Los Almendres
Subcategoría: Círculos de piedras.
La zona de Extremadura (España) y el Alentejo (Portugal) reúne una enorme cantidad de sitios arqueológicos megalíticos de entre 5 y 6.000 años de antigüedad. Sólo en los alrededores de la capital alentejana de Évora se han contabilizado más de 150 monumentos megalíticos.
El camino que sale desde Evora hacia Lisboa, nos mete de lleno en el paisaje del Alentejo. A unos 10 kilómetros (tomando la ruta N114, no la autovía) se llega a la intersección del camino que, después de unos 15 kilómetros pasa por el emplazamiento del Menhir.
El acceso es peatonal y a través de una finca privada. Se trata de una losa tumbada y rectangular de poco más de 1 metro de largo. Hay opiniones que dicen que es un afloramiento natural, y no me extrañaría ya que en la ruta se ven muchos grupos de rocas naturales.
Pero un poco más adelante, ya cuando uno piensa en dar media vuelta y volverse, se llega al Cromlech de Los Almendres. El mayor conjunto de dólmenes y menhires de la Península Ibérica. Aquí no caben dudas: alguien, hace aproximadamente 6.000 años, trabajó estas rocas y las alineó voluntariamente siguiendo un patrón determinado. Tiene varios recintos, uno de ellos formado por tres círculos de menhires y de unos 18 m de diámetro, y otro ovalado, de 43,6 m de eje mayor por 32 m de eje menor.
Unos 98 megalitos de entre 1 y 2 metros de altura visible (ya que están “incrustados” en la tierra) dibujan una especie de ovalo orientado de Este a Oeste, de unos 80 metros de largo por unos 40 de ancho. Forman dos elipses concéntricas y muchos menhires tienen figuras labradas (círculos y “ondas”).
Se trata de construcciones de carácter religioso-funerario y/o político-social y parece que se utilizaba como observatorio astronómico prehistórico, para determinar las salidas del Sol y la Luna en las diferentes estaciones del año, especialmente en los equinoccios de primavera y otoño y en los solsticios de verano e invierno”.
El camino hacia el emplazamiento del cromlech, nos permite ver de cerca el típico paisaje alentejano: el alcornocal. Un bosque seco de tierra y corteza rojiza donde el protagonista indiscutible es este árbol generoso. Kilómetros y kilómetros de infinitos bosques de alcornoques (Quercus suber) que esperan su turno para la recolección del corcho. El 50% de la producción mundial de corcho proviene de Portugal.
El mayor conjunto de dólmenes y menhires de la Península Ibérica se encuentra en las tierras portuguesas de la región del Alentejo (“Allende el Tajo”), y especialmente en los distritos de Portalegre y Évora, limítrofes con la Extremadura española, con la que comparten, entre otras muchas cosas (pues en pocos lugares la frontera es más política que por aquí), la abundancia de monumentos megalíticos.La profusión de monumentos megalíticos en estas tierras portuguesas así como en Galicia y en la Extremadura española ha llevado a algunos a hablar de un circuito megalítico atlántico.
La dispersión de megalitos en estas tierras es tal que, por poner un ejemplo, sólo en los alrededores de la capital alentejana de Évora (destacable por tantos otros motivos patrimoniales y no patrimoniales) se han contabilizado más de 150 monumentos megalíticos. Y su singularidad es tal que entre ellos tenemos el dolmen más grande de Portugal (Anta Grande do Zambujeiro, en Évora), el menhir más alto de la Península Ibérica (Menhir da Meada, en Castelo de Vide) y el ejemplo más claro y sobresaliente de cromlech de toda la Península (Cromlech de Almendres, también en Évora).Las antas y parte la cultura megalítica gallega eran túmulos de los que las piedras son el esqueleto de una estructura que estaba cubierta de arena.(celtiberia.net)
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