Limes Arabicus
Limes Arabicus
El campamento F de Masada, parte del Limes Arabicus.
El Limes Arabicus, también conocido como Limes Palestinae, fue un doble limes fronterizo situado en el límite oriental del Imperio romano, que defendía la provincia romana de Arabia frente a la Arabia libre del control romano (Arabia Deserta al norte, y Arabia Felix al sur). Discurría a lo largo de 1.500 km, desde el norte de Siria hasta el sur de Palestina.
Historia
El origen del limes data del año 64 a. C., tras la conquista por parte de Pompeyo del decadente Imperio seléucida, circunscrito en esa época a la posterior provincia de Siria. Más tarde fue reforzado y ampliado por el emperador romano Trajano, tras la anexión del reino de los nabateos en el año 106, lo que llevó la nueva frontera del Imperio unos 350 km más al sur, hasta la costa del mar Rojo.
A diferencia de los limes del Rin y del Danubio, construidos con empalizadas de madera y fosos, y aprovechando los cursos de agua, la ausencia de ríos y de madera en esta zona del Oriente Próximo motivó la utilización de elementos constructivos característicos del ambiente desértico, como piedra seca y adobe sin cocer.
Esta línea defensiva fronteriza fue erigida con un doble objetivo: defender las fértiles tierras recién conquistadas del vecino Imperio parto y controlar las migraciones (no siempre pacíficas) de los nómadas arábigos hacia el norte y por ende dentro del Imperio, protegiendo así las rutas comerciales del bandidaje. Para facilitar este comercio, junto al Limes Arabicus, el emperador Trajano construyó una carretera principal, la Via Nova Traiana, de Bosra a Aila en el Mar Rojo, una distancia de 430 km (270 millas). Construido entre el 111 y el 114 d.C., su propósito principal puede haber sido proporcionar un transporte eficiente para los movimientos de tropas y funcionarios gubernamentales, así como facilitar y proteger las caravanas comerciales que emergen de la Península Arábiga. Se completó bajo el emperador Adriano.[2]
Al norte, los triunfos de Marco Aurelio y Lucio Vero en la guerra contra los partos conllevaron la ampliación de la frontera hasta el río Khabur y la construcción de nuevos fortines. El sector central del limes discurría dentro del actual territorio jordano, desde Philadelphia, la ciudad más meridional de la Decápolis, hasta Um er-Rasas, y de allí hasta el escarpe montañoso de Ra’s an Naqb, asegurando así la zona al este del mar Muerto antes de alcanzar el mar Rojo, cerca de la actual ciudad de Duba. Otros puntos fortificados al oeste del limes se hallaban en las cercanías de Masada y en Beerseba.
Durante el reinado de Diocleciano se construyeron nuevos fuertes y puestos de observación para proteger las provincias orientales de la presencia sasánida, conformando la Strata Diocletiana que enlazaba Bostra con Soura; solamente entre Palmira y el Éufrates se han hallado tres campamentos de esta etapa.
Ya en época bizantina, Justiniano I reforzó el viejo limes, si bien las tropas que lo guarnecían acabaron siendo retiradas gradualmente en la primera mitad del siglo VI, ante la necesidad de contingentes necesarios en las sucesivas guerras que libró Bizancio contra el Imperio sasánida, y sustituidas por contingentes de árabes foederati, principalmente gasánidas. De esta forma, el abandono del Limes Arabicus ya era un hecho cuando se produjo la expansión musulmana del siglo VII.
Qasr Bshir (Planetarium Mobeni), parte del Limes Arabicus.
Fortificación
Durante la dinastía Severana (193-235 d. C.), los romanos reforzaron sus defensas en la frontera árabe. Construyeron varias castra (fuertes) en el extremo noroeste de Wadi Sirhan y mejoraron las carreteras. Un fuerte importante fue Qasr Azraq, otro estaba en Humeima (latín: Auara), de finales del siglo II d.C., en la Via Nova de Petra a Aila, donde podrían haber residido hasta 500 tropas auxiliares. Probablemente fue abandonado en el siglo IV.[3]
Diócesis de Oriente alrededor del 400 d.C.
Praetorium Mobeni (Qasr Bshir): un quadriburgium romano tardío en Jordania
El emperador Diocleciano dividió la antigua provincia de Arabia transfiriendo la región sur a la provincia de Palaestina. Más tarde, en el siglo IV, Palaestina se convirtió en tres provincias, y la del sur finalmente se llamó Palaestina Tertia. Cada provincia estaba administrada por un praeses con autoridad civil y un dux con autoridad militar.
Diocleciano participó en una importante expansión militar en la región, construyendo una serie de castella, torres de vigilancia y fortalezas a lo largo del borde del desierto, al este de la Via Nova. Esta línea de defensa se extendía desde el sur de Damasco hasta Wadi al-Hasa. La región de Wadi Mujib a Wadi al-Hasa contenía cuatro castella y un campamento de legionarios. La frontera al sur de Wadi al-Hasa, que se extendía hasta el Mar Rojo en Aila (Aqaba), pudo haber sido llamada Limes Palaestina.[4] En esta región se han identificado diez castellas y un campamento legionario. El término puede haberse referido a una serie de fortificaciones y carreteras en el norte del Negev, que van desde Rafah en el Mediterráneo hasta el Mar Muerto,[5] o la región bajo el control militar del dux Palaestinae , el gobernador militar del Palaestin provincias.[6]
Personal
Había castra cada 100 kilómetros (62 millas) con el propósito de crear una línea de protección y control:[7] en el sur estaba la fortaleza legionaria en Adrou (Udruh), justo al este de Petra. Probablemente albergaba la Legio VI Ferrata, que Diocleciano trasladó de Lajjun (en el actual Israel).[8] Es similar a Betthorus (al-Lajjun en la actual Jordania) en tamaño (4,9 hectáreas (12 acres)) y diseño, y se encuentra en la llanura de Moab, al sur de Wadi Mujib. Alistair Killick, quien excavó el sitio, lo fecha a principios del siglo II, pero Parker sugiere una fecha de finales del siglo III o principios del IV.
También puede haber existido un campamento de legionarios en Aila (la actual Aqaba), que ha sido excavada por Parker desde 1994. La ciudad estaba ubicada en el extremo norte del Golfo de Aqaba, donde era un centro de tráfico marítimo. Varias rutas terrestres también se cruzaban aquí. La Legio X Fretensis, originalmente estacionada en Jerusalén, fue trasladada aquí al término de la Via Nova. Hasta ahora, se han identificado un muro cortina de piedra y una torre saliente, pero no se sabe si formaban parte de la muralla de la ciudad de Aila o de la fortaleza. La evidencia sugiere que el fuerte fue construido a finales del siglo IV o principios del siglo V.
Las tropas fueron retiradas progresivamente del Limes Arabicus en la primera mitad del siglo VI y reemplazadas por foederati árabes nativos, principalmente los Ghassanids.[9] Después de la conquista árabe musulmana, el Limes arabus desapareció en gran parte, aunque se utilizaron y reforzaron algunas fortificaciones en los siglos siguientes.
Los limes fueron invadidas en 611 durante la guerra con los sasánidas .
Qasr Bashir – Crédito de la imagen: Christopher Sprake – Shutterstock
Ver: https://viatorimperi.es/limes-arabicus-jordania/
El Limes Arabicus contaba con una red de fortalezas legionarias, fuertes auxiliares y torres de observación para cumplir con su cometido. Se conoce la existencia de cuatro fortalezas legionarias, localizadas cada cien kilómetros. La más septentrional se hallaba en Bostra (Siria), al norte de la frontera jordana, donde estuvo acantonada la Legio III Cyrenaica desde el siglo II d.C. hasta el siglo V d.C. La siguiente era Betthorus (el – Lejjun, Jordania), cuartel de la Legio IV Martia, construida en torno al 300 d.C. La tercera fortaleza legionaria era la de Adrou (Udruh, Jordania), localizada al este de Petra, y que probablemente cobijó a la Legio IV Ferrata. Por último, en Aila (Aqaba, Jordania), estaba acantonada la Legio X Fretensis. Este lugar, situado en el extremo norte del Golfo de Aqaba, era el centro del tráfico marítimo y trayecto final de la Vía Nova Traiana.
Entre las grandes fortalezas legionarias se hallaban situados fuertes que albergaban tropas auxiliares: los castellum o castra. Algunos de ellos se encuentran en un aceptable estado de conservación, como el de Khirbet el-Fityan, el de Qasr Bshir, Da’janiya o Humeima. Uno de los vestigios más espectaculares corresponden al quadriburgium Mobeni (Qasr Bshir), construido entre 293-305 d.C. y que albergaba una unidad auxiliar de caballería. Otro fuerte bien preservado es el Da’janiya, situado al sur de Wadi al-Hasa, al oeste de la Autopista del Desierto, y a 75 km. al norte de Udruh, construido en la misma época que el de Mobeni.
Otro de los elementos constructivos del Limes Arabicus identificables en Jordania son las torres de observación. Los romanos utilizaron básicamente estructuras de la Edad del Hierro y nabateas, situadas en las cimas de colinas y en las crestas de las montañas. Desde ellas se podían ver otras torres o puestos militares, como sucede en Qasr Bshir, desde donde se observan las torres de Qasr Abu el-Kharaq y Qasr el-Al. Uno de los mejores ejemplos es el de Qasr Abu Rukba. Se cree que las unidades localizadas en las torres se comunicaban por señales de humo durante el día y con antorchas por la noche.
Torre observación romana Qasr Abu Rukba (foto: Henk Bos)
Ruta de la sal, Etiopía
Ruta de la sal, Etiopía
Adís Abeba. El Afar colorido y extremo de la foto es también el hogar de una valiosa mercancía: la sal. Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. Hoy en día, los trabajadores cortan trozos de sal de la tierra y lo venden en placas en el mercado
En la ciudad de Berahile, Etiopía, los trabajadores descargan losas de sal recolectadas de los depósitos de Afar. Desde la Edad Media, los camellos han sido utilizados para transportar la sal en África. Estas caravanas de camellos traen la sal a través del desierto a la zona del mercado donde se vende a los comerciantes y se carga en los camiones.
Cientos de hombres preparan los bloques de sal, llamada amole, para el mercado en Mekele, Etiopía. Al igual que en muchas otras partes del mundo, la sal se utiliza como una forma de moneda en este país africano.
En Etiopía los bloques de sal denominados amoleh, eran tallados de los macizos de sal de la depresión de Afar, especialmente en cercanías del Lago Afrera, y luego transportados a lomo de camello hacia el oeste a Atsbi y Ficho en las tierras altas, donde los comerciantes lo distribuían por el resto de Etiopía, llegando por el sur hasta el Reino de Kaffa.1
Extracto y fotos de un artículo de Javier Belloso, y otros.
Para saber más:
https://chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores.html
https//chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores_11.html
Las caravanas de la sal
Un lago de lava, lagunas sulfurosas y temperaturas de hasta 60 grados en la depresión etíope del Danakil
Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. (Foto: National Geographic)
Una caravana de sal en la depresión de Danakil, al norte de Etiopía. Eric Lafforgue agefotostock
Esta tierra inhóspita ha servido de hogar al pueblo Afar durante al menos dos mil años. Los hombres Afar eran bien conocidos por su ferocidad y su xenofobia hasta 1930. Hasta ese año, era costumbre el cortarles los testículos a los intrusos varones.
Viajamos a la depresión del Danakil o de Afar, una extensa franja de terreno, casi tan grande como Andalucía, localizada a caballo entre Etiopía, Eritrea y Yibuti. La depresión del Danakil se origina en el valle del Rift y está situada justo encima de los bordes de las placas tectónicas arábica y africana, lo cual hace que la zona tenga una enorme actividad sísmica y volcánica y esté, por ello, sometida a constantes y tremendas fuerzas telúricas que tienden a partir en dos el continente africano. Una zona de remotos espacios abiertos, disputas tribales y leyendas. Una Etiopía genuina y primaria.
Además, la depresión del Danakil es uno de los lugares más extremos y hostiles de la tierra. Un despiadado desierto de lava y sal en el que puede verse, por ejemplo, uno de los pocos lagos de lava hirviente que existen en el planeta; o contemplarse burbujeantes y multicolores lagunas sulfurosas; o planicies salinas de blancuras deslumbrantes. En este inhóspito territorio se ha registrado la temperatura ambiental más alta del mundo (más de 60 grados). Además, estos parajes se encuentran en el punto más bajo del continente africano (160 metros por debajo del nivel del mar). Fue aquí donde también se descubrió, en 1974, el primer antepasado de nuestra especie, el esqueleto fosilizado de Lucy, la primitiva abuela de toda la especie humana. Toda esta enorme riqueza y multiplicidad de experiencias se pueden ver y vivir a lo largo de un viaje-expedición de cuatro días iniciado en Mekele, la capital de la provincia de Tigray, la más pobre de Etiopía, antesala del desierto más implacable que existe.
Camino al volcán
Durante el primer día seguimos una estupenda carretera asfaltada que comunica el norte de Etiopía con Yibuti y que nos conducirá al lago Afrera. La densidad salina de este lago es parecida a la del mar Muerto. La existencia en la zona de unas imponentes salinas y la proximidad de la frontera han creado, en medio de una calcinada planicie, un inconcebible poblado lleno de hileras de barracones de madera y zinc, filas de tráileres, escombreras, montañas de neumáticos, calles polvorientas, cabras mordisqueando cualquier resto orgánico, aire abrasador y una peculiar fauna humana formada por buscavidas, contrabandistas, gentes de paso, comercios arrabaleros, prostitución…
Laguna sulfurosa en la depresión de Danakil (Etiopía). Gerth Roland Agefotostock
Dormimos en camastros al aire libre bajo un impresionante cielo estrellado, y a media mañana del segundo día nos dirigimos a Dodóm, el campamento base del volcán Erta-Ale. Tardamos casi siete horas en cubrir los 70 kilómetros que nos separan de uno de nuestros principales objetivos del viaje. Cuando llegamos a Dodóm está empezando a anochecer. Tenemos el tiempo justo para preparar una pequeña mochila y colocarnos el frontal luminoso antes de salir camino de la cumbre del volcán, que con sus 615 metros es el punto más alto de toda la depresión del Danakil.
Resplandor anaranjado
Son ocho kilómetros y medio de suave y oscura ascensión que nos llevará cubrir algo más de tres horas. A lo largo del trekking nocturno vemos cómo el cielo se va haciendo más y más imponente, al tiempo que cada vez se agranda y define más el lejano resplandor anaranjado de la caldera.
https://chrismielost.blogspot.com/2017/01/pueblos-del-mundo-los-afar-trabajadores_11.htmlEl cráter del volcán Erta-Ale Rafael Pola
La primera visión del Erta-Ale se tiene nada más alcanzar el borde del gran cráter de la montaña (Erta-Ale quiere decir montaña humeante). En su interior, 300 metros más abajo, asciende el rojo aliento del lago de lava. Cuando después de descender 200 metros a través de las coladas secas de las últimas mareas eruptivas del volcán llegamos al brocal del inmenso pozo humeante , borbotones amarillos y cegadores blancos, experimenta una sensación mezcla de incredulidad uno contempla aquel burbujeante y desconcertante espectáculo de ascuas incandescentes y asombro. A escasos 10 metros de donde nosotros estamos, la tierra se cocina a sí misma en un lento y denso chop chop, dentro de una gigantesca marmita de más de 100 metros de diámetro. Del Erta-Ale se desciende con las primeras luces del amanecer entre las caprichosas y tortuosas formas de los vastos campos de lava. La noche pasada apenas hemos dormido un par de horas. Abandonamos Dodóm hacia las diez de la mañana para pasar prácticamente todo el día en el Toyota que nos conduce a la zona del Dallol.
Cargamento de sal en Etiopía. Rafael Pola
El cuarto día de nuestra estancia en la depresión Afar lo pasamos visitando el volcán y el desierto del Dallol. La extensa área del Dallol es un fabuloso museo al aire libre en el que contemplamos el más amplio e inconcebible catálogo de desiertos de sal y el más variado repertorio de fenómenos termovolcánicos.
Nada más iniciar nuestro periplo matinal nos topamos, en un espectacular contraluz de amanecida, con una inacabable columna de dromedarios dirigiéndose hacia las minas de sal del desierto. No conseguimos divisar ni el principio ni el final de la caravana. ¿Quinientos, mil dromedarios? Los animales y sus dueños hacen un viaje de más de una semana de duración hasta llegar a las salinas. Allí, hombres y bestias pasarán dos o tres días hasta conseguir el preciado botín de sal, para retornar después a Tigray, realizando un nuevo desplazamiento de siete días. Probablemente sea esta la última caravana de dromedarios con utilidad real del mundo.
En el Dagoll la cristalización pétrea de la sal y la actividad térmica y volcánica de la zona han creado un casi infinito mar de fosilizados barros salinosos del que surgen enormes formaciones que alcanzan los 20 o 25 metros. En el Dagoll la sal se presenta de increíbles maneras, rodeando lagunas de aguas gelatinosas que dejan escapar gases burbujeantes y que siembran el terreno de pozos y oquedades de salmuera efervescente; o dando lugar a inmensas extensiones de superficies blanquísimas que exudan una fina película de agua y crean la ilusión de un acuoso pavimento marmóreo, casi níveo.
Para los afar, la dura etnia dominante en los territorios implacables del Danakil, nosotros somos simplemente forangi (extranjeros). Para mí, ellos siempre serán esa asombrosa gente capaz de sobrevivir en el mundo más bello y hostil que pueda imaginarse.
Lagos salados blancos como el hielo, volcanes con espectaculares erupciones y coladas de lava negra, lagos y géiseres que pintan la superficie de los colores más variados … esto es el Danakil, un lugar donde las temperaturas llegan hasta los 50º. Las únicas personas capaces de vivir aquí son los pastores Afar que comercian con la sal que extraen de la llanura.
Todo un reto de experiencia personal y fotográfica.
Otra zona con extracción y comercio de sal.
El Sod, la casa de la sal
Yabelo se encuentra al sureste del país, en la carretera que lleva a la frontera con Kenia. Es el centro de la cultura Borana. En esta zona el agua es un bien muy escaso y los Borana perforan pozos en la tierra a los que bajan formando cadenas humanas con las que extraen el agua. Cuando realizan esta tarea, cantan y forman los llamados “pozos cantores”.
Cerca se encuentra el cráter de un antiguo volcán El Sod, que alberga un pequeño lago de aguas negras donde los Borana descienden para recoger su sal
Cerca de Yabello, la localidad principal de la región de los Borena, un pueblo seminómada y musulmán en su mayoría, se ubica uno de los lugares más espectaculares que he visto nunca. Espectacular y duro. Es el Sod, la casa de la sal, en el sur de Etiopía.
Enorme en perímetro. Muy vertical en sus pendientes. Con un lago de color oscuro casi negro en el fondo. Una visión singular.
El lago, efectivamente, es «la casa de la sal» (todo su perímetro, como podéis observar, está compuesto de una capa de sal gris).
Allí abajo, con un calor infernal, se afanan las buenas gentes por sacar la sal de las profundidades del lago. Equipados sólo con trapos para taparse los agujeros de la nariz y las orejas, porque la sal es muy corrosiva…
Y seguramente porque no son aguas «puras» sino que están compuestas de otros elementos que le dan ese color negro.
Nadan hasta el fondo de esta guisa y salen cargados de una sal muy impura (de color gris oscuro), que por lo visto se utiliza para dar de comer a los animales. Por un mísero sueldo.
Los burritos suben la sal. El borde del cráter y su contenido no se advierten hasta que te asomas.
Todo esto me lo contaron, pero no lo vi de cerca. Ante la propuesta de bajar y subir andando a aquel «infierno», dado que estaba bastante resfriada y que me encontraba un poco floja, decidí quedarme y dar una vuelta por el pueblo. Me acobardé, en otras palabras. Otros sí bajaron, y me lo contaron.
Murallas de Trajano
Murallas de Trajano
Murallas de Trajano (Valul lui Traian en rumano) es un complejo de murallas (vallum) ubicado en Europa Oriental al noreste de Rumania, Moldavia y suroeste de Ucrania. Contrariamente al nombre popular, estos bastiones no fueron construidos por los romanos durante el imperio de Trajano sino, en su mayor parte, principalmente durante el período bizantino.
Rumania
Hay tres vallas en Rumania, en la Dobruja centromeridional, extendiéndose desde el Danubio hasta la costa del Mar Negro, construidas probablemente por los bizantinos entre el siglo X y el siglo XI, durante los reinados de Juan I Tzimisces y Basilio II.
La más antigua y pequeña vallum o sector de muralla se extiende 61 km desde Cetatea Pătulului a orillas del Danubio hasta Constanţa en las orillas del Mar Negro. Este sector de murallas se encuentra hecho enteramente de tierra, por lo cual no resultaría suficiente defensa si no poseyera un foso en su lado sur.
La segunda vallum, (La muralla larga de tierra), se extiende 54 km con pequeñas secciones recubiertas de sillería de piedra. Por el oeste se inicia en las orillas del río Danubio, atraviesa el Carasu y concluye o culmina en Palas, al oeste de Constanţa. Esta muralla posee una altura promedio de 3.5 m y posee fosos en sus dos lados. En su recorrido se emplazan 63 fortificaciones: 35 mayores (castra), y 28 menores (castella). La distancia promedio entre estas fortificaciones es de sólo 1 km. La segunda muralla fue construida durante el imperio del basileos bizantino de Iohannes Tzimisces y fue en gran medida destruida por las migraciones de diversos pueblos nómades, aunque fue reconstruida posteriormente.
La última vallum o “muralla trajana” en ser edificada es la muralla de piedra. También está construida principalmente con tierra aunque posee refuerzos de roca, especialmente en sus almenas. Posee una extensión de 59 km, desde Axiopolis a orillas de la costa del Mar Negro, hasta un punto a 75 km al sur de la conclusión occidental de la pequeña muralla de tierra. La franja edificada con sillería de piedra posee una altura de 2 m, mientras que 1,5 m son de tierra. Posee un foso en su lado norte y 26 fortificaciones, la distancia entre tales fortificaciones varía de 1 a 4 km.
El nombre de la comuna Valul lui Traian (comúnmente Hasancea) es llamada “tras la valla“.
Moldavia
Los remanentes en Moldavia comprenden murallas de tierra y empalizadas. Ésta posee sus dos mayores fragmentos preservados en Moldavia llamados: “Muralla superior de Trajano” y “Muralla inferior de Trajano”.
La “Muralla inferior de Trajano” o “Muro de Atanarico” principalmente data de aproximadamente el siglo III y se extiende 126 km desde la población de Vadul lui Isac en Raionul Cahul cerca del río Prut recorriendo el suroeste de Ucrania concluyendo en las proximidades del Lago Sasyk cerca de Tatarbunar. El escudo de armas de Cahul un uyezd de Besarabia en tiempos del Imperio ruso incorporó como figura heráldica una figuración de esta “Muralla de Trajano“.
La llamada “Muralla superior de Trajano” o “Muro de Greuthungi” fue construida a proposición de las poblaciones sedentarias locales durante el siglo IV como un límite para las poblaciones guerreras nómades que avanzaban desde el este y desde el norte. Tal muralla se extiende unos 120 km desde el Dniéster cerca de Chitcani en Raionul Teleneşti hasta el río Prut.
Fragmentos de la muralla de Trajano han sido hallados en Leova.
Ucrania
La muralla de Trajano está situada en Podolia y extendida por los modernos distritos de Kamianets-Podilskyi, Nova Ushytsia y Khmelnytskyi. Un sector de la Muralla inferior de Trajano moldava concluye realmente en Ucrania con el nombre de Muralla de las Serpientes.
Enlace con la Muralla de las Serpientes en esascosas.
Descubren un nuevo fragmento del Muro de Trajano
Publicado en martes, 10 septiembre, 2013 por Carlos Cesar Alvarez Publicado en Arqueología, Ciencia y técnica
Foto: Se puede apreciar el contorno cuadrado de varias fortalezas a lo largo de lo que sería un muro.
Se extiende 60 km por territorio de Rumanía.
Fotografía desclasificada en la que se aprecia el tramo de muralla descubierto. Los pequeños cuadrados eran los recintos fortificados, que se alzaban cada kilómetro.
Arqueólogos de las universidades de Glasgow y Exeter han identificado un largo muro que recorre 60 kilómetros desde el Danubio hasta el Mar Negro, en Rumanía. Se trata de un tramo del llamado Muro de Trajano, en el territorio que constituía la frontera oriental del Imperio Romano.
Sus dimensiones eran de 8,5 m de anchura y unos 3,5 m de altura y a lo largo de su recorrido incorporaba al menos 32 fuertes y 31 fortines más pequeños.
Lo curioso es que ha sido descubierto investigando sobre unas fotografías realizadas hace años con propósitos de espionaje y que recientemente han sido desclasificadas.
Se conocen en Rumanía tres muros erigidos en diferentes épocas, el más antiguo a mediados del siglo II. El emperador de origen español Trajano murió en el año 117, por lo que, a pesar de llevar su nombre, no lo construyó él. Los otros dos muros son posteriores, se cree que de época bizantina. Existen además otros tramos en Ucrania y Moldavia. A pesar de que estas construcciones no han sido fechadas con precisión es probable que sus cimientos se encuentren sobre murallas romanas. En el norte de Inglaterra existe una obra similar bien conocida: el Muro de Adriano.
Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial los servicios de inteligencia de ambos bandos tomaron millones de fotos aéreas. Los Estados Unidos hicieron lo mismo en la época de la Guerra Fría, de forma que hoy se dispone de un ingente número de imágenes desclasificadas pendientes de ser analizadas.
Foto aérea en la que se aprecia el contorno de uno de los fuertes a lo largo de la vía por la que discurría la llamada “Muralla de Trajano”.
Fuente: Mail Online | Sarah Griffiths| 5 de septiembre de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae
Fotos en la que se aprecian las líneas de restos de edificaciones al este de la fortaleza romana en Cigmau.
Muro de Gawri
Muro de Gawri
Descubren en Irán un Gran Muro con 2.200 años de antigüedad, pero ¿quién y para qué la construyeron?
El muro de Gawri (en kurdo, دیواری گەوری) fue una fortificación defensiva construida y usada entre los siglos IV y VI durante el imperio parto-sasánida. Las ruinas de la estructura, que tienen en torno a 115 km de largo, se encuentran en la región de Sarpol-e Zahab cerca de la frontera entre Irán e Iraq.1
Aunque la estructura era conocida por la población local que vivía en los alrededores, era desconocida para la comunidad arqueológica hasta que se publicó su descubrimiento en la revista Antiquity en agosto de 2019. Los nativos llaman desde tiempo atrás a la fortificación el Muro de Garwi. 2
7 Noviembre, 2019 – 15:16 Ed Whelan
Una investigación en el oeste de Irán reveló un muro de barrera largo y sustancial que serpentea a través de un área remota, que se remonta a más de 2200 años. Los constructores de este muro y su propósito original es una especie de enigma.
El muro fue encontrado durante una encuesta que trabajaba en el condado de Sar Pol-e Zahab en la provincia de Kermanshah. Esta área se encuentra en “la ruta del Gran Khorasan”, “Puerta de Zagros” o “Puerta de Asia”, según un estudio publicado por Antiquity. Es una región famosa por los relieves de rocas, restos arqueológicos e inscripciones antiguas, que se remontan a tiempos preislámicos. Los investigadores descubrieron varios restos que datan de la Edad de Piedra hasta el Califato Abasí, durante el trabajo.
Muro misterioso
En la investigación se encontró los restos de un muro que se extendía por 71 millas (115 kilómetros), durante su trabajo. Se extiende desde las montañas Bamu hasta cerca de un pequeño pueblo, cerca de Guwaver de Gilan-e-Gharb, y gran parte está construida sobre colinas y afloramientos rocosos. El misterioso muro era de “la longitud del famoso Muro de Adriano que fue construido en Inglaterra por los romanos”, informa Live Science.
El muro de piedra está en mal estado y esto significa que es difícil estimar su altura y ancho. Live Science informa a Sajjad Alibaigi, Ph.D. estudiante de la Universidad de Teherán y autor del estudio, afirmando que el equipo de la encuesta que encontró la barrera estima que tiene “13 pies (4 metros) de ancho y aproximadamente 10 pies (3 m) de alto”. La ruta del muro fue determinada por la topografía del área.
“Muro de Gawri” en las montañas occidentales de Sar Pol-e Zahab. (F.Fatahi / © Antiquity Publications Ltd, 2019)
Enorme barrera
Esta barrera masiva está hecha de materiales locales, incluidas rocas y piedras, unidas por un mortero de yeso. Live Science informa que Alibagi ha declarado que “los restos de estructuras, ahora destruidos, son visibles en lugares a lo largo del muro”. Estos pueden haber sido torretas, garitas o torres. La construcción de la barrera fue una tarea masiva y requirió muchos recursos. Live Science informa que se usó “aproximadamente un millón de metros cúbicos [35,314,667 pies cúbicos] de piedra” en la construcción del muro.
Si bien el equipo que encontró el muro quedó asombrado por su descubrimiento, no fue noticia para la gente local. Hace mucho que conocen el muro y se refieren a él como el “Muro de Gawri”, informa el Medical Daily. Además, también fue identificado por un equipo de arqueólogos en el pasado, pero nunca publicaron sus hallazgos.
Imagen satelital del Muro de Gawri y el castillo, y estructuras a lo largo del Muro (© Google Earth 2019).
Imperios persas
Debido a la escala de los recursos y la organización necesarios para construir el muro, parece probable que la barrera se construyó por orden de un poderoso monarca. Esto probablemente significaría que data “del período Partho-Sasanian”, informa Antiquity. Los partos (247 a. C.-224 d. C.) y los sasánidas (224-641 d. C.) gobernaron poderosos imperios basados en la meseta iraní y fueron los implacables enemigos de Roma. “El descubrimiento de tiestos de Partho-Sasanian en varios lugares a lo largo de la pared podría sugerir que se construyó por primera vez durante el período Partho-Sasanian y posteriormente se restauró”, afirma el estudio. Sin embargo, esto no se ha establecido definitivamente.
Parece probable que un monarca persa ordenó a notables locales construir y mantener el muro. Hay una serie de importantes restos monumentales en el área general, incluido un castillo y un sistema de riego. El muro también estaba cerca de la antigua ciudad estratégica de Hulwan. En el Imperio Parthian y Sasanian, el área era de gran importancia económica.
¿Un muro con
tra los nómadas?
Hay una serie de otras murallas antiguas en Irán y se encuentran principalmente en el norte y el este. Los más conocidos son los largos muros de Gorgan y Tammisha en el norte de Irán. Estas estructuras eran principalmente de naturaleza defensiva y probablemente fueron diseñadas para evitar ataques de grupos nómadas como los escitas y los hunos blancos.
Según el Medical Times los muros de Gawri también pueden haber sido erigidos para defender el área. “Se teoriza que puede haber sido hecho con fines defensivos ya que estructuras similares se han ubicado en las partes norte y este del país”. Es posible que el muro haya sido construido para proteger el área de los nómadas.
Otra posibilidad es que la pared fue diseñada para marcar una frontera. “Partes del límite marcado por el muro han representado durante mucho tiempo una frontera, desde el tercer milenio antes de Cristo hasta los períodos Parthian, Sasanian, Otomano y Qajar”, informa the report. Este muro está hoy muy cerca de la frontera iraní-iraquí. En el pasado distante, el muro pudo haber sido una demostración simbólica de poder en una zona disputada.
Sin embargo, no hay acuerdo sobre el propósito de la barrera. “La naturaleza política del muro sigue siendo desconocida; no está claro si fue defensivo o simbólico” según el informe de Antiquity. Hay esperanzas de que se realicen más excavaciones arqueológicas en las paredes y esto puede ayudar a resolver el misterio de las paredes de piedra.
Imagen de Portada: Ubicación del muro de Gawri en el monte Salmaneh, al sureste de la montaña Bamu. Fuente: S. Alibaigi / © Antiquity Publications Ltd, 2019
Autor Ed Whelan
Esta imagen de satélite fue tomada el 31 de julio de 2019 por el satélite WorldView-2.
(Imagen: © 2019 Maxar Technologies)
La recién descubierta estructura no es el única con semejantes características en Irán, que cuenta con varias, como la gran muralla de Gorgan o el muro de Tammisha en el noreste de Irán, y en Darband, al norte.
«La evidencia arqueológica sugiere que, de hecho, estos muros podrían haber formado parte de un largo muro defensivo desde el Mar Amarillo en el este de China hasta el Mar Negro en el oeste», señala el estudio.
Antiquity Publications
Situación del muro de Gawri y de otros conocidos a lo largo de Asia. (Antiquity)
Ruta de la sal, Azalai
Ruta de la sal, Azalai
Una caravana de camellos viajando desde Agadez hasta Bilma (Níger), 1985.
El Azalai (en tamasheq, var. Azalay) es una ruta semianual de caravana de sal utilizada por comerciantes tuareg en el Sahara y que parte desde Tombuctú y la mina de sal de Taoudenni en Malí.1 y se recorren unos 1.000 km.
El término también se utiliza para referirse al acto de viajar con una caravana a lo largo de una ruta comercial.
La otra ruta principal de caravanas de sal en África Occidental, que parte desde alrededor de Agadez hasta Fachi y Bilma en Níger, es llamada Taghlamt (en tamasheq, o Taglem o Tagalem en idioma hausa).
Ambas están entre las últimas rutas de caravanas del Sahara que todavía siguen operando. Ambas han sido reemplazadas por vías sin pavimentar utilizadas por camiones.
Tombuctú-Taoudeni
En su día la ruta de caravanas que partía de Tombuctú se dirigía hacia Taoudeni hasta alcanzar Taghaza, otro centro de extracción de sal, adentrándose después hacia el norte en el Sahara para alcanzar finalmente el mar Mediterráneo. Caravanas de hasta 10.000 camellos portaban oro y esclavos hacia el norte, trayendo de vuelta bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudeni.2 Hasta los años 1940, las caravanas de Taoudenni estaban formadas por miles de camellos, que partían de Tombuctú al comienzo de la estación fría, hacia noviembre, saliendo otra caravana más pequeña de Tombuctú en marzo.
Una vez que el Azalai alcanza Tombuctú, la sal en roca es llevada en barco hasta Mopti y posteriormente hacia los mercados del Sahel más al sur.
Agadez-Bilma
Sal Beza (al frente) y kantu en Fachi.
La ruta Agadez-Bilma pasa por el desierto Ténéré y la ciudad oasis de Fachi y se cruza en unas tres semanas (en ambos sentidos). Es una caravana que se lleva a cabo tradicionalmente dos veces al año y que va desde la capital de la región de Aïr hasta las salinas de natrón a través de una sucesión de oasis formados por los precipicios de Kaouar. Se llevaban desde Agadez cada mes de noviembre y marzo comida y provisiones y se intercambiaban por bloques de sal, condensados en fosas de natrón de las ciudades oasis, y menos comúnmente, por dátiles y hortalizas. Entonces, generalmente se comerciaba con sal para uso animal en las regiones del Hausaland al sur.[2]
El taghlamt Agadez-Bilma fue históricamente un monopolio tuareg, especialmente y de modo sucesivo de las confederaciones Kel Gress, Kel Owey y Kel Ayr. Muchos comerciantes tuareg eran propietarios de los pozos de sal y de plantaciones de dátiles en Kaouar, y disponían de trabajadores esclavos allí, viajando con las caravanas para administrar su propiedad. El taghlamt tuarge, que podía alcanzar 10.000 camellos y extenderse stretching 25 km a comienzos de la era colonial, era liderado por el representante del Amenokal (líder de la confederación), seguido por cada subgrupo.4
Para saber más: https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/577644/6703
Sal al mercado de Mopti . Tras llegar a Tombuctú, se lleva en barco hasta Mopti, y de allí a Bamako y demás Mali.
Historia precolonial
El camello se introdujo en el Sahara a finales del primer milenio, y las tribus tuaregs se trasladaron hacia el sur de la región en el siglo XIII. Al siglo XVIII, las confederaciones tuaregs tomaron los oasis de Kaouar al Imperio Kanem-Bornu y comenzaron a transportar bienes de Agadez. 4]
Historia colonial y postcolonial
La desaparición de los imperios coloniales franceses durante los primeros años del siglo XX llevó a rivalidades internas entre clanes y, más tarde, al incremento del tráfico mecanizado. El 1904, los invasores de Ouled Sliman del actual Chad destruyeron el Azalaïs a Bilma, y otra vez en el año 1906 a Fachi. Los informes franceses dicen que en la caravana de 1906 había 20.000 camellos. Tras la revuelta Kaocen, hacia Azalaïs atravesó la ruta hasta el 1.925, y entonces lo hicieron acompañados por las fuerzas coloniales francesas. El 1948a, las caravanas se habían reducido a 800 camellos, y continuaron reduciéndose desde entonces. La carretera del norte, marcada por el árbol de Ténéré, sustituyó la mayoría de los camellos, pero algunos Azalaïs todavía los utilizan cada noviembre. En la era poscolonial, algunos comerciantes Hausa atravesaban el Azalaïs, llamándola, en su lengua, Tagliu o tagalo.
Timbuktu-Taoudenni
La ruta de caravanas desde Timbuktu se extendió a través de Taoudenni hasta Taghaza, otra mina de sal, y hasta las tierras del norte del Sahara en el mar Mediterráneo . Caravanas con hasta 10.000 camellos llevaban oro y esclavos hacia el norte, volviendo con bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudenni.[5] Hasta los años 40, las caravanas Taoudenni se hacían con miles de camellos, saliendo de Timbuktu al inicio de la época fría noviembre, y en menor número, saliendo de Timbuktu en marzo.
Losas de sal de las minas de Taoudenni apilados en el muelle en el puerto de Mopti (Mali)
Salinas de Bilma
La sal es uno de los negocios más antiguos del desierto, y en ella está el origen de las rutas de caravanas tuareg por África. Cada invierno las caravanas cruzan el desierto de Tenere en Níger para llegar a las salinas de Bilma, Fachi y Teguidda n Tessoumt. El sultanato de Agadez era el que negociaba el precio de la sal y el paso de las caravanas.
Bilma es un oasis en pleno desierto, esta pequeña población de Níger es un punto de parada fundamental para las caravanas, en la ruta del Azalai, que cruza el desierto de Tenere pasando los escarpados acantilados de Kaouar. Bilma produce grandes cantidades de sal, al existir agua en este pequeño oasis, se crean balsas de evaporación en las que el agua con alto contenido en sal y natrón se evapora. La unidad de medida de la sal es la vasija, elemento cerámico por el que se fijaba el precio y la cantidad de sal.
Muro de la serpiente
Muro de la serpiente
Muro de la Serpiente cerca del pueblo de Denisi, Raión Pereiaslav-Khmelnytskyi
Mapa de muros
El Muro de la Serpiente (en ucraniano: Змієві вали, Zmiyevi valy) es un antiguo sistema de movimiento de tierra (valla) ubicado en el centro de Dnieper Ucrania (Naddniprianshchyna)[1] que se extiende principalmente a través de Kiev Oblast, Ucrania. Parecen ser similares en propósito y carácter al Muro de Trajano situado al suroeste en Besarabia. Los muros antiguos restantes tienen una longitud total de 1,000 km y constituyen menos del 20% del sistema de muros original.[1]
Según una leyenda, los movimientos de tierra son el resultado de eventos antiguos cuando un héroe mítico (bohatyr) Kozmodemian (o Borysohlib) para matar al gigantesco Dragón (Serpiente) lo enjauló en un arado gigante y lo frunció.º[1] El Dragón (Serpiente) mordió el polvo y, al arar, quedaron surcos a ambos lados de los cuales se alzaban inmensos trozos de tierra que entre las personas se llamaban Muro de la Serpiente.[1]
Las antiguas murallas fueron construidas entre el siglo II a. C. y el siglo VII d. C., según la datación por carbono. Hay tres teorías sobre qué pueblos construyeron los muros: o los sarmatas contra los escitas, o los godos de Oium contra los hunos, o los primeros eslavos del este contra los nómadas de las estepas del sur. En la cultura eslava, los nómadas guerreros a menudo se asocian con el dragón alado, de ahí el nombre.
En la orilla derecha de Dnieper, entre sus afluentes Teteriv y Ros, los restos del muro crean seis líneas alargadas de oeste a este.[1] El Muro de una Serpiente fue pasado sobre la orilla izquierda de Dnieper y su afluente Sula.[1]
Las exploraciones de 1974-85 han establecido que el Muro de la Serpiente es un remanente de fortificaciones de tierra boscosa construida a finales del siglo X y la primera mitad del siglo XI, una parte más pequeña en el siglo XII, para proteger a los pechenegs y cumanos del medio Dnieper Ucrania y Kiev.[1]
Enlace con la web e esascosas del Muro de Trajano
Ruta de la sal de Avilés
Ruta de la sal, el alfolí de Avilés
La ría de Avilés, la sal y la ría de Aveiro
Los orígenes de Avilés se remontan a la Edad Media. La primera mención que tenemos de la villa avilesina es un documento fechado en el año 905 que contiene una donación de las iglesias avilesinas de San Juan, de Santa María y de San Martín a la catedral de Oviedo, hecha por el rey Alfonso III. Es un documento interpretado de forma diversa por los especialistas, que precede en dos siglos a la confirmación del Fuero de nuestra villa, hecho por Alfonso VII en el año 1155. Esta confirmación hace referencia a otro documento fundacional anterior, otorgado por Alfonso VI en torno al año de 1085, el mismo en que ese monarca conquista Toledo.
En 1085 Alfonso VI de León otorgó un fuero a Avilés. El fuero de Avilés le da categoría de Villa de Realengo y a lo largo de la Edad Media apoyará siempre a la corona, a quien paga impuestos. Avilés no fue nunca feudo ni tuvo otro tribunal competente que los reales. El fuero original se conserva en el Archivo Histórico Municipal junto con una copia romanceada, joya histórica, lingüística y jurídica por la que la villa adquiere categoría de realengo, sin sometimiento señorial y con unos privilegios económicos y civiles, guardando una inquebrantable fidelidad a la corona.
Rutas del comercio de la sal (Gráfico de J. I. Ruiz de la Peña)
En esta época Avilés demostró su valor estratégico en lo económico con el monopolio de la sal, teniendo su almacenamiento y distribución. También hay que destacar su comercio marítimo, que recorría desde el cabotaje Cantábrico al comercio con el Norte de Europa, Portugal, Francia y la Península. El privilegio es repetidamente confirmado por los reyes, además de acrecentado y mandado respetar cuando los intereses señoriales o de las comunidades trataban de imponerse. El primer documento se perdió en fecha incierta y el conservado es una copia de 1289, según confirmación hecha por el rey Alfonso VII el Emperador en 1155. Las fuertes murallas de la villa y su ley ofrecían libertad y seguridad frente al poder de los señores y de la Iglesia. La libertad comercial fue otorgada desde “la mar hasta León”, siendo posteriormente ampliada por Fernando IV a todos los reinos de León y Castilla, con excepción de Murcia, Toledo y Sevilla.10
Es curiosa la coincidencia, o no, entre la aparición de la más antigua villa marinera aforada del Cantábrico y su fuerza comercial, basada de forma decisiva en el comercio de la sal, y los primeros pasos y la definitiva creación del reino de Portugal.
Los primeros documentos medievales asturianos que hacen mención a la obtención y explotación de sal en nuestra región, aparecen a partir de mediados del siglo IX y prosiguen durante el siglo X, con claras referencias a esa explotación salinera en nuestra comarca y a la existencia en ella de las denominadas «officinis salinarum». Lugares como Naveces, Bayas o Molleda, aparecen en los documentos como sedes de esas oficinas.
Ya los emperadores romanos, siempre tan espabilado, pagaban a sus legionarios con pequeños saquinos de sal, era el llamado ‘salarium’, o sea el salario. El valor de la sal venía dado, no solo por su uso como condimento de las comidas o en la industria curtidora de pieles, sino y principalmente como conservante.
Ahora bien, el producto estrella marcará el nacimiento y el desarrollo del comercio avilesino durante muchos siglos será, sin duda, el «oro blanco», la sal. Las noticias más antiguas que hacen referencia al alfolí de la sal en Avilés, que estuvo situado al lado del viejo cay, detrás del ábside de la antigua iglesia de San Nicolás, son de finales del siglo XII, durante el reinado de Alfonso IX. Es ese depósito de sal de Avilés el más antiguo del que se tiene referencia en el Cantábrico y su concesión, en exclusiva a Avilés, tenía como misión, la centralización de los tributos que se recaudaban por parte de la Corona sobre las transacciones de compra/venta de este producto.
Avilés no tenía toda la sal que necesitaba y debía importar. Uno de los centros salineros que nos abastecerá, desde los primeros momentos de nuestro alfolí, va a ser la zona de la ría portuguesa de Aveiro. Marinos portugueses y asturianos transportarán sal de la zona de Aveiro a Avilés. De Avilés llevarán a Aveiro madera, hierro y frutos, como castañas, avellanas, nueces etc. Pero, además, ambas ciudades y su zona de influencia, en torno a sus puertos y rías, entrarán en un circuito comercial más amplio, que incluirá, por el Sur, otros puertos portugueses, como Lisboa o Setúbal, otros puertos peninsulares, como Sevilla, Huelva, e incluso otros en el Mediterráneo, y por el Norte, con puertos de la costa atlántica francesa y los actuales Países Bajos.
Al lado de la histórica iglesia y al fondo, en el lugar que hoy ocupan el grupo de casas, estuvieron situados los alfolíes avilesinos.
En Avilés se encontraba el alfolí de la sal de Asturias y León, distribuyendo la producción de salinas gallegas, portuguesas, francesas e incluso andaluzas. En 1309 Fernando IV concede al Alfoz de Avilés los concejos de Gozón, Illas, Carreño, Castrillón y Corvera, heredero del Alfoz de Gauzón. La muralla que circundaba la villa fue el condicionante de mayor importancia de la distribución urbanística. De los fuertes muros, demolidos en 1818, solo quedan restos visibles incorporados al palacio de Camposagrado. De época medieval se se conserva el Palacio de Valdecarzana o casa de Pedro el Cruel o de la Baragaña, que fue alojamiento y lonja de algún burgués medieval.
El puerto de Avilés era la principal puerta de mercancías por vía marítima del norte atlántico. Una ruta comercial, de la que formaban parte en el interior peninsular las entonces ciudades más importantes: Oviedo, León, Astorga yValladolid. Por Avilés entraba y salían la mayoría de los productos destinados, o procedentes, de dichas poblaciones.
Los alfolíes, estaban a pie de obra en el muelle tradicional de Avilés, donde sazonaban el pescado para su traslado al interior peninsular que también necesitaba de sal empaquetada, para sazonar las carnes.
Los almacenes salíferos estaban en el meollo urbano del poder medieval avilesino. Unos escasos metros donde se amontonaban el puerto, dos puertas de la muralla (la del Mar y la del Puente), la casa palacio de Los Alas y también luego Camposagrado, la iglesia de San Nicolás de Bari (hoy ‘De los Padres’), plaza de Carlos Lobo (entonces plaza San Nicolás), capilla de los de Las Alas (delante de la cual se reunía el Ayuntamiento) y el tramo final de la calle mayor, o sea La Ferrería.
Materialmente, de todos los productos con los que traficaba Avilés, sin duda fue la sal la que provocó un mayor desarrollo comercial en la población. Muy pronto se demostró su valor estratégico en lo económico y muy poco tiempo tardó la Corona en hacerse con el monopolio de su almacenamiento y distribución, por el que percibiría sustanciosas rentas.
Teníamos el más importante almacén de sal de Asturias. Y de él dependían el resto de los núcleos de almacenaje más próximos (Villaviciosa, Llanes, Luarca, Gijón y Pravia), fijándose desde Avilés las normas e incluso las unidades de medida para el comercio de sal, que tenía variada procedencia, por ejemplo la que nos llegaba desde el puerto francés de La Rochelle, la famosa sal de Saint Nazaire, hoy ciudad hermanada con Avilés.
Los años finales del XVII y, en mayor medida los del XVIII, verán decaer ese comercio salinero en Avilés y el puerto entra en franca decadencia perdiéndose, incluso, la noción de esa intensa relación con el puerto hermano de Portugal.
El Muro Alpino
El Muro Alpino
La impresionante línea defensiva italiana excavada en la roca de los Alpes
El Muro Alpino / foto Luca Lorenzi en Wikimedia Commons
Desde tiempos remotos los pueblos, las ciudades y las naciones han construido muros defensivos, algunos tan impresionantes como la Gran Muralla China, el Muro de Adriano o las murallas de Ston. Más recientemente, los conflictos bélicos del siglo XX en Europa dejaron el continente salpicado de fortificaciones fronterizas y líneas defensivas compuestas de búnkers, trincheras, alambradas y fosos.
Entre ellos destacan el Muro Atlántico levantado por los alemanes, que recorre toda la costa occidental de Francia desde la frontera española, y continúa por Bélgica, Holanda y Dinamarca hasta cruzar a Noruega. Es una mezcla de grandes estructuras de hormigón y barreras naturales que, como todo el mundo sabe, al final sirvió de poco frente al empuje y la determinación de los aliados.
Tampoco fue demasiado útil la francesa Línea Maginot, construida entre 1929 y 1938 para defenderse de una invasión alemana. Ni las impresionantes fortificaciones checoslovacas, comenzadas en 1936 y que no llegaron a terminarse a tiempo de evitar la anexión de los Sudetes por Hitler.
La Línea Sígfrido era la defensa alemana opuesta a la francesa Maginot, con más de 18.000 búnkeres a lo largo de 630 kilómetros, construida entre 1938 y 1940. Esta sí sería un hueso duro de roer para el avance aliado, resistiendo unos seis meses y causando grandes bajas al enemigo.
Una de las fortificaciones más espectaculares, por su ubicación, es el Muro Alpino construido por Italia a lo largo de 1.851 kilómetros de su frontera norte, desde el comienzo de la frontera con Francia en el Mediterráneo, pasando por la frontera con Suiza y Austria, hasta llegar al Adriático y la frontera con la antigua Yugoslavia. Si bien casi toda esa zona cuenta con la impresionante defensa natural de los Alpes, Mussolini ordenó la construcción de las fortificaciones, que comenzaría en 1931, situando búnkers y puestos de observación en los pasos más vulnerables y accesibles, conformando un continuo con las altas cumbres y accidentes geográficos.
Tramos del Muro Alpino / foto Andre86 en Wikimedia Commons
Bunker del Muro Alpino en Rocca la Meja, Piamonte
Enormes búnkers fueron excavados en la roca de las montañas, protegiendo los pasos por los que un ejército enemigo debería obligatoriamente de pasar en caso de invasión.
El objetivo, evidentemente, era defender Italia de una posible invasión francesa o yugoslava, pero Mussolini también temía las ambiciones germanas sobre la provincia italiana de Bolzano (más conocida como Tirol del Sur), cuyos habitantes eran de origen mayoritariamente alemán. Todavía hoy un 70 por ciento de la población de Bolzano habla alemán, por un 25 por ciento de italianoparlantes.
Torre de observación del Muro Alpino en Mont Cenis
La construcción del Muro Alpino se extendió durante 11 años hasta 1942. En total se levantaron 208 estructuras equipadas con 647 ametralladoras y 50 piezas de artillería, mezclando armas modernas con otras antiguas de la Primera Guerra Mundial.
Todas las fortificaciones fueron camufladas, en la medida de lo posible, para que se confundiesen con el entorno pétreo. Disponían de túneles y galerías que los conectaban bajo tierra, protegidos con puertas anti-gas, así como de rutas de escape alternativas. Un sistema de teleféricos permitía las comunicaciones entre los diferentes puestos, y el envío de provisiones.
Los encargados de defender el muro eran los 21.000 miembros de la Guardia ella Frontiera, un cuerpo especial dentro del ejército italiano creado en 1937, entrenado específicamente para el combate en alta montaña.
Pero pese a los esfuerzos italianos el Muro Alpino no sirvió de mucho. La invasión aliada se produjo por Sicilia, en lugar de a través de los Alpes, y los alemanes tampoco necesitaron atravesarlo para tomar el control y reponer a Mussolini en el poder en septiembre de 1943.
Al final de la Segunda Guerra Mundial algunas de las fortificaciones de la parte Oeste fueron demolidas, mientras que en la zona oriental quedaron en territorio ocupado por Yugoslavia y hoy se encuentran en territorio esloveno.
Curiosamente la construcción del Muro Alpino provocó que los yugoslavos iniciasen también su propia fortificación defensiva, la Línea Rupnik, en 1937, que discurre paralela al Muro Alpino. Sin embargo la fecha de finalización de los trabajos se estableció en 1947, por lo que cuando los blindados del Eje la atravesaron en 1941 enseguida se vino abajo.
El Muro Alpino revivió durante la Guerra Fría con la entrada de Italia en la OTAN. Se construyó una nueva línea de torretas armadas con cañones que iba desde la frontera austríaca hasta el Adriático, y que estuvieron en servicio hasta principios de la década de 1990. En 1992 se abandonaron y sellaron definitivamente los búnkers y el resto de estructuras.
Fuentes: The Underground fortifications of the Alpine Wall / The Forts and Fortifications of Europe 1815-1945 (J.E. Kaufmann y H.W. Kaufmann) / Fortifying Europe’s Soft Underbelly (Aleksander Jankovic Potocnik) / Wikipedia.
Ruta de la sal africana
Ruta de la sal africana
En la antigüedad la sal era básica, para el sustento y la alimentación de personas y animales. Su extracción de salinas, minas, etc. era universal. Existía en gran número de zonas y países, y estos la exportaban a los lugares que carecían de ella, intercambiándola por otros productos básicos. Era un bien tan preciado o más que el oro. En todos los continentes y países en que existía, se crearon rutas de distribución. En Europa se crearon muchas, algunas de las cuales aprovechaban las calzadas romanas. Por ejemplo: Salzburgo (en alemán: Salzburg /ˈzalt͡sbʊɐ̯k/ (?·i), ‘ciudad/castillo [de la] sal’) es la cuarta ciudad más poblada de Austria, con 150.269 habitantes (2012), capital del estado federado (Bundesland) de Salzburg y de la región homónima, una de las nueve en que se divide este país. Su nombre proviene de las barcas que transportaban sal en el siglo VIII y que debían pagar un impuesto, uso muy común en muchos ríos de Europa.
Estas rutas son innumerables, aquí solo hablaremos de la Ruta de la Sal de Etiopía, prácticamente la más antigua del mundo, y la más duradera.
El comercio de sal, oro y esclavos desde el golfo de Guinea a las costas del norte de África – rutas que continuaban hasta Europa – desde Marruecos a Egipto y al Mar Rojo se efectuó hasta el siglo XIX fundamentalmente mediante caravanas de dromedarios que atravesaban el Sáhara. Si bien los portugueses habían ido estableciendo puestos comerciales en Guinea, no fue hasta el establecimiento de las colonias británicas y francesas que el grueso de las mercancías de la zona pasó a ser transportada por vía marítima, si bien el comercio con los árabes prosiguió por las rutas a través del desierto.
En Tombuctú, Gao y otros puntos meridionales de la ruta occidental, los sucesivos dominadores locales imponían peajes a los caravaneros por el tránsito de sus mercancías. Los tuareg imponían a los caravaneros un peaje indirecto, mediante la obligación de contratar un determinado número de ellos como escoltas. En el caso de negarse a la contratación del servicio o no realizarse el pago, la caravana era saqueada.
El comercio transahariano se refiere al tráfico de mercancías que unía el interior de África con la cuenca mediterránea a través del desierto del Sahara.
Los orígenes del tráfico comercial entre el oeste y el centro de África y la cuenca mediterránea se pierden en la prehistoria. Los primeros relatos históricos datan de la antigüedad y cuentan de los garamantes en Fezzán que organizaban el comercio entre Leptis Magna (en Tripolitana) y el Chad. Este comercio vivió su primer auge en el siglo I a. C. con el ascenso del Imperio Romano. Sobre todo se comerciaba con oro, esclavos, marfil y animales exóticos para los juegos de circo en Roma en intercambio con bienes de lujo de Roma. Una importancia crucial tenía también la mayor utilización del camello a partir del siglo I en el norte de África.
Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. (Foto: National Geographic)
Adís Abeba. El Afar colorido y extremo de la foto es también el hogar de una valiosa mercancía: la sal. Durante siglos, el pueblo Afar ha extraído ricos depósitos de sal que quedaron de las inundaciones del Mar Rojo en la región, hace unos 30.000 años. Hoy en día, los trabajadores cortan trozos de sal de la tierra y lo venden en placas en el mercado
En la ciudad de Berahile, Etiopía, los trabajadores descargan losas de sal recolectadas de los depósitos de Afar. Desde la Edad Media, los camellos han sido utilizados para transportar la sal en África. Estas caravanas de camellos traen la sal a través del desierto a la zona del mercado donde se vende a los comerciantes y se carga en los camiones.
Cientos de hombres preparan los bloques de sal, llamada amole, para el mercado en Mekele, Etiopía. Al igual que en muchas otras partes del mundo, la sal se utiliza como una forma de moneda en este país africano.
En Etiopía los bloques de sal denominados amoleh, eran tallados de los macizos de sal de la depresión de Afar, especialmente en cercanías del Lago Afrera, y luego transportados a lomo de camello hacia el oeste a Atsbi y Ficho en las tierras altas, donde los comerciantes lo distribuían por el resto de Etiopía, llegando por el sur hasta el Reino de Kaffa.1
Azalai
Una caravana de camellos viajando desde Agadez hasta Bilma (Níger), 1985.
El Azalai (en tamasheq, var. Azalay) es una ruta semianual de caravana de sal utilizada por comerciantes tuareg en el Sahara y que parte desde Tombuctú y la mina de sal de Taoudenni en Malí.1 El término también se utiliza para referirse al acto de viajar con una caravana a lo largo de una ruta comercial.
La otra ruta principal de caravanas de sal en África Occidental, que parte desde alrededor de Agadez hasta Fachi y Bilma en Níger, es llamada Taghlamt (en tamasheq, o Taglem o Tagalem en idioma hausa).
Ambas están entre las últimas rutas de caravanas del Sahara que todavía siguen operando. Ambas han sido reemplazadas por vías sin pavimentar utilizadas por camiones.
Tombuctú-Taoudeni
En su día la ruta de caravanas que partía de Tombuctú se dirigía hacia Taoudeni hasta alcanzar Taghaza, otro centro de extracción de sal, adentrándose después hacia el norte en el Sahara para alcanzar finalmente el mar Mediterráneo. Caravanas de hasta 10.000 camellos portaban oro y esclavos hacia el norte, trayendo de vuelta bienes manufacturados y sal de Taghaza y Taoudeni.2 Hasta los años 1940, las caravanas de Taoudenni estaban formadas por miles de camellos, que partían de Tombuctú al comienzo de la estación fría, hacia noviembre, saliendo otra caravana más pequeña de Tombuctú en marzo.
Una vez que el Azalai alcanza Tombuctú, la sal en roca es llevada en barco hasta Mopti y posteriormente hacia los mercados del Sahel más al sur.
Agadez-Bilma
Sal Beza (al frente) y kantu en Fachi.
La ruta de Agadez-Bilma, que atraviesa el desierto del Ténéré y la ciudad oasis de Fachi, lleva alrededor de tres semanas para ser completada (en ambas direcciones). Tradicionalmente, tenía lugar dos veces al año desde la capital de la región del Aïr hasta las salinas de natrón que se ubican en la cadena de oasis formada en torno a los riscos de Kaouar. Los alimentos y otras provisiones eran llevados desde Agadez cada noviembre y marzo e intercambiados por ladrillos de sal, condensados en los pozos de natrón de las localidades de los oasis y, en menor medida, por dátiles y verduras. La sal era entonces generalmente portada mediante animales hacia las regiones hausa del sur.3
El taghlamt Agadez-Bilma fue históricamente un monopolio tuareg, especialmente y de modo sucesivo de las confederaciones Kel Gress, Kel Owey y Kel Ayr. Muchos comerciantes tuareg eran propietarios de los pozos de sal y de plantaciones de dátiles en Kaouar, y disponían de trabajadores esclavos allí, viajando con las caravanas para administrar su propiedad. El taghlamt tuarge, que podía alcanzar 10.000 camellos y extenderse stretching 25 km a comienzos de la era colonial, era liderado por el representante del Amenokal (líder de la confederación), seguido por cada subgrupo.4
Vida nómada en el Sahara:
Salvo excepciones momentáneas debidas a alguna lluvia intensa o a una crecida, las praderas del Sahara son demasiado pobres para posibilitar la permanencia prolongada de rebaños, los cuales deben deambular incesantemente para encontrar su alimento. Las bestias necesitan agua en menor o mayor cantidad según la estación; en verano todos los animales domésticos, excepto el camello, deben beber por los menos cada dos días. Por eso excelentes prados de pastoreo están destinados a quedar desiertos si, en un radio de 25 km, no existen pozos para abrevar ovejas.
LA SAL (tesemt):
La alimentación de los animales debe ser completada con una aportación de sales minerales: la “cura salada” permite, gracias al juicioso uso de los recursos naturales en agua, natrón, tierra y plantas saladas, paliar las carencias que sufren los rebaños. Esta búsqueda de sal tiene por objeto devolver las fuerzas y la salud a los animales que han estado subalimentados durante la canícula que precede a la llegada de las lluvias. Durante la estación seca, en la que los animales regresan al sur, y durante todo el año, en el caso de los sedentarios, hay que proporcionar sal a los animales. Aunque algunas tribus del Azawagh (Níger) traen tierra salada (taferkast) desde Teggida-n-tesemt, los criadores de ganado compran en los mercados planchas de sal gema de Taoudenni o la sal, menos pura, de Bilma (takast n Bilma) e incluso la de Teggidda (tesemt), ambas obtenidas por evaporación. Los ganaderos que han abandonado la práctica de la “cura salada” subrayan que sus animales, que ya no van a pacer el natrón del suelo, han perdido el vigor de antaño. Las tierras ribereñas del Níger o de ciertas hondonadas a donde se envían los animales, como siempre se había hecho en la estación seca, no tienen las mismas propiedades que las zonas presaharianas. Así, el pastoreo nómada no es sólo una explotación racional de los pastos sino una utilización estacional de los elementos minerales disponibles en el agua, el suelo o la vegetación, necesarios para la buena salud de los animales.
Fotos: Museé d’etnographie, Neuchâtel
Pan de sal, kantu, Mezcla de tierra y sal. 59 cm. peso: 19 Kg. Bilma, Níger. Inv. MEN 01.6.1
Placa de sal, taghlalt, Mezcla de tierra y sal roja. 28 x 12 cm.Teggida n tesemt, Níger. Inv. MEN 01.6.2
En los límites norte y sur del desierto hay algunas tribus que se dedican a la cría de ovejas: son los ait khebbache del sur marroquí, los arba’as y los uled zekri del sur argelino, los merazigues del sur tunecino. El cordero se adapta sin dificultad a las praderas de plantas saladas; también soporta los fríos invernales de la hamada, a condición de contar con buen alimento, pero, en verano, le es preciso beber con regularidad cada dos días.
Durante varios siglos las caravanas de camellos representaron una de las actividades esenciales de los nómadas. Viajeros y mercancías circulaban en grupos, bajo la vigilancia remunerada de las tribus cuyos territorios atravesaban. En la época en que la economía cerrada era lo habitual en Europa, las caravanas introdujeron en Africa del Noroeste una economía de libre competencia. (Robert Capot-Rey)
El Sahel, zona de estepa y sabana, bastante llana y por lo tanto habitable y transitable, dónde estaban localizados todos los Imperios Africanos de los que vamos a hablar es un corredor natural que une el África atlántica del Norte con el África del Mar Rojo. Atraviesa los hoy Estados (de oeste a este) de Mauritania y Norte de Senegal, Mali, Niger, Chad, Sudan y Eritrea y es una zona amenazada por la desertificación y aparece en el mapa de abajo.
Al norte del Sahel, la zona desértica del Sahara, que también va de costa a costa con el corte fértil del Nilo, que cómo veremos también corta al Sahel. Al sur las selvas de África Occidental que rodean el Golfo de Benin y bordean la Costa de Marfil.
Rutas de caravanas en el Sáhara occidental entre el 1000 y el 1500
En el Sahel, en sentido amplio, hay básicamente cuatro zonas que han sido cuna de Imperios Africanos subsaharianos. Las cuatro tienen las mismas propiedades: posibilidad de vínculo con rutas al norte y al sur (a la zona de la selva), agua disponible e abundancia (sin agua no hay civilización) y bioma estepario o de sabana (y por lo tanto zona dónde es factible organizar comunicaciones). Estas cuatro regiones son el Alto Níger, la zona en torno al Lago Chad, la zona del Alto Nilo y la zona Etíopica (aunque quizás sea algo forzado incluir esta zona en el Sahel).
Tombuctú, era centro del Imperio de Mali, desde dónde se controlaba la parte Saheliana de la Ruta Transahariana Occidental (las rutas occidentales son varias pero para simplificar se las puede agrupar y diferenciar de la central y son aquellas al oeste del Macizo Hoggar; estuvieron controladas en su parte Sahariana por la confederación de tribus bereberes Sanhaja / Aznag) y localizada en el Alto Níger; la parte sur de la Ruta Central Transaharian (que discurre entre el Hoggar y el Tibesti y estaba controlada en su parte sahariana por otro conjunto de tribus bereberes, los Tuareg, que parece están vinculados a los Sanhaja) el Reino / Imperio de
Kanem-Bornú, localizado en torno al lago Chad. Entre estos dos imperios al norte la “Ciudad Estado” tuareg de Agadés y al sur las Ciudades Estado Hausa. En ambas rutas, occidental y central, se intercambiaba sobre todo oro, sal y productos manufacturados (origen norte, es decir Maghreb).
Muralla Fortaleza de Seúl
Muralla Fortaleza de Seúl
El Muro de la Fortaleza de Seúl (Hangul: 한양도성; Hanja: 漢陽都城) es una muralla de piedra, madera y otros materiales, construida para proteger la ciudad de Seúl contra los invasores. El muro fue construido por primera vez en 1396 para defender y demostrar los límites de la ciudad, en torno a Hanyang(hangul : 한양; hanja :漢陽; el antiguo nombre de Seúl) de la Dinastía Joseon.En ese momento, se llamaba Hansung (hangul : 한성 hanja :漢城) se extiende 18,6 kilómetros por la cresta de cuatro montañas interiores de Seúl, Baegaksan, Naksan, Namsan e Inwangsan. En la actualidad, una sección de 12 km de la pared ha sido designada como Sitio Histórico No. 10 (1963) y está protegido en consecuencia, junto con las puertas, portones de agua, y los montículos de señal de fuego. Ciertas secciones de las paredes han sido objeto de un amplio trabajo de restauración, después de haber sufrido daños o han sido completamente destruidas en varias ocasiones en el pasado de la ciudad.
Historia
En 1392, Yi Seong-gye derrocó el reino de Goryeo y se convirtió en rey Taejo, el primer rey de la Dinastía Joseon (1392-1897). Él decidió en 1395 a Hanyang ( 한양 /漢陽) hoy Seúl ( 서울 ), como la nueva capital del reino.La ciudad, situada al norte del río Han, está dispuesta en el arte del Feng Shui.
Para proteger la nueva capital y su palacio, el rey ordenó la construcción de un muro que rodee la ciudad. La construcción comenzó en 1396, ocupó a casi doscientos mil hombres y duró 98 días. La pared, con una circunferencia total de 18 km, que se extiende desde el monte Bugaksan, al norte al Monte Namsan, Sur.
Mientras que muchos muros de las fortalezas de ciudades extranjeras fueron construidos en terreno llano, la Muralla de la Fortaleza de Seúl fue edificada a lo largo de las crestas de las 4 montañas que rodean la ciudad –Monte Baekaksan, Monte Naksan, Monte Namsan y Monte Inwangsan-. Como resultado, la forma original de la muralla se conserva hasta el día de hoy, pese al rápido crecimiento económico y la urbanización.
Almenado
En 1395, apenas cinco años después de que el rey Taejo fundó la dinastía Joseon, él estableció una oficina gubernamental [ Doseongchukjoedogam (hangul : 도성 축조 도감 ; hanja :都城 築 造 都 監)] para construir un castillo para defender Seúl, y ordenó Jeong Do -jeon para buscar y medir un sitio.
El 1 de enero 1396 (según el calendario lunar), Taejo de Joseon celebró la ceremonia de inauguración. Un centenar de 97.400 jóvenes fueron puestos bajo requisa más de dos años y completó la construcción del castillo de 98 días después de la guerra a lo largo de las montañas Bugaksan, Naksan, Namsan e Inwangsan. La pared contenía ocho puertas, todas las cuales fueron construidas originalmente entre 1396 y 1398.
Características
Las paredes originales, construidas a finales del siglo 14 fueron construidas de piedras redondas medianas unidas por el barro. Durante el reinado del Rey Sejong, una obra de renovación a gran escala se llevó a cabo a mediados del siglo 15 de Gran cabo en la pared, incluyendo el reemplazo de secciones de pared de barro con secciones rectangulares de piedra. Una importante restauración en 1704 fue hecha por el rey Sukjong, reconstruyó las secciones de la pared con grandes losas de piedra uniformes que marca la característica única y última de la muralla de la fortaleza.
La sección oriental de Seúl se encuentra en la planta baja que las otras secciones y era más susceptible a ataques externos. Por lo tanto, se añadió un bastión hacia el exterior de la puerta para reforzar su defensa. Una parte de las paredes en el tramo comprendido entre Heunginjimun y Gwanghuimun se extendió fuera en forma rectangular para tal fin. Montículos de fuego, otro componente del sistema de defensa, se establecieron por primera vez en 1394 y se mantuvo en funcionamiento hasta 1894. Las señales enviadas a través del país de un montículo a otro, utilizando oscuridad de día y fuego por la noche, finalmente fueron recibidas por el faro en la parte superior de Namsan y transmitió al Palacio Real.
Condición
La pared de la fortaleza, terminada después de 30 años, fue derribada en muchas partes debido a diversas iniciativas de planificación de la ciudad y la introducción de líneas de tranvías. Sin embargo, sectores significativos de la muralla de la fortaleza se mantienen. El curso mejor conservado y bien conocido es el Muro de la Fortaleza del Monte Bukaksan, la pista de 2.3 kilómetros que atraviesa de Sukjeongmun a Changuimun. Anteriormente fuera del alcance de la opinión pública después de haber sido designado como un área de la Reserva Militar, debido a su proximidad a Cheongwadae , se ha abierto al público desde el año 2006.
La Muralla de la Fortaleza de Seúl (Corea del Sur) Construida como obra defensiva a lo largo del año 1396 en dos tandas, esta muralla con muros de unos 7-8 metros de alto recorre 10 kilómetros (tenía unos 18) alrededor de Seúl. Las montañas Bugaksan, Naksan, Namsan e Inwangsan están unidas por esta larga sucesión de escalones. Siguiendo el muro, se construyeron ocho puertas. Se conservan seis, y las de Sukjeongmun, Heunginjimun, Sungnyemun y Dongeuimun son las más importantes. Al ser considerada una zona militar, hay que vigilar porque hay tramos del recorrido por la muralla en los que no se permite tomar fotografías.
Con muy pocas alteraciones o estructuras artificiales que rodean la zona en los últimos años, lo natural sigue siendo relativamente intacto.
Webs de interés: https://www.krisporelmundo.com/la-fortaleza-hwaseong-de-suwon/
https://mochilerosdospuntocero.com/asia/corea/suwon-fortaleza-que-ver/
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