Murallas urbanas de Ureña
Urueña es una población española de la provincia de Valladolid en la comunidad de Castilla y León. Fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1975. En 2007 fue declarada Villa del Libro, distintivo que sólo tienen otras 14 localidades de Europa, Estados Unidos y Asia.
El municipio se encuentra situado en la Tierra de Campos, ubicado sobre una loma, en las estribaciones de los Montes Torozos. La villa de Urueña formó parte del Infantazgo de Valladolid, territorio en litigo entre Castilla y León, por lo que Alfonso VIII la fortificó en el siglo XIII. Pero tras la unión de ambos reinos, el castillo de Urueña perdió importancia, recobrándola efímeramente durante las guerras civiles del reinado de Pedro I El Cruel.
La muralla que rodea la ciudad es de los siglos XII y XIII, de mampostería franqueada de trecho en trecho por cubos semicilíndricos.
Muralla por el lado norte. A la derecha, la puerta del Azogue
Se adapta al escarpado borde del páramo donde se asienta la villa. Tiene dos puertas. La principal, Puerta del Azogue, se abre al norte, y es la típica puerta construida en codo para mejor defensa de posibles invasores. La otra puerta esta al sur, frontera a la anterior; es el Arco de la Villa, menos protegida desde el punto de vista arquitectónico pues por esa parte el páramo cae de manera abrupta hasta el valle. Está toda ella almenada y recorrida por camino de adarve.
Sus murallas, hoy reconstruidas e gran parte, comenzaron a edificarse en el siglo XII para finalizar el reinado de Alfonso VII, adaptándose rigurosamente a la topografía del terreno. A pesar de la desaparición de algunos cubos, la muralla conserva todo su perímetro, tiene torres de planta semicircular y dos puertas, la de la Villa y la de Azoque.
Hoy en día, Urueña conserva el 80% del recinto amurallado que originalmente cercaba la población en su totalidad. La muralla encierra, en sí, una superficie de casi 7 hectáreas, de forma irregular, articulando la población en torno a la calle que une las dos únicas puertas existentes en la misma: la del Azogue y la de la Villa.
La Puerta del Azogue, situada al norte, constituye la entrada principal de la villa. Se trata de un arco de medio punto flanqueado por dos cubos que crean un estrecho pasillo defensivo, preparado para proteger la villa de posibles incursiones exteriores. La Puerta de la Villa, al sur, es un arco apuntado que antiguamente portaba las armas de los Girón, condes de Urueña y señores de la villa. Aún conserva la ranura central para introducir la reja y huecos para los goznes de las puertas. Al abrirse abruptamente hacia el páramo, carece del sistema defensivo que encontramos en la del Azogue.
Desde un punto de vista histórico, la muralla se asienta sobre los restos de una antigua cerca romana cuyos vestigios nos hacen pensar que abarcaba una extensión mucho mayor que la existente en la actualidad. En relación con ello, no lejos de Urueña encontramos un pago conocido como “Los Castellares”, referido, con toda probabilidad, a la existencia en ese lugar de una fortificación muy antigua.
La actual construcción, que comenzó a levantarse aproximadamente cien años después del castillo, fue promovida por la infanta doña Sancha, hermana de Alfonso VII el Emperador y señora de la villa. Las obras se pueden datar entre mediados del siglo XII y comienzos del XIII, en un momento en que Urueña hacía de puente fronterizo entre los reinos de León y Castilla, razón por la cual se estimó muy conveniente dotarla de un adecuado sistema defensivo.
Hoy día podemos disfrutar de un agradable paseo por el adarve de la muralla en dos recorridos diferenciados: el primero situado en el lienzo sur (entre el castillo y la Puerta de la Villa, desde el cual se divisa el valle de la Ermita y las ruinas del antiguo monasterio benedictino del Bueso), y el otro a lo largo del lienzo oeste (entre la Puerta de la Villa y el mirador del Cubo Nuevo, desde el cual se puede divisar la inmensidad de Tierra de Campos y, en días claros, tanto la Sierra de la Culebra como los Montes de León).
La Villa de Urueña ofrece un claro ejemplo de villa castellana fortificada, con muralla y castillo. La muralla es de mampostería, y está jalonada de tramo en tramo por cubos semicilíndricos. Lo más destacable son sus dos puertas, la de la Villa, orientada hacia el valle y la del Azogue, orientada hacia el interior del páramo. La primera presenta arco apuntado y posee ranura para rastrillo y huecos para los goznes de la puerta, la segunda, al estar abierta al terreno llano, se dispone flanqueada por dos altos cubos que forman un estrecho callejón antes de llegar a ella.
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