Prehistoria
Necrópolis de Su Crucifissu Mannu
Necrópolis de Su Crucifissu Mannu
Civilización: Prenuragic
Uso: Zona fúnerea
Epoca: Neolítico, Calcolítico, Edad del Bronce
Localización
Estado: Italia
Municipio: el Porto Torres. Cerdeña
Altitud: 75 m a.s.l.
Dimensiones
Zona de superficie: de unos 23 000 m2
Administración: el Ente Superintendencia de arqueología, bellas artes y paisajes para las provincias de Sassari y Nuoro
Coordenadas: 40-48-37.07?N 8?26?39.04?E
La necrópolis hipogeana de Su Crucifissu Mannu es un sitio arqueológico situado en Nurra, una región del noroeste de Cerdeña.
La necrópolis se encuentra en una parte del territorio que registra una presencia significativa de monumentos prehistóricos a distancia unos cientos de metros. Entre los más importantes para denunciar está el complejo Monte d’Accoddi, las zonas funerarias de Su Crucifissu Mannu, Li Lioni, Sant’Ambrogio, Su Jaiu, Espina Santa y Marinaru, los dolmendólmenes y menhirmenhirs de Frades Muros, así como una docena de nuraghis.
Descripción
El cementerio, cavado en un banco horizontal de piedra caliza, incluye al menos veintidós domus de janas, todo construido en el período entre el Neolítico Recientes (IV milenio a.C.) y el Eneolítico Inicial (III milenio a.C.) y se utiliza intensamente, salvo reutilizaciones esporádicas en época romana, hasta la época de la cultura Bonnanaro (1.500 A.C.).
Las tumbas son todas multicelulares, es decir, compuestas por varios compartimentos comunicantes; dentro de ellos se accede a través de un comp o manga (“proyección vertical”) o por un pasillo horizontal llamado dromos (“prolongitized projection”). A lo largo de las paredes de la gran sala principal, que en alguna hipogea está equipada con un pilar central, las celdas más pequeñas se abren de la que en algunos casos salen radiales otras habitaciones pequeñas, hasta llegar, como en el caso de la Tumba XIII, un total de 14 habitaciones.
Algunas habitaciones están adornadas con los elementos simbólicos (protomes de taurina de verdad estilizadas) y arquitectónicos (pasos, sombreros en forma, litrals) típicos de la época, tallada en el bajorrelieve en la roca; en la Tumba IV también está el elemento de la puerta falsa, alusión tal vez a la imposibilidad de que los vivos accedan al reino de los muertos.
La exploración del sitio ha llevado a la luz abundantes cantidades de cerámica de la cultura Bonnanaro, pero también botones esféricos de concha, perforados, cuatro broncesard (brazos de arquero) del jarrón en forma de campana y finalmente tres ídolos ociosos cicladicicon la figura de la Diosa Madre. Entre los hallazgos se encuentra un cráneo humano que presenta documentación de trampa in vivo.
Cabe destacar que, en la superficie de roca por encima de algún domus, la presencia de un amplio tramo de profundos surcos paralelos probablemente producidos por el paso prolongado de vagones o trinillos tal vez utilizados para transportar bloques de piedra para la construcción de edificios en el cercano Turris Libissonis, el actual Porto Torres.
Arqueogenético
Las investigaciones arquiogenéticas modernas han analizado los restos de varios individuos enterrados en la necrópolis de Su Crucifissu Mannu. A continuación se encuentran las proporciones de los componentes ancestrales de algunos individuos de la Edad de Bronce temprana.[1]
Campione | Cazadores occidentales-recolecistas | Los primeros agricultores europeos | Pastores de las estepas occidentales |
SUC001 | 16,2% | 80% de la | 3,8% |
SUC005 | 20.9% | 77.8% del hotel | 1,3% |
SUC007 | 21,5% | 68,1% | 1,4% |
SUC009 | 17.8% de la | 79,4% | 2,8% |
(1) – Datos de Manjusha Chintalapati, Nick Patterson, Priya Moorjani (2022)
A 1 hora y 43 minutos en coche y a 134 km del Gabbiano Azzurro, se encuentra la Necrópolis hipogénica (necrópolis excavada y subterránea), de Su Crucifissu Mannu, en Porto Torres – Turris Libisonis, compuesta por 22 tumbas de diversos tamaños y tipología, que originalmente se remontan a la “Cultura de Ozieri” (Neolítico final 3200-1600 aC).
La necrópolis es un complejo de Domus de Janas excavado en un banco de piedra caliza que salió a la luz en 1956 y entre 1972 y 1980.
De los 22 sepulcros, algunos fueron encontrados sellados, documentando las operaciones de enterramiento y aportando preciosos hallazgos, como 3 ídolos de piedra de la Diosa Madre, cerámicas de la “Cultura Bonnanaro” (1800-1600 aC), botones esféricos perforados, la “Campana” jarrón” (2100-1800 a. C.) y numerosos objetos de ajuar funerario, útiles para la datación, y cuatro “ brazaletes ” , a modo de brazaletes para proteger el brazo o la muñeca de los latigazos de la cuerda del arco en el momento del disparo.
El excepcional descubrimiento de dos cráneos perforados, “in vivo”, nos atestigua que en el año 1600 a.C. En Cerdeña vivía una población que sobresalía en habilidades quirúrgicas. No fueron cirugías realizadas a muertos, porque al menos en un caso la persona sobrevivió a la misteriosa práctica.
Son muy interesantes las decoraciones taurinas con cuernos en forma de media luna (prótomos bovinos) tallados en las paredes, los restos de las columnas de soporte de las bóvedas y las decoraciones de las puertas falsas .
La “puerta falsa” está presente en varias Domus de Janas en Cerdeña pero también existe en las estructuras funerarias del Antiguo Egipto. Representaba el paso por el que el alma pasaba de la vida a la muerte, lo que en una Necrópolis tendría pleno sentido. En este caso “Domus de Janas” tomaría el significado de “casas de las Puertas”. Esta hipótesis nos privaría de la presencia mitológica de las Janas, las hadas o fadas en la necrópolis. Una verdadera revolución que, sin embargo, implicaría también una fuerte relación entre las poblaciones nurágica y nilótica, como ya se planteó al escribir sobre La Shardana, el ejército de valientes guerreros sardos elegidos por el faraón Ramsés.
La cubierta de unos hipogeos se derrumbó durante la construcción de la calzada romana entre Turris Libisonis y Karales (Porto Torres y Cagliari).
Un detalle más interesante son los surcos paralelos o “rieles” de los trineos o carros romanos que transportaban los bloques de piedra caliza para construir las estructuras de Turris Libisonisis que están grabadas en el suelo rocoso.
¿Pero por qué el nombre de “Su Crucifissu Mannu”? Parece que en el siglo III d.C. un “Gran Crucifijo” era el destino de los peregrinos para la fiesta de San Gavino desde Sassari hasta Porto Torres, y luego continuaban hacia un “Crucifijo Menor” también cerca de Porto Torres.
La necrópolis de Su Crucifissu Mannu en Porto Torres incluye 22 entierros y es un sitio muy interesante.
En este caso el domus más famoso, que conocerá al principio de la necrópolis, cerca de la carretera.
Es posible distinguir tres sectores: sur, centro y norte. Dedicaremos un solo disco dedicado a uno de los domus con hermosos protomes (haremos protomes en las tumbas VIII y XXI).
Los planos, más bien articulados, tienen numerosas habitaciones dispuestas alrededor de una gran sala principal.
El número de las habitaciones en las tumbas individuales van desde un mínimo de una celda hasta un máximo de 15 habitaciones en la tumba XII.
El descubrimiento de la necrópolis se remonta a 1958 cuando trabajaba para la instalación del acueducante de Porto Torres cortó la necrópolis, afectando a algunas tumbas.
Complejo arqueológico de Pranu Muttedu
Complejo arqueológico de Pranu Muttedu
Ubicación
Estado: Italia
Altitud: 540 m bajo
Superficie: 200 000 m²
Sitio web: www.pranumuttedu.com
Mapa de localización
Coordenada : 39°34′03.49″N 9°16′04.79″E
El complejo arqueológico de Pranu Muttedu es una de las áreas funerarias más importantes de la Cerdeña prenurágica y se encuentra cerca de Goni , un pequeño pueblo en la provincia de Cerdeña Sur . El área del parque cubre aproximadamente 200,000 metros cuadrados. El complejo tiene una alta concentración de unos sesenta menhires y megalitos (sólo superado por el vasto complejo de ” Biru ‘e Concas ” de Sorgono , donde se han contabilizado unos 200 menhires) diversamente distribuidos en parejas, alineaciones o grupos.
En la zona también hay una necrópolis subterránea de domus de janas con tres círculos de tumbas.
El complejo ha sido excavado por Enrico Atzeni en varias ocasiones desde 1980.
En una de las guías más difundidas sobre Cerdeña se define como “el Stonehenge sardo”.[1] , aunque todavía puede considerarse más antiguo que el Stonehenge inglés .
Necrópolis de Pranu Mutteddo
La necrópolis de Pranu Mutteddu se encuentra a pocos kilómetros de Goni (CA), a los lados de la carretera provincial que conduce a San Basilio y Senorbì (CA).
La calzada divide el área arqueológica en dos partes bien diferenciadas.
En el lado izquierdo (aproximadamente el lado sur) se encuentran todas las domus de janas, las tumbas IV y V, las señaladas con una letra del alfabeto y una serie de menhires no levantados que yacen cerca de la entrada.
A la derecha (parte norte) se encuentran las tumbas I, II y III, otras en excavación y la mayor parte de los menhires.
(Me gustaría señalar que la numeración de las tumbas con números romanos es la oficial en el sitio.
Por el contrario, los números arábigos y las letras mayúsculas del alfabeto han sido utilizados por mí para mayor claridad).
Los principales tipos de monumentos presentes en la zona son los siguientes: Las domus de janas (casas de hadas) son tumbas con forma de cueva artificial, en este caso excavadas en la piedra arenisca.
Pero la tradición popular sarda, olvidando la función original, ha imaginado que en un pasado lejano fueron los hogares de pequeñas brujas buenas: las janas.
Todos se encuentran en un afloramiento rocoso cerca del límite sur del área arqueológica.
También hay dos domus de janas con proyección vertical. Uno cerca de la otra domus de cueva horizontal, el otro cerca de la entrada al área sur
Básicamente consisten en un pozo excavado en el afloramiento rocoso a ras de suelo, al final del cual hay un compartimento similar a las clásicas domus de janas con una cueva artificial.
Las otras tumbas no son subterráneas sino hechas con montículos a nivel del suelo.
a los de círculos concéntricos :
a las que precedía un atrio megalítico.
La Tumba IV, única en su género, tiene una tríada de menhires en uno de sus lados para proteger la tumba.
La Tumba II debió ser en su momento el centro de toda la necrópolis y lo sigue siendo.
Consiste en un vistoso pabellón de entrada (en excelente estado) creado excavando y dando forma a un canto rodado traído de otro lugar. La tumba real, a la que se accedía desde el pabellón, fue construida en parte en mampostería y en parte con cantos rodados excavados, de forma similar al pabellón de entrada. El conjunto se coloca dentro de círculos concéntricos. La entrada al pabellón, a su vez, se abre a un Gran Círculo, que debió formar parte integrante del monumento funerario.
Otro aspecto especialmente destacable de la necrópolis de Panu Mutteddu es la presencia de unos sesenta menhires. Están hechos de piedra arenisca con las más variadas dimensiones y formas.
Algunos son vagamente antropomórficos.
dispersos en pequeños grupos,
en parejas,
en pequeños grupos
y grandes alineaciones.
De particular interés es la piedra votiva de dos huecos, situada en la parte norte del recinto, cerca de la valla.
Permanece apartado de la necrópolis, medio escondido entre los robles de la loma norte que desciende hacia el valle, a un nivel mucho más bajo que las tumbas.
Se ha pensado que los dos huecos podrían haber servido para sostener dos pequeños menhires o dos berilos.
Pero también se puede hipotetizar que fueran copas, o zanjas, aptas para contener exvotos de difuntos. (Durante los tiempos en que no se llevaban a cabo ceremonias en las tumbas, las personas podían colocar sus ofrendas en este altar lo suficientemente cerca de los entierros, pero apartados de ellos).
Por razones prácticas, la foto se tomó de espaldas a la necrópolis y la piedra votiva está a ras de suelo. Pero para los fieles que venían del lado opuesto estaba, y sigue estando, elevado, como un altar.
Cito, por analogía, una piedra votiva similar, también colocada cerca de una zona de tumbas, pero siempre a una distancia segura. En este caso es más evidente que los huecos no debieron albergar betiles o pequeños menhires, pero es más probable que fueran copas, o fosas, para contener las ofrendas de los difuntos.
La piedra votiva similar a la de Pranu Mutteddu,
Parque arqueológico de Pranu Muttedo
Es uno de los yacimientos prenurágicos más impresionantes, relevantes y particulares de Cerdeña, se levanta en la verde campiña de Gerrei, en la parte centro-oriental del sur de la isla.
Con una superficie de 200.000 metros cuadrados e inmerso en los exuberantes alcornoques y el matorral mediterráneo de las colinas de Gerrei, es uno de los sitios arqueológicos más evocadores e importantes del interior de Cerdeña. A pocos kilómetros de la localidad de Goni, por la carretera provincial a Cagliari (a sólo media hora de la capital), se puede admirar el parque de Pranu Muttedu, una extensa plataforma de arenisca y esquisto donde se encuentra un vasto conjunto monumental prenuragico, ‘dividida’ en más aglomeraciones. Al norte, en la localidad de su Crancu, se encuentra la aglomeración de chozas de referencia a la necrópolis. Al sur del pueblo se encuentran los cementerios de Pranu Muttedu y Nuraxeddu, excepcionalmente rodeados por grandes grupos de menhires, en parejas, alineados o dentro de las mismas tumbas, y por construcciones redondas probablemente de carácter sagrado. Más al sur, la necrópolis domus de Janas de Genna Accas , excavada en la roca, se levanta con tres círculos funerarios.
Otras estructuras emergen en la zona: los restos del dolmen en allée couverte di Baccoi son particularmente interesantes. El carácter excepcional del sitio también se deriva de la mayor concentración de menhires conocida en Cerdeña: unos 60, distribuidos de forma diversa, en parejas, en alineaciones, en pequeños grupos, a veces en las mismas arquitecturas de tumbas. Son del tipo ‘protoantropomórficos’, de forma ojival y superficie anterior plana. Los sepulcros consisten en dos o tres anillos concéntricos de piedras, a veces con paramentos escalonados para sostener el túmulo. En el centro, la cámara funeraria, a la que se accede a través de un corredor formado por losas ortostáticas, cubiertas con dinteles. Las celdas internas son circulares o alargadas, según el número de enterramientos que albergaban. Los techos eran tabulares o pseudo-abovedados. La grandiosa tumba II tiene una entrada, una antesala y una celda funeraria excavadas en dos bloques rocosos distintos cuidadosamente colocados y dispuestos: por su fina mano de obra y diseño arquitectónico recuerdan los entierros en Domus de Janas. Las excavaciones han arrojado jarras en miniatura, puntas de flecha de obsidiana y varios otros objetos, incluidas una pequeña daga de pedernal y un hacha de piedra blanca.
Las excavaciones realizadas a principios de la década de 1980 sacaron a la luz numerosos artefactos de varios tipos y mano de obra, atribuibles a comunidades asentadas de la cultura “Ozieri” que se remonta al Neolítico reciente (3200 – 2800 a. C.) con “inserciones” tardías hasta el 2600 a. C.
La presencia de numerosas tumbas y menhires sugiere que el sitio fue utilizado para ritos sepulcrales y religiosos, vinculados al culto a los antepasados. El conjunto arqueológico Tiene la mayor concentración de menhires conocida en Cerdeña (unos sesenta, distribuidos diversamente en parejas, alineaciones o grupos).
Una de las peculiaridades del yacimiento es precisamente la gran cantidad de menhires, dispuestos en alineaciones, individuales, parejas y tríadas y que en total suman unas sesenta, es decir, el yacimiento que, junto con el yacimiento de Biru y Concas en Sorgono (que debería contar con unos 110 ejemplares), ha devuelto varios menhires en toda Cerdeña y, aunque no podemos saber con precisión cuántos había en origen ni si había otros yacimientos de estas características, la cifra en sí es destacable.
Sin embargo, también merecen especial atención los monumentos funerarios que caracterizan la zona, es decir, los círculos de tumbas megalíticas, bastante raros en Cerdeña, cuyas comparaciones más conocidas se encuentran en Gallura, en la zona de Arzachena, comparaciones que no se refieren sólo al sino también la cultura material, o los hallazgos encontrados. Además de estos monumentos funerarios también existen algunas domus de janas, contemporáneas a los círculos megalíticos en una rara coexistencia de megalitismo e hipogealismo en un mismo yacimiento. Este hecho, aunque raro (pero ciertamente no único), no debe sorprendernos demasiado, ya que ahora sabemos que ambas tipologías funerarias se remontan al mismo período y fueron utilizadas por las poblaciones que habitaron Cerdeña en la fase final del Neolítico., conocidas en arqueología como poblaciones de la “cultura Ozieri”.
Tinkinswood
Tinkinswood
Tinkinswood o su nombre completo Tinkinswood Burial Chamber (galés: Siambr Gladdu Tinkinswood), también conocido como Castell Carreg, Llech-y-Filiast y Maes-y-Filiast,[2] es una cámara funeraria megalítica, construida alrededor de 6,000 BP (antes del presente), durante el período neolítico, en el valle de Glamorgan, cerca de Cardiff, Gales.
Cámara funeraria de Tinkinswood
Ubicación: Comunidades rurales de San Nicolás y Duffryn
Región: Vale of Glamorgan ( Bro Morgannwg ), Gales ( Gales : Cymru )
Coordenadas: 51 ° 27′4.96 ″ N 3 ° 18′29.17 ″ W
Períodos: Neolítico
Notas del sitio
La estructura se llama dolmen,[1] que era la estructura megalítica más común en Europa. El dolmen es del tipo de tumba de Severn-Cotswold,[2] [3] y consiste en una gran piedra angular en la parte superior, con piedras verticales más pequeñas que lo sostienen. La piedra caliza de Tinkinswood pesa aproximadamente 40 toneladas de largo y mide 24 pies (7,3 m) x 14 pies (4,3 m);[2] se cree que es el más grande de Gran Bretaña y también de Europa.[4] [5] Se necesitarían unas 200 personas para levantar la piedra en la posición correcta.[2] Originalmente estaba todo cubierto por un montículo de tierra, que se ha eliminado con el tiempo. El montículo restante detrás de la estructura mide aproximadamente 130 pies (40 m) x 59 pies (18 m) de tamaño.[2]
Historia
Dentro de la cámara funeraria con el capstone en la parte superior
Tinkinswood fue una vez una aldea, pero ahora todo lo que queda es la cámara funeraria, que se construyó alrededor de 6000 BP,[6] unos 1,000 años más o menos antes de que se construyera Stonehenge.[3] El sitio fue excavado en 1914,[2] [3] y dentro de la cámara había 920 huesos humanos, que estaban casi todos rotos. Esto demostró que al menos cuarenta personas de todas las edades y sexos fueron enterradas allí durante el período neolítico; parecería ser una cámara funeraria utilizada por todo el asentamiento.[2] Los cadáveres de los muertos probablemente quedaron expuestos antes de ser trasladados a la cámara funeraria. También se ha encontrado cerámica de estilo neolítico y campana de cristal, lo que demostró que la tumba de la cámara funeraria probablemente fue utilizada por una comunidad durante un largo período de tiempo, tal vez hasta el período temprano de la Edad del Bronce.[2] El trabajo de restauración se llevó a cabo al mismo tiempo, con un pilar de ladrillo construido para soportar la piedra angular.[2] [3]
Desde el sitio, dos líneas paralelas de piedras forman una avenida que se aleja de la cámara funeraria hacia el sureste. A lo largo de una segunda avenida hacia el noreste se encuentran muchas piedras. Una gran piedra individual se encuentra al este, y dos piedras planas paralelas apuntan a la cima de la cercana colina Coed Sion.[3]
El sitio es administrado por Cadw,[4] un organismo del gobierno galés responsable de la protección, conservación y promoción del patrimonio construido de Gales. En octubre de 2011, comenzaron nuevas excavaciones en el sitio.[7]
Mitos y leyendas
Muchos de los mitos y leyendas de Tinkinswood también están asociados con el cementerio cercano de St Lythans, a poca distancia. [5] La leyenda dice que cualquiera que pase una noche en Tinkinswood las tardes antes del Primero de Mayo, el Día de San Juan (23 de junio) o el Día del Medio Invierno moriría, se volvería loco o se convertiría en poeta.[2] Esta leyenda es similar a la leyenda general sobre las cimas de las montañas. Se dice que el grupo de cantos rodados al sudeste del monumento son mujeres que fueron convertidas en piedra para bailar en el día de reposo, otra leyenda asociada con los dólmenes.[5]
Impresión del sitio (no a escala) que mide aproximadamente 131 ‘(40m) por 59’ (18m).
Tinkinswood de noche (Foto: Ben Salter)
Charco embarrado en el interior del monumento (Foto: Ben Salter)
Pilar de ladrillos con la fecha de la excavación (Foto: Judy Davies)
También se llevaron a cabo obras de restauración en el momento en que se realizó la excavación de 1914, y se añadió además un pilar de ladrillo para asegurar un apoyo adecuado a la losa horizontal.
Castro de Ulaca
Castro de Ulaca
Coordenadas: 40°31′47″N 4°53′08″O
Bien de interés cultural. Patrimonio histórico de España
Localización
País: España
Comunidad: Castilla y León
Provincia: Ávila
Localidad: Solosancho
Datos generales
Categoría: Zona arqueológica de Ulaca
Construcción: siglo VI a. C.-siglo II a. C.
Estilo: Edad de los Metales–Cultura de La Tène
Castro de Ulaca es un yacimiento arqueológico de origen vetón, situado en Villaviciosa (Solosancho), en la provincia de Ávila (España).
Se encuentra ubicado en las primeras estribaciones de la Sierra de la Paramera, en su vertiente norte, sobre un promontorio elevado sobre el terreno circundante unos 250 metros, con una cota máxima de 1508 m s. n. m., dominando perfectamente el valle de Amblés y dando vista al Pico Zapatero. El castro está encajado entre el arroyo de los Portillos y el río Picuezo, cuyos cursos sirven de protección natural.
En 1931, Ulaca se declara Conjunto Histórico-Artístico. En 1986 Bien de Interés Cultural (B.I.C), que es la máxima figura de protección que la ley otorga a un elemento histórico. En el año 1994 se delimita la Zona Arqueológica de Ulaca, amparada por la Ley de Patrimonio Histórico Español, quedando cualquier proyecto de restauración sujeto a lo que dicten las Comisiones Territoriales de Patrimonio Cultural.
Descripción
Altar de los sacrificios
En el recinto destacan “el altar” una gran mole de granito, con talud por sus tres lados. En uno de sus lados, dos escalinatas conducen a una superficie plana con varios huecos de distinto tamaño. El “horno” cavidad de forma cúbica practicada en un bloque de granito abierto al exterior por medio de un arco de medio punto. Parece relacionarse como una posible sauna.
Sauna de Ulaca.
Puerta oeste de la muralla restaurada.
Ulaca es el más grande de los castros vetones[cita requerida] y cuenta con restos arqueológicos poco comunes como un altar y una sauna de iniciación, construidos en granito. Se halla situado en un promontorio elevado, de difícil acceso desde el que se divisa todo el Valle de Amblés en la provincia de Ávila.
Existen restos que abarcan desde la época calcolítica hasta la Edad Media, aunque serán los vetones los que dejen especial huella.
Cuenta, como elementos más destacados, la muralla de más de 3 km de longitud, levantada tardíamente a comienzos de la 2.ª Edad de Hierro (s. III – II a. C.), sauna ritual o “fragua”, iglesia o torreón y el perfectamente conservado altar de los sacrificios.
El Altar de los Sacrificios
El altar de los sacrificios es una construcción a cielo abierto, realizada sobre grandes bloques graníticos que afloran en el sector noroeste.
El monumento, en buen estado de conservación, consta de una gran estancia rectangular tallada en granito, en uno de cuyos lados existe una gran peña en la que dos escaleras de 9 gradas, labradas también en la roca, conducen a una plataforma en la que se encuentran dos cavidades de forma más o menos circular y comunicadas entre sí. La más occidental de ellas vertía en una tercera que permitía a su vez que los líquidos derramados en las libaciones corrieran hacia la parte baja de la peña a través de un canal. Su funcionalidad cultual, en la que habría que tener presente la práctica de sacrificios animales e incluso humanos, se ha establecido a partir del estudio comparativo con otras construcciones parejas, entre las que destaca el santuario portugués de Panoias, donde se documenta epigráficamente la existencia de tales sacrificios, aunque Correia1 lo pone en duda por el hiato cronológico entre ambos yacimientos. Ulaca estuvo ocupado sobre todo entre el siglo VII y siglo I a. C.., mientras que la actividad litúrgica atestiguada epigráficamente en Panóias, se fecha durante el siglo III d. C. Metodológicamente, no se puede suponer el mismo tipo de utilización documentado en Panóias, en el ámbito de los cultos mistéricos orientales, para las cavidades existentes en otros sitios claramente anteriores, como es el caso de Ulaca. Incluso tipológicamente existen importantes diferencias entre ambos yacimientos: si en Panóias las varias escaleras talladas, muy distintas de las de Ulaca, dan acceso no a simples cubetas, sino a edificios cultuales cuyos cimientos se distinguen claramente, en Ulaca, los peldaños tallados dan acceso a un conjunto de oquedades naturales, conectadas mediante un amplio canal abierto en la roca.
La Sauna
La Fragua-horno o sauna se localiza en el centro del yacimiento, a menos de 200 m de la estructura anterior. Está formada por una especie de semihipogeo, tallado parcialmente sobre un gran canchal granítico y por muros de piedra en la parte norte y acaso también en los lados este y oeste. Hace tiempo que se identificó como horno o fragua, pero recientemente le confieren un uso termal, comparándola con las saunas o pedras formosas de la cultura castreña del noroeste. Su sentido sería ritual, conectado con ceremonias iniciáticas guerreras sugeridas en algunas referencias clásicas.2
El Oppidum
El oppidum de Ulaca llega a las 60 hectáreas frente a las 15 ha del Castro de Cogotas y las 38 de la Castro de la Mesa de Miranda. Una superficie enorme, no toda destinada a habitación, pero que supone una aglomeración de primera magnitud, que debió de jugar el papel de centro comarcal, en línea con la reordenación territorial que supone la aparición de estos grandes oppida, en fechas situables en el siglo III a. C., en que parece que fue fundado este gran castro abulense.
Por otra parte, tanto o más que la superficie, da cuenta de su papel organizativo y político la posesión en su interior de un gran edificio de aparejo monumental con función de atalaya o de otro uso público desconocido, y espacios sacros e instalaciones para usos rituales o ceremoniales que, como en el caso de los centros urbanos del mundo ibérico y de las demás civilizaciones, son ingredientes habituales en los centros principales por el papel aglutinador que desde ellos se ejerce en el plano ritual y religioso.3
Las casas
Las casas presentan plantas cuadradas y rectangulares con gruesos muros de piedra. Hay plantas sencillas con dos o tres estancias, de unos 40-80 m², y otras más complejas con más departamentos y mayor superficie, de hasta 250 m². Las jambas de las puertas están bien marcadas por grandes lajas de granito. Las cubiertas debieron ser de piorno, como lo hacían los chozos de pastor y las tinadas para las ovejas hasta hace poco tiempo. La falta de excavaciones -solamente se excavaron dos casas en los años 1970 que se han restaurado- impide precisar la organización interna, que en cualquier caso dispondría de hogares, bancos adosados a las paredes, zonas de almacenamiento y áreas de descanso. Desconocemos si además de estructuras domésticas había otras sólo de almacenaje o con otras funciones.
Casas excavadas en la década de los 70 en el Castro de Ulaca
El total de estructuras dentro del recinto amurallado es de algo más de 250, que se elevaría hasta alrededor de las 300, si se suman las casas fuera de las murallas al noreste del recinto. La existencia de casas extramuros permite suponer, además, que el recinto amurallado no implica una situación de peligro e inestabilidad permanente. Pero parece que en este sector hubo también murallas muy perdidas hoy. En los momentos de conflicto, la población podría refugiarse dentro del poblado, ya que existía espacio libre suficiente para todos. Sabemos que otros oppida vettones tenían arrabales o barrios extramuros como Las Cogotas y Salmantica, en este último caso referido al año 220 a. C. en la toma de la ciudad por Aníbal.
Parece común la existencia en todas las viviendas de zócalos de piedra de 80-100 cm de grosor y doble paramento. Apenas hay vestigios de adobe o tapial para el recrecimiento de las paredes y la abundancia de granito podría ser consistente con la idea de alzados de piedra hasta la cubierta. La prolongación de los muros hacia el exterior permite aventurar la idea de que algunas tuviesen un porche o zaguán; aunque no habría que descartar que se tratase de pequeños corrales anexos a la vivienda. La mayoría de las casas abren sus puertas hacia el este, hacia la salida del sol. Nada se nos ha conservado de las cubiertas pero, dada la disposición del terreno, lo más lógico es que vertieran aguas por delante de la fachada en dirección a las vaguadas, siguiendo la pendiente.
Un elemento excepcional y espectacular al mismo tiempo, desconocido en otros oppida célticos, son las canteras de granito en el interior del hábitat. Quedan visibles las huellas de la cuñas y los bloques cortados en distinto grado de elaboración. Las canteras se sitúan en los sectores oeste y suroeste de la ciudad. En ambos casos se buscaron grandes planchas de granito y se aprovecharon siguiendo las vetas y las fracturas naturales. El proceso de trabajo se debió iniciar marcando con cortafríos y mazos, pequeñas ranuras a intervalos regulares, 28 y 36 cm, después se introducían cuñas para romper la línea marcada y así obtener bloques más o menos grandes, entre 60 y 120 cm de longitud y aún mayores. Con perchas y palancas de madera se moverían los bloques de primera extracción para posteriormente ser objeto de nuevos cortes y conseguir bloques más pequeños. Todo este proceso de trabajo ha quedado congelado en las canteras. Se pueden medir los esparcimientos entre las ranuras para cuñas marcadas y nunca utilizadas, los bloques de primera extracción sin trocear, los bloques semielaborados y por último incluso algunos terminados y no transportados. Este detalle hace pensar en que todo el trabajo de cantería se desarrollaba en estos lugares. Como se ha señalado recientemente4 las canteras de Ulaca confieren un aspecto mágico al lugar, parece como si el tiempo detenido pudiera ver en algún momento el retorno de las gentes de Ulaca para terminar los trabajos abandonados a medio hacer.
La cantera oeste debió utilizarse para la obtención de material constructivo para las viviendas de los alrededores, y de hecho la dimensiones de los bloques se asemejan a los de las casas más cercanas. La cantera del ángulo suroeste, muy próxima a la muralla, parece que estuvo más relacionada con la elaboración de grandes sillares para la construcción del cierre defensivo. La gran escala de los trabajos de cantería -por encima del nivel doméstico de cada hogar-, la posible existencia de especialistas, el empleo de medidas modulares y las posibilidad de reconstruir casi íntegramente el proceso de trabajo, confieren a las canteras de Ulaca un gran interés.5 6
Datación
La fecha del poblado puede datarse del s. VI al II a. C., cuando una de las incursiones de Aníbal en los pueblos del centro peninsular supuso el incendio de la ciudad, aunque este hecho no está confirmado. Se calcula que en la época de mayor esplendor pudo estar habitada hasta por mil personas, distribuidos jerárquicamente en unas 250 – 300 viviendas, ocupando una superficie de 60 hectáreas.
Sus restos son numerosos, desde objetos cerámicos hasta aperos de labranza, instrumental ganadero, alfarero, etc., muchos de los cuales fueron expoliados en épocas pasadas; incluso hay restos de molinos de piedra y de varias canteras.
Una potente muralla de granito rodeó el asentamiento con un perímetro de más de 3.000 m y una anchura mínima de 2 m, aunque en algunas partes no está conservada y hace difícil su restitución. La muralla se adapta bien a la morfología del terreno y es de gran aparejo en lienzos y torreones y sobre todo en las puertas. Aprovecha siempre que puede las afloraciones de granito que emergen del suelo, integrándolas en su estructura y se interrumpe cuando la topografía del terreno la hace innecesaria. Sigue en gran medida el borde de la meseta sin perder altura para mantener siempre posiciones defensivas inequívocas. La aspereza del terreno y los fuertes escarpes que rodean a la ciudad no exigen mucha contundencia en las obras de fortificación. En cualquier caso la línea continua de muralla en todo el sector norte tuvo que presentar un imponente aspecto, vista desde el valle. En ese sentido las murallas actuarían como un elemento de prestigio visual y símbolo de la pujanza de la comunidad que se resguardaba tras ellas. Además del papel defensivo la muralla servía para delimitar al grupo social, a la comunidad que vivía dentro. Salvo algunos puntos con poca visibilidad, desde dentro del oppidum sus habitantes verían siempre los muros protectores y delimitadores.
La técnica constructiva de la muralla es de dos paramentos con bloques grandes y las caras planas vistas al exterior, cogidos en seco, mientras que el interior se rellena de piedras más pequeñas. En algunos puntos, especialmente al mediodía, sólo se llegó a marcar la cimentación de la muralla, por otro lado casi innecesaria debido a los fuertes cortados que protegen ese sector. En algunos puntos, la muralla parece reforzarse con dos o tres paramentos. La posibilidad de un remate de las murallas con empalizada de madera, especialmente en las zonas de las entradas, está sostenida por el episodio del incendio de las murallas de Pallantia en el año 74 a.C. tras el asedio de la ciudad por Pompeyo, según nos relata Apiano. Parece que sólo un tipo de remate así podría permitir que se incendiaran las murallas. Pero ciertamente no tenemos pruebas arqueológicas de que éste fuera el tipo de remate de la parte superior de las murallas del ámbito vettón.
Se pueden identificar al menos nueve interrupciones de la muralla que por sus dimensiones y características bien podrían ser otras tantas puertas de entrada. Algunas se reconocen bien y han sido consolidadas recientemente, pero otras resultan muy problemáticas.
Las puertas mejor conservadas y más complejas son la del Noroeste y la del Noreste. La puerta del Noroeste –por donde se accede al oppidum– estuvo además protegida por varias líneas de muralla que la anteceden. Mientras que la puerta del Noreste –por donde se sale siguiendo el itinerario de visita– es una puerta en esviaje: los dos tramos de muralla adoptan una posición paralela, dejando un espacio libre entre ambos para pasar. De ella salía un camino, parece que enlosado, como el del segundo recinto de Las Cogotas, hoy medio oculto por los derrumbes de la propia muralla. Por las laderas todavía se ven las rampas por donde discurrían éste y otros caminos que llevaban al llano. Las huellas de ruedas de carro son visibles en algunos puntos.
La gran superficie de Ulaca queda claramente puesta de manifiesto en la comparación de su recinto amurallado con la Ávila medieval. Sencillamente las más de 60 ha del oppidum vettón superan ampliamente la superficie de la ciudad de Ávila. Los cálculos de población son difíciles y complicados pero a partir de otros poblados en los que contamos con cementerios, como Las Cogotas y La Mesa de Miranda, se ha podido determinar un valor de entre 15 y 20 habitantes por ha. Según esas estimaciones la población de Ulaca oscilaría entre 1.050 y 1.400 habitantes, lo que se ajustaría bastante bien a las 250 estructuras reconocidas. Todo ello no debió ser obstáculo para que en momentos de inestabilidad y peligro pudiera refugiarse tras sus murallas una población que podría doblar esas cifras. Desde luego los espacios libres lo permitirían sin muchas complicaciones.
Khirokitia
Khirokitia
Reconstrucción de las estructuras circulares.
Coordenadas: 34 ° 47′48. 21″N 33 ° 20′37. 39″E
País: Chipre
Región: Europa y América del Norte
Khirokitia es un yacimiento arqueológico en la isla de Chipre en el mar Mediterráneo, que data del Neolítico. También se le llama Khoirokoitía (en griego Χοιροκοιτία, Joirokoitía), Chirokitia y Jirokitia.
En 1998 la Unesco lo inscribió como Patrimonio de la Humanidad.1
En este sitio —y en cerca de otros 20 en la isla— está representado el periodo Neolítico acerámico (sin alfarería ni cerámica de ningún tipo).
El sitio fue descubierto en 1934 por el Dr. Porphyrios Dikaios (director del Departamento de Antigüedades de Chipre) y su asistente Joan du Plat Taylor, quienes llevaron a cabo seis excavaciones entre 1934 y 1946.2
A principios de los años setenta se realizaron más excavaciones, que tuvieron que ser interrumpidas por la invasión turca de la isla. En 1977, un equipo francés —dirigido por Alain Le Brun— continuó la excavación.3
El asentamiento de Khirokitia se encuentra en la ladera de una colina en el valle del río Maroni a 6 km de la costa sur de la isla.
Estuvo habitado entre el VII y el VI milenio a. C.
Los métodos de subsistencia practicados por los habitantes neolíticos incluían la recolección (agricultura) y la ganadería.
Es una aldea cerrada, aislada del mundo exterior, separada de la ribera del río por un fuerte muro de piedras de 2,50 m de espesor y 3,00 m en su punto más alto preservado hasta la actualidad. El acceso a la aldea probablemente se lograba a través de puertas en la pared.
Las casas dentro del perímetro del muro consisten en estructuras circulares juntas entre sí (llamadas tholos). La parte baja de estas casas generalmente es de piedra y alcanza proporciones enormes debido al constante agregado de más capas de piedras. Su diámetro externo varía entre 2,30 m y 9,20 m mientras que el diámetro interno es de sólo 1,40 m a 4,80 m. Recientemente se encontró una casa cuyo techo plano había caído en el interior, lo que indicó que no todos los techos tenían forma de cúpula, como se pensó originalmente.
Los edificios circulares del asentamiento neolítico se extienden sobre las laderas de una colina, rodeados por el meandro de un río. El poblado, cuya extensión máxima puede estimarse en 3 h, es un espacio cerrado, rodeado por un impresionante recinto amurallado cuyo contorno ha sido modificado en varias ocasiones. Su economía se basa en la agricultura y el pastoreo de ovejas y cabras, combinado con la recolección de plantas silvestres y la caza del gamo.
La riqueza y la diversidad de los datos culturales, ambientales y antropológicos permiten múltiples enfoques que permiten conocer el resultado, en la segunda mitad del 7 el mil. aC, de un proceso de colonización que se inició a principios del s. el mil. BC Esta documentación, basada en una secuencia estratigráfica larga y consistente, constituye un punto de referencia para seguir la elaboración del Neolítico Acerámico Tardío de Chipre, la llamada “Cultura Khirokitia” e investigar los cambios y continuidades en el medio ambiente, las estrategias de subsistencia, técnicas artesanales y organización de actividades, prácticas arquitectónicas, organización social y rituales.
Las divisiones internas de cada choza dependían del uso que se le daba. Tabiques bajos, plataformas de trabajo, descanso o depósito. Tenían hornos, presumiblemente para cocinar y calentarse, bancos para sentarse y ventanas. En muchos casos hay evidencia de columnas para sostener un piso superior. Se cree que las cabañas eran como habitaciones, varias de las cuales estaban agrupadas alrededor de un patio abierto, y juntas formaban una sola casa.
Se cree que la población de la aldea estuvo entre 300 y 600 habitantes. Las personas tenían una estatura bastante corta: 1,61 m (hombres) y 1,51 m (mujeres). La mortalidad infantil era altísima, y la esperanza de vida era de cerca de 22 años de edad. Los muertos se enterraban acurrucados, directamente debajo de los pisos de las casas. Como curiosidad, tenían la costumbre de aplanar artificialmente la parte occipital del cráneo en la infancia, sobre todo en las mujeres, lo que les daba una braquicefalia bastante acentuada.En algunos casos se les dejaban provisiones, por lo que se cree que dentro de sus propias casas tenían algún tipo de culto a los antepasados.
Esta es la más antigua cultura conocida de Chipre, consistía en una sociedad desarrollada y bien organizada que se dedicaba principalmente a recolectar, cazar y criar ganado. La agricultura se basaba en el cultivo de cereales. También recolectaban frutos de los árboles que crecían silvestres en el área circundante, como nueces de pistacho, higos, aceitunas y damascos. Las cuatro especies animales cuyos restos se han encontrado en este sitio son venados, ovejas, cabras y cerdos.
La aldea de Khirokitia fue abandonada repentinamente por causas desconocidas alrededor del año 6000 a. C., y parece que toda la isla quedó deshabitada durante 1500 años, hasta que apareció el siguiente grupo documentado, los sotira.
Nombre de la aldea
Según la opinión dominante el nombre de la aldea es un compuesto de la palabra “Khiros” (cerdo / cerdo) y la palabra “Kiti”, así sugiriendo una zona donde se crían cerdos. Otras fuentes afirman que el nombre original era “Sidirokitida”, por lo tanto una zona de hierro fue encontrado. También se dice que podría haberse originado de la palabra “Khirogetia”, que implica la práctica de la quiromancia. De acuerdo con todo a otra opinión, pudo haber originado de algún nombre como “Ierokitida” (lugar sagrado). Aún más imaginativos opiniones afirman que el nombre venía de las palabras “giros” y “oikia” debido a que las chozas prehistóricas son redondas. Además, cuenta la tradición que el nombre se deriva de la frase “Chere Kitia” expresado utilizado por la Reina “Rigena” para abordar una cierta amiga suya de Kition. Se alegó también que quizá el nombre se origina de la planta Annona cherimola, que se encuentra cultivado en Chipre bajo el nombre más simple “Cheromolia”, aunque esto se considera muy poco probable. En cualquier caso, en mapas antiguos el pueblo está marcado como sea Cherochetica o como Chierochitia.[12]
Reconstrucción de las estructuras circulares.
Unidades IA y XIIA.
Unidades IA y XIIA.
Unidades XLV y XLVII.
Tholos de Choirokoitia (Dibujo: Juergen E. Walkowitz)
Restos del yacimiento arqueológico chipriota./Ophelia2
En el interior de las viviendas de Khirokitia todavía permanecen utensilios que usaban sus pobladores./Kritzolina
Y todavía no se ha descubierto lo mucho que permanece enterrado aquí, como ocurre en Atapuerca y La Sima de los Huesos. La inmensa mayoría del yacimiento está sin excavar. Los arqueólogos se frotan las manos ante el panorama que se les presenta.
Plaza circular de Cajamarca
Plaza circular de Cajamarca, Perú
Encuentran en Perú una construcción más antigua que las pirámides de Egipto
Imagen de la plaza circular de Cajamarca, en Perú.© Science Advances
Arqueólogos de la Universidad de Washington (Estados Unidos) revelaron la existencia de una plaza circular en Perú más antigua que las pirámides de Egipto. En concreto, fueron localizadas en el sitio arqueológico de Callacpuma, en la región de Cajamarca.
El estudio, publicado en la revista científica Science Advances, data la construcción de esta estructura en el periodo en el Precerámico Tardío, hace 4.750 años. Se trata de una estructura formada por grandes piedras megalíticas independientes y colocadas verticalmente. Según los autores de la investigación, nunca se había visto anteriormente una disposición de similares características en los Andes peruanos.
También es considerado como uno de los “primeros ejemplos de arquitectura megalítica monumental en América”. Para poder datar la construcción de la plaza circular, los arqueólogos propusieron tres fechas de radiocarbono “asociadas con la construcción inicial, que promedian aproximadamente 2750 años calibrados antes de la era común”.
En cuanto a la plaza circular de Cajamarca, sus dimensiones son de 18 metros de diámetro.
Sobre las labores de investigación, también fueron claves los fragmentos de carbón de los cimientos de los monumentales muros de piedra que recuperaron los arqueólogos. “Es un ejemplo temprano y crítico de construcción colectiva, construcción de lugares e integración social entre la gente de los Andes”, afirmó el arqueólogo Jason Toohey.
La plaza tiene 18 metros de diámetro y está conformada por dos muros concéntricos, cada uno construido con una sola fila de piedras grandes, lo que la distingue de los demás muros y estructuras del sitio arqueológico Callacpuma, también conocido como Cerro Shaullo.
A su vez, se trata de una construcción menos conocida en las tierras altas de los Andes, a diferencia de lo que sucede con otras ubicadas cerca de la cosa. Anteriormente, solo se han discutido otros tres ejemplos de las tierras altas: La Galgada, Kuntur Wasi, y el sitio del Horizonte Temprano de Chavín de Huantar. Diversas líneas de evidencia material sugieren que la plaza circular de Callacpuma es una de las estructuras monumentales y megalíticas más antiguas de los Andes peruanos.
El hallazgo se remonta al año 2018 pero recién este mes los investigadores pudieron confirmar la edad e importancia del lugar, tras superar retrasos por la pandemia.
“En el 2018 obtuvimos muestras de radiocarbono que mandamos al laboratorio y han arrojado estas fechas, la cual podemos publicar ahora”, destacó la experta.
La plaza fue descubierta por un grupo de arqueólogos peruanos y estadounidenses, y se ubica en las zonas montañosas del sitio arqueológico de Callacpuma, a 8 km de la ciudad de Cajamarca, 800 km al norte de Lima.
Mapa de la cuenca de Cajamarca. Crédito: Jason L. Toohey et al. / Science Advances
El lugar se caracteriza por su construcción única de grandes piedras colocadas verticalmente, que forman una estructura de aproximadamente 20 metros de diámetro con dos muros concéntricos.
“Era un espacio para ceremonias de la comunidad, eso nos dice que desde hace unos 5.000 años los antiguos cajamarquinos realizaban ceremonias en lo alto de estos cerros”, explicó Chirinos.
La directora de Proyecto de Investigación Arqueológica indicó que este descubrimiento es muy importante para la prehistoria de Cajamarca y Perú porque “este tipo de estructuras no se sabían que eran tan antiguas”.
El ministerio de Cultura señaló en un comunicado que en los alrededores de la plaza “se encontraron ofrendas de cerámica, fragmentos de cristal de cuarzo, sodalita, antracita y miniaturas de piedra”.
Sin embargo, el descubrimiento no es el más antiguo de Perú, pues la ciudadela de Caral tiene 5.000 años y considerada la civilización más remota de América y una de las más antiguas del mundo junto a las de Mesopotamia, Egipto, China, India y Creta.
La investigación fue liderada por Chirinos y el arqueólogo estadounidense Jason Toohey de la universidad de Wyoming.
“(A) Ejemplo de una típica piedra vertical que forma los muros perimetrales de la plaza. También se indica un ejemplo de la fina capa de cimentación en la base de la piedra de la que se recogió el material datado. (B) Vista en planta de la plaza circular indicando las unidades excavadas”.
Además del descubrimiento de la plaza, la región de Cajamarca continúa revelando su riqueza arqueológica con el hallazgo, el año pasado, de la tumba de un sacerdote de tres mil años de antigüedad por un equipo de investigadores japoneses y peruanos. Esta tumba, junto con ofrendas de cerámica en un sitio ceremonial, destaca la importancia religiosa y cultural de la zona desde tiempos remotos.
El cuidadoso proceso de sepultura del sacerdote, evidenciado por las capas de ceniza y tierra que cubrían el cuerpo y las ofrendas en un hoyo circular, demuestra la sofisticación y el respeto ceremonial de estas antiguas comunidades andinas.
Hallan ofrendas y cuarzos como parte de los rituales
Las investigaciones indican que probablemente fue un punto de reunión y ceremonias para las personas que vivían en los alrededores, pues se han encontrado ofrendas de cerámica, fragmentos de cristal de cuarzo, sodalita, antracita y miniaturas de piedra, poco comunes en las viviendas.
El Ministerio de Cultura precisó que las muestras estudiadas corresponden a la temporada 2018 del proyecto y que otros hallazgos indican que existen diferentes tipos de construcciones en la zona.
Entre estos figuran montículos-plataforma, terrazas domésticas, tumbas, abrigos rocosos, barrios de viviendas, un segmento del Camino Inca y posibles fortificaciones, así como 145 paneles de arte rupestre.
El PIA Callacpuma es dirigido por los arqueólogos Patricia Chirinos Ogata y Jason L. Toohey, de las universidades estadounidenses de California y Wyoming, respectivamente, junto con un equipo de especialistas que también integran Melissa Murphy, de la universidad de Wyoming, y profesionales de universidades peruanas y estadounidenses.
El descubrimiento, que es financiado por la universidad de Wyoming y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), contempla un componente de trabajo con la comunidad, con el objetivo de “sensibilizar a los vecinos sobre la importancia histórica de la zona que habitan”, concluyó el ministerio.
Fuente: EFE.
Fotos: DDC Cajamarca / PIA Callacpuma
El PIA Callacpuma es financiado por dos instituciones estadounidenses: la Universidad de Wyoming y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF).
Toohey es un arqueólogo antropólogo que se dedica a adoptar un enfoque holístico y multidisciplinar sobre el terreno. Ha realizado trabajo de campo en los Andes peruanos desde 2003. Murphy, jefe del departamento de antropología de la UW, es un antropólogo biológico especializado en bioarqueología y comprometido con los enfoques multidisciplinares dentro de la antropología.
Ejemplo detallado de la capa estratigráfica de la que se recogieron las muestras datadas. Crédito: Jason L. Toohey et al. / Science Advances
Filitosa
Filitosa
Filitosa es un sitio megalítico en el sur de Córcega, Francia. El período de ocupación se extiende desde el final del Neolítico y el comienzo de la Edad del Bronce, hasta aproximadamente la época romana en Córcega.
El sitio se encuentra en la carretera D57, a unos cientos de metros de la aldea de Filitosa, a 5 km al oeste de Sollacaro, en el cantón de Petreto-Bicchisano, distrito de Sartène,[1] al norte de Propriano en el departamento de Corse-du-Sud. Está ubicado en una colina, con vistas al valle de Taravo.
El sitio fue descubierto en 1946 por el propietario de la tierra, Charles-Antoine Cesari, y la escritora británica Dorothy Carrington, llamó la atención de los arqueólogos (véase su obra maestra, Granite Island: Portrait of Corsica,[2]). Las excavaciones sistemáticas comenzaron en 1954 por Roger Grosjean. Hallazgos de puntas de flecha y alfarería datan de la primera ocupación en el 3300 a. C. Hacia el 1500 a. C. se erigieron menhires de 2-3 metros. Se han tallado con representaciones de rostros humanos, armaduras y armas. Roger Grosjean pensó que los menhires podrían haber sido erigidos para evitar una invasión de un grupo de personas llamadas Torréens (Torreens). Sin embargo, esto no tuvo éxito: los menhires fueron derribados, divididos y reutilizados en algunos casos como material de construcción por los Torréens. Los Torréen construyeron estructuras circulares de piedra en el sitio, conocidas como torri (o torre), que pueden haber sido utilizadas como templos. Los torri están muy bien conservados. Esta teoría había sido cuestionada por trabajos posteriores de F. De Lanfranchi, MC Weiss y Gabriel Camps.[3]
En total, en Filitosa se contabilizaron una veintena de menhires de distintas épocas. Constituyen aproximadamente la mitad del número total de estos monumentos en Córcega.
El sitio de Filitosa es abordado por un camino a través de un antiguo olivar. El primer monumento que se ve es un saliente de roca y una pared circundante. Luego, el visitante se encuentra con el monumento central. Hay varias plataformas de cabañas alrededor, y la pista conduce 50 m más hasta el Monumento Occidental o torri. Desde allí, se puede disfrutar de una vista colina abajo a una alineación de piedra de cinco megalitos, colocados alrededor de la base de un olivo de 2000 años. Detrás del olivo está la cantera de la que se extrajeron los megalitos.
Prehistoria
Durante el período de las glaciaciones el nivel medio del Mar Mediterráneo descendió y se crearon así diversos puentes naturales que permitieron el paso desde la parte continental italiana al archipiélago sardo-corso, pasando por las islas del Archipiélago Toscano.
Hace unos 12 a 14 mil años, el clima fue modificándose y Córcega tomó su actual aspecto insular. Se estima que los primeros yacimientos paleolíticos de Córcega, que cuentan con megalitos tallados y esbozos escultóricos ubicados en la región de Porto-Vecchio, se realizaron hacia el 9000 AEC.
En el Neolítico se desarrolla en la isla una civilización megalítica de gran importancia que construye dólmenes (cerca de Cauria y Pagliagio), monolitos y la mayoría de los menhir-esculturas. Estos últimos se hallan mayormente en el Sur, en el yacimiento arqueológico de Filitosa, pero que también se pueden hallar en el Norte, cerca de San Fiorenzo.
Hacia el 1500 AEC la isla es invadida por el pueblo Torreano. De esta cultura quedan hoy numerosas torres con estructura similar a la de los nuragas sardos, aunque menos imponentes. Por la naturaleza de los hallazgos, su época y su localización, se tiende a suponer que dicha civilización podría ser una extensión de la que se estaba desarrollando en Cerdeña.
Los Torreanos también hicieron su aporte megalítico a la isla pero no sin intentar eliminar los rastros de otras culturas de más antigüedad, tal como puede observarse en el sitio arqueológico de Filitosa, donde se hallan menhires partidos en varios fragmentos. Los torreanos desaparecieron hacia el 600 AEC.
Historia
Hacia la Edad del Hierro parece producirse una progresiva fusión entre los herederos de ambas civilizaciones: toma así forma el pueblo que los Griegos llamarán Κὁρυιοι, corsos. Es significativo el hallazgo de algunas inscripciones Fenicias que datan del Siglo IX AEC y que citan al pueblo del mar denominado KRSYM, establecido en Kition (Chipre).
En la grafía sin vocales que usaban los fenicios y otros pueblos semitas, KRSYM podría representar KoRSos (ya que -im es el fonema marcador de las formas plurales). Los KRSYM fueron bastante importantes, hasta el punto de que los fenicios necesitaron instituir una figura llamada MLS HKRSYM, es decir, el intérprete de los Korsos.
En 565 AEC, los foceos, pueblo griego de Asia Menor, expulsados por los persas de su ciudad Focea, se trasladaron a Córcega y fundaron una colonia en la desembocadura del río Rhotanos (Tavignanu): Alalia, en el emplazamiento actual de Aleria. La ciudad poblada por los inmigrantes griegos entró en contacto con los autóctonos de la isla con quienes comenzaron a comerciar.
Luego de la fundación de Alalia (Aleria) por los griegos, Córcega fue conquistada por el reino etrusco en el siglo VI AEC y fue unida al resto de Italia por el Imperio romano en la época de la República, convirtiéndose junto a Cerdeña en una provincia más del imperio. Córcega sufre las invasiones Vándalas como Cerdeña y Sicilia, y formó parte como el resto de Italia del Imperio Romano de Oriente en 550 y del reino lombardo en el siglo VIII.
En época medieval la isla formó parte de la Corona de Aragón, desde 1325 hasta que fue recuperada por la República de Génova en 1447 que, desde hacía años mantenía un contencioso con Pisa para hacerse con la isla. Fue independiente entre 1755 y 1769, siendo finalmente comprada a la República de Génova por parte de Francia, país del que actualmente forma parte.
Yacimientos arqueológicos
Córcega presenta 73 megalitos esculpidos y 500 monolitos, entre muchos otros atractivos arqueológicos, ubicados principalmente en el sur de la isla.
Destacan entre ellos las alineaciones de Palaggiu (con 258 monolitos y 3 estatuas-menhires), el dolmen Fontanaccia y los alineamientos de Cauria, los alineamientos de Renaggiu (el más antiguo), los yacimientos torreanos de la Edad del Bronce Castelli de Cucuruzzu y Capula, los sitios de Torre, Ceccia y Castellu d’Araghju y los Museos de Sartène y Levie con los restos de la llamada Dama de Bonifacio (6570 AEC).
Pero sin duda el yacimiento arqueológico más conocido y bello de la isla es Filitosa, a mitad de camino entre Ajaccio y Bonifacio, cerca de la ciudad de Propriano. El yacimiento de Filitosa, declarado patrimonio mundial de la UNESCO, es uno de los mayores de Europa, y destaca por los alineamientos de estatuas-menhir megalíticos con rostros tallados.
Los objetos más antiguos hallados en Filitosa (puntas de flecha, cerámica, etc.) datan del 3300 AEC. Entre 1800 AEC y 100 AEC, los habitantes de este lugar erigieron sus característicos menhires antropomorfos de 2/3 metros de altura, que según se especula, habrían tenido el propósito de ahuyentar a los torreanos.
Por su parte los Torreanos construyeron una ciudad fortificada, oppidum, que dominaba el valle del Taravo. Todavía se aprecian las ruinas de algunas paredes, hoy rescatadas de la vegetación.
Mapa del Oppidum. Imagen
En total, 20 menhires tallados se han encontrado en este yacimiento. Los menhires antropomorfos también se pueden hallar en otras islas del Mediterráneo: Cerdeña, Malta, Mallorca y Menorca.
Torre Central, monumento que consta de 6 estatuas en círculo. Imagen
Detalle de la Torre Central. Imagen
Esqueleto en roca de Guadalupe
Esqueleto en roca de Guadalupe
Esqueleto de homínido moderno incrustado en roca encontrado en la costa de Guadalupe; de al menos 28 millones de años.
Estos esqueletos son restos humanos encontrados en una isla de las Antillas, pero con la peculiaridad de que fueron hallados en un estrato con una datación geológica de al menos 28 millones de años, es decir de la época del Mioceno, mucho antes de que los seres humanos modernos aparecieran en la isla. Para muchos investigadores la datación no es correcta, pero el debate sigue abierto.
Una de las muestras extraídas de las costas de Guadalupe, cerca de la aldea de Moule, fue una losa de piedra de unas dos toneladas de peso que fue enviada al Museo Británico en 1812, donde fue expuesta al público, pero con la llegada de la teoría de Darwin, la losa quedó relegada al sótano. Una de las cosas a favor es que estos restos han sido estudiados de forma científica y pueden seguir observándose hoy en el Museo Británico.
El problema es que estos esqueletos no encajan con la teoría de la evolución, pues es imposible encontrar seres humanos modernos hace 28 millones de años. Sólo el estudio geológico o arqueológico podrá demostrar si realmente el estrato donde se encontraron los esqueletos pudiera no ser del Mioceno, cosa que no se ha logrado hasta ahora.
Al ser contraria a la teoría de la evolución, la comunidad científica rechaza la veracidad de estos restos, y prefiere pensar que la datación no es correcta, sin embargo, no existe ningún estudio que desmienta la datación inicial.
La “Mujer de Guadalupe” es un descubrimiento bien autenticado que ha estado en el Museo Británico durante más de medio siglo. En 1812, en la costa de la isla caribeña francesa de Guadalupe, se encontró un esqueleto completamente humano, completo en todos los aspectos excepto en los pies y la cabeza. Pertenecía a una mujer de aproximadamente 5 pies y 2 pulgadas de alto.
Lo que lo hace de gran importancia es el hecho de que este esqueleto se encontró en el interior de una piedra caliza extremadamente dura y muy antigua, que formaba parte de una formación de más de una milla [1.609 km] de longitud. La datación geológica moderna sitúa a esta formación en 28 millones de años, ¡es decir, 25 millones de años antes de la aparición del hombre moderno en la Tierra!
Dado que una fecha de este tipo para una persona normal no se ajusta a la teoría evolutiva, no encontrará a “Mujer Guadalupe” mencionada en los libros de texto de Hominid. Hacer eso sería refutar la datación evolutiva de las formaciones rocosas.
Cuando el bloque de piedra caliza de dos toneladas, que contenía Guadalupe Woman, se exhibió por primera vez en el Museo Británico en 1812, se mostró como una prueba del diluvio del Génesis. Pero eso fue 20 años antes que Lyell y casi 50 años antes que Darwin. En 1881, la exhibición fue llevada silenciosamente al sótano y permanece allí hasta el día de hoy.
Evidentemente no se conocen todos los procesos naturales, o se trata de un fraude, una manipulación intencionada, etc.
Dedo humano fosilizado en Canadá
Dedo humano fosilizado en Canadá
En un estrato de 110 millones de años.
Similar al encontrado en Texas?
Dedo humano fósil de entre 100 y 110 millones de años hallado en una isla del Ártico de Canadá; la imagen inferior es su radiografía
Este fósil, identificado como DM93-083, pertenece a una colección personal y fue hallado en la Isla Axel Heiberg, en el ártico Canadiense. Está datado en unos 100 a 110 millones de años atrás, época que corresponde al Cretáceo. Debajo de la foto se ve una imagen radiográfica, en la que se observan los huesos, que al tener menor densidad que la parte petrificada del exterior se ven en tono mucho más oscuro.
Según algunas fuentes:
Para que el dedo fuese estudiado debidamente se tuvo que cortar con una sierra de diamante. En su interior se podían apreciar los distintivos círculos concéntricos.
El escaneo reveló la presencia de huesos, articulaciones y tendones en el interior del dedo. Esto se podía constatar por las diferencias de tonalidades entre claras y oscuras que se presentaron en las radiografías.
Fraude
El Cráneo de Tafilalet
El Cráneo de Tafilalet
En otra evidencia encontramos (un cráneo con antigüedad de 360 millones de años)
Un cráneo de 360 millones de años fue hallado en Marruecos en estratos del periodo Devónico; por los estudios científicos realizados con Tomografía Computarizada, se comprobó que corresponde a un ser del género Homo adulto (dientes gastados), aunque su tamaño es solamente de 18.5 cm de circunferencia, siendo que la de los humanos actuales son de alrededor de 25 cm.
El pequeño tamaño del cráneo, descubierto por un paleontólogo aficionado joven en julio de 2007, cerca de Erfoud en una zona famosa por sus fósiles y goniatites Orthoceras ha sido autenticado por los científicos.
“Es un cráneo real y no un artefacto “, aseguró el Dr. Abdelkader Alaoui, radiólogo y director del hospital Mulay Ali Cherif, después de realizar una TC (tomografía computarizada de rayos X).
El cráneo, cuyo tamaño no excede en su circunferencia más de 18.4 cm, fue descubierta en una parcela del Devónico, lo que da una idea acerca de su edad que podría datar de 360 millones de años.
“Los resultados son fascinantes y estoy realmente sorprendido por la plasticidad biológica ” del cráneo, dijo el Dr. Alawi, subrayando que la información numérica (densidad) del escáner son consistentes con los valores de la densidad ósea.
“Creo que este cráneo todavía esconde algunas sorpresas”, dijo, refiriéndose a la fosilización posible del cerebro. Las imágenes del escáner, revelando una estructura arquitectónica peculiar y una muy baja densidad, una oportunidad razonable de encontrar un cerebro fosilizado.
Mohamed Zarou había avanzado en el anuncio de su descubrimiento, es el cráneo fosilizado del género Homo. A juzgar por los dientes gastados de la vejez, es sin duda un adulto, argumentó.
El cráneo tiene las características del género Homo, como lo demuestra la posición del agujero magno (centrado), la mandíbula (corto, parabólicas), el ángulo de la sínfisis (obtuso, se coloca detrás), en la frente (alta y redondeada , como detrás del cráneo) y la fórmula dental (estimado en 32 dientes, inserta verticalmente)”, dijo.
Pedido por MAP (Agencia de Noticias Árabe), sobre el proceso utilizado hasta la fecha de la datación de la muestra, el Sr. Zarou explicó que se ha basado en un método de datación tiempo orgánico, agregando que el mismo método fue adoptado en el famoso cráneo de Sahelanthropus tchadensis (6-7 millones de años) y también se encontró en el suelo, sin ninguna conexión geológica.
Interesado en el tema, el Sr. Eddahby WHL, un ingeniero de investigación en geología aplicada y miembro del Grupo de Investigación en Geología Aplicada (Grga), Facultad de Ciencias y Técnicas de Errachidia , dijo que unos estudios de la estratigrafía del sitio y uno detallado de la fauna asociada a ellos se darán a conocer pronto.
El Sr. Eddahby sin embargo, subrayó la necesidad de vincular los estudios sobre el cráneo en cuestión a las excavaciones en los sitios Sijilmassa
Ya podían haber sido más cuidadosos en la traducción; como es que la medida de la circunferencia craneal, de los humanos actuales es de 25 cm?, no será el diámetro?, o es que todos somos unos monstruos mega-craneanos.
Conclusión: seguramente erróneo.
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