Las esferas de Nueva Zelanda
Unos meses después, en abril de 1972 habían caído en la localidad de Ashburton, Canterbury, South Island, Nueva Zelanda, cuatro esferas metálicas con letras del alfabeto cirílico. Por eso los periodistas dijeron que pertenecían a un satélite artificial de los soviéticos. (Casos 92 a 95)
A la 1 de la mañana del 3 de abril, se escuchó una fuerte explosión. Horas después aparecieron desperdigadas en un radio de unos 16 kilómetros una de la otra, cuatro bolas de una aleación de titanio. Las esferas pesaban unos 13.6 kilogramos y medían unos 38 centímetros de diámetro. Dejaron unos huecos quemados, pero nadie resultó herido.
Las esferas fueron encontradas por varios granjeros de la localidad. Uno de ellos, John Lindores, se sorprendió al encontrar dos de las bolas en su potrero. Cuando las encontró pensó que alguien le estaba jugando una broma. Avisó a sus vecinos y alguien dijo que podrían ser radiactivas. Luego llamaron a la policía.
Un tercer objeto esférico cayó en un club hípico.
Se ordenó a los guardias rurales que estuvieran alertas por si aparecían más, para tratar de recuperarlas. Después de varios días de una búsqueda infructuosa, finalmente el 8 de abril el guardia rural Jack McClure, al realizar un patrullaje por esa zona desértica, encontró una y la entregó a las autoridades.
Se dijo que el 23 de junio de 1972 se encontró otra esfera en Nueva Zelanda. Esta mostraba una abertura en uno de sus lados. Algunos ufólogos, incluyendo el mexicano Jaspersen, dijeron que fueron casi 50 las esferas que cayeron en Nueva Zelanda, cubriendo un radio de unos 80 kilómetros. Se dijo que estaban fabricadas de Cadmio, Bario, Remio (sic) y Níquel. (Caso 96)
Seguramente estas esferas sí eran extraterrestres, ya que estaban construidas con Remio, un elemento que pertenece a la familia de la Krypyonita y del elemento 115 de Bob Lazar, de los que nunca se ha sabido que existan en estado natural en la Tierra. ¿O acaso se trataba de otro de los vocablos pseudocientíficos a los que nos tienen acostumbrados los ufólogos?
En ese mismo año, sólo que el 28 de junio y a 90 kilómetros de distancia de donde se encontró la primera esfera, unos granjeros hallaron otra igual. Esta fue encontrada en Hakataramea Valley, South Canterbury. (Caso 97)
Originalmente The New Zealand Joint Intelligence Bureau clasificó los hallazgos en el nivel “Restricted”.
Pesaba cinco kilogramos y medía 15 pulgadas de diámetro.
El 12 de julio se encontró la última esfera muy cerca del pueblo de Muloorina o Mullorina (Nueva Gales del Sur). Esta última medía 6 pulgadas de diámetro y pesaba tres kilogramos. Presentaba un orificio de una media pulgada (aproximadamente 12 milímetros). Había una oquedad recubierta con una delgada capa de plomo. (Caso 98)
En 2002 el gobierno de Nueva Zelanda desclasificó la información sobre las esferas caídas en Canterbury en 1972. Desde la caída se había sospechado que pertenecían a la Unión Soviética. Los archivos del Ministry of Foreign Affairs recientemente desclasificados contienen la correspondencia girada entre las autoridades de Nueva Zelanda, la Unión Soviética y los Estados Unidos. The New Zealand Herald publicó parte del reporte de investigación ya desclasificado. Los documentos dicen que las bolas fueron analizadas por los científicos de Nueva Zelanda. Estos científicos encontraron que las esferas eran de origen soviético.
La correspondencia de Sir Keith Holyoake, entonces Ministro de Asuntos Exteriores, concluía que eran, probablemente, recipientes de gas a presión del tipo usado en los cohetes y vehículos espaciales.
De acuerdo con Graeme Beere, antiguo consejero del Ministro de Defensa de Nueva Zelanda, las legislaciones, local e internacional, indicaban que los restos espaciales deberían regresarse a sus legítimos dueños.
En efecto, el Artículo 5 del Agreement on the Rescue of Astronauts, the Return of Astronauts and the Return of Objects Launched into Outer Space, un tratado internacional, indicaba que cualquier acontecimiento de este tipo debía ser reportado al Secretario General de la ONU. Pero Sir Holyoake dijo que los soviéticos formalmente habían negado la propiedad.
Un reporte de la división de tecnología extranjera del US Air Forces Systems Command indicaba que las esferas pertenecían uno de los cohetes que intentaron colocar en órbita la cápsula no tripulada Venus 9. Este intento falló. El 31 de marzo de 1972 la nave se partió en 4 pedazos, dos de los cuales permanecieron en una órbita baja, para finalmente caer a la Tierra. Luego el aparato fue renombrado como Cosmos 428.
Mientras las dos superpotencias discutían la propiedad del objeto, el Club de Ponis de Ashburton solicitó al Gobierno Neocelandés que retirara la pieza debido a que pronto tendrían una competencia.
Como los soviéticos negaron cualquier relación, los objetos quedaron en propiedad de los granjeros que las habían encontrado.
John Lindores, por ejemplo, la mantuvo en exhibición en su sala, pero luego la guardó en un closet cuando pasó la novedad, para finalmente donarla a Jim Chivers, curador del Museo de Aviación de Ashburton, cuando se mudó y vendió su granja.
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