Varios objetos de Aix en Provence
Siglo XVIII, año 1788, proximidades de Aix en Provence, Francia, en el interior de una cantera de material calcáreo, a 15 metros de profundidad, de encuentran columnas y bloques de piedra tallados, debajo de estos restos se encuentran piezas metálicas similares a monedas… El hallazgo más significativo fue el mango de madera de una herramienta fosilizado junto con una gran tabla de madera petrificada. Su edad se calculó en 300 millones años atendiendo a la capa geológica que las cubría.
En su libro Mineralogía, el Conde Bournon registró un intrigante descubrimiento que fue hecho por trabajadores franceses en la última parte del siglo dieciocho. Bournon escribió:
“Durantes los años 1786, 1787, y 1788, ellos estaban trabajando cerca de Aix En Provence, en Francia, sacando piedras para la reconstrucción, sobre una extensa escala del Palacio de Justicia. La piedra era una piedra caliza de un profundo gris, y de la clase que es blanda cuando acaba de salir de la mina, pero que se endurece con la exposición al aire.
Los estratos estaban separados unos de otros por una cama de arena mezclada con arcilla, más o menos calcárea. Las primeras, que eran labradas, no presentaron ningún aspecto de cuerpos extraños, pero, después de que los trabajadores quitaron las primeras capas, se asombraron cuando, al quitar el undécimo, encontraron su superficie inferior, a una profundidad de cuarenta o cincuenta pies, cubierta con conchas.
Al ser removida la piedra de esta cama, al estar quitando un estrato de arena arcillosa, el cual separaba la décimo primera cama de la décimo segunda, encontraron tocones de columnas y fragmentos de piedra medio labrada, y la piedra era exactamente similar a aquella de la mina: encontraron más monedas, mangos de martillos y otras herramientas o fragmentos de herramientas en madera.
Pero aquella que principalmente llamó su atención fue un tablero de aproximadamente una pulgada de grosor y de siete u ocho pies de longitud; estaba quebrada en muchos pedazos, de los cuales ninguno faltaba, y fue posible unirlos de nuevo unos con otros, y restaurar el tablero o placa a su forma original, el cual era aquel de los tableros de la misma clase, usados por los masones y hombres de minas: estaba gastado de la misma manera, redondeado y ondulante en sus bordes.”
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