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Mapamundi de Pomponio Mela
Mapamundi de Pomponio Mela
Pomponio Mela
Reconstrucción del mapamundi de Pomponio Mela por Konrad Miller (1898).
Representación del mundo, según Petrus Bertius, basado en Pomponio Mela.
Pomponio Mela a (m. 45) nació en Tingentera (Algeciras), en el siglo I, fue un geógrafo hispanorromano que vivió bajo los emperadores Calígula y Claudio. Falleció en torno al año 45.2
Su obra más famosa, que le llevó a ser citado por Plinio el Viejo, fue un compendio geográfico que se compone de tres volúmenes de título De Chorographia, también denominada De situ orbis (Sobre los lugares del mundo), y que, solo por una alusión que contiene a la conquista de Bretaña (años 43 y 44), debió escribir en esa década del siglo I.
De Chorographia
De Chorographia se compone de tres volúmenes en los que, de forma imprecisa, se describen los lugares del mundo conocido a comienzos de nuestra era: Hispania, la Galia, Germania, África, Asia, Britania y Arabia. Es la más antigua obra corográfica en lengua latina que se ha conservado, a imitación de los periplos de la literatura clásica griega, y es más de índole retórica que estrictamente científica, aunque en este último ámbito es bastante exacto. Él mismo declara que iba a tratar de materias clarissima, et strictim, esto es, “las más brillantes, pero sucintamente”, prometiendo para más tarde una geografía detallada que ya nunca escribió. Para atajar el tema, enjuto de por sí, lo anima con un estilo ingenioso y rítmico que se complace en descripciones pormenorizadas y atractivas.
En el primer volumen, Pomponio Mela describe el mundo conocido en la época y sus regiones siguiendo el litoral mediterráneo, extendiéndose a unos hipotéticos habitantes en las regiones africanas del sur, lo que denomina «tierras templadas», desconocidas en aquella época en Imperio romano, para llegar a Asia y desde allí a Europa; en último término describe el Atlántico. Menciona más de 1.500 topónimos. Su visión del mundo es la de una Europa, África y Asia rodeadas por un gran océano desconocido, en donde no precisa distancias, careciéndose además de mapas que hubiera usado para su descripción. En dicho volumen, comenzó describiendo las tierras donde nació, la zona Bética y el estrecho de Gibraltar.
El tercer libro se refiere a países como Hispania, Galia, Germania, llega hasta Asia y analiza parte del continente africano. Aunque esta es una de las primeras obras donde se realiza un análisis puramente geográfico, no contiene datos técnicos y alguna información que trasmite resulta equívoca. La obra contiene gran cantidad de topónimos y de detalles económicos, culturales y naturales de las tierras que describe.
Uno de los apartados más interesantes, son las descripciones que realiza de los pueblos. Su estilo literario recuerda a Salustio, por su complicada retórica, obra que fue fuente de documentación para muchos autores, desde Plinio el Viejo, hasta Petrarca.
Durante el Renacimiento fue uno de los autores más admirados de la Antigüedad. El tomo más antiguo de la obra es una copia publicada en Milán en 1471, a partir de entonces comenzó a extenderse su conocimiento por Europa, publicándose en los siglos XVI y XVII muchas copias de gran calidad.
Descripciones
Pomponio Mela describió grandes regiones conocidas para Roma, a partir de fuentes de autores griegos y romanos. Básicamente realizó una recopilación de topónimos, acompañados de descripciones geográficas, económicas, culturales y naturales, como ya se dijo. Sin embargo, a partir de una traducción comentada de 1644, de José Antonio González de Salas, nos podemos encontrar con descripciones de islas, que corresponden con las islas Canarias y Cabo Verde, se relata el viaje épico del cartaginés Hannón, y se realizan extrañas descripciones de tierras que algún estudioso ha comparado con la costa oriental de América.3 Por otra parte, el humanista Luis Tribaldos de Toledo ya había imprimido también su versión con el título de la Geographia ilustrada con notas…, Madrid: D. Diaz de la Carrera, 1642. También lo comentaron el Brocense y Chacón.
Reconstrucción del mapa de Pomponio Mela (s. I d. de C.), por parte de Petrus Bertius, S. XVII.
Mapamundi basado en la obra de Pomponio Mela
Mapa del mundo incluido dentro de la edición de la obra De Situ Orbis, del geógrafo romano nacido en Algeciras, Pomponio Mela (fallecido en el año 45). De Situ Orbis fue redescubierta en el Renacimiento, al igual que otras obras de la geografía antigua y, desde de su primera edición impresa en 1471 en Milán, aparecieron multitud de ediciones en siglos posteriores. Este mapa se basa en la reconstrucción del mapa del mundo de Pomponio Mela que Petrus Bertius realizó en 1628. El mapa muestra, además de la ecúmene o mundo conocido del hemisferio norte en esa época, un continente austral habitado por los Antichthones (también llamados continente Antípoda por otros autores), que está separado y aislado del hemisferio septentrional por un océano situado en la zona tórrida y, por tanto, imposible de cruzar a causa del excesivo calor. La primera edición española, se hizo en Salamanca, por Antonio de Nebrija, en 1498 e incluye un mapamundi.
Cuando se refiere a Hispania, nos cuenta “Hispania misma está rodeada del mar, por todas partes menos por dónde está en contacto con las Galias, y aunque por dónde está unida a ellas es muy estrecha, poco a poco se despliegan hacia el Mar Nuestro y hacia el Océano y más ancha se encamina hacia Occidente y allí se hace amplísima, siendo también abundante en hombres, en caballos, en hierro, en plomo, en cobre, en plata, en oro y hasta tal punto fértil que, sí en algunos sitios es estéril y diferente de sí misma, con todo, en esos lugares produce lino o esparto”.
Tiene observaciones muy interesantes, como la que hace de la peculiar lengua de los cántabros “cuyos nombres son tan irregulares y de pronunciación tan extravagante, que no se puede acomodar a nuestra lengua “refiriéndose quizás al Euskera.
El mismo afirma haber nacido en Tigentera, que dice fundada con gente traída de Zilis y Tingis (Tánger) por lo que se afirma que Tigentera y Iulia Traducta son la misma ciudad. El nombre dado por Mela puede ser corrupción de Tingis Altera (la otra Tánger).
A la ciudad vecina Ceuta se refiere como “Septem Frates” (Siete Hermanos) en alusión a sus siete colinas parecidas. Por su semejanza fonética, se supone que del numeral Septem derivó el topónimo de Ceuta.
Como ocurre en las reproducciones, fuera de tiempo, existen varias versiones de su mapamundi.
Pomponio Mela Sobre la situación del mundo Andreas Schott revisado e ilustrado por el resumen. Añadido por Hermolaus the Venecian Barbarian y Fredenandi Nonij
Murallas, cercas y puertas de Madrid
Murallas, cercas y puertas de Madrid
Artículo íntegro del siguiente enlace, con algunos planos añadidos.
https://www.unaventanadesdemadrid.com/murallas-cercas-y-puertas-de-madrid.html
Mayrit, nombre árabe de Madrid, ha tenido a lo largo de su historia varias murallas y cercas. Unas tenían fines defensivos y otras servían para control fiscal y sanitario.
En principio podemos hablar de las siguientes:
– Muralla árabe.
– Muralla cristiana.
– Cerca del Arrabal.
– Cerca de Felipe II.
– Cerca de Felipe IV.
En el plano superior, hemos marcado con chinchetas azules la localización de los restos que aquí mostramos fotografiados. Con rojas, los lugares de Madrid donde existen restos conocidos de ellas, pero que no mostramos en esta página. Por último, con las amarillas señalamos aquellos puntos donde se piensa que existían puertas y torres significativas de la cuales hoy ya no queda ningún resto. Los recorridos de las murallas y cercas los presentamos con los siguientes códigos de colores: verde, para la muralla árabe; azul, para la cristiana; roja, para la cerca del arrabal1; violeta, la de Felipe II; y naranja, la de Felipe IV.
La primera muralla, y quizás la fundación de Mayrit, se puede situar en el siglo IX, cuando el Emir Mohamed I ordenó construir una atalaya2 en el lugar donde hoy tenemos el Palacio Real. Madrid formaba parte del sistema defensivo de atalayas a lo largo del valle del Tajo que controlaban el posible paso de los cristianos por Somosierra, Tablada y La Fuenfría hacia Segovia, Zaragoza o Toledo. Asimismo, ordenó también construir una muralla que protegiera la villa ya existente alrededor de la atalaya. Dicha muralla, construida en pedernal y abarcando una extensión de 9 hectáreas de terreno, tenía 3 puertas, además de un portillo que se ha descubierto recientemente en las excavaciones cercanas a la Plaza de la Armería:
La Puerta de la Sagra, o de la Xagra, estaba situada en el lienzo Norte de la muralla árabe, en el Campo del Rey, frente a lo que hoy es la Plaza de la Armería. Luego, con la primera ampliación cristiana, la que se construyó al Este adoptó el mismo nombre. Ésta se ubicó en el nuevo trozo de muralla que unía la almudena con el Alcázar, a la altura de la intersección de las calles Rebeque y Requena, siendo derribada en 1548.
El Arco de Santa María, llamado así por estar cerca de la Iglesia de Santa María, era también conocido como “de la Almudena” por comunicar la antigua almudena3 con la Medina4. Se derribó en 1570 con objeto de ensanchar la calle para el paso de Ana de Austria, última esposa de Felipe II, construyéndose en 1672 una nueva puerta a la que también se llamó Arco de Santa María.
La Puerta de la Vega, quizás muy parecida a la Puerta de Bisagra, en Toledo y una de las dos puertas por donde se dice que entró Alfonso VI a Madrid; la otra posible entrada es por la de Guadalajara. Tenemos los cimientos de su torre defensiva derecha en el lienzo de muralla existente en la Cuesta de la Vega, en el parque de Mohamed I. Este lienzo, visible parte de él en la fotografía superior, tiene unos 120 metros de largo, 8 de alto y 2 de ancho. Cuenta con un portillo y se pueden adivinar en él 6 torres, de las que 4 aún están en pie. En el parque, también podemos observar la maqueta de las murallas árabe y cristiana que vemos en la fotografía de la izquierda.
En las excavaciones que se están realizando en la zona comprendida entre la Plaza de la Armería del Palacio Real y la Catedral de la Almudena, donde se está construyendo el futuro Museo de las Colecciones Reales, han aparecido restos de la muralla y torres árabes que, por su disposición, muestran que el castillo árabe y la muralla no estaban unidos, siendo aquel externo a ésta. Asimismo, se han encontrado restos de casas musulmanas, las primeras que aparecen en Madrid y que nos permiten descubrir cómo eran. Tenían unos 90 metros cuadrados y disponían de sótano, planta baja con pozo y planta alta.
La Torre de los Huesos es una atalaya islámica que podemos observar en los aparcamientos subterráneos de la Plaza de Oriente. Su misión durante la dominación árabe era la vigilancia del entonces existente barranco del Arroyo del Arenal.
Con la conquista cristiana, fue incorporada como torre albarrana5 a la muralla cristiana para proteger la Fuente de los Caños del Peral (en la hoy Plaza de Isabel II) y asegurar la Puerta de Valnadú (situada en la confluencia de las calles Unión y Vergara).
La segunda muralla de Madrid fue construida por Alfonso VII en el siglo XII y era el triple de extensa que la primera, rodeando 35 hectáreas de terreno. Constaba de 4 puertas, hoy inexistentes al haber sido derribadas en diferentes momentos: Puerta de Valnadú, Puerta de Guadalajara, Puerta Cerrada y Puerta de Moros.
Se conservan los siguientes restos de la muralla:
Calle de los Mancebos. En los números 3 a 5, como antigua pared medianera, se conserva un trozo corto y deteriorado.
Aquí llegamos al lugar donde estaba la Puerta de Moros sobre la actual Plaza del Humilladero, entre las calles Almendro y Cava Baja. Esta puerta fue demolida en el siglo XVII.
Calle del Almendro. En los números 15 a 17, existe un lienzo de 16 metros de largo y 11 de alto que se conserva en muy mal estado en el fondo de un solar.
En la Cava Baja quedan los siguientes restos:
– En el número 30, existe un lienzo de 19 metros de largo por 11,5 de alto en un patio interior.
– En el número 22, tenemos restos de los cimientos de la muralla y de un torreón circular. No son visitables.
– En el número 10, bajo la escalera del edificio, encontramos un lienzo de 7 metros de largo con una altura de 1 a 4 metros y un torreón semicircular. Sí son visitables.
– En la Plaza de Puerta Cerrada, en los números 4 a 6, dentro de viviendas particulares, existe un trozo de la muralla entera hasta la coronación, incluido el adarve o camino de ronda, así como su pretil y un torreón semicircular.
El nombre de la plaza le viene dado, evidentemente, por ser el lugar donde antiguamente se encontraba la desaparecida Puerta Cerrada, así llamada por estar normalmente en esa situación ya que, al ser una puerta con muchos recovecos donde podían esconderse malhechores y debido al alto grado de desgracias allí ocurridos, se decidió cerrarla. Así se mantuvo hasta poblarse el otro lado de la muralla. Se demolió en 1569, al entrar en la ciudad Isabel de Valois, esposa de Felipe II.
Desde ésta, la muralla continuaba hasta la que quizás era la puerta principal de la ciudad: la Puerta de Guadalajara. Para llegar a ella, la muralla recorría un trayecto paralelo a lo que ahora son la Calle de Cuchilleros y la Cava de San Miguel y que entonces eran su foso. Esta puerta se destruyó en un incendio fortuito y no se reconstruyó al no tener ya utilidad.
Calle del Espejo. Desde la Puerta de Guadalajara, la muralla continuaba paralela a las que hoy son calles del Mesón de Paños y de la Escalinata para llegar a la Puerta de Valnadú y, desde ésta, hasta el Alcázar para finalizar allí su perímetro.
Hay restos de esta parte de la muralla (o quizás de una posible ampliación de ella que describimos mas adelante) en:
– Calle del Mesón de Paños, en los números 11-13 y 15.
– Calle del Espejo, en el número 14, donde tenemos un trozo de lienzo de 2,5 metros de altura.
– Calle del Espejo, en el número 10, en el que hay un torreón semicircular sobre el que se ha construido posteriormente y que es el que vemos en la fotografía de la izquierda.
Plaza de Isabel II. Finalmente, tenemos en el número 3 de la Plaza de Isabel II, en los sótanos de un local de restauración, un trozo de muralla con un portillo. Y es aquí donde podemos observar los cambios realizados en el terreno a lo largo de la historia ya que lo que es sótano a un lado de la puerta es superficie al otro lado, en la Calle de la Escalinata.
Antes de llegar a la Puerta de Valnadú, existía una torre albarrana llamada de Alzapierna, o también Gaona, que tendría como misión proteger el abastecimiento de agua desde la Fuente de los Caños del Peral. A continuación teníamos la Puerta de Valnadú, demolida en 1567, y la Torre de los Huesos, ya mencionada al principio; además, continuaba la muralla hasta unirse al Alcázar y terminar su recorrido.
Como ya mencionamos antes, existe la posibilidad de que la muralla cristiana se ampliase de tal forma que, donde giraba siguiendo el recorrido hoy marcado por la Calle del Espejo, se prolongara hasta el final de la Calle de la Escalinata, convirtiendo las torres albarranas en torres de la muralla, uniéndose primero a la Torre de Alzapierna y adelantando la Puerta de Valnadú para continuar por la Torre de los Huesos hasta el Alcázar.
Es muy posible que esta cerca se construyera en 1438 por una epidemia de peste en la ciudad. Debido a ella, se decidió construir un hospital y una cerca que uniese los arrabales a la villa. El hospital se situó junto a la Puerta de Guadalajara y sería luego el Hospital del Buen Suceso, que permaneció en la Puerta del Sol hasta 1854, año en que fue derribado.
Según otros autores, algunos de los arrabales ya contaban con su propia cerca y lo que se hizo fue unirlos todos a la villa en el año de la peste. Tenía ocho puertas y postigos:
– La Puerta de Santo Domingo estaba situada en la plaza del mismo nombre, viniendo ambos del Convento de Santo Domingo el Real, fundado por Santo Domingo de Guzmán en 1212.
– El Postigo de San Martín, nombrado así por el cercano convento del mismo nombre. Estaba enclavado originariamente en el cruce de las calles San Martín y Navas de Tolosa; posteriormente, fue trasladado hasta la altura de la actual Plaza del Callao.
– La Puerta del Sol, cuyo nombre proviene, según algunos historiadores, de un Sol dibujado en el castillo construido durante la guerra de las Comunidades de Castilla para defender la villa de los comuneros. Posteriormente, en 1539, se construyó una puerta en su lugar que perduró hasta 1570. Durante un tiempo, se la conoció como “la puerta de la pestilencia” por el cercano Hospital del Buen Suceso.
– La Puerta de Atocha, primera de este nombre. Estaba situada donde la actual Plaza de Jacinto Benavente.
– El Postigo de San Millán, que tenía este nombre por la cercana ermita del mismo nombre, estaba situado en la hoy plaza de Cascorro.
– La Puerta de La Latina estaba en la Calle de Toledo, frente a la Plaza de la Cebada. En un principio, se llamaba Puerta de San Francisco por llegar hasta el convento del mismo nombre, en la hoy Basílica de San Francisco el Grande, para luego tomar el nombre de La Latina al tener al lado el hospital homónimo. Éste, al igual que el Convento de la Concepción Jerónima, fue fundado por Beatriz Galindo “La Latina”, preceptora de Isabel “la Católica” y de sus hijos y considerada una de las mujeres más cultas de su época. El barrio de La Latina se llama así por haber vivido ella en él.
– La Puerta de Moros era la misma puerta ya existente de la muralla cristiana.
– La Puerta de la Vega, sobreviviente de la muralla árabe.
* * *
Calle Bailén. En 1566, Felipe II ordena construir una nueva cerca por motivos fiscales y sanitarios, no defensivos. Eran unas 125 hectáreas de terreno cercado y no se conocían restos de ella hasta que en 1991, en unas obras de ampliación del Senado en la Calle Bailén, aparecieron los restos que se ven en la fotografía. Para algunos expertos, pertenecen a la anterior Cerca del Arrabal y, para otros, a la de Felipe II. De todas formas, son los únicos restos de cualquiera de ellas hasta ahora conocidos. Lo que sí es cierto es que, una vez trasladada su situación al plano superior, no coincide ésta con el recorrido conocido de ninguna de estas cercas. Luego, o alguna de ellas era mayor, o estábamos hablando de otra cerca diferente, una cerca de un arrabal independiente.
Tenía las siguientes ocho puertas y postigos:
– La Puerta de Santo Domingo era la de la Cerca del Arrabal.
– El Postigo de San Martín, era el mismo de la cerca anterior.
– La Puerta de la Red de San Luis estaba frente a los caminos de Hortaleza y Fuencarral. Su nombre lo tomó de una red que se ponía en un mercado de pan cercano para que no lo robaran y de la Iglesia de San Luis Obispo, situada en la Calle Montera y ya inexistente.
– La Puerta del Sol, una nueva puerta que sustituyó a la del mismo nombre y que se situó más adelantada conforme a la nueva cerca.
– La Puerta de Antón Martín, ubicada en la plaza homónima. Su nombre lo tomó del Hospital de San Juan de Dios, más conocido por el nombre de su fundador Antón Martín.
– La Puerta de Toledo sustituía a la Puerta de La Latina.
– La Puerta de Segovia era por donde partían los caminos de Castilla y Extremadura y se sustituyó en el siglo XVII por otra más cercana al Puente de Segovia.
– La Puerta de la Vega, la misma de la muralla árabe, fue sustituida en 1708 y definitivamente demolida en 1814.
Al haberse quedado pequeña la cerca de Felipe II por el aumento de población, Felipe IV ordena en 1625 construir una nueva cerca de ladrillo, argamasa y tierra. Su construcción estaba motivada por motivos fiscales y de vigilancia, no era una muralla defensiva y lo que se buscaba es que todos los productos que entraran en la villa pagaran su correspondiente impuesto, así como vigilar a las personas que llegaban a la ciudad.
Ronda de Segovia. La superficie que rodeaba era de unas quinientas hectáreas, correspondientes en la actualidad al distrito Centro, al parque del Retiro y al barrio de los Jerónimos. Su construcción se pagó con una sisa6 en el vino y se mantuvo en pié limitando el crecimiento de la ciudad hasta 1868.
El único resto de la cerca que ha llegado hasta nosotros (al menos que se conozca) es el existente en la Ronda de Segovia, que se puede ver en la fotografía de la derecha.
Tenía cinco puertas reales o de registro, que era donde se pagaban los impuestos, y catorce portillos de diferentes fechas y de una importancia muy inferior.
Portillo de San Vicente. Por él se accedía a los caminos de El Pardo, La Granja y El Escorial. Construido en 1726, tenía sobre el arco central una imagen de San Vicente Ferrer, de quien adoptó el nombre. Carlos III ordenó en 1770 su derribo con el fin de rellenar el barranco que formaba la cuesta y así disminuir su pendiente. En 1775, Sabatini construyó una nueva puerta igual a la actual que fue demolida en 1890, desapareciendo sus restos; no se sabe si fueron reutilizados en otras construcciones o si aún permanecen guardados en algún almacén municipal. Cuando en 1995 se decidió su reconstrucción, y al no encontrarse sus restos, se decidió construir una réplica basándose en las molduras de las cornisas superiores y los planos que todavía se conservaban, así como en una foto de J. Laurent, fechada en 1890, de dicho monumento. El resultado fue el que se puede ver en la fotografía. Una curiosidad de su emplazamiento actual es que está orientada al revés que la original: la cara que ahora da frente al Palacio Real antes daba al paseo de la Florida y viceversa con la otra cara.
– El Portillo de San Bernardino, llamado inicialmente de San Joaquín por el cercano convento de igual nombre cuando estaba en la calle de la Princesa, frente a la calle del Rey Fernando. Posteriormente, fue denominado San Bernardino por otro cercano convento de este nombre, cuando fue trasladado frente a la calle de Quintana. Fue demolido en 1868.
– El Portillo del Conde Duque, en la intersección de las calles de Amaniel y Conde-Duque. Su nombre lo tomó del cercano Palacio del Conde-Duque (en el lugar donde hoy vemos el Palacio de Liria y el cuartel del Conde-Duque). Se le llamaba también Portillo de los Guardias, por ser de los guardias de Corps. Se derribó en 1868.
– El Portillo de Fuencarral, denominado así aunque su verdadero nombre era Portillo de Santo Domingo. Ubicado en la calle de San Bernardo, a la altura de la calle de Santa Cruz de Marcenado. Construido por Juan de Mora en 1642 y derribado en 1867.
– El Portillo de las Maravillas, que recibió este nombre por el cercano convento de las Maravillas y que estaba situado en la intersección de las calles de Ruiz y Divino Pastor.
– La Puerta de Bilbao, llamada inicialmente de los Pozos de la Nieve por estar cerca de éstos. Fue construida en 1625 a la altura de las calles Fuencarral con Divino Pastor para ser trasladada en 1690 más hacia el norte, a la actual glorieta de Bilbao. Después se llamó de San Fernando hasta que en 1837 adoptó el nombre de Puerta de Bilbao en memoria de esta ciudad y sus defensores. Tenía un cartel adosado a ella donde podía leerse: “A los heroicos defensores y libertados de la invicta villa de Bilbao, los habitantes de Madrid”.
– El Portillo de Santa Bárbara, situado en la plaza homónima, al final de la calle Hortaleza. Ambas adoptaban el nombre del cercano convento de Santa Bárbara.
– El Portillo de Recoletos, ubicado el primero frente a la Biblioteca Nacional en el Paseo de Recoletos y siendo sustituido en 1756, cuando Fernando VI construyó la cerca de las Salesas Reales, por una nueva puerta considerada la mejor de todas las existentes hasta que se construyó la de Alcalá. Desarmada en 1863 para su traslado a otro emplazamiento, estuvo tanto tiempo abandonada y deteriorándose en el campo que los daños sufridos hizo que no se reconstruyera, siendo sus restos usados en construcciones.
Puerta de Alcalá. Han sido dos las puertas con este nombre. La primera estaba situada en la calle de Alcalá, frente a la calle de Alfonso XI, y se construyó en 1599 por la llegada de la esposa de Felipe III, Margarita de Austria. Se derribó en 1764 para construir una mayor que conmemorase la llegada del nuevo rey, Carlos III, a Madrid. Éste rechazó varios bocetos de Ventura Rodríguez y fue Francisco Sabatini quien comienza su construcción en su emplazamiento actual en el año 1778.
Las diferentes formas de ambas caras están motivadas por el hecho de proceder de dos diseños distintos, uno con pilastras y otro con columnas adosadas que se decidió unir en uno solo. A pesar de su monumentalidad, cuando se construyó seguía siendo una de las puertas de registro de la villa, estando unida a la antigua cerca de Felipe IV.
– El Portillo de la Campanilla estaba en la Avenida de Cataluña frente al convento de Atocha.
– La Puerta de Atocha. Inicialmente, en la Glorieta de Carlos V estaba la Puerta de Vallecas, que en 1748 se sustituyó por otra con el nombre de Puerta de Atocha, derribada en 1850 al construir la Estación de Ferrocarril de igual nombre y sustituida por otra nueva en 1852. Ésta desapareció definitivamente en 1868 con el derribo de la vieja cerca de Felipe IV.
– El Portillo de Valencia se llama, en el plano de Teixeira, Puerta de Lavapiés, al estar ubicado al inicio de la calle Lavapies, en la hoy calle Valencia, frente a la calle Doctor Fourquet. En 1778, se construye un nuevo portillo que adopta el nombre de Portillo de Valencia por estar en el inicio del camino de Levante. Se derriba junto a la cerca en 1868.
– El Portillo de Embajadores original era del siglo XVII y en 1782, al construir la Ronda de Toledo, se adelantó su posición hasta la hoy Glorieta de Embajadores. Al igual que el anterior, se derribó en 1868.
– El Portillo del Campanillo del Mundo Nuevo se construyó en 1856 con el fin de impedir que el camino seguido por el ganado desde que entraba en la villa hasta el Matadero de la Plaza del General Vara de Rey empezara en la calle de Toledo y recorriera varias calles llenándolas de inmundicias.
Puerta de Toledo. Con la construcción de la cerca de Felipe IV, su posición se adelanta hasta la altura de la calle Capitán Salazar Martínez hasta 1813, año en que es derribada. Es en este año cuando se inicia la construcción de la actual Puerta de Toledo en el lugar donde hoy podemos verla para celebrar la llegada al trono de José I. Sin embargo, cuando se termina su construcción en 1827 es para celebrar su derrota y la restauración de Fernando VII. Aquí comenzaban los caminos de Toledo y Andalucía.
– El Portillo de Gilimón, situado al final de la calle San Bernabé.
– El Portillo de las Vistillas se llamaba así por las vistas que desde allí se tenían.
– La Puerta de Segovia, construida a mediados del siglo XVII y cercana al Puente de Segovia, del que tomaba el nombre Puerta de la Puente. Demolida en 1849 y construida otra nueva al año siguiente, sería definitivamente derribada, al igual que la cerca, en 1868.
– La Puerta de la Vega original fue derribada y se construyó otra en su lugar en 1708 que también fue demolida en 1830 y sustituida por un portillo de madera hasta que se decidiese qué hacer. Este portillo se derribó en 1850 al transformar la empinada cuesta en las rampas que hoy tenemos allí. Aquí debemos hacer mención a la historia de la Virgen de la Almudena que, según la tradición, había estado oculta desde la ocupación árabe de Madrid en el año 712 hasta su conquista por Alfonso VI, en 1085. La imagen de la Virgen se encontró en un cubo de la Puerta de la Vega y, al derribarse la segunda puerta, se colocó a la Virgen en una hornacina de la cuesta de la Vega. La que hoy vemos allí es de 1941.
Una descripción, más detallada de cada una de las murallas indicadas, se puede consultar en:
https://es.wikipedia.org/wiki/Muralla_musulmana_de_Madrid
https://es.wikipedia.org/wiki/Muralla_cristiana_de_Madrid
https://miradasdemadrid.blogspot.com/2015/03/muralla-medieval-de-madrid.html
Crates de Malos
Crates de Malos
Globo terráqueo de Crates de Malos
Reconstrucción hipotética de Dilke (s. II a. de C.)
Fuente: http://www.henry-davis.com/MAPS/AncientWebPages/113.html
Ilustración del globo de Crates de Malos, en la que Oecumene es el mundo conocido (Europa, Asia, y norte de África); Perioeci, las hipotéticas tierras desconocidas del hemisferio norte; Antoeci, las hipotéticas tierras desconocidas al sur del ecuador, inaccesibles por el calor; Antipodes, las hipotéticas tierras desconocidas en el lado opuesto del mundo, igualmente inaccesibles.
Crates de Malos (Malo, también llamada Malos, Asia Menor, 180 a. C.-150 a. C.) fue un cartógrafo, gramático y filósofo estoico griego, director de la biblioteca de Pérgamo.
Al margen de su actividad como filósofo, su mayor aportación fue la de construir el primer Orbe terráqueo esférico, añadiendo nuevos continentes al Ecúmene conocido, demasiado pequeño respecto al tamaño de la Tierra determinado por los cálculos de Eratóstenes. Este desequilibrio aparente, inaceptable por la cultura griega, que daba gran importancia a cuestiones como la armonía y el balance del universo, fue resuelto por Crates incorporando otros “continentes”, origen de lugares míticos como las Antípodas y el gran continente austral conocido como Terra Australis.
Crates de Malos (s. II a. de C.) visitó Roma como embajador del rey Átalo quien lo envió al Senado romano en agosto del año 159 a. de C. Durante su estancia se rompió una pierna visitando una cloaca. El periodo de convalecencia lo aprovechó para dar lecciones en la Urbe (Dilke, Green and Roman maps, p. 36). Crates construyó un globo terráqueo a escala de la Tierra en el que supuso la existencia de tres continentes más, cuya masa equilibraría la de la ecumene o mundo habitado: los llamó Periecos, Antípodas y Antecos y los situó donde hoy están, respectivamente América del Norte y Sur mientras el tercero sería un continente Austral. La presencia de esta Terra Incognita será constante en la cartografía, a partir de entonces. (Estrabón, Geografía I 2.24). Durante el tiempo que invirtió en recuperarse, transmitió sus conocimientos a los miembros de la élite romana, haciendo lectura de los clásicos griegos. Organizó bibliotecas en Roma, y enseñó bajo el criterio de la anomalía (haciendo énfasis a las excepciones).
La teoría de Crates está inspirada en Homero pues este autor defiende que la acción de la Odisea se tiene lugar en el Atlántico -en concreto el viaje de Menelao que se desarrollaría entre Gades y la India-. Lo cierto es que, una vez que Eratóstenes redujo el tamaño de la tierra habitada a una cuarta parte de toda la Tierra, la consecuencia lógica era que existieran otros mundos habitados. A partir de ahí la simetría hizo el resto (Molina Marín, Geographica, p. 201).
Vivió en Roma, transmitió sus conocimientos a los miembros de la élite romana, haciendo lectura de los clásicos griegos. Organizó bibliotecas en Roma, y enseñó bajo el criterio de la anomalía haciendo énfasis a las excepciones.
Nació en Tebas, en la Beocia, y fue discípulo de Diógenes el Cínico. Según la regla de su secta, vendió sus bienes, cuyo producto confió a un banquero, encargándole que se los entregase a sus hijos, si no fuesen bastante cuerdos para hacerse filósofos, y si lo fuesen que lo repartiese al público. Era jorobado, feo y tan desaseado, que causaba repulsa y asco; a pesar de esto, inspiró una violenta pasión a Hiparquia, hermana del filósofo Metrocles. Hizo cuanto pudo para disuadirla del empeño que tenía de unirse a él; pero Hiparquia persistió en su extraño empeño y se casó con él. Son absurdos los pormenores que se han contado sobre las extravagantes condiciones que puso Crates a su consentimiento. Tuvo dos hijas, que casó con dos discípulos suyos.
Era sufrido y sobrellevaba los malos tratamientos sin devolverlos. En una ocasión un hombre llamado Nicodremo le dio una bofetada tal, que le hinchó el carrillo, de lo que no tomó más venganza que poner debajo del hinchado carrillo un letrero que decía: «Nicodemo lo ha hecho». Alejandro el Grande tuvo curiosidad de conocer a este Cínico, y le preguntó si deseaba que volviese a reconstruir su ciudad natal, Tebas. ¿Para qué? contestó Crates, ¿para que venga otro Alejandro y la vuelva a destruir?
Cuando le preguntaban para qué servía la filosofía, contestaba: para aprender a contentarse con vegetales y a vivir sin cuidados y sin inquietudes. Atribúyesele esta singular tarifa de gastos: se debe pagar al cocinero, diez minas; al médico, una dracma; a un adulador, cinco talentos; a un amigo de dar consejos, humo, y a un filósofo, tres óbolos.
Mundo de Eratóstenes
Mundo de Eratóstenes
Nombre en griego antiguo: Ἐρατοσθένης ὁ Κυρηναῖος
Nacimiento: 276 a. C.; Cirene (Libia) o Apolonia de Cirene (Libia)
Fallecimiento: 194 a. C.; Alejandría (Egipto)
Educación
Supervisor doctoral: Calímaco
Alumno de
Ocupación: Matemático, astrónomo, poeta, bibliotecario, historiador, escritor, musicólogo, teórico de la música, geógrafo y elegist
Área: Geometría, teoría de números y geografía
Conocido por: criba de Eratóstenes, medición de la Tierra, esfera armilar
Cargos ocupados: Director de la Biblioteca de Alejandría
Empleador: Biblioteca de Alejandría
Alumnos: Ptolomeo IV
Eratóstenes de Cirene (en griego antiguo Ἐρατοσθένης, Eratosthénēs) (Cirene, 276 a. C.1-Alejandría, 194 a. C.) fue un matemático, astrónomo y geógrafo griego de origen cirenaico. Concibió por primera vez la geografía como una disciplina sistemática, desarrollando una terminología que todavía se usa en la actualidad.2 Es conocido principalmente por ser la primera persona en calcular la circunferencia de la Tierra, lo que hizo al comparar las altitudes del Sol del mediodía en dos lugares separados por una distancia Norte-Sur. Su cálculo fue notablemente preciso. También fue el primero en calcular la inclinación del eje de la Tierra (nuevamente con notable precisión). Además, pudo haber estimado la distancia desde la Tierra hasta el Sol e ideó intercalar cada cuatro años un día adicional en los calendarios, produciendo el año bisiesto.3 Creó el primer mapa del mundo, incorporando paralelos y meridianos basados en el conocimiento geográfico disponible de su época.
Biografía
Eratóstenes, hijo de Aglaos, nació en 276 a. C. en Cirene. Estudió en Alejandría y durante algún tiempo en Atenas. Fue discípulo de Aristón de Quíos, de Lisanias de Cirene y del poeta Calímaco y también gran amigo de Arquímedes. En el año 236 a. C., Ptolomeo III le llamó para que se hiciera cargo de la Biblioteca de Alejandría, puesto que ocupó hasta el fin de sus días. La Suda afirma que, tras perder la vista, se dejó morir de hambre a la edad de 80 años; sin embargo, Luciano dice que llegó a la edad de 82 años; también Censorino sostiene que falleció cuando tenía 82 años. 02/09/21 c&a Eratóstenes poseía una gran variedad de conocimientos y aptitudes para el estudio: astrónomo, poeta, geógrafo y filósofo, su apellido fue Pentathlos, nombre que se reservaba al atleta vencedor en las cinco competiciones de los Juegos Olímpicos. Suidas afirma que también era conocido como el segundo Platón y diversos autores dicen que se le daba el sobrenombre de Beta, por la segunda letra del alfabeto griego, porque ocupó el segundo lugar en todas las ramas de la ciencia que cultivó.
Esfera armilar
A Eratóstenes se le atribuye la invención, hacia 255 a. C., de la esfera armilar que aún se empleaba en el siglo XVII. Aunque debió de usar este instrumento para diversas observaciones astronómicas, solo queda constancia de la que le condujo a la determinación de la oblicuidad de la eclíptica. Determinó que el intervalo entre los trópicos (el doble de la oblicuidad de la eclíptica) equivalía a los 11/83 de la circunferencia terrestre completa, resultando para dicha oblicuidad 23º 51′ 19″, cifra que posteriormente adoptaría el astrónomo Claudio Ptolomeo.
Según algunos historiadores, Eratóstenes obtuvo un valor de 24º y el refinamiento del resultado se debió hasta 11/83 al propio Ptolomeo. Además, según Eusebio de Cesarea, dedujo que la distancia al Sol era de 804 000 000 o de 4 080 000 estadios (según diferentes traducciones), la distancia a la Luna 780 000 estadios4 y, según Macrobio, que el diámetro del Sol era 27 veces mayor que el de la Tierra. Realmente el diámetro del Sol es 109 veces el de la Tierra y la distancia a la Luna es casi tres veces la calculada por Eratóstenes, pero el cálculo de la distancia al Sol, admitiendo que el estadio empleado fuera de 185 metros, en la estimación de 804 000 000 estadios da 148 752 060 km, muy similar a la unidad astronómica actual. A pesar de que se le atribuye frecuentemente la obra Katasterismoi, que contiene la nomenclatura de 44 constelaciones y 675 estrellas, los críticos niegan que fuera escrita por él, por lo que se suele designar Pseudo-Eratóstenes a su autor.
Medición de las dimensiones de la Tierra
En el solsticio de verano, los rayos solares inciden perpendicularmente sobre Siena (Asuán). En Alejandría, más al norte, midiendo la altura de un edificio y la longitud de la sombra que proyecta, se puede determinar el ángulo formado con el plano de la eclíptica, en el que se encuentran el Sol y la ciudad de Siena, ángulo que es precisamente la diferencia de latitud entre ambas ciudades. Conocida esta, basta medir el arco de circunferencia y extrapolar el resultado a la circunferencia completa (360º).
Reconstrucción del siglo XIX (según Bunbury) del mapa de Eratóstenes del mundo conocido en su época.
El principal motivo de su celebridad es sin duda la determinación del tamaño de la Tierra. Para ello inventó y empleó un método trigonométrico, además de las nociones de latitud y longitud, al parecer ya introducidas por Dicearco, por lo que bien merece el título de padre de la geodesia.
Por referencias obtenidas de un papiro de su biblioteca, sabía que en Siena (hoy Asuán, Egipto) el día del solsticio de verano los objetos verticales no proyectaban sombra alguna y la luz alumbraba el fondo de los pozos; esto significaba que la ciudad estaba situada justamente sobre la línea del trópico de Cáncer, y su latitud era igual a la de la eclíptica que ya conocía. Eratóstenes, suponiendo que Siena y Alejandría tenían la misma longitud (realmente distan 3º) y que el Sol se encontraba tan alejado de la Tierra que sus rayos podían suponerse paralelos, midió la sombra en Alejandría el mismo día del solsticio de verano al mediodía, demostrando que el cenit de la ciudad distaba 1/50 parte de la circunferencia, es decir, 7º 12′ del de Alejandría. Según Cleomedes, Eratóstenes se sirvió del scaphium o gnomon (un protocuadrante solar) para el cálculo de dicha cantidad.
Posteriormente, tomó la distancia estimada por las caravanas que comerciaban entre ambas ciudades, aunque bien pudo obtener el dato en la propia Biblioteca de Alejandría, fijándola en 5000 estadios, de donde dedujo que la circunferencia de la Tierra era de 250 000 estadios, resultado que posteriormente elevó hasta 252 000 estadios, de modo que a cada grado correspondieran 700 estadios. También se afirma que Eratóstenes, para calcular la distancia entre las dos ciudades, se valió de un regimiento de soldados que diera pasos de tamaño uniforme y los contara.
Admitiendo que Eratóstenes usase el estadio ático-italiano de 184,8 m, que era el que solía utilizarse por los griegos de Alejandría en aquella época, el error cometido sería de 6192 kilómetros (un 15 %). Sin embargo, hay quien defiende que empleó el estadio egipcio (300 codos de 52,4 cm), en cuyo caso la circunferencia polar calculada hubiera sido de 39 614 km, frente a los 40 008 km considerados en la actualidad, es decir, un error de menos del 1 %.
Ahora bien, es imposible que Eratóstenes diera con la medida exacta de la circunferencia de la Tierra debido a errores en los supuestos que calculó. Tuvo que haber tenido un margen de error considerable y por lo tanto no pudo haber usado el estadio egipcio:5
- Supuso que la Tierra es perfectamente esférica, lo que no es cierto. Un grado de latitud no representa exactamente la misma distancia en todas las latitudes, sino que varía ligeramente de 110,57 km en el Ecuador hasta 111,7 km en los Polos. Por eso no podemos suponer que 7º entre Alejandría y Siena representen la misma distancia que 7º en cualquier otro lugar a lo largo de todo el meridiano.
- Supuso que Siena y Alejandría se encontraban situadas sobre un mismo meridiano, lo cual no es así, ya que hay una diferencia de 3 grados de longitud entre ambas ciudades.
- La distancia real entre Alejandría y Siena (hoy Asuán) no es de 924 km (5000 estadios ático-italiano de 184,8 m por estadio), sino de 843 km (distancia aérea y entre los centros de las dos ciudades), lo que representa una diferencia de 81 km.
- Realmente Siena no está ubicada exactamente sobre el paralelo del trópico de cáncer (los puntos donde los rayos del sol caen verticalmente a la tierra en el solsticio de verano). En realidad, se encuentra situada a 72 km (desde el centro de la ciudad). Pero debido a que las variaciones del eje de la Tierra fluctúan entre 22,1 y 24,5º en un período de 41 000 años, hace 2000 años se encontraba a 41 km.
- La medida de la sombra que se proyectó sobre la vara de Eratóstenes hace 2200 años debió ser de 7,5º o 1/48 parte de una circunferencia y no 7,2º o 1/50 parte. Puesto que en aquella época no existía el cálculo trigonométrico, para calcular el ángulo de la sombra, Eratóstenes pudo haberse valido de un compás,6 para medir directamente dicho ángulo, lo que no permite una medida tan precisa.
Si se rehace el cálculo de Eratóstenes con la distancia y medida angular exacta desde Alejandría hasta el lugar geográfico situado justo en la intersección del meridiano que pasa por Alejandría con el paralelo del trópico de cáncer, se obtiene un valor de 40 074 km para la circunferencia terrestre.7 Eso representa solamente 66 km o un 0,16 % de error de la circunferencia real de la Tierra medida por satélites avanzados, que es de 40 008 km, lo que demuestra la validez de su razonamiento. Esta ligera diferencia se debe a que la distancia entre Alejandría y la línea del trópico de cáncer es 1/46 parte de una circunferencia, pero la Tierra no es una esfera perfecta.
Posidonio rehízo el cálculo de Eratóstenes 150 años más tarde y obtuvo una circunferencia sensiblemente menor. Este valor fue adoptado por Ptolomeo y fue en el que probablemente se basó Cristóbal Colón para justificar la viabilidad del viaje a las Indias por occidente. Con las mediciones de Eratóstenes, el viaje no se habría llegado a realizar, al menos en aquella época y con aquellos medios, aceptando solo las certezas científicas. Los doctores consultados en Salamanca, a petición real, se basaron en ellos para determinar que el objetivo principal —llegar a China y Japón— era imposible dada la distancia. Finalmente, la empresa fue aprobada por la reina por las ventajas estratégicas y comerciales que preveía el proyecto y sobre objetivos secundarios, como la condición de Colón de obtener prebendas y porcentajes sobre las tierras que descubriera en camino.
El trabajo de Eratóstenes es considerado por algunos el primer intento científico en medir las dimensiones de nuestro planeta,8 ya que se hicieron otros cálculos y se perfeccionaron siglos después por estudiosos tales como el califa Al-Mamun y Jean François Fernel.
Matemáticas
Se le debe un procedimiento, conocido como la Criba de Eratóstenes, para obtener de un modo rápido todos los números primos menores que un número dado. La versión informática de este procedimiento (algoritmo) se ha convertido con los años en un método estándar para caracterizar o comparar la eficacia de diferentes lenguajes de programación.
Eratóstenes también midió la oblicuidad de la eclíptica (la inclinación del eje terrestre) con un error de solo 7′ de arco, y creó un catálogo (actualmente perdido) de 675 estrellas fijas. Su obra más importante fue un tratado de geografía general llamado Geographica (en griego Γεωγραφικά, Geographika). En esta obra Eratóstenes describió y cartografió todo su mundo conocido, incluso dividiendo la Tierra en cinco zonas climáticas: 9 dos zonas de congelación alrededor de los polos, dos zonas templadas y una zona que abarca el ecuador y los trópicos. 10 Colocó rejillas de líneas superpuestas sobre los mapas que representaban la superficie de la Tierra. Usó paralelos y meridianos para vincular todos los lugares del mundo. Ahora era posible estimar la distancia desde ubicaciones remotas con esta red sobre la superficie de la Tierra. En Geographica se mostraron los nombres de más de 400 ciudades y sus ubicaciones.2
Otros trabajos
Eratóstenes era una de las figuras eruditas más preeminentes de su tiempo, y produjo trabajos que cubren un área extensa de conocimiento antes y durante su tiempo en la Biblioteca. Escribió sobre muchos temas: geografía, matemáticas, filosofía, cronología, crítica literaria, gramática, poesía e incluso comedias antiguas. Desafortunadamente, solo quedan fragmentos de sus obras después de la Destrucción de la Biblioteca de Alejandría.11 La obra poética de Eratóstenes comprende dos obras: Erigone, elogiada repetidamente por Longino, y Hermes, la más conocida, poema de asunto astronómico y geográfico que trata de la forma de la Tierra, de su temperatura, de los diferentes climas y de las constelaciones. Escribió varios tratados sobre filosofía moral y se le atribuyen, sin certeza, otras obras filosóficas. Su primer trabajo, llamado Platonikos (platonicus), contempla la filosofía de Platón desde un punto de vista matemático. De acuerdo a Teón de Esmirna, un matemático pitagórico, el trabajo de Eratóstenes estudió definiciones básicas de geometría y aritmética, y abarcó temas como la música.1213 Sus producciones históricas estuvieron ligadas íntimamente a las matemáticas, y su obra más importante en esta disciplina fue la Cronografía, en la que recoge las fechas de los acontecimientos literarios y políticos más importantes. Se cree que Las Olimpiadas, citadas por Diógenes Laercio y Ateneo, formaban parte de la Cronografía. También escribió un tratado Sobre la antigua comedia ática, del que son fragmentos Architectonicos y Skenographicos, en los que trató de la decoración, el vestuario, la declamación y el argumento de obras de Aristófanes y de Cratino, entre otros. También estudió la obra de Homero y escribió una biografía sobre la vida del poeta que no ha llegado hasta nuestros días. En la citada Eratosthenica, Bernhardy compiló la lista de todas las obras atribuidas a Eratóstenes, así como los fragmentos de sus escritos entonces conocidos, con excepción de Katasterismoi.
Inventó el mesolabio, uno de los primeros instrumentos descubiertos que es una primitiva calculadora.14
Ejes principales del Mapamundi de Eratóstenes
Mapa de Eratóstenes (276 a.C. – 194 a.C.) con la tierra conocida hasta ese momento.
Es el primer mapa en que se utilizan líneas para la latitud y longitud. O sea con un sistema de meridianos.
Como resultado de sus investigaciones Eratóstenes confeccionó un mapamundi, que, aunque perdido, se ha podido reconstruir con gran precisión, gracias a los relatos de diversos exploradores y marinos con la ubicación de los mares, tierra, montañas, ríos y poblaciones. El mapa de Eratóstenes establece un sistema de meridianos y divide a la tierra habitada en departamentos, a los que él denomina sphragidas, los cuales se apoyaban en dos ejes perpendiculares: uno con dirección Norte-Sur, que era el meridiano que pasaba por Siena y Alejandría, y el otro de Oeste a Este, que pasaba por las Columnas de Hércules, Atenas y Rodas.
Algunas reconstrucciones. La más aceptada es la realizada en 1879 por E. H. Bunbury.
De: https://numerentur.org/1-eratostenes-de-cirene/
Mohenjo-Daro
Mohenjo-Daro
Localización: Distrito de Larkana, Sindh, Pakistán
Tipo: Asentamiento
Área: 250 ha (620 acres) [1]
Historia
Fundado: 26-25 siglo a. C.
Abandonado: Siglo XIX a. C.
Culturas: Civilización del valle del Indo
Efigie de piedra de un rey sacerdote, encontrada en Mohenjo-Daro (fotografía de Mamoon Mengal).
Fotografía del libro Mohenjo Daro and the Indus Civilization (del arqueólogo británico sir John Marshall; Londres, 1931) que muestra un sello de esteatita del 1500 a. C. Se puede ver la imagen de una persona sentada sobre una mesa baja. Marshall creyó que podría ser el dios indio Shivá sentado en meditación, por lo que afirmó que el yoga había sido creado en el II milenio a. C.
Mohenjo-Daro y Harappa, son las dos ciudades más importantes de la denominada Cultura Harappa, de la Civilización del valle del Indo.
Mapa de la zona ocupada por la cultura del valle del Indo, mostrando la ubicación de Mohenjo-Daro.
Puerta de entrada al complejo Mohenjo-Daro.
Mohenjo-Daro (sindhi: موئن جو دڙو, AFI: [moˑin ʥoˑ d̪əɽoˑ]) fue una ciudad de la antigua cultura del valle del Indo. Sus ruinas se encuentran en territorio del actual Pakistán. Se desconoce su nombre antiguo. El actual nombre Mohenjo Daro significa literalmente ‘montículo de la muerte’. Fue habitada durante el tercer milenio antes de nuestra era (entre el 2600 a. C. y el 1800 a. C.) a orillas del río Indo.
Fue uno de los primeros y más importantes asentamientos urbanos del mundo, existente al mismo tiempo que las civilizaciones de Mesopotamia, Caral, el Antiguo Egipto, y Creta. Probablemente un cambio en el curso del río provocó el abandono de la ciudad.
Descubrimiento
En 1920, el arqueólogo británico John Marshall descubrió estas ruinas urbanas y describió por primera vez la cultura del valle del Indo. Sus estudios fueron completados por otros investigadores como Wheeler, Marshall Mackay y Sahni, además de arqueólogos indios y pakistaníes a partir de 1960. Las ruinas de Mohenjo-Daro están algo mejor preservadas que las de Harappa, la otra gran ciudad de la cultura del valle del Indo, por lo cual constituyen una mejor fuente de información acerca de esta cultura. En 1980 la Unesco declaró las ruinas de Mohenjo-Daro como Patrimonio de la Humanidad.
Significación histórica
Mohenjo-Daro fue muy probablemente una de las mayores ciudades de la antigua cultura del valle del Indo, también conocida como cultura Harappa, por la ciudad de Harappa, otra importante localización del valle del Indo, ubicada a 570 km al noreste de Mohenjo-Daro en el Panyab (Pakistán).1
La cultura prehistórica del Indo dio origen a la civilización del valle del Indo alrededor del 3000 a. C. La civilización se extendió por Pakistán y la India del Norte, pero de repente empezó a declinar alrededor del 1900 a. C. Los asentamientos de la civilización del Indo se extendían por el oeste hasta la frontera con Irán, con un puesto avanzado en Bactria, y por el sur hasta la costa del Mar Arábigo en la India Occidental, en Gujarat. Entre los principales asentamientos urbanos se encuentran Harappa, Mohenjo-Daro y Lothal.
En su apogeo, Mohenjo-Daro fue la ciudad más desarrollada y avanzada del sur de Asia, mostrando una ingeniería (con pozos, avanzados sistemas de desagüe y baños en las casas) y planificación urbana muy sofisticados para su época.2
Algunos estudiosos opinan que los sumerios, establecidos en Mesopotamia ―que inventaron la rueda en el 3500 a. C. y la escritura en el 3300 a. C.―, no tendrían un origen completamente autóctono, sino que tendrían influencias de la cultura Harappa, representada por enclaves como Mohenjo-Daro (que alcanzó su apogeo entre el 2600 a. C. y el 1800 a. C.).3 Los escasos registros genéticos de los sumerios (“cabezas negras”) obtenidos hasta la fecha apuntan también en ese sentido, una proveniencia nor-india.
Sitio arqueológico
Se estima que en su momento de mayor ocupación, Mohenjo-Daro contaba con 35000 habitantes. La ciudad se encontraba cercada por murallas defensivas de ladrillo cocido. Abarcaba un kilómetro cuadrado de extensión, y comprendía dos zonas: la ciudadela, sobre un montículo, en donde se encontraba el centro administrativo y quizás religioso; y la “ciudad baja”, donde se agrupaban los barrios de artesanos, zonas residenciales, graneros y almacenes. Esta organización parece que es el resultado de una planificación urbana.
La ciudadela
La ciudadela está elevada sobre un montículo artificial. Este monte fue estudiado por Marshall, quien llegó a la conclusión de que hubo habitantes sobre el período Harappa inicial que construyeron el muro que encontramos bajo estas estructuras. Después este muro fue rellenado de tierra y trozos de ladrillo y sirvió de base para la construcción de las diferentes estructuras que encontramos en ella. La entrada a este monte está curiosamente en la parte trasera u oeste y contiene unas escaleras de unos siete metros de ancho. Después hay una pequeña puerta en la esquina sudoeste. Como estructuras significativas en la ciudadela tenemos tres edificios: el Gran Baño, el Granero y la Casa de los Sacerdotes.
Los Grandes Baños son un tanque rectangular que mide unos 12 metros de largo por 7 m de ancho y 2,4 m de profundidad. Alrededor de este tanque se encuentra una serie de columnas que se abren desde el sur, por lo tanto se puede situar la entrada en el sur del edificio. Además del tanque y la columnata hay un carril que parece ser público que rodea la estructura. Así pues la estructura del edificio se divide en tres zonas concéntricas que sirven para rodear el tanque.
Según Marshall, el agua provendría de un pozo que tiene una estructura concéntrica, dentro de una pequeña habitación lateral y saldría por un desagüe que está en la esquina sudoeste del baño. El agua pasaría por una galería bien elaborada, cubierta con un arco y con un tamaño suficiente para que un hombre pudiese caminar por ella. Posiblemente el tamaño de la galería fuese así para permitir la limpieza de esta y, en ocasiones, sería una buena vía de escape secreta; esto último, es solo una hipótesis.
Al oeste del gran baño está el Granero (según Wheeler). Es una gran construcción hecha en su mayor parte de madera y con un fuerte y grueso techado plano. Se aprecia que fue arreglado varias veces. Su construcción no es muy elaborada y su peso indica que necesitaba bastantes soportes.
Originalmente medía 50 metros por 27 y tenía 1350 metros cuadrados. Consiste en una plataforma hecha a base de ladrillos puestos unos sobre otros hasta llegar a la altura de 6 metros y en la parte superior encontramos unos canales de ventilación. Esto era simplemente la base de la construcción, después, se hacía el edificio de madera. Al norte encontramos una plataforma de carga.
La casa de los sacerdotes, actualmente, es un conjunto de muros difícil de entender. Algunas hipótesis hablan de la residencia de un posible alto sacerdote o bien de una institución religiosa. Mide aproximadamente 70 metros de largo por 24 m de ancho y ha ido sufriendo diversos cambios en su estructura interior. Al norte y al sur de la estructura se encuentran grandes habitaciones y hacia el centro son más pequeñas. Parece tener una puerta en el muro oeste y hay una sección que se asemeja a la construcción del muro norte del gran baño, con ventanas interiores.
La ciudad baja
Mohenjo-Daro se distingue por haber sido una ciudad en la que no existían grandes desigualdades sociales. En la ciudad baja, las casas más grandes, que eran una minoría, podían contar con más de 200 metros cuadrados y veinte habitaciones, dispuestas alrededor de uno o más patios abiertos con escaleras que conducían a un piso superior o techo plano. La mayor parte de la población moraba en viviendas de entre 50 y 100 metros cuadrados y una sola habitación (de entre 5 × 10 m y 5 × 20 m); estas viviendas constituían la mitad del total. La otra mitad, exceptuando las pocas casas de gran superficie que se han mencionado, estaba formada por casas de entre 100 y 150 metros cuadrados (de entre 5 × 20 m y 5 × 30 m). El principal material de construcción era el adobe (ladrillo de tierra sin cocer). Muchas calles y pasajes tenían alcantarillado conformado con ladrillos y con aberturas para inspecciones periódicas. Las casas individuales tenían baños y retretes con agua corriente. Estos últimos se vaciaban en un receptáculo o, a través de un tubo de bajada hecho de arcilla, al alcantarillado público. Todo un sorprendente sistema de saneamiento en una cultura que floreció hace 4500 años.
Algunas de las construcciones más destacables de la ciudad baja se encuentran en la calle principal. Esta vía mide unos 9,5 metros de ancho, atraviesa la ciudad de norte a sur y está provista de alcantarillado; además estaba pavimentada con una argamasa de trozos de ladrillo y mortero, lo que no era muy común en las demás calles. Esta pavimentación hizo pensar a los arqueólogos que transitaban carros por esta calle y por eso se necesitó pavimentarla, sobre todo cuando el tiempo era lluvioso; no obstante no se han encontrado marcas de ruedas.
También es interesante la casa VIII del bloque 10 dentro del área HR. Esta casa está situada en la parte norte de la excavación y consiste básicamente en un patio central con una distribución de diferentes habitaciones alrededor. Toda ella mide 29,5 metros, sus muros tienen un espesor de aproximadamente 1,5 metros y tiene dos puertas exteriores, una delante y otra detrás, pero ninguna ventana, algo que es típico de la cultura de Harappa.
En la ciudad baja también encontramos talleres de alfareros, tintoreros, herreros, artesanos de conchas y de cuentas (abalorios). Algunos de estos artículos artesanales se fabricaban con materiales importados, mientras que otros pueden haberse destinado exclusivamente para la exportación. Por lo anterior se sabe que sus actividades incluían la agricultura, la manufactura y el comercio.
Según el escritor estadounidense Will Durant, las monedas que se han encontrado en Mohenjo-Daro datan del año 2900 a. C.:
En Mohenjo-Daro, en la India [sic, por “en Pakistán”], se han hallado monedas del año 2900 a. C., más antiguas que las monedas lidias de Creso (570-546 a. C.). […] Senaquerib (hacia el 700 a. C.) acuñó monedas de medio siclo.
Will Durant4
Fortificaciones
La excavación de la ciudad reveló pozos muy altos (izquierda), que parece que se construyeron continuamente a medida que las inundaciones y la reconstrucción aumentaron la elevación del nivel de la calle. [21]
Mohenjo-daro no tenía una serie de murallas, pero estaba fortificado con torres de vigilancia al oeste del asentamiento principal y fortificaciones defensivas al sur. Considerando estas fortificaciones y la estructura de otras ciudades importantes del valle del Indo como Harappa, se postula que Mohenjo-daro era un centro administrativo. Tanto Harappa como Mohenjo-daro comparten relativamente el mismo diseño arquitectónico y, por lo general, no estaban fuertemente fortificados como otros sitios del valle del Indo. Es obvio a partir de los diseños idénticos de la ciudad de todos los sitios del Indo que hubo algún tipo de centralidad política o administrativa, pero la extensión y el funcionamiento de un centro administrativo sigue sin estar claro.
Más en: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/cultura-valle-indo_8008
Artefactos notables
Barco con búsqueda de aves para encontrar tierra. [32] Modelo del sello Mohenjo-Daro, 2500-1750 a. C.
Numerosos objetos encontrados en la excavación incluyen figuras sentadas y de pie, herramientas de cobre y piedra, sellos tallados, balanzas y pesas, joyas de oro y jaspe y juguetes para niños. [33] Se han recuperado del lugar muchas piezas de bronce y cobre, como figurillas y cuencos, lo que demuestra que los habitantes de Mohenjo-daro sabían cómo utilizar la técnica de la cera perdida.[34] Se cree que los hornos encontrados en el sitio se utilizaron para trabajos de cobre y fundición de metales en lugar de fundición. Incluso parece haber una sección completa de la ciudad dedicada al trabajo de conchas, ubicada en la parte noreste del sitio.[35] Algunas de las obras de cobre más destacadas recuperadas del sitio son las tablillas de cobre que tienen ejemplos de la escritura e iconografía del Indo sin traducir.[36] Si bien el guión aún no se ha descifrado, muchas de las imágenes de las tabletas coinciden con otra tableta y ambas tienen el mismo título en el idioma indio, y el ejemplo que se muestra tres tabletas con la imagen de una cabra montesa y la inscripción en el reverso se leen las mismas letras para las tres tabletas.[37]
Se han recuperado tiestos de cerámica y terracota del sitio, y muchas de las ollas tienen depósitos de ceniza, lo que lleva a los arqueólogos a creer que se usaron para contener las cenizas de una persona o como una forma de calentar una casa ubicada en el sitio.[38] Estos calentadores, o braseros, eran formas de calentar la casa al mismo tiempo que se podían utilizar para cocinar o filtrar, mientras que otros creen que se usaron únicamente para calentar.[38]
Los hallazgos de Mohenjo-daro se depositaron inicialmente en el Museo de Lahore, pero luego se trasladaron a la sede de ASI en Nueva Delhi, donde se estaba planificando un nuevo “Museo Imperial Central” para la nueva capital del Raj británico, en el que al menos un se mostraría la selección. Se hizo evidente que se acercaba la independencia de la India, pero la Partición de la India no se anticipó hasta el final del proceso. Las nuevas autoridades paquistaníes solicitaron la devolución de las piezas de Harappan excavadas en su territorio, pero las autoridades indias se negaron. Finalmente se llegó a un acuerdo, por el cual los hallazgos, por un total de unos 12.000 objetos (la mayoría de los tiestos de cerámica), se dividieron en partes iguales entre los países; en algunos casos esto se tomó muy literalmente, con algunos collares y fajas cuyas cuentas se separaron en dos pilas. En el caso de las “dos figuras esculpidas más célebres”, Pakistán pidió y recibió al Sacerdote-rey , mientras que India retuvo a la Dancing Girl , mucho más pequeña,[39] y también el sello Pashupati.
La mayoría de los objetos de Mohenjo-daro retenidos por India están en el Museo Nacional de India en Nueva Delhi y los devueltos a Pakistán en el Museo Nacional de Pakistán en Karachi, y muchos también en el museo ahora establecido en Mohenjo-daro. En 1939, un pequeño grupo representativo de artefactos excavados en el sitio fue transferido al Museo Británico por el Director General del Estudio Arqueológico de la India.[40]
Ídolo de la diosa madre
Descubierto por John Marshall en 1931, el ídolo parece imitar ciertas características que coinciden con la creencia de la Diosa Madre común en muchas civilizaciones tempranas del Cercano Oriente.[41] Se han observado esculturas y estatuillas que representan a mujeres como parte de la cultura y religión de Harappa, ya que se recuperaron múltiples piezas femeninas de las excavaciones arqueológicas de Marshall. [41] Estas cifras no se categorizaron correctamente, según Marshall, lo que significa que no está claro dónde se recuperaron del sitio. Una de dichas figuras, que se muestra a continuación, mide 18,7 cm de alto y se encuentra actualmente en exhibición en el Museo Nacional de Pakistán, en Karachi.[41] Los aspectos de fertilidad y maternidad que se exhiben en los ídolos están representados por los genitales femeninos que se presentan en un estilo casi exagerado como lo afirma Marshall, y él infiere que tales figurillas son ofrendas a la diosa, a diferencia del entendimiento típico de ellos siendo ídolos que representan la semejanza de la diosa.[41] Debido a que las figuras son únicas en términos de peinados, proporciones corporales, así como tocados y joyas, existen teorías sobre a quién representan estas figuras.[41] Shereen Ratnagar teoriza que debido a su singularidad y descubrimiento disperso por todo el sitio, podrían ser figurillas de mujeres domésticas comunes, que encargaron que estas piezas se usaran en rituales o ceremonias de curación para ayudar a las mujeres mencionadas anteriormente.[41]
Bailarina
En 1926, se encontró una estatuilla de bronce apodada la “Dancing Girl”, de 10,5 centímetros (4,1 pulgadas) de alto [42] y de unos 4.500 años de antigüedad, en la “zona de HR” de Mohenjo-daro; ahora se encuentra en el Museo Nacional de Nueva Delhi.[42] En 1973, el arqueólogo británico Mortimer Wheeler describió el artículo como su estatuilla favorita:
Creo que tiene unos quince años, no más, pero está parada allí con brazaletes hasta el brazo y nada más. Una chica perfectamente, por el momento, perfectamente segura de sí misma y del mundo. Creo que no hay nada como ella en el mundo.
John Marshall, otro arqueólogo de Mohenjo-daro, describió la figura como “una niña, con la mano en la cadera en una postura medio imprudente y las piernas ligeramente adelantadas mientras marca el ritmo de la música con las piernas y los pies”.[43] El arqueólogo Gregory Possehl dijo de la estatuilla: “Puede que no estemos seguros de que fuera una bailarina, pero era buena en lo que hacía y lo sabía”. La estatua condujo a dos descubrimientos importantes sobre la civilización: primero, que conocían la mezcla de metales, fundición y otros métodos sofisticados de trabajar con minerales, y segundo, que el entretenimiento, especialmente la danza, era parte de la cultura. [42]
Sacerdote-Rey
En 1927, se encontró una figura masculina de esteatita sentada en un edificio con ladrillos inusualmente ornamentales y un nicho en la pared. Aunque no hay evidencia de que sacerdotes o monarcas gobernaran Mohenjo-daro, los arqueólogos llamaron a esta figura digna un “Sacerdote-Rey”. La escultura mide 17,5 centímetros (6,9 pulgadas) de alto y muestra a un hombre pulcramente barbudo con perforaciones en los lóbulos de las orejas y un filete alrededor de la cabeza, posiblemente todo lo que queda de un peinado o tocado que alguna vez fue elaborado; su cabello está peinado hacia atrás. Lleva un brazalete y una capa con motivos de trébol perforado, círculo simple y círculo doble, que muestran rastros de rojo. Sus ojos podrían haber sido originalmente incrustados.[44]
Sello pashupati
Una fosa descubierta en el sitio tiene la imagen de una figura sentada, con las piernas cruzadas y posiblemente itifálica rodeada de animales. La figura ha sido interpretada por algunos eruditos como un yogui, y por otros como un “proto- Shiva ” de tres cabezas como “Señor de los animales”.
Collar de siete hebras
Sir Mortimer Wheeler estaba especialmente fascinado con este artefacto, que creía que tenía al menos 4.500 años. El collar tiene un broche en forma de S con siete hebras, cada una de más de 4 pies de largo, de pepitas de bronce y metal en forma de cuentas que conectan cada brazo de la “S” en filigrana. Cada hebra tiene entre 220 y 230 de las pepitas multifacéticas, y hay alrededor de 1,600 pepitas en total. El collar pesa alrededor de 250 gramos en total y actualmente se encuentra en una colección privada en la India.[cita requerida]
Decadencia
Se cree que Mohenjo-Daro fue atacada en la mitad del segundo milenio a.C. La identidad de los atacantes es incierta. No obstante, la ciudad ya se encontraba en una etapa de decadencia antes de que fuera destruida. Fuertes inundaciones habían dejado bajo el agua, en más de una vez, a grandes zonas.
Conservación y estado actual
Un acuerdo inicial para financiar la restauración se acordó a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París el 27 de mayo de 1980.
El trabajo de conservación de Mohenjo-daro se suspendió en diciembre de 1996 después de que se interrumpiera la financiación del gobierno paquistaní y de organizaciones internacionales. El trabajo de conservación del sitio se reanudó en abril de 1997, utilizando fondos puestos a disposición por la UNESCO. El plan de financiación de 20 años proporcionó $ 10 millones para proteger el sitio y las estructuras en pie de las inundaciones. En 2011, la responsabilidad de la preservación del sitio se transfirió al gobierno de Sindh.[45]
Actualmente, el sitio está amenazado por la salinidad del agua subterránea y una restauración inadecuada. Muchos muros ya se han derrumbado, mientras que otros se están derrumbando desde cero. En 2012, los arqueólogos paquistaníes advirtieron que, sin mejores medidas de conservación, el sitio podría desaparecer para el 2030. [5] [46]
Las ruinas del gran baño en la ciudadela de Mohenjo-Daro, en el actual territorio de Pakistan. Las ruinas de Mohenjo Daro son Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Mohenjo-Daro, la gran sorpresa
El hallazgo de Mohenjo-Daro, en el valle del Indo, puso al descubierto una civilización tan grandiosa como ignorada.
María Domínguez: 13/09/2019
La arqueología británica vivía momentos de euforia a comienzos del siglo XX. Estaba redescubriendo las primeras civilizaciones de la historia gracias a los hallazgos de sir Arthur Evans en Creta y a los de varios equipos en Egipto y Mesopotamia. En esta coyuntura, exactamente en 1922 (el mismo año en que el Valle de los Reyes asombró al mundo con los tesoros de Tutankhamón), un monje budista condujo a un oficial del Servicio Arqueológico de la India hasta un convento. El edificio se alzaba en lo alto de un montículo junto a una stupa.
Pronto se supo que el túmulo no escondía reliquias de Buda. Era mucho más antiguo, dos milenios anterior. La gente de la región, a duras penas bañada por el río Indo, llamaba al lugar el Montículo de la Muerte, en lengua sind Mohenjo-Daro, por la desolación que lo rodeaba. Sin embargo, bajo ese enclave desértico no tardaron en surgir vestigios de una época mejor, plena de vida. De cuando, como en el Nilo, el Indo se desbordaba cada primavera, alimentado por la nieve derretida del Himalaya, y dejaba su cuenca cubierta por un limo muy fecundo tras el paso de las aguas de camino hacia el mar de Arabia. Este fenómeno, junto al sol radiante de Asia meridional, había permitido el florecimiento, en el remoto III milenio a. C., de una cultura agrícola y urbana tan próspera, organizada y avanzada como desconocida en el Valle del Indo.
Similitudes con Harappa
Rakhaldas Banerji, el oficial guiado por el religioso, comprendió al instante la relevancia del sitio en cuanto lo tanteó. La zona que excavó en torno a la stupa reveló los primeros indicios de una ciudad arcaica que, según se vería en las décadas siguientes, abarcó 1,5 km2 durante su apogeo, entre 2600 y 1900 a. C. Lo cierto es que el estudioso no había apostado a ciegas por este yacimiento.
Se tenían vagas nociones de lo que se conocería como la civilización del río Indo desde mediados del siglo XIX, cuando el Servicio Arqueológico de la India se topó con restos de Harappa, la otra gran metrópolis de esta cultura, buscando reminiscencias de peregrinaciones chinas en tiempos de Buda. No obstante, nadie imaginó entonces la antigüedad real de las evidencias localizadas. Eso ocurrió luego, coincidiendo con la Primera Guerra Mundial y con la investidura como caballero de un nuevo director de la entidad, John Marshall.
Se tenían nociones de lo que se conocería como la civilización del río Indo desde mediados del siglo XIX, cuando el Servicio Arqueológico de la India se topó con restos de Harappa, la otra gran metrópolis de esta cultura.
Este flamante sir impulsó una investigación a fondo de Harappa, que siete años después se materializó en un desenterramiento sistemático del lugar. Luego se comprobó que algunos de los hallazgos correspondían al período Calcolítico, a la transición del Neolítico a la Edad del Bronce. De ahí el entusiasmo que embargó a sir John cuando le llegó la noticia de que su empleado Banerji, sin haber presenciado los descubrimientos protohistóricos de Harappa, había encontrado en paralelo en Mohenjo-Daro sellos de barro de una antigüedad similar.
Mohenjo-Daro está a 590 km de distancia de su coetánea, lo que significa que el ámbito geográfico de influencia de la cultura que empezaba a asomar había sido amplio. Con respecto a su antigüedad, cualquier duda se disipó gracias a la aportación de un tercer arqueólogo. Se trataba de Ernest MacKay, un catedrático de la Universidad de Chicago especializado en Mesopotamia que un día vio en una publicación la fotografía de un sello hallado en Mohenjo-Daro. Para su sorpresa, era exactamente igual a uno que él había recuperado en Sumeria. Se había cerrado el ciclo descubridor. En el río Indo había existido una civilización asombrosa, capaz de comerciar con la lejana región del Tigris y el Éufrates, e ignorada durante milenios.
El rescate de la Unesco
Las excavaciones en Mohenjo-Daro adquirieron un ritmo incesante a partir de ese momento. Durante los años veinte y treinta trabajaron en el yacimiento Marshall y MacKay. Y en los cuarenta y cincuenta, otra estrella de la arqueología anglosajona, sir Mortimer Wheeler, descubridor de un presunto granero en la localidad. Unos y otros, con ayuda de colegas indios y pakistaníes, sacaron a la luz hasta un tercio de la vieja capital. Mientras, la supervisión del lo que ocurría en el Valle del Indo pasaba del gobierno colonial británico al de la India independiente y luego al de Pakistán, tras la secesión de este país.
No obstante, a mediados de los sesenta, finalizada una última campaña a gran escala emprendida por la Universidad de Pennsylvania, hubo que detener las obras ante la fragilidad del yacimiento. Este reposaba sobre capas tectónicas inestables que, al reacomodarse o ser removidas, hacían aflorar agua salada. El salitre erosionaba el principal material de construcción empleado en Mohenjo-Daro, los ladrillos de adobe, que se resquebrajaban al mojarse con la sal y calentarse por el fuerte sol de la zona.
En los sesenta se comprobó que el salitre de las aguas subterráneas resquebrajaba los ladrillos de adobe, y la Unesco tomó cartas en el asunto.
La amenaza era tan grave que la Unesco tomó cartas en el asunto. Por un lado, inició un proyecto de colaboración con las autoridades pakistaníes para bombear y desviar el agua subterránea del yacimiento. Por otro, declaró a Mohenjo-Daro Patrimonio de la Humanidad, con la protección global que ello implica.
¿Aún más antiguos?
En el sitio, mientras tanto, el cese de las excavaciones en profundidad dejó lugar a tareas de conservación y documentación y también a prospecciones superficiales. Especialmente dinámicas desde los años ochenta, estas actividades, internacionalizadas desde la intervención de la Unesco, han deparado grandes avances en el conocimiento de la civilización del Indo. Hoy se saben muchos detalles de ella gracias a estudiosos como el alemán Michael Jansen, el italiano Maurizio Tosi o los norteamericanos Gregory Possehl y Jonathan Kenoyer. Por ejemplo, que su área de influencia abarcaba el equivalente a tres veces el tamaño de España, que el grueso de su sociedad urbana lo formaba una próspera burguesía de mercaderes y artesanos y que en las ciudades había un alcantarillado muy moderno, similar al romano, pero dos milenios anterior.
En las ciudades había un alcantarillado muy moderno, similar al romano, pero dos milenios anterior.
Los arqueólogos locales también han contribuido de forma notable a aportar más datos sobre esta cultura asombrosa. Es el caso de los indios Braj Basi Lal y Shikaripur Ranganatha Rao y, hace tan solo tres meses, del pakistaní Ghulam Mustafá Shar, quien, al frente de una veintena de colegas, descubrió en enero de 2009 el sitio de Lakhian Jo Daro no lejos de Mohenjo-Daro. Pese a que aún se investiga, se podría cifrar la fecha de inicio de esta civilización en 9.000 años de antigüedad, en vez de los 5.500 que se creía hasta ahora. Así permite aventurarlo el hallazgo de un taller de cerámica vidriada datado en el V milenio a. C.
Mientras se despeja esta incógnita –u otras como la lengua, la poca belicosidad y la misteriosa desaparición de este pueblo–, la primitiva civilización del Indo continúa teniendo en Mohenjo-Daro su recuerdo arqueológico por excelencia. Tanto por ser la más antigua de las dos metrópolis que edificaron como por tratarse de la mejor conservada, a pesar del destructivo salitre contra el que se sigue luchando.
Este artículo se publicó en el número 493 de la revista Historia y Vida. Si tienes algo que aportar, escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.
Limes en Ucrania
Limes en Ucrania
Murallas de Trajano
Como ocurre con todas las denominadas Murallas de Trajano, de la zona europea oriental, existe una gran confusión de interpretación, al no coincidir los países actuales, Ucrania, Rumania, etc., con los antiguos, que básicamente eran la Dacia romana, y limítrofes, con fronteras y denominaciones un tanto difusas. Dejando aparte, por supuesto, que estas murallas no fueron construidas en tiempos de Trajano.
La más importante de estas vallas/zanjas es la denominada Muro de la Serpiente, habiendo muchas otras más pequeñas. También hay que indicar que la última parte del Muro de Trajano Inferior, o de Athanarico (en Moldavia), termina en Ucrania.
La muralla conocida como Muro de Trajano en Podolia y se extiende a través de los distritos modernos de Kamianets-Podilskyi, Nova Ushytsia (Uşiţa) y Khmelnytskyi. Una parte del Muro de Troya Inferior de Moldavia termina en Ucrania. Ver también Muro de la Serpiente.
Podolia El territorio está habitado por seres humanos al menos desde inicios del Neolítico. Heródoto lo cita como la región de origen de los alazones y probablemente también de los neuros. Sucesivamente arribaron escitas, getas, dacios y sármatas.
El Imperio romano apenas tuvo una leve presencia en tiempos de Trajano, siendo Podolia junto a Bucovina una zona de limes (límites fortificados) guarnecidos por la muralla Trajana que se extendía a través de los actuales distritos de Kamenets, Ushitsa y Proskúrov.
Kamianéts-Podilskyi (en ucraniano: Кам’янець-Подільський, romanización: Kam’yanets’-Podil’s’kyi) es una ciudad localizada en las márgenes del río Smótrich, un afluente del Dniéster, al oeste de Ucrania. Antiguo centro administrativo del óblast de Jmelnitsky, la ciudad es hoy el centro administrativo del raión (distrito) de Kamianéts-Podilskyi dentro del óblast de Jmelnitski, después de que el centro administrativo del óblast fuera transferido de Kamianéts-Podilskyi a la ciudad de Jmelnitsky en 1941.
Nova Ushytsia es un asentamiento de tipo urbano en el Óblast de Khmelnytskyi en el oeste de Ucrania.[2] Sirve como el centro administrativo de Nova Ushytsia Raion (distrito, albergando los edificios de la administración local del distrito. Se encuentra en la histórica región de Podolia.
Khmelnytskyi hasta 1954 Proskuriv, es una ciudad en el oeste de Ucrania, el centro administrativo de Khmelnytskyi Oblast (región) y Khmelnytskyi Raion (distrito). Khmelnytskyi se encuentra en la histórica región de Podolia, a orillas del río Buh. La ciudad recibió su designación de gobierno local actual en 1941.
Muro de Trajano en Ucrania según AV Boldur [8]
El historiador Alexandru V. Boldur considera que el “Muro de Trajano” que comienza cerca de Uşiţa en el río Dniéster/Nistru es el límite occidental de los territorios del Bolokhoveni del siglo XIII.
Muro de la Serpiente
Muro de la Serpiente cerca del pueblo de Denisi,
El Muro de la Serpiente (en ucraniano: Змієві вали, Zmiyevi valy) es un antiguo sistema de terraplenes de tierra (valla) ubicado en el Dnieper central de Ucrania (Naddniprianshchyna) que se extiende principalmente por la provincia de Kiev, Ucrania. Parecen ser similares en propósito y carácter al Muro de Trajano situado al suroeste en Besarabia.
Los muros antiguos restantes tienen una longitud total de 1.000 km y constituyen menos del 20% del sistema de muros original. Según una leyenda, los movimientos de tierra son el resultado de eventos antiguos cuando un héroe mítico (bohatyr) Kozmodemian (o Borysohlib) con el fin de matar al gigantesco Dragón (Serpiente) lo enganchó en un arado gigante y lo surcó. El Dragón (Serpiente) mordió el polvo y del arado quedaron surcos a ambos lados de los cuales se alzaban inmensos trozos de tierra que entre la gente se denominó Muro de la Serpiente.
Los antiguos muros fueron construidos entre el siglo II a.C. y el siglo VII d.C., según a la datación por carbono. Hay tres teorías sobre qué pueblos construyeron las murallas: los sármatas contra los escitas, los godos de Oium contra los hunos, o los primeros eslavos orientales contra los nómadas de las estepas del sur. En la cultura eslava, los nómadas belicosos a menudo se asocian con el dragón alado, de ahí el nombre.
En la margen derecha del Dnieper, entre sus afluentes Teteriv y Ros, los restos del muro crean seis líneas alargadas de oeste a este. One Serpent’s Wall pasó sobre la margen izquierda del Dnieper y su afluente Sula. Las exploraciones de 1974-85 han establecido que Serpent’s Wall es un remanente de fortificaciones de tierra boscosa construidas a fines del siglo X y la primera mitad del XI, una parte más pequeña en el siglo XII, para proteger el Dnieper medio de Ucrania y Kiev de los pechenegos y los cumanos.
Mapa de muros
El Muro de Athanaric, también llamado Muro de Trajano Inferior o Muro de Trajano del Sur.
Se extiende desde Rumania Buciumeni -Tiganesti-Tapu hasta Stoicani y luego entra en Moldavia. En el sur de Moldavia, se extiende otros 126 km desde el pueblo de Vadul lui Isac en el distrito de Cahul por el río Prut, y luego entra en Ucrania y termina en el lago Sasyk por Tatarbunar.
Fuerte de Otzenhausen
Fuerte de Otzenhausen
El castro celta de Otzenhausen es una de las fortificaciones más grandes que jamás hayan construido los celtas. Fue construido por galos de la tribu Treveri, que vivían en la región al norte del fuerte. El fuerte se encuentra en la cima de Dollberg, una colina cerca de Otzenhausen en Alemania, a unos 695 m sobre el nivel del mar. Los únicos restos visibles son dos murallas de tierra circulares, cubiertas de piedras.
La muralla de Otzenhausen, es conocido popularmente como el «Círculo de los Hunos»
Historia
En tiempos de guerra, la muralla circular era una fuerte fortificación contra los enemigos. Las teorías sugieren que este podría haber sido más que un refugio. Podría haber habido un asentamiento permanente, una aldea o la sede de un líder local.
La primera fortificación se construyó en el siglo V o IV a.C., pero el verdadero apogeo de la construcción data de los siglos II y I a.C. Por razones aún desconocidas, el fuerte fue abandonado poco después de esta expansión.
Descripción
Reconstrucción de una muralla celta en Donnersberg
El sitio tiene la forma de un triángulo con extremos redondeados. Una muralla rodea todo el fuerte. En el lado sur, se construye otro terraplén similar a unos 40 metros frente al principal. Los extremos de esta muralla exterior se acercan a la principal pero no la tocan. Debido a que la entrada de la muralla principal está ubicada en el lado occidental, no se ha determinado ningún propósito significativo para el exterior. De oeste a este el fuerte se extiende 460 m, de norte a sur 647 m. La longitud total de las murallas es de 2500 metros y contienen 240.000 metros cúbicos de piedra. A las murallas se unieron miles de vigas que, como muestra el diagrama, probablemente presentaban un muro vertical de piedra al exterior.
Diseño de una muralla defensiva celta
Julio César describe tales murallas en el libro siete, capítulo 23 de su De Bello Gallico.[1] “Pero esta suele ser la forma de todos los muros galos. Vigas rectas, conectadas a lo largo y a dos pies de distancia entre sí a intervalos iguales, se colocan juntas en el suelo; estas están embutidas en el interior y cubiertas con abundante tierra. Pero los intervalos que hemos mencionado están cerrados al frente por grandes piedras. Así colocadas y cementadas juntas, se agrega otra fila arriba, de tal manera que se pueda observar el mismo intervalo, y que las vigas no pueden tocarse entre sí, pero interviniendo espacios iguales, cada hilera de vigas se mantiene firmemente en su lugar por una hilera de piedras. De esta manera se consolida todo el muro, hasta completar la altura regular del muro. Esta obra, con En cuanto a apariencia y variedad, no es desagradable, debido a las hileras alternas de vigas y piedras, que conservan su orden en línea recta; y, además, posee grandes ventajas en cuanto a utilidad y defensa de las ciudades, pues la piedra la protege del fuego, y la madera del ariete, ya que (la madera) está embutida en el interior con hileras de vigas, generalmente de cuarenta pies de largo cada una, no puede romperse ni romperse en pedazos “. En el lado occidental, había una puerta de entrada, construida de madera, que se levantaba sobre ocho postes. Esta puerta tenía dos alas y 6 m de ancho. Un poste central dividía la pasarela en dos puertas de 2,5 m cada una. Los postes de madera hundidos en los agujeros del poste de la puerta estaban encajados con piedras. La roca rota en el suelo impidió que la tierra fuera arrastrada.
Quizás había una segunda puerta en el lado este, pero su existencia aún no está probada.
Por otros ejemplos de fortalezas celtas, se sabe que la puerta de entrada presumiblemente era una almena de madera con dosel. Debido a que esta puerta de entrada está construida en el lado interior del muro, los extremos del muro y la almena forman un pequeño cuadrado, que puede ser atacado desde tres lados sin dejar cobertura.
Importante para el uso del fuerte es la existencia de un manantial en la cima de Dollberg. Este manantial es el resultado de la cuarcita impermeable que compone el suelo.
Agujeros en el suelo, zócalos para los postes de madera, prueban la existencia de edificios. Se desconoce si el propósito de los edificios era alojamiento o almacenamiento.
Los restos de las murallas
Secuelas
En la época romana se construyó un pequeño templo de 2,15 x 2,70 metros, que data del siglo II o III d.C. de piedra de escombros de cuarcita y piedra arenisca en forma de ladrillo. Cuando las tribus germánicas invadieron los territorios romanos en el siglo IV d.C., se volvió a utilizar el fuerte.
Durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), los habitantes de los pueblos de los alrededores se refugiaron nuevamente en los restos del fuerte celta.
La primera aparición documentada de las murallas circulares ocurrió dentro del Grimburger Salbuch, un registro geológico de 1589, la primera imagen del recinto en la Gazette de Metz de 1836.
El mismo año, el conde Villers von Burgesch dirigió una petición al rey prusiano Friedrich Wilhelm III para prohibir a los habitantes de las aldeas cercanas que se llevaran piedras para usarlas como material de construcción. En respuesta a esta petición, el Príncipe Heredero, más tarde el Rey Friedrich Wilhelm IV visitó el fuerte en 1837.
Las excavaciones se llevaron a cabo en 1883 y de 1936 a 1939.
Regalo
El sitio se puede visitar durante todo el año, pero no tiene acceso para personas discapacitadas. Tres rutas de información conducen a través del fuerte:
- Una ruta de información arqueológica ilustrada multilingüe (D, GB, F, NL) conduce a los sitios más interesantes de la fortificación.
- También hay un camino de aventuras y experiencias para niños con 9 estaciones.
- El Camino Europeo de las Esculturas “Cerda & Celtoi” está inspirado en el arte y la cultura celtas. Las 18 esculturas conectan el centro de arte moderno de la Europäische Akademie Otzenhausen con el centro histórico “Hunnenring”.
Desde 1999, Terrex GmbH organiza excavaciones en la fortificación y sus alrededores.
Hoy toda la zona, a excepción de los círculos de piedra, está cubierta de bosques.
En el Keltenpark, al pie del muro circular de Otzenhausen, se está construyendo actualmente un pueblo celta “real”, tal como podría haber sido hace 2.000 años dentro de las poderosas fortificaciones en la cima de Dollberg. La reconstrucción de un auténtico asentamiento celta es una parte esencial del emergente Parque Celta.
Muralla celta de Otzenhausen
Otzenhausen. Panorámica del Anillo Celta (foto: Gemeinde Nonnweiler))
Estructura del Murus Gallicus
Otzenhausen. Muralla celta (foto: spuren-der-kriege.de)
Otzenhausen. Templo romano (foto: spuren-der-kriege.de)
Mapa estelar sumerio
La Tabla SUMERIA de hace 5000 mil años resulta ser un Mapa Estelar
En Nínive, capital de la antigua asiria, lo que hoy es Irak, se halló hace unos 150 años, una tablilla circular hecha de arcilla de 140 mm de diámetro. La tablilla muestra los dibujos de constelaciones y pictogramas basados en texto conocido como escritura cuneiforme, que fue utilizado por los sumerios, la primera civilización conocida en el mundo.
Inicialmente se pensaba que era una tableta asiria, pero un análisis informático ha emparejado con el cielo por encima de Mesopotamia en el año 3300 aC.
LA TABLA SUMERIA de hace 5000 MIL AÑOS resulta ser un Mapa Estelar de la Antigua Nínive, 3300 AC Tableta Circular de piedra de fundición, de 140 mm de diámetro (aproximadamente 5.5 pulgadas), pálido ocre terracota, con el negro de madera soporte de exhibición del museo y la descripción de pergamino. Reproducción de un arcaico mapa estelar o” planisferio” sumerio recuperado del 650 aC, de la biblioteca subterránea del rey Asurbanipal en Nínive, Iraq en el siglo XIX. Inicialmente se pensaba que era una tableta asiria, pero un análisis informático ha emparejado con el cielo por encima de Mesopotamia en el año 3300 AC y demuestra que es de origen sumerio mucho más antiguo.
La tableta es un “Astrolabio”, el instrumento astronómico más antiguo conocido. Se trata de un mapa de las estrellas segmentado, en forma de disco con las unidades marcadas de medida del ángulo inscrito sobre la llanta.
Desafortunadamente partes considerables del planisferio de esta tableta faltan (aproximadamente 40 %), el daño que data del saqueo de Nínive. El reverso de la tableta no está inscrito. Aún está en estudio por los eruditos modernos, el planisferio proporciona pruebas extraordinarias para la existencia de la astronomía sumeria. Las líneas que irradian desde el centro definen ocho sectores estelares de 45 grados cada uno. Figuras de estrellas se encuentran en seis de estos sectores.
Figuras de estrellas se encuentran en seis de estos sectores. “Los nombres de Dios” se utilizan para indicar Orión y la Vía Láctea, además de los nombres de las estrellas/constelaciones sumerios conocidos. Los ocho sectores incluyen constelaciones representadas además de ser escrito, junto con los nombres de estrella y sus símbolos concomitantes. Las secciones intactas muestran texto cuneiforme de nombres particulares las estrellas y constelaciones, así como los puntos y diagramas, como flechas, triángulos, líneas de intersección y de una elipse, que comprenden dibujos esquemáticos de seis estrellas y constelaciones. Las constelaciones representadas en cada sector se dibujan como puntos que representan estrellas, conectados por líneas. Figuras de las constelaciones son identificables en los seis sectores en buen estado.
Las estrellas y las constelaciones que se muestran son identificados como: (1) Piscis (2) no se identifica (3) Sirius (Flecha) (4) Pegaso y Andrómeda Campo y Plough) (5) no se identifica (6) Pleiades (7) Géminis (8) Hydra, Corvus y Virgo. Así, el mapa de las estrellas circular divide el cielo nocturno en ocho sectores e ilustra las constelaciones más prominentes y su dirección de movimiento. En 2008 dos autores, Alan Bond y Mark Hempsell publicó un libro sobre la tableta llamada “Un Observación Sumeria del evento de impacto los Köfels.” El aumento de una tormenta en los círculos arqueológicos, volvieron a traducir el texto cuneiforme y afirman la tableta registra un impacto de asteroide antiguo, Impacto de los KFELS‘, que golpeó Austria algún momento alrededor de 3100 AC.
“Los nombres de Dios” se utilizan para indicar Orión y la Vía Láctea, además de los nombres de las estrellas y constelaciones sumerios conocidos. Los ocho sectores incluyen constelaciones representadas además de ser escrito, junto con los nombres de estrella y sus símbolos concomitantes.
Las secciones intactas muestran texto cuneiforme de nombres particulares las estrellas y constelaciones, así como los puntos y diagramas, como flechas, triángulos, líneas de intersección y de una elipse, que comprenden dibujos esquemáticos de seis estrellas y constelaciones. Las constelaciones representadas en cada sector se dibujan como puntos que representan estrellas, conectados por líneas.
Durante décadas los científicos no han podido descifrar el contenido. En el 2008 dos científicos, Alan Bond y Mark Hempesell de la Universidad de Bristol, finalmente descifraron el código de caracteres cuneiformes. Mediante el uso de un programa de computadora que puede reconstruir el cielo de la noche de hace miles de años.
Los dos científicos fueron capaces de establecer que la tablilla es un bloc de notas de los astrónomos Sumerios y se refiere a los acontecimientos en el cielo antes del amanecer el 29 de junio de 3123 AC. Lo que hace sorprendente a este descubrimiento es que muestra a un gran objeto viajando a través de la constelación de piscis, lo que probablemente fue un asteroide que impacto en la Tierra.
Según la trayectoria este debió caer en la zona de Kofels, Austria, pero no hay señales de impacto, así que se presume que este se haya desintegrado al entrar en la atmósfera.
Se conserva también un planisferio posterior. Fue encontrado en Nínive, la capital asiria, y pertenece al reinado del rey Asurbanipal (668-626 a.C.).
El planisferio asirio es posterior (683 a.C.)
https://mysteriesrunsolved.com/es/2020/09/the-sumerian-planisphere-star-map.html
El objeto se encuentra en el Museo Británico y está catalogado como el artefacto No. K8538, y se trata efectivamente de un antiguo mapa estelar.
Murallas de Barcelona
Murallas de Barcelona
Trazado de los diversos recintos amurallados de Barcelona
Las murallas de Barcelona son, en esencia, dos conjuntos amurallados diferenciados correspondientes a épocas históricas diferentes. El primero, del siglo I aC, se reforzó hacia el siglo iii. En el otro, iniciado el siglo xiii, se distinguen dos partes que acabaron formando un todo, el segundo y el tercer recinto -o las segundas y las terceras murallas, abarcando el actual distrito de Ciutat Vella.
Visión general
En el momento de su fundación como Barcino bajo el imperio de Augusto, Barcelona fue dotada de un primer recinto amurallado que rodeaba completamente el reducido espacio urbano. Hacia el siglo III dC, esta muralla fue reforzada por una segunda cortina, adosada a la primera, que en duplicaba el grosor y la proveía de numerosas torres. Este trazado corresponde al que normalmente se denomina muralla romana de Barcelona.[1] En los siglos XIII a XV se fueron construyendo las murallas medievales de Barcelona, un nuevo y ampliado recinto amurallado que incluía dentro de su trazado los burgos, nombre que reciben los barrios exterior a una villa amurallada de la Edad Media, que habían ido creciendo fuera de los muros de Barcelona, especialmente a partir del siglo xi.[2] En el siglo XVI, la llegada de las armas de fuego y los conflictos de la época propiciaron una ola de reformas y mejoras de la muralla, si bien la fortificación que acabará constituyendo las murallas modernas de Barcelona no sustituyó la muralla medieval sino que se superpuso a los muros ya existentes, aunque completando el cierre de la línea marítima de amurallado, por lo que el trazado de la ciudad no se vio alterado. Se aumentó el grosor de los muros, se disminuyó la altura y uno de los elementos característicos de refuerzo fueron los baluartes, elementos defensivos con forma poligonal, que se situaban en las esquinas de los muros.[2] Este acoplamiento, y el hecho de que la construcción del conjunto se extendiera desde el siglo xiii hasta el siglo XVII, lleva a la denominación, usada frecuentemente, de muralla medieval y moderna de Barcelona.
En la conformación del recinto de Barcino se distinguen claramente una fase alto-imperial, también llamada “fundacional”, y una fase bajo-imperial.[1] La única variación del trazado de la muralla bajo-imperial respecto al del primer recinto consistió en una ampliación del sector SE para incluir en el perímetro urbano un edificio público de época flavia próximo a la línea de costa del momento.[3]
En cuanto las murallas de la época medieval, una primera fase de construcción se podría haber llevado a cabo en época de Jaume I, pasaría a lo largo de la rambla y tendría cinco portales, por lo que se la conoce como Muralla de Jaume I o Muralla de la Rambla.[2] Estudios más recientes indican que la existencia de estos portales no implica necesariamente que hubiera un recinto amurallado que los conectara. Durante bastante tiempo se había mantenido el modelo propuesto por Francesc Carreras Candi de tres recintos: la muralla romana, las murallas “dichos de Jaume I” y las murallas “dichos de Pedro III”.[4] De hecho, el segundo de estos recintos, que rodeaba la ciudad por el interior desde las Ramblas hasta lo que sería la Ciutadella, aunque haberse asociado con Jaime I, quien murió en 1276, debió su construcción a las órdenes dadas por Pedro II el Grande, en 1285, de una fortificación urgente de Barcelona.[5] Coincidiendo con la compleción de aquella obra, cuando el año 1357 Pedro III recurrió al Consejo de Ciento para que mejorara la defensa de la ciudad, también se llevó adelante el proyecto del “tercer recinto” que, partiendo del punto superior de las Ramblas, rodeaba el Raval hasta incluir las Atarazanas, con un punto significado en el Portal de San Antoni.[2]
Los siglos XVI Y XVII, ya en la época moderna, vieron como se completaba el frente marino y adaptaban las murallas a tiempo de armas de fuego modificando las dimensiones y construyendo los diversos baluartes.[2]
A finales del siglo XVIII, las murallas de la Rambla se empezaron a derribar para urbanizar definitivamente la calle y llevar a cabo el paseo que dará lugar a la actual Rambla. En el año 1854, bajo la consigna Abajo las murallas !!!, Se terminó de derribar el resto del recinto amurallado.[6]
La muralla romana
Cuando en el siglo I aC se fundó la Colonia Iulia Augusta Faventia Barcino en el nuevo imperio de Augusto, fue emplazada, respondiendo a criterios de estrategia geopolítica, en una situación particularmente favorable, proyectada hacia la línea de costa y enmarcada, por los lados laterales, en el espacio comprendido entre dos arroyos naturales. El perímetro de las murallas fue fijado con forma de polígono octogonal, una forma regular facilitada por el hecho de tratarse de la fundación de una ciudad ex novo.[7] El emplazamiento de la ciudad se extendía a lo largo de la leve pendiente formada por dos pequeños cerros, el mayor conocido en época medieval como mundos Taber. La línea de la costa estaría situada, en aquella época, a poca distancia de su límite meridional y los historiadores consideran la posible presencia de un puerto natural en el sector.[3]
La muralla original, diferenciada como “fundacional” o “alto-imperial”, fue reforzada, alrededor del último tercio del siglo III dC, por una segunda cortina adosada a la primera, que en duplicaba el grosor y la proveía de numerosas torres, compartiendo casi íntegramente el mismo trazado. Esta es la fase “bajo-imperial”, o “tardía”, de la muralla, a la que corresponden la mayor parte de los restos.[1]
Del siglo V al siglo XIII
Entre el siglo v y mediados del siglo xi la muralla romana de Barcelona se reaprovecha, y en los últimos momentos de este periodo debió de haber un reforzamiento del carácter de plaza fuerte de la ciudad, con la refortificació de tres de las puertas de acceso a la ciudad (el castillo Viejo , el castillo Nuevo y el castillo de Regomir). El todavía magnífico aspecto y las buenas prestaciones poliorcéticas y defensivas de esta fortificación, hace que Barcelona sea elegida como sede regia de la corte visigoda, que se convierta en plaza fuerte andalusí, y que se establezca como su condal del reino franco.
También en este último momento muchos tramos de la muralla bajo-imperial fueron reaprovechar para adosar nuevas edificaciones privadas, además de la eliminación de algunos pasos de peatones de las puertas de entrada, sólo dejando abierta la arcada principal. Extramuros, se produjo un crecimiento urbanístico considerable con la aparición de varios burgos o arrabales al abrigo de las iglesias, justo a las afueras de las puertas de entrada a la ciudad. Pero fue sobre todo durante los siglos xii y xiii cuando Barcelona entra en una etapa de gran crecimiento urbanístico, con la expansión planificada de los burgos (villanuevas los Bolos, de San Pedro, del Santo Sepulcro, del Mar, del calle Montcada…), gracias a la iniciativa de la Corona, o bien en relación con la fundación de nuevos conventos bajo la cobertura de las órdenes mendicantes de franciscanos y dominicos. Todo este crecimiento urbanístico hubo integrarlo dentro de la trama urbana de la ciudad, sobre todo a nivel defensivo, y fue por este motivo que se habilitaron nuevos portales (Puente de en Campderà, de la Boqueria, del Pozo de en Moranta, de la Astillero, del Born, de la Portaferrissa, de Santa Ana y Jonqueres) En las vías de entrada fuera del núcleo amurallado, configurándose unos nuevos límites que marcaron el futuro nuevo trazado del lienzo medieval. Desgraciadamente no se han localizado ninguna prueba arqueológica de ninguno de estos portales, pero los indicios apuntan a que su configuración aprovechaba los accidentes geográficos (camas de rieras y torrentes), las obras públicas (cloacas o el Rec Comtal), o una combinación de ambas.
Murallas medievales de Barcelona
La primera muralla medieval del siglo XIII
En 1285, durante una confrontación con Francia, el rey Pedro II el Grande ordenó fortificar urgentemente Barcelona con muros de tapial y torres de madera, como se constata en la Crónica de Bernat Desclot, y donde pretendía cerrar toda la ciudad excepto por la parte de mar. Una vez el conflicto bélico decayó, las tareas de fortalecer debidamente Barcelona recayeron en el Consejo de Ciento, convirtiéndose en la gran primera obra pública de la que se hacía cargo. El nuevo lienzo defensivo incluyó algunos portales ya construidos (Boqueria, Portaferrissa o Jonqueres), y añade de nuevos como el del Portal Nouel año 1295. Únicamente la documentación escrita de principios del siglo XIV permite constatar este nuevo perímetro: La Rambla, calle Fontanella, plaza Urquinaona, calle de Trafalgar, Arco de Triunfo y el Parque de la Ciutadella.
Campañas de fortificación de la segunda mitad del siglo XIV
Barcelona en una vista por los alrededores del 1535. A Civitates Orbis Terrarum de Georg Braun y Frans Hogenberg
Debido a un conflicto bélico con Castilla, en 1357 el Consejo de Ciento decidió afianzar y mejorar las murallas de finales del XIII, y con este objetivo adquirió tres canteras en la montaña de Montjuïc. Los trabajos se iniciaron en los dos extremos del frente marítimo, San Daniel y San Francisco, y junto al monasterio de Santa Clara. Sin embargo los trabajos de finales del siglo XIII no resolvieron la defensa de estos puntos, y fue necesaria su fortificación urgente.
Por el lado de La Rambla se realizó el cierre definitivo del cercado, tal vez aprovechando el cierre de finales del XIII, y que permitió fijar el perímetro de la Ciudad Vieja, exceptuando el Raval. Los trabajos constructivos en la Rambla fueron especialmente complejos, incluyendo el traslado del arroyo.
Respecto al espacio ocupado por el frente marítimo, dada la habilitación de esta zona de la ciudad para nuevos usos comerciales y mercantiles, conllevó la construcción de edificios específicos como la Lonja. Ello determinó que no se cerrara este frente de la ciudad, priorizando la principal puerta de acceso de la ciudad: el mar.
Diferentes intervenciones arqueológicas han permitido encontrar varios tramos de este lienzo (paseo Picasso-parque de la Ciutadella, la Rambla, monumento de Colom- torre de las Pulgas), Y constatan que la muralla se construyó con un doble hoja de menaje, llenando el espacio intermedio con la tierra extraída del valle o foso defensivo externo, como el localizado en el sector de la Rambla. Las torres tendrían una planta semiheptagonal o semioctagonal, o heptagonal en el caso de la Torre de las Pulgas. Los restos arqueológicos documentados en la Torre de las Pulgas o torre esquinera de la muralla marítima y de la Rambla, permiten constatar que la parte inferior del muro es compacto, con un espesor de 3 metros, y unos paramentos externos hechos con sillar regular ligado con mortero de cal. El paramento externo presenta una pátina de color anaranjado (óxido de hierro), de función estética. Este elemento defensivo fue derribado a mediados del siglo XVIII.
Restos de las dos torres poligonales del Portal de San Daniel (S.XIV)
Los trabajos arqueológicos realizados en el Portal de San Daniel (Parque de la Ciutadella) permitieron documentar la muralla, el portal y el puente del mismo nombre, el cual permitía el acceso a la ciudad por el lado oriental.[8] Este portal estaba flanqueado por dos torres poligonales, y mediante el puente de piedra de San Daniel se atravesaba el foso defensivo que protegía este punto.
La intervención realizada en la avenida de los Tilos del Parque de la Ciutadella identificó los segmentos de muralla comprendidos entre el Portal Nuevo y el Portal de Sant Daniel, además de dos torres, una de poligonal y una segunda cuadrangular, separadas unos 30 metros. El lienzo de muralla presentaba una altura conservada de 2 metros y un espesor de 3 metros, y estaba hecha con hiladas horizontales de sillares regulares y con un doble hoja de mampostería, relleno con piedras y mortero.
En los trabajos realizados en el Pla de la Boqueria-Estación Metro Liceu se localizaron los restos parciales de la torre oriental del portal de la Boqueria, que ya se conocía desde el siglo XIII y que fue reconstruido en este momento. Según las planimetrías del proyecto de alineación de la Rambla en el siglo XVIII , eran de forma poligonal y de gran tamaño.[9]
Muy próxima, en la plaza de Joaquim Xirau, se localizó un tramo importante de la muralla, tradicionalmente llamada de “Jaume I”, muy cercana al portal de Escudellers, llamado antiguamente de Trentaclaus o los Ollers. Los materiales asociados a este tramo de muralla permitieron fecharse entre los siglos xiii y xiv.
Entre la Rambla y el Portal del Ángel, teniendo en cuenta el método constructivo y su ubicación, se identificaron dos tramos de muros que podrían corresponder a los restos de las cimentaciones de dos torres asociadas al lienzo de muralla levantada a mediados siglo xiv.
No fue hasta el 1368 cuando el Consejo de Ciento pidió a los ciudadanos de Barcelona que colaboraran en la construcción de los nuevos recintos defensivos, aunque se ejecutó mediante la iniciativa privada, donde la excavación de los diversos tramos del valle eran contratados por constructores privados.
Vista de Barcelona, 1579. Autor F. Valesio
Los vecinos del barrio del Carmen (el Raval) exigieron que se incluyera su barrio dentro de la zona amurallada. Este barrio adquirió una gran notoriedad durante el siglo xiv, creciendo en torno al convento del Carmen, del monasterio de Nazaret y del hospital de Colón. Aquí se reprodujo el mismo modelo que lo ocurrido en el siglo XIII: un cierre de las vías de comunicación con posibles elementos defensivos (como el portal de Godai), que se configuraban siguiendo los accidentes geográficos de la zona (rieras y torrentes). Así en 1368 se empezó a construir la muralla dicha del Raval.
Esta idea original fue modificada entre los años 1372 y 1378, cuando con la modificación y ampliación de las Atarazanas, comportó que el cercado amurallado extendiera hasta este zona, incluyendo este edificio, así como el monasterio de Sant Pau del Camp y el Hospital de San Lázaro, hasta ir a cerrar con el portal de Talleres. La construcción de este tramo de muralla y de las torres se prolongó durante todo el siglo xv. Se trata de una muralla de piedra, con talo defensivo, y con torres tanto de planta circular o ultracircular (calle Pelayo y calle de las Flores), como de cuadradas (Drassanes). Este cambio de tipología constructiva permite diferenciar entre las construcciones del siglo XIV y principios del XV al sector de Santa Madrona. En este lugar se buscó una misma integración con los Astilleros del XIII, y con el resto del conjunto, desde San Pablo hasta la Rambla, que serían del siglo xv. El tipo de paramento también permite diferenciar su momento constructivo. Mientras que el sector anexo a Astilleros emplea un sillar análogo a la muralla del XIV, el paramento de los restos de la calle Pelai están hechos con piedra de hilo y con unos sillares mayores. Los sillares eran de piedra de Montjuïc, y la parte exterior estaba encintada. A lo largo de la calle Pelai diversas intervenciones arqueológicas han permitido documentar parte del lienzo que cerraba el barrio del Raval por este sector, desde la actual Rambla hasta la plaza Universidad.[10]
La ciudad de Barcelona en 1563 y su recinto amurallado de época medieval. Autor Anthonis van den Wyngaerde.
La muralla moderna (S. XVI-XVII): la muralla de mar y los baluartes
Mapa de Barcelona, realizado con fines militares en 1694, donde se aprecian los baluartes incorporados en la muralla moderna
La evolución de las armas de fuego, en concreto de los cañones y las bombardas, determinó que, en menos de doscientos años, se tuviera que modificar en gran medida la forma de construir las fortificaciones. La primera noticia de un arma de fuego en Barcelona fue durante la Batalla naval de Barcelona de 1359: la Pedro el Ceremonioso hace mención de cómo la nave mayor que defendía la ciudad de una flota castellano-genovesa, disparó dos bombardas que hicieron huir a los agresores.[11] Casi doscientos años más tarde, desde el segundo cuarto del siglo xvi, Se hizo necesaria una nueva configuración de lienzo amurallado barcelonés, a fin de soportar el impacto de proyectiles muchos más efectivos y destructivos. Para compensar el incremento de esta potencia de los disparos se tuvo que incrementar notablemente el espesor de los muros, y reducir su altura para ofrecer una superficie de impacto menor. Un problema a solucionar urgentemente eran las torres, las cuales ofrecían un objetivo muy apetecible por los cañones. Inicialmente se optó por las torres circulares, que parecían resistir mejor los impactos, pero esta solución resultó inefectiva. La respuesta a este problema se encontró en la construcción de los baluartes: terraplenes avanzados al lienzo amurallado, de planta poligonal, y que se construían en los ángulos salientes del trazado de la muralla, y nunca sin superar la altura de ésta.El valle se vio modificado, dejando de ser una zanja más o menos ancha, convirtiéndose en un gran espacio completado con una contraescarpa o talud previo al terreno inclinado (glacis) que ascendía hacia la muralla, para permitir crear un ángulo favorable para la defensa.
La muralla de mar fue el tramo escogido para construir los primeros baluartes. Las obras en este sector se iniciaron en el año 1358,[12] pero no fue hasta finales del siglo XV cuando se decidió cerrar en su totalidad este frente. Los constantes temporales que golpeaban este tramo de muralla, fueron otro motivo de preocupación por parte del Consejo de Ciento, ya que periódicamente estropeaban y destruían puntos de esta fortificación, y eran necesarias reparaciones constantes para rehacerla o fortalecer más. La duración de estos trabajos se prolongaron aún más con la construcción de estos nuevos baluartes. Según las Rúbricas los trabajos de fortificación de la fachada marítima se iniciaron en 1513 con la construcción del baluarte de Levantey continuaron en 1527 con el baluarte de Mediodía, y en 1540 el de poniente, también llamado Baluarte de San Ramón o de la plaza del Vi. Estos trabajos conllevaron la desaparición de cuatro manzanas de la calle de las piojos, lo que hizo aumentar el coste y el tiempo, debido a su expropiación y derribo.
En 1542, durante la Guerra de Italia, el ejército francés sitió Perpiñán, la presión de los piratas se intensificó, y estalló una epidemia de bandolerismo en el principado[13] y en agosto el capitán general del ejército Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel decidió, conjuntamente con los consejeros de Barcelona, la fortificación de la muralla de Barcelona para convertirla en una plaza fortificada,[14] mientras los diputados de la Generalidad y los consejeros decidieron armar las cofradías de los gremios barceloneses.
Desde la segunda década del siglo xvi , había la intención de construir un baluarte como final de la muralla moderna de la ciudad, formando parte de una dársena junto a las Atarazanas,[15] que se empezó a construir en 1552.[16] Finalmente, entre 1554 y el 1559 se llevó a cabo la última gran obra en la muralla de la fachada marítima: el portal de Mar. Con esta construcción se dio por cerrado la totalidad del perímetro de la ciudad.
Diferentes intervenciones arqueológicas han permitido documentar los restos de la muralla moderna de mar. La excavación en extensión del solar ubicado en la plaza Pau Vila y calle Dr. Aguador han puesto al descubierto el baluarte del Mediodía, de planta cuadrada, y un tramo de la muralla del primer tercio y mediados del siglo xvi que defendía la ciudad por el lado de mar, así como la contraescarpa construida a principios del siglo xviii . La cara exterior del baluarte está realizada con sillares rectangulares (35 por 25 cm), con una mampostería de mortero de cal y piedra irregular. Su fundamento está hecho con encofrado y el segundo con piedras irregulares.
En un punto muy cercano, entre Pla de Palau y la Plaza de Pau Vila, la realización de una zanja de 120 metros lineales puso al descubierto el Portal de Mar, construido a mediados del siglo xvi , así como una reforma realizada en frente mismo de la puerta en 1632, consistente en la construcción de un parapeto, con planta tipo baluarte, así como un foso de 17 metros de ancho y, finalmente, una contramuralla a mediados del siglo xVII , que amortizaba parcialmente el foso antes mencionado.
Por el lado de la muralla de tierra, el nuevo conjunto de reformas consistieron en descabezar las torres e incluso derribar un buen número, además de añadir terraplenes y baluartes. Así pues, la fortificación moderna en Barcelona se añadió a la medieval, sin alterar el trazado en ningún sector más allá de la ampliación en el sector de la calle de las pollas. De este modo, entre mediados y finales del siglo XVII, Barcelona quedó protegida por once baluartes: el baluarte de Mediodía, el baluarte de Levante, el baluarte de Santa Clara, el baluarte del Portal Nou, el baluarte de Jonqueres, el baluarte de San Pedro, el baluarte del Ángel, el baluarte de Talleres, elbaluarte de San Antonio, el baluarte de Santa Madrona, y el baluarte de San Francisco.
Grabado dibujado por el pintor francés J. Rigaud en 1714 donde se muestra el sitio de la ciudad de Barcelona por parte de las tropas de Felipe V, y que se correspondería al baluarte del Portal Nou.
El año 1635 se inició un largo conflicto con Francia, y que a pesar del Tratado de los Pirineos, no se solucionó hasta el fin de la Guerra de Sucesión española. Entre los años 1636 y 1650 se llevaron a cabo un gran número de actuaciones en la muralla, que comportaron obras de alcance diverso. El año 1637, el Consejo de Ciento redactó un memorial de las actuaciones necesarias que requería la fortificación barcelonesa, como terraplenes y otras estructuras defensivas ante los portales, obras las cuales continuaron hasta el año 1648, invirtiendo en este momento hasta 30.000 libres. El baluarte de Santa Madrona fue comenzado en torno al 1641, año en que se terraplenó la muralla delante del monasterio.
Aunque dentro del marco de esta larga confrontación con Francia, también se sucedieron períodos de revuelta por parte de los catalanes, como la Guerra de los Segadores (1652), que convirtió Barcelona en una ciudad estratégica. A raíz de esta última revuelta, el Consejo de Ciento perdió la competencia de la gestión y mantenimiento de las fortificaciones de la ciudad a manos de la Corona,[17] y provocó la construcción de los primeros baluartes, con un objetivo y finalidad muy definida: además de defender la ciudad de los ataques exteriores, se convirtió en un instrumento de la Corona para controlar una ciudad que se sublevaba constantemente contra la autoridad real. La Corona también previó un reforzamiento de las defensas mediante la construcción de fuertes asociados, pero complicaciones financieras sólo permitieron actuaciones parciales en el castillo de Montjuïc. Pasada la Guerra de los Segadores, entre el 1672 y el 1675 se inició, por parte del Estado, la construcción de los baluartes del Portal Nou y del Ángel, mientras que en 1694 se acabó el baluarte de San Francisco, y en 1697 se finalizaron los trabajos de los baluartes de los Talleres, San Pedro y Juncales.
El derribo de las murallas (1854-1881)
Al iniciarse el siglo XIX el pueblo de Barcelona detestaba las murallas y exigía el derribo, de forma prácticamente unánime. Esto se explica por dos grandes factores. Primero, la ciudad, en plena expansión modernizadora y con voluntad de convertirse en una gran capital europea, necesitaba nuevos espacios para la industria, la vivienda y la movilidad; por el contrario, se ahogaba dentro del recinto amurallado: aumento de la población, sobreocupación del suelo, estallido de la industrialización, insalubridad. Un segundo factor, y de gran importancia, fue la carga simbólica que implicaba la muralla, claramente vinculada al antiguo régimen ya la represión militar impuesta a partir de 1714.[18]
Barcelona, con la fortaleza de la Ciudadela de 1716, medio siglo antes del derribo de las murallas
Así, ya en el Trienio Liberal (1820-1823) se reclamó el derribo de las murallas, sin éxito. Puesta en marcha la Regencia de Espartero, el 31 de diciembre de 1840 del Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso público de textos que argumentaran la necesidad de eliminar las murallas; el 11 de septiembre de 1841 lo ganó Pere Felip Monlau con el célebre opúsculo Abajo las murallas!!! . En dos ocasiones, en octubre de 1841 y junio de 1843, sendas insurrecciones populares arrancaron el derribo, y en ambas ocasiones el Estado respondió con el bombardeo de la ciudad, fuertes multas y la obligación de reconstruir los tramos destruidos.
Finalmente, en el verano de 1854 se puso en marcha el derribo de la muralla de tierra. Lo facilitó una coyuntura muy especial: cambio de régimen en Madrid (Bienio Progresista) y enorme inestabilidad social en Barcelona, con epidemia de cólera y gran número de jornaleros parados a que había que dar trabajo. El Ayuntamiento puso en marcha el derribo el 7 de agosto, aunque la autorización gubernativa no se publicó en Madrid hasta el día 15. La Junta de Derribo fue disuelta el 2 de enero de 1856, aunque la tarea continuaría aunque durante años. Barcelona pasaba a estar abierta al Plan. Inmediatamente se puso en marcha el proceso que conduciría al plan Cerdà (1859) y la construcción del Eixample (a partir de 1860).
Una segunda etapa fue el derribo de la Ciutadella, particularmente odiada porque su función exclusiva, desde siempre, había sido la vigilancia y represión contra la ciudad. En el contexto de la Revolución Gloriosa, el nuevo Ayuntamiento inició el derribo de la Ciutadella el 16 de octubre de 1868, una vez más sin esperar la autorización gubernativa. El 15 de diciembre de 1869 el gobierno español, gracias a la intervención de Prim, cedió los terrenos de la Ciudadela en el Ayuntamiento de Barcelona. En surgirían el parque de la Ciutadella y el barrio que la rodea.
Sólo quedaba la muralla de mar, bastante popular entre los barceloneses como paseo. Fue derribada entre 1878 y 1881, y permitió la reforma del puerto y la definitiva integración de la Barceloneta en el continuo urbano.
Para saber más: https://www.geografiainfinita.com/2017/05/la-evolucion-de-barcelona-a-traves-de-los-mapas/
Iulia Augusta Paterna Faventia Barcino
Portal del Bisbe, antigua puerta Praetoria de la Barcino romana, con las dos torres de defensa y restos de la muralla y del acueducto
Portella de la Porta Decumana al c/ del Regomir
Muralla al Pati Llimona.
Torre i muralla al c/ Sotstinent Navarro.
Subsòl i interior d’una torre al Museu de la Ciutat
Calle Tapineria
Limes Sarmatiae
Limes Sarmatiae
Las “Limes Sarmatiae“, “Devil’s Dyke” o “Devil’s Ditch” en la llanura de Panonia oriental, un grupo de líneas de fortificaciones romanas realizadas por Constantino I.
En Inglaterra existen otros “Devil’s Dyke” o Diques del Diablo.
Son varios los nombres con que se conocen. Los Limes Panonio o Los Diques del Diablo (en húngaro: Ördög árok), también conocidos como Csörsz árka (“Csörsz Ditch”) o Limes Sarmatiae (en latín, “frontera sármata”), son varias líneas de fortificaciones romanas construidas principalmente durante el reinado de Constantino I (312–337), que se extiende entre la actual Hungría, Rumania y Serbia.
Aunque son distintos, se suelen confundir, por su proximidad y el territorio que ocuparon. Los L. Panonio se encuentran más al oeste y contienen más fortificaciones. Los Sarmatas se encuentran al este y son más sencillos: zanjas, empalizadas, etc.
Historia
Las fortificaciones consistían en una serie de terraplenes y zanjas defensivas de tierra que rodeaban la llanura del río Tisia (Tisza). Se extendían desde Aquincum (dentro de la moderna Budapest) hacia el este a lo largo de la línea de las montañas del norte de los Cárpatos hasta las proximidades de Debrecen, y luego hacia el sur hasta Viminacium (cerca de la moderna Stari Kostolac). [1]
Los Sármatas en la zona de la cuenca del Danubio. El Limes está indicado por las líneas negras que indican murallas. El límite iba desde Aquincum, hoy Budapest, hasta el este de Singidunum, ahora Belgrado. Vindobonum (arriba a la izquierda) es hoy Viena. (15)
Probablemente fueron diseñados para proteger a los Iazyges, una tribu sármata que habitaba la llanura de Tisza y había sido reducida a estado tributario por Constantino, de las incursiones de los godos y gépidos circundantes.[2]
Algunos elementos de las fortificaciones, sin embargo, datan del siglo II d.C. y probablemente constituyeron una línea defensiva anterior construida por el emperador Marco Aurelio (gobernado por 161-80) en el momento de las Guerras Marcomanas, la ocasión anterior en la que la llanura de Tisza fue ocupada por los romanos.
El “Limes Sarmatiae” tenía la intención de expandir el Limes romano, y fue construido al mismo tiempo que el Muro de Constantino en Valaquia (conectado con el Limes Moesiae). Sin embargo, fue destruida después de unos años, a finales del siglo IV.
De hecho, en 374 d. C., los Quadi, una tribu germánica en lo que ahora es Moravia y Eslovaquia, resintieron la construcción de fuertes romanos de las “Limes Sarmatiae” al norte y este del Danubio en lo que consideraban su territorio, y más exasperado por el asesinato traicionero de su rey, Gabinio, cruzó el río y arrasó la provincia de Panonia.
En 375 EC, el emperador Valentiniano I retomó Panonia con varias legiones. Después de una corta campaña que derrotó rápidamente a los Quadi, se repararon las fortificaciones de las “Limes Sarmatiae”. Sin embargo, durante una audiencia con una embajada del Quadi en Brigetio en el río Danubio (ahora Szőny en Hungría), la actitud de los enviados enfureció tanto a Valentiniano que sufrió un derrame cerebral mientras les gritaba enojado, lo que lo llevó a la muerte el 17 de noviembre.[3]
Tras su muerte, las luchas políticas internas y la falta de un buen liderazgo en el Imperio Romano llevaron a que las “Limes Sarmatiae” fueran invadidas y destruidas.
Localización
Las barreras consisten en varias filas de muros de tierra y zanjas escalonadas una detrás de otra, que se suponía que protegían el área de las grandes tierras bajas húngaras alrededor del río Tisia (Tisza = Tisza) de los enemigos. Una vez se extendieron desde la curva del Danubio hasta Aquincum, hoy Budapest, hacia el este a lo largo de las elevaciones de los Cárpatos del norte hasta las cercanías de la ciudad de Debrecen, y se encontraron de nuevo en el sur, en el sitio de la legión Viminacium (cerca de la actual Stari Kostolac) en el Limas del Danubio.
Fortificaciones en el Limes Danubio
El sistema de murallas del norte comenzó en la curva del Danubio, cerca de la cabeza de puente romana Verőcemaros-Dunamező, esta sección del Limes estaba particularmente bien asegurada por los romanos. A esta distancia también se creó, posiblemente Constantino II, el almacenamiento de Visegrád (Pone Navata).[3] La construcción del campamento vecino de Pilismarot (Castra ad Herculem) también puede haber tenido lugar en este momento.
Durante el primer reinado de Valentiniano I (364-375), a. también construyó la fortaleza de Hideglelöskereszt.[4] Entre Visegrád y Esztergom, se construyeron hasta 24 nuevas torres de vigilancia y pequeños fuertes en una distancia de aproximadamente 20 km solamente. Su construcción estaba estrechamente relacionada con el relleno de las murallas de Limes Sarmatiae, ya que estaban destinadas a dirigir las cuñas de atacar a los pueblos bárbaros específicamente sobre esta parte de Limes. Una segunda línea tan densa de fortificaciones estaba nuevamente solo en el bajo Danubio (Moesia), entre Viminiacum y Drobeta, en el extremo sur de los sistemas de murallas sármatas.
Fortificaciones al este del Danubio
En este contexto, no debemos olvidar las numerosas cabezas de puente de la Antigüedad tardía como la B. el Burgus Tahitótfalu-Balhavár y el Burgus Szentendre-Dera. Las principales tareas de sus tripulaciones fueron probablemente el seguimiento y la señalización. Eran sistemas de vertederos más pequeños, arquitectónicamente en gran parte uniformes, para los que una gran estructura central central, en su mayoría apoyada en dos pilares y muros alados que se extendían hasta las orillas del Danubio con torres más pequeñas en los extremos, era característica (Ländeburgus). A través de ellos, las islas más grandes del Danubio (isla Szentendre), z. B. estacionando botes patrulleros estar seguro en cada burgus. En caso de crisis, servían como lugares de desembarco seguros para los cruces fluviales del ejército romano, pero también para controlar a los aliados sármatas. Debido a la gran cantidad de grano quemado que se encontraba esporádicamente en ellos, también podrían haber sido utilizados como almacenes de suministros. El comercio minorista y nacional también podría haber jugado un cierto papel, ya que apareció un peso de bronce en una de las torres.[5]
Además de este perno de bloqueo de prueba, los romanos también construyeron a lo largo de la muralla puestos avanzados avanzados, como exactamente dos días a pie al este del Danubio, en Barbaricum ubicado burgus Hatvan-Gombospuszta [6] y se aplicaron en la época de Valentiniano, pero nunca se completó la gran fortaleza. de Göd-Bócsaújtelep, que a menudo se conoce como la contraparte del fuerte del Danubio Constantia, que se construyó en territorio imperial romano, pero en realidad debe considerarse como la guarnición fronteriza más occidental de las Limes Sarmatiae.[7] Su tarea puede estar relacionada con el final de Limes Sarmatiae poco después de la muerte de Valentiniano.
Citas e importancia estratégica
Algunas partes de los muros de tierra datan de finales del siglo II y probablemente fueron creadas como un cerrojo bajo el emperador Mark Aurel (161-180). Después de las Guerras Marcomanas, las tropas romanas se establecieron en el territorio de los Jazygens derrotados para privarlos de su sustento y evitar que huyeran. Para este propósito, algunas secciones a lo largo de las fronteras del asentamiento de Yazygian podrían haberse asegurado con muros de tierra. El hecho de que Marco Aurelio tuviera la intención de establecer dos nuevas provincias, Marcomannia y Sarmatia, como lo describieron posteriormente los historiadores antiguos, sigue siendo controvertido hasta el día de hoy.[15] En una investigación cerca de Mezökövesd y Kötegyán, el arqueólogo se convirtió en Sándor Soproni (1926–1995) debajo de los terraplenes algunos hoyos del siglo II al III y un sepulcro sármata (cerca de Tarnazsadany), que fue creado hacia 220–300. Los estudios estratigráficos mostraron claramente que las primeras murallas se levantaron en la segunda mitad del siglo III.
La construcción de tales muros no era infrecuente en el Imperio Romano. Se utilizaron para marcar la frontera imperial en regiones donde no era claramente reconocible a partir de características topográficas como ríos o cadenas montañosas. Entonces z. B. en Germania, Gran Bretaña o Dacia. Las limas germánicas-réticas superiores, en particular, muestran grandes similitudes con las limas sarmatias . La construcción del sistema de murallas sármatas también muestra que su construcción fue planificada y dirigida por ingenieros romanos.
El tipo de construcción de las presas de tierra sugiere que se pretendía hacer más difícil para los pueblos ecuestres nómadas del Período de Migración, que viajaban en su mayoría a caballo y en carro, para penetrar las áreas rodeadas por las murallas, pero probablemente no lo fueron. un serio obstáculo.[16] Los movimientos de tierra también se levantaron para proteger a los Jazygens, un afluente tributario de los sármatas, que también se establecieron en la llanura de Tisza y se suponía que debían proteger a Panonia de antemano contra las incursiones de los godos y los gépidos que vivían en la parte superior de Tisza. El Limes Sarmatiae sirvió principalmente como zona de amortiguamiento y para aliviar el Danube Limes, así como el llamado Muro de Constantino en la actual Valaquia, que a su vez se unió a Limes en Moesia. Sin embargo, el Muro de Constantino fue invadido a finales del siglo IV y abandonado por los romanos.
Ver también
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