Kalasasaya – El calendario de Tiwanaku
Subcategoría: Calendario astronómico.
Antecedentes (Artículo de J M. Allen)
En el año 2000, estando en Tiwanaku con el Discovery Channel que filmaba “La Atlántida en los Andes”, me acompañaba Oscar Corvison, un arqueoastrónomo boliviano que me dio su propia interpretación del calendario de Tiwanaku calculando sobre une base de calculo vigesimal (20).
Arriba a la izquierda, La Puerta del Sol con el calendario detrás. La flecha muestra la posición del pilar faltante.
Arriba a la derecha Oscar Corvison nos muestra el pilar faltante en el terreno detrás
Oscar me explicó que el calendario de Tiwanaku no era la Puerta del Sol, sino que lo era un muro que se encuentra en nuestros días a un lado de la Puerta del Sol, dentro de lo que se llama el patio “Kalasasaya”. Una de sus principales preocupaciones era que durante la reconstrucción del muro situado al oeste del Kalasasaya, una de las grandes piedras que había formado parte del calendario en el pasado no fue restaurada, había quedado tumbada en el suelo a unos cientos de metros al oeste del muro.
Vista sobre el muro reconstruido, se puede ver la posición del pilar faltante, justo detrás de la persona que aparece corriendo.
El Kalasasaya como era en tiempos en que escribía Posnansky. El muro hoy existente ha sido restaurado en los años 1960 con la incorporación de piedras levantadas.
La puerta de piedra que se encuentra en nuestros días dentro del Kalasasaya es llamada ‘La Puerta del Sol’ y según Arthur Posnansky que pasó gran parte de su vida estudiando el sitio, ” Kalasasaya ” significa sencillamente ‘piedras levantadas’. Cuando empezaba sus investigaciones en Tiwanaku alrededor de 1904, los pilares de piedra mostraban una apariencia más parecida a un ‘Stonehenge’, no había muro tal como existe hoy. En los años 1960 en el marco de un proyecto de reconstrucción se suponía que una gran parte del muro fue robado y se rellenaron los espacios entre los pilares con vista a formar un muro. Se desplazó la Puerta del Sol a su posición actual dentro del Kalasasaya acercándola al muro calendario, y solo 10 de los pilares gigantes se mantuvieron allí. El pilar once faltante está ahora acostado en un terreno cercano boca abajo a unos 229 metros hacia el oeste. Según Oscar Corvison, el investigador boliviano que estudió el sitio, los once pilares representaban la división del año en períodos de 20 (Corvison 1996). Esto parece mucho más lógico, ya que si hacemos cálculos partiendo del pilar central (que representa el equinoccio) y vamos hacia la derecha hasta el último pilar (que representa el solsticio de invierno), luego volvemos hacia el centro para ir hacia la izquierda hasta el último pilar (que representan el solsticio de verano), luego de nuevo hacia el centro para llegar a un total de 20.
Vista general de los pilares. El sol sigue su avance como lo muestran las cifras de 1 à 20.
Los frisos que aparecen en los bajos de la Puerta del Sol nos muestran como seguir la órbita del sol alrededor de los pilares, contando en veinte
Así es como funciona. En el centro del patio de Kalasasaya, se encuentra un gran bloque de piedra del que se dice que fuera el punto original de observación. Desde ese punto, se podía ver el sol en el horizonte por arriba de los pilares cada noche. Cuando el sol se instalaba en el pilar central, sería el 22 de septiembre y empezaría la primavera. Cuando el sol llegará al pilar siguiente a la izquierda, habría pasado una vigésima parte del año y así hasta alcanzar el último pilar de la izquierda un cuarto de año más tarde el 21 de Diciembre que marca el solsticio de verano. (Las estaciones son inversas en el hemisferio sur).
El sol empezaría entonces a desplazarse hacia el centro, alcanzado aquí otro cuarto de año más tarde el 22 de marzo, marcando el equinoccio de otoño, luego seguiría a la derecha, alcanzando el pilar del final el 21 de junio llegando el solsticio de invierno y el comienzo del nuevo año aymará (el gran festival del Inti Raymi cuando aparece el sol para “stand still”) y volviendo de nuevo al pilar del centro un año más tarde el 22 de Septiembre siguiente para marcar el comienzo de otra primavera. (Se agradece la explicación a Oscar Corvison).
Arriba, reconstrucción mostrando el pilar restaurado.
Esta imagen de satélite muestra el patio del Kalasasaya con el muro calendario al oeste y la piedra de observación marcada.
Parece que Posnansky consideró la fila de pilares como un calendario basado en un mes de 30 días – probablemente porque aparecían en la Puerta del Sol 30 pequeñas figuras llamadas Chasquis – y llegó a la conclusión que el año solar de 12 meses se usaba con el sol mostrándose a través del espacio existente entre los pilares cada mes. Pero existe un problema con eso: con once pilares, solo tenemos 10 espacios, no 12…
Para que se puedan contar 12 meses en este tipo de calendario, hubiese sido necesario construir 13 pilares, no once y recientemente se ha descubierto una fila de 13 torres en Perú. De acuerdo con el sistema mencionado, esto representaría un año dividido en 24 y correspondería a 12 meses solares, lo que sugiere que el antiguo calendario fue reformado más tarde en 12 meses de 30 días y esto puede haber llevado a conclusiones erróneas a algunos estudiosos en su intento por entender el calendario andino original.
La animación muestra como el sol llegaría progresivamente a los distintos pilares, calculando por 20
Posnansky tenía que haber prestado mejor atención a una de sus propias notas, en sección E, nota 78 de su libro “Tihuanacu, la cuna del Hombre americano” donde menciona una historia del siglo 16 en Perú y dice : ‘Dividieron el año en 12 meses por las lunas. Cada luna o cada mes tenía ya una marca o un pilar alrededor de Cuzco, donde llegaba el sol cada mes.’ (Ondegarda 1571)
Se dice que los Incas fueron el pueblo del sol, mientras que los Aymará serían el pueblo de la luna; y me pregunto si en realidad, los pilares pudieran haber sido un calendario soli-lunar ya que lo que llamamos el ciclo ‘Saros’, de eclipses lunares se repite cada 20 años ‘Incas’ y cada 20 ‘años Inca’ de 12 meses de 27.32 días es muy similar a los 18 años solares de 365.24 días (Allen 1998 y Aveni 1990). El pueblo que construyó Tiwanaku fue anterior a los Incas y posiblemente hasta anterior a los propios Aymaras. Por otra parte, si se usó para fines agrícolas, puede haber sencillamente marcando los solsticios de invierno y de verano con el pilar correspondiente o espacio entre los pilares marcando el regreso del sol para el tiempo indicado para la siembra. Posnansky pensó que esto era la finalidad del calendario en un primer momento.
Aunque Corvison estuvo en lo cierto al identificar el uso del calendario solar basado en divisiones de 20, (y esto no debería ser una sorpresa ya que ambas civilizaciones azteca y maya usaban un calendario basado en 20) y no parece haber considerado tampoco la posibilidad de que fuera un calendario lunar.
Cuando el sol cruza por el centro hacia el primer pilar, 1/20 del año solar ha transcurrido con un mes de 18 días contando un año de 360 días. Los 5¼ días restantes se “pierden” cuando el sol se queda quieto a cada final del calendario.
Cuando el sol ha cruzado 1½ pilar, habrá pasado un mes lunar sideral.
Basándonos en esta teoría, cuando el sol alcanzara el primer pilar, habría transcurrido 1/20 del año solar que corresponde a 18.26 días. Cuando alcanzara medio camino hacia el pilar siguiente, habría transcurrido al menos la mitad otra vez, lo que añadido al primer cálculo significa que habrían pasado 27.39 días – virtualmente un mes lunar sideral – cada pilar y medio se añadiría otro mes sideral y si continuamos el proceso, llegaríamos de nuevo al pilar central y habrían pasado 13 meses lunares siderales y un tercio (o divisiones), completando así un año solar y marcando fines duales, un calendario soli-lunar.
Arriba, El friso labrado en la Puerta del Sol representa los once pilares del muro calendario. Cada pilar marca la posición de la puesta del sol en un 1/20mo de la órbita de la Tierra, y un mes lunar sideral corresponde a la distancia que existe entre un pilar y medio representando 3/40mos de la órbita. Dibujo de J.M. Allen según la interpretación de Oscar Corvison del sistemal vigesimal con la iinterpretación adicional de J.M. Allen.
Ahora me pregunto si esto puede estar relacionado de alguna manera con el ciclo Saros y ya que se necesitan 13 meses lunares siderales y un tercio en darle la vuelta a las piedras del calendario para completar una “vuelta” y volver a un año entero, ¿cuántas vueltas harían falta para completar el ciclo Saros?
Si se dan tres vueltas alrededor de los pilares, llegará el sol al pilar central, representando 40 meses lunares siderales y ya que cada vuelta alrededor de los pilares equivale a un año solar, la suma de 18 “vueltas” alrededor de los pilares completarían el ciclo Saros; el sol regresaría de nuevo al pilar central y el ciclo volvería a comenzar una y otra vez!
Quizá por eso los Amautas (matemáticos) de los Aymará, pensaban que habían descubierto el calendario más perfecto del mundo. ¿Podría ser este el calendario de Atlantis? Algunas personas pensaron así (Corvison 1996), pero sin descubrir que el Altiplano era Atlantis.
Además de contar el año inca con 12 meses lunares siderales (328 días), el calendario representa también un año de 360 días así como un año de 365.24 días. ¿Cómo pudo haber sido? Veamos : desde el centro hasta el centro de los pilares finales, se toma como 360 días (contando desde un final y volviendo de nuevo) entonces la distancia desde el exterior hacia el exterior del pilar opuesto (volviendo de nuevo) representaría 365.24 días. De este manera, el calendario podría hacer que se sobrepusiera el calendario solar con el calendario lunar, los cinco días y cuarto extra “se pierden (ver)” cuando el sol alcanza los pilares finales y aparece para quedarse quieto un rato antes de volver hacia la dirección opuesta. Cada división de un pilar a otro constituiría 18 días, lo que se podría dividir en grupos de 2 x 9 días.
Tal parece que en los Andes, se usaba un periodo de trabajo de seis semanas de nueve días, lo que por consiguiente correspondería a tres divisiones del calendario muro y serían dos meses lunares siderales.
Se decía que la llave del calendario estaba construida en la Puerta del Sol, que hoy se encuentra cerca del muro de pilares del Kalasasaya y puesta allí cuando se restauró el Kalasasaya. La Puerta consiste en un bloque gigante de piedra con una puerta cortada en la mitad inferior y una decoración muy elaborada en la parte superior. En el centro de esta decoración, vemos la representación del dios “que llora” – probablemente Viracocha – y en sus manos lleva dos báculos, que parecen ser báculos para matemáticas o mediciones, y aunque el resto del monumento es simétrico, los báculos son distintos. El de la mano derecha tiene dos conjuntos de tres círculos y el de la mano izquierda tiene dos líneas verticales encima de tres círculos. En nuestros días, ¿Quién sería capaz de leer el monumento?
La parte superior de la Puerta del Sol muestra la llave para leer el calendario
En la parte alta, a cada lado hay tres filas de figuras tipo iconos llamados ‘chasquis’ – mensajeros de los dioses – cada fila tiene ocho chasquis, pero se piensa que los tres del exterior se usaban como continuación en los muros a cada lado de la Puerta que actualmente ya no existen. Están dispuestos como sigue : a cada lado de la figura central, hay dos bloques con tres filas de cinco cada uno. Se puede ver también que dos filas de 2 x cinco de los chasquis hacen veinte con rostros mirando hacia adelante y una fila de dos x cinco chasquis hacen diez chasquis con cabezas de cóndor mirando hacia arriba.
El friso con once iconos representa el muro de los once pilares
Debajo de estos chasquis, hay una fila continuada de iconos más pequeños dispuestos de tal manera que once de ellos destacan de los demás. Podemos pensar que estos once representan los pilares del calendario. Se ha creído de manera errónea que como los chasquis en las filas horizontales superiores son quince a cada lado (sin contar los exteriores) que el total de treinta chasquis representa un mes de 30 días considerando que un año solar de 360 días dividido por 12 meses sería un mes de 30 días. Sin embargo, como lo hemos mencionado más arriba, el calendario está dividido en 20, lo que daría divisiones solares de 18 días. Recordemos que, en los Andes, los periodos laborales eran de 18 días.
La gente no puede ver el número correcto de chasquis en el friso de la Puerta del Sol por una razón : los once chasquis en fila representan una órbita circular o elíptica, por lo que los dos chasquis del final representan los solsticios cuando el sol alcanza las puntas de la órbita, pero los otros nueve chasquis ocultan otro chasqui detrás de ellos por así decirlo (si se mira la órbita en un plano), entonces el total de dos chasquis del final más 18 ‘dobles’ chasquis hacen 20 .
Además de los chasquis del final, cada chasqui oculta un doble detrás de si, lo que representa la misma posición en el otro lado de la órbita.
Esto se va claramente en el friso donde hay como un camino marcado alrededor de los chasquis que nos dice de dar vueltas alrededor del calendario en una órbita; además hay 20 símbolos de cabeza de cóndor por pares en la parte alta del friso, y 20 símbolos de cabeza de cóndor en la parte baja del friso por pares, que nos dice que contemos por veinte y cuarenta.
En el friso, se ven cuarenta cabezas de condores en dos filas de veinte, lo que indica que el calendario se basa en divisiones de veinte.
Muchos han pensado de manera errónea que la Puerta del Sol era el calendario, pero no es así. Las piedras de los pilares construidos dentro del muro oeste son el calendario y podría ser entonces que los chasquis nos dicen como operar el calendario.
En lugar de leer de manera horizontal, leamos verticalmente. Parecen decirnos: ‘cuenten por bloques de tres’. Pero ¿bloques de tres qué? Al estudiar como operan las piedras en el muro, descubrimos que cada pilar y medio representaba un mes lunar sideral. Por lo tanto, cada media división entre los pilares representaba un cuarentavo parte del año o la tercera parte de un mes lunar sideral, siendo el propio mes la unidad primaria. Ahora bien, en la Puerta del Sol hay un total de 48 iconos chasquis que podrían representar 48 meses lunares siderales. Tahuantinsuyo, el Imperio de los Incas era ‘la tierra de las cuatro partes, o cuatro divisiones’ por lo que si dividimos los 48 chasquis por 4, nos da 12 chasquis – es decir 12 meses lunares siderales – que era el año inca lunar de 328 días. A su vez, 328 días divididos por 4 nos da los 82 días (tres meses), cuando al final de ese periodo la luna se hacía visible frente al mismo grupo de estrellas y creo que ese es el mensaje de los chasquis – como hacer funcionar al calendario
Si se encontraran los origines del calendario en Tiwanaku, entonces se habría construido también en la Puerta del Sol que da las claves para entender como opera el calendario de Tiwanaku.
Mucha gente ha estudiado los iconos que aparecen sobre la Puerta del Sol en Tiwanaku e intentaron relacionarlos con un calendario. Los iconos son llamados “chasquis” o Mensajeros de los Dioses y como son quince a cada lado, algunos han pensado que representaban un día de 30 meses de un año solar de 12 meses. Pero como ya lo hemos visto, este calendario en Tiwanaku no está basado en una división del año solar en doce sino en veinte, y esto está representado en los once iconos más pequeños que forman el friso de la parte inferior representando los once pilares en la parte oeste del Kalasasaya que es el calendario verdadero. Si se cuenta desde el icono central o el pilar exterior hacia la derecha, luego pasando el icono central hacia la izquierda, y de nuevo hacia el centro, habremos contado efectivamente en divisiones de veinte y seguido el camino del sol durante un año.
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