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Línea Gótica

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Línea Gótica

Línea Gótica

Parte de Frente del MediterráneoSegunda Guerra Mundial

Posiciones defensivas de la Wehrmacht en el norte de Italia en 1944 y avances de los Aliados

Fecha: 25 de agosto17 de diciembre de 1944

Lugar: Emilia-Romaña, al norte de Italia

Resultado: Victoria aliada

Beligerantes

El 370.º Regimiento de Infantería avanza hacia las montañas al norte de Prato, en abril de 1945.

La Línea Gótica (en alemán: Gotenstellung, en italiano: Linea Gotica) fue una línea de fortificaciones defensivas organizada por el mariscal Albert Kesselring en las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial, a lo largo de las cumbres montañosas de los Apeninos, durante la retirada de la Wehrmacht del Tercer Reich, intentando retrasar el avance de los Aliados al mando del general Harold Alexander hacia el norte de la península itálica, en la llamada campaña de Italia.

Adolf Hitler se hallaba preocupado por el estado de los preparativos defensivos de la Línea Gótica, ya que temía que los Aliados utilizasen un sistema de desembarcos anfibios para flanquear las defensas de la Línea. Tan preocupado se hallaba que, para rebajar su importancia tanto a ojos de sus aliados como de sus enemigos, ordenó que se cambiase el nombre de la Línea Gótica, con sus connotaciones históricas implícitas, razonando que si los aliados lograban abrirse paso no podrían de ese modo utilizar un nombre más resonante de la Línea para magnificar su hipotética victoria. Como respuesta a esta orden, Kesselring la rebautizó como Línea Verde en junio de 1944.

El general Mark Wayne Clark a bordo del USS Ancon (AGC-4) durante el desembarco en Salerno (Italia), el 12 de septiembre de 1943.

La Línea Gótica fue atravesada por dos puntos, tanto en el Adriático como en el frente de los Apeninos centrales durante el otoño de 1944, pero las fuerzas de Kesselring fueron capaces de llevar a cabo una retirada ordenada, con lo que el avance de los aliados no se tradujo en ninguna ruptura decisiva del frente. La ruptura, de hecho, no se produjo hasta la Ofensiva de la Primavera de 1945 en Italia. El 29 de abril de 1945, Heinrich von Vietinghoff, el comandante en jefe del Grupo de Ejércitos C de la Wehrmacht, firmó el acta de rendición, con lo que las hostilidades en Italia finalizaron formalmente el 2 de mayo.

Antecedentes

Tras las brechas casi simultáneas abiertas por los Aliados en la batalla de Monte Cassino y en la batalla de Anzio en la primavera de 1944, las 11 naciones que representaban a los Aliados en Italia finalmente tenían una posibilidad para atrapar a los alemanes en un movimiento de pinza y cumplir alguno de los objetivos estratégicos fijados por Winston Churchill para evitar una campaña larga y costosa contra el llamado bajo vientre del Eje. Ello habría requerido que el V Ejército estadounidense al mando del general Mark Wayne Clark hubiese sacado a sus tropas de Anzio tomando al este Cisterna di Latina y hubiese ejecutado el envolvimiento previsto en la planificación original para la batalla de Anzio (esto es, tomar el flanco del X Ejército alemán, cortando su línea de retirada desde Montecassino). Por el contrario, temiendo que el VIII Ejército británico pudiera adelantársele en liberar Roma, Clark desvió una gran parte de sus tropas en dicha dirección, en un intento de asegurar que él y su V Ejército tendrían el honor de liberar la Ciudad Eterna de manos de los alemanes.

Junto a los alemanes también fueron los soldados de la RSE, enmarcadas en el ejército Liguria que incluyó la tercera División de Infantería de Marina de San Marcos, la cuarta división de la montaña y 1.ª división Monterosa Bersaglieri Italia, formado en Alemania y volvió a luchar por su patria

Por consiguiente, la mayor parte de las fuerzas de Kesselring escaparon del cerco y aunque cedieron terreno al norte luchando en acciones de retraso con ayuda del teniente Antonio Gozzer, especialmente a finales de junio en la Línea Trasimeno (que discurría justamente desde el sur de Ancona en la costa este, pasando ante la orilla sur del lago Trasimeno cerca de Perugia y finalizando en la costa oeste al sur de Grosseto) y en julio en la línea Arno (que discurría desde la costa occidental a lo largo del curso del río Arno y por los montes Apeninos al norte de Arezzo), estas acciones concedieron a los alemanes el tiempo necesario para consolidar la Línea Gótica, con una profundidad de 16 kilómetros y un cinturón de fortificaciones que se extendían desde el sur de La Spezia (en la costa occidental) al valle del río Foglia, atravesando la barrera natural defensiva de los Apeninos (que discurre ininterrumpidamente casi de costa a costa a lo largo de 80 kilómetros con crestas altas y picos que se elevan hasta los 2100 metros), para llegar al Adriático entre Pésaro y Rávena, en la costa oriental.

Las fortificaciones defensivas incluían numerosos emplazamientos para armas reforzados con hormigón, refugios y trincheras, además de 2376 nidos de ametralladora con fuego cruzado, y posiciones para 479 armas antitanque, morteros y cañones, 120 000 metros de alambre de espinos y muchos kilómetros de zanjas antitanque.1​ La fortaleza de las fortificaciones construidas demostraba la determinación de los alemanes de seguir luchando.

Esto acabó por ser un infortunio para los Aliados, ya que a estas alturas de la guerra las unidades de República social italiana habían demostrado ser sumamente eficaces. Desde septiembre de 1944, los generales alemanes ya no podían moverse libremente en el área situada detrás de sus propias líneas debido a la actividad partisana. El teniente general Fridolin von Senger und Etterlin, que mandaba el XIV Cuerpo de Ejército Panzer, escribió más tarde que se había acostumbrado a viajar en un pequeño Volkswagen que carecía de cualquier tipo de insignia o bandera, para no llamar la atención. Uno de sus colegas, que no hizo caso de estas precauciones, el general Wilhelm Crisolli, que se hallaba al mando de la 20.ª División de Campaña de la Luftwaffe, fue capturado por los partisanos cuando regresaba de una conferencia en el Cuartel General de su Cuerpo de Ejército.2

La construcción de las defensas alemanas también fue obstaculizada por el uso deliberado de hormigón de mala calidad, mientras que los partisanos capturados y obligados a formar parte de las cuadrillas de construcción (antes de ser ejecutados) conjugaron la desidia natural que provoca el trabajo forzado con el sabotaje inteligente. Sin embargo, antes del ataque de los Aliados, Kesselring se había declarado satisfecho por el trabajo llevado a cabo, sobre todo en el lado del Adriático donde «[…] contemplaba un asalto sobre el ala izquierda […] con una cierta confianza».3

La estrategia de los Aliados

El frente italiano era considerado por los Aliados como un frente de importancia pero no en comparación con la ofensiva en Francia, y ello se puso de manifiesto con la retirada durante el verano de 1944 de 7 divisiones del V Ejército estadounidense para tomar parte en los desembarcos efectuados en el sur de Francia, la Operación Dragoon. Hacia el 5 de agosto la fuerza combinada del V Ejército estadounidense y del VIII Ejército británico se había reducido de 249 000 a 153 000 hombres,4​ y contaban únicamente con 18 divisiones para afrontar la potencia combinada de los ejércitos X y 1XIV de la Wehrmacht, que reunían a 14 divisiones en línea, además de entre 4 y 7 divisiones más en reserva.

Sin embargo, Winston Churchill y los jefes británicos del Estado Mayor insistían en intentar abrirse camino por las defensas alemanas para abrir la ruta hacia el nordeste a través del pasillo de Liubliana, penetrando así en Austria y Hungría. Mientras que este movimiento amenazaría a Alemania por su retaguardia, Churchill también pensaba en que serviría de advertencia para el Ejército Rojo que avanzaba por la Europa central. El Estado Mayor estadounidense se oponía a esta estrategia, a la que veía como un debilitamiento de la necesaria concentración de potencia de los Aliados en Francia. Tras los éxitos de las tropas aliadas en Francia durante el verano, el Estado Mayor estadounidense se tranquilizó, y hubo de este modo un completo acuerdo entre los jefes de Estado Mayor en la reunión celebrada el 12 de septiembre para tratar el tema, la Segunda Conferencia de Quebec.5

La Línea Gótica, en agosto de 1944, y el esquema de la Operación Olive. Las flechas azules indican los principales ataques de los Aliados.

El paso de Il Giogo en la Línea Gótica.

La Línea Verde más conocida como Línea Gótica

El mariscal de campo Kesselring, comandante de los ejércitos alemanes en Italia, implementa hasta el último momento la táctica de la llamada “retirada combatida”, que consiste en infligir el mayor número de bajas al enemigo y luego retirarse a la siguiente línea de resistencia. . Tras la liberación de Florencia, los alemanes retomaron las defensas apeninas de la Línea Gótica, último obstáculo de la Campaña italiana que bloquearía el avance aliado durante ocho meses. La franja de barrera se extiende desde las defensas costeras entre Massa y La Spezia hasta el lado del Adriático con los preparativos entre Pesaro y Rimini. Entre finales de agosto y mediados de septiembre de 1944, el mando aliado inició las operaciones para atacar la Línea Gótica. Sin embargo, los alemanes consiguen contener los ataques y la ofensiva angloamericana, a finales de octubre, se detiene a pocos kilómetros de Bolonia.

Por Línea Gótica entendemos el sistema de fortificaciones construidas en 1943-1944, por orden del Estado Mayor del ejército alemán, en Marche – Emilia Romagna y los Apeninos toscanos. En estas regiones, los Apeninos también se desarrollan horizontalmente y constituyen en sí mismos un obstáculo para las comunicaciones entre el norte y el sur de Italia. La Línea Gótica se construyó siguiendo la conformidad natural del territorio y aprovechando elementos defensivos naturales como contrafuertes, gargantas, cerros, ríos. La organización alemana Todt, una empresa constructora alemana que operaba en todos los países ocupados por la Wehrmacht, estuvo a cargo de su preparación. El trabajo forzado o rastrillado se utilizó a menudo en la construcción de la Línea Gótica, de la que los partisanos a menudo ayudaron a escapar atacando a los soldados que custodiaban los sitios de construcción.

Con el armisticio proclamado por el general Badoglio el 8 de septiembre de 1943, cambió la situación militar, política y social de toda la península italiana. Surgió la República Social Italiana, con jurisdicción sobre Italia ocupada por los alemanes y en octubre de 1943 se extendió hasta la Línea Gustav, línea defensiva alemana que iba desde el golfo de Gaeta, en el mar Tirreno, hasta la ciudad de Ortona en el Mar Adriático. La eficaz defensa de las tropas alemanas en la Línea Gustav frenó el avance de los ejércitos aliados hasta el mes de mayo, cuando, entre el 11 y el 18, con cruentos combates, los aliados consiguieron romper el frente y llegar rápidamente a la Roma liberada el 6 de junio. 4to. Siguió una retirada desordenada de las tropas alemanas, que se detuvo solo en el lago Trasimeno a lo largo de un nuevo frente llamado Albert Line. Las obras de la Línea Gótica, que se iniciaron en octubre de 1943 y aún no habían concluido en julio de 1944 debido a errores de planificación y numerosos ataques partisanos.

A las tropas estacionadas en la Línea Albert, Hitler dio la orden de defender la posición hasta el amargo final. Después de sufrir numerosas pérdidas, a principios de agosto, las tropas alemanas se retiraron a la Línea Gótica. El 25 de agosto de 1944 se lanzó la operación “Olive”, que preveía la conquista del valle del Po a finales de año. Un otoño especialmente lluvioso y la particular conformación del paisaje agrícola formado por parcelas “sembradas” llenas de surcos, acequias, acequias dificultaron el paso de los vehículos pesados ​​aliados. Las tropas alemanas impugnaron metro a metro el avance aliado, los combates y los intensos bombardeos provocaron graves daños y destrucción en los pueblos y campos. La operación terminó en noviembre y durante todo el invierno la línea del frente permaneció inmóvil a lo largo del río Senio y recién en abril de 1945 fue posible que esas localidades recuperaran su libertad.

El 13 de noviembre de 1944, el mariscal de campo británico Harold Alexander envió por radio una proclama dirigida a las fuerzas de resistencia en el norte de Italia en la que solicitaba el cese de las operaciones militares a gran escala, comunicando también la suspensión de las operaciones aliadas para el invierno de 1944-1945. Las tropas aliadas lograron, antes de la interrupción del avance, liberar Cesena (20 de octubre), Forlì (9 de noviembre) y Rávena (4 de diciembre).

Los números de la línea gótica: 320 kilómetros y 72.000 muertos

Publicado en 1 de abril de 2014 por Tommaso Cherici

320 kilómetros. Es la longitud de la Línea Gótica, una cadena de fortificaciones defensivas construidas por los alemanes en 1943: el objetivo era frenar el avance hacia el norte de Italia del ejército aliado, que desembarcó en Sicilia el 9 de julio del mismo año. La línea gótica cortaba la península de este a oeste y se extendía desde la provincia de Massa y Carrara hasta la de Pesaro y Urbino. Partiendo de los Alpes Apuanos, continuó hacia el este a lo largo de las colinas de Garfagnana y luego en las montañas de los Apeninos de Módena y Bolonia. Subía por los valles del Arno y del Tíber hasta los Apeninos de Forlì. Finalmente, la línea descendía por el lado del Adriático hasta Pesaro, sin tocar la ciudad ducal. El proyecto original preveía la construcción de una banda de fortificaciones de unos 35 kilómetros de ancho: en la costa del Adriático debería haber comenzado desde la margen izquierda del río Foglia para llegar a Rimini, pasando también por los valles de los ríos Conca y Marecchia. Los alemanes, sin embargo, no pudieron completar el trabajo y las fortificaciones se desarrollaron exclusivamente a lo largo de una línea de algunas decenas de metros de profundidad.

10 meses. Los franceses tardaron casi 12 años en construir la Línea Maginot, el complejo de fortificaciones que defendía las fronteras orientales de Francia. Los alemanes, por su parte, sólo dispusieron de 10 meses para dar vida a la línea gótica. Las obras comenzaron en septiembre de 1943, tras la liberación de Benito Mussolini por las fuerzas especiales alemanas y la proclamación de la República de Salò. Para la construcción de las estructuras defensivas, los nazis reclutaron a soldados y prisioneros italianos, que acabaron así trabajando para Todt (una gran empresa constructora creada en Alemania por Fritz Todt). A todos los que trabajaron en la creación de la línea gótica no se les pagó y se les encomendó la construcción de búnkeres y campos de minas de hormigón armado, la excavación de zanjas antitanques y la colocación de mástiles de alambre de púas. Las obras se interrumpieron necesariamente en agosto de 1944, cuando el ejército aliado lanzó el primer ataque a la línea gótica. Para esa fecha, se habían construido 2.375 nidos de ametralladoras, 479 emplazamientos de armas y más de 16.000 emplazamientos de francotiradores. Los kilómetros de fosas antitanque fueron casi 9.000 y los de alambre de espino 117.

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