tribus hostiles que vivían entre ambas murallas, en las tierras altas de la Caledonia meridional. Estas tribus de los pictos constituían una importante amenaza por su hostilidad, ante lo cual sus tierras fueron asoladas y un gran número de sus habitantes apresados y deportados a Germania.
La muralla no era tan sólida como la de Adriano, ya que estaba formada por un muro de turba y tierra apisonada en lugar de piedra, aunque tenía un foso mayor que la primera y contaba además con 19 fuertes y un sendero militar en su parte meridional. Sin embargo, la fortificación se abandonó tras el fallecimiento del emperador Antonino Pío, hacia 162, volviendo progresivamente las tribus del norte a bajar. A la muerte del emperador Cómodo, posiblemente en el año 196 o 197, cuando el gobernador Clodio Albino retiró gran parte de su guarnición al proclamarse emperador y desplazarse a Lugdunum (la actual Lyon), las tribus del norte protagonizaron un gran ataque sobre las fronteras romanas en la isla, lo que llevó en 208 al emperador Septimio Severo a restablecer legiones en el muro de Antonino, ordenando repararlo.
La construcción del muro fue acompañada por la instalación de fuertes, fortines y torres de vigilancia. Fueron construidos cada tres kilómetros para vigilar y proteger la frontera. Se conoce la existencia de 17 fuertes, de los cuales han sobrevivido 16. La mayoría de ellos contaban con los principales edificios construidos en piedra y los barracones y almacenes en madera. El más destacado es Rough Castle, que cuenta además con unos fosos defensivos sólo observados en este lugar. También se conoce la localización de 9 fortines y existen indicios de la existencia de otros cinco más.
En la construcción del Muro de Antonino participaron miembros de tres de las legiones acantonadas en Britannia, la Legio II Augusta, la Legio VI Victrix y la Legio XX Valeria.
La nominación de Muro de Antonino por el gobierno británico para ser declarado Patrimonio de la Humanidad se produjo oficialmente por primera vez en 2003. Fue respaldado por el gobierno escocés en 2005 y por Patricia Ferguson, Ministra de Cultura de Escocia en 2006. Se convirtió en la nominación oficial del Reino Unido a finales de enero de 2007, y los miembros del Parlamento Escocés fueron llamados a apoyar la candidatura en mayo de 2007. El Muro de Antonino fue inscrito como extensión de la ya existente “Fronteras del Imperio Romano” en 7 de julio de 2008.
Resto de un fuerte romano del Muro Antonino en Barr Hill.
Murallas de Roma
Las primeras defensas consistían en fosos, parapetos que protegían los lugares situados fuera de la empalizada palatina. Hacia el 480 a.C. se construyeron los agger, tapias de arena compactada, durante las guerras contra los volscos…
Pero será en el Reinado de los Reyes Etruscos cuando se realizarían las primeras murallas perimetrales de la ciudad. Según Tito Livio esta obra fue planificada en el periodo de Tarquinio Prisco (618-578 a.C.), pero sería su sucesor Servio Tulio (578-535 a.C.) el que las construiría según cuenta la tradición latina (Livio. i.44 ; Dionisio. iv.13).
Murallas servianas
Las Murallas servianas (en latín: Murus Servii Tullii) eran una barrera defensiva construida alrededor de las ciudad de Roma al principio del siglo IV a. C. Las murallas tenían una anchura de 3,6 metros y una longitud de unos 11 kilómetros, con más de una docena de puertas.
Los límites de las Murallas servianas, y la ciudad de Roma dentro de ellas, en rosa oscuro.
El nombre hacía honor al Rey de Roma, Servio Tulio. Aunque el trazado parece datar del siglo VI a. C., los restos actuales que se conservan datan del periodo final de la República Romana, como prevención tras el saqueo de Roma posterior a la batalla de Alia durante la primera invasión gala de la península italiana. Los galos, al parecer, tuvieron un fácil acceso a la ciudad, posiblemente porque los etruscos les obligaron a desmantelar las defensas que mantenían.
Las murallas fueron construidas con grandes bloques de toba volcánica. Algunas secciones incorporaban una profunda fosa para aumentar la defensa. En la parte norte se combinaba con rampas defensivas de tierra, lo que permitía incrementar el grosor del muro y, a los defensores, tener en el interior una plataforma para repeler cualquier ataque. El conjunto tenía armas defensivas importantes, incluidas catapultas.
Este sistema defensivo tenía un perímetro de unos 11 km y un área de 426 hectáreas. El muro estaba realizado con sillares de Grotta Oscura y capellacio, ambas son tipos de toba (roca ígnea volcánica), la primera de color amarillo y la segunda gris. Las piedras talladas oscilan entre los 66 y 45 cm de anchura, mientras que su altura media era de 60 cm. Estas se situaron de forma alterna es decir a soga y tizón.
Además del muro, se añadió a 9 m un foso de unos 29,60 m de ancho y 9 de profundidad. Carecía de torres, aunque se cree que existían dos en cada entrada.
Las murallas fueron obstáculo suficiente para contener el formidable ataque de Aníbal en el 211 a. C. durante la Segunda Guerra Púnica. La muralla se mantuvo casi idéntica al final de la República y en los inicios del Imperio, para ser posteriormente ampliada para recoger los distintos distritos en que Augusto dividió la ciudad tras su crecimiento.
No obstante, con la extensión del Imperio y la seguridad de la ciudad, dado que las fronteras se extendían por todo el Mediterráneo, las murallas perdieron su utilidad. Esto, unido al incremento notable de la extensión territorial de Roma, tuvo como efecto que parte de las murallas fueran derribadas para permitir el acceso a los nuevos barrios. Cuando en el siglo III la ciudad fue atacada por tribus bárbaras, el emperador Aureliano si vio obligado a defender la ciudad con unos nuevos muros.
Algunas secciones de las Murallas servianas son visibles en distintos puntos de Roma. Las mejor conservadas y más grandes secciones se encuentras preservadas en la estación Termini y en el Monte Aventino.
Las puertas que se considera existieron en algún momento en las Murallas Servianas, en el sentido de las agujas del reloj, son:
• Porta Flumentana – desde la Vía Aurelia, cruzaba Roma después de atravesar el Tiber.
• Porta Carmentalis – en la parte occidental de la Colina Capitolina.
• Porta Fontinalis – se dirigía desde el norte de la Colina Capitolina a través del Campo de Marte a lo largo de la Vía Lata.
• Porta Sanqualis – en el Quirinal.
• Porta Salutaris – en el Quirinal.
• Porta Quirinalis – en el Quirinal.
• Porta Collina – la puerta más al norte, en el Quirinal, desde la Vía Salaria. En este lugar acampó Aníbal en el asedio de la ciudad en el 211 a. C.
• Porta Viminalis – en el Viminal. Esta es la parte que se conserva y es visible desde la estación Termini.
• Porta Esquilina – en el Esquilino, todavía visible, donde se construyó más tarde el arco del emperador Galieno; da a la Vía Labicana, Vía Praenestina y la Vía Tiburtina.
• Porta Querquetulana – da a la Vía Tusculana.
• Porta Caelimontana – esta puerta se preserva por el arco de Publius Cornelius Dolabella, reconstruido en el 10 a. C.
• Porta Capena – la puerta por la que la Vía Apia abandonaba Roma camino al sur de Italia después de separarse de la Vía Latina.
• Porta Naevia – en el Monte Aventino, daba a la Vía Ardeatina.
• Porta Raudusculana – se dirigía al sur, a lo largo del Tiber y la Vía Ostiensis.
• Porta Lavernalis – unida a la Vía Ostiensis.
• Porta Trigemina – una puerta triple cerca del Foro Boario, también da a la Vía Ostiensis.
Parte de las Murallas servianas vistas desde la Estación Termini de Roma.
Murallas aurelianas
Las murallas aurelianas son una construcción militar de carácter defensivo construida en la ciudad de Roma por el emperador Aureliano. Su longitud original fue de 19 kilómetros, pero en la actualidad sólo se conservan 12,5 kilómetros. El propósito de su construcción fue defender Roma de las invasiones bárbaras, que comenzaron a partir del año 271 d. C.
El círculo completo rodeaba una superficie de 13,7 km². Las paredes cuentan con 3,5 m de grosor y 8 m de altura con una torre cuadrangular cada 100 pies romanos (29,6 m). Fueron remodeladas en el siglo V, doblando la altura (llegando hasta 16 m), por orden del general Flavio Estilicón, hombre fuerte del Imperio en época de Honorio. Tenían forma de hexágono y en ellas se emplazaban 382 torres, 7.020 almenas, 18 puertas principales, 5 poternas, 116 letrinas y 2.066 ventanas exteriores.
Constituyen un ejemplo de obra urbanística y desarrollo de la época, y en cierta medida se adelantaron a la amenazada existencia de las ciudades en la Edad Media.
En el año 2001, 400 metros de las murallas fueron destruidos por una violenta tormenta, pero se restauraron y reinauguraron en el año 2006.
Murallas aurelianas (perímetro).
Muro de Arabia Saudí-Irak
Arabia Saudita construye un cerco de 814 kilómetros de largo junto a su frontera con Iraq, en la que incluirá bases militares y puntos de control a lo largo de la valla.
La patrulla fronteriza saudita mantiene unas 40 bases a lo largo de la frontera iraquí en un intento por detener la infiltración de droga y los contrabandistas de armas.
La primera fase de la construcción de un muro de unos 900 kilómetros a lo largo en la frontera entre Arabi Saudí e Irak concluirá en el 2009, según anunció el Ministerio de Interior de Arabia Saudí.
La idea de crear una valla surgió el año pasado después de que combatientes islamistas saudíes se infiltraran en Irak para unirse a las facciones rebeldes que luchan contra las tropas de la coalición multinacional.
Según cálculos publicados por la revista ‘Time’ cuando se anunció su construcción, el muro costaría más de 5.000 millones de euros a las autoridades saudíes.
El ambicioso proyecto refleja no sólo la preocupación por el terrorismo, sino también una creciente alarma por la situación en Irak, donde las fuerzas norteamericanas están luchando para impedir que la violencia entre sunitas y chiítas se transforme en una guerra civil a gran escala. Todos los países vecinos de Irak, incluyendo Arabia Saudita, temen que la violencia traspase las fronteras y amenace su propia seguridad.
La cuestión más importante y principal es sellar la frontera con Irak, ya que desde la invasión norteamericana casi no hay presencia de medidas de seguridad iraquíes. Además de impedir el ingreso de terroristas, Arabia Saudita pretende evitar que contrabandistas, traficantes de armas e inmigrantes ilegales usen a Irak como una vía de acceso a Arabia Saudita.
Pero también ha querido aclarar el Ministro del Interior saudita, Príncipe Ahmad bien ´Abd Al- ´Aziz que no se tratará exactamente de un muro sino de un sistema de cercas de alambrado con cámaras sensibles al calor, entre las otras muchas cosas que anteriormente he citado.
Debería hacerse notar que en el 2004, Arabia Saudita comenzó a construir una barrera de separación a lo largo de su frontera con Yemen. La barrera sigue a la frontera internacional tal como fue puesta por los dos países en el Tratado Fronterizo de Jeddah del año 2000.
Muro de Arabia Saudí-Yemen
Con el objetivo de defender la economía más poderosa del Golfo Pérsico, poseedora de la mayor reserva de petróleo del mundo, el reino saudita fortifica su frontera de 9.000 kilómetros con una de las barreras de seguridad más largas del mundo, a un costo estimado de US$3.000 millones.
El reino comparte con Yemen 1.458 kilómetros, y con Irak más de 800. Además, limita con otros cinco países: Barein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Kuwait y Jordania.
Arabia Saudí retoma el proyecto del muro en su frontera sur con Yemen, esta vez con el objetivo de “evitar la expansión de la revolución”, según la agencia de noticias iraní Fars. El proyecto se remonta a 2004 y entonces los argumentos más importantes esgrimidos por Riad eran la necesidad de defenderse de posibles ataques terroristas y poner freno al tráfico de armas, droga e inmigración ilegal. Ocho años después las prioridades parecen haber cambiado y el reino saudí no quiere ser el próximo en la lista de países árabes sacudidos por revoluciones populares.
La agencia iraní asegura que el objetivo número uno de Arabia Saudí es blindar la parte este del país –donde reside gran parte del quince por ciento de la población total del país de la secta chií del Islam, la misma que en Irán- debido al “número creciente de protestas en las últimas semanas”. Los yemeníes lograron derribar a Alí Abdulá Saleh tras más de un año de protesta que concluyó con un pacto apadrinado por Riad por el que el dictador renunció a su poder a cambio de la inmunidad y ahora “Arabia Saudí teme a la influencia de la revolución sobre su propio pueblo ya que está gobernado por un tiránico régimen real”, según un joven líder de la revuelta yemení citado por Fars.
La frontera de unos 1.500 kilómetros entre ambos países –aliados durante los 22 años de dictadura de Saleh- también ha sido un lugar de máxima tensión debido a la presencia del Houthi, la milicia zaidí que desde 2004 ha librado seis guerras con el Gobierno de Saná. La última fue en 2009 y en ella Saleh tuvo el apoyo Saudí por medio de bombardeos y de un gran número de soldados que cruzaron la frontera para dar caza a los milicianos.
El zaidismo es una rama de la secta chií que sólo se encuentra en Yemen y el Houthi es su brazo armado. Su líder militar es Abdul-Malik al-Houthi, hijo del fundador del movimiento Hussein Badreddin al-Houthi, y tanto en su forma de hablar, como en sus gestos y mensaje imita a Hasán Nasralá, el secretario general de Hizolá, el Partido de Dios libanés. Los seis enfrentamientos que se han producido entre Gobierno y la milicia Houthi, que podría estar formada por unos diez mil hombres, han causado miles de víctimas y unos 150.000 desplazados según Naciones Unidas.
El proyecto de alta tecnología, llevado a cabo por el consorcio de Defensa y Seguridad EADS y Al Rashid Trading & Contracting Co., contará con barrera física en algunas partes, pero en otras, poco pobladas y en el desierto, habrá una barrera virtual: vigilancia satelital, cámaras, radares, sensores electrónicos, centros de detección costeros y aeronaves de reconocimiento para detectar intrusos y enviar patrullas.
La barrera cuya construcción quizá lleve entre cinco y seis años, forma parte de un paquete de medidas de seguridad de 12.000 millones de dólares que incluye sensores electrónicos, bases militares y puntos de control a lo largo de la frontera para proteger a ese reino rico en petróleo de las amenazas externas, expresó Nawaf Obaid, director del Proyecto de Evaluación de la Seguridad Nacional Saudita, un instituto de investigación independiente que asesora al gobierno.
Actualmente el proyecto ha finalizado su primera fase, construidos ya 900km en la frontera de Yemen.
Muro frontera Arabia Saudí con Yemen
Muro de Berlín
El Muro de Berlín (en alemán Berliner Mauer), denominado oficialmente «Muro de Protección Antifascista» (Antifaschistischer Schutzwall) por la socialista República Democrática Alemana – RDA (Deutsche Demokratische Republik – DDR) también fue apodado «Muro de la vergüenza» (Schandmauer) por parte de la opinión pública occidental, fue parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó a la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana hasta ese año.
El bloque oriental dominado por los Soviéticos oficialmente sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para evitar “la voluntad popular” de construir un estado socialista en Alemania del Este. No obstante, en la práctica, el muro sirvió para impedir la emigración masiva que marcó a Alemania del Este y al bloque comunista durante el período posterior a la II Guerra Mundial
El muro se extendía a lo largo de 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín en dos y 115 kilómetros que separaban a la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania.
Muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. El número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con seguridad. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo total es de 270 personas, incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte el Centro de Estudios Históricos de Potsdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona del muro.
Entre 1949 y 1961, unos 3 millones de personas abandonaron la RDA desde Berlín Oriental. Sólo en las dos primeras semanas de agosto de 1961 emigraron 47.533 personas. Además, para muchos polacos y checos, Berlín Occidental se convirtió en la puerta hacia occidente. A menudo se trataba de jóvenes bien formados, lo que constituía una amenaza a la economía de la RDA y, en última instancia, a la población de los países. Aproximadamente 50.000 trabajadores de Berlín Oriental trabajaban y vivían en Berlín Oeste, pero se aprovechaban de las condiciones financieras favorables de Berlín Este, siendo conocidos como Grenzgänger.
El 4 de agosto de 1961 fue decretado por la magistratura de Berlín Este que los Grenzgänger fueran registrados y pagaran el alquiler en marcos de la RFA. Ya antes de la construcción del muro, la Policía Popular (Volkspolizei) de Berlín Oriental controlaba las calles y los medios de transporte que llevaban a la parte oeste a los llamados «refugiados de la República» sospechosos y «contrabandistas». Además, muchos berlineses occidentales y orientales que trabajaban en Berlín occidental compraban en el mercado negro – con una ventajosa tasa de intercambio para el Marco de Alemania del Este de aproximadamente 1:4 – los relativamente baratos alimentos básicos y los pocos bienes de consumo de lujo de Berlín Este. La economía planificada del sistema del lado oriental fue, en consecuencia, debilitada de esta forma. El muro debía servir a los gobernantes del Bloque del Este como una forma de detener la evasión de los trabajadores y campesinos socialistas mediante el aislamiento.
El plan de la construcción del Muro de Berlín fue un secreto de estado de la administración de la RDA. El muro fue construido a instancias del Partido Socialista Unificado de Alemania — los trabajos se llevaron a cabo bajo la dirección y la vigilancia de la Volkspolizei y de soldados del Ejército Nacional Popular — contra las declaraciones del Presidente del Consejo de Estado (Staatsratsvorsitzender) Walter Ulbricht, quien, en una conferencia de prensa internacional que tuvo lugar en Berlín Oriental el 15 de junio de 1961, había contestado a una pregunta de la periodista Annamarie Doherr:
Entiendo su pregunta como que hay hombres en Alemania del Oeste que desearían que movilizáramos a los trabajadores de la construcción de la capital de la RDA para erigir un muro. No conozco la existencia de tales motivaciones, pues los obreros de la construcción de la capital emplean todas sus fuerzas principalmente en la construcción de casas. ¡Nadie tiene la intención de erigir un muro!.
Ulbricht fue, de esa forma, el primero en emplear el concepto «muro» – dos meses antes de que se construyese.
De hecho, los aliados occidentales fueron informados del acordonamiento de Berlín Oeste por los miembros del plan «Medidas drásticas», pero fueron sorprendidos por el calendario y la amplitud de las barreras. El acceso directo a Berlín Oeste no se cortó, ni fue interrumpido militarmente. El Servicio Secreto de la RFA (Bundesnachrichtendienst – (BND)) ya disponía de información similar desde mediados de julio.
El 11 de agosto la Cámara Popular (Parlamento de la RDA – Volkskammer) aprobó los resultados del Consejo de Moscú y autorizó al Consejo de Ministros a emprender las medidas correspondientes. El Consejo de Ministros de la RDA decidió el 12 de agosto emplear a las fuerzas armadas para ocupar la frontera de Berlín Oeste y construir el muro.
En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, sin previo aviso se construyó el muro entero, simplemente quedo sin construir el 13 de agosto una pequeña parte fuertemente vigilada por la policía socialista. Empezaron a sellar los accesos a Berlín Oeste soldados del Ejército Nacional Popular, 5.000 miembros de la policía fronteriza Alemana (precursora de las Tropas Fronterizas) (Grenztruppen), 5.000 miembros de la Policía Popular y 4.500 miembros de las brigadas. Tropas soviéticas se apostaron listas para el posible combate en la frontera aliada. Todos los medios de transporte que aún comunicaban ambos Berlines fueron detenidos. Sin embargo, las líneas del tren municipal elevado (S-Bahn) y subterráneo (U-Bahn) de Berlín Occidental que circulaban bajo Berlín Este siguieron funcionando sin detenerse en las estaciones orientales, que quedaron como estaciones fantasma. Sólo una de las líneas afectadas de la estación (calle) Friedrichstraße permanecieron en servicio, aunque bajo estrictos controles.
El gobierno de la RDA alegó que era un «muro de protección antifascista» cuyo objetivo era evitar las agresiones occidentales, argumentando que la construcción del muro era consecuencia obligada de la política de Alemania Federal y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Adicionalmente, se decía desde la Alemania Oriental que ningún muro hubiera sido necesario si Berlín Occidental no fuera una «espina en el costado de la RDA», como lo había definido su alcalde Willy Brandt, en el sentido de que era un enclave de otro estado inserto en el corazón de Alemania Oriental. Esta visión era compartida por los demás estados del Pacto de Varsovia, los cuales veían la rivalidad entre ambas Alemanias como un reflejo de la rivalidad entre los dos grandes pactos militares de la época. De todos modos, las autoridades de la RDA también reconocían que entre los objetivos del muro estaba evitar la emigración masiva o «fuga de cerebros».
Desde el 1 de junio de 1962, no se pudo entrar a la RDA desde Berlín Oeste. Tras largas negociaciones, un acuerdo de 1963 permitió que más de cien mil berlineses del oeste visitaran a sus parientes del lado este por fin de año.
El muro tenía una longitud de más de 120 km. La construcción inicial fue mejorada regularmente. El «Muro de la cuarta generación», que empezó a construirse en 1975, era de hormigón armado, tenía una altura de 3,6 m y estaba formado por 45.000 secciones independientes de 1,5 m de longitud. Su coste fue de 16.155.000 marcos de la Alemania Oriental. Además, la frontera estaba protegida por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras para evitar el paso de vehículos, una cerca de alambre de púas, más de 300 torres de vigilancia y treinta búnkers.
Célebre mural, icono de la caída del muro.
Al principio, solamente había un paso para los alemanes orientales en la Friedrichstraße; las potencias occidentales tenían dos puntos de control: en Helmstedt, en la frontera entre Alemania Oriental y la parte principal de Alemania Federal, y Dreilinden, en la frontera sur de Berlín Oriental. A los puntos de control se les dieron nombres fonéticos: Alfa (Helmstedt), Bravo (Dreilinden) y Charlie (Friedrichstraße).
Durante la existencia del muro se contabilizaron unas 5.000 fugas a Berlín Occidental; 192 personas murieron por disparos al intentar cruzarlo y otras 200 resultaron gravemente heridas. Intentos exitosos de fuga incluyeron la fuga de 57 personas, quienes escaparon a través de un túnel de 145 m de longitud cavado por los berlineses occidentales, en los días 3, 4 y 5 de octubre de 1964. El intento fallido más destacado fue el de Peter Fechter. Este intentó cruzar el muro junto a su compañero Helmut Kulbeik, el cual sí consiguió llegar al otro lado del mismo. Fechter fue tiroteado y se le dejó morir desangrado a la vista de los medios occidentales el 17 de agosto de 1962.
El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría. Hacia el final de 1989 comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989, siendo reemplazado por Egon Krenz pocos días más tarde.
En su estado final de construcción, a finales de la década de 1989, las instalaciones fronterizas consistían en:
• Un muro de hormigón de 2,5 a 3 m de alto.
• Una alarma que detectaba el contacto con el suelo.
• Una barrera de contacto de tela metálica más alta que un hombre, con un tendido de alambre de espinas y una alarma de contacto.
• Hasta su apertura en el año 1989 hubo además, en algunas partes, recorridos con perros policía (pastor alemán que podían correr libremente, aunque sujetos a una guía de cuerda), barreras antivehículo y antitanque (erizo checo), cuya desmantelación costaría posteriormente miles de millones de marcos al estado.
• Un camino (iluminado de noche) para el acceso a los puestos de guardia y la circulación de las columnas militares.
• Torres de vigilancia (302 en 1989) equipadas con proyectores de búsqueda, que vigilaban los puestos fronterizos de día, y con un refuerzo de soldados durante la noche.
• Pistas de control, siempre escarificadas, que servían para recoger las huellas de los fugitivos, y que no debían ser pisadas por los soldados.
• Barreras de separación suplementarias, que superaban la altura de un hombre, y a través de las cuales se podía ver en oblicuo.
• El muro propiamente dicho, de 3,75 m de altura, con un lado en Berlín Occidental.
• Algunos metros de territorio pertenecientes a la RDA.
La anchura total de las barreras fronterizas variaba entre 30 y 500 m (en Potsdamer Platz). Al contrario que en las fronteras interiores con la RFA, no se dispusieron campo de minas ni pistolas automáticas (aunque en general esto no se conocía en la RDA).
Los detalles de las instalaciones, diseñadas por las tropas fronterizas como zonas de acción, estaban bajo secreto militar y eran, por tanto, desconocidas por los ciudadanos de la RDA. Las tropas fronterizas debían guardar silencio. Como nunca sabían si se encontraban con un agente de la Stasi, siempre guardaban silencio. Cualquiera que se interesaba por las instalaciones fronterizas se arriesgaba, al menos, a ser arrestado y enviado a los puestos de policía para un control de identidad. El resultado podía ser una condena en prisión por planificación de evasión. Estaba prohibido visitar la zona inmediatamente anterior a la frontera sin una autorización especial.
El Muro de Berlín en Bethaniendamm (1986).
Muro de Brunei
Muro de Cisjordania
La Barrera israelí de Cisjordania es una barrera, aún no finalizada, construida por el Gobierno de Israel que se extiende aproximadamente en un 20% a lo largo de la Línea Verde y el 80% restante en territorio Cisjordania, adentrándose en el mismo hasta 22 kilómetros en algunos lugares, con el fin de incluir asentamientos israelíes densamente poblados como, entre otros, Ariel, Gush Etzion, Emmanuel, Karnei Shomron, Guiv’at Ze’ev, Oranit y Maale Adumim. Cuando esté terminada, aproximadamente el 10% del territorio cisjordano quedará en el lado israelí de la barrera y será aislado del resto de Cisjordania. Su proyecto final estima su longitud total en 721 kilómetros (junio de 2006).
La barrera israelí de Cisjordania es un proyecto muy polémico que ha generado importantes críticas contra el Gobierno israelí por parte de distintos organismos como Naciones Unidas y organizaciones pro derechos humanos, así como una resolución no vinculante emitida en 2004 por la Corte Internacional de Justicia que declaraba su ilegalidad e instaba a su total desmantelamiento. En agosto de 2008 el 58% de los 721 kilómetros totales del proyecto de la barrera se encontraban ya construidos; el 9% se encontraba en construcción y el 33% restante se mantenía como proyectado aunque no se había comenzado su construcción.
La construcción de la barrera fue aprobada por el gobierno israelí el 23 de junio de 2002. Consiste en un sistema de vallas y alambradas a lo largo de aproximadamente el 90% de su trazado, y en el 10% restante adopta la forma de un muro de hormigón prefabricado de hasta siete metros de altura, creado con módulos individuales dispuestos uno al lado del otro, e intercalados cada cierto intervalo con torretas para el control militar. Las partes de hormigón fueron erigidas para impedir ataques desde los edificios del lado palestino contra los vehículos que circulan en el lado israelí. Una vez que el proyecto en su conjunto se haya completado, la parte del hormigón será de un 6%, unos 30 km. El complejo de la barrera consiste de los componentes principales siguientes: una valla con sensores electrónicos diseñados para alertar a las fuerzas militares israelíes de los intentos de infiltración; una zanja (de hasta 4 metros de profundidad); una carretera asfaltada de dos carriles para patrullas; una pista de rastreo (un camino de arena allanada para detectar huellas) que discurre en paralelo a la valla; seis rollos de alambre de espino apilados marcando el perímetro del complejo. Todo el montaje tiene un ancho de entre 50 y 70 metros como media, aunque puede llegar a medir hasta 100 metros en algunos lugares. Un elemento complementario previsto son las “barreras de profundidad”, que son barreras secundarias que se bifurcan de la barrera principal hacia el este. Hay dos barreras de profundidad que forman parte del trazado previsto en el centro de Cisjordania. El número de puertas abiertas a los palestinos con los permisos apropiados es de 45 (de un total de 84).
La barrera es un proyecto muy controvertido. Sus partidarios afirman que la barrera es una herramienta necesaria para proteger a los civiles israelíes (árabes y judíos) contra el terrorismo palestino, especialmente de los atentados suicidas. Sobre la cuestión legal, el gobierno de Israel argumenta que le ampara el derecho a la autodefensa reconocido en el derecho internacional y que su único propósito al construir la barrera es impedir la entrada a núcleos de población de los terroristas, ante el incremento de los atentados tras la Intifada de Al-Aqsa (más de 1000 personas asesinadas desde septiembre de 2000) y por tanto no trazada con fines políticos ni anexionistas. Israel alega también que la barrera se erigió solo después de probar otras opciones que no lograron evitar los ataques mortales terroristas y una vez comprobado que la Autoridad Nacional Palestina no cumplía sus compromisos en materia de lucha contra el terrorismo. Sobre por qué no siempre sigue el trazado de la línea de armisticio anterior a 1967 (la llamada «Línea Verde»), que es la principal objeción que recibe la barrera, Israel aduce que se construye donde puede tener mayor efectividad y se ha mantenido en el interior del trazado de la Línea Verde cuando las necesidades de seguridad pueden asegurarse. Los defensores de la barrera sostienen finalmente que su eficiencia se constata por la drástica disminución del número de atentados terroristas suicidas y aducen que no se diferencia de las de otros países (como España o Estados Unidos) que construyen vallas para defender su territorio.
Sus detractores, entre los que se encuentran las organizaciones pacifistas y pro-derechos humanos israelíes Peace Now y B’Tselem, y múltiples organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, Intermón-Oxfam, Human Rights Watch y UNICEF, afirman que la construcción de la barrera sobre lo que consideran territorio palestino ocupado, junto con otras medidas llevadas a cabo por el Gobierno israelí (como la construcción de nuevos asentamientos y carreteras que atraviesan el territorio cisjordano, o el aumento de los checkpoints en la entrada y salida de las ciudades y aldeas) crea una realidad de facto que impediría un Estado árabe palestino viable, estableciendo serias dudas sobre su continuidad territorial y degradando notoriamente el nivel de vida de las poblaciones palestinas adyacentes al mismo, tanto por la destrucción y anexión de terrenos agrícolas fundamentales para la supervivencia de los poblados como por el aislamiento en el que se ha dejado a poblaciones enteras del resto del territorio palestino. Afirman que el derecho de Israel a defenderse debe ser compatible con el derecho a una vida digna de la población palestina, que hay otras medidas que pueden lograr el mismo objetivo y que, en caso de construir una barrera, ésta debería transcurrir en el interior de Israel y no en Cisjordania.
La alambrada a la altura de Meitar., en la carretera entre Beerseba y Hebrón, en la Judea meridional, sur de Cisjordania.
La denominación de la construcción es controvertida y está políticamente marcada. El nombre oficial que el Gobierno de Israel puso a la construcción es el de «Valla de seguridad» (security fence en inglés), y por ello los israelíes suelen denominarla «Valla de separación», «Cerca de seguridad» (en hebreo גדר ההפרדה, gader ha’hafrada) o también «Cerca antiterrorista». En los Territorios Palestinos suele denominarse en árabe como «Muro de la segregación racial» ( جذار الفصل العنصوري yidar al-fasl al-‘unsuri), «Nuevo Muro de la Vergüenza» o «Muro del Apartheid» (Apartheid Wall), en referencia al antiguo régimen racista sudafricano, pese a que en Israel viven más de un millón de árabes, el 19% del total de todos los israelíes. Esta denominación también es utilizada por algunos detractores de la barrera y de Israel en general. La denominación «Muro de Cisjordania», o simplemente «Muro», es utilizada por algunas organizaciones pro-derechos humanos, entre las que se encuentran UNICEF y Amnistía Internacional. En los medios de comunicación internacionales suele utilizarse el término inglés barrier («barrera»), y en España, los medios de comunicación y la clase política acostumbran a denominarlo «Muro de Cisjordania». La diplomacia israelí ha deplorado esta práctica que considera “descalificadora” por parte de los medios de comunicación españoles.
En resumen, sus detractores ponen el énfasis en la parte que tiene de «muro» (un 10% del trazado, aproximadamente) y sus defensores en lo que tiene de «cerca» o «valla» (el 90% restante), mientras que «barrera» es la denominación que escogen quienes buscan expresarse de forma más neutral, aunque a veces se utilizan ambos términos de forma indistinta, fundamentalmente desde los medios de comunicación.
Son 723 kilómetros de barrera de hormigón y valla metálica, sensores electrónicos, alambre de púas, zanjas, miradores y 66 puestos de control que separan Israel de los territorios palestinos de Cisjordania. Condenada por la ONU y la Corte de la Haya, la construcción que separa a los campesinos de sus tierras y a las familias de sus lugares de trabajo, centros educativos y de salud cumple 10 años.
El 16 de junio de 2002, el entonces primer ministro israelí Ariel Sharon tomó una decisión que despertó cuestionamientos en casi todo el mundo: levantar un muro para separarse de Cisjordania, con la excusa de defenderse de los ataques procedentes de los territorios palestinos . Corrían los sangrientos días de la segunda Intifada (levantamiento palestino) contra la ocupación israelí.
Sólo en la primera mitad de ese año murieron unos 200 israelíes en atentados suicidas de extremistas palestinos .Dos días después de que se empezara a construir la valla defensiva, 19 escolares murieron cuando se inmoló un palestino en Jerusalén.
En este violento contexto, una amplia mayoría de los israelíes apoyó la construcción del muro que invade territorio palestino, es decir al Este de la Línea Verde establecida tras la primera guerra árabe-israelí en 1948, conocida por los israelíes como Guerra de la Independencia. En algunas partes, las placas de cemento alcanzan los ocho metros de altura para protegerse de los francotiradores.
Desde entonces, son “casi 500.000 los palestinos que se ven afectados por la construcción” ubicada en un 80 por ciento en territorio palestino, explicó Daniela Gordon, de la organización de derechos humanos israelí Machsom Watch.
Todos los campesinos palestinos cuyas tierras se encuentran entre la Línea Verde y el muro deben atravesar las llamadas “puertas de la agricultura” para llegar a sus campos e invernaderos. Tres veces al día, soldados israelíes fuertemente armados abren esos accesos durante cerca de media hora. Sólo quienes tengan un permiso especial pueden acceder a sus campos. Por la noche, regresan bajo la mirada de desconfianza de los soldados.
“Por supuesto que espero que este muro desaparezca un día”, dijo a al agencia DPA uno de los militares que vigilan las puertas, al que no le está permitido dar su nombre. “Presto servicio aquí desde hace tres años, y no es nada divertido”, afirmó mientras controlaba desganado un tractor. “Pero por desgracia, agregó, el muro sigue siendo irrenunciable para mantener la seguridad de Israel”.
fotos PINTADAS. Los bloques de cemento se convirtieron en lugares de expresión.
Según el diseño de su trazado, el objetivo es rodear los más de 50 asentamientos israelíes donde viven un 80% de colonos, incluyendo extensas áreas de tierra alrededor de ellos, lo que permitiría crear una continuidad de los asentamientos con Israel y separar la zona del resto de Cisjordania.
Hoy en día, el conflicto entre israelíes y palestinos permanece estancado y la lógica idea de dos Estados no avanza. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, presentó en septiembre pasado una solicitud de membresía de la ONU para un estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén este como su capital, pese a la fuerte oposición de Israel y Estados Unidos que sostienen que la paz en la región sólo puede llegar de la mano de negociaciones palestino-israelíes.
Sin embargo, uno de los mayores obstáculos de las negociaciones tiene que ver con los asentamientos en Cisjordania, territorio ocupado en el que Israel se niega a dejar de construir viviendas, una condición inamovible por parte de los palestinos para retomar el diálogo.
A diez años del inicio del levantamiento de este muro, los atentados en Israel disminuyeron, aunque no está claro si es producto del muro o por el fin de la Segunda Intifada, que comenzó el 28 de septiembre de 2000 y concluyó oficialmente el 24 de febrero de 2005.
Muro de Grecia con Turquía
Inmigrantes indocumentados detenidos en un centro en Lesbos.
• 70.912 inmigrantes fueron temporalmente detenidos el año pasado
• Hasta 1.041 fueron repatriados en diciembre
Héctor Estepa | Atenas
Actualizado sábado 05/01/2013
Miles de inmigrantes vagabundean por las calles de la Grecia de la crisis. La mayoría son asiáticos o africanos y están atrapados contra su voluntad en el país, un lugar de paso entre oriente y occidente.
El gobierno heleno no quiere indocumentados y comenzó en agosto de 2012 una lucha implacable contra los ‘sin papeles’: 70.912 inmigrantes fueron temporalmente detenidos el año pasado según un informe hecho público este martes. Hasta 1.041 fueron repatriados en diciembre a un gran coste para las castigadas arcas del país.
Atenas quiere ahora actuar para no tener que deportar. Lo hará evitando la entrada de indocumentados. Con ese objetivo ha erigido un nuevo coloso de acero y hormigón en Europa: hace unos días finalizó la construcción de un muro de 10,3 kilómetros de largo en su frontera con Turquía. Mide cuatro metros de alto, está rematado por un alambre con púas y será vigilado por 24 cámaras de seguridad cuando esté totalmente operativo.
El objetivo del gigante es ‘taponar’ la mayor vía de entrada de inmigrantes en Europa. La frontera greco-turca se extiende por unos 200 kilómetros siguiendo el curso del Río Evros excepto en una pequeña porción de tierra de 12,5 kilómetros. Las autoridades helenas detuvieron allí a 57.000 indocumentados en 2011 y esa es precisamente la zona donde ha sido levantado el muro.
La nueva barrera se une así a otras construcciones similares dentro de la UE como los españoles de Ceuta y Melilla, también creados para combatir la inmigración de ‘sin papeles’. Otros como el de la Paz en Irlanda del Norte o la Línea Verde de Chipre han servido para separar a dos facciones enfrentadas.
Grecia intenta así detener el gran flujo de indocumentados que ingresan en su territorio tras la modificación de las rutas migratorias de 2008. Ese año se firmaron los acuerdos entre España, Italia y los países del norte de África contra el movimiento de ‘sin papeles’. Los sucesivos pactos lanzaron a los inmigrantes a la ruta turca, más segura.
La operación le ha costado al castigado país un año de trabajo y alrededor de tres millones de euros. Ni un sólo céntimo ha sido financiado por la UE: Bruselas puso el grito en el cielo cuando se anunció su construcción, pero finalmente decidió no intervenir y considerarlo un asunto interno.
Decenas de ONG helenas han criticado al gobierno por haber creado el muro, pero sus protestas se han elevado también a la UE. Reclaman la abolición del procedimiento comunitario conocido como Dublín II: la directriz estipula que los inmigrantes deben pedir asilo en el primer país por donde ingresan a la Unión.
En la práctica significa que si algún indocumentado es arrestado en cualquier país europeo, será devuelto al primer estado comunitario que pisó, Grecia en decenas de miles de casos: “Este es un problema europeo y no griego porque la mayoría de los indocumentados que vienen a Grecia lo hacen para llegar a Europa y no quieren quedarse aquí. Hay una gran hipocresía”, señala Spyros Koulocheris, activista del Consejo Griego para los Refugiados.
Alemania se ha solidarizado recientemente con Grecia y ha anunciado su renuncia a devolver a Atenas a los indocumentados arrestados en tierra germana que entraron a la UE por la frontera con Turquía. Lo hará por segundo año consecutivo. Un gesto del gobierno de Angela Merkel en un momento de difícil relación entre los dos países.
El nuevo muro supone una ayuda adicional a la misión de la Frontex –la agencia europea para el control de las fronteras- y a un destacamento policial reforzado en la zona conflictiva de línea divisoria entre Grecia y Turquía. La operación ha supuesto un descenso del 95% en el flujo de inmigrantes por esa ruta, la más popular durante unos años.
En cambio, ha vuelto a popularizar las travesías por el mar Egeo, al sur: decenas de miles de indocumentados se han lanzado al agua en los últimos meses con la esperanza de llegar a una isla griega desde la cercana costa turca.
Hasta julio de 2012, fecha del comienzo de la operación en la frontera terrestre, tan sólo se había detenido a 102 indocumentados en aguas del Egeo. En los tres meses siguientes fueron 1.536 los arrestados. La inevitable tragedia ha vuelto a cubrir de luto esas aguas: este sábado se conoció el naufragio de un bote con 28 personas a bordo cerca de la isla de Lesbos. Tan sólo uno pudo ser rescatado.
Los inmigrantes se han convertido en la mayor preocupación de los griegos tras la crisis económica. Ciudadanos de todas las ideologías destacan la problemática de acoger a 1,5 millones de inmigrantes -600.000 podrían ser indocumentados- en un país de 11 millones de personas. Nueve de cada diez helenos les ven además como los culpables del aumento de la criminalidad.
El gobierno del conservador Antonis Samaras se ha propuesto cerrar las fronteras y “retomar” las calles helenas de la inmigración ilegal como respuesta: lleva casi cinco meses ejecutando la ‘operación Xenios Zeus’ contra la inmigración ilegal: hasta 65.000 ‘sin papeles’ han sido temporalmente detenidos o arrestados.
La valla, de 10,3 kilómetros de longitud, 4 metros de alto y coronada por alambre de espino, ha sido elevada sobre las huertas que antes hacían de frontera entre estos dos países y su construcción ha costado más de tres millones de euros sufragados enteramente por el Gobierno griego.
“Los resultados de la operación policial y de la valla son muy buenos. El número de inmigrantes que cruza ilegalmente se ha reducido drásticamente. Esto debería satisfacer no sólo a Grecia sino a toda Europa porque todos estos inmigrantes no quieren quedarse aquí, sino ir a otras capitales europeas”, añade Salamangas.
Los vecinos que viven junto al nuevo muro están, con todo, satisfechos, aunque reconocen que, aparte de pisadas en sus campos de cultivo, nunca han tenido mayores problemas con los ‘sin papeles’.
“Antes venían muchos. Con el muro ya no pasan más. Pero, ¿por qué vienen a Grecia? Esto no es el paraíso. Aquí hay crisis, no hay trabajo”, critica el viejo Vangelis mientras despluma un pollo.
Sin embargo, Jalid, un paquistaní que hace dos años cruzó ilegalmente esta frontera se defiende: “Ya sé que aquí las cosas no son fáciles, pero en Pakistán están peor. Si no fuese así, no habría venido”.
Algunos locales, en cambio, sí que han alzado la voz contra la construcción del muro, como el joven Panos, de Orestiada.
“Está claro que la valla tiene un efecto disuasorio, pero sólo cubre 10 kilómetros. Los otros 190 kilómetros de frontera sólo están separados por el río Evros. Y por ahí sigue habiendo gente que cruza ilegalmente”, apunta y añade que incluso se están empezando a producir entradas ilegales de Turquía a Bulgaria, a pesar de que este país no forma parte de la espacio Schengen de libre tránsito europeo.
Las organizaciones humanitarias denuncian que, debido a la valla, los inmigrantes están utilizando rutas más peligrosas, como el Mar Egeo -donde en los últimos meses se han producido varios hundimientos de pateras- o el propio río Evros.
Según datos de la Policía, entre 2010 y 2012, murieron 112 inmigrantes ahogados o de hipotermia mientras trataban de cruzar el río, pero el muftí musulmán de la provincia griega de Evros, Serif Damatoglu, asegura haber enterrado él mismo a unos 400.
Grecia completó su valla de 3 millones de euros en diciembre de 2009. La alambrada de púas de 4 metros de altura se extiende a lo largo de 10,5 km, protegiendo una estrecha extensión de terreno seco a lo largo de la frontera griega de 125 millas, la mayor parte de la cual discurre a lo largo del río Evros. Las autoridades dicen que la valla ha sido efectiva, pero parece haber forzado a los inmigrantes a intentar vías más arriesgadas, como la travesía marítima o los cruces fluviales.
Atenas 04/08/2011 13:37
Grecia se ha lanzado a la construcción de un enorme foso defensivo en la frontera con Turquía para frenar el flujo de inmigrantes indocumentados que quieren entrar en la Unión Europea.
Así lo ha anunciado el diario griego To Vima con un amplio reportaje detalla la construcción de una trinchera anti carros de 120 kilómetros de largo, 30 metros de ancho y siete de profundidad, con el fin de convertir la región de Evros una zona esencial para la defensa del país.
El rotativo asegura que ya se ha terminado el primer tramo de la obra, de 14,5 kilómetros de longitud y se están preparando los trabajos para otros dos sectores de 11 y 13,5 kilómetros respectivamente. El foso, construido por las Fuerzas Armadas, forma parte del sistema de cierre de la frontera greco-turca a la inmigración ilegal, según To Vima.
La valla se encuentra en una zona clave para el flujo migratorio. En 2010, el 90% de los inmigrantes que entraron ilegalmente en el Espacio Schengen lo hicieron a través de esta frontera, de ahí que el Gobierno ateniense amenazase el inicio de las obras para un muro “antiinmigrantes” el pasado enero.
Muro de las Lamentaciones
El Muro de las Lamentaciones (en hebreo, הַכֹּתֶל הַמַעֲרָבִי, Hakótel Hama’araví, abreviado Kotel) es uno de los sitios más sagrados del judaísmo, vestigio del Templo de Jerusalén. Su nombre en hebreo significa simplemente “muro occidental”. Data de finales del período del Segundo Templo, hasta hace poco se creía que fue construido cerca del 19 A.C. por Herodes el Grande, según hallazgos en excavaciones recientes se cree que fue construido décadas más tarde por su bisnieto, Agripa II. Es uno de los cuatro muros de contención alrededor del Monte Moriá, erigidos para ampliar la explanada sobre la cual fueron edificados el Primer y el Segundo Templo de Jerusalén, formando lo que hoy se conoce como la Explanada de las Mezquitas por la tradición musulmana o Explanada del Templo por la tradición judeocristiana. El nombre Muro Occidental se refiere no solamente a la pequeña sección de 60 metros de longitud expuesta en el Barrio Judío, sino a toda la pared de 488 metros, en su mayoría tapada por los edificios del Barrio Musulmán.
El Primer Templo, Templo de Salomón, fue construido en el siglo X a. C., y destruido por los babilonios en el 587 a. C. El Segundo Templo, en tanto, fue reconstruido por los líderes Zorobabel, Esdras y Nehemías en el año 536 a.C. a la vuelta del Exilio de Babilonia, y vuelto a destruir por los romanos en el año 70 de nuestra era, durante la Gran Revuelta Judía. De tal modo, cada templo se mantuvo en pie por unos 400 años.
De acuerdo con la historia, cuando las legiones del emperador Vespasiano destruyeron el templo, sólo una parte del muro exterior quedó en pie. El entonces general Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma había vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de las Lamentaciones). Los judíos, sin embargo, lo atribuyeron a una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado templo como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío. Los judíos han rezado frente a este muro durante los últimos dos mil años, creyendo que este es el lugar accesible más sagrado de la Tierra, ya que no pueden acceder al interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos. En todo caso, las oraciones hebraicas frente al muro no se limitan a las lamentaciones. Se lee el libro de los Salmos y se realizan ceremonias de Bar Mitzva. Alabanzas y peticiones (orales y escritas) son comunes y continuas.
Comúnmente frente a él se lamenta la destrucción de la ciudad y la dispersión del pueblo hebreo, siendo el viernes un día de especial intensidad. La tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro tiene varios siglos de antigüedad. Entre los rezos de los judíos se incluyen las fervientes súplicas a Dios para que vuelva a la tierra de Israel, el retorno de todos los exiliados judíos, la reconstrucción del templo (el tercero), y la llegada de la era mesiánica con la venida del mesías judío.
El Muro de las Lamentaciones es sagrado para los judíos debido a que es una de las pocas partes que quedaron en pie luego que los romanos destruyeran el Templo de Jerusalén. El Muro Oriental y el Muro Sur también sobrevivieron parcialmente el embiste romano, pero el Muro Occidental está más cercano al Sancto Sanctorum o Santo Santuario (1Reyes 8:6-8), el sector más sagrado del Templo al que solamente podía acceder el Sumo Sacerdote una vez al año. A diferencia del Muro Oriental y el Muro Sur, el Muro Occidental se convirtió en el lugar tradicional de oración.
Conservándose sólo el muro situado entre las dos escalinatas de subida al templo y delante a la plaza del muro actual. Mide 4 m. y algunas de sus piedras llegan a pesar 628 toneladas.
• Está compuesto de gigantescos sillares de hasta 1,80 m de alto y 11 m de largo.
• Once hiladas están cubiertas por las ruinas, catorce aún son visibles
Muro atlántico
El Muro Atlántico o Muralla del Atlántico (Atlantikwall en alemán) fue una gran cadena de puntos de refuerzo ininterrumpida construida durante la II Guerra Mundial por la Alemania nazi que tenía como misión impedir una invasión del continente europeo desde Gran Bretaña por parte de los Aliados.
La edificación de este gigantesco proyecto se confió en 1942 a la Organización Todt. Con un alto coste se dotó a la zona costera del canal de La Mancha bajo control alemán de todo tipo de búnkeres, blocaos, casamatas, trincheras, túneles y demás estructuras defensivas, que en total sumarían en torno a 15.000 edificios, requiriendo el uso de 11 millones de toneladas de hormigón y 1 millón de toneladas de acero.
Muchos de los puertos más importantes a lo largo de la costa francesa fueron integrados en el plan de defensa atlántica alemana. Acercándose el final de la guerra, Hitler ordenó la defensa de las posiciones a toda costa, y efectivamente algunas de estas posiciones seguían sin estar en manos aliadas hasta la rendición alemana el 8 de mayo de 1945. Varias de las fortalezas costeras habían sido adaptadas como bases de submarinos, y se convirtieron en objetivos primarios para los Aliados. Entre sus guarniciones se contaban unidades SS y tropas de origen eslavo.
Fortificación en el norte de Francia.
Búnker alemán en Søndervig (Dinamarca)
Búnkeres alemanes en Longues-sur-Mer (Francia).
El proyecto original contemplaba un tipo de muralla que fortificaría las costas de Europa, desde Noruega hasta España, para evitar el desembarco de tropas enemigas y la posible entrada de éstas a Alemania. El proyecto era ambicioso y no contaban con suficiente tiempo para fortificar toda la costa. De esta manera el llamado “Muro Atlántico” se compone de diversas edificaciones distribuidas en puntos estratégicos y se apoya en la accidentada topografía de algunas costas. Inicia en la costa norte de Francia, continúa por las Islas del Canal, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Noruega, aproximadamente 6,000 kilómetros de costa. Algunos puntos contaron con una mayor fortificación de acuerdo a las suposiciones de por donde atacarían las tropas enemigas o bien fueron claros mensajes políticos para las naciones invadidas, como es el caso de las Islas del Canal, las cuales contaban con poca relevancia estratégica y sin embargo tuvieron una fuerte fortificación. Finalmente el 6 de junio de 1944 los Aliados desembarcaron en la costa de Normandía y penetraron triunfalmente el Muro Atlántico.
Otra muestra de que Hitler estaba convencido de que en Noruega tendría lugar un episodio crucial del desembarco aliado, es la gran cantidad de búnkeres y baterías costeras que se construyeron como parte del muro del Atlántico a lo largo de toda la costa, unas 280. En varios sitios se instalaron cañones navales de gran calibre (406 mm) apodados “Adolfkanone“, como por ejemplo en Trondenes, en el norte del país. Otro ejemplo de cañón naval reconvertido a batería costera está en Fjell, hacia el sur del país, en la llamada “Fjell festning” (calibre de 286 mm).
Casamata armada con un 28cm Schiffskanone L/40 de la MKB Graf-Spee de Lochrist 7./MAA 262.
El punto de defensa WN62.
A.- Primera línea de defensa con Puertas Belgas, rampas con minas Teller, obstáculos antitanque y minas antipersonal.
B.- Línea final de la playa.
C.- Foso antitanque de 1,5m de profundidad y 2m de ancho. Inundada y equipada con dos lanzallamas operados a distancia.
D.- Posiciones de lanzallamas.
E.- Alambre de espino.
F.- Conjunto de trincheras cubriendo el foso antitanque y la salida de Colleville. Incluye un cañón de 50mm y dos ametralladoras polacas capturadas de 7,92mm.
G.- Vivienda civil utilizada como cantina para la dotación del puesto.
H.- Tobruk con una MG34.
I.- Bunkers H669 con cañones de 75mm para fuego de enfilada sobre Omaha Beach, al noroeste.
J.- Puesto de mando, observación artillera y radio, equipado con tres MG34 en trincheras.
K.- Tobruks con morteros de 50mm.
L.- Bunker para 20 hombres, más un Tobruk con mortero de 50mm y un bunker para comunicaciones con el anexo WN61 al otro lado de la salida de Colleville.
M.- Puesto de protección de retaguardia con un cañón de 50mm.
la pequeña localidad de Dinamarca Løkken se vio inundada de búnkeres de hormigón
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