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Muralla de Cartagena de Indias

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Muralla de Cartagena de Indias

Es la fortificación más completa de América del Sur

Descripción

Tipo: Fortificación

Localización: Cartagena de Indias,  Colombia

Uso inicial: Defender a la ciudad de los ataques de corsarios y piratas

Uso actual: Atracción turística

Datos de su construcción

Inicio: Finales del siglo XVI

Premios: Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

La Muralla de Cartagena de Indias fue construida para la defensa de la ciudad, se inició a finales del siglo XVI después del ataque del legendario Sir Francis Drake. La fortificación es la más completa del continente América del Sur y una de las mejores y bien conservadas murallas de las ciudades amuralladas del mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Antecedentes

Cartagena de Indias, la quinta ciudad de Colombia por tamaño, está situada a orillas del mar Caribe. Desde su fundación en 1533, y durante toda la época colonial española, fue uno de los puertos más importantes de América. De allí salían las mayores riquezas que la Corona Española precisaba para el mantenimiento de aquella gigantesca empresa conquistadora, por rutas marítimas que terminaban en los puertos españoles de Cartagena, Cádiz y Sevilla. El puerto de Cartagena fue cobrando importancia gracias a su bahía protegida por los militares españoles, la construcción de los fuertes y murallas y a su cercanía con la ciudad de Panamá otro puerto español importante.

La ciudad de Cartagena fue asaltada numerosas veces por piratas y tropas inglesas, francesas y holandesas. Por esta razón el Rey Felipe II encomendó la misión al mariscal de campo Luis de Tejada y al ingeniero italiano Bautista Antonelli construir 11 km de murallas y fuertes que sirvieran de defensa a la ciudad.

La necesidad de protegerse de sangrientas incursiones, como la protagonizada por el inglés Francis Drake en Bocagrande, con la que quedaba en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad, obligaron a la corona a ejecutar esta monumental construcción. Ya durante su edificación, de nuevo un inglés, Edward Vernon, protagonizó una épica lucha, cuando en 1739 intentó invadir Cartagena en compañía de 23 mil hombres y con una flota de 180 barcos. A pesar de que el cordón amurallado aún no estaba terminado, la ciudad pudo resistir y salir victoriosa de manera heroica con únicamente 5000 hombres y 6 naves.

Los recintos de la muralla tenían también la función de separar a la gente rica y a la gente pobre que podía solamente entrar para venir a trabajar en la ciudad. Las murallas son complementadas por fortalezas sobre la costa como el fuerte de San Sebastián del Pastelillo y el Fuerte de San Fernando de Bocachica.

Construcción

Su construcción se llevó a cabo en etapas, comenzando en 1586 Bautista Antonelli, un ingeniero italiano al servicio de la Corona Española y luego vendría en 1608 Cristóbal de Rodas Antonelli, sobrino de Antonelli quien fortificaría casi toda la parte de la ciudad que da al mar abierto.

Se construyó un conjunto de baterías armadas con cañones, del que hoy en día solo quedan once kilómetros debido a que gran parte se demolió durante el proceso de expansión que experimentó la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Un sistema de zonas permitía resguardar la ciudad dividida en cinco barrios: Santa Catalina con la catedral y numerosos palacios estilo andaluz; Santo Toribio, donde vivían los comerciantes y la pequeña burguesía; La Merced, donde se ubicaba el cuartel del batallón fijo; San Sebastián, barrio de viviendas modestas de un solo piso y, por último, el arrabal de Getsemani, barrio de artesanos y trabajadores del puerto.

Entre 1595 y 1597, el gobernador Pedro de Acuña construyó un cinturón de paredes y defensas, bajo los planes de Baustista Antonelli, con el fin de dar a la ciudad un aspecto más urbano. Sin embargo en 1614, bajo la dirección del ingeniero Cristóbal de Rodas Antonelli, se reanudaron las murallas.

De 1631 a 1633 le tocaría el turno a Francisco de Murga fortificando todo el barrio de Getsemaní.

En 1669 al ingeniero Juan Betín le tocó la tarea de reparar las murallas destruidas por el mar, las que eran objeto de continuos embates por parte del mar. En 1721 Don Juan de Herrera y Sotomayor realizaron las reparaciones de la muralla después del ataque efectuado por el Barón de Pointis, el Virrey Jorge de Villalonga ordenó a Herrera construir cajones submarinos formando una escollera frente a las murallas.

Otra escollera habría de ser construida en el trayecto comprendido entre la Punta Icacos (cerca al actual Hotel Caribe) y Tierrabomba por Antonio de Arévalo, el ingeniero de más renombre que haya trabajado en la ciudad. En 1796 se terminarían las obras del centro de la ciudad.

La altura media de la muralla oscila entre los 6 y los 8 m y está toda construida en roca Coralina, propia de la zona.

La Tenaza

La Tenaza es un tramo de las murallas de Cartagena de Indias, comprendido entre los baluartes de Santa Catalina y San Lucas, que debe su nombre a la forma de alicate que parece dibujar. En este tramo destaca el espigón, que es una avanzada defensiva de la muralla.

La historia de esta defensa data de 1779, cuando el ingeniero militar Antonio de Arévalo busca darle una solución a los temporales que arrasan y deterioran año tras año los tramos de la muralla de la Marina e inundan la ciudad.

En efecto, tras un análisis técnico de la acción de las olas en el sector, Arévalo decidió construir una escollera paralela a la muralla para sedimentar las arenas. Por su diseño y su utilidad, esta obra es un antecedente, de los espolones modernos, que actualmente defienden casi todas las playas de Cartagena, desde Marbella hasta Bocagrande.

No obstante, poco después de realizada la obra Arévalo se percató de que dicha franja de arena podía ser utilizada por el enemigo para intentar un ataque. Entonces este gran ingeniero militar minimizó el riesgo proyectando un espigón, conocido como La Tenaza.

El espigón o Fuerte de la Tenaza se une al baluarte por una galería, que servía para el fácil y seguro movimiento de las tropas, de manera que se impidiera el avance del enemigo por el mar, al tiempo que se guareciera el flanco marino de toda sorpresa. De allí que para acceder a este raro reducto militar será necesario descender por el túnel subterráneo, que atraviesa la entraña de la muralla. Sin embargo, es fácilmente visible desde el baluarte de Santa Catalina, en la cima de la muralla.

Esta punta de lanza fortificada fue perfeccionada más tarde con aspilleras (aberturas verticales en los muros dispuestas para disparar) y banquetas para mosquetería (armamento de la época), parapetos y fosos internos.

Actualidad

Muralla de Cartagena

Actualmente la vieja ciudad de Cartagena de Indias encierra la mayoría de las atracciones turísticas de esta ciudad porque contiene muchos tesoros como su misma entrada, la entrada principal al centro histórico, que es la Torre del Reloj o Boca del Puente, construida sobre la muralla en el siglo XIX.

Dentro de la Ciudad Amurallada destacan la Plaza de los Coches, rodeada de casonas coloniales; la Casa del Márquez del Premio Real, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construido en el siglo XVII. Allí también se encuentran el actual edificio de la Alcaldía Mayor, la Casa de la Inquisición, el Museo del Oro y el Museo de Arte Moderno.

En la actualidad existen algunos factores que están conspirando de forma negativa contra la misma como son la cercanía del tráfico de vehículos donde el humo de los automóviles se acumula sobre la piedra, en forma de bacterias, hasta formar una costra negra. A ellos se suman problemas medioambientales, como la lluvia ácida o los excrementos de animales, que carcomen la piedra. Además, debido al proceso de urbanización que ha vivido la ciudad, en algunos puntos la base de la muralla se encuentra enterrada hasta dos metros bajo tierra.

La vieja ciudad de Cartagena, su centro histórico, está rodeado por cuatro kilómetros de muralla con el fin de proteger la ciudad de los ataques constantes de los enemigos de la Corona española. Es necesario acordarse que durante el tiempo colonial, Cartagena se consideraba como el más grande puerto de América y barcos iban con gran riqueza y con tesoros fabulosos hacia España, razón por la cual la llamaban “La Joya del Caribe”.

A lo largo de las murallas se levantan todavía 16 de los 23 baluartes construidos originalmente. Son pequeños fortines ubicados en sitios estratégicos, cuya función era la de concentrar las baterías y demás instalaciones defensivas y de vigilancia de los españoles.

 

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