Murallas de Hattusa
Hattusa, la capital hitita
40°01′11″N 34°36′55″ECoordenadas
País: Turquía
N.° identificación: 377
Año de inscripción: 1986 (X sesión)
Reino hitita.
Hattusa o Hattusas (Hitita, URUḪa-at-tu-ša, transcripción: “Ḫattuša”) fue la antigua capital del Imperio hitita desde el reinado de Hattusili I, situada en el centro de Anatolia, junto al río Kizil-Irmak, en lo que corresponde hoy en día en ubicación con la aldea de Boğazkale o Bogazköy, parte de la provincia turca de Çorum. La ciudad contaba con amplios bosques y un fértil campo adyacente, aunque su emplazamiento tenía dos inconvenientes: los ríos de la zona no eran navegables, lo que impedía el transporte fluvial, y la cercanía a la tribu bárbara de los kaskas (o gasgas) que fueron una amenaza permanente y constante para Hattusa. El enclave de Hattusa fue declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1986, abarcando un área protegida de 268 ha.1
En el año 1834 un viaje francés Charles Texier descubrió las ruinas de Hattusa, la capital del imperio hitita.
Arqueología de Hattusa
Las primeras excavaciones realizadas en la zona datan de 1906, cuando el Instituto Arqueológico Alemán comienza a trabajar en las ruinas de la ciudad, trabajo que ha continuado ininterrumpido hasta la actualidad en las campañas arqueológicas de verano. En el yacimiento se han encontrado numerosas tablillas de arcilla, escritas en multitud de lenguas, como el luvita o el acadio, que son la fuente principal para el estudio de la cultura hitita.
Los restos excavados hasta ahora corresponden principalmente al reinado de los últimos monarcas hititas quienes modificaron muchos templos antiguos para engrandecerlos, aprovechando la prosperidad del imperio en esa época y su máximo poderío militar.
Historia de Hattusa
Hattusa fue inicialmente fundada por un pueblo de lengua no indoeuropea, Hatti, pero durante el reinado de Anitta (siglo XVIII a. C.) acogió a aristócratas rebelados contra Anitta y fue, por tanto, destruida.
Hattusili I (1650 – 1620 a. C.), rey hitita reconstruyó la ciudad y la convirtió en su capital, en detrimento de Nesa, hasta el punto de que su propio nombre, Hattusili, está relacionado con el nombre de la ciudad. Todos los sucesores de Hattusili conservaron la capital en Hattusa, excepto Muwatalli II que la traslado a Tarhuntassa para defenderse mejor de los egipcios, pero el traslado no duró mucho, ya que su hijo Urhi-Tesub trasladó de nuevo la capital a Hattusa.
Una de las constantes de la historia hitita es la amenaza de los kaskas, que, apareciendo por primera vez en tiempos de Hantili II, llegaron a capturar la capital en tiempos de Arnuwanda I, habiendo de esperar los hititas hasta Tudhaliya III para reconquistar la ciudad.
Tras la caída del Imperio hitita (1200 a. C., aprox.) se pierde la pista de Hattusa, aunque se sospecha que fue destruida por los kaskas o por alguna tribu frigia.
Descripción de la ciudad
Durante el Reino Nuevo la capital alcanzó su máxima extensión superficial y se dividió en dos partes aproximadamente iguales: la ciudad interior y la exterior, ambas rodeadas por una muralla construida en tiempos de Suppiluliuma I. La ciudad interior contenía principalmente edificios administrativos y templos, mientras que la exterior destacaba por las elaboradas puertas de su muralla (que incluían guerreros, leones y esfinges, todas rudimentarias) y contenía, además de algunos templos, casas y edificios de uso comercial. En las afueras se situaban los cementerios y necrópolis.
Hattusa era una ciudad fortificada, rodeada en todos sus lados por una doble muralla, de bloques ciclópeos, más baja la delantera y más elevada la trasera, ambas reforzadas por torreones cuadrangulares coronados con almenas. Dentro del recinto, otras murallas dividían la ciudad en una serie de zonas que podían ser defendidas en caso de que un posible enemigo hubiese podido atravesar el doble muro externo.
Los diversos accesos a la ciudad hitita se abrían mediante falsos arcos parabólicos, en cuyos monolitos inferiores se labraban altorrelieves avanzantes con representaciones mayormente de animales. La entrada mejor conservada es la denominada Puerta de los Leones, situada al oeste y datada hacia los siglos XIV y XII a.C.
Hattusa,… muralla y esplendor
Únicamente las potentes murallas de Hattusa y de otras importantes ciudades proporcionan una idea aproximada del poder del rey de Hatti.
El simbolismo de tal tipo de figuración, animales feroces con las fauces abiertas, podría ser de clara inspiración mesopotámica, aunque la defensa de las puertas mediante animales custodios es muy antigua. Tal vez el Imperio hitita sea de los primeros en usarlos, ya que la figura del león es un símbolo utilizado con frecuencia por los artistas de la época.
La cabeza y parte delantera de cada león sobresale de su bloque de piedra, sin dejar de formar una unidad con el conjunto de su masa. Al ser representados rugiendo confieren al rostro una expresión de protección. Estos amenazantes leones, casi megalíticos, ahuyentaban a los espíritus maléficos y les prohibían la entrada al recinto.
En su momento de mayor desarrollo, la ciudad tuvo una población de 40 000 o 50 000 personas.
Ruinas de Hattusa (Puerta del León) en Boğazköy.
En las afueras se situaban los cementerios.
Hattusa mantiene otros accesos importantes, aunque no tan bien conservados, como el caso de la llamada Puerta del Rey, al este de la muralla en la que aparece labrada la imagen de una divinidad, quizás se trate de alguno de los dioses principales de los hititas. De todas formas, la calidad técnica de ésta, como la de la Puerta de los Leones, no alcanza un desarrollo similar al de Egipto o a Mesopotamia.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.