Torysh
Torysh: el Valle de las Esferas
”El valle de las Bolas en las premontañosas de Karatau”
Mangystau de Kazajstán
La región de Mangystau de Kazajstán, cerca de las fronteras de Turkmenistán y Uzbekistán, es un lugar enorme y vacío. En total, cubre 165.600 kilómetros cuadrados – un área más grande que Inglaterra.
Torysh es el nombre con el que se conoce a un impresionante lugar situado al oeste de Kazajistán, cerca de la ciudad de Shetpe.
La región de Manguistau es un fenómeno único de la naturaleza. El escenario natural de Manguistau asombra por su forma y las dimensiones de sus concreciones rocosas. El sol, el viento y el agua se han encargado de moldear las bolas de roca formando pintorescas formas que rivalizan con las creaciones de los pintores mas inspirados. El camino hacia el lugar lleva a los turistas al cañón Zhemsen-Say. El paseo por el lugar, de unas horas de duración, incluye el paso junto a las paredes verticales del cañón impregnado por el aroma de la maleza o especies vegetales como la menta, los espinos cubiertos de jugosas bayas y multitud de flores blancas que se abren en la época primaveral, así como bosques cuyos árboles habitan pequeñas bandadas de perdices. El recorrido termina cerca de una manantial que surge ante el viajero casi como una recompensa por la larga travesía.
Este valle estepario, se encuentra -sembrado de extrañas esferas de piedra, de tamaños muy diversos. Algunos de ellos alcanzan un diámetro superior a los cuatro metros.
Estas extrañas esferas de piedra han intrigado a científicos rusos durante más de dos siglos desde su descubrimiento en Mangistau, Kazajstán, en la época del imperio ruso. Algunas piedras son muy pequeñas, algunas son grandes, aquí puedes observarlas de cerca.
Los curiosos megalitos, parecen haber sido tallados a propósito. Aunque se desconoce su origen, se barajan varias hipótesis. Una de ellas explica que las curiosas bolas se formaron hace más de 120 millones de años, a partir de un núcleo duro, volcánico, al que se fueron adhiriendo sedimentos que fueron erosionados.
Esta hipótesis es la más verosímil, aparte de que es fácil reconocer el núcleo y diferentes capas, en algunos ejemplos que se han partido en dos mitades.
La leyenda local cuenta la historia de una invasión por parte de las hordas enemigas a la región de Mangystau.
Los habitantes de la estepa, en un intento desesperado por sobrevivir a la batalla, pidieron ayuda a sus dioses.
Éstos lanzaron desde el cielo una lluvia de rayos y truenos, convirtiendo a los enemigos en bolas de piedra. Desde entonces, el valle quedó cubierto por centenares de misteriosas esferas.
En el campo de la geología, a este tipo de rocas se las conoce con el nombre de megaesferulitas.
Se cree que las bolas son concreciones -una masa dura y compacta formada por la precipitación de minerales. A menudo son esféricas y generalmente se forman en la roca sedimentaria o en el suelo. El fenómeno no es raro – ejemplos de tales concreciones se encuentran en todo el mundo. Lo que es raro, sin embargo, es el tamaño que estas concreciones han alcanzado. Concreciones tan grandes como las del valle de las bolas se encuentran sólo en pocos lugares en la tierra. El Moeraki Boulders de Nueva Zelanda es otro ejemplo.
Lo que sí es poco común, sin embargo, es el tamaño que estas concreciones han alcanzado, ya que aquí se pueden observar algunas de las más grandes del mundo.
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