Precolombina
Águila de Oyotun (Perú)
Con diferentes denominaciones como:
- Águila de Oyotún
- Hombre Ave de Oyotún
- Geoglifo de Oyotún
Es una gigantesca figura ubicada en los flancos del Cerro el Águila muy cerca al caserío Bebedero a 7 Km. de la zona urbana del distrito y que representa a una ave con las alas extendida y rasgos humanos, que posiblemente haya sido confeccionada en el periodo formativo andino (2200 – 1800 a.c.).
Este geoglifo habría sido confeccionado con piedras blancas de cantos rodados (piedra del río) al estilo mosaico. Estas piedras son de tres clases, que miden treinta centímetros de diámetro cada una.
La gigantesca figura mide 60 m. de ancho por 59 m. de altura, y se reporta como única en su género (segundo lugar en importancia después de las Líneas de Nazca) en todo el país y en Sudamérica. Según reportes de los arqueólogos J. Rodón y Pedersón. Estudiadas desde el año 1940 por J. Rivadeneira, Víctor Baca Aguinaga y P. Korok. Esta gran figura vista desde lo alto representa a un ave (humanoide), que orienta su vuelo al nor-oeste y se cree que haya sido una señal para salir de la entonces boscosa Cuenca Zaña, y luego voltear por el sector conocido como la palomita y orientar a los viajeros con la dirección al pueblo precolombino de Cinto y Collique.
También existe otra versión que sería un ave mitológica de adoración de los habitantes del lugar.
Se trataba de un extraño ser que los arqueólogos decidieron llamar el búho mítico, de más de 60 metros de largo y unos 2.500 años de antigüedad, que fue hecho por los habitantes de la cultura Chavín mediante la técnica del mosaico (acomodación de piedras lisas) en la ladera noreste de un cerro ubicado a pocos metros de la localidad de La Compuerta, en el valle de Zaña.
El geoglifo El Aguila tiene una antigüedad de tres mil años, es decir mil años antes de Cristo.
La figura del águila se encuentra a 15 minutos lado noroeste de la localidad de Oyotún. Asimismo la distancia de Oyotún con Chiclayo es de 65 kilómetros. Oyotún está ubicado al sureste de Chiclayo.
El geoglifo tiene una extensión de 3,600 metros cuadrados donde destaca una figura del águila en actitud de vuelo tallada en piedra blanca que hace un contraste apropiado e impactante con la piedra oscura del cerro.
Tampoco se ha tenido en cuenta que debajo del geoglifo existen evidencias de restos arqueológicos de culturas preíncas, y que hasta hace poco nadie ocupaba por respeto al dibujo del águila. Los dibujos son comparados a las figuras de las líneas de Nazca, y forman parte de la cultura Cuspinique, que es anterior a la cultura Mochica.
Ubicación del Águila y el Buho en el valle del río Zaña. Dibujo de Martín Lozada.
Estos geoglifos fueron descubiertos hace una década por el arqueólogo Walter Alva, responsable del descubrimiento del Señor de Sipán, el monarca de la cultura Mochica.
Además, en las laderas de los cerros del valle del Bosque de Pomac también se pueden observar “caprichosas figuras”.
Centurión, arqueólogo de profesión, precisó que las figuras corresponderían al Formativo Temprano o pre-Chavín, con unos 2000 a 2500 años antes de Cristo. En su interpretación, los geoglifos representan a divinidades esquematizadas con ciertos atributos que eran invocadas en búsqueda de protección.
Búho de La Compuerta (Perú)
El Búho, ubicado en la ladera noreste de una formación de cerros que bordean el paraje denominado “Pampas de Caña Cruz,” en el anexo La Compuerta, valle de Zaña, Lambayeque, Perú, en el anexo de la Compuerta Cayaltí, a una altura de 230 metros sobre el nivel del mar.. Las dimensiones son 65 metros de altura por 23 de ancho. Se trata de una representación mágico-religiosa con atributos felínicos, ornitomorfos, y humanos. Sus rasgos de marcada prosapia chavinoide lo sitúan en el Período Formativo Andino (2000-3000 años de antigüedad).
Es otra gigantesca figura lítica confeccionada con piedras en base a canto rodado al mismo estilo del cóndor de Oyotún distante a 8 Km. al sur de ésta, muy cerca al caserío la compuerta y frente a la actual campiña llamada Campo Nuevo del caserío Sorronto. Esta figura tiene características antro-ornito-zoomorfa. Según las referencias sería una señal que indicaba el camino al pueblo precolombino de Cojal, cuyas ruinas indica que fue un gran pueblo de la época.
El búho mítico presenta las siguientes características:
- Ojos, pico y rostro de búho.
- Boca, dientes y nariz de jaguar.
- Cuerpo y extremidades de un guerrero erguido.
Resultando así una imagen mítico religiosa interpretada como una divinidad básicamente humana llena de significativos atributos zoomorfos, que a su vez le confieren sobrenaturalidad y poder.
Ambos geoglifos debido a su importancia histórica, y haberse convertido en un recurso turístico, merecen una investigación más profunda ya que existen diferencias no coincidentes, sin embargo podemos determinar lo siguiente:
- Estas grandes figuras fueron confeccionadas en el periodo formativo del valle zaña.
- Que pertenezcan al periodo formativo andino 2200 – 1800 a.c.
- Que pertenezcan al periodo formativo chavinoide (pre-chavín).
- Que sean señales territoriales de los caminos de la época.-
- Que constituyan imágenes mítico-religiosas de alguna cultura propia del lugar y fueron construidas por ser deidades protectoras, efigies de veneración del culto religioso.
En conclusión al haberse encontrado estas figuras y otras por descubrir, el distrito de Oyotún se ha considerado como el valle de los geoglifos (tierra del aguila milenaria) de extraordinaria importancia después de las líneas de nazca, por lo que estos restos arqueológicos urge su conservación, protección y mayor investigación.
Ubicación del Águila y el Buho en el valle del río Zaña. Dibujo de Martín Lozada.
Monolito de Pokotia
El Monolito de Pokotia es una estatua de carácter Tihuanacoide que se encontró en 1960 cerca a Pokotia a 2 km de Tiwanaku, Bolivia.
Ubicación
Actualmente el monolito esta ubicado en el Museo de metales preciosos en la calle Jaén, en La Paz.
Estudios efectuados
Los investigadores Bernardo Biados y Freddy Arce han estudiado las inscripciones que se encuentran en la parte frontal y en la parte dorsal del monolito. Las inscripciones fueron interpretadas por el epigrafista estadounidense Clide Winters como escritura pictográfica proto-sumeriana.
Interpretaciones
Las declaraciones de Clide Winters han causado varias polémicas en el mundo arqueológico. En particular algunos arqueólogos tradicionales han declarado que fue imposible por los Sumerios viajar hasta la actual Bolivia.
El monolito de Pokotia es una estatua de piedra antropomorfa, de unos 170 cm de altura, que fue descubierta alrededor de 1960 en el sitio de Pokotia, a 2 kilómetros aproximadamente de la ciudad de piedra de Tiahuanaco.
En el 2002, los investigadores Bernardo Biados, Freddy Arce, Javier Escalante, César Calisaya, Leocadio Ticlla, Alberto Vásquez, Álvaro Fernholz, Omar Sadud, Paulo Batuani y Rodrigo Velasco, analizaron el monolito, el cual se encontraba en el Museo de metales preciosos de La Paz, y se dieron cuenta de que contiene inscripciones no sólo en la parte frontal, sino también en la dorsal.
Lamentablemente, no fue posible regresar al lugar exacto donde el monolito fue encontrado, ya que eso habría permitido efectuar un serio estudio estratigráfico. En todo caso, del análisis de la estatua se puede afirmar que ésta pertenece a un período anterior a la civilización Tiwanaku clásica. En mi opinión, el monolito de Pokotia pudo haber sido tallado en una época antecedente al florecimiento de la civilización Pukara.
Según la lingüística oficial, el término Pukara viene del quechua y significa fortaleza o lugar estratégico de donde se puede supervisar un valle o la confluencia de dos ríos.
La civilización Pukara tenía su centro en la ciudadela fortificada que se encuentra a 61 kilómetros al norte de Juliaca, en el departamento de Puno. Sin embargo, el término Pukara es tan común en los valles al norte del lago Titicaca (el sitio de Poquera y también los petroglifos de Pusharo, situados mucho más lejos, en el río Palotoa, en el Madre de Dios), que lleva, en mi opinión, a descubrir el origen de la civilización Pukara en la Amazonía.
Probablemente, algunos indígenas de origen arawak se dirigieron hacia la sierra alrededor del VI milenio antes de Cristo, con el fin de intercambiar sus productos. Algunos de ellos se detuvieron en el altiplano y, mezclándose con los nativos de origen Colla, dieron inicio a las culturas Chiripa y Qaluyo (lo prueban también los petroglifos de Quiaca, muy similares a los de Pusharo), y sucesivamente a la civilización Pukara.
El lugar donde fue hallado el monolito de Pokotia fue reconocido por algunos investigadores como un lugar sagrado o un oráculo.
Según el estudioso Clyde A. Winters, en el monolito de Pokotia hay varias inscripciones (de origen proto-sumerio), pero las más importantes están debajo de las manos (que están apoyadas en los muslos) y en la parte dorsal (en la espalda de la estatua). Esta es la traducción de las inscripciones que se encuentran en la parte frontal, según Clyde A. Winters:
Divulguen a toda la humanidad la apertura del oráculo de Putaki. Se proclama que la estirpe de Putaki será estimada en el tiempo. Actúa justamente, de modo que el oráculo pueda divulgar la sabiduría. Aprecia el culto. Todos deben dar testimonio de la voluntad divina. El adivino interpretará la guía del oráculo, con el fin de anunciar las reglas que regirán a la humanidad. Los ciudadanos darán testimonio a favor del ser humano, que difundirá sabiduría y será ejemplo de carácter fuerte.
En la parte frontal izquierda de la estatua hay otra inscripción que se interpreta así:
El chamán proclama la inmensa importancia de este lugar, el poder de la divinidad, con el fin de entregar la sabiduría al hombre.
Luego hay dos incisiones adicionales en la misma parte frontal:
Oh, gran Putaki, hombre sabio y progenitor de muchas gentes.
Jura dar testimonio de carácter y sabiduría. Da testimonio del poder de la divinidad, con el fin de reforzar tu carácter.
En la mano del monolito estaría escrito, todavía según Winters:
El oráculo de Putaki conduce al hombre a la verdad. Este oráculo precioso hará germinar la estima, ahora testimonia su fuga.
En lo que respecta a la parte dorsal del monolito, hay varias interpretaciones. Según Clyde A. Winters, esta sería la traducción:
La norma ideal es el oráculo. Este oráculo lleva al conocimiento de la voluntad divina. Distribuye a toda la humanidad la voluntad divina. Entiende el sentido de la voz perfecta. El oráculo esparcirá serenidad. Escuchen el oráculo, llamen al adivino. El adivino habla sabiamente. La voluntad divina será visible y destellante, saliendo de la boca del oráculo. Escuchen al adivino, escuchen el oráculo para poder adquirir sabiduría y carácter. Escuchen el oráculo para difundir la voluntad divina, siguiendo el Bien legítimo y justo. Invoca el alimento puro para el oráculo. Oh, oráculo, eres el testimonio de la pureza. Difundirás serenidad y sabiduría. El oráculo de Putaki es padre de la sabiduría y beneficio para todos. Se volverá un testimonio visible de la sabiduría y de la voluntad divina. Difundirás la voluntad divina y serás testimonio de su poder.
Según Winters, por tanto, el monolito de Pokotia era un oráculo de nombre Putaki.
Las inscripciones que hay allí grabadas estarían en proto-sumerio pictográfico, aunque no cuneiforme como en la Fuente Magna. Los autores de las inscripciones del monolito de Pokotia serían entonces los mismos que hicieron las incisiones de la Fuente Magna, en un período comprendido entre el 3000 y el 2000 a.C. Winter también sugiere que el proto-sumerio derivaría, junto al proto-dravídico y al proto-mandé, de pueblos que vivieron en el Sahara antes del diluvio.
Hay también otra traducción de las inscripciones dorsales del monolito de Pokotia. Es una interpretación del quellca pictográfico, el antiguo idioma del altiplano andino, hablado quizás por un restringido círculo de sacerdotes en la cultura Pukara o en la Tiahuanaco clásica.
Según esta interpretación, que se basa incluso en cálculos arqueo-astronómicos, las inscripciones situadas en el dorso del monolito significarían:
En el tiempo en que Manco Capac y Mama Ocllo salieron de las aguas del lago Titicaca, apareció en el cielo una nueva estrella justo al lado de la Cruz del Sur. Sucesivamente, la estrella se hizo más pequeña y luego desapareció del cielo. Se veía sobre los montes en el horizonte entre dos montañas y comenzó a brillar el tercer día del cuarto mes.
Según esta interpretación, por lo tanto, la parte dorsal del monolito relataría la explosión de una supernova, justo cuando la célebre leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo contaba que ellos salieron, o bien, “nacieron” del lago Titicaca. Después de haber analizado tanto la Fuente Magna como el monolito de Pokotia, estoy cierto afirmar que los dos hallazgos son auténticos y que ambos contienen inscripciones proto-sumerias y quellcas. Como ya señalé en mi artículo sobre la Fuente Magna, concuerdo totalmente con la tesis de Bernardo Biados, según la cual los sumerios circunnavegaron África ya a partir del 3000 a.C. El hecho de que, una vez que llegaran a Cabo Verde, se enfrentaran a vientos contrarios, hizo que se dirigieran y se adentraran en el océano en busca de vientos favorables (la misma ruta fue recorrida siglos más tarde por los fenicios, los cartagineses y los portugueses).
Fue así como, accidentalmente, los navegantes sumerios se encontraron en las costas de Brasil, probablemente en los actuales estados del Piauí o Marañao. Como estaban en busca de metales, se dirigieron al interior del continente y, navegando a lo largo del río Madeira y del Beni, llegaron al altiplano andino, lugar que, además de ser rico en metales, es considerado sagrado desde tiempos arcaicos, por la existencia misma del lago Titicaca, el más alto del mundo.
Algunos sumerios permanecieron en el altiplano andino y se mezclaron con las etnias Colla y Arawak, mientras que otros regresaron a su patria.
Es interesante ver las similitudes, sobre todo en las consonantes, de los siguientes términos:
Pusharo (PSR), Pukara (PKR), Pokotia (PKT), Putaki (PTK). Por consiguiente, es posible que el origen de la civilización Pukara y, sucesivamente, del sitio de Pokotia (con el oráculo de Putaki), sea la selva amazónica, con los enigmáticos petroglifos de Pusharo, que, en mi opinión, indican un lugar estratégico utilizado por pueblos de la selva durante su largo recorrido hacia la sierra.
Si se aprueban ulteriores excavaciones en Tiwanaku y en Pokotia, con el propósito de escudriñar qué hay en una profundidad de unos 30 metros, podrían descubrirse importantes yacimientos proto-Pukara y quizás también otros antiguos rastros de la presencia de los sumerios en el Nuevo Mundo.
La nave de Toprakkale (Turquía)
El objeto cuya ilustración se observa abajo aparecía en un pequeño artículo escrito por el ingeniero esloveno Igor Likar en el número 2 del volumen 23 (mayo-junio 1.996) de la publicación Ancient Skies de la Ancient Astronaut Society, donde el autor hacía mención a una noticia anterior aparecida el 29 de Noviembre de 1.995 en el Slovene News Magazine, en el que se hablaba sobre la existencia de una pieza arqueológica de unos 3.000 años de antigüedad depositada en el Museo Arqueológico de Estambul en Turquía. La figura, de unos 23 centímetros de largo, 9`5 de alto y 8 de ancho no daba lugar a ninguna clase de dudas sobre lo que representaba, ni excusas a posibles interpretaciones que no fuesen lo que los ojos de su observador apreciaban en un primer momento. La clara e inconfundible figura de un cohete con el extremo delantero en forma de cono, dotado de toberas de expulsión de gases en la parte posterior, y por si fuera poco con una cabina en la parte central en la que se emplazaba la figura de un tripulante o piloto al que sólo le faltaba la cabeza, probablemente perdida por algún golpe al ser la parte que más sobresalía de todo el conjunto. El piloto vestía un traje de una sola pieza con formas acanaladas y permanecía con las piernas dobladas sobre el pecho, apreciándose incluso que va equipado con botas.
Cabecera de la portada del número 2 del volumen 23 (mayo-junio 1.996) de la publicación Ancient Skies de la Ancient Astronaut Society, donde tuve por primera vez noticias sobre la existencia de la Nave de Toprakkale.
Poco más se ha vuelto a saber sobre la Nave de Toprakkale desde la incursión de Zecharia Sitchin por tierras otomanas.
El Candelabro de Paracas
Candelabro de los Andes, La cruz de Paracas, El tridente de Paracas
La cruz de Paracas, el candelabro de los Andes.
El Candelabro, en la bahía de Paracas, es un geoglifo famoso, ubicado en Paracas, Ica. Sus grandes dimensiones y su diseño sobre la arena permiten distinguir una relación con las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana. Su origen es aún un misterio.
En una suave colina de arena, en la Bahía de Paracas; se encierra un misterio de nuestra historia, un “Candelabro” inmenso, dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado.
Esta figura se encuentra dibujada en una superficie de arena endurecida de color blanquecino, como sí se tratara de un lienzo que cayera verticalmente desde el cielo hasta tocar las olas, que con violencia se estrellan contra la base oscura de roca estratificada, donde la playa no existe. De manera que tal lugar jamás fue un desembarcadero, ni punto de llegada para nadie. El poste principal mide aproximadamente 200 m de altura, en tanto que la figura toda abarca una amplitud de 60 mts. Los postes laterales alcanzan una longitud de 60 m desde su origen hasta la cumbre y los surcos que los hacen visible tienen una profundidad que varía de 1,2 m con 3,20 en el fondo.
Si navegamos por la costa de Perú podremos ver en una suave colina de arena, en la Bahía de Paracas, uno de los más grandes misterios de nuestra historia, un “Candelabro” inmenso, dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado.
Si hay algo que no pasa inadvertido para nadie es que, tanto su estratégica situación como sus enormes proporciones indican una clara intención por parte de sus realizadores para que fuese visto desde grandes distancias (con tiempo despejado es perfectamente visible a 20 km. de la costa).
Destacando, especialmente, su contemplación desde el mar pero sobre todo desde el aire.
En toda el área de Paracas, se han registrado al menos 106 emplazamientos arqueológicos, la mayoría dentro de la Reserva Nacional, que correspondes a diferentes etapas de antiguos pueblos prehispánicos que se remontan aproximadamente a unos 9.000 años.
Mucho se ha dicho a través de la historia acerca de esta enigmática figura: los conquistadores españoles, que al verlo creyeron que el Candelabro representaba a la Santísima Trinidad, interpretándolo como un buen presagio al descubrirlo. También se dice que los conquistadores descubrieron en él, una cuerda en el interior del Candelabro e indicios de que existieron otros cables y cuerdas, que conectaban a los otros dos brazos exteriores de la imagen,… pero no pudieron dar explicaciones acerca de la función de tales cuerdas; Von Däniken especuló que eran parte de un sistema de poleas. El investigador Robert Charroux sugirió que esta imagen pudo haber sido “un gigantesco sismógrafo y precisa, capaz de registrar las ondas telúrica y sacudidas sísmicas procedentes no sólo de Perú, sino de todo el planeta… “
También se ha sugerido (por Frank Joseph), que se asemeja una planta, de la familia de la belladona utilizada a veces como una droga alucinógena, sugiriendo que los habitantes prehistóricos de la región de Paracas viajaron al norte a California a recoger la planta (esta es la zona más cercana donde crece) y que utilizaban el geoglifo para ayudar a navegar a casa (!). Algunas historias del folklore local, aseguraban que fue hecha por marineros o piratas. Por parte de los arqueólogos, se considera que el Candelabro es una representación simbólica en honor al dios Viracocha, la imagen del cactus Sanpedro o la constelación de la Cruz del Sur. Se tiene la creencia de que el candelabro apunta hacia el Cuzco, lo cual es falso: apunta hacia la cercana Isla Blanca, lugar donde se han hallado importantes yacimientos arqueológicos y sacrificios.
Todavía hoy se utiliza como un hito, por los cruceros que frecuentan la península. Lamentablemente, hace algunos años fue víctima de un execrable ataque vandálico por un grupo de jóvenes evangélicos, azuzados por sus pastores en la delirante idea de “…deber destruir aquel símbolo satánico”.
El Candelabro es, sin duda, todo un enigma: si verdadera función aún es desconocida; solo se tiene la certeza de que fue hecho para verse desde muy lejos,… y desde el aire, pero ¿por quién?. Una clara muestra lo poco que sabemos de nuestro pasado y de todo lo desconocido que nos rodea en nuestro mundo.
Se tejen creencias de que esta figura señalaría la existencia de algún tesoro escondido por los temibles piratas que asolaron las Costas Americanas en busca del apreciado oro que los Conquistadores embarcaban a Europa, contrarios a esta teoría sostienen que los piratas eran seres burdos, que no harían semejante maravilla.
Otros estudiosos aseguran que tales líneas, imborrables al paso de los siglos, serian obras de seres de otros mundos, pues el Candelabro apunta directamente a las famosas líneas de Nazca, las que igualmente solo pueden apreciarse desde el aire y que sería señales de un gigantesco galaxpuerto para naves extraterrestres.
Versiones de leyendas afirman que los antiguos Peruanos que recorrían el mar, dibujaron este Candelabro con la finalidad de orientarse en sus travesías de pesca o de conquista, pues visto desde tierra no puede ser apreciado, lo que si ocurre desde el límpido mar Paraqueño. Como siempre, abundan las explicaciones que no explican nada.
¡Ah! Un detalle, el extraño geoglifo está, exactamente, en el punto donde se estabiliza el ecuador magnético de la Tierra. Pero, entonces ¿Cómo sabían hace siglos que la tierra tenía un campo magnético? Nosotros no lo hemos sabido hasta el siglo XX., y ¿Cómo conocían las características de dicho campo magnético?
Candelabro de Paracas.
Una teoría señala que fue realizado por José de San Martín (1778-1850), interpretando que se trata de un símbolo de la masonería y otra que es una señal para los navegantes.
Posiblemente fueron hombres astrónomos de la Cultura Nazca quienes construyeron este geoglifo, que no fue puesto allí para que los viajeros pasaran delante de él sin reparar en su presencia. Se asocia el geoglifo a la Constelación de la Cruz del Sur, conocida también como la Cruz de los navegantes, por indicar a los marinos del hemisferio Sur la ubicación del Polo Austral por medio de su eje principal que les servirá de guía y orientación en sus viajes. De cada uno de los brazos laterales, arranca su correspondiente poste, paralelo al eje principal, del que equivaldría al eje de la cruz del Sur, Guillermo Illescas en las meditadas investigaciones acerca de este geoglifo, lo ha identificado plenamente con la Cruz del Sur y algunas estrellas de la constelación Centauro que serían las que le dan su peculiar forma de Candelabro. “Volviendo los ojos al cielo podríamos comprobar -dice- que un poco más a la izquierda (al oriente) de la estrella Beta Cruz y un poco más arriba de ella (al norte) se encuentra la estrella Pi Centauro, la misma que al unirse con la estrella correspondiente de dicha constelación mediante una proyección generada entre las estrellas que se indican, serviría para determinar el poste lateral de ese lado resultando de ese modo, paralelo al eje principal.
El primero en mencionar el gigantesco dibujo, en 1926, fue el francés Victor Forbin, quien declaró que era un tridente dibujado por los atlantes.
Caral
En la zona de Chupacigarro en la ciudad sagrada de Caral, se encuentra un gigantesco Geoglifo de Caral (3.000 a.C.), el más antiguo del mundo que sólo puede ser vista desde el cielo, desde allí podemos ver como empieza la típica tradición de los antiguos peruanos por querer alcanzar los cielos, haciendo figuras gigantescas sobre el desierto para que pudiera ser apreciado por sus antiguos y misteriosos dioses voladores de la costa peruana.
En esta época la construcción de geoglifos llega a su máximo esplendor, contando con más de 10,000 líneas dibujadas a lo largo de más de 750 Km2 sobre las que se pude apreciar los gigantescos geoglifos de Nazca y Paracas, la línea recta más larga tiene 35 Km de longitud y cruza un valle y un río, sube un cerro sin siquiera desviarse, pues hasta pareciera que hubiera sido dibujado por un láser.
Geoglifo Tipo Sechin en Supe
El geoglifo se encuentra asociado al establecimiento denominado Chupacigarro. Puede apreciarse la cabeza del estilo Sechín sobre una duna estabilizada, detrás del establecimiento. Sus dimensiones son de 40 m de largo por 24 m de ancho. La figura consiste en una cabeza de perfil, orientada hacia el Este, con el ojo cerrado y la boca simple. El cabello, batido por el aire, o la sangre, que fluiría de la cabeza, da movimiento y dinamismo a la representación. Fue construida sobre la pendiente de una duna que muestra una inclinación de Este a oeste y de sur a norte. Tiene la parte más elevada hacia el sur y Este. Esta morfología le confiere una característica singular al geoglifo, pues sólo puede ser visto en toda su magnitud y detalle desde las colinas rocosas del noroeste. En cambio, como se puede notar en el levantamiento topográfico de la figura, ésta resulta distorsionada cuando se trata de apreciarla desde otras direcciones. El material constructivo empleado consiste en piedras angulares, de tamaño mediano y grande, colocadas directamente sobre la superficie de la duna, sin argamasa.
En la actualidad un trabajo serio desarrollado por algunos científicos norteamericanos y británicos como el astronauta Jim Woodman y el piloto inglés Julian Nott, determinaron después de varios experimentos que los antiguos peruanos si pudieron volar con métodos tradicionales, probando para esto unas enormes cestas de totora, atadas a unos gigantescos mantos de fibra de algodón, como se sabe, los mantos paracas poseían el récord mundial de 400 hilos por pulgada cuadrada, algunos tenían 20 metros de largo y fácilmente se podían elevar si se les ponía debajo del fuego. Este modelo se hizo a raíz de la observación de unos huacos y cerámicos encontrados en Nazca.
Unos extraños dibujos sobre cerámicas también se encontrarían sobre las piezas Moche y también sobre sus textiles, sumado a estas las antiguas leyendas de los indios voladores como la leyenda de Antarqui, sin embargo y a pesar de que siguiendo los métodos tradicionales y supuestamente míticos, los investigadores norteamericanos pudieron volar sin contratiempos y de manera segura, pero la comunidad científica pide encontrar una prueba física de un aparato así que haya sobrevivido hasta la actualidad, ya que no se pueden basar en simples dibujos milenarios a pesar de haber tenido éxito siguiendo los antiguos métodos tradicionales.
Uno de los gestores e investigadores más experimentados sobre este tema fue William F. Spohrer, quien investigaba mucho sobre las antiguas leyendas Nazcas, en donde una de ellas hablaba sobre como los jefes Nazcas después de morir, eran momificados y puestos sobre los canastos de totora para ser elevados con los globos hasta los aires, se dice que se elevaban tanto que se perdían en el cielo para reencontrarse con sus antiguos dioses. Otra leyenda también hace referencia sobre como los dioses castigaron a los antiguos peruanos por aprender a volar, pero claro, sólo son antiguas leyendas de la costa peruana.
Geoglifos de Lluta
Se ubican a 13 Km. al noreste de Arica. En el valle de Lluta se agruparon estas obras en paneles sobresaliendo las representaciones antropomorfas (hombre gigante y hombre chico de Lluta) con un singular patrón estilístico.
La figura tipo alcanza hasta 50 metros de longitud, posee rasgos formales esquematizados; cabeza de perfil, cuerpo y extremidades de frente. Se asocian figuras de llamas, felinos, monos, sapos, águilas y otros.
La destacada posición de la figura humana junto a los animales señalaría que estos ideogramas sirvieron como sistema de comunicación en función de tráfico regional entre la costa y el altiplano.
Ubicados en el Valle de Lluta, a 10 Km. al norte de Arica, estos geoglifos forman parte de los más reconocidos de toda la zona, dado a su gran número, extensión y antigüedad, que llaman la atención de cientos de visitantes.
El Águila, la Rana, el Gigante, el Hombre Chico y el Pájaro figuran entre los más conocidos de Lluta, característicos por poseer grandes dimensiones que van desde los 30 a los 60 metros de ancho. Todos hechos con la técnica positiva o aditiva y fueron hechos teóricamente durante el periodo de desarrollo local o cultura Arica entre los 1100 y 1400DC. En este caso las figuras se realizaron por acumulamientos de piedras, existen otros denominadas de raspado.
Llama Herders of Tiviliche, Chile
19°32 ‘56.64″ S 69°58’ 4.67″ W
Near Tiviliche, Chile, usted puede encontrar este geoglifo de un par de pastores de llamas y su manada. El pastor de llama gordo a la izquierda agita sus armas, mientras el flaco a la derecha corre con la manada. El geoglifo es probable un producto del Atacameños, y es más de 500 pies de largo de juntando los dos extremos.
Geoglifos de Pintados
Los geoglifos de Pintados son una serie de geoglifos ubicados en la pampa del Tamarugal, en la Región de Tarapacá, Chile. Se ubican aproximadamente a 94 kilómetros de distancia de Iquique, en la comuna de Pozo Almonte.
Los geoglifos de Pintados, declarados Monumento Nacional, que representan 384 figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas, alcanzando los cinco kilómetros de longitud.
En la comuna de Pozo Almonte, a 94 kilómetros de la ciudad de Iquique, I región del país, podemos maravillarnos con los Geoglifos de Pintados. Es un sitio arqueológico de alto interés científico que hoy es resguardado por la Corporación Nacional Forestal CONAF. Durante mucho tiempo e incluso hoy día está expuesto a la temible destrucción por parte de los visitantes que, desconociendo su valor cultural, remueven las piedras que representan figuras con un claro objetivo de comunicación.
Mucho se ha especulado con respecto a su utilidad. Incluso se planteó en más de una oportunidad que sirvieron como señales para los extraterrestres. Lo cierto es que los habitantes de la Pampa y el desierto fueron unos comunicadores solidarios, estas figuras servían como guía a las grandes caravanas que provenían del altiplano y pasaban por la Pampa del Tamarugal.
Pintados, ubicado a unos 1.035 m.s.n.m., tiene 355 figuras de las cuales 137 corresponden a formas geométricas, 97 son zoomorfas y 121 antropomorfas. En Cerros Pintados se puede observar claros senderos que fueron parte del sistema de rutas, por lo general con una buena cantidad de llamas, que cruzaban el desierto para conectar la costa con la pampa, valles, quebradas, cordillera y el altiplano andino en forma continua.
Los Geoglifos cumplieron una función clave en estas rutas. Son señalizaciones de ruta, avisos de aproximación a las aguadas, identificadores de pertenencia, de ritos, de etnias o ritos vinculados a las caravanas. También pueden interpretarse algunas como figuras netamente simbólicas que hoy podemos encasillarlas como manifestaciones de arte propias de nuestra especie, donde lo recreativo juega un importante papel.
La figura de rombo escalonado presente en Cerros Pintados y en otros sitios con geoglifos, sirve para explicar los circuitos caravaneros, frecuentes en todo el territorio de Tarapacá. De acuerdo al patrón estilístico es posible establecer algunos contactos y relaciones culturales con Tiwanaku, interpretándose como un sitio religioso panandino que cubre todo el escenario y espacio andino en el período medio, intermedio y tardío, es decir entre los 500 al 1450 años D.C.
Líneas del Titicaca
Como las famosas Líneas de Nazca, geoglifos en el desierto del sur de Perú que pueden observarse en avioneta, unas enigmáticas figuras han aparecido en las cercanías del lago Titicaca, desveladas gracias a las imágenes de Google tomadas por satélite.
La investigadora italiana Amelia Carolina Sparavigna, de la Universidad de Turín (Italia), se sirvió recientemente de esta herramienta de Internet para divisar una red de geoglifos gigantes (inscripciones en la tierra) con formas de aves y otros animales que ocupaban las tierras cercanas al lago que comparten Perú y Bolivia.
El director de Cultura de la región fronteriza peruana de Puno, Gary Mariscal, explicó a Efe que hay indicios de una iconografía asociada a un tipo de técnica agrícola preinca, tal y como recoge un artículo de Sparavigna difundido en Internet.
Para cultivar la tierra, la cultura Pukara (entre los siglos II a.C. y II d.C.) utilizó los waru waru o camellones, alteraciones del terreno que, mediante pequeños montículos, se inundaban en época de lluvias para captar agua y también permitían acomodar los cultivos situados encima de los terraplenes.
Según Mariscal, ya se conocían estas formaciones en la zona, pero nunca antes se habían tomado en imágenes por satélite, las cuales todavía deberán ser estudiadas con más detenimiento.
Por el momento, un equipo del Ministerio peruano de Cultura consiguió desplazarse, con ayuda de un GPS, al lugar de una de las figuras señaladas por la investigadora de la Universidad de Turín.
A las afueras de la ciudad de Puno, los arqueólogos peruanos encontraron algo parecido a la cabeza de un cóndor, aunque el director regional de Cultura consideró prematuro decir que se trata de un geoglifo.
Mariscal afirmó que aún se necesitan estudios que verifiquen el simbolismo de los camellones en esa área del altiplano andino, donde se cree que también podría haber otros restos arqueológicos.
No obstante, descartó que las figuras puedan ser observadas desde el aire, como ocurre con las líneas de Nazca, debido a la gran distancia con que fueron tomadas las imágenes por satélite.
Las líneas de Nazca tienen otra connotación, menor envergadura, sostuvo Mariscal, en alusión a los dibujos de hasta trescientos metros de largo trazados por una civilización preincaica que se desarrolló en la costa sur de Perú entre los siglos I y VI de nuestra era.
En el caso de las líneas del Lago Titicaca, el propio estudio de Sparavigna abre la puerta a futuras interpretaciones y resalta que el hallazgo contradice la opinión de que las tierras de alrededor del lago eran improductivas para la agricultura.
Los antiguos labradores del Titicaca no sabían que los montículos eran la prueba material de las habilidades de sus ancestros, hasta que en 1981 el investigador Clark Erickson reconoció el significado de los waru waru, dice el artículo.
Así, las fotografías tomadas muestran los ojos y cabezas de aves, junto a cuerpos de serpientes y erizos, sólo visibles a través del ojo de Google Maps sobre una superficie total de 120.000 hectáreas.
Ante la dimensión de este descubrimiento, Mariscal confesó que está intentando ubicar a la especialista para que le ayude a encontrar todos los geoglifos y poder así declararlos patrimonio cultural de la nación.
Después, señaló, será cuestión de lograr financiación para proteger a las nuevas figuras del Titicaca.
Imagen de Mapas de Google: un geoglyph cerca del Lago de Titicaca, Perú. Esta imagen muestra un área clara cubierta por una red de waru-warus, es decir de ‘los campos levantados – terraplenes separados por canales – cerca del Lago de Titicaca. Este es una técnica agrícola antigua usada por la gente Andean que comienza del primer milenio A.C… Note que la estructura de la red es creada después de una planificación cuidadosa. Cada campo levantado es aproximadamente 10 metros de grande y más de cien mucho tiempo.
Esto parece una serpiente, el estanque como su ojo y una lengua bifurcada. Más en waru-warus: arXiv:1009.4602 [pdf] Geoglyphs de Titicaca como un ejemplo antiguo de diseño gráfico, Amelia Carolina Sparavigna, y arXiv:1009.2231 [pdf] landforms simbólico creado por terraplenes antiguos cerca de Lago Titicaca, Amelia Carolina Sparavigna
La doctora Sparavigna, investigadora del Departamento de Física del Politécnico de Turín, Italia, explica que localizó a través de imágenes satelitales de Google Earth formas de aves diseñadas en una red de andenes, que fueron muros pétreos incaicos de contención construidos en las pendientes con fines agrícolas y un estudiado sistema de drenaje. El área en cuestión es de unas 120 mil hectáreas. “En realidad, algunas de las formas de terreno cercanas al lago Titicaca son notabilísimas, tienen un claro significado simbólico y se las puede considerar geoglifos”, explicó la investigadora a Con Nuestro Perú. Se trata de “un maravilloso ejemplo de forma de terreno resultado de una red verdaderamente gigantesca de terraplenes: esta red cubre un total de 120 000 hectáreas de terreno cercano al lago Titicaca, lo que emerge como fruto de un esfuerzo agrícola casi inimaginable de las antiguas poblaciones de los Andes”, indica.”Los restos de campos prehistóricos de cultivo elevados proporcionan, entonces, indicios de impresionantes capacidades de ingeniería de los pueblos que vivieron allí en tiempos prehispánicos”, señaló la Dra Sparavigna a Con Nuestro Perú.
En las imágenes se pueden apreciar pendientes de colinas cruzadas con paredes de terrazas y superficies cubiertas de trabajo en el terreno. Sparavigna subrayó que los ojos de los animales son estanques y que la mejor forma de verlos es a través de imágenes satelitales.
Se desconoce la antigüedad de los geoglifos, pero Sparavigna destacó que constituyen un esfuerzo agrícola casi inimaginable de los antiguos pobladores de la zona para mejorar las condiciones del suelo.
Pero buscando imágenes para esta nota me encontré con que el nombre del lago Titicaca viene de titi: gato montés, y karka: roca, dicho en lengua quechua antigua y aymara y lo más sorprendente es la coincidencia de el nombre y la forma del lago, semejante a un gato cazando, vean la imagen satelital:
Y si le dieron el nombre por su forma cómo es posible que la hayan visto si sólo se puede ver esa imagen desde el espacio??? Pues tal vez sea sólo una coincidencia.
Mariscal explicó que se ha detectado una cabeza muy similar a la de un cóndor y puede afirmar que existen evidencias arqueológicas de la tecnología Waru Waru, correspondientes al periodo intermedio temprano Pukará, cultura que abarcó un periodo comprendido entre el siglo II A.C. y el siglo II D.C.
Manifestó que con la ayuda de un GPS, en el campo, se constató restos de tecnología agrícola, gracias a las vistas satelitales, las cuales guardan relación con las imágenes.
Dijo que se requiere realizar un trabajo completo de investigación arqueológica mucho más completo, que se realizará posteriormente, siguiendo las imágenes expuestas en el libro de Sparavigna.
Parihuana del Titicaca
Todo parece cogido por los pelos, y que solo son conjeturas.
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