Muralla de Nínive (Asiria)
La muralla de Nínive (Asiria)
De 12 kilómetros de longitud y con 15 puertas que la atravesaban, esta impresionante muralla protegía la ciudad de Nínive, convertida en capital de Asiria durante el reinado de Senaquerib, hijo y sucesor de Sargón II.
Plano de Nínive incluido en la Encyclopedia Bíblica de 1903.
Nínive (en acadio: Ninua, en árabe: Nínawa نينوى) fue una importante ciudad asiria, dentro de la actual Mosul en Irak, descrita en el Libro de Jonás como «ciudad grande sobremanera, de tres días de recorrido».1 Se encuentra en la orilla oriental del Tigris, se extiende a lo largo de 5 kilómetros, con una anchura media de 2 kilómetros, extendiéndose desde el río hasta las colinas del este. Toda esta extensa área es en la actualidad una inmensa zona de ruinas.
Situada en la confluencia de los ríos Tigris y Khosr, Nínive era un importante punto de paso de las rutas comerciales que cruzaban el Tigris. Ocupaba una posición central en las rutas entre el Mediterráneo y el Índico, uniendo así Oriente y Occidente, recibiendo influencias y riqueza de muchos lugares. Llegó a convertirse en una de las más grandes ciudades de la antigüedad2.
Plano simplificado de Nínive en el siglo VII a. C.
Ninive en la actualidad es Mosul en Irak, actualmente ha quedado en ruinas debido a la ocupación del Estado Islámico. Esta ciudad fue Edificada en su momento por el personaje bíblico Nemrod o Ninus. Quien a su vez se la dedicó a su total construcción a Semiramis para honrarla por su alianza y conquistar el Medio Oriente y Egipto. Quien a su vez se convertiría en la diosa Ishtar o Asera. Esta ciudad tenía como iconos leones a su entrada, y eran el símbolo como se describía a sí misma en aquellos años, esto por su fiereza y crueldad hacia sus enemigos.
Historia
Nínive es mencionada por primera vez alrededor de 1800 a. C. como una ciudad con un templo dedicado a la diosa Ishtar, en buena parte responsable de la temprana importancia que adquirió la ciudad. Nínive también se menciona en la Biblia, como una ciudad edificada por el rey Nimrod, bisnieto de Noé, en el Génesis 10:7-11.
No hay demasiadas evidencias para decir que Nínive fuera totalmente reconstruida por los reyes asirios durante el segundo milenio a.C. Cuando el rey Senaquerib convirtió a Ninua, o Nínive en la capital del reino de Asiria a finales del siglo VIII a. C. (antes lo fue brevemente Dur Sharrukin), esta ya era un antiguo asentamiento. Los nombres de monarcas posteriores como Salmanasar I o Tiglath-Pileser I han aparecido en la acrópolis. Ambos fueron activos constructores en Assur, el primero de ellos fundó además Nimrud. Nínive tuvo que esperar hasta los neoasirios, después de la época de Asurbanipal II, para alcanzar un desarrollo urbanístico mucho mayor. A partir de entonces, sucesivos monarcas mantuvieron y fundaron nuevos palacios, así como templos dedicados a Sin, Nergal, Inanna, Shamash, Ishtar y Nabu de Borsippa.
Complejo Kukunjik.
Fue el rey Senaquerib el que hizo de Nínive una ciudad realmente magnífica (700 a. C.). Diseñó amplias calles y plazas y construyó el famoso «palacio sin rival», de unos 200 por 210 metros, cuya planta ha sido reconstruida en gran parte. Este palacio tenía unas 80 habitaciones, muchas de ellas repletas de bajorrelieves en sus paredes. Gran parte de las tablillas de Nínive se encontraron aquí. Algunas de las principales entradas estaban flanqueadas por toros alados con cabeza humana. En ese tiempo el área total de Nínive, ocupaba unos 7 km² y 15 grandes puertas permitían el paso de sus murallas. Un elaborado sistema de 18 canales llevaba el agua desde las colinas hasta Nínive. Se han encontrado también algunas partes de un magnífico acueducto erigido por el mismo rey en Jerwan, a unos 40 km de distancia.
El esplendor de Nínive fue efímero. Alrededor del 633 a. C. el Imperio asirio empezó a dar muestras de debilidad y los medos atacaron Nínive. Estos volvieron a atacar, esta vez junto a Babilonia y Susa, en 625 a. C.
Anteriormente a las excavaciones del siglo XIX, los conocimientos sobre el gran Imperio asirio y su magnífica capital eran casi nulos. Vagos indicios conservados en la Biblia llevaban a los estudiosos occidentales a pensar en su poder y grandiosidad, pero definitivamente se sabía muy poco sobre Nínive. Otras grandes ciudades abandonadas, como Palmira, Persépolis o Tebas, dejaron tras de sí ruinas visibles que marcaban sus emplazamientos y mostraban su antiguo esplendor, pero de la imperial Nínive, incluso su extensión era una mera conjetura.
En la época del historiador griego Heródoto (400 a. C.), Nínive ya era parte del pasado. Cuando el historiador Jenofonte pasó por el lugar, en su obra Anábasis se ve que incluso el nombre de la ciudad había sido olvidado. Había desaparecido de la vista y nadie sabía de su importancia. Nunca más se levantó de sus ruinas.
En 2015, en un ataque terrorista por parte de integristas islámicos, se destruyeron o desfiguraron grandes estatuas del cercano lugar arqueológico de Hatra, declarado patrimonio mundial, así como artefactos únicos procedentes de varias excavaciones de la provincia de Nínive que se encontraban en el Museo de Mosul.
Arqueología
Puerta occidental reconstruida.
En la actualidad, el emplazamiento de Nínive se encuentra señalado por dos grandes montículos, llamados Kouyunjik y Nebi Yunus (“Profeta Jonás”) así como por los restos de su muralla (una circunferencia de unos 12 km). El primer montículo (Kouyunjik) ha sido explorado en profundidad. Sin embargo, en el otro montículo no se han hecho demasiadas excavaciones debido a la presencia de un santuario musulmán dedicado al profeta Jonás en ese lugar.
En el siglo XIX, el cónsul francés en Mosul empezó a buscar en los grandes montículos que había en la otra orilla del río. Los trabajadores árabes que empleó en esas excavaciones, para su sorpresa, llegaron a una edificación en el montículo de Khorsabad. Investigaciones posteriores del edificio demostraron que se trataba del palacio real de Sargón II, en el cual se exploró en profundidad en busca de esculturas y otras reliquias.
En 1847, el joven aventurero británico sir Austen Henry Layard exploró las ruinas con método científico.3 En el montículo Kouyunjik redescubrió el palacio de Senaquerib, que tenía 71 habitaciones y magníficos bajorrelives. También desenterró el palacio y la famosa biblioteca de Asurbanipal que contenía 22.000 tablillas. El estudio de la arqueología de Nínive reveló el poder y la gloria de la antigua Asiria durante los reinados de Esarhaddon (681-669 a. C.) y Asurbanipal (669-626 a. C.). En esta primera excavación, el alcalde de Kuyunyik envió una carta a los arqueólogos que intervinieron.34
Los trabajos de exploración los siguieron Botta, George Smith y otros, en los montículos de Nebi Yunus, Nimrud, Kouyunjik y Khorsabad, y numerosos objetos asirios fueron exhumados y trasladados a museos europeos. Se descubrieron multitud de palacios, con sus decoraciones y losas esculpidas, revelando la vida y costumbres de este antiguo pueblo, sus formas de guerra y paz, de religión, el estilo de su arquitectura y la grandeza de sus monarcas. Las calles de la ciudad han sido exploradas y se han descifrado las inscripciones en los ladrillos, tablillas y figuras esculpidas. Con ello, los secretos de su historia han podido ser revelados.
El más importante de los descubrimientos fue la biblioteca de Asurbanipal. Contenía unas diez mil tablillas en escritura cuneiforme en las que se describía la historia, leyes y religión de Asiria. Esto hace que sea uno de los mayores tesoros de la literatura del mundo antiguo. La biblioteca contenía también antiguos documentos acadios, que son los documentos existentes más antiguos jamás encontrados, probablemente de la época de Sargón de Acad.
En algunas de las tablillas se hace mención al posible uso de algo similar al Tornillo de Arquímedes para elevar agua, junto a otras tablillas que mencionan jardines. Eso llevaría a la hipótesis de Nínive como un posible emplazamiento de los míticos Jardines colgantes de Babilonia.
El golpe definido llegaría en el año 612 a.C. con la caída de Nínive. A los tres meses de asedio, medos y babilonios la redujeron a escombros y pusieron fin al Imperio neoasirio. Aunque algunas zonas volverían a ser habitadas, Nínive nunca se recuperó. La invasión árabe, que encumbró a Mosul como la gran ciudad de la zona en el siglo VII, hizo el resto: Nínive acabó sepultada por la arena y olvidada.
Algunas partes de las murallas de Nínive siguen en pie.
Muralla y puertas de la ciudad Plano simplificado de la antigua Nínive que muestra la muralla de la ciudad y la ubicación de las entradas. Las ruinas de Nínive están rodeadas por los restos de un enorme muro de piedra y adobe que data de alrededor del 700 a. C. Aproximadamente 12 km de longitud, el sistema de muros consistía en un muro de contención de piedra sillar de unos 6 metros (20 pies) de alto coronado por un muro de adobe de unos 10 metros (33 pies) de alto y 15 metros (49 pies) de espesor. El muro de contención de piedra tenía torres de piedra salientes espaciadas aproximadamente cada 18 metros (59 pies). El muro de piedra y las torres estaban coronados por almenas de tres escalones. Cinco de las puertas de entrada han sido exploradas hasta cierto punto por los arqueólogos:
Puerta Mashki (ماشکی دروازه) Traducido como “Puerta de los portadores de agua”, (Mashki de la palabra raíz persa Mashk, que significa odre de agua), también Puerta Masqi (en árabe: بوابة مسقي), quizás se usó para llevar ganado al agua del Tigris, que actualmente fluye alrededor de 1,5 kilómetros (0,9 millas) al oeste. Ha sido reconstruida en adobe fortificado a la altura de la parte superior del pasillo abovedado. El original asirio puede haber estado enlucido y ornamentado. Fue demolido junto con la puerta de Adad durante la ocupación del EIIL.
Puerta de Nergal Llamado así por el dios Nergal, puede haber sido utilizado con algún propósito ceremonial, ya que es la única puerta conocida flanqueada por esculturas de piedra de hombres-toro alados (lamassu). La reconstrucción es una conjetura, ya que la puerta fue excavada por Layard a mediados del siglo XIX y reconstruida a mediados del siglo XX. El lamassu de esta puerta fue desfigurado con un martillo neumático por las fuerzas del EIIL.
Puerta de Adad Fotografía de la puerta de Adad restaurada, tomada antes de la destrucción de la puerta por ISIL en abril de 2016 La Puerta de Adad recibió su nombre del dios Adad. Los iraquíes comenzaron una reconstrucción en la década de 1960, pero no se completó. El resultado fue una mezcla de hormigón y adobe erosionado que, sin embargo, da una idea de la estructura original. La excavadora dejó algunas características sin excavar, lo que permite ver la construcción asiria original. La mampostería original del pasillo abovedado exterior estaba bien expuesta, al igual que la entrada de la escalera abovedada a los niveles superiores. Las acciones de los últimos defensores de Nínive se pudieron ver en la construcción de adobe construida apresuradamente que estrechó el pasillo de 4 a 2 metros (13 a 7 pies). Alrededor del 13 de abril de 2016, ISIL demolió tanto la puerta como el muro adyacente aplanándolos con una excavadora.
Puerta de Shamash Muralla del este de la ciudad y Puerta Shamash. Llamado así por el dios del sol Shamash, se abre al camino a Erbil. Fue excavado por Layard en el siglo XIX. El muro de contención de piedra y parte de la estructura de adobe fueron reconstruidos en la década de 1960. La reconstrucción de adobe se ha deteriorado significativamente. El muro de piedra se proyecta hacia afuera a unos 20 metros (66 pies) de la línea del muro principal por un ancho de aproximadamente 70 metros (230 pies). Es la única puerta con una proyección tan significativa. El montículo de sus restos se eleva sobre el terreno circundante. Su tamaño y diseño sugieren que fue la puerta más importante de la época neoasiria.
Puerta Halzi Cerca del extremo sur de la muralla este de la ciudad. Las excavaciones exploratorias fueron realizadas aquí por la expedición de la Universidad de California, Berkeley de 1989-1990. Hay una proyección hacia afuera de la muralla de la ciudad, aunque no tan pronunciada como en la Puerta de Shamash. El pasaje de entrada se había estrechado con adobe a unos 2 metros (7 pies) como en la Puerta de Adad. En el pasillo se encontraron restos humanos de la batalla final de Nínive. Situada en la muralla oriental, es la más meridional y la más grande de todas las puertas restantes de la antigua Nínive. Nínive – https://es.qaz.wiki/wiki/Nineveh
El Estado Islámico destruye gran parte de la muralla de Nínive
El grupo terrorista ha volado parte del enclave histórico iraquí, que se remontaba al imperio asirio, por «distorsionar el Islam»
abc.es Actualizado: 10/02/2015 09:48h
El Estado Islámico ha cumplido su amenaza. Los yihadistas afirmaban hace unos días que las murallas de Nínive (cerca de Mosul, Irak) debían ser destruidas por «distorsionar el Islam». La Agencia Internacional de Noticias Asiria afirma que los terroristas han volado gran parte del tesoro arqueológico.
«El grupo terrorista ha usado explosivos para destruir la muralla arqueológica», afirmaba a IraqiNews.com Saed Mimousine, portavoz de medios de comunicación del partido demócrata de Kurdistán (KDP).
Situada en la región de Tahrir, en la orilla oriental del Tigris, Nínive fue construida en el siglo VII A.C. por encargo de Senaquerib, quien la convierte en la capital del imperio asirio. La muralla, que alcanzaba los 12 kilómetros, está considerada el monumento histórico de más importancia de la zona.
Esta trágica destrucción se suma a otros enclaves religiosos e históricos de gran valor que han sido reducidos a cenizas por el Estado Islámico. «El bombardeo de monumentos arqueológicos por el EI es una flagrante violación del derecho fundamental a la cultura», ha denunciado Mimousine, quien también ha realizado un llamamiento a la comunidad internacional para que adopte decisiones «para contener la destrucción de enclaves históricos».
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